Ochoa Monzó, Virtudes

Las obligaciones procesales. Especial referencia a la localización de bienes.
Virtudes Ochoa Monzó
Tesis doctoral de la Universidad de Alicante. Tesi doctoral de la Universitat d'Alacant. 1995

Las obligaciones procesales. Especial referencia a la localización de bienes. Virtudes Ochoa Monzó
TINIVERSIDADDE ALICANTE
FACULTAD DE DERECHO
AREA DE DERECHOPROCESAL
!¡¡!!!n!!
LAS OBLIGACIONESPROCESALES.
ESPECIALREFEREI{CIAA LA LOCALIZACION
DE BIEI.{ES
Memoria de investigación que presenta la Licenciada

en DerechoVirtudes Ochoa Monzó, bajo la dirección
del Dr. D. José María Asencio Mellado, para la
obtención del grado de Doctor.
ALICANTE, octubre1995

A mi mnlre, por esaforma tan especinffe serque

fiacenoceren mí ef ver[alero corajeporo seguirsiempre
alefante

TNDTCE
ABREVIATURAS
INTRODUCCION
CAPITULO PRIMERO. TEORIA GENERAL DE LAS OBLIGACIONES

PROCESALES............. .......
I
I..INTRODUCCION .........1
II.- CONCEPTOY NATURALEZADELPROCESO ....,..6
ilI.- CONTENIDODEL PROCESO....... ...........15
TV..LA SOCIALIZACIONDEL PROCESO....... ..........,,..21
V.. CONCEPTOY FTJIIDAMENTODE LA OBLIGACION

PROCESAL .....28
VI.- CONSECUENCIASJURIDICAS DE LA INOBSERVANCIA DE

LA OBLIGACION PROCESAL ......34
1.-INTRODUCCION... ............34
2.- CONCEPTOY SIGNIFICADODE LA dANCION> ..........37
3.- PRINCIPIOSINFORMADORESEN LA IMPOSICIONDE LA
SANCION ...............4s
3.1.-El principiodeeficacia ...........47
3.2.-Elprincipio delegalidad ........51
3.3.-El principiodeproporcionalidad .............57
4.-POSIBLES SANCIONES ....................65
4.1.-Losapremiospecuniarios ......67
4.2.-La desobediencia judiciat del
gravea la autoridad
artículo237 delCódigo
Pena1......... .................90

CAPITULO SEGTINDO.LAS OBLIGACIOI¡'ES PROCESALESEN EL

ORDENAMIENTOPROCESALESPAÑOL .....................98
I.- INTRODUCCION .......98
II.- OBLIGACIOII-ESPROCESALESDEL ORGANO

JURISDICCIONAL.. ......100
III.. OBLIGACIO¡IES PROCESALESDE LAS PARTES.. ............I04

1.-INTRODUCCION... ..........104
2.-GENERICAS........ ...........106
probidad
2.1.-Lealtady ...............106
2.2.-Cumplimiento judiciales
delasresoluciones ..........109
3.-ESPECIFICAS ..................11s
3.1.-Obligacióndecomparecencia enel proceso ...........115
3.2.-Obligacionesprocesalesconfinesdeinvestieación
yprueba ...........:..... ....¡9
3.2.1.-Intervencionescorporales................. ........119
3.2.2.-La exhibicióny aportaciónde documentos
y cos¿rsmuebles..... ..........126
3.3.-Obligacionesinstrumentales
dela ejecución.............................12g
3.4.-Obligacióndereembolso delascostas........ ............131
IV.. OBLIGACIONES PROCESALESDE LOS TERCEROS...............

.........T32
1.-COLABORACIONEN EL DESARROLLODEL
PROCESO ............133
1.1.-Obligación
deexhibición
dedocumentos.................................135
1.2.-Comparecenciae informedetestigos. ...136
1.3.-Comparecenciae informedeperitos .....139
2.- COLABORACIONEN LA EJECUCIONDE LAS
SENTENCIAS........... .............
140
v.- A MODO DE EPILOGOy PROLOGO.............. .......142

CAPITULO TERCERO. LAS OBLIGACIONES PROCESALESY LA

EJECUCIONDE SENTENCIAS........... ..........146
I.- INTRODUCCION .....146
II.- ALGITNASNOTASSOBRELA EJECUCION....... ....................ts2
III.- EL ARTICULO 24.1DE LA CONSTITUCION: TUTELA

JUDICIAL EFECTIVA, EJECUCION DE SENTENCIASY
OBLIGACIOIIESPROCESALES............. ...,..162
I.- LA EJECUCIONCOMODERECHOSUBJETTVO
DE
CARACTERFLINDAMENTAL..... ........166
2.-PRINCIPIO
DE IDENTIDAD .............:.... ............170
3.- ADOPCIONPOREL ORGANOruRISDICCIONALDE
LAS MEDIDASNECESARTAS PARA ASEGIIRAREL
CUMPLIMIENTO...... ............174
IV.- BREVE EVOLUüON DE LA EJECUCION Y POSIBLE

REPERCUSION EN LAS OBLIGACIOII-ES
PROCESALES............
..............T76
V.. PRINCIPIOSPROCESALESDE LA EJECUCIONFORZOSA............... 181

1.-INTRODUCCION ............181
2.- IDEOLOGIA,TECNICAY PRINCIPIOS
PROCESALES
....................
183
3.-PRINCIPIOS
DE LA EJECUCION,
EN CONCRETO...........................
189
3.1.-Principiodedualidaddeparteso deposiciones........................191
3.2.-Principiodecontradicción......... ............196
3.3.-Principiodeigualdad ...........199
3.4.-Principiodispositivo........... ...................203
3.4.1.-
Fundamento................ ............207
3.4.2.-
Notasesenciales.. ....................210
3.4.3.-La evolución
delprincipiodispositivo..............
.........213
3.4.4.-Vigenciadelprincipiodispositivoenel
proceso deejecución................ ..........215

VI.. LA EJECUCION ESPECIFICA Y LAS OBLIGACIONES

PROCESALES............. ...220
1.-INTRODUCCION ............220
2.-EJECUCION GENERICAY EJECUCIONESPECIFICA.....
................223
3.- EJECUCIONES
DE HACER,NO FIACERY DAR COSA
DETERMINADA............... ...227
4.- LA GARANTIADE LAS EJECUCIONES
ESPECIFICAS.........
..........23
6
CAPITULO CUARTO. EL EMBARGO COMO ELEMENTO ESENCIAL

DEL PROCESODE EJECUCION ..................245
I..INTRODUCCION .....245
II.. EJECUCION PERSONAL Y EJECUCION PATRIMONIAL EN

LA LEY DE ENJTIICIAMIENTOCIVIL .......251
III.. LA MATERIALIZACION DE LA RESPONSABILIDAI)

PATRIMONIAL: EL EMBARGO DE BIENES ..............264
1.-CONCEPTOY NATURALEZAruRIDICA DEL EMBARGO.........,..266
2.-LAACTUAL REGULACIONDEL EMBARGOY LAS
OBLIGACIONES PROCESALES ............. ...............272
3.-OBJETODELEMBARGO............... ...................27s
4.- LA FASEDE LOCALZACIONDE BIENES................ ......283
4.1.-Planteamiento..... ..................293
4.2.-Lafasedelocalización .........295
4.3.-Posibles
víasdereforzamiento........... ...292
CAPITULO QUINTO. LAS OBLIGACIONES PROCESALESEN LA

FASEDE LOCALIZACION DE BIENES................ ........308
I..INTRODUCCION .....308
II.- PROPUESTASDE LEGE FERENDA ACERCA DE LAS

OBLIGACIONESPROCESALESDEL DEUDOR ..,......313

1.-IDEASPREVIAS. .............313
2.- EN ESPECIAL,LA OBLIGACIONDE MANIFESTACION
DE BTENES .............. .............318
2.1.-Brevebosquejohistóricode la manifestación
debienes
enla LeydeEnjuiciamiento Civil ................31g
2.2.-Laconfiguración,enconcreto,y delegeferenda
dela obligación
demanifestación
debienes....._.. ............329
2.2.1.-Introducción
............... ............329
2.2.2.-Alcancedela obligación............ ..............333
A) La OrdenanzaProcesal CivilAIemana................
.............33
4
B) LaLeydeProcedimiento Laboral
....................................339
2.2.3.-Sanciónantesuincumplimiento.......... ....344
A) La OrdenarzaProcesal CivilAIemana................
.............3
44
B) LaLeydeProcedimiento LaboraI.................
...................347
2.3.-Amododeconclusión.............. ............,349
III.- OBLIGACIONES PROCESALESDEL ORGANO

JURISDICCIONAL.. ......358
1.-TNTRODUCCION... ..........358
2.- LAS PAUTASruRISPRUDENCIALES ............362
3.- EL (STATUS QUO) PROCESALHEREDADOy SU
NECESARIAREVISIÓN .,....376
IV.. LAS OBLIGACIOI¡-ES

PROCESALESDE TERCEROS..........................390
l.- INTRODUCCION.. ...........390
2.-EL FLINDAMENTOCONSTITUCIONALDE LA OBLIGACION
DE COLABORACTON DE TERCEROS ............... ....................394
3.- LA COLABORACIONDE TERCEROSEN LA FASEDE
LOCN-VACIONDE BIENES............... ..................402
3.1.-Planteamiento ....402
3.2.-Ladeterminación genérica
delosterceros .............404
3.3.- La colaboración
detercerosenla Ley deEnjuiciamiento
Ci vi 1 ......... ...................407
3.3.1.-La obligación
procesal
delartículo1455.3de
la LEC,enpaficular ........412
A) Registros
públicos
y Organismos
públicos .....414

B) Entidades
financieras ..................419
3.4.- Sanciónante la inobservanciade la obligación de
colaboración
............... ..................433
CONCLUSIONES... ........436
BIBLIOGRAFIA ............447

ABREVIATURAS
ATC: Auto del TribunalConstitucional
CC: CódigoCivil
CE: ConstituciónEspañola
CEDH: ConvenioEuropeodeDerechosHumanos
CP: CódigoPenal
LEC: Ley deEnjuiciamientoCivil
LECRIM: Ley deEnjuiciamiento

Criminal
LJCA: Ley dela JurisdicciónContencioso-Administrativa
LO: Ley Orgiánica
LOPJ: Ley Orgrínicadel PoderJudicial
LPL: Ley deProcedimiento

Laboral
RAP: RevistadeAdministraciónPública
RD: RealDecreto
RDL: RealDecretoLegislativo
REV.DER.PROC.:RevistadeDerechoProcesal
REV.DER.PROC.IB.: RevistadeDerechoprocesalIberoamericana
REV.DERPROC.IB.FILIP.: Revista de Derecho Procesal Iberoamericanav
Filipina
REDA: RevistaEspañolade DerechoAdministrativo
RGLJ: RevistaGeneralde Legislacióny Jurisprudencia
STC: Sentencia
del TribunalConstitucional
SSTC:Sentencias
del TribunalConstitucional
STS: Sentenciadel TribunalSupremo
SSTS:Sentencias
del TribunalSupremo

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TC: TribunalConstitucional
TEDH: TribunalEuropeode DerechosHumanos

ZPO : Ordenanza
ProcesalCivil Alemana

INTRODUCCION
La categoríade la obligaciónprocesalno siempreha aparecidoconfigurada
de la misma forma, sino que su nacimiento y evolución han corrido parejos, en
cierto modo, con la propia evolución sufrida por el procesoy el propio Estado.
Así, en momentosen los quedifícilmentepuedehablarsedeproceso,tal y comoes
entendidoen la actualidad,es imposible hablar, igualmente,de la existenciade la
obligaciónprocesal.Pero,a medidaque el Estadoseva conformandocomienzana
swgir nuevasteorías que configuran al procesoy lo dotan de contenido propio,
apareciendoasí las diversascategoríasque lo integran,y entreellas la obligación

procesal.
Sin embargo,el verdaderonacimientode la obligaciónprocesalseproduce
como consecuenciade los nuevosmovimientossociales,surgidosa finales del
siglo XIX y principios del XX, que comienzana gestarel nuevo Estadosocial de
Derecho,como reacciónfrente a las anterioresideologíasliberalesque habían
convertido al proceso civil en un dominio privado de las partes, con escasa
intervención del órgano jurisdiccional. Así, los nuevos aires socializadores
introducenun modo diferentede entenderel procesoy dan lugar a la aparicióndel
denominado<principio de dirección procesaldel juea, el cual cristaliza,entre
otros logros, en la figura de las denominadasobligacionesprocesales,ideadas

comomecanismoparaconseguirla verdaderasujeciónde laspartesal proceso.
Así creada,la sustancialidadde la obligación procesal radicabaoy sigue
radicando,en la posible sanciónjurídica que lleva anejaante su incumplimento.
Es, precisamente, jurídicas -que puedentrascenderdel puro

en las consecuencias
ámbito del proceso-derivadasdel incumplimiento,donde radica la virtualidad

ptácticade la obligaciónprocesalfrente ala carga,cuyasconsecuencias

sólo se
traducen en la posibilidad de aumentar las expectativasde una sentencia de
contenidofavorableparael sujetoquela incumple.
De estemodo configurad4 la obligaciónprocesales una categoríaque se

conoce, actualmente,en el Derecho positivo, y que halla su fundamento en el
mandato consagradoen el artículo 118 de la Constitución, del obligado

cumplimiento de la resolucionesemitidaspor los órganosjurisdiccionales,así
comola necesariacolaboraciónde todoslos ciudadanosantelos requerimientosde
dichosórganos.A 1oanteriorse une, igualmente,el respetoy la observanciadel
derechoa la tutela judicial efectiva del artículo 24.1 de la CE, el cual avala y
justifica la existenciade la obligaciónprocesal.
Sin embargo,y pesea que los propiosrasgosdefinitoriosde la obligación

procesalla conformancomo una categoríade especialutilidad en el seno del
proceso, en el Ordenamientoprocesal español la entidad de la misma es
ciertamenteescasa,lo cual no implica que seatotalmentedesconocidayextraña,y
buenapruebade ello la encontramosen el procesolaboral,en dondese implantan
claramentefigurasreconduciblesa la categoríade la obtigaciónprocesal.
Pero la escasaentidadde las obligacionesprocesalesse deja notar, sobre

todo, en el procesocivil de ejecuciónde sentencias,
que esprecisamente
en donde
estaríamásjustificadala implantaciónde las mismas,sobretodo porquees en esta
fase procesaldonde más se pone de manifiesto la verdaderaefectividadde la

justicia. Por ello, las páginas del presenteestudio se dedican a la obligación
procesaltomando como paradigmala fase de ejecución,y en especialaquel
¿ímbitodentro de la ejecuciónen el cual se acentúa,en mayor medida, la falta de

obligacionesprocesales:el embargode bienes,como instituto a travésdel cual se
matenalizala responsabilidadpatrimonial del deudor,fruto del seguimientoen la
LEC de una ejecuciónde tipo patrimonialo real.
Ahora bien, la escasezde las obligacionesprocesalesen la fase del
embargono debe conducir al equívocode negar la existenciade las mismasen
estafase del procesode ejecución.En la actualidad,y si seguimosel conceptode
obligacióndelineadoen estetrabajo de investigación,ciertamentese encuentran
figuras que podríanajustarsey encajaren la categoríade la obligaciónprocesal;

pero, no sólo frente a las partes procesalessino que, siguiendocon la pautas
marcadasen el presentemomento,dichasobligacionespodríanserpredicablesno
sólo frente a aquéllassino, esencialmente,

también para los terceros,e incluso
comoseverá,frentea los propiosórganosjurisdiccionales.
Seacomo fuere,y en resumen,lo que sepretendeen las páginassiguientes

es acercamosy conocer con mayor detenimientoa la figura de la obligación
procesal,al tiempo que concluir con la presenci4 en la Ley procesalCivil, de
figuras que, segúnla configuración defendida,son susceptiblesde reconducirsea
la categoría de la obligación procesal. Pero también, igualmente,poner de
manifiesto que la situaciónque existe en la actualidad,en gran parte, obedecea la

propia voluntaddel legisladorespañoly ala consecuentefaha de sensibilización
de ésteen la adopciónde pautasparalograr la verdaderaeftcaciadel proceso,en
este caso de ejecución,el cual aparececonfiguradocomo un auténticoderecho
fundamentalresidenciadoen el artículo24.1 de la Constitución.

CAPITULO PRIMERO
TEORIA GENERAL DE LAS OBLIGACIONES

PROCESALES
I.. INTRODUCCION
El proceso, en la actualidad"aparececomo un instrumento de carácter

público arbitradopor los legítimospoderesdel Estado,y puestoal serviciode los
ciudadanoscomo medio para solucionarlos potencialesconflictos,individualeso
colectivos,que puedansurgir en el senode la sociedad,administradopor órganos

estatalesque hoy conformanel Poder Judicial,como son los juecesy tribunales
(art. 117CE). Así, en función de la diversanafiralezade los interesesen conflicto,
secreandiversostipos de procesosinformadospor principiosdiferentescomo son,
fundamentalmente,
el proceso civil, creado esencialmentepara la defensade
derechossubjetivosprivados,y el penal, ideadopara solucionarconflictos cuyo
interés no pertenecea la esferadel particular sino que es de carácterpúblico

actuando,en consecuenci4el ius puniendidel Estado.
El procesocivil aparecehadicionalmentedispuestopara la defensade los
derechossubjetivosde los particulares,lo cual ha dado lug*, como tendremos
ocasión de comprobar y es sobradamenteconocido, a que el mismo se haya
convertidoen una especiede <señoríoprocesab para las partes,en el cual los
L4

órganosjurisdiccionales,desdesiempre,han gozadode un mínimo campo de
actuación. Un proceso civil en donde prevalece la verdad formal como
consecuencia
de los ampliospoderesde las partes,de lo que da buenacuentala
evoluciónhistóricadel procesoligadasin duda alapropíaevolucióndel Estado.
Así, en un primer momento en el que el poder estatal es prácticamente

inexistente,el procesoes configuradocomoun mecanismode naturalezapnvaday
reconducido por ello a figuras de tipo contractualista o cuasicontractualist4
ancladas,por tanto, en el Derechoprivado.En dichasetapasse entenderáque es
imposiblehablarde la existenciade obligacionesprocesales,

derivadasdel proceso
comomecanismopúblico,ya queen el supuestode que existieranseríala voluntad
de los particularesla única capazde generarlas.Sin embargo,el fortalecimiento

progresivodel Estadova afu dandolryar a la apariciónde nuevasteoríasquevan
conformandoy dotando al proceso de contenidopropio, en especialla de la
relaciónjurídica de gÜLow y la de GOLDSCHMIDT que lo delineacomo un
conjunto de situacionesjurídicas, y en las que comienzaa surgir la categoríade la
obligaciónprocesal.
Pero,el procesoen su evoluciónse va a ver imbuido por los movimientos

políticos y socialesde cada épocaen concreto,los cualesvan a jugar un papel
relevanteen el nacimientojurídico de la obligación procesal.Así, en la época
liberal del siglo XIX, el Estadose configuraal margende la sociedad,dejando

c¿Impolibre a la autonomíaprivada.Las consecuencias
de tal filosofía política se
15

dejaransentirpronto en el ámbitodel proceso,con una exaltacióndel principio de
autonomíaprivaday el consiguientealejamientodel juez en el senodel proceso,

como garantía de su imparcialidad.Los Códigos decimonónicoscreadospor
entoncesobedecenplenamentea los principios liberalespropugnadosduranteel
XIX, códigos entre los que se situa la Ley de EnjuiciamientoCivil española

promulgadaen el año 1881.
No obstante,durantelos últimos años del siglo XIX y principios del XX,

comietua a gestarseun nuevo modelo político y social: el Estado Social y
Democráticode Derecho comprometidoen la defensade ciertos valores, como la

igualdad,la libertady la defensade la justiciay, consecuentemente,
interventoren
muchosámbitosde la sociedad.Larepercusión
de estospostulados<sociales>,
qué
duda cabe, también alcarza al mundo jurídico, y así comienza a ponerse de
manifiestoque en el procesocivil no sólo estácomprometidoel interésprivado de
los particulares,sino que se encuentraigualmenteenjuego el interéspúblico del
Estado,a través de sus representantes

que son los órganosjurisdiccionales,al
tiempo que se compruebala nueva función social del derechode propiedad.En
consecuencia,laposicióndeljuez ya no puedeser la mismaque la adoptadahasta
entonces,sino que éstedebeconvertirseen un personajeactivo dentrodel proceso,
ayudandoy dirigiendo a las partes,las cualessiguenteniendolos mayorespoderes
dentro del mismo, como cabe esperarde un instrumentoesencialmentediseñado

paradefenderinteresesparticulares.
I6

Los nuevos movimientos<socializadores>

dan lugar a la apnición del
<<principiode dirección procesal del Jnrez>>,y con él a la categoríade las
denominadas<obligacionesprocesales>>, a tavés de las cuales se logra una
sujeciónde las partesal proceso,con el fin de lograr los fines del mismo.
Si la
influencia de los movimientossocializadoresen los paísesde nuestroentorno
es
clarq sin embargo tuvieron poco influjo en el Ordenamientoprocesal español.
Nuestro país permaneció y ha permanecido al margen de los movimientos

socializadoresy, una de sus m¿íximasaportaciones,la figura de la obligación
procesal,esescasaen las Leyesprocesales.
La categoriadela <obligaciónprocesab>
tal y como fue ideadapor KLEIN
presentauna gran utilidad para lograr los fines perseguidosen el proceso,y la
posibilidad, como veremos,de imponer una sanciónal zujeto que la incumpla
refuerzasu observancia,
asícomoreclamaunamayorimplementación.
Sin embargo,la doctrina científicano se ha preocupadolo bastantea la

hora de elaborar una teoría sobre la configuración general de la obligación
procesal,salvoexcepcionesen las que se aludea la misma,sobretodo en relación
con las partes generalesde Ia teoría del Derecho Procesal.El estudio de la
obligación se realiza en estos supuestos,como una categoría mas dentro del
contenidodel proceso,junto a los derechos,posibilidadesy carg¿Nprocesales.

No
existe fuera de dicho contextoun tratamientoaislado de la figura de la obligación
procesal,pese a que la mayoúa de los autoresdefiendensu implantacióny
11

expansióndentrodel proceso,como señalaremos.
Por todo ello, la elaboracióndel presenteestudioy la fijación de nuestro
ámbito operativo reviste una cierta dificultad ante la inexistenciade aportaciones
concretasreferidasa la obligaciónprocesal.En cualquiercaso,se entenderáque

todo ello no es óbice para que en las páginassiguientesse pretendaestablecerqué
es la obligación procesal; dónde se situa; cuál es su fundamento,y lo mas
importante, cuáles pueden ser los efectos de su inobservanci4 en orden a la
determinaciónde la sancióniurídica.
Ahora bien, sin perjuicio de que la obligaciónseasusceptiblede aplicarsea
los diferentesámbitosdel DerechoProcesal,y de que las conclusionesgeneralesa

del proceso,el
las que lleguemospuedanser de aplicacióna los distintosc¿Impos
presentetrabajo se centrará de forma prioritaria en el proceso civil. Así, si
cuestionestales como el concepto,el fundamentoe incluso el contenidode la
obligación procesalpueden considerarseválidas para otros procesoscomo el

penal,laboral o administrativo,si bien con las precisionesy matizacioneslógicas
derivadasde los diferentesprincipios que informan cadauno de dichos procesos,

sin embargolos temas principalesde nuestropunto de partida, tales como la
sancióny sus principios informadoreshan de contemplarsedesdela óptica del

las conclusiones
procesocivil. Sólo situadosen dichaórbita podrancomprenderse
a las que se llegará en el presentetrabajo, y entendersela configuraciónde la
teoríageneralde las obligacionesprocesales.
18

II.- CONCEPTOY NATURALEZA DEL PROCESO
El procesopuedeser definido,segúnafirma GIMENO, como el "conjunto

de incidenciaprocesal,posibilidades,obligacionesy
de derechosconstitucionales
del ejercicio del
caxgas,que asistena los sujetosprocesalescomo consecuencia
derechode accióny de la interposiciónde la pretensión,cuyarealizacióna través
de los oportunosactosprocesales,origina la apariciónde sucesivassituaciones

procesales,informadaspor el principio de contradicción,desdelas que las partes
examinansus expectativasde una sentenciafavorable que ponga fin al conflicto

y resistencias"l.
mediantela satisfaccióndefinitivade susrespectivaspretensiones
De la definición propuestase deduceque el procesose encuentraintegrado

por uíIa serie de categorías jurídicas: derechos, posibilidades, cargas y
obligaciones,pero dichas categorías,generalmenteaceptadasen nuestrosdías,no

siempre se han conocido como tales, especialmente las denominadas
que son las que priorizaremos.Peseal reconocimiento
<obligacionesprocesales>>,
actualde la existenciade las mismasen el proceso,no siemprehan sido admitidas
en el devenir de las diversasetapashistóricaspor las que ha avaruadoel Derecho
GIMENO SENDRA, V., Introducción aJ- Detecho Procesal.

Valencia, 7995, Pá9. 230, con CORTES D O M I N G U E Z / M O R E N CATENA.
O
1-9

Procesal.
En la épocade la Alta RepúblicaRomana,la inexistenciade un Estadolo
suficientementeconsolidadopara imponer su voluntad sobre los ciudadanos

provoca que los mismos sean los auténticosdirectoresdel proceso.En dicha
époc4 en la cual en escasamedidapuedehablarsede poderjurisdiccional2,es la

única volunt¿d de los particularesmediantela formula del acuerdo,la que permite
lograr el sometimientode las partesa la futura sentencia3.La voluntad así emitida
se plasma en la figura del denominado contrato de títis contestatioo,cuyo
contenido se encuentrarepresentadopor la sumisión que realizan a una serie de

puntoslitigiosos concebidosen la formula, añe el juez,para su resoluciónt.Son,
Cfr. M O N T E R OA R O C A , J . , Derecho Jurisdiccíonaf. I.

Parte General-, Barcelona , I994 , páq. 2'76, con GOMEZ
COLOMER/ORTBLLS RAMOS/MONTON REDONDO.
'. - privatistas",
Nos encontramos ante l-as "doctrinas
denominación utilizada por A L C A L A - Z A M O R AY C A S T I L L O , N . ,
Alqunas concepciones menores acerca de l-a natural-eza def
y'\r^.a<r'\- én <<Estudios de Teoría General e Hj-storia del-
-Proceso
vL vvv¿v f
(1945-1912)>>, Tomo It México, L974, págs. 311-318; y

por MONTERO AROCA, J. , en su Introduccíón aI Derecho
Procesaf, Madrid, 1-979, págs. 181 y ss.
o.-
4_
Tratado ampliamente por FAIREN GUILLEN' V., en Una
perspectiva histórica delproceso: l-a "l-itis contestatio" y
sus consecuencias, en <<Estudios de Derecho Procesal>>, Madrid,
1955, págs. 13 y ss. , y también en EJ fundamento de J-a
bil-ateral-idad del- desistimiento en l-a primera instancia de
nuestro proceso civil-, e D < < E s t u d i o s .. . > > , o p . c i t . , p á g s . 6 1 5
V JJ.
FAIREN GUILLEN, V., <<El fundamento de l-a

bil-ateral-idad. . .)r en <<Estudios
20

por tanto, las parteslas que librementese sometenal mismo, de forma que una vez
aceptadopor ellas surge la obligación de acatarla sentenciaemitida por el
magistrado,quienasumesu función sólopor obrade los particulares.
Así configuradapuededecirseque sí existeuna obligaciónde laspartes:la
de sometimiento a la futura sentencia.Pero tal obligación no encuentra su
fundamentoen el proceso-entendidocomo mecanismopúblico-, sino única y
exclusivamenteen la voluntad de los particularesvertida a favés de la formula
contractualistade la litis contestatio.
Sin embargo,la consolidacióny el progresivofortalecimientodel Estado,
así como la asunciónpor el mismo de la potestadjurisdiccional provoca la
decadencia del "contractualismo procesal" entre los ciudadanos, con el
consiguientepredominiodel ímperiumestatal6.
La voluntad de los particulares,expresadacontractualmente,no es la que
atribuye poderesa! juez, así como tampoco el procesoes fruto de un acuerdode
voluntades entre las partesT.El juez no es nombrado como tal por la única
F A I R E N G U I L L E N , Y . , < > , o p . c i t . , p á 9 . 4 0 -
"sóIo subvirtiendo Ia naturaleza de las cosas, es

posible ver en eI proceso, situación coactiva, eñ l-a cual- eI
1I - Li tL-I 9i cnl r l¡Lng ,f e - el
gI r ¡ t nu vr !
Os t
n
v vn
l I rn
LLm! i ¡ ¿ a Su adversario, aun en contra
de SuS naturales deseos, a contestar SuS reclamaciones, ef
fruto de un acuerdo de voluntades", C O U T U R E /E . , F u n d a m e n t o s
del_ Derecho Procesaf civiJ-, Buenos Aires , 1957-1955 , Pá9.
2I

voluntadde los litigantessino que es designadopor el Estado,quien delegaen el
órgano judicial la potestadjurisdiccional que él asume.En consecuencia,la
obligaciónde sujeciónde los particularesa la futura sentenciaseproduce,apartir

de este momento, por el imperium estatal inherente al magisffado encargadode
imponerlos.
La nueva configuraciónestatalunida a la apanción,alrededordel siglo
XIV, de nuevostipos procesalesmásrapidosy simplificados,como los "procesos
sumarios"o los "juiciosplenariosrápidos"ehacenquela baseque sirvede sustento
a las anterioresdoctrinascontractualistascomiencea resquebrajarselo.
Sin embargo,pesea la constataciónde dicho fenómeno,el abandonode las
L¿Ó .
R__
F A I R E N G U I L L E N , V . , < >, en
<<Estudios...>>, op. cit., pá9. 40.
'.-
I __,
delproceso
Véase FAIREN GUILLEN, V., La historia
civiJ- y fa reforma de fa Justicia, eñ <<Temasdel- Ordenamiento
Procesal>>, Tomo It Madrid, L969, Pá9s. 239 y ss. Del mismo
autor EI juicío ordinario, Los pTenarios rápidos y l-os
s u m a r i o s , e D < < E s t u d i o s .. . > > , o p . c i t . , p á g s . 3 7 3 y s s .
1 0 .-
Hecho unido a l-a existencia del proceso
eu€,
contumacial en el- eüe, debido a la incomparecencia del
d 'i
vve
¡ ! rm
s ¡ ¡ sa
s vn
v r l a c l o t- era moos'i bl e Ia realización de la " liti-s
contestatio", evidenció Ia necesidad de que las tesis
contractualistas fueran revisadas. Véase A L C A L A - Z A M ORAY
CASTILLO, N., Proceso, autocomposición y autodefensa, M é xico'
1 , 9 1 0, p á g . t 2 3 ; C O U T U R E ,E . , < < F u n d a m e n t o s
130; GIMENO SENDRA, V., Eundamentos def Derecho ProcesaT,
Madrid, 1981, pá9. 157.
22

tesis contractualistastrae aneja su sustitución por una nueva categonajurídico-

aunquesin abandonarla idea de la litís contestatiort.
privada,ladel cuasicontrato,
En consecuenci4y desdedicho punto de vistq la obligaciónde cumplimientode
la resoluciónjudicial continúaancladaen el Derechoprivado.
No obstante,pese al progresivoabandonode las tesis anterioresha sido
honda la repercusiónque éstashan tenido en las Leyes procesalesde nuestro

país12,así como en la jurisprudencia emitida por nuestro Tribunal Supremo,el
cual tradicionalmenteha acogido la idea de la litis contestatior3,bien en su
vertientecontractualistao cuasicontractualista.
El alejamientodefinitivo de las docffinasprivatistas seproduceen el siglo
XIX al ser sustituidaspor las "publicistas"o "clásicas"l4.Dicha sustituciónse
11.-
Si bien se abandonan las tesis contractuali-stas no
así Ia "litis contestatio" q u e s i g u e p e r v i v i e n d o c o m o u na
esner:i e cle f icción o m i t o j u r i d i c o e n t r e l - o s j u r i s t a s ' p e ro
reóonducída en estos momentos a fórmul-as
cuasicontractualistas. fAIREN GUILLEN' V., Proceso,
proced.ímiento, mito j u t i d i c o , Q f l < < T e m a s
t¡-t., pá9s. 44I y ss.
L2.- de ideas en
"Los efectos del largo arrastre histórico
torno a la Iitis contestatio Se h a n s e n t i d o e n las normas
vaqentes actualmente en España, a s i c o m o en la
juiisprudencia. . . ". FAIREN GUILLEN, V . , < >' e n < < E s t u d i o s- - - \ \ t o p - c i t - , p á 9 . 4 6 '
1 3 .- Cfr. Ias sentencias del TS citadas por FAIREN
GUILLEN, V., en <<una p e r s p e c t i v a histórica...>>, en
< < E s t u d i o s .. . > > ' o p . c i t . , p á g - 4 6 -
t4.- Denominadas bien sea por l-a
"clásicas"r"(.-.)
23

produce con la aparición de la teoría del proceso como relación jurídica de
<obligacionesprocesales>
BÜLOW, y con ella la de las denominadas concebidas,
por el citado autor, con fi.rndamentodistinto al concedidoen la actualidad.
El proceso,en dichaconstrucción,se configuracomouna relaciónjurídica

procesalque transcure entrelas partesy el Tribunalrs,y que perteneceal ámbito
del Derechopúblicol6,puestoque los derechosy obligacionesse dan entre las

partesy el juez como fi;r"rcionario
del Estado.De ello se derivala autonomíadela
relaciónjurídica procesalconrespectoa la materialdiscutidaen el procesolT.
circunstancia de que los autores contemporáneos las siguen

f i c l m e n J - e-
! !vlrrrv¿¿ c , l ^ r ic n n c l r c n r e S u S c o n s t r u c c i o n e s
Lv t
doctrinales
adoptan como punto de partída alguna de el-las (. . . ) ". GIMBNO
S E N D R A ,V . , < < F u n d a m e n t o s . . . ) ) ¡ o p . c i t . , páq. 159.
15.-
Así, nos dirá BÜLow: "Nunca se ha dudado que eI
Derecho Procesal determina las facultades y deberes que ponen
en mutua vinculacj-ón a l-as p a r t e s y a l t r i b unal. Pero de esa
1 ^1 ef i rmedo_
q!!!rLlquv,
+L o^l *t u1M^f t. i Á * cl
er n
y ! rv ñ
u s.oév s ó eS Una
ltld.IlCIct 5e IIO. Yus
relación de derechos y obligaciones, €s decir, una relación

juridica". BÜLOVúO, ., La teoria de L a s e x c e p c i o n e s procesafes
\r 1 og, *rl.qilr-)ll?.qf n.q r¡ror:csafes, traducción de Angel ROSAS
I
L I C H T S C H E I N ,B u e n o s A i r e s , L964, págs. 1-3.
1 6 .-
BüLow, o. , <<La teoria de las excepciones . . . >>, op.
\ - r u . , . y a y . - , C A R N E L U T T I ,8 . , L e z i o n i d i D i r i t t o
^: F
Processuafe
Civil-e, VoI. IV, Italia , i - 9 8 6' pá9. 358; CHIOVENDA' J - ,
Principios d"e Derecho Procesal- Civif, traducción de José
CASALS y SANTALÓ, Tomo I, Madrid, 1911, p á 9 s . 1 '22-123;
R O S E N B E R GL, . , Tratado de Derecho ProcesaJ- CiviJ-, traducciÓn
d e A n g e l a R O M E R AV E R A , T o m o T , M u n i c h , 1 9 5 1 , p á 9 . 1 0 .
BÜLOW, O. , <<La teoría de l-as excepciones . - . >>/ op -

cit., páq. 1,; CALAMANDREI' P. ' Instituciones de Detecho
ProcesaJ- Civil-, trad.ucción de Santiago S E N T I S M E LENDO' VoI.
I, Buenos Aires, I973, págs. 334 y s s . ; C H I O VENDA' J-,
<<Principios...>>, Tomo I, op. cit., p á q . 7 2 3 ; L I E B M AN' E-T- '
24

EI conceptode obligaciónprocesaladquierepuesrelevanciapropia,puesto
que para BÜLOW la relación jurídica se haya integradapor rm conjunto de
derechosy obligacionesde taturalezaprocesal,que ostentantanto el juez como
laspartesls,y gue sehallancorrelativamente

interrelacionados.
A partir de BÜLOW Iateoría de la relaciónjurídica alcarr;aun desarollo
exfraordinario,fundamentalmentepor parte de los juristas alemanes,pero también

por la doctrina italian4 sobre todo a partir de CHIOVENDA. En España,
igualmente,tuvo su recepcióny encuenffacomo uno de susprincipalesdefensores
a GOMEZ ORBANEJAIe. Sin embargo, la admisión de dichas categorías
no es pacíftca.
procesales
Lacnticay consiguientereñrtaciónde lateoría de larelaciónjurídic4 obra
del procesalistaalemánGOLDSCHMIDt'O, desembocaen la negación de la
Manual- d.e Derecho Procesal- Civif, traducción de Santiago

S E N T I S M E L E N D O ,B u e n o s A i r e s , 1 9 8 0 , p á 9 . 2 8 ; R O S E N B E R GL, . ,
<<Tratado
Derecho ProcesaJ- Civi7, traducción de Tomas A. BANZHAF, Vol.
I , B u e n o s A i r e s , 1 - 9 7 ' 7 ,p á g s . 6 7 - 6 8 .
1 8 .- de las excepciones. . . >>,
Cf r. BüLoil{, a. , <<La teoría
op. cit. , páq. I; A L C A L A - Z A M O R AY C A S T I L L O , N . , < > , V o I . I , o p . c i t . p á 9 . 6 4 .
1 e .- Véase su Derecho ProcesaJ- Civil-, Tomo I, Madrid,
1 , 9 1 5 , p á 1 s . 7 y s s . , c o n H E R C EQ U E M A D A .
20.- véanse sus Principios generales deL proceso. Teoria
25

y su sustituciónpor otras
existenciade los derechosy las obligacionesprocesales,
nuevas categoríasque conforman al proceso como un <conjunto de situaciones

jurídicas>.
Se nieg4 primeramente,que la obligaciónque incumbealiuez de conocer

por las partessederivede la existenciade una
y proveerlas demandasinterpuestas
relaciónjurídica entreel órganojudicial y los sujetosprocesales.Su fundamento-
en opinión de GOLDSCHMIDT- rudica en el propio catárctetdel juez como
funcionariopúblico queadministrajusticia por delegacióndel Estado2r.
Segun GOLDSCHMIDT, a las partes no correspondenderechosni
obligaciones.La parte que se encuentraen situaciónde poder lograr una sentencia

Pero,sigueel
de contenidofavorabletieneuna <posibilidadu ocasiónprocesab22.
citado autor,tampocoexistenpara las partesobligacionesprocesalesde ninguna
clase23.Las obligaciones de fi.rndamentarla demanda,de probar, comparecero
r1anmn T R rranne Ai rag

1enera1
g=rlvLaL flel
vvL f)f^^^d^ r vrllv L , uuv¿¡vr , L96L.
IJLI)lJl'Ó\J,
2r.- es de
Por ello, "la infracciÓn de estas obligaciones
mera indole pública, criminal o civil-, p e r o no p r o c e s a l - - -",
G O L D S C H M I D TJ, . , < > , T o m o I , o p . c it- '
págs. 20 y ss.
22 G O L D S C H M T D TJ, . , < > ' T o m o TI
.-
^-i +
\JP. \--LL.r [/aY,
23 w ( 't ^\ J1U .f r r ri Y n rai.f¡ rla

\ . . . /
no
rlv e x . i s t uev
u^!J LllICr qur del demandadO
someterse a Ia jurisdicción estatal, sino un estado l^
sujeción a l_a misma (. . . ) ]a obligación del demandado rla
cooperar a la l-itis contestatio ha sido sustituida por LA
"caiga" de comparecer y contestar a Ia demanda, l-a cual
zo

contestar no son obligacionesprocesales.Más que obligacioneslo que existen

para las partes son (cargas) que GOLDSCHMIDT defurecomo actosque deben
realizar las partes para prevenir un perjuicio procesaly, consecuentemente,

una
sentenciadesfavorable2a.
Las doctrinasanteríormenteexpuestas,sin ernbargo,han sido abandonadas
en nuestrosdías. Actualmente no puede negarsela evidenci4 constatadapor la
doctrina2s,de que el procesoestáintegrado,fundamentalmente,por las categorías
de las <posibilidades> y las (cargas) -como agudamente sostuvo
GOLDSCHMIDT-, pero tampocopuederechazarseque en el procesomodemo

existen <derechos>de carácter constitucional y <obligaciones>de nafiraleza
procesal,aunquesin que los mencionadosderechosy obligacionesformen una
correlativarelaciónjurí dic*6.
impone al- demandado en su propio interés. Mucho menos

incumben oblígaciones al demandante, sino solamente cargas'
csner:ialmenfe fa de afirmar hechos y aportar pruebas (---)".
G O I D S C H M I D T J, . t < > . T o m o I t o p . c i t . ,
págs. 22-24.
G O L D S C H M I D T ,J . ' <<Principios generales. - . >>' Tomo I,

.\r1
vli,. r-i I
vLv. f
n áos.
.t/*Y-
58-59.
2 5 . - E n t r e o t r o s C A L A M A N D R E IP, - , < >t op. cit., pá9. 114; P R I E T O C A S T R O , L. I
Cuestíones de Derécho Procesaf, Madrid, L 9 4 1 , p á 9 . 6;
R O S E N B E R G ,L . | < < T r a t a d o
SENTÍS MELENDO, S. , Fijación de Jos términos de l-a
Controversia en el- procesó civil- argentino, en <<Estudios de
Derecho Procesal>>, VóI. I, Buenos Aires, !961, pá9. 203'
26.- GTMENO SENDRA, V. I t^+ -'l.{- \
cfr. \ tiL. alu. J,
21

en nuestro derechoson escasaslas obligaciones

Pero, lamentablemente
procesales,debido al anacronismode nuestrasleyes, pero no cabe duda de la
existenciade tal categonayde la convenienciade realizaruna generosaregulación
de las mismasen el procesomodemo.
III.. CONTENIDO DEL PROCESO
Del concepo del proceso propuesto con anterioridad, se deriva el
contenidoesencialdel mismo, esto es, las categoríasjurídicas que 1o integrany

que son los derechos,las posibilidades,las cargasy las obligaciones,aunquede
éstas últimas nos ocuparemoscon precisión en los siguientesapartadosdel

presentecapítulo.
En el ámbitodel procesoes sabidoque existenparalas partesderechosde
naturaleza constítucíonal,dentro de los cuales cabe destacar con especial
relevanciael "derechode acción" qte, como indica GIMENO27,constituyela
causadel mismo.Pero,además,recogenuesffaConstituciónen diversospreceptos
variados derechosfundamerfalesde igual incidencia procesal, entre los que
<<Introducción. . .>>, oP- cit., págs. 23I-232.

2't.- (et. alt.), <<Introducción
G T M E N OS E N D R A , V . ,
cit., págs. 230-231-
¿ó

en su art.24.2:derechoaI Juezordinariopredeterminado
destacanlos establecidos
por la ley, a la defensay alaasistenciade letrado,a serinformadosde la acusación
formuladacontraellos, a un procesopúblico sin dilacionesindebidasy con todas
las garantías,a utilizar los medios de pruebapertinentespara su defens4 a no
declarar contra sí mismos, a no confesarseculpablesy a la presunciónde
inocencia.
Por su parte,lasposibilidades,entendidas
segúnGOLDSCHMIDT2scomo
"situacionesen que se encuentrala parte de proporcionarsemedianteun acto una

presentanproblemas
ventajaprocesaly, en definitiv4 una sentenciafavorable"2e
en cuanto a su posible enumeración.Un tratamiento unitario de las mismas es
poco menosque imposible,como demuestrael silencioque sobredicha cafegoÁa
procesalenconframosen la doctrina,justificable en virtud del casuismoal que
habríaque descenderpara examinarlas múltiplesposibilidadesde actuaciónque
las leyesprocesalesconcedena las partes'o.Pero, a título de ejemplo,se pueden
28.- Véanse sus <<Principios generales...>>, Tomo T, op.

cit., p á q . 58. También sobre eI m i s m o tema G O L D S C H M I D TW ' .,
ExpJicación de l-a teoria de La situación j u r i d i c a ,
< < R e v . D e r . P r o c . > > ,1 9 5 3 , n ú m . 3 , p á q . 3 6 3 .
2e.- l-a mayoria de los derechos
De esta forma definidas,
nror:esal es se incardinarían dentro de las denominadas
posíbilidades. GOLDSCHMID I T J., Derecho Procesal- CiviJ-,
traducción de Leonardo PRIETO CASTRO, Buenos Aires, 1936'
nÁn 1 qE
3 0. -
cf r. GTMENO SENDRA, v. , lal crLL. J ,
<<Introducción. . . )), op. cit . , páq. 233 .
29

señalar como posibilidades:la del actor de fi.mdamentarla demandq la del
demandadode negar los hechos que el actor alega como fundamento de su

dilatorias,etc.31.
demanda,de proponerexcepciones
Por el contrario, la carga es una categoríajurídica que ha despertado,
desde siempre, gran interés en la doctrin4 fruto del cual es la vasta literatura
jurídico procesalque sobre la misma se ha vertido32.Además, la realidad nos
demuestra,lamentablemente,que en la actualidadla carga-y no la obligación- es
la categoríaquepredominaen las leyesactuales33.
31.- <<Principios general-es..->>/ Tomo r,

G O L D S C H M T D T ,J . ,
.v \- 1
y .- r rv -f ui . tI n áo
I/*y. 58.
32.-
Sin ánimo exhaustivo, véanse CALAMANDREI, P. I
<<Institucíones...))¡ V o l . f , o p . c i t . , p á g s - 339 y ss- y 41"3y
ss.; CARNELUTTI, F . , Instituciones d e J - Proceso Civif,
traducción de Santiago SENTÍS M E L E N D O ,V o l . T , B u e n o s A ires,
1956, págs. 331- y ss. ; C O U T U R E , E . , < < F u n d a m e n t -
o s- . ) ) , op -
cit., págs. 2IL y ss.; DEVIS E C H A N D I A ,H . , N o c i o n e s g e n e r a les
de Derecho Procesaf Civí7, Madrid, L 9 6 6 , p á g s . 5 y s s ';
GIMENOSENDRA,V. , ( e t . al-t. ) , < >1,- 9 8 6 , n ú m . 2 , p á g s . 1 8 1 y s s - ; H E R C E - Q U E M A D A ,
Y. , La carga d"e l-a prueba, separata del Boletin del- ReaI e
Ilustre CoÍegio de Ábogados de Z a r a g o z a , n ú m - 6 , de 1 de
julio d e 1 9 6 2 , -p á g s . 5 y s s . ; M I C H E L I , G - A - ,, C u r s o de Derecho
brocesaf Civil-, tiaducción de Santiago S E N T Í S M E L E N D O ,B u e n o s
Aires, 7970, págs. 264 y ss.; S E N T I S M E L E NDO' S',
j
<<Fi ación
y ==. , y Perención d.e instancia y carqa ptocesaT, €ñ
i<Estudios...>>, Vol. Tt op. cit., p á g s - 3 3 9 y s s .
".- "Los Códigos vigentes (... ) en todos l-os países, Io

mismo los inspirados en la tradición liberal- del siglo XIX
.n ra I ns reclar:tados
vuv
en tiempos más modernos ( . . . ) n o s o f r e c en
,r-
u,Lt
lL- - iL P
nU¡ A a
tlE ñ r ^ ^
yr uuEJv^ ñ ^ srr eI q.ru Ia carga y n o . I a o b l i g a c i ó n ni
cl deher- es su fundamento. . . ". SENTÍS M E L E N D O , S .'
?n

El concepto de carga, unánimemente consagrado y aceptado, no es
reciente.Del mismo encontramosya vestigios en los juristas antiguos3a,aún
cuando la utilización del término estuvo limitada hasta el siglo pasado,a la

s.
actividadprobatoria3
Con posterioridad,los esfuerzosde la doctrina se han dirigido hacia Ia
elaboración de una teoría general de la carga que no estuviera circunscrita
solamenteal ámbito del DerechoProcesal.De entre los diversosautoresque se
han preocupado por definir el concepo de carga debe ser destacado
GOLDSCHMIDT, quienen sus"Principiosgeneralesdel proceso"abordópot vez

primera el tema con rigor científico, tarea que sería continuada,en gran medid4
por el procesalistaitaliano CARNELUTTI, en su "Sistemade DerechoProcesal
Civil".
La cargapuede ser definida, en palabrasde GoLDSCHMIDT, como
"imperativodel interéspropio", cuya satisfacciónprevieneun perjuicio procesaly

despej4 en definitiva, la perspectivade obteneruna sentenciadesfavorable36.
<Fi j ación. . . )r en <<Estudios. . . )r VoI. T, op. cit. , pág' 203 '
3 4 .-
Véase SENTIS MELENDO' S. ' <<Perención. . '>>, en
<<Estudios...>>, VoI. Tt op. cit-, p á 9 . 3 3 9 .
35 Derecho Procesal,
DEVIS ECHANDIA, H., Compendio de
' l ^ ñ ^
|
L L
|
f
Bogotá, !984, Páq. 145.
J O
G O L D S C H M I D TJ, . , <<Principios generales-..>>' Tomo T,
31

Así pues,el cumplimientode la cargaconstituye,al igual que el ejercicio

si bien en el
de una posibilidadde actuación37,
de un derecho,el aprovechamiento
caso de la carga, dicha actuación se realiza porque la ley la contempla como
condiciónparaevitar un perjuicio que laparte a quienincumbela cargadecideno
soportar.
No obstante,enfocadala cuestióndesdeotro punto de vista, la posibilidad
de efectuarlos actosnecesariospara cumpltr la cargase reconoceen numeros¿ts

incluso en algunoscasosde rango fundamental,
ocasionescomo un derecho38,
como sucedecon el derechoarealizaractosde postulación,alegacióny pruebaen
el ejerciciodel derechode defensa.
Pero,como seha expuesto,lo que caracterizaala cargaesla consecuencia
legalmenteestablecidaen previsión de su incumplimiento: el perjuicio de un
op. cit., págs. 5B-59. Cfr. también CARNELUTTI,8., Sistema

del- Diritto Processual-e Civil-e, Vol-. I I Padova, 1936, pá9.
De una facuftad, si se prefiere, entendida como

"posibilidad de hacer e n e l - c a m p o d e l a libertad. . -" -
CÁRsnluttt, F., <<Sistema...)), V o I . r t o p . c i t . , p á9. 53.
38 ¡vrsr s: nt ¡ e v j n f ! o vru: ¡vf n
w
'' |
(. . . \/ ea r- .JrI. I- Lf e I tat aP n- lL d a a 'Il
C ^ra)(:es¡.¡
Plvvervt
- en
e ir ab
q vS
uL y\ z
no la ejecución concreta de ciertos actos, puede decirse que

existen derechos p r o c e s a l e s c u y o ejercicio concreto
constituye una carga, como los derechos d e p r o b a r , e impugnar
o recurrir ( . . . ) ". DEVIS E C H A N D I A , H . , < < N o c i o n e -
s . -))t op-
u-LL.r I1aV. fr.
5Z

interés propio. La carga actúa, según decía CALAMANDREI, como un
<estímulo>o ((mecanismopsicológicos>que mueve a las partes a actuar en

determinadosentidoy la convierteen dueñade su propia suerteprocesal3e.
Al reconocerseen la carga ese ¿ámbitode libertad al sujeto para su
actuación no existe, en caso de inobservancia, sanción directa alguna. La
consecuenciadel incumplimiento consisteúnicamenteen una merma de las
expectativasde obtenciónde una sentenciafavorableno,q.r" no puededar lugar al
empleode la coaccióno a la imposiciónde castigoalguno,ya que a la sociedadle

esindiferentela conductaomisivadel sujeto.
3e.- A s í e s c a r a c t e r í z a d . a p o r C A L A M A N D R E I 'P . / "(...)

estímulo o m e c a n i s m o p s i c o l ó g i c o p o r m e d i o d e l c u a l l a parte
es la ú n i c a r e s p o n s a b l e d e s u s u e r t e p r o c e s a l , y q u e d a libre
para modificar con su propia activídad o para dejar invariada
a la propia inercia la propia situación juridica en eI
nrr¡r-ésrl I.--)"- H l ' : , r ó , : c s ñ c o m o J u e g o , (3 n < < E s t u d i o s s o b r e e I
proceso civil>>, traducción de Santiago SENTIS MELBNDO,Vol-.
1lI, Buenos Aires, 7973, p á g s . 288-289.
40.- cfr. C A R N E L U T T TF , ., <<rnstituciones...)), vol. r, op.
cit., pág. 332; COUTURE8 , ., <<Fundamentos...), o p . c i t . , pá9.
2 ! 3 ; D E V I S E C H A N D I A ,H . , < < N o c i o n e s . . . > > , o p . c i t . , p á g s - 9 y
1 0 ; H E R C EQ U E M A D AV, . , < < L ac a r g a . . . > > , o p . c i t . , p á q . 5 .
33

fV.. LA SOCIALIZACION DEL PROCESO
El florecimientodel liberalismoen el siglo KX cuyo trasfondopolítico-

económicose tradujo en la máxima del <laissezfure,laissez passen)tuvo una
especialincidencia en el mundojurídico en generaly en el procesoen particular.
El liberalismoimplica una desconftatuaabsolutafrentea toda actividaddel
Estado,con la consiguienteexaltacióny predominiodel "principio de autonomía

se dejarásentirigualmenteen el
privada"al.La ideologíaliberal, así caracterizada,
campodel Derechoy, en especial,en la concepcióndel proceso.La no injerencia

del Estado en la esfera privada de los particulares alcarua también a dicho
instrumento procesal. Así pues, bajo esos postulados en el proceso nos
encontramosante la figura de un juez -representantedel Estado-convertido en un
, y con el
mero espectadordel procesoen aras de preservarsu imparciatidadaz
señoríode las partes sobre el mismoa3,con absolutopredominio de los intereses
4t.-
G T M E N OS E N D R A ,v . , c a u s a s h i s t ó r i c a s de l-a ineficacia
de l-a Justicia, € ñ < < R e v . D e r . P r o c . > > ,1 9 8 1 , n ú m . 2 , p á g s . 2 1 4 y
JJ.
4 2 . - G T M E N OS E N D R A ,v . t < < c a u s a sh i s t ó r i c á s . . . ) ) , op. cit.,

págs.274 y s s . ; G O M E ZD E L I A Ñ O , F . , E n t o r n o a J p r i n c i p i o
dispositivo en eJ- proceso civil-, € f l ( < R G L J > >n' ú m . 2 3 5 , L 9 1 3 ,
págs. 766 y ss.
4 3 .- C o n e l l - o p a r e c e q u e s e c o n f u n d e p l e n a m e n t e e l i n t e r é s
que se deduce en el proceso con el proceso mismo, los
princípios refativos af derecho subjetivo que se hace val-er
e n i u ' i r : ' io vJ los relativos a su desarrollo. Cfr. MONTERO
AROCA, J. , Anál-isis critico de J-a LEC en su centenario,
M a d r i d , 1 9 8 1 , p á g s . 8 0 y s s . ; A L C A L A - Z A M O RY A CASTILLO, N-,
34

privados.
La ideologíapolítico-filosóficadel liberalismose dejó sentir en todos los

promulgadosduranteaquellaépoca.Así, las LeyesProcesales
CódigosProcesales
del XIX reflejan de una manerafiel los principios liberalesde dicho siglo, y de
forma especialla Ley de EnjuiciamientoCivil española,promulgadaen 1881,
respondeal espíritu liberal de la épocasegúnel cual el procesopor el que se
conocíade los derechossubjetivosprivadosera tambiénde derechoprivado. En
consecuenci4los poderesdentrodel procesodebíanquedarresidenciadosen los
zujetos intervinientes, en cuanto titulares de los derechos subjetivos que se
dilucidabanen é1,quedandoal margen el órganojurisdiccional, para quien los

poderesen el procesodebíansermínimos.
Sin embargo, en los últimos años del siglo XIX, los cánones del
liberalismo avlü:at:zafueron superadoscon el advenimientodel llamado <Estado

a ser entonces,en algunosEstadoseuropeos
La nota característicapasará
social>>.
y en contraste con la liberal, Ia existencia de un Estado comprometido
socialmente,que participa en todos los c¿tmposde la vida social, con la
consiguientemefinade la autonomíaprivadade los particulares.
Autoridad y Libertad e n e l - ptoceso cavJ-I ' eD < < E s t u d i o s d e

Teoria Genera]- e Historia del Proceso>>, Tomo II, Méxj-co,
I97 4, págs . 226 y ss.
35

El Estado social se caracterizadentro del ámbito del proceso,y sin

por la apariciónde un
perjuicio de sus connotacionespolítico-constitucionales,
que actuajunto a las partes sin que ello implique peligro

juez intervinienteaa,
alguno para Ia imparcialidad del órgano jurisdiccionalos.En ningún caso la

imparcialidaddebeconfundirsecon la pasividaddeljuez en el procesoa6.
La nueva concepcióndel juez como instrumentodel Estado social así

delineada,unida a una nueva dimensión<sociab>del proceso,es conocidaen el
procesocivil como "socializacióndel proceso"4T.
El fenómenode la socialización,
pesea encontrarsu auge en pleno siglo )O! situa ya sus antecedentesen el siglo
4 4 . - G T M B N OS B N D R A ,v . , < < c a u s a sh i s t ó r i c d s . . . ) ) , op. cit.,

páq. 216.
*A q' . - En este sentido manifiesta CAPPELLETTI que "l-a
imparcialidad d e l j u e z n o c h o c a c o n u n directo y activo
contacto suyo con l-as partes en el desarroll-o del jui-cio".
Véase Proceso, id.eoTogias, sociedad, traducción de Santiago
SENTÍS M E L E N D O y T o m á s A . B A N Z H A F , B u e n o s A j - r e s , LgJ4, páq.
19.
46 - ALCALA-ZAMORA Y cASTrLLo, N. , <<Autoridad y
.
Iibertad"
Por algunos autores denominada como "publJ-cización"

ln
r ue
v !o
vY' lr o rol l cv r i s m o emn'l e¡do en I uoar clel más acertado término de
"socializacióÍt"-, aunque eI trasfondo siga siendo el mismo-
En este sentido véanse, C O R D O N M O R E N O,F., En torno a l-os
pod.eres de dirección deJ- juez civil-, eo <<Revista de Derecho
Privado>>, L979, p á g s . 811 y s s . ; F A I R E N G U ILLEN, v.t Efabora-
ción de una doctrina qeneral de J-os principios del-
proced.imiento, en < < E s t u d i o s . . . > > , o P . c i t . , p á g - 2 7 L ; M O N TERO
A R O C AJ, . , < < I n t r o d u c c i ó n . . . ) ) r o p . c i t . , p á 9 . 2 3 1 .
36

pasado tras una serie de reformas legislativas en Europa, que partieron de la
reforma delaZPO austríacade 1895,de la manode FranzKLEIN, la cual influyó
en muchos de los OrdenamientosJurídicos del mundo occidentalat aurrqr'r",

no en el nuestro.
desgraciadamente,
KLEIN reconoce que, en tanto que en el proceso civil se sustancien
derechosprivados,la incoacióndel mismo, así como la extensióny contenidode
las peticionesde las partes,correspondea éstas,pero concedegran importanciaal

principio del "poder de dirección procesaldel juez", 1o que se traduceen una
mayor intervencióndel órganojudicial en el procesoa travésde la ayudaprestada
a las partes en la rea\izaciónde las actividadesprocesalesae.

Dicho principio
cristaliza,entre otros logros, en la introducciónen el procesode la figura de las
obligacionesprocesales5o.
El <principio de dirección procesaldel juea de KLEIN ha constituido

temade estudiopor partede la doctrinaprocesalista.
Así, la necesidadde reforzar
los poderesde los órganosjurisdiccionalesha sido un sentir común entre los
48.- op. cit.,

G T M E N OS E N D R A ,v . , < < c a u s a sh i s t ó r i c d s . . . ) ,
páq. 284.
4e.- Véase FAIREN GUILLBN, V., El Proyecto de l-a Ordenanza
Procesal- Civil- austriaca visto por Eranz Kl-ein, en
< < R e vD. e r . P r o c . > > , 1 - 9 5 0 , n ú m . 1 - , p á q . 1 5 y s s .
s 0 . - F A T R E NG U T L L E N ,Y . , <<El Proyecto de Ia ordenanza...>>,
op. cj-t. , páq. 15 y ss.
37

autoresslen aras,principalmente,de lograr la eficacia del proceso,adquiriendo
mayor protagonismoy desterrandola figura del juez como urf (mero espectador
del proceso>.
No obstante1oanterior, la cuestiónno es pacifica en la doctrin4 y asíjunto
a los autoresanteriormentecitadoscomo defensoresde un aumentode los poderes
de los órganosjurisdiccionales,podemosenconffarotro sectordoctrinalque no se

Estosúltimos autoresponende manifiesto
muestrapartidariode dicha solucións2.
". - Cf r. BAUR, F. , Liberal-ización y social-ización del-

proceso civil-r eD < < R e v .
Der. Proc. Ib. > > , n ú m s. 2 - 3 , 7 9 1 2 , p á g s .
3 2 5 y s s . ; C A L A M A N D R E I ,P . t < < f n s t i t u c i o n e s . . . ) ) ¡ Tomo I, op.
cit. , p á 9 . 393; DE LA PLAZA NAVARRO, M. , En torno a l-a
r e f o r m a d e l - a L E C , M a d r i d , L 9 4 5 , p á 9 s . 2 6 y s s . ; K I S C H , ! V .,
El-ementos de Derecho Procesal- Civif, traducciÓn de Leonardo
PRIETO CASTRO,Madrid, 1940, págs. L23 y ss.; MARTIN OSTOS,
J., Las diligencias para mejor proveer, Madrid, t9BI, págs.
161 y ss.i REDENTI, E., Derecho Procesal- CiviL, Tomo III,
traducción de Santiago SENTIS MELENDOy Marino AYERRA REDIN,
Buenos Aires, !951, pá9. L9I; SENTIS MELENDO, S.,
<<Fijación...)r en <<Estudios...>>, Vol-. f, op. cit., págs. 205
y s s . ; V E S C O V,I 8 . , P r i n c i p i o s procesal-es en eJ proceso civil-
fatinoamericano, <<Boletín Mexicano de Derecho Comparado>>,
núm. 40, 1981, págs. 242 y ss.
q2
"'.- Entre otros, C A R R E R A S ,J . , L a f u n c i ó n d e l - j u e z e n l - a
dirección delproceso civiL. Facul-tades material-es de
dirección, en <<Estudios de Derecho Procesal>>, con FENECH,
Barcelona, L 9 6 2 , p á 9 . 2 6 4 ; M O N T B R OA R O C A , J . , En tarno aI
concepto y contenido deJ Derecho Jurisdiccional-, er
<<Rev.Der.Proc-Ib.>>, núm. I, 7916, pá9s. I82-LB3; SERRA
D O M I N G U E Z ,M . , B a l - a n c e p o s i t i v o de l-a Ley de Enjuiciamiento
Civil-r eo <<Para un proceso civil ef1caz>>, Barcelona, L982,
pág. 234 y, también en Liberalización y sociaLización del-
proceso civil-, eñ <<Rev.Der.Proc.Ib.>>, I912, núms. 2-3, Pá9s.
Ízl y ss.
Dichas posicj-ones serán mantenidas igualmente por la mayoria
de Ia doctrina procesalista en Corrección v Actual-ización de
3B

que la LEC concedea juecesy tribunalespoderessuficientesque les convierten-o
les podrían convertir- en los auténticosdirectoresdel proceso,sólo que dichas
facultades son inactuadas en la práctica por los mismos órganos, bajo el
argumentode preservarsu imparcialidad.
En cualquier caso, 1o esencialparece ser un recto entendimientodel

principio de direccionprocesaldel juez. Lo que no debe sucederes que a una
situ¿ción de exaltación del principio de autonomíapnvada sucedaotra de signo
contrario,en dondelos poderesradiquenen el órganojurisdiccionals3.
En consecuenciqlacuestiónprincipal estribaen determinarla distribución
de los poderesentreel juezy las partesdentrodel proceso.Es necesariohallar un
equilibrio entre la autonomíade las partesy la autoridaddel juezsa,yes preciso

La Ley de Enjuiciamiento Civil-. <<Profesores de Derecho
Procesal>>, Madríd, L914, pá9s. 21-28. En ellas se pone de
manj-fiesto eüe, aún siendo cierto que los jueces y tribunafes
debieran ser los verdaderos rectores del juicio, ostentando
' ¡r n r:oni rnf o de nof esf edes \/ delreres, no eS conveniente
conceder una acentuación de fos poderes de los mismos.
s3.- Aunque,
s€ ha de Lener presente, como ya apuntó BAUR
gue, en definitiva, se trata únicamente de determinar qué
princj-pios procesales liberales deben subsistir y qué ideas
sociales deben introducirse en el proceso. El proceso social,
ciertamente, incrementa los poderes del juezl pero sin que
necesariamente haya de caerse en principios formalistas. Cfr.
B A U R , E. | < < L i b e r a lL z a c í ó n y s o c i a l i z a c i ó n . . . \ ) , op. cit . ,
nánq ql ñ) .
-L,qvr. J?42L1 \/
J
p
s 4 .- BAUR, F. , delproceso, salamanca,

Liberal-ización
1 9 8 0, pá9. 2L; C A L A M A N D RIE I P . , < < I n s t i t u c i o n e s . . . ) ) r V o l - . T ,
v^ yn. v ¿ u . ' ¡y i* Y "t J 9 v . ná¡< ?q? \r eq.
39

estableceruna neta distinción entre el dominio sobreel derechoprivado vertido en
el procesoy el del procesocomo instrumentoa travésdel cual el Estadoprocedea
su satisfacciónss.No obstante, Ia socialización no se reduce única v

exclusivamentea un aumento de los poderes del órgano jurisdiccional. EI
movimiento socializadorsignifica una nueva forma de entender,no sólo la
relaciónentrelaspartesy el jwgador, sino el procesomismo.
La socializacióndel procesoevidenciaque,pesea la naturalezaprivadade
los derechosenjuego dentrodel procesocivil, el mismoconstituyeun instrumento
en el procesono
medianteel cual seejerceuna potestadpública.En consecuencia,
sólo estácomprometidoel interésde las partessino tambiénel público o socia156,

interésque debeser procuradopor el propio Estadoa través de la intervenciónen
el procesode los órganosjurisdiccionalescomorepresentantes

del mismo.
Por lo anterior, la socializaciónse caracteriza,entre otras notas, por la
". - CoRDoN MoRENo, E. , <<Entorno a. . . >>, op. cit. , pá9.

813.
'\ 6o . -
BAUR, E. , <<LiberalLzación y socialización. . .), op.
cit. , páq. 319; DEVIS ECHANDIA,H. , <<Nociones. . >>, op. cit. ,
p á g s . 5 1 y s s . ; G U E R R AS A N M A R T I N , J . , L e c c i o n e s d e D e r e c h o
ProcesaL Civil-, Tomo I, Bilbao, l - 9 1 8, P á 9 . 2 4 1 ; M O L I N E R
T A M B O R E R OG, ., La ejecución singuLar en 7a proyectada reforma
de Ia Ley de Enjuicíamíento Cívíf¡ eo <<Poder Judicial>>, núm.
10, L984, pág. 1,02; MONTERO AROCA,J., <<Análisis crÍtico...>>,
o p . c i t . , p á g s . 8 0 y s s . , ' R E Y E S M O N T E R R E A LJ' . M . ' I d e a s p a r a
una reforma procesal civil-, €fl <<Revista de Derecho Judicial>>'
núm. 2L, 1965, pá9s. 86 y ss.
40

facilidad en el accesoa la justicia, la igualdadde las partes,la supresiónde los
formalismos,regulaciónde los costosdel proceso,aumentode los poderesdel

juez, introducciónde obligacionesprocesales,etc.57.Se concibe,en definitiva, el
procesocomoun instrumentoparaconseguirel "bienestarsocia1"58.
Aunque, en cualquier caso, lo mas relevante a nuestros efectos será

pnorizar el denominado <principio de dirección procesal del juea y su
procesales),a las que sededicanlos

cristalizaciónen la figura de las <obligaciones
apartadossiguientes,en especial,a La categoríaprocesalde la obligación,lo cual

justifica la brevedaddel tratamientoen estemomento.
V.. CONCEPTO Y FTINDAMENTO DE LA OBLIGACION

PROCESAL
Pese al rcchazo por algunos autoressede la existencia de obligaciones
"'. - Cfr. BAUR, F., <<LiberalLzacíÓn y social-ización. . .)) t
op. cit., p á g s . 321 y ss.; FAIREN GUILLEN, V., Principios ..J ^
oralidad, de escritura v de social-ización, CII
<<Rev.Der.Proc.Ib.>>, 1981, núm. 4, páq. 511 .

58.-FAIRENGUILLEN,V.,<<Príncipiosdeora]-idad...>>, vy.
^;r ^!,- t r ' 1' 1
r-rL., -L1cl9. Jt t .
\ q
h ' h oqno¡i a l GOLDSCHMIDT, J. , <<Principios
generales. . . >>, Tomo T-, op. cit. , p á g s . 2 0 y s s - También Ia
critican KISCH, !Í., <<Elementos...)), o p . c i t - , páq- Ll ;
R O S E N B E R G ,L . , < < T r a t a d o. . . > >| T o m o I , o p . c i t . , p á g s - 1 2 y
sS. ,' SATTA, S. , Derecho ProcesaL C i v i l - , t r a d u c c í ó n d e
4T

procesales,no puedenegarseque en el procesoaparecenfiguras susceptiblesde
ser reconducidasa ta categonajurídica de la <obligacióru>.

Junto a los derechos
constitucionalesexistentesen el proceso, aparecentambién las obligaciones

procesales,
pero sin que existacorrelaciónalgunaentrelos mencionadosderechos
y talesobligaciones,de forma que entreambosseconforme unarelaciónjurídica.
Las obligacionesprocesalespuedenser definidascomo las prestaciones

de
dar, hacer o no hacer impuestasa las parteso a tercerosdentro del procesouo

".ryu
inobservancialleva anejauna sanciónjurídica. Las mismasse estructurancomo
que la ley imponea la voluntadde la personaparala tutela
auténticos<<vínculos>>
de un interésajeno,esto es, a diferenciade la cüg4" un interésdistinto al de la
sometidaa la obligación6r.
Aunque algun avtor62lasha definido como "obligacionesextraprocesales
S a n t i a g o S E N T Í S M E L E N D Oy F e r n a n d o D E L A R Ú A , V o I . I, Buenos
Aj-res, L9lLt págs. L99-200.
6 0 .- <<Fund,amentos
cf r. couruRE, E. ,
2L2.
6t.- Vol. l, op.
c f r . C A L A M A N D R E TP,. , < < r n s t i t u c i o n e s . . . ) r
c j - t . , p á 9 . I 0 9 ; CARNBLUTTI, F . , < < S i s t e m a . . ) , V ol-. I, op.
cit., p á g s . 55 y s s . ; COUTURE, E . , < < F u n d a m e n t o s . . . > > , op.
cit., p á 9 . 2 I 3 ; DEVIS E C H A N D I A , H . , < < N o c i o n e s . . . > > , o p . c i t .,
p á q . 1 0 ; H E R C EQ U E M A D A V , ., < < L a carga . . . n , o p . c j - t . , p á g s . 5
y s s . ; G O N Z A L B ZG A R C I A , J . | < < N o t a s p a r a u n c o n c e p t o . . . ) ) t o p .
cit. , págs. 190 y 191.
62.-
véase FAIREN GUILLEN, v., <<El-aboración...)r en
"Estudj-os. . . ", op. cit. , pá9. 262.
42

de derechopúblico, que se ponen de manifiesto con ocasión del proceso",SU
naluraleza es procesal, si bien, como veremos, con fundamento distinto al
defendidoporBÜLOW.
El sujeto al que se le impone una obligación no goza de libertad para
adoptarun comportamientodistinto al exigido, ha de actuarsegúnlo previsto por

la norm4 de tal forma que la transgresióno el incumplimientode la obligación
lleva aneja una sanción jurídica sobre el zujeto63,fundamentadaen la
responsabilidad
contraidaen virtud de susaccionesu omisiones6a.
No obstante,como seguidamenteveremos,las diversasacepcionesque

provocan que el mismo sea entendidode forma
existen del término <sancióru>
distinta segúnel punto de vista que se adopte,ya que no todas las sancionesse
la sanciónque
manifiestande igual forma en el proceso.En determinadosc¿rsos,
acompañaa la obligaciónprocesalpuedepresentarsecon un caráctermás bien

jurídica al que
coercitivo porque persigueno tanto imponer una consecuencia
sino constreñirloa obedec.rut.E t principio es suficientecon que la

desobedezca,
o'.- T, op. ¡i I
CARNELUTTT, F., <<rnstituciones...)), vol.
pá9. 332; COUTURE, 8., <<Fundamentos 2L3;
DEVTS BCHANDIA, H., <<Nociones...>>, op. cit., págs. 9 v 10;
H E R C E Q U E M A D A ,V . , < < L a c a r g a . . . ) ) ¡ o p . c j - t . , pá9. 5.
Cf r. COUTURE , 8., <<Fundamentos Pq9'

2 1 - 3 ¡ H E R C E Q U E M A D A ,V . , <<Lacarga...>>, op. cit., páq. 5.
65.- ante Ia categoría de
Estaríamos entonces
denominadas por CARNELUTTI <<medidas coercitivas>>. Véase
<<Sistema...\), VoI. T, op. cit., págs. 23 y ss.
A?

jurídicas
ley procesalpreve4 en determinadossupuestos,unas consecuencias
frente a Ia parte -o al tercero- para evitar la inobservancia,y eventualmente

ponerle remedio, para califrcar a la figura así regulada como una obligación
procesal.
Aunque en cualquier caso,y con independenciadel tipo de sanción que
lleva anejala obligación,1ocierto es que nos encontramosanteun mecanismode

gran utilidad para el proceso.Pero, lamentablemente,
Españaha permanecidoal
margende una política legislativamodemizadoradel procesocivil, y aún hoy se
hace preciso reclamar la regulaciónde obligacionesprocesalesintroducidasen
muy escasamedidaen nuestroordenamiento66.
Sin embargo,y pesea su escasez,

las mismas,comotendremosocasiónde
comprobar,no son desconocidasen el OrdenamientoProcesalespañol.Ahora
bien, el que se admita su existenciano implica que se defiendaigualmentela de
una pretendidarelaciónjurídica en el proceso,en la cual residasu fundamento.El

procesono se configuracomo una relaciónjurídica entre las partesy el órgano
jurisdiccional,y consecuentemente
las obligacionesprocesalesno constituyenla
contrapartidade derechosubjetivo alguno de la otra parte.
66.- EIIo
contrasta con otros ordenamientos de países de
nuestro entorno en donde, debido aI auge de fos movj-mientos
social-izadores del proceso que inspiró sus leyes, las
obligaciones procesales han alcanzado cierto desarrol-Io. Cfr.
G I M E N OS E N D R A ,V . / < < F u n d a m e n t o s.. . ) ) r o p . c j - t . , p á 9 . L 7 4 .
44

La obligación procesal, como afirma GIMENO, posee un superior
fundamentoconstitucional,que no esotro que la obligación de colaboracióncon la

genéricamente,
recta Administraciónde Justiciaconsagrada, en el art. 118 de la
Constituciórrut.Es en el postulado que consagrael mencionadoprecepto del

judicialesdictadaspor
y demásresoluciones
obligadocumplimientode sentencias
los órganosjurisdiccionales,donde reside la ruzón de ser de las obligaciones

procesales.
Pero, la obligación de colaboraciónno afecta solamentea las partes

procesales,sino que en dicho preceptose consagrauna obligacióncuyo alcance
general hace que sea exigible a todos los ciudadanos,incluídas las personas
públicas.En consecuencia,
y debidoa dichageneralidad,tambiénes de aplicación
a terceraspersonasajenaspor completoal proceso,lo cual es de gran importanci4
como veremos, a nuestros efectos; e incluso, de aquel mandato constitucional

paralos propiosórganosjurisdiccionales.
puedenderivarobligacionesprocesales
Ahora bien, junto al fundamentogenéricodel art. 118 de la Constitución

podemosencontrarigualmenteotras<fuentesDque refaerzanla existenciapresente
o futura de dicha categoríaprocesal.Así, la primera de ellas se encuentraen el

propio <derechoa la tutelajudicial efectivo>consagradoen el art. 24.1 CE, cuyo
61 ,^ E, r GIMENO SENDRA, v., l ^( r' L .

