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1.1 OBJETIVOS
1.2.1 Introducción.
La hidrosfera es una de las capas de la Tierra que se extiende desde 1 km en la litosfera, por debajo de la
superficie terrestre, hasta unos 15 km arriba en la atmósfera. El agua, en sus distintas formas, se mueve
o circula en la hidrosfera, siguiendo vías y procesos de carácter aleatorio o probabilístico, conformando el
ya conocido Ciclo Hidrológico. Recuérdese que éste es un proceso cíclico que no tiene principio ni fin, y
ocurre continuamente.
En dicho ciclo, el agua se evapora desde los océanos, ríos, lagos, embalses y desde la superficie terrestre,
para formar parte de la atmósfera; el vapor de agua circula en la atmósfera hasta que se condensa y
precipita sobre la superficie terrestre y los océanos; una parte del agua de precipitación es interceptada por
la vegetación, otra se convierte en flujo superficial sobre el suelo; parte de ésta se infiltra en el suelo, se
mueve a través de él como flujo subsuperficial, y el agua restante va a dar a los ríos y demás corrientes
naturales de agua, conformando la escorrentía superficial. Es ésta, precisamente, la que en determinados
estudios se requiere medir, y la técnica para su medición será objeto de esta práctica de laboratorio.
De otro lado, para el estudio de cualquier fenómeno de ocurrencia del agua en la superficie terrestre es
imprescindible conocer el comportamiento del ciclo hidrológico, y en la concepción de proyectos de
ingeniería hidráulica, tales como centrales hidroeléctricas, represas, embalses, diques, captaciones,
puentes, sistemas de riego y sistemas de abastecimiento de agua, es esencial el estudio hidrológico de la
cuenca, conocer el régimen de caudales de sus corrientes naturales, determinar los perfiles longitudinal y
transversal de los cauces de éstas, medir niveles de aguas y planicies de inundación, el transporte de
sedimentos y las características de calidad de aguas.
Como quiera que estas relaciones no son bien conocidas, el hidrólogo siempre necesitará conocer datos
de niveles y caudales, a través de registros continuos o mediciones puntuales, más o menos extensas en
el tiempo, para determinar las características hidrológicas de la cuenca y conocer el comportamiento de la
corriente en estudio.
Parte de estas necesidades se lograrían suplir con la aplicación de los fundamentos que aquí se esbozan.
Batimetría. Es una actividad hidrométrica cuya finalidad es el levantamiento alti-planimétrico del fondo
de corrientes y cuerpos de agua, tales como lagos, lagunas, embalses, bahías, ciénagas, estuarios, mares
y océanos. Comúnmente, se aplica a la medición de niveles de sedimentos depositados en el fondo de una
masa de agua. El batitermógrafo es el instrumento comúnmente empleado para medir y registrar
continuamente la profundidad y la temperatura del agua. Véase la Figura 9.1. Aparte del batitermógrafo,
también se emplean los ecosondas para hacer estudios batimétricos en sistemas acuáticos. Ver numeral
9.2.4.4.
La experiencia muestra que las velocidades máximas ocurren aproximadamente a 0.2 h por debajo de
la superficie libre, siendo h la profundidad del flujo. La velocidad media se encuentra aproximadamente
a 0.6h , a partir de la superficie (Véase la Figura 9.3). Además, la velocidad media se puede tomar
igual a 0.85·Vs, siendo Vs la velocidad superficial.
Velocidad media. En la hidrometría de corrientes de agua suele trabajarse con dos tipos de velocidad
media del flujo: una correspondiente al área mojada total de la sección transversal del flujo, A, y al
caudal total, Q; la otra, es la velocidad media correspondiente a una vertica l dentro de la sección
transversal del flujo.
V m =Q/A (9.1)
La velocidad media del flujo, en una vertical de la sección transversal del cauce, se puede
determinar calculando el área de la curva de distribución de velocidades en dicha vertical,
empleando un planímetro, por ejemplo, y dividiéndola por la profundidad del flujo en la misma.
Véase la Figura 9.3.
Caudal. También llamado Gasto o Descarga, es la medida del volumen de líquido que fluye o
atraviesa normalmente la sección transversal del cauce de una corriente, en la unidad de tiempo.
Matemáticamente se expresa así:
volumen de líquido
Q =
Unidad de Tiempo
Q=VA (9.2)
siendo
Q : caudal de la corriente, L3 / T.
v : velocidad media del flujo en dirección perpendicular a la sección transversal, L / T.
