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LA FORMA
DEL TESTIMONIO Apuntes de la síntesis de Julián Carrón
en la Asamblea internacional de responsables de Comunión y Liberación
Cervinia, 29 de agosto de 2016
Navarro Arteaga, El hijo pródigo, Capilla penitencial del Santuario de la Virgen del Rocío. Almonte, España.
SEPTIEMBRE 2016 I
PÁGINAUNO LA FORMA DEL TESTIMONIO
II SEPTIEMBRE 2016
LA FORMA DEL TESTIMONIO PÁGINAUNO
Q S SDUD LGHQWL¿FDU OD IRUPD DGHFXDGD GHO H[WLHQGH D WRGRV ORV DVSHFWRV GH QXHVWUDV YLGDVª ©Alle
testimonio. No es una urgencia solo de ahora, sino una radici dell’insicurezzaªHQWUHYLVWDDFDUJRGH'&DVDWL
constante en la historia de la Iglesia y en nuestra histo- Corriere della Sera, 26 de julio de 2016, p. 7).
ria, como se recoge estupendamente en la obra de Mar- Es en esencia el mismo diagnóstico que don Giussani
WD%XVDQLVREUHHOQDFLPLHQWRGH*LRYHQW6WXGHQWHVFD formulaba hace más de veinte años de forma todavía más
(Gioventù Studentesca. Storia di un movimiento cattolico radical. Lo que «caracteriza al hombre de hoy [es] la duda
dalla ricostruzione alla contestazione, Studium, Roma acerca de la existencia, el miedo a la existencia, la fragi-
2016). Nosotros nacimos dentro del intento que realizó lidad de la vida, la inconsistencia de uno mismo, el terror
la Iglesia ambrosiana de responder a la creciente falta de a lo imposible; el horror ante la desproporción entre uno
interés de los jóvenes por la propuesta cristiana, que era PLVPR\HOLGHDOª<FRQWLQXDED©(VWHHVHOIRQGRGHOD
percibida cada vez más como algo formal y carente de in- cuestión, y desde aquí se puede partir para una cultura
cidencia en la vida. Si nos remontamos al Milán de 1955, QXHYDSDUDXQDFUtWLFDQXHYDª'HKHFKRHOSXQWRGHSDU-
*LRYDQQL%DWWLVWD0RQWLQLH[SUHVDVXGHVHRGHHQFRQWUDU tida y el término con el que cualquier intento de respuesta
un «cristianismo moderno, vivo y nuevo que ofrecer a las está llamado a medirse es esta necesidad del hombre de
JHQHUDFLRQHV YHQLGHUDVª 0 %XVDQL Gioventù Studen- KR\±HVGHFLUGHFDGDXQRGHQRVRWURV±&XDOTXLHULQWHQ-
tesca…, op. cit., p. 14). Con su intento pastoral, el nuevo WRWLHQHTXHYHUL¿FDUVXSHUWLQHQFLDFRQUHODFLyQDHVWD
arzobispo trataba de responder al formalismo que pare- VLWXDFLyQ KXPDQD D HVWH ©KR\ª GHO KRPEUH 6L QR UHV-
cía dominar en la forma de vivir la fe y a los síntomas ponde a esta necesidad, no le interesará al hombre, no nos
ya visibles de alejamiento de los jóvenes, e interesará a nosotros. «El mundo de hoy ha
invitaba a todos a ayudarle. Se podría decir vuelto a la miseria evangélica. En los tiem-
que Giussani ya había respondido de lleno pos de Jesús, el problema era cómo vivir,
a este llamamiento de su obispo. \QRTXLpQWHQtDUD]yQª©&RUUHVSRQVDELOL-
(O PRYLPLHQWR HV HQ GH¿QLWLYD XQD IRU- El movimiento WjªLitterae communionis-CL, n. 11/1991).
ma, un modo a través del cual don Giussani, es la forma, la
con toda la sensibilidad de la que era capaz, modalidad a través
trató de dar testimonio de Cristo en aquella
de la cual Cristo 3. INTENTOS DE RESPUESTA
circunstancia histórica particular. El movi- Es inevitable que, ante esta situación de
miento es la forma, la modalidad a través nos ha alcanzado, la que no podemos evitar partir, aparezcan
de la cual Cristo nos ha alcanzado, nos ha nos ha fascinado distintos intentos de respuesta, distintas
fascinado, nos ha aferrado, es el modo con culturas, que indican posiciones de fondo.
el que el cristianismo se ha vuelto intere- Soy consciente de que en la vida personal
sante para nosotros, con el que Cristo se ha y social existen muchas otras dimensiones
convertido en una presencia real en nuestra vida. Y noso- que hacen de ella algo verdaderamente complejo. Pero
tros lo hemos descubierto a través de la experiencia, por quiero detenerme en dos actitudes que creo que prevale-
la capacidad que tiene Cristo de atraernos, de fascinarnos cen en la actualidad.
y, a través de la pertenencia, de cambiar nuestra vida.
