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LA ARQUEOLOGÍA Y EL ESTUDIO

DE LOS RITOS FUNERARIOS:


MÉTODOS MATEMÁTICOS DE ANÁLISIS

Juan A. Barceló

Siempre me ha sorprendido el poco interés que dios adolecen de una nula formulación teórica del fe-
muchos arqueólogos demuestran tener por lo que en nómeno ritual. Parten de una premisa simple: el ri-
principio cae fuera de su disciplina. Tomando por tual funerario manifiesta el orden social de la
ejemplo el caso que ahora nos ocupa, el análisis de comunidad de los vivos, y a partir de allí las necró-
los ritos funerarios, parece que sólo sea de interés polis sólo les interesan en tanto en cuanto contribu-
aquello que hace referencia a la evolución cronológi- yen a reconstruir la jerarquía social. Es mi propósito
ca o a la estratificación social de los diversos indivi- comentar las deficiencias de esta hipótesis y exponer
duos enterrados en una necrópolis. algunos principios teóricos (en ningún caso pretendo
No dudo que ambos planteamientos nos pro- sentar una teoría de los Ritos Funerarios) que permi-
porcionan una información útil, pero, me pregunto tan la configuración de un nuevo modelo analítico.
¿es eso todo lo que se puede obtener del estudio de
un cementerio? Es posible que alguien piense que no
es tarea del arqueólogo salirse de esos límites, pues I
otras ciencias y disciplinas, desde la Sociología a la
Antropología, pasando por la Filosofía y la Teología La Antropología nos enseña que el rito es un ti-
se ocupan de su elucidación. Quien eso diga se equi- po de conducta organizada de forma particular al
vocará pues, en el fondo, estará confundiendo el es- margen de la vida cotidiana. Su función, al menos en
tudio de la Muerte con el estudio de los Ritos un contexto funerario, es ofrecer una respuesta, una
Funerarios. Cierto que el arqueólogo no puede estu- alternativa a la conducta individual que se produce
diar el concepto de la Muerte, pues le faltan materia- en el momento de la muerte.
les que analizar, mas se halla en posición inmejorable Cuando muere alguien, tanto más si se trata de
para estudiar el rito. una persona que me era bien querida, el rito sirve de
El rito es, ante todo, repetición (CAZENEUVE vehículo comunicativo a través del cual puedo expre-
1958, 1972; MASSUH 1965; LEACH 1971; DOUGLAS sar mi dolor por la ausencia. Se trata de una comuni-
1973; HOCART 1973; LEWIS 1980; TuRNER 1980; cación simbólica, imaginaria, no real, que se realiza
BARCELÓ 1984) y el arqueólogo, dado el carácter de por medio de objetos simbólicos. Son estos últimos
sus datos, es el único que puede establecer constantes los materiales que estudia el arqueólogo.
de repetitividad. A diferencia de lo que han dicho los fenomenó-
Como veremos a continuación, este principio ha logos (Eliade, Durand, Bachelard) no interesa tanto
sido sistemáticamente descuidado por los investiga- saber qué «significa» cada símbolo sino conocer la
dores. Este trabajo esquematiza los principales siste- forma en que se interrelacionan todos en un conjun-
mas analíticos, algunos de ellos muy complejos, que to. Estos objetos simbólicos, el ajuar, la ofrenda, no
los arqueólogos han utilizado para procesar la infor- son más que el resultado de una forma de comunica-
mación procedente de una necrópolis. Ahora bien, ción entre el Vivo y el Muerto (el cadáver): podemos
frente a sus méritos técnicos (matemáticos) esos estu- investigar los canales de comunicación (las formas de
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la interrelación) aunque no sepamos nada de la sus- simbólicamente recogidas en el rito funerario se in-
tancia de lo comunicado. tercambian con las de participación en el ritual y va-
Por otro lado, la muerte es, a su vez, una rela- rían proporcionalmente a la relativa estratificación de
ción social ya que suscita en la conciencia individual la posición social que el difunto ocuparía en vida»
y de grupo un conjunto complejo de representacio- (BlNFORD 1972:226). Binford llega a esta conclusión
nes ideológicas, así como comportamientos de masa después de haber estudiado 40 casos etnográficos en
o individuales más o menos codificados según los ca- los que intentó definir las razones de la diferencia-
sos, lugares o momentos. Si desarrollamos este prin- ción entre las tumbas. El investigador americano lle-
cipio hasta el fin podríamos llegar a concluir que los gó a las siguientes conclusiones:
ritos funerarios n o expresan sólo una idea de la 1. Las dimensiones específicas de la persona so-
muerte y de la supervivencia en u n esotérico Más cial varían significativamente con la complejidad or-
Allá; sino que son también una imagen de la socie- ganizativa de la sociedad medida por diferentes
dad de los vivos, donde cada u n o actúa según su es- formas de prácticas de subsistencia.
