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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0087/2014-S1

Sucre, 24 de noviembre de 2014

SALA PRIMERA ESPECIALIZADA


Magistrado Relator: Dr. Juan Oswaldo Valencia Alvarado
Acción de amparo constitucional

Expediente: 07030-2014-15-AAC
Departamento: Chuquisaca

En revisión la Resolución 43/2014 de 19 de mayo, cursante de fs. 772 a 778, pronunciada dentro de
la acción de amparo constitucional interpuesta por Rubén Macías Cadima contra Jorge Isaac Von
Borries Méndez, Presidente, Fidel Marcos Tordoya Rivas, Magistrado de la Sala Social y
Adminsitrativa Segunda, Maritza Suntura Juaniquina y Pastor Segundo Mamani Villca, Magistrados
de la Sala Penal Segunda; María Lourdes Bustamante Ramírez y William Edward Alave Laura,
Magistrados de la Sala Penal Liquidadora; todos del Tribunal Supremo de Justicia.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

El accionante, por memorial presentado el 7 de enero de 2014, cursante de fs. 74 a 86 vta.,


manifestó que:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

En el proceso penal que le sigue el Ministerio Público, se le notificó con la imputación formal el 9 de
noviembre de 2007 y transcurridos los seis meses de la etapa preparatoria, a través de Auto de 13
de agosto de 2008, el Juez cautelar conminó al Fiscal de Materia, a formular requerimiento
conclusivo en el plazo de cinco días, decisión ratificada por Auto de 26 del mismo mes y año, que
confirmó la conminatoria y rechazó la solicitud de dejar sin efecto la misma; razón por la cual, al no
haber formulado éste ningún requerimiento conclusivo en el término señalado, se conminó al
querellante a formular acusación particular en el plazo de cinco días, declarándose concluida la
etapa preparatoria por Auto de 18 de septiembre del citado año.

El Ministerio Público, interpuso incidente de nulidad de notificación, que fue rechazado; razón por la
que la Fiscal asignado al caso interpuso acción de amparo constitucional contra el Juez cautelar,
solicitando la nulidad de obrados hasta el Auto de conminatoria de 13 de agosto de 2008; concedida
la tutela, se dispuso la notificación personal con el Auto de igual mes y año y una vez realizada dicha
diligencia, el 27 del señalado mes y año, el Ministerio Público formuló acusación continuando su
participación en la tramitación de la causa hasta dictarse Sentencia condenatoria en su contra, que
fue confirmada parcialmente por el Tribunal de apelación e interpuesto recurso de casación, fue
resuelto por la Sala Penal Liquidadora del Tribunal Supremo de Justicia. En tal estado de la causa,
recién se emitió la SC 2449/2010-R de 19 de noviembre, que dispuso revocar el fallo del Juez de
garantías y denegar la tutela solicitada; consecuentemente, declaró válida la notificación con la
conminatoria al Ministerio Público; por lo tanto, son nulas las actuaciones del Fiscal de Materia que
dieron lugar a la Sentencia condenatoria dentro del proceso penal que se le sigue.

Por tal motivo, interpuso incidente de nulidad ante la Sala Penal Liquidadora del Tribunal Supremo
de Justicia, que pronunció el Auto Supremo 657/2013 de 20 de noviembre, declarando admisible el
recurso de casación y respecto al incidente, señaló que no es de su competencia conocer ni resolver
los mismos. Posteriormente por Auto Supremo 717/2013 de 11 de diciembre, se pronunció sobre el
fondo limitándose a realizar la comparación y determinación de existencia de contradicción entre los
precedentes jurídicos invocados y el Auto de Vista de 10 de enero de 2011, sin referirse a los
defectos absolutos de la sentencia implícitamente denunciados, sin la debida fundamentación ni
motivación, menos se pronunció respecto al defecto absoluto denunciado a raíz del fallo
constitucional citado, pese a que la jurisprudencia constitucional estableció que es labor de los
órganos jurisdiccionales, ejercer control de la actividad procesal defectuosa, así no lo hayan
solicitado las partes, sin que en tal caso sea necesaria la cita del precedente contradictorio.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

El accionante considera lesionados sus derechos al debido proceso en su vertiente de


fundamentación y motivación de las resoluciones y a la tutela judicial efectiva, previstos por los arts.
115.I y 117 de la Constitución Política del Estado (CPE); 8 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos; y, 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP).

I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la tutela y se disponga dejar sin efecto los Autos Supremos 657/2013 y 717/2013,
pronunciados por la Sala Penal Liquidadora del Tribunal Supremo de Justicia y se pronuncie nuevas
resoluciones de manera fundamentada.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Celebrada la audiencia pública de 19 de mayo de 2014, según consta en el acta cursante de fs. 758 a
771, se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción

El abogado del accionante, ratificó la acción de amparo constitucional y complementó señalando


que: a) La participación del Ministerio Público fue ilegal e ilegítima, ya que, perdió dicha calidad al no
haber presentado el requerimiento conclusivo en el plazo otorgado por la conminatoria; b) Al dictar
los Autos Supremos 657/2013 y 717/2013, no se respetó lo dispuesto por la SC 2449/2010-R, que
determinó la situación del Ministerio Público en el proceso; c) El “Auto Supremo 576/2013 de 30 de
octubre” (sic), al cual solo le correspondía establecer la admisibilidad o no del recurso de casación,
indebidamente se pronunció sobre un aspecto de fondo, referido al incidente por defecto absoluto,
señalando que no tenía competencia para conocer en casación; d) Citando las SSCC 1173/2004-R de
26 de julio y 1281/2013 de 2 de agosto, señaló que éstas establecen que el efecto del
incumplimiento de la conminatoria para formular requerimiento conclusivo, es la pérdida de
condición de parte en el proceso por el Ministerio Público; y, e) Al no haberse pronunciado sobre los
defectos absolutos, los Autos Supremos denunciados vulneran el debido proceso.
I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Jorge Isaac Von Borries Méndez y Fidel Marcos Tordoya Rivas, Magistrados del Tribunal Supremo de
Justicia, no se presentaron a la audiencia; no obstante, en el informe escrito cursante de fs. 392 a
393, manifestaron que: 1) No integran la Sala Penal, ya que el primero fue designado Presidente del
Tribunal Supremo de Justicia y el segundo Presidente de la Sala Social y Administrativa Segunda; y,
2) No tienen legitimación pasiva, pues no emitieron las Resoluciones que denuncia el accionante, no
las revisaron ni conforman la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia.

Maritza Suntura Juaniquina, Presidenta de la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia, no se hizo
presente en audiencia; sin embargo, en su informe escrito cursante de fs. 499 a 500, argumentó que
se encuentra impedida de conocer procesos ingresados con anterioridad a la gestión 2012 según lo
dispuesto por la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011, por lo que carece de legitimación pasiva.

