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San Martín, 15 de junio de 2005.

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Y VISTOS; Y CONSIDERANDO:
I. Que a fs. 20/23, J. C. G. R. promovió una “medida cautelar autosatisfactiva”
contra la Provincia de Buenos Aires - Instituto de Previsión Social, para que ésta le
otorgue en forma inmediata un haber mínimo previsional hasta tanto se resuelva la
concesión definitiva de la jubilación por invalidez en razón del retiro efectivo obligatorio
dispuesto.
Relató que, por resolución 5369, el 26/11/04 el Interventor del Servicio
Penitenciario Bonaerense declaró su disponibilidad simple por razones de
enfermedad, con imputación al art. 172 del decreto 342/81, a partir del 7/10/04 por 25
días, con el 50% de descuento de haberes y dispuso que el actor pase a revistar en
situación de retiro efectivo obligatorio por incapacidad ad referéndum del Poder
Ejecutivo, a partir del 1/11/04.
Refirió que en septiembre y octubre de 2004 percibió en dos veces la suma
parcial por incapacidad física, sin haber cobrado el resto, circunstancia que motivó que
reclamara el 18/2/05 sin haber obtenido respuesta hasta el momento de iniciar la
acción.
Manifestó que en noviembre de 2004 cobró medio sueldo, del que sólo
percibió $ 80 en tanto existía un descuento por compras a través del Circulo de
Suboficiales por $ 150; en diciembre de 2004, le depositaron 200 $ que fueron
descontados por el referido círculo y en febrero de 2005, $ 400 por vacaciones, que –
dijo- se destinaron a los alimentos de dos meses para sus hijas de 6 y 2 años. Señaló
que desde noviembre/04 a marzo/05 percibió, cada mes, $ 200 en concepto de
subsidio, que también fueron destinados a alimentos de sus hijas.
Explicó que padece un cuadro psicopatológico de pronóstico severo con
incapacidad laboral en un 80%, circunstancia que motivó el retiro, y que los
medicamentos que insume no los cubre IOMA, por lo que la Dirección de Servicios
Sociales se los provee desde diciembre de 2004, y por seis meses.
Señaló que posee una deuda con el Círculo de Suboficiales y Guardias del
Servicio Penitenciario de $ 2.537,28, generada para cubrir las necesidades de su ex
mujer –madre de sus dos hijas- ya que en diciembre de 2004 fue robada en el
domicilio que habita y despojada de casi todos los enseres del hogar.
Expresó que convive con Laura Inés Maldonado, con quien está esperando un
hijo, con una gestación de cinco meses.
Subrayó que viven “gracias a la caridad de los vecinos” y de la comida de un
comedor comunitario, que sólo proporciona ayuda al medio día, siendo ésta la única
ingesta diaria.
Dijo también que tiene 30 años de edad, que no puede trabajar por su cuenta
porque ello pone en riesgo el trámite jubilatorio, que no tiene ingresos y que no puede
cubrir sus más mínimas necesidades ni las de su compañera, ni las de sus hijas,
circunstancia esta última que dice haber explicado en la audiencia del juicio de
alimentos que su ex cónyuge le inició.
Indicó que el 2/3/05 solicitó pronto despacho al Servicio Penitenciario para que
le liquidaran y pagaran la indemnización por incapacidad física, haber provisional
provisorio y todo otro rubro, pero que no ha recibido respuesta alguna.
En definitiva, solicitó que se ordene al IPS que le conceda un “adelanto
provisorio de los haberes jubilatorios” hasta que se resuelva, ya que –dijo- el trámite
se encuentra demorado pasando por los organismos de la Constitución Provincial.
Afirmó que existe un grave riesgo en su salud, en tanto necesita estar
tranquilo debido a su patología y que la situación que vive lo atormenta, que no tiene
de qué vivir y que carece de una alimentación digna.
Expresó que no existe otro medio más idóneo para que pueda decidirse
acerca del planteo efectuado, pues –sostuvo- un proceso ordinario para lograr el
cumplimiento de la cobertura asistencial implicaría el agravamiento de su estado de