\
^'1 +
OlU.
\
L
<<Introducción. . . )¡ .v )t i 1/ . 1
v ¿ 9 . 'r. y- gi Y
i -. - nárr,23I .
45

contenidosegúnestableceel TC, se integracon el necesariocumplimientode las
resolucionesjudiciales.La propia interpretacióny desarrollodel aludido derecho
fundamentaljustifica y legitima el establecimiento,igualmente,en el seno del

procesode las obligacionesprocesales,así como su consiguienteimposicióna los
intervinientesen é1,como prolongacióndel anteriormentealudido <principio de
direcciónprocesaldeljuea.
Igualmente,el mandatoconstitucionalasí consagradoen el art. 118 se
reproducecasi de forma literal en la LOPJ, la cual recogeen su artículo l7.l la
obligación de todas las personasy entidadespúblicas y privadas de prestar la
colaboraciónrequeridapor los Juecesy Tribunales.
Y, en último término, la propia consecuciónde la tan anheladaeficacia

procesalaconsejala incorporaciónde las obligacionesprocesalescuyos r¿rsgos
definitorios, en especialy como veremos seguidamentepor la posibilidad de
hacende ella un mecanismopropicio

imponeruna sanciónantesu inobservancia,
paraobtenerla efectivasujeciónde las partesal proceso,asícomo la colaboración
de los terceros,si sequierelograr la consecuciónde los finessocialesdel mismo.
46

VI.- CONSECUENCIAS JURIDICAS DE LA

INOBSERVANCIA DE LA OBLIGACION PROCESAL
1.- INTRODUCCION
El rasgo definitorio e individualizadorde la obligación procesal,

como se ha establecidocon anterioridad,esffiba en la posibllidad de imponer
determinadasanciónjurídica ante su eventualinobservancia.La existenciade una
sancióncomo instrumento,bien searepresivo,coercitivoo coactivo,distintode la
simplepérdidade un beneficioprocesalllevaríaa enmarcarla conductaimpuesta
en el conceptode obligaciónprocesalmente
entendida.
La sanciónes la nota característicaque distinguea la genuinaobligación
de aquella otra figur4 igualmentede naturalezaprocesal,que es Ia carga.De la

inobservanciade la cargaprocesal perjudiciales
únicamentederivanconsecuencias
para el sujeto que no la observ4 y que se traducen en la expectativa de una
sentenciadesfavorable.Así, los efectos de su incumplimiento se dejan sentir
solamenteen el senodel procesoa diferenciq como veremos,de la obligación,en
la cual dichos efectos desfavorablespueden extendersemas alla del propio

proceso.
Sin embargo,afirmar sin más que la obligaciónprocesales un mecanismo
de mayor ngidezdebidoa laposible sanciónjrnídica que Iacaracterizay quelleva
41

aneja,implica restarimportanciaatan relevantemecanismoprocesal.La cuestión
de mayor trascendenciaradica en la determinaciónde la sanciónjurídica que
acompañaa la obligación procesal. Dicha cuestión, no obstante su acentuada
importancia, es la que reviste mayor dificult¿d debido fimdamentalmenteal
diversoentendimientoquesele concedeal conceptode la <sanciónjurídica>.
La sanciónjurídica que garanticela obligaciónprocesalen el campocivil,
no tiende tanto a reprimir conductas ilícitas, cuanto a lograr una finalidad

en algunoscasos,(vgr. comomedioparalograr el cumplimientode la
satisfaciente
sentenciadeclarativade condenadineraria). De tal forma que, siempreque a los
sujetosprocesalesse les puedaimponeruna consecuencia

desfavorable,derivada
de su conductay que ffasciendadel ámbito del proceso,se entenderáque existe
una sanciónj urídica68.
Pero,la sanciónse presentabajo formasy modalidadesdiversas.En unos

casossu función esmeramenterepresiv4 vgr. el mecanismode la desobediencia
6 8 .- p
Es precisamente en la -tro s i b l e consecuencia
desfavorable donde debe verse I Ia sustancialidad de la
sanción. Dicha consecuencia trasciende al proceso, y se
deriva de l-a realización o no realización de Ia conducta a l-a
cY unv r e e s t á ohl 'icraclo rrn dcterm'i naclo srrreto - Así - r - . c l m c lh a tenido
ocasión de afirmar nuestro Tribunal- Constitucional- en su St
L 4 7/ 1 9 8 6 , de 26 de noviembre, "sanción es únicamente la
consecuencia desfavorable que la ley vincula de modo directo
e inmediato a la comisión de un ilícito". Entendi-do, cl-aro
^á{-<
sD LA r srr nuestro caso no nos referimos a un ilícito de
9Us
tipo penal.
4B

del art. 237 del CP, pero en otros acttsacomo un mecanismode coerciónsobreel
deudordirigido, no tanto a castigarel incumplimiento cuantoa obligarle al mismo.
Así, si se propugna una flexibilización de la noción de <sanciónjurídica>
fácilmente se comprenderáque, desdenuestro punto de vista, incluso la simple
imposiciónde un apremiopecuniarioal sujetoprocesal-parteo tercero-puedeser
calificadacomosanción.
Cuestióndistintaseráel efectivocuadrogeneralde sancionesa imponer,el
cual fundamentalmentedependeráde las diversas conductasque se pretendan

y tambiénde la propia regulaciónque de las mismasse realice.Pero,
sancionar6e,
en cualquier caso, muchas de las soluciones constituyen meras cuestionesde

política legislativa que escapana los postuladosmeramenteteóricos que se
propugnanen las presentespáginas.
69 ilr^
L\o debe olvidarse que las conclusiones de los
j:q
nroqanJ-aa ^71:rl- arl¡q qA harz¡n rl'i ri r¡i a- - ri c^ -añ ^m
^
po ¡la'l
o er proceso
¡ iI rVr iJ r I qÁ'l a nrra¡lan
U t y\ z drra
Yus
é lnl
e vñ v^ lnl qp év ñ
vur rea¡nI vc ¿
i s ¡
, ev¿v rv {vasqJrul a o qJ f u qe
E vá yn j - L ¿i v ra' : yugugll
entenderse las posici-ones previas adoptadas en este momento.
49

2.- CONCEPTO Y SIGNIFICADO DE LA <SA¡[CION>>
El Derechosehalla integradopor un coqiuntode normas,las cuales
vienen acompañadaspor mecanismosque garantizan su observancia.Dichos
mecanismosse traducen en la figura de Ia denominada<sanción> como
componentenecesarioe inescindiblede las normasjurídicas. El derechoen sí
mismo consideradoimplica la idea de obligatoriedado exigibilidad, por ello la
sanciónes innata a la existenciamisma del Derecho,como garantíade aquella
obligatoriedad.
La sanciónes un concepojurídico ambivalentey pluridisciplinar,que ha
sido acogido por diferentes ramas del Ordenamiento Jurídico para tratar de
significarcon é1,al menosgenéricamente,

el<castigo>que cabíaimponeral sujeto
que transgredíauna determinadanoÍna o mandato. Es por ello por lo que la
noción de sanción se caracteriza por su falta de univocidad, tanto en la
formulación de su conceptocomo en su delimitaciód0. La sanciónes susceptible
de evocartal diversidadde acepciones,que su significadovaría en f,rnciónde las

posicionesdocffinalesen que el mismo esutilizado,por ello sepuedeafirmar que
Fundamentalmente debido a que la delimitación del

ámbíto de l-as sanciones es una cuestión que depende y se
halla sometida a l-os diferentes usos convencional-es, CAPfLLA
RONCERO,F., La responsabilidad patrimonial universaf y el-
fortal-ecimiento de l-a protección del- crédito, Fundación
Universitaria de Jerez, L989, págs. 101-y ss.
f,U

la nociónde sanciónsecaracterizaporsu granrelatividadTl
Ahora bien, ello no obsta para que la sanción, en una primera
aproximacióny siguiendoLatec¡nageneraldel derecho,pueda ser definid¿ como
la <medidapredispuestapor el propio OrdenamientoJurídico para reforzar la
observanciade la propia nonna y eventualmente

paraponerremedioa los efectos
de la inobsewanciu>7z.
Segunestaprimera aproximación,la noción de sanción es perfectamente
trasvasablea aquéllasanciónjurídica que haya de gamntizarla obligaciónprocesal
en general.La definición de la sanciónasípropuestaes susceptiblede englobara
cualquier clase de medida que sea prevista por el propio ordenamientocomo

gararúiade susmandatospararemediarlos supuestosde incumplimiento.
Sin embargo,en clara alusión al término sanciónse debe distinguir con
Cfr. ''.-
BoBBfo, N., Sanzione, €ñ <<Novísj-moDigesto
Italiano>>, Tomo XVI, Torino, 1982, pá9. 530.
'".-
1)
propuesta por BOBBIO, pueden
Asi, de dicha definición
derivar o t r a s m e d i d a s d e d i v e r s a e ntidad con el fin de lograr
la máxima observancia d e l a s n o r m as juridicas. Entre el-Ias
podemos encontrar tanto < < m e d i d a s p r e v e n t i v a s o d e control,
que se establecen antes de producirse la violación, y medidas
sr u uv ecD !e s i w
v qa
u s l\ Inr ulrlr nr ' i 1 -i r ¡ : s o r é n ^ r ¡ 1 - e L i r v¡ e
s v s )L - crlle intervienen una vez
se ha producido la violación, o cuando la misma está próxima
para penarlo o ponerle remedio>>. Véase, sobre eI concepto y
Ia distÍnción, la <<Sanzione>>, en <<Novisimo Digesto. . . )¡ op.
ai.t_ nánq q?1 \7 ae
v"Y"
51

nitidez aquél otro de la <coacciórD)

ya que la equiparación,en algunoscasos,de
ambos términos ha provocadouna confusióny oscurecimientoaún mayor del
conceptode la sanción.
En ocasiones,la reconducciónde la sanciónúnicamentea un componente
coactivo o coacción,conduce a reducir y limitar sensiblementeel ámbito de
aplicación de la misma73.Así, el binomio sanción-coacción,que apareceen
algunossupuestosfusionado,es el causantede innumerablesconfusionesque han
conducidoa una restriccióndel conceptode la sanciónjurídica. La coacción,aún
siendo en ocasionesun elementointegrantede la sanciónjurídica, no puede
identificarsecon eII{a.
La <<coaccióru>
se encaminaa la "obseryanciadel mandatopor la persona
obligada, aún en contra de su voluntad"; por el contrario, la <sancióru>
debe
entendersecomo el "mecanismoo medida de represiónque se estableceen el
ordenamiento y que actúa ante el incumplimiento o inobservancia de la
Dicha reducción al_ campo coactivo puede ser vista a

su vez como causa generadora de la asimil_ación que se
produce, como veremos seguidamenLe, entre ra sanción y ta
pena, como mecanismo representativo del Derecho represivo o
sancionador.
7' =
4 .-
Aunque, como al respecto manifiesta BOBBIO, es normal_
la opinión de que el- único elemento discrímlnatorj-o de la
sanción j uridica sea l-a coacción misma, < < S a n z . i _ o n e > >e,n
<<Novisimo Digesto
52

obligación"7s. La sanción se caractenzaporque en última instancia su
cumplimiento es gnantizadopor la arrcnazade la fuerza,aunquela coacciónsólo

raramentees en sí misma la sancióntu.Sin embargo,la consecuenciade seguir
dicha corrientereduccionist4apartede inducir a confusiones,ha hecho que la
nociónde sanciónjurídica adquieratintesde penalidadTT.
El seguimientode las anterioresposicionesconllevuía además,como

consecuenciainmediata la necesidad de exigir en cualquier sanción la
concurrenciade las flrncionestípicas del mecanismosancionatoriopor excelencia,
como es la pena. Así, se debe recordarque la sanciónpenal tiene como fines
la prevencióncomo intimidacióny desánimoparano cometerilícitos78,

esenciales
ttr
Cfr. GARRIDO FALLA, F., Tratado de Derecho

Administrativo, Tomo II, Madrid, 1989, pág. 139.
16.-
BOBBIO, N., < < S a n z i o n e > >e, n < < N o v i s i m o D i g e s t o . . . ) , op.
cit. , pá9. 538.
1'l
La tesis reduccionista es mantenida por KELSEN, para
quíen ra sanci-ón es er acto de coacción estatuido como
reacción contra una acción u omisión determinada por el- orden
juridico. Ell-o ímplica, según KELSEN, que nos encontremos
ante dos únj-cos y dj-ferentes tipos de sanciones: ra sanción
penar o pena, y l-a sanción cj-vil o ejecución forzosa. Véase
su Teoria Pura deL Derecho, traducción de Roberto J.
V E R N E N G O ,M é x i c o , 1983, págs. 123 y ss. En contra, cfr.
B O B B I O , N . , < < S a n z i o n e > > ,e n < < N o v i s i m o D i g e s t o . . . ) , o p . c i t . ,
págs. 530 y ss., y AMBROSETTI, G., La sanzione come
testimonianza di val-ori, eD <<Archivo Giuridico " F i I i p po
Qarr I's
f i ni 1 9 ' 79 ,
..f págs . 29 y SS.
to
B E C C A R I A , C . , D e l _ o s d e l _ i t o s y l _ a s p e n a sI
{rr
qqn
Mrdri rl traducción
1
Lr¿v I de Juan Antonio DE LAS CASAS, páq.
45¡ BOBBIO, N. , <<Sanzione>>,en <<Novisimo Digesto. . . ), op.
53

junto con la retribución,ya que la misma conlleva la imposición de un mal al
infractorpor el hechoilícito cometidoTe.

Aunque debetenersepresenteque,como
se ha puesto de manifiesto, en la actualidad no se mantienen posiciones
unilateralessobrela finalidado justificaciónde lapena8O.
En cualquiercaso,mostrarsepartidario de dichas tesis nos llevana a la
inevitableconclusiónde que,cualquierconsecuencia
previstapor el Ordenamiento
comogarantíadel cumplimientode la obtigaciónprocesalsólopodríaconsiderarse
<sanciónjurídica">cuandofuerasusceptiblede reconducirsea la figurajurídica de
la sanciónpenal.
cit., p á q . 5 3 4 ; C A T T A N E O ,M . A . , p e n a ( F i J o s o f i a d e l _ D i r i t t o ) ,
en <<Encicl-opedia del- Diritto>>, Tomo xxxrr, rg72, pá9s. 7oL' y
ss. ,' coBo DEL RosAL/vrvES ANTON, Derecho pena1. parte
General-, Valencia, 1987, págs. 599 y ss. y 6j-3 y ss.; KELSEN,
H., <<Teoría Pura...), op. cit., págs. 44 y ss.i MfR PUIG, S.;
Función de 7a pena y teoria d.er- del,ito en el_ Estad,o social_ v
Democrático del- Derecho, Barcerona, L982, pág. 40; MoRTLLAÉ
cuEVA, L. , Manual- de Derecho penar-. r . rntroducción y Ley
Penai., dirigido por COBO DEL ROSAL, Madrid, 1992, págsl j i
ss-; MUÑoz coNDE, 8., rntroducción al- Derecio penal,
Barcelona, L915, págs. 34 y ss.
7e.-
cfr. MUñoz coNDE, F., <<rntroducción
pá9. 37.
80.-
En efecto, se viene afi-rmando que ,,en la actualidad
no se sostienen posiciones unilateral-es en Ia justificación
de l-a penai l-a mayoria de l-os retribucionístas hán renunciado
a la idea de que debe imponerse una pena sin finalidad, una
-1
p e n a t.i -^,'.f
n u r r..il - , y q u l - e n e s s u s t e n t a n t e o r i a s relativas integran
las funciones preventivas con una serie de criteiios
limitadores que resul-tan j
a nos a una idea
e estrj_cta de
prevención", coBo DEL RosAL/vrvES ANTON, <<Derecho penal-. . .)),
op. cit., págs. 613-674.
tr,4

Sin embargo,no creemosque el anteriorseael caminomas adecuadopara
una mejor comprensión de la noción de sanción jurídica en especial, si

pretendemostrasladardicho término al ámbito de la obligación en el proceso
civil8r. Por ello, no tod¿slas sancioneshan de ser incluídas enla catesoríade las
punitivas.
En consecuenci4no somospartidariosdel mantenimientode un criterio

restringidode la sanción82.
Antes al contrario,debeabogarsepor la configuración
de un criterio abiertoy flexible83en la comprensióny entend.imientode la sanción,
81.-
Se ha de tener presente que para Ia obligación
procesal civil, fa sanción debe ser consecuencia de un obrar
o no obrar en sentido amplio, y que supondría algo di_stinto
r{a la cimnla nÁrd'ida A a l^s nrraAa
vv rvo b
v eef n er e
f il lcv ir o
v os vc sl e yc uf sl r c rl G
¡ yno^! r 1 - LoE
lJLrcuE
valerse para obtener una sentencia de contenido favorabre.
Ell-o es Io que distingue con nitidez a la obligación de Ia
carga, figura ésta úItima en Ia que l-as consecuencj_as legales
impuestas para su inobservancia no pueden cafificarse como
sanciones propiamente díchas.
at
En un <<sentido restringi_do>> Ia sanción se caracteriza
por su carácter público, pero de forma especial, por su
carácter intrínsecamente puni-tivo. Contrariamente, propugnar
un <<sentido amplio>> significa entender como sanclón ef
conjunto de medios de reacción de los que dispone eI
ordenamiento frente ar acto o situación antijurídica. A dicha
distinción al-ude DEL REY GUANTER, s., potestad sancionadora
de l-a Administración y Jurisdicción penal en ef orden social_,
Ministerio de Trabajo y SegurJ-dad Social, Madrid, L990, págs.
30 y ss.
83.- En dicho puede verse BAYLOS
sentido de ffexibitidad
GRAU' A., Instituciones de Derecho Procesal- Laboraf, Madríd,
L 9 9 I , c o n C R U Z V f L L A L O N Y F E R N A N D E Zp, á q . 5 4 7 , n o t a 6 8 , y l a s
posiciones doctrinales sobre Ia flexibilidad del concepto de
55

aún siendoconscientes
de la dificultad quesepresentaen el temasa
Además, tampoco debe olvidarse que existen diferentes modos de

acLuaciónde
la sanción8s,
sin que necesariamente
hayande reconducirseal c¿rmpo
del derecho sancionadoro represivos6.Hay sancionesque acompañana la
obligaciónprocesaly quepuedenpresentarse
con un caráctermasbien de medidas
coercitivas.Así, dichasmedidaspersiguencomo finalidad,no tanto la prevención
o el castigo de una determinadaconduct4 cuanto el obligar al sujeto que la
incumplea obedecer.A ellas,seañadenotrassancionesde tipo civil a las cualesse
asigna frmciones firndamentalmentereparadorasdel daño, y que por ello se

reconducenesencialmente
a mediosindemnizatorioso reparatoriossT.
sanci-ón all-i recoqidas.

' =A . - D i c h a d i f i c u l t a d
E
reside en ef "intento de restringir
l-a j-dea de sanción por emparejamiento con l-a de <<represión>>,
cuando Ia de <<represión>> sola no Ie da sentido alguno a Ia
sanción, cuya verdadera utilidad €s, precisamente, <<prevenír>>
al rn.'Irmnlrmronfa v añ o'llO -illsl-ifir::r:ióntt-
h¡lle s¡ t BAYLOS
GRAU, A., (et. aIt. ), <<Instituciones
nota 68.
8 5 .-
cf r. CARNELUTTT8
, ., <<sistema
nÁnq 2) \z qa
8 6 .- páginas precedentes,
Como ya se indicaba en l-a
implicación práctica I a nuestros efectos, es que Ia
obligación procesal en eI campo civil- puede <<sancionarse>> de
diversos modos, s j-n que exiga sanc j-ón penal, s j-endo
suficiente, entonces, la imposición de una consecuencia
n a r i r r A -Li l u f ¡\ -j r o .=J ' l ^\ {rui E
a lL- ! ro=DoL¡ -i r s r r uaan A : rt fl ,osl J nr^âq^
IJvrJ PrvgsDv.
81 Ê-
urr. CAPILLA RONCERO, F., <<La responsabilidad
n¡friman'irl s qc
I/qL!lrllv¿frqa...)2, \^ JnP . ¡ j fl L
U - .t nárrq
-vqyoc
1V
L ¡ )4 \z
J oJ.
56

Por ello, y segúntodo lo anterior, a la sanciónjurídica no se le deben
asignarexclusivamentelas mismasfuncionesque tiene en el campopenal, sino
esencialmente
la de zujetaral cumplimientode una actividadimpuesta,en dichos
supuestos,en beneficio del interés ajeno. En consecuencia,la sanciónno sólo

puedeser de nafiiralezarepresiva,la cual errtraúaenjuego <a posteriorb, después
de la realización de la conducta, sino también <a prioril para tratar de sujetar

efectivamenteal particularal cumplimientode esaobligación,puestoque lo que
se pretendees la eficacia del procesoy no um conductameramenterepresiva
haciael sujetoinfringidor.
En cualquier c¿Iso, y siempre teniendo como objetivo facilitar la
comprensióndel tema puede tenersepresenteque, desdeotro punto de vist4 la
sanciónjurídica que acompañaa la obligaciónprocesaltambiénes susceptiblede
ser entendidacomo una <sanciónjudiciab. Con dicha expresión,se alude a las
medidas de naturalezadiversa que la ley establecepara la inobservanciade
determinadosdeberesque nacenen el procesoy por el proceso,y las sanciones

previstaspara el incumplimientode las obligacionesderivadasde la decisióndel
juez88.El rasgo individu¿lizadorde la aludida sanciónjudicial radica en la
finalidad perseguidapor la misma, cual es el la de lograr una rapida y eficaz
88.-
cfr. PEDACE, F. , sanzione giudiziaria, en <<Novisimo
Drgesto Italiano>>, Tomo XVI, Torino, 1-982, pá9. 564.
51

resolucióndel procesose
Ahora bien, pesea manteneruna posiciónm¿ás

flexible de la sancióny a[a
negativade reconducirlaal derechosancionador,no debeolvidarseque muchasde
las garantí¿N
que rodeanel establecimientode una sanciónen el campopenal,y
entre otras el sometimientoal principio de legalidad y la adecuaciónal principio
de proporcionalidad, deben aparecer, necesariamente,en el momento de
imposición de la sanciónjurídica que garantice la obligación procesal, aunque

algunas de ellas quizás con menor ngidez que en aquel campo, o al menos
contemplados
desdeposicionesmásflexibles.
3.. PRINCIPIOS N¡FORMADORES EN LA IMPOSICION
DE LA SAIICION
El establecimiento y la consiguiente imposición de cualquier
8 e .- judicial
En l-a sanción el "rasgo común e s t' lá-
¡ n n q l - i u1 ¿
- r rui uAlnv v ^Cf tul lut ue sl al adunv_r c\ 4f tut gé n -' lL
g .i^r-^-Á
t1v! e rI i nr treufEé!Ss D
¿ cD r11L-crgD erl rd
rápida y justa definición delproceso y en l-a efectiva
realización de su resurtado... la función jurisdiccional de
la cual- e1 proceso consti-tuye el instrumento, i-ncl-uso cuando
es ej ercit.ada para l-a tutel-a de los derechos reconocidos al-
ciudadano en eI campo privado, tiende constantemente también
a l-a satisfacción de un interés general: el mantenimiento del
orden y de l-a paz en el consorcio social". V é a s e , P E D A C E ,F . ,
Voz <<Sanzione...>>r eo <<Novisimo Digesto...>>, op. cit., páq.
564.
5B

sanciónen un OrdenamientoJurídico no puederealizarsesin más, sino que la
misma debe estar presidida por unos determinadosprincipioseode obligada
observanciasi se pretendeque las sancionesseanválidasy ajustadasa derecho
cuandolos órganosestatalesejercenel iuspuniendi.Por ello, escomúnque a nivel

doctrinal se aborde la explicación de dichos principios con carácterprevio al
estudiode las sancionespropiamentedichas,en especial,paÍa tratar de adaptar

jurídico en concreto.
dichosprincipiosa un c¿¡mpo
Sin embargo,no sepretendedesdeaquírcalizar un estudiopormenonzado

sobredichosprincipios informadoresde la potestadsancionadora.
El tratamiento
que se concede en las presentespaginas a los mismos es sólo de carácter
instrumental,con el fin de poner de manifiesto únicamenteaquellosaspectosque
son relevantesa nuestros efectos,pero sobre todo, por 1o arriesgado,amén de
imposible,de pretendertrasladaral procesocivil las notasde unosprincipios que
obedecena fines e interesestotalmente distintos, en donde interviene el íus

puniendidel Estado.
El único objetivo que guía, pues,el presenteapartadoes el de investigar

cuálessonlos criteriosquedebenprevalecere informarla eleccióny la imposición
de la sanciónquegaranticela obligaciónen el procesocivil. Aunque,hemosde ser
eo. -
Principj-os eue , c o m o e s d e s u p o n e r , v i e n e n r e f e r i d o s
aI campo del Derecho Penal y del Derecho Administrativo
sancionador.
59

conscientesque para ello se deben conocer cuáles son los criterios o líneas
generales,así como su significado con el fin de determinarhastaquépunto pueden
serexieiblesen nuestrotema.
En consecuencia
con lo anterior,el planteamientoen estemomentoes un
tanto suí generis, al dejar de lado otros principios, derivadoso no del generalde
legalidad,que excederíande los límites del presenteestudio,y sobrelos queya se
ha manifestadola mejor doctrinaer,por ello el desarrollode las páginassiguientes
tiene un caráctermeramenteoperativo.
3.1.-El principio de eficacia
e1.-
Sin ánimo exhaustivo, véanse GARBERI LLOBREGAT,J.,
La aplicación de l-os derechos y garantias constitucionaLes a
fa potestad y al- procedimiento administrativo sancionador,
Madrid, 1989, pá9s . 1L y ss.; GARCIA DE ENTERRIA, E. /
F E R N A N D E Z ,T . R . , Curso de Derecho Administrativo, Tomo rr,
Madrid, L99L, págs. L13 y ss. y también La incidencia de l-a
Constitución sobre l-a potestad sancionatoria de l-a
Administración: dos importantes sentencias def Tribunal_
Constitucional-, eo <<REDA>> nú, m. 29, 199I, págs. 359 y ss. ;
M A R T T N E Zv A L , J . M u . , sanciones administrativas y l-ibertades
púbJicas, <<Revista General de Derecho>>, núms. 538-39, Julio-
agosto , L989, págs . 4511 y ss. ; NIETO, A. , Derecho
Adninistrativo sancionador, Madrid, 1993, pá9s. 2L7 y ss.;
Q U I N T E R O O L I V A R E S, G . , L a a u t o t u t e J a , l-os l_imites aL poder
sancionador de f a Administración PúbJ-ica y l-os principios
inspiradores del- Derecho Penal-, <<RAP>>, núm. 1-26, septiembre-
diciembre, L99L, pá9s. 287 y ss.i Z O R N O Z AP E R E Z , J . J . , El
sistema de infracciones y sanciones tributarias: Los
principios constitucional-es def derecho sancionador, Madrid,
1992, págs. 75 y ss.
60

El logro de la eficaci4 si por tal entendemos

la virtud para obrary
lograr un efectodeterminado,y eue aplicadaal procesoconsisteen lograr los fines
para los cualesestáprevisto, es un elementoesencialno sólo del tema que nos
ocupq sino de la propia justici4 genéricamenteentendida.Pero, no obstantesu
acentuadarelevanci4 el principio de eficacia no aparecedefinido ni recogido
explícitamentecomo principio jurídico generala nivel positivo, a excepcióndel
ámbito del Derechoadministrativoen el cual serecogecomo rmo de los principios
de actuaciónde las Administracionespúblicase2,

aunqueincluso en dicho c¿rmpo
las alusionesal mismo sonmásbien
"s"urare'.
Si nos situamosen el campodel DerechoProcesal,el principio de eficacia

podemosencontrarlorecogido en el art. 24.t de la Constituciónen dondese exige
e2.-
Como expresamente Io consagra el- articul-o 103.1 de l-a
Constitución entre l-os principios rectores de la actuación
administrativa, e incluso puede inferirse del art. 9.3 del_
mismo texto leqal-.
nt.-
Aunque el-lo no obsta, para que la doctrina cientifica
se refiera ai- mismo en determinados casos, y asi pueden verse
A L F O N S OP A R E J O , L . , L a e f i c a c i a como principio juridico de l_a
actuación de l-a Administración Públ-ica, eh <<Documentación
A d m i n i s t r a t i v a > > , n ú m s . 2 7 8 - 2 7 9 , p á q s . 1 5 y s s . ; A L V A R B ZR I C O ,
M., Principios constitucional-es de organización de fas
Administraciones Públicas, Instituto de Estudios de
Administración Local, Madrid, 7986, págs. 157 y ss.; GONZALEZ
NAVARRO, F., Régimen Juridico de l-as Administraciones
Púht i raq \7 procedimiento
J
-- Adninistrativo Común (Ley 30/l_992,
de 26 de noviembre), Madrid, 1994, págs. 186 y ss., con
G O N Z A L E ZP E R E Z .
67

la necesidadde que la tutela judicial sea efectiva, 1o cual implica que dicha
efectividaddebeinformar y estarpresenteen todo el desarrollodel proceso.pero,
de forma especial,en la fasede ejecuciónde las resoluciones

judiciales,en la que
apareceespecialmente
comprometidala aludidaeficaciaprocesalea,
por lo que es
necesarioe imprescindibleque dicho principio sea observadoen el procesode
ejecución,con mayor ngidezinclusoqueen la fasedeclarativa.
Ahora bien, la pretendidaeficaciaprocesalsólopuede alcaruarsemediante

la instauraciónde un conjuntode medidasaplicablesa lo largo de todo el proceso,
paralograr el fin perseguido,y tro únicamentecon la adopciónde mediosaislados
quepor sí soloscarecendelafuerzanecesariadentrodermismoes.
94
No en vano, opina MoRENo CATENA, que la ejecución de
las sentencias- constituye el termómetro má-s cl_aro para medir
la eficacia de la Administración de Justicia. De dichas
palabras¡ se puede inferir que en l_a fase de ejecución de 1as
sentencias fa eficacia es fundamental. véase MoRENo CATENA,
v-, Derecho Procesal-. proceso civir, varencia, 1993, pág.
6 5 1 , C O N C O R T E SD O M T N G U E Z / G I M E N
SOENDRA.
-",- Así, para ra potenciación y descubrimiento de ra

verdad material- en el proceso civil r es conveniente l_a
: dv vnl n/ v¡l iv ¡ ¡
g Án a i
! ¡ rnos t a
'i
u quur !aq cv i¿óv n ob'l c r a r - ' in n c q ñrA^^--'i ^- Franrn
v f l d Ee
u
fJrQcesares lrcrrug d.
fas partes (vgr. veracidad, comparecenóia, exhibición de
documentos, d91 patrimonio, etc. ), y al- tribunal (complitud
del materiar instructorio, de interrógar a l_os j_ntervinientes
en la prueba) . Y, junto a ras menCionadas figuras de l_as
obligaciones, arbi-trar un adecuado régimen de Janciones que
constriña al obligado al c u m p r i m i - e n t o . G T M E N OS E N D R A , i . ,
Curso de Derecho Procesal- Adntínístrativo, varencia, r994, con
GARBERI LLOBREGAT/GONZALEZ_CUELLAR SERRANo/MoRENo CATENA,
págs. 57-58.
62

Por ello, para el logro de dicha eficacia es necesariay convenientela

instauraciónde un completo sistemade obligacionesprocesales,cuyo soporte
básico se asienteen el derechofrndamental constitucionalmenteconsagradoen el
art. 24.1, como ha sido manifestadoen las páginasprecedentes.

La interrelación
entrela obligaciónprocesaly et principio de eficaciaaparece,
pues,claramente,ya
que la obligaciónprocesalconstituyela traducciónen el senodel procesode la
eficaciay secreaprecisamenteparalograrsu consecución.
Sin embargo,no es suficientecon la instauracióndel mecanismode las

obligacionesprocesales,sino que es igualmentenecesariala incorporacióna las
mismasde un régimenefectivode sancionesque asegurensuperfectaobservancia.

El cuadro de sancionesque se propongany posteriormentese apliquen,en el
presentemomento,debenir dirigidas a doblegarla actitud recalcifante del sujeto
al cumplimientode la obligación,porque sólo con la arnenaza

de sancionescon
suficienteentidad,idóneasy con la intensidadnecesariasepuedelograr vencerla
resistenciade los particularesy conseguklatananheladaeficaciaprocesal.
Por ello, aunque dicho principio estructuralmenteno condiciona la

imposiciónde las sancionesdebetenersepresenteen el momentode la elecciónde
las mismas,porquela eftcaciaes la cuestióncentralen la instauraciónde sanciones
en un tema que, como el de la obligación procesal,se encuentratodavía en
incipientefasede desarrollo.
63

Como se tendrá ocasiónde comprobaren las páginassiguientes,si los

principiosde legalidad-y derivados-,y el de proporcionalidadnos informansobre
la viabilid¿dde las eventualessanciones,

el de eficaciadebepresidirla elecciónde
las mismas, lo cual significa que entre el elenco de las posibles sanciones
aplicablessedebeelegir aquellaque,con plenorespetode los otrosprincipios,sea
de mayorutilidad.
3.2.-F,lprincipio de legalidad
El denominado principio de legalidad despliega su eficacia
en el senodel Derechopenal o, genéricamente,en el campodel

fi.¡ndamentalmente
Derecho sancionador.Dicho principio aparececomo guía de los restantesque
debeninformar la regulaciónde las infraccionesy consiguienteimposición,los
cuales constituyenel necesariocorolario del mismo. Sin embargo,pese a su

en el campopenal,es necesarioaludir al mismo en las
incidenci4 especialmente
presentespáginas.La finalidad que se persiguecon ello es determinarhastaqué
punto el mencionadoprincipio debeinformar la imposiciónde la sanciónjurídica
puedaacompañara la obligaciónprocesalen general.

que eventualmente
La importancia del principio de legalidad deriva de la necesidadde
seguridadjurídica de que debendisfrutarlos ciudadanosnu

de conocerpreviamente
'u.-
q6
principio (. . . ) todo
"EI de legalidad se vincula ante
64

los delitosy las sancionesexistentes,que les puedenser aplicados.Aunque, ala
seguridadjurídica se une igualmenteuna garantiaparael ciudadanode que "no

podráversesometidopor parte del Estadoni de los juecesa penasque no admita
el pueblo"e7.
Así, el principio de legalidado el <nullum crimen,nulla poenasine lege>,
como ha sido puestode manifiestotanto por la doctrinaes,como por el Tribunal
Constitucionalee,
implica la existenciade una ley (lex scripta), que la ley sea
con el- imperio de Ia fey como presupuesto de la actuación del
Estado sobre bienes juridicos de los ciudadanos, pero también
con el derecho de l-os ci-udadanos a l-a seguridad, previsto en
la Constitución como derecho fundamental de mayor alcance,
¡ q í ñ ^ y n ^ l : ^- er o h i - b i c i ó n de Ia arbitrariedad v el_ derecho a la
objetividad imparcialidad deljuicio de l-os Tribunales".
STC I33/L987, de 2I de julio.
91
Asi, de estas palabras tomadas de MIR PUIG de su
Derecho Penal- . Parte General-, Barcelona , 1-990, pá9. B3 , se
clcsnrcnrle l¡ r'r¡r:nl-í¡ nalíi. u ¿ ivru' ¡ .y rs lvr a vr u- ¡r Lr tm
t / rru, lo ar'
L l n r i n¿¡r ir n
v l 'yi rnv rla
vE
¡/!
legalidad. Igualmente, como un principio que cumple una
función po1ítica es configurado por COBO DEL ROSAL/VIVES
A N T O N , < < D e r e c h oP e n a l . P a r t e G e n e r a l > > , o p . c i t . , p á 9 . 5 4 .
98
\ñ-cr- r . C O B O D E L R O S A L / M . / B O I X R E I G , J . , C o m e n t a r i o s a
fa LegisTación Penal- (Derecho Penal- y Constitución), Tomo I,
Madrid, 1982, págs. I92 y ss.; GARCfA DE ENTERRIA, 8.,
<<Curso...D, Tomo II, op. cit., p á g s . L 1 2 y s s . ; L A M A R C A ,C . ,
Legalidad penal y reserva de ley en l-a Constitución españoLa,
en <<Revista Española de Derecho Constitucional>>, núm. 20,
Mayo-Agosto, 1987, pá9 . 1-02; MARTINEZ VAL, J.M. , <<Sanciones
administrativas...)), op. ciL., págs. 4505 y ss.; NfETO, A.,
< < D e r e c h oA d m i n i s t r a t i v o
S S T C 6 2/ I g B 2 , d e 1 5 d e o c t u b r e ; B g/ L g B 3 , d e 2 d.e
novj-embre; 15/1,984, de 21 de junio; 159/L986, de L2 de
diciembre; 133/1981, de 2I de julio; 2I9/L989, de 6 de
febreroi 6I/L990, de 29 de marzo, I21/L990, de 5 de ¡ulio.
65

anterior (lex prevta), y que la ley describaun supuestode hecho determinado(/ex
certa). Dichos caracteres,en principio aplicables a la legalidad penal son
susceptiblesde extenderseecomo así manifiesta NIETO100,a b legalidad
en general,en lo que coincidimos.

sancionadora
El principio de legalidad se encuentra contenido en al art. 25.1 de la
Constitución, aunquela formulación del precepto, en opinión de la doctrin4 es
insuficientey no reflejatodaslas exigenciasque la legalidadimplica,por lo que se
discutesu verdaderaubicaciónlOl.
de esto,el principio de legalidad,segúnseadmite

Pero,con independencia
con caráctergeneral en la doctrina, úncaria fundamentalmentecuatro garantías
diversas: la garantíacriminal; la garantíapenal, la garantíajurisdiccional y, por

aunquetambién se mantienepor parte de
último, la garantíade la ejecuciónr02,
1 0 0 -. NrETo, A. , <<Derecho Administrativo. . . ), op. cit. ,

pá9. 186.
1 0 1 -- . P o r e I I o / parece ser común la opinión doctri-nal- de
cnre el
Y s v
a rf 25 .I de l-a Constitución únicamente alude a
áeterminados aspectos del- p r i n c i p i o d e l e g a l i d a d , p e r o n o a l
principio en toda su extensión. E n e s t e s e n t j - d o , c f r . C O B O
DEL ROSAL/VIVESANTON, <<Derecho P e n a l . . . ) ) , o p . c i t . , p á 9 . 5 5 ;
G A R B E R IL L O B R E G A T ,J . , < < L aa p l i c a c i ó n . . . > > , o p . c i t . , págs . 12
y s s . ; L A M A R C A ,C . , < < L e g a l i d a d p e n a l . . . ) r o p . c i t . , p ágs. I02
y s s . ; M I R P U I G , S . , < < D e r e c h oP e n a l
N I E T O , A . , < < D e r e c h oA d m i n i s t r a t i v o . . .)), op. cit., págs. L17 y
ss. ; MORILLASCUEVA, L . , < < M a n u a . f . . ) r T o m o I , o p . cit. , págs.
1 y ss. ; ZORNOZA P E R E Z, J . J . , < < E I s i stema de
infracciones...), op. cit., p á g s . 7 5 y s s .
102.- Para una profundización de las mismas, pueden verse.
66

algún otro autor, una configuración mas amplia del contenido de la legalidadr03.
Sin embargo,merece ser destacadade forma especialla labor que ha venido
realizandoel Tribunal Constitucionalen el desarrollodel principio de legalidad,la
cual esclarecey configurael mismol0o.Así, en la jurisprudenciaemanadadel TC,
el principio de legalidad se perfila como un derecho subjetivo de carácter
fundamentalque asiste a los ciudadanostot,y que, según el Alto Tribunal,

entre otros, C O B O D E L R O S A L / B O I X R E I G , < < C o m e n t a r j - o s.. . ) ) , o p .
cit., págs . L94 y ss.; DEL REY GUANTER, S. / <<Potestad
sancionadora...)r op. cit., p á q . 5 3 ; L A M A R C A ,C . | < < L e g a l i d a d
penal. . . ))¡ op. cit. , pá9. 102; MIR PUIG, S. , <<Derecho
Penal
<<Manuaf...)), Tomo I, op. cit., págs. 8-9.
1 0 3 . - E n d i c h o s e n L i d o , p u e d e v e r s e A R R O Y OZ A P A T E R O ,L . ,
Principio de legalidad y reserva de fey en materia penaL,
<<Revista Española de Derecho Constitucional>>, n ú m . 8 , 1 9 8 3'
págs. 9 y SS. ¡ para quién eI al-udido principio j-ncluye: l-a
reserva absoluta de ley para l-a definiciÓn de l-as conductas
constitutivas de delitos y de las correspondientes penas, la
proscripción de la costumbre como fuente de Derecho, la
prohibición de la analogía in mafam partem y de l-a
interpretación extensiva, 1a irretroactividad de las normas
penalés desfavorables para el reo, Ia determinacj-ón, cerLeza
o taxatividad de l-as normas penales, Ia prohibición del bis
in idem, la garantia jurisdiccional- y Ia garantía de la
ejecución penal.
1 0 4 -.
Entre otras muchas, pueden consultarse las
sentencias: 8/1981, de 30 de marzo; 18/7981, de B de junio;
66/1983, de 2I de julio; 7 ' 7/ 1 9 8 3 , d e 3 d e o c t u b r e , 1 3 / 1 9 8 2 ,
de 2 d.e diciembre; 83/1984, de 24 de julio, B7/I985, de 16 de
julio; 159/L986, de L2 de diciembre; 2/1987, de 2I de enero;
42/L987, de 7 de abril-; 133/1987, de 21 de julio; 3/1,988, de
21 de enero; 96/t9BB, de 26 de mayo; 101/1988, de B de junío;
29/1989, de 6 de febrero; 69/L989, de 20 de abril; 136/1989,
de L9 de julio; 2I9/I989, de 2I de diciembre; 6L/L990, de 29
de marzo; 121/1990, de 5 de julio.
105.- Cfr. S S T C 8 / 1 - 9 8 1 , , d e 3 O d e m a r z o , 1 ' 7/ 1 9 8 3 , de 3 de
67

comprendeuna doble gatantía.
La primera gnantía que "refleja la especial trascendenciade seguridad

jurídica en dichos c¿rmposlimitativos"l06,encierra Ia exigencia de la llamada
del
<tipicidaó>, como una garantíade caráctermaterial que implica, en palabras
TC, ,,la imperiosanecesidadde predeterminaciónnormativa de las conductas
ilícitas y de las sancionescorrespondientes, mediantepreceptosjurídicos (/ex

que
previa) que permitan predecir, con suficiente grado de certez4las conductas
constituyenuna infraccióny laspenaso sancionesaplicables"l0T.
La segUnda gararúí4 de carácferformal, alude a la necesidadde una

lo que despliegasu eficaci4
reservalegal en la determinaciónde las sancionesl08,
especialmente,en el anrbitopenalya que, como feconocenuestroTC, en el campo
octubre y 3/ 1-988, de 2t de enero'

to6.-véanse las SSTC 42/Lggi, de 7 de abril; 6t/1990, de
29 de marzo.
r , 0 r -.
Entre otras, ssTC 42/LgB7, de 7 de abril; 101/1988,
29/igag, de 6 de febrero; 6 9 / 1 9 8 9 ' de 20 de
de 27 de .n"tt; 2t de
t36/1989, de Lg d'e j u l i o d e
abril , i- ,?L9/L989' j u l i o '
AtJtggO, de 29 de ^ r'o; 1'27/1990, d e 5 d e
diciembre;
1 0 8 . - C f r . S-SáTeC g / 1 - ' g g t , d e 3 0 d e m a r z o ; 8 3 / L 9 8 4 , d e 2 4 d e
julio; 8 1 / t g 1 s ,' O . L6 ¿..iulio; 159/7986; de 72 de diciembre;
enero; a2/lg1'1, de ? de abril; 3/L988, de 2t
2/tg¡'1, de 21
de 6 de febrero;
de enero; 1Ot/igAA, de 8 de junio;29/L989' j u l i o ;
1 3d / r c A g , d e 1 9 d e 61"/1-990,
6 9 / 1 , g g gI d e 2 0 d e a b r i l ;
julio'
d e L g d e m a r z o ; L 2 1/ 1 9 9 0 , d e 5 d e
68

de las sancionesadministrativasdicha eficaciaesrelatival0e
El principio de legalidad tal y como se configura docffinalmente Y, €fI
especial,en la jurisprudenciaconstitucionaltiene especialvirtualidad en el ámbito

penal,y en el administrativosancionador,si bien en esteúltimo con menor rigidez
y limitaciones. Sin embargo,también debe tenersepresenteque, si bien el
principio de legalidad incide de manera especial en dichos campos, el mismo
puede ser igualmenteexigible en el campo de los ilícitos civiles aunqueno de
formatan estrict4 comoasíha señaladoigualmenteel Tribunal Constitucionalll0.
Segun se desprendede todo 1o anterior, el principio de legalidad es

ajustableparala imposiciónde la sanciónpor incumplimientode la
perfectamente
obligaciónprocesalen elámbito civil, pero,no obstante,su significadoha de verse
atenuado. En cualquier caso, si seguimos los postulados del Tribunal
roe.- Expresamente lo declaran, las SSTC 83/t984, de 24 de

julio ; 42/IOel , de 7 de abril; 3/1988, de 27 de enero;
iot/rce}, de B de j u n i o , 29/1989, de 6 de febrero; 136/1989,
de 19 de jutio; ATtggO, de 29 de marzo; L 2 1 / L 9 9 0 , de 5 de
j ulio.
110.- Cfr. Ia STC'73/1982, de 2 de diciembre. En dicha
sentencia el Tribunal Constitucional m a n i f i e s t a e x p r esamente
que "el art. 25.1 de Ia constitución c o n s a g r a ( . . . ) el-
de tipicidad y legatidad ( . . . ) . E I p recepto
$rincipio
titeralmente menci-ona l-os delitos, l a s i n f r a c c i o n e s y Ias
faltas administrativas, Por lo cual n o e S d i r e c t a m ente
¡ n ' l i ¿ - ¡ h le a I o s s i m o l e s i l i c i t o s
qyrrvsvfv de naturaleza c i v i l e n Ios
qile la tipificación y Ia legalidad no tienen q u e a c t u a r de
manera tan estricta".
69

Constitucionalpareceque el principio de legalidadno puedeexigirse de formatan
estrict4 lo cual es mas problemáticoporque nos conduceal interrogantede saber
con qué ngidez,entonces,debeentendersela legalidaden la obligaciónprocesal
civil, ya que el TC no precisael alcanceconcretode dicho entendimiento.
Ahora bien, lo cierto es que en nuestro tema, y aún siguiendo

flexibles,la gararfiíade la legalidaddebeinformar la previsióny
posicionamientos
propia existenciade la posible medida que garanticela obligaciónprocesal.El
principio de legalidad debe entenderse,pues, en el sentido de que la obligación
procesaly su posible sanciónse encuentrenprevistasen la Ley ProcesalCivillll,
aunquetal previsión lo seacomo desarrolloo complementode las potestadesde
los órganosjurisdiccionalesen abstracto.En caso contrario, dificilmente podrá
aplicarsesanciónalguna que garanticeel incumplimiento o la inobservanciade la
obligaciónen el marcodel procesocivil.
1 1 1 -.
O bien que en dicha Ley Procesal Civil se contengan
oosibl-es remisiónes a otros c u e r p o s l e g a l e s para l-a
rmposacron oe Ia sanción, aunque c r e e m o s q u e 1 o m ás
coñveniente seria Ia expresa regulación d e l a s s a n c i o n e s e n
gt¿o.
10

3.3.- El principio de proporcionalidad
En su formulación genérica el principio de proporcionalidad
implica la adecuacióny consiguienteproporción entre la conductailícita cometida

y la hipotética sancióna imponer para castigar aquéllarr2.Por ello, el aludido
principio tiene nuevamenteun ámbito de especialincidencia en el campo del
derechosancionador,penal y administrativo,al cual debeinformar en el momento
de aplicaciónde las sancionesll3.
El principio de proporcionatidad aparece formulado como una regla
general del Derecho Penal, en los orígenesdel mismotto, los cuales se situan
"denfo de la preocupaciónhumanitariaque apareceen la doctrina penal del siglo
tL2.- a dícho principio se encuentra ya

La al-usión
tomnr:namente
e v rl rF rs ¿ ¿ s en la obra de BECCARIA, quien, en Ia concluSión
¡ináf d e s u o b r a < < D el - o s d e l i t o s . . . ) ) ¡ o p - c i t . , p á 9 . L L 2 ,
afirma que "para que toda pena no sea violencia de uno o de
muchos contra un particular ciudadano, debe e s e n c i almente ser
pública, pronta, ñecesaria, la más p e q u e ñ a d e l - a s posibles en
Ias circunstancias actuales, proporcionada a I o s d e l i t o s '
dictada por las leYes".
LL3.- No en vano, Se ha afirmado que Ia vigencia de dícho
principio
problemas que Se plantean en torno a Ia determinación de Ia
lravedad d; las sánciones, impuestas como consecuencia de la
infracción del orden jurídico y muy particularmente respecto
de las penas>>, CAPILLA RONCERO, F., <<La responsabilidad
patrimonial. . .>>, op. ciL-, págs - 200 y ss.
1 1 4 . - G A R C T AD E E N T E R R T A ,E . / r u n N a u n u z ' T-R., <<curso-">>'
Tomo TI, op. cit., Pá9. L16-
1t

XVIII y que serefleja en la Declaraciónde Derechosdel Hombrey del Ciudadano
de 1789,queproclamaen su artículo8 que <la Ley no debeestablecerotraspenas

que las estrictas y evidentementenecesarias>>t15,
aunque la regla de la
proporcionalidad,en su modemay actualformulacióndesdelaentradaenvigor de
nuestraConstitución,adquierepleno significado en relación con los derechos
en ella consaerados.
fundamentales
En nuestroDerecho, el Tribunal Constitucionalsitua el valor positivo de
la proporcionalidadcon criteriososcilantes,ya llue en unos casoslo ve plasmado
en el art. 10 de la Constitución,que consagralos derechosde la personay los
relativos al orden político y la paz social, íntimamenterelacionadoscon los
artículosI0.2 y 18 del ConvenioEuropeode DerechosHumanosttuy, .r, otros,lo
hacedependerde la propia existenciadel EstadoSocialy Democráticode Derecho
consagradoen el art. 1 CEll7. Pero, de forma expresay pesea su relevancia,el

principio de la proporcionalidadno se encuentraconsagradode forma explícitaen
la Constitución,si bien su fundamento,como se ha señaladolls,se halla en la
11s.- src 65/1,gg6t de 22 de mayo.

LL6
s't'(-62/L982, de 15 de octubre.
tL'7 cfr. src G5/1-986, de 22 de mayo.
.-
11.8.
- Es Ia opinión mantenida por GONZALEZ-CUELLAR SERRANO
para quien "ef principio de proporcionalidad, aún con
profundo anclaje también en Ia prohibición expresa de l-a
arbítrariedad en Ia actuación de Ios poderes públicos, recj-be
su savia normativa del vigor constitucional en l-a protección
de los derechos fundamentales". Véase su monografía
Proporcional-idad y derechos fundamentaJ-es en elproceso
12

reconocidosen dicho cuerpolegal.

protecciónde los derechosfundamentales
el principio de
Sin embargo,pesea no hallarserecogidoexplícitamentelle,
proporcionalidado <reglade la proporcionalidadde los sacrificios>t'o,. delinea
en especial,a través de la doctrina emitida por el TC en sus pronunciamientos,
aunque los mismos no siempre han seguido criterios uniformes en cuanto a su

Aunque,ello no obstante,ha sido objeto de especialtratamiento
consideraciónl2l.
pena7, Madrid, 1990, Págs. 55 Y ss.

11e.-
A excepción, actualmente, de1 proceso administrativo
que lo positiviza en el art. 131.3 de la Ley 30/1992, 26 de
noviembre de Régimen Jurídico de las Administraciones
Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, que no
qÁl n d
e i¿ vnrhr n n
r é c . ó . r év v I ,r' i - "n* ¡' pi aro sl-no que Io delimita cuando
establece que "Se deberá guardar la debida adecuación entre
Ia gravedad del hecho constitutivo de la infracción y Ia
sanción aplicada", a l a p a r q u e i n t r o d u c e e l e m e n t o s de
apreciacióñ eu€r s i - n d u d a , 1 i m í t a n l - a d i s c r e c í o n a l i d a d
administrativa. Igualmente, aunque de forma más tenúe lo
encontramos en e I a r t . 9 6 . 2 d e l - a m i s m a L e y c u a n d o a f i r m a q ue
de entre los diveros m e d i o s d e e ¡ e c u c i ó n a d m i s i b l e s se
escogerá el menos r e s t r i c t i v o .
t20.-
Como así es igualmente denominado por nuestro
Tribunal Constitucional. En d i c h o s e n t j - d o , p u e d e n verse'
entre otras, Ias SSTC 26/1981, d e 7 d e j u l i o r 3 l / t 9 8 9 , de 15
de febrero; 113/L989, de 22 de j u n i o -
t2L.- La vacilación jurisprudencial no debe causar
extrañeza, en especial, si s e t i e n e p r e s e n t e l a gran
dificultad que reviste 1a e x p l i c i t a c i ó n c o n s e c u e n c i a l de
dicho principio. Dicha dificul-tad e s r e c o n o c i d a e x p r e s a m e n te
n ñ r rnr ur9et s fur! vo T r i h r r n : l
-t1v!
S r n r e m o el c u a l s e p r o n u n c i a a I r e s p e c t o
én los siguientes términos: "Ef c o n c e p t o d e p r o p o r g i o n a l i d a d
de Ia sanción, por Su propia naturaleza, (es ) dif ícil-mente
concretable en términos de g r a n e s p e c i f i c a c i Ó n y singularidad
'l-'raf -
naSta a
e J' l- n
pU, r lnI 'f- ¡ . far*l -e sit a r r ui d^ti-^-iL U rÁr n
- rn- L , s^ ñ
rr últimO téfminO, tiene
.nre r¡en'ir frrndamentada en una apreCiación conjunta de Ia
Yev
73

y por el Tribunal Supremor23,

por el Tribunal Constitucionalrzz a travésde cuyas
decisionessepuededelinearel alcancey significadodel mismo.
La relevanciadel principio de proporcionalidadsin embargo,quedaun
tanto desvir¡¡ada si atendemosa la declaracióndel Tribunal Constitucionalen la

que niega que el aludido principio se encuentrerecogido expresamenteen la
Constitución"4,si bien en otrasresolucionesreconocela importanciay el papel
fundamental que desempeñadesde el momento en que exige su obligada
circunstancias objetivas y subjetivas que integran el

presupuesto de hecho sancj-onable". STS de 22 de septiembre de
]-982.
122.- Cfr. entre otras, las SSTC 26/L981-, de 7 de jutio;
62/1982, de 1 5 d e o c t u b r e ; I 3/I985, de 31 de enero; 66/1-985,
de 23 de mayo, LlB/1985, d e 1 9 d e d iciembre; 65/1986, de 22
de mayo; 6/7988, d e 2 t d e e n e r o ; 1 8 / t 9 8 8 , d e 1 6 de febrero;
3 1/ ! 9 8 9 , d e 1 5 f e b r e r o ; 2 2 / 1 9 8 9 , d e 2 2 d e j u n i o ; 173/!989, de
22 de j u n i o .
L23.- Entre otros pueden verse, SSTS de 2 d'e noviembre de
1981; de 1-4 de junio de 1983; de 4 de febrero de 1988; de 15
de marzo de 1988; de 5 de julio de 19BB; de 22 de abril de
19BB; de 15 de abril- de 19BB; de 2 2 d e j u l i o d e l - 9 B B ; d e 23
de noviembre de 1988; de 24 de j u l i o d e L 9 B 7 i d e 1 4 d e a b r i l
de 1-986; de 9 de j u n i o de 1986; de t 7 d e d i c i e m b r e d e 1 , 9 8 6;
de 27 de oct.ubre de 1986; de l-9 d e a b r i l d e l - 9 8 5 i d e 1 0 d e
julio de I9B4; de L4 de noviembre d e 1 9 8 5 , ' d e 7 d e a b r i l d e
1982; de 19 de mayo de 1981i de 10 d e j u n i o d e 1 9 8 1 ; d e 2 2 d e
septiembre de I9B2i de 5 de j u n i o d e 1 9 9 2 -
r24.- Dicha es l-a declaración emitida en su STC 6/1988, de
2L de enero, €o la cual eI TribunaL Constitucional manifiesta
c l rl c -t
YUg
¡clemás
qVUTLLqJ clc n.) h:'l lerse enuncíado de forma explicita dicho
principio en Ia ConstituciÓn, eS "sóIo relevante, en ciertos
óasos, cuando lo que Se denuncia eS un trato a r b itrario o
discriminatorio en l-as normas o en su aplicación" -
14

y aplicaciónl2s
observancia
Dicha relevanciaquedaconstatadaa favés de las sentenciasemitidaspor
el propio Tribunal Constitucionalen las cualesse elaborala doctrinaacercadel

significadoy contenidodel principio de proporcionalidad.La lecturade la mismas
haceconcluir que la doctrina elaboradaaaercade la proporcionalidadgira en tomo
a la exigenciade un mínimo sacrificio a la personaquehaya de sufrir la restricción
de su derecho,siemprecomo medio para lograr un perfecto cumplimiento del fin

perseguido.
La aludida regla de la proporcionalidad,según la anterior jurisprudencia

constitucional, únicamente debe observarse en supuestosque limiten o que
impliquen un parcial sacrificio de los derechosfi¡ndamentalesreconocidosen la
Constitución a los ciudadanos,en cuyos casos es de obligada observancia.
Aunque, en cualquier caso, para que el Tribunal Constitucionalenjuicie la
supuestavulneración de la proporcionalidades necesarioque la limitación o

y excesivosl26.
sacrificioseconsiderendesmesurados
325.-
Entre otras sentencías que al-uden a Ia necesaria
observancia deI referido principio do I ¡ nrnnnrgjona]idad }/!vyv!
véanse l-as anteriormente citadas.

L26 -
'l . Según af irma el- propio Tribunal Constítucional , " . . .
'l
a desnronnrCión entf e el f in nerscoll i dn \/ osyvluvYfLve medi_OS
empleados para conseguirlo sól-o pueden dar lugar a un
enjuiciamiento por este Tribunal cuando esa falta de
proporción implica un sacrif i-cio excesivo e j-nnecesario de
derechos que la Constitución qaranLrza...". STC 66/7985, de
23 de mavo.
75

Así, segúnel TC, puestoque la limitación de un derechoes una excepción

puesta a su nonnal ejercicio"' habrá de observarse,en cualquier caso, una
razonableproporciónentrelos mediosutilizadosy el fin que se trate de lograrl28
Es precisamente
por dichanota de excepcionalidad
por lo que han de concurrir,y
así pareceque se exige por el TC, determinad¿s
garantíasen la limitación de los
derechosfundamentalesque respetenla proporcionalidad.
Por tanto, las limitaciones que puedan sufrir los ciudadanosdeben ser
realizadaspor las personasquetenganla potestadparaellol2e,pero en especialha
de exigirse que la autoridad que adopte la resolución que implique dicha

justifique la mismal3t.En consecuencia
restricciónl30 con dicha excepcionalidad,
la autoridadque haya dictado la resoluciónpor la que serestringeel derecho,debe
motivar la decisiónadoptadal3'.En casocontrario,de inexistenciade motivación,
L27
.- src 26/L}BL, de 7 de julio.
128.-
src 26/L}BL, de 7 de julio.
L2e.-
Cfr. sentencia citada en la nota anterior.
130.-
Cfr. ssTC 62/1982, de 15 octubre; 3i/Lggg, de 15 de
febrero.
131
STC 26/I98L, de 7 de julio, l-o que sin duda se
plasma en Ia exigencia de motivación de las resoluciones
administrativas sancionadoras, con arreglo al- art. 138.1- de
la Ley 30/1992, de 26 de noviembre.
t32.-
La necesidad de motivación es exigida expresamente
por el propio Tribunal Constitucional puesto que como asi
afirma "sóIo tal fundamentación permitirá que se aprecier eh
16

seinfringe el derechoalaifielajudicial efectivade los Juecesy Tribunalesdel art.
24.t de la Constitución,y en concretoel derechoa un procesopúblico, al emitirse
unaresoluciónno fundadaen derechol33.
Además, en cualquier caso, la adopción de la sanción a imponer para
respetarla proporcionalidaddeberátener presentelas circunstanciasobjetivas del

y ajustarsea ellas,aunno estandoéstascontenidasen la normal3a.
c¿rso
De dicha docÍina constitucionale igualmentede la emitida por el Tribunal
Supremo, se desprendela gran relevancia que desempeñael principio de

proporcionalidad.Pero aunqueello sea así, no debe olvidarseque, como se ha
tenido ocasión de manifestar,es también doctrina consolidadapor el TC la
afirmación de que ningun derechofundamentales ilimitado. En consecuencia,la
cuestióndebe reconducirsea una necesariaponderacióny adecuaciónentre el
ilícito cometido,y la sanciónque conlleve,en su caso,la restriccióndel derecho
fundamental.
n
y !r ri m
r ral sr ! rI ulvr rqr!¡ r t.larr a
E lr a !f o
q s ¡u1L-q u v a r l n \y7 ñ'tta c ós
D nrrarl: ¡unvnr .¡ lu_¡ v 4
r nsl! rr
t },vL Yus IJusua t
-l '
rlaqnrrá<
, -- razon que r Irrql-ifi¡Á ¡ irri¡'in organo
da'l
iucl'ir:i a I - e'l sacrif icio

t
v ! del derecho fundamental" . STC
31/L989, de 15 de febrero.
133.-
Con eIIo, además, s€ dificultan las posibilidades de
defensa en via ordinaria, en su caso/ y en úl-timo extremo por
la vía del- recurso de amparo. STC 62/L982, de 15 de octubre.
A^4 734
A Sr Io afirman entre otras, las SSTS de 15 de marzo
de 1988; de 15 de abril de 1988i de 23 de noviembre de 1988;
de 24 de julio de 1,987; de 4 de febrero de 1988.
77

Aunque la <regla de la proporcionalidadde los sacrificios> incide y

en el ámbito del procesopenal y del proceso
despliegasusefectosespecialmente
administrativo sancionador,nada debe obstar para que la misma pueda ser

aplicadaa cualquier campodel procesodistinto del penal o el administrativo,vgr.
al procesocivil o al laboralr35.
en la fase de ejecución,la
En el ámbito del procesocivil, especialmente
regla de la proporcionalidaddebeinformar en generaltoda la actividadejecutiv4

pero particularmenteel contenidode las posiblessancionesa imponeral deudoro
.or, el fin de lograr el cumplimientode la resoluciónjudicial. En

ejecutadol3u,
especial,seráde aplicaciónen aquellosposiblessupuestosde imposiciónde una
sanciónde carácterpenal para garantizx la ejecuciónde 1oresueltopor eljuez o
tribunal.
13s.- Es precisamente el proceso laboral eI ejemplo más

claro que pone de manifesto dicha a p l i c a b i l í d a d . La prueba l-o
constituye la nueva LPL en l-a cual, c o m o m a n i fiesta RIOS
S A L M E R O N ,€ l a l u d j - d o c r i t e r i o de l a p r o p o r c i o n a l i d a d s e h alla
n
t/!
r aeqD ve¡ ¡n f o
LU r-ómo racrl e .Y n
.*"
rF i nforma l-a viabilidad de cualquier
medida sancionatoria, o de ejecución. Véase RIOS SALMERON'
B., Sobre l-a nueva ejecución l-aboraJ- y sus l-imites
constitucíonaf es, en <<Jueces p a r a l a D e m o c r a c i a > > , n ú m. 10,
1990, páqs. 43 y ss.
i36 -,^-!. ^h
E
f Ja _i ¡L, 9. -U' tdm
lla
t t ne f) lal Le:, ÛÛñl t^L U >C V EL d. EIl sa a' l r ' a: nI /írl - l l 'Ll u r v n
U s . ri Yn i iu-riu ror n f eu_v ,
o
Ias posibles y eventuales sanciones que puedan imponerse a

los terceros que se nieguen a prestar su colaboración ante el
r e c r r r c r i m ' ie n f o
! vYu9! JILL¿v¿¿ i r r
uv r ^ l i
r - i a l s o l icitando su ayuda e n e I d e s arrollo
de l-a ejecución.
78

La proporcionalidad,que se traduceen criterios de <mensurabilidad>r37
significa la necesidadde que se respeteel derechoque el sujetoprocesal-parteo
tercero-puedetener a la aplicaciónde mediosmenosgravosospara lograr el fin

perseguidopor la obligaciónprocesal,lo queen último término,debereconducirse
a una exigible proporción enffe el interés del sujeto y la finalidad que se trata de
lograr con aquélla.
r37.-
de graduación que implican únicamente una
"criterios
relación razonable entre la medida adoptada (. . . ) , Iá
final-idad de la norma aplicada y las circunstancias d e l - c a s o
concreto y eue, en todo caso¿ Se trate de aquella q u e s u p o n g a
una restricción menor a los derechos de f o s c i u d a d a n o s " ,
VéaseDELREYGUANTER,S.,<<Potestadsancionadora...>>|
¡v i! u . ' |. y g Y . ^áa Áq
79

4.. POSIBLES SANCIONES
La determinaciónde las potencialessancionesimponiblesante el
incumplimiento de la obligación procesal es la cuestión más importante de las
examinadashastael momentoeya que de las sancionesexistentesva a dependerla

propia eftcacia de las obligacionesprocesales.De nada sirve la creación y
adopciónde dichascategoríasprocesalessin un efectivoy útil elencode sanciones

que las garanticen.Sin embargo,la lecturadel presenteapartadodeberealizarseen
íntima conexión con lo dicho hastael momento,pues sólo teniendo en cuentael

conceptode sanciónque se defiendeen las páginasprecedentes
es posible lograr
comprenderlas conclusionespresentes,sin olvidar que nos encontramosen el
campo de la obligaciónprocesalen el procesocivil. Por ello, una vez más las

propuestashan de entendersereferidasa dicharealidad.
Por lo pronto no es un obstaculoasumir,como presupuestode partida, que

no existe un único tipo de sanción con aplicación generalizadaen todos los
supuestos.Aun moviéndonosen el senodel procesocivil, varias puedenser las

sancionesque garanticen la obligación procesal, especialmentesi tenemos
presenteque dicha categonaes aplicablea cualquierfasedel procesoy no únicay
-declarativao ejecutiva-,1ocual
a una determinadaetapaprocesal
exclusivamente
si cabe,acentúaaúnmásla complejidaddel temapresente.
La determinaciónde la sanciónvaria en fi¡nción de la obligaciónque se
80

pretende garantizu y así, como veremos, podremos encontrar sanciones de
aplicabilidadgenerala cualquierfase del proceso(vgr. apremiospecuniarioso
delito de desobediencia),frente a sancionesmás específicasaplicables o

entendiblesen ciertos momentosdel proceso(vgr. sanción ante la negativa a
manifestarbienes).Ademas,el que las diversassancionesque se adoptentambién
hayande serdeposibleaplicacióna los terceros,esotro datomása considerar.
Sin embargo,el principal obstáculocon el que nos podemosencontrar,

paradójicamente, por las cuestionestécnicaso materiales,
no viene representado
sino más bien por puras cuestionesformales. Es posiblemente la propia
mentalidad,tanto de nuestrolegisladorpor omisión,comode la propia doctrinqla

que dificulta mayoÍnente una correctavaloración del tema.Es cierto que entrelos
sectoresdochinalesse admirandesdesiemprelos logros conseguidospor otros
Derechos(vgr. el aleman) en 1o referentea las obligacionesprocesalesy, efl
especial,a las posiblessancionesque refuerzanaquéllas.Pero cuandose trata de
ffasplantarlasal procesocivil españolentoncessurgenlos prejuicios,lo que nos
hace pensar hasta qué punto no es la propia actitud de nuestros juristas,
legisladoresy teóricos, el único y principal inconvenientepara la regulación y

modemizaciónde la materiaque nos ocupa.
B1

4.1.-Los apremiospecuniarios
El apremio pecuniario puede incluirse dentro de las denominadas

por CARNELUTTIT3s<medidas coercitivas> las cuales persiguen, no tanto
castigarel incumplimientocuantoobligar a obedeceral zujeto,y que por ello se
situan como categoría de medidas intermedias enffe las preventivas y las
represivasl3e.Las medidas coercitivas, a su vez) pueden dividirse en

y en (personales>según recaigansobre la personadel sujeto
<<patrimoniales>
gravadopor la obligacióno sobresusbienes.De entrelas medidascoercitivasde
carácterpatrimonial, el ejemplo más representativoviene constituido por la
denominadaastreintedel Derechofrancés;por su parte,de las medidaspersonales
la institución más relevante viene determinadapor la desterradaprisión por
deudas.
1 3 8 . - C A R N E L U T T T ,F . , <<sistema...|), vol-. r, op. cit.,

nánq )? \z qq
r 3 e .- coercit j-vas
Según Sara ARAGONESES, las medidas
participan de las características de las represivas "en que
-imnl j ¡an ^rra d^ lr .r ro: nrnrlrr¡ j rln \ z ^* al 'i
os ¡z!vvuu!u- -z - ^ n+¡vl *r -m- n
t t-/ l! r r L Li m
! vir r u ov n
r 1_ n T1c
!,*fOt a SU
vezt coínciden con las medidas preventivas, en que se

proponen eliminar el incumplimiento mismo. Se parecen, €fl
especial, a l-as medidas penales por 1o que concierne a l-a
-'l ^L--l ; ^^l^ 'i -^"*^l i
eqJ- rrrñtrlra ,_ qUe J-IIIpOfrcrr ar vvrryé\rv rrruultPrl dof Una
ld
aflicción, pero difieren de el-Ias en cuanto a la función,
puesto que el mal se inflinge no sólo porque se ha
desobedecído el mandato, sino, además, para que sea
obedecido, por Io eüe, a diferencia de Ia pena y a semej anza
de Ia restitución, l-a medj-da coercitiva tiene f inalidad
-D d^, +L. iI - - €! -AaU .I Ei I I a n +L Va v no aflictiva". véase ARAGONESES MARTINEZ, S.,
Las <<astreintes>> (Su apTicación en elproceso españo7) ,
M a d r i d , 1 9 8 5, p á 9 . 9 3 .
82

Sin embargo, fuera de la antigua prisión por deudas puede citarse un
ejemplo de medidacoercitiva de naturalezaesencialmentepersonal:el contemptof

al tribunal,la oposicióno desprecioa
court, entendiendopor tal "la desobediencia
su autoridad,a su dignidado a sujusticia"lao.EIcontemptof court en su variante
de <civil contempDtot una medida de naturaleza coercitivato',si bien de

",
carácterpersonalya que en la mayona de supuestossetraduceen una privación de
libertadal sujetoque desobedecera3.
La sustancialidadde|contemptrudicaen que 1oque se sancionano estanto
el incumplimientoobligacional,cuantoel desacatoa una orden o mandatode la
Magistratura. En consecuencia,abarcauna amplia garÍa de actos de diversa

naturalezq desde el simple hecho de perturbar el orden en la audiencia, a la
140.- por MOLINA PASQUEL, R., Contempt of

Así es definido
Court. Correciones discipTinarias y m e d i o s d e aptemio,
Méxi-co, L954, p á g s . 2 2 * 2 3 .
r-41.- variedad como "dejar de hacer algo
Entendida dicha
.nré
Yqv
e'l ofensor ordena el- tribunal hacer, para benef icio o
provecho de otra de las partes en un proceso civif. Mal
r\ -.\ -nT m
I L Ln
I Jc
U¡I r l L
- q¡¡ m
L L r' gi r rc n f U Vo cY urs' r o !i¡ Lm
L yn
f 'i c
u vl e ñ ynv o
'Jritrd'i r-¡ un derechott . MOLINA
PASQUEL, R., <<Contempt...>>, op. ciL., pá9. 65-
r42.- <<Las astreintes-.-))¡
cfr. A R A G O N B S E SM A R T T N E Z , s . ,
op. cit., págs. 70 y ss.; M O L I N A P A S Q U E L' R., <<Contempt-. ->>,
op. cit., págs. 66 y 95.
743.- se asemeja más a mecanismos de Derecho
Por ello,
n r i l - ¡ l ' ir - o - \ / . r r el delito de desobediencia g r a v e a l a autoridad
iudicial del arLiculo 237 del Código P e n a l .
83

desobedienciade los mandatosjudiciales, negándosea la ejecución de sus

,rrprrestosque mefinanla dignidaddel tribunal y quejustifican la
resolucion"stoo,
imposiciónde sancionestan rígidas.Sin embargo,el mecanismodel contemptof
court difícilmente puede ser implantado en el proceso español, ya que los

principiosque inspirandicho instrumento,basadosen el sistemadelcommonlow,
sonde difícil encajeen nuestropaís.
Salvandola alusiónal ejemplo del contemply volviendo a la dualidadde
medidascoercitivas,dentro de éstas,las de carácterpatrimoniallasconstituyenel

mecanismo sancionatorio mas usual y generalizado para gatarúizm las
obligacionesprocesales.Se trata, en líneas generales,de un instrumentocuyo
contenidoy esenciase articula a favés de una cantidad de dinero impuestaa la

personasobrela que recaeuna determinadaobligación, que deberásatisfaceren el
supuestode incumplimiento de la misma.
El mecanismo coercitivo de carác,terpatrimonial por excelenci4 lo
constituyela denominadaastreinte.Dicha figura situa sus orígenesen la creación

jrnisprudencial del Derecho francés de la última décadadel XIX desdedonde,
r44.- BECBÑA, F., Magistratura y Justicia, Madrid, 1928,

nÁa 1??
1 4 s .-
eue nosotros denominados como <<apremios pecuniarios>>
narA evit-ar incurrj-r en errores o confusiones termi,nológicas
y materiales, sobre todo, PoI su difícil deslinde con l-as
óategorias de las mul-tas coercitivas y las muftas-sanción.
84

tempranamentey en vista de su utilidad, se extiende a otros paíseseuropeosasí

Düante años, los jueces y tribunales franceses
como hispanoamericanostou.
aplicaron estatécnica de la astreintesin ningún tipo de apoyo y base legal, y ni

impropiamente,bajo
siquierabajo dicha denominación,sino que erandesignadas,
origende la astreintey a
eltérmino de dañosy perjuicios(<dommages-interéts>),
la que sirvió durantemuchos años de coberturalat.D. esta forma, durantelos

primerosaños de sus orígenesla identificacióncon el resarcimientode dañosy
perjuicios les permitió aprovecharlas norm¿Njurídicas sobre el régimen del
mismotos,aunquela consecuenciafue su continúaconfusióncon las teoríasdel

La situaciónasí descritase prolongahastael año 1949
resarcimientodel dañorae.
es con
en que aparecela primeraLey que las reconoce.Pero,firndamentalmente,
la promulgaciónde la Ley 5 de julio de t972, cuandose efectuauna regulación
más detallada de dicho mecanismo, y se las separa definitivamente del
L46.- forma y países a los que al-canza

Sobre los detall-es,
dicha expansión puede verse ARAGONESES MARTINEZ, S-, <<Las
astreinte s. . . ))r op. cit. , p á g s . 2 3 y s s .
L4'7 comentarios real-izados al texto íntegro
.- Véanse los
del_ régimen de la Ley de 5_ de j u l i o d e 1 9 7 2 s o b re las
astreintes realizados por BORÉ, J., Astreintes, E n c y c l o p é d ie
Dalloz, Civil II (AST-CL), !99l., p á 9 . 1.
L48.- ARAGONESES MARTINEZ, "af utilj-zar un