A : área de la sección transversal del cauce, L 2 .
Algunas unidades de caudal son: l /s, m 3 /s, pie3 /s, gal /min.
Aforo. Es el conjunto de actividades hidrométricas conducentes a la determinación del caudal de una
corriente de agua. Entre las principales actividades hidrométricas, comúnmente realizadas en un
aforo, se cuentan el levantamiento del perfil transversal de la sección de aforo y las mediciones de
profundidades y velocidades del flujo en distintos puntos de la sección transversal.
Sección de aforo. También llamada estación de aforo, es la sección transversal del cauce de
la corriente de agua que se desea aforar, esto es, medir su caudal. Véase la Figura 9.4. Previo
al conjunto de mediciones necesarias para realizar un aforo de una corriente natural de agua, se
requiere hacer un levantamiento altimétrico de la sección transversal del cauce en la estación de aforo.
La sección donde se efectúan los aforos debe reunir una serie de condiciones que se listan en el
numeral 9.2.3.
V= an+b (9.3)
donde:
FIGURA 9.6 Molinetes marca A.OTT KEMPTEN (tomados de catálogos de la firma fabricante).
Algunos tipos de molinetes disponen de aletas en su parte posterior para equilibrarlo dentro de la
corriente; así mismo, se le puede acondicionar un contrapeso en la parte inferior, para evitar que se
incline cuando se sumerge en el flujo.
La profundidad a la cual se va a tomar la velocidad se mide con un cable graduado o una barra, también
debidamente graduada, que se pueden acondicionar al aparato.
La determinación del caudal, a partir de las mediciones de velocidad con correntómetro, se explica en
el numeral 9.2.6.
1.2.3 Características de la sección de aforo. La sección donde se efectúen los aforos debe reunir
las siguientes condiciones:
Estar comprendida dentro de un tramo del curso de agua que presente características alti-
planimétricas regulares, estos es, regularidad en los perfiles longitudinal y transversal del cauce, con
el objeto de garantizar un escurriemiento tranquilo y uniforme, exento de arremolinamientos, y que
pueda aprovecharse para mediciones puntuales o continuas de caudal.
Quedar comprendida dentro de un tramo recto y uniforme, con una longitud no menor de siete veces
el ancho del río, dispuesta así: aguas arriba, mínimo cinco veces el ancho, y aguas abajo, mínimo dos
veces el ancho. Se aclara que, dadas las características del lecho, no es posible encontrar tales
rectitud y uniformidad del tramo.
El fondo del río debe ser suave y libre de plantas acuáticas, piedras u otros obstáculos, que, por sus
dimensiones puedan interferir en la medición de la velocidad de la corriente.
FIGURA 9.8. Molinetes accionados desde un puente, una tarabita y una lancha.
La sección debe ser firme, estable y definida. Para garantizar una sección firme y estable sería
conveniente revestirla en concreto, mampostería o con placas prefabricadas. De no ser posible el
revestimiento, la sección se escogerá en una zona de formación rocosa, preferiblemente. La sección
definida se logra colocando tres mojones alineados perpendicularmente a la dirección de la corriente.
Los mojones extremos se instalarán en el nivel de aguas máximas, y el mojón central, en un nivel de
aguas medias de la corriente.
Las velocidades de la corriente deben ser mayores que 0.3 m/s (o mayor que la mínima recomendable
para el correntómetro empleado) y menores que 3.0 m/s (o menor que la máxima recomendable para
el molinete empleado).
La sección debe ser de fácil acceso.
1.2.4 Instrumentos hidrométricos. Son aparatos e instrumentos de medida, requeridos para realizar
mediciones de campo relacionadas con corrientes de agua; pueden ser registradores y no-
registradores. Los registradores dibujan continuamente un gráfico de las fluctuaciones de la
característica medida. Los aparatos no-registradores requieren de un observador, quien anota las
lecturas a intervalos regulares de tiempo.
Los instrumentos hidrométricos más comunes en las estaciones hidrométricas son: miras o
limnímetros, limnígrafos, maxímetros, puntos fijos de referencia, secciones y tramos artificiales de
control, diques y vertederos para aforos volumétricos, puentes hidrométricos, cables, tarabitas o
canastillas, flotadores, correntómetros, barcas, lanchas botes, instrumentos para aforos con
trazadores y trampas de sedimentos.