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salud y la imposibilidad de recibir tratamiento adecuado. Ofreció prueba y fundó su
derecho.
II. Que a fs. 24/26 la Sra. Juez de Primera Instancia en lo Contencioso
Administrativo de San Nicolás denegó la medida incoada.
Para así resolver, precisó en primer término que no se probó en autos la fecha
de notificación al demandante de los actos administrativos que dispusieron la provisión
de medicamentos (por seis meses) y el subsidio económico (por tres meses),
circunstancia por la cual desconoce si operaron ya sus vencimientos.
A su vez, entendió que no se había acreditado el silencio administrativo, en
tanto destacó que no obra en autos constancia de recepción por el destinatario de la
carta documento del 2/3/05 mediante la cual requería un pronto despacho de
resolución del expediente jubilatorio.
Así, consideró que la pretensión articulada era inconsistente, en tanto advirtió
que, por los presupuestos que requiere la creación doctrinal de tales medidas, no
surgía en forma clara de las constancias de la causa que el intentado sea el cauce
procesal adecuado. En tal sentido, explicó que las características de las medidas
autosatisfactivas son: a) su despacho reclama una fuerte probabilidad de que lo
pretendido sea atendible, y –en el caso- precisó que en la demanda se las confunde
con las medidas cautelares ya que se habla de verosimilitud del derecho, y en las
autosatisfactivas, ello deviene insuficiente; b) su dictado acarrea una satisfacción
definitiva de los requerimientos del postulante y c) subrayó que lo más importante es
que se genera un proceso autónomo, no tributario ni accesorio de otro, que no se trata
de una medida cautelar, sino de un proceso urgente autónomo; mientras que en autos
la medida “está sumamente vinculada a un procedimiento administrativo que además,
puede llegar a ser objeto material de un proceso contencioso administrativo”.
Asimismo, consideró que no fue debidamente acreditado que no exista otra
vía judicial más idónea para atender la lesión invocada y que no se demostró que la
vía ordinaria -como la de reconocimiento de derechos previsionales-, más el amplio
espectro de medidas cautelares del C.C.A, no hubiera resultado efectivamente más
útil, a efectos de lograr la protección del derecho o garantía constitucional que se dice
afectado.
A su vez, señaló que al fundar la pretensión en derecho, se invocó el art. 22
del C.C.A que sienta el principio general en medidas cautelares, cuando la medida
autosatisfactiva no es una medida cautelar.
Destacó que normalmente la medida autosatisfactiva se tramita inaudita parte,
pero que no existen inconvenientes en que el juez dé alguna intervención a la
contraria. Afirmó que, por el contrario, en la demanda se habla de una bilateralización
procesal de traslado y de producción de pruebas que deberían ser fiscalizadas por la
contraparte. Concluyó en que se pierde así el rasgo esencial de la medida
autosatisfactiva, como una solución urgente no cautelar, pues su vigencia y
mantenimiento no depende de la interposición coetánea o ulterior de otro proceso.
Por último, sostuvo que la medida incoada importa un intento de supresión del
debido proceso legal que lesiona las garantías de los arts. 16, 18 y 19 CN, pues
pretende que se obligue a la administración a dar sumas de dinero, con la forma y
periodicidad propia de la liquidación y el pago de las prestaciones previsionales.
Finalmente, explicó que el acto de otorgamiento de una jubilación traduce –en
principio- el ejercicio de una potestad reglada o bien, el resultado de la aplicación de
un concepto jurídico indeterminado -incapacidad superior a un cierto porcentaje-.
III. Contra dicho pronunciamiento. a fs. 28/30 la letrada del actor –invocando el
art. 48 del C.P.C.C.- apeló la resolución y fundó sus agravios.
En primer lugar, señala que el demandante envió un telegrama laboral (ley
23.789), que la administración debe haber recibido, ya que el Correo Argentino no le
comunicó la devolución ni su rechazo ni que se hayan negado a recibirlo.