Pero esta dinámica no se detiene nunca, porque las cir- a) Muros
cunstancias cambian constantemente. Por eso la Iglesia Podemos indicar la primera con una palabra: muros.
necesita siempre escrutar los signos de los tiempos para Esta posición de fondo propone crear muros para defen-
buscar la forma adecuada del testimonio. ¿Cuáles son los der de algún modo lo que queda todavía, para tratar en
signos de este cambio de época? Podemos indicarlos ha- GH¿QLWLYD GH SURWHJHUQRV (O 3DSD )UDQFLVFR QRV OD KD
ciendo referencia a personas que no pertenecen a la Igle- recordado muchas veces. Al señalar esta actitud no se
sia, pero que tienen la sencillez de mirada necesaria para quiere, obviamente, infravalorar o excluir las medidas de
captar lo que está sucediendo (inseguridad y miedo) e seguridad y las leyes necesarias para prevenir cualquier
LGHQWL¿FDUVXUDt]©/DVUDtFHVGHODLQVHJXULGDG±KDGLFKR violencia y defendernos adecuadamente de eventuales
UHFLHQWHPHQWHHOFRQRFLGRVRFLyORJR=\JPXQW%DXPDQ± DJUHVLRQHV3HUR¢VRQVX¿FLHQWHV"6REUHWRGR¢VRQVX-
son muy profundas. Se hunden en nuestro modo de vida, ¿FLHQWHVFRQUHVSHFWRDODSURIXQGLGDGGHOSUREOHPDTXH
están marcadas por el debilitamiento de los vínculos […], WHQHPRVTXHDIURQWDU"%DXPDQQRVGHVDItDGHQXHYRFRQ
por la disgregación de las comunidades, por la sustitución su agudeza: «Una vez que se erijan nuevos muros y que
GHODVROLGDULGDGKXPDQDSRUODFRPSHWLFLyQª<DxDGtD más fuerzas armadas se desplieguen en los aeropuertos y
que el miedo procede de esta ausencia de vínculos: «El en los espacios públicos; una vez que a quien pide asilo
miedo generado por esta situación de inseguridad […] se procedente de guerras y destrucciones le sea denegada »
» esta petición, y que más migrantes sean repatriados, y más disponibles a un diálogo, incluso con personas
resultará evidente que todo esto es irrelevante para re- aparentemente muy lejanas, pero con las cuales nos unen
VROYHUODVFDXVDVUHDOHVGHODLQFHUWLGXPEUHª©$OOHUDGL- las mismas preguntas. Incluso procediendo de historias o
FLGHOO¶LQVLFXUH]]DªFLW/RVXEUD\DEDWDPELpQHO3DSD recorridos absolutamente distintos, lejanísimos, es como
hace algunos meses: «Siempre he dicho que construir si paradójicamente la situación actual nos hiciese a todos
muros no es la solución. En el siglo pasado vimos la caída compañeros de camino más disponibles a escucharnos.
GHXQR1RVHUHVXHOYHQDGDªRueda de prensa durante Nosotros no somos extraños al desafío de encontrar res-
el vuelo de vuelta desde Lesbos, Grecia, 16 de abril de SXHVWDV DGHFXDGDV \ WHQHPRV TXH YHUL¿FDU VL HVWDPRV
2016). De forma análoga, las contraposiciones ideológi- disponibles para considerar lo que los demás nos ofrecen
cas, que son formas distintas de construir muros, serán dentro de un diálogo, y si lo que podemos compartir de
irrelevantes a la hora de resolver las causas reales de la nuestra experiencia tiene valor también para ellos. Por
incertidumbre, porque el problema no es «quién tiene ra- ello, tiene razón el cardenal Tauran que, justamente en
]yQªVLQR©FyPRVHSXHGHYLYLUªHQHVWDVLWXDFLyQ/DLQ- una situación en la que uno pensaría en formas de res-
seguridad y el miedo no se superan con los muros, tienen puesta distintas, más rígidas, no se cansa de insistir en la
UDtFHVWDQSURIXQGDVHQQRVRWURVTXHFRPRGLFH%HQHGLF- inevitabilidad de un diálogo desarmado: «La respuesta
WR;9,QRVHSXHGHQUHVROYHUVLPSOHPHQWHGHVGHIXHUD es siempre y en cualquier caso el diálogo, el encuentro
«El hombre nunca puede ser redimido solamente desde el […]; el único camino practicable es el del diálogo desar-
H[WHULRUª&DUWDHQFtFOLFDSpe salvi, 25). PDGR(QPLRSLQLyQGLDORJDUVLJQL¿FDHQGH¿QLWLYDLUDO
Cuando hemos construido muros, ¿ha encuentro del otro desarmados, con una con-
desaparecido acaso la incertidumbre, ha sido cepción no agresiva de la propia verdad, y sin
vencida, ha sido derrotada? Pensemos en HPEDUJRQRGHVRULHQWDGRVª¢1RH[LVWHRWUR
ciertos muros reales construidos aquí y allá camino?, le pregunta el entrevistador. «En
por el mundo: ¿se ha vuelto más seguro vivir? El problema DEVROXWR (VWDPRV FRQGHQDGRV DO GLiORJRª
Pensemos en las veces que nos encerramos no es «quién («Un altro passo verso l’abisso ma il sangue
dentro de nuestro huerto para defender los tiene razón», si può fermare con il coraggio del dialogoª
espacios que todavía nos quedan. ¿Ha sido entrevista a cargo de P. Rodari, La Repubbli-
vencida la incertidumbre? Solo en apariencia,
sino «cómo se ca, 27 de julio de 2016, p. 8).
