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La investigación científica tiene cinco fases por las cuales se procesan los problemas
planteados en un proyecto de investigación. La primera fase es la formulación del
problema, la segunda es el diseño de la investigación, la tercera es la obtención de la
información, la cuarta se destina al análisis e interpretación de la información, para luego
pasar a la quinta fase que es el aterrizaje de los resultados en un informe formal para su
publicación e iniciar así la comunicación del avance con la comunidad científica.
Este escrito se centra en una de las técnicas utilizadas en la tercera fase, según lo
solicitado: “la encuesta presecuencializada” abordando “lo tangible y sus significados”
dentro del contexto de los imaginarios urbanos.
Antes, es muy importante aclarar ciertas ambigüedades que se encuentran en los textos
sobre metodología científica; ya que se hace uso indiscriminado respectivamente como
sinónimos de las palabras encuesta, entrevista, cuestionario y formulario, como también
de las palabras metodología, método, técnica herramienta e instrumento. Y ello causa
mucha confusión si dentro de los mismos textos no se especifica.
Ambas técnicas tienen sus variantes, limitantes y ventajas. Para fines del presente
trabajo, se abordará el método de la encuesta, utilizando la técnica de la entrevista debido
a que el estudio de los imaginarios urbanos requieren de la mayor absorción de
información posible sobre la construcción de realidades de la ciudadanía. La entrevista
presenta tres variaciones según lo explica Adolfo B. Narváez Tijerina (2011) en su libro
de la “Etnografía para la investigación en arquitectura y urbanismo” (p.59): la
1
DRAE: Diccionario de la Real Academia Española.
estandarizada presecuencializada; la estandarizada no presecuencializada; y la no
estandarizada
Silva (2004) explica que deben de haber “dos tipos de colaboradores. El primer grupo se
dedica al trabajo de recolección de información a través de un cuestionario-encuesta -[que
a favor de la coherencia y continuidad de conceptos del presente trabajo corresponde a la
“encuesta realizada con la técnica de la entrevista estandarizada presecuencializada”]-,
de la compilación de una extensa y confiable información de otras fuentes, en especial de
aquellas que circulan de modo oficial en publicaciones de la ciudad y del país y de la
recopilación de imágenes sobre la ciudad y los ciudadanos aparecidas en diversos
medios de comunicación. El otro grupo se vincula para adelantar procesos creativos que
exigen producir materiales que van a circular como aportes para la puesta en escena de
las culturas urbanas.” (p.31-32) Silva hace hincapié en que “la elección de encuestadores
y compiladores ha de hacerse con gran tacto y cuidado.” op.cit. Preferiblemente
“estudiantes universitarios, ya que los encuestadores de oficio han sido entrenados para
otro tipo de encuestas comerciales (…) En lo que corresponde a recoger imágenes
aparecidas en los distintos medios, es oportuno vincular a jóvenes que se estén formando
en disciplinas referidas a la comunicación, la educación, el arte y la cultura. En cuanto a
las producciones creativas pensamos en profesionales como fotógrafos y video-artistas.
En lo relativo a la digitalización de la información y la construcción de las bases de datos
ha de encargarse de ello a una empresa especializada.” op.cit.
Silva (2004) sugiere para el estudio de los imaginarios urbanos, que el cuestionario conste
de cuatro partes (p.33-34):
1. Identificación: “se refiere a datos del encuestado sin registrar su nombre, que
sirven como referencias para establecer los puntos de vista desde los cuales se
percibe la ciudad.” op.cit.
2. Ciudad: en este apartado “se agrupan las referencias a la ciudad en su sentido
físico e histórico (…) tratando de captar las cualidades de cada urbe, sus
calificaciones y sus escenarios urbanos reconocidos. La apuesta ha consistido en
poder revelar en cada ciudad sus calidades identificatorias.” op.cit.
3. Ciudadanos: parte que trata de obtener información sobre “los ciudadanos mismos
en sus modos de construir sus realidades urbanas y es allí donde nos
preocupamos por las maneras como las imaginaciones grupales edifican mundos
urbanos desde deseos colectivos. Nos desplazamos entonces de la ciudad hacia
los ciudadanos, como creadores de la realidad social. (…) caracterizar acá la
actividad ciudadana como constructora de sus culturas urbanas. Seguimos a los
habitantes de la misma manera en tres apartes: tiempo, marcas y ritos
ciudadanos.” op.cit.
4. Otredades: en este apartado “nos proponemos enfrentarnos a los otros, los
vecinos, mirando hacia afuera para averiguar cómo nos imaginan y, al tiempo,
cómo imaginamos a los de otras ciudades que se agrupen en un estudio. Cada
ciudad va a proyectar sus emociones con los otros en tres apartes según sus
afectos de reconocimiento a una ciudad vecina, sus rechazos o sus indiferencias.
Utilizar la estrategia de la ´otredad´ nos pone en legítimo ejercicio moderno de
definirnos según un proceso donde el otro dice, sabe e imagina mucho del uno.
Nos sirve también como corroboración y producción de imágenes de cada ciudad
vistas desde afuera, (…) en relación con las imágenes que concibe cada ciudad
sobre sí misma.” op.cit.