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Sin perjuicio de ello, agrega que a la medida requerida, como cautelar
autónoma o autosatisfactiva, al no encontrarse legislada, se le dio basamento en el
art. 22 del C.C.A., como la encuadra parte de la doctrina. En síntesis dice que las
autosatisfactivas integran –junto a las cautelares, amparo, etc.- el género de los
procesos urgentes, caracterizados todos por reconocer al factor tiempo como de
relevancia.
Critica la resolución pues entiende que no es razonable, en virtud de las
facultades judiciales implícitas que posee el juez, tener por no acreditada otra vía más
idónea para esgrimir el rechazo cuando el “hambre y las necesidades” no pueden
esperar los tiempos de la administración pese a existir pronto despacho.
Manifiesta que el amparo por mora tampoco solucionaría el desamparo de sus
derechos y que entablar una pretensión como la del art. 12 inc. 4º del C.C.A. no
resultaría adecuado, atento a que la jubilación se encuentra en trámite y no está
desconocida por la Administración.
Objeta la decisión en tanto la sentenciante podría o no haber bilateralizado el
proceso, en virtud de sus facultades de adecuación, y porque entiende que tal
circunstancia es insuficiente para fundar el rechazo. Sostiene que debe primar la tutela
judicial efectiva (art. 15, C.P.B.A.).
En definitiva, solicita que se revoque la resolución en crisis y se mande llevar
adelante la medida “llámese cautelar autónoma, llámese autosatisfactiva”.
III. Que las actuaciones fueron elevadas a esta Alzada, de conformidad con lo
dispuesto en el art. 58, inc. 1) del C.C.A.
IV. Que a fs. 35 esta alzada suspendió el llamamiento de autos y dispuso
como medida para mejor proveer que el IPS informara si el demandante poseía un
expediente en trámite para el otorgamiento de beneficios previsionales y en su caso,
que remitiese copias certificadas.
Que el citado Instituto remitió a este Tribunal fotocopias certificadas de las
actuaciones nº 21557-7792/04 con todos sus alcances y agregados, iniciado por el
actor, que se agregaron a fs. 38/69.
Que a fs. 70 se reanudó el llamado de autos de fs. 34.
V. Que el recurso de apelación es formalmente procedente, toda vez que se
dirige contra una decisión que resolvió denegar una medida cautelar y se han
cumplido los recaudos formales pertinentes (arts. 55 inc 2º, ap. b y 56 del C.C.A.).
VI. Que ello sentado, resulta necesario destacar que la tutela requerida en
autos halla su fundamento dentro del capítulo IV del C.C.A., referido genéricamente a
las medidas cautelares.
En efecto, más allá de la calificación jurídica dada en el escrito de promoción
de la acción, lo cierto es que la petición se encuadró en el art. 22 del C.C.A.
Puede afirmarse que se trata –específicamente- de una pretensión cautelar
autónoma de “contenido positivo”, cuyo objeto es “imponer la realización de una
determinada conducta a la parte demandada”.
Ello así, cabe recordar que para la procedencia de las medidas cautelares ha
de determinarse si se encuentran reunidos los requisitos previstos en el C.C.A., a
saber: la existencia de un derecho verosímil en relación al objeto del proceso, la
posibilidad de sufrir un perjuicio inminente o la alteración o el agravamiento de una
determinada situación de hecho o de derecho y que, con su dictado, no se afecte
gravemente el interés público (conf. art. 22).
Por su parte, y en lo que aquí concierne, el código dispone que cuando se
ordenen medidas de contenido positivo, el juez deberá ponderar, además de los
extremos señalados, la urgencia comprometida en el caso y el perjuicio que la medida
pudiera originar tanto a la demandada como a los terceros y al interés público.
VII. Que en consecuencia, a efectos de resolver la cuestión traída a esta
alzada, cabe referir que de las constancias del expediente administrativo anejado
surge que:

