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Membranas celulares. La membrana plasmática está formada por bicapa lipídica anfipática con:
cadenas de carbohidratos orientadas hacia el interior para formar una fase hidrófoba continua, y sus
“cabezas” hidrófilas orientadas al exterior.
Las proteínas de la membrana que están dentro de la bicapa sirven como receptores, conductos de
iones, o transportadores que transducen vías de señalización eléctricas y químicas y constituyen
blancos selectivos para la acción de medicamentos.
Estas proteínas algunas veces pueden asociarse a la caveolina y son secuestradas en caveolas, otras
veces son expulsadas de las caveolas y otras más se organizan en dominios de señales con abundante
colesterol y esfingolípido que no contiene caveolina u otras proteínas de andamiaje (es decir, balsas
lipídicas).
Las membranas celulares son relativamente permeables al agua, sea por difusión o por la corriente
que originan las diferencias hidrostáticas u osmóticas a través de la membrana. Sin embargo, las
moléculas de fármacos unidos a proteínas son demasiado grandes y polares para este tipo de transporte
El transporte paracelular cruzando los espacios intercelulares es suficiente como para que el
desplazamiento a través de la mayor parte de los capilares quede limitado por la circulación sanguínea
y no por otros factores. Este tipo de transporte es un factor importante en la filtración a través de las
membranas glomerulares renales.
Existen algunas excepciones importantes a tal tipo de difusión capilar, puesto que ciertos tejidos
poseen uniones intercelulares “estrechas” y en ellas el transporte paracelular es muy limitado. Los
capilares del sistema nervioso central (SNC) y de una gran variedad de tejidos epiteliales poseen
uniones estrechas.
la mayor parte de los fármacos lipófilos grandes deben atravesar la membrana celular misma.
Los grupos ionizables comunes en las moléculas de fármacos son ácidos carboxílicos (pKa de casi
4.5) y grupos amino primarios (pKa cercano a 9.5)
Una consecuencia de que el fármaco se ionice a pH fisiológico se ilustra por la falta relativa de efectos
sedantes de los antagonistas H1 de la histamina de segunda generación; los antihistamínicos de
segunda generación son moléculas ionizadas (menos lipofílicas) que cruzan mal la barrera
hematoencefálica
la orina alcalina favorece la excreción de ácidos débiles y la ácida favorece la excreción de bases
débiles. La elevación del pH urinario (mediante la administración de bicarbonato de sodio) favorece
la excreción urinaria de ácidos débiles como el ácido acetilsalicílico y uratos.
Transporte de membrana.
La difusión pasiva a través de la bicapa es el mecanismo predominante en la eliminación de casi todos
los fármacos
El transporte activo se caracteriza por la necesidad de energía, desplazamiento contra un gradiente
electroquímico, capacidad de saturación, selectividad e inhibición competitiva por compuestos
transportados en forma conjunta. Ej: La Na+,K+-ATPasa
En el transporte activo secundario se utiliza la energía electroquímica almacenada en un gradiente
para desplazar a otra molécula en contra de un gradiente de concentración; por ejemplo, la proteína
de intercambio Na+ -Ca2+ utiliza la energía almacenada en el gradiente de Na establecida por la
Na+,K+-ATPasa para exportar Ca2+.
Difusión facilitada, describe un método de transporte a través de un portador en el que no existe aporte
de energía y, por lo tanto, el desplazamiento de la sustancia implicada se realiza siguiendo el gradiente
electroquímico como sucede en la penetración de glucosa a través de una membrana celular de un músculo
mediado por la proteína transportadora de glucosa sensible a la insulina (GLUT4).
Ingestión de fármacos.
En el caso de medicamentos que se encuentran en forma sólida, la rapidez de disolución puede ser el
factor que limite su absorción, en especial si es poca su hidrosolubilidad. Respecto de casi todos los
fármacos, la absorción en el tubo digestivo se hace a través de mecanismos pasivos, razón por la cual
hay mayor absorción.
los medicamentos que son ácidos débiles se absorben mejor en el estómago (pH de 1 a 2), que en
duodeno y yeyuno (pH de 3 a 6) y la situación contraria priva en el caso de bases débiles (alcalinos).
Por lo tanto, la rapidez e índice de absorción de un fármaco en el intestino es mayor que en el estómago
cualquier factor que acelere el vaciamiento del estómago (decúbito lateral), apresurará la absorción
de medicamentos, en tanto que cualquier factor que retrase el vaciamiento tiende a ejercer el efecto
contrario.