¿Cómo se aplica?
La técnica implica un orden de hacer las cosas, por lo que Silva (2004) sugiere una
estrategia de división de zonas geográficas a ser abarcadas por los distintos equipos de
entrevistadores, en el que “el coordinador de cada ciudad debe examinar el mapa de su
ciudad según el eje cartesiano, y asignar a cada cuadrante las letras A, B, C, D, de
izquierda a derecha. (…) donde se caracterice la zona: tipo de población que predomina
(jóvenes, familias, estudiantes, etc.); tipos de actividades (comercio, industria, residencia,
etc.); nivel económico general de la zona; y, en general, lo que significa y representa esa
zona en el contexto de la ciudad.” (p.44)
La información muda también es importante, por lo que Silva resalta que “todo aquello de
la ciudad que no se mencione (zonas, olores, recuerdos) carece de existencia como
ciudad imaginada y esto es significativo. Y resaltar esto cuando se lean las estadísticas es
igualmente valioso.” (p.47) Los registros audiovisuales también sirven para complementar
la información recolectada en las encuestas durante y después ya con conocimiento de
los resultados de las encuestas para apoyar la información y la interpretación de las
realidades construidas.
Silva (2004, p.65) sugiere clasificar la información recopilada en las temáticas: Transporte,
comunicación y lugares; tiempo libre y lugares; vida privada y culto, vida en pareja,
cuerpo; imaginarios de ciudad y personajes, lugares, colores, de percepción y carácter de
la ciudad, jornada y clima; Ciudad: imaginarios de cualidades y defectos, carencias y
fortalezas; entre otros.
Silva (2004) ofrece una “guía general” para elegir una muestra de relación de 100
habitantes por cada millón de la población de la ciudad o ciudades que constituyen el
universo del estudio. Y enfatiza que “la cantidad escogida debe tener igual número de
encuestas según los tres puntos de vista determinantes: género, edad y nivel socio-
económico” (p.32)
Ventajas y desventajas
Dentro de las ventajas se encuentra que:
Algunas desventajas:
Silva concluye en esa experiencia que tras los cambios tecnológicos y sus repercusiones
sociales “hemos pasado de vivir ciudades definidas en sus límites físicos a otras donde lo
urbano define una condición ciudadana con independencia de su referencia material”;
poniendo en valor los estudios del imaginario en la cuestión urbana entendiendo “los
imaginarios como construcción de la realidad afectada” actuando como realidad misma
concebida de forma colectiva.
En el caso presentado, trabajo que Silva considera que puede servir de modelo de trabajo
para otras ciudades, el equipo de Silva y sus colaboraciones realizó, en 1989, 550
encuestas, en las cuales 260 eran mujeres (47.28%) y 290 hombres (52.72%),
representando de la totalidad 112 formularios correspondientes a la clase media alta
(20.36%), 358 de la clase media (65.09%) y 80 de la clase baja (14.54%). Por lo que tuvo
mayor representatividad la clase media.
Silva menciona “en cuanto que la radical alteración de los escenarios de producción y
consumo y sus representaciones” reconociendo la observación hecha por García Canclini
(1989, p.18-19) “´impide seguir colocando la cuestión de lo popular en asociación “natural”
con lo nacional y en oposición igualmente apriorística con lo internacional´” (citado por
Silva, 2006). Por lo que concluye Silva que para dichos estudios de lo imaginario es
necesario la convergencia y el cruce de diversas fuentes y con ello presentó la
metodología de este estudio. La información obtenida en 1989 fue procesada con el
programa Mac Work, y se utilizaron grupos de apoyo para verificar los criterios de los
formularios con un estudio previo en la ciudad de Popayán. Como también se realizó un
trabajo de campo en la ciudad de Neuva para “corroborar la operatividad de algunas
hipótesis obtenidas en la investigación”. También hicieron recolección de información
gráfica como fotografías de la ciudad y sus representaciones, levantaron fichas de
“observación continuada” en los distintos sitios previamente seleccionados “para deducir
´usos urbanos´ en la ciudad”. Como también se apoyaron en ejercicios académicos “para
ampliar aspectos en relación con la narración de la ciudad por puntos de vista y por usos
territoriales” (p.166)
En cuanto a las “ensoñaciones”, el autor manejó los subtemas belleza, aromas callejeros,
seguridad y peligro ciudadano con evocación a lo público y a lo privado. Dejando una
hipótesis que “la imagen de peligro de una calle está asociada a su necesidad de uso y
confrontación” (p.203) Dicha investigación demostró que lo que faltaba en Bogotá era
“seguridad y aseo” reconociendo por parte de la población su falta de carácter cívico. Y
concluye que “la ciudad pasa a ser el escenario de un mundo urbano que la excede, pero
que permanentemente la nombra como vestigio y deseo de aquello que sigue siendo
utopía donde evocamos el querer ser libres” (p.362) razón de las actuales luchas
sociales.
Bibliografía:
Zapata, O. (2005). La aventura del pensamiento crítico: herramientas para elaborar tesis e
investigaciones socioeducativas. México: Editorial Pax México.