porque el virus permanece incluso dentro de puede vivir» en
las fortalezas. De hecho, el problema no son esta situación
ante todo los riesgos que puedan venir desde 4. «EL DIÁLOGO ES VIDA»
fuera, sino el miedo a vivir, la inseguridad /D SDODEUD ©GLiORJRª RFXSD VLJQL¿FDWLYD-
existencial, la duda que tenemos acerca de la mente una posición central en el origen de la
existencia. Por ello, aunque construyamos muros, conti- experiencia de GS propuesta por don Giussani. Cuando
QXDED%DXPDQ©ORVGHPRQLRVTXHQRVSHUVLJXHQ>«@QR en *LRYHQW 6WXGHQWHVFD 5HÀH[LRQHV VREUH XQD H[SH-
se evaporarán ni desaparecerán. En ese punto podremos riencia, GH GRQ *LXVVDQL GHVFULEH HO ©UDGLRª HO
GHVSHUWDUQRV\GHVDUUROODUORVDQWLFXHUSRVª©Alle radi- SULPHUJHVWRTXHLQGLFDEDODSDUWLFLSDFLyQHQ*6D¿UPD
ci dell’insicurezzaªFLWDGHFXDGRVVHUHPRVFDSDFHVGH TXH©KDFHUHOUDGLRVLJQL¿FDGLDORJDUª©'LiORJRHVFR-
ello. Es un problema de tiempo, no de discusiones. Antes municar nuestra vida personal a otras vidas personales;
o después llegaremos al núcleo de la cuestión. diálogo es compartir la existencia de los demás en nues-
WUDH[LVWHQFLDª(VWDHUDODSULPHUDIRUPDTXHGRQ*LXV-
b) Diálogo sani proponía a los jóvenes estudiantes de bachillerato
Al intento de levantar muros se puede contraponer una con los que se relacionaba. Y para aclarar la naturaleza
segunda actitud, que podemos describir con otra palabra: GHO©GLiORJRªTXHSURSRQtDORFRQWUDSRQtDDRWUDFRQRFL-
diálogo. Muchos hombres de hoy, como hemos visto en da acepción que había sumido la palabra en el debate de
numerosas ocasiones este año, buscan sinceramente una aquellos tiempos con relación a la escuela, es decir, la de
respuesta adecuada a sus propias necesidades y a las de ©GLDOpFWLFDª©(YLGHQWHPHQWHHVWHGLiORJRHVWiPX\OHMRV
los demás, después de las muchas derrotas ideológicas, y de la concepción racionalista, que lo considera como una
por ello los percibimos como compañeros de camino. Lo dialéctica, como un choque más o menos lúcido de ideas
hemos visto en los interlocutores con los que nos hemos y medidas mentales. Nuestro diálogo es el mutuo comu-
encontrado al presentar La belleza desarmada (J. Carrón, nicarse de uno mismo a través de los signos de las pala-
La belleza desarmada, Encuentro, Madrid 2016). La his- bras, de los gestos, de la actitud. El acento no lo ponemos
toria reciente nos ha hecho a todos menos presuntuosos en las ideas, sino en la persona como tal, en la libertad.
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Nuestro diálogo es una vida de la que las ideas son una Es lo que sucedió a mediados de los años 60, la época
H[SUHVLyQª/*LXVVDQLEl camino a la verdad es una a la que remonta Giussani el comienzo de la crisis de GS
H[SHULHQFLD, Encuentro, Madrid 1997, p. 39). que culminará en el 68: «Los que después dejarían GS
Pocos años después, en 1964, en Apuntes de método ponían el acento en una concepción según la cual el cris-
cristiano*LXVVDQLXWLOL]DODFDWHJRUtDGH©GLiORJRªSDUD tianismo era entendido, en la práctica, como una forma
LGHQWL¿FDU OD PLVLyQ OD SUHVHQFLD GH ORV MyYHQHV EDFKL- de compromiso moral y social. Haciendo esto perdían de
lleres en el ambiente. «El diálogo es un instrumento de YLVWDODPLVPDQDWXUDOH]DHVSHFt¿FDGHOKHFKRFULVWLDQR
convivencia con toda la realidad humana hecha por Dios. y por consiguiente terminaban inevitablemente poniendo
Por eso el diálogo es el instrumento característico de la su esperanza en la capacidad de acción y organización
PLVLyQª3RGHPRVD¿UPDUTXH©ODKLVWRULDGHOD,JOHVLD del hombre, y no en el gesto gratuito que Dios ha elegido
es una historia de construcción de la unidad, una histo- para entrar en la historia. A mi parecer, dicha actitud en
ria hecha de la capacidad de valorar lo positivo, hecha estas personas no era entonces consciente, ni críticamen-
GH GLiORJR %DVWH SHQVDU HQ HO HQFXHQWUR TXH VH KD LGR te teorizada, pero en la práctica inspiraba su vida de cada
produciendo entre el cristianismo y las distintas civili- GtD6HSODQWHySXHVXQFRQÀLFWRTXHVHSRGUtDVLQWHWL]DU
]DFLRQHVª¢&yPRGHVFULEHHOGLiORJRGRQ*LXVVDQL"©(O así: según pensaba yo y algunos otros, la realidad que
diálogo consiste en la propuesta que hago al otro de lo salva al hombre y al mundo es Cristo y su Iglesia, cuya
que yo vivo y en la atención a lo que el otro vive, por una expresión suprema y signo en la historia es la unidad de
estima por su humanidad y por un amor a él que no impli- los creyentes (entre ellos y con la autoridad) […]. El otro
FDHQDEVROXWRXQDGXGDGHPtPLVPRª©(O JUXSRHQFDPELR±SRQLHQGRVREUHWRGRHO
“otro” es esencial para que mi existencia se acento en el compromiso práctico y organi-
desarrolle, para que lo que yo soy tenga di- zativo y en un modo de afrontar los proble-
namismo y vida. El diálogo es esta relación mas sociales inspirado prioritariamente en
FRQHO³RWUR´VHDTXLHQVHDVHDFRPRVHDª El diálogo H[LJHQFLDVGHRUGHQPRUDO±FHQWUDEDWRGD
(ibídem, pp. 135, 139). expresa de forma su esperanza en la capacidad de iniciativa y
Diálogo o dialéctica. Es impresionante constitutiva de acción del hombre, no reconociendo en el
releer estas cosas a la luz de lo que decía- fondo más valores que aquellos que pudie-
mos al principio: «Por cómo tomamos esa
la experiencia ran reconducirse a esto. La crisis, que nos
postura se comprende si vivimos y en qué cristiana vivida afectó muy duramente, estaba ya en mar-
grado la pertenencia, que es la raíz profunda en su verdad FKDSXHVD¿QDOHVGHª/*LXVVDQL
de toda expresión cultural. En efecto, toda El movimiento de Comunión y Liberación.
expresión cultural nace de una pertenencia 1954-1986, Encuentro, Madrid 1987, p. 50).