María Lourdes Bustamante Ramírez, Magistrada de la Sala Penal Liquidadora del Tribunal Supremo
de Justicia, por informe escrito que cursa de fs. 502 a 505, señaló que: i) Respecto a que no se
consideró el memorial de nulidad de obrados por defecto absoluto interpuesto por el ahora
accionante, aclaró que el Código de Procedimiento Penal y los precedentes constitucionales
contenidos en la SC 1716/2010-R de 25 de octubre y la SCP 0330/2012 de 18 de junio,
determinan que las Salas Penales del Tribunal Supremo de Justicia no tienen facultad para conocer
cuestiones incidentales; ii) La SC 2449/2010-R, con la que el accionante pretende se anule el
proceso, es de 19 de noviembre de 2010 y fue presentada al Tribunal de casación recién a finales del
2013, sin que conste que se haya acudido a la instancia constitucional para pedir su cumplimiento;
iii) El memorial del accionante no llegó por conducto regular y los Magistrados de la Sala Penal
Liquidadora, no fueron demandados en la SC 2449/2010-R, razón por la que no tienen la obligación
de pronunciar nueva resolución, ya que la legitimación pasiva responde a la posibilidad de que ellos
otorguen la tutela solicitada; y iv) Respecto a que el Auto Supremo 657/2013 no consideró los
defectos absolutos denunciados, de acuerdo a la línea jurisprudencial, para la revisión de oficio la
parte no debe limitarse a denunciarlos, sino que debe especificar el derecho vulnerado, el resultado
“dañoso” y realizar la fundamentación fáctica y jurídica.
1.2.3. Intervención del tercero interesado

Anacleto Montaño Suárez, Alcalde del Gobierno Autónomo Municipal de Aiquile, por intermedio de
su representante legal, en audiencia se ratificó en el informe de fs. 677 a 679 vta., y además alegó
que: a) Dentro del proceso penal seguido contra el accionante, en etapa de juicio oral se interpuso
incidente de nulidad por defectos absolutos y excepción de falta de acción con los mismos
argumentos fácticos que aduce en la presente acción de amparo constitucional, que fue rechazado,
por lo que Rubén Macías Cadima, equivocando el procedimiento, apeló en la vía incidental, cuando
debió hacerlo en apelación restringida a fin de no fracturar el juicio oral; razón por la cual, la Sala
Penal Primera declaró “inadmisible” el recurso de apelación y el Tribunal Constitucional
Plurinacional, no se constituye en una cuarta instancia; b) En ninguno de los puntos de apelación, el
accionante se refirió a la excepción de falta de acción, por lo que no correspondía resolverse por el
Tribunal de alzada; c) La acusación particular presentada por el querellante fue por más delitos de
los que consideró la imputación fiscal, además éste hizo suya la prueba del Ministerio Público y
ofreció más, razón por la que la participación o no del mismo, no cambia para nada la Sentencia
condenatoria; d) La SC 2449/2010-R, no dispone la nulidad de obrados posteriores a la resolución del
Juez de garantías que concedió la tutela, porque entiende que la víctima continuó con la persecución
penal; e) No es correcto que el accionante pretenda subsanar con un memorial que fue presentado
ante la Corte Suprema de Justicia −ahora Tribunal Supremo de Justicia−, aspectos no reclamados en
la apelación restringida ni en el recurso de casación y no puede suplir la negligencia o falta de uso de
los recursos oportunamente, tal como se desprende de los entendimientos jurisprudenciales de
carácter nacional e internacional; y, f) No existe incongruencia omisiva, puesto que la Sala Penal
Liquidadora del Tribunal Supremo de Justicia no puede volver a valorar la prueba o aspectos que no
fueron impugnados correctamente; pues, solo le es permitido realizar la confrontación de la doctrina
legal aplicable, ante la supuesta inobservancia de la ley sustantiva o procesal.

I.2.4. Resolución

La Sala Civil, Comercial y Familiar Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca,
constituida en Tribunal de garantías, por Resolución 43/2014 de 19 de mayo, cursante de fs. 772 a
778, denegó la tutela, con los siguientes fundamentos: 1) Existe Sentencia condenatoria 3/2010 de
27 de marzo, contra el accionante; 2) Los Autos Supremos 657/2013 y 717/2013, pronunciados por
la Sala Penal Liquidadora del Tribunal Supremo de Justicia, refieren de manera concreta a los puntos
objeto del recurso de casación, con la debida fundamentación y motivación no siendo el Tribunal de
garantías una instancia de revisión de fallos ordinarios para dejarlos sin efecto; 3) La intervención del
Ministerio Público dentro del proceso penal seguido contra Rubén Macías Cadima fue en
cumplimiento del mandato constitucional previsto por el art. 225 de la CPE, más cuando el afectado
es el Estado; y, 4) El accionante produjo prueba, asumió defensa, activó recursos, formuló incidentes
y fue asesorado por un abogado, por lo que se ha respetado el debido proceso.
I.3. Trámite Procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional

Por AC 006/2014-CA-S de 13 de febrero, cursante de fs. 359 a 364, la Comisión de Admisión de este
Tribunal, con la facultad conferida por el art. 30.III del Código Procesal Constitucional (CPCo) y ante
la existencia del conflicto jurisdiccional de competencia entre Tribunales de garantías, resolvió
remitir antecedentes a la Sala Civil, Comercial y Familiar Segunda del Tribunal Departamental de
Justicia de Chuquisaca, por residir en la ciudad de Sucre los Magistrados demandados.

No habiéndose encontrado consenso en la Sala, de conformidad al art. 30.I.6 de la Ley del Tribunal
Constitucional Plurinacional (LTCP), se procedió a convocar al Presidente del Tribunal Constitucional
Plurinacional a fin de dirimir con su voto el caso en análisis, por lo que el pronunciamiento de la
presente Sentencia se encuentra dentro de plazo.

II. CONCLUSIONES

De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en el expediente, se establece lo siguiente:

II.1. En el proceso penal seguido contra Rubén Macías Cadima, ahora accionante, por la presunta
comisión de delitos de uso indebido de influencias, beneficios en razón del cargo, negociaciones
incompatibles con el ejercicio de funciones públicas, concusión, incumplimiento de deberes,
contratos lesivos al Estado, conducta antieconómica, falsedad ideológica, falsificación de documento
privado y uso de instrumento falsificado, en el ejercicio de sus funciones de Alcalde del Gobierno
Municipal Autónomo de Aiquile, por memorial de 13 de agosto de 2008, el querellante, Pedro
Guzmán Villarroel, señalando que se encuentra cumplido el plazo para la etapa preparatoria, solicitó
al Juez de Instrucción Mixto, Liquidador y Cautelar de Aiquile del departamento de Cochabamba,
conmine al entonces Fiscal de Distrito -ahora Departamental- emitir dicho requerimiento,
protestando presentar acusación particular (fs. 131).

II.2. Ante dicha solicitud, el Juez de Instrucción Mixto, Liquidador y Cautelar de Aiquile, emitió el
Auto de 13 de agosto de 2008, por el que conminó al Fiscal de Distrito a presentar requerimiento
conclusivo en el plazo de cinco días, al estar vencido el término de seis meses de la etapa
preparatoria, sin que la Fiscal asignada al caso hubiera acusado o formulado requerimiento
conclusivo alguno (fs. 131 vta.).
II.3. Por memorial de 20 de agosto de 2008, la Fiscal asignada al acaso, solicitó se deje sin efecto
la conminatoria, alegando que el 4 de abril del mismo año, se habría ampliado la imputación formal
y consiguientemente aún estaría vigente el término de la etapa preparatoria; petitorio que fue
rechazado por Auto de 26 de agosto de igual año, emitido por el Juez cautelar, que dejó sin efecto la
conminatoria y mantuvo incólume el Auto de 13 del mismo mes y año, conminando al Fiscal de
Distrito a presentar requerimiento conclusivo en el plazo de cinco días, notificándose a la Fiscal
asignada con dicha resolución el 27 del citado mes y año (fs. 132, 135 a 136 vta.).

