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Prácticas Pasadas
Nota de autor
Este proyecto se hace con el fin de examinar lo que ha sucedido en el pasado, para poder hacer
una proyección hacia el futuro en cuanto a estrategias para la formación espiritual de la iglesia.
Los educadores cristianos tienen el potencial de identificar, por medio del estudio de la
historia, los principios, propósitos y metas de la educación que podrían no cambiar y ser
Lo que recuerdo de mi educación cristiana se remonta por el año 1969, cuando tenía 9
años. Eran clases de entretenimiento y coloreo. Entre mis 13 y 15 años pienso en los concursos
de la Escuela Dominical. Para ganar una Biblia tuve que aprenderme todos los nombres de los
de memoria que se iniciara por cada letra del alfabeto. Gané la Biblia. Aprendí muchas historias
bíblicas. Mi maestra usaba diversas ayudas visuales. Mis padres nunca me preguntaron lo que
aprendía. Yo entendía que debía portarme bien, obedecer a los mayores y no decir mentiras.
Iglesia de Santidad fue muy exigente y que salía de los moldes tradicionales. Por ejemplo, se
requería que para pasar de semestre debían aprender más de 200 versículos de memoria. En la
actualidad ella tiene 92 años. Hasta donde tengo evidencia, ninguno de sus alumnos(as) se ha
perdido. Muchos están en el ministerio o son profesionales cristianos. Jamás mi maestra nos
obligó a realizar una disciplina espiritual. No era necesario. Su estilo de vida, una vida de
santidad, era el suficiente motivo que mostraba ser una fiel imitadora de Cristo. Mi maestra
estaba en el cumplimiento de la sexta meta señalada por (Westerhoff, 1978): “Ser un miembro
En el Perú:
En mi permanencia entre el año 1970 y 1990, en esta iglesia nunca hubo un plan local ni
menos un plan nacional sobre educación cristiana. Cada iglesia se educaba como mejor lo
consideraba. Los maestros eran elegidos por “madurez cristiana”. En cierta ocasión llegaron unos
“misioneros americanos” que promovieron una especie de “scouts cristianos”. Una novedad de
cuestionadoras. Nunca se dejaba ningún tipo de tarea. Nadie tomaba nota de las clases. La
mayoría de la iglesia prefería venir solo al servicio. En sus más de 115 años de existencia, la
iglesia Wesleyana en el Perú no pasa la cifra de tres mil personas. Como dice George Santayana:
“Los que ignoran los errores del pasado están destinados a repetirlos” (Pazmiño, 1995, p. 145).
Estuve en esta iglesia no Wesleyana del 1991 al 2000. Había una Escuela Dominical
exclusiva para los niños. Los jóvenes y adultos deberían ir a la Academia Bíblica. Nadie llegaba
a ser miembro de la iglesia a menos que aprobara 4 niveles de enseñanza. Para ser líder se debía
enseñanzas era nuevo para mí. Al llegar en 1991 la iglesia tenía un promedio de 1500 miembros.
Hoy está casi pasando los cien mil. Sus materiales de enseñanza son adaptados a la realidad
local. Es una compilación de temas de iglesias crecientes en diferentes países. Siempre están
En Estados Unidos:
Las clases son con manuales de la iglesia del nazareno. Solo el 10% de los miembros
asiste a la Escuela Dominical. A los niños se les entretiene. Pocos traen sus propias Biblias. A la
mayoría no les gusta leer, ni memorizar ni hacer simples tareas para casa. Traté de innovar varias
cosas desde nuevos materiales hasta de reconocer con una ofrenda a los maestros, pero no recibí
motivaron a que yo saliera de la iglesia. El pastor actual (impuesto por el pastor anterior), es un
alumno mío del Seminario Bíblico Wesleyano. No es enseñable. En el momento estoy en planes
En el pasado las cosas se han hecho mal, en el presente sigue igual. Hubo una generación
de ministros que nunca buscó la innovación. (1970-1990). La generación de ministros del 1990
al 2010 también se ha estancado, no se han actualizado en nada. Hay una escaza generación
nueva del 2011 a la fecha que ha encontrado obstáculos a los cambios. No se puede poner
remiendo nuevo en saco viejo. Estoy convencido que los cambios son más consistentes y
promedio máximo de asistencia a la Escuela Dominical es del 20% del total de miembros. No se
cuenta con un material propio. La doctrina de santidad nunca es enseñada. La segunda obra de
identidad Wesleyana. La única vida en comunidad es cuando hay “convivios” (la iglesia se reúne
de discipulado o liderazgo. No hay ningún plan de formación espiritual que explique en detalle
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el impacto que él logra en ellos para poder cambiar sus mentes y su corazón. No es un
conocimiento para poder llenar una hoja de examen que van a olvidar en poco tiempo,
sino, en un cambio muy dentro de ellos el cual no olvidarán por muchos años y que lo
podrán poner en práctica siempre, para poder transformar la vida de sus estudiantes y se
eternas de la Palabra por medio de un buen proceso de motivación, no solo porque se han
atiborrado de conocimientos, sino por algo que ha quedado bien grabado en sus corazones
misión, su visión, objetivos, metas, plan de acción, presupuesto, cronograma. Dos versos guías
pueden ser: “Instruye al niño en su camino… procura presentarte a Dios como obrero aprobado
Referencias
Shalom,
Prof. Silvia
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