tatus en relación al muerto, así como en relación con 2. El número de dimensiones de la persona so-
todos los asistentes al ritual. cial varía significativamente con la complejidad orga-
Esta visión ha dominado la mayor parte de la li- nizativa de la sociedad.
teratura antropológica, en muchas ocasiones de for- 3. Las formas de diferenciación en el ritual fu-
ma equivocada. C o n esto no quiero decir que el rito nerario varían significativamente con las dimensiones
funerario no sea reflejo de la sociedad que lo produ- de la persona social simbolizada.
ce, todo lo contrario, las costumbres funerarias Frente a esta postura aparece la sustentada por
muestran diferentes categorías de gentes por medio algunos antropólogos que podría resumirse en la si-
de la elección diversificada del lugar de enterramien- guiente cita: «si decimos que el ritual expresa simbó-
to, por el nivel de elaboración de los ritos, los tipos licamente el orden social, podemos sustituir el
de construcciones sepulcrales usados, las diferentes término simbólicamente por el de no evidentemente»
formas de deshacerse de los cuerpos... 1 Categorías to- (SKORUPSKI 1976:163) 3 .
das ellas que, en ocasiones pueden estar definidas se- ¿Quiere esto significar la imposibilidad de una
gún el ser individual del difunto, su nivel de estatus, interpretación «social» del rito? Afortunadamente no.
su mayor o menor grado de posesión de los medios Si bien Ucko (1969) intentó afirmar las razones de la
de producción, o bien, que se define al azar, por cir- imposibilidad de esa interpretación, estudios poste-
cunstancias extraindividuales: forma de la muerte, riores se han apresurado a rebatirlo. Lo que hay que
impureza transitoria en el m o m e n t o del óbito (mujer extraer de la polémica es la capacidad «deformadora»
embarazada, criminal) 2 ; circustancias que responden, del componente ideológico del ritual: la sociedad de
en última instancia a la Ideología social en vigor: los vivos no es u n reflejo exacto del ritual.