1.2.4.1 Limnímetros. También llamados miras o escalas graduadas, son miras graduadas de
cm en cm, que se colocan en las márgenes de la corriente de agua para medir el nivel de
ésta en un instante determinado. Véanse las Figuras 9.5 y 9.9.
Para su instalación es recomendable
lo siguiente:
Deben instalarse sobre la orilla más próxima al sector más profundo del cauce.
Deben adosarse a listones de madera, empotrados en concreto o atornillados
a perfiles metálicos.
Su instalación se hará de tal manera que el plano “cero” quede convenientemente
referenciado, por nivelación topográfica, a un punto invariable (B.M., del inglés Bench
Mark) cercano a la estación.
Los puntos fijos de referencia del plano “cero” de la mira deben quedar por encima de
los niveles máximos posibles, y a distancias menores de 100 m de la mira.
El cero de la mira debe quedar, por lo menos, 0.5 m por debajo del nivel mínimo
esperado en época de sequía, en corrientes grandes, ó 0.5 m por debajo del punto
más profundo del lecho, en corrientes pequeñas.
El extremo superior del limnímetro debe quedar, al menos, 1.0 m por encima del nivel
en la máxima crecida posible.
Las miras verticales de un solo tramo se pueden anclar a muros, pilas de puentes o
diques o cualquiera otra estructura. En taludes inclinados conviene instalar tramos
cortos de miras verticales, o miras inclinadas. Véase la Figura 9.11.
Todas las instalaciones se deben construir de tal forma que no obstruyan los
perfiles transversales de la corriente.
FIGURA 9.10. Pequeños tramos de mira instalados sobre la planicie de inundación de una corriente
natural.
1.2.4.2 Limnígrafos. Son aparatos mecánicos que permiten obtener un registro continuo del nivel
del agua. Esencialmente, constan de un flotador incorporado a un tubo, a un pozo o a un
sistema neumático. El flotador registra el nivel de agua y está conectado a un sistema de
relojería, el cual está provisto de un tambor giratorio sobre el cual va colocada una
hoja de papel; ésta presenta graduaciones en unidades de tiempo sobre las abscisas, y
alturas en las ordenadas. Sobre esta hoja, una plantilla va registrando los niveles en
función del tiempo. Véase la Figura 9.12.
FIGURA 9.12. Limnígrafo Leupold & Stevens, modelo F. ( tomado de catálogo de la firma
fabricante).
Estos registradores son de varios tipos, como los de eje vertical, de eje horizontal y los
limnígrafos de presión o neumáticos. Este último registra el nivel según la lámina de agua que
actúa sobre él. En general, se recomienda el limnígrafo de eje vertical, pues su instalación no
es tan complicada y es tan costosa como la de los demás limnígrafos.
Las condiciones de instalación de un limnígrafo, en general, son las mismas que para la
instalación de una mira; sin embargo, se pueden destacar algunos requisitos como son:
- El aparato debe quedar debidamente protegido, por medio de una caseta, contra daños,
robos, etc.
- El limnígrafo debe estar acompañado de una mira, para su
control.
- La estructura de instalación no debe obstruir los cauces naturales y, además, no debe producir
perturbaciones en el flujo normal de la corriente.
- El tubo que alimenta el pozo del limnígrafo se debe proteger contra el ingreso de tierra, piedras
y otros objetos que obturen el paso del agua.
- El pozo se debe hacer de manera que un operador pueda accederlo en actividades de limpieza
y mantenimiento.
Las instalaciones para el limnígrafo neumático se construyen para grandes variaciones del nivel,
en condiciones que hacen muy difícil o costosa cualquier otra instalación. Constan de una caseta
para albergar los instrumentos, y un tubo de conexión entre el registrador y la corriente fluvial,
con un extremo empotrado en un bloque de concreto, que descansa en el lecho del río, por debajo
del nivel mínimo de aguas.