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a) con fecha 16/12/2004 se inició el expediente administrativo mediante el cual
el Sr. J. C. G. R. solicitó la jubilación por incapacidad.
b) en idéntica fecha, requirió el acogimiento al correspondiente anticipo
jubilatorio de acuerdo a lo establecido por el art. 55 del decreto- ley 9538/80, la
resolución 23/84 del Honorable Directorio del Instituto de Previsión Social y lo
convenido por acuerdo celebrado entre el Servicio Penitenciario y el IPS el 10/12/96.
Allí declaró bajo juramento –entre otras cuestiones- que cesó en toda actividad en
relación de dependencia, que no percibe beneficio alguno en concepto de anticipo
otorgado por el empleador y que se compromete a la devolución de lo percibido en tal
concepto en el supuesto de que el trámite peticionado concluya en una resolución
denegatoria.
c) se halla agregada la resolución 5369 del Interventor del Servicio
Penitenciario Bonaerense que ordenó la disponibilidad simple del Sr. G. R. por
razones de enfermedad y el pase a revistar en situación de retiro efectivo obligatorio
por incapacidad física ad referéndum del Poder Ejecutivo (26/11/04).
d) la Junta Médica del Servicio Penitenciario dictaminó que el actor padece de
esquizofrenia y fijó, para una vez finalizada la licencia médica, “una incapacidad
parcial y permanente del 70% de la total obrera a los fines previsionales (art. 173).
Enfermedad inculpable y contraída tras adquirir estabilidad penitenciaria”.
e) el Departamento de Cómputos de Servicios, en la liquidación indica “Sueldo
activo: 853,85...Haber Jubilatorio: $ 853,85”
f) el Presidente del IPS elevó en vista el expediente al Sr. Fiscal de Estado,
quien el 29/3/2005 entendió que “procede el otorgamiento de jubilación”.
g) la última actuación en el expediente administrativo consiste en la orden de
pase “a la Delegación del Servicio Penitenciario en el IPS a fin de agregar el cese
efectivo del titular de autos”.
VII. Que de los antecedentes reseñados y del relato efectuado por el
demandante, se advierte en forma liminar la excepcional situación por la que transita.
En efecto, el organismo empleador -si bien ad referéndum- ha dispuesto su
baja por razones de enfermedad en octubre de 2004, lo que le impide continuar
percibiendo su sueldo y trabajar y a su vez, el demandante es padre de dos hijas
menores -a quienes les debe alimentos- y, con su “pareja conviviente” estaría
esperando un hijo.
VIII. Por ello y en orden a la justificación de la medida incoada, cabe abordar
los diversos presupuestos de admisibilidad de la pretensión articulada (arts. 22, incs.
1º y 2º del C.C.A.).
En primer lugar, y en lo que respecta a la verosimilitud del derecho, se advierte
que la Junta Médica del Servicio Penitenciario ha dictaminado que el actor sufre una
enfermedad que determina su incapacidad laboral del 70% y que, si bien el IPS no ha
otorgado aún el beneficio jubilatorio, la Fiscalía de Estado ha dictaminado en forma
favorable a su concesión.
El peligro en la demora, en la especie, es manifiesto. Nótese que el actor no
obtiene sustento económico alguno, pues ha pasado a revistar en situación de retiro
efectivo, se encuentra imposibilitado para trabajar en la medida en que solicitó la
jubilación por invalidez y, de las constancias acompañadas, no se desprende que se le
hubiese otorgado anticipo previsional alguno.
Y es que no sólo carece de ingresos para su propia subsistencia, sino que
debe prestar alimentos a sus dos hijas menores y a su actual pareja conviviente, de
quien estaría esperando un hijo.
Tales circunstancias revelan a este Tribunal la urgencia del caso y la
irreparabilidad del perjuicio que el rechazo de la cautelar podría generar.
Finalmente, no se advierte afectación alguna al interés público ni a terceros.
IX. En virtud de lo expuesto, habida cuenta de la excepcional situación en la
que se halla el actor y la naturaleza alimentaria de la prestación que éste reclama,

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corresponde que el IPS abone el 100% de las mensualidades correspondientes al
beneficio pretendido (doct. SCBA, causa B 59331 “Chiabaut Morales”, sent. interloc.
del 13/4/99”), en atención al monto del haber jubilatorio indicado por el Departamento
de Cómputos (confr. fs. 60).
La medida otorgada tendrá vigencia hasta que el IPS le notifique al
demandante el acto administrativo definitivo correspondiente en el expediente nº
21557-7792/04.
Ello bajo la responsabilidad del peticionario que deberá prestar caución
juratoria a efectos de responder, eventualmente, por los daños y perjuicios que la
medida pudiere irrogar (art. 24 inc. 3º del C.C.A).
X. Que en consecuencia, al encontrarse reunidos los recaudos de
admisibilidad de la medida cautelar, corresponde, por los fundamentos
precedentemente señalados, revocar la decisión apelada resultando innecesario tratar
los restantes agravios y en consecuencia, conceder la tutela pretendida, con los
alcances y en la forma dispuesta en el ap. IX, previa caución juratoria que deberá
prestar el peticionario en primera instancia.
ASI SE DECIDE.
Regístrese y notifíquese al actor. Fecho, devuélvase al juzgado de origen,
donde deberá prestarse la respectiva caución. Posteriormente, notifíquese la medida
dispuesta a la Fiscalía de Estado y ofíciese al IPS a sus efectos.

JORGE AUGUSTO SAULQUIN

ANA MARÍA BEZZI

LAURA MERCEDES MONTI


ANTE MI

Ana Clara González Moras


Secretaria

Cámara de Apelación en lo Contencioso Administrativo-San Martín


Registro de Autos Interlocutorios Nº ..171.... fs...308/312 vta..

Ana Clara González Moras


Secretaria

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