Administración sublingual
El drenaje venoso de la boca se dirige hacia la vena cava superior, lo que evita el paso a través de la
circulación portal e impide que el fármaco se someta a un metabolismo hepático de primer paso. Por
ejemplo, la nitroglicerina es eficaz en su presentación sublingual puesto que no es iónica y es
altamente liposoluble; por tanto, se absorbe con gran rapidez.
Absorción transdérmica.
No todos los fármacos penetran con facilidad a través de la piel íntegra.
La absorción de los que penetran depende de la superficie sobre la que se aplican y de su
liposolubilidad, ya que la epidermis se comporta como barrera lipídica. Sin embargo, la dermis es
permeable a numerosos solutos y, por tanto, los fármacos se absorben con mayor facilidad hacia la
circulación general a través de la piel desnuda, quemada o lacerada.
la inflamación y otras circunstancias que aumentan la irrigación cutánea también incrementan la
absorción.
La piel hidratada es más permeable que la piel seca
Administración rectal.
Cerca de 50% del fármaco que se absorbe por el recto evita el paso a través del hígado
CYP3A4, una enzima importante para el metabolismo de fármacos se encuentra en la porción
proximal del intestino, pero no en la distal.
Inyección parenteral.
Las formas principales de aplicación parenteral son intravenosa, subcutánea e intramuscular.
En el caso de las vías subcutánea e intramuscular, la absorción ocurre por difusión sencilla, al seguir
el gradiente que media entre el depósito del medicamento y el plasma.
La velocidad depende del área de las membranas capilares que absorben el producto y de la solubilidad
de la sustancia en el líquido intersticial.
Los fármacos que se administran por cualquier vía (excepto la intraarterial) en la circulación general,
están sujetos a una posible eliminación de primer paso por los pulmones, antes de distribuirse al resto
del cuerpo.
Los pulmones son sitio temporal de eliminación de diversos medicamentos, en particular los que son
bases débiles y están de forma predominante no ionizados en el pH de la sangre, al parecer por su
coeficiente de reparto en lípidos. Los pulmones también sirven como filtro de partículas que pueden
introducirse por vía intravenosa y, por supuesto, son un medio para la eliminación de sustancias
volátiles.
Vía intravenosa.
en la sangre venosa la biodisponibilidad es completa y rápida. Asimismo, la llegada del producto a
los tejidos se hace de manera controlada y con una exactitud y celeridad que no son posibles por otras
vías.
sólo por vía intravenosa pueden administrarse algunas soluciones irritantes, porque el fármaco, si se
inyecta despacio, se diluye en gran medida en la sangre.
pueden ocurrir reacciones desfavorables porque se logran concentraciones muy elevadas del fármaco
en el plasma y en los tejidos.
Existen circunstancias terapéuticas donde se recomienda administrar el fármaco en “bolo” (un
pequeño volumen administrado con rapidez) y otras circunstancias donde se recomienda la
administración lenta
Cuando se administra un fármaco por vía intravenosa es importante vigilar la respuesta del paciente
La posibilidad de repetir las inyecciones intravenosas depende de la posibilidad de mantener la vena
permeable
Vía subcutánea.
Un fármaco se inyecta por vía subcutánea sólo cuando no irrita los tejidos; de lo contrario provoca
dolor intenso, necrosis y desprendimiento de los tejidos.
Después de una inyección subcutánea, la velocidad de absorción del fármaco suele ser lo
suficientemente constante y lenta como para proporcionar un efecto sostenido.
La absorción de los fármacos que se depositan bajo la piel dentro de una microesfera es lenta y se
prolonga varias semanas o meses; algunas hormonas (p. ej., anticonceptivos); los implantes (p. ej.,
barras de plástico que suministran etonogestrel) pueden proporcionar anticoncepción eficaz por tres
años
Vía intramuscular
la velocidad depende de la circulación en el sitio de la inyección. Esta velocidad se puede regular
hasta cierto grado por medio de calor local, masaje o ejercicio. Por ejemplo, la absorción de insulina
suele ser más rápida cuando se inyecta en el brazo y la pared abdominal que en el muslo.
En la mujer, la velocidad es en especial lenta cuando la inyección se aplica en el glúteo mayor. Al
parecer, la razón es la distribución distinta de la grasa subcutánea en el varón y la mujer, además de
que la grasa posee una circulación deficiente.