1.2.4.3 Sondas. Son cintas flexibles, similares a las cintas métricas, dotadas en su extremo inferior
de un dispositivo de emisión-detección de alguna señal sonora o luminosa, que,
sumergidas en un cuerpo de agua, permiten medir su profundidad. Las ecosondas
electrónicas emiten pulsaciones hacia un sensor-receptor colocado en superficie, y reciben
el eco después de transcurrido un tiempo de ida y regreso. Las sondas luminosas están
provistas de un sensor que, al tocar una superficie de agua, enciende un aparato receptor
e ilumina una lámpara, con lo cual se puede medir instantáneamente el nivel del agua en
pozos, tubos de observación y de perforación, y en cualquier otro sistema de sondeo. El
nivel de agua se mide directamente en la cinta, en m y cm, con una precisión menor de 1
cm. Véase la Figura 9.13a.
1.2.4.6 Estructuras temporales para medición de caudales. Son obras hidráulicas de carácter
transitorio que se construyen en una sección de aforo, con el objeto de determinar el
caudal, bien sea por una relación matemática entre el caudal de la corriente y la
profundidad del flujo, como es el caso de la instalación de un vertedero de medida, o bien
sea para aplicar el método volumétrico de medición de caudales. Véanse las Figuras 9.15
y 9.18.
1.2.5 Aforos de corrientes naturales. El conocimiento de la variación del caudal que fluye por una
determinada sección de un cauce natural es de suma importancia en los estudios hidrológicos. De
acuerdo con la calidad y la cantidad de los registros de caudales necesarios en un estudio
hidrológico, las mediciones se pueden hacer de una manera continua o permanente, o de una
manera puntual o instantánea. Las mediciones continuas de caudales requieren de la instalación de
una estación medidora (limnimétrica) o de una estación registradora (limnigráfica). Las mediciones
aisladas, puntuales o instantáneas, se realizan en determinados momentos en que se desee
conocer la magnitud de una corriente en particular.
Q = vA (9.4)
El aforo volumétrico consiste en medir el tiempo que gasta el agua en llenar un recipiente
de volumen conocido, para lo cual el caudal es fácilmente calculable con la siguiente ecuación:
1.2.5.3 Aforo con tubo de Pitot. Su mayor aplicación se encuentra en la medición de velocidades
en flujos a presión, es decir, flujos en tuberías. Sin embargo, también se utiliza en la medición
de velocidades en canales de laboratorio y en pequeñas corrientes naturales. El tubo de
Pitot permite medir la velocidad de la corriente a diferentes profundidades, por lo cual se
puede conocer la velocidad media en la sección, que, multiplicada por el área de ésta,
produce el caudal de la corriente. El principio de funcionamiento de este aparato se estudia
en el curso de Mecánica de Fluidos.
1.2.5.4 Aforo con trazadores fluorescentes o colorantes. El empleo de colorantes para medir
la velocidad del flujo en corrientes de agua es uno de los métodos más sencillos y de mayor
éxito. Una vez elegida la sección de aforo, en la que el flujo es prácticamente constante y
uniforme, se agrega el colorante en el extremo de aguas arriba y se mide el tiempo de
llegada al extremo de aguas abajo. Conocida la distancia entre los dos extremos de
control, se puede dividir ésta por el tiempo de viaje del colorante, obteniéndose así la
velocidad superficial o sub-superficial de la corriente líquida. La velocidad media del flujo se
obtendrá dividiendo la distancia entre los dos extremos o puntos de control, por el tiempo
medio de viaje.
En los últimos años se han logrado considerables mejoras en las técnicas de medición con
trazadores fluorescentes, especialmente con la rodamina B, rodamina WT, las
sulforrodaminas B y G, la uranina y el bromuro-82.
1.2.5.5 Aforo con trazadores químicos y radioactivos. Es un método muy apto para corrientes
turbulentas como las de montaña. Estos trazadores se utilizan de dos maneras: como
aforadores químicos, esto es, para determinar el caudal total de una corriente, y como
medidores de velocidad de flujo.
FIGURA 9.19. Ilustración del procedimiento de inyección y muestreo en un aforo con trazador.
Q=Qt(Cti-Ct)/(Ct-Ca) (9.6)
Cuando se emplea la sal común (NaCl) como trazador químico, se mide el tiempo de paso entre
los dos puntos de control, utilizando electrodos conectados a un amperímetro, esto es, un
conductivímetro. Este método de medición es posible debido a que la sal inyectada aumenta la
concentración de sólidos disueltos y, por lo tanto, la conductividad del agua.
Los trazadores radioactivos más usuales son: el Tritio (T, isótopo del Hidrógeno, con tres
-
protones) como THO, 51Cr en la forma del complejo EDTA, el 82 Br como ión Br y el 131I
-
como ión I . Los isótopos 99Tc y 198Au, del Tecnecio y del Oro, respectivamente, también
son trazadores empleados en hidrometría.