GHWHUPLQDGDª/*LXVVDQLEl hombre y su Nuestra historia es tan rica en vidas y en
destino, op. cit., p. 61). Cualquier expresión cultural nace experiencias que nos proporciona todos los elementos
de una pertenencia. El enfrentamiento, la dialéctica, la para ver hasta qué punto es verdad lo que dice don Gius-
contraposición tienen su origen en una concepción «ideo- sani, no solo porque lo dice él, sino porque lo atestigua la
OyJLFDªFXDOTXLHUDTXHVHDVXPDWUL](OGLiORJRHQFDP- evolución de las cosas. De hecho, si en un momento dado
bio, expresa de forma constitutiva la experiencia cristiana cambia la pertenencia, porque se hace una experiencia
vivida en su verdad: al ser el cristianismo una gracia, un distinta de la vida, será distinta también la expresión cul-
don recibido gratuitamente a través de un encuentro, ¿qué tural. Por ello cada uno de nosotros expresa de hecho su
podemos hacer, sino compartir en el encuentro y el diá- pertenencia en su forma de presentarse con una cierta ex-
logo incansable con los demás lo que se nos ha dado? No presión cultural.
existe otra forma de hacerles partícipes de la verdad que
hemos recibido que no sea compartirla, comunicársela a 5. EL ORIGEN DE LA EXPRESIÓN CULTURAL
ellos a través de la vida; a través del testimonio, precisa- Por tanto, ¿cuál es el origen de nuestra forma de presen-
mente. Pero esta actitud podemos encontrarla igualmente WDUQRVHQODUHDOLGDG"6RORVLLGHQWL¿FDPRVHORULJHQGH
en los que, habiendo descubierto algo decisivo para ellos nuestra expresión cultural, el origen de nuestros intentos
en otra experiencia, quieren compartirla con otros. de respuesta, podremos tener claridad sobre el camino
Por tanto, cada una de nuestras expresiones culturales y dejarnos reconducir cuando nos perdamos. ¿Cuál es el
es una prueba de nuestra pertenencia. Lo vemos también origen de los muros, de la dialéctica, del enfrentamien-
en estos tiempos: a veces nos sentimos más cerca de per- to? ¿Y cuál es el origen del diálogo como compartición,
sonas que durante años han estado lejos que de algunos como comunicación de nosotros mismos y no como mera
de casa. La vida no nos ahorra nada. confrontación de ideas? »
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» 1996, p. 168). ¿Y qué quiere decir esto? En un texto que tiene esta sed puede darse cuenta del valor de lo que
un poco anterior, de 1954, encontramos la respuesta: «La le ha sucedido, es decir, de que «tu gracia vale más que la
realidad del reino de Dios no puede ser medida por la YLGDª©6DOPRª/DXGHVGHOOXQHVHQLibro de las Ho-
cantidad de personas que llenan las iglesias en determi- ras, Asociación cultural Huellas, Madrid 2010, p. 97). La
QDGDV¿HVWDVRFLUFXQVWDQFLDVRSRUORVRUDWRULRVDEDUUR- sed y la gracia. El deseo y la presencia que responde a él.
tados de espectadores juveniles para ver un interesante Don Giussani nunca ha dejado de insistir en la centra-
WRUQHRGHI~WERORSRUODVVDODVFLQHPDWRJUi¿FDVSDUUR- lidad de la persona, del yo, a lo largo de los años, per-
TXLDOHVGHJUDQDÀXHQFLDªVLQRTXHVHPLGHVRORSRUVX mitiéndonos recuperar constantemente el camino. Lo
capacidad de «crear personalidades cristianas auténti- FRQ¿UPDXQWH[WRGH£HODQWHULRUHUDGHHVWH
FDVª / *LXVVDQL& 2JJLRQL Conquiste fondamentali es de 1998!). Durante un Equipe de los universitarios, a
per la vita e la presenza cristiana nel mondo, Presiden- quien le preguntaba: «¿Por qué un movimiento como el
cia diocesana milanesa de la Juventud italiana de Acción nuestro insiste tanto sobre el yo, y porque solo ahora esta
Católica, Milán 1954, pp. 20-21). LQVLVWHQFLD"ª *LXVVDQL UHVSRQGH ©0H KDFHV UHDFFLR-
¿Y cómo nace la personalidad cristiana auténtica? nar un poco inmediatamente cuando dices “solo ahora”,
Ante todo, hay que subrayar que la propuesta de don ¡porque el comienzo del movimiento estaba dominado
Giussani está fuertemente centrada en la persona, en el por el problema de la persona! Y la persona es un indi-
\RHQHO©VHQWLGRFULVWLDQRGHO\RªFRPRLQVLVWLUiGHV- viduo, la persona es un individuo que dice “yo” […]. En
GHHOFRPLHQ]RGH*6KDVWDHO¿QDOGHVXYLGD<SDUD cualquier caso, los primeros años, la primera decena de
documentar esto, en el citado cuadernillo de años, antes de que el 68 provocara una fuer-
1955, Respuestas cristianas a los problemas te convulsión, poniendo con afán en el punto
de los jóvenes, don Giussani destaca el fenó- de mira no tanto el yo cuanto su acción en
meno del deseo como dimensión constituti- «El deseo, en la sociedad, la conquista del poder [este fue
va del hombre, del sujeto, de la persona: el último término, el desplazamiento] […]; antes del 68, decía,
GHVHRGH¿QHDO\RGHIRUPDRULJLQDULD$TXt el tema con el que daba comienzo siempre a
percibimos una novedad de su planteamien- encarna ese los Ejercicios, a los retiros, estaba constituido
to, porque el deseo era mirado de hecho con atractivo por una frase de Jesús […]: “¿De qué le sirve
una cierta cautela, cuando no sospecha, en profundo con al hombre ganar todo el mundo si se pierde a
muchos ambientes católicos de la época y en el que Dios nos sí mismo? O ¿qué dará el hombre a cambio
ODVSHUVSHFWLYDVGHUHÀH[LyQOLJDGDVDHOORV de sí? […]. Esto explica por qué lo que de-
Al subrayar el deseo se expresa la profunda
llama hacia sí» cimos, el contenido de nuestra conversación,
centralidad del yo, de la persona, percibida en siempre está centrado en lo humano, en el