Como expresa
ropaje ajeno se aseguró la entrada, Ia t e o r í a d e f a s
¡ a r r a i ^ + a a l â )rva i o ' i n c l e b i d a d e d a ñ o s y
d> LL e-Lll LgD t P JI qa rr¡! denominación
n e r i r l i r - ' io s - D e e s a f o r m a l a s
v"'J astreintes fueron p a c í f i c a m e n t e
áceptadas en el Derecho f rancés", <<Las astreinte s. . . ))¡ op.
ciL., pá9. 2\.
14e S., <<Las astrei-nteS...)¡ oP.
.- ARAGONESES MARTTNEZ,
cit. , pá9.21.
B5

resarcimientode dañosy perjuicios.Aunque, en la actualidad,la materiade las
astreintes
ha sido modernizadaporlaLey no 91-650,de 9 dejulio de 1991(arts.
33 a37), y el Decreton" 92-755,de 31 de julio de 1992(arts.51 a 53), lo que
implícitamenteparecequedejasin efectoraLey de 5 dejulio de 1972ts0.
sin embargo,y pesea lo anterior,la ley de 1972es muchomás completa,

como facilmente puede colegirse a poco que se comparen ambos textos,
conteniendodefinición, modalidades,procedimiento,etc., sobre las asffeintes,
cuestionestodasellas que aparecenomitidasalgunasy escas¿rmente

desarrolladas
otrasen la actualregulaciónlegall5l.Por ello, en estemomentoy por lo que aquí
interesa,las alusionesse realizansobre todo al régimen de la ley de t972 aI
contenerse definiciones y notas caracterizadorasde la astreinte que no se
encuentranen la actualidad,con el fin de clarificar un mecanismotan comúnmente
aludidopor la docfina y el legislador,como esla astreinte.
La astreinte,efectivamente,apareceen susinicios como una técnicacreada

por los jueces y tribunalesfrancesespara garantizarla ejecuciónde la condena
1 s 0 .- parís ,
Véase, COIJCHEZG
, ., Voies d, exécution, Igg4,
tJo.\l . J.
1s1.-
Ciertamente, como asi lo indica CHABAS, la Ley de
I99I no significa ninguna revolución en relación con eL texto
anfarior- q'i no a
\{r
u lvt c sólo r:'l a
q¡¡ev!+v!
t rvrv vf s ! r! !i rfgi qr - : \.2 moinr¡
rrrEJv!q JL !-grDa q nrrnfnq
yu¡tuvo
J
principales: 1a condena a l-a astreinte, su liquidación y su

e j ecución. Véase, La réforme de l-, astreinte, Recuei] Dall_oz-
Q
J ¿i! s ry a
, rz n r'rm Aq _ 1
L Jg rU lga n
I In
U rV zI E. i: l o
t Um! Eh r a rL ll a 1
r JqJ q
¿ -) l np á
rrUILt. aV f g a yaoq. ?JqJ q
L - ? nJnV V .
B6

principal en supuestosde obligacionesde hacer,no hacery dar cosadeterminada.
Por ello, no causa extafreza que la misma sea definida como la <condena
pecuniaria accesoriay eventual, generalmentefijada por día de retraso, que se
añadea la condenaprincipal para eI casoen que aquéllano seaejecutadaen el

plazoprescritopor el juezy que tiende a obtenerdel deudor,por la affrenazadetrn
aumentoprogresivode la deudadineraria,la ejecuciónin natura de una obligación
supuestosu hechopersonab>ls2.
Así, tal y como es definiday caracterizadaenlaLey francesa,Laastreinte
se dirige a gararúizarla ejecuciónde la sentenciade condenaprincipal, por ello
aparececlaramente,segúnseexpresaen términosliteralesla propialey en susarts.
40 y 41, como un medio coercitivo indirecto que consisteen la arnenazade una
condenapecuniariadirigida al deudoren casode que desobedezca

la orden del
juez, alusión que no se encuentraen las leyes actuales.Es precisamentedicha
finalidad originaria de garantizarla condenaprincipal, aunque sin constituir en
ningun caso una vía de ejecución de la mism4 la que se deja sentir en toda la
regulaciónde la Ley de 1972,y espor tanto,desdedichaperspectivadesdela que
1ocual no obstapara que su aplicación,como veremos,pueda

debecontemplarse,
extenderse
a supuestos
ajenosa la ejecuciónde sentencias
civiles.
L52.- que
Dicha es l-a definición encontramos en e1
articul-o 1de la Ley de 5 de julio de 1 q12 ,
antcri
stt nfmente
-^*^..i ^-^,r-
rtlgllulvlrauot
* ó c f l . t ' le c l o r ¡
IgYuJquv!q d
v geM' yl ¿ ¿ Lrl á
g ror . . i m e n oeneral_ de las astreintes.
yvrrv!c
ót

El legislador francés deja al arbitrio del órgano jurisdiccional la
oportunidad,forma, punto de partida! duración y montantede la astreinte,siendo
así una fiel manifestacióndel <imperium>que ostentanlos juecesy tribunalesen
el procesols3.Por ello, y debido a su diferenciacon el resarcimientode dañosy

perjuicios, el montanteno aparecelimitado por el daño causado,y la cuarrtia
recaudadaes atribuida íntegramenteal acreedor,al margende la reparaciónde su

perjuicio,comobeneficioquesancionala falta del deudor.
La utilidad del mecanismode las astreintes,constatadaa lo largo de su
utilización,ha llevado al legisladorfrancésa extenderel campode aplicaciónde
las mismas. Si en un primer momento la astreintedespliegasus efectosen la
ejecuciónde obligacionesde hacer,no hacery dar cosadeterminada,asícomo en
el procesocautelar,en la actualidadaparececomo un instrumentode aplicación

generaltanto en la fasedeclarativadel procesocomo en la de ejecución,siempre
que sepretendalograrel cumplimientoo la observanciade un mandatojudiciallsa.
15?
"'.- Cfr. arts. 33 y ss. de l-a Ley de 9 de julio de 1990
y 51 y ss. del Decreto de 31 de julio de 1992.
l-s4.-
Expresamente lo constataba el art. 98 de la Ley de
I912 aI establecer q u e " e l - ' cl a m p o d e a p l i c a c i ó n de l-a
¡af r¡; -f ^ n -irlri
clr a sD Inr !rqnu sdr e¡ unf r : i a cle
c.DLIgIItLg gD entendido
grrLglruruv
-t1v! rq J u!f
q u\ forma
extensa, siendo admitido para todos los casos en que pueda
ser de utilidad". También en eI mismo sentido podemos citar
eI art. 99, el cual establece que "la astreinte parece ser
concebida inicialmente p a r a asegurar I a ejecución de las
obligaciones de hacer, no hacer, q u e e x i g e n e I c o ncurso
activo del deudor y no son susceptibles d e u n a e j e c u c i ó n manu
nifitari ( . ..) p e r o su empleo se ha g e n e r a l i z a d o ( . . . ) ". En
la actualidad, no se encuentra e n l a s a c t u a l e s leyes
francesas ningún precepto de caracter similar, q u i z á s por
B8

Pero, pasandoya al plano positivo españolhay que decir que las medidas
coercitivas de carácterpatrimonial no son desconocidasen el Ordenamiento
Procesal-aunqueno el procesocivil-, si bien con denominacióny regulación
diversa a la de las astreintes. Asi, en el proceso laboral -aft. 238.2 LPL- el
legislador adopta el calificativo de apremiospecuniario^rtttp*u aludir a una
figura similar aIa astreíntesalvoen el destinode la cuantíade lo recaudado,ya

que en la Ley de ProcedimientoLaboral la misma no es atribuida al acreedor,sino
al TesoroPúblicol56.
entender y estar ya asumida l-a aplicación general de las
astrei-ntes.
1 s s .-
Aunque sóIo cuando dichos apremios son impuestos
frente a l-as partes, porque, curiosamente, cuando lo son
frente a terceros ajenos al proceso la Ley de Procedimiento
Laboral habla de <<multas coercitivas>>, como se recoge en eI
apartado tercero del art. 238 LPL.
1s6.-
No es, sin embargo, nuesrra intención entrar en
disguisici-ones teóricas sobre l-a naturaf eza y carácter del
apremio incorporado a Ia Ley de Procedimiento Laboral. Ello
no obstante, pueden reseñarse diversos autores que plantean
dicha cuestión, entre otros, BAYLOS GRAU, A., (et. alt. ),
<<Instituciones . . .)), pá9. 518 y ss. ; MONTEROAROCA, J. ,
Comentarios a l-a Ley de Procedimiento Laboral-, VoI. II,
Madrid, 1993, págs. 1357 y ss.¡ con IGLESIAS CABERO/MARIN
CORREA/SAMPEDRO CORRAL; RIOS SALMERON, B., Ef PTOCESO dC
veJtvev ru:vtLt rv :r it ón sern¡ g^ ¿1 ñ¡ r-¡nrat'?^^f
ru!uvPLvyevuv ñ dsa
u LT=,-ay t t dsc
u Procedimiento Labofal-
(I), <<Actualidad Laboral->>, L990, núm. L, pá9. 164 y también
en La nueva Ley de Procedimiento Laboral- (R.D. LegisTativo
521/1990, de 27 de abril-) . Comentarios a l-as Leyes
procesaJes, dirigidos p o r B O R R A J OD A C R U Z ,M a d r i d , L 9 9 0 , p á g s .
1353 y ss.; SALINAS MOLINA, F., Ley de Procedimiento Laboral-
(Análisis y Comentarios al- R.D. LegisJativo 521/1990, de 27
de abril-), Bilbao, 1990, pá9s. 508 y SS.r con
CAMPOS / RODR]GUEZ / SALA/ VALDES.
B9

Igualmente,son conocidasen el Derechoadminishativolas denominadas

<multas coercitivas>las cuales,como su propio nombre indica, lo único que
pretendenes lograr, previo apercibimiento,la ejecución forzosa de los actos
administrativoslsT.
En cualquier caso, dicha figura administrativatampoco está
exentade problemas,sobretodo, debido a su coexistenciacon las denominadas
<multas-sancióru>,
puestoque la línea divisoria entreambases frágil en e"cesott*,
de forma que sólo la diversafinalidad que persiguenes 1o que en realidadlas
diferencia.
En los dos supuestoscitados,que aludenal mecanismode las multas del
157
Según se desprende def art. 95 de la Ley 30/1_992, de
26 de noviembre, de Régimen Jurídico de l-as Administraciones
Públicas y del- Procedimiento Administrativo común y, en
especial, d e l a r t . 9 6 d e 1 a m i s m a L e y e l - c u a l - r e c o o e c n i -r o
roé diversos medios de ejecución forzo-sa;;;
l-a "mufta coercitiu?", y exige cobertura d e " ; l " y",p ; ; ; áaáI . " ;t)i "e' m
; po
que la distingue de las "multas sanción" -cfr. ari. 99-.
1 s 8 -.
En relación aI tema pueden verse, entre orros,
GARBERT LLOBREGAT, J. , Código procesaL Administrativo,
(comentario que real-iza el- autor al art. 99 de la nueva Lev
30/L992, de 26 de novi-embre), Madrid, 1993, pág. 433, coñ
GIMENO SENDRA; GARCIA DE ENTERR]A, E. /TeRNANoez, T.R.,
<<Curso...)), Tomo It op. cit., págs. 125 y ss.; GARCIA DE
ENTERRTA, E. , EJ- problema juridico de r-as sanciones
administrativas, en <<REDA>>, núm. 10, juLio / agosto/
s e p t í e m b r e , 1 9 1 6 , p á g s . 3 9 9 y s s . ; M A R T T NR E T O R T T L L O - B A Q U E R ,
L. , Mul-tas administrativas, <<RAP>>n , úm. 79, enero-abril,
L 9 1 6 , p á g s . 9 y s s . ; Z O R N O Z AP E R E Z , J . , < < E 1 sistema de
inf racciones. . . )), op. cit. , págs. 41 y ss.
90

procedimientoadministrativoo de los apremiosdel laboral,la finalidadperseguida
es ra misma: vencer la resistencia del obligado al cumplimiento, con
independenciadel momentoen que se produzca,mediantela imposiciónde una
cantidad dineraria. La nota diferenciadoraentre ambasfiguras radica en que en
unos supuestoses impuestapor el órganojurisdiccional,mientrasque en otros 1o
espor la autoridadadminisffativatt'.
Ahora bien, con independenciade las anteriores disquisiciones,es

necesariopor el contrario que nos refiramosa tres cuestionesque nos parecen
y de ineludiblemenciónen el presentemomento.
esenciales
1.- El Tribunal Constitucional en su sentencia 239119t8, de 14 de
diciernbre plantea la cuestión de las denominadas<multas coercitivas> (cfr.
apremiospecuniarios)reguladasen los afi. 104 y 107 de la antiguaLPA160,y
estableceque las mismasno tienen caráctersancionador.Segúnel TC <en dichas
multas,no se impone una obligaciónde pago con un fin represivoo retributivo

(...) sino que consisteen una medidade constreñimientoeconómico(...)>,<(...)no
1se.-
Como acertadamente han mantenido ARAGONESES
MARTINEZ, S., <<Las astreint€s...)), op. cit., pág. 90, y más
MONTERO APNñA J.l la]- ^'1.{-
aLe.
\
J I
<<Comentarios...))r Vol-. IT, op. cit., págs - L31O y ss.
l-60.-
Actualmente, la alusión debe entenderse realizada a
Ios arts. 96 y 99 de l-a Ley 30/L992, de 26 de noviembre de
Régimen Jurídico de l-as Administraciones Públ_icas v del
Procedimiento Administrativo Común.
97

se inscriben, por tanto, estasmultas en el ejercicio de la potestadadministrativa
sancionador4sino en el de la autotuelaejecutivade la Administración(...D. En
consecuencia,sigue el Tribunal Constitucional,su imposición no implica una
wlneración del art. 25.I denuestraConstitución.
Así pues, de seguir la interpretacióndel TC se tendría que concluir
negandoel carácterde sanción de los apremiospecuniarios, carácterque es
defendidoen las presentespáginas.Sin embargo,comoya se ha manifestado,ello
sería cierto si se pensaraque la única finalidad perseguidapor la sanción es de
car:ácterrepresivo, lo cual no es defendible desde el momento en que aquí se
mantieneuna configuraciónde la sanciónmenosrestrictiva.En consecuencia,

y
pesea que ciertamentelos apremiospecuniariosno tienen carácterrepresivo,ello
no constituye un obstáculopara que se les consideremecanismoscoactivos que
sancionan,al fin y al cabo, una conducta inadecuadade una persona,con un
carácteramenazado4y en último término satisfaciente.
2.- La segundacuestión, que viene referida al problema de la eficacia y

utilidad real del mecanismode los apremiospecuniariosnos parece,por el
contrario,mas relevante.En efecto,la utilidad de los mismoses clara cuandose
tratade lograr la sujeción,colaboracióny obedienciadeterceraspersonasajenasal

procesoantelas resolucionesemitidaspor el órganojurisdiccional.La amenazade
imponer una determinadacantidadde dinero ante la inobservanciade lo ordenado
por el juez puedeconstituirun mecanismodisuasoriopara el incumplimientodel
92

tercero sobre el que recae una obligación de colaboracióncon los órganos

jurisdiccionales(art. 118 de la CE), tanto en el procesodeclarativocomo en el de
ejecución.
Sin embargo, la utilidad para las partes procesalesvaríq a nuestro

entender,segúnel momentoo faseprocesalen que se impongandichosapremios.
Así, la existenciade los mismosen la fasedeclarativaseríamásútil puestoque en
este momento el proceso sigue su curso y no existe todavía ni vencedorni
vencido, y consecuentemente
cualquierade ambos contendientes(demandanteo
demandado)se presumeque tienen interésen gravar lo menosdesfavorablemente
suposicióndurantey al final deljuicio.
Por el contrario, si nos situamosen la fase de ejecucióndel proceso,la

utilidad de los apremiospecuniariossería cuanto menos cuestionable.En este
momento halcríaque distinguir en función del tipo de obligación que sustentala
ejecución,siguiendo así criterios similares a los establecidospor el Derecho
francés.En la ejecuciónde obligacionesde hacery no hacer -de carácterpersonal-
la utilidad es mayor que en los casos de ejecucionesdinerarias, en las que al
deudor gravado con el pago de una determinadacantidad de dinero, y que es
reacioal cumplimiento,le es en ciertoscasosindiferentedebermásde lo que debe
satisfacersegúnla sentenciadeclarutivade condena,con 1o cual la utilidad del

apremio,en estossupuesto,ha de serpuestaen verdaderateladejuicio.
93

3.- En cualquier caso,y fuera de las dos anterioresconsideraciones,

la
realidadnos demuestrala existenciade una banerapoco menosque infranqueable,
cual es la inexistenteregulaciónde dichosapremiosen nuestraLey ProcesalCivil.
La exigenciade aplicaciónde los principios informadoresde la sanción,y entre
ellos especialmenteel de legalidad, hace que en el presente momento la
imposiciónde los apremiospecuniariospara gararúizarla obligaciónprocesalcivil
seapocomenosque imposible.
La única vía que senos ocuffe para quepuedanaplicarsees,al igual que se
hizo en el casode las astreintes,que los apremiospecuniariosseanincorporadosa
nuesffo Ordenamientopor vía jurisprudencial. La posibilidad nos la concedenlos

propios preceptosconstitucionalesque sirven de f,¡rdamento para la imposición
de las obligacionesprocesales:la efectividadde la tutelajudicial del an. 24.I;la
manifestaciónde la potestadjurisdiccional del art. 117.3; y, fuera del árnbito
constitucionalel propio art. 18.2 LOPJ. La propuestaes arriesgadaaunque
consideramosque no del todo inviable, al menos desde los parámetrosaquí
indicados.
AA

4.2.- La desobedienciagrave a la autoridad judicial del artículo 237
del CódigoPenal
El delito de desobediencia
gravea la autoridadjudicial reguladoen
el art. 237 del CP constituye el ejemplo mas claro de sanciónpenal de carácter
genérico, como garantíapara la obligación procesal civil. En principio, nos
encontramosen presenciade un delito aplicable por igual tanto a la fase
declarativa"como a la ejecuciónde las sentencias.
Igualmente,se trata de una sanciónque es de aplicacióntanto a las partes

procesalescomo a los tercerosajenosal procesosobrelos quepesauna obligación
genéricade colaboracióncon los órganosjurisdiccionales.Por ello, no es extraño
el recursousual,al menosen el plano teórico,de su aplicaciónen el momentode
lograr el cumplimientode las resolucionesjudiciales, con independenciade la
etapaprocesal en que se dicten, y del contenido de las mismas, si bien su
aplicación se propugna de forma m¿isacentuadaen el procesode ejecución.La
razón que se nos octltre parajustificarlo estriba en la propia naturalezay entidad
de la desobedienci4como sanciónde carácterpenal, que haceque para acudir a
ella debaexistir un interésdigno de proteccíón,el cual pareceque se refleja con

mayor nitidez en la ejecuciónde las sentencias,donde lo que se dilucida es el
cumplimientode las resolucionesjudiciales.En cualquiercaso,el tema debeser
visto con la precauciónlógica que debecausarla imposiciónde cualquiersanción

penalparagwantizartxta obligaciónprocesalcivil.
95

Pero,comopasoprevio esnecesarioque secontemplecuál esla regulación

que se realizaa nivel positivo del mencionadodelito, con el fin de poder concluir
acercade su posible aplicaciónen nuestrotema y, en especial,en lo relativo a la
utilidad del mismo.
El denominadodelito de desobediencia
se encuentraresuladoen el Código
Penal, en el Libro II <Delitos y penas), Título II <Delitos contra la seguridad
interior del Estado>,Capítulo VII <De los atentadoscontra la autoridad, sus
agentesy los firncionariospúblicos,y de la resistenciay desobedienciar>,

en el
artículo237, sobrela resistenciay desobediencia
graves.
La desobediencia,
en general,constituyeun tipo delictivo cuya finalidad
primordial es el mantenimientodel orden público y la convivencia socialr6l
aunque,en especial,pretendeproteger el principio de autoridad que encamany

representan
la autoridady susagentesló2.
161 -
. cf r . ALVARBZ GARcrA, F. J. , El del-ito de
desobediencia de l-os funcionarios púbLicos, Barcerona, tgll,
p á q . r 9 3 ; M E S T R EL O P E Z , J . , E f d e L i t o d e d e s o b e d i e n c i a a r - a
autoridad o a sus agrentes (Estudio def articulo 237 C.p.),
B a r c e l o n a , 1 9 8 8, p á g . 2 0 ; O C T A V I O D E T O L E D Oy U B I E T O , 8 . , E f
bien juridico protegido en l-os capitul-os vr y vrr del- tituJ-o
II del- Código Pena7, €r <<Cuadernos de PoIítica Criminal>>,
L977, núm. 7, pá9. L26.
L 6 2-
. CEREZO MIR, J. , -Los d.eLítos de atentado propio,
resistencia y desobediencia, €rr <<Revista de Estudios
Penitenciarios>> (Dirección G e n e r a l d e P r i s i o n e s ) , n ú m . L ' l 3,
L966, pá9 . 3I9 ; MESTRB LOPEZ, J. , <<El d,elito de
96

Sin embargo,para el desarrolloy contenidodel delito de desobediencia
hemos de acudir a la vasta jurisprudencia emitida por la Sala T del Tribunal

Supremo,la cual constituyela fuente esencialen la configuración de dicha figura
penal. Así, de la lectura de sus sentenciaspodemosconstatarque es doctrina
constantey reiteradade dichaSalala exigenciade unosdeterminados

requisitos,a
través de los cuales se interpreta dicho precepto, para entender que se ha
producidoel ilícito del art. 237 CP.
En primer lugar,el presupuesto

necesarioparaexigir dicho delito radicaen
la existenciade un mandatou orden expresos,clarosy terminantesque emanende
la Autoridadcompetente'6t.
Además,esigualmentenecesarioquela ordenemitida
por la autoridadcompetentedebaser necesariamenteacatadapor el zujeto al cual
se dirige en concret0164,
y&que la desobediencia
a un mandatode caráctergeneral
desobediencia. . .)), op. cit., pá9. 20; OCTAVIO DE TOLEDOy

U B I E T O / E . , < < E l -b i e n j u r í d i c o protegido. . . >>, op. cit. , págs.
I23 y ss.
1 6 3 -.
Véanse, entre otras l-as SSTS TZ de díciembre de
L946, 20 de junio de 1941; 20 de diciembre de L949; t2 de
diciembre de 1950, 21 de noviembre de 1964; 20 de octubre de
1965; 26 de febrero de 1,969; 20 de abril de 1912; 30 de marzo
de 1973;2 de abril de 1,916;24 de mayo de I919;14 de
noviembre de 1981; 28 de enero de t982; 10 de agosto de L9B2;
29 de abril de 1983; 2L de mayo de L983; 4 de junio de 1983;
26 de septiembre de 1983, 2'/ de febrero de 1989; 5 de julio
de 1989í 21 de marzo de 1989; !7 de febrero de L992.
L64.-
La necesidad o deber de acatamíento es exigido por
la jurisprudencia como el-emento que acompaña, de modo
'l:
inf rínsec¡¡_ a nrnni ¡ ardon cmi1- id¡ ngf la aUtOfidad. Cff .
I/'
97

no sehayaintegradaen dichafigural6t
En segundolugar, la jurisprudenciaexige tambiénun requerimientoformal

y legal a la personaque tengael deberde cumplirlol66;igualmente,es necesario
lo seaa una ordenemanadade la autoridad-vid. art. 119CP-

que la desobediencia
entendiendopor tales las personasencargadasde cumplir y

o sus agentesló7,
ejecutar los dictadosy órdenesde aquéllas,segúnse recoge en la STS de 28 de
enerode1982.
En tercer lqar y último lugar, se exige en la jurisprudenciauna obstinada
las sentencias citadas en la nota anterior.

1 " 6 s- . c E R B Z o M r R , J .
, <<Los delitos de atentado. . . )¡ op.
cit., p á 9 . 3 6 8 ; Q U I N T A N OR I P O L L E S , A . , Comentarios al- Códiqo
Penaf, Madrid, 1986, pá9. 575.
166.- Véanse,
entre otras, las SSTS 29 de febrero de L964;
2L de novi-embre de 1964; 20 de octubre de 1965; 26 de febrero
de 1969; 20 de abril de !972; 30 de marzo de L913; 2 de abril
de L916; 24 de mayo de 1919, 28 de enero de L982; 10 de julío
de I9B2; 29 de abril de 1983; 2I de mayo de 1983; 4 de junio
d e 1 9 8 3i 2 6 d e s e p t i e m b r e d e 1 9 8 3 ; 1 8 d e e n e r o d e 1 9 8 8 ; 2 1 d e
febrero de 1989; 5 de julío de 1989; 27 de marzo de 1989; Ll
de febrero de 1992.
L 6 " 7 A L V A R E ZG A R C f A , F . , ( < E l d e l i t o de desobediencia...),
.-
op. cit. , págs . I93-I94; C E R E Z OM I R , J . , < < L o s d e l - i t o s d e
atentado
cumpJimiento de resoluciones judicial-es y el- del-ito de
desobediencia, er <<Actualidad Juridica>>, núm. t, 1981, pá9.
11;MESTRELoPEZ,J.,<(Efde]-itodedesobediencia...>>,
cit., págs. 22 y 25 y ss.; QUINTANO RIPOLLES, 4.,
<<Comentarj-os...)),op. cit., p á q . 575.
98

oposiciónpor partedel requeridoa hacero no haceraquélloque sele ha ordenado
con un especialánimode desprestigiar

el principio de autoridadr6s.
Pero,la desobedienciaparaque
seaconsiderada,como
tal delito y posibilite
su deslindede la posible falta tipificada en al art. 570.l del Código penal, es
necesarioque seagrave,si bien parala graduaciónde la gravedadse tendr¿án

en
consideraciónlas circunstanciasconcurrentesen cada casotu,,tal., como la
naturalezay trascendenciade la orden, los accidentesde lugar, modo, tiempo,
intencionalidaddel sujeto,origendel mandato,jerarquíade la autoridad,etc.
Así, de las anteriores sentenciasemitidas por el Tribunal Supremo se

desprendenlos elementosque, jurisprudencialmente,han de concurrir para la
comisióndel delito de desobedienci4y que constituyenun fiel reflejo de la rigidez
con que dicho delito es configurado en la doctrina jurisprudencial, lo cual
representaun obstáculopara que se entiendacometidoel mismo, y con mayor
1 6 8 -.
SSTS t2 de diciembre de l_950; 31 de diciembre da
1 9 5 3 ; 2 r d e n o v i - e m b r e d e 1 9 6 4 ¡ 2 0 d e o c t u b r e d e 1 9 6 5; 2 6 de
febrero de t969; 20 de abrif de L9r2; 30 de marzo de 1,913¡ 24
de mayo de 1979; 14 de novi-embre de 1981; 28 de enero de
julio
l?B?; I0 de de L9B2; 2L de mayo de L9B3; 4 de junio de
1983; 26 de septiembre de 1983; 18 de enero de 198g; 2j de
febrero de 1989; 5 de julio de 1989; 2j de marzo de I9B9; I1
de febrero de L992.
L6e.-
cfr. s s r s 2 5 d e m a y o d e 1 9 6 5; 2 g d e o c t u b r e d e L 9 1 5 ;
24 de mayo de t919; 20 de mayo de 1980; 2L de abril de 19gl_;
1 de junio de 1981; t4 de noviembre de 1991; 28 de enero de
1982; 10 de julio de !982;17 de febrero de Igg2.
99

dificultad ffatándosedel ámbito procesalcivil.
Sin embargo,los criterios restrictivos de la jrnisprudenciano constituyenel

único obstáculoque se puede encontrar en el momento de la aplicación de este
delito. A ello, se debenunir las propiasexcepcionesque en la doctrinaserecogen
acerca de la aplicabilidad del mismo, al margen de la doctrina jurisprudencial.
Dichas excepcionesson recogidas,firndamentalmente,

por MESTRE LOPEZr70,
el cual reconducea dos los supuestosen los que se entiendeque la desobediencia
no es aplicable: en primer lugar, no seríaaplicable,segúnel citado autor, "cuando
la conducta desobedienteya esté sancionadaadministrativamenteo en el orden

procesal";y, en segundo1rg*, siempreque el cumplimientode una orden en
principio desobedecid4 pueda ser exigido por los cauces procesales o
administrativos,vgr. la fasede ejecuciónde sentencias

de la LECI71.
Ahora bien, podría entenderseque el autor parte de tal posición porque

consideraa la ejecucióncomo una sanción,lo que justificaría dicha exclusión,
aunque más que una sanción la ejecución es un derecho fundamental del
170.-
MESTRE L O P E Z, J . , <<EI del-ito de desobediencia. . . )),
\JP.
î.{-
\-f,L. r
^!,^^
Pc19D. 46 v ss.
L'7! -
. En el presente supuesto eI autor aludido cita como
Ê J- i s^r *r t *y r'vi ^ s^! ' r u¡ g^ ru lr ln n
y qa
! r f L r i9 ur¿:a rl r 1a ¡ ucuoI I ung dI I ce: ' n
u \ Ja d o eI n
E r e
E rl n
y ! vrvc
sDl cv e s ñ \c i v i l aI
pago de una cantidad dineraria, y concluye con la
imposibilidad de aplicar eI delito de desobediencia ante Ia
existencia de la fase de ejecución de fas sentencias. Véase
MESTRE LOPEZ, J., <(EI delito de desobediencia
nÁ rrq ¿,'7 \z q e
v v '
J
100

ciudadano,complementonecesariode la potestadjurisdiccional,que estáenjuego
en el presentemomentodel procesocivil. En consecuenci4aún entendiendoque
la ejecuciónpueda considerarsedesdecierta perspectivacomo una sanción,lo
cierto es que lo último que puedehacersees cerrarsela vía penal, como última
garantía.Mas bien se debetratarpor todos los mediosde lograr la ejecuciónsin
acudira mecanismospenales,pero si no es suficienteparalograrel cumplimiento,

la vía penal debería quedar expedita, al menos como mecanismode contenido
fuertementepsicológico, frente al incumplidor. Además, debe tenersepresente

que,en ocasionesdichamedidapenalhabráde acompañaralaobligación procesal
en el propio procesode ejecucióncon el fin de lograr el cumplimientode las
resolucionesemitidasen dichafase.
La jurisprudenci4 no obstante,aplica el delito de desobediencia

de forma
muy restringida,y en especialpareceque dicha restricciónse acentúasobremanera
judiciales.Así, el TS "entiendeque la mera
en el cumplimientode lasresoluciones
inobservanciade 1oprescrito en rxf fallo por los ffibunalesno puedegenerarpor sí
sola responsabilidad criminal puesto que la LEC establece su propio

procedimientoparaejecutarlas sentencias
civiles"I72.
sin embargo,no sólo la rigidezjurisprudencialconstituyeun obstáculo
r'72.-
Véanse Ias referencias jurj-sprudencial-es citadas por
PEREZ MANZANO, M., EL del-ito de impago de prestaciones
económicas derivadas de separación, nuJ-idad o divorcio,
<<Poder Judicial>>, L991-, núm. 2L, pá9. 4L.
t_01_

sino que,una vez más,la propuesta

paruLaaplicacióndel delito de desobediencia
de la aludida garantía penal debe contemplarse.desde el punto de vista de su

verdaderaeficaciapara sancionarla inobservanciade la obligaciónprocesal.Si se
en un plano generalciertamentepodríaseruna vía de

contemplala desobediencia
gran efectividadparalograr que cualquierzujetocumplierala obligaciónprocesal.
Unicamentela arrcnazapsicológicade la posible incoaciónde un procesopenal
constituyeun mecanismodisuasoriopara el incumplimiento, ya que siempreserá
mejor cumplir con la obligaciónqueno arriesgarse

a un posibleprocesopenal.
Pero, situadosen el plano práctico,ciertamentela utilidad real del mismo
es no sólo cuestionable,sino que nos atreveríamosa aftrmar que prácticamente
nnla. Si nos situamosen el procesodeclarativotalvez podría encontrarsealguna
utilidad paraposibilit¿runa actuaciónmasdiligentede laspartes,por ejemplosi se
impusiera para sancionar la obligación procesal de exhibición de documentos,
aunqueincluso en estesupuestosu presumibleutilidad pasaría,igualmente,por la
aplicaciónque del mismohicieranlos órganosjurisdiccionales,puestoque en caso
contrariola eficaciadel preceptoquedaríasin contenido.
a la fasede ejecución
Ahora bien, si se aplicalafigtra de la desobediencia
de sentencias,desdenuestropunto de vista, la eficaciade la misma aparececon
escasao nula virtualidad práctica. Parece que en el supuestode proponer y
defenderdicho delito para garantizarla ejecuciónde las sentenciasse olvida por
completo que lo único exigible en este momento no sería la ejecuciónde la
1,02

sentenciacivil, sino que se incoaría el correspondienteprocesopenal única y

paradeterminarla comisiónde un delito de desobediencia
exclusivamente grayea
la autoridadjudicial exigiéndose,en consecuencia,

todos los requisitosexpuestos
en laspáginasanteriores.
La cuestión anterior, además,aparececon claridad sobre todo con la
de 14 de diciembre,emitidapor el Tribunal ConstitucionaL,

sentencia20611989, en
la cual seestableceque,si bien sepuedeacudiral artículo237 delCP paracastigar

penalmenteel incumplimientode las resolucionesjudiciales, lo que no cabe es
tratarde obteneren el procesopenal,asíincoado,el cumplimientode la resolución
.
del órganojurisdiccionaldel orden atacador73
En consecuenci4en el eventualprocesopenalque se siguierapor el delito

realizadoen el procesocivil , 1oúnico que se enjuiciaríaseríala
de desobediencia
existenciao no de tal desobedienci4pero en ningun caso se podría exigir el
cumplimiento de la sentenciade aquelordenprocesal.
173.- EI Tribunal Constitucj-onal afirma expresamente en su

St 206/1989, de 1 4 d e d i c i e m b r e q u e "no puede util-izarse un
orden j u r i s d i c c i o n a l - distinto p a r a l o g r a r l a e j e c u c i ó n d e u na
sentencia ignorando l a s g a r a n t í a s e s p e c í f i c a s , e l o r d e n
jurisdiccional y el proceso adecuado que la Ley procesal
otorga para el obligado a cumplírla. La via penal es
improcedente p a r a t a l f i n , e s t a n d o ú n i c a m e n t e p r e v i s t a p a r a
la sanción a q u e h u b i e r e l u g a r s i e f e c t i v a m e n t e s e p r o d u c e e n
dicha e-iecuci-ón a f s u n a d e s o b e d i e n c i a p u n i b l e ( . . . )".
103

La conclusióna la que se llega pareceobvia: al acreedorno le es de
ningunautilidad lavíapenal del artículo237 del CP, válida únicamenteen cuanto
amenazapsicológica al sujeto de una posible sanción penal para lograr la
satisfacciónde su derecho,ya que con estavía lo único que se lograríaesretrasar,
aún más si cabe, la ejecuciónde la resoluciónjudicial atacada.Por todo ello,
parece que dicho mecanismo ademas de resultar una institución obsoleta en
nuestrosdías,debidoa su escasouso desdesu creación,no resultaadecuadopara
sancionarla obligación procesal civil, ademásde poder resultar en ocasiones
<desproporcionado>
en relación con el objetivo que se persigue.Sin embargo,
mantenemosciertas reservasacerca de su utilidad para garantizar determinadas
obligacionesprocesales,
talescomo la manifestaciónde bienes,en las que actuaría
como sanciónaltamentepersuasivay claramentedisuasoriaparaevitarla negativa
del deudora prestaraquellamanifestación.
4.3.-Otrossupuestos
El presente apartado pretende iniciar una búsqueda de otras

posibles sancionesquo acompañena la obligación procesal,fuera de los dos
supuestosanteriormentecitadoscomo másusualespara gamntizatdicha categona.
Sin embargo,un recorrido por los diversosmecanismossancionatoriospone de
manifiestola escasezde las posibilidadesexistentesen el mismo,de tal forma que
trna de las pocasvías que quedanexpeditases la sanciónpenal,no ya de carácter
104

generalcomo Ia desobediencia,
slno específico,para sancionarel incumplimiento
de la obligaciónprocesal.
En cualquier caso,y con carácterprevio al desarrollodel tem4 deben
realizarseciertasprecisionesrelativasal ámbitode aplicaciénde dichassanciones,
ain a riesgode romperla exposicióngenéricadel presentecapítulo,y conscientes
de que la ubicación de ciertas propuestastienen pleno sentido en capítulos

posteriores,en los cuales se tratará con mas detenimientoy profundidad.La
posible sanciónpenal específicaúnicamentesería aplicable a las obligaciones
procesalesexistentesen la fase de ejecucióno, aún sin estarinmersosen dicha
fase,en el momentoen que emitidauna resoluciónjudicial el sujetoobligadose
nieguea cumplirla.
El tema asípropuestonos situade lleno en la complejapolémicaacercade

la convenienciade introducirtipos penalespara gamntiznobligacionesprocesales
en la ejecuciónforzosatlo, y alguienpudierapensarque igualmenteen temastan
1 , 74
Posibilidad que siempre ha sido rechazada por
FAIREN, como tendremos ocasíón de comprobar, para quien "Ia
responsabilidad penal no debería adoptarse sin más, sino que
anl- ra al âññO de ] _sar S
f a S t uf e
qo nj- cs
! s ir r ¡ L s D \y / ol
gr ru .g rr f^, l . i +L \^J IJElld.I
I r¡eCla
quevq ¡u nr r
vacio regar que debería l-].enarse con ras constricciones",
aunque el- citado autor no indica cuáles pueden ser dichas
constricciones. cfr. sugerencias sobre ef Anteproyecto de
Bases para el- Código Procesal- Civil_ de 1966, en <<Revista de
Derecho Judicial>>, núm. 30, 1 9 6 1, pág. 83 y La
sistematización de l-a ejecución forzosa española, €ñ <<Temas
del Ordenamiento Procesal>>, Tomo II, Madrid, 1969, pá9. 885.
105

espinososcomo el de la desterrada<prisión por deudas>>,

sobre el que nos
ocuparemos
masadelante.
Ahora bien, en este momento es preciso realizar una distinción clar4 a
nuestroentender,enfre dos vías a seguirpara implantar dicha sanciónpenal y que

pesea su similitr¡dy analogía,difierenen puntosclaves.Nos referimos,en primer
lugar a la convenienciade que la obligación procesalse encuentresancionadade
forma similar al acttal art. 487bis del CP queregula lo que podría denominarsede
forma ilustrativa, la prisión por deudasconyugalesiy, ofl segundolugar, a una vía
similar en cuanto al tinte penal de la sanción,pero que no se configura como un
delito penalcomoasísucedecon el art.487bis CP, al recogerseen esteCódigo.
La primera posibilidad representada

por el artículo 487 bis del CP que
regula el delito de impago de prestacioneseconómicas,es relativamentereciente
ya que el mismo fue introducidopor Ley organica 311989,de 2l de junio de
reforma del Código Penal. Dicho precepo impone una auténtica obligación
procesal imputable al deudor en caso del impago de pensiones,castigandoel
incumplimiento de dicha obligación con la penade arrestomayor y multa.
El precepto,no obstante,no es original, sino que segúnse ha puestode

manifiestolTs
puedenenconfoarse
antecedentes
del mismo en el art. 34 delaLey de
ENTTC OtTos, véanse BOIX REIG/ORTS BERENGUER/VIVES

ANTON, La reforma penal de I9B9t Valencia, I9Bg, pág.I7O; DE
VEGA RUrz, J.A., La prisión por deudas conyugaJás, Madrid,
L06

1 de marzo de 1932, el cual ya contemplabaestasconductase imponía la pena de
prisión de tres mesesa un ario o multa de 500 a 10.000pesetas,para el cónyuge
divorciado que culpablementedejare de pagar la pensión durante tres meses
consecutivos.
El legisladorcreenecesariala revitalizaciónde estasconductasy su
de la generalizaciónde los incumplimientosen el

tipificación como consecuencia
pago de las pensionesalimenticiasestablecidascon motivo de una separación
legal,divorcio o nulidadmatrimoniallT6.
La aparición del precepto ocasionó el resurgimiento en la doctrina
científical77del espinosotema de la protecciónpenal ante incumplimientosde
otrosórdenesafectados,en estecasoel civil. El DerechoPenalsólo debeaplicarse
cuandolos medios e instrumentosde los órdenesafectadosresultenineficaces,
t99t, págs . 18 y 49¡ PEREZ MANZANO, M. , <<El- delito de

impago...)r op. cit., pá9. 31-.
L'76
!r â _l u. : ,s t i f i c a c i ó n de l-a incorporación de este nuevo
precepto apafece en l-a propia Exposici-ón d.e Motivos de la LO
3/1989, de 2I de junio, y radica en la "protección de los
miembros económicamente más débil-es de la unidad familiar
frente al incumplimiento de deberes asj-stenciafes por el-
obligado a prestarlos (. . . ) consistentes en el- impago de
prestaciones económicas establecidas por convenio o
resofución judicial, €o los casos de procesos matrimoniales,
intentando asi otorgar l-a máxima prot.ección a quienes en las
crisis matrimoniales padecen las consecuencias de la
insolidaridad del- obligado a prestacj-ones de aquella clase".
L7'7.-
Véanse BAJO FERNANDEZ, M., La actual-ización del-
Códiqo PenaL de l-989, Madrid, 1989, págs. 71-80; BOIX REIG,
J., (et. aIt.), <<Lá reforma...>>, op. cit., págs. 110-t16;
P E R E Z M A N Z A N O ,M . , < < E l d e l i t o de impago. . . )), op. cit. , págs.
33 v ss.
L07

pero no cuando éstosno han llegado a utilizarse; por ello deberíacontrolarsey
previstas,en el presentesupuesto,
exigirsela aplicaciónde las medidasespecíficas
en el Código Civil tendentesa asegurarel cumplimientode las obligaciones,y
únicamente cuando éstas no fueran suficientes para lograr los fines previstos,
entoncessí, acudir alavíapenal, perono instaurarun mecanismopenalpreviolT8.
A las anteriores críticas se une igualmente otro argumerúo, quizás más
importante,para rechazarla incorporacióndel art. 487 bis u otros de carácter
similar. Nos referimos al choque entre dicho precepo y el art. I I del Pacto
Internacionalde DerechosCiviles y Políticos, eu€ establecela prohibición de
imponer penas privativas de libertad por incumplimiento de obligaciones
contractuales,lo cual remite al polémico y controvertido tema de la desterrada
<prisión por deudas>>,

tema que será tratado con más detenimiento en otro
momento del presentetrabajo de investigación.Ello no obstante,se debe dejar
claro que el preceptoque comentamosno parecevulnerarel aludido artículo 11
del PactoIntemacional,en tanto que la prisión no seproduciría en ningun casopor
el impago de deudas,sino por el incumplimientode una obligaciónprocesalo la
a una resoluciónjudicial.
desobediencia
''o.-
17R
Incluso, como manifiesta BAJO FERNANDEZ, hubiera
sido suficiente la aplicación deI delito de desobediencia
para conseguir el cumplimiento de estas conductas, de forma
que si únicamente con el artículo 237 no se hubiera logrado
Ia eficacia perseguida, entonces deberia haberse aprovechado
el momento para modificar dicho precepto y concederle mayor
ef icacia, < < L áa c t u a l - i z a c i ó n . . . ) ) , o p . c i t . , p á q . 1 9 .
108

Sin embargo,la posiblewlneración del citado art. 11, que no entendemos

producida,no es el argumentoesencialpara cuestionarse
la creaciónde supuestos
similaresal487 bis CP. Ciertamente,hemosde compartirla opinión de la docfina
penalista acercadel caráctersubsidiariodel DerechoPenal para supuestosen los
que el recursoa otras vías seatotalmente ineftcaz,porque tipificar conductasque
pueden ser de naturalezaprocesal civil (tales como los acuerdosjudiciales
derivadosde un procesomatrimonial)conviertea las mismasen delitos, con el
consiguientepredominiodel interéspúblico, en dondelos esquemas

por los que se
rigen sonopuestosal campocivil.
Ademas, la implantación de dicho tipo de sancionesdebería realizarse

medianteuna ponderaciónentrelos fines que sepretendelograr y el interésque se
pretende proteger, es decir, deberá estar informada por el principio de
proporcionalidad,que si bien puedehallar sujustificación en el art. 487 bis CP"',
díficilmente podría encontrarla en una medida impuesta para gararúizar vna
obligación en la ejecución forzosa. Ademas, y nuevamente,nos obliga a

plantearnos la utilidad de dichas medidas para lograr el cumplimiento de la
obligaciónprocesalen la fasede ejecución.Al acreedorno le satisfaceunamedida
rle -
. No debe ol-vidarse que el tipo de conduccas que
sj-rven de sustento a dicho delito entran dentro del campo de
l-os denominados <<procesos c j-viles inquisitorios>>, err. ros
^,,^1^^
u Lrd.-LED, I,cDc a su .-Ll --î
ubicación civil-, se hall-a especialmente
c^mñr^ma]- j dn el i nf.erés nrihliCO.
109

de carácterpenal,puestoquea travésde ella no va a lograrla satisfaccióndeseada.
En consecuencia,aparte de que dichas medidas legalmente sean de dificil
aplicación,si se salvarael obstáculode su conveniencia,nos encontraríamos

con
el de su escasautilidad ademásde evidentedesproporcionalidad.
Menos problemáticanos parece,por el contrario,la segr.mda

vía de carácter
penalquepuedeproponerseparasancionarla obligaciónprocesal.No se x;ataaquí
de configurarla conductacomo un delito reguladoen el CódigoPenal-con todos
los inconvenientesvistos-, sino de que en el mismo proceso civil pueda ser
impuestauna sanción, que tendría caráctermás bien penal, reguladay prevista
especificamente
en la Ley de EnjuiciamientoCivil. El ejemploque puedeservir
para ilustrar estapropuestaseríaIa actua| aunqueproblematic4 figura del <anesto
del quebrado>del an. 1335 de la LECr80,en la cual se impone una sanciónde
arresto mayor al quebrado por medio de auto que dicta el propio juez de la
jurisdiccióncivil queconocedel asunto.
No nos parecetan arriesgadalaposibleregulaciónde una medidade esta
nafrxalezaparagarantizarIaobligaciónprocesalen la fasede ejecuciónr8l.En este

1 8 0 -.
Figura en rel-ación con l-a cual el Tri-bunal
constitucional ha admitido su constitucionali-dad en la src
L7B/I985, de 19 de diciembre, y que se estudi_a en páginas
posteriores,
181.-
Esta via, sin embargo, se ha mostrado perfectamente
apricabre y útil especialmente en el Derecho aremán prasmado
en l-a figura de l-a <<obrigación de manj-festación de bienesrr,
recogida en 1os parágrafos 899 y ss. de la ZpO.
110

momento existe un interés digno de protección que no es sólo el del acreedorde
satisfacciónde su derecho,sino que, si recordamoslas corrientessocializadoras
del proceso,tambiénseprotegeel propio interéspúblico en el cumplimientode las
resolucionesjudiciales. Por ello, creemos que dichos interesesjustifican la
imposiciónde sancionesde tal entidadpara lograr el perfectocumplimientode la
sentenciajudicial, sin que puedan entendersedesmesuradas

o excesivas,sobre
todo si setienepresentela situaciónactualen un temade tantarelevanciacomoes
la ejecuciónde las sentencias.
Ciertamente,es el criterio seguido por otros ordenamientosde nuestro
entornojurídico como el Derecho alemán,el cual decide consagrarsancionesde
tipo personalpara rcfotzar determinadasobligacionesprocesales,como sucede
con la de manifestaciónde bienes.Así, se opta por imponermedidasde cnácter

personalante la negativaal cumplimiento de ta obligación por parte del sujeto al
cual va dirigida la misma, lo cual patentizala sensibilizacióndel legisladorde

aquel país, en línea con la tradición legislativa, por lograr la eftcaciade la
ejecución de las sentenciasen el c¿rmpodel proceso civil, y de las propias
obligacionesprocesales.Sensibilizaciónque debieraser tomadaen cuentapor el
legisladorespañolen el sentido de seguir las pautasmarcadaspor el Derecho
alemán,u otras similares,que lograranla eficaciadel proceso,en especial,en el
momentode la ejecución.
Ahora bien, el elenco de sancionesaquí propuestono agot4 en nuestra
111

opinión, las diversas posibilidades existentes,sino que pueden encontrarse

jurídicas -sanciones-imponibles a los
igualmenteotro tipo de consecuencias
sujetosque incumplanuna determinadaobligaciónde naturalezaprocesal,

lo que
sucede es que habrá que determinarlas, en cierto modo, en función de las
conductasque se pretendasancionary de las propias personasfrente a las que se
dirija la obligaciónprocesall82.
!82.-
Obviamente, la entidad y natural-eza de la sanción
puede variar según la propia obligación procesal en concreto
que garantice. Asi, l-as consecuencias juridicas frente a las
partes que incumplen una det.erminada obligación procesal
j'i fori c- E^ imnn-^-¡ f ¡anf
n¡rirán
Irvu!Gr¡ ur!E!r! r cv lvo !I q ¡pq a
yu\ tEt Al ty1vtr\ r o
E rJosm
l r nr ll J l \ J n _LltrlJr-/rlgcrlr II€11Lc; a a'l
d.L
órgano j urisdicci-onal. Aunque, en cualquier caso/ l_as
conclusiones a las que se llegue dependerán también del-
¡an¡anJ- a n - - , r rf r gi u
¡nn r a c rnol n A n
^rr ra
q u e so ae s- - fi g¡ -a
^ri^
o.e ra
^^
sancaon.
7r2

CAPITULO SEGUNDO
LAS OBLIGACIONES PROCESALESEN EL

ORDENAMIENTO PROCESAL ESPAÑOL
I.- INTRODUCCION
Hasta ahora se ha tratado de perfilar con mayor precisión y rigor la figura

de la obligación como categonaqueintegr4 entre otras,el procesogenéricamente
entendido;y así seha conformadosu origen,concepto,fundamentoy, en especial,

jurídicas derivadasde su inobservancia.
las consecuencias La finalidadperseguida
ha sido el determinarel sentidoque debeconcederseaquí y ahoraa una categona
ciertamente muy aludida, pero escasamentedesarrollada, al tiempo que se
establecían
los parámetrosgeneralesde desarrollode la mismasi bien, como seha
indicado,con claraalusiónal procesocivil.
Así, y lrnavez establecidas

las líneasgeneralesde dicha categoríaprocesal
el siguienteobjetivo, que presideestecapítuloes tratar de sistematizar,de forma
general,las obligacionesprocesalesque potencialmente
puedenexistir en nuestro
OrdenamientoProcesal,labor no abordadahastala fecha en la doctrina a nivel
positivol83,de ahí la dificultad quepuederodeara la elaboraciónde la pretendida
r 8 3 .-
La única excepción, de poder cit.ar alguna, la
113

sistematización.
Ahora bier¡ debetenersepresenteque la enumeraciónde aquella
categonaque aquí serealiza no pretendeser exhaustivani su tratamientodetenido,
sino que setraena colacióndiversasobligacionescon el fin de evidenciarque las
mismasno son extrañasen el ordenamientoprocesalespañol.
Por ello, con el fin de lograr la pretendidasistematizaciónse ha optado,

como seguidamentese comprobara, por realizar una distinción atendiendo a
criterios subjetivos,si bien configuradosde forma sui generis, de las diversas
obligacionesprocesalesque pueden surgir en el seno del proceso. Así, se
diferenciaentre las que incumbenal órganojurisdiccional y a las partes,como
intervinientesprincipalesen el proceso,y las que pueden ser impuestasa los
tercerosajenosal procesolos cuales,en ocasiones,prestanuna aluda de gran
relevanciaen el desarrollodel mismo.
Pero, el estudio rcalizado se abordadesdela óptica de los diferentestipos

de procesosreguladosen las Leyes procesales,esto es, los procesospenal,civil,
laboral y administrativo,aún sin pretenderrcalizar un estudioen exhaustividadde
cada uno de ellos. Sin embargo,pese aI carácferesquematicode las páginas
subsiguientes,nos vamos a dar cuenta de la nat¡raleza camaleónicade la

obligaciónprocesal,segúnel distinto tipo del procesoen que nos situemos,pero
constituye 1a aportación que real-izara C A R N E L U T T Ts o b r e l - a s

posibles obligaciones existentes en elproceso. para erlo,
pueden verse sus <<Instituciones. . . ))¡ Vol-. I, op. cit. , págs.
356 y ss.
114

sobretodo, de la variedadde consecuencias

jurídicas impuestasen cadaproceso
antesu inboservancia.
Así, nos vamosa encontrarcon figurasque,si bien podrían
ser susceptiblesde calificarsecomo obligacionesprocesales,nos abren nuevos
camposen el entendimientodel conceptode la sanción,o al menos,nos deben
hacerrccapaciar sobreel significado de ella.
En cualquier caso y por 1o que aquí interesaeen las páginas siguientes

quedade manifiestoque la obligaciónprocesal,comotal, y en contrade lo pudiera
pensarsees conocida en el OrdenamientoProcesalespañol,si bien en menor
medidaen el campodel DerechoProcesalCivil.
rI..OBLIGACIONES PROCESALES DEL ORGANO

JURISDICCIONAL
Si bien con un fin pedagógicoel estudiode las obligacionesprocesales

puede realizarseempleandoun criterio subjetivo, en atención al cual se distinga
entre las que incumbenal titular del órganojudicial y las que atañena las partesy
a terceros,desdeun ptrnto de vista técnico-jurídicola distinción entre dichas
categoríaspuedeno parecerexacta.Las obligacionesprocesalessólo puedenser
sistematizadas,en aplicación del criterio subjetivo, entre las que afectan a las
partesy las impuestasa terceros.Al margenpareceque debenquedarlas supuestas
<obligacionesprocesalesdel juez>>,las
cualesno poseenun único fundamentoal
115

igual que la de los restantesintervinientesen el proceso.
Las obligacionesdeljuez, derivadasde su función,y consistentes

enjuzgar
y hacer ejecutar lo jtrzgado con sumisión a la Constitución y al resto del
OrdenamientoJurídico, más que merasobligacionesconstituyenuna de las caras
de la monedade los denominados"poderes-deberes"l84

que incumbenal juez en el
ejerciciode la potestadjurisdiccional.
Precisamente,
y como es sabido,la potestadpor definición, en Ia teoría
general del Derecho, se configura no como una facultad, tampoco como una
obligación,sino como un "derecho-obligación"

o, si seprefiere,como un "poder-
deber".La potestadlleva ínsita en sí misma una "fuerzade mandojurídicamente
vinculante a terceros"tst, que se fraduce en el estado de sujeción general,

1 8 4 . - En t en d i d o s
ta mb i é n como potestades y difer enciadas
del- "p o d e r " g e n é ri ca me n te e ntendido. Sobr e la distinción
ent re a m b a s fi g u ra s p u e d e n ve rse, entr e otr os: DE LA CUETARA,
J-M'., La actividad de l-a Administración, Madrid, 19g3, págs.
48 y ss. y 67 y ss.; FATRENGUTLLEN, v., poder, potestád,
función jurisdiccionaJ- en l-a actual-idad, en <<nst-udios de
Derecho Procesal civil, penal y constitucional>>, Tomo r,
Madrid, 1983, págs. 5 y ss.; FRosrNr, v. , potere (Teoria
Generale) , en <<Novisimo Digesto rtali-ano>>, Tomo xrrr, Torino,
1 9 8 3 , p á 9 s . 4 4 0 y s s . ; G A R C I A D E E N T E R R I A , E . ,/ E E R N A N b E Z , T . R . ,
<<Curso
M., Aproximación af concepto de potestad jurisdiccional_ en fa
constitución Españo7a¡ €rr <<Anuario dé ra Facultad de
Derecho>>. universídad de Extremadura (cáceres), 1984-1985,
núm. 3, págs. 418 y ss.
18s.-
FATREN GUTLLEN, v., <<poder, potestad...>>t en
<<Estudios de Derecho Procesal- civir . . .Dt Tomo r I op. cit. ,
ná¡ ?A
7L6

entendidacomo necesidadde obedecertsí,alaque estiínsujetosno person¿rs

en
concretosino,debidoa su caráctergeneral,el conjuntode los ciudadanosl8T,
y QUo
derivade la superioridaddel sujetoquela ostental88.
El fundamentode las obligacionesde todo tipo que se imponen a los

jueces,para lograr una rectaadministracióndejustici4 respondeal oficio público
del titular del órganojudicial al queel art. ll7 de la Constituciónle encomiendala

potestadjurisdiccional si bien, como se vera, según el Tribunal Constitucional
tambiénel artículo 118 de la CE alcat:zaa los propiosórganosjurisdiccionales,lo
cual es capu de generarpotencialesobligacionesprocesalespara los Juecesy
Tribunales.En consecuenci4es tambiénen el art. 118 de la Constitucióndonde

puede encontrarseun pilar sustancial en la configuración de las obligaciones
procesalesfrente a los órganosjurisdiccionales,aunque entendidasdesde la
especialóptica que rodeaal caráctery nafinalezade estosórganos.
Por todo ello, el juez se encuentraobligado a adoptar las medidas
necesariaspara ¿Negurarel mejor resultadodel proceso, especialmenteen el
l - 8 6 .-
Como así 1o manif estaba CARNELUTTI, F. ,
<<Sistema
187.
GARCIADEENTERRIA,E.,/FERNANDEZ,T.M.,<<Curso...>>'
rlrnmn T
L , op. cit., páq. 443.
188
Cfr. FAIREN GUILLEN, V. , <<poder, potestad. . .), en
<<Estudios de Derecho Procesal Civil...)), Tomo Tt op. cit.,
n¡d <l
.Y*Y.
LLl

momento de la ejecución de las resolucionespor é1 dictadas,a través de la
utilización de los poderes-deberes

derivadosde la potestadjurisdiccional y, en
cierto modo, de la obligacióngenéricarecogidaen el artículo ll8 de la CE que
también a ellos alcarza. Poderes-deberesque se traducen para el órgano

jurisdiccional en auténticas obligaciones procesales, las cuales aparecen
teforndas. ya queno debeolvidarseque en el ejerciciode susfuncioneslosjueces

y tribunalesno puedencomportarsearbifariamente, puestoque si así lo hacensus
decisionespodrrínserrevocadas,
y ademaslespodráserexigidaresponsabilidad.
Sin embargo,aquí no se abordauna clasificaciónde aquellaspresumibles

obligaciones,sobre todo, porque el ex¿rmende las potencialesobligaciones
judiciales tales como la del non liquet, de intervenciónen la fase probatori4
pronunciamientode la sentenciadentro de un plazo razonableo sin dilaciones
indebidas,etc., etc., exigiría, probablemente,el estudio de la mayona de las
nofinasprocesales,
queno sonsinomandatosdirigidosal juezl8e.
III.. OBLIGACIONES PROCESALESDE LAS PARTES
I.- INTRODUCCION
r 8 e .- p R r E T o CASTRO,
cfr. L., Derecho ProcesaJ_ Civil_,
Madrid, 1988, p á 9. 45.
118

Obligacionesprocesalesson las que nacencon ocasióndel proceso,

pero mas concretamenteson las obligacionesque, en el seno del proceso,se
imponentanto a partescomo a terceros,con claro fundamentoconstitucionalen el
debergeneralde colaboracióncon la justici4 cuya inobservancialleva aparejada
una sanciónjurídicaleo.
La definición efectuadanos conducea excluir del presenteestudio las

obligacionesque incumben a los sujetos intervinientesen el proceso, cuya
actuaciónobedezcaa relacionesde índolejurídico-privadacon las partes,como
son las de abogadosy procuradoteslel,los cualesintervienenen el procesoen
función de la relación que les une con sus clienteste2,y cuyas obligaciones
específicasen el senodel mismo derivande la relaciónde tipo contractualque les
une con laspartesle3.
1e0--
sanción que ha de ser entendida, en ro sucesivo, €'
el sentido anotado en páginas anteriores.
leL
-- si bien en ambos casos en sus Estatutos se res
impone eI deber general de colaborar con la Administración de
Justicia. Véase el- artículo 11 del Estatuto General de l_os
Procuradores de los Tribunares, y er artícuro 39 der Estatuto
General de l-a Aboqacía.
L e 2-
- consideraci-ones extendibr-es a r-as personas gue
representan a alguna Administración pública, seá el_ anogáoo
del Estado, Letrado perteneciente a ros Servicios Jurídicós o
Entidad Juridica de una comunidad Autónoma o Entidad local, u
otro l-etrado. Véase el articul_o 44i LOPJ.
1e3.-
cfr. art. 4.2 del Estatuto Genera] de l_os
Prnnrr -- --,
r: rlnraq y el art. 53.1 deI Estatuto General de Ia
Abogacia.
LL9

Tambiénquedaríanexcluídaslas obligacionesque la Constitucióny laLey

imponen específicamenteal Ministerio Fiscalleo como órgano promotor de la
justicia, cuyo fundamento,obviamente,difiere de las obligacionesprocesales
estudiadasen el presenteapartado.
Una vez realizadaslas anteriorespresiciones,el punto de partida de la

sistematización
podríarealizarse,como se ha destacadopor algún autorles,con la
cita de la "no realizaciónarbitraria del propio derecho"como primera obligación

que atañe a las partes a las que el ordenamientoles prohibe, por regla general,
acudir a la autotuteLareá
.
Dicha prohibición constituyeel fundamentosociológicodel procesodado

que el Estado, consecuentemente
con la interdicción de la autotuela,regula el
procesocomomecanismode resoluciónde los conflictos.
re4.- Véase
el art. L24.\ de la CE; art. 435 LOPJ v art. 1
del Estatuto orgánico del Ministerio Fiscal (Ley so/ig}L, de
30 diciembre).
les.-
CARNELUTTf, 8., <<rnstj-tuciones...))t vol. rt op.
91t., pá9. 3 5 1, y < < S i s t e m a . . . ) ) , V o t . I , o p . c i t . , págs. B7-B-
879.
te6.-
Entendida como "la resolución de un conflicto por
uno o los dos sujetos mediante su acción directa, erl lugar de
servirse de ra acción dirigida hacia el Estado a través de1
proceso". véase ALCALA-ZAMORA Y cASTrLLo,N., <<proceso,
autocomposición...Dt op. cit., págs. 49 y ss.
L20

Sin embargo,la prohibición de la autotutelano puede ser configurada

como una genuinaobligaciónprocesal,puestoque las partesno estánobligadasa
acudir al proceso.Lo que se les prohibe es la "realizaciónarbitaria del propio
derecho",cuya infracciónse sancionapenalmentetet.

Pero las partesdisponende
otrasvías -apartedel proceso-a las quepuedenacudir para resolversusconflictos,
tales como el arbitraje,sin que por tanto puedahablarsede la obligaciónde no
recurir a la autotutelacomoobligaciónprocesal.
2.- GENERICAS
2.1.-Lealtad y Probidad
Para el DerechoProcesallo que adquiererelevanciano es

tanto el deber de decir verdad, puesto que es una regla de conducta human4
cuantoel comportamientoleal,no malicioso,ni temerariode 1aspartesle8.
I O?
VCASC elart. 337 del- Código penal_ que tipif ica
d i c h a c o n d u c t a y l-a sancj-ona con una multa de cuantía no
inferior a las l-00.000 pesetas.
1e8.-
Véase sobre eI Lema, en especial, €I trabajo de
couruRE El- deber de l-as partes de decir l-a verdaá, en
<<Estudios de Derecho Procesar civil>>, Tomo rrr, Buenos Aires,
L989, pág- 253, €Ír el que manifiesta que "lo que el proceso
requiere no es sol-amente l-a verdad f ormal-; requiére la
lealtad, el juego limpio y no eI subterfugío"
1-27

La obligaciónde las partesde comportarsedentro del procesosegúnlas

reglas de lealt¿dy probidad, se encuentrarecogida con caráctergeneralen el art.
1l.l LOPJ, cuandoestableceque "en todo procedimientose respetaránlas reglas
de la buenafeulee.
Posteriormenteeste principio general, consagradoen la LopJ, ha sido
reiteradoen la Ley de ProcedimientoLaboral'oo.Arí, su art. 97.3 sancionalamala
fe o notoria temeridaddel titigantecon una multa no superiora 100.000pesetas,
que se agravaen el supuestode que el condenadoseael empresario,en cuyo caso
deberáabonartambién los honorariosde los letradosde ambaspartes.Dicho

preceptoencierrauna auténticaobligaciónprocesalparalaspartescuyo campode
aplicaciónse extiendea todo el procesocomo así lo prueban,entreotros,los arts.
r99
Disposición similar a ra de la LopJ se encontraba va
en ra L.o. 2/l.979, de 3 de octubre, del Tribunál
constitucionalr eu€ en su art. 95.2 prevé l_a imposición de
las costas a l-os recurrentes que hayan actuado de mal_a fe y,
en su apartado 3o, sanciona dicha conducta con multas áe
5-000 a 100.000 pesetas; y que es más avanzada que l_a LopJ,
ra cual no ha establecido expresamente sanción para su
incumplimj-ento.
200
Aunque¡ ro debe olvi-darse que dicho princi-pio es
contemplado, igualmente, por la L.o. 2/L987, de lB de mavo de
conflictos Jurisdiccionales, eue en el art.18 ofrec-e la
posibilidad al- Tribunal- de conf l_ictos de imponer murtas no
superiores a 100.000 pesetas, a fas personas, investidas o no
de poder público, a ]a autorj-dad administrativa o judicial,
si hubieren actuado con manifiesta temeridad o malJ fe, sin
perjuicio de ras demás responsabilidades que en su caso
procedan.
122

66.3' 149.4ó 222.3 de la LPL, los cualessancionanla conductamaliciosacon
remisionesal principio generaldel art. 97.3paruLaaplicaciónde la sanción.
En los restantesprocesos,las consecuencias

legalmenteprevistaspara los
supuestosde falta de lealtady probidadconsisten,únicamente,en la imposiciónde
las costasal litigante que obre de mala fe. Este es el criterio generalseguidotanto
en el procesocivil -vgr. arts. 523.1,710.2,782.2,896.3ó 1475.1de la LEC-;
como en el penal -arts. 44, 70, 240.3 ó 776 de la LECRIM-, y también en el
administrativo-art. 131de IaLJCA-.
Pero, es frecuenteademás,que nuestro legislador, a la condenaen costas

aftadatambién
una indemnizaciónporlos dañosy perjuicioscausados.
Así, junto a
la obligacióndel pago de las costas-analizadaen paginasposteriores-,se arbitra
en la ley una segundaobligación de reembolsode los daños2otq.r. nace,en la
mayoría de los supuestos,como consecuenciade una conducta temeraria o de
mala fe, que grava a la parte que haya actuado ímprobamente. Dichas
consecuencias
seprevén,sobretodo, en el ámbitodel procesocivil -vgr. arts.562,
625, r4l2 y 1413,1427, 1646de IaLEC-, aunquetambiénlos mismosefectos
podrían predicarseen el proceso laboral, de una interpretacióndel art. 75 LPL,
sobretodo en su apartadotercero.
20r
Como auténtica obligación F.q r-nnf -i
r Yn r u
r r! ¡ r lsr v q h^r
-yv!
CARNELUTTTe n s u s < < I n s t i t u c i o n e s \Znl T
Lf n
vYn. ¡.i+
uJL. ¡ Pc1gD.
lhá- <hh
I23

En cualquiercaso,no debeolvidarsela posibilidadde que la mala fe, si se

presenta acompañadade un ánimo lucrativo y perjudica el patrimonio de la
contraparte,puede ser constitutivade un "delito de estafaprocesal".En dichos
casosnos enconfr¿Imos
en presenciade un tipo delictivo del general de estaf*o2
del art. 528 CP, caractenzado
porquesólopuedecometerseen el senodel proceso,
y queextiendesu c¿rmpo
de aplicacióna los distintostiposprocesales203.
2.2.- Cumplimiento de las resolucionesjudiciales
Nuestro Texto Fundamental establece en su art. 11g la

obligatoriedad,con alcancegeneral,del cumptimientode las resolucionesdictadas
por los órganosjurisdiccionales.Dicha obligaciónse configuraen la doctrinadel
Tribunal Constitucional como un auténtico derecho fundamental de la
contraparte2o4,
QVaexige al órganojurisdiccionallaadopción de las medidasque
202.-
V é a s e O L T V A , H . , L a e s t a f a -pprroi ncceispai '|o, s M a d r i d , \ g 7 0 ,
pág- 89 y 96 y ss.; soro NrETo, F., éticos en el_
proceso: el- f raude y l-a estafa procesales, en <<Revista de
Derecho Privado>>, L914, VoI. LVIII, pág. 907.
203.-
cfr. olrvA, H., < < L ae s t a f a . . . ) , op. cit., pág. 96.
204
-- Nuestro TC desde su importante sentencia 32/rgg2, de
7 de junio, estableció que el derecho a la ejecución de fas
sentencias se integra como contenido esencial det derecho a
ra tutela judiciar efectiva. Doctrina que se reafirma de
forma constante en las ssrc 6r/t984, de 16 de mayo; 6i /rg}4,
de 7 de junio, 6 5 / ! 9 8 5 , d e 2 3 d e m a y o ; 1 5/ I g B 6 , d e 3 1 d e
L24

asegurenla mayor efectividadde lo resuelto,con la intensidadnecesari4porque
sólo asísesatisfaceel derechoa la ejecuciónde las sentencias205.
Dicha obligación se refrendaigualmenteen nuestraLOPJ que prevé, en su

art- 18.2, la ejecuciónde las sentenciasen sus propios términos.No obstante,
también es prevista por el TC, y consiguientemente

por el art. lg LopJ, la
imposibilidad del principio de identidad entre lo estatuído en el fallo y lo
ejecutado,y la constitucionalidad,en dichos c¿rsos,

de sustituciónde la condena
por su equivalentepecuniario206.
Pero, con claro fundamentoen el art. I 18 CE y en aras de garantizarla

obligación general del cumplimiento de las resolucionesjudiciales, se pueden
imponertanto a las partescomo a los tercerosy demásintervinientesen el proceso
ohas obligaciones, de carácter mas bien instrumental, para lograr la finalidad

perseguida2ot,atrrque en nuestra legislación se establecende forma altamente
enero; LtB/1986, de 20 de octubre; r6i /LgB7, de 2g de

octubre; 28/L989, de 6 de febrero, r4g/r9|g, de 2! de
septiembre; B0/r990, de 26 de abril. t2o/rggr, de 3 de junio.
2os.-
s s r c 2 6 / : - 9 8 3 , d e 1 3 d e a b r i t _ ; 5 g/ L g g 3 , d e 2 9 d e
junio ; 33/L986, de 2l de febrero ; L25/I9Bj
, de j_5 de julio;
L 6 1/ 1 9 8 1 , d e 2 8 d e o c t u b r e ; 2I5/L988, de 1_4 de noviémbre;
28/1'989, de 6 de febrero; rrg/,lggg, de 22 de septiembre;
I20/199t, de 3 de junio.
206.-
ssrc 69/1gg3, de 26 de jurio; 5g/rg|3, de 29 de
junio; 67/L984, de 7 de junio; L49/1989, de 22 de septiembre;
ILg/ 1988, de 20 de junio, 94/L99L, de 1,j de octubre.
.- Tales como las obligaciones procesalestendentesal descubrimiento y localización
1,25

restrictiva.
La restricciónde obligacionesse acentúa,en especial,en el procesocivil

en el cual la inejecuciónde la sentenciaen suspropios términosda lugar a una
conversiónsubsidiariade la misma en un resarcimientode dañosy perjuicios20s,
convirtiéndoseasí la obligación específicade dar cosadeterminada,hacer o no
hacer,en obligacióngenéricade daruna sumade dinero, ante la inexistenciade
medidas coactivas que conminen al cumplimiento <in natura> de la sentencia.
Aunque, es a partir de este momento donde encontramosmayores problemas

puestoque el c¿Impode la ejecuciónde obligacionesdinerariases, si cabe,más
defectuosoque las ejecuciones<in natura), en especialcomo veremos,en lo
relativo a la locaLización
de bienes.
En el proceso administrativola fase de ejecucióncontrasta,en ciertos

aspectos,con el procesocivil, ya que se mantieneen la actualidadun sistemade
ejecución"administrativista"en el que la Administraciónostentadeterminados

privilegios, sobretodo en materiade ejecuciónde sentencias2Oe.
Aunque también
de bienesdel deudora efectosdel embargo.

208
-- Es la solución adoptada por nuestro legislador en
l-os supuestos de ejecución por obrigaciones de hacer o no
hacer de 1os arts. 924 y 925 de la LEC.
20e.-
Entre ellos destacan, principalmente, fa posibiridad
de autoejecutar las sentencias administrativas -art. 103
LJCA-; Ia suspensión de la ejecución -art. 105.1.b) LJCA-, y
l-a posibilidad de inejecutar su parte dispositiva -art.
105. 1. c) LJCA-. GfMENO SENDRA, V. , (et. a 1 t _ ) , < < C u r s o. . > > ,
L26

es cierto que,con independencia

de dichosprivilegios,la ejecuciónadministrativa
constituye para La Administración una auténtica obligación2lo,como así se
estableceen el art. 118 cE, e igualmentey de forma explícita, en el art. 17.2
LOPJ.
Sin embargo,pesea la obligaciónde la Administraciónde cumplir con las

resolucionesjudiciales, la situaciónvaría en el supuestoen que ella seala parte
ejecutante.Cuandola Administración resultavencedoraen un pleito puedeiniciar
de oficio la ejecuciónforzosa,y paralograr la efectividadde la mismadisponede
todo un conjunto de medidas,como los apremiossobre el patrimonio, la multa
coercitiva,e incluso la compulsiónsobrelas personas"t,con el fin de obtenerel

perfecto cumplimiento de la sentencia,las cuales contrastanclaramentecon las
establecidas
en la ejecucióncivil.
En el procesolaboral,el art. 238.1LPL reiterala obligacióndel art. 118de

la Constitución,refrendadaigualmentepor el art. 18 LopJ, de cumplimientode
las sentencias
en suspropiostérminos.Sin embargo,la novedadseencuenfoa
en el
op. crt., pá9. 363.

zto.-
G T M E N OS E N D R A ,v . , (et. alt. ), < < c u r s o .. . ) ¡ op. cit.,
pá9. 361.
2LL
-- Medios de ejecucj-ón forzosa que se recogen en ar-
articulo 96 de ra Ley 30/L992, de 26 de noviembre, áe Régimen
Jurídico de las Administraciones públicas y del procedimlento
Administrativo Común.
I21

apartadosegundodel aludido precepto,en el cual seregulan, por vezprimera en la
Ley de Procedimiento Laboral, medid¿s coercitivas como son los apremios

pecuniarios2l2,impuestos discrecionalmentepor el juez o tribunal a los
particulares, sean las partes o terceros: erro incumplan con las obligaciones
establecidas
en una resoluciónjudicial, y que configuran,en nuesfraopinión,una
auténticaobligaciónprocesal.
Aunque, es necesarioprecisarque las medidasreguladasen el art. 238

LPL, pese a integrar el capítulo de "Disposicionesde caráctergeneral" a la
ejecuciónde sentencias,
no son de aplicabilidaden todos los supuestos,
ya que se
establecencasos especialesen los cuales dichas medidas siguen un régimen
distinto2l3,o seexcepcionan2la.
212
-- Medidas que encuentran su afín en r-a figura creada y
util-izada en el- Derecho francés conocida con ár nombre dé
aqfrainra ^\ 1 1 1^,
qvt como
vVfLLV hemos
rrgtLLVD visto en náo'i nas anfer.i oraq a e
f v¿
usada comúnmente por los tribunares frañceses no sólo en la

ejecución, sino a 1o largo de todo er proceso, si bien, ef
hecho de que ro recaudado no se destine ár ejecutante sino al_
Tesoro Púbi-ico, fo asemeja más a la institución der contemat
of court del- Derecho angloamericano
273-
- Tares son los supuestos d e r - a s < < jee c u c i o n e s de
sentencias fj-rmes de despido>> -arts. 275 y ss. LpL-, eD ros
cuales er art. 238.2 de l-a LpL es sustituido por er art. 282
que establ-ece fa obligación para eljuez de imponer mu]tas
coercitivas af empresario, por cada día de retraso en el_
cumplimiento de la obligación de readmisión en debida forma,
uuyd c^ rur â^nr <t r a ^ sará f i -i¡rl: n^r
.yv!
a
E' rl
-irra-
)ueL
-en atención a las
circunstancias recogidas en ef precepto-, y que "no podrá ser
inferior al importe der safario diario del mismo, ni superior
al de cuatro veces esta cantidad".
21'4
-- como así se estabrece en materia de "eiecución de
728

En cualquiercaso,en última instancia,la sancióndel incumplimientode la

obligación de ejecutar las sentenciasy demás resolucionesjudiciales puede
realizarsea través de la posible condenapor un delito de desobedienciaa la
autoridadjudicial, en aplicacióndel art.237 CP"t, arxtquedebetenersepresente
la eficaciareal de dicho preceptocomentadoen páginasanteriores.
Pero,el legislador,en ocasiones,

tambiénha creídoconvenienteestablecer
sancionespenalesespecíficas-apartedel delito de desobediencia-,
en atenciónal
bienjurídico protegido,ptr& procurarel perfectocumplimientode las resoluciones
sentenc j-as f rente a Entes públicos " , en l-as cual-es el art .