dentro de su propio colectivo y se refieren a la siste- Supongamos que nos encontramos ante una so-
matización ideológica de la emotividad social. ciedad estratificada en la que cada individuo juega
Para L. R. Bindford (1972) y J. A. Brown u n rol determinado, rol que aparece reflejado en los
(1981), entre otros, estas consideraciones son la elementos que prevalecen del rito empleado. D o y
esencia y fundamento de todo ritual. La tesis binfor- por hecho el isomorfismo entre la complejidad de la
diana es m u y clara: «las facetas de la persona social estructura de estatus del sistema sociocultural y la
complejidad del ritualismo funerario (BlNFORD
1
Prescindo de comentar en profundidad la asociación. 1972:226); en consecuencia, teóricamente al menos,
Cf., con diferencias de planteamientos entre ellos UCKO el estatus del fallecido estará en función de la mayor
1969, GOLDSTEIN 1981, BUFFA etal. 1981, PADER 1982. o menor riqueza con la que el cadáver ha aparecido
2
En lo que se refiere al tipo de la muerte, podríamos ci-
3
tar el enterramiento de «El Acebuchal», en donde, según Bon- La crítica a Bindford puede encontrarse ya en Tainter
sor, los esqueletos presentaban la particularidad de tener que, si bien muy ligado al anterior, propone una visión más
sobre la cabeza grandes losas. Según García Bellido, esto, el global del asunto: «el mayor nivel de un individuo fallecido
presentar los cráneos machacados y la actitud de los restos, en corresponderá a la mayor cantidad de energía para el ritual»
los que parece evidente, en tres de los casos, que murieron (1978:125). Más recientemente Pierpoint (1979), O'Shea
con las manos en la cara, indicaría una muerte «violenta» (1981), Parker Pearson (1982), Pader (1982) y Alekshin
(GARCÍA BELLIDO 1942:484). La interpretación es muy aven- (1984) han criticado más pormenorizadamente algunos de los
turada, pero sugestiva. excesos de Bindford.
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asociado, pues la complejidad del rito presupone un guiente categoría de estatus. De todas maneras, y
mayor gasto de «energía ritual» que estará a su vez particularmente en las sociedades prehistóricas, el ni-
reflejado por el tamaño y grado de elaboración del vel de riqueza va parejo al de «prioridad social».
enterramiento, métodos de disposición del cadáver y Estatus por mérito: Como acabamos de ver, está
la naturaleza de las asociaciones de las tumbas (TAIN- relacionado con el anterior. Por lo tanto también
TER 1978:125). aquí funciona como dimensión componencial las
Ahora bien, dentro del concepto «estatus social»4 consideraciones coste-beneficio. Una salvedad, y es la
hay que diferenciar diferentes clases del mismo, lo distinción del tipo de muerte. Pauli (1975) ha inten-
que para Hayakawa (1969:110) es: estatus por defi- tado estudiar los referentes arqueológicos que pue-
nición, estatus por propiedad, estatus por mérito. En den movernos a considerar las razones de la
nuestro caso esa triple especificación da lugar a: 1) «elevación» social de ciertos individuos. Lo más fre-
una diferenciación considerada «natural» por la Co- cuente es, en cualquier caso, la presencia de items
munidad que efectuó el rito, por ejemplo, la diferen- ideotécnicos muy particulares.
ciación sexual; 2) una diferenciación en función del Bindford no diferencia entre tipos de estatus, si-
grado de propiedad de los medios de producción por no que habla sólo de posición o afiliación social. Para
parte del fallecido; 3) una diferenciación basada en Bindford, los objetos simbólicos a los que hacíamos
el papel social que desempeñó en vida el muerto. referencia al principio definen sólo la persona social,
Estatus por definición: puede ser restringido a la más aún, su posición en las relaciones de produc-
diferenciación sexual, si bien puede aparecer en el ca- ción. Me parece una solución demasiado simple.
so de poblaciones sometidas, el conquistador disfruta Es cierto que los objetos simbólicos contribuyen
de un estatus superior que el del vencido. El primer a definir social y jerárquicamente, pero hay muchas
caso entra de lleno en la infravaloración de la mujer formas de definir a una persona: su carácter indivi-
en el seno de la comunidad; nunca interviene como dual puede ser una de ellas, por lo que no me extra-
vector de la organización social, sin embargo, en la me- ñaría encontrar alguna vez una necrópolis en la que
dida en que su producción material es menos determi- todas las tumbas fuesen distintas entre sí.
nante que sus capacidades de reproducción, queda Del mismo modo podríamos plantear una opo-
preservada en una esfera de autonomía ligada a su fun- sición entre acciones rituales y objetos simbólicos: las
ción de madre (MEILLASSOUX 1979:111). Por consi- acciones serían las mismas para todos los muertos y
guiente, en un enterramiento lo normal sería los objetos contribuirían a definir al muerto al que
constatar la presencia más significativa de items ideo- se despide.
