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Inteligencia Emocional
El hipocampo, del latín hippocampus, fue descubierto en 1561 por el
anatomista Giulio Cesare Aranzio
La emoción y la memoria están estrechamente relacionadas. Lo
sabemos por experiencia. Por ejemplo
Eso lo saben muy bien en marketing. La disciplina del
"Neuromarketing" enseña que las marcas o productos deben crear
un fuerte impacto emocional para quedar fijados en la memoria a
largo plazo. De esta manera las marcas o productos ocuparán un
lugar preferente a la hora de que el consumidor decida la compra.
Amígdala
Las emociones
Éstas se originan en la amígdala antes de que llegue al cerebro
pensante y por ello se tiene la sensación de no saber que ocurrió.
El sistema límbico en mamíferos se encarga de asentar movimientos
emocionales como el temor o la agresión y, en el ser humano, estos
son los centros de la afectividad, es aquí donde se procesan las
distintas emociones y el hombre experimenta penas, angustias y
alegrías intensas. Dos partes clave de este sistema son el
hipocampo y la amígdala, las cuales se ocupan de la mayor parte del
aprendizaje y el recuerdo del cerebro, especializándose la amígdala
en los asuntos emocionales. La amígdala puede ejercer el control
sobre lo que hacemos incluso mientras el cerebro pensante
(neocorteza) está intentando tomar una decisión.
• Motivacional: energiza la conducta motivada que se realiza de una forma más vigorosa y eficaz.
Situaciones concretas
REACCIONES FISIOLÓGICA
¡Las emociones pueden ayudarnos a resolver los problemas cuando aprendemos a diferenciar los
estados positivos de los negativos y sobre todo cuando aprendemos a controlarlos y a sacar
partido de todo ello!
Por lo tanto, para controlar nuestras emociones (entiéndase las inapropiadas), existen tres líneas
de acción a seguir. Por ejemplo, si alguien se siente muy nervioso y desea calmarse, podemos:
1) Influir directamente sobre nuestras emociones a través de medios eléctricos o bioquímicos, por
ejemplo, tomando drogas tranquilizantes.
El Dr. Albert Ellis no duda de que ciertas técnicas físicas (a las que hace referencia en el punto 2 del
párrafo anterior) para reducir tensiones producen un efecto beneficioso, si bien opina que más
que curar actúan como paliativo, ayudando a las personas a sentirse mejor en vez de a estar mejor
y rara vez producen cambios filosóficos importantes.
Pone como ejemplo el caso de las personas que padecen una depresión. Éstas pueden obtener
ayuda a través del uso de drogas o técnicas de relajación. Pero a menos que comiencen a pensar
más claramente y a valorar sus vidas, tenderán a deprimirse nuevamente cuando interrumpan las
drogas o los ejercicios. Ello porque para producir cambios emocionales permanentes y profundos,
se hacen virtualmente necesarios cambios filosóficos. O sea, será necesaria una evaluación
considerable de la realidad