285 .! LPL autoriza al- órgano j urisdiccional- para que en l-as
ejecuciones seguidas frente ar Estado, entidades Gestoras o
servicios comunes de ra seguridad social- y demás Entes
públicos, adopte cuantas "medidas sean adecuadas para
promoverlas y actuarlas"; pero, efl eI apartado d) del párrafo
segundo deI mismo precepto, s€ excepcj_ona la vigencia del
art. 238 gu€, en dichos supuestos no es de aplicación. Asi,
en la LPL, se concede un trato diferenciado a l_a
Administración, en relación con los restantes procesos de
ej ecución, al- no facultar al- luez para l_a imposíción de
apremios o murtas coercitívas cuando ros infractores son
Entes públicos. La situación así establecida en l-a LpL
constitüye una clara discriminación en favor de dichos Entes
por suponer un atentado contra el principio de igualdad
consagrado en el art. L4 CE. Además, Do debe olvidarse que l-a
Administración está sometida a ra ley y por el-Io se encuentra
oh'l icrad¡ ¡I .irmnl'im'ian1-n r* {. ¡j -irrciir-.iaIr
IaS f e S O I U C Ii _
rrnes r**r_,*res, COmO
así Io dispone eI propio a r t . 1 , 1. 2 L O P J .
2L5.*
Como así es defendido por algún autor. Véase en este
sentido R A M O SM E N D E Z , F . , D e r e c h o P r o c e s a L C i v i f , Tomo II,
Barcelona, 1992, pá9s. 1024-L026.
L29

emanadasde sus órganosjudiciales. Tal es el criterio adoptadoparu garantizwla
obligacióndel pagode pensionesestablecidaen conveniojudicial en los supuestos
de separaciónlegal, divorcio o declaraciónde nulidad del matrimonio, que se
sancionaen al art. 487 bis CP con la penade anestomayor y multa de 100.000a
500.000pesetas.
3.. ESPECIFICAS
3.1.-Obligaciónde comparecenciaen el proceso
En el procesocivil la falta de comparecenciade la parte

demandadalleva implícita, como principal efecto, la declaraciónen rebeldíade la
misma.El demandadodebecomparecersi no quiereserdeclaradoen rebeldíAcon
la prosecucióndel procesosin supresencia.
La rebeldía es el efecto general que la LEC establecepara la falta de

comparecenciadel demandado.Así se deduce de todos los procesosciviles
ordinarios:mayor y menorcuantía-arts.527-528y 685LEC, respectivamente-,

y
tambiénen el juicio verbal -art.729LEC-.
La especialidad,sin embargo,dentro del régimengeneralestablecido,se
encuentraen la regulacióndel juicio de cognicióncontenidaen el Decretode 27
130

de noviembrede 1952.Así, en el art. 43.2 del mencionadoDecretose establece

que, a petición del actor, la incomparecenciadel demandadoante la segunda
citación, si la primerafue realizadaen su personao en la de parienteque conviva
con é1,constituyeal juez en la facultad, si el demand¿dono alegajusta caus4 de
tenerlopor "conformecon los hechos"aducidosen la demanda.Por tanto, en el

juicio de cognición la falta de personaciónpuedetener como consecuencia
una
"ficta confessio".
La nota característica
que refuerzala comparecencia
en los juicios civiles,
y que puedeconfigurarla tenúementecomo obtigación se halla constituídapor las
medidasprevistasen los artículos 762 y ss. de la LEC. En dichas normas se

permite la retenciónde los bienesmueblesy el embargode los inmueblesen el
ámbito del "juicio en rebeldía",1ocual hacepensarque,tras su aparentenaturaleza
cautelar,seescondeun caráctersancionatoriode la incomparecenci*r6.
La ratiftcación de dicho caráctersancionatoriose encuentraen el art. 768
LEC, que permite el alzarrtientode la retención practicada sobre los bienes
muebles o el embargo de los inmuebles en el supuesto de que el deudor
comparezca.De ello se deduceque las anterimresmedidaspersiguensancionar
una conducta,como es la incomparecenci4que nuestroDerechotratz de evitafrT.
216.-
C f r . c o R T E S D O M T N G U E zv, , D e r e c h o p r o c e s a l - . proceso
Civil-, Valencia , L993, págs . I41 y ss. , con GIMENO
SENDRA/MORENO CATENA.
2 L 1-
. c o R T E S D O M T N G U E Zv,. , (et. a f t . ) , < < D e r e c h op r o c e s a l .
131

En el procesopenal por delito la comparecenciase configura como una
obligación2l8. Desdeel momentoen que se autorizaal jueza utilizar la coacción
directaparalograrla detencióny posteriorcomparecencia

del imputadoo acusado
(cfr. art. 836 LECRIM) puede entenderseque se trata de una obligación.
Cuestionesdistintasson que no se arbitren en la ley sancionesque puedanser
impuestasal imputadoque incumpla el deberde comparecenci4y los efectosde la
incomparecencia
del acusadoen relación con la posibilidadde celebrarel juicio
oral. Unicamentese permiteel juicio en ausenciadel acusadocuandola penaque
puedaser impuestano excedade 1 año de privaciónde libertado, si es de distinta
naturalezLsi su duraciónno es superiora 6 años(art.793.2 LECRIM), junto con

otrosrequisitosprevistosen la norma.
En el juicio de faltas la LECRIM estableceen el art. 970 que si el imputado
"reside fuera del término municipal, no tendrá obligación de concurrir al acto del
juicio", aunqueuna interpretaciónen sentido confario del mencionadoprecepto
puedepermitir establecerque en el supuestoque el acusadoresida en el término
Proceso Civil>>, op. cit., pá9. 143.

2L8.-
Cfr. MoRENo CATENA/ v., Derecho procesal_. proceso
Penal-, valencia 1993, pá9. 769, con coRTES DOMTNGUEZ/crMENo
SENDRA; GARBERI LLOBREGAT, J. , La ausencia deJ_ acusado en eJ-
proceso penal. Especial referencia a7 proceso penal abreviado
(L.O. 7/7988, de 28 de diciembre), Madrid, 1,992, pá9s. 18-79;
MONTBRO ARocA, J., Derecho Jurisdiccional-. rrr. proceso
PenaJ-, Barcelona, 7 9 9 ! , p á 9 s . 8 4 - 8 5 , c o n G O M E ZC O T , O M E R / M O N T O N
REDONDO/ORTELLS RAMOS.
L32

municipalno le incumbeuna cargL sino una obligaciónde comparece,ftn.

Lo que
sucedees que dicha obligaciónúnicamentese sancionacon una multa absurdade
100pesetas
(art.966LECRINI¡zzo.
En el proceso administrativola comparecenciase configura como una
cargay no como una obligación. La falta de personaciónde los demandados
conllevael efectode la continuacióndel procedimiento,sin que se les practique,
en estradoso en cualquierotra form4 notificaciónde clasealguna-art.66.2LJCA
de la Ley 1011992,de 30 de abril, de MedidasUrgentesde ReformaProcesal-,lo

que ha de conllevarla declaraciónde la rebeldíapor aplicaciónsupletoriade la
LEC22I.
2L9
Véase GONZALEZ-CUBLLAR SERRANO, N., La reforma
procesal civil-, penaL y administrativa de 1992. Estudio
sistemático de l-a Ley 10/1992, de 30 de abril_, de Medidas
Urgentes de Reforma Procesal-, Madrid, 7992, páq. L12, con
DAMTANMORENO/GARBERILLOBREGAT.
22o.-
Con anterioridad a la reforma de lgg2 eI art. 9 de1
Decreto de 2r de noviembre de 1,952, permitia al- juez acordar
que el acusado que resi-diera en el término municipal
concurr j-era personalmente si era necesario, y castigaba l_a
incomparecencia con una murta así como con fa posibilidad de
conducirlo por la fuerza pública. Sin embargo, con la
derogación por l-a rey de reforma de 7992 de los articufos 1 a
18 del- Decreto, dicha posibílidad ya no es de aplicación,
puesto que la "conducción coactiva del imputado a juicio
infringiria el príncipio de legalidad", véase GONZALEZ-
C U E L L A R S E R R A N O ,N . , ( e t . a l t . ) , < < L a r e f o r m a p r o c e s a l . . . ) ) ,
o n- r-i|
".y..ygY.
- nÁct, t1 2.
22r.-
GONZALEZ-CUELLAR SERRANO, N., Curso de Derecho
Procesal- Administrativo, Valencia, L994, pág. 2L1, con GIMENO
SENDRA/MORENO CATENA/GARBERI LLOBREGAT.
1_33

Pero, si la demandadaes la Administración del Estadoo cualquierEntidad

dependientede la misma se entiendenpersonadas
con la remisióndel expediente,
de carácterobligatorio. El expedienteha de ser remitido en el plazo improrogable
de veinte días, "bajo la personal y directa responsabilidaddel jefe de la
dependenciaen la que obrareel expediente"(art. 6|.2LJCA). Si el primer plazo
es incumplido sevuelve a concederun segundoplazocon apercibimientode multa
de 500 a 5.000pesetasal funcionarioresponsable

(art. 61.3LJCA). Aunque,lano
remisión en este segundoplazo conlleva la imposición efectiva de la multa al
funcionario,junto a las responsabilidades

que puedanderivarse(art. 61.4LJCA).
Tambiénexistela posibilidadde aplicar el delito de desobediencia
a la autoridad
judicial del237 CP, infrecuentemente
usadoen larealida&".
3.2.- Obligacionesprocesalescon finesde investigacióny prueba
3.2.1.-Intervencionescorporales
La obligación de colaboraciónde las partesen el proceso

medianteel sometimientoa las intervencionescorporalescarecede una regulación
generalen nuestro derecho,aunqueno se desconocensupuestosen el ámbito del
222
._ GONZALEZ-CUELLAR SERRANO, N., (et. a1t. ) ,
<<Curso. . )), vIJ.
^v ¿. iL .+ LwJ.
t }/A\y'.
11A

procesopernl223
A dichacarencialegislativaseune el hechode la posibleincidenciaquelas

mencionadasintervencionescorporalespuedentener en el ámbito constitucional,
debido a su posible colisión con ciertosderechosfundamentales.

Pero, de forma
especial, Ia practica de dichas intervenciones puede afectar a los siguientes
derechosconstitucionalmenteprotegidos: derechoa la integridad física y moral

(art. 15); derechoa la libertad deambulatoria(art. 17) y derechoa la intimidad
personal (art. 18). Aunque, como se verá seguidamente,dichos derechos
fundamentales,pese a sufrir limitacioneseno son wlnerados en su contenido

esencial, sobre todo si se tiene presente que los fines perseguidos por las
devienen,en útimo término,enjustificaciónde lasmismas.

intervenciones
La simple extracción de sangre practicadaa vna personano parece que

puedaimplicar una wlneración de su integridadfrsic*24,ni tampocoque suponga
223.-
Tales obligaciones se regulan en el ámbito de las
denominadas "pruebas alcoholométrj-cas". La Ley sobre Tráfico,
Circulación de Vehiculos a Motor y Seguridad Vial- (aprobada
por RD Legíslativo 339/L990, de 2 de marzo) , en l-a que el-
sometimiento del conductor de un vehícul-o a l-as pruebas de
aire -para Ia medición de la cantidad de alcohol- ingerido- se
recoge como una auténtica obligación, sancionada como falta
grave y posible retención del vehiculo (arts. 65.4 y 70 RDL
3 3 9 / L 9 9 0 y a r t s . 2 5 . 2 v 2 6 . 2 R G C ).
224 -
. como así l-o e^J ^ +L d^. Ur_'L-e'Ur^S ^ ^ 'a
Id \C
- ( -o
, ' I tm
t J >i_s
L(í
J Ló
t n E
. E -u r o p e a de
Derechos Humanos en su D e c i s i ó n 8 2 1 8 / 1 8 , d e 1 3 d e d i c i e m b r e
de 1979.
También nuestro Tribunal Constitucíonal ha tenido ocasión de
manifestarse sobre el- tema y asi, siguiendo las mismas líneas
135

trato inhumanoo degradante225,

sobretodo si setienenpresenteslos derechosque,
en algunos casos,se pretendeproteger con la ptétcticade dichas intervenciones,
comosucedeen el casode la averizuaciónde la filiaciór]26.
El derechoa la libertad deambulatoria(art. t7 CE), por el contrario, sí que

resulta Limitado2z7,
aunquedicha limitación podría encontrarsu fundamentoen el
art. 5.1 del ConvenioEuropeode DerechosHumanosque "permite la detención
preventivao intemamientopor desobedienciaa una ordenjudicial o para asegurar
que Ia Comisión, considera en su STC 3j /1989, de 15 de

febrero, la admisibilidad de Ia práctica de dichas
intervenciones siempre que sean adoptadas por decisión
motivada del- luez competente, y se respete el_ principio de
proporcionalidad, pese a l-a inexistencia de regulación lega].
225
C f r . 1 a S T C 6 5/ I 9 8 6 , d e 2 2 d e m a y o , r a t j _ fi c a d a e n
las sentencias 120/7990, de 21 de junio y 137/L990, de 1-9 de
julio, emi-tidas siguiendo las pautas adoptadas por eI TEDH en
sus Sentencias de 18 de enero y 25 de abril de L918 -caso
"Irlanda contra eI Reino Unido"- y caso "Tyrer"; 25 de
febrero de 1982 -caso "Campbe1l y Cosans- y de 7 de julio de
1989 -caso "Soering"-.
226 m^ l
tar y como es manifestado por nuestro TS en sus
sentencias L 4 d e n o v i e m b r e d e ] - 9 8 7i 1 1 d e m a r z o d e 1 9 B B, 2 6
de mayo y L4 de julio del mismo año: "... parece exagerado
hablar de esa inviol-abil-idad para cosa tan pequeña como un
anáIisis de sangre, cuando de su actitud dependen derechos y
situaciones tan importantes como conceder o denegar la
cualidad de hiio. . . ".
22'7
Ya que para la realización de los anáIisis se
radrr-i ara
necesariamente Ia detención deI individuo para Ia
^*<^+-i ^^
v! au Lf \-o, del mismo. Decisión CEDH8218/78, de 13 de diciembre
d^ | u /u
1_36

el cumplimientode una obligaciónestablecidapor laleyu228.

Aunque la cuestión,
como apuntaGIMENO22e,reside en averiguarel rango que debetener dicha ley a
la que aluden tanto el Convenio,como el art. l7.I CE, sobretodo si se tiene

presenteel art. 81.1 de la Constituciónque estableceque las leyes relativasal
desarrollode los derechosfimdamentales

revistenla forma de Leyesorgiánicas230
Por su parte,el derechoa la intimidadpersonaldel art. 18 C.E. -dentrode
la cual se circunscribela "intimidad corporal"-es el que mayor resfficciónpuede

conllevaren la realidadpor la prácticade dichasintervenciones.Aunque, según
admite el TC, "no puedenentendersecomo intromisionesforzadasen la intimidad
aquellas actuacionesque, por las partes del cuerpo humano sobre las que se
operan,o por los instrumentosmediantelas que se realizan,no constituyen,según
un sanocriterio,violacióndel pudor o recatode la persona"23r

.
228.- Decisión
C E D HB 2 7 B / 7 8 , d e 1 3 d e d i c i e m b r e de 1,gjg.
22e.-
G T M E N OS E N D R A , V . , D e r e c h o p r o c e s a l - . proceso penal_,
V a l _ e n c i a , 1 - 9 9 3 , p á q . 3 0 9 , c o n C O R T E SD O M I N G U E Z / M O R E N
COATENA.
230.-
Et Tribunal Constitucional ha tenid,o ocasión de
pronunciarse sobre eI tema en relación con la obl_iqación de
f os conductores de someterse a las pruebas al-cohol-ómétricas
(recogida como tal en eI art. t2.2 RDL 339/L990 y el art. 2I
RGC). Sin embargo, pese a tratarse de normas con rango
inferior a Ley orgánica, eü€ no pueden limitar el- derecho
fundamental del art. 11.1, €l TC afirma que Ia "retención"
del conductor no le afecta (SSTC 101/1985, de 7 de octubre y
22/L988, de 18 de febrero).
23L.-
src 3i/L989, de 15 de febrero.
r37

Pero, en cualquier caso,ha de tenersepresenteque, ni el derechoa la
intimidad ni el resto de derechos fi.rndamentalesse configrran con carácter
absoluto ni ilimitado y, en consecuencia,pueden ceder ante la necesidadde

preservarotrosderechosconstitucionales232.
Sin embargo, el principal obstaculo que presentala admisión de las
intervenciones
corporalesesla posibleinfraccióndel principio de legalidad233,
que
impide la limitación de los derechosfundamentalesmediante normas que no
tenganel rango de Ley orgártrca.La inexistenciade una Ley que regule lamatena
impide que el órganojwisdiccional autoricesu realización,y con mayormotivo es
impensableque se pueda obligar procesalment""ou un zujeto a soportar la

prácticade dichasintervenciones
sin su consentimiento23s.
232.-
ssTC LI/tggI, de 8 de abril; 2/t982, de 29 de enero;
LL0/1984, de 26 de noviembre.
233.-
G O N Z A L E Z - C U E L L AS
RE R R A N o , N . , <<proporcionalidad. . .>>,
op. cit., págs. 298 y ss.
234.-
Más concretamente sobre las posibilidades de la
obligación de soportar intervenciones corporales, puede verse
la obra de ASENCIO MELLADO, J.Mu., Prueba prohibida y prueba
preconstituida, Madrid, L989, en especj-al las págs. 150-152.
235.-
No obstante, y nuevamente en materia de Seguridad
Vial se produce, €fl opinión de GIMENO, una quiebra def
principio de legalidad, aJ- permitir elart. 12.2 del- RDL
339/1990 la real-ización de análisis de sangre, orina u otros
análogos, por orden de Ia autoridad ¡udicial, por ell-o, sigue
el- citado autor, dicho precepto es de dudosa
constitucional-idad si se tiene presente que la limitación de
derechos fundamentales debe desarroll-arse mediante una Ley
Orgánica (art. 81 CE). Véase su <<Derecho ProcesaI. Proceso
Penal>>,op. cit. , págs. 308 y ss.
138

Las conclusionesa las que se llega en el campo procesalpenal son de
aplicación, salvando las distancias,al tema relativo a la práctica de las pruebas

biológicas en los procesosciviles de filiación. Este tipo de procesos,como de
todos es sabido, se circunscribedentro de los denominados(procesosciviles
inquisitorios>en los cuales,debidoal tipo de interésenjuego, la disponibilidadde
mermada.Así, el interésgeneral
los particularesse encuentraconsiderablemente
protegido a
en el procesode determinaciónde la filiación se ve especialmente
nivel constitucional,segúnse desprendedel art. 39.2 CE in fine que establece,de
forma taxativ4 que "la ley posibilitará la investigaciónde la patemidad",y
tambiénen el art. 127 del Código Civil, el cual recogela admisibilidadde toda
clasede pruebas,incluidaslas biológicas,parainvestigarla paternidad.
Sin embargo,y de forma mas acentuadaque en el proceso penal, la
regulaciónlegal de lapráctica de estaspruebases inexistenteen el procesocivil,
de forma que la negativaa sometersea las mismasno conllevade forma expresa
ningúntipo de sanciónjurídica. Los únicosefectosque sederivande ella han sido
determinadospor la jurisprudenciadel TS, en dondedicha negativaes entendida
no comouna ficta confessiosino,comoun indicio que deberávalorarsedentrodel
conjunto probatorio2'u un "valor fuertementepresuntivode reconocimientode

"on
236.
ssTS 21 de junio de L987; 14 de noviembre de 1981;
11 de marzo l-988; 3 de junio de 1988; 3 de diciembre de 1988;
24 de enero de 1989; 14 de mayo de 1990; 20 de jutio de 1990;
26 de noviembre de 1990; 25 de abril de L99L; LI de
septiembre de !99I; 25 de enero de L992; 2 de febrero de
139

la patemidadu23T,
elalgunas ocasiones,lo cual puedeser visto como una especie
de sanciónantela negativaa soportarestaintervención238.
Ello no obstante,en fechasrecientesel Tribunal Constitucionalha tenido
ocasiónde manifestarseen relaciónal temade las pruebasbiológicasen procesos
civiles de filiación, en su sentenciade 17 de enerode 1994,queresuelveel recurso
de amparointerpuestocontrala STSde24 de abril de 199223e.

Así, el TC en dicha
1992.
237
rr'l.b 30 de noviembre de 1989 v 2I de dici-embre del_
mismo año.
2 3 8. -
Sobre l-a utili-zación de dicha actitud como indicio
sancionatorio contra la persona que se niega a su realización
-si bien en rel-aci-ón con el proceso penal- manifiesta ASENCIO
MELLADO sus dudas, las cuafes podrían ser de aplicación,
sal-vando las di-stanci-as, al- proceso civil-. Asi, según ef
autor citado, "aunque en sí misma no vulnere derechos
fundamentales cuyo ejercicio impide su aprovechamiento tal y
como sucede con l-a imposibil-idad de utilízar el silencio o la
r:oarf ada n ^rA extraer
I/glu,¿Lllqlvvv'
COncluSiones incU.l naf ori ¡s - sí 11^rér-é
por el- contrario, que una presunción así podría oponerse a Ia
inocencia del articulo 24.2 de Ia CE y ello aun en estos
casos en que la conducta de oposición es constitutiva de
delito, presunción de inocencia que eI TC ha extendido,
'inr-'l nso - : n i:OCeSOS ns cu sl le l n en¡ I - e f t E' jl rI L- g^ m ^ * + ^ ^r
f IIUf UDv, q
IJ!vUEDVD d i S t i Lnl ff
UID f Lvp }Jsllq!t E Dsyns c
u ar !-r ív q I L EI
ci-vil", < >, op. cit. , pá9. I52 .

23e.-
En esta sentencia del- Tribunal Supremo se sigue, eD
Iineas generales, la doctrina mantenida hasta entonces, si
bien parece que se endurecen aún más las posiciones del TS en
rel-ación con las pruebas biológicas. Asi/ nos interesa
destacar dos extremos de Ia sentencia de 24 de abril- de 1"992,
Ios cuaLes resultan especialmente ilustrativos: en primer
Iugar, se establ-ece que el- sometimiento forzoso a las pruebas
biológicas constituye una vul-neración del art. 10. 1 de l-a
Constitución "por 1 o q u e a c t u a l - m' l e n t e
rrrrar-
p u d i e r a r e f1ejar una
r : i e r f au q rv¡ueJ ei A
v ¿rU- IiI: ' - . r r ' (=II
^-crinrln f,uYar
r^
Ja
-I I.s^9 -o ^L i i _ v a de]_
v4u! t f t DYyurl\.¿lJ r 9us
140

sentenci4 la cual anula la emitida por el Tribunal Supremo, afirma la
obligatoriedaddel sometimientoa las pruebasbiológicas de investigaciónde

patemidadbajo ciertascondicionespero, en contrade lo que pudierapensarse,el
TC no establececuál es la sanciónque cabeimponer al demandadoque, pesea
dicha obligación,seniega a sometersea ellas2a0,

por lo que la cuestióna nuestros
efectospoco ha variadoen relacióncon la situaciónanterior.
Unicamente,y w& vez más, la vía que parecequedarexpedita,y a la que

se podría recurrir para sancionarestasconductas,sería la del artículo 237 del
anteel requerimientode la autoridadjudicial.

CódigoPenalde la desobediencia
3.2.2.-La exhibición y aportación de documentosy cosasmuebles
La obligaciónde exhibición y aportaciónde documentospara las

partesno se regula en nuestraLey de Enjuiciamiento Civil de forma expresa.Las
únicas alusionesque encontramosen ella sobre el regimen de la aportaciónse
demandado ha de considerarse como un indicio que "ha de estar

acompañado en forma incontrovertible de otras pruebas
absolutamente def inidas " .
'2=A Ou . -
La cuestión, ño obstante, ño se reduce únicamente a
lo formulado en estas páginas, sino que eI pronunciamíento
del TC es de gran relevancia en rel-ación con otros aspectos,
en especial, con el- tema de la carga de la prueba. Sin
embargo, Do es este eI lugar ni eI momento para realizar un
examen pormernorizado de los mismos.
L47

encuentranen el art. 571 que regula el registrodomiciliario,pero especialmente,
en el art. 603 del mismo cuerpo legal, el cual recoge dicha obligación de
exhibicióny aportaciónparalos terceros.Es el único preceptoen el que se aludea
la exhibicióny aportacióndocumentaldenhodel proceso.
Ello no obstante,se encuenfa una obligación de exhibición de documentos

y cosasmueblesreguladacomo diligenciapreliminar previa al procesoen el art.
491 LEC, en el cual se recogen diversos supuestosen los que el futuro
en el procesoque debeiniciarse,estaobligadoa dichaexhibición,a la

demandado,
quepuedenserde aplicaciónlos arts. 571y 603 de laLEC.
Pero, en el seno del proceso, no existe, por el contrario, ninguna
disposición expresaen la que se instaure la mencionadaobligación para los
litigantes.Sin embargo,pese a dicha laguna legal, una interpretación<a sensu
contrario> del art. 603 LEC puede conducir a defender la existenciade tal
obligación.Si la aportaciónde documentosse estableceen la LEC con carácter
obligatorioparaaquellosqueno sonparteen un proceso,con mayormotivo dicha
obligación ha de alcat:zara aquéllos que son partes en el mismo2ol, aunque
247
rAr^s. r , s e m u e s t r a n p a r t i d a r i o s de dicha interpretación
GOMEZ COLOMER, J.L., Derecho Jurisdiccional-. II. Proceso
Civil-. 7o, Barcelona, L994, pá9. 262, con MONTERO
AROCA/ORTELLS RAMOS; MORENO CATENA, V., Comentarios al-
articul-o 603 de l-a LEC, en <<Comentarios a la Reforma de la
Ley de Enjuiciamiento C i v i l > > , ( c o o r d i n a d o r C O R T E SD O M I N G U E Z/ )
Madrid, t9B4, págs. 538 y ss. En contra se manifiesta
acertadamente DE LA OLIVA, A., para quien tan errónea es hoy
l-a interpretación "a fortiori" ("si l-os terceros pueden ser
L42

ciertamenteno pareceque la LEC haya queridoprovocarcon su redaccióndicho
efecto.
Sin embargo,pesea que sepuedaadmitir la existenciade dichaobligación,

en ciertomodo, carecede sentidosi setienepresenteque la ley no arbita ninguna
sanciónpara el zujeto que se niegue arealizar tal aportaciót4z.Aunque, nada
impide que la negativade la parte arealizartal exhibicióno aportaciónpuedaser
sancionadapor un delito de desobediencia

gravea la autoridadjudicial conforme
al art.237 C.P.
3.3.- Obligacionesinstrumentalesde la ejecución
En páginas anterioresse analiza Ia obligación de las partes de
cumplir las resolucionesemitidaspor los órganosjurisdiccionales,y como de ella

pueden derivar una serie de obligaciones instrumentales que gararftizan su
requeridos, ras partes, con más motj-vo) como la reafizada

ayer a "sensu contrario" ("si los terceros no están
obligados, Ias partes sí"); Ia LEC no establece ni eI deber
ni la carga de una parte para ayudar a la contraria, véase su
Derecho Procesal- Civif, Madrid, L991-, Tomo II, pág. 321, con
FERNANDEZ,M.A.
242.-
Ciertamente, como ya expresaba PRIETO CASTRO, "la
lagunosidad de l-a ley hace un tanto inútil e infructifera la
imposición del- deber exhibitorío, pues no expresa l-os efectos
que se deben asociar a la negativa a exhibir. . ." , Tratad.o d.e
Derecho Procesaf, Tomo I, Pamplona, 7985, páq. 725.
1A?

efectividad. Entre dichas obligacionesse encuentrala de manifestacióndel
patrimonio, claramenteinstrumentalrespectoal cumplimiento de una obligación
de pago,originariao por conversiónde específicqyaque la aparenteinexistencia
de bienesen el patrimoniodel deudorpuedefrustrarla ejecuciónde la resolución

judicial.
En nuestroprocesocivil, debidoquizasal talante<liberal aulfanza>>de sus

principios informadores, no se impone obligación alguna al deudor que le
constriñaa manifestarsusbienes,1oque repercutenegativamenteen la ejecución
al imposibilitar la Localizaciónde los mismosparahacerefectiva su traba.
Dicha situación se pretendió remediar con la reforma operadapor la ley

34184,al introduciren el artículo 1455de la LEC un tercer apartadoque facultaal
juez, en aquellos casos en que el deudor no designebienes suficientes,y d
instanciadel ejecutante,a acudir a registrosy organismospúblicos o entidades
financierascon el fin de obtenerinformación sobre los bienesy derechosdel
deudor de que tengan constancia.Sin embargo,la eficacia de la noÍna no parece

que haya sido demasiad4seguramenteporque su alcancedependede la mayor o
menor amplitud con la que sea interpretada en la prárcticapor el órgano

-.
Junsdrcclonal-
243.- Tampoco
en l-a nueva Ley IO/1992 de Medidas Urgentes
de Reforma Procesal-, €D el- ámbito delproceso civil-, se hace
-l-ama
¡l lr<'i Án :-i nrrnr :l .a*- nos
arrra ocupa.
]-44

En el procesolaboral, por el confrario, sí se recoge la obligación del
ejecutado,a requerimientodel órganojurisdiccional, de manifestarsus bieneso
derechos,así como de indicar las personasque ostentenderechosde cualquier
nafinalezasobre sus bienes ( Nt. 246.1 LPL). Se instauraen este preceptola
obligación de manifestaciónde bienespor parte del deudor,cuyo incumplimiento
puede ser sancionadocon la posibilidad que ofrece el art. 238 de la LPL de
imponerapremiospecuniarios.
En cualquier caso, la conductadel deudor, al incumplir los mandatos
impuestos por el órgano jurisdiccional, puede ser constitutiva del delito de

grave a la autoridadjudicial sancionadoconformeal art. 237 CP
desobediencia
con la penade arrestomayory multa de 100.000a 500.000pesetas2aa
En el proceso administrativo si la ejecutadaes la Adminisfación, es
absurdohablar de tal obligación, puesto que la misma goza de| privilegio de la
inembargabilidadde los bienesde dominio público 1ocual impide lógicamentela
rcalizacióndel procedimientode apremio.Pero, en el futuro nada deberíaimpedir
tal embargo,al menosel de dinerode las entidadespúblicasfinancieras2a5.
)44
Tal- y como ha s i d o u t i l - i z a d o en alguna ocasión por
n
f rr ur aEqoJ - u !r : q J
= vgr. STS de 5 de junio de L962.
i rur! r - !i o qI /r!- - t r u
Aan¡i
ugllula,
245.- (et.
GTMENOSENDRA/ V . , alt.), <<Curso...))r op. cit.,
nÁrrq ?65-?ÁA
_v"Y"
14tr.

3.4.-Obligaciónde reembolsode las costas
El pago de las costas, impuesto por el órgano jurisdiccional,
constituye una auténticaobligación para el condenado2ou

qr'r, deberá realizar en
favor del oponenteque las haya adelantado2oT,

yd que desdela aprobaciónde la
ley 36184el criterio generales el de la imposiciónde las costasalaparte que ha
resultadovencida,segúndisponeel art. 523.1de la LEC, que no 1orecoge,sin
embargo,con carácterabsoluto.Las costas,una vez aprobadaspor el juez, son
con la aprobaciónjudicial nacela

exigiblespor vía de apremio,puesprecisamente
obligaciónde su reembolso2a8.
por el procesocivil son igualmenteseguidasen el

Las líneasestablecidas
procesolaboral (arts. 197.4y 2t0.4 LPL), y tambiénen el procesopenal,si bien
en ésteel criterio seguidoya no es el del vencimiento,sino que hayarecaídouna
sentenciacondenatori
a @rt.240.2LECRIM).
'2=4 6u . - A u n q u e d e b e p r e c i s a r s e que el fundamento de la mÍsma

no se encuentra en el art. 118 de l-a C.E., sino que se
configura como tal porque es una obligación q u e surqe con
ocasión del proceso.
24'7 MoRENo CATBNA, v . (et. alt. ) , <<Derecho Procesar.
.- ,
Proceso Civil>>, op. cit., págs. 811-812.
248.- MoRENo CATENA, v.t (et. art.), <<Derecho Procesal.
Proceso Civil>>, op. cit., pá9. 816.
L46

El procesoadministrativo,por el contrario,no sigueel criterio generaldel

vencimiento(art. 523LEC), sino el "sistemade las condiciones"que gira en tomo
a los conceptosde "temeridad" y "mala fe", como se desprendedel an. 131 de la
LJCÑ49.
IV.. OBLIGACIONES PROCESALESDE LOS TERCEROS
La invocación del art. I18 C.E. es de nuevo necesariapara hallar la

justificación de la existencia de las obligacionesprocesalesde los terceros.
Aunque en principio pudiera pensarseque, como tales, las obligacionessólo
puedenimponersea las partesque intervienenen el proceso,1ocierto es que su
puedeexigirsetambiéna personasajenasal mismo.

observancia
En efecto, como hemos visto anteriormente,el art. 118 estableceuna
obligaciónde alcancegeneral,no sólo para el cumplimientode las resoluciones

judiciales, sino también para prestar la colaboraciónrequeridapor el órgano
jurisdiccional en todo lo que sea necesario.Aquí radica, una vez más, el
fundamentode las obligacionesprocesalesde los tercerosen el senodel proceso,
24e.-
GARBERTLLoBREGAT, J., curso de Derecho procesal-
Adninistrativo, Valencia, I994, págs. 215-216, con GfMENo
SENDRA/MORENO CATENA/GONZALEZ-CUELLARSERRANO.
L41

cuyaimposiciónesde granutilidad prácticaparalograrsusfines.
Pero en este momento y en aras de la pretendida sistematización,es
oportunoestableceruna dobledivisióny distinguirlas obligacionesimpuestaspara

garantizar un desarollo adecuado del proceso, de las que se imponen para
procurarla efectivaejecuciónde las sentencias.
1.. COLABORACION EN EL DESARROLLO DEL PROCESO
En desarrollodel deber generalde colaboracióncon los órganos

jurisdiccionales-art. 118 CE- se introduceen la Ley de ProcedimientoLaboralun
preceptode especialrelevancia:el art. 75.2,en el que se declara,expresamente,

el
principio de colaboraciónde los terceros con la Administración de Justicia,
mediantela ayudaprestadaa Juecesy Tribunalesen el cursodel proceso.
La colaboraciónde terceros-vgr. testigos,entidadescrediticiaso bancarias,
organismos o registros públicos, etc.- en el desarrollo del proceso, pero
especialmente
en la fasede ejecución,resultaen la mayona de los casosde gran
ayudapara lograr los fines del proceso,y dar adecuadocumplimientono sólo a 1o
establecidoen el art. 118 de la Constitución,sino igualmenteal derechoa la tutela

judicial efectiva.
r48

Sin embargo,eomo veremossobretodo en el campodel procesocivil la

previsiónde estacolaboraciónpor partede tercerosesbastanteescasay deficiente,
salvoejemplosde todosconocidoscomo sonlos casosde los testigosy peritos.En

IaLey de EnjuiciamientoCivil no se conoceuna norrnasimilar al artículo75.2 de
la LPL, ni tampocoexpresasobligacionesfuera de los casoscitados,aunqueello
no significa que apartede aquéllas,a las que seguidamentealudimos,puedanser
conocidasotras obligacionespara tercerosdispersas,sin lugar a dudas, en el
ordenamiento procesal"o, ,i bien aquí se exponen las que mayor entidad y
relevanciapuedenpresentaren el proceso,aún a meros efectos ilustrativosy
demostrativosde la existenciade las mismas.
Ademas,en cualquiercasodebetenersepresenteque, la obligatoriedadde
colaborarcon los órganosjurisdiccionalespuedesancionarse,

de forma genénca,a
travésdel delito de desobediencia

reguladoen el art. 237 C.P cuyaeficacia,como
mecanismospsicológicode caráctetdisuasorio,en los presentessupuestosparece
sermayorquetratándosede obligacionesprocesalesfrentea laspartes.
250.-
Como asi podría pensarse, por ejemplo, del- articul-o
268.2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, regulador de las
notificaciones por cédula aI demandado en la persona de su
pariente más cercano, familiar o criado, e u e s e h a l - I e' ' e n e l
'lrrrrer
an .rra
:.*- rnrrÁ-l rjal-l: ear n n J - i f i ¡ ,,:-r *
l n- - , y rl :a nol D :, cl_on que
- r 'rl l' ig¡ a
tienen -r^ estas p e r s o n a s de entregar l-a cédul-a al- demandado,

r ^ ^ -t ^V
pA rO.
*l t t.L.l 'l LrCrt e de
L,tE 25
¿.J a
A 1
I V0
V 0 n
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J Es
o ue s. 1 - a s _
qD
pe
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se
vuv a la e
v us
v qc
J qát s á _ m
r L Lá
q Js
bien ridícula, entidad de la sanci-ón, 1o cierto es que se

recoge una genuina obligación de colaboración con l-a
administración de -iusticia para los terceros.
L49

f.1.- Obligaciónde exhibiciónde documentos
La obligaciónde exhibiciónde documentosque obrenen poder de
terceros,reguladaen nuestroderecho,esbastantedeficiente2sl.
Dicha obligaciónse contemplapor nuestraLEC en el art. 6032s2,

de forma
específicapara los sujetosajenosal proceso,a diferenciade lo que ocurre en el
supuestode las partes.En dicho preceptose establecela posibilidad del órgano

jurisdiccional de requerir al tercero para que comparezcay exhiba el documento,
siemprey cuandoel mismoresultetrascendente

parael proceso.
Sin embargo,en el preceptono se prevénlas posiblesconsecuencias

que
puedanderivarsede la negativadel terceroa cumplir con dicha obligación.Por
ello, se barajan en la doctrina los diversosefectosjurídicos, en atencióna la
conductadesobediente
del tercero.Así, en opinión de MORENO CATENA253,la
PRIETO CASTRO Y FERRANDIZ, L. , <<Derecho

Procesal-
252.-
Precepto de nueva redacción dada por la Ley de
reforma 34/I984, que presenta una gran importancia puesto
gue, como ha manifestado MORENO CATENA "ha primado en l-a
nueva redacción. . . el- j-nterés púbIico delproceso sobre eI
interés particular del tercero, eue puede verse ahora
constreñido a exhibir un documento que detente", véase
<<Comentarios aI articulo 6 0 3 . . . > > , en <<Comentarios a la
R e f o r m a. . . > > , o p . c i t . , p á q . 5 4 0 .
253.-
M O R E N OC A T E N A , v . , <<Comentarios al- artículo 603...>>,
150

incomparecenciadel tercero puede conllevar su conducción ante el órgano

jurisdiccionalpor la fircrzapública -por analogíacon el art. 643.2 de la LEC-;
incluso,esposiblelapráriicade un registrodomiciliario,autorizadopor el art.57l
de la LEC parael supuestode los litigantes.
En cualquier caso,en ultima instanci4 ante la inobservanciadel tercerode
la obligación,el órganojurisdiccionalpodrá apercibirlecon la posibilidadde ser
a la autoridadjudicial2sa.
procesadopor un delito de desobediencia
L.2.-Comparecenciae informe de testigos
La asistenciaaL proceso de los terceros en calidad de testigos
constituye,en nuestroderecho,una auténticaobligación procesalque se proyecta
en un triple plano: en primer lugar,en la obligaciónde compareceral llamamiento
del juez; en segundolugar, en la de prestardeclaracióniy, en último lugar, en la
obligaciónde que la declaraciónprestadaseaveraz,es decir, no incurrir en falso

testimonio.Así, cada una de las citadasobligacionesencuentraen la ley una
e n < < C o m e n t a r i o sa l a R e f o r i l á . . . ) ) , o p . c i t . , páq. 541.

254.- que es defendida,
Posibilidad entre otros, por
C O R T E SD O M I N G U E Z V
, ., ( e t . a l t . ) , < < D e r e c h oP r o c e s a l . P r o c e s o
Civil>>, op. cit., págs . 205-206; MORENO CATENA, V. ,
<<Comentarios al articul-o 603...>>, en <<Comentarios a la
Reforma...))r op. cit., p á 9 . 5 4 L ; R A M O SM E N D E Z , F . , D e r e c h o
Procesal- CiviJ-, Tomo I, Barcelona, T992, pá9. 569.
151

sancióndiferente.
En el proceso civil, la falta de comparecencia,sin justa caus4 al
llamamientode la autoridadjudicial faculta al juez a ordenarla conduccióndel
testigo mediante la fuerza pública (art. 643 LEC). Pero, si la negativa a
comparecer es reiterad4 al segundo llamamiento del juez, errtoncescabe el

procesamientodel testigo como reo de un delito de denegaciónde auxilio a la
justicia(art.372CP),quesecastigaconunamultade 100.000a 500.000pesetas.
Por el contrario, si el testigo compareceante la autoridadjudicial, está
obligado a prestar declaración aunqueIaLEC no prevé sanciónpara su eventual
incumplimiento, de tal forma que ante la imposibilidad de obligarle materialmente
a declarar,a diferencia de la comparecencia,la única sanción que puede ser

grave a la autoridadjudicial conformeal art.
impuestaes la de la desobediencia
237 CP. Pero, no es suficientecon que el testigoprestedeclaración,sino que la
misma deberealizarsesegún la veracidadde los hechos, anteIa conminaciónde
ser procesadopor un delito de falso testimonio en causacivil (art. 647 LEC),
castigadoen el art. 329 CP con arrestomayor y multa de 100.000a 1.000.000de

pesetas.
En el procesopenal,las obligacionesimpuestasa los testigossonsimilares.

sin causalegítim4 anteel primer llamamientodeljuez,
Lafaltade comparecencia,
sesancionacon una multa de 5.000a 25.000pesetas,pero si el testigosereiteraen
L52

su negativaa comparecerpodrá ser procesadopor un delito de denegaciónde
auxilio(arts.175.5o,420
y 661de la LECRIM y art.372 CP).
Si el testigocomparece,pero seniegaa prestardeclaración,se le impondrá

-en el acto- la misma multa que en el supuestode incomparecencia,
pero si se
grave a la autoridadjudicial
niega de nuevo será procesadopor desobediencia
(arts. 175.5",420y 716 de la LECRIM y art. 237 CP).Además,al igual que en el
procesocivil, el testigo debeser verazen su declaración(arl. 433 LECRIM), ya
que si miente en la misma será reo de un delito de falso testimonio en causa
criminal (arts.326 a328 CP), castigadocon penasquevaríansegúnla declaración
sehaya realizadoen favor o en contradel reo.
1s3

1.3.-Comparecenciae informe de peritos
En el procesocivil el perito, realizadoel nombramiento,tiene la
obligación de comparecerante la autoridad judicial, de tal forma que la
injustificadapuedeserconstitutivade un delito de denegaciónde

incomparecencia
auxilio a la autoridadjudicial (art. 372 CP). Además,deberáemitir el dictamen

(cfr. art. 618 LEC), ya que la negativapuedeser sancionada-por
adecuadamente
analogiacon los testigos-por un delito de desobediencia

grave conformeal an.
237 CP. Pero, el informe debeser,no sólo adecuado,sino tambiénveraz,puesto

que la declaraciónemitida falsamentepor el perito, constituyeun delito castigado
en el art.330 C.P.
En el procesopenal,la obligaciónde los peritospoco difiere del esquema
sin justa causa,es

establecidopara el procesocivil. La falta de comparecencia,
objeto de una multa de 5.000a 25.000pesetas,y la negativareiteradaconllevala
conducciónante el juez, por los agentesde la Autoridad,y su procesamiento

por
un delito de denegaciónde auxilio (art. 175.5', art. 463 en relacióncon el 420 de
la LECRIM y art.372 CP).
Ahora bien, si la resistenciano es a comparecersino a declararse le
impondrála mismamulta anterior,y la persistenciaen su negativapuedeconllevar
su procesamientopor desobedienciagrave (arts. 420 LECRIM y 237 CP). En
cualquiercaso,la declaracióno informe emitidapor el perito ha de serveraz,ya
154

quela falsedaddel mismo sesancionapenalmente

en elart. 330 CP.
2.. COLABORACION EN LA EJECUCION DE LAS SENTENCIAS
La colaboraciónde terceraspersonasajenasal procesoadquiere
especialrelevanciaen el c¿rmpode la ejecuciónde las resolucionesjudiciales,
sobretodo, por la utilidad de las informacionesque las mismaspuedenaportaral
órgano jurisdiccional y que, en última instancia, contribuyen a lograr la plena
eficaciadel proceso.
La ejecuciónde las sentenciases un derechofundamentalque garantizala
efectividad del derechoa la tutela judicial consagradaoen el art. 24.1 de la
Constitución.Por ello, y al igual que en el casode las partes,puedenimponerse
obligacionesa los tercerosen arasde lograr el cumplimientode las resoluciones

judiciales,cuyo fundamentose encuentraen la obligacióngeneralde colaboración
conjuecesy tribunalesqueseestableceen el art. 118de la Constitución.
En el c¿rmpode las obligacionesprocesalesde terceros,es nuevamenteen
el procesolaboraldondeenconffamosla nota distintiva.Nuestrolegisladoradopta

en el supuestode
en el ámbitode los terceroscriteriossimilaresa los establecidos
las partesy así,tambiéna ellos se les exigenobligacionesen el cumplimientode
de la autoridadjudicial.
las resolucionesemanadas
155

En dicho sentido,el an. 238 de la LPL, tras posibilitar la imposiciónde
sancionespara los litigantes que incumplan la obligación impuesta por la
sentenci4recogeen su apartadotercerola facultad del órganojudicial de imponer
multas coercitivasa los tercerosque incumplan susrequerimientostendentesa la

ejecuciónde susresoluciones.
A travésdel an. 238.3LPL el órganojurisdiccional
puede lograr la zujeciónde las personasajenasal procesopara que prestensu
colaboraciónen la ejecuciónde susdecisiones.
Pero también,junto a dicha obligacióngenérica,se regulauna obligación
de carácterespecífico,comoes la de manifestaciónde bienes,en el art. 247.2 dela
LPL. Serecoge,de forma novedosa,en dicho preceptouna obligaciónde especial
relevancia:la que incumbe a entidadesfinancieraso depositarias,e incluso a

personasprivadas,a fin de que <manifiesteo>
los bieneso derechosdel deudorde
quetenganconstancia.
Dicha obligación que encuentrasu justificación y fundamentoen el art.
118 C.E., aparece,además,doblemente refonada: en primer lugar, por la
aplicacióndel art. 238.3 LPL, que contemplala posibilidadgeneralde imponer
apremiospecuniarios;y, en segundolugar, por el delito de desobedienciaa la
autoridadjudicial conformeal art. 237 C.P. Aunque,es obvio que -como se verá
en páginasposteriores-dichaobligaciónde colaboracióntienesuslímites.
156

En cualquiercasoy por lo que aquí interes4 las disposicionescontenidas

en la LPL constituyen,como se ha manifestado,una auténticanovedad para el
procesolaboral,y contrastan,de forma especialcon las establecidas

en el proceso
civil por nuestraLEC.
V.- A MODO DE EPILOGO Y PROLOGO
Las obligacionesprocesales,
recapitulando1odicho hastael momento,son
configuradas como un mecanismo de naturalezagenuinamenteprocesal, cuya
virtnalidad prácticaresideen la posible sanciónjurídica que llevan anejapara el
supuestode su inobservancia.
De estaforma delineada,las obligacionesprocesales
demuestransu utilidad y relevanciasituadosfrente a las sujetosprocesales,tanto
partescomotercerose inclusoel propio órganojurisdiccional,de tal modo que su
existenciase convierte en una especiede <aliciente) que les hace observarla
conductarecogidaen la propia obligación.
Así, la obligación procesal, derivada del denominado <principio de
direcciónmaterialdel juea, representa

junto a esteprincipio la concreción,enffe
otros aspectos,del influjo de los movimientossocializadoresdel proceso,que

penetranen el mundojurídico en los últimos añosdel siglo )ilX y principios del
XX, como por todos es conocidoy ha quedadoexpuesto,y que aportanun nuevo

modode entenderel procesoy el comportamientode los diversossujetosqueen él
157

mtervlenen.
Ahora bien, la categonaasí originada en la actualidadencuenffasu razón

de ser en el mandato constitucional consagradoen el artículo 118 de la
Constitución de la obligada colaboración de todos los ciudadanosen la
Administración de Justicia, cumpliendo lo establecido en las resoluciones
judiciales,y observandolo ordenadopor Juecesy Tribunales.A ello, se añadela
propia consecucióndel derechoa la tutelajudicial efectivadel art. 24.1de la CE.
plasmaciónreal del principio de eficacia.
Sin embargo,y pesea representaruna categoríaverdaderamenteútil en el

seno del proceso, las obligaciones procesalesson bastante escasasen el
ordenamientoprocesalespañoly en especial,por lo que aquí interes4 en el ámbito
del procesocivil. Pero,en contrade lo que pudierapensarse,el hechode que la
obligación procesal sea poco prolífica en nuestrasleyes no debe conducir al
equívoco de concluir negandoel propio conocimientoy la existenciade las
mismas en el Derecho Procesal, ampliamenteentendido. por ello, en este
momento, se ha tratado de ofrecer una visión global y esquemiíticade esta

categoríaprocesalen cadauno de los procesosexistentesen el Derechoprocesal
español.
De todo lo anterior se desprendeque, al menos configurada según los

parámetrosaquí establecidos,la obligaciónprocesales conocidaen el proceso,
1s8

aunque qtizás con mayor intensidad en unos procesos,vgr. el laboral, que en
otros,comopor ejemploel civil, en dondeesmásescasay de menorentidad.Pero
ello no ha entorpecidola labor de tratarde sistematizary, en ciertomodo,plasmar
en estaspáginaslas potencialesobligacionesexistentesen la actualidad,con el fin
de dejar señaladoque las mismas no son totalmentedesconocidasen nuestro
Derecho.
escasaen el proceso
Ahora bien, si la obligaciónprocesales especialmente
que
seacentú4sobretodo, en la fasede ejecuciónde sentencias,
civil, estaesc¿lsez
un ámbito en el cual estaríamasjustificadasu implantación,si se
esprecisamente
tiene presenteque en el momentode la ejecución1oque se dilucida es el propio
cumplimientode las resolucionesemitidaspor los órganosjurisdiccionales.La
relevanciaque el procesode ejecuciónpresentaen la prácticaprocesal,y en el

propio funcionamientode la Administraciónde Justiciaes,entreotrosmotivos,la
razón de peso que ha determinadoel que nos ocupemosde aquella categona

procesalen la fasede ejecuciónde las sentencias.
En todo lo anterior,pues, radicala justificación del desarollo y esquema
del presenteestudio,cual es la de acercarnosa una categorí4como la obligación

procesalbastantedesconocidaen el senode la disciplinaprocesal,con el fin de
llevar un poco más de luz a aquel campo en que existe cierta oscuridad.Y así,
dejar patentela existenci4 aunqueun tanto sui generisde la obligaciónprocesal
en nuestradisciplinacientífic4 perohaciendoespecialhincapiéen aquelcampoen
159

el que la escasezde la obligación es mas acentuad4y al propio tiempo mas
necesariasu implantación, como es la fase de ejecución de las sentencias,
configuradacomoun auténticoderechofundamentalparaelciudadano.
160

CAPITULO TERCERO
LAS OBLIGACIONES PROCESALESY LA

EJECUCION DE SENTENCIAS
I.- INTRODUCCION
La escasaentidadcomo categonade la obligaciónprocesal,segúnha sido

definiday perfiladaen páginasanteriores2ss,
sedejasentiren especialen la fasede
ejecuciónde sentenciasdel procesocivil, de maneramás acentuadaque en la de
declaración.Sin embargo,estaescasezgeneralizadase
acentu4sobretodo, en dos
ámbitos concretosde aquélla fase: en primer 1rg*, en el de las denominadas
ejecucionesespecíficas-de hacer,no hacer o dar cosa determinadadistinta de
dinero-; y, en segundolugar, de forma más acentuadaen el instituto o mecanismo
del embargoen la presentefasede la ejecución.
Aunque,tambiénseha de tenerpresenteque estacarenciade obligaciones

procesales,de que adoleceel mecanismodel embargo,afectatambiéna un tema
tan relevantecomo es la adopciónde medidascautelares-en especialel embargo

preventivo-,a las que puedenser perfectamenteaplicablesla mayor parte de las
"t.-Véase supra, capítulo primero, epígrafe V) concepto

fundamento de l-a obl-iqación procesal_.
t6L

conclusionesa las que se llega a travésdel estudiodel embargo,puestoque la ley
seremite,en la mayonade ocasiones,

a la normativareguladoradel embargoen la
fasede ejecución.
Por ello, el honzonte que se quiere despejar,y al que se encamina el
estudioen el presentemomento,siguesiendoel quejustifica todo nuestrotrabajo:
ponerde manifiestola escasezde obligacionesprocesalesen nuestroderecho,pero
tomando como paradigmael proceso de ejecución,ya que aquí tiene mayor
sentido la existencia de esta categoríaprocesal.La ejecución de sentencias
representala fase procesalen donde la efectividad de la justicia se pone en

verdaderatela de juicio, y para lograr el perfectocumplimientode la misma es
convenientey bastantenecesarioque se implantenobligacionesprocesales.Así,

que rodeana esteprocesolas que han hechoque
son las especialescaracterísticas
nuestraspreferenciasse decantenhaciael estudiode estasobligacionesen el seno
de la ejecución.
Sin embargo,se debetenerpresenteque en estemomentono separtede la

premisade la inexistenciade obligacionesprocesales,sino de su escasaentidady
difícil reconocimiento.Es por ello, por 1o que el discurso argumentalde las
anterioresy las futuraspáginaspafie,necesariamente,

de la evidenciadela escasez
de estasobligacionespero sin que se puedanegar,al mismo tiempo, la existencia
de figuras actualmentepresentesen el desarrollode la ejecución,las cuales,si se
sigueel conceptode obligaciónpor nosotrosdelineado,podríanajustarsey encajar
LOZ

en aquellacategoúaprocesal.
Só1oa estefin e inmersosen estadialéctica,procede
comenzarcon la descripción,quizássomer4 del procesode ejecución,en donde
puntualmentesetraerána colación las distintasvaloracionesque nos merecey, en
especial,en relacióna la figura de las obligacionesprocesales.
Así pues,el hilo expositiyova a seguir,consecuentemente,

una graduación
lógica en la medidade 1oposible,es decir, se parte de la presumibleinexistencia
de obligacionesprocesalesen la ejecución fruto, en ocasiones,de la propia

evolucióny desarrollodel procesode ejecución,a la sombr4 en cierto modo, del
de declaración.Obviamente,para ello, es del todo punto necesarioadentrarse,si
bien sin grandesprofundizaciones-labor arduay que excederíade los fines de la

presenteinvestigación-en el actualprocesode ejecución,con el fin de establecer
cuál esla regulaciónpositivaque sobreel mismo efectuanlas leyesprocesales;sus

principios configuradores e inspiradores, etc. A buen seguro, que esta breve
aproximación traerá un poco mas de luz en el entendimiento de la actual
regulaciónde la ejecución de las poc¿rsobligacionesprocesalesque en ella se
encuentran.
En fin, el anterior,acercamientoal procesode ejecuciónen generalnos
llevaráa constatarque la debilidadde las obligacionesprocesalesse apreciaen el
campo de las ejecucionesde hacer, no hacer y dar cosa determinada.Y, es
en estecampodondeseríamasnecesariala implantaciónde éstas,ya

precisamente
que estamosen presenciade ejecucionesen donde la voluntad del deudor es
L63

esencialpara el cumplimiento,de forma que si éstano se produce,en la mayoría
de ocasiones,fruto de la inexistenciade las aludidasobligaciones,las ejecuciones
han de convertirseen susequivalentes

pecuniarios.
Toda estadescripciónde carárcter

finalísticoha de acabar,lógicamente,
con
una mención a Ia actual articulación del instituto del embargo en esta fase de
ejecución,ya que éstetiene una especialrelevanciacomo instrumentoa travésdel
la ejecuciónde las sentencias-

cual se materializqen la generalidadde los c¿rsos,
tanto las originariamentedinerariascomolas específicas

vía conversión-y selogra
la satisfaccióndel acreedoren el cumplimiento.En efecto,no debeolvidarse,que
el embargopresentauna acentuadaimportanciasi se tiene presenteque la Ley de

Enjuiciamiento Civil española sólo prevé uÍr sistema de ejecución real o
patrimonial,cuyo objeto lo constituyeel embargode bienes,como traducciónde
patrimonialgeneralconsagrada
la responsabilidad en el art. 1911del CódigoCivil.
Pero,paradójicamente,
es en el senodel embargodondelas obligaciones
procesalesson casi inexistentes,en especial,aquellasdirigidas a potenciar la
investigacióny consiguientedescubrimientode elementospatrimoniales del
deudor.Aunque,pesea 1oque pudierapensarse,la implantaciónde obligaciones

procesales,pü& nosoffos,en el presentemomentono se reconduceúnicamentea
una obligación de manifestacióndel deudor,sino que las obligacionestambién
debenalcanzara los tercerosy al órganojurisdiccional,en tanto intervinientesen
el proceso de ejecución. Es necesario, pues, trasladar aquí todas las
1-64

consideraciones
generalesque sobrelas obligacionesprocesalesse estudiabanen
las páginasprecedentes,
en tanto obligacionesinstrumentales
a la ejecuciónde las
sentencias,la cual en sí misma consideradarepresentael géneromas típico de
obligaciónde naturalezaprocesal.
Ahora bien, todo el tema objeto de la exposiciónanunciadadebeversey
tratarse necesariamente,aropado por las vestiduras que proporcion4 en todo
momento,el artículo24.t de la Constitución,que consagrael derechoalatvtela

judicial efectiva, dentro de cuyo contenido esencial se integra, según doctrina
constitucionaly como es sobradamente

conocido,la ejecucióno cumplimientode
las resolucionesemitidaspor los órganosjurisdiccionales.La relevanciade este
reconocimientoes facilmentecomprensiblesi se piensaque a partir del momento
en que se estableceesta<integracióru>,
la ejecuciónse configuracomo un derecho
subjetivode carácterfundamentalcon las derivacionesque lleva implícito, como
severáa lo largo de laspáginassiguientes.
La efectividadde la tutelajudicial del art.24.l, por ello, representael norte

que debepresidir,y de hechopreside,el espíritude las páginassiguientes2s6
,Yd
que ra misma aparece especialmentecomprometida en el momento del
256.-
Efectívidad, o eficacia procesal, güe según se
indicaba, se rogra con l-a instauración de obligáciones
procesales, en especial¡ ert esta fase de ejecución en donde
aparece especialmente comprometida la efectividad de la
tutel-a delart. 24.I CE. Víd. supra, Capitulo primero.
165

cumplimientode las resolucionesemitidaspor los órganosjurisdiccionales.Y, es

por tanto,a travésde ella cómo debeversey entenderse
el desarrollo,asícomolas
conclusionesa las quesetratarádellegaren estey en los siguientescapítulos.
El procesode ejecuciónde sentencias,

como de todoses sabido,representa
el instrumento a favés del cual los Juecesy Tribunales pueden dar adecuado
cumplimiento, en último término y siempre que sea necesario, al mandato
contenido en el aludido precepto constitucional. En dicha efectividad radica la
importanciade la fasede ejecución,comoha venidodestacando

el propio Tribunal
Constitucional desde fechas tempranas.Y, a potenciar la tan anheladay
perseguidaefectividadpuedecontribuirútilmentela implantaciónde obligaciones
procesalesen el momentode la ejecuciónde las sentencias.
1-66

II.. ALGI.INAS NOTAS SOBRELA EJECUCION
La potestadjurisdiccional,en un primer momento,se ejercitaa travésdel

procesodeclarativoque finaliza, normalmente,con una resoluciónde fondo que
resuelve sobre las pretensionesintroducidaspor las partes. En dicha fase se

produce,en palabrasde CALAMANDREI, la declaraciónjurisdiccional de certeza
del derechoacerca de la existenciao inexistenciadel mismo257,medianteel

conocimientodel órgano jurisdiccional y posterior emisión de la resolución
judicial, cuyo contenidodeberáser acatadopor la parte contra la cual se haya
dictadola
Lo normal, concluida la fase declarativadeberíaser que el particular que
ha resultado vencido en juicio cumpliera voluntariamentecon el mandato
contenido en la sentencifst. Sin embargo,la realidad nos demuestraque, en

As i , <<(. . . ) e n e sta pr j_m er a fase el_ luez consider a
la re y y l o s h e ch o s co n l -o s cuales r a m ism a oéne ser puesta
en re l a c i ó n so l a me n te co mo o b j eto de su conocer , per o no como
regla de su operar (. . . ) >>, CALAMANDREI, p. ,
< >| V o l . T , o p . c j _ t . , p á g . L 6 2 .
Nos encontraríamos, entonces, ante supuestosque los autores denominan como

<ejecución voluntariar> para diferenciarla de la ejecución en sentido estricto o
<<forzosa> caracteizada por la intervención de un órganojurisdiccional, en sustitución
del obligado al cumplimiento. Entre otros, pueden verse CARNELUTTI, F.,
<Instituciones...>,vol. I, op. cit., pag.77; couruRE, E., <Fundamentos...>, op. cit.,
pág. 438; GOMEZ ORBANEJA-HERCE QUEMAD A, Derecho Procesal Civil,
Tomo II, Madrid, 1979, pá9.245; LIEBMAN, E.T., <Manual...>,op. cit., pág. 150;
MoRENo CATENA, v., (et. alt.), <DerechoProcesal.procesocivib, op. cit., págs.
659 y ss.; PRIETO CASTRO,L, <<Tratado...>), Tomo II, op. cit., págs. 645-646.De|
mismo autor <Cuestiones...>>, op. cit., pág.207.
r61

demasiadas
ocasiones,el litigantevencidose niega a cumplir de forma voluntaria
la sentencia,con la consiguientefrustración de las expectativasdel que resultó
beneficiadopor la resoluciónjudicial, lo que implica, además,un atentadocontra
el derechoa la tutela judicial efectiva del art. 24.1 de la CE, puesto que el
contenidodel mismo, como acertadamente

ha puestode manifiestola doctrina2se,
no se agota con la resoluciónque declarael derechoconcreto.E, igualmente,
podría entenderseatacado,pese a no ser un derecho fundamental, el propio
mandatoestablecidoen el art. 118de la Constituciónque imponela obligacióndel

cumplimiento de las resolucionesemitidaspor Juecesy Tribunales.
En consecuencia,
cuandola sentenciaes por sí misma insuficientepara
satisfacerplenamentela pretensión de la parte venced.or4es necesariauna
acfuaciónposterior del órganojurisdiccional260con el fin de hacer efectiva la
.- ARAGONESESMARTINEZ, S., <Lasastreintes...>, op. cit., págs. 13g y ss.;

CALAMANDREI, P. dnstituciones...>, vol. I, op. cit., págs. 165-173;FAIREN
GUILLEN,Y.,Ideaspara una TeoríaGeneraldel DerechoProcesal,en <{Temas...>>,
Tomo I, op. cit., págs. 326 y ss.; GoMEZ ORBANEJA/FIERCEeUEMADA,
<DerechoProcesal...>, TomoII, op. cit., págs.246-247;GUERRAsAN MARTIN, J.,
Lecciones de DerechoProcesalCivil,Tomo II, vol. II, Bilbao,1978,págs.3y ss.;
MONTERO AROCA, J., DerechoJurisdíccionalII. Proceso Civí\. 2o, Barcelon4
1994, pá9. 10 con ORTELLS RAMos/cot\lEZ coLoMERA4oNToN
REDONDO;MoRENo CATENA, v., (et. alt.), <Derechoprocesal.procesocivib>,
op. cit., págs.655 y ss.;RAMos MENDEZ,F.,<Derecho procesal...>,
TomoI, op.
cit., págs.999 y ss.IdemLa eficacíadelproceso,en <Justiciu>,1982,nún.2, pág.
109.
.- Así, la ejecuciónaparececaractenzada
claramentecomouna <actividadsustitutivo>
deljuez realizandoaquellasconductasquedebieronhabersecumplidopor el deudoro
ejecutado,como así lo afirman, entre otros, CARRERAS LLANSANA, J., El
embargode bienes,Barcelona,1947, op. cit., págs.32 y ss.; DE LA OLfVA, A.,
168

resoluciónjudicial. Pero,dichaactuaciónno seproducede forma automáticasino
a instanciade partey a travésdel procedimientopropio de la fasede <ejecuciónde
sentencias>>,
con el fin de dar adecuadocumplimiento a 1o declaradoen la
resoluciónjudicial26l. En este momento 1o que se pretende del juez es una
actuaciónpositiva que sustituyendola voltrntaddel ejecutado,obligue a éstede
forma efectivay, si es precisomediantela coacción,al cumplimiento262,

para lo
cual el juez deberíatenera su disposicióntodo un coqjuntode poderesespecíficos
-de hechoinexistentes-paradoblegarsiempredentrode los límites del derecho,la
voluntaddel deudor263.
Conceptos fundamentales de la ejecuciónforzosacivil, en <La L"yrr, núm. 4, 1981,

págs.932y ss.;FERNANDEZ,M.A., El procesode ejecución,Palmade Mallorc4
1962,pá9.24;MONTEROAROCA,J., (et.alt.),<Derecho Jurisdiccional...",
Vol. II.
2o, op. cit., págs. 15-16;MORENO CATENA, V., (et. alt.), <DerechoProcesal.
ProcesoCivib>,op. cit., pág.659-660;SOLCTIAGALOITEGUI,J.,El procedimiento
deapremiosobrebienesinmuebles,Pamplon4 1986,pág.68.
.- ARAGONESESMARTINEZ, 5., <Las astreintes...),op. cit., págs. 138 y ss.;

CALAMANDREI, P., <Instituciones...>, Vol. I, op. cit., pág. 166; FAIREN
GUILLEN,V., <IdeasparaunaTeoría...>>,
en <<Temas...>>,
TomoI, op. cit., pags.326y
ss.; GUERRA SAN MARTIN, J., <Lecciones...>>,Tomo II, Vol. II, págs.3 y ss.;
MORENO CATENA, V., (et. alt.), <DerechoProcesal.ProcesoCivib>,op. cit., pág.
655;PRIETOCASTRO,L., <<Derecho Procesal...>,
op.cit.,pags.443y ss.
.- En palabrasde GUASP,"la partelo que pretendees que el órganojurisdiccional

verifique tma conductafisica, un actoreal o material,quepuedeserdesignadocon el
nombre específico de manifestación de voluntad, para distinguirlo de las
declaraciones propiamentedichas (...)", DerechoProcesal Civil. Parte Especial,
TomoII, Madrid,1968,pag.193.
.- Ello no obstante,sí quepuedemantenerse que el jueztengaunaseriede medidasa

su disposición,o cuántomenosda posibilidadde usartodo tipo de medidas>, como
así lo estableceel Tribunal Constitucional,para combatirla actitud recalcitrantedel
deudor,las cuales,en ocasiones,deberíanrepresentarobligacionesprocesalesparael
L69

La potestadjurisdiccional, por tanto, no finaliza cor' la declaracióndel

como así se estableceen el
derecho,sino que se extiendea la fasede ejecución'uo,
art. 117.3de la Constitución,y se reiteracasi literalmenteen el art. 2 de la LOPJ,
preceptosque regulanla potestadjurisdiccionaly Ia atribuyen,exclusivamente,
a
Jueces y Tribunales mediante las funciones de juzgar y hacer ejecutar lo

jngado26s,con claro respetodel art. 118 C.E. que consagr4con alcancegeneral,
judiciales266.
y demásresoluciones
la obligaciónde cumplimientode las sentencias
mismo. Pero en cualquier caso, para el tema nos remitimos al capítulo quinto,
epígafe I[).
.- Como función típica que configuraal procesocomo instrumentode satisfacción

jurídica FAIREN GUILLEN, V., El procesocomofunción de satisfacciónjurídica,
en <Rev.Der.Proc.Ib.>,1969, núm. 1, págs.17 y ss.:"(...)una de las notases quela
satisfacciónha de ser prácticao real, para 1ocual se arbitra una segundafaseen el
procesocon el fin de adecuarlos hechosal exterior, a la realidad.Apareceasí la
ejecuciónforzosa(...)".Más recientemente, véasetambiéndel mismo autorDoctrina
General del Derecho Procesal. Hacia una Teoría y Ley Procesal Generales,
Barcelona, 1990,págs.24y ss.
.- Dichospreceptossonde especialrelevanci4a nuestrosefectos,puestoque,como

veíamosen páginasanteriores,la potestadjurisdiccional se traducíaen una seriede
<obligaciones>(poderes-deberes) para el órganojudicial, de gran importancia,sobre
todo, en el ¿imbitode la ejecuciónde las sentenciasdebido,especialmente, a la
naixalezajurisdiccional que la misma present4 ya que en nuestro derechoel único
que legalmentepuededirigir la fasede ejecuciónes el juez (aunquea su lado existen
otroscolaboradores).
.- Ademas,no debeolvidarsequeesprecisamente el artículo118dela Constituciónel

que se erige en fundamentode la categoríade las obligacionesprocesales,segúnla
construcción enel primercapítulo.
elaborada
r70

En estesentido,el an. 117.3CE, al atribuir en exclusividadel monopolio

jurisdiccional a los órganos judiciales, evidencia que la ejecución forzosa
constituyeuna parcelamasde la actividadjurisdiccional,comoasíes admitidopor
la generalidadde la doctrinf67, incluso por parte de autoresque dudaron de la
naturalezajurisdiccional de la ejecución, si bien no referida al proceso español,
debido a la intervención de órganosadministrativosen la misma268,aunquehan
existidoopinionescontrariasa dicha natrxalezajurisdiccional26e.
.- Entreotros,CALAMANDREI, P., dnstituciones...>>, Vol. I, op. cit., págs.165-166;

FAIREN GUILLEN, V., <Ideasparauna Teoría...>, en <<Temas...>>, Tomo I, op. cit.,
págs.324-326;FENECH,M., Recepciónde la hipotecqen el DerechoProcesal,en
<Estudiosde DerechoProcesab>, con CARRERAS,Barcelon4 1962, pá9. 476;
FERNANDEZ,M.A., <El op. cit., págs.27-28;GIMENO SENDRA,V.,
proceso...)),
<Fundamentos...>, op. cit., págs. 108-109; GOLDSCHMIDT, J., <Derecho
op. cit., pae.l; GOMEZ ORBANEJA/FIERCE
Procesal...>, QUEMADA, <Derecho
Tomo II, op. crt.,pág.2461'COUTURE,E., <Fundamentos...>>,
Procesal...>, op. cit.,
pag.440;KISCH, W., <Elementos...>>, op. cit., pag.13 y págs. 330 y ss.;LIEBMAN,
op. cit., págs.3 y 4; MORENOCATENA, V., (et. alt.), <Derecho
E.T., <Manual...)),
Procesal.Proceso Civib>, op. cit., págs. 659 y ss.; PRIETO CASTRO, L.,
op. cit., pá9. 208; RAMOS MENDEZ, F., Derechoy Proceso,
<Cuestiones...)),
Barcelona"1978,págs.166-167;SOLCHAGALOITEGUI,J., (El procedimiento de
apremio...>,op.cit.,págs.64-65.
.- Como ya manifestaraGOLDSCHMIDT,"(...) la ejecuciónes una función que

formapartedel procesoy no puededestruirseestaafirmaciónsólopor el hechode que
granpartede ella esrealizadapor órganosde la Administración:ejecutoresjudiciales
(...)",<Derecho op.cit.,págs.I y ss.En el mismosentidoCHIOVENDA,
Procesal...>,
quien critica y niegael carácteradministrativode la ejecución,pesea la intervención
de dichosórganosde estanaixaleza.Cfr. <Principios...>, TomoI, op. cit., págs.378y
SS.
.- Véase GUTIERREZ DE CABIEDES quien afirma que lo que caractenzaría

realmentea la Jurisdicciónes la "auctoritas",la "potestas"es necesariasólo en el caso
de que la auctoritas no fuera suficiente para el cumplimiento de la resolución, y así la
independencia del juez proviene de su auctoritas y, el proceso de ejecución de
]-17

Ahora bien, en la actualidad se ha superadoel error de considerara la
actividadjurisdiccionalsimplementecomoactividadde declaración,segúnel viejo

aforismo que hizo que
aforismo latino <iurisdictio in sola notione consistiD2To,
durantemucho tiempo la doctrina dedicarasu atenciónal procesode declaración,
con olvido del de ejecución27l.Ademas, en nuestro derechoel único órgano
competentepara dirigir el procesode ejecuciónes el juez (cfr. arts. 55 y 919
sentencias,al ser una parcela de la potestas y no de la auctoritas, no tiene caráter

jurisdiccional, (Jna nueva reflexíón acerca del concepto de Derecho procesal, en
<Estudios de Derecho Procesal>,Pamplona" 1974, pág. 56. En la misma línea se
encuentra SERRA DOMINGUEZ, para quien sólo la auctoritas del magistrado
permite comprender la esencia de la resolución jurisdiccional. La potestas es un
atributo que se añade a la resolución, pero que no la requiere inexcusablemente,por
ello la ejecución es jurisdicción sólo por accesión,Jurisdicción, en <Estudios de
DerechoProcesal>, Barcelona,1969,pá9s.50y 51.
En contra, GIMENO SENDRA, Poder Judicial. Potestad Jurisdiccional y
legitimación de la actividad judicial, <Rev.Der.Proc.Ib>>.,1978, núms. 2 y 3, págs.
318 y ss., y FAIREN GUILLEN, <Poder, potestad...>,en <Estudios de Derecho
ProcesalCivil...>, Tomo I, op. cit., págs.36-37, para quienes 1o característicode la
potestadjwisdiccional es el imperium que vincula a terceros y, donde más de pone de
manifiesto estepoder de coacciónes en el procesode ejecución.
.- Aforismo que, según SATTA, ha representadorm grave effor, porque quien niega la
jurisdicción de la ejecución olvida simplemente la organización del respectivo
proceso, Jurisdicción, en <<Derecho Procesal Civil (Soliloquios y coloquios de un
jrrgrtu)o, Vol. III, traducción de Santiago SENTIS MELENDO y FernandoDE LA
RUA, BuenosAires, 1971, págs.298-300.
.- lncluso autores que la venían considerando como actividad no jurisdiccional

acabaránconfigurándolacomo tal. Así, CARNELUTTI, F., Derecho Procesal Civil y
Penal. I. Derecho Procesal Civil. Derechoy Proceso,Vol. I, traducción de Santiago
SENTÍS MELENDO, Buenos Aires, 1971, págs. 327-329, quien la considera
jurisdiccional en contra de sus opiniones anterioresmantenidasen su <Sistemar>.
r72

LEC), con lo que se disipa cualquierduda que pudieraplantearseen tomo a la
naturalezajurisdiccionalde la ejecución.
Sin embargo,no debeolvidarseque la actuacióndel órganojurisdiccional

no se produceen todos los casosya que,pesea la necesidadde ejecuciónde las
decisionesjudiciales, no toda resoluciónconlleva la nota de la ejecutabilidad,
puestoque segúnla garantíaque se actue-declarativa,constitutivao ejecutiva-"'
se puedealudir o no a una fasede ejecución.Por ello, debedistinguirsesegúnse
trate de "sentenciasdeclarativas,constitutivaso de condena"273,

puestoque cada
una de ellas satisfacedistinto tipo de pretensionesde las partes,en las que se
solicitan actuacionesjurisdiccionalesde diverso contenido,y en donde pueden

sentirsecarenciasen cuanto a la inexistenciade obligacionesprocesales,con
mayor o menor intensidadsegúnel tipo de sentenciaanteel quenos enconffemos.
Efectivamente, en las sentencias declarativas, sustentadaspor una

pretensiónde la mismaclase,sepretendeúnicamenteque el órganojurisdiccional
declare una situaciónjurídic*'+, de tal forma que con la simple declaración
.- VéaseCALAMANDREI,P.,dnstituciones...>>,
Vol.I, op. cit., págs.170y ss.
.- Véanse CALAMANDREI, P., <[nstituciones...>>,

Vol. I, op. crt., pág. 170;
COUTURE, 8., <Fundamentos...)), op. cit, pags. 440 y ss.; GOMEZ
ORBANEJAA{ERCEQUEMADA, <DerechoProcesal...>, Tomo II, op. cit., pág.
245; MORENO CATENA, V., (et. alt), <DerechoProcesal.ProcesoCivib>,op. cit.,
págs.656-657.
.- GUASP,J., DerechoProcesalCivil. Parte General,Tomo I, Madrid, 1968,pags.

2l8y 514,quediferenciaentredeclarativas
positivaso negativas.
r73

obtienen su certezay seguridad2tt.Por ello, no es necesarianinguna fase de
ejecuciónparaque seobserveun adecuadocumplimiento,y tampocola obligación

procesalaquítiene importancia.
Mayor complejidad presentanlas denominadassentenciasconstitutivas,
fundadaqen pretensionesde la misma índole,puestoque en ellas no se pretende
solamentedel órgano jurisdiccional la declaraciónacerca de la existenciao

inexistenciadel derecho, sino la creación, modificación o extinción de una
situación jrxidic*76, por lo que sus efectosse extiendenmas allá de la simple
aquísí que serequiere,en ocasiones,ciertaactividad

declaración.En consecuencia
debido a la necesidadde documentacióny publicidad que conllevan,la cual es
conocidaentrela doctrinacomo<ejecuciónimpropiu>z11
.
Y en último lugar, las sentenciasdeclarativasde condena,que tienen como
base,igualmente,una pretensión declarafivade condena,e imponen a personas
.- CORTESDOMINGUEZ,V., (et. alt.), <<Derecho

Procesal.ProcesoCivib>,op. cit.,
pás.249.
.- GUASP,J.,<Derecho TomoI, op.cit.,págs.2l9y 515.

Procesal...>>,
.- Cfr. CABALLOL ANGELATS,L1.,La ejecuciónprovisionalen el procesocivil,

Barcelon41993,págs.26-27;CARRERASLLANSANA, J., <El embargo...), op.
cit., pátg.25; FERNANDEZ, M.A., (El proceso...),op. cit., pag. 57; GOI|I4.EZ
ORBANEJA, <DerechoProcesal...>>,Tomo II, op. cit., págs.253-255;MORENO
CATENA, V., (et. alt.), <DerechoProcesal.ProcesoCivib>,op. cit., pág. 663;
RAMOSMENDEZ,F., <Derecho Tomo [, op.cit.,pág.1004.
Procesal...>,
774

determinadasuna prestaciónde dar, hacer o no hacer2tty qr", en consecuencia,
son las únicas susceptiblesde ejecución propiamente dicha, ya que la
ejecutabilidadesla nota distintivade dichassentencias2Te.
Parececlaro, pues,que el hablar de obligacionesprocesalesdebaadquirir
mayorsentidocuandosetratede la ejecuciónde sentencias

de conden4en las que
de uno u ofro modo se condenaal deudor a una actividad, aunque sea ésta la
entregade una cantidad dineraria.Por ello, la imposición de obligacionesse

podría graduar en un orden de menor a mayor relevancia según el tipo de
sentenciasante el que nos enconffemos,siendolas sentenciasdeclarativasen las

quemenostrascendencia
puedetenerla implantaciónde obligacionesprocesales.
Tampoco parece, al menos a simple vista, que pueda tener mayor
relevanciala ejecuciónde sentenciasconstitutivas,aún en los supuestosde la
denominadaejecuciónimpropia. Contrariamente,en las sentenciasdeclarativasde

condenalas obligacionesprocesalesdespliegantoda su eficacia,ya que son este
tipo de resolucioneslas únicasquetienenentradaen la fasede ejecución,y queen

consecuencia
sonsusceptibles
de la misma.
En cualquier caso,y hecha la salvedadanterior, 1oesencialen el presente
.- GUASP,J.,<Derecho TomoI, op.cit.,pá5s.220y 515.

