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Qué gusto. Muy buenos días. Me es muy grato darles a todas y a todos ustedes la más cordial
bienvenida a este hermoso estado de Jalisco, que es su casa.
Agradecer por supuesto la presencia del magistrado José Alejandro Luna Ramos, presidente del
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Agradecer por supuesto la presencia de
todos los magistrados que el día de hoy nos acompañan y magistradas, al ministro de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, José Fernando Franco González Salas, quien también es toda una
institución del tema electoral. Muy bienvenido, muchas gracias.
A la magistrada María del Carmen Alanís Figueroa, de nuevo bienvenida, muchas gracias por su
presencia; al magistrado Flavio Galván Rivera, qué gusto tenerlo entre nosotros; a la magistrada
Mónica Aralí Soto Fregoso, magistrada presidenta de la Sala Regional, felicidades por este gran
evento.
Magistrado Everardo Vargas Jiménez, también anfitrión de este evento; al magistrado Hertino
Avilés Albavera, presidente de la Asociación de Tribunales y Salas Electorales de la República
Mexicana; a los representantes de los poderes, al presidente municipal, gracias por su anfitrionía.
Una democracia moderna exige la participación de los ciudadanos en todos los aspectos, los
aspectos sociopolíticos de su comunidad. Elegir gobernantes y autoridades es la expresión
máxima de esa participación.
Si queremos que la política deje de ser un asunto de los políticos (sin importar que con este
adjetivo se denomine a partidos, burocracia, o élites de clase), dos valores se vuelven
fundamentales para lograr hacer de su ejercicio un derecho ciudadano: la libertad de expresión y la
rendición de cuentas.
Ese es hoy por hoy el reclamo a escala mundial que hace la sociedad tanto a los gobiernos como a
todas las instituciones, las cuales han perdido confianza y prestigio.
Aquí, en Jalisco, por ejemplo, la encuesta de percepción “Jalisco Cómo Vamos” del 2011 al 2014
señala que el 75 por ciento de los ciudadanos confían poco o nada en los partidos políticos. Y más
preocupante: el 57 por ciento confía poco o nada en el Instituto Electoral de Participación
Ciudadana del Estado.
Debemos reconocer entonces que este reclamo nos presenta importantes retos a todos los que de
cara al proceso electoral de este año ocupamos alguna responsabilidad pública.
Solamente con esa claridad, con el entendimiento preciso de lo que se puede y lo que no se puede
hacer durante el proceso, podemos garantizar a los ciudadanos equidad en la contienda y el
desarrollo de un sistema democrático justo.
Así la libre expresión cobra relevancia: que un ciudadano pueda emitir su opinión, promover sus
ideas y elegir libremente es, como dice el especialista Enrique Cuna Pérez, lo que le transforma de
votante espectador en ciudadano participativo y sólo entonces se recuperará la confianza en las
instituciones.
No se puede hablar de libertad cuando en nombre de ella se violentan los derechos de los demás o
se fomenta la desigualdad. La reforma electoral nos ha dado ese moderno marco de respeto y
equidad para la contienda, pero aún hay muchas dudas sobre su aplicación y estoy seguro que
tras esta reunión serán despejadas.
Hay también desafíos. En Internet y en las redes sociales existen actores que han utilizado el
argumento de la libertad de expresión, escudados en el anonimato que proveen las plataformas
digitales, para mantener vivas sus campañas, violentar leyes electorales y fomentar la guerra sucia.
Si bien las tecnologías de la información son fundamentales para el desarrollo de nuestro país y el
fortalecimiento de las relaciones entre instituciones y ciudadanos, no podemos tolerar que sean
utilizadas confundiendo la libertad de expresión con la libertad para promover la inequidad y la
injusticia.
El presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, magistrado José Alejandro
Luna Ramos, ha señalado que la implementación de la democracia como régimen se vería
obstaculizada sin el proyecto de una actuación éticamente apropiada por parte de los servidores
públicos.
En México los desafíos son grandes, pues si bien existe una normatividad administrativa que se
emite desde el INE o desde los tribunales electorales tanto de la federación como en los estados,
que buscan precisamente esa independencia, éstas siguen estando subordinadas a la regulación
que se emite desde el Legislativo y, por tanto, desde la óptica de muchos ciudadanos, a la decisión
de los partidos políticos que integran este poder.
La reforma electoral que valientemente emprendió el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto
ha reducido la brecha en ese sentido, comprendiendo que la independencia de estos órganos y la
participación ciudadana son indispensables para hacer de las elecciones procesos confiables.
No hay confianza posible sin transparencia y rendición de cuentas, por eso es indispensable que
en todos los poderes, incluyendo el Judicial, avancemos con firmeza en este tema.
En Jalisco, por ello, estamos trabajando no solamente en materia gubernamental, donde hemos
sido reconocidos por el IMCO con el primer lugar en transparencia presupuestal o acelerando la
instalación del nuevo modelo de justicia, donde ya contamos con importantes logros, pero esto
debe ser permanente.
He establecido un compromiso para poder blindar las elecciones y cuando hablo de blindaje, por
supuesto me refiero a acciones firmes y decididas para evitar que la delincuencia organizada se
infiltre en los partidos y afecte este proceso, también a condiciones a seguridad para que los
ciudadanos acudan en un marco de paz y, sobre todo, a otorgar certeza de que no se tolerará que
desde la función pública se realicen acciones que entorpezcan o impidan una contienda equitativa.
Por eso ya sostuvimos reuniones con los dirigentes de los diferentes partidos políticos, donde se
ha manifestado la voluntad para establecer una comunicación abierta y directa, donde la Secretaría
General de Gobierno ha sido habilitada para una línea de comunicación permanente. Y así,
trabajando juntos, sé que vamos a alcanzar la confianza de los ciudadanos.
Hay valores indispensables para lograr consolidar una democracia a partir de la impartición de
justicia: excelencia, objetividad, imparcialidad, profesionalismo e independencia es lo que se exige
a nuestros jueces y magistrados.
Hoy tenemos una democracia vigilante y permanente que nos está señalando y cuestionando en
cada momento en que tomamos decisiones.
Por eso, ante estas multitudes inteligentes, es fundamental perfeccionar nuestros procesos en la
impartición de justicia electoral.
Construir un México solidario, justo y próspero es tarea de todos. Con su trabajo, hoy, señoras,
señores magistrados, contribuyen para alcanzar este objetivo.
Felicidades, enhorabuena y los invito a ponernos de pie para declarar formalmente inaugurada en
la Ciudad de Guadalajara, Jalisco, siendo las 11:00 horas con ocho minutos de este día 12 de
marzo del año 2015, declarando formalmente inaugurados los trabajos del Encuentro Nacional de
Magistrados y Magistradas, “Consolidando la Democracia, Elecciones 2015”.
Deseándoles el mayor de los éxitos en sus propósitos, que sea por el bien de la democracia, que
sea por el bien de México.