II.4. Rubén Soliz Flores, Actuario del Juzgado de Instrucción Mixto, Liquidador y Cautelar de
Aiquile, emitió informe de 4 de septiembre de 2008, señalando que no se presentó recurso alguno
contra el Auto de 26 de agosto del referido año, ni se formuló requerimiento conclusivo en el plazo
establecido en la conminatoria, por lo que la autoridad judicial del referido Juzgado, conminó a la
parte querellante a interponer acusación particular en el plazo de cinco días, bajo apercibimiento de
declarar extinguida la acción penal, con lo que se notificó a la Fiscal de Materia el 9 del mismo mes y
año (fs. 137 a 138 vta.).

II.5. Cumpliendo lo dispuesto por conminatoria de 4 de septiembre de 2008, el querellante Pedro


Guzmán Villarroel, en representación del Gobierno Autónomo Municipal de Aiquile, formuló
acusación particular contra el ahora accionante (fs. 284 a 296).

II.6. Mediante memoriales de 9 y 11 de septiembre de 2008, la Fiscal asignada al acaso, en vía


incidental, solicitó nulidad de obrados por actividad procesal defectuosa y nulidad de notificación,
respectivamente; mereciendo Autos de 16 y 17 del señalado mes y año, que rechazaron los
incidentes interpuestos, por lo que el Juez cautelar, emitió Auto de 18 del referido mes y año,
señalando que ante la falta de presentación de requerimiento conclusivo por el Ministerio Público,
se formuló acusación particular ante el Tribunal de Sentencia Penal de Aiquile y dio por concluida la
etapa preparatoria (fs. 139 a 140; 141 a 142; 149 y vta.; 151 y vta.; y 309).

II.7. El 1 de octubre de 2008, la Fiscal de Materia interpuso recurso de amparo constitucional,


solicitando se anule todo lo obrado hasta el Auto de 13 de agosto del mismo año, que fue resuelto
por Resolución de 21 de octubre de igual año, pronunciada por el Juez de Partido Mixto y de
Sentencia Penal de Totora, constituido en Juez de garantías, que declaró procedente el mismo y
dispuso que se notifique en forma personal al representante del Ministerio Público con el Auto de 26
de agosto del referido año, a efectos de que pueda utilizar los recursos legales que crea
convenientes. Notificado el Ministerio Público formuló acusación dentro del caso 3576/07 seguido
contra Rubén Macías Cadima (fs. 189 a 192, 228 a 230, y 332 a 334).

II.8. Del recurso de casación de 15 de febrero de 2011 presentado por Rubén Macías Cadima, se
evidencia que fue procesado con la participación del Ministerio Público y en mérito a la acusación
Fiscal y particular, hasta dictarse Sentencia condenatoria en su contra, emitiéndose posterior Auto
de Vista de 10 de enero de 2011 que fue recurrido por el accionante en casación, ante la Sala Penal
de la entonces Corte Suprema de Justicia (fs. 18 a 24 vta.).

II.9. En tales circunstancias se emitió la SC 2449/2010-R de 19 de noviembre, que en revisión de


la Resolución de 21 de octubre de 2008, pronunciada por el Juez de Partido Mixto y de Sentencia de
la provincia Carrasco-Totora del departamento de Cochabamba, constituido en Juez de garantías,
dispuso revocar la señalada Resolución y, denegar la tutela concedida, fallo constitucional que fue
puesto en conocimiento del accionante el 19 de abril de 2011 (fs. 242 a 254, y 258).

II.10. Por memorial presentado el 17 de mayo de 2011, en la Sala Penal Segunda de la entonces
Corte Suprema de Justicia, Rubén Macías Cadima planteó actividad procesal defectuosa, alegando
que existe defecto absoluto señalado el art. 169 incs. 1) y 3) del Código de Procedimiento Penal
(CPP), por cuanto en el proceso penal que se le sigue, el Ministerio Público no se hallaba legitimado
para interponer su acusación al haber vencido el plazo señalado por la conminatoria, tal como lo
determinó el Tribunal Constitucional en la referida SC 2449/2010-R, y que al haberse desarrollado el
juicio oral en base a la acusación del Ministerio Público y las pruebas aportadas por el mismo, hasta
llegar a Sentencia condenatoria en su contra, se ha vulnerado su derecho al debido proceso,
solicitando se acepte el incidente de defecto absoluto y se disponga la nulidad de obrados hasta la
presentación de la acusación particular del querellante -el Gobierno Autónomo Municipal de
Aiquile- reiterando su solicitud de nulidad por memorial de 13 de noviembre de 2013, replicó los
argumentos señalados en el memorial anterior (fs. 38 a 40 vta. y 41 a 43 vta.).

II.11. Por Auto Supremo 657/2013 de 20 de noviembre, la Sala Penal Liquidadora del Tribunal
Supremo de Justicia, declaró admisible el recurso de casación interpuesto por el accionante, y
refiriéndose a la nulidad solicitada por éste, señaló que: “…respecto a la solicitud incidental de la
'nulidad de obrados´ pretendida por el recurrente a través de escritos presentados de manera
posterior al recurso de casación fundados en hechos sobrevinientes, es dable dejar establecido que
la Sentencia Constitucional N° 1716/2010-R de 25 de octubre de 2010 ha sentado una nueva línea
jurisprudencial declarando que el Tribunal Supremo de Justicia no tiene competencia para resolver
aspectos incidentales, (…) por la previsión de las normas procesales y orgánicas no se halla prevista
la posibilidad de que el Supremo Tribunal de Justicia resuelva en grado de casación los incidentes
que sean deducidos por las partes en esta etapa recursiva” (sic) (fs. 44 a 47).

II.12. Por Auto Supremo 717/2013 de 11 de diciembre, la Sala Penal Liquidadora del Tribunal
Supremo de Justicia, declaró infundado el recurso de casación interpuesto por el accionante, en el
que se pronunciaron sobre cinco motivos del recurso, realizando la comparación entre los
precedentes contradictorios con el Auto de Vista impugnado (fs. 48 a 57).
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El accionante alega que en el proceso penal que le sigue el Ministerio Público, una vez concluida la
etapa preparatoria, el Juez de control jurisdiccional conminó al Fiscal a presentar requerimiento
conclusivo, sin que lo hubiera hecho en el plazo señalado, razón por la que el querellante formuló
acusación particular; empero, posteriormente a raíz de un recurso -ahora acción- de amparo
constitucional, el Juez de garantías concedió la tutela y dejó sin efecto el vencimiento de la
conminatoria, habiendo la Fiscal formulado acusación e intervino en el juicio oral, presentando y
produciendo prueba, hasta obtener Sentencia condenatoria en su contra, misma que fue apelada y
cuando se hallaba en instancia de casación, recién se pronunció el entonces Tribunal Constitucional,
revocando y denegando la tutela; consecuentemente, no fue válida la acusación fiscal ni la
participación del Ministerio Público en el juicio oral, razón por la que presentó en etapa de casación
ante la Sala Penal Segunda de la Corte Suprema de Justicia y posteriormente ante la Sala Penal
Liquidadora del Tribunal Supremo de Justicia, solicitud de nulidad por defecto absoluto, sobre las
que no se pronunció el citado Tribunal, como tampoco fundamento respecto a los defectos
absolutos señalados en los motivos que dieron lugar al recurso de casación, lesionando así su
derecho al debido proceso en su vertiente de debida fundamentación y a la tutela judicial efectiva.

En consecuencia, corresponde verificar si tales extremos son evidentes, a objeto de conceder o


denegar la tutela solicitada.