El Indio, en la forma del complejo In-EDTA, y el bromuro, como NH4Br, son trazadores
activables también empleados en estudios de aguas.
Las sustancias químicas o radioactivas empleadas para medición de caudales deben reunir
las siguientes condiciones:
- Deben mezclarse fácil y homogéneamente con el agua, para lo cual se requiere de una
fuerte turbulencia en el trayecto comprendido desde donde se inyecta la sustancia al
cauce, hasta donde se recogen las muestras.
- Debe ser barato, soluble en agua, inocuo, no corrosivo, ni
tóxico.
- Debe ser fácilmente detectable en el agua, aún en concentraciones
pequeñas.
- Debe estar ausente o presente en pequeñas cantidades en la corriente natural de
agua.
- Debe ser conservativo, es decir, no degradable, ni reactivo, entre el momento de la inyección
y el momento del análisis final de las muestras.
- Debe ser fotoestable, es decir, no decolorable, ni reactivo ante la acción de
la luz.
Vale la pena resaltar que los aforos con isótopos radioctivos son demasiados costosos, ya
que requieren de equipos y personal altamente especializados.
1.2.5.6 Aforo con flotadores. Los aforos con flotadores son los más sencillos de realizar, pero
también son los más imprecisos; por lo tanto, su uso queda limitado a situaciones donde no
se requiere mayor precisión. Con este método se pretende conocer la velocidad media en
la sección, para ser multiplicada por el área, y conocer el caudal, de acuerdo con la siguiente
ecuación:
Q = ( velocidad)(área) (9.7)
Para la ejecución del aforo se procede de la siguiente forma (véase la Figura 9.20): Se
toma un trecho de la corriente, de longitud L; se mide el área A, de la sección, y se lanza
un cuerpo que flote, aguas arriba del primer punto de control, y al paso del cuerpo por dicho
punto se inicia la toma del tiempo que dura el viaje hasta el punto de control, corriente
abajo.
La velocidad superficial de la corriente, vs, se toma igual a la velocidad del cuerpo flotante, y se calcula
mediante la relación entre el espacio recorrido L, y el tiempo de viaje, t.
Vs=L/t (9.8)
Se considera que la velocidad media de la corriente, v m , es del orden de 0.75 vs a 0.9 vs , donde el valor
mayor se aplica a las corrientes de agua más profundas y rápidas (con velocidades mayores de 2 m/s).
Habitualmente, se usa la siguiente ecuación para estimar la velocidad media de la corriente:
Se pueden obtener resultados algo más precisos por medio de flotadores lastrados, de sumersión ajustable,
como el que se muestra en la Figura 9.20. Estos flotadores consisten en un tubo delgado de aluminio, de
longitud Lf l , cerrado en ambos extremos y con un lastre en su extremo inferior, para que pueda flotar en una
posición próxima a la vertical, de tal manera que se sumerjan hasta una profundidad de aproximadamente 25
a 30 cm sobre el fondo, y emerjan unos 5 a 10 cm.
La velocidad observada del flotador sumergido, vf, permite la determinación de la velocidad media de la
corriente, vm, a lo largo de su curso, por la siguiente fórmula experimental, Ref. [1]:
El espacio, s, recorrido por la hélice, o por la partícula líquida a través de ésta, se representa por el número
de rotaciones, N, que da el molinete en t segundos.
Luego,
V=N/t (9.13)
Como existen fricciones en las partes mecánicas del aparato, es necesario introducir un coeficiente de
corrección, b.
Entonces,
v = bn (9.15)
Como la sensibilidad del aparato se hace sentir a partir de determinada velocidad mínima, a, que, en general,
es del orden de 1.0 cm/s, por debajo de la cual el aparato no se mueve, la ecuación del aparato se transforma
en:
v = a + bn (9.16)
Ecuación ésta que corresponde a una línea recta. Los aparatos vienen con su respectiva ecuación de
calibración, dependiendo del tipo de molinete y de la casa productora, o traen tabuladas las velocidades en
función del número de revoluciones por minuto.