técnicos —de ahí la atribución sexual que Pauli (1975) Creo que la variabilidad intrínseca a los rituales
y Meyer-Orlac (1982) otorgan a los amuletos encontra- funerarios impide una teoría explicativa uniforme,
dos en contextos funerarios— y una menor presencia pero nos obliga, como arqueólogos, a plantearnos di-
de aquellos items sociotécnicos que impliquen ri- versos problemas previos a la formulación de una hi-
queza. Priman, pues, consideraciones del tipo: 1) a pótesis fácil: «cuanto más rica es una tumba, mayor
mayor número de hijos mayor estatus; 2) las muje- es el estatus del fallecido».
res casadas tiene un mayor estatus que las solteras.
Estatus por propiedad:Ya hemos mencionado an-
teriormente cómo el mayor «gasto de energía ritual» II
está en conexión con el estatus del individuo. Este
«gasto» supone, evidentermnete, un esfuerzo consi- En un reciente trabajo (ORTON y HODSON
derable por parte de la comunidad, que tiene benefi- 1981) ya apreciaba Hodson que los niveles de estatus
cios o compensaciones sociales. En consecuencia, no venían definidos por la «riqueza» sino por el «va-
una de las dimensiones implicadas en el rito funera- lor» de los objetos de ajuar. Directamente relaciona-
do con este problema del «valor» aparece la falta de
rio serán las consideraciones coste-beneficio. Ahora
homogeneidad del conjunto. Parece ridículo buscar
bien, la noción de «beneficio social» implica a su vez niveles de riqueza entre unas tumbas que se diferen-
la socialización del muerto, que forma parte de la si- cian meramente por circustancias individuales; por
Entiendo por «estatus» la evaluación favorable (u ho- consiguiente, previo a cualquier intento de jerarqui-
nor social) que un actor social recibe de otros (cf. DOREIAN zación se impone un examen de los factores comunes
1970:106). a toda necrópolis.
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1. Análisis factorial / X a - xi Xb - xi V i 2
a= log I + I
Esta técnica estadística ya ha sido empleada, en- y Sa Sb J\
tre otros por Tainter (1975), Pierpoint (1979) y Pa-
der (1982). Propongo utilizarla de forma distinta donde Xa y Sa son respectivamente la media y la des-
—lo que los matemáticos llaman técnica R y no téc- viación típica de las columnas (tumbas) de la matriz
nica Q, que es la usualmente empleada por los ar- inicial de frecuencias y Xb y Sb la media y la desvia-
queólogos (Cf. BIETTI 1982; COMREY 1985; ción típica de las filas (variables) de la misma matriz
BARCELÓ 1988)—. El interés estriba en observar có- original. De esta forma compensamos las frecuencias
mo y por qué se diferencian las variables. Hemos de de aparición de cada item, sobresignificando la pre-
averiguar si hay un tratamiento diferenciado del ca- sencia cuantitativa mayor de la media esperada y dis-
dáver, si cada uno de estos tratamientos está asociado minuyendo la de aquellos que se encuentran dentro
significativamente con un ajuar determinado o a una de la media, siempre dentro de una distribución nor-
distribución espacial específica. Para ello configura- mal.
mos una matriz de frecuencia y obtendremos el Aná- La lectura de la matriz obtenida con arreglo a la
lisis de Componentes Principales, estableciendo las fórmula anterior es sumamente aleccionadora: el va-
similitudes entre las variables y no entre las tumbas. lor máximo corresponde a la aparición de gran canti-
Así, se obtendrá una matriz factorial susceptible de dad de objetos de un mismo tipo en una tumba
ser representada gráficamente en un diagrama de concreta; su «valor» aparece compensado no sólo por
coordenadas. la media de aparición de otros objetos en esa tumba.