III.1. Defectos absolutos, marco normativo

El art. 169 del CPP, asume en su texto la configuración de los defectos absolutos, así encontramos:
“Artículo 169°.- (Defectos absolutos). No serán susceptibles de convalidación los defectos
concernientes a:

1) La intervención del juez y del fiscal en el procedimiento y a su participación en los actos en


que ella sea obligatoria;

2) La intervención, asistencia y representación del imputado, en los casos y formas que este
Código establece.

3) Los que impliquen inobservancia o violación de derechos y garantías previstos en la


Constitución Política del Estado, las Convenciones y Tratados internacionales vigentes y en este
Código; y,

4) Los que estén expresamente sancionados con nulidad”.

Es decir que, no podrán ser valorados para fundar una decisión judicial ni utilizados como
presupuestos de ella, los actos cumplidos en inobservancia de las formas y condiciones previstas en
la Constitución Política del Estado, Convenciones y Tratados internacionales vigentes y en este
Código, de manera tal que no son convalidables, por lo que no se pueden tener como realizados y
surtir efectos legales, es por este motivo, que el legislador, incluso ha previsto la posibilidad de su
subsanación de oficio, conforme a los preceptuado en art. 168 del CPP, que establece: “Siempre que
sea posible, el juez o tribunal, de oficio o a petición de parte, advertido el defecto, deberá
subsanarlo inmediatamente, renovando el acto, rectificando el error o cumpliendo el acto omitido”.
Al respecto la 0776/2013 de 10 de junio, señaló que: “Esto provoca que todos los órganos
jurisdiccionales tengan la labor de ejercer de oficio el control de la actividad procesal defectuosa
incluso cuando no exista petición de parte procesal justamente por su naturaleza inconvalidable y
por tanto no dependen de la voluntad del afectado ni requieren de cita de precedente
contradictorio, aspecto que sin embargo, no se contrapone con la configuración procesal que el
legislador constituido dio al recurso de casación referido en la SCP 0895/2012.

De lo anterior se concluye que la carga de presentar y argumentar el precedente


contradictorio no es exigible cuando se aleguen defectos procesales absolutos referidos a la
vulneración de derechos y garantías debiendo el Tribunal Supremo de Justicia en estos casos de
oficio identificar y aplicar los precedentes contradictorios lo que implica una modulación a la SCP
0895/2012” (las negrillas son nuestras).

En este sentido, a partir de una interpretación extensiva, se tiene que la esencia de la


referida jurisprudencia, de forma progresiva hace prevalecer la eficacia de la protección de los
derechos fundamentales contra una situación jurídica formal, pues indica que no solo debe exigirse
estrictamente la cita de precedentes contradictorios, sino también -en su caso- deben pronunciarse
sobre defectos absolutos -que por su configuración y naturaleza- no son susceptibles de
convalidación, justamente debido a que por medio se encuentran derechos fundamentales; ya que
lo contrario resultaría consolidar una norma a partir de una interpretación netamente literal cuyo
sentido sería restrictivo y no amplio, de manera tal que no permita el mayor y efectivo goce y
protección conforme a la voluntad del constituyente; sin embargo de todo ello, jurídicamente es
razonable que la parte que se crea afectada, mínimamente fundamente su pedido en ese marco.

III.2. El contenido esencial del derecho a una resolución fundamentad y motivada en el Estado
Constitucional de Derecho: Parámetros.
El derecho a una resolución fundamentada o motivada es una de las garantías mínimas del debido
proceso reconocido como derecho fundamental, garantía jurisdiccional y derecho humano en las
normas contenidas en los arts. 115.II y 117.I de la CPE, 8 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos y 14 del PIDCP.
Por su parte la SCP 0100/2013 de 17 de enero, sobre la debida fundamentación y motivación señalo
que: “En ese marco, se tiene que el contenido esencial del derecho a una resolución fundamentada
o derecho a una resolución motivada (judicial, administrativa, o cualesquier otra, expresada en una
resolución en general, sentencia, auto, etc.) que resuelva un conflicto o una pretensión está dado
por sus finalidades implícitas, las que contrastadas con la resolución en cuestión, dará lugar a la
verificación de su respeto y eficacia. Estas son: 1) El sometimiento manifiesto a la Constitución,
conformada por: 1.a) la Constitución formal, es decir, el texto escrito; y, 1.b) los Tratados
Internacionales sobre Derechos Humanos que forman el bloque de constitucionalidad; así como a la
ley, traducido en la observancia del principio de constitucionalidad y del principio de legalidad; 2)
Lograr el convencimiento de las partes que la resolución en cuestión no es arbitraria, sino por el
contrario, observa: el valor justicia, el principio de interdicción de la arbitrariedad, el principio de
razonabilidad y el principio de congruencia; 3) Garantizar la posibilidad de control de la resolución en
cuestión por los tribunales superiores que conozcan los correspondientes recursos o medios de
impugnación; y, 4) Permitir el control de la actividad jurisdiccional o la actividad decisoria de todo
órgano o persona, sea de carácter público o privado por parte de la opinión pública, en observancia
del principio de publicidad. Estos elementos se desarrollarán a continuación:

1) El sometimiento manifiesto a la Constitución (conformada por: a) la Constitución formal, es decir,


el texto escrito; y, b) los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos que forman el bloque de
constitucionalidad art. 410.II) y a la ley, de la autoridad -Juez, autoridad administrativa, etc.- o
persona privada; es decir, de todo órgano o persona, sea de carácter público o privado que tenga a
su cargo el decidir sobre conflictos o pretensiones traducido en la observancia del principio de
constitucionalidad y del principio de legalidad.

(…)

2) Lograr el convencimiento, de las partes que la resolución en cuestión no es arbitraria, sino por el
contrario, observa: el valor justicia, el principio de interdicción de la arbitrariedad, el principio de
razonabilidad y el principio de congruencia.

Entonces, cuando todo órgano o persona, sea de carácter público o privado que tenga a su cargo el
decidir, pretende hacer uso de facultades discrecionales o arbitrarias alejadas de la razonabilidad
(principio de razonabilidad), éste se convierte en una directriz valiosa estrechamente relacionada a
la justicia (valor justicia), porque se manifiesta como un mecanismo de control y barra de contención
de la arbitrariedad (principio de interdicción de la arbitrariedad), cuya comprensión es
multidimensional:

a) Por una parte, la arbitrariedad, es contraria al Estado de derecho (Estado Constitucional de


Derecho) y a la justicia (valor justicia art. 8.II de la CPE). En efecto, en el Estado de Derecho, o
“Estado bajo el régimen de derecho” con el contenido asumido por la Constitución bajo la
configuración de “Estado Constitucional de Derecho”, cuya base ideológica es “un gobierno de leyes
y no de hombres”, existe expresa proscripción que las facultades que ejercite todo órgano o
persona, sea de carácter público o privado que tenga a su cargo el decidir sean arbitrarias y, por el
contrario, existe plena afirmación de que el ejercicio de esas facultades deben estar en total
sumisión a la Constitución y a la ley visualizando, con ello, claramente el reverso del ya sepultado
“Estado bajo el régimen de la fuerza”[4].
(…)

b) En correspondencia con lo anterior, la arbitrariedad puede estar expresada en: b.1) una 'decisión
sin motivación', o extiendo esta es b.2) una 'motivación arbitraria'; o en su caso, b.3) una 'motivación
insuficiente'.

c) La arbitrariedad también se expresa en la falta de coherencia, o incongruencia de la decisión


(principio de congruencia), cuando el conjunto de las premisas, -formadas por las normas jurídicas
utilizadas para resolver el caso, más los enunciados fácticos que describen los hechos relevantes- no
son correctas, fundadas y si, además, su estructura también no lo es. Esto, más allá si la resolución
que finalmente resuelva el conflicto es estimatoria o desestimatoria a las pretensiones de las partes.
Es decir, como señala Robert Alexy, se trata de ver si la decisión se sigue lógicamente de las premisas
que se aducen como fundamentación.