su concreción y originalidad, que caracteriza valor humano que tienen las cosas; y el valor
la propuesta de don Giussani. Escribe: «Pero sobre todo humano no es de la “humanidad”, sino del individuo, de
hay un fenómeno que tensa el arco vibrante de la vida ODSHUVRQDª<FRQWLQ~D©/DIUDVHGH-HV~VTXHHQWRQFHV
humana, un fenómeno principal, el alma común de todo decía tantísimas veces, como un estribillo continuo, se
interés humano, el resorte de todo problema: el fenóme- fue perdiendo del 68 en adelante, pero ahora la hemos
no del deseo. El deseo que nos empuja a solucionar los retomado, porque el resultado de la política o de la “re-
problemas, el deseo que es la expresión de nuestra vida volución” nos ha permitido ver la consecuencia extrema
como hombres, encarna en último término ese atractivo GHXQDIDOWDGHFRQFLHQFLDGHDXWRFRQFLHQFLDGHO\Rª<
SURIXQGRFRQHOTXH'LRVQRVOODPDKDFLDVtª/*LXVVD- ahora aparece más claro lo que nos decía en 1998: «En
ni, Respuestas cristianas a los problemas de los jóvenes, estos tiempos que vivimos hemos arribado a una orilla
en Los jóvenes y el ideal, op. cit., p. 150). árida e infecunda, estamos en un desierto humano donde
¡Qué diferencia en el modo de considerar el deseo! Para quien sufre, el sujeto de la pena es el yo: no la sociedad,
don Giussani el deseo encarna ese atractivo profundo con sino el yo, porque en nombre de la sociedad se matan
el que Dios nos llama hacia sí. también todos los “yo” posibles e imaginables. Mientras
¡Qué consuelo experimentaríamos todos los días si to- que para nosotros la sociedad nace de la existencia del
másemos en consideración los instrumentos que tenemos yo. […] En cualquier caso, el desarrollo del movimiento,
a nuestra disposición para darnos cuenta de lo que somos! la dinámica del movimiento ha llegado ahora a un punto
Cuando leemos el Salmo 62: «Oh Dios, tú eres mi Dios, / desde el que se puede comprender […] que el único recur-
SRUWLPDGUXJRPLDOPDHVWiVHGLHQWDGHWLª¢4XpHVHVWD so para frenar la invasión del poder se halla en ese vértice
sed, sino el deseo? ¡La sed! «Mi carne tiene ansia de ti / del cosmos que es el yo, y es la libertad [¡impresionante!]
FRPRWLHUUDUHVHFDDJRVWDGDVLQDJXDª6RORXQKRPEUH […]. El único recurso que nos queda es retomar con fuerza el
sentido cristiano del yo. […] La insistencia sobre el valor pero el sujeto […] es la conciencia de un acontecimiento,
del yo se ha desarrollado por tanto desde el inicio, según el acontecimiento de Cristo, que se ha convertido en his-
ORUHTXHUtDQODVFLUFXQVWDQFLDV±SRUTXHVLHPSUHKDVLGR toria para ti a través de un encuentro, y tú lo has recono-
una preocupación nuestra responder a los problemas par- cido. Debemos colaborar, ayudarnos al surgimiento de
WLHQGRGHODVFLUFXQVWDQFLDVHQODVTXHYLYLPRV±>«@/D sujetos nuevos, es decir, de gente consciente de un acon-
insistencia en el valor del yo ha sido no solo la razón de tecimiento que se convierte para ellos en historia, pues
una profundización, de un desarrollo de la religiosidad en caso contrario podemos crear redes organizativas,
como categoría fundamental del yo, sino también el ori- pero no construimos nada, no aportamos nada nuevo al
gen fascinante de la relación con todos los niveles del co- mundo. Por ello, lo que mide el incremento del movi-
QRFLPLHQWRª/*LXVVDQLIn cammino. 1992-1998%85 miento es la educación en la fe de la persona: el recono-
Milán 2014, pp. 337-343). cimiento de un acontecimiento que se ha convertido en
La insistencia en el valor del yo es por tanto un desarro- historia. Cristo se ha convertido en historia para ti […],
llo de la religiosidad, del sentido del Misterio. A partir de HVWiGHQWURGHWXVHUª/*LXVVDQLUn evento reale nella
ella, don Giussani nos asigna también la tarea: «La frase vita dell’uomo. 1990-1991%850LOiQS
de Jesús que he citado al comienzo es trágica. Trágico es
que haya dejado de escucharla en el movimiento, excep-
to alguna rara vez dictada por otros; en los comienzos, 7. LA EXPERIENCIA DE LA VERIFICACIÓN DE LA FE
fue precisamente nuestro punto de referencia. “¿De qué Si nosotros queremos alcanzar esa certeza que hace
le sirve al hombre ganar todo el mundo si se de nosotros sujetos nuevos, no hay otra
pierde a sí mismo? O ¿qué dará el hombre a posibilidad más que volver a hacer hoy el
cambio de sí?”. ¡Cumplid vosotros con este mismo camino que se nos propuso desde el
reto, realizad vosotros toda la dinámica, de- inicio. No se trata de discutir, sino de volver
sarrollad en vosotros este dinamismo en el El cumplimiento DKDFHUQRVRWURVODH[SHULHQFLDGHODYHUL¿-
que hemos profundizado durante años, el di- del corazón es cación de la fe como respuesta a nuestro de-
namismo que surge de la razón principal de la única respuesta seo, a nuestras exigencias humanas. Delan-
nuestra amistad y de nuestra compañía!: el te de la samaritana, Jesús se dirige al deseo,
cumplimiento del corazón, de las exigencias
frente a la nada: a la sed de aquella mujer, no a los torpes in-
del corazón, sin el cual el nihilismo sería la no los muros tentos que ella había hecho para satisfacer-
~QLFDFRQVHFXHQFLDSRVLEOHªibídem, p. 344). ni la dialéctica ODSRUTXHDXQTXHKXELHVHLGHQWL¿FDGRORV
No son cosas de poca importancia. O re- errores, si no hubiese respondido a su sed
corremos este camino o terminaremos en aquella mujer los habría vuelto a cometer.