En general, puede decirse que los valores negativos
Tainter (1975) hace una lectura sorprendente de
obtenidos revelan valores que se encuentran dentro
los resultados que obtiene con un método muy se-
de la media general y son, por consiguiente, poco
mejante al que propongo. Los tres factores que elige
significativos.
representan sólo una parte del total de la varianza y
no son significativos.
Es posible que el primero o los dos primeros fac- 2. Análisis de regresión múltiple
tores nos expliquen un 50% o más de la varianza. En
este caso ideal no sería difícil constatar la existencia Hemos definido ya el comportamiento general
de uno o varios (según sea la configuración resul- de las variables. Algunas se asocian estrechamente,
tante) modelos rituales. Pero en la mayor parte de sea cual sea el factor, otras se oponen, otras, en fin,
los casos obtendremos tres o más factores (más de varían según el factor. Es necesario, pues, para defi-
10 señalarían una disparidad extrema y una varia- nir los modelos, diferenciar las variables en dos gran-
bilidad individual altamente significativa). Estos des tipos:
factores cabe interpretarlos como ejes diferenciales, — La Variable Independiente pura será la que
cada uno de los cuales explica un criterio diferen- tenga un peso factorial máximo en un factor y míni-
ciador: sexual, cronológico, jerárquico, espacial. mo en otros, es decir, aquella cuya varianza esté ex-
Para que la lectura resulte más sencilla convendrá plicada por un sólo factor.
«fijar» algunas variables, es decir, incluir como va- — La Variable Dependiente pura será la que
riables algunas características cuyo significado ya tenga valores medios (0,20-0,30) en todos los factores.
conocemos: distribución espacial, diferenciación Así, en el caso de que estuviéramos ante una
sexual antropológica, items cronológicos, Ítems so- configuración bidimensional con 2 factores, las va-
ciotécnicos (de lujo) evidentes (cf. CLARK 1986). riables que se agrupen en torno al centro del gráfico
Este tipo de variables (condicionales las llamaría serían las variables dependientes. Por medio del aná-
Pader) demuestra ser más operativa que las dicoto- lisis de Regresión Múltiple (DOMENECH y RlBA
mías propuestas por Tainter. 1985, REASON 1983) se pueden estudiar la forma en
Es posible que ninguna variable defina un factor que se asocian estas variables con las Independientes
jerárquico, y que éste dependa de la mayor o menor (que ocupan los extremos del gráfico). El Análisis de
cantidad del ajuar presente en la tumba. Convendrá la Regresión permite, por tanto, poner en relación
realizar entonces un Análisis de Componentes Prin- los distintos factores. Al concluirlo será posible definir
cipales de la matriz definida por la siguiente fórmula modelos rituales, entendidos estos como conjuntos
de transformación: de variables que pueden diferenciarse matemática-
LA ARQUEOLOGÍA Y EL ESTUDIO DE LOS RITOS FUNERARIOS 185

mente de otro conjunto. Evidentemente, cada conjunto máximo poder de discriminación, en relación con la
de variables comparte una estructura determinada de va- distancia de Mahalanobis, que es la distancia estadís-
riables dependientes e independientes. tica que se establece entre los individuos medios de
cada grupo.
3. Clasificación
III
Al conocer ahora las variables discriminantes, es-
tamos en situación de poder diferenciar las tumbas
entre sí, partiendo de su mejor o peor adscripción a No sé hasta que punto es posible afirmar que ca-
un modelo ritual matemáticamente definido. da teoría genera su propia metodología o bien que es
Utilizaremos como método estadístico más idó- la metodología la que condiciona la teoría. Creo que
neo el Análisis Factorial de Correspondencias (CUADRAS debemos configurar una Teoría que contribuya a
1981; BARCELÓ 1987), cuyo objetivo es obtener una profundizar los estudios sobre este tema. Con la me-
representación geométrica de las poblaciones (tum- todología al uso nos quedaremos en la simple des-
bas) en relación a la distribución de las frecuencias cripción de los sistemas sociales5. Evidentemente ya
relativas de los caracteres. La principal ventaja de este es una pretensión mucho más ambiciosa que la que
método es que posibilita representar también los n todavía prevalece en bastantes trabajos: la mera des-
caracteres en relación a las k poblaciones, y, sobre to- cripción de los materiales, pero todavía está en los
do, realizar una representación simultánea de pobla- umbrales de lo que debería ser.