(…)

3) Otra de las finalidades que justifica la exigibilidad de una resolución motivada es la de garantizar
la posibilidad de control de la resolución en cuestión -judicial, administrativa, etc.- por los tribunales
superiores que conozcan los correspondientes recursos o medios de impugnación, debido a que
permite a las partes procesales conocer las razones que fundamentan las resoluciones, para poder
evaluarlas y, en su caso, plantear los recursos pertinentes contra ellas, por ello, la doctrina sostiene
que el conocimiento de la justificación decisoria es precondición para accionar contra una
decisión[9].

(…)

4) La exigencia de una resolución motivada también tiene la finalidad de permitir el control de la


actividad jurisdiccional o la actividad decisoria de todo órgano o persona, sea de carácter público o
privado por parte de la opinión pública, en observancia del principio de publicidad, demostrando
ante ella que es verificable objetivamente que las decisiones están en sumisión a la Constitución,
debido a que '…la exigencia de justificar sus decisiones hace posible el control democrático sobre los
tribunales'[10], proscribiendo la decisiones con motivaciones, que por estar ancladas en el fuero
interno del juzgador, se tornan en secretas.

Así mismo, la SC 0871/2010-R de 10 de agosto, estableció parámetros que armoniza y concuerda la


jurisprudencia que antecede:

“Es imperante además precisar que toda resolución ya sea jurisdiccional o administrativa, con la
finalidad de garantizar el derecho a la motivación como elemento configurativo del debido proceso
debe contener los siguientes aspectos a saber: a) Debe determinar con claridad los hechos
atribuidos a las partes procesales, b) Debe contener una exposición clara de los aspectos fácticos
pertinentes, c) Debe describir de manera expresa los supuestos de hecho contenidos en la norma
jurídica aplicable al caso concreto, d) Debe describir de forma individualizada todos los medios de
prueba aportados por las partes procesales, e) Debe valorar de manera concreta y explícita todos y
cada uno de los medios probatorios producidos, asignándoles un valor probatorio específico a cada
uno de ellos de forma motivada, f) Debe determinar el nexo de causalidad entre las denuncias o
pretensiones de las partes procesales, el supuesto de hecho inserto en la norma aplicable, la
valoración de las pruebas aportadas y la sanción o consecuencia jurídica emergente de la
determinación del nexo de causalidad antes señalado”.

Consiguientemente, se constatará y afirmará que una resolución se encuentra debidamente


fundamentada y motivada en el Estado Constitucional de Derecho, cuando se encuentre emitida en
consonancia con los principios y valores que irradia la Constitución y se verifique el cumplimiento de
los parámetros descritos en la jurisprudencia, citada en la presente Resolución. Así la última
Sentencia citada claramente señala que: “la omisión o incumplimiento de cualquiera de estos
requisitos, constituye una vulneración a este derecho y por tanto, una vez agotados los mecanismos
internos para el cuestionamiento a decisiones jurisdiccionales o administrativas, deben tutelarse a
través del amparo constitucional” (las negrillas son nuestras).

III.3. Derecho a la tutela judicial efectiva

Con relación al Fundamento Jurídico que antecede, en la Constitución Política del Estado, los
derechos a la tutela judicial efectiva o acceso a la justicia, así como el debido proceso, se encuentran
reconocidos en el art. 115 bajo el siguiente texto: “I. Toda persona será protegida oportuna y
efectivamente por los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos. II. El
Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna,
gratuita, transparente y sin dilaciones”.

En ese marco, la SCP 0708/2012 de 13 de agosto, respecto a la tutela judicial efectiva,


puntualizó que: “…el Tribunal Constitucional ha señalado en su SC 1768/2011-R de 7 de noviembre,
que: Este derecho fundamental, de acuerdo con la doctrina consiste básicamente en el derecho de
acceso libre a la jurisdicción, lo que comprende el derecho de toda persona a ser parte de un
proceso y poder promover en el marco de la actividad jurisdiccional, cualquier recurso ordinario o
extraordinario, que el ordenamiento prevea en cada caso con los requisitos legalmente establecidos,
que desemboque en una decisión judicial sobre la pretensiones deducidas por el litigante, por lo
tanto se puede deducir que lo anteriormente desarrollado implica en síntesis en el derecho de todo
actor o demandante a obtener una resolución o sentencia jurídicamente fundamentada sobre el
fondo de lo peticionado.

Aparte de lo anteriormente señalado, este derecho implica una exigencia de que el fallo
judicial al que se haya arribado, sea cumplido, y en consecuencia, el litigante sea repuesto en su
derecho, o en su caso compensado”.

De lo glosado, se extrae que el derecho a la tutela judicial efectiva o acceso a la justicia,


implica la posibilidad de que toda persona, pueda acudir ante los tribunales a formular pretensiones
o defenderse de ellas, a obtener un fallo y a que el mismo sea cumplido y ejecutado. Una vez que se
accede al proceso, el mismo debe contar de todas las garantías necesarias con el objeto de que las
partes estén sometidas a un debido proceso, en el que se ejerzan sus derechos y garantías
constitucionales.

III.4. Análisis del caso concreto

El accionante denuncia que el proceso penal que se le siguió, fue tramitado en vulneración de sus
derechos al debido proceso en su vertiente de fundamentación y motivación de las resoluciones, así
como a la tutela judicial efectiva, ya que fue ilegal la participación del Ministerio Público en la etapa
del juicio oral, pues en cumplimiento de la SC 2449/2010-R, no era posible dicha intervención, lo que
a su juicio constituye defecto absoluto, que fue denunciado ante la Sala Penal de la entonces Corte
Suprema de Justicia, sin que dicha instancia considerara los mismos a momento de pronunciar los
Autos Supremos 657/2013 -que declaró admisible el recurso de casación- y 717/2013 -que declaró
infundado el mismo- sin pronunciarse sobre los defectos absolutos que fueron de su conocimiento.

De los antecedentes remitidos a este Tribunal puntualizados en Conclusiones, se tiene que, en el


proceso penal seguido contra Rubén Macías Cadima, el Juez de Instrucción Mixto, Liquidador y
Cautelar de Aiquile del departamento de Cochabamba, mediante Autos de 13 de agosto de 2008 y
de 26 del mismo mes y año, conminó al Fiscal de Distrito a emitir requerimiento conclusivo en el
plazo de cinco días, al considerar que había concluido la etapa preparatoria, sin que éste lo hiciera;
por ello, el citado Juez, dispuso que el querellante formule acusación particular; ante lo cual, la Fiscal
de Materia planteó recurso -ahora acción- de amparo constitucional, impetrando se deje sin efecto
las notificaciones con las conminatorias señaladas, concediéndole la tutela el Juez de garantías,
razón por la que pudo formularse en plazo la acusación fiscal, con la que se dio inicio a la etapa de
juicio oral hasta dictar Sentencia condenatoria contra el accionante, misma que fue confirmada en
apelación; interponiendo el consecuente recurso de casación remitiéndose los antecedentes ante la
entonces Corte Suprema de Justicia.