Procesal...>
.- PRIETO CASTRO, L., La condenaa prestación,en <Rev.Der.Proc.>,1954,

nú m . l , p á g s . 3yss.
175

momento es el significado de la ejecución,1o que implica tanto en el sistema

procesalde un paíscomo en la propiaAdministraciónde Justicia,ya que comoasí
representael medidormásreal sobreel funcionamientode la

seha manifestado280,
justicia.A ello debeañadirse,como seguidamente
veremos,que el propio sistema
de ejecuciónvaaponeren entredichola propiaefectividadde la tutelajudicial que

el Estado, a través de Juecesy Tribunales, está encargadode procurar. Y, para
dicho logro no es suficiente con pronunciamientosteóricos y construcciones
constitucionales,sino demostrandola auténticavoluntad de cambiar el sistema,y
como medidade inicio, a travésde la implantaciónde obligacionesprocesalesen
la ejecución,comotraducciónen el senodel procesode la tan perseguidaeficacia.
.- VéaseMORENO CATENA, para quien el sistemade ejecuciónde sentencias

representael termómetromás representativopara medir el funcionamientode la
Administraciónde Justiciade un país,<DerechoProcesal.ProcesoCivib>,op. cit.,
pág.657.
L76

III.- EL ARTICULO 24.1DE LA CONSTITUCION: TUTELA

JUDICIAL EFECTTVA, EJECUCION DE SENTENCIAS Y
OBLIGACIONES PROCESALES
Lógicamentesi, como se viene afirmando,la obligaciónprocesalpuede
como la traducciónen el senodel procesode la eficaciaprocesal,justo

entenderse
es que se dediquenlas presentespáginasa esbozarlas líneas por las que ha

transcurrido,y siguetranscuÍriendo,la eficaciade la tutelajudicial en conexión,
obviamenteen estemomento,con el procesode ejecuciónde sentencias.

Además,
adentramosen esteestudionos va a permitir adoptary tener una visión distinta y
másampliade la categoríade la obligaciónprocesal,ya queno debeolvidarseque

para nosotrosuno de los pilares básicosde la construcciónelaboradasobre la
obligación está centradoen el propio art.24.l de la Constitución,y desdeeste

punto de vista han de ser entendidaslas paginas siguientes.Y, así deben ser
contempladoslos tres epígrafes que se contienen en el presente aparlado, los
cuales apareceníntimamente relacionados,al tiempo que se complementany
configuran,de formamásdetallad4el derechoa la ejecuciónde las sentencias.
La tutelajudicial efectiv4 entreotroscontenidos,aparececompletada,casi
a modo de cierre,con la necesariaejecucióno cumplimientode las resoluciones
emitidas por los órganos jurisdiccionales. En consecuencia,la efectividad o

alcancereal de la tutela judicial pas4 en última instancia y siempre que sea
necesario,por la ejecución de las sentenciasvoluntaria o forzosamente,si el
t'|1

deudorseniegaa su cumplimiento.
Ahora bien, en el seno de ese derechoa la ejecuciónde la sentenciaes

posibleque seinstaurenobligacionesprocesalescon el fin de reforzarloy lograr su
pleno cumplimiento,al mismo tiempo que se alcatuala eficaciade la tutela.Para
ello, no obstante,es convenienterealizarun bosquejoen tomo a la configuración
del derechoa la tutelajudicial efectiva,sobretodo, en su relacióncon la ejecución
de las sentencias,con el fin de poner de manifiesto cuáles son las notas o
elementosque seperfilan en é1.
Así, y en una primera aproximación, se puede constatarya que la tutela

judicial efectivase consagracomo un derechofi.rndamental
en el art. 24.I de la
Constitución,dentro de cuyo contenidose integra el derechoa la ejecuciónde las
decisionesemitidas por los órganosjurisdiccionales.El cumplimiento de las
resolucionesjudiciales es fundamentalpara lograr la verdaderaeficacia del

proceso,por ello nuestraConstituciónlo consagracomouna auténticaobligación,
de alcance general, en su art. ll8, fundamento,al propio tiempo, de las

obligacionesprocesales.
En consecuenciacon los postuladosconstitucionales,el Estado queda
comprometidoa poner al alcancede los particularestodos los mediosadecuados

para la proteccióndel derechoa la tutela judicial y, orl especial,para lograr la
verdaderaefectividad de la misma, si es necesarioa través del proceso de
178

ejecución.Por ello, la ejecuciónde las sentencias

sepresentacomoun procesoque
revistegran importanciqya que la eficaciade la Administraciónde Justiciay del
propio Estado de Derecho dependen, en gran medida, de la eficacia de la
ejecución.
Por ello, la especialrelevanciade la ejecuciónde las sentenciasy demas
resolucionesjudiciales es destacadaen la doctrina emitida por el Tribunal
Constitucional quien y4 desde sus primeros pronunciamientos,sienta la
importancia de la misma. Efectivamente,como ha tenido ocasión de afirmar el
TC, en su sentencia67/1984,de 7 dejunio, que tomamoscomo ejemplode otras,

por lo queevitamossu reiteracióndetallada:
"La ejecuciónde las sentencias-en sí misma considerada-es una

cuestiónde capitalimportanciapanla efectividaddel Estadosocial
y democráticode Derechoque proclamala Constitución-art. 1o-o
que se refleja - dentrodel propio Título Preliminar-en la sujeción
de los ciud¿danos
y poderespúblicosa la Constitucióny al restodel
ordenamientojurídico, cuya efectividad-en caso de conflicto- se

producenormalmentepor medio de la actuacióndel PoderJudicial
-arts. 117 y ss. de la CE-, que ftnaliza con la ejecuciónde sus
sentenciasy resolucionesfirmes. Por ello, dificilmente puede

hablarsede la existencia de un Estado de Derecho cuando no se
719

judicialesfirmes"28l
y resoluciones
cumplenlas sentencias
Como hemos indicado, han sido diversos y numerosísimos los

pronunciamientosen los que el Tribunal Constitucional ha reiterado de forma
constantela afirmaciónanterior,esto es, la especialincidenciaque la ejecución
tieneen el desarrolloy observanciadel derechoa la tutelajudicial.
Pero,el Tribunal Constitucionalno sólo ha destacadoel papelquejuega la

judicialesen el Ordenamientoy en el propio Estado
ejecuciónde las resoluciones
de Derechosino que, igualmente,a travésde sussentenciasseha ido conformando
el contenidopropio del derechoa la ejecución.Así, y en apretadísima

síntesisde la
doctrina constitucional se pueden extraer a estosefectos,fundamentalmente,las
siguientesconclusiones:lu) la configuraciónde la ejecucióncomo un derecho
subjetivode carácterfundamental;2) el principio de identidadentreel fallo de la
sentenciay la ejecución,si bien se admiteigualmentela constitucionalidadde la
conversiónen equivalentespecuniariosantela imposibilidadde ejecución2t'y,3u)
.- Dichaa"firmación
establecidaen la STC 67184esreiteradaigualmenteen las SSTC
1511986, de3l deenero;9211988,de23 demayo;119/1988, de20dejunio;2811989,
de 6 defebrero;20711989,
de 14de diciembre;7311991, de 8 deabril;85/1991,de22
de abril; 15311992,
de 19 de octubre;3411993,de 8 de febrero;4111993, de 8 de
febrero;24811993de 19de julio; 25111993,de 19dejulio.
.- Como así lo recogeel art. 18.2 LOPJ en el cual, tras establecercomo primer
pronunciamientoque se procederáa la ejecuciónde las sentenciasen sus propios
términos,seguidamente prevéla imposibleejecución"in natura"de las mismasy su
sustituciónpor indemnización,sólo "en la parte que aquéllano puedaser objeto de
cumplimientopleno".
180

la obligación del órganojurisdiccional de adoptarlas medidasnecesariaspara
lograrla efectividadde la tutelajudicial.
Por tanto, a continuaciónprocededetenernosun tanto en cadatrno de estos

aspectoscon el fin de establecercómo se configurala ejecuciónen la doctrinadel
TC, lo cual constituyeel necesariocontrapuntoque habráde aplicarseen todo el
desarrolloposterior.
1.. LA EJECUCION COMO DERECHO SUBJETIVO DE

CARACTER FT]NDAMENTAL
Ya desde sus primeros pasos, el Tribunal Constitucionaltuvo
ocasiónde afirmar quermatutelajudicial efectivarectamenteentendidase integra
con el cumplimientode las decisionesjudiciales.Así, con la importantesentencia
321t982,de 7 dejunio, el TC comienzaa marcarnuevaspautasen el tema que nos
ocup4 al establecerque:
"El derecho a la tutela efectiva que el artículo 24.1 de la

Constituciónconsagrano agotasu contenidoen la exigenciade que
el interesadotenga accesoa los Tribunalesde Justicia(...), ni se
limita a gararrtizarla obtenciónde una resoluciónde fondo fundada
en derecho(...).Exige tambiénque el fallo judicial secumpla,y que
181

el recurrentesearepuestoen su derechoy compensado,si hubiere
lugar a ello, por el dañosufrido".
En estesentido,la doctrinaasí establecidapor el Tribunal Constitucional
marca, apartit de la aludida sentenci4un hito importanteen la configuracióndel
derechoa la ejecuciónde las sentencias,que quedaintegrado,desdeentonces,
como contenido esencial dentro del art. 24.1 de la Constitución28';en caso
contrario, las decisionesjudiciales y el reconocimientode los derechosque
comportan en favor de alguna de las partes quedarían convertidos en meras

declaraciones
de intenciones2so.
En consecuenci4al litigante que obtieneuna sentenciafavorablele ampara
.- Doctrina establecidaen la citada src 3211982,de 7 de junio, y reiteradaen

numerosas decisiones.EntreoftasmuchasSSTC2611983, de 13de abril; 53/1983,de
29 dejunio; 9011983,de 7 de noviembre;6711984,de 7 dejunio; l09lr9g4, de 26 de
noviembre;15511985, de 12 de octubre;1511986,
de 31 de enero;3311986, de 2l de
febrero;331t987,de 12 de marzo;16711987, de 28 de octubre;511987, de 2l de
diciembre;100/1988, de7 dejunio;193/1988, de 18de octubre;2l5lrggg, de 14de
noviembre; 2811989,de6 defebrero;14811989,de21 deseptiembre;14911989, de22
deseptiembre;15211990, de4 deoctubre;18911990,de26 denoviembre;161199r, de
28 de enero;7311991, de 3 de junio; l94ll99l, de 17 de
de 8 de abnl; 12011992,
octubre;23011991, de I dejulio; 15311992,
de 10 de diciembre;10711992, de 19 de
octubre;4111993,de 8 defebrero;24811993,del9 dejulio.
.- Comoexpresamentesereconoceen la STC 3211982, de 7 dejunio, y sereiteraen

las sentencias
58/1983,de 29 de junio; 6111984,
de 16 de mayo; 6711994, de 7 de
junio; 17611985,
de 17 de diciembre;3311986,
de 2l de febrero;16711987, de 28 de
octubre;9211988,de 23 de mayo; 2811989,de 6 de febrero; 14911989, de 22 de
septiembre;15211990,
de4 de octubre;7311991,de 8 deabril.
IB2

un derechofundamental.ala ejecuciónde la resolución,vnavez que la mismaha
alcat¡rzadofirmezt8s porque, en caso contrario, no es satisfecho su interés ni

protegidosu derechoa una tutelajudicial efectiva.Además,y al mismo tiempo,a
travésde estereconocimientose concedea la ejecuciónla garantíarcforzada

de la
que gozan todos los derechos fundamentales, de ahí Ia importancia que
reiteradamente
sedestacaen todo el presentetrabajo.
En resumen,la jurisprudenciaconstitucionalsuponeque la obligacióndel
art. 118 de la Constituciónse configuraen la doctrinadel TC como un auténtico
derechofundamentalde la contrapartea la ejecuciónde la sentencia,que se
incorporaaI24.l de la CE, ya que el obligadocumplimientode lo acordadopor
los Juecesy Tribunales,en el ejerciciode la potestadjurisdiccional,es una de las
mas importantes garantías para el funcionamiento y desarrollo del Estado de
Derecho.
.- En principio, como así lo estableceel propio art.118C.E., la ejecuciónsolo es

predicablede las sentenciasy demasresolucionesfirmes. TambiénnuestroTC seha
referidoen algunaocasióna la ftrmezade las resoluciones judiciales,vgt. SSTC
6711984,de 7 de junio y 10911984, de 26 de noviembre,en las que tras reiterarel
contenidodel 118de la Constitución, declar4no obstante,que "(...) estaformulación
constitucional no impide que el legislador establezcasupuestosde ftrmeza
potencialmente debilitad4 como sucedecon los recursosextraordinariosde revisióny
otros que podrían citarse, pero impide que al margen de tales supuestos,
taxativamenteprevistos,sedejensin efectolas resolucionesfirmes".Aunque,no debe
olvidarse guo, en cualquier caso, el legislador puede establecer supuestos
excepcionalesen los que, aún sin alcarzat ftrmezala resoluciónse puedeejecutar,
comolos supuestos dela ejecuciónprovisional.
183

Pero con todo, es inevitable preguntarsesi la ganrfiía última de este

derechosubjetivo no quedaríamejor salvaguardadacon la plasmación de algun
otro tipo o modalidad de <obligacióru>como la <procesab>,

que reforzan la
observanciay cumplimiento del mismo. El pronunciamientodel Tribunal
Constitucional representala referencia mas válida que avala el tem4 y hace
aparecer claramente la interrelación entre los artículos 24.1 y 118 de Ia
Constitución,y la ejecuciónde las sentencias.Si la obligación del art. 118 se

convierte en un derechofundamentalparececlaro, o al menosno deberíaplantear
problemas,que en la protecciónde los derechosfundamentales
el legisladordeba
crear o poner a disposiciónde estaprotecciónlas medidasque seannecesarias
paralograrun perfectocumplimiento286.
Y así, entre estasmedidaspuede ser perfectamenteencajablela categoría

de la obligaciónprocesal,máximesi setiene presenteque el art. 118 del obligado
cumplimientode las resolucionesjudiciales se erige en el fundamentode estas
obligaciones.Por ello, no creemosque seasuficientecon reconocerla categoríade
un derecho como fundamental-en el presentemomento la ejecución de las
sentencias-si posteriormenteno se creanmecanismosque lo protejan,o al menos
seanprevistoscon carárcter
generalpor el legisladorordinario. Sin embargo,el
.- No debe olvidarse que el reconocimiento de un derecho como fundamental le

otorga una garantía reforzad4 no sólo desde el momento que permite su entrada al
recurso de amparo constitucional, sino también porque aquél reforzamiento deriva del
propio art. 53.1 de la Constitución que regula la tutela y garantíade los derechosy
libertades reconocidos en el capítulo segundodel título I de la Constitución.
]-84

silenciode las leyesprocesalessobrelos aludidosmecanismoses la realidadque
impera en estosmomentosy que es facilmenteconstatabletan sólo con analizarel
estado actual de la ejecución de sentencias,y en especial,al contemplarla

regulaciónque sobreella siguenhaciendolas leyes.
18s

2.. PRINCIPIO DE IDENTIDAI)
El reconocimientoanterioresnecesarioque seacompletado,ya que

no cualquiercumplimientosatisfaceel derechofundamentalala ejecuciónde las
sentencias,
sino sólo aquélque se ajustea lo establecidoen laparte dispositivade
la sentencia.En efecto,el Tribunal Constitucionalestablece,como regla general,
la necesidadde ejecuciónde las sentenciasen suspropios términos,sin que los
órganosjurisdiccionalespuedanapartarsedel fallo sinjustificación alguna.Ahora

bien, la laxa posicióndel TC lleva a interesantes
interrogantes: justificado
¿estaría
apartarse,en cierta medid4 del fallo si con ello se persigue el logro de la
ejecución? Aparte de las limitaciones consustancialesque tiene el órgano

jurisdiccionil"',¿podrían éstosadoptaruna actitudmaslibre en el momentode la
ejecución?Las cuestiones,atractivassin duda, se dejan conscientementesin
contestarya que la respuestase puedeobtener,fundamentalmente,en el siguiente

y tercer apxfado,y sobretodo, en el epígrafededicadoal mismo288.
continuando ahora con la línea expositiva, huelga advertir que, pese al
obligadocumplimientosegúnlos propiostérminosde la sentenci4tambiénprevé
el TC que, en casode imposibilidadde cumplimientoespecíficode la obligación,
.- Debe tenerse presente que en esta fase de ejecución sigue en vigor e informa su
desarollo el denominado principio dispositivo, con las manifestaciones que
caructenzanal mismo, entre las que se encuentrala llamada "congruencia".
.- Véase,el capíflrlo quinto, apartadoIII).
186

la misma puede ser sustituidapor su equivalentepecuniario o cualquier otro tipo
de prestación,previsiónque se encuentraigualmenterecogidaen el art. 18.2de la
LOPJ.
En cualquiercaso,segúnel Tribunal Constitucional,el derechoalafiÍela

judicial del art. 24.1 CE se cumple cuandola sentenciaes efectiva y concede
satisfacciónal derecho del litigante, con independenciade la modalidad que
revistala ejecuciónpor cuanto:
"(...) el artículo 24 de La Constitución y la consagración

constitucionaldel derecho a la tutela jurisdiccional efectiva no
arcaru¿rta impedir las diferentesmodalidadesque puederevestir la
ejecución de una Sentenci4 pues supuesto que la norma
constitucionalse cumplesi la Sentenciaes efectivay el derechodel
ciudadanorecibesatisfacción".28e
En consecuencia,la transformaciónde una sentenciadeterminadapor su
equivalentepecuniarioantela imposibilidadde cumplimientoespecífico,no puede

ser consideradacomo inconstitucional,y así lo afirma expresamenteel Tribunal
en la STC 58/1983,de29 dejunio:

Constitucional
.- Así lo manifiestael TC en su src 58/1983,de 29 dejunio, y lo reafirmaen las

ssrc 6911983, de 26 dejulio; 6711984,
de 7 dejunio; l09ll9&4,de 26 noviembre;
16711987, de 28 de octubre;14911989, de 22 de septiembre; t94ll99l, de 17 de
octubre;23011991, de 10dediciembre;6117992,de 23 de abril.
1-81

"Tan constitucionales una ejecución en la que se cumple el

principio de la identidadtotal entre lo ejecutadoy lo estatuidoen el
fallo como una ejecución en la que, por r¿vonesatendibles,la
condenaes sustituidapor su equivalentepecuniario o por otro tipo
de prestación"2eo.
Por ello, la ejecución de condenasno dinerariasde hacer, no hacer, y en

algunos casoslas de dar, que regula Ia Ley de EnjuiciamientoCivil, pueden
transformarseen equivalentespecuniariosantesu imposibleejecución<in naturar>

alguna.
sin que ello impliqueviolaciónconstitucional2er
En resumen, si esa es la doctrina que el Tribunal Constitucional ha
establecido,laLey de EnjuiciamientoCivil en ningun momento atentacontrala
mism4 ya que en ésta el incumplimiento de aquellas ejecuciones deriva en

resarcimientosde tipo económico.Sin embargo,el legislador deberíaser más
estricto en la exigenciaprimaria del cumplimiento de las sentenciasen suspropios
términos. Por ello, los mecanismossubrogatoriosdeberíandejarse sólo para
aquellossupuestosen los que fuera del todo punto imposible el cumplimiento;

a travésde
pero, al mismotiempo,setendríaquereforzarla ejecución<in naturar>
- Doctrina que se recoge en las sentenciascitadas en la nota anterior.
- Expresamentese reconocedesdela STC 58/1983,de 29 de junio.
188

víasalternativas,antesde acudiral resarcimientode dañosy perjuicios.
Por todo lo anterior, deberíaninstaurarseobligacionesprocesalesen el

senode las ejecucionesespecíficas
con el fin de logar, antetodo, el cumplimiento
según los términos establecidosen la resoruciónjudicial. y, si con todo, el
legislador no reformara sus planteamientoshasta el momento mantenidos, el
Tribunal Constitucional podría encaminar sus pronunciamientosy tratar de ir
abriendocaminosque obligarana esta ejecucióndesarrollandolas obligaciones
como camino principal y dejar como secundariaslas vias indemnizatoriasde
sustitución,marcandoasípautasque informaranla labor del legisladorordinario.
189

3.- ADOPCION POR EL ORGAIIO JT]RISDICCIONAL DE
LAS MEDIDAS NECESARIAS PARA ASEGURAR EL

CUMPLIMIENTO
El perfectoy adecuadocumplimientodel derechoa la ejecuciónde

las sentencias,y consecuentemente
de la tutela judicial, no agota su contenidoen
las manifestaciones
anteriores,sino que ademásexige,igualmente,que los propios
órganosjurisdiccionalesempleenlos mediosque las leyesponena su disposición
con el fin de lograr la perseguidaefectividadde la tutela jurisdiccional y de la

propia ejecución.En puridad,sólo en el supuestode que el órganojurisdiccional
adoptelas medidascon la intensidadnecesariaparalograr el cumplimientode las
resolucionesjudiciales,el derechoa la tutelajudicial efectivase habrásatisfecho
totalmente2e2.
Por ello, estedeberdel órganojurisdiccionalserecogeen el art. 18.2LOPJ
cuandoestableceque en el supuestode imposiblecumplimientode las sentencias
el juez o tribunal debe adoptar las medidas necesariaspara lograr la mayor
efectividadde las mismas.Dicho deberse configuraen la doctrinaconstitucional
como un auténtico derechofundamental para la parte de que el órganojudicial
.- SSTC 2611983,de 13 de abril; 6711984, de 7 de junio; l09lt9g4, de 26 de

noviembre;155/1985, de 12 de noviembre;331t986,
de 21 de febrero;12511987,de
15dejulio; 16711987, de28 deoctubre;21511988,
de 14denoviembre; 2811989,de6
defebrero;14811989, de2l de septiembre;14911989,
de22 de septiembre;l20ll99l,
de20 dejunio; l7lll99l, de 16deseptiembre.
190

adopte las medidasnecesarias,el cual se circunscribedentro de los poderes-
deberesdel juez, como setendráocasiónde comprobarmas detenidamente.
En consecuencia, corresponde a los órganos jurisdiccionales la

determinaciónde la medidasprocedentespara asegurarel cumplimiento de sus
resoluciones,por lo que no es aventuradoafirmar que,si los órganosjudicialesse
abstienen,sin causajustificada, de adoptardichasmedidasse vulnera el derechoa
la ejecución de las sentencias,y surge a favor del particular un derechode
repa.;aciórfe3.
Sin embargo,la anterior afirmación queda desvirfuadadesdeel mismo

instante en que las medidas a las que alude el Tribunal Constitucional son
desconocidas
en nuestrasleyesprocesales,
en especialen la Ley de Enjuiciamiento
Civil, que es la que nos interesa.Los órganosjurisdiccionalesestánsujetosal
imperio de la ley, por lo que si éstano dice nada sobreaquéllasmedidas-o sobre
obligaciones procesales-, poco podran hacer pese a la jurisprudencia
constitucionalque les vincula. Por ello, quizas la mejor solución sería que las
medidas,traducidasen obligacionesprocesales,fuerancreadasen nuestrasleyes,

pero también podría ser conveniente que aI mismo tiempo existiera una
<obligaciórD)expresapara que el juez act';rrra.En cualquiercaso,como hemos
.- "(...) debenrepararse,
en todo caso,las eventuales
lesionesdel derechoa la tutela
judicial que tengansu origen en la pasividado el desfallecimientode los órganos
jurisdiccionalesparaadoptarlas medidasnecesarias a fin de asegurarel cumplimiento
de suspropiosfallos".STC 16711987, de28 deoctubre.
191

afirmado, estas son cuestiones que se verán mas detenidamenteen páginas

posteriores2ea.
IV.- BREVE EVOLUCION DE LA EJECUCION Y POSIBLE

REPERCUSIONEN LAS OBLIGACIONES PROCESALES
El acercamientoal desarrolloo la evolución, de carácterdoctrinal y legal,

del proceso de ejecución persigue como fin esencialponer de manifiesto la
interrelaciónque existeentreel mismo,y la situaciónactualde la ejecuciónde las
sentencias,especialmente,en el rámbitode las obligacionesprocesales.Sin
embargo,ello no debe llevar a confusionesen el sentidode ver únicamenteen
aquella interrelaciónla causade la escasezde obligacionesprocesalesen esta
aludidafaseprocesal.Igualmente,los factoresque han condicionadola situación
existente en la actualidadtrasciendenal propio proceso de ejecución, y se
sumergen,comotrataremosde precisarcon claridad,en el marcodel procesocivil
en general.
Ahora bien, no obstante lo anterior, pueden existir factores que se

relacionanmás directamentecon el proceso de ejecución,como puede ser la
propia y caracteristica
evoluciónsufridapor esteprocesola que, como una causa
.- Véase infra epígrafe III) Obligaciones procesalesdel órgano jurisdiccional, del

capítulo quinto.
r92

más, ha contribuído al acbral panorama legislativo. Efectivamente, no puede
negarseel hechode que el procesode ejecuciónha sido y, en cierto modo sigue
siendo,relegadoa un segundoplano como 1odemuestra,entreotros,el hechode

que los estudios doctrinales se han centrado, bien en el proceso civit de
declaración,bien de formamasacentuadaenel procesopenal2es

.
Sin ernbargo,ello no debecausarextrañezasi se tiene presenteque, como
manifiestaSOLCIIAGA LOITEGLII, inclusola propia LEC en el momentode su
redacciónno conocíael concepo de ejecucióncomo tal, sino que ésta"constituía
tan sólo una incidencia mas del proceso de declaración,sin entidad propia e
La consecuenciade tal planteamientoaparececlaramente:la
independiente"2e6.
ejecución,vrla yez admitidacomo tal, es configuradabajo el manto del proceso
civil de declaraciónconfundiendototalmenteprocesosque, pese a constituir
ambos manifestacionesde la potestadjurisdiccional, obedeceno al menos
debieranobedecera fi.nesy esquemasdiferentes.
Así es como,poco a poco, el procesode ejecuciónva quedandorelegadoa
.- De forma bastanteilustrativa y acertadalo ponía ya de manifiesto FERNANDEZ, al

afirmar que "El Derecho procesal español tiene sus propias cenicientas.Hace tiempo
que nuestros procesalistas son conscientes de que urge conceder al proceso de
ejecución una atención científica que la aproxime a los logros alcanzados en el
tratamiento del procesode declaracióne, incluso, al Derecho Procesalpenal". Véase
<El proceso...),op. crt.,pág.5.
.-Véasedel citado autor, <El procedimientode apremio...),op. cít.,pág.34.
193

un se$xrdoplano,situándosepor debajodel procesode declaración.Perocuando,
finalmente,el legisladorprocedea regular con carácterautónomola materia de la
ejecuciónparte,tomandocomopunto de referencia,de los esquemas

aplicadosen
el procesodeclarativo,y los trasvasaal de ejecución,configurándolaasícomouna
"merasecuenciao fasedel procesodeclarativo"zeT

.
En consecuencia,la situación así producida es doblementegrave. En

primer lugar, porque se pretendeaplicar a la ejecuciónconceptosgeneralesque
tienenpleno significadoen la fasedeclarativadel procesopero que, dificilmente,

puedentenerel mismo sentidoen un procesocomo el de ejecucióncuyafinalidad
es distinta. Pero, en segundohgut, porque Ia falta de armonizacióny adecuación
del proceso civil declarativo a los principios que informan nuestra sociedad
ha influido, en consecuenci4en el procesocivil de ejecuciónen mayor
actual2e8
medida si cabe,que en el de declaración.No debeolvidarseque en el senodel

procesocivil españolhan tenido escasarepercusiónlos nuevosairesrenovadores-
y que por ello, en muchosde susprincipiosy conceptosgenerales
socializadores-
se deja sentir una necesariamodemización.Y, lógicamente,si éstosprincipios y

que se derivande
conceptossetrasladandespuésa la ejecuciónlas consecuencias
.- Como así es afirmado por ORTZ NAVACERRADA, S., Concurrencia de

acr eedor es en el pr oceso de ejecución, Salartancu 1979, pag. 33.
.- Y, en especial, aquella falta de adecuación se nota en la ausenteinfluencia de las

denominadas corrientes socializadoras del proceso, cuya repercusión en nuestro
procesocivil ha sido bastanteescas4 lo cual se deja sentir igualmenteen el proceso
de ejecución.
L94

ello sonobvias.
Aunque en especial, la influencia del proceso civil se ha notado en la
configuración de los principios que informan la fase de ejecución, en donde ya

puede adelantarseque, una vez más, el hecho que resalta es la aplicación de
aquellos principios que rigen en la fase declarativaa la de ejecución, si bien de
forma matizada.Así pues,se olvida la función socialque cumpleel procesoy que
de la escasainfluencia
se acentu4sobretodo, en la ejecución,como consecuencia
del proceso,lo cual degeneraen la

que han tenido los movimientossocializadores
conocida escasezde obligacionesprocesales,mayormentejustificadas en este
momentode la ejecución.
Además, a todo ello debe añadirse la asistemáúicae insatisfactoria
regulaciónquerealizala Ley de EnjuiciamientoCivil del procesode ejecuciónde
sentencias,como igualmentees destacadopor la generalidadde la doctrina2ee

. La
.- Entreotros,y sin iínimoexhaustivo, puedenverse,CACHONCADENAS,M.J.,El

y
embargo,Barcelon41991,págs.14 ss.;FAIREN GUILLEN,Y., La Leydereforma
urgentede la Ley de EnjuiciamíentoCivil. Juicio de menorcuantía,casacióny otros
aspectosfundamentales de la Ley de 6 de agostode 1984,Madrid, 1985,pág.315;
FERNANDEZ, M.A., (El proceso...)),op. cit., pá9. 29; GUTIERREZ DE
CABIEDES,E.,Principalesproblemasactualesde la ejecuciónsingular (ponencia
incluída en la general Utimas evolucionesen materiade ejecuciónforzosasingular,
presentada por CarlosDE MIGUEL Y ALONSO,<Rev.Der.Proc.Ib.>, 1983,núm. 1,
pág.63;MOLINER TAMBORERO,G., <La ejecuciónsingular...)), op. cit., pá9.99.
Idem Intrascendencia de las reformas introducidas en el proceso de ejecución
singularpara eliminar su ineficaciamanifiesla,<ConsejoGeneraldel PoderJudicial.
Jomadassobre la reforma de la LEC), Madrid, 1985; MONTERO AROCA, J.,
Perfeccionamiento del sistemade ejecuciónsingular. La indefensióndel ejecutante,
195

materiade la ejecuciónno es objeto de una regulaciónunitaria,sino que adolece
de una dispersa3O0,
al tiempo que carencialprevisión,sobretodo, en el mecanismo
del embargo.
En resumen,los anterioresconstituyen,entre otros, los motivos que han
influido en la actual regulaciónde la ejecución,aunquetampocodebeolvidarse

que la situación existenteha sido ya reiteradamentedenunciadaentre la doctrina
citada con anterioridad,sin que haya existido una auténticavoluntad por parte de
nuestrolegislador paratratar de ir transformandola situación acüal. El camino del
en <Estudiosde Derecho Procesab, Barcelon4 1981,págs. 275-276.Idem <Análisis

crítico...>>,op. cit., págs. 107 y ss.; MoRENo CATENA, v., (et. alt.), <Derecho
Procesal.Proceso civib>, op. cit., pitgs. 657 y ss.; ORTZ NAVACERRADA, S.,
<concurrenciade acreedores...>>, op. cit., pags. 3r y ss.; pRIETo cASTRo, L.,
Perfeccionamiento del derecho de ejecución singular, en <<Temas de Derecho actual y
su prácticar>,Salamanca, 1979, pág. 415. Idem Correccciones al derecho sobre
ejecuciónforzosa de la Ley de Enjuiciamiento Civil, en <Trabajosy Orientaciones de
Derecho Procesab>,Madrid, 1964, págs. 497 y ss.,y Tratado de Derecho procesal,
Tomo II, Pamplon4 1985,págs. 649-650.
.- Para ello basterecordarla regulación que realizala LEC del procesode ejecución.
Se recoge,en primer lugar, en el Libro II <De la Jurisdiccióncontenciosa>,Tíulo. VilI
<De la ejecución de las sentencias>,Sección lu <De las sentenciasdictadas por
Tribunalesy Juecesespañoles>,arts. 919 y ss., que puede afirmarseregulan notas de
caráctergeneral. Pero, la materia propia de todo el proceso de ejecución se encuentra
en el mismo Libro II, en su Título XV, regulador <Del juicio ejecutivo>, Sección lu
<Del procedimientoejecutivo>,sobretodo los arts. 1447y ss., que recogenlo que la
ley denomina <procedimiento de apremio>. Sin embargo, dichas disposicionesno
agotan la materia de la ejecución, sino que ademasexisten también normas dispersas
a lo largo del mismo cuerpo legal, e incluso otras normas contenidasen textos legales
ajenos alaLEC, que completan lamatena de la ejecución,fundamentalmenteen lo
relativo al embargo de bienes.
]-96

cambio hubiera sido, y sigue siendo sencillo, sobre todo teniendo en cuenta la
incuestionablerelevanciapráctrcao
mas que teórica,de la ejecuciónde sentencias
sobretodo a travésde su integracióncon la tutelajudicial efectiva.
V.- PRINCIPIOS PROCESALES DE LA BJECUCION

FORZOSA
l..INTRODUCCION
Como seguidamente
veremos,y 6í se había avanzado,una de las
causaso motivos que han contribuido al actual e insatisfactorio estado de la
ejecución ha sido La aplicaciónun tanto <<suigeneris>de los principios que

informan el procesodeclarativoa la fase de ejecución.Así, como se tratará de
esclarecery posteriormentedeterminar,el legisladorespañolha partido de un error
de baseal tratarde prolongary aplicarciertasideasy planteamientos

generalesal
procesode ejecución,pruebade lo cual lo constituyeel tema de los principios
informadoresdel proceso.
Pero lógicamente,si el anterior fuera sin más el motivo, careceríade

sentidoque en el presenteestadiose abordarael temade los principiosprocesales.
Obviamente las motivaciones son mucho más profundas, por cuanto como es
conocidoy se va tratar de determinar,el sistemao conjuntode principios no es
]-97

algo baladi, sino que su configuración es fundamental para entender el
funcionamientode un proceso.El conocimientode los principios procesales
constituye, en cierto modo, la clave para entender cada tipo de proceso y,
lógicamente,tambiénel de ejecución,yaque por ellos sepuedetomar conciencia

<apriorb de la modalidadde ejecuciónque existeen nuestropaís.
Así pues,y sin perder de vista nuestroobjeto de estudio,esosprincipios

puedendecantarhacia uno u otro lado la mejor comprensiónde nuestrosistemade
ejecución,con la eventualprédicaen el mismo de las obligacionesprocesales.Es
decir, si los principios informan la ejecución,pueden servir igualmentepara

aprehenderlo que a la postre no es sino un aspecto ptrntual de aquélla: la
existencia o no de obligacionesprocesales.En consecuenci4procede pues
detenernosen plasmar estos principios y contemplar cómo informan el actual

proceso de ejecución,aunquetambién viendo cómo deberíaninformarla. Sin
embargo,previo al estudio de los principios propiamentedichos, y a efectos
en especialacercadel
introductorios,aún cabe hacer algunasconsideraciones,
cnácter configuradorde los mismos.
2.. IDEOLOGIA, TECNICA Y PRINCIPIOS PROCESALES
El sistemaprocesalde un país no es sino el reflejo y la ffaducción
de los principios que 1o informan y constituyensu base,por lo que son dichos
198

principios los que configuran y determinanla estructuraprocesalen generaly, de
cadaprocesoen particular;los que respondenal interrogantede cómo estáhecho
el pro""ro'ot y, los que pueden conducimos al conocimiento del posible
comportamientode los sujetosque intervienenen el mismo, sus posibilidades,
cargasy obligacionesprocesales,lo cual es especialmente

importantea nuestros
efectosen el presentemomento.
Así, como ha sido manifestadopor GIMENO3lZ,atravésde los principios

podremosconstatarla frmcionalidado disfuncionalidaddel sistemacon las nofinas
y con los valoressociopolíticosy económicosimperantesen una

fundamentales
sociedady en un momentohistórico determinado.Y ello es realmenteinteresante
a nuestrosefectos,porquese podrá poner de relieve cuál es la situaciónreal del

procesode ejecución,es decir, su verdaderaadaptacióny correlacióncon los
valoresde la sociedaden el cual sedesarrolla.
En estesentido,y si se siguenlos anteriorespostuladossobreel papelque

puedenjugar dichosprincipios,no debecausarextañezael hecho,ya conocido,
de la polémica generadaen torno a la configuracióntécnica o política de los
mismos, esto es, si los principios informadoresdel procesoreflejan, en cierto
modo, la ideologíapolítica o, por el contrario,obedecenúnicamentea razonesde
- GIMENOSENDRA,V., <<Fundamentos...)),
op. cit., pá9.177.
- VéaseGIMENOSENDRA,V., <Fundamentos...)>,
op. cit., pá9.177.
]-99

técnicalegislativa3o3,
polémica alaque siquierabrevementeesnecesarioaludir.
De las posibles corrientes o concepcionesaludidas, la denominada

política3Oa
o ideológicapareceser,en términosgenerales,la seguidapor la mayor
partede la doctrina30t.
Paraestaprimeraconcepción,los principiosdel procesose
ven imbuidosde la ideologíapolítica y socialpredominanteen una sociedad;de
los valoresque subyacenen la mism4 porqueel procesocomo fenómenosocial
que es se encuentra condicionado en mayor o menor medida por el sistema
político.
Sin embargo,junto a aquellaconcepciónideológicaparala cual las ideas

políticas se dejan sentir en los principios procesales,puede encontrarseuna
. Comoasílo expresael profesorFAIRENrecientemente

en su <DoctrinaGeneral...>.
op.cit.,pá9.267.
.- Sobre el sentido de los denominadosprincipios políticos, véaseALCALA-

ZAMORA,N., Principiostécnicosy políticosde unareformaprocesal,en <Estudios
deTeoría...>,
TomoII, op.cit.,págs.101y ss.
.- véanse,entreotros,ALCALA-ZAMORA, N.,<principiostécnicos...)), en <Estudios

Tomo II, op. cit., págs. 101 v ss.; GALAMANDREI, p., procesoy
de Teoría...>>,
democracia, traducciónde SantiagosENTÍs MELENDO,BuenosAires, 1960,pags.
47 y ss.; CAPPELLETTI,M., <<Proceso, ideologías...)),
op. cit., págs. 14 y ss.;
GIMENO SENDRA, V., <Fundamentos...>>, op. cit., págs. L77-I7g; MARTIN
OSTOS,J., <Lasdiligencias...)), op. cit., págs.20 y ss. y 153 y ss.;MONTORO
BALLESTEROS,A., conflicto socíal,derechoy proceso,Murci4 1980,pág. 48;
ovALLE FAVELA, J., sistemasjurídicos y políticos, en <Estudiosde Derecho
Procesab, México,1981,págs.157y ss.
200

en la
segundacorriente de opinión contraria al carác,terideológico de aqué11os306
que se aduce, como principal firndamento, que las ideas políticas únicamente
ejercen una influencia en la configuración de las norrnas materiales,pero no
modifican la esenciani el conceptode las institucionesjurídicas. Es más, cabe
incluso encontrarposicioneseclécticasen las cualesse tiene presente,bastante

que,si bien no de forma exclusiva,en el procesotambiénserefleja
acertadamente
la ideología sociopolítica dominante en un país en un momento histórico
determinado'ot,u*qr.r" el caráctertécnicotambiénejercesu influencia sobrelos
mismosprincipios.
Puesbien, lo que nadie puedenegar es que el sistemaprocesalaparece
efectivamenteinfluido por el marco sociopolíticoy económicoimperanteen la
sociedaden que sedesarrolla.El procesono es algo que seconfigureal margende
los fenómenossocialesque 1orodeany, Por ello, es necesarioque el mismo sea

puesto en relación con las restantesestructurasque configuran la formación
en 1o que coincidimos,y de forma especialaquella relación con la

social308,
.- Tal es el sentir manifestadoespecialmente por SERRA DOMINGUEZ, M.,

op.cit., pags.5l2y 513.
socialización...>>,
<<Liberalizacióny
.- Estapareceserla opiniónmantenidapor MONTEROparaquien"(...) no sepuede

optar por los extremos:ni el procesocivil es puramentetécnico, ni tampoco es
exclusivamentederecho determinadoideológicamente(...)". Véanse del autor
op. cit., pags.208 y ss.;y Losprincipiosinformadoresdelproceso
<lntroducción...>>,
civil en el marco de la ConstituciónEspañola,en <Trabajosde DerechoProcesab>,
Barcelon41988,págs.229y ss.
op. cit., pá9.178.

.- GIMENOSENDRA,V., <Fundamentos...>,
20r

en el procesode ejecuciónen donde

sociedaddebedejarsesentir,especialmente,
pareceque aquellarealidadesmuchomáscercanay palpable.
Además,las influenciasasí señaladasse manifiestan clarartenteen nuestra
realidadjurídic4 y para ello es suficientecon observarnuestroproceso,donde

despliegansusefectosen orden
contemplamoscomo los valoressocioeconómicos
a la configuraciónde los principios dispositivoy de oficialidad;mientrasque los
en el proceso
políticos se ffaducen,enffe otros,en los de aportación/investigación
en el procesopenal.
civil o, en los principiosinquisitivo/acusatorio
Sin embargo,no siemprela realidadsocialy la jurídica discurrende forma
pneja. La pretendidaadecuaciónde los principios procesalesa los fenómenos

en ocasionesquedaen el
socialesy políticosy a las propiasnofinasfundamentales,
vamosa comprobar,lo constituyen
vacío , y pruebade ello, como seguidamente
algunosde los principios en los cualesse inspira laLey de EnjuiciamientoCivil
español4lo que demuestraesafalta de armonizacióny renovaciónde sus líneas
maestras,al tiempo quejustifica y demandala necesariaadaptaciónde los mismos

de la sociedadactual.
a lasnecesidades
Efectivamente,si la renovaciónde ciertos principios procesalesse deja
sentir en mayor o menor medida en otros c¿Impos,en el seno del procesode
ejecuciónesarenovaciónpareceevidenteo evidenteal menoses reclamarla.Los

tintes liberalesparecenseguir subsistiendoen la regulaciónde alguno de los
202

principios procesalesque informan la fase de ejecución3oe,

y de forma muy
especial en el dispositivo y el de aportación de parte. Dichos principios
claramente,la escasainfluenciaquehantenido en las leyesprocesales

demuestran,
españolaslos movimientossocializadoresdel procesocivil, amén de poner de
manifiesto que no solamente la Ley de En¡iuiciamientoCivil, sino el propio

peffnanecenancladoseen
legislador español,conscienteo insconscientemente,
ciertosmomentos,en el pasado.
que,
En estesentido,no se tata de proponersoluciones<revolucionarias>>
por 1o demasno dejarían de ser tan novedoSs"0, sino de intentar avatlzar por
parte del legisladoren el tema. El costede transformarla regulaciónvigente,a
fortiori, y por otra par[e, tampoco sería tan brusco, a poco que se reflexione la
jurisprudenciadel TC, que abre brechapor el lugar acertado:hacer efectiva la
tutela judicial (con una mayor activismo de los jueces si fuera el caso>>,
dando
aires renovadoresal principio dispositivo e infroduciendo,de forma expresa,
algunasmedidas de impulso de oficio por parte del juez. Ciertamente,estas
medidasson previstasen la propia LOPJ la cual, en su art. 18.2 contempla,en

cierto modo, la posibilidad de que el juez adopte las medidas con el fin de
.- Y a ello contribuyeen granmedida la insistidaaplicación,ciertamenteerrónea,de

los principios de la fase declarativaa la de ejecución,que aún en nuestrosdías el
legisladorno parecedecididoa modificar.
.- Ya que sobrela materiasehan vertido multiplesy variadaspropuestas,como seha

tenido ocasiónde ir comprobando,en especialen relaciónal temade las reformasde
las leyesen estepuntoen concreto.
203

gararúízarla ejecución,pero no se indica qué medidasni se recoje despuésesta
obligaciónen la ley procesal.
no es
En resumenpues,y sin perjuicio de 1oque digamosposteriormente,
descabelladomantenerla necesariarevisión de los principios procesaleshoy
imperantes.Conclusión tal, que adelantamos,encuentrasu apoyo con la sóla

enumeraciónde los hoy existentes,como señalaremos,y de la forma en que son
entendidosen el procesode ejecución,aunquesu aplicaciónun tanto errónease

pone de manifiestocuandose adentraen el propio procesode ejecucióny setrata
de averiguarcúaleshan sido, entre otras,las causasque han impedido la recepción
en él de las obligacionesprocesales.
3.- PRINCIPIOS DE LA EJECUCION, EN CONCRETO
El estudiode los principiosque rigen la fasede la ejecuciónde las
sentenciaspuederealizarseo abordarsedesdediferentesperspectivaso puntos de
vista, sin que ello implique <a priorb ningún posicionamientodeterminado.En el

presentemomento, la clasificación que se propone no pretendeser exhaustivade
todos y cadauno de los principios que podríaninformar al procesode ejecución
sino que, antesal contrario, sedebeser conscientede que la siguienteclasificación
obedecea criterioslógicos,ya que es la que mejor se adecúaa los objetivosque

pretendemosperseguir con la inclusión de este apafiadode los principios de la
204

ejecuciónforzosa.
Ademas, debetenerseen cuentaque, segúnse ha afirmado anteriormente,

el legislador aplica al proceso de ejecución,de forma matizad4 los mismos
principios que informan el de declaración, y por lo tanto debe verse
cuálesson éstos.Ello, claro esta,sin desconocerquejunto a los

necesariamente
aludidos en las páginas siguientesexisten otros que pueden ser igualmente de
aplicación.
Ahora bien, no existen clasificacionesunitarias acercade los principios

informadoresde la ejecución,a diferencia de 1o que ocuffe en el procesode
declaración,sino que entrela doctrina3llse aludea aquéllosde forma vntanto sui

generís.Y así,se puedenincluir entreel elencode principiosprocesalesaspectos
talescomo la actividadsustitutivade la ejecución,o la configuraciónde la eficacia
de la ejecución,a los quenosotrosno aludimoscomotalesprincipios,sino que se

tratanen la propiacaractenzación
de esteproceso.
En cualquiercaso,lo que pretendemosdestacares la actual vigencia de los
.- Así, entre los autoresque directamentealuden a aquella configuración,aunque

aludiendo a principios procesalesdiferentes, podemos destacara MONTERO
AROCA, J., (et. alt.), <DerechoJwisdiccional...>>,
II, ProcesoCivil. 2o,op.cit., págs.
15 y ss.;MORENOCATENA, V., (et. alt.), <<Derecho Procesal.ProcesoCivib>,op.
cit., págs.659y ss.;RAMOS MENDEZ,F., <<Derecho Tomo II, op, cit.,
Procesal...>>,
págs.998y ss.

aludidosprincipios en la fase de ejecución,y sobretodo, como su equivocado
entendimiento,olvidando quizásla propia idiosincrasiade la fase en la que nos
encontramos,ha constituidouna de las causasesencialesque ha motivado la

escasezde las obligacionesprocesalesen la ejecución,especialmente,
a travésde
la concepcióndesviadadel denominadoprincipio dispositivo. Sólo desdeeste
punto de vista debenser comprendidaslas páginassiguientes,esto es, a efectos
puramentedemostrativose ilustrativos de la situaciónactual.
3.1.-Principio de dualidad de parteso de posiciones
El denominadoprincipio de du¿lidad tiene vigencia en la fase de

ejecuciónal igual que en Ia declaratl4 a diferencia-comoveremos-del principio
de contradiccióny del principio de igualdad.Dicha vigencia no pareceplantear
ninguna dificultad a nivel doctrinal en donde se admite, bien de forma expresa,
bien indirectamenteal abordar el estudio de las partes en la ejecución, la
subsistenciadel mismo3l2.Aunque, lógicamente,si se tienen presenteslas
.- Cfr. ALLORIO, E., Ejecuciónforzada en general,en <Problemasde Derecho

Procesal>,Tomo II, traducciónde SantiagoSENTIS MELENDO, BuenosAires,
1963,págs.199-201; CARNELUTTI,F., dnstituciones...>>,
Vol. I, op. cit.,págs.184
y ss.;GOMEZ ORBANEJA/IIERCEQUEMADA, <DerechoProcesal...>, Tomo II,
op. cit., pag.2a9;FERNANDEZ,M.A., <Elproceso...),op. cit.,pág.89;MORENO
CATENA, V., (et. alt.), <DerechoProcesal.ProcesoCivib>,op. cit., pág. 660;
PRIETO CASTRO, L., <Tratado...>,Tomo II, op. cit., págs. 683-685. Idem
<<Cuestiones...>>,
op. cit., pags. 2ll-212; RAMOS MENDEZ, F., <Derecho
Procesal...>,Tomo II, op. cit., pag. 995; SOLCHAGA LOITEGUI, J., <El
procedimiento deapremio...>,
op.cit., pág.98.
206

diferenteslíneas y esquemaspor los que transcuffen la fase declarativay la de
ejecución,no puede seguir subsistiendode la misma manera.En efecto, como

oo la ejecuciónno existenpartes
manifiestaPRIETO CASTRO313,
acertadamente
en el sentido propio del proceso declarativo,sino más bien un sujeto activo

peticionariode la ejecucióny un sujeto<sometido>a eIIa.
Ahora bien, de uno u otro modo,lo cierto esquelas partesen el procesode

ejecuciónsiguensiendodos.Peroasíexpuesto,poco o nadaaportamos,por lo que
es convenientedeterminarquiénessonpartesprincipalesde la ejecucióny, junto a
ellas,qué otros zujetospuedenapareceren la misma,todo lo cual sirve a su mejor
entendimiento,al tiempo que pone de manifiesto las lagunaso vacíos en los que
caela regulaciónlegal.
En primer lugar, y en lo que respectaalas partes principales en el proceso
de ejecuciónen sentidoestricto,hay que decir que siguensiendodos,al igual que
en el proceso declarativo,aunque la denominaciónsufre variaciones.En la
ejecución ya no se alude a las partes como al actor y al demandado,sino que
dichostérminossonsustituidos,en la generalidadde los casos,por los de acreedor

y deudor,aunquehay que tener presenteque la adopciónde dicha terminologíano
significa que se configuren en el mismo sentido en que son entendidosen el

derechomaterial3la.
- PRIETOCASTRO,L., <Tratado...>>,
TomoII, op.cit., págs.692-693.
- Configrraciónqueseríayapuesta
demanifiestopor CARNELUTTI,quiennosdice
201

Así, el actor de la fase declarativase identifica en la ejecucióncon el

ejecutanteo acreedor -el que solicita la ejecución- y el demandadocon el
ejecutadoo deudor-aquél contra el cual se dirige-. En cualquierc¿rsoe

como opina
ROSENBERG"t, laspartessonaquellaspersonasque solicitany contralas que se
solicitaen nombrepropio la tutelajurídica estatal,tantoen la sentenciacomoen la
ejecuciónforzosa.
En segundo lugar, junto a las partes principales -que aparecen

determinadasen el título de ejecución-la ley tambiéntoma en consideracióna
otros sujetosque puedenintervenir en el procesode ejecución.La apanciónen
estossupuestosde otros particularesjunto al ejecutantey ejecutadoobedecea la
intencióndel legisladorde protegera todos aquellosque puedanverseafectados,
de una u otra manerq en susderechose intereseslegítimos-dignosde protección-

por el desarollo de un procesode ejecución.
En estecaso,el ordenamientoposibilita, en primer término, la entradaen el

proceso de ejecución a las llamadaspersonas ínteresadaftu, y p".mite, por
que, en la ejecución"acreedory deudorno son tanto sujeto activo y pasivo de un

derechode crédito,cuarfoel de unapretensión".
Véansesus<Instituciones...>, Vol. I,
op.cit.,págs.184y ss.
.- ROSENBERG, TomoI, op.cit.,pag.2l2.

L., <Tratado...)),
.- Cfr. MORENOCATENA,V., (et.alt.),<Derecho

Procesal.
ProcesoCivib>,op. cit.,
pág. 667; ORTZ NAVACERRADA, S., <<Concurrencia de acreedores...>>,
op. cit.,
208

ejemplo,su accesoal tercerposeedorde la furcahipotecada;igualmente,prevéla
existencia de acreedoresanteriores,preferentes-tenidos en cuenta a la hora de

posteriores3lT,
prelacióny distribucióndel dinero-,así como a los acreedores QUo
son interesadosque pretendenel pago de sus créditosen el supuestode que sobre
una vez satisfechoslos acreedores
dinero de la venta de los bienesembargados,
preferentesy el propio ejecutante.
En tercer término, pueden intervenir personas ajenas a los derechosy

aparecenen
obligacioner"*, .o-o son los postoreso licitadores.Dichasperson¿Is
mediantesu
la ejecuciónúnicamentecon el fin de obtenerlos bienesembargados
adquisiciónen el acto de la subast4bien por interésprivado en su adquisición,o

por desempeñode su profesión.Así, la ley permitela entradaa personasque, sin
ser partes principales en el proceso de ejecución, se encuentranvinculadas

jurídicamentecon los derechosque se dilucidan en esteproceso,o bien ostentan
un derechoo interés que el OrdenamientoJurídico, por considerarlegítimo, cree
oporhrno proteger: son los comúnmentellamados terceroiLe. El vehículo que
PRIETO
págs. 68 y SS.,en especialsobrelos diversossupuestosde acreedores;
TomoII, op.cit.,págs.684-685.
CASTRO,L., <Tratado...>>,
.- En especial,sobre la entraday participaciónde los diversos acreedoresen el

procesode ejecuciór¡véasela monografiayacitadade ORTZ NAVACERRADA,
de acreedores
<<Concurrencia enel procesode ejecucióru>.
.- MORENOCATENA,V., (et.alt.),<Derecho ProcesoCivib, op. cit., pág.

Procesal.
668.
Sobre el concepto y determinaciónde estos terceros, véanse, entre otros,

FERNANDEZ, M.A., <El proceso...),op. cit., pá9. 95, pero especialmente La
209

arbttra el derecho,en este c¿No,para la tutela de sus intereseses el de las
denominadas<tercerías>,bien de dominio -caso de traba de bienes de su

propiedad-,o de mejor derecho-por ser titulares de tm crédito preferenteal del
ejecutante-.
Sin embargo,junto a las tres categoríasanteriores,creemosnecesario
distinguir, además,a aquéllosotros tercerostotalmenteajenosal proceso que, sin
ser parte ni ostentarderechoo interéslegítimo de ningun tipo, puedenapareceren

el procesode ejecución,no por voluntadpropia -no ejercenuna facultadcomo los
terceristas-sino que su intervenciónobedeceal cumplimientode la obligaciónde
colaboraciónen el desarrollode la ejecución,que les es impuestapor la ley -vgr.
entidades financieras, bancarias, abogados,personasprivadas, etc.-. Dichas

personasse ven obligadasa interveniren el procesode ejecución32o
en desarrollo
de su deberde colaboracióncon lajustici4 que encuentrasu fundamentoen el art.

puedeconllevaruna determinadasanciónjurídica.
118CE, cuyainobservancia
Pero el ordenamiento,quizáscomo consecuenciade la aplicaciónde los
terceríade dominio,Madrid, 1980,págs.254y ss.;MORENOCATENA, V., (et.

alt.), <Derecho Procesal. Proceso Civib>, op. cit., pa5. 668; ORTZ
NAVACERRADA, S., <Concurrencia de acreedores...), op. cit., págs. 60 y ss.;
PRIETOCASTRO,L., <Tratado...>>,TomoII, op. cit.,pág.685.
.- Aunque,como hemosvisto, dicha obligaciónde colaboraciónpuedeproducirse,

igualmente,en la fasedeclarativadel proceso,como en el supuestode los testigosy
los peritos.
2]-0

conceptosgeneralesal proceso de ejecución,no contemplani consecuentemente
regula estaposible intervenciónde los terceroscomo meros colaboradoresen el
desanollode la ejecución,sobrelos quepuedenimponerseauténticasobligaciones

procesales.La LEC guardael mas absolutosilencio en el tem4 1o cual puede
conllevar alguna problemátic4 puesto que en aquellos supuestosen que sean
llamadosaprestar aquél deber de colaboración-derivadodel art. 118 CE-, nos
encontramosante un vacío legal en cuanto al régimen que debe regular su
intervención,ylanormativaaplicablea la misma32l.
3.2.- Principio de contradicción
generales
El principio de contradicciónapareceen las concepciones
junto al de igualdad como inherentea la estructuradel proceso,de tal forma que,
en nuestrosdías, es fundamentalsu observanciapara que pueda hablarsede la
existenciade proceso,a diferenciade 1oque ocur:ríacon los procedimientosdel
Antiguo Regimen322.
El proceso,por su propia estructur4 presuponela existenciade una doble
.- Pero, en cualquiercaso,el supuestoaludido anteriormentey la problemáticaque

puedeconllevarserácontempladocon mayordetenimientoen páginasposteriores,lo
cualjustifica la parquedadderedacciónen el presentemomento.
.- GIMENO SENDRA,V., (et.alt.),(lntroducción...>,

op. cit., pág.242.
2rt

posturade parte:una partees la que pide y otra aquéllafrentea la que sepide, de
forma que es esencialal mismo la oposiciónenffeambasmedianteel choquede la

pretensióny de su resistencia3".Arí, el principio de contradiccióno, lo que es lo
mismo, el <audiaturet alterapaf,s),aparecerecogidoy sancionadoactualmeff. y,
de forma implícita,en nuestraConstitución,en su art.24, al referirse,de una parte
a la interdicciónde la indefensióny, de otr4 al derechode defensay a un proceso
con todas las garantías.Dicho principio informa y rige plenamenteen la fase
declarativadel proceso.
De este modo perfilado, el contradictorioen el procesose satisface,en

primer lugar, con la existenciade dosparteso posiciones,como son las de actory
demandado,-principio de La bilateralidad-; y, en segundo lugar, con su
complementarioel principio de igualdad. Así configurado, el principio de
contradiccióndebeinformar el ordenamientoprocesalcivil y regir plenamenteen
la fasedeclarativadel proceso.Por ello, ha de tratarsepor todoslos mediosde que

searespetadocon el fin dehacerposiblela defensade las partes,y evitarla posible
indefensiónde lasmismas.
Sin embargo,la vigenciadel principio de contradicciónseatenúaen la fase

de ejecució1524,ya que no rige con la misma plenitud que eh el proceso
.- FAIREN GUILLEN, V., El procesocomofunción de satisfacciónjurídica, en

TomoI, op.cit.,págs.360-361.
<<Temas...>>,
.- Sobrela especialaplicaciónde dicho principio, cfr. entreotros,ALLORIO, E.,

<Ejecución forzada...>>,
en <Problemas...>, Tomo II, op. cit., págs. 199-201;
2t2

declarativo.En este caso,el principio contradictoriose reduceen su aplicación

prácticaen claralógicacon los esquemas
que informanla nuevafasede ejecución,
pero sin que en ningun momento pueda afirmarse la absoluta supresión del
mismo32s.
No obstante1o anterior, la atenuaciónde la vigencia del principio de
contradicciónobedecea la distintafinalidaddel procesode ejecución,en el cual se
parte de Iacertezadel derechovertido en el juicio, que se plasmaen el título de
ejecución,vinculantepara el deudor326,
por ello la ejecuciónse configura con
dualidadde partes,pero con un contradictorioatenuado.
3.3.-Principio de igualdad
CARNELUTTI,F., <Instituciones...>, Vol. I, op. cit., págs.184y ss.;GUASp,J., La

ejecuciónprocesal en la Ley Hipotecaria,Barcelon4 195r, pág.65; MoNTERo
AROCA, J., <<Losprincipios...),en <Trabajos...>,op. cit., págs.252-259;REDENTI,
E., DerechoProcesalcivil,Tomo II, traducciónde santiagosENTÍs MELENDo y
Marino AYERRA REDÑ, Buenos Aires, 1957, págs. 302-303; SATTA, S.,
<DerechoProcesal...>,
Tomo II, op. cit., páry.14; SOLCHAGALOITEGUI, J., (El
procedimientodeapremio...),op.cit.,págs.65-66.
.- Así, expresaMONTERO "(...) cuandose afirma que no existecontradicciónse

desconocela posibilidadque tiene el ejecutadode oponerse,tanto a la ejecución
misma,comoa actosconcretos(...)",<Introducción...>,
op. cit., págs.243-244.
.- MONTEROAROCA, J., <Losprincipios...>,en <Trabajos...), op. crt., pág.244;

MORENO CATENA, V., (et. alt.), <DerechoProcesal.ProcesoCivib>,op. cit., pág.
668;SATTA,S.,<Derecho
Procesal...>,TomoII, op. cít.,pág.14.
2t3

El principio de iguald¿dconstituyeel complementonecesariodel

principio de contradicción.Paralograr la verdaderaefectividadde la contradicción
es necesarioque ambaspartestenganen el procesolas mismasposibilidadesy
cargas de alegación,prueb4 conclusión e impugnacióriz7,para su ataquey
defensa,porque las partes, en cuanto piden justicia, deben ser puestasen el

procesoen absolutaparidadde condiciones328.
La igualdaden el proceso,principio de inspiraciónpoltticf2e, es reflejo o

prolongación del general de igualdad de los ciudadanosante la lef30, que
consagranuesffaConstituciónen su art. 14, ar¡nqueel TC331,en ocasiones,la ha
.- GIMENO SENDRA,V., <Fundamentos...>>, op. cit.,pág.183;DEVIS ECHANDIA,

H., <<Nociones generales...),
op. cit., págs.364-365;MONTEROAROCA, J., <<Los
principios...),en <Trabajos...),
op. cit., págs.252 y ss.; RAMOS MENDEZ, F.,
<Derecho Procesal...>,
TomoI, op. cit.,págs.347y ss.
.- CALAMANDREI,P.,<Instituciones...>>,
Vol.I, op. cit., págs.417y ss.
.- COUTURE, E., El derechoprocesal civil hispanoamericano,

en <Estudiosde
DerechoProcesalCivib>,Tomo I, BuenosAires, 1989, pag.31l; MONTERO
AROCA,J., <Análisiscrítico...>,op.cit., pag.89.
.- COUTURE,E., <Fundamentos...)), op. cit., pág. 183; DEVIS ECHANDIA, H.,

<<Nociones...)),
op. cit., pags.364-365;MONTEROAROCA, J., <<Los principios...>,
en <Trabajos...),op. ctt., pá9.277; GIMENO SENDRA,V., <<Fundamentos...>>, op.
cit.,páry.183;RAMOS MENDEZ,F.,La influenciade la Constituciónen el Derecho
ProcesalCivil, en <Justiciar>, 1983,núm. l, pá9.28; SENTISMELENDO, S., ,g/
procesocivil, BuenosAires, 1957,pag.145.
de 23 dejulio; 3211982,
.- SSTC13/1981,de 22 de abril; 2811981, de 7 dejunio;
ATC 783/1985,
de 13denoviembre.
2L4

residenciadoen el art.24.l, dentrodel concepogenéricode indefensión.
Sin embargo, pese a la proclamación de dicho principio - y su

complementarioel contradictorio-, existen supuestosen los cuales se admiten
excepcionesobjetivasal mismo,en las que la igualdadabsolutaentrelas partesno
es posible"'. A.rnq.r., lo que en ningún caso pueden llegar a admitirse son

privilegios desprovistosde un fundamentoobjetivo y razonable,que permitanuna
aplicacióndiscriminatoriade la normaprocesal333.
Perotambiénen ocasiones,
y fuerade dichasexcepciones,
la igualdaden el
procesono pasa de ser un mero principio. La disparidadde medios culturales,
socialesy económicos,sobre todo, hacen peligrar el principio de igualdadto.
Efectivamente,el procesoes excesivamente

oneroso"t, lo que determinaque el
accesoal mismo, en demasiadasocasiones,sólo seaposible para personascon
ampliasposibilidadeseconómicas.Por dicho motivo, no todos tienen las mismas
.- Véaseen estesentidoGIMENO SENDRA,V., <Fundamentos...>>, op. cit., págs.

183-184;GUASP, J., que cita entre estossupuestosa la ejecución,en <Derecho
Procesal...>,
TomoI, op. cit., pá"g.I7t;MONTEROAROCA,J., <Losprincipios...>,
en<Trabajos...),
op. crt.,pátg.277.
.- A título de ejemplo cita GIMENO como supuestosque podrían constituir

privilegios: los aforamientos,la autoejecuciónde las sentenciascontenciosas-
administrativas,en<Introducción...>>,
op.cit., pags.244-245
.
GIMENO SENDRA, V., <Fundamentos...)), op. cit., pág. 143; MONTERO

AROCA,J.,<<Los
principios...>>,
en<<Trabajos...>>,
op.cit., pA.277.
.- GIMENO SENDRA,V., <Fundamentos...>>,

op. cit., pág.143.
2]-5

oportunidadesde acudir al proceso, lo cual puede producir una quiebra del

principio de igualdad,y una vulneracióndel accesoefectivo de los ciudadanosa
los tribunalesdejusticia-art.24.1C.E-.
sin embargo,y así configuradoen la fase declarativa,el principio de
igualdaden la fasede ejecuciónno tiene la mismavigenciaya que en éstaexisten
desigualdades
clarasentrelas partes.En el procesode ejecuciónel ejecutadotiene
una posición desigualcon respectoal ejecutante,ya que esteúltimo ostentauna
posturapreponderantedurantetoda la actividadejecutiv4 con lo que, en cierto
modo, el ejecutadose encuenfasometidoa la ejecuciónque contraél se dirige336.

Ahora bien, como setendráocasiónde comprobar,si a primeravistaparecequela
desigualdaden el tratamientodel ejecutadole perjudicaeveremosque tambiénel
ejecutantese encuentraindefenso,por cuanto le puede resultar particularmente
dificil ir contra el deudorpara lograr la satisfacciónde su derecho,que ha sido
declaradoen la resoluciónjudicial.
Efectivamente,si bien el ejecutanteocupauna posición predominanteal

ser el directorde la ejecución,no por ello esmenosciertala indefensiónen que se
o puedeencontrarse,
encuentra337, debido ala actitudpasivaque adoptael deudor
.- MORENOCATENA,V., (et.alt.),<Derecho
Procesal.
ProcesoCivib>,op. cit., pág.
661.
.- MONTERO AROCA, J., <Perfeccionamiento...>),

en <Estudios...)),
op. cit., págs.
275-279.
2L6

en la ejecución,como consecuenciadel asentamientodel proceso civil sobre

principios liberalesdel siglo XIf38. El deudoren el procesode ejecuciónasume
un papelpasivofruto de la inexistenci4en nuestroprocesocivil, de obligaciones

procesalesque, en el senode la ejecución,conminenal ejecutadoa adoptaruna
actitud activa y cumplir con lo ordenadoen la sentencia,para dar satisfacción
cumplidaa la mismay a los interesesdel acreedor.Estees,en suma,el quid dela
cuestión,por cuantono debeolvidarseque, al fin y al cabo,todo ello setraduceen
la efectividadde la sentenciadeclarativade condenay, por ende,de la propia
tutelajudicial efectiva.
la direcciónmaterialde la ejecuciónno es por

Así, si el ejecutante¿rsume
obligaciónimpuestapor la ley, ni siquierapor la existenciade una cargaprocesal,
sino porque de 1ocontrario no vería satisfechosu derecho,aún cuandoexiste una
sentenciaemitida a su favor. La no adopción por el ejecutantede tal posición
activasupondría,en la mayoríade los casos,la inejecuciónde la sentenci4lo que
Pero hay que ser más sensiblesa 1oque suele

desbordanuestrosplanteamientos.
ser frecuente:que la negativa del ejecutadoimpide cumplir con lo resuelto.

a aquélquetiene
¿Conviene,pues,seguirmanteniendoeI statusquo y desamparar
una sentencia a su favor? ¿Es más sensato proclamar algun tipo de
pronunciamientodel legisladorque intentesolucionaresto?
.- Principios que, como reiteradamentese ha manifestado,ejercenigualmentesu

influjo sobreelprocesode ejecucióntrasladando, los problemasque
en consecuenci4
se presentanen el procesocivil de al
declaración de ejecución.
2L7

En nuestra opinión, la cuestión aparece meridianamente clara. La
existencianominadade obligacionesprocesales,en estecasopara el ejecutado,

podría favorecer la posición de quien quiere ver cumplida una sentencia
declarativade condenaque le es favorable.Al menoseexistiendoaquéllas,anteel
incumplimientode las mismasy si la sanciónes adecuad4no hay porquédudar,
no ya tanto de que efectivamenteel deudor se doblegue,sino del logro de una

judicial parael ejecutante.
mayorsatisfacción
En cualquier caso, el estadoactual de la cuestión, descrito en las pocas
líneasanteriores,sirve al menosparair poniendode manifiestoel error de nuesffo
de aplicarprincipiosgeneralesque
legislador,que se sienteen las leyesprocesales,
dificílmentepuedenencontrarsu significadoen la ejecuciónde las sentencias,al
menosno en la forma en la queaparecenaplicadosen la actualidad.
3.4.- Principio dispositivo
Si los principiosde contradiccióne igualdadnos informansobrela
estructuradel proceso,el principio dispositivoafectaal objetodel mismo y, como
su propio nombre indica, al poder de disposiciónque las partestienen, tanto sobre

su derechomaterial,como sobresuspretensiones.
2!8

En función de los distintos interesespúblicos y privados que entran en

juego dentrodel procesose configuran,fundamentalmente,
dos tipos de procesos
informados cada uno de ellos por rmos principios determinados.Frente a un
procesonecesario,en el cual es el principio de legalidad el que determinasu
nacimiento y extinción, nos encontramoscon otro en donde por ffatarse de
interesesprivados son las parteslas dueñasde determinartanto su inicio como su
fin33e.Es precisamenteen ello donde radicala diferenciaentre el procesocivil,
informado generalmentepor el principio de demandao justicia rogada,frente al

procesopenalinformado,en nuestropaís,por el de necesidad40.
Sin embargo,dichosprincipios,en la práctica,no se manifiestande forma
absoluta.En este sentido no siempre encontramosun proceso penal regido
únicamentepor el principio de necesidad,ni uno civil informadoexclusivamente

por el dispositivo,sino que los mismos.son armonizadossegúnlas épocasy los
Así, el ejemplomás claro de dicho equilibrio se encuenffadentro del

lugares3al.
(procesosciviles inquisitorios>,relativos
propio procesocivil, en los denominados
a La nulidad matrimonial, separación y divorcio, patemidad, filiación e
.- MONTEROAROCA, J., dntoducción...>>, op. cit., págs.214-215.Idem <<Los

principios...
>>, os...>, op.cit., págs.233-234.
en<<Trabaj
Sobre la configuraciónde los mismos, véase MONTERO AROCA, J.,

op.cit., pá9.245.
<lntroducción...>>,
.- Comoya 1opusierade manifiestoCHIOVENDA en sus<Principios...>>,

Tomo II,
op.cit.,pág.201.
279

incapacitación,en los que,debidoa la preeminenciadel interéspúblico, las partes
no son libres de disponer sobre el derecho material, sino que en ellos se
excepcionael principio dispositivoy rige el principio de oficialidato'.
Perofueradel anteriorc¿rmpo,
lo cierto es que,comoveremosy ya ha sido
también anunciado,el procesocivil tanto declarativocomo de ejecución,sigue
informadopor el principio dispositivo,con las consecuencias

que ello implica.¿Es
esto nzonable, cuando existe o puede existir un interés público en el
cumplimientode los fallosjudiciales?Aun ariesgo de apresuramos,

pensamosque
no es razonable.Así, vamos a comprobar,como se sigue una concepcióndel
dispositivopoco acordecon los fines socialesque informan el procesoy que se
acentúan,especialmente,
en esta fase de ejecuciónde las sentencias.En buena
lógica, el juez deberíatener una mayor intervención,sin llegar obviamenteala
oficialidad de los inquisitorios,pero sí dejandouna margen de actuacióna los
.- Las diferenciasque separanal procesoinquisitorio del procesode tipo dispositivo,

son descritas,magistralmente, por CALAMANDREI con las siguientespalabras,"el
proceso inquisitorio, en el cual las partes son consideradassolamentecomo
instrumentopara satisfacerel interéspúblico, correspondea una concepciónpatemal
y autoritariadel Estado(...),el procesode tipo dispositivo correspondea una
concepciónindividualísticay liberal del Estado:el procesono ignoraque los dos
antagonistasdel mismo son personasvivas, dotadascada una de ellas de propia
voluntad,de interesesindividuales,de propiosfines privados(...)Frenteal proceso
inquisitorio que se asemejaal gobiemo absolutoque conoce solamentesúbditos
obedientes, el procesode tipo dispositivorealizaen el campojudicial unaespeciede
autogobiernodemocráticode ciudadanoslibres y responsables". Véase(Jn maestro
del líberalismo procesal, en <Chiovenda.Recuerdo de juristas>, traducción de
SantiagoSENTISMELENDO,BuenosAires, 1959,pags.t63-164.
220

órganosjurisdiccionalesmayor del quetienenen realidad.
Es, precisamente,por todo esto por lo que en el presentemomento se

concedeun tratamiento,en cierto modo mas privilegiadoal principio dispositivo
en relación con los otros principios, a través del cual llegar a un mejor
entendimientode la actualsituacióndel procesode ejecución.No debeolvidarse
que, en gran medida,ha sido una concepciónun tanto desviadadel dispositivo-a
la vez que su relativa confusióncon el de aportación-,la que ha causado,junto a
otrasmotivos, la escasezde las obligacionesprocesalesen nuestroprocesocivil.
El hechode que el procesocivil se configurecomo garantiadederechosprivados
no debeconfundirsey hacemospensarque 1oque se sustariciaen él incumbesólo
a las partes.Esto es sustancialmente

cierto,pero tambiénlo es el fin socialal que
respondeo deberesponderel proceso.
22!

3.4.1.-Fundamento
El principio dispositivo, como tal, no aparece expresamente

recogidoen nuestrasleyes.Sin embargo,se admitesin mayoresproblemasque el
fundamentodel mismo se recogeen el art. 33 de la Constitución,en donde se
reconoceel <derechoa la propiedadprivadar>e, incluso en el art. 38 del mismo
Texto Fundamental,que recogeel <derechoa la libertad de empresar>343,

sin que
pueda desvirtuar su esenciael hecho de que la propiedadseahoy un derechono
absolutopor la función socialque se le atribuyeconstitucionalmente.

