Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
La intuición es un sentimiento que nos hace pensar o creer que algo va a ocurrir, aunque
no tengamos todos los datos para llegar a esa conclusión. Está basada en inferencias, es
decir, razonamos tomando las partes de una realidad e intentamos rellenar los huecos
de los que no disponemos información, con la experiencia pasada, con la lógica o los
patrones o secuencias que somos capaces de detectar en la situación.
A menudo se asocia la intuición a una capacidad cuasi mágica, más ligada a la mujer que
al hombre. Se habla de ella como algo irracional, como si la razón fuera algo opuesto a la
intuición. Se asocia a ella la idea de que es una voz interior que tiene que ver con nuestros
instintos o capacidades inaccesibles de forma consciente y que sólo algunas personas, en
algunos momentos, son capaces de desarrollarla y aprovechar todo su potencial. Pero
creo es una visión real solo a medias. Es cierto que cuando usamos la intuición para
llegar a conclusiones, no tenemos todos los datos en la cabeza y no siempre podemos
establecer conexiones justificadas entre los datos y las conclusiones, pero eso no significa
que no estemos razonando o usando la razón para hacerlo. Más bien parece que en ese
sentido el concepto de intuición es una manera de denominar a las conclusiones que
no somos capaces de justificar pero que creemos que son correctas, o que responden
bien a nuestras necesidades y deseos.
La intuición funciona por asociación, se siente que fluye sin esfuerzo y se da con rapidez.
El pensamiento racional, por el contrario, es analítico, requiere esfuerzo y es lento.
La intuición forma parte de lo que se conoce como “inconsciente adaptativo”. Cada cosa
aprendida, sentida, interiorizada, pensada y experimentada crea un poso de sabiduría
única y particular que nos define. Es nuestra esencia, es un “capital mental” que usamos
casi sin darnos cuenta cada día.
El poder de la persona intuitiva reside en saber usar este capital como canalizador. El
buen intuitivo sabrá separar todas las ramas del bosque para encontrar el camino en
medio de la encrucijada. Porque decidir es al fin y al cabo el arte de descartar, y lo
creamos o no, la intuición es una herramienta formidable.