el nihilismo. Por eso os animo a recorrerlo: Porque lo que cambia la mentalidad no es
«Cumplid […], desarrollad vosotros toda la dinámica […] XQDD¿UPDFLyQVLQRXQDH[SHULHQFLDXQDKLVWRULDSDU-
de la razón […] de nuestra amistad: el cumplimiento del ticular, una experiencia particular que, justamente por-
FRUD]yQª(OFXPSOLPLHQWRGHOFRUD]yQHVOD~QLFDUHV- que cumple nuestro deseo, nos permite introducirnos en
puesta frente a la nada: no los muros ni la dialéctica, sino la realidad según un modo distinto de mirar y de tratar
una experiencia en nosotros en la que vemos que el nihi- todo. Por eso, desde el principio don Giussani pone en
lismo es vencido, una victoria sobre el nihilismo debida el centro la experiencia, la cuestión de la experiencia.
justamente a la experiencia que hacemos. El cumplimien- Ahora podemos comprender mejor el alcance que tiene
WRGHOFRUD]yQHVODYHUL¿FDFLyQGHODIH<VRORGHHVWD esto. En una carta a Montini de 1962, en la que trataba
YHUL¿FDFLyQGHODIHVRORGHHVWHFXPSOLPLHQWRVRORGH GHDFODUDUVXLQVLVWHQFLDHQOD©H[SHULHQFLDªVXEUD\DED
esta certeza podrá venir una expresión cultural adecuada TXH ©QRUPDOPHQWH D ODV ³SDODEUDV´ FULVWLDQDVª QR FR-
a las circunstancias en las que estamos llamados a vivir, UUHVSRQGtD ©QLQJ~Q UHFODPR FRQFUHWRª HQ OD FRQFLHQ-
según todas las dimensiones de la realidad. Por eso don cia de los jóvenes. Los estudiantes percibían «la doc-
Giussani nos invita a la personalización de la fe, de la que WULQD FULVWLDQD DEVWUDFWD \ VLQ VLJQL¿FDGR DOJXQR SDUD
hablaba desde el principio, del mismo modo que desde el VXH[LVWHQFLDª/DH[SHULHQFLDSRUWDQWRHUDQHFHVDULD
principio de la historia del movimiento dominaba la pala- para que se pudiesen comprender y vivir las ideas que
EUD©YHUL¿FDFLyQªSRUTXHODFXHVWLyQHVODJHQHUDFLyQGHO intelectualmente expresan la realidad cristiana. Y era
sujeto, entonces al igual que ahora. justamente la experiencia personal lo que hacía posible
Es impresionante ver dónde pone don Giussani la es- por tanto un redescubrimiento profundo de la enseñan-
peranza. «Cuanto más duros son los tiempos, tanto más ]DGHOD,JOHVLDFI0%XVDQLGioventù Studentesca…,
es el sujeto lo que cuenta […]. Lo que cuenta es el sujeto, op. cit., pp. 484-231). Si no hacemos este trabajo, »
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PÁGINAUNO LA FORMA DEL TESTIMONIO
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LA FORMA DEL TESTIMONIO PÁGINAUNO
8. ¿CÓMO SE DEFINE LA FORMA DEL TESTIMONIO? buen ejemplo que, aunque forma parte del testimonio, no
El descubrimiento de la forma del testimonio se da es lo más decisivo. El testimonio es ante todo de Cristo
únicamente dentro de un camino como el que hemos en mí, es el testimonio que Cristo da en nosotros, a través
descrito. En nuestras conversaciones se pone de mani- del cambio que produce en nuestra vida y que nosotros
¿HVWRPXFKDVYHFHVHOULHVJRGHUHGXFLUHOWHVWLPRQLRD secundamos libremente. Lo dice san Pablo: «Pero lleva-
una estrategia. De hecho, nosotros tratamos siempre de mos este tesoro en vasijas de barro, para que se vea que
ahorrarnos el camino. El testimonio no es una estrategia una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene
que debamos imaginar, que debamos programar en un GHQRVRWURVª&RU3RUHVRGRQ*LXVVDQLGHVFULEH
despacho, como tampoco es la nueva consigna que deba- el encuentro con Cristo como el toparse con una realidad
mos repetir. Es una forma distinta de estar en la realidad humana distinta. Te topas con una realidad humana que
TXH QDFH GH OD YHUL¿FDFLyQ GH OD IH QRV VRUSUHQGHPRV lleva en sí «una “diferencia cualitativa”, […] una vida di-
siendo distintos en el modo de afrontar la vida. Al haber ferente que tú percibes. […] Cuántos entre nosotros han
sido aferrados por la certeza de Cristo, al experimentar escuchado que alguien les decía: “Tú eres distinto de los
una plenitud afectiva que de otro modo sería imposible, GHPiVKD\DOJRGLVWLQWRHQWL´ª3XHVELHQ©HOHQFXHQWUR
podemos mirarlo todo de forma distinta, más verdadera, es toparse con una diferencia cualitativa o […] con algo
más libre: nosotros somos los primeros en sorprendernos GLVWLQWR HV ³WRSDUVH FRQ XQD GLIHUHQFLD TXH WH DWUDH´ª