Así, seráel
reconocimientoo no del derechoa la propiedadprivad4 del que puedadepender
la hegemoníaen\aesferadel procesodel principio dispositivou oficial3aa.
La propiedades el núcleode todo el Derechoprivado,por ello, el proceso
civil, creadoparala defensade los derechosde los particulares,participade dicho
influjo, el cual se traduce en la "disponibilidadjurídica" que posee el sujeto,

incluído el ámbito de la protecciónjudicial3as.Lógicamente,si un Ordenamiento
Jurídico reconoceel derechodel particular de disponer sobre su propiedado
.- ALMAGRO NOSETE,J., Garantíasconstitucionales delprocesocivil, en <<Paraun

procesocivil eftcaz>,Barcelon4 1982,pag.13.Idem en Consideraciones de Derecho
Procesal,Barcelon41988,pág.248;MONTEROAROCA,J., <Losprincipios...>, en
<Trabajos...)),
op. cit.,pá9.235;RAMOS MENDEZ,F., <La influencia...>>, op. cit.,
pág.23.
.- GIMENOSENDRA,V., <Fundamentos...>,
op. cit.,pág.178.
en<Paraun proceso...)),
.- ALMAGRO NOSETE,J.,<Garantías...>>, op. cit.,pá9.245.
222

interés privado fuera del procesotou,nada impide que pueda hacerlo también
dentro de é1, siempre que se trate de interesesque entren dentro de su esfera

pnvadfaT.
Sin embargo,pesea ser ciertala afirmaciónanterior,es necesarioque sea
matizada,sobretodo en los tiempospresentesen los cualesal procesocivil se le
atribuyeo se le puedeatribuir tambiénuna protecciónde interesessociales.En la
actualidad,como es sabido,se asisteal procesode erosióndel derechoomnímodo
de propiedudo',y bastaconstatarlopor improntadel art. 33.3 de la Constitución,

estoes,la consagración
constitucionalde la función socialde la propiedadlo que,
lógicamente,sedejasentiren el ¿ámbito
del proceso.
Por todo ello, y si parececraralahegemoníadel principio dispositivoen
.- Como así lo admite nuesfto propio Código Civil al permitir supuestosde

disposición-renunciabilidad-de los derechoscuandose trata de normasjurídico
privadas,véaseCARRERAS,<Lafuncióndeljuez...>,en <Estudios...>, op. cit., págs.
2s5-2s6.
Por el contrario,en ordenamientos
como los socialistas,escasos ya en nuestros
días, donde no se reconoceel derechoa la propiedadprivad4 los particularesno
podrándisponerde la propiedad,de su interés,ni dentroni fuera del proceso.Cfr.
GIMENOSENDRA,V., <Fundamentos...)>, op. cit., págs.178-179.
.- Aunque este proceso ya arraÍrcadel presentesiglo, como así lo expresaba

CAPPELLETTI,para quien la concepciónde la propiedad pasa"de considerarse
individualística,en la que el propietariono sólo tiene poderes",a considerarse
también que aquél tiene "toda una gama de deberes,que muestranuna acentuada
improntasupraindividual, en sum4 socialo pública",en <<Proceso,
ideologías...)),
op.
cit.,pág.15.
223

consecuencia
lógica de los interesesque entranenjuego en el procesocivil, de la
autonomíadel derechosubjetivo34e,
estaafirmaciónno puede ser entendidadel
mismo modo en que 1oera en añospasados.Es necesarioque seainterpretadaala
luz de los fines socialesque cumpleel procesoen generaly el civil en particular.
Pero, en especial, debe ser entendida teniendo presente las corrientes
<socializadoras))
del procesocivil, que evidencianque en el mismo no sólo est¿án
enjuego los interesesprivados,sino tambiénlos públicoso sociales,porqueal fin
y al cabo,ejecutarjusticia y obteneruna sentenciaque seacomodea la verdady al
derecho,es cuestiónde interés social, cualquieraque sea Ia ralnr:p-

de derecho
objetivo3so
a la queafecte.
Por el anterior camino, lógicamente,se llegaría a un nuevo y renovado
entendimientodel principio dispositivo,con las consecuencias

positivasque ello
tendría en el seno del proceso,y sobretodo en la ejecución,que es la que nos
interesa.Así, si la función social de los derechosque aparecenen juego es
evidente,el reflejo más inmediatoha de ser consecuentemente

una socialización
del proceso,y sobre todo, la instauraciónde la categoríade las obligaciones
.- CALAMANDREI, P., <Instituciones...>>, Vol. I, op. cit., pág.405; ALMAGRO

NOSETE, J., <Consideraciones...", op. cit., pág. 245; FAIREN GUILLEN, V.,
<Elaboración...),
en <Estudios...)),
op. cit., pág.260; GDNÍF,ZORBANEJA/I{ERCE
QUEMADA,<Derecho Procesa]...>,
TomoI, op. cit., pág.214;MONTEROAROCA,
J., Derecho Jurisdiccional I. Parte General, Barcelon4 1994, pag. 325, con
ORTELLSRAMOS/GOMEZCOLOMERA4ONTON REDONDO.
.- DEVIS ECHANDIA,H., <<Nociones...),

op. cit., pág.52.
224

procesales.En consecuencia,si en el entendimientodel dispositivo en la
ejecución,el legisladortuviera presentelos nuevoscondicionamientosdescritos

podría llegar a instaurar las tan anheladasobligaciones procesales,como
emanacióndel principio de direccióndeljuez.
3.4.2.-Notasesenciales
La preeminenciadel principio dispositivo dentro del ordenamiento

procesalcivil no es discutidaen la doctrinal procesal,al igual que tampocose
discutenlasprincipalesmanifestaciones
de dichoprincipio.
Así, como primeramanifestacióndel principio dispositivo,asentadosobre

el reconocimientode la autonomíapnvad4 se alude al poder de disposiciónque
las partes tienen sobre sus derechosmaterialesy sobre el inicio mismo del
proceso"t, sin que se les pueda obligar a solicitar la tutela de los órganos
jtrisdiccionales en defensade los mismos.Las partesson las únicasdueñasdel
derechoy, por tanto,sólo a ellascompetedecidir la convenienciade acudiro no al
.- Entreotros,GIMENO SENDRA,V., (et. alt.), <Introducción...>,op. cit., pag.246;

MONTEROAROCA, J., (et. alt.), <DerechoJurisdiccional...>, Tomo I, op. cit., pág.
326; PRIETO CASTRO, L., <DerechoProcesal...>, op. cit., pag. 120,y también
Principiospolíticosy técnicospara unaLey uniforme,<Informegeneralpresentadoal
I Congreso Ibero-Americano y Filipino de Derecho Procesal>, en
<Rev.Der.Proc.Ib.filip.
>>,1956,nttm.2, pág.251.
225

procesopara la resoluciónde sus conflictos,respondiendoasí el dispositivoa la
máximade <neproccedatiudex ex officio>.
La segundamanifestaciónviene referida al poder que tienen las partesde
disponerde suspretensiones,
pudiendoponer fin al procesopor ellasiniciado, en
cualquier momento3s'.Arí, si las partestienen el poder de iniciar el proceso,
igualmente han de tenerlo para ponerle fin por propia voluntad, a través de
mecanismostales como el allanamiento, la renuncia la transacción o el
desistimiento.
Y como terceray última manifestacióndel principio dispositivo,se hace
referenciaa la vinculación del órganojurisdiccional a las pretensionesde las

partes,estoes,al problemade la denominadacongruencia353.
Sin embargo, pese a la aceptación generalizadade los caracteresdel

principio dispositivo,la problematicasurgeen la determinacióndel contenidoy
GMENO SENDRA, V., (et. alt.), <Introducción...>>, op. cit., págs. 246;
MONTEROARocA, J., (et. alt.) <DerechoJurisdiccional...>, Tomo I, op. cit., pág.
326; PRIETOCASTRO,L., <<Derecho Procesal...>,
op. cit., pág. 120,y <principios
políticos...>,
op. cit., pá9.251;RAMOSMENDEZ,F., >Derecho procesal...>>,
TomoI,
op.cit.,pág.338.
.- GIMENO SENDRA, V., (et. alt.), <Introducción...>,op. cit., pág. 246-247;

MONTEROAROCA, J., (et. alt.), <DerechoJurisdiccional...>,
Tomo I, op. cit., pág.
326; PRIETO CASTRO, L., <<Derecho Procesal...>,op. crt., pág. 120; RAMOS
MENDEZ,F., <Derecho
Procesal...>,TomoI, op. cit.,pág.338.
226

efectosdel mismo35o,otr especial,en relación a su distinción del denominado
<principio de aportaciónde parte)).En este caso, existe cierta confusiónen la
distinción entre el dispositivoy el de aportación,aun cuandoesteúltimo es un

principio independiente del dispositivo, ya que tradicionalmente se han
confundidoambosprincipiosy, por regla general,seha desconocidola distinción
que entrelos mismosexiste.Ahora bien, mientrasque el principio dispositivose
refiere al pleno dominio que las partes ostentan,tanto sobre su derechomaterial
como sobre sus pretensionesprocesales,el de aportaciónestableceque son las
de traer al procesotodos los materiales

partes,en un procesocivil, las encargadas
facticosy las pruebassobrelos mismos"t. Alrnquelo cierto,es que,normalmente,

un procesopresididopor el principio dispositivoestétambiéninformadopor el de
aportaciónde partey viceversa.
.- ALCALA- ZAMORA, N., <<Autoridad y libertad...>,en <Estudiosde Teoría...>>,

Tomo II, op. cit., págs.269y ss.;MARTIN OSTOS,J., <<Las op. cit.,
diligencias...>>,
pá9.172.
.- Sobrela diferenciaentreambosprincipios,véaseARAGONESESALONSO, P.,

Proceso y Derecho Procesal, Madrid, 1960, pags. 92 a 97; GOMEZ
ORBANEJA/I{ERCEQUEMADA, <Derecho Procesal...>, TomoI, op. cit., pags.2l4
y ss;MARTIN OSTOS,J., <<Las diligencias...),op. cit., págs.154-155;MONTERO
AROCA,J.,<Losprincipios...>>, op.cit.,pág.236.
en<<Trabajos...>,
227

3.4.3.-La evolucióndel principio dispositivo
El principio dispositivo -y también el de aportación de parte-

constituyen,en el ámbito procesal, la traducción del liberalismo, ideología
político-filosóficaque imperó duranteel siglo XIX"6, y que tuvo su influjo en la
concepcióndel procesoy del principio dispositivo3sT.
La principal consecuencia
de la ideologíaliberal en el ámbito del proceso,
comoya seha manifestadoen capítulosanteriores,ha sido la presenciade trnjuez
pasivo que no intervieneen el mismo siempreque se dilucidenderechosprivados
con el fin de salvaguardar

su imparcialidad.Al estimarseque el procesopor el que
se conocede los derechossubjetivosprivados es también de derechoprivado,
lógicamente,todos los poderessobreel mismo debenquedarresidenciados
en las
partes,en cuantotitularesde los derechosquesedilucidanen el proceso.
En consecuencia,
nuevamentese confrrndeel principio dispositivocon el
.- GIMENO SENDRA,V., <<Causas op. cit., págs.274 y ss.;MARTIN

históricas...)),
OSTOS,J., <<Las diligencias...),op. cit., págs. 156-157;MONTERO AROCA, J.,
op. cit., pags.77-79.
<Análisiscrítico...>>,
.- VéaseALCALA-ZAMORA, quien señalala sinonimiaprocesalentre "liberal" y

dispositivopor rm ladoy "autoritario"e "inquisitivo"por otro,y asínos dirá que "el
procesodominadopor la iniciativa de las partesy el juego contradictorioseríaliberal,
mientrasque aquélen que al juzgadorse le confiereamplia "facultadde vigilanciay
ordenaciónseríaautoritario",<<Autoridad y libertad...>,en <Estudiosde Teoría...>>,
TomoII, op.cit.,págs.264y ss.
228

de aportaciónde parte. Si bien es cierto que las partesson dueñasde su derecho
material,y que por tanto a ellas competedecidir sobreel inicio del procesoy la
disposiciónsobre su derechodenfo del mismo, una vez iniciado los problemas
surgenen materiade aportaciónde los elementosnecesariosal proceso.En último
término, estadialéctica se reconducea una distribución de poderesentre el juez y
laspartesdentrodel proceso.
Sin embargo,las nuevascorrientes<socializadoras))

que aparecenen los
últimos años del siglo XIX, y fundamentalmente
en el XX3t8, van a tener una
profi.rnda repercusión sobre el modo de entender el proceso y el principio
dispositivo, así como sobre el papel que ha de desempeñarel órgano

jurisdiccional, al evidenciarla enüadaen juego en el procesocivil del interés
público o social.Y en especial,en el procesode ejecución,en dondeaparecede
forma todavía más clara aquél interéspúblico plasmadoen la resolución emitida

por el órgano jurisdiccional, de cuyo cumplimiento dependeademásel de la
propia tutelajudicial efectivay, sobretodo, el que en un Estadode derecholas

judicialesquedenconvertidasen merasdeclaraciones
resoluciones de intenciones.
Pero, en cualquier caso, la socializacióndel proceso civil no puede

alcarzar al principio dispositivo, ni el aumentode los poderesdel juez se traduce
.- Para un tratamiento más pormenorizado de la socialización nos remitimos a las

páginas del presentetrabajo, en el cual se alude a dicho fenómeno.
229

en una supresióndel mismo,y de la iniciativa de parte35e,

sino que la cuestiónse
debereconduciral establecimiento
de un necesarioequilibrio entrelos poderesdel
iuez y los interesesde las partes.Así, las líneaspor las que deberíatranscurrir
aquélnecesarioequilibiro serían,de un lado, dejandomás c¿rmpode actuaciónal
juez sin necesidadde que cualquieractuaciónsuya -en el procesode ejecución-
estuvierasubordinadaala instanciade parte;de otro, e íntimamenteligado con el
anterior,mediantela instauraciónde las obligacionesprocesalesque crearanfrente
a las partesuna necesariacolaboraciónen el cumplimientode las resoluciones

judiciales360.
.- ALCALA-ZAMORA,N., Liberalismoy autoritarismoen el proceso,en<Estudios

de Teoría...>>,
Tomo II, op. cit., pág. 285; FAIREN GI_IILLEN,V., <Doctrina
op.cit.,pag.273.
General...>,
.- Es obvio, que los prxrtos para lograr este equilibrio son, si bien aplicadosal
momento presente, los instauradospor KLEIN y derivados de las corrientes
socializadoras
delproceso.
230

3.4.4.- Vigencia del principio dispositivo en el proceso de
ejecución
El principio dispositivosiguevigenteen toda la fasede ejecución,

puesto que los derechosque se actuan en la misma pertenecenigualmente al
ámbitoprivado de laspartes,de forma que esla voluntaddel particularacreedorla
que debe iniciar el procedimientode ejecución361.

Pero en este momento los
planteamientos,
pesea lo anterior,debenvanatnecesariamente
porquela situación
ya no esla mismaque en la fasedeclarativa,comosedirá seguidamente.
Así, el poder coactivo del Estado -a través de los órganos

jurisdiccionales362-
no puede acfisaren la ejecuciónde forma automátic4sino que
es necesarioque seala partela que se dirija aI juez y solicite la ejecuciónde la
.- CALAMANDREI, P., dnstituciones...>>, Vol. I, op. cit., pag.359;FERNANDEZ,

M.A., <El proceso...>,op. cit., pátg.98;GUERRAsAN MARTIN, J., <<Lecciones...),
Tomo I, op. cít., pág. 247; KISCH, W., <Elementos...), op. cit., págs. 331-332;
MOLINER TAMBORERO,G., <<Intrascendencia de las reformas...>, op. cit., págs.
175-176;PRIETO cASTRo, L., <Tratado...),Tomo II, págs. 5zo-521,autor este
último quedistingueentreaspectomaterial-fijación del objetoy facultadde renuncia-
y procesal-eleccióndel tipo de procedimiento, alegaciones y prueb4 celebración...-,
en el dispositivoy, nos dice que, sólo en el aspectomaterialrige el dispositivoen la
ejecución.
.- Claramente,la actividad ejecutiva apaxeceen esenciaconfiguradacomo una

actividadde carácterforzoso.Cfr. CARRERASLLANSANA, J.,(El embargo...>, op.
cit.,pá9.26;GOLDSCHMIDT, J.,<{Derecho procesal...>,
op. cit.,pátg.575;
RAMOS
MENDEZ,F., <Derecho Procesal...>,
TomoII, op. cit.,pág.1000; ROSENBERG,L.,
<Tratado...>,Tomo III, op. cit., págs. 3 y ss.; SOLCHAGA LOITEGUI, J., (El
procedimiento de apremio...>,
op.cit.,págs.66 y ss.
z5r

resoluciónjudicial. De aquí que, al menosen principio, las característic¿rs

que se
veían con respectoa la configuracióndel principio dispositivoseande aplicación
en la ejecución,si bien con los caracterespropios que son consustanciales

a esta
faseprocesal.
Para evidenciarla vigencia señalada,es suficientecon acudir al artículo

919 de la LEC, segúnel cual "seprocederáala ejecuciónde la sentencia,siempre
a instanciade parte", y en casoconffario la sentenciaquedaráinejecutadaal no
actuar el Estado de forma automática. El acreedor ejecutante es el guo,
normalmente,solicita la ejecuciónde la sentencif63y se dirije contrael deudoro
ejecutado. Ambas partes aparecenya determinadasen el título de ejecución,

puestoqueel mismo cumpleuna funciónlegitimadoradentrode dichoproc.ro'uo.
.- Aunquepareceser que nadaobstaríaa Ia posibilidadde que la ejecuciónfuera

solicitadapor el propiodeudoro ejecutado,comoasílo pruebala sentencia de 10 de
julio de 1945emitidaen sudíapor el TribunatSupremo:"(...) aunqueno esdiscutible,
comotesisgenéric4la afirmaciónde que la ejecuciónde las resoluciones judiciales
puedeser solicitadapor cualquierade los litigantesatendiendoal interésque en la
ejecuciónpuedatener(...)no puedenegarsequenormalmente el procesode ejecución
estátrazadosobrela basede queel vencedoren la litis al usarel título quela mismale
procura (la sentencia)astfu contra el condenado(...)". Véase el comentarioque
realiza,PRIETO CASTRO a la citada sentenci4 en el cual concluye con la
imposibilidadjurídica de tal supuesto.
VéaseEjecuciónde sentenciaa instanciadel
deudor,en <Estudiosy Comentarios parala Teoríay la PrácticaProcesalCivib>,Vol.
II, Madrid, 1950,págs.544-546.Tambiénseadmiteen la STSde 4 de diciembrede
19 8 5 .
.- CARRERASLLANSANA, J., (El embargo...>, op. cit., pags.67y ss;CABALLOL

ANGELATS, Ll, <La ejecuciónprovisional...>>,
op. cit., pág. 229; FERNANDEZ,
M.A., (El proceso...),op. cit., págs. 50 y SS.,90 y l0l y ss.; GOMEZ
ORBANEJA/I{ERCEQUEMADA, <DerechoProcesal...>, Tomo II, op. cit., pág.
232

La existenciadel título de ejecución-en el presentesupuestola sentencia

declarativade condena-es la nota fundamentalque distinguea la ejecuciónde la
fase declarativ4 ya que en él aparecenclaramentedeterminadaslas partes del

procesode ejecución,que son las legitimadaspara iniciar dicha fase.Así pues,
ejecutantey ejecutadoson, en la generalidadde los c¿lsos,

aquellosque aparecen
determinadosen el título de ejecución,si bien es posible que dicha regla se
excepcioneen supqestosde transmisiónde la titularidad, Vgr. sucesiónmortis
causa,o por otrosmotivos'ut.
Segunlo anterior,la vigenciadel dispositivoo principio dejusticia rogada,

en la fasede ejecución,es pues, clara,sin que hayaresultadoafectadaporla Ley
34184,de 6 de agosto,de reforma urgente de la LEC. Ahora bien, una vez
respetadoel principio dispositivo en el sentido de que sean las partes las que
inicien el procesode ejecución(art. 919 LEC), nadaimpide que la labor directiva
del órganojudicial ejecutorpueday deba ser mas activaque la realizadahastael
249; GUASP, J., <DerechoProcesal...>,Tomo II, pags. 205-206; MORENO

CATENA, V., (et. alt.), <DerechoProcesal.ProcesoCiüb), op. cit., págs.667y 669;
PRIETO CASTRO, L., <Tratado...>,Tomo II, op. cit., pag. 683; SERRA
DOMINGUWM.,Juicio ejecutivo,en <Estudios...), op. cit.,pág.520;SoLCFIAGA
LOITEGUI,J., (El procedimiento deapremio...),op. cit.,págs.112y ss.
.- Cft. GOMEZ ORBANEJA/I{ERCEQUEMADA, <DerechoProcesal...>, Tomo II,

op. cit., pátg.249; GUASP,J., <DerechoProcesal...>,
Tomo II, op. crt., pág. 206;
MORENO CATENA, V., (et. alt.), <DerechoProcesal.ProcesoCivib>,op. cit., pag.
667;PRIETOCASTRO,L.,<<Tratado...>), TomoII, op.cit.,pág.683.
233

momento presente,por cuanto ahí puedeya comenzara emergeralgún que otro
interéspúblico.
En consecuenci4es en el procesode ejecuciónpropiamentedicho, instado

por las partes, donde debe reflejarse, con especial intensidad,el fenómeno
socializadordel proceso'uu.
E t la ejecuciónno solo estáenjuego el interésprivado
del acreedorde lograr su satisfacciónsino que existe, en especial,un interés
público en el cumplimientode la resoluciónjudicial emitidapor el juez. Por ello,
el órgano jurisdiccional, como legítimo representanteestatal, debe tener en la
ejecuciónuna mayor actuacióno papel, en clara armonía con el principio de

justicia rogad4 con el fin de lograr el perfectocumplimientodel mandatopor él
emitido.
Además,no debeolvidarse,que el desarollo de la actividadejecutivaha

de venir informadonecesariamente
por el contenidode los arts.24 y 118 de la
Constitución,y por ello mismo no puedeser dejadoúnicamenteen manosde las
partes-el ejecutante-,sino que esnecesariala intervenciónactivadeljuez y, sobre
todo, la del ejecutado,e igualmentesi fuera el casola de los terceros.Por tanto,
una colaboraciónactivade los mismosesnecesariasi sequierelograr la verdadera
eftcaciadel procesopuesto que, de nada le vale al litigante haber obtenido una
.- Y, como principal manifestación del mismo, la instawación del <<principiode

dirección material del juea, así como la de las denominadas <obligaciones
procesales>>.
234

sentenciasi al final los mecanismosque se arbifan para su cumplimientoson
ineficaces,o peor aún,inexistentes.
VI.- LA EJECUCION ESPECIF'ICAY LAS OBLIGACIONES

PROCESALES
l..INTRODUCCION
Si hastaahorasehan esbozadolas líneasgeneralesde la ejecución-

genéricamenteentendida-,y se han introducido observacionespuntuales,procede
seguircon nuestromodusoperandi,ahoraya en un aspectomas específico.Junto a
esto,deberecordarseque,como seapuntabaen la breveintroducciónque iniciaba
el presentecapítulo,la exposicióniba a poner de manifiesto,una vez vistos los

aspectosgeneralesde la ejecuciónmas relevantesa nuestrosefectos,los dos
y al
de la ejecuciónen dondelas obligacionesprocesaleseranmásescasas
c¿rmpos
tiempo más necesarias:el de las ejecucionesde hacer, no hacer o dar cosa
determinadayel del embargode bienes.
Por ello, estanuevasíntesistiene claramentesu razónde ser si se tiene en
cuenta que la actual regulación que realiza la Ley de Enjuiciamiento Civil en
materia de ejecuciónhace que en la mayoría de los casosla satisfaccióndel

derechoa la propia ejecuciónpasepor el ernbargode los bienes del deudory
23s

posteriorrealizaeiónde los mismos.Desdeestaperspectiva,la alusiónal embargo
es esencialcon el fin de ver y apreciarla situaciónreal del mismo,desdela óptica
de la inexistenciade obligacionesprocesalesen el momentode su práctica.El
embargoes, segúntodo ello, el mecanismoa travésdel cual se materializanlas
ejecucionesdinerarias,bien originariaso por conversiónde las específicas-antela
inexistenciaaquíde obligaciones-,1ocualjustifica que,siguiendocon nuestrohilo
expositivo, se vea a continuación,en primer lugar, la situación existenteen las

ejecucionesespecíficasy, en segUndolugar, el embargocomo fuente en la cual
la mayorpartede las ejecuciones.
van a desembocar
Ademas,el breverecorridopor la ejecuciónespecifica-de hacer,no hacer
y dar cosa determinada-evidencia con total claridad los efectos desfavorablesa
que ha conducido el desconocimientode una categoúa como la obligación
procesal.En el momentoen que la ejecuciónde la resoluciónjudicial pasapor el
concursode la voluntad del deudor,lógicamente,se deberíanarbitrar mecanismos

que intentarandoblegar Ia voluntad del posible remiso al cumplimiento. Sin
embargo,la Ley de EnjuciamientoCivil desconocecualquiertipo de medidaque

permitael cumplimientoespecíficode las sentenciasde estetipo, y pareceque se
conforma con arbitrar mecanismossubrogatoriosante los incumplimientos
reiteradosdel deudor.
en
consagrados
Así, la LEC pareceolvidar los postuladosconstitucionales
el art. 24.I y 118 de nuestraConstitución,dejando,en ciertaformq desamparado
236

en estecasoen suspropios
al derechofundamentalde la ejecuciónde sentencias,
términos.Ni siquieralas líneasintroducidaspor el TC en todo el temaremedianni

un ápice la situación existente,entre otras r¿vones,porque el propio intérprete
la posibilidadde introducirmedidasque
constitucionaltambiénparecedesconocer
puedanlograr, en último término, el cumplimientode las resolucionesemitidas
por los órganosjurisdiccionales.
Tampocola LOPJ ha hechonadapor remediarla situaciónsino que,antes
al contrario, perpetua el estado que existe en la actualidad, como así parece
demostrarloel propio artículo 18.2 de la misma. En efecto, si en un primer
momento la LOPJ parece abrir una puerta para contrarrestar los efectos del
incumplimiento, al obligar aI juez a adoptarlas medidasque seannecesariaspara
conseguirlo,seguidamentesin mas, disponeque ante la imposibilidadde aquel
cumplimientose decretela indemnizaciónque coffesponda.Todo ello se agrava
aún más,como veremos,en el campode las ejecucionesde hacer,no hacery dar

útil la existenciade obligaciones
cosadeterminada,dondese hace especialmente
procesalesdotadasde firmesy eficacessanciones.
231

2.. EJECUCIONGENERICAY EJECUCIONESPECIFICA
Tradicionalmente se ha distinguido en la doctrina entre la

y la <ejecucióngenéricrr'u' enatenciónal tipo
denominada<ejecuciónespecíficar>
función del objeto
de obligación que se contieneen el título de ejecución3ut,o
"r,
que secontieneen la condena.Sin embargo,no pareceque la distinciónrevistaen
la actualidadgran importanci4 ya que en el fondo lo que subyacees la diferencia
entre las ejecucionesdinerariasy aquellasque tienen por objeto otra obligación
distinta, porque en cualquier caso también podría pensarseque, en aquellos
supuestosen que la sentenciacontengala específicaobligaciónde entregaruna

cantidadde dinero, nada deberíaobstarpara que pudierahablarse,igualmente,de
Además, la distinción oS, a nuestros efectos,
<ejecución específicar>36e.
operativa,por 1oque sólo apuntaremos
escasamente suslíneasesenciales.
.- Entre otros véanse,FRANCO ARIAS, J., El procedimiento de apremio, Batcelona,

1987, págs. 5 y ss.; MORENO CATENA, V., (et. alt.), <DerechoProcesal.Proceso
Civib>,op. cit., pags.662-663;RAMOS MENDEZ,F., <DerechoProcesal...>, Tomo
II, op. cit., págs. 1002-1003.En contra de dicha denominación,cfr. FERNANDEZ,
M.A., DerechoProcesalCivil,Tomo III, Madrid, 1991,págs.153-154y pags' 259 y
ss., con DE LA OLIVA. Idem <El proceso...),op. cit., págs. 143-144; TAPIA
FERNANDEZ,I., Las condenasno pecuniarias (Ejecución de sentenciasde dar,
hacer o no hacer), Palma de Mallorc4 1984, páqs.43 y ss.,quienesprefierenadoptar
la denominación de "condenaspecuniarias" o "no pecuniarias".
Fuera de estas dos posiciones encontramos a GUASP, J., <Derecho
Procesal...>,Tomo II, op. cit., págs. 199 y ss.,quien prefiere adoptaruna terminología
propia para cada modalidad de ejecución. Así, a la ejecución para entrega de una
cantidad de dinero la denomina "expropiativa"; a la ejecución para entrega de cosa
determinada "satisfactiva" y a la ejecución por obligación de hacer o no hacer
"transformativa".
.- Dicho criterio, no obstante,es criticado por FENECH en Los procesos de ejecución,
238

En estesentido,se habla de <ejecuciónespecífica>cuandoel acreedores
satisfechosegúnlos términosconcretosestablecidosen la sentencia,es decir, del
mismo modo que viene impuesto en la resolución judicia1370.Bajo dicha
modalidadse recogenlas ejecucionesde obligacionesde hacer,no hacer o dar
cosa determinadadistinta de dinero reguladasen los artículos 923 a 926 de la
LEC.
por <ejecucióngenérica>sehacealusióna la ejecuciónde

Contrariamente,
aquellassentenciasde condenacuya prestaciónviene determinadapor el pago de
una cantidadde dinero, aunque,como se verá, éstapuede constituir el contenido
específicou originario de la propia prestación,o establecerse

por derivaciónde
una obligación no pecuniaria-hacer,no hacero dar cosadeterminada-en genérica,
antela imposibilidadde su cumplimientoen forma específica.
Por ello, la llamadaejecucióndinerariaes la que revistemás importancia

prácticfll que la específica,lo cual serefleja en nuestroOrdenamientoa ffavésde
en<Estudios...)),
conCARRERAS,op. cit.,pá5.499.
.- Cft. FRANCO ARIAS, J., (El procedimiento...)), op. cit., pág. 6; MORENO
CATENA, V., (et. alt.), <DerechoProcesal.ProcesoCivil>>,op. cit., pá9. 662-663;
RAMOSMENDEZ,F., <Derecho TomoII, op.cit.,págs.1002-1003.
Procesal...>,
.- MORENOCATENA,V., (et.alt.),<Derecho ProcesoCivib>,op. cit., pág.

Procesal.
662;RAMOSMENDEZ,F., <<Derecho Procesal...>,
TomoII, op. cit.,páry.t002.
.- FAIREN GLIILLEN, V., <<Lasistematización

de la ejecución...)),
en <<Temas...>>,
239

la mayor atenciónque recibe en nuestrasleyes 1oque es prédica igualmenteen la
doctrina,al menosen comparacióncon la que seconcedea la ejecuciónespecífica.
Ahora bien, esaimportanciaes comprensiblesi setiene presenteque constituyeel

tipo de ejecuciónaplicabletanto si la prestaciónes dinerariaen su origen,como si
se convierteen la misma por imposibilidadde cumplimiento<in natura>de la
ejecuciónespecífica.
En fin, el supuestonormal es que el título de ejecución contengauna
obligación de naturalezaüneran4. a slya satisfacciónseprocedecon la puestaen

marchadel procedimientoespecíficoque la ley prevéparaestetipo de ejecuciones
-embargo,rcalizaciónde los bienesembargadosy pago al acreedor-.Sin embargo,
cuandola ejecuciónde obligacionesde hacer,no hacer o dar cosadeterminada
devieneimposible ((en sus propios términos>,la ley instauraun mecanismode
conversiónde estasconductasen resarcimientosde dañosy perjuicios.Así, la
obligaciónoriginariamenteno pecuniariase convierte,en la fasede ejecuciónde
sentencias,en otra de carácterpecuniario,lo cual sueleser bastantefrecuentesi se
tiene en cuentala regulación que sobre éstasúltimas ejecucionesrealiza la LEC
unido al hecho, reiteradamenteenunciado, de Ia escasezde obligaciones

procesalesqueprocurensu cumplimientoespecífico.
TomoII, op.cit.,pag.887;FRANCOARIAS,J., (El procedimiento...)),

op. cit.,pág.
6; GUASP, J., El sistema de una Ley Procesal Civíl Hispano-Americana,
núm. l,1956,pág.123;MORENOCATENA,V., (et.alt.),
<Rev.Der.Proc.Ib-fi1ip.>>,
<DerechoProcesal.ProcesoCivib>,op.cit., pag.703.
240

La obligación dinerari4 en principio, es de más fácil realización y
satisfacción que la no dinerari4 ya gue, en cualquier momento, ante el
incumplimientode la sentenciase puederecurir al mecanismodel embargoy
traducirla condenaen dinero372.
Las razonesanterioresson las quejustifican el recursoque realizanuestra
LEC al mecanismode la conversiónen resarcimientos

de dañosy perjuicios,ante
la imposibilidadde cumplimientoespecíficode las obligacionesde hacer,no hacer
y dar cosadeterminada.
.- Aunque, aquí nos encontramos ante un nuevo y añadido obsüículo, de mayor

entidad si es posible, como es la inexistencia de obligaciones procesalesen el
momento de la investigación de los bienes del deudor, lo que dificulta
considerablementela busqueda y localización de aquéllos elementos patrimoniales
con los que poder lograr, en última instancia, el perfecto cumplimiento del mandato
contenido en la sentencia.
24I

3.. EJECUCIONES DE IIACER, NO IIACER Y DAR COSA
DETERMINADA
La ejecución de obligacionesde hacer, no hacer y dar cosa
determinadaencierra una auténtica actividad voluntaria por parte del ejecutado.
Por ello, la dificultad para obtenerel cumplimientoespecíficoes mayor en dichas
en las de hacerde carácterpersonalísimoy no hacer,

ejecuciones,especialmente
ya que es necesariauna conductapor parte del deudor si se pretendelograr un
perfecto cumplimiento de la sentenci4 de tal forma que si dicha actividad no se
produce,dificilmentepodrálograrsela ejecución<in natura>de la condena373.
Así, nos encontramosanteun tipo de ejecuciónen el cual la nota esencial

para el cumplimiento la constituye el carácter <personalísimo> o (no
personalísimo>de la conductaimpuestaal deudor, que es la que lleva la mayor
partede las vecestoda la problemáticaque las rode4 al no existir ningún tipo de
obligación que pueda consüeñir al deudor a cumplir con la conducta.Los
OrdenamientosJurídicos,ante supuestosde incumplimiento, puedenoptar por la
adopción de auténticasobligacionesprocesales,reforzadascon mecanismos

útiles que garanticenaquéllas,-comopuedenser las <<astreintes>,
sancionatorios o
.- No en vano se ha manifestadoque en donde m¿ásse apreciala frustracióndel

procesode ejecuciónesenlas "obligacionesdehacer"y, sobretodo,enlasde carácter
personalísimo,ya que en la mayoríade ocasionesla inactividad del deudorha de
de dañosy perjuicios.GIMENO SENDRA,
nov¿trla obligaciónen un resarcimiento
op.cit.,pá9.145.
V., <Fundamentos...),
242

las medidasde carácterpersonas-,o por sistemasde transformaciónde aquellas
conductasen resarcimientos
de dañosy perjuicios,comoesel casode España.
Ademas, a la opción adoptadapor el legisladorespañoldebe añadirse,

sintomáticamente,
la escasaatenciónprestadaa las ejecucionesespecíficas,lo que
quedapatente,y ya no sólo por la inexistenciade obligacionesprocesalesen esta
matena,sino por la escasay deficienteregulaciónque sobrelas mismasrealizala
LEC. En efecto,la Ley de EnjuiciamientoCivil dedicaúnicamentecuatroartículos
no dinerarias,1ocual obligay justifica que su estudioserealice

a estasejecuciones
alahnde h íormativa del CódigoCivil, en especialla de los arts. 1094y ss.,que

regulanla naturalezay efectosde las obligacionesde hacer,no hacery dar cosa
determinadadistinta del dinero.
En resumen,es estaespecialsituaciónque rodeaa la ejecuciónespecífica
la que sepretendetraer a las siguientespáginas,aunqueal solo objeto de poner de
manifiestoporqué se demandala implantaciónde obligacionesprocesalesen el

presentemomento. Así pues, sólo desde esta perspectivadebe entenderseel
acercamientoque se realiza en las páginassiguientes,sobretodo, por que al fin y

al cabola regulaciónque la LEC realizadesemboca
en que estetipo de ejecución
acabe finalmente convirtiéndose en resarcimientos de perjuicios ante su
incumplimiento,lo cualnos lleva al principio o inicio de nuestrotema:el embargo
de bienes.Sólo desdeestepunto de vista setratanseguidamente

las ejecucionesde
hacer,no hacero dar cosadeterminada.
)A?

Así, en primer ltg*, es necesarioseñalarla ejecuciónde obligacionesde
hacer, la cual puede ser entendidacomo <aquella que tiene por objeto una
prestaciónconsistenteen desarrollarcualquieractividad, corporal o intelectual,
diversade la consistenteen entregaruna .osarr"o.Por tanto, en ella es necesaria
una colaboraciónaciivadel deudorparalograr su cumplimientoespecíficoy evitar

que sefrustrela ejecución<in naturo>.
Estamodalidadde ejecuciónseencuentrareguladaen el art. 924 de la LEC

y tambiénen el 1098del CC37s.
La Ley de EnjuiciamientoCivil establecetrámites
idénticosen un primer momento:requerimientoal ejecutadoy concesiónde plazo
para el cumplimiento. Si el deudor opta por el cumplimiento finaliza la
si deja transcurrir el plazo sin haber cumplido, el juez rcaliza la

ejecución376;
conductafisica exigidapor el acreedor.Peroen estoscasosla ley, fiel al principio

(nemo praecisecogi potestad factum>,no admitemedidasde coerciónpersonal,
sino que instaura mecanismosde subrogacióno medidas de sustituciórf77,
.- CASTAN TOBENAS, J., Derecho Civil Español,Comúny Foral, Tomo III,

Madrid,1988,pág.165.
.- Ya que segúnla STS de 24 de noviembrede 1981 el art. 924 de la LEC es

complementarioprocesaldel 1098del CC.
.- "Pero,con todo, no se trata del cumplimientotardío de una obligacióninfringida,

sinode la obedienciaa unaordendel ejecutor".FERNANDEZ,M.A.,<<El proceso...>,
op.cit.,pág.232.
.- GOMEZ ORBANEJA/HERCEQUEMADA, <DerechoProcesal...>, Tomo II, op.

cit., pág.264;CAPILLA RONCERO,F. <Laresponsabilidad
patrimonial...>,
op. cit.,
244

totalmentela categoúade la obligaciónprocesal.A partir de dicho

desconociendo
momento,los trámites establecidosen la ley se bifrircan segúnse trate de actoso
hechospersonalísimos
o no.
Así, cuandola conductaexigida se estableceen atencióna la personadel
deudor, de tal forma que no puede ser sustituidapor otro, puesto que constituye
parte esencialde la prestación"t, se habla de conductaso actospersonalísímoso
infungibles.
El acreedoren supuestosde actospersonalísimospersigueel cumplimiento

específicopor parte del deudor, de forma que si la obligación se contrajo en
TomoIII, op. cit., págs.236 y ss.;

pag.77;CASTAN,J., <DerechoCivil Español...>,
DIEZPICAZO,L., Fundamentosdel DerechoCivil Patrimonial,Madrid, 1986,pág.
747; ALB.ALADEJO,M., Derecho Civil. il. Derecho de obligaciones,Vol. I,
l989,pag.l76y 206y ss.
Barcelona,
.- Cfr. CARRERASLLANSANA, J., (El embargo...>, op. cit., quiendistingueentre

firngibilidadjurídica -posibilidadde sustituciónpor el juez- y fungibilidad natural-
conductasustituídapor rm tercerocarentede imperium-,págs.39 y ss. y 65 y ss.;
CASTAN, J., <DerechoCivil Españo1....>>, Tomo III, op. cit., págs.238 y ss.;DIEZ
PICAZO, L., <Fundamentos...>>, op. cit., pags. 453 y ss.; EGUSQUZA, M.4., La
configuraciónjurídica de las obligacionesnegativas,Barcelon4 1990,págs. 104-
105;FERNANDEZ,M.A.,<Elproceso...), op. cit., pag.139;GOMEZORBANEJA,
E.,<DerechoProcesal...>, Tomo II, op. cit., págs.264-265;GUASP, J., <Derecho
Procesal...>,Tomo II, cit., págs. 235-236;MORENO CATENA, V., (et. alt.),
<DerechoProcesal.ProcesoCivib>, op. cit., pá9. 697; PRIETO CASTRO, L.,
<Tratado...>, Tomo II, op. cit., págs. 835-836;RAMOS MENDEZ, F., <Derecho
Procesal...>,Tomo II, op. cit., pry. 1023; SOLCHAGA LOITEGUI, J., (El
procedimientode apremio...)),op. cit., párg.45; TAPIA FERNANDEZ, I., <<Las
condenas op.cit., págs.127y ss.
no pecuniarias...),
245

atenciónala calidady circunstancias

del mismo,no podráser compelidoa recibir
la prestacióno serviciopor un tercero-art. 1161CC-. Por ello, el incumplimiento

por parte del deudor, si el hecho es personalísimo,y no puede ser objeto de
ejecución por un tercero, genera una ejecución subsidianaal convertirsela
obligaciónde haceren obligaciónde dar su equivalentepecuniario-art.924. l" in

fine LEC -, como único medio para lograr la satisfaccióndel acreedor,ante la
inexistencia de medios coercitivos que puedan doblegar al deudor al
cumplimientot'n. Lu Ley de EnjuiciamientoCivil ac,tuacon demasiadaprisa y
ligereza, mostrándose excesivamente conformista, sin buscar otras posibles
solucioneso vías alternativas,y con el riesgoademásde que la soluciónadoptada

pareceque albergaen su senorma altemativapara el deudorentreel cumplimiento
espuestode manifiestoen la doctrina38O.

o la indemnización,como acertadamente
Aunque,tambiénes cierto que sepodríapensaren la posibilidadde aplicar
el art. 237 CP y considerar la conducta del deudor como un delito de
desobedienciaa la autoridadjudicial, si bien no parece que en el presente
momentoseade gran utilidad acudir alavía penal,sobretodo, porqueen ella no
.- A diferencia de lo que sucedeen los Ordenamientosdel Derecho comparado,en los

cuales se arbitran por el legislador medidas coactivas para doblegar Ia voluntad del
deudor, tales como las <astreintes> del Derecho francés, o ya en otra línea el
<Contemptof Courb del Derechoanglosajón.
op. cit., págs.232-233;SOLCFIAGA

.- Véase,FERNANDEZ,M.A., <El proceso...)),
LOITEGUI, J., (El procedimiento de apremio...>, op. cit., pá9. 46; TAPIA
FERNANDEZ,I., <<Las op cit., págs. 127 y ss.
condenasno pecuniarias...)),
246

sepuedeexigir el cumplimientode la sentenciacivil3sl
Por el contrario, en el ámbito de los actosno personalísmoso fungibles La
actividadque constituyela prestaciónpuedeserrealizadapor personadistintadel
deudor,ya que el interésdel acreedorquedasatisfechocon una pura actividad con
independenciade quien la realice3s'.En estossupuestos,el incumplimientodel
deudor,una vez transcurridoel plazo para ello, provoca que la conductaimpuesta
serealicepor un terceroa costadel ejecutado-art.924 LEC y 1098CC-. Si asíno
fuese,y si el cumplimientodel obligadoseproducepero contravieneel tenor de la
obligación entonces,según el art. 1098.2"del CC383,se le puede ordenarque
deshaga1omal hecho,supuestono contempladopor laLEC, cuyovacíolegaldebe
serllenadopor el CódigoCivil.
En cualquier caso,y en este c¿lmpode las obligacionesde hacer, debe
.- Comoya seha manifestadoen páginasanteriores.Sobrela aplicacióny utilidad del

delito de desobedienciadel art.237 CP, a la ejecuciónde sentencias
civiles,véase
capítuloprimero, apartado4.2).
.- Cfr. DIEZPICAZO,L., <Fundamentos...>), op. cit., págs.453y 747;FERNANDEZ,

M.4., <El proceso...),op. cit., págs.233-235;GOMEZ ORBANEJA,E., <Derecho
Procesal...>, Tomo II, op. crt.,pá9.265;GUASP,J., <<Derecho Procesal...>,
Tomo II,
op. cit., pags. 235-236;MORENO CATENA, V., (et. alt.), <DerechoProcesal.
ProcesoCivib>,op. cit., pá9.695;PRIETOCASTRO,L., <Tratado...>>, Tomo II, op.
cit., págs.836-837;RAMOS MENDEZ,F., <<Derecho Procesal...>,Tomo II, cit.,pág.
1028-1029; TAPIA FERNANDEZ,I.,<Lascondenas no pecuniarias...)),
op. cit., págs.
108y ss.
.- SSTSde24demavode l97I.ll demarzode 1972.v 10deoctubre

de 1977.
241

procurarse,en primer lugar, el cumplimiento <in naturar>de la sentenci4 o bien
proveer a su ejecuciónpor un tercero a costadel deudor,y únicamentecuandono
seaposibleel exactocumplimientode la condenaserecurriráal resarcimientopor

el equivalentepecuniario3sa.
Pero, lo que deberíaevitarsees acudir sin más al
resarcimientode dañosy perjuiciosy evitar que ésteactuara,en cierto modo, con
carácter automático, lo cual, por offa parte, es lo que viene sucediendo
actualmentedebido a la falta de previsión de medios coactivos que obliguen al
deudoral cumplimientoin natura.
Por otra parte y, en segundolugar, la ejecución de obligaciones de no

hacer, como su propio nombre indica, se traduce en un acto de abstenciónque
puedeconsistirtanto en un comportamientoactivo, como en la conductapasivade
soportarla realizaciónde una determinadaacción, vgr. servidumbrede paso,por

partedel deudoro ejecutado385.
La regulaciónde la ejecuciónde las obligacionesde no hacer-contenidaen
.- Aunque,en dichossupuestos,
no es suficientecon queel condenadomanifiesteque
no esposibleel exactocumplimiento,sino que,deberáacreditarlo.STSde 24 de abnl
de 1973.
.- Cfr. CASTAN,J., <Derecho Civil Español...>, TomoIII, op. cit., págs.163y ss.;
DIEZPICAZO, L., <Fundamentos...>>, op. cit., pág.457;FERNANDEZ,M.A., (El
proceso...),op.cit., pags.236y ss.;GOMEZORBANEJA,E., <<Derecho Procesal...>,
TomoII, op. crt.,pá9.265; GUASP,J.,<<Derecho Procesal...>,
TomoII, op. crt.,pá9.
231 y 236.; MORENO CATENA, V., (et. alt.), <DerechoProcesal.ProcesoCivib>,
op. cit., pag. 698; RAMOS MENDEZ, F., <DerechoProcesal...>, Tomo II, op. cit.,
pág.1032.
248

el art. 925 LEC y arts. 1098y 1099CC- es más parcay deficienteque la de las
obligacionesde hacer,ya que sólo seprevéque en el casode que el obligadoa no
hacer alguna cosaquebrantela sentenciase entiendeque el ejecutadoopta por el
resarcimientode perjuicios.
La conversiónde la obligaciónde no haceren su equivalentepecuniarioes
la única posibilidadprevistaen la Ley de EnjuiciamientoCivil ante su eventual

quebrantamiento,sobretodo si se tiene presenteque en supuestosde no hacer es
imposible el cumplimiento por un tercero, ya que dichas obligaciones se
configurancomo actospersonalísimos386,
aunquede carácternegativo,por lo que
resultande aplicaciónlas conclusionesa las que se llega en el apartadode las
obligacionesde hacer de carácterpersonalísimo.Sin embargo, debe tenerse

presenteque, segúnse desprendedel art. 1099 del CC, ademásdel resarcimiento
de dañosy perjuicios el juez debe ordenarque se deshagalo mal hecho o lo
indebidamente
hecho,preceptoquenosotrosentendemos
aplicable.
Por último, y oo tercer lugar, nos encontramoscon la ejecución de
obligacionesde dar cosa determínada,que puede ser definida como aquélla que
<tienepor objeto la entregade una cosaque el deudor debahacer al acreedor,en
atención a que éste haya adquirido o adquiere sobre la misma un derecho

cualquieru3s',y que es objeto de tratamientoespecíficoen la ley, con el fin de
- EGUSQUIZA,M.A.,<Laconfiguración
jurídica...)),
op. cit.,pág.106.
- CASTAN,J.,<Derecho
Ciül Español...>,
TomoIII, op.cit.,pág.163.
249

diferenciarla de la ejecución de obligacionesdinerarias,la cual es regulada
separadamente
en la ley.
Dentro de la ejecuciónde dar cosa determinad4sin embargo,se realiza
una distinción segúnque la entregatengapor objeto un bien mueble o inmueble-
art. 926 LEC-. Aunque,en cualquiercaso,para que se produzcael cumplimiento
es necesario,como p¿rsoprevio, que la cosa pueda ser habida. Después,la

y la entregade la cosa
satisfaccióndel acreedorse producecon el apoderamiento
muebledebida-art. 1096.1oCC
y 926LEC-, o laposesióndel inmueble.
En la ejecuciónde obligacionesde dar cosa determinadael juez debe

paraponer al acreedoren posesiónde la cosa,sin
adoptarlas medidasnecesarias
que se concedaningún plazo al efecto.Sin embargo,pesea dicha autorizacióno
facultad del órgano jurisdiccional, la ley no ha previsto expresamentecuáles

por 1oque la posibleeficaciade la normaqued4 al
puedanser dichasmedidas388o
igual que en otrasmuchasocasiones,en el vacío.
En cualquiercaso,si la cosano puedeserhabidao puestaa disposicióndel

acreedorla LEC la solución que arbitr4 nuevamente,al igual que sucedeen las
obligacionesde hacery no hacer,es la conversiónpor su equivalentepecuniario,

1oque es fruto de la falta de obligacionesprocesalesque sujetenla voluntad del
op. cit., pag. 148.

.- TAPIA FERNANDEZ,I., <Lascondenasno pecuniarias...>>,
250

deudor.
A..LA GARANTIA DE LAS EJECUCIONES ESPECIFICAS
Como se ha establecido con anterioridad, el cumplimiento
de condenasno pecuniarias,en especiallas de hacery

específicode las sentencias
no hace¡ reviste gran dificultad, ya que para lograr una ejecución efectiva y
adecuadaes necesariala colaboraciónactivadel deudorel cual, en ocasiones,se
niega a realizar dicha prestación, sin que las leyes contemplen mecanismos
eficacesque puedandoblegarla actitud reiteradade incumplimiento.
Así pues, en este ámbito de las ejecuciones específicas se nota,
la ausenciade obligacionesprocesalesgararrtizadas
especialmente, con sanciones
eficacesque pudieran lograr el cumplimiento de la sentenciaen sus propios

términos,como así ha quedadopatente.LaLey de EnjuiciamientoCivil no prevé
ningún tipo de medida que, al menos,pueda evit¿r la práctica conversiónde la
mayoría de aquéllasejecucionesen sus equivalentespecuniarios.Sin embargo,
existe en la LEC un precepto con el que, 4parentemente,el legislador ha

en esteámbito:el artículo923LEC.
pretendidomermarlos efectosdesfavorables
En efecto,pareceque en el primer apartadodel anteriorpreceptoserecoge
la solucióndadapor el legisladorpara gamntizarestetipo de ejecuciones,ya que
25]..

el mismo estableceque seprocederáa cumplir las sentenciasde hacer,no hacery
dar cosao cantidadlíquida <empleandolos mediosnecesariosal efecto>,1ocual

pareceque, en principio, autonzaaI juez para adoptarlas medidasoporhrnascon
el fin de lograr el cumplimiento <in natura> de estasejecuciones.Aunque, esta

proclamaciónya se encuentrarecogidaen el art. 18.2LOPJ,e inclusoen la propia
doctrina del TC, cuando sienta la necesidadde que se adopten las medidas
paralograrla ejecuciónde las sentencias.
necesarias
Pero, pese a todo ello y, acto seguido,el propio art. 923 LEC matiza, aI
tiempo que completa, su pronunciamiento anterior y así limita los medios
necesariosa los "que se expresanen los artículossiguientes",lo cual anula las

presumiblesfacultadesdel órgano jurisdiccional. En especial,porque en los
artículos siguientesse observaque aquéllos medios no tienden a procurar el
cumplimiento<in natura>de la sentencia,ni a posibilitar la imposiciónde ningún
tipo de medida sancionatoria, sino que establecen medidas sustitutivas de
ejecuciónsubsidiari4y de resarcimientode daños.
Esta situación que incorpora el ac,ttnl art. 923 LEC contrasta

paradójicamente,por 1oque a nosotrosinteresa,con la regulaciónque se realizaba
en el antiguo art. 895 de la LEC de 1855. En efecto, este último precepo -
antecedenteinmediato del actual art.923- disponíaque "si la sentenciacontuviera
condenade hacer o de no hacer, o de entregaralguna cosa,se procederíaa darle
cumplimiento empleandolos medios necesariosal efecto", sin la limitación
252

introducida por el último inciso del art. 923. Así, de habersemantenido la
redacciónoriginaria del preceptonada pareceque hubiera impedido la adopción
de medidastendentesa asegurarel cumplimientoespecíficode la sentencia3se.
Ademas, resulta igualmente interesante euo, como manifiesta
ARAGONESES MARTII.IEZ3eo,de haber subsistido el art. 895 se habría

posibilitado alajurisprudenciala creaciónde mediossemejantesaLasastreintes
del derechofrancés.Sin embargo,Ia nueva adición de este inciso no sólo ha
cerradoaquéllaposibilidad,sino queha establecidolimitacionessin sentido,sobre
todo, teniendoen cuentala escasaentidadde los medios que se prevén en los
artículossiguientes.Por todo ello, qurzáshubierasido mejor no haberintroducido
el mencionadoinciso'nt, y seguir conservandola dicción literal del antiguo art.

895delaLEC.
En consecuenciacon 1oanterior, la eftcaciaprimariadel preceptoquedaun
.- Comoasí lo manifiestanARAGONESESMARTINEZ,5., <Lasastreintes...>>, op.

cit., pág. 135; TAPIA FERNANDEZ,I., <Lascondenasno pecuniarias...>,
op. cit.,
pág.101.
.- AIL{GONESESMARTINEZ, S.,<<Las op. cit., pag.136.

astreintes...>>,
.- En este sentido, TAPIA FERNANDEZ, afrcmaque "quizá esta vaguedady

desamparolegislativo fuera inapropíadoen una temátic4 como la ejecuciónde las
dondeel cuidadoy el esmeroen la regulacióny en el modode actuartales
sentencias,
nolmasdeberíaser extremadopor la importanciaque conllevala inmiscusiónde una
personaajena (por más que estapersonaactúeen nombredel Estadorevestidade
"imperium") en la esfera jurídica y patrimonial de otra", <Las condenasno
pecuniarias...),
op.cit.,pág.101.
253

tanto en el vacío y nos situ4 nuevamente,en el ptrnto de partid4 si bien no debe
olvidarseque puedeexistir la posibilidadde que la negativade cumplimientode
las ejecucionesespecíficasse sancionea travésdel art. 237 CP como un delito de
desobedienciaala autoridadjudicial. Sin embargo,no pareceser éstala vía mas
eftcaz para lograr el cumplimiento en sus propios términos de las ejecuciones
específicas,sobre todo, porque la satisfaccióndel acreedorse encuentraen Ia
ejecucióndel deudory no en un posibleprocesopenalque enjuiciaraaéstepor un

El art. 237 CP podría tener utilidad si se
presumibledelito de desobediencia.
contemplasolamentecomo un mecanismodisuasoriofrente al deudorpara que se
abstengade incumplir la sentencia,causándolecierta presión que le indujera al
cumplimiento.Pero, es que además,no debeolvidarse,que acudir a estavía no

gararfiizani permite, en ningún caso, que pueda exigirse el cumplimiento de la
resolucióndel orden afacado.
Sin ernbargo,pesea la gran dificultad que revistenestetipo de ejecuciones,

y en tanto pueda obtenerse aquella prestación, el acreedor tiene derecho aI
cumplimiento<in natura>de la sentenci4y esees el que se le debeproporcionar
en primer lugar.Así se estableceen el art. 18.2de la LOPJ cuandoproclamaque
en suspropiostérminos",y es reclamadotanto en la
"las sentenciasse ejecutarián
jurisprudenciadel TS'nt, como en la doctrinaemanadadel TC3e3.Cumplimiento
.- Véanse,entreotras,las SSTS12 de noviembrede 1976;21de febrerode 1977;2

SSde 24 de abril de 1973;30 de enerode 1975;16demayode 1974;6denoviembre
de 1981;22 demarzode 1983;8 denoviembre de 1985;17 demarzode 1986;17de
junio de 1986;3de febrerode 1987;29dejuniode 1988;3de mayode 1989;3de
julio de 1989;10dejulio de 1989;18demayode 1990;21 deoctubrede 1990;12de
-Ja

que incluso puede obtenersecontra la voluntad del deudor -supuestoen que la
sentenciaseejecutea su costa-.
Unicamente en c¿Isode que no pueda conseguirse,ni voluntaria ni

forzosamenteel cumplimiento específicode ta obligación, en atenciónal principio
(oemo praecise cogi potest ad factum>, la prestación primitiva se transforma,
subsidiariamente,en una prestaciónpecuniañ;e4. por todo ello, la Ley de
Enjuiciamiento Civil prevé la conversión de dichas prestaciones en

<resarcimientosde daños y perjuicios> -arts. 924, 925 y 926 LEC-, o en
<prestación de interés>tnt, u fin de otorgar al acreedor la satisfacción de su
derecho.
Sin embargo,es necesarioprecisarque dicha conversiónno se arbitra en

ningún momento como un derecho de opción para el acreedor entre el
diciembrede 1990.
.- Aunque, no debe olvidarse, que la transformación de dichas obligaciones, en fase de

ejecución de sentencias,en su equivalente pecuniario es declaradaconstitucional por
el TC sin que implique, en consecuenci4 lulneración del derecho a la tutela judicial
efectiva. Véanse supra las sentencias citadas en el apartado III, 2.-) del presente
capítulo.
.- cfr. jurisprudencia emitida por el Tribunal supremo anteriormentecitada.
.- "Prestación al acreedordel equivalente de aquella utilidad que le hubiera reportado

el cumplimiento de la obligación de forma específica".CASTAN, J., <DerechoCivil
EspañoI...>,Tomo III, op. cit., págs. 235-236;DLEZPrcAZo, L., <Fundamentos...>>,
Vol. I, op. cit., pág.748.
255

cumptimientoespecíficoo el resarcimientode dañosy perjuicios3e6,

ni tampoco
opera automáticamente,
pese a lo que a simple vista pudiera deducirsede una
lectura de aquellospreceptos,sino que primero ha de tratar de conseguirseel
cumplimiento <in natura>, y sólo cuando éste no sea posible acudir al
resarcimiento.
Para todos los c¿tsosanteriores, y acreditada Ia imposibilidad de
cumplimientoespecífico,se operauna transformaciónmediantela conversiónde
la obligación originariamente no pectrniaria en otra de caúrcterpecuniario: el
resarcimientode daños y perjuicios. La ausenciade mecanismos,como ha

quedadodemostrado,creadospara doblegarla voluntaddel deudory obligarleal
cumplimiento,es un tema especialmente

espinosoen estacampode la ejecución
específic4 ya que hace que la mayoría de ejecucionesse ffansformen en
equivalentes
pecuniarios.Y ello, pesea la doctrinadel TC en la que seadmiteesta
conversiónen prestaciónpecuniariasin queatenteconffala tutelajudicial efectiva,
no es ciertamenteut cumplimientoadecuadode la sentenci4el cual vendríadela
manode la ejecuciónen suspropiostérminos.
Pero, además,la situaciónse agravapuestoque a partir de dicho momento
snrge un nuevo obstáculo,mas problemático quizátsque el anterior, como es el
.- ALBALADEJO, M., <DerechoCivib>,op. cit., pag.207; CASTAN, J., <Derecho

Civil EspañoI...)),
TomoIII, op. cit.,pág.241;DBZPICAZO,L., SistemadeDerecho
Civil, Madnd, 1992,con GULL ON, páry.226.
256

lograr la efectividad de dicho resarcimiento.En efecto, la materialización del
equivalentepecuniariosólopuedelograrse,en la mayoríade los casos,medianteel
ernbargode bienes al deudor para satisfacerel derechodel acreedor;bienes que,
en consecuencia,constituyenla última garantiaparael acreedoren el casode que
no puedaobtenerel cumplimientoespecíficode la prestación.
La efectividad de la obligación dineraria -tanto originaria como por

conversión- se logra así, en última instanci4 a través del ernbargode bienes al
deudor,pero es precisamenteaquí, en el instituto del embargo,dondesepresentan
nuevos e importantesvalladares,como v¿lmosa ver seguidamente,

debido a la
deficienteregulaciónque de tal mecanismorealizannuesffasleyes,sobretodo en
lo que conciernea la búsqueday localización de los bienes que integran el

patrimonio del deudor.
Es por tanto, tamañoproblemael que reclamaun tratamientodiferenciado,
al que se dedican los dos próximos capítulos,los cuales están destinadosa
acercarnosal mecanismodel embargo, como instrumento a través del cual se
traduce la responsabilidadpatrimonial del deudor, mediantetodos sus bienes y
derechos.Así, el necesariorecorrido, siguiendolas líneasgeneralespor las que
discurreel mismo,pondráde manifiestoel especialénfasisque en todo momento
nos mueveecomo es la demandae instauraciónde obligaciones,especialmente,

en
estemomentoprocesal.De ello se podrá constatarque no sólo es necesariala
instauraciónde una obligación de manifestaciónsobreel deudor,sino que aquélla
251

es necesariaque sea completadacon la del órganojurisdiccional y de terceros,
sujetosambosa la obligación de colaboracióngeneral en el cumplimiento de las

judiciales,querecogeel art. 118de la Constitución.
resoluciones
En caso contrario, y de no reformarsela situaciónpresente,se estaría
agónicamenteprolongandola actual coyuntur4 que provoca en la mayoríade las

judiciales,
ocasionesla frustracióndel procesoy la inejecuciónde las resoluciones
con la consiguientevulneracióndel art. 24.1 de la Constitucióny la quiebradel
principio de eficaciao efectividad.
258

CAPITULO CUARTO
EL EMBARGO COMO ELEMENTO

ESENCIAL DEL PROCESODE EJECUCION
I.- INTRODUCCION
Siguiendo con la exposición anterior, correspondeahora acercamosal

segundoámbito en el que se deja sentirde forma especialy patentela ausenciade
obligacionesprocesales,como es el del embargode bienes.La problemáticaque

rodea a este mecanismo procesal es amplia, de t¿l forma que en el presente
momentoes necesario,como pasoprevio, determinarcuáles el campode estudio
concretodentrodel embargo,al que dedicaremosespecialmentenuestraatención.
Pesea que la aplicaciónde las obligacionesprocesaleses de gran utilidad

en todo el procesode ejecución,nos centramosde forma especialallí donde quizés
seamás acuciantereclamarla categoríade la obligaciónprocesal,esto es, en la
fasede localización búsquedao investigaciónde bienes3eT.
Así, el hilo expositivoy argumental,enlazandocon 1oanterior,nos acerca,
3 e 7-
. Sustantivos ut j-I j-zados indistintamenter en
ocasiones, para aludlr a un mismo fenómeno como es el del
necesario conocimiento del- patrimonio del deudor sobre el que
nnrlar nrr¡f j ^rr a
yuuE! yrd.9L_LL-o.r E lr a
Emr r Ju -er! :vrvn. n
259

pues, a una institución clasicade la actividad ejecutivacomo es el embargode
bienes, como medida predispuestateleológicamentepara dar satisfacciónal
ejecutanteante el incumplimiento de una sentencia declarativade condena.El

embargo es el canal procesal en el cual desembocanla mayor parte de las
sentenciasdeclarativasde condena,tartto las dinerariasen origen, como aquéllas

otras que no siéndolo acudena él como único medio de lograr la satisfacción
perseguidapor la ejecución.
Es, precisamente,en lo anterior, donde radicatoda la trascendenciadel
embargo de bienes por cuanto representala última gararfiía,ya no sólo para el
acreedor de ver cumplida la sentencia, sino para que se logre la verdadera

efectividad de la tutela judicial a fravés del derecho a la ejecución de las
sentencias.Por ello puedeafirmarse,peseal riesgo de anticipamos,que constituye
el requisito previo e imprescindible para el desarrollo de toda la actividad
ejecutiva3es.
No obstante,y pese a todo lo anterior, también al embargo alcarzan
algunasde las limitacionesy de laspropiascarenciasde que adoleceel procesode
ejecución,y en especial,la de la escasezde la categoríade la obligaciónprocesal,

particularmenterelevanteen estosmomentos.Sin ernbargo,no es posible en este
3e8 -
. cf r. cACHoN CADENAS, M. J. , <<El- embargo>>, op. cít . ,
págs. 32-33; C A R R E R A SL L A N S A N A , J . , (El embargo...))t op.
cit., p á g s . 9 8 - 9 9 ; R A M O SM E N D E Z , F . , < < D e r e c h o P r o c e s a l . . . > > ,
Tomo II, op. ciL., páq. 1049.
zou

momento abarcar todas y cada una de las limitaciones que presenta este
mecanismoprocesal,labor imposibleya no sólo por su extensión,sino sobretodo

porque constituyeun tema que rebasanuestrospropósitosy gue, en buenalógicq
exigiría una atención mucho más pormettonzadfn' q.r. la se dedica en este
momento.
Por ello, y siempreteniendocomo norte el tema de la obligación procesal,
se va a dedicar especialatenciónal momento o la fase de localización de bienes
del deudor,o si seprefiere, como es denominado,indistintamentepor nosotrosa lo
largo de este ftabajo, a Ia investigaciónde bienes del deudor y su posible

reforzamientoatravésde las obligacionesprocesales.
Efectivamente,la fase de localización de bienes constituye,a nuestro

entender,el punto de partidasin el cual no puedenentrarenjuego el restode las
fasesdel ernbargo.Lógicamente,y previo al resto de actividadesque componenel
3 e e -.
Un conocimiento exhaustivo de la institución lo
presentan, en estos momentos, dos excefentes trabajos
monográficos sobre elembargo de bienes. El primero,
representa ]a fuente de la cual- se nutre gran parte del tema
del embargo y gu€, pese a l-os años transcurridos constituye,
a nuestro entender, una obra de consul-ta absorutamente
imprescindibre para aquellos que se atreven a acercarse al-
estudio del embargo. Nos referimos a la obra ya cítada del
profesor CARRERASLLANSANA, "Ef embargo de bienes". pero a
ell-a, s€ une una segunda obra más reciente, densa y extensa,
que real-iza un acercamiento con gran detenimiento al aludido
mecanismo procesal, €s 1a monografía del_ profesor CACHON
C A D E N A S T" E f e m b a r q o " .
26L

propio embargo,el presupuesto

sine quaenon lo representala propia existenciao
conocimientode los bienes sobre los que poder practicar el mismo. por tanto,
primero es necesarioque se conozcanlos elementosque componenel patrimonio
del deudor para, posteriomente, poder con ellos lograr la doble satisfaccióna la
quealudíamos.
Sin embargo,es precisamenteen estemomentode la localizacióndondese

dejan sentir con especialintensidadlos efectosperniciososde los principios que
han conformadoel procesode ejecuciónen la Ley de EnjuiciamientoCivil, lo que
se traduce,como nota predominante,en la escasezde obligacionesprocesalesen
estafaseprocesal.Aunquepara ello esnecesariosaber,con carácterprevio, cómo
seconfigurael mecanismodel embargoen nuestraLey de EnjuiciamientoCivil; la
regulación que del mismo se realiza; las líneasgeneralesde su desarrollo,si bien

pasándolopor el tarrtizde la categoríade la obligaciónprocesal.
En consecuenci4 como punto de partida es preciso rcalizar un breve
bosquejopara ver las líneas generalesa través de las cuales se desarrollael
embargoen la LEC, como instrumentode materializaciónde la responsabilidad

patrimonialque se consagraen el artículo 1911 del Código Civil. Es necesario,
pues, realizar urr recorrido por la ley procesalcon el fin de descubrircómo se
organizaen la mismaaquélsistemade responsabilidad,

fruto del seguimientoen |a
LEC de una ejecuciónde carácterpatrimonial, a la que se encuentrasujeto el
deudorque incumplecon una sentencia,ya que el mismo se convierte,en cierto
262

modo,en la clavequedesvelaráIasituaciónactualen el temadel embargo.
En resumen,se dedican estaspáginaspresentesa asercamosal embargo

como instrumentogenéricoa travésdel cual setraduceaquéllaresponsabilidad
del
art. l9ll CC, y al hilo del mismo se irán introduciendolas solucionesaportadas
por nuestro Ordenamientoen el tema. La propia normativa de la LEC nos
determinarála situaciónque de lege data encontramosactualmentey que rodeaal
embargo,asícomo la importanciay las limitacionesque sepresentanen el propio
desarrollode dicho mecanismo.Igualmentesetrataráde averiguarla existenciaen

el Ordenamientocivil de medidas que en la actualidad puedan rcforzar aquél
mecanismo,así como la utilidad de las mismas. Se pretende,en sum4 sentary
dejar claramente delineadas las líneas por las que actualmente transcurre el
mecanismodel embareo.
Y, todo ello, para enlazn ya en el último capítulocon las obligacionesen

la fase de localizacióno investigaciónde bienesdel deudor,y poner de relieve la
existenciaactual,pesea que puedadudarse,de medidasquepodríanencajaren el
concepo de obligaciónpor nosotrosdefendida.Y, junto a estodefender,siquiera
seade legeferenda cuálespodríanser las solucioneso cuantomenoslas posibles
medidasquepodríanremediarla situaciónactualen el tema del embargo.
En resumen,nos mueve un cierto afin por denunciarla parca regulación
actualdel embargo- e igualmentede la ejecución-,así como la necesariarevisión
263

de ésta. Carece de toda lógica el gue, reiteradamente, nuestro Tribunal
Constitucionalsehayaempeñadoen declararla importanciaquerevisteel derecho
a la ejecución de las sentenciasy, que el cumplimiento de t¿l derecho es

fundamental,tanto para la garantíade la tutela judicial deI art. 24.I de la
Constitución,como parael respetoy la observanciadel art. 118del mismo cuerpo
legal, si nuestrolegisladorno modifica la materiaobjeto de crítica.Es pues,una
vez más, desde esta especial perspectiva desde la cual deben ser vistas y
entendidaslas conclusiones
a las que sellegaposteriormente.
264

II.. EJECUCION PERSONAL Y EJECUCION

PATRIMONIAL EN LA LEY DE ENJUICIAMIENTO CIVIL
Como se ha tenido ocasión de comprobar, la sentencia declarativa de

conden4 que pone fin a la fase declarativadel proceso,constituye el título que
legitima a las partes,y en especialal actor,para iniciar el procesode ejecución.
Así, esteprocesose presentacomo complementonecesario,en ocasiones,de la

potestadjurisdiccional -atribuidaa Juecesy Tribunalespor el art. ll7 CE-, arúe
supuestosde incumplimientoo inobservanciade la resoluciónjudicial por parte
del obligadoal cumplimiento.El OrdenamientoJurídico arbitr4 en estecaso,la
denominadafase de ejecución forzos4 con el fin de obligar al deudor al

cumplimiento,mediantela intervenciónde los órganosjurisdiccionales,y lograr
así la satisfaccióndel acreedor,y al propio tiempo Ia del derechoa la tutela
judicial efectiva.
Por lo tanto, la primera nota que caractenzaal procesode ejecuciónes la

posibilidad de actuarde forma coactivapara doblegarla voluntad del deudory
lograr el cumplimientode la resoluciónjudicial. Sin embargo,y una vez admitida
estapremisa,debetenersepresenteque no cualquiermedio es admitido para lograr
aquellosobjetivos,de forma que es necesariodistinguir segúnlos mediosque las
leyesponenal serviciode estosfines.
265

En consecuenci4 y siguiendo a GUASP400,la ejecución puede

deterrninarseen función de los medios que las leyes crean para garantizareL
cumplimiento.Así, si los mediosrecaensobrela personadel deudorestaríamos

en
presencia de una ejecución personal, mientras que si aquéllos medios se
encaminan al patrimonio, entonces, nos encontramosante wra ejecución de
carácterpatrimonial.
Así, la ejecuciónpersonal apareceoriginariamentecomo la formula usual

de ejecuciónaol, la cual estuvo representadadurante mucho tiempo por la
denominada<<prisiónpor deudas>402.
Esta modalidad de carácterpersonal
constituía la forma ordinaria de ejecución, desempeñandoun papel bastante
relevanteen la práctica,y pruebade ello es el intentode regulaciónpositiva dela

prisión por deudas,genéricamenteentendid4 en nuestro país, como así lo
demuestrala propia existenciade un Proyectode Ley, publicadoel 10 de agosto
400
G U A S P ,J. , <<D e re ch oPr ocesal
pá9. zOL.
ac,1
La presente modalidad de ejecución personal cifra
sus antecedentes, fundamentalmente, en el Derecho romano,
cuyas fórmulas coactivas, originariamente, son de carácter
personal, véase CARRERASLLANSANA , J ., <<El embargo . . .>>| op.
cit., págs. 32 y ss., y también JIMENEZ ASENJO, 8., El
'7 qq
amharna R¡rr-cl rrn: 1qqÁ nárrq v
402.-
Actualmente prescrita por el- Art. 11 del Pacto
fnternacional de Derechos Civiles y Políticos, el cual
establ-ece expresamente que "nadie será encarcelado por el
sól-o hecho de no poder cumplir una obligación contractual".
266

de 1854,aunquenuncallegó a sancionarse
y convertirseen L#ot
Sin embargo,en la actualidadel legisladorespañolestablecela interdicción

de acudir alafaerzay actuarsobreel deudorparaobligarleal cumplimientoy dar
así satisfacciónal interés del acreedor.La ejecución personal, pues, no es
avtorizadaen nuestro derecho, sino que el mismo se caracteriza por seguir la
modalidadde la denominadaejecuciónpatrimonial.
En consecuenciacon esa prohibición, el OrdenamientoJurídico, ante el

eventual incumplimiento de la sentenciadeclarativa de conden4 se abstienede
aplicarmedidascoercitivaspara obligar al deudoral cumplimientoy opta, como

ya se veía en páginasanteriores,por mecanismosde subrogacióno sustituciónaoa,
403 rl
r!t_ texto dei_ proyecto de Ley sobre prisión por
deudas, asi como una evorución de dicha figura en nuestro
Derecho positivo pueden verse en ra obra de GARRETA soLER,
M . , E I a r r e s t o d e l - q u e b r a d o , B a r c e l o n a , 1 " 9 j 9 , p á g- psr.i s i5ó3n y s s .
rguaLmente, los antecedentes históricos de ra por
d e u d a s h a n s i d o o b j e t o d e e s t u d i o p o r T O M A Sy V A L T E N T E , i . ,
uTQ. a rnr Lr Li D L<v' ri !Á n ^^r \d) e uundda
>s erni L
! uo> s lano
JDJe
e rL e ccrhl oo5s J\ r a
P": e (cj -a- ,s- t* e
- *l. . - * r a g o -n2
e s4, 9
<<Anuario de Historia del Derecho Español>>, 1960, pág= . y
404
Especialmente se adoptan dichos mecanismos en el-
supuesto de las ejecuciones específicas de obligaciones de
hacer, no hacer y dar cosa determinada distinta de dinero,
(joltto
^^ñA
rla
].a a"^-l-J^
eue ciautr
n+f ^^r
! . , dL e r r L y en páginas anteriores . En las
ejecuciones de obligaciones dinerarias el mecanismo
sustitutivo, por excelencj-a, que arbitra el- ordenamiento
Juridj-co es la responsabilidad patrimonial, efectiva a través
del- embargo de bienes, aunque también a éste acaban,
finalmente, desembocando las específicas cuando la ejecución
subsidiaría es imposi-ble por tratarse de acros
personalísimos.
261

entre los cuales se encuentrael de la denominada(responsabilidadpatrimonial
universal>,
recogidaen el artículo1911detCC.
Así pues, es en este mecanismo creado o seguido por nuestro
Ordenamiento donde radica la sustancialidad de la denominada ejecución

patrimonial, de tal forma que la sentenciadeclarativa de condena dineraria -
originaria o por conversión-,ante la negativa del deudor de cumplimiento,
únicamente puede hacerse efectiva a través de los bienes que integran el

patrimonio de aquél. En la generalidadde los casos,ante estos supuestosde
incumplimiento se aplica el mecanismo de la responsabilidadpatrimonial
universal del art. 1911 del Código Civil, el cual se materializa a través del
embargo.
Ahora bien, es necesariotener claro que el hecho de que estemosen

presenciade una ejecuciónpatrimonial como única formula de ejecuciónno
significa,en ningún casocomo veremos,que no puedanexistir medioscoactivos

que la refuerceny garanticen.Es preciso deslindar ideas o medidas que pese a
estaríntimamenterelacionadas,
no significano implican 1omismo, sobretodo en
lo quea nosotrosinteresa.
En efecto,puedeentenderseque mecanismostales como la antiguaprisión

por deudas sean facilmente repudiables en la actualidad aunque, es necesario
estableceruna clara distinción entre la abolidaprisión por deudasy las posibles
268

medidasde carácterpersonala0s.
Estas medidaspersonalestienden más bien a
vencer la desobedienciadel deudor sin llegar a constituir sancionespenalesaOó,
siendoplenamenteadecuadasa una época de morosidade incumplimiento.Es

precisamentedicho caráctercoercitivo y la finalidad por ellas perseguidasel que
hace que, incluso, algunosautoresse muestrenpartidarios de la incorporacióndel

apremiopersonalooT
Pero,las anterioresno son las únicasmedidasposiblesque puedeadoptar
el OrdenamientoJurídico,sino que en estosmomentosson de perfectaaplicación
las obligacionesprocesales,
tal y como aquíhan sido concebidas,acompañadas
de
una sanción efrcaz,si bien configurada de forma flexibleao8y determinadaen
40s.-
F E R N A N D E Z ,M . A . , < < D e r e c h o p r o c e s a l . . . ) ) , Tomo rrT,
op. cit., págs . 69-70¡ S O L C H A G A L O I T E G U ,I J. , <<El
nrnr-odi mi ento rlc ¡nromi n ..... )\ 1 rlr"l rv .r iL . I t
nárr< ?6n
Jrv \ z oqoe.
-vuYr. J
406 ^^<
A Sa, para DE MIGUEL Y ALONSO, el arresto personal
por deudas a u n q u e i n f l 'il g e ai- deudor una privación d' l e
I'il.ra-{- :A ¡'i i ¡'r=-l n,ra - q;ln¡-i Án n ^ n 2 lr q ¿ oo (^ -i l _ L :ñ) f L _ iL 1n1a9, r aL l e ^^ :
rJU('I LoLr, af JV L,¿d_L l¿(J(: )_d- aqrrervrr r DC Lfe _Ld
IrEf
misma en la finalidad de la aflicción: no tanto castigar fa
desobediencia, cuanto obligar aI deudor a obedecer. Véase del-
citado autor Sol-uciones españo7as a l-a insol-vencia deJ- deudor
en l-a ejecución singular, Salamanca, !967, págs. 17 y ss.
4o'7.-
cfr. CARRERAS LLANSANA , J ., <<Ef embargo
r''i.i- nán ?nq.
DE MIGUEL Y ALONSO, C., <<Soluciones. . .>>, op.
1vJ,
.ygY.
^.i + ^1-^ 11
uf L. r [Ja'gD. J y ss. ; FERNANDEZ, M.A. , <<El proceso
^.i I
u¿u.r l1av. L J L , M O N T E R OA R O C A , J . , <<Perfeccionamiento. . .>>, en
< < E s t u d i o s .. . > > , o p . cj-t., pá9. 278; PRfETO CASTRO, L.,
<<Correcciones al derecho
Orientaciones. . .)>, op. cit., págs. 511 y ss.
4 0 8 -.
No debe ol-vj-darse que Ia sancíón es conf igurada, a
nuestros efectos, siguiendo un concepto amplio y
^F^-'i-^¡^ 1 1.)r srr fIexihi'i 'iriad- r'nreni cndo s'i onifi-car
uqrauLsrr¿ouo llvr ou !!E^luftJUOu¡ l{ug!rslruv ofvrrr!l con
269

función de la conductaque sequiera sancionaro garantizw.
En cualquier caso, en realidad nos encontramoscon un sistema de
ejecuciónforzosaineficazen la prácticqya que ni existenmediosque obliguenal
deudor a adoptarun comportamientomás activo y, por tanto, al cumplimiento;

pero, ni siquiera los que existen son idóneospara lograr los fines perseguidospor
la propia ejecucióna0e.
Aunque lo más problemático, en opinión de cAPILLA
RONCERO4t0,os la influencia o repercusiónque la ineficacia de la ejecución
forzosatiene sobrelas basesdel sistemade responsabilidadpatrimonial universal,
como instrumentode protección de crédito y medio sancionadorde los deudores

que incumplen.
Ahora bien, peseaI rcchazolegal de los sistemasde ejecuciónpersonal,y
en contra de lo que pudiera pensarse,dicha modalidadno es desconocidaen
nuestraLey de EnjuiciamientoCivil. Antes al contrario,existensupuestosclaros
de ejecución personal en el seno del proceso civil, como lo constituye el
del ocupanteen losjuicios de deshaucio(arts. 1561

denominado<lanzamiento>>411
el I a
ur!q el
er c o n i t l nu rtf o u v
uvf¿J de
us medios
rrlsvrvo de
v9 reacción
rgquuavft 6le
ug I nq
a\JD 'v ru 'gr; o rL {-_'' Lil DaF^¡ ^L t^t l ^g ^'r
c:I
ordenamiento jurídico frente al acto o situación