Para que la absorción de un medicamento intramuscular sea lenta y constante se debe aplicar una
solución en aceite o suspendida en algún otro vehículo de depósito.
Los antibióticos suelen administrarse de esta forma.
Las sustancias que son demasiado irritantes como para administrarlas por vía subcutánea algunas
veces pueden aplicarse por vía intramuscular.
Vía intraarterial.
se inyecta directamente un medicamento en una arteria para limitar su efecto a un tejido u órgano
particular, por ejemplo, en el tratamiento de tumores hepáticos y de cabeza y cuello.
La inyección dentro de una arteria requiere enorme cuidado y debe ser del dominio de expertos.
Cuando los fármacos se aplican por vía intraarterial, se pierde el metabolismo de primer paso y los
efectos depuradores de los pulmones.
Vía intrarraquídea.
La barrera hematoencefálica y la que separa sangre y LCR impiden o retrasan la penetración de
fármacos al SNC.
Los tumores encefálicos también pueden tratarse por medio de administración intraventricular directa
de fármacos.
Absorción en pulmones.
A condición de que no originen irritación, fármacos gaseosos y volátiles pueden inhalarse y absorberse
en el epitelio pulmonar y las mucosas de las vías respiratorias.
el producto llega pronto a la circulación, dado que el área de superficie pulmonar es grande.
Entre las ventajas de esta forma de administración destacan la absorción casi instantánea del fármaco
en sangre, la eliminación de las pérdidas de primer paso por el hígado y, en el caso de neumopatías,
la aplicación local del producto en el sitio de acción buscado
La absorción por pulmones constituye también un mecanismo importante de penetración de algunas
drogas ilícitas y tóxicos ambientales de composición y estado físico diversos.
Bioequivalencia
Los medicamentos se consideran como equivalentes farmacéuticos si contienen los mismos
ingredientes activos y tienen potencia o concentración, presentación y vías de administración
idénticas.
Dos sustancias farmacéuticamente equivalentes se consideran bioequivalentes si la rapidez y
magnitud de la biodisponibilidad del ingrediente activo en ambos no difiere en mayor grado en las
situaciones idóneas de “prueba”.
DISTRIBUCIÓN DE FÁRMACOS
Después de su absorción o administración en el torrente circulatorio general, un fármaco se distribuye
en los líquidos intersticial e intracelular.
Los elementos que rigen la rapidez de “llegada” y la posible cantidad del fármaco que se distribuye
en los tejidos son el gasto cardiaco, la corriente sanguínea regional, permeabilidad capilar y el
volumen hístico.
En el comienzo, hígado, riñones, encéfalo y otros órganos con gran riego sanguíneo reciben la mayor
parte del medicamento, en tanto que es mucho más lenta la llegada del mismo a músculos, casi todas
las vísceras, piel y grasa.
Esta fase de “segunda distribución” quizá necesite minutos a horas para que la concentración del
fármaco en los tejidos entre en una fase de equilibrio por distribución, con la que hay en sangre.
También incluye una fracción mucho mayor de la masa corporal (p. ej., músculo), que la fase inicial,
y por lo común explica gran parte de la distribución extravascular del fármaco.
la distribución en los tejidos depende del coeficiente de reparto del fármaco entre la sangre y el tejido
particular.
La liposolubilidad es el factor determinante de dicha captación, como también lo es cualquier
gradiente de pH entre los líquidos intracelular y extracelular en el caso de fármacos que son ácidos o
bases débiles. El factor determinante más importante en el coeficiente de reparto sangre/tejido es la
unión relativa del fármaco a las proteínas plasmáticas y macromoléculas hísticas.
Proteínas plasmáticas.
o La albúmina es un transportador fundamental para los fármacos ácidos
o la glucoproteína ácida α1 se une a ciertos fármacos básicos.
o ciertos fármacos se enlazan con proteínas que funcionan como transportadoras de ciertas hormonas,
como la unión de estrógenos o testosterona con la globulina transportadora de hormonas sexuales o la
unión de la hormona tiroidea con la globulina transportadora de tiroxina.
o la fracción plasmática que se une depende de la concentración de aquél, su afinidad por los sitios de
unión y el número de estos últimos.