En ese estado del proceso penal, el Tribunal Constitucional, revocó el fallo remitido en
revisión mediante SC 2449/2010-R, por lo que el accionante, considerando que ello implicaba
nulidad del proceso al no ser válida la acusación fiscal y estando pendiente de resolución el recurso
de casación, interpuso ante la entonces Corte Suprema de Justicia, incidente de nulidad por defecto
absoluto por la participación indebida del fiscal en el juicio oral, solicitando se declare la nulidad de
obrados hasta la acusación particular y se lleve en base a ella el juicio oral, sin la presencia del
Ministerio Público; así el Auto Supremo 657/2013, pronunciado por la Sala Penal Liquidadora del
Tribunal Supremo de Justicia, que declaró admisible el recurso, señaló que: “…la solicitud incidental
de la 'nulidad de obrados' pretendida por el recurrente a través de escritos presentados de manera
posterior al recurso de casación fundados en hechos sobrevinientes, es dable dejar establecido que
la Sentencia Constitucional N° 1716/2010-R de 25 de octubre de 2010 ha sentado una nueva línea
jurisprudencial declarando que el Tribunal Supremo de Justicia no tiene competencia para resolver
aspectos incidentales, (…) por la previsión de las normas procesales y orgánicas no se halla prevista
la posibilidad de que el Supremo Tribunal de Justicia resuelva en grado de casación los incidentes
que sean deducidos por las partes en esta etapa recursiva” (sic).

En ese contexto, se activó la jurisdicción constitucional, por cuanto en los Autos Supremos tantas
veces citados, no se consideraron los defectos absolutos denunciados por el accionante; al respecto,
conforme a lo esgrimido en el Fundamento Jurídico III.1 de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional, los defectos absolutos no son susceptibles de convalidación; es decir, que no pueden
ser valorados para fundar una decisión judicial ni utilizados como presupuestos de ella, dado que se
perpetran en inobservancia a las formas y condiciones previstas en las leyes y en el Código Adjetivo
Penal; es por este motivo, que el art. 168 del CPP, instituye como tarea de los órganos
jurisdiccionales la labor de ejercer incluso de oficio el control de la actividad procesal defectuosa
cuando no exista petición de la parte.

Ahora bien, ante la presentación por parte del accionante, del incidente de actividad procesal
defectuosa por defecto absoluto previsto en el art. 169 incs. 1) y 3) del referido Código, dada su
importancia, correspondía que el Tribunal Supremo de Justicia en su Sala Penal Liquidadora, a través
del Auto Supremo 657/2013, emita pronunciamiento negativo o positivo sobre el particular, de
manera tal que el accionante tenga claro si en efecto el Ministerio Público estaba o no legitimado
para presentar acusación por vencimiento del plazo de la conminatoria y toda su actuación, que dio
lugar a la conclusión del juicio con Sentencia condenatoria, en razón a la existencia de la SC
2449/2010-R, emitida como emergencia de la presentación del recurso -ahora acción- de amparo
constitucional que en su momento planteó el Ministerio Público.

De lo referido, al no haberse pronunciado de manera fundamentada y motivada en el marco


de lo previsto por los Fundamentos Jurídicos III.2 de la presente Resolución, sobre los extremos
reclamados por el ahora accionante; es decir, hacer conocer de manera clara e inequívoca el por qué
de su decisión respecto a los defectos absolutos puestos a su consideración, exponiendo sus razones
de manera tal que no le quepa duda al justiciable de los motivos de su decisión, incumplieron con
una parte fundamental del fallo, que además tiene una estricta relación con la tutela judicial
efectiva, que consiste en que toda persona pueda promover en el marco de la actividad
jurisdiccional cualquier recurso, que desemboque en una decisión judicial sobre sus pretensiones
misma que debe ser jurídicamente fundamentada sobre el fondo de lo peticionado; pues no es
válido y en todo caso es netamente restrictivo -tratándose de defectos absolutos- el justificativo de
las autoridades demandadas, en indicar que la SC 1716/2010-R, impide que conozcan
incidentes en casación, pues la referida Sentencia Constitucional base de la negativa de las
autoridades demandadas para no pronunciarse sobre la denuncia realizada, no contiene supuestos
fácticos análogos, ya que la misma analiza la problemática de una excepción de extinción de la
acción penal y no así de defectos absolutos, Sentencia que por cierto ha contribuido a una disfunción
procesal con repercusión negativa en el normal trámite y resolución de los procesos; además de ello,
en el marco del principio constitucional de verdad material en el que se funda la jurisdicción
ordinaria, se constata que el defecto absoluto presentado es por un hecho sobreviniente a partir de
una fallo del extinto Tribunal Constitucional, lo que hace especial y necesario, el pronunciamiento
del máximo tribunal ordinario del país -que además- es quien contrasta objetivamente el principio
de legalidad con las actuaciones de las instancias ordinarias inferiores, Tribunal que no puede
desconocer la previsión contenida en el art. 44 párrafo tercero del CPP, que señala: “El Juez o
Tribunal que sea competente para conocer de un proceso penal, lo será también para decidir todas
las cuestiones e incidentes que se susciten en el curso de su tramitación, así como para dictar las
resoluciones respectivas y ejecutarlas”.

Por otra parte, en lo que respecta al referido Auto Supremo 717/2013, que fue señalado
como un acto vulnerador por su falta de fundamentación motivación que desvirtúa el debido
proceso, después de haber realizado un análisis minucioso se tiene que: En el recurso de casación
presentado el 15 de febrero de 2011, Rubén Macías Cadima, argumentó que el Auto de Vista de 10
de enero de 2011, emitido por la Sala Penal Primera de la entonces Corte Superior del Distrito de
Cochabamba, en respuesta al recurso de apelación restringida presentado en su defensa contiene
las siguientes imprecisiones: i) El art. 341 del CPP, establece que la acusación debe ser precisa y clara
respecto del hecho y delito por el que se la formula, de tal manera que la sentencia sea congruente
con la acusación, sin la posibilidad de introducir ningún elemento nuevo del que no hubiere existido
antes posibilidad de defensa. El Tribunal de alzada reconoció que no se respetó el principio de
congruencia, por cuanto “se incluyó hechos no contenidos en ninguna de las acusaciones”,
imprecisión que implica la concurrencia del defecto previsto en el art. 370 inc. 11) del Código
Adjetivo Penal, por inobservancia de las reglas relativas a la congruencia entre la acusación y la
sentencia. Si bien el Tribunal de alzada reconoció que existe vulneración al principio de congruencia,
solo fue considerado como defecto de sentencia, aspecto que resulta contrario a otros precedentes,
toda vez que la doctrina legal aplicable pronunciada por el Tribunal Supremo de Justicia, señala que
la ausencia de congruencia conlleva la falta de especificidad respecto a los hechos acusados, siendo
un defecto absoluto no susceptible de convalidación, correspondiendo en consecuencia, que el
Tribunal de Sentencia Penal a momento de pronunciar el Auto de apertura determine cuál acusación
era la base del juicio oral. Citó al efecto los Autos Supremos 444 de 15 de octubre de 2005 y 329 de
29 de agosto de 2006; ii) El Tribunal de apelación de manera ilegal confundió su labor de control de
la inobservancia o errónea aplicación de la ley sustantiva, y de manera oficiosa hizo el trabajo o labor
que solo le corresponde a un juez o tribunal de sentencia, quien tiene la competencia de realizar el
juicio de tipicidad, que consiste en la subsunción del hecho acusado a la descripción legal contenida
en el Código Penal, debiendo para ello valorar las pruebas producidas en juicio. El Tribunal de
apelación, al señalar qué conductas o qué hechos se adecuan o no a los tipos penales acusados,
realizó el juicio de tipicidad y además procedió a valorar prueba, actuación que resulta contraria a
los Autos Supremos 067 de 27 de enero de 2006 y 729 de 26 de diciembre de 2004; iii) El Tribunal de
apelación, pronunció Sentencia condenatoria y absolutoria, haciendo una revalorización de la
prueba, por cuanto en la parte resolutiva del Auto de Vista, profirió que se dictó sentencia
absolutoria, toda vez que la prueba aportada no fue suficiente para generar convicción sobre la
responsabilidad del imputado; y, condenatoria, por existir prueba suficiente sobre la responsabilidad
del imputado, actuación que contradice los precedentes establecidos en los Autos Supremos 479 de
8 de diciembre de 2005 y 067 de 27 de enero de 2006, en los que se indica que la resolución que
resuelve la apelación restringida no es el medio idóneo para revalorizar la prueba o revisar
cuestiones de hecho a cargo de los jueces o tribunales inferiores; iv) El Tribunal de apelación indicó
que existió adecuada valoración de la prueba, lo que contradice a los precedentes emitidos por el
Tribunal Supremo de Justicia, que sobre el particular determinó que la facultad del Tribunal de
alzada, es controlar que la valoración de la prueba hecha por el inferior se encuentre conforme a las
reglas de la sana crítica y que la inconcurrencia de uno de sus elementos, como ser la existencia de
incoherencia, contradicción o imprecisión en la apreciación de las pruebas conllevaría la reposición
del juicio. Citó al efecto los Autos Supremos 384 de 26 de septiembre de 2005 y 529 de 17 de
noviembre de 2006; y, v) El Tribunal de alzada a tiempo de resolver la apelación sobre la ilegal
incorporación de la prueba, expresó que el apelante no habría efectuado reserva de recurrir y que
previamente no agotó la reposición; sin considerar que cuando el Tribunal de la causa resolvió su
solicitud de exclusión probatoria a través de un Auto Interlocutorio, no procedía el recurso de
reposición; razón por la que hizo reserva de apelación, motivo por el que la decisión contenida en el
Auto de Vista impugnado es contradictora a los Autos Supremos 349 de 28 de agosto de 2006 y 115
de 11 de enero de 2007.