por el hecho de que miramos la realidad de forma dis- El modo que tiene Cristo de hacerse presente a los hom-
tinta. Es una sorpresa. El fruto cristiano es una sorpresa EUHVHVDWUDYpVGHXQDGLIHUHQFLDTXHWHDWUDHDKRUD±WH
del camino de la pertenencia a Cristo. No es DWUDH OD GLIHUHQFLD TXH YHV HQ DOJXLHQ± <
solo una sorpresa para los demás, sino que te atrae «en la medida en que pasa a través
es una sorpresa ante todo para nosotros mis- GHO¿OWURGHODFRPSDUDFLyQ\GHOWUDEDMRGHO
mos: yo sorprendo en mí dinamismos que no El testimonio MXLFLRª7~GHVFXEULUiVTXHXQDGLIHUHQFLDWH
son míos, modos de actuar que son distintos es de Cristo atrae porque corresponde más a tu corazón,
de los de antes. te atrae porque es más bella. Te atrae y «es
No hay que confundir la forma del testi- en nosotros, es más bella porque es más verdadera, porque
monio con una estrategia, y tampoco hay Cristo quien da ODEHOOH]DHVHOUHVSODQGRUGHODYHUGDGª3RU
que reducirla a dar buen ejemplo, a ser capa- testimonio de sí este motivo no puede sino estar desarmada.
ces, como me ha dicho alguno de vosotros: mismo a través «Por ello, se trata de una diferencia más be-
«Me cuesta mucho esta expresión, “forma lla porque es más verdadera, que te corres-
del testimonio” porque si pienso en mi testi-
de nuestra vida ponde más, te atrae, es decir, te corresponde
PRQLRYHRORLQFDSD]TXHVR\ª PiVª(LQVLVWH©(VPiVEHOODSRUTXHHVPiV
A este respecto, una de las cosas que más verdadera, porque el criterio de la verdad es
impresionan del modo que tiene Dios de hacer las cosas, HOFRUD]yQª/*LXVVDQLCiò che abbiamo di più caro.
en donde se demuestra que Dios no está bloqueado en 1988-1989%850LOiQS
absoluto por nuestra incapacidad, es que cuando quiere Este recorrido no es mecánico, no puede suceder sin
mostrar que es Él quien actúa, elige la incapacidad más nosotros, pues todo pasa través de nuestra disponibili-
absoluta: la esterilidad. Para comunicar a todos que es Él GDG©%LHQDYHQWXUDGDODTXHKDFUHtGRSRUTXHORTXHOH
quien cumple, hace parir a una mujer estéril; pensemos KDGLFKRHO6HxRUVHFXPSOLUiª/F%LHQDYHQWXUD-
HQODV¿JXUDVEtEOLFDVGH6DUD$QDR,VDEHO(QWRQFHV GDW~0DUtDTXHWHKDV¿DGRGHODSDODEUDGH'LRV\OD
el testimonio no es un problema de capacidad, de estar KDVYHUL¿FDGR3RUHVRODVSDODEUDVGH,VDEHOVRQHOUHFR-
a la altura, sino que depende de que uno se encuentra nocimiento de lo que ha visto suceder en ella cuando ha
dentro de sí algo que no podía generar por sí mismo, y aparecido ante sus ojos la Virgen: el sobresalto del niño
justamente por eso da testimonio de Aquel que ha hecho que llevaba en su seno, su conmoción. «Pues, en cuanto
posible ese milagro en él. El testimonio es de Cristo en tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en
nosotros, es Cristo quien da testimonio de sí mismo a tra- PLYLHQWUHª/F'HIRUPDDQiORJDHVDGLVSRQLELOL-
vés de nuestra vida. En este sentido, es imposible reducir GDGDGHMDUVHJHQHUDUSRU2WURSRQHGHPDQL¿HVWRQXHV-
el testimonio al buen ejemplo. De hecho, la estéril no en- tra pertenencia. Solo una persona verdaderamente cierta
gendra un hijo porque sea mejor: si ella, estéril, da a luz puede aceptar el desafío que representa la conciencia que
un hijo es porque hay Otro que está actuando. Ese hecho la Iglesia ha alcanzado en el Concilio Vaticano II de que
da testimonio de Cristo, que hace que suceda tal hecho. no existe otra forma de comunicación de la verdad más
Por tanto, debemos superar la preocupación de la inca- que la que pasa a través de la libertad. La Iglesia, y por tan-
pacidad, que pertenece a una reducción del testimonio a to el cristiano, no necesita imponer nada. «La verdad »
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PÁGINAUNO LA FORMA DEL TESTIMONIO
» no se impone de otra manera, sino por la fuerza de la visto? El cristianismo es una presencia presente y todo
PLVPDYHUGDGª&RQFLOLR9DWLFDQR,,'HFODUDFLyQVREUH el pasado, todo lo que hemos vivido, la verdad de todo
la libertad religiosa Dignitatis Humanae, Proemio, 1). lo que hemos vivido, se pone a prueba, se examina en el
En la raíz se halla la plenitud de Dios, es la plenitud que presente en el modo con el que afrontamos el presente.