Por ejemplo, para el correntómetro Price’s Electric Currentmeter No. 17110B Serial No. 101 -A, la ecuación
de calibración para la velocidad, en m/s, es:
v = 0.019 + 0.702n
1.2.6 Métodos de aforo de corrientes con molinete. A continuación se presentan los métodos de aforo
con correntómetro más usuales, para la determinación de la velocidad media del flujo en la vertical
de aforo, unos más laboriosos que otros, dependiendo del grado de exactitud que se desee para tal
propósito.
Con este método se logra bastante exactitud, pero se requiere gran cantidad de trabajo,
por l o cual se emplea sólo como método de verificación y comparación, o en secciones
caracterizadas por irregularidades del flujo que no permiten aplicar otros métodos más
simplificados.
1.2.6.2 Método de los cinco puntos. Consiste en medir la velocidad del flujo en la superficie, en
un punto cercano al fondo y en tres puntos intermedios, situados a 0.2, 0.6 y 0.8 veces la
profundidad, h, de la vertical de aforo, medidos desde la superficie libre. La velocidad media
del flujo se obtiene, con buena aproximación, a partir de la siguiente ecuación:
1.2.6.3 Método 0.2 - 0.8. Es el método más utilizado, debido a la rapidez de ejecución que
presenta. Se toman medidas de velocidad en dos puntos de la vertical: a 0.2 h y 0.8 h de
profundidad, y la velocidad media en la vertical viene dada por:
Se acepta un error del 5 % con este método, en relación con otros de mayor
exactitud.
1.2.6.4 Método 0.6. En este caso solamente se realiza una medición de velocidad, a 0.6 h
medidos desde la superficie libre. Esta velocidad se considera ser la velocidad media en la
vertical, suponiendo que la distribución de velocidades corresponde a un arco de parábola,
en cuyo caso la abscisa media se encuentra entre 0.58 h y 0.62 h, bajo la superficie.
Este método, obviamente, no es muy exacto, por lo cual sólo se recomienda en aquellos
casos que no requieran mayor rigor en la determinación del caudal, y en corrientes de poca
profundidad que hacen impracticable la aplicación del método anterior, como quiera que
la hélice del molinete podría tocar el fondo del lecho, cuando se le coloque a 0.8 h.
1.2.6.5 Método 0.2- 0.6 - 0.8. Combina los dos procedimientos anteriores y es, lógicamente, más
exacto que los mismos, y se aplica cuando se duda de las velocidades medidas a 0.2 h
y a 0.8 h. La velocidad media se obtiene empleando la siguiente ecuación:
1.2.6.7 Método de la medición superficial. Este método es similar al anterior y se aplica sólo
durante crecidas que llevan mucho material flotante, lo cual pondría en peligro el molinete.
Consiste en medir la velocidad superficial del flujo, para obtener la velocidad media a partir
de correlaciones entre ésta y la velocidad superficial, obtenidas a través de mediciones
en, por lo menos, cinco puntos de la vertical, incluyendo, entre éstos, la medición
superficial.
Este método encuentra mayor aplicación en ríos grandes, con pendientes y velocidades
bajas, reduciéndose ostensiblemente la duración total del aforo, y obteniendo resultados
satisfactorios.
1.2.6.9 Método de Cunningham. Este autor propone la siguiente fórmula simplificada, para
calcular la velocidad media en la vertical:
1.2.7 Curva de calibración de una sección de aforo. Como se vio en los párrafos anteriores, las
estaciones fluviométricas registran los niveles de agua, y los aforos permiten conocer el campo de
velocidades y el caudal del flujo en la sección de aforo. Sin embargo, ninguno de estos métodos
permite conocer en forma continua el caudal de la corriente, es decir, su variación con el tiempo.
Por esta razón, se recurre a establecer una relación empírica entre los niveles H y los caudales
Q, es decir, que, para conocer los caudales, se necesita establecer una ecuación matemática
para la relación Q = f(H).
Si se conoce esta función, se puede pasar del registro de niveles al de caudal. La gráfica de esta
función recibe los nombres de curva de gasto, curva de descarga, curva de caudales, curva de
patronamiento, curva de calibración, etc., para la sección considerada, y tiene la forma
presentada en la Figura 9.21.
H (m)
Q (m3/s)
Las curvas de descarga exigen en general, para su definición, una serie de medidas de cau
dal, abarcando distintos niveles de agua, más o menos distribuidos entre los estiajes y las crecidas.