¡ nr rlu- ai -J iqr! ll ru íl vr ql i. r
q -¡ \v/ sÁq ¡Jqs a nrimor ¡U aq n
I / ír lV-ur Lr Vl a
/' a
E |nJ lr n
V -r O
- f. ar g \V7LT) \ .
IJ!rllts!
4 o e .-
CAPTLLA RONCERO, F., <<La responsabilidad
patrimoniaf . . . >>, op. cit. , pá9. 118.
4 1 0 .-
CAPTLLA RONCERO, E. , <<La responsabilidad
patri-moniaf . . . >>, op. cit. , pá9. 118.
4LL.-
Así, en rel-ación al < < l a n z a m i e n t o > >d e 1 o c u p a n t e d e u n
210

y ss. LEC), o el apercibimientoe intimid¿ciónal vencido en los interdictosde
retener o recobrar la posesión(arts. 1651 y ss. LEC). En dichos supuestosse
evidenciaclaramentecomo nuestrolegisladoren la protecciónde otros derechos,
como es el de propiedad,no rechazael uso de sancionespersonalespara lograr la

judicialesot'aunque,contrariamente,
ejecuciónde las resoluciones lo repudiapara
la protecciónde los derechosde créditoy, en consecuencia,
parala ejecuciónde
sentenciasde obligaciones dinerarias, 1o cual en el momento presente es
injustificable.
Sin duda,en la situaciónanterior estánpesandosobremaneralos lustresde

un liberalismopoco acordecon un EstadoSocial de Derecho,los cualesse dejan
proceso de ejecución hipotecaria, nuestro TC ha admitido l_a

constitucionalídad deI mismo en numerosas decisiones y, en
consecuencia, ha declarado la no producción de indefensión de
dichos procedimientos. Entre otras pueden verse fas SSTC
4L/I9BI, de 18 diciembre; 64/1985, de L1 de mayo; 4I/L986, de
2 de abril-; 8/ 1991 de I1 de enero. Sin embargo, el- criterio
así consagrado en 1a doctrina constítucional parece sufrir
rrn. nrr'i al.rr¡ ^^n al nrnn"naimientO fea]_izaá¡ n^r a
e!
l TC en SU
_yv!
STC 6/L992, de L6 de enero, €o Ia que se declara que eI

proceso de ejecución hipotecaria y consiguiente lanzamiento
del ocupante, €s causante de indefensión al- particular. Véase
el comentarj-o que sobre dicha sentencia realíza LASARTE
ALVAREZ, C. , Contratación y ResponsabiTidad, <<Derecho de l-os
Negocios>>, Año 3, marzo 1992, núm. 18. Pero, especialmente,
en La jurisprudencia constitucional- sobre eL J-anzamiento del-
ocupante tras l-a ejecución hipotecaria, en <<Derecho de los
N e g o c i o s > > ,A ñ o 3 , J u l i o / A g o s t o , 1992, núms. 22-23.
412.-
cfr. cAprLLA RoNcERo, F., <<La responsabilidad
patrimonial. . . > > , o p . c i t . , p á q . 3 2 ; F A f R E N G U I L L E NI V . , ( ( L á
s i s t e m a t í z a c i ó n . . . ) ) r e n < < T e m a s. .. ) ) r T o m o I I , op. cit. , págs.
819 y ss.
21I

sentir de nuevo en el procesocivil revalonzandola protecciónde la propiedad
frente a otros derechos.Por todo ello, si la propiedadabsolutay omnímodadel
derechoromano se encuentramatizadaal tener una determinadafunción social, lo

que debe abarcara la propia defensajudicial de la mism4 no es consecuente
seguir manteniendo el sacrosantoreducto de la propiedad privadq alejada de
brechasmas frescasy socializadoras.Si se permite en la propiedaduna defensa
fuerte, tambien podría permitirse en otros casos, siquiera sea por razones
puramenteprácticasdejustificaciónsocial.
Efectivamente, con independenciade los supuestosde lanzamiento

también se regulan en nuestro derechootras sancionespersonalesen las cuales,
como así se señalaal3,

se apreciarm gan paralelismocon la antiguaprisión por
deudas,y a las quesiquierabrevementeesnecesarioaludir en estemomento.
El primer supuestolo encontramosen la esfera de las <<insolvencias

punibles>,en el art. 519 del CP que regula el delito de alzamientode bienes
realizadoen perjuicio de los acreedores,

y lo sancionacon las penasde prisión
menor,si el deudorfuerecomerciante,y con la de arrestomayor si no 1ofuere.En
dichos casosse impone una sanciónpenal como garurúíade una acción cometida
en el procesocivil, aunqueel juez civil no tiene, en los presentessupuestos,
ninguna competenciaparu procederpor sí mismo, sino que ha de remitir las
4L3
tTr CAPILLA RONCERO, E., <<La responsabilidad
^-F--i*^*.i ^'l
pdLrrrnonl_41...>/ op. cit., págs. I12 y ss.
272

actuacionesal órganocompetentede la jurisdicción penal, parala tramitacióny
sustanciación
de los autos.
De mayor ffascendenciaes la medida que adopta nuestra Ley de

EnjuiciamientoCivil en su artículo 1335,que recogeel denominado<arrestodel
quebrado>.En el presentesupuestose acentúa,en mayor medid4 el carácterde la
prisión por deudas,ya que el arrestoes decretadopor auto del propio órganode la
jurisdicción civil que conoce del asunto. Sin embargo, nuestro Tribunal
Constitucionalha admitido la constitucionalidadde dicha medidasiempreque la
mismaseinterprete:
"como una habilitación al Jvez para que motivadamentepueda adoptarla

medida de restricción de libertad para proteger los bienes que la
justifiquen"ala.
La finalidadperseguidacon el arrestojustifica dicha medidala cual, sigue
diciendoel T.C.,obedecea:
"la necesidadde que el quebradoesté personalmentedisponible
414.-
Véase dicha doctrina en l-a STC IiB/IgBs, de Ig de
diciembre, establecida con ocasión de la interposición de una
cuestión de inconstitucional-idad delart. 1335 de Ia LEC.
Dicha cuestión se centra, no en el- arresto del quebrado
propiamente dicho, sino en el- automatismo con gue opera l_a
norma en l-a real-idad.
273

para cuanto el proceso de quiebra demand4 y por el tiempo
indispensable(...)", y por ello constituye" (...) una causalegítima

paralimitar su libertad".
Aunque,el T.C. tambiénestableceque, en cualquiercaso,el arrestoha de

realizarse en el domicilio del quebrado, ya que el aresto carcelario es
incompatiblecon el art. 17.I de la Constituciónars.
Fuera de los anteriores supuestostambién pueden citarse, siguiendo a
GARRETA SOLER416,
otrastres figuras que existenen la LEC y que constituyen
claros residuosde la antiguaprisión por deudas.Aunque, una de ellas ha sido
derogadaya en nuestrosdíasarT,lasotras dos todavía subsistenen nuesfraLey

procesalcivil.
415.-
Establecido, igualmente, en l-a sentencia citada en
la nota anterior.
4L6 ^n
G Añ K
ñl
K E T AS O L E R , M . , (<El arresto. . . ), op. cit. , págs.
64 y ss.
4r.7.-
Nos referimos aI antiguo art. 36 LEC que recogía el
beneficio de la justicia gratuita y ef pago de fas cosras
generadas en el mismo. En los supuestos en los que eI
condenado no pagara fas costas y se declarara que habia
obrado de mala fe, se le podía imponer un arresto personar,
según la fey, a razón de un dia por cada 25 pesetas de costas
que de¡are de satisfacer. Pero, er el supuesto de que no se
encontrasen bienes para hacer efectivas las costas, y también
concurríera mal-a fe, el- apremio personal impuesto era de un
día de arresto por cada 50 pesetas de costas que no pagare,
no pudiendo exceder en ningún caso de treinta días, y de seis
meses en caso de reincidencia. Dicho precepto, flo obstante,
es derogado por la Ley 34/84, de reforma urgente de l-a LEC.
zt4

Así, la primera figura que pervive en la actualidad se circunscribe al

ámbito de la recusaciónde jueces y magistrados(arts. 212 y 213 LEC). Dichos
preceptosrecogenla posibilidad de imponer a aquéIa quien se le denegarela
recusaciónplantead4ademásde las costas,una multa de 250 pesetascuandoel
recusado fuere Juez de primera instancia; de 500 cuando fuere Presidenteo
Magistradode Audiencia,y de 1.000,cuandofuere Presidenteo Magistradodel
Tribunal Supremo.No obstante,dicha multa se eleva del duplo al quintuplo, en
caso de que concwra mala fe en el recusante.Y, en el supuestoque la multa no
fuera satisfecha,el multado podrá ser sancionadocon prisión y apremioen los
términosqueparalas causaspor delitosestableceel art. 9l del CódigoPenalal8.
El segundoy último de los supuestosaludidosserefierea las correcciones
disciplinarias (art. 439 LEC). Decreta dicho precepto que aquéllos que se
resistierena cumplir la ordende expulsiónde la salajudicial, seráncorregidos,sin
ulterior recursocon una multa que no excederáde 100pesetasen los Juzgadosde
Paz, de 200 en los de PrimeraInstancia,de 300 en las Audienciasy de 400 en el
Tribunal Supremo.Y no saldrándel anesto hastaque hayan satisfechola mult4 o
4 1 8 -. recoge precepro
Se en esre un supuesto de
responsabilidad personal subsidiarj-a por impago de multa el
r:r¡ I - sccrin ha establecido el Tribunal Constitucional_ en Su
sentencia t9/1988, de 16 de febreror rro conculca eI derecho
fundamental a la libertad personal. Pero, para una mayor
profundizacíón en eI tema puede consultarse eI estudio de
JAREÑO LEAL, A., La pena privativa de Tibertad por impago de
mttlfe- Madrid- 1994.
215

en sustitución hayan estado a¡restadostantos días como sean necesariospara
extinguir la correccióna razón de 25 pesetascada uno. La misma corrección

previstaen el art. 439 LEC se aplica a los testigos,peritos o cualesquieraotros
que, como partes o representandolas,faltaren a las vistas y actos solemnes

judiciales, de palabra o de obra o por escrito a la consideración,respeto y
obedienciadebidosa los Tribunales(art. 440LEC).
Los supuestoscitados anteriormente,sirven claramentepara poner de
relieve como el legislador, pese a rcchazarmedidas de carácterpersonal para

gamntizarderechosde crédito, no adoptael mismo criterio cuando se trata de la
protecciónde otros derechosdistintos.En especial,en supuestosde impago de
costas,o de incumplimiento de una sanciónpecuniariafrente al Estado,en donde,
en cierto modo, se ataca contra é1, permite con claridad mecanismosde un
marcadocarácterpersonal.
El mismo criterio se sigue,igualmente,cuandosetrata de la defensade las
ejecucionesgeneraleso concursales,
através de la figura del aresto del quebrado.
En el ámbito de dichasejecucionesla ley establecemedidasmás eficacesque,sin
embargo,no son conocidasen el campode las ejecucionessingulares.
En cualquiercaso,1ocierto es que nuestraLey de Enjuiciamiento Civil, en
el supuestode ejecuciónde obligacionesde carácterdinerario-originariaso por

conversión-, únicamente permite la aplicación de medidas de ejecución
¿to

patrimonial que repercutensobre los bienesdel zujeto pasivo legitimado en el
título de ejecución,de aquí la relevanciareiteradamente

destacadadel embargo.
Aunque, el hecho de que no permita ni prevea la aplicación de medidas que
refuercenel embargohace que el mismo resulte en muchasocasionesinoperante
en la práctica.Su ineficaciaespatente,fruto en granpartedel desconocimiento

en
él de obligacionesprocesalesque contribuyana lograr la finalidadperseguida,a la
posffe,doblegarla voluntaddel ejecutadoincumplidor.
Sin embargo, como tendremosocasión de comprobary es por todos
conocido,la situaciónexistentepoco ha variadoen las sucesivasreformasque de

la Ley de EnjuiciamientoCivil se han llevadoa cabo.Ni con la reformade 1984,
ni mucho menos en la reciente de abril de 1992, se ha ffatado de remediar la
situaciónacfual,heredadade las leyesprocesalesdesfasadas.

Es por ello que, aún
a riesgo de anticipamos,podemosconcluir con aquéllaspalabraspronunciadas
hace ya años por CARNELUTTI, las cuales son de perfecta aplicación para
nuesfo procesocivil. Segúnel citado autor,"la necesidadde reforzarla tutela del
crédito se sostienede palabr4 pero cuandose fata de traducirlo en los hechos,

sobrevivenlas antiguassupersticiones"4le.
Seancualesfuerenlas supersticiones
a
las que se refería el citado autor, lo cierto es que parece que las mismas aún
parecenpervivir a finales del siglo XX, al menos en la mente de nuestros
legisladores.
41e.-
CARNELUTTT, <<Instituciones...)), Vol. III, op.
^.i+ ^t,^ '>^
urL.¡ Po'9. LV.
211

III.' LA MATERIALTZACION DE LA RESPONSABILIDAI)

PATRIMOI\-IAL: EL EMBARGO DE BIENES
Como ha quedadoexpuesto,nuestraLEC, en la protección de ciertos

derechos, descarta la posibilidad de aplicar mecanismos coactivos o
sancionatorios,y acude a otro tipo de vías sustitutivaspara lograr la finalidad

perseguidapor el procesode ejecución.Laley de EnjuiciamientoCivil solamente
admite la modalidad de ejecución patrimonial de modo que, producido el
incumplimiento,la única posibilidad de lograr la satisfaccióndel acreedores a
travésdel patrimonio del deudor.
Ahora bien, el mecanismosustitutivo, por excelencia,previsto por el
Ordenamientoen los supuestosde incumplimientoes el sistemade la denominada

patrimonialuniversalconsagrada
responsabilidad en el art. 1911del CódigoCivil,
segúnel cual "del cumplimientode las obligacionesrespondeel deudorcon todos
susbienes,presentesy futuros".Así pues,aquellaresponsabilidad

se matenalizaa
través del patrimonio del deudor como medio para lograr, en último término, la
satisfaccióndel deudory el cumplimientode la sentencia.Por lo tanto,en aquellos
supuestosen que el deudor se niegue de forma voluntaria a cumplir o ejecutarla
sentenci4se acudirásobrelos bienesy derechosque ésteposeapara con ellos
hacersepago el acreedor.En consecuencia,se tendráque acudir al mecanismodel
218

embargo,como medio a través del cual se materializala ejecuciónpatrimonial
admitidaporlaLEC.
Ahora bien, una vez sentadala premisade la responsabilidad

patrimonial
general,o lo que es 1omismo, admitidacomo única víala ejecuciónpatrimonial,
el OrdenamientoJurídico no acfia en consecuenciay, en contra de lo que pudiera

pensarse,no arbitra mecanismosque garanticen en última instancia aquélla, y
sobre todo, el instituto del embargo.Aunque, debe tenerseen cuenta que ha de
distinguirsecon nitidez el tipo de ejecución- de carácterpatrimonial- que sigue la
LEC, de los posiblesmediosque éstapone al alcancede las partesy del órgano

jurisdiccionalparaqueaquellaejecuciónlleguea buentérmino.
Así, y partiendode estaspremisas,esnecesarioexaminarla regulaciónque

se realizaen la ley procesalcivil del mecanismoa travésdel cual se materializa
aquéllaresponsabilidadpatrimonial, esto es, el embargode bienes.Por ello, es
conveniente averiguar cuál es la actual situación del mismo, en especial la
regulaciónque de éIrealizaIaLey de EnjuiciamientoCivil y la normativaque 1o
informa. Pero,sobretodo, y siguiendocon el hilo expositivoy finalístico de este
capítulo, averiguar si son previstas en la ley procesalmedidas para gararÍizar y
reforzarestemecanismodel embargoy, de existir, poner de manifiesto cuálesson.

En casocontrario, allí dondeencontremosalguna lagun4 procederállenarla en la
medidade lo posible.
ztY

1.. CONCEPTO Y NATURALEZA JURIDICA DEL EMBARGO
Claramente sintomático resulta que el primer defecto de que
adolecela regulaciónrealizadapor la ley procesalcivil se manifiest4 en primer
lugar, en la carencia de una definición acerca del embargo. La Ley de
EnjuicianiientoCivil, obviamente,pesea no desconocerel términode <embargo>,
al cual alude con cierta frecuenciaa 1olargo de su articulado (véanseentre otros,
los arts. 1442, 1444, 1446, 1447 LEC), no consagrq por el contrario,ninguna
definiciónquenos ilusfe acercade qué debaentenderse

por embargoo, al menos,
que indiquecuálessonlos efectoso caracteres
del mismo420,
estoes,1odescriba.
En efecto, las leyesprocesalesutilizan la más variada garrrade sustantivos

para aludir al mecanismodel embargolo cual, como ha sido manifestado,puede
dificultar aún mas la búsquedadel verdaderosignificado de dicho términoa2r.Así
420.-
Como así Io estabfece el- Derecho ital-íano en su aru.
492 CPC, el cual recoge no tanto una definíción general de 1o
que sea elembargo, sino más bien las notas o efectos que el-
mismo produce. Se expresa en los siguientes términos eI
mencionado precepto ". . . el embargo (pignoramento) consiste
en una inyunción que eI oficial judicial reaLíza al deudor
para que se abstenga de realizar cualquier acto dirigido a
sustraer a la garantía del- crédito, exactamente indicado, los
bienes que se sujetan a la expropiación y l-os frutos de
elfos".
421
.- GUASP, J., < < D e r e c h oP r o c e s a l . . . ) ) , Tomo rt op. cit.,
pá9.4t9.
280

y a título de ejemplo,puedeconstatarse
como, con clara alusiónal embargo,son
usadasindistintamentepor nuestrasleyes denominacionestales como retención
(art. 1455.1o,
aludea retenciónpara despuésen su párrafo3oaludir a embargo);o
(art. 1786CC).
secuestro
La anteriordisquisiciónteórica,como asíseñalaCACHON CADENAS422,
no es, pese a lo que pudiera pensarsebaladí, sino que la definición que se

propongasobreel embargopodríaresultarde una granutilidadpráctic4 al tiempo
que evitaría la necesidadde tener qve realizar "complicadasinvestigaciones",
inevitablese ineludibles en la práctrcapara descubrirel verdaderosignificado de
la institución423.
No obstante,dejamosseñaladala mismaaunquesin entraren un
tratamientomas detallado,al excederlos objetivos a los que se encaminael
estudio de estos aspectosdel embargo,e igualmentepor creer que existen otras
cuestiones
másrelevantesque la propiadefinicióndel embargo.
422.-
cACHoN CADENAS, M.J., <<El embargo...)),
pá9. 25.
423 ^^.
A S r Il o e x p r e s a P R I E T O C A S T R O , c u a n d o n o s d i c e " ( . . . )
<<embargo>>,concepto eue, con eI verbo <<embargar>>y derivados
se emplea en Ia LEC, y en general¡ eÍr la legislación
española, de manera tal- que se da por sabido l-o que con éI se
quiere significar (...)", pero sin que exista ningún concepto
" ( . . . ) a d i f e r e n c i a d e o t r os sístemas juridicos en l-os eüer
si bien no contienen una definición del embargo, como vj-mos
antes, al menos denotan su significado y ponen de relieve sus
efectos, siendo esta falta Iegislativa nacional- originadora
de complícadas investigaciones, necesarias", <<Tratado...)r
Tomo II, op. cit., páq. 705.
28r

En cualquiercaso,y pese a no existir en la LEC definición alguna del
embargo,es admitido comúnmenteque la nota caracterizadora

y predominantedel
mismo es la afeccióna2a
o sujecióna2tqr", como consecuencia
de su práctica,se
tealiza sobre determinadosbienes del deudor, los cuales quedan adscritos a la
ejecuciónen curso.En consecuencia,

el embargopuedeser entendidocomo,aquél
acto integrantede un procesode ejecuciónmedianteel cual se afectanbienes
concretos del patrimonio del deudor, en cantidad suficiente para satisfacer el
derecho del acreedor, bien a través de su conversión en metalico, o su
adjudicación.tt pagoo'u.Estadefinición,asípropuest4del embargonos da ya gna
424.-
cfr. c A C H o N C A D E N A S ,M . J . , < < E l e m b a r g o > > , o p . c i t . ,
págs - 29 y 42; DE MrcuEL y ALoNSo, M., sisienátióa de l-a
real-ización f orzosa, Coimbra, L964, pág. 1 , i ; G U A S ,p J . ,
<<Derecho Procesal...), Tomo It op. cit., páq. 41_9; pRfETO
CASTRO, L., <<Tratado... )), Tomo f I, op. cit., páq. l06;
SoLCHAGALo]TEGUI|J.,<<Efprocedimientodeapremio...>>|
cit. , páq. I4O.
425.-
cfr. FENECH, M., <<Recepción...>>, en <<Estudios...>>,
op. cit., p á q . 4 1 7 ; G U E R R AS A N M A R T I N , J . , <<Lecciones...)r
Tomo II, Vol. Tl, op. cit., págs.20-2I; R A M O SM E N D E Z , 8 . ,
< < D e r e c h oP r o c e s a l _ . . . ) , Tomo If , op. cit., páq. 1049; MORBNO
CATENA, v . , (et. al-t. ) , <<Derecho procesal-. proceso civir>>,
v-y. vru., .yag. tJ_¿-.
426.-
Cfr. , entre otros, CACHON CADENAS, M. J., <<El
embargo>>, op. cit., págs. 22 y ss.; CARNACINI, T., Contributo
aJ-l-a teoria delpignoramento, Míl_ano, 193G, pág.,3; CARRERAS
LLANSANA, J., <<El embargo...)), op. cit., pág. 138; COUTURE,
8., < < F u n d a m e n t o s .. . ) ) , o p . c i t . , pág. 46'l; DE MIGUEL y ALONSO,
C. , <<Sistemática. . . )), op. cit . , pág. Ij ; FENECH, M. ,
<<Recepción...>>, en <<Estudios...>>, op. cit., pág. 4jj;
FERNANDEZ, M.A. , <<Derecho Procesal. . . ), Tomo III, op. cit. ,
pá9. I13; FRANCO ARIAS , J ., <<El procedimiento . . . )r op. cit . ,
páq. 1; GUASP, J.t <<Derecho Procesal_...)), Tomo Tt op. cit.,
páq. 418; GUERRA SAN MARTfN, J., <<Lecciones...)r Tomo II,
Vol. II, op. cit., págs . 20-2I; G U T I E R R E Z D E C A B I E D E S, 8 . , La
282

primera idea sobrela importanciadel mismo, al aparecercomo nota predominante
el que en el embargoseproduceuna afecciónde bienesconcretos,lo que implica,
comopasoprevio y necesario,ya no sólo la existenciade esosbienessino que los
mismosseanconocidosy encontrados.
Ahora bien, con ser lo anteriorcierto, la polémicaque rodeaal tema de la
natutalezadel embargo,pese a haber generadodiscrepanciasdoctrinales42T,

en
especial en torno al carácter cautelafzs o ejecutivoa2edel mismo, debería
enajenación forzosa, Pamplona, 1966, pá9. 104; JIMENEZ

ASENJO, E. , <<El embargo. . . )), op. cit. , páq. 1-; MONTERO AROCA,
J., (et. alt.), < < D e r e c h oJ u r i s d i c c i o n a l _ . . . ) r Vol_. II. 2o, op.
cit. , pá9. 1 0 6 ; M O R E N OC A T E N A , V . , (et. alt. ) , <<Derecho
Procesal . Proceso Civil>>, op . c j-t . , páq . 11-2; PRIETO CASTRO,
L., <<Derecho Procesal_...), op. cit., páq. 466. Idem
<<Cuestiones. . . >>/ op. cit. , páq. 275; R A M O S M E N D E,Z F . ,
<<Derecho Procesal...)), Tomo If , op. cit., pág. 1048; RIFA
SOLER, J.Ma, La anotación preventiva de embargo, Madrid,
1 9 8 3 , p á 9 . 1 0 5 ; S O L C H A G AL O I T E G U I , J . , < < E f p r o c e d i m i e n t o d e
a p r e m i o . . . ) ) , o p . c i t . , p á 9 . 7 4 0.
4 2 ' 7-
. Especial atención dedica a la controvertida
natural-eza juridica del- embargo CARRERASLLANSANA, J., <<El
embargo...>>t op. cit., págs. 101 y ss.r a la cual nos
remj-timos para una profundización en esta materia.
428.- parecen defender
Entre otros, eI carácter o la
naturaleza cautelar del embargo en Ia fase de ejecución,
C O U T U R E ,E . | < < F u n d a m e n t o s.. . ) ) , o p . c i t . , p á q . 4 6 7 ; D E M f G U E L
Y ALONSO, C. , < < S o l u c i o n e s .. . > > , o p . cit. , pá9. 10 . Idem
<<Sistemática...))t op. cit., págs. 71 y ss.; JIMENEZ ASENJO,
E., <(EI embargo>>, op. cj-t., pá9. 1; S C A G L I O N, f A . , If
sequestro nef processo civiTe, MiIán, L969, págs. 107 y ss.;
VERDE , G. , I1 pignoramento. Studio sul-fa natura é < t t r r ii
^ F F ^ r + - ' \I \ rO < *^'r-es, 1964, op. cit. p á g s . 16 y ss.
éLLCLLJ-¡ .IJU-L ,
429._Cfr.CARNACINI,T.,<<Contributoal]-ateoria...>>|
cit., páq. 22; C A C H O NC A D E N A S , M . J . , < < E l -e m b a r g o > > , o p . cit.,
283

relativizarse,como acertadamente
ha sido puesto de manifiestoa3o,
debido a su
escasautilidad prácticaen la actualidad.
En todo caso,y sin enffar directamenteen ello, no puede dudarsede la
naturalezaejecutiva del embargoadoptadocomo consecuenciadel desalrollo de
un procesode ejecución.Así, las diferenciasque separanal embargopreventivo
del ejecutivon"sonpor sí mismaslo suficientemente

ilustrativasparamantenerla
p á g s . 3 B y s s . ; F E R N A N D E ZM , .A. , <<E] proceso

p á 9 . L 4 6 ; P R I E T O C A S T R O ,L . , < < D e r e c h oP r o c e s a l . . . ) ) , op. cit.,
páq. 466.
430.-
cfr. c A C H o N C A D E N A S ,M . J . , < > , o p . cit.,
págs. 38-39; F E R N A N D E Z ,M . A . , < < E I p r o c e s o . . . ) ) ¡ o p . cit.,
pá9. 146.
4 3 1 -. pueden
Entre otras, señalarse la necesaria
vinculación del embargo p r e v entivo a un proceso decl_arati-vo
nrarz'ia cimrr'lfáneo ¡1 nosfefiOf- jananIa \y z
vd ve¿l vCuUq a
r I vgygrrvE al CUa]_
^^ -^*r ': - ^ ' -i q
9aralrLlLe. r rrlr-e
. .n ' l - r ¡ ay f. t* t, é o
E l_ L o
c Lmi ll -. ¡JaJ c rr rr vg a( J a
c Ji o_ r_-*r r f i rz¡ aa c=i.c] fnenpf L d , r
generalmente, una vez finalízada fa fase declarativa del
procesor eh fa ejecución de l-a sentencia. Igualmente, les
separan l-os motivos que justifican la adopci-ón de cada uno de
eflos, los cuafes difieren absolutament.e, yd que mientras que
el embargo preventivo se concede en función del- <<fumus boni
iuris>> y del <<periculum in mora>>, el- ej ecutivo, por el
contrario, se adopta siempre y cuando exista un titulo de
ejecucj-ón que deviene en legitimación del mismo. Sobre las
diversas diferencias, cfr., entre otros, C A R R E R A SL L A N S A N A ,
J . , < > ,p á 9 . 498; GUTIERREZ DE CABIEDES , E. , Efementos
esencial-es para un sistema de medidas cauteJares, en
< < E s t u d i o s .. . > > / o p . c i t . , p á 9 . 3 9 6 ; O R T E L L S R A M O S , M . , E f
embargo preventivo, Barcelona, L984, págs. 51 y ss.; RAMOS
MENDEZ, F., <<DerechoProcesal...)r Tomo TT, op. cit., páq.
957.
284

ejecutividaddel presenteembargoen la fase de ejecución.Aunque es cierto, no
obstante,que entre ambosembargosexistennotascomunes,aparececon nitidez la
distinta finalidad perseguidapor cadauno, por lo que no es necesarioincidir en
ello.
En todo caso,convienedestacarque en un primer momentola actividad es
coincidenteen ambasmodalidadesde embargo,pero inmediatamentese evidencia
la diferencia fundamental enfre ellos. Así, mientras que el embargopreventivo
agota su contenido con la mera afección de los bienes, al ejecutivo, por el
contrario,puedenseguirotrasactividadestendentesalarealización de los bienes
embargadospara efectuar con posterioridad el pago al acreedor, :una vez
convertidoslos bienesen dineroo", aunqueno debeolvidarsela posibilidadque

existe igualmentede adjudicar los bienes embargadosal acreedory con ellos
rcalizar el pago, sin necesidad por tanto de acudir a todo el posterior

procedimientode apremio.
La finalidad que se persigue,pugs,en el embargoejecutivoes claramente
satisfactiva.Aunque, en cualquiercasoela calificacióncomo cautelarde un acto
implicaría la necesariaconcurrenciaen el mismo de las notasconfiguradorasde

una medida catrtelar,y en especialla de la instrumentalidadentendidacomo
432.-Cfr.GUTIERREZDECABIEDES,E.,<<EIementos...>>'
<<Estudios...>>, op. cit., p á q . 3 9 6 ; O R T E L L SR A M O S ,M . , D e r e c h o
Jurisdiccional- II. Proceso Civil-. 2", Barcelona, 1994, pág.
285, con MONTEROAROCA/GOMEZ COLOMER/MONTON REDONDO.
285

dependenciade un procesoprincipal, la cual claramentebrilla por su ausenciaen
el embargodecretadoen la fasede ejecución.
En cualquier caso, si bien en el sentido amplio del término puede
entenderseque el embargo ejecutivo cumple con una función de garantía o
conservativa,no existe duda alguna de que el mismo constituyeuna actividad del

procesode ejecucióna"y, consecuenci4su nafixalezaesclaramenteejecutiva.
"t
2.. LA ACTUAL REGULACION DEL EMBARGO Y LAS
OBLIGACIONE S PROCESALE S
La asistemátic4dispersay deficienteregulación que la Ley de

Enjuiciamiento Civil realiza sobre el proceso de ejecución, genéricamente
entendido,se deja sentir igualmenteen el tema del embargo.En contra de lo que

pudiera pensarse,la materia del embargono se encuentrareguladaen el título
relativo a la ejecuciónde sentencias(arts. 919 y ss. LEC) sino que el mismo, al
igual que sucedecon el gruesode la ejecución,aparecerecogidoen la normativa
reguladoradeljuicio ejecutivo,en especial,en los arts.1442y ss.LEC.
Además, a esta asistemáticaregulación, ya conocid4 debe unirse la
433.-
cfr. CARRERAS LLANSANA, J., (El embargo...)), op.
cit., páq. l-11.
286

deficientey escasaprevisiónnormativaque sobredicho mecanismorealizanlos

preceptosque se dedican a la materia, como lo demuestrael hecho de que en
pocos artículosla Ley de EnjuiciamientoCivil da por zanjadala cuestiónde un
instituto que presentatarfia relevancia teórica, pero sobre todo práctica. Así, se
deja sentir, en especial,la ausenciade una reglamentaciónunitaria y más detallada
del mismo,acordecon las nuevasnecesidades

que demandala sociedadactual.
La erróneaconcepciónde los principiosprocesalesen la fasede ejecución

repercutey: €o consecuenci4se deja sentir en especial en el instituto del
embargoo3o.
No debeolvidarse,como semanifestaba,que el legisladorespañolen
el momento de configurar un sistemade principios aplicablesa la ejecuciónopta
por hacerlotrasplantando,en cierto modo, los criteriosy las líneasseguidasen el
procesodeclarativo,olvidando las distanciasque separana estosdos procesos.
Lógicamenteel embargo,inmersoen pleno desarrollode la actividadejecutivq no
puede librarse de aquella influencia, y se ve, pues, afectadopor los mismos

problemasquesepresentanen el propio procesode ejecución.
Así, la improntade aquéllosprincipiossedejasentirde formanotableen el

propio desarrollodel embargo,en especial,traducidoen el desconocimientoen
estafase del procesode ejecuciónde las obligacionesprocesales,tanto frente a

partes y terceros,como frente al propio órgano jurisdiccional. En efecto, la
434.-
cACHoN CADENAS, M., < < E l -e m b a r g o > > , o p . cit., páq. 10.
281

influenciade los principiosse nota de forma más acentuadaen todo 1orelativo al
principio dejusticia rogadao de instanciade parte,el cual sobresaleespecialmente
en esta fase del embargo,sobretodo en el momento de la localizaciónde los

bienes,como veremos.Ello se traduce de un lado, en una actitud pasiva del
deudor,pero en especial,en una escasaintervencióndel órganojurisdiccionalen
estemomentojustificada,y en algunoscasosexcusada,por la necesariainstancia
departeparapoderactuaren la mayoríade ocasiones.
Una vez más, la mente del legislador, ancladaen principios liberales
inserviblesen el actualEstadosocial de Derecho,no ha sabido adecuarel embargo
a las nuevasdemandassociales,ni a los nuevosaires socializadoresdel proceso,

hastael punto de desaprovecharlas oportunidadesque le han brindado las últimas
reformas procesales-del año 1984 y la mas reciente del 1992- para tratar de
modemizarla materiadel embargoo",en especial,en la fase de localizaciónde
bienes.
En consecuencia,en la LEC no se contemplanmedidas coactivas -
435.-
Como así ha sucedido en fechas recientes en países
de nuestro entorno jurídico. EI ejemplo aI que nos referimos
l-o representa el derecho francés, con Ia reforma inicíada,
fundamentalmenter €rr el año I99I. Una reforma ambiciosa y con
altitud de miras que apuesta por una renovación total det
proceso de ejecución, al- que configura con una regulación
independiente, eue se inicia con 1a regulación del embargo
mobiliario, dejando para posterj-ores reformas la compleja
materia del inmobiliario.
28B

obligacionesprocesalesen sentidoamplio- que puedanayudara la consecución

del embargo,y con é1el de los propiosfines de la ejecución,en especial,el logro
de la efectividad.Y ya no sólo no se contemplanmedidas,sino que ademasla
actividaden estafaseprocesalse deja,exfoalegem,en manosdel titiganteque ha
resultado vencedor.La aetttudpasiva del vencido no conllev4 en la acfiaiidad,

jurídica para el mismo, lo cual ademasde la gravedadque
ningunaconsecuencia
lleva ínsita en sí misma,lo que hacees perpetuarla pasividaddel deudoren esta

fasede la ejecuciónde sentencias,
lo que a todaslucesesinmantenible.
Por todo ello, seprocedea un estudiode la situaciónactualmenteexistente
en materiade embargo,para pasarcon posterioridada determinarlos mediosde

que puede valerse, tanto de lege data como de lege ferenda, el Ordenamiento
Jurídicopararemediarla situaciónpresente.
289

3.. OBJETODBL EMBARGO
Partiendo de lo dicho hasta ahora, el principal problema al que

hemos de acercamoslo representala determinacióndel objeto del embargo.En
principio, tal determinaciónno debierasertareadificil, si tenemospresenteque el
embargorepresentala consecuencia
legalmenteestablecida
por el art. l9l1 del CC
patrimonialuniversal.Por tanto,es suficienteuna lecturade
de la responsabilidad
esepreceptoparapoderestablecer,en líneasgenerales,que el objetodel embargo
lo constituyeel coqjunto de bienesy derechosdel deudorde carácterpatrimonial.
Sin embargo,la redacciónconcedidapor nuestrolegisladoral art. 1911del
Código Civil, que consagraaquél principio de la responsabilidadpatrimonial
universal,no se correspondecon su alcancereal. Pesea la dicción literal de dicho
preceptoque estableceque, "del cumplimientode las obligacionesrespondeel
deudor con todos sus bienes, presentesy futuros", el mismo se encuentra
ciertamentelimitado por un doble orden de razones:las primer¿N,se encuentran

previstas en la propia LEC, al establecer determinadas limitaciones o
al embargode bienes-talescomo la
previosy consustanciales
condicionamientos
inembargabilidad,inalienabilidady patrimonialidad-,así como el respetode un
necesarioorden de prelaciónen el momentode la prácticaefectivadel embargo.
Pero fuera de estos supuestos,recogidos en la noÍna procesal, la segunda
limitación -si bien en un ordentemporalseríala primera-deriv4 paradójicamente,
de la falta de previsión en la ley de obligacionesprocesalesen el momentode
290

localizarbienes,lo cual dificulta considerablemente

el mismo.Así pues,y de una
u otra maner4 la dualidad de razonesanotadasson consecuenciade la regulación
legal,en un supuestopor accióno previsión,y oo el otro por omisión.
A las primerasde aquellaslimitacionesse alude seguidamente,de forma breve,

con el único fin de dar a conocer las generalidadesde las mismas, ya que la
consecuenciade la existencia de estas excepciones-de índole sustantivay

procesal-es la imposibilidadde embargarel patrimoniototal del deudor,lo cual
implica una limitación del 1911del CC. Las segundas,

obviamente,constituyenel
centro de atención en torno al cual gira este estudio, razón que justifica su
tratamiento en un apartadoindependiente.Aunque, como se ha señalado,en un
orden no sólo lógico sino tempoml la primera actividadse encaminaa localizar
bienes, lo cierto es que si éstos se encuentran,la ley estableceuna serie de
cortapisasen relacióna los mismos.
Así, la primera condición inexcusableviene determinadapor el contenido

o la naturalezade los propios bienes a enúargar,ya que no cualquierbien es
idóneo para lograr la finalidad perseguidacon el embargo,que en la mayoría de
ocasionesse consiguea travésde su conversiónen dinero.Por ello, únicamente
aquéllosbienesque tenganun contenidoeconómico,esto es, que seanvaluables
económicamente
puedenconstituir objeto de embargo.Pero, dicha admisiónno
obstapara que tambiénpuedanconsiderarse

embargables
derechosde carácterno
291

patrimonial,pero susceptibles
de producirbeneficioseconómicoso36
En consecuenci4la primera nota que ha de concurrir en los bienesestá

representadapor Lapatrimonialidad, pese a que la misma no se contemple,ni
expresani tácitamente, en la ley, si bien se admite de forma unánime por la
doctrin/37,la cual llena el vacíolegalexistenteen la actualidad.
Pero, junto a la patrimonialidad-y la pertenenciaal zujeto pasivo- es
imprescindiblequeconcruraen aquéllosbienesy derechosuna idoneidado aptitud

para poder ser embargadosa3s,
Ia cual doctrinalmente es definida como
436.-
cfr. MONTERO ARocA, J. | <<DerechoJurisdiccional- ...>>l
Vol. II. 2o, op. cit., p á g s . 1 0 8 - 1 0 9 r M O R E N OC A T E N A , V . ,
<<Derecho Procesal- . Proceso Civil>>, op. cít . , páq. l IB ¡ RAMOS
MENDEZ, F., <<DerechoProcesal...)¡ Tomo TT, op. cit., páq.
1051. Especial atencj-ón a los derechos como objeto de embargo
dedica CACHON CADENAS, M. J. , <<El- embargo>>r op. cit. , págs .
118 y ss.
437.- (<El-
Cfr., entre otros, CARRERAS LLANSANA, J.,
embargo...)r op. cit., págs. 150 y ss.; DE MIGUEL Y ALONSO,
C., <<Soluciones...>>, op. cit., pá9. I0; F E R N A N D E Z ,M . A . ,
<<Derecho Procesal...))¡ Tomo III, op. cit., págs. 13-15;
G U A S P , J . , < < D e r e c h oP r o c e s a l . . . ) r Tomo I, op. cJ-t., pág. 423;
JIMENEZ ASENJO, E. , <<El- embargo>>, op. cit . , págs . 23-24;
M O N T E R OA R O C A , J . t (et. alt.), <<DerechoJurisdiccional...)),
VoI. II. 2o, op. cit., págs. 108-109,' PRIETO CASTRO, L.,
< < D e r e c h oP r o c e s a f . . . ) r op. cit., pá9. 466; MORENO C A T E N A ,V . l
(et. alt.), <<Derecho Procesal. Proceso Civil>>, op. cit.,
p á g s . 1 I 2 - 1 1 3 ; R A M O SM E N D E|Z 8 . , < < D e r e c h oP r o c e s a l . . . > > , T o m o
II, op. cit., pá9. 1050; RIFA SOLER, J.M", <<Lá anotación
preventivá. . . )), op. cit. , pá9. 115 y ss.
4 3 8 -. Ya que debe tenerse presenre que l-a finatidad
esencial que se persigue con eI embargo es Ia reafización
forzosa, posterior en el tiempo, y por tanto es
292

transmísibilidad o alienabilidad, en clara alusión a la condición que debe

concurrir en urr bien o derechopara ser embargable,posibilidad o aptitud de un
bien o derechoconcretode sertransmitidoválidamentea un tercero43e.
La patrimonialidad y la alienabilidad actuan con independenciade la
ejecución,es decir, no son condicionesque se encuentrenrecogidaso reguladas
expres¿Imente
en Ia Leyaa0,sino que dichas notas vienen referidas a la aptitud
propiamentedichade bienesy derechosparaserobjetode embargo.
La imposibilidad de dichos elementospatrimoniales para poder ser
imprescindibl-e que l-os bienes sean suscepti-bl-es de poder ser

embargados.
4 3 e -.
En consecuencia, y a sensu contrario, Ia
<<inalienabj-Iidad>> es entendida, en palabras de CARRERAS, como
"Ia inidoneidad objetiva de un bien o del- derecho que sobre
é1 recae para ser transmitido, es decir, para que cambie su
titul-aridad de sujeto por cualquíera de l-os medios admitidos
p o r e f D e r e c h o " , " 8 1 e m b a r g o. . . " , o p . c i t . , p á g . 1 6 1 . E n e I
mi-smo sentj-do al-uden a Ia alienabj-lidad C A C H O NC A D E N A S ,M . J . ,
< < E l e m b a r g o > > ,o p . c i t . , p á g s . 1 4 5 y s s . ; F E R N A N D E ZM , .A., <<El
proceso...))r op. cit., páq. I20 y ss.; GUASP, J., <<Derecho
Procesal...)), Tomo I, op. cit., páq. 455; MONTERO AROCA, J.,
(et. al-t. ) , <<Derecho Jurisdiccional. . . ))r VoI. II. 2o, op.
cit., pá9. 109; RIFA SOLBR, J.M", ((Lá anotación
preventivd...)), op. cit., págs. !I1 y ss.; SERRADOMINGUEZ,
M. , Inembargabil-idad de bienes, en <<Estudios. . . >>, op. cit. ,
págs. 539 y ss.; SOLCHAGA L O I T E G U ,I J . , < < E f p r o c e d j - m i e n t o d e
apremio. . . )), op. cit. , págs. 131 y ss.
440. -
cf r. CARRERAS LLANSANA
, J ., <<El embargo
r-il- n ár^r. 1R0.
.Y*Y'
293

embargables
provienede raeonesde índolesustantivao materialaal,es decir,de la
propia naixaleza de los bienesy derechos.Por ello, se suele distinguir en la
doctrina segúnque las causasde inalienabilidadprocedande la naturalezapíblica

(vgr. bienesde dominio público), o privada (vgr. servidumbres,arrendamientos)
de los bienesaa2.
Ahora bien, la patrimonialidad y la alienabilidadno agotanel elencode

excepcionesque son de aplicaciónal objeto del embargo,sino que a ellas debe
añadirsetambién el presupuestode la denominadaembargabitidaÍ43o, a sensu
contrario, ínembargabilidad.En estoscasos,es una causameramenteprocesalla

queimpide que los bienesy derechospuedanserobjetodel embargo.
Así pues, es el propio OrdenamientoJurídico el que, en ciertos casos,
44r--
. cfr. CARRERAS LLANSANA , J ., <<Ef embargo. . . ))¡ op.
cit., p á g s . 1 4 5 y s s . ; C O R T E SD O M I N G U E Z V
, ., Comentarios al_
articul-o 7449 de J-a Ley de Enjuiciamiento Civil_, efl
<<comentarios a l-a reforma de la Ley de Enjuiciamiento civil>>,
M:dri d 1 qa q pá9. 726; SERRA DOMTNGUEZ, M
<<Inembargabí1idad...>>, en <<Estudios...>>, op. cit., págs. 538
\7 e<
442.-
cfr. C A R R E R A SL L A N S A N A T J . , <<Ef embargo...)¡ op.
c i t . , p á g s . L 6 I y s s . , ' C A C H O NC A D E N A S ,M . J . , < < E l e m b a r g o . . . ) ) ,
op. cit., págs. L51 y ss.; M O N T E R OA R O C A , J . , (et. alt.),
< < D e r e c h oJ u r i s d i c c i o n a l . . . \ ) t V o l - . I I . 2 o , o p . c i t . , pág. 109.
443.-
Embargabil-idad que es definida por CARRERASLLANSANA
como la "prohibición aI ejecutor para ejercitar su potestad
sustitutiva de l-a conducta del- ejecutado sobre l-os bienes que
no gozan de aquella cual-idad y que son declarados
inembargables", <<Elembargo...)), op. cit., páq. 180.
lAA

consagrala imposibilidado prohibición,y haceconcurriren determinadosbienes
la cualidadde inembargables.
Las excepciones,en los presentescasos,obedecen
más bien a r¿vonesde índole procesala4,ya que sin dicha prohibición legal y la
existenciade una norma que los excluyeradichos bienes seríanperfectamente
transmisiblesy embargables.
Sin embargo, y pese a Ia consagraciónlegal expresa, la Ley de

EnjuiciamientoCivil no realizauna regulacióngeneralde dichos supuestossino
que únicamenterecogealusionesaisladasde los mismos (cfr. arts. 1448, 1449,
l45I y 1452LEC), pero sin coherenciaalgunaentreellos. LaLey contempla,sin
orden y de forma escasaoos,

un elencode bienesy derechossobrelos cualesno
puedepracticarseel embargo,si bien de manerainconcretay casuísticaaa6.
444
A diferencia de l_o que ocurría con la
inalienabilidad, cuyo origen era de carácter sustantivo. cfr.
C A C H O NC A D E N A S , M . J . , <<EI embargo>>, op. ci-t., págs. 1t2 y
s s . ; C A R R E R A SL L A N S A N ,A J . , < < E l e m b a r g o . . . ) , o p . c i t . , p á q s .
145 y ss.i C O R T E S D O M I N G U E Z ,V . , <<Comentarios al artículo
7449. . . )), en <<Comentarios a la Reforma. . . ))r op. cit. , páq.
126; RIFA SOLER, J.Ma, <<La anotación preventivá...)), op.
cit., págs . 125 y ss.; SERRA DOMINGUEZ, M.,
<<Inembargabilidad. . . >>, en <<Estudios. . . >>, op. cit. , págs. 53g
y ss.; SOLCHAGA LOITEGUI, J., <<Ef procedimiento de
apremio...)r op. cit., págs. 132 y ss.
445
Asi, como paladinamente afirma PRIETO CASTRO, ".1_a
lj-sta de bienes y derechos ribres de embargo es de todo punto
paupérrima e imprevisora". V é a s e s u < < T r a t a d o. . . > > , t o m o I f ,
op. cit., páq. 1L3.
446.-
Opina JIMENEZ ASENJO güe, en lo relativo a l_a
rnembargabílidad pueden existir dos vias legales en función
de la reguración de un concepto general o una rel-ación de
cosas prácticamente inagotables. La primera fórmuta es l_a
295

Así, y a título de ejemplo,podemosver como, por un lado, el art. 1448
LEC parece obedecermás bien a motivos de interés público o generalao',dl

prohibir el embargo de vías ferreas, sus estaciones,talleres, telTenos,obras y
edificios, locomotoras,carriles y demas material fúo y móvil, destinadosal
movimientode la línea.Mienffasque,por otro, los arts1449 y l45l, querecogen
1o que se ha denominadocomo <beneficium competentiae>*8representanclaros
ejemplos de exclusión o inembargabilidad por motivos mas bien de carácter
s e g u i d a e n e l D e r e c h o e s p a ñ o I , v é a s e < < E l -e m b a r g o > > , o p . c i t . ,

págs. 31 y ss. En contra, C A C H O NC A D B N A S , < < E I e m b a r g o > > , o p .
rv r-u,.i t . r- náo-
_yqY.
306 rrrien enf iondc .Y nu vrt F - si hien en cierta forma Se
del-inea una rel-ación de los supuestos de inembargabil-idad, se
recoge igualmente una relacj-ón de cosas inembargables que
resul-ta casuística y parca.
44'1
. - Como así es aludido o mencionado en la doctrina .
CARRERAS L L A N S A N A ,J . , < < E l e m b a r g o . . . ) ) t o p . c i t . , págs. 181 y
s s . ; F E R N A N D E ZM , .A., <<El proceso...))r op. cit., págs. 7B y
ss.; GUASP/ J., <<Derecho Procesal-...))t Tomo I, op. cit.,
p á g s . 4 2 6 y s s . ; J I M E N E Z A S E N J O , E . / < < E l e m b a r g o > > ,o P . c i t . ,
p á g s . 2 8 y s s . ; M O N T E R OA R O C A , J . , (et. alt. ) , <<Derecho
Jurisdiccional. . . )), VoI. II. 2o, op. cit. , págs . L1,2 y ss. i
M O R E N OC A T E N A , V . , (et. alt. ) , <<Derecho Procesal. Proceso
Civil>>, op. ciL., p á g s . 1 L 9 - 1 2 0 ¡ R A M O SM E N D E|Z 8 . , < < D e r e c h o
Procesaf . . . ), Tomo II, op. cj-t. , páq. 1053.
448.- C A R R E R A SL L A N S A N A , J . , <<Ef embargo. . .))r op.
cfr.
cit. , págs. 185 y ss. ; FERNANDEZ, M.A. , <<Derecho
Procesal...))r Tomo III, op. cit., páqs.79 y ss.; GUASP' J.,
<<Derecho Procesal...))r Tomo It op. cit., págs. 426 y ss.;
MoNTERoARoCA'J.|(et.aIt.),<<DerechoJurisdiccionaI...>>|
VoI. II. 2o, op. cit., p á g s . 1 l - 1 y s s . ; M O R E N OC A T E N A , V . ,
(et. alt.), <<Derecho Procesaf. Proceso Civil>>, op. cit.,
p á g s . 1 2 0 - 7 2 L ; P R I E T O C A S T R O ,L . , < < T r a t a d o . . . ) ) r T o m o I I , op.
cit. , págs . 1L3 y ss. ; R A M O S M E N D E,Z E. , <<Derecho
P r o c e s a l . . . ) ¡ T o m o I I , o p . c i t . , p á q . l - 0 5 4.
296

humanitario o social. Dichos motivos humanitariosse desprendendel propio
carácter de los bienesaaey concretos que se consideran

derechosasO
inembarsablesasl.
En cualquier c¿No,y pese a las deficiencias,los presentessupuestosde
inembargabilidad,unidos a los anterioresde inalienabilidady patrimonialidad,
representanuna limitación a la responsabilidadpatrimonial universal consagrada

por el art. l9l1 del Código Civil que han de sertenidosen cuentaen el momento
de practicar el embargo.Y, en especial,si se tiene presenteque ya de por sí este
instituto apareceen gran medidalimitado por los problemasque sepresentanen la
fasede la cual nos ocupamosseguidamente,1oque no contribuyeen nada alograr
la efectividaddel embargo,y al mismotiempola del propio derechoa la ejecución
449
f^\ ^S.r _ , n
e sa ,L- ¡d1r jrf' re^cê^ ê r_ L a r t . . I 4444Yg en slr a
* In- *a_r 1 - a c j o p
r rlmero,
que no se embargará nunca eI lecho cotidiano del deudor, de
su cónyuge e hijos, las ropas del preciso uso de los mismos,
el mobiliario, libros e instrumenLos indispensables para el
ejercicio de l-a profesión, arte y oficio a que aqué1 pueda
estar dedicado leoalmente.
4s0.- Entre
los derechosr se al-ude en el segundo apartado
de1 artículo L449 de la LEC a Ia inembargabilidad del-
sal-ario, jornal-, sueldo, pensión, retribución o su
equivalente, que no exceda de l-a cuantia señalada para el-
salario minimo interprofesional-.
4 s 1 -.
En l-os arts . l-449 y 1451 de Ia LEC, eI legislador,
c o m o s e ñ a l a C O R T E S D O M I N G U E Z ,h a c e p r e v a l e r el interés del-
deudor a que no se l-e prive de l-o sustancial para su
subsistencia, áI interés del- ejecutante a cobrar por entero
su crédito declarado en sentencia o contenido en titul-o de
ejecución, <<Comentarios al artículo I449. . .)), en <<Comentarios
a la Reforfrd...), op. cit., pá9. 126.
291

comprometidoen estemomentoprocesal.
especialmente
de sentencias,
4.-LAFASE DE LOCALIZACION DE BM,NES
4.1.' Planteamiento
La formación de los elementos patrimoniales que integran el
patrimonio del deudor constituyeun paso previo al embargopropiamentedicho.
Es esencial,püd ello, el conocimientode todos los bienes y derechoscuya

titularidad ostentael deudor, en cuanto sujeto pasivo de la ejecución,ya que sin
dicho conocimientodificilmentepuedeprocedersealatrabade susbienes.
Sin embargo,como por todos es sabido,la determinacióndel paffimonio
del deudor en la práctica se presentacomo una labor ardua e infructuosa en la
mayoríade las ocasiones.Seha de tenerpresenteque estadificultad gravitaen que
sobreel deudorno recaeobligaciónalgunade declararlos bienesy derechosque

posea,los cualesconstituyenel objeto sobreel que ha de recaerel embargo.La
dificultad, además,se acrecentaen aquellossupuestosen los cualeslos elementos

patrimoniales,aún siendode la titularidad del deudor,no se encuentrandentro de
su esferajurídica o bien se trata de derechosque el deudor ostenta contra un
tercero. En ambos supuestos,nos encontramosante elementospatrimoniales

pertenecientesal deudor, aunque por rmo u otro motivo los mismos no Se
298

encuentranen su patrimonio, sin que el Ordenamientocree medidaspara hacer
que vuelvan al mismo o para evitar que salgan.
La necesariaformación del patrimonio del deudor, con mayor o menor

precisión,adquiereademásmayor relevanciaen ejecucionesque, como la de las
sentencias de condenas dinerarias se circunscriben en el ámbito de las
denominadasejecuciones singulares. En dichas ejecuciones, es necesario
determinarlos bienesy derechossobrelos que ha de recaerel embargo,ya que en
ellas únicamentepueden quedar adscritos elementospatrimoniales concretos,a

porquela afecciónde los
diferenciade las ejecucionesconcursalescaracterizadas
bienesse rcaliza sobreel total del patrimonio del deudor contra quien se dirige la
ejecución,y serésteinsuficienteas2.
Pero, en cualquier caso, nos situemosante unas u otras ejecucionesel
presupuestoesencialo sine quaenon para que las mismaspuedanllevarsea cabo
1oconstituyela existenciade bienesen el patrimonio del deudor,lo cual nos sitúa
de lleno en uno de los puntos mas espinososque rodeanactualmenteal embargo:
la búsquedaylocalizaciónde bienes.
452.- R A M O S M E N D E Z, 8 . , <<Derecho Procesal. . .))r Tomo

cfr.
II, Op. Cat., págs. 1004-1005; CACHON CADENAS, M. J. , <<EI
embargo>>, op. r-'if .- náos- 28-29
vfu.t
299

4.2.-La fasede localización
La existenciaen nuestroderechode un ordenpreferencialas3
sobrelos bienesque puedenser objeto de embargo(cfr. art. 1447LEC)4'4,obliga
necesariamenteal conocimiento anterior de los mismos para poder realizar

Por ello, y con carárietprevio, es necesariorealizar
posteriormentela elecciónass.
ciertas actividades complementariasque ayuden a procurar aquél conocimiento
acercade la existenciareal de los bienesy derechosquepuedaposeerel deudor.
nt' -Aunque no debe ol-vidarse j unto aI orden

. Qu€,
nrcfcrcnci¡l o cualitativo existe también una Iímitación de
carácter cuantitativa determinada por eI criterio de l-a
suficiencia, a la que Ia LEC alude en alguno de sus preceptos
(arts.7442,1446, t44l y 1455 LEC), aI establecer que sóIo
podrán trabarse los "bienes suficientes" para cubrir Ia
cuantía de Ia ejecución y las costas. Bienes Qüe, según l-a
doctrina, son aqué1los que resulten indispensabl-es para
cubrir la cuantia de Ia ejecución. V é a n s e C A C H O NC A D E N A S ,
M.J., <<EI embargo>>, oP. cit., p á q . 2 3 1; R E Y E S M O N T E R R E A L ,
J.M". , EL l-l-amado juicio ejecutivo en Ja L.E.C. españoJa,
Tomo II, Barcelona, 1963, páq. 263.
454.- Si bien, como señala C O R T E SD O M I N G U E Z ,n o p a r e c e q u e
en la actual-idad Se respete eI orden consagrado en dicho
n r o rE-\o- gnIj,- L \o' - t
[Jr rI Vo û iLrl ac rl r e> n a r f a !¡Ef \ -
PU! L a¡ fmt l as rnrf u E
a ^v v^ rñl tDFf e n s i b l e Si Se tiene
presente eI deficiente sistema consagrado por Ia Ley de
Enjuiciamiento Civil en Ia fase de localización de bienes del
deudor. La carga extraprocesaf QU€, según se veia, pesa sobre
eI acreedor para encontrar bienes, puede verse acentuada si
además eI legislador añade l-a necesidad de observar un orden
en la selección de los mismos. Véase del autor sus
Comentarios al- articul-o 7447 de J-a Ley de Enjuiciamiento
C i v i l - r e D < < C o m e n t a r i o sa l a R e f o r m a . . . ) ) r o p . c j - t . , p á g s - 1 2 3 -
124.
4ss.- cf r. CARRERAS LLANSANA J ., <<El embargo - - . ), op.
,
r-i I
v!u., n árr
-yqY.
1q9.
?ñn

Así, todo el anterior conjunto de actividadesnos sumergede lleno en la
denominadafase de localización de bienes que, lógicamente,estácompuestapor
todas aquellas diligencias, en el sentido ordinario del término, encaminadasa
encontrarcualquierelementopatrimonialsusceptiblede embargo.Por ello, en este
momento es posible que se aluda a estafasetanto como localización,búsquedae,
incluso, investigación,como sustantivosque, al fin y al cabo, designanun
fenómenocomún encaminadocon carácterfinalístico al mismo objetivo, esto es,

el conocimientode los bienesdel deudor.
En cualquier caso, y como punto de partid4 la localización puede ser
definida, siguiendoa CARRERAS como, "la actividad que se lleva a cabo para
determinarla extensióndel patrimoniodel ejecutadosusceptiblede embargo,con
el fin de que el Ejecutorpuedaelegir luego los bienessobreque ha de recaerla
fraba o afección,dado que toda actividad selectivaprecisaanteriormentede un
conocimientode todos los elementosentre los cualesha de llevarse a cabo la

selección"atu.Así, de la definición de la cual se parte en este momento se
desprende, claramente, la interrelación que existe entre Ia búsqueda o
investigacióny la localizaciónde elementospaffimonialesdel deudor,ya que todo
el conjuntode actividadesaparecencomopartesinescindibtesde unamismafaseo
fenómeno caracterízadopor su fin, esto es, encontrar bienes del deudor para
456 -
. CARRERAS LLANSANA, J ., <<El embargo. . . )), op. cit. ,
páq. 200.
301

practicarel embargo.
Ahora bien, la localización de los elementosque conformanel patrimonio

del deudor constituye uno de los temas más espinososque existen en nuestro
procesocivil de ejecución,debidofuirdamentalmente
alafalta de previsiónlegal
sobreestafase en la Ley de EnjuiciamientoCivil. En efecto,laLEC, ancladaen
principiosde tinte liberal,no regulani siquieraaludeen su articuladoa las labores
de investigacióny consiguientelocalizaciónde los bienesdel deudorsobrelos que

practicar la taba. No existe ningrma previsión sobre el procedimiento que debe
seguirseen estaprimera fasedel embargo,ni tampocosobrelas medidascoactivas

que pudieranaplicarseen su desarrollocon el fin de lograr la finalidad perseguida
por ell4 esto es, el hallazgo de bienes.Y todo ello además,es especialmente
peligrososi se tiene presenteque puedeponer en peligro la verdaderaeficaciade
la ejecución, desdeel mismo momento en que puede impedir la rcalización del
embargoante el desconocimiento
de los elementospatrimonialesdel deudorque
constituyensu objeto.Por ello, la reformaen estepunto concretodel embargoy de
la LEC es prioritaria si se pretendelograr los propios fines de la tutelajudicial
efectiva.
Así, estaespecialproblemáticaquerodeaal embargo,derivadadel silencio
o vacío legal,ha sido reiteradamente

denunciadaporla doctrinaasT,
la cual desde
457 -
. cf r. CARRERAS LLANSANAI J ., <<El embargo
c i t . , p á g s . 2 0 0 y s s . ; C A S A L S C O L L D E C A R R E R A ,M . , L a e f i c a c i a
de La ejecución, en <<Para un proceso civil ef ícaz>>,
302

hace años ha destacadoy sigue destacandoen la actualidad,como punto crucial
del embargomás necesitadode reforma, el de la búsqueday locaLizaciónde los
bienes del deudor. Las denuncias y demandas doctrinales se han centrado,
fundamentalmente,en la necesidadde instaurar obligacionesprocesalessobre el

deudor o ejecutado a fin de constreñirle a señalar o manifestar los bienes
necesariospara practicar el embargo.Y, junto a el[a,se demandaigualmenteuna

potenciaciónen las funcionesde investigacióndel órganojurisdiccionaldirigida a
los mismos fines que la obligación impuestaal deudor, opinionestodas ellas con
las quecoincidimos.
Pero,en cualquiercaso,lo cierto esquela situaciónactualque serecogeen

la Ley de EqiuiciamientoCivil siguesiendobastantedeficientey carencialen la
maten4 sin que haya habido una voluntad legislativa de variar o, al menos,
remediardicha situación.Pero ademas,a ello se une o añadeel hechode que la
LEC, en los pocos precepos que hablan del tem4 generaconfusión en otros
Barcelona, L982, págs. i2 y ss.; D E M T G U E Ly A L o N S o , c . ,

ul-timas evofuciones en materia de ejecución forzosa singuJar',
en < < R e vD . er. Proc. >>, páq. 99; GUASP, J., <<Dérecho
Procesaf-.-), Tomo Tr, op. cit., páq. 43r; MONTERO ARocA, J.,
<<Perfeccionamiento...>>, en <<Estudios...>>/ op. cit., págs . 2j6
y ss - ; MoRENo CATENA, v. , (et. art. ) , <<Derecho brocesa-I.
P r o c e s o C i - v i l > > , o p . c i - t . , p á g s . 7 1 3 y s s . ; P R I E T O C A S T R O ,L . ,
<<Correcciones...), en <<Trabajos...>i, op. cit., p
- oápg.. 511;
R A M O SM E N D E Z , F . , < < D e r e c h o p r o c e s a l _ . . . ) r T o m o I I , cit.,
p á 9 . 1 0 5 6 ; S E R R A D O M T N G U E ZM , ., observaciones critic-as sobre
el- proyecto de reforma de l-a Ley de Enjuiciamiento civiJ,
<<Justicia>>, 1983, núm. 4, pág. jg4; S O L C H A G AL O I T E G U ,T J . ,
< < E 1p r o c e d i m i e n t o d e a p r e m i o > > , o p . c i t . , págs. 140 y ss.
303

momentos quízasclaves, como por ejemplo determinar a quién correspondela
asunciónde lastareasde búsquedaylocalizaciónde bienes.
Efectivamente,en nuestro derecho,no se impone al deudor o ejecutado
ninguna obligación positiva a fin de que manifieste sus bienes,1ocual repercute

negativamenteen la ejecución.No debe olvidarse que es el deudor,y sólo el
deudor,el único que conocela situaciónexactade su patrimonioy gue,por tanto,
si nada ni nadie le obligan a manifestarlo,su actividad negativase traduce en la
imposible localización de los bienesy derechos,así como en la inefectividad del
embargo.A 1o sumo, los mecanismosde identificación,por ejemplo,Registros

públicos,etc., sólo presumeniuris tantun rura situaciónjurídicq pero la realidad
fácticasólo la conoceel propio deudor.
En cualquiercaso,como se verá en las páginassiguientes,la inexistencia
de la obligación de manifestaciónde bienesen el ámbito del procesocivil no
significaque la misma seadesconocidaen nuestroDerechoass,

como lo pruebael
procesolaboral en el cual la obligaciónque pesasobreel deudores consagrada
expresamente(art. 246LPL). La distinta significación en uno y otro casono puede

por menosdejarde apuntarse,sin perjuicio de 1oqueluegoseñalaremos.
4s8.-
Debe tenerse presente eü€, incluso, €r el propio
proceso civil las pretendidas reformas de la Ley de
Enjuiciami-ento CiviI demuestran como nuestro legislador, en
alguna ocasión, ha pretendido impJ-antar similar obligación,
aunque lamentabl-emente sin éxito.
304

El segundodefecto de que adolecenuestro sistemalegislativo en esta
materia,es la ausenciaen el procesocivil de ejecución,de una obligaciónexpresa
que recaigasobreel órganojurisdiccional,con el fin de posibilitar la búsqueday
lograr la determinación del patrimonio del deudor. Es cierto que existe cierta
normativaatnd" la que puede derivarse,como veremos, alguna obligación -
circtrnscrita en el ámbito del <goder-deben>del juez- de actuar del órgano

jurisdiccional,pero esaprevisiónno tieneuna coberturapositivaexpresa.Por ello,
seríaconvenienteque seregulara,no tanto a travésde un aumentode poderes,sino
haciendo que intervengay obligarle a una mayor activid¿d investigadoraen el
descubrimientode bienesdel deudor.
Con todo, la situaciónhastael momentodescritaevidenciaclaramentela

realidadque dimanade la regulaciónlegal.Ni al deudorse le imponeobligación
de manifestarsusbienes,ni al órganojurisdiccionalsele encomiendala búsqueda

de elementos patrimoniales que posibiliten La práctica del embargo. En
consecuencia,nuestraLEC, debido a la deficientey carencialregulación que
rcaliza, crea rma situación dificil y realmente gravosa para el acreedor o
ejecutante,quien se encuentraindefensoen el momento de la ejecuciónde la
4 s e .-
Normativa eu€, como veremosr se circunscribe
fundamentarmente a ra doctrina emanada por el Tribunal
constitucionar, €n torno a l-a actitud que los propios órganos
jurisdiccionales deben observar en fa fase de ejecución, así
como las necesarias medj-das que han de adoptar para
sarantizar aquéll-a.
305

sentenciaa6o
El acreedores el que, en último término,viene gravadoconla cargadela

búsquedade bienesque garanticenel éxito de la ejecución,lo cual se concluyeno
sólo de la regulación positiva, a contrario sensu, sino de la vigencia de los

principios que informan el proceso civil, ya enunciados.Ni la Ley, ni el órgano
jurisdiccional le prestanningún auxilio, 1o cual hace que en la mayonade los
casosel acreedorno logre descubrirningun elementopatrimonialdel ejecutado.El
acreedor,en consecuencia,se encuentraante la catgaextraprocesal,no impuesta

por la I"yout,de buscarbienesy derechosdel deudor en cantidadsuficiente,si
quierelograr la ejecuciónde la sentenciay la satisfacciónde su derecho,lo que es
excesivamenteonerosopara alguien que ostentaa su favor un título de ejecución,
como esla sentenciadeclarativade condena.
Efectivamente,la situacióna la que así se llega es ciertamentegrave: en

primer lugar, por el total desamparoen que se deja al acreedor,pese a haber
obtenido una sentenciafavorable a su derecho;y, on segundolugar, si cabe de

mayor importanci4 porque la imposibilidad de realización del embargo ante la
460.-
Sobre la indefensión del acreedor en el- trámite de
ejecución de sentencias, esencialmente en el- momento del
embargo, puede verse el- estudio ya citado de MONTEROARocA,
J., <<Perfeccionamiento...>>, en <<Estudios...>>, op. cit., págs.
215 y ss.
461'.-
Como así es manifestado, enLre orros, por CARRERAS
L L A N S A N A ,J . , ( < E l _e m b a r g o . . . ) ) r o p . c i t . , págs. 200 y ss.
306

falta de localización de bienesimplica junto a la <indefensióru>

del ejecutante,una
manifiestavulneraciónde su derechoalatute\ajudicial efectiva deI24.I C.E. la
cual, como se ha señalado reiteradamente, se integra, según doctrina
constitucional, con el derecho a Ia ejecución de las sentenciasy demás

resolucionesjudicialesy la satisfaccióndel derechodel acreedoro ejecutante,en
estecaso.
Por todo lo anterior,es precisoy necesarioque se intentenbuscarpor el
Ordenamientootras vías o mecanismosque remedien la situación existente en
nuestrosdías,y que se tienda hacia un reforzamientode la fase de la localización
de bienes,sobretodo, si setienepresenteque si sefrustraestaprimeray, en cierto
modo, preparatoriafasedel embargo,difícilmente sepodrá dar pasoa las restantes
fasesque componenaquéI.
4.3.-Posiblesvías de reforzamiento
En línea con todo 1o anterior, no sería razonable ni coherente

finalizat el presente recorrido por el embargo sin tratar de bosquejar en el
OrdenamientoJurídico, a fin de averiguarsi esposible enconffar,en la actualidad,
algunasvías que puedangamntizn y reforuarla efectiva existenciade bienesen el
momentodel embargoen la fasede ejecución.
307

Pesea que el ordenamientono conoce,en gran medida,la categoríade la

obligaciónprocesal,especialmenteen estafase del embargo,si que prevé otras
vías que parecenencaminadasa lograr y asegurarla existencia de bienes en el

patrimonio del deudor.Por una parte,se creanexpresamentermasvías dirigidas a
lograr, de alguna maner4 la eficacia del embargo,tales como las medidas
cautelaresa62-;
otxas,por el contrario, derivan de la propia interpretaciónde las
leyes, si bien no encuenfan una coberturapositiva expres4 tales como las
obligacionesprocesalesde tercerosy del propio órganojurisdiccional; y, por
último, algnnasde ellas derivanya de interpretacionesde legeferenda.
Por ello, y aunque sea brevemente,a continuación se expondra,siempre

con la visión finalísticaquepresideel presenteestudio,la primerade aquéllasvías,
esto es, La ganntía del embargoa través de las denominadasmedidascautelares,
dejandopara el siguientecapítulo un estudiomás detenidoy pormenorizadode las
otras dos vías, en especial, para tatar de dilucidar y concluir acerca de la
existenciao no de obligacionesprocesalesen el momentodel embargotanto para

partes-deudor-,comoparael órganojurisdiccionaly los terceros.
462
Aunque, cuestión distinta, €s l_a ef icacia de l_as
aludidas medidas, eD especial, porque también a erfas arcanza
l-a escasez de obligaciones procesales, y ra problemática que
conl-reva el embargo en esta fase de ejecución, pueoe
aplicarse mutatis mutandi, áf embargo decretado en fa fase
caute]ar sobre todo si tenemos en cuenta la remisión
normativa que se real-iza, eh el momento de adopción de las
medidas cautelares, aI embargo ejecutivo.
308

Así, y a poco que nos acerquemosal tem4 puede constatarseque el
OrdenamientoJurídicopesea no crearmecanismos-obligacionesprocesales-que
refuercenel embargoen estemomento,no parecedesconocer,por otro lado, la
especialproblemáticaque rodeatodo el desarrollodel mismo. Por ello, creaotro
tipo de medidasen momentosanteriores,con el fin de posibilitar que, llegadoel
momento de practicar o realizar el embargo,existan bienes en el patrimonio del
deudorque lo permitan,aunquecuestióndistintacomo se verá, es la eficaciareal
de talesmedidas.
Así pues, el Ordenamiento crea las denominadasmedidas cautelares
entendidascomo, aquellosinstrumentosde naturalezaprocesalcreadoscon el fin
de garantizar la efectividad de las resolucionesemitidas por los órganos

jurisdiccionales,ante las posibles demorasdel procesoque pongan en peligro
dichaefectividada63.
463 CALAMANDREI, P. ,
.- Cfr., sin ánimo exhaustivo,
Introduzione afLo studio sistematico dei provvedimenti
cautelari, P a d o v a , 7 9 3 6 , p á g s . 6 3 y S S . , ' C A L D E R O NC U A D R A D O ,
M.P., Las medidas cautefares indeterminadas en elproceso
civif, M a d r i d , 7 9 9 2 , p á g s . 3 0 y s s . ; C A R R B R A SL L A N S A N A , J . ,
Las medidas cautefares del- articul-o 1428 de l-a LEC, en
< < E s t u d i o s .. . > > , c o n FENECH, op. cit. , págs. 5 6 9 - 5 70 ;
COMOGLIO/FERR , I L a t u t e l - a c a u t e f a r e i n I t a l - i a : prof ili
sitematici e riscontri comparativi, <<Rivista di Diritto
Processuale>>, 1990, núm. 4, pá9. 964; CONIGLIO, A., Il-
sequestro giudiziario e conservativo, Milano, 1949, pá9. I;
C O R T E SD O M I N G U E ZV , ., (et. alt.), < < D e r e c h oP r o c e s a l . P r o c e s o
Civil>>, op. cit., p á g s . 7 8 3 y s s . ; C H I N C H I L L AM A R I N , C . , L a
tuteLa cautefar en l-a nueva justicia administrativa, Madrid,
1 - 9 9 I , p á 9 s . 3 0 y s s . i C H I O V E N D A ,J . , < > , T o m o I ,
^ ñ ¡v ¿i t -u . r n
v-t/.
án5. 2L8 y ss.; FAIREN GUILLEN, V., La reforma def
-Y*Y.
p r o c e s o c a u t e l - a r e s p a ñ o 7 , 8 ñ < < T e m a s.. . ) ) , T o m o I T , o p . c i t . ,
309

como puedededucirse,con ellas lo que se pretende,al fin y al cabo, es
asegurarel perfecto cumplimientode las resolucionesemitidaspor los órganos

jurisdiccionaleso6o
y, en consecuenci4lograr la adecuadaobservanciadel derecho
a la tutelajudicial efectivadel art. 24.r CE46s.
Así, unavezmás, es el logro de la
pretendidaeficaciaprocesalel principio que informa la instauraciónde un sistema
pá9. 899; FAZZALART, 8., profir-i defl-a cautel_a, <<Rivista di