o Son las relaciones entre acción y masa lo que determina las concentraciones de producto unido y no
unido. Si la concentración es pequeña (menor que la constante de disociación de unión a proteínas
plasmáticas), la fracción ligada estará en función del número de sitios de unión y de la constante de
disociación. En caso de haber grandes concentraciones del fármaco (que excedan de la constante de
disociación), la fracción ligada estará en función del número de sitios de unión y de la concentración
del fármaco
o La extensión de la unión a proteínas plasmáticas también puede modificarse por factores propios de
enfermedades. Por ejemplo, la hipoalbuminemia que es consecuencia de una hepatopatía grave o de
síndrome nefrótico disminuye la unión, y aumenta así la fracción libre.
o Un problema más común que surge por la competencia de los fármacos por los sitios de unión a
proteínas plasmáticas es la interpretación errónea de las concentraciones medidas de fármacos en
plasma, porque la mayor parte de los estudios clínicos no diferencian entre fármaco libre y unido a
proteínas.
o Es importante señalar que: “la unión de un fármaco con la proteína plasmática reduce su
concentración en los tejidos y en el sitio de acción, puesto que sólo el fármaco libre se encuentra en
equilibrio a través de las membranas”
Fijación hística.
Muchos fármacos se acumulan en los tejidos en concentraciones mayores que en líquidos
extracelulares y sangre. Dicha acumulación tal vez sea consecuencia del transporte activo, o
comúnmente, de la unión.
La unión a tejidos por lo regular sucede con componentes celulares como proteínas, fosfolípidos o
proteínas nucleares, y casi siempre es reversible.
Una fracción importante del fármaco dentro del organismo puede fijarse y quedar ligada en esta
forma, y constituir un “reservorio” que prolongue la acción del medicamento en el mismo tejido o en
un sitio distante a través de la circulación
Hueso.
El hueso puede convertirse en un depósito de liberación lenta de agentes tóxicos a la sangre; tales
efectos tal vez persistan mucho después de que cesó la exposición o contacto.
La destrucción local de la médula ósea también reduce la irrigación y prolonga el efecto de depósito,
porque el agente tóxico queda separado e independiente de la circulación, lo cual puede agravar más
el daño local directo al hueso.
cuanto mayor sea la exposición al agente tóxico, más lenta será su eliminación.
Redistribución.
la terminación del efecto de un fármaco ocurre por biotransformación y excreción, pero eso también puede
ser consecuencia de la redistribución de aquél desde el sitio de acción hacia otros tejidos o lugares.
EXCRECIÓN DE FÁRMACOS
Los fármacos se eliminan del organismo sin cambios, mediante el proceso de excreción, o se
transforman en metabolitos.
Los órganos excretores (después de excluir al pulmón) eliminan compuestos polares con mayor
eficacia que sustancias de gran liposolubilidad.
Los riñones son los órganos más importantes para excretar fármacos y sus metabolitos.
La excreción de fármacos en la leche materna es importante, no por las cantidades que se eliminan
por dicho líquido, sino porque son causa posible de efectos farmacológicos indeseables en el lactante
amamantado
La excreción por los pulmones es importante más bien para la eliminación de gases anestésico
METABOLISMO DE FÁRMACOS
Las características lipófilas que facilitan el paso de los medicamentos por las membranas
biológicas y el acceso ulterior al sitio de acción, obstaculizan su eliminación del organismo.
La excreción del fármaco intacto es la principal vía de eliminación para 25 a 30% de los fármacos
administrados a seres humanos.
Casi todos los agentes terapéuticos, son productos lipófilos que son filtrados por el glomérulo y
se resorben en gran medida y se devuelven a la circulación general durante su paso por los túbulos
renales. Por ello, el metabolismo de fármacos y otros productos xenobióticos en metabolitos más
hidrófilos resulta esencial para la eliminación de tales compuestos del organismo y la terminación
de su actividad biológica y farmacológica
La comprensión del metabolismo de los fármacos dio origen a la farmacogenética, una nueva
disciplina que promete permitir la comprensión de la expresión y actividades de isoformas
enzimáticas específicas en un individuo dado, lo que permitirá que el médico ajuste los
tratamientos, en particular la quimioterapia a fin de mejorar los resultados terapéuticos y
disminuir el riesgo de toxicidad o de interacciones farmacológicas.
El metabolismo de los fármacos o reacciones de biotransformación se clasifican como reacciones
de funcionalización de la fase I o reacciones biosintéticas de la fase II (conjugación).
Las reacciones de la fase I presentan o exponen al grupo funcional del compuesto original, como
sucede en la hidrólisis; por lo general provocan la pérdida de la actividad farmacológica, aunque
existen ejemplos donde se retiene o intensifica.