Cuanto mayor sea el número de mediciones, mayores serán los resultados de definición de
la curva. Se considera como mínimo razonable el de una decena de mediciones de caudal. Cada
medición de caudal debe referenciarse al respectivo nivel que tenía el río en el momento de la
medición.
Los pares de valores nivel-caudal se grafican en un sistema cartesiano, en el cual el eje de las
abscisas represente el caudal, y el de las ordenadas mida el nivel dado por el limnímetro.
Los datos se pueden ajustar a una ley matemática por el método de regresión de potencia, o se
recurre a un método gráfico de ajuste.
Dado que la geometría de la sección transversal de una corriente natural puede variar
estacionalmente, la curva de calibración de toda sección de aforo debe actualizarse con cierta
frecuencia.
En aforos simplificados, los puntos de medición de velocidad deben tomarse a las profundidades
0.2 h, 0.6 h y 0.8 h, a partir de la superficie. Cuando se requiera gran precisión, el número de
puntos de aforo dependerá de la profundidad total, h, así:
Para profundidades mayores de 5.0 m, se harán tomas de velocidad de metro en metro, hasta
los
10 m de profundidad, y de 1.5 m en 1.5 m, para profundidades superiores a 10 m.
Los grupos encargados de las mediciones deberán disponer del siguiente equipo:
En los aforos de ríos hasta de 100 m de ancho, se usarán dos cables transversales a la corriente,
uno para medir el ancho de la sección, y el otro para amarrar la canoa y evitar su desplazamiento
longitudinal que originaria incorrecciones en la determinación de la sección (véase la Figura 9.8).
Para ríos más anchos se usará un solo cable que cumpla las dos funciones. Cuando el ancho del
río supera los 400 m, se usan métodos más complejos, como barcos especiales.
Cuando la corriente es poco profunda, el molinete se amarra a una barra clavada en el fondo del
cauce, de manera que aquél se pueda desplazar, a discreción, a todo lo largo de la profundidad.
El molinete se debe mantener orientado perpendicular a la sección, y con la hélice enfrentando la
corriente. La barra debe mantenerse en posición vertical. Este aforo se puede hacer vadeando la
sección, a pie o a caballo, cuidando de que las extremidades no formen perturbaciones cerca del
molinete.
Cuando, debido a una gran profundidad, no se pueda usar una barra, el molinete se suspende
de un cable graduado y debidamente lastrado, para evitar que sea arrastrado y se mantenga
en posición vertical. En este caso, es necesario operar el correntómetro desde una lancha, un
puente, un teleférico o una tarabita, como se indica en las Figuras 9.8 y 9.17.
Algunos autores proponen la siguiente tabla para definir el número de verticales, en función del
ancho del río.
TABLA 9.1 Espaciamiento entre verticales de aforo en función del ancho de la corriente.
- El trecho del curso de agua debe presentar condiciones alti-planimétricas regulares, es decir,
una variación continua en el perfil transversal, paralelismo entre las márgenes con desarrollo
rectilíneo, y regularidad en el perfil longitudinal. Con ello se asegura un escurrimiento tranquilo
y uniforme, exento de arremolinamiento, y una sección transversal adecuada para las
mediciones del caudal.
- La escala y los aparatos deben instalarse en un sitio donde haya una persona habilitada
para ejecutar las lecturas o mantener los equipos.
- El sitio debe estar protegido contra daños que, posiblemente, causen embarcaciones o
cuerpos flotantes en época de crecidas.
- Debe haber accesibilidad para permitir la lectura en cualquier condición de nivel de
agua.
- La escala debe permitir las lecturas de los niveles extremos previstos, es decir, los niveles
máximo y mínimo de la superficie de agua.
- El trecho longitudinal debe tener aproximadamente cinco veces el
ancho.
- La mira se debe referenciar a un B.M. que no corra el peligro de desaparecer por cualquier
circunstancia.
Registro de datos en la planilla de aforo. Previo a las actividades de medición, se debe hacer un
encabezamiento de la planilla de aforo, con la siguiente información (véase la Tabla 9.2): nombre de la corriente
(río o quebrada), nombre de la cuenca, nombre de la estación hidrométrica, fecha y hora de iniciación del aforo,
fecha y hora de finalización del aforo, niveles inicial y final de la corriente, datos del molinete (número de la hélice
y ecuación de calibración para la velocidad), método de aforo empleado (ejemplo: método 0.2h - 0.8h) y el
número ordinal del aforo desde la última calibración del correntómetro