Diritto Processuale>>, L991, núm. I, páq. 4; FRISINA, p., La
tutefa anticinarnri a. ^-ofiLi funzional_i e strutturali,
<<Rivista di o-i-.i"t"tl-*Étoíá=ua1e>>, 198 6 , páq. 312; GUTTERREZ
DE cABTEDBS, E. , <<Elementos esenciale s. . . )), en <<Estudios. . . >>,
op. .i!-, pág- 388; MONTERO ARocA, J., Medidas cautel-ares, en
< < T r a b a j o s .. - ) ) , o p - c i t . , págs . 428-430; oRTELLS RAMos, M.,
< < E l -e m b a r g o - - . ) ) , o p . c i - t . , págs. 30-31; pRrETo cASTRo, L.,
<<Tratado...)), Tomo rr, op. cit., p á g s . B A j - B 4 B ; R A M o sM E N D E Z ,
F., <<Derecho Procesal...)), Tomo II, op. cit., págs. 94I y
ss. ; S E R R A D O M T N G U E Z ,M . / Las medidas cauteJ_ares en el_
proceso civif, Barcelona, I 9 1 4 t c o n R A M O SM E N D E Z , p á g s . 7 2 y
464.-
No en vano se ha afirmado, desde siempre, güe las
medidas cauterares se erigen en garantia de la pótestad
jurisdiccional. Asi, €D palabras d e C A L A M A N D R E T ", l a t u t e l a
cautel-ar mira a salvaguardar el- imperj-um juidicis, o sea, a
impedir que l-a soberanía del Estado, en su más arta
expresión, que es la de la justicia, se reduzca a ser una
tardía e inútil- expresi-ón verbal, una vana ostentación de
rentos artificios destinados, como l-a guardia en la opera
buf a, a lregar síempre demasiado tard.e", <<rntroduzione. . . )r
o n - r - ' if - -
"I/..YqY.
nárr, 14.
465.-
cfr. GARCTA DE ENTERRTA/ E. , La bataJ_l_a por l_as
medidas cautefares (Derecho comunitario europeo y proceso
contencioso-adntinistrativo), Madrid, 1992, págs. 59, 75, I2O
y sS. , L 74 y 2 8 0 ; M O N T E R OA R O C A , J . , <<Medidas
< < T r a b jao S . . . ) ) , o p . c i t . , p á g s . 4 4 5 - 4 4 6 ; O R T B L L S R A M O S , M . ,
(et. alt. ) , <<Derecho Jurisdiccional. . . )r Vol. II, 2o, op.
cit., págs . 256-251. Idem <<El embargo.. .)¡ op. cit., págs . 22
310

cautelar, ya que la tutela cautelar constituye una garafiía para asegurar la
efectividaddel procesoy de la propiatutelajudicia7466.
Y, entre dichas medidas y por lo que aquí interes4 se prevé por el
ordenamientola adopcióndel <embargopreventivo>-arts. 1397y ss. de la LEC-

ou',
conel cual sepretendeevitar el estadode insolvenciaen quepuedesituarseel
deudorduranteel transcursodel procesodeclarativo,y que impediríala posible
traba de bienespara satisfacery pagaral acreedoren el supuestode que el deudor
466.-
Por ello, el Tribunal Supremo ha admitido, desde
fechas recientes, que "el expreso reconocimiento del derecho
a una tutela judicial efectiva en 1a propia Constitución
(art. 24) ... imp].ica, entre otras cosas, el derecho a una
tute]-a cautelar" (Auto TS, Sala 3", Secc. 5", de 20 de
diciembre de 1 9 9 0 ) . E n c o n t r a p a r e c e s i t u a r s e e l TC quien,
pese a no desconocer la importancia del sistema de medidas
^-"+^] -*^
L.dLrLErOrEDt OL
1 A- r€r r]f r l A r el mismo es fruto de la "necesidad
Yus
o convenienci-a d e asegurar Ia efectividad del pronunciamiento
futuro del ó r g a n o j u r i s d i c c i o n a l " , n o incluye Ia tutela
cautelar como necesario contenido del- derecho a l-a tutela
iudicial efectiva ( A T C 1 3 4 0 /1981, de 9 d e d i c í e m b r e ) .
46'7.- Embargo que nosotros entendemos como aquella medida
de naturaleza procesal cuyo fin es el aseguramiento de una
futura y eventual- sentencia declarativa de condena de
contenido dinerarío, mediante l-a afección de bienes
determinados a un proceso, para evitar l-os riesgos que puedan
poner en peligro el- cobro. Cfr. C O R D O NM O R E N O , F . , <<Breve
examen jurisprudencial ...))t op. cit., páq. 499; CORTES
D O M I N G U E Z ,V . , ( e t . a l t . ) , < < D e r e c h o P r o c e s a l - . P r o c e s o C i v i l > > ,
op. cit., págs. 790-19I; FERNANDEZ, M.A., <<Derecho
Procesal...))r Tomo III, op. cit., p á g s . 3 4 6 - 3 4 7 ; G U T I E R R E ZD E
CABIEDES, E., < < E l e m e n t o s e s e n c i a l - e s . . . ) ) ¡ e n < < E s t u d i o s .. . > > ,
o p . c i t . , p á g s . 3 9 5 - 3 9 6 ; O R T E L L SR A M O S ' M . , < < E I e m b a r g o . . . ) ) r
op. cit . , páq. 27 y ss . ; R A M O S M E N D E ZF, . ' <<Derecho
P r o c e s a l . . . ) ) , T o m o I I , o p . c i t . , p á 9 . 9 5 1.
311

no ejecutaravoluntariamentela sentenciaa6s
Así, el embargopreventivoprocedepara el aseguramientode sentenciasde

condenaal pago de una cantidaddinerariaen metalicoo especiecomputable,bien
si la misma contienedicha prestaciónoriginariamenteo por conversiónde una
obligación específicade hacer, no hacer o dar cosa determinadaa'e,

siemprey
cuandoseacreditela imposibilidadde cumplimientoespecíftcoa7}.
468
ES, precisamente, esta posible conducta del_ deudor
de situarse en un estado de lnsolvencj_a l_a que se convj_erte
en uno de 10s presupuestos esenclales de los que va a
depender la concesión del embargo preventivo, estt eS, el
oerigro de que el deudor se litrle en aquér e s t a do de
j-nsolvencia ha.cj-.endo desaparecer l_a garantía d; la obligación
dineraria -originaria o por converáión-. Cfr., cARNEiurrr,
F. , <<Instituciones. . . ), Vol_. ITI, o p . c i t . , p á g s . 2 2 6 _ 2 2 1;
CONIGLIO, A. , <<II sequestro. . . >>, op. cit. , págs. 49 y ss.
,.
ONECHA SANTAMARTAT C., EL embaroo nratranr.jtrn
<<Rev.Der. proc. rb. >>, Igj 3, núms . 2-3, páé".'-6r:1; oRTñi;é "ffiüó;;
M . , ( e t . a l _ t . ) , < < D e r e c h oJ u r i s d i c c i o n a l : . . >>, Vol. II. 2o, op.
c i t . , p á q . 2 8 9 ; R A M O SM E N D E,Z E . , < < D e r e c h o p r o c e s a ] . . . ) ) , T o m o
rr, op. cit. , págs - 958-959; pororscHNrc, p. , rf sequestro
conservativo, en <<r procedimenti cauterari (a cura de
Giuseppe Tarzía)>>, padova, 1990, págs . Li y ss.; zuMpANo,
ry-+. , . sequestro conservatiuo e qiudiziario, én <<Encicfopedia
del Diritto>>, Tomo XLIT , 1990, págs . L1,6-IIT .
46e.-
Cfr., CONIGLIO, A., <<I1 sequesrro...>>, op. cit.,
págs .. 49 y ss . ; COSTA, S. / Sequeitro conservativo, en
<<NovissimoDigesto>>, Tomo XVII, Torino, L916, págs . 44 y ss.;
oRTELLSRAMoS,M.,(et.a1t.),<<Derecho.ruri!diccional...>'
Vol-. II. 2o, op. cit., pág. 286; P O T O T S C H N I G ,p . , <Il
sequestro...>>, en <<I procedimenti...)), op. cit., pág. j.
470 -
. Aungue, se ha de tener presenre eu€, en dj_cho
supuesto se puede distinguir según que la imposíbiridad se
h¡r¡: nrnÁrrni dg en
vrr fase
lqoE de
ug e-iecuci ón clc sentenr:i ¡s - an ^v ur i \ Y7 v^
caso .no hay problemas para adoptar un embargo, pero que seiá
ya ejecutivo; pero, también se puede dar ef supuestode que
3t2

El embargopreventivo,debidoa su instrument¿lidada7r,
agotasu vigencia
con la emisión de la sentenciadeclarativade condenaque recaeen el proceso
principal, cuya efectividad práctica¿rsegura.
Así, la resoluciónjudicial emitida
constituye el título de ejecución que legitima al actor para satisfacersu interés
sobreel pafrimonio del sujeto pasivo de la medida cautelar,al que la sentencia
convierteen deudoro ejecutado.A partir de dicho momento,podranrealizarselos
restantestrámitesnecesariospara lograr, a travésde aquellosbienesembargados,
la satisfaccióndel acreedory la ejecuciónde la sentencia.
En efecto, si la sentenciarecaida es condenatoriaentoncesel embargo

preventivo pasa a ser ejecutiyoo", fenómenoconocido doctrinalmentecon el
l: imn¡qihi I i riari da ¡rrmnl nhl . ir r a r - - i _ o n e s

imien
v ft o
¡ uv de
su djr:hes
u¿vrrqo vvJ¿vq9f se
produzca con anterioridad a la resolución principal, en cuyo
caso parece que sí que podria adoptarse un embargo
preventivo, pero no con fundamento en eI art. 1391 y ss. de
l-a LEC, sino a través delart. 1428 del mismo cuerpo Iegal.
Sobre esta úItima posibilidad, v é a s e O R T E L L SR A M O S , M . , ( e t .
alt. ) , <<Derecho Jurisdiccional. . . )), VoI. II . 2o, op. cit. ,
páq. 286.
47L.-
Como carácter esencial que concurre en las medídas
cautel-ares y , entre e l - l - a s , eD e l e m b a r g o p r e v e n t l _ v o . C f r .
C A L A M A N D R E I ,P . , < < I n s t i t u c i o n e s . . . ) ) , V o l _ . I , o p . c i t . , p á g s .
1 5 7 - 1 5 9 ; C A R R E R A SL L A N S A N A , 8 . , <<El embargo. . . ))r op. cit. ,
págs. 111 y ss. ; CONIGLIO, A. , <<Il sequestro. . . >>, op. cj_t. ,
págs. B-9; GUTIERREZ DE CABIEDES , E. , <<El_ementos
esencial€s...)), en <<Estudios...>>, op. cit., p á g . 3 9 1; O R T E L L S
R A M O S ,M . , < ( E l e m b a r g o . . . ) ) r p á g s . 3 3 - 3 4 ; P O T O T S C H N I GP, . | < >, en <>, op. cit. ,
páq. 5; VERDE,G., <<I1pignoramento...))¡ op. cit., páq. 19.
412.-
Como asi es reconocid.o, incl-uso por nuesEro Tribunal-
313

sustantivode <conversióru>473,
si bien la LEC, ula vez mas, guarda el más
absolutosilenciosobreel tema.Pero,en cualquierc¿rso,
y peseal silenciolegal,es
correctoafirmar que, una vez que el procesode ejecuciónya ha sido puestoen
marcha el embargo preventivo se convierte en ejecutivo, sin que se exiga
practicarlo nuevamenteoto.
Aunque a ello debe añadirse,como opina ORTELLS
supremor euien en su Sentencia de 9 de marzo de 1990 se
expresa en ros siguientes términos: "A mayor abundamiento, la
naturareza del embargo preventivo, medida de carácter
cautel-ar, tiene como notas caracteristicas su accesoriedad v
su provj-sionalídad (vid. art. 1411) . por ésta, ha dé
ratificarse o quedar nufo de pleno derecho; por aquélra, está
ar servicio de una acción principal cuya ejecución trata de
garantizar con la misma eficacia que si l_a sentencia se
hubiera obtenido er dia mismo de la traba, pero nacural_mente,
cuando la sentencia llega y es condenatoria, nada aconseja
que se al_ce, pues, firme l_a sentencia, puede irse
directamente a la vía ric :nremi n rlc -' - i
a i a ¿ ^ r r ¿LOn por
transformación. . . ".
413
.- Cfr., s i n á n i m o e x h a u s t J - v o , C A C H O NC A D E N A S , M . J . ,
< < E I e m b a r g o > > ,o p . c i t . , p á g s . 9 9 - 1 0 0 ; F A I R E N G U I L L E N , V . , L o s
procesos y l-as medidas cauteLares, e n < < E 1s i s t e m a d e m e d i d a s
cauterares>>, rx Reunión de Profesores de Derecho procesal_ de
las Universidades españolas, pamplona, !9j4, páq. j4;
F E R N A N D E ZM , . A . , < < D e r e c h oP r o c e s a l . . . ) ¡ Tomo III, op. cit.,
p á g s . 3 6 4 - 3 6 5 ; G U A S P , , J . , < < D e r e c h op r o c e s a l _ . . . > > t T o m o T f , o p .
cit. , pá9. 961; HERCE eUEMADA, V. , <<Derecho procesal. . .;,
T o m o f I , p á q . 2 6 1; O R T E L L SR A M O S , M . , (et. al_t. ), <<Derecho
Juri-sdiccíonal. . . )), Vof . II. 2o, op. cit. , págs. 30I-302 .
Idem <<El embargo. . . )), op. cit. , páq. 281; PRIETO CASTRO, L. ,
< < T r a t a d o .. . ) ) , T o m o I I , op. cit. , págs. 90 y 962. Idem
<<Correcci-ones
SBRRA DOMINGUEZM , ., <<Lasmedidas...)), op. cit., páq. 109;
VERDE, G., <<I1 pignoramento
414. -
cf r. CARRERAS LLANSANA I J ., <<Er embargo. . . >>, op.
cit., p á 9 . J . 3 9 ¡ F E R N A N D E ZM
, .A., <<Bl proceso...), op. ciL.,
p á 9 . 2 6 7; G U A S P / J . , < < D e r e c h o P r o c e s a l . . . ) ) ¿ T o m o I I , op.
cit., p á 9 . 2 7 4 ; H E R C E Q U E M A D A ,V . , <<Derecho procesal...>>,
Tomo II, op. cit., páq. 267; PRIETO CASTRO, L.,
3L4

RAMOS, la necesidadde que el juez haya dictadoel despachode la ejecución,el
cual constituyeel verdaderotrámitecon el que se inicia la fasede ejecuciónde las
sentencias4Ts.
A simple vista delineado,el sistemaestablecidopor el legisladorde las

medidas cautelaresdeberíapresentaren la práctica una acentuadautilidad para
lograr los fines previstos, esto es, garantizarla existencia de bienes en el

patrimoniodel deudor.Sin embargo,incluso la propia eficaciay utilidad de estas
medidasquedade nuevo en el vacío porque tampoco en estemomento se realiza
una regulaciónsobreel modo en que puedenlocalizarseaquellosbienes,1ocual
nos sitúanuevamenteen el punto de partida.
En efecto, los artículos 1397 y siguientesde la LEC, que regulan el
embargopreventivo, no hacenninguna alusión al problema de la localización de
bienessobrelos que ptacticarIataba en la fasecautelar.Tampocoen e$a ocasión
<<Correcciones...)), en <<Trabajos...))r op. cit., páq. 499. Idem

en <<Tratado...)), Tomo II, op. cit., págs. 90 y 862; ORTELLS
RAMOS, M. , <<El_ embargo. . . )), op. c j_t . , pág. 286; SERRA
D O M I N G U E ZM
, . , < < L a sm e d i d a s
4'75.-
V é a s e O R T E L L SR A M O S ,M . , < < E I e m b a r g o. . . ) ) , o p . c r t . ,
págs . 285 y ss. , en l-as cuales desarrolla amplj_amente ef
tema, y en l-as eu€, aparte de ]a existencia de sentencia
condenatoria con fuerza ejecutiva, y l-a subsiguiente emisión
del despacho de ejecución, destaca otros dos requisitos como
q^n rI q¡ n
y rrunynr ci .l ¿ exx_i sL tl ;eLne cf ti(a. ) I d de n r e r ¡ e -n, l, -- - " 'iOr z
ovrr e U .e uUnI I elm
e l l -boaa .- ryc- r o y SU
ejecución, y la necesidad de que el mj_smo no haya sido
-t -^l^
OI¿dUU.
315

se prevé en la ley el cauceprocedimentalpor el que ha de transcurir esta fase

procesal,quizaspor entenderel legislador que la materia se remite a la normativa
del juicio ejecutivo, como así parecer probarlo el propio art. 1407 LF;C al
establecerque, cuandoel embargono se establezcasobrecosasdeterminadas"se
hará de los bienes suficientes para cubrir el importe de la cantidad reclanada

guardandoel ordenestablecidoen el artículo 1447paraeljuicio ejecutivo".
A lo anterior debe añadirse,además,que únicamentese alude en el art.
1408de la Ley de EqiuiciamientoCivil a la posibilidadque tiene el demandante
de concurrtrala diligenciadel embargoy designarbienes,pero sin que se indique

quien es el encargadode enconffaraquéllosbienes.Así, pareceexistir, pues,una
remisión legal expresaa la normativareguladoradel juicio ejecutivo,dentro del
cual,si recordamos,seencuentrarecogidatoda la regulacióngeneraldel embargo.
En consecuenci4el problema sigue siendo el mismo ya que en el

procedimientocautelarno existetampoco,ni esprevistoningúntipo de obligación
procesalcon el fin de lograr conocerel patrimoniodel futuro deudor.La remisión
que el legisladorprevé en el campode las medidascautelaresa la regulacióndel

juicio ejecutivohaceque seatrasladablea estecampolaproblemátrcaqrue
rodeaal
embargo en la fase de ejecución.Aunque, desde nuestro punto de vista, la
situación es mas grave en este momento, ya que el Ordenamientoprevé estas
medidaspara asegurarel embargode bienes,pero despuésse asisteperplejoa la
inexistenciade medidasque a su vez garanticen,en último término, aquéllas.
316

Además, debe tenersepresente,euo en la fase en que se concedeel

embargopreventivo, no existe cettezasobrela existenciadel derechoque ostenta
el acreedor,con lo que las conclusionesextraídasparu el supuestodel embargo
ejecutivo, decretadocomo consecuenciadel incumplimiento de una sentencia
declarativa de conden4 podrían trasvasarseaquí pero teniendo en cuenta los
diversosfinesperseguidosen cadauno.
Por otro lado, si acudimosa la medidacautelardel embargoparaprevenir
las posibles consecuenciasdañosasque el proceso puede suponer para el
aseguramientode una sentenciade condenadinerari4 pero no se regula ningún
mecanismoa fin de localízar los bienes sobre los que practicar dicho embargo
cautelar,la finalidad que sepenigue con su adopcióncorre el peligro de quedaren
el vacío. Si el deudor,en el supuestodel embargoejecutivo,no tiene ninguna
obligaciónde manifestarsusbienes,con menormedidala tendráen un momento
en el que ni siquieraexisteuna sentenciaen su contra.
En resumen, no existen, claramente, medidas de coerción dotadas de

-obligacionesprocesalessegúnnuestraconstrucción-en la
sancioneseficacesot6
4 ' 76
La posible aplicación de estos medios de coerción, y
en especial las <<astreintes>>, con ef f in de lograr ef
cumplimiento de la resofución en la fase cautelar, €S un
hecho que no ha pasado desapercibido para ra doctrina
procesal. Entre otros, pueden verse, A R A N G Ü E N aF A N E G O , c . ,
Teoria General- de l-as medidas cautel-ares real-es en elproceso
penal españoJ, Barcel-ona, I99I, págs. 101 v ss.; CÁLDERON
3r1

fase cautelardel proceso,pero ademássi hubieraexistido algunaposibilidad de
entenderlasaplicables,éstadesaparecería
desdeel momentoen que la ley con su
vacío admite una remisión tácita al procedimientoque establecepara el juicio
ejecutivo,con todas las implicacionesque ello conlleva, derivadasde la propia
regulaciónde la LEC en estetema.
Pero,nuestroordenamientono sólo desconocelas obligacionesprocesales
en estafasecautelar,y tambiénen la de ejecución,que permitan Ialocalización del

patrimonio del deudor, además en la ley tampoco se crean ni se conocen
mecanismoseficacesque impidan la salidade bienesde aquélpatrimonio,o que

posibiliten la entrada de elementospatrimoniales, salidos fraudulentamentedel
mismo. En efecto, la gravedad de la situación, descrita hasta el momento, se

produce tanto por la propia localizacíón (ante la inexistencia de obligaciones
procesales),pero tambiénporque la LEC no conocemecanismossancionatorios
frente a conductasdel deudorfraudulentasque hacensalir de su patrimonio bienes

y derechoscon el fin de frustrarla propiaejecuciónde la sentencia.
C U A D R A D O ,M . P . , < < L a s m e d j - d a s c a u t e l a r e s indeterminadas . . .\),

op, . cit. , págs. 1 3 9 y s s . ; C A R R E R A SL L A N S A N A , J . , <<Las
medidas cautelares...)), en <<Estudios...>>, op. cit., págs. 516
y ss. ; FAIREN GUILLEN, V. , <<La reforma del proceso
cautelar. . .)r en <<Temas
G U T I E R R E Z D E C A B T E D E,S E . , <<Elementos esencial-€s. . . )), en
< < E s t u d i o s .. . > > , o p , c i t . , p á g s . 3 9 2 y s s . ; O R T E L L SR A M O S ,M . ,
Sobre l-as medidas cautel-ares indeterminadas del- articuJ-o 1428
de l-a LEC, en <<Estudios de Derecho Procesal en honor de
Victor Fairén Guillén>>, Valencia, 1990, págs. 401 y ss.
318

Debe tenersepresenteque, con independenciade que se afectenbienes o

derechosconcretoso el total del patrimonio, el requisito sine quae non lo
constituyela pertenenci{77de los bienesy derechosembargadosal deudor.Sólo
en el supuestode que la titularidad sobre dichos bienesy derechospertenezcaaI
ejecutadopodrá procederseal embargode los mismosaTs.

En consecuencia,la
=1"1. - A u n q u e ,
4
admitida la esencialidad de dicho requisito,
l-os cri-terios def endidos por f a doctrina para determinar
rvl i! v¡ -rhr: c r yn ayr 1-- r uacr r r e f r c i á son diversos. Así, GUASp/ <<Derecho
Procesal_
criterio der señorío físico del_ deudór sobre los bienes. En
opinión de GUASP/ es suficiente con que er bien "aparezca
suj eto de hecho a l-a esfera de ac-ción de su vóruntad
fácticamente sometido a la misma, cualesquiera que sean los
ti-turares de ros poderes y deberes juridicbs sobró er bien de
gue se trate". Por su parte, FERNANDEZ, M.A., <<El
proceso...)), op. cit., pá9. 283 defiende que es suficiente
con la concurrencia de circunstancias externas de l_as que se
pueda deducir l-a pertenencj-a al- deudor, sj-n necesidad de un
principio de prueba por escrito.
. r g u a r m e n t e , P R T E T OC A S T R O , < < T r a t a d o . . . ) ) , T o m o r r , o p . c i t .
,
p ? q 7 1 0 y R A M O SM E N D E Z , < < D e r e c h o p r o c e s a l . . . ) ) , T o m o I I , op.
ci-t., págs. 1057-1058, parece que parten de la presuncj-ón á.
que aquelJ-os bienes que se encuentren en poder áer deudor re
pertenecen, y también aquelros otros de gue se renqa
constanci-a.
418
.- cfr. c A C H o N C A D E N A S , M . J . , < < E l -e m b a r g o > > , o p . c r t . ,
pá_gs. 30 y ss. y 2 2 0 y s s . ; C A R R E R A SL L A N - S A N, A J . , <<El
embargo...))r op. cit., p á q . 1 6 0 ; F E R N A N D E Z ,M . A . , < < D e r e c h o
Procesal
<<Derecho Procesal...)), Tomo It op. cj_t., págs. 430 y ss.;
JIMENEZ ASENJO, E. , <<EI embargo>>r op. cit. , págs . 22 y ss. ;
MoRENo CATBNA, v. / (et. art. ) , <<Derecho prbcésal. proceso
Civil>>, op. cit., págs. 7!3 y ss.; PRIETO CASTRO, L.,
<<Tratado...)), Tomo If , op. cit., pág. iI0¡ R A M O SM E N D B,Z 8 . ,
<<Derecho Procesal...), Tomo f I, op. cit., pág. LO49; RIFA
SOLER, J.M", <<La anotación preventi_vá...)), op. cit., páq.
115; SOLCHAGA LorrEGUr, J., <<El procedimiento d-e apremio...rl,
op. cit., págs. L22-I23.
319

pertenenciade los elementospatrimonialesal sujetopasivocontrael que se dirige
la ejecución, constituye un presupuesto ineludible para poder practicar
válidamentela afecciónde bienesaTe.
Por ello, y sin olvidar la problemáticaqueantesindicábamossobreel tem4
habráque realizar una determinaciónlo mas exactaposibledel patrimonio real del
deudor.No debeolvidarseque en el senode su patrimoniopuedenexistir bieneso
derechoscuya titularidad no le corresponde;o, por el contrario, elementos

patrimonialesque pertenecenal zujeto pasivo y, eue por una u offa tazón,no se
encuentranen el mismo. Dichos bienesdeberanexcluirse,en unos supuestos,o
reintegrarseen otros,para lograr una perfectadeterminacióndel patrimonio.
En cualquier caso, se ha de tener presente, igualmente, gue a la

problemática que suscitan los anteriores supuestosse une también el que la
pasividad del deudor, al no tener obligación ilgna de colaborar en la

determinaciónde su patrimonio,conllevael riesgode que el mismo hagasalir de
aquél elementospatrimoniales,o deje de ejercer aquéllos derechosque posee
contraterceraspersonas,medianteconductasnegligenteso con fines fraudulentos.

Dichos actos del deudor se producencon la manifiestaintención de dejar sin
bienessupatrimonioen el momentoderealizarel embargo.
4'te.-
Un tratamiento m á s d e t e n i d o v pormenorízado del_ tema
puede verse, fundamentalmente en Ia obra de CARRERAS
L L A N S A N A ,< < E l e m b a r g o > > ,o p . c i t . , p á g s . 2 7 4 y s s .
320

Por ello, el OrdenamientoJurídico conscientede suspropios defectosen
cuanto a la investigacióny localización de los bienes del deudor, pone a
disposiciónde los acreedores

ejecutantes
mecanismossubrogatorioso sustitutivos,
con el fin de suplir la conductaomisivadel ejecutadoy lograrla determinacióndel
patrimonio del mismo. Estosmecansimossuplen,en cierto modo, la inexistencia
de obligacionesprocesalesque en estemomentorecayeransobreel deudora fin de
obligarle a manifestarlos bienes que han salido de su patrimonio, y los que
deberíanreintegrarseal mismoa8o.
En consecuenciacon lo anterior, el derechoinstaur4 fundamentalmente,
dos mecanismoscuya finalidad esenciales la formación patrimonial del deudor.

Dichos mecanismos,reguladosespecialmente
en el ámbito del derechomaterial,
vienen representadospor la denominada<acción subrogatoriar>
y la <acción
revocatoria>,reguladasambasen el art. l1l1 del CC.Laprimera acción,como su
propio nombreindica, implica la subrogacióndel acreedoren la posiciónjurídica
que habría de ocupar el deudor, con el fin de engrosarel patrimonio embargable
480.-
De modo similar a la obligación de manifestación de
bienes que se instaura en el derecho aremán, en el parágrafo
807 de la ZPO. En efecto, S€ regula en este parágrafo la
obrigación del deudor de presentar un inventario de su
patrimonio, y a partir de esta obligación generar deri-van
para er mismor €o l-os diversos apartados de que se compone
aquél, diferentes obligaciones para poner de manj-fiesto ros
diversos negocios jurídicos, tales como enajenaciones, actos
a título gratuito, etc., que puedan haber mermado
vofuntariamente el- patrimonio del deudor.
32r

con derechosque el deudorostentaa su favor contratercerosa8l.

Así se establece
en el apartadoprimero del an. l l l l del código civil que recoge que "los
acreedores,despuésde haber perseguidolos bienesde que esté en posesiónel

deudor para realizar cuanto se les debe,puedenejercitar todos los derechosy
acciones de éste con el mismo fin, exceptuandolos que sean inherentesa su

persona".
Por el contrario,la acciónrevocatoriapersigueel reintegrode elementos

patrimonialesenajenadoso transmitidospor el deudoren fraudede tercerosas'.Así
lo estableceexpresamente
el art. 1111 CC en su apartadosegundocuandoprevé
que los acreedores"pueden también impugnar los actos que el deudor haya
realizadoen fraudede su derecho".
En cualquier caso, la determinacióndel patrimonio no es sino el primer
apartado,una vez localizadosbienes, en el desarrollo del embargo.Una vez
48t
-- sobre su apricación e íncidencía en er- proceso de
ejecución civil-, p u e d e n v e r s e e n t r e o t r o s D E M T G U E Ly A L o N S o ,
C., <<Sol-uciones...>>, op. cit., p á g s . 1 4 - 1 5 ; M O N T E R OA R O C A ,
.J., (et. alt.), < < D e r e c h oJ u r i s d i c c i o n a l . . . ) ) r Vol_. If. 2o, op.
cit.,págS.115-116;PRIEToCASTRo,L.,<<Trat'ado...>>'
II, op. cit., págs. 124-726.
4 8 2-
. DE MTGUELy ALoNSo, c. , <<soluciones. . . >>, op. cit. ,
págs. 15-16; MONTEROAROCA, J. , (et. alt. ) , <Derecho
Jurisdi-ccional- ...Dt Vol_. II. 2o, op. cit., págs. 115-116;
MoRENo CATENA, v . | (et. alt. ) , <<Derecho procesal-. proceso
Civil>>, op. cj-t., págs. 1!6 y ss.; PRIETO CASTRO, L.,
< < T r a t a d o .. . ) ) , T o m o I I , o p . c J _ t . , p á g s . j 2 6 y s s .
322

realizadadicha formación, habrá que ver qué elementospatrimonialesdel deudor

pueden ser efectivamenteobjeto del embargo,puesto que no cualquierbien o
derechoes, sin más, apto para ser embargado.Antes al contrario, existen ciertas
condicionespara que pueda procedersea La traba efectiva de los bienesy los
derechospertenecientes
al ejecutado.
Sea como fuere, las anterioresaccionesrepresentan,

junto al sistemade
medidas cautelares,en el ámbito de Ia ejecución singular los principales
mecanismosque prevé nuestraLey de Enjuiciamiento Civil paratratarde lograr la
efectividad,en líneasgenerales,del procesode ejecución.Sin embargo,la breve
situacióndescritahastael momentoes claramenteilustrativa,por sí misma,de la
realidad que subyaceen todo el tema. Pesea la instauraciónde un sistemade
medidas cautelares,1o cierto es que, en la práctica y debido a la deficiente

previsiónnormativa,la eficaciay utilidad de las mismasesbastanteescas4sobre
todo debidoa la remisiónque se realizaal procesode ejecución.Así pues,se deja
sentir vna vez más la falta de obligacionesprocesalesque en estosmomentos
hubierareforzado Laprácticadel embargopreventivo, ganrfiizandoasí la efectiva
existenciade bienessobrelos quepracticarel embargo.
323

CAPITULO QUINTO
LAS OBLIGACIONES PROCESALESEN LA

FASE DE LOCALIZACION DE BIENES
I.. INTRODUCCION
El iter expositivo marcadodesdelos capítulosprecedentesdesemboca,
comoya anunciamos,en el estudiofinal de la existenciaen la ley procesalcivil de
\a frgxa de la obligaciónprocesaldentro de la fase en concretodel procesode
ejecución,pero como se adelantaen el propio título del capítulo, sólo para el
supuestode la localización de bienesen el momento del embargo,en cuanto fase

preparatoriadel mismo. Obviamente,el objeto de análisisha sido acotado,en
especialdebido a la densidadde la materiade la ejecución,pero sobretodo por
decidir cenffarnos en aquél aspecto en donde nos ha parecido más acuciante
reclamarla implantación,en algtrnoscasos,y el reforzamiento,en otros, de la

y entendidapor nosotros.
obligaciónprocesal,tal y comoha sido considerada
legislativosy la propia
Conviene añadir también que los antecedentes
historia evolutiva del proceso de ejecución deben estar presentes,en todo
momento,en la visión y entendimientode las páginassiguientes.Es por ello, que
debendarsepor reproducidasaquí, con el fin de evitar reiteracionesinnecesarias,
324

las consideracionesgeneralesque se establecíanen capítulosanteriores,en tomo a
la ejecuciónen generaly al instituto del embargoen particular.y, en especial,la

peculiar configuraciónde los principios que informan el procesode ejecucióny
que influyen en el mecanismodel embargo,el cual ha de servir de marco general
de encuadreen el que encajar las propuestasy conclusionessiguientesen el
marco,a su vez, de la localizacióndebienesdentrode dicho embargo.
Ahora bien, la problemáticaque se abordaa continuación,y las posibles

soluciones,siquierasiguiendoposicionamientos
determinadoscon laxitud, deben
encuadrarse
en la necesariaconsecuciónde la efectividadde la tutelajudicial del
art.24.l CE pero, de forma especialen estemomento,en el respetoy concreción
de la obligación general de cumplimiento de las resolucionesjudiciales y
colaboracióncon la Administraciónde Justiciaconsagrada

en el art. l 18 CE, cuyo
logro justifica la existenciade obligacionesprocesalesde carácterinstrumental
que ayuden a conseguirla.En otro caso, no tendría sentido todo el apartadoque
desplegaremos
siguientemente.
Sea como fuere, somosconscientesque quizásse pudiera objetar que el
hablar,como aquí se pretende,de obligacionesprocesalesen fasede localización
de bienes no sea demasiado acertado, sí se parte de una pura descripción
normativaal respecto.Ahora bien, si como se ha señaladomanejamosel término
obligación procesal en .el sentido en el que lo venimos haciendo,el teórico
reprocheanteriorno puedepor menosque relativizarseya que,como veremos,de
325

lege data podemoshablar de las denominadas<obligacionesprocesales>y, gue
dudacabe,sonposiblesigualmentepropuestasde legeferenda entomo al tema.
En efecto, las obligacionesprocesalesfrente a las partesy en especial

frente al deudor,pareceque no existen <prima facie> en nuestroprocesocivil, lo
que es predicablede forma especialrespectode la obligación de manifestarel
patrimonio. Aunque -y aquí puedehablarsede argumentode lege data-,tratándose
de la susodichaobligacionde manifestaciónveremoscomo la misma no ha sido
desconocidasiempreen el campodel procesocivil, como así lo prueban,a poco

que se ojeen,anterioresProyectosy Anteproyectosde leyesprocesalesciviles , en
los cualessecontemplaban
figwas muy similaresa dichaobligaciónprocesal.
Ahora bien, si es cierto que la entidad de las genuinas obligaciones

procesalesfrentea las partes-deudor-es esc¿Na,
no debecaerseen el error de que,
en consecuenci4tampoco existen simétricasobligacionesprocesales,al menos
frente a otros intervinientes en el proceso, como son los terceros y el propio
órganojurisdiccional.En las páginassiguientes,por todo ello, sepretendellegar a
la conclusiónde que podemosencontrarauténticasobligacionesprocesalespara
los tercerosen el procesocivil de ejecución,y por 1oque aquí interesaen la fase
de localizaciónde bienes.Así, como tendremosocasiónde comprobar,aparecen
en el cursode la ejecuciónuna seriede figuraso conductasque puedenexigirsea
los terceros,y que son susceptibles

de serencajablesclaramenteen la categoríade
la obligaciónprocesal,segúnseentendióen el primer capítulodel presentetrabajo
326

de investigación.
Igualmente, si nos situamos en la perspectivao posición del órgano

jurisdiccional, vamos a tener ocasión de comprobarque, si bien como se ha
manifestado reiteradamente, no existe u1a obligación expresa del órgano

jurisdiccional en esta fase procesal,la existenciade la misma pueda derivarse
quizás, tácita o implícitamente, a la luz det articulado de la LEC pero,
fundamentalmente,si partimos de la noción de potestad que rodea al órgano

jurisdiccional. La propia función de los órganosjurisdiccionalescaracterizada,
como es sabido, por la potestadjurisdiccional, es suficientepara que de ella

puedanderivar, o al menospuedanpredicarse,una serie de obligacionespara los
órganosjurisdiccionales,los cuales,igualmentey segúndoctrina constitucional
estanobligadosa adoptarlas medidasadecuadas,con la intensidadnecesaria,para
lograr la ejecuciónde la resoluciónjudicial, y con ella la efectividadde la tutela

judicial.
En consecuenciacon lo dicho hasta ahora, y aún a riesgo de ser

reiterativos, asumir la inexistencia de obligacionesprocesalesen la fase de
ejecución,y mas específicamenteen la localización de bienes a efectos del
embargo,no es totalmentecierto.Las obligacionesprocesales,pens¿rmos,

pueden
derivarsede nuesfo OrdenamientoJurídico,en función de la posicióny la óptica
desdela que se abordeel tema. Así, como v¿rmosa ver inmediatamente,
puede
seguirseuna tríadao triple distinciónen firnción de quienesseanlos zujetosfrente
321

a los cuálespuedepredicarseaquellaexistenciao no de obligacionesprocesales,

para 1o cual iniciaremos el estudio tratando, en primer lugat, la pretendida
obligación procesaldel deudor,y otr segundoy tercer lugar, respectivamente,las
obligacionesprocesalesdel órganojurisdiccional y de terceros,situadasen esta

posición puesto que las mismas representan,como se verá, el complemento
necesarioque supla las deficienciasderivadasde la falta de obligación sobreel
deudor.Es en este entendimientodesdeel que debencontemplarselas páginas
siguientes.
328

II.- PROPUESTASDE LEGE FERENDA ACERCA DE LAS

OBLIGACIONES PROCESALESDEL DEUDOR
I.- IDEAS PREVIAS
Recogiendo1oapuntadoanteriormente,y en una de susprincipales

vertientes,debeafirmarseque las obligacionesprocesalesdespliegansu verdadera
eficaciay adquierenvirtualidadprácticasituadosen el campoo la órbita de las

partesprocesales,en sentidoestricto,tanto en la fase declarativacomo en la de
ejecución.Sin embargo,no debeolvidarseque el presenteestudiose destin4 en
último término, a la investigaciónde la existenciade aquéllasobligacionesen el
momento de la localización de bienes en el seno del embargo.Ello obviamente,
delimita que dicha categoríaprocesalseaentendiday aplicadaa la posición del
deudoro ejecutado,puestoque es la parte principal sobrela que han de recaerlas

presumiblesobligacionesprocesalesen esteinstante,siquieracon planteamientos
de legeferenda.
Además, es convenienterecordar que el fundamentode la categoríade la
obligaciónprocesalaparecesuficientementeavaladopor el propio artículo118de

la Constitucióndel necesariocumplimientode las resoluciones
judiciales,el cual
se traduce,en estosmomentos,en la mas genuinaobligaciónde carácterprocesal
cual es el genérico cumplimiento de las decisionesemitidas por Juecesy
329

Tribunalesott.A ello, contribuye también toda la doctrina emanadadel Tribunal
Constitucionalen tomo a la configuraciónde la ejecuciónde las sentenciascomo
un derechode carácterfundamental.
Perojunto a la genéricaobligaciónde cumplimientode las resolucionesasí

consagrad4 pueden derivar otras obligaciones de carácter instrumental de la
ejecución,y en especiala nuestrosefectos,la de manifestaciónde bienes,o las
obligacionesprocesalesen la fase de IocaIízacíónde bienes.Obligacionesque

persiguencomo fin común lalocalización de bienesy derechosdel ejecutadopara
practicarel embargo,Y Por ello justifican su imposiciónno sólo sobreel deudoro
ejecutado,sino también sobreterceroscolaboradores,e incluso sobre el propio
órganojurisdiccional, en cuantopuedancontribuir eficazmentea consezuirlos
finesprevistoscon lalocalizaciónde bienes.
Sin embargo,y centradossiempreen el procesode ejecución,la realidades

bastantediferentea la que seríadeseable,en cuantoa la existenciade un proceso
de ejecución que aparecemás bien como protector de deudoresmorosos e
incumplidores,y que ignora el calvario que, en ocasiones,han de sufrir los
acreedoressi quierenver satisfechossus derechosde crédito reconocidosen una
AQA
Recordemos que er propio cumplimiento de ras

resoruciones judiciales es ya configuradó en el_ capítulo
segundo del presente trabajo como una de las obligationes
procesales de carácter genérico I a cuyo contenido nos
remítimos en este momento.
330

resoluciónjudicial.
La influencia del pensamiento liberal, que originariamente conformó
nuestraLey de EnjuiciamientoCivil, ha hecho que duranteaños el principio de

justicia rogad4 así como la imparcialid¿ddel órganojurisdiccional, constituyan
principiosde granraigambreen el procesocivil español.Ello, en el momentode la
localización de bienes se traduce en la presencia de una carga de carácter
extraprocesalque pesa sobre el acreedor en cuanto interesadoen el perfecto
cumplimiento de la sentencia,1oque hace que se vea obligado a act'nr de forma
activa si quiere ver satisfechosu derecho.Ni el deudor, ni en gran medida el
órganojurisdiccionalprestanuna ayuday colaboracióneficazen la investigación
del patrimoniodel ejecutado.
En la actualidadpareceque el sistemalegal, al menostácitamente,sigue

protegiendoal deudor, como se deducede todo 1o dicho hasta el momento y se
tatifica en las páginassiguientes.La propia normativaque serecogeen la Ley de
Enjuiciamiento Civil tanto en el ámbito general de la ejecución como en el
concreto del embargo,representael ejemplo mas claro de ello, así como la
insistentenegativade imponer frente a aquél obligacionesprocesales1o que, en
cierto modo, sigue preservandosu protección actuatoso.

La visión acerca del
484.-
Como así lo prueba, igualmente, la existencia hov
por hoy en nuestra fey procesal civil- del- orden de prefacióñ
de bienes en el- momento del- embargo, cuyo f in párece ser
también un afán proteccionista hacia el deudor o eiécutado.
331

deudordeberíaser cambiadaen la mentedel legislador,y así seríay es necesario

que,hoy por hoy, se contempleal deudordesdeotra perspectivadiferente,estoes,
como nn sujetomás del procesoal que alcatuantodaslas posiblesobligaciones

procesalesque en el mismo se instauren,de acordea lo establecidoen el artículo
118de la Constitución.
En consecuencia,la búsquedade solucionesque aspirena remediar la
situación así existenteha sido una constanteen la doctrina, y entre ellas, destaca
sobremanerala propuestade implantar la que se ha venido denominandocomo
<obligación de manifestación sobre el deudon, la cual presenta especial
relevanci4 sobretodo, si se tiene presenteque el mecanismode las obligaciones

procesaleslleva ínsito la imposiciónde sanciones
jurídicas.Así pues,y como se
decí4 las pretendidasobligacionesprocesalessobre las partes han de ser
entendidasy aplicables,en estemomento,al deudor,puestoque esfrente al mismo
dondeaquéllasdespliegansu auténticavirtualidad práctrca.
Sin embargo,el tratamientode estaobligación de manifestaciónha sido

bastantedeficientey escas¿rmente
relevante.En la doctrina,y pesea solicitarsela
implantación de semejante obligación en el proceso civil, no ha habido
paralelamente
un mayor acercamiento
y delineaciónde estacategoríaprocesal.El
legislador, por su parte, ha preferido obviar el tema como así lo demuestrael
hechode que en las reformasllevadasa cabode la LEC, en ningún momento,se
alude a la materia que en estos momentosnos ocup4 y ello pese a que la
332

obligaciónde manifestaciónno parecehaberpasadototalmentedesapercibidapara
nuestroslegisladorese
comoasícomprobaremos
en el siguienteapartado.
Sea como fuere 1o cierto es que, lamentablemente,

en nuestrosdías la
situación peÍnanece sin ninguna variación sustancial, y así la Ley de
EnjuiciamientoCivil en la materiaque es objetode las presentespáginas,poco ha
avatuado y se ha modemizado en el mecanismo del embareo en la fase de
locaLización.
Ahora bien, pese a todo 1o anterior, creemosque es del todo punto

necesarioacercarnoscon mayor detenimientoa la obligación de manifestación,
siquiera sea en estosmomentoscon planteamientosde legeferenda, ya que ello
puedeser clarificador,sobretodo, porque se pondráde manifiestocomo similar
obligación,anecdóticamente,
fue conocidaen anterioresproyectosde la LEC, y
como el legisladordecideadoptarlaen el campodel procesolaboral.
Ademas, es necesarioponer de relieve los efectoso las consecuencias

perjudicialesque se derivan del desconocimientoen la LEC de esta obligación
procesal,lo cual deberíallevar a que las que puedanexistir tratandosede terceros
y órgano jurisdiccional fueran reforzadas, en tanto en cuanto el legislador
insistiera en su posición de no implantar dicha obligación, tan convenientey
necesariaparalograrla tan aheladaeficaciadel procesode ejecucióncivila8s.
- Necesidad
que,desdehaceañosfue manifestada
por PRIETOCASTRO,paraquien
333

el logrode la observanciadel principiode eficaciaprocesalpasapor "(...) saliral paso

de las insolvenciasfraudulentas-que son el sarcasmoo la burla sangrientade la
Adminishacióndejusticia-, no impedidaspor la insuficienciay dificultad de la acción
revocatoriaindesenvueltao escasamente desarrolladaen nuestos sistemas;arbitrar
medidas para el descubrimientoy determinacióndel patrimonio del deudor (a la
maneradel juramentum manifestationisad illustrationem):todos sabemoscuanto
cuesta,a veces,descubrirel patrimonioembargable, y unavez descubierto, el posible
beneficio de los reembargables,sin haber contribuído a averiguar dicho
patrimonio...", <<Principios op. cit.,pá9.229.
políticosy técnicos...)),

2.- EN ESPECIAL, LA OBLIGACION DE MANIFESTACION DE
BIENES
2.1.- Breve bosquejo histórico de la manifestaciónde bienes en

la Ley de Enjuiciamiento Civil
Antes de pasar directamenteal estudio de la obligación de
manifestaciónes convenienteseñalar,como se ha venido haciendode manera
constantey bastantereiteradaa lo largo de estaspáginas,la inexistenciaen laLey
de EnjuiciamientoCivil vigentede una obligaciónprocesalsobreel deudora fin
de que manifieste sus bienes, lo cual es un hecho ciertamenteinnegable en la
actualidad.Sin embargo,la constatacióndel mismo no debeconducira equívocas

y anticipadasconclusionesen el sentido de entenderque semejanteinstituto es
desconocidoy extrañoen el ordenamientoprocesalcivil de nuesffopaís.La figura
de la manifestaciónde bienesno ha llegadoa incorporarse,ciertamentecomo tal,
en la LEC, lo cual no significa que la misma haya sido completamente
desconocidapor dicha ley procesal,en el transcursode su propia evolución

legislativa.
En efecto,en estaspáginasse trataráde poner de manifiestocomo aquélla
obligación de manifestaciónsobreel deudorhatratado, atrnquequizásdemasiado
sutil y tenúemente,de implantarseen el senodel procesode ejecucióncivil, como
al menos así parecenprobarlo las previsionessobre figuras similares en las
335

diversaspropuestasreformadorasde la Ley de EnjuiciamientoCivil. Así pues,a
ellas vamos a dedicarahoranuestraatencióncon el único objetivo de dejar un

poco mas clarala situaciónen la materia,1ocual haceque en estosmomentoslas
posibles reformas aquí citadasseanabordadasdesdeuna perspectivaun tanto sui
generispor 1oque aquí interesa.
Así, en nuestroespecialrecorridopor la evoluciónlegislativamasreciente

de nuestraley procesalcivil, el primer escalónen el queesnecesariodetenemos,
y
más a nuesffos efectos, lo constituye eI Anteproyecto de Basespara el Código
ProcesalCivil de lg6d86. Especialmente

relevanteapareceesteAnteproyectoya
que en é1 se contempla una figura anáúogaal denominado (uramento de
manifestacióru>487.
En efecto,en la Base65 del mismo que establecela regulación
del embargo,seprevénreglasespecíficaspara su desarrollo,entrelas que destaca
sobremanera
la recogidaen la regla 5u,Ia cualreconoceexpres¿rmente
que <<para
determinarlos bienespertenecientesal deudorse exigirá a ésteque los manifieste,
sin perjuicio de queel acreedorlos designebajo su responsabilidaó.
.- Anteproyectoque, en opinión de DE MIGUEL Y ALONSO, constituyeel puntal

mas importantede entretodoslos anteproyectos en cuantoa aporüaciones
técnicasse
refiere. Véasedel autor, Informesen torno a la futura reformaprocesal española,
Universidadde Salamanc4197l, pa5.17.
.- Mecanismotípico conocidopor el derechoalemánsi bien, como se verá, en la

actualidadseobvia el términojuramentoal habersesustituidoIa exigenciadel mismo
en el momentode la manifestaciónde los bienes.
336

Como fácilmente puede colegirse el precepto así transcrito instaura una

posibleobligaciónprocesalfrente al deudora fin de que manifiestesusbienesa88.
Sin embargo,y pese a prever la instauraciónde la manifestaciónde bienes,la

sustancialidadreal de la misma es escasaal no regular el Anteproyecto sanción
alguna ante el eventualsupuestode su inobservancia.Ello, una vez más, llevará a
la doctrina a planteamientosde legeferenda a fin de establecerla sanción mas
adecuadapara garantizal.aquéllamanifestaciónde bienesase.

Aunque en cualquier
caso, las limitaciones se encuentran implícitas en el propio texto al no
contemplarseposiblesmediossancionatoriosque refuercenaquéllaobligación,y
en especial,los de carácterpersonal.
.- Aunque,sin mostrarsepartidariode la exigenciao implantacióndel juramentoen

dicho trátmíte,a diferenciade la originaria institución alemanaen la que se exigía
juramento al deudor en la declaración o manifestación de rrrs bi"rr"s. Cft.
CARNELUTTI, F., <DerechoProcesalCivil y PenalI. DerechoProcesalCivil...>,
vol.I, op.cit.,pág.388;CARRERASLLANSANA,J.,(El embargo...>, op.cit.,pág.
205; FERNANDEZ L0PEZ, M.A., <El proceso...),op. cit., págs. 150 y ss.;
MONTEROARocA, J., <Perfeccionamiento...), en <Estudios...)),
op. cit., págs.277
y ss.; PRIETO CASTRO,L., <Perfeccionamiento...>>, en <Temas...),op. cit. p4gs.
429y ss.
.- Así, comopropugnaMONTEROla soluciónparecequepasapor la aplicacióndela

correspondiente. responsabilidad penal ante la falta de declaración o las
manifestacionesfalsas,<Perfeccionamiento...>>,
en <<Estudios...>,
op. cit., pág.27g.Sin
embargo,en opinión de FAIREN, estasoluciónno debenaadoptarse sin mássinoque
entre el c¿Impode las astreintes-practicamenteirrelevantesen estemomentosegun
esteultimo autor-,y el delito penalquedaun vacío legal que deberíallenarsecon las
constricciones,aunque no precisa en qué pueden consistir las mismas. Véase
Sugerenciassobreel Anteproyectode Basespara el CódigoProcesalCivit de 1966,
valenci4 1967, pág. 83, y también <La sistematización de la ejecución...),en
<<Temas...>>,
TomoII, op.cit.,pág.885.
337

Pero no obstante y pese a las lagunas que pudiera presentar, el
Anteproyectode 1966 al menosera conscientede la problemáticaque presentaba
el tema de la manifestaciónde bienes. Y, en consecuenci4se preocupó de
estableceruna regulación, aunque tal vez insuficiente, del mecanismode la
manifestaciónlo cual, como veremos,contrastaaún más con las futuras reformas
de la LEC en las que el legisladorno contemplafigura anáúoga

a la manifestación
de bienes,1oque ha implicadoque enla achtalidaddichafigura seadesconocid4
al menosen elámbito del procesocivil.
El segundo paso dado por el legislador en el intento de instaurar el

juramento o la manifestaciónde bienes en la LEC, viene representadopor el
Anteproyectoaprobadoen 1970,como claro herederodel anteriorde 1966.Este
segundoAnteproyecto consagraen su Base XXII, n" 72.5ula obligación de
manifestación,aunque tampoco en ésta ocasión se exige la prestación de

juramento, sino que según dicho precepo "Ia falta de declaración o las
manifestaciones penalcorrespondiente"4eO.
falsasdaránlugara la responsabilidad
.- En claro comentario a esteprecepto señalaMONTERO -autor del que se extrae esta

referencia-, que "se ha de seguir por este camino (...) la prisión aquí no sería
consecuenciade la deud4 sino de la negativa de declarar o las declaracionesfalsas, es
decir, de actividades que negativa o positivamente tienden a defraudar a los
acreedores. El deudor de buena fe no se vena sujeto a prisión", véase
<Perfeccionamiento...>, >>,op. cit., pág.278.
en <<Estudios...
338

Sin embargo,estenuevapropuestatampocoprosperó,y el Anteproyecto
no vió la lt:z ni se convertió en Ley. En consecuencia,ninguno de los dos
Anteproyectos llegaría a buen término, debido en opinión de SERRA

DOMINGIIEZ4e'od la circunstanciade haberconstituídoel blanco de numerosas
críticas doctrinalesan'1oque, al mismo tiempo, provocó el aplazartientoindefinido
de la reforma. Ademas,la consecuenciade tal fracasoseráde mayor entidadde la

que pudiera pensarse,ya que fuera de las anterioresprevisionesnuestrasleyes
procesalesciviles no han vuelto a conocerfigura similar a la queserecogíanen los
citadosAnteproyectos.
Ello no obstante,aquél aplazarrientoal que se aludía finaliza en el año
1984con la promulgaciónde la Ley 3411984,de 6 de agostode reformaurgente
de la Ley de EnjuiciamientoCivil, primerade las leyesque comienzaa abordarla
reformade nuestra,por entoncescentenaria,Leyprocesalcivil. La esperadaley de
reforma del año 84 implica el primer p¿Noen la ingenterenovacióndel proceso
civil, al que habránde seguir otrasreformasque completenuna modificación total
.- SERRADOMINGUEZ,M., Balancepositívode la Ley deEnjuiciamientoCivil,en

derechoy proceso.Estudiosen memoriade los profesoresVicente
<Constitución,
FIERCEQUEMADA y Angel DUQUE BARRAGUES>>, Zamgoz4 1983,pá9.650.
.- Sobre la diversidadde opinionesdoctrinalesen relación con los mencionados

puedenverselas
Anteproyectosde reforma de la LEC, y las críticas subsiguientes,
referenciasde la doctrinaprocesalistavertidasenla VII ReuniónAnual de Profesores
de Derecho Procesal de las Universidades Españolas, <Separata de la
Rev.Der.Proc.b.)), núms.II-III, Abril-Septiembre,19'71,en especiallas págs.725 y
SS.
339

de la materiaprocesalcivil y la adaptena las nuevasnecesidades

de |a sociedad
actual.
Pero pese a ello, la incidencia de dicha ley en la materia relativa a Ia

ejecuciónes de menor entidada la esperada.En general,la reforma operadacon la
ley de reforma 34184fue mas bien de carácterresidual, aunqueno debe causar
extañeza puesto que en la propia Exposición de Motivos de la Ley se alude al
tratamientopocoprofundoconcedidoa la matenadela eiecuciónae3.
Ahora bien, si conjuntamenteno se producenmodificacionesimportantes

en el régimengeneraldel procesode ejecución,seinfoduce un preceptonovedoso
que afectaal mecanismodel embargo:el nuevo apafiadotercero
del art. 1455de la
LEC. En dicho apartado,como es sabido,se facultaal órganojurisdiccionalpara
acudir, a petición del ejecutante,a registros públicos, organismospúblicos y
entidadesfinancieras,a fin de que éstosfacilitenuna lista de bienesy derechosdel
deudorde que tenganconstancia.Así pues,es en estenuevo apartadodondedeben
verselas posiblesobligacionesprocesalespara los tercerosen el momentode la
localización de bienes, como veremos mas detenidamente.E incluso, en cierto
modo,del mismopuedenderivarlos poderes-deberes

parael órganojurisdiccional
en la búsqueday localizacióndebienes.
.- En efectoen dichaExposiciónde Motivos nuestrolegisladorliteralmenteexpresa

que "(...) por lo demás,como modificacioneso simples matizacionesque se
incorporanalaLec figrnan(...)darunanuevaordenacióna lassubastas (...)".
340

Sin embargo,el legisladordesaprovecha

la oportunidadpara dedicar al
tema mayor atencióny detenimientoque el concedidoa través del nuevo apartado
del art. 1455.3 de la LEC. En efecto, se desaprovech4en primer lugar, la
oportunidad de introducir una obligación de manifestaciónsobre el deudor en el
momento de localización de bienes.Igualmente,y €tr segundolugar.,el legislador
deja pasar la posibilidad de reforzar los poderes del órgano jurisdiccional e
implantarfrente al mismo una auténticaobligaciónde investigaciónde los bienes
del deudorsin tenerque depender,una vezmá.s,de la necesariayprevia instancia
del acreedor. Y ya en tercer y último lugar, al tiempo que prevé una ciertia
colaboraciónpor partede terceroshubierapodido desarrollary regularcon mayor
minuciosidadtodo el tema de la enffadae intervenciónde éstosen la fase de
localización.
Sin embargo,y al menospor 1oque ahorainteres4 con la reforma del 84

no se introduceuna novedadtan sustancialen relacióna la búsquedade bienesdel
deudor,en especial,en 1orelativo a la obligacióno comportamientodel mismo en
este momento.Pesea que no puede negarsela novedadque, en cierto modo,
supusola incorporacióno implantaciónde aquélnuevo apartado,locierto es que
la operatividadprácticadel mismo esa tod¿slucesinsuficiente.
Y yq el siguientey último paso,dado por el legisladoren la proyectada

reformadel sistemaprocesalcivil comienzaapartirdel año 1988,y desemboca
en
347

Ia acawlLey 10/1992,de 30 de abril, de MedidasUrgentesde ReformaProcesal.
Sin embargo,pese ala aparentealtitud de miras que se perseguíacon estaley, lo
cierto es que como ya expresarael propio ConsejoGeneraldel Poder Judicialaea,
"no es el texto normativo que da cumplida respuestaa la necesidadde
modernizaciónde la Ley de Enjuiciamiento Civil y adecuaciónplena de su
articulado a los postulados constitucionales".Además, como igualmente
manifestabael CGPJtanto en su Memoria del año 9l como en el92, por lo que
aquí interesa,"quedapor abordar(...)el reforzamientode los poderesdel Juezy la
eliminaciónde injustificadosentorpecimientos
incidentalesquepennitala efectiva
observanciade las obligacionesprocesalesde laspartes"4es.
En cualquiercaso, el procesode ejecuciónapenassufre modificaciones
sustancialesen la Ley de lgg24e6,y la materia que constituye el objeto del
embargo ejecutivo no es siquiera aludida en la reforma. En consecuenci4
obviamente, sigue sin contemplarseninguna obligación procesal en la fase de
.- Véasesu Memoriade 1992,anexoII.
.- Véanse,las Memorias del Consejo Generaldel Poder Judicial de l99l (Anexo D y

1992 (Anexo II).
.- Las únicas modificaciones, como la misma ley menciona en su Exposición de

Motivos, son las atinentes al procedimiento de apremio. Entre ellas se destacan: la
eliminación de la posibilidad de cesión del remate para quien no sea ejecutante; la
celebración de la subasta se encomienda al Secretariojudicial; se establece que el
documento público judicial es documento inscribible, y se adaptan los
correspondientespreceptos de la Ley de Eqjuiciamiento Civil a lo dispuesto en la
legislaciónhipotecaria.

ejecución.Si tenemospresentelas fechasen las que se ha producidola reforma

procesal, nos daremos cuenta de la mayor gravedad y de la oportunidad que
nuevamenteha desaprovechado
el legislador,en especial,tras la promulgación de
la Ley de Procedimiento Laboral en la que se regula ra obligación de
manifestaciónde bienes del deudor, y ofras análogasobligacionesprocesales
frentea órganosjurisdiccionalesy terceros.
En resumen,nuestrolegisladorpesea la denunciareiferadade implantar

obligacionesprocesales,tanto en el proceso de ejecuciónen general como de
forma especial en el embargo, sigue sin mosfrar su voluntad de implantar las
mismas en el ámbito del proceso civil. Ello evidencia,una vez más, que el
legislador en la protección de los derechosde créditoae7,

fro parece seguir las
mismas pautas que cuando se trata de la defensa de sus propios intereses
públicosae8.
.- Aunque,tambiénal mismotiempo dejasin contenidola gararúíadelas ejecuciones

específicasde obligacionesde hacer,no hacer y dar cosa determinadadistinta de
dinero. Garantíaque se traduce en su conversiónen equivalenteso prestaciones
pecuniariasque,enultimo término,seconviertenen dinerarias.
.- Así, comoejemplode dichadiversidaddecriterios,sesuelecitarentrelos autoresla

Ley de Contrabandode 16 de julio de 1964,que en su art. 8g, en alusióna las
personassancionadas,disponeque (sean requeridaséstaspara que manifiestensi
tieneno no bienesen los quepuedahacerseefectivaen sutotalidadla sanciónqueles
hubiere sido impuesta>.véanse, entre otros, DE MIGUEL y AroNSo, c.,
<Soluciones...),op. cit., pág. 13; MOLINER TAMBORERO, G., <<Laejecución
singular...>,
op. cit., págs.102y ss.;MONTEROARocA, J., <perfeccionamiento...>.
en<Estudios...),op.cit.,págs.277y ss.
343

2.2.- La configuración, en concreto, y de lege ferenda de la
obligación de manifestaciónde bienes
2.2.1.-Introducción
Las consideracionesgeneralesacercade la convenienciay
utilidad prácticade las obligacionesprocesales,en estemomentofrente al deudor,

parecenclaras. Como quedó establecidoen el primer capífirlo, la obligación
procesalconstituyeun mecanismoidóneopara constreñira las partesprocesalesa
observaruna determinadaconductaen el proceso,sobre todo, por la posible
sanciónjurídica que llevaría aneja.En consecuencia,

en la fase de búsqueday
localizacíónde bienesdel deudorparapracticar el embargo,la instauraciónde una
potencialobligaciónprocesalfrenteal mismo que le obliguea la manifestaciónde
su patrimonio constituyeel medio más idóneopara lograr la eficacia en dicha fase
del procesode ejecución.
Así, el ejecutado,gravadocon esaobligaciónde manifestación,no gozade
libertadjurídica para su cumplimientoo no; obligatoriamenteha de cumplirla o,
en caso contario, soportar Ia consecuenciajurídica derivada de su
comportamiento.El incumplimiento del deudor,pues, a negarsea manifestarlos
bienesy derechosque posea;o manifestarlosfalsamente,e incluso,la negativaa
344

comparecerpara llevar a cabo tal manifestación,conllevaríala posibilidad de
imposición de la sanción.Cuestión distinta es la sanción concretaque pueda
imponerseal ejecutadoo zujetopasivode la ejecuciónque incumplala obligación
de manifestación,sobretodo si sepretendelograrla eficaciaplenadel mecanismo.
Por tanto, dos pasosprevios son necesariosa la hora de definir y delinear

esapretendidaobligaciónde manifestaciónsobreel deudor:
a) determinarel alcanceconcretode la misma
b) determinar el alcance de su incumplimiento, esto €s, fijar Ia
correspondiente
sanción.
La obligación de manifestación, de esta forma tan escuetamente

configurada, encontraría su fi.mdamento,en nuestra opinión, en la obligación
genéricadel art. 118 de la Constitucióndel cumplimiento de las resoluciones
judicialesann
de la que puedenderivarsea su vez un conjunto de obligaciones
instrumentalesque gararúizansu efectividad. y entre ellas, sin dud4 puede
situarsela <obligaciónde manifestaciónde bienes>en la que, a poco que se
reflexione, se apreciasu carácterinstrumentalcon respectoa la genéricadel art.
118 de la constitución, y con respecto ala generaltambién, en nuesfro caso,
obligaciónde soportarel embargo.
.- Obligación refrendadaigualmente por el art. 18.2 LOPJ, en donde se reitera la

obligatoriedad en el cumplimiento de las sentenciasy demas resoluciones emitidas
por jueces y tribunales,en los propios términospor ellas establecidos.
JAJ

Igualmente, fundamentar la existencia de reclamar una obligación de
manifestaciónpuedeincluirseo versecomonecesariodesarrollodel art. 24.1 dela

Constituciónque consagrala tutelajudicial efectiva,y dentrode cuyo contenidose
integra el derecho a la ejecución de las sentencias,como reiteradamenteha
reconocidonuestroTribunal Constitucional.
Fuera ya del plano puramente constitucional, también debe tenerse

presentepara basarel fundamentode una pretendidaobligación de manifestación,
la obligación procesal genérica de veracidady probidad de las partes en el
desarrollo del proceso. Efectivamente, las partes tienen la obligación de

comportarsedentro del proceso según las reglas de lealtad y probidad. Dicha
obligación,recogidaen el art. 11.1 LOPJ consagrala necesidadde que en todo

procedimiento se respetenlas reglas de la buena fe. Ciertamentedicho precepto
deberíainformar la conductade las partes,y evitar así comportamientosímprobos
de los zujetosprocesales,
y eo el presentecaso,del deudorantela manifestaciónde
susbienessoo.
Desde otro punto de vista no tan genérico pero igualmenteimportante y
.- Pero, tambiénes cierto que la eficaciadel principio es mas bien de carácter

simbólico,ya que el mismo no contieneuna sanciónexpresaparael supuestode que
seatransgredido.La Ley Orgrínicadel PoderJudicial desaprovecha la oportunidad
para castigarlas conductasque atentenconÍa aquellospostuladosde la buenafe
procesal.
346

conectadocon planteamientos
constitucionales,
la causainmediataquejustificaría
la implantación,en el presentesupuesto,de una obligaciónde manifestaciónde
bienes,se encuentraen la propia sentenciaemitida en contra del sujeto frente al

que se imponedicha obligación.La resoluciónemanadadel órganojwisdiccional
constituye el título legitimador que pone en marcha todo el mecanismo

sancionatoriocontra el deudor,a través de la fase de la ejecuciónforzosade la
sentencia.Ademas,en último término, no debeextrañarnosel que tal obligación
seaimpuestaal deudor,ya que la mismano essinouna obligaciónde colaboración
del sujeto pasivo con los órganosjurisdiccionaleseen el cumplimiento de las
resolucionespor ellos emitidass0l.
Pues bien, si todos los anterioresargumentospuedenser más o menos
convincentespara fundamentary propugnar la implantación de la tan aludida
obligación procesal, existe uno que debe ser visto como sintomático y
concluyente: la propia realidad existente en nuestro sistema legal. Así, la
regulaciónactualde la manifestaciónde bienes,como fasedel embargoejecutivo,
con la ausenciade obligacionesprocesales,

conllevaque seael acreedorel que,en
último término, venga gravado con la carga exfraprocesal de búsqueda y
Iocalizaciónde bienes,sin que los mecanismoslegalesle prestendemasiadaayuda
en tal labor; aunqueello no debellevamosa olvidar sin más el interésdel deudor.
.- En cualquiercaso,una obligación de colaboracióndel sujetopasivo con los órganos

jurisdiccionales,administrativoso fiscales,es expresamentereconocid4 si bien en el
ámbito de las relaciones con la Administración tibut¿ria. Dicha obligación se
consagraexpresamentepor nuestroTC en su STC 7611990,de 26 de abril.
141

igualmentedigno de protección.
En resumen,pues, la solución pasa por la convenienciade hallar una
formula que concilie, en primer hg*, los interesesopuestosde acreedory deudor.
Pero, en segundolugar, y no por ello menosimportante,se ha de tener presente

que cualquier propuestareformadoraha de venir regida por la armonizacióndel
interés público vertido en la ejecución de la resoluciónjudicial, y el interés

del procesocivi1s02.
privadocaracterístico
Pesea todo, lo que resultainnegablees que el desarrollode la obligación
de manifestaciónha sido totalmentemarginal, y ni siquierala instauraciónde esta
obligaciónen el ámbito del procesolaboralparecehabersuscitadomayor interés,
ni doctrinal ni legislativo, para acercarsemás detenidamenteen esta materia al
campode la ejecucióncivil.
.- Aunque,no debeolvidarseque,tal vez,Itallegadoel momentode queen el proceso

civil, sedetradicionalde los interesesprivadosy del predominiode la verdadformal,
reineya la verdadmaterial.
?AA

2.2.2.-Alcance de la obligación
La manifestaciónde bienes,como su propio nombreindica,
setraduceen la imposiciónal deudorde una obligaciónpor la que debedeclararla
extensiónde su patrimonioa efectosde cubrir las responsabilidades

derivadasdel
procesode ejecución.Esta obligación,en cuantotal, recaesobreel sujetopasivo
de la ejecución,esdecir,sobreel deudoro ejecutadoen el procesode ejecuciónen
curso, el cual apareceya determinadocon clandaden el correspondientetítulo de
ejecucións0t.Lu figura así denominadapretende evitar, y al mismo tiempo
sancionar,la conductade aquéllos deudoresque frecuentementedificultan, y en
algunoscasosllegan a impedir,la efectividadde la ejecuciónen cursoa ffavésde

la posibleocultacióno no manifestaciónde los bienesa ellasometidos.
Ahora bien, para entendercuál es el alcancemas real de estaobligación
convienedetenemosrm poco allí en dondeha surgidoestafigura para,con cautel4
analizarsu posiblefrasvaseal derechoespañol.Ello nos lleva al acercamientodel
derechoalemán -aunquebasadosaquí en los preceptosde la ZPO-, principal
ordenamientoque representael paradigmade la manifestaciónde bienes,si bien
despuésseráigualmenteconvenienteacercarnosde forma más concretaalaLey
de ProcedimientoLaboral, en donde por vez primera en nuesfroordenamientose
.- Aunque,tambiénhabr¿inde tenersepresentesaquelloscasos(mencionadosen el
capítulo 2) en los que se producenfenómenosde transmisibilidadde la posición
dealgunnegociojurídico (vgr.la sucesión).
jurídicade deudor,realizadaatravés
J A J

recoge,como tal,la obligaciónprocesalde manifestaciónde bienesdel deudor.
A) LA ORDENANZA PROCESAL CIVI ALEMANA
La institución sucintamentedelineadaencuentrao situa su

origen, como señalamos,en el Derechoalemánel cual se inspir4 en susprimeros
momentos, en lo que se ha venido denominando como <juramento de
manifestacióo>,
términocon el que seha aludido,y aún sealude,comúnmenteala
figura de la obligaciónprocesalde manifestación.
En efecto,el antiguo <juramentode manifestacióru>

del Derechoalemánse
hallabareguladoen el parágrafo807 de la OrdernnzaProcesalCivil alemana,el
cual expresamenteestablecíaque, (cn¿uldopor el embargono se pudiere pagar
completamenteal acreedoro éste acreditareque el embargo no alcaruará paru
cubrir su crédito, el deudor, a petición de aquél estaráobligado a presentarun
inventariode sus bienesy a indicar los títulos de los créditosque tuviere y las
pruebas de ellos, prestando el juramento de manifestación
(OFFENBARUNGSEIND) en estostérminos: que, en conciencia,ha indicado
cual es su paffimonio tan exactamentecomo ha podido>. En casode negativadel
deudora prestarjuramento se le podía imponer la prisión por tiempo no superiora
seismeses>>soa.
- Véase traducción de MONTERO AROCA, J., Perfeccionqmientodel sistema de
350

Así pues,es la propia exigibilidad del juramento,segúnestablecía
a la instituciónhaciendoque
la ZPO,la que concediósustancialidad
expres¿rmente
a la mismasela conocierabajo el sustantivode <juramentode manifestacióru>.

Sin
las sucesivasreformas acaecidasen el

embargo, como ha sido señaladosos,
Derecho alemán de 20 de agosto de 1953 y 27 de junio de 1970, hacen
desaparecerel juramento como expresión de creencia religiosa, aunque su
desapariciónno conlleva la de la obligación de manifestacióndel deudor, ni

jurídicasderivadasde la negativaa prestar
tampocola de las rígidasconsecuencias
dichamanifestacióno prestarlafalsamente.
En la actualidad,en el derechoalemánse sigueregulandoel mecanismode
la manifestaciónde bienes,aunquesin el juramento apuntado.Sin embargo,la ley

procesal civil alemana adoptaen la actualidad un término definitorio para este
mecanismociertamentede dificil traducción en nuestro derecho,pero al que no
obstante podría aludirse como fuerte <declaración o aseveración formal o
solemne>en sustitución del juramento, que la Ordenaruaalemanadefunecomo

reguladoen el mismoparágrafo807 de laZPO.
versicherung>
<eidestattliche
ejecuciónsingular, en <El sistemade recursos.Perfeccionamientodel sistemade

ejecución singular, X Reunión de Profesores de Derecho Procesal de las
UniversidadesEspañolas>,Santiagode Compostela,1977, pág.71.
op. cit.,
en <El sistema...>>,
.- VéaseMONTEROAROCA, J., <Perfeccionamiento...)),
pág.7I; SOLCHAGALOITEGUI,J., (El de apremio...),op.
procedimiento cit., pág.
351.
351

Efectivamente,en el primer apartadodel precepo se estableceexpresay
literalmenteque "si el embargono ha conducidoa una completasatisfaccióndel

acreedot,o fuera presumible que ésta no se obtendrá"el deudor esta obligado a
instanciade parte a presentarun inventario de su patrimonio e indicar la causay
las pruebasde sus créditos". como puede apreciarse,y así se deriva de los
apartadosposteriores,el deudor debepresentaruna lista detalladade sus créditos
asícomo documentosprobatoriosde los mismos.
Sin embargo,la obligaciónasí impuestaal deudorse completade forma

mucho más precisa y minuciosa en los apartadosque componen el propio
parágrafo807 de IaZPO. En ellos,se aludea la necesariainformaciónque deberá
prestar el deudor sobre ciertos actos, tales como enajenacioneso actos de
disposición a título gratuito, que hubieransido realizadospor él en detrimentode
su patrimonio, en los plazos allí indicadortou.D. una lectura de los mismos
.- Así, se enumerantaxativamente:
l.- Las enajenacionesa tíhrlo onerosorealizadaspor el deudor en el último

año anterior aI primer término fijado para la prestación del eidestattlichen
versicherung, en favor de su cónyuge, antes del matrimonio o durante el mismo, de
sus parientes en línea descendenteo ascendente,o de los de su cónyuge, de sus
hermanos y medio hermanos o los de su cónyuge o del cónyuge de una de estas
personas;
2.- Los actos de disposición a título gratuito realizadospor el deudor en el
ultimo año anterior al primer término fijado para la prestación del eidestattlichen
versicherung, siempre que no consistieran en regalos ocasionalesde acuerdo con los
USOS;
3.- Los actos de disposición atíb¡lo gratuito realizadospor el deudor en favor
352

claramentese desprendela finalidad perseguidaen la ZPO, como es evitar el
fraude que el deudor haya podido realizar dejando su patrimonio reducido e
impidiendo,de no estarde estemodoprevisto,el embargosoT.
Así pues, el propio contenido de la manifestaciónde bienes queda

perfilado en sus contomos generales en el parágrafo 907 zpo, aunque la
determinacióny desarrollodel mismo se encuentraen los parágrafos899 y ss.de
la ley procesalcivil aleman4 en donde se regula el procedimientopor el que
transcurrela aludidaobligación.
Así, de los anteriorespreceptos,y por 1oque aquí interes4 es de destacar

que en LaZPOla prestaciónde la manifestaciónsehacedependerde la instanciao
solicituddel acreedortot,u.ornpañadadeltítulo de ejecucióny de los documentos
acreditativosde los cualesse desprendala obligación del deudor de prestarel
eidestattlichenversicherung.La petición así formuladapor el acreedorva dirigida
de su cónyugeen los dos ultimos años anterioresel primer término frjado paraIa
prestacióndeIeidestattlichenversicherung.
.- La finalidad perseguidapor la norma alemanarecuerd4 en gran manera, a

disposicionessimilarespevistaspor el legisladoren el ámbito de las ejecuciones
concursales,como son las nonnasde retroacciónque regulael Código de Comercio
en los arts.878 a 885,y las alusionesqueigualmenteencontramos en la propiaLEC
en susarts.1366y ss.De unalecturade éstospreceptossedesprende conclaridad,la