vive Dios lo que crea el espacio de la libertad. Recuerdo El llanto de María Magdalena permanecerá siempre ante
todavía la impresión que me produjo cuando supe que nosotros, porque si Él no sigue presente, todo el pasado
en las religiones mesopotámicas la razón por la que los QRHVVX¿FLHQWHSDUDERUUDUHOOODQWR
hombres habían sido creados era para liberar a los dioses En cambio, cuando está presente, regenera nuestras co-
del peso del trabajo. En cambio, el Dios de Abrahán, que munidades. «Al término de unas vacaciones que hemos
en Cristo se revela como Trinidad, vive en la comunión hecho en el mar un grupo de dieciséis familias de amigos
trinitaria una plenitud tal que genera una criatura libre de Varese y Friburgo (Suiza), de un modo en absoluto
con la cual poder compartir libremente esta plenitud IRUPDO ±HVFULEHQ DOJXQRV DPLJRV QXHVWURV± KD QDFLGR
suya. Por eso Dios no se asusta de la libertad humana, en nosotros el deseo hacer una colecta libre para hacer
SRUHVRKDFUHDGRDOKRPEUHOLEUHSRUTXHSUH¿HUHVHUUH- un donativo a la Fraternidad. Y todo por el asombro y
conocido y amado libremente por un yo libre, como nos la gratitud de los días que hemos pasado juntos durante
UHFXHUGD3pJX\©3RUHVDOLEHUWDG>«@ORKHVDFUL¿FDGR los cuales, gracias también al trabajo que hemos hecho
WRGRGLFH'LRV3RUHVDD¿FLyQTXHWHQJRGHVHUDPDGR juntos sobre los Ejercicios y sobre el texto del encuentro
SRUKRPEUHVOLEUHV/LEUHPHQWHª&K3pJX\Los tres con los nuevos inscritos a la Fraternidad, hemos hecho
misterios. El misterio de los santos inocen- experiencia de una verdadera amistad en
tes, Encuentro, Madrid 2008, p. 420). Cristo y de cómo el camino del movimiento
Por eso nuestra tarea no es cambiar direc- y la pertenencia a él dentro de la Fraternidad
tamente el rostro del mundo resolviendo sus es verdaderamente para el crecimiento de
problemas, sino llevar a Cristo, que es la se- Nuestra tarea QXHVWUDVYLGDVª
milla de la solución de los problemas. es llevar a Solo si hacemos experiencia de esta re-
Cristo, que es generación de nuestras comunidades po-
9. LA TAREA la semilla de dremos responder a la invitación que nos
(QWRQFHV ¢FXiO HV OD ¿QDOLGDG GHO PRYL- ha dirigido el papa Francisco: «La Iglesia
miento? Generar un adulto cierto, un adulto la solución de puede y debe ayudar al renacer de una Eu-
que tenga una certeza tal que introduzca en los problemas ropa cansada, pero todavía rica de energías
el mundo una posición original frente a cual- y de potencialidades. Su tarea coincide con
quier dimensión de la vida humana, personal su misión: el anuncio del Evangelio, que hoy
y social. La posición original tiene que ver más que nunca se traduce principalmente en
con la autoconciencia, con la conciencia plena de la fe, salir al encuentro de las heridas del hombre, llevando la
con esa conciencia de fe que produce una auténtica cer- presencia fuerte y sencilla de Jesús, su misericordia que
teza: se necesita esta certeza que nace de la fe para poder consuela y anima. Dios desea habitar entre los hombres,
estar en la realidad, para poder tener la mirada justa, sin pero puede hacerlo solamente a través de hombres y mu-
la cual partiríamos de otra posición (por el simple hecho jeres que, al igual que los grandes evangelizadores del
de que no podemos dejar de partir de una determinada continente, estén tocados por él y vivan el Evangelio sin
posición). Es lo que le sucedió a María Magdalena delan- buscar otras cosas [gente que le busque a Él día y noche,
te del sepulcro vacío: después de todos los milagros que nos decía don Giussani en el 68]. Solo una Iglesia rica
había visto no podía dejar de llorar, porque los hechos en testigos podrá llevar de nuevo el agua pura del Evan-
pasados no le daban la certeza necesaria para poder estar gelio a las raíces de Europa [y del mundo; en un mundo
ante la muerte. No se vive de un recuerdo devoto, no se global el problema es el mismo]. En esto, el camino de
vive de haber comido y bebido con Él, sino que se vive los cristianos hacia la unidad plena es un gran signo de
de algo que está sucediendo ahora. Se necesita una pre- los tiempos, y también la exigencia urgente de respon-
VHQFLD(O©£0DUtDªGH-HV~VFI-Q±TXHHUD GHUDODOODPDGDGHO6HxRU³SDUDTXHWRGRVVHDQXQR´ª
FRPRGHFLUOH©£1ROORUHVª±WLHQHTXHYHUFRQODIH3RU (Discurso en la entrega del Premio Carlomagno, 6 de
tanto, ¿qué tipo de fe necesitamos? ¿Qué tipo de certeza? mayo de 2016).
¿Qué tipo de presencia de Cristo hace falta en nuestra Nos lo ha testimoniado don Giussani: «El mundo fue
vida para que no sean el llanto, la inseguridad y el mie- conquistado para el cristianismo, en última instancia, por
do lo que domine nuestra posición en la realidad, para HVWDSDODEUDTXHORUHVXPHWRGR³PLVHULFRUGLD´ªCrear
que no estemos derrotados a pesar de todo lo que hemos huellas en la historia del mundo, op. cit., p. 147).