Bien, ahora corresponde hacer referencia a cuales fueron los argumentos configurados en el
Auto Supremo 717/2013, a momento de resolver los puntos señalados en el recurso de casación,
sobre el particular encontramos como sustento de dicha decisión judicial, las siguientes
manifestaciones: a) El precedente contenido en el Auto Supremo 444, citado por el entonces
recurrente, resulta ser una situación de hecho distinta a la suya; por cuanto, no tiene relación de
identidad alguna con su caso, y sobre lo expresado por el Auto Supremo 329, tampoco guarda
relación de identidad con la situación de hecho denunciado en el caso de autos, por cuanto el
precedente tampoco indica que el Tribunal de alzada que verificó la violación del principio de
congruencia por el juez o tribunal de sentencia se encuentre impedido de resolver directamente la
causa y deba anular el juicio para su reposición; b) Sobre este punto, indicaron que los precedentes
contradictorios citados en apoyo de dicha postulación, (Autos Supremos 067 de 27 de enero de 2006
y 729 de 26 de diciembre de 2004) tampoco demuestran que sus alegaciones sean correctas, puesto
que resulta poco evidente que a través del fallo contenido en el citado precedente el Tribunal
Supremo de Justicia, haya expresado que el Tribunal de alzada no puede cumplir la labor de
subsunción de los hechos a las prescripciones contenidas en el Código Penal por considerarse que
esa, es una facultad privativa de los jueces y tribunales de sentencia; añadieron además que en los
precedente citados al tratarse de situación de hecho distintas a la que dio lugar la formulación del
segundo motivo de casación, no son contradictorias; c) Sobre este punto agregaron que el
precedente citado no guarda relación alguna con la denuncia efectuada por el ahora accionante, que
llevaron al recurrente a afirmar que el Tribunal de alzada habría incurrido en la revalorización de la
prueba; es decir, que el precedente contradictorio, no guarda relación de identidad con el motivo
sobre el que versó el recurso de casación del hoy procesado; d) El precedente citado tampoco
guarda correspondencia alguna con el caso de autos, pues no señala que la violación del principio de
congruencia implique una defectuosa valoración de la prueba y que como tal ameritaría la anulación
del juicio de la sentencia, si no en un contexto fáctico distinto; y, e) El mencionado Auto Supremo
349, no coincide con la situación planteada por el entonces recurrente, puesto que dicho fallo, no
sostiene la alegación que las exclusiones probatorias que sean resueltas a través de un Auto
interlocutorio no deban ser objeto de impugnación antes de que la parte haga reserva de hacer uso
de ese motivo en apelación restringida, cuando lo que establece el precedente citado es que no
puede extrañarse la falta o defectuosa valoración de la prueba que haya sido excluida en juicio,
aspecto que no acontece en el caso de autos cuando el recurrente tampoco denunció que el
Tribunal de alzada haya valorado pruebas que fueron excluidas en el juicio para fundar su condena,
situación de hecho que sí guarda relación de identidad con el caso del precedente; sin embargo, la
denuncia del recurrente no giró en torno a dicha situación, sino en otra distinta.

En relación a esos fundamentos, la Sala Penal Liquidadora, ahora demandada, declaró


infundado el recurso de casación interpuesto por el ahora accionante.

En ese sentido, es posible afirmar que, en efecto, las autoridades demandadas al resolver el
recurso de casación ya citado, no ingresaron al análisis de fondo de dichos defectos reclamados por
el ahora accionante, con el argumento que los precedentes contradictorios citados en dicho recurso,
no eran pertinentes, dado que los hechos fácticos contenidos en los mismos son diferentes al caso
del accionante. Al respecto y si bien conforme al art. 416 del CPP, la invocación del precedente
contradictorio es requisito de admisibilidad del recurso de casación en función de sus características,
el propio Tribunal Supremo de Justicia, en la búsqueda de garantizar el derecho a la impugnación y
el acceso efectivo a la justicia vinculados al principio de tutela judicial efectiva, garantizados en el
art. 180.II del CPE, ante la denuncia de defectos absolutos, estableció determinados presupuestos a
objeto de declarar la admisibilidad del recurso de casación por vía de flexibilización de requisitos, no
obstante la “falta” o “errónea” innovación del precedente contradictorio, así entre otros,
encontramos el Auto Supremo 003/2014-RA de 20 de marzo, que señaló: “El precepto legal
contenido en el citado art. 417 del CPP, concluye señalando que el incumplimiento de dichos
requisitos determinará la declaración de inadmisibilidad del recurso.

Ahora bien, un supuesto de flexibilización de los requisitos del recurso de casación que permite abrir
excepcionalmente la competencia de este Tribunal, es aquel en el que se denuncie la existencia de
graves y evidentes infracciones a los derechos de las partes y que constituyan defectos absolutos no
susceptibles de convalidación; posibilidad que se justifica teniendo presente: 1) Que el fin último del
derecho es la justicia; 2) La tarea encomendada por ley al Tribunal Supremo de Justicia referida
precedentemente; 3) La necesidad de precautelar se observen las normas procesales que son de
orden público y de cumplimiento obligatorio que prevén no se cometan actos procesales
defectuosos, teniendo en cuenta que conforme la disposición contenida en el art. 115.II de la CPE, el
Estado garantiza entre otros, los derechos al debido proceso y a la defensa; y, 4) Las disposiciones
relativas a la nulidad de actos procesales previstas por el art. 17 de la LOJ.