ciones y caracteres. Hoy por hoy, un estudio completo de los Ritos
Para leer los resultados e interpretar el gráfico Funerarios es, quizás, una utopía, pero sólo porque
obtenido se empezará por la configuración geométri- no existe una Teoría que plantee las necesidades, los
ca de las variables, que habrá de ser comparada a la objetivos de la investigación.
que resultó tras el análisis de Componentes Principa- Hasta hoy la metodología ha generado la teoría,
les y el Análisis de Regresión Múltiple. Lógicamente y esa teoría o, mejor dicho, pre-teoría debe conducir-
se reproducirán los factores y deberá ser posible reco- nos a metas mucho más ambiciosas. Ese es mi pro-
nocer y deferenciar los modelos de regresión previa- pósito en éste y otros trabajos que seguirán.
mente distinguidos. El arqueólogo que estudia una necrópolis no de-
El paso siguiente es fácil, pues consiste tan sólo be limitarse a una descripción, por muy completa
en considerar como población aquellas tumbas que que ésta sea, de los materiales. Ahora bien, todo in-
el análisis haya asociado con las variables previamen- tento de interpretación, de reconstrucción del ritual
te escogidas como discriminantes. Los resultados se- funerario debe estar fundado en una sólida teoría
rán muy variables: puede darse el caso de que se que sirva de guía a la investigación.
identifique un único grupo bien definido por su ads- El error de muchos investigadores estriba en evi-
cripción a un modelo ritual, rodeado de tumbas ex- tar esta teoría y reducir el estudio a la descripción de
cepcionales. Habría que interpretarlo como la la estructura jerárquica de la Sociedad, considerando
existencia de un grupo normalizado por razones que que el rito no es más que un reflejo de la sociedad
nos explicarán las variables independientes, y una que lo produjo.
marcada variabilidad individual en el resto: quizás Propongo una metodología concreta para evitar
una clase social con conciencia de su propia diferen- estos problemas. La idea de partida se basa en consi-
cia con respecto a los demás. Puede suceder también derar la existencia de un modelo ritual para toda la
que no haya ningún grupo bien definido, interpre- necrópolis, modelo que puede ser definido con ayu-
tándolo entonces como simple predominio de la va- da de la estadística. Dado este punto de partida se
riabilidad individual —no deja de ser un caso
5
hipotético—. Pero el caso más frecuente será, sin du- Como afirma J. E. Doran (1979:82 y ss.) se puede dis-
da, la configuración de varios grupos diferenciados. tinguir entre una interpretación estructuraly otra social del ce-
Para poder estudiarlos como el «reflejo de clases so- menterio. Por interpretación estructural quiere explicar la
ciales» en la Comunidad, habrá que jerarquizarlos; descripción del cementerio en su totalidad en base a una serie
de conceptos apropiados (distinción de edad o sexo, organiza-
para ello propongo el empleo del análisis canónico
ción espacial, cronología interna, conjuntos típicos de ajuar).
de poblaciones (CUADRAS 1981). Este es un método
La interpretación social se refiere, por el contrario a inferir la
de representación de grupos a lo largo de ejes con sociedad de la cual el cementerio es una reflexión.
186 J U A N A. BARCELÓ

consigue clasificar las tumbas en base al «valor» y no TIONALE DES SCIENCES PREHISTORIQUES ET PROTO-
sólo a la «riqueza cuantitativa», lo cual permite, a su HISTORIQUES, IX Congrés. Nice.
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