Dicho entendimiento, no implica que el recurrente se limite en el recurso de casación a formular una
simple denuncia de actividad procesal defectuosa sin la debida fundamentación; por el contrario, en
este tipo de situaciones, la parte recurrente deberá formular las denuncias vinculadas a la existencia
de defectos absolutos, teniendo como obligación el proveer los antecedentes de hecho generadores
del recurso, detallar con precisión la restricción o disminución del derecho o garantía, precisando el
mismo y finalmente explicar el resultado dañoso emergente del defecto” (sic) (las negrillas nos
pertenecen); ahora bien, estos parámetros o presupuestos establecidos por el Tribunal Supremo de
Justicia, tienen relevancia procesal, puesto que sin esa precisión y debida argumentación por parte
del recurrente, impediría a su vez, que el Tribunal ordinario pueda emitir una resolución también
debidamente fundamentada, de ahí que resulta imperioso que todo recurrente no se limite
simplemente a denunciar la presunta existencia de defectos absolutos; en el caso analizado y del
recurso de casación se establece que, el recurrente denunció la existencia de presuntos defectos
absolutos como ser falta de fundamentación y revalorización de prueba entre otros, invocando en
cada motivo los precedentes que considera contradictorios en relación a la resolución impugnada,
mismos que ameritan un pronunciamiento positivo o negativo al respecto, más aún, cuando la
propia Sala Penal Liquidadora del Tribunal Supremo de Justicia mediante el referido Auto Supremo
717/2013, declaró admisible el recurso de casación en razón a que consideró que el recurrente “…
cumplió con los requisitos formales previstos por las normas procesales enunciadas en los arts. 416 y
417 del CPP…” (sic), razón por la cual resulta observable que el Tribunal de casación, luego de
admitir el recurso de casación en lugar de ingresar a analizar el fondo de las problemáticas
planteadas, se limite a señalar que los precedentes no corresponden a supuestos fácticos análogos
al caso planteado, sin considerar que es el propio Tribunal Supremo de Justicia, quien efectiviza el
principio de legalidad en sus pronunciamientos por encima de cualquier formalismo, caso contrario,
resulta razonable la activación de esta jurisdicción en busca de la eficacia de los derechos
fundamentales y el respeto al mandato instituido por el constituyente, razonamiento efectivizado en
la SCP 1414/2013 de 16 de agosto, entre otras, que señaló: “Es en ese marco que el Tribunal
Constitucional Plurinacional asume el reto de romper las prácticas formalistas que reproducen el
sistema colonial, asumiendo plenamente las funciones previstas en el art. 196 de la CPE, cuales son
las de velar por la supremacía de la Constitución, ejercer el control de constitucionalidad y
precautelar el respeto y la vigencia de los derechos y garantías constitucionales”.

De ahí que las autoridades demandadas, al emitir el Auto Supremo 717/2013, incurrieron en
rigorismo excesivo de formalismos al no ingresar al análisis y resolución de fondo de las
problemáticas expuestas, no obstante que en el juicio de admisibilidad del recurso contenido en el
Auto Supremo 657/2013 de 20 de noviembre, determinaron que el recurso cumplió con los
requisitos exigidos en los arts. 416 y 417 del CPP, pues únicamente centraron su razonamiento en
manifestar que los precedentes contradictorios contenían hechos fácticos diferentes al caso del
ahora accionante, sin considerar los fundamentos contenidos en la doctrina legal inserta en los
mismos, y al haber procedido de esa manera incurrieron en motivación y fundamentación
insuficiente que lesiona el debido proceso y el derecho a la defensa del accionante, sin que pueda
dejar de señalarse que aun existiendo falta de invocación de precedentes o la errónea invocación de
los mismos en los recursos de casación, de acuerdo a la propia jurisprudencia del Tribunal Supremo
de Justicia, corresponde analizar y definir la admisibilidad vía flexibilización en consideración a los
presupuestos de flexibilización de los requisitos establecidos para el recurso de casación.

Para concluir, en el presente caso fue observado por el accionante que existe falta de
fundamentación en la admisión del recurso de casación como en el Auto de Vista ya analizado, que
conforme a la propia jurisprudencia del Tribunal Supremo de Justicia, constituye un defecto procesal
absoluto; así por ejemplo, el Auto Supremo 175 de 15 de mayo de 2006, determinó que: “…el
Tribunal de Apelación al pronunciar su resolución debe fundamentar los aspectos de derecho
aplicando la norma legal pertinente, en caso de incumplimiento, esta situación se convierte en
defecto absoluto, porque vulnera el artículo 124 del Código de Procedimiento Penal y atenta contra
los principios del debido proceso y la tutela judicial efectiva”, mismo que conforme lo desarrollado
en el Fundamento Jurídico III.1 de esta Sentencia Constitucional Plurinacional, obliga a una
resolución de fondo que descarte o no lo denunciado.

Por lo expuesto, en el caso en análisis se constata que en efecto los Magistrados de la Sala
Penal Liquidadora del Tribunal Supremo vulneraron el debido proceso en su vertiente a una debida
fundamentación y motivación, que estando en relación estrecha con la tutela judicial efectiva, atañe
a este Tribunal conceder la tutela impetrada, en razón a los argumentos expuestos.

Por pedagogía constitucional, debe aclararse que si bien se emitió la SC 2449/2010-R de 19


de noviembre, que dispuso revocar el fallo del Juez de garantías y denegar la tutela solicitada como
ya se manifestó en la presente Sentencia Constitucional Plurinacional; no es menos cierto que se ha
constatado que en dicho proceso constitucional, fue el representante del Ministerio Publico quien
interpuso el recurso -ahora acción- de amparo constitucional y no así Rubén Macías Cadima, por lo
que no reflejaría eficacia el hecho de que sea el imputado que acuda a pedir el cumplimiento de la
referida Sentencia Constitucional Plurinacional al constituirse en tercero interesado.

Respecto a los magistrados Fidel Marcos Tordoya Rivas, Jorge Isaac von Borries Méndez, Maritza
Suntura Juaniquina y Pastor Segundo Mamani Villca, al no ser miembros de la Sala Penal Liquidadora
del Tribunal Supremo de Justicia, que pronunció los Autos Supremos impugnados, carecen de
legitimación pasiva para ser demandados en la presente acción, lo que no imposibilita el
cumplimiento de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional ante la eventualidad de
recomposición de Salas o la conclusión de funciones de los Magistrados Liquidadores.

Por consiguiente, el Tribunal de garantías al haber denegado la tutela solicitada, no ha efectuado


una adecuada valoración de los antecedentes de la causa.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Primera Especializada, en virtud de la autoridad


que le confiere la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y art. 12.7 de la Ley del
Tribunal Constitucional Plurinacional, en revisión, resuelve:

1º REVOCAR la Resolución 43/2014 de 19 de mayo, cursante a fs. 772 a 778 vta., pronunciada
por la Sala Civil, Comercial y Familiar Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca;

2º CONCEDER la tutela solicitada dejando sin efecto el Auto Supremo 657/2013 de 20 de


noviembre y Auto Supremo 717/2013 de 11 de diciembre; y,

3º Disponer la emisión de una nueva resolución debidamente fundamentada y motivada,


conforme al entendimiento de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.

No interviene el Magistrado Dr. Macario Lahor Cortez Chávez, por ser de voto disidente.

Fdo. Dr. Efren Choque Capuma


PRESIDENTE

Fdo. Dr. Juan Oswaldo Valencia Alvarado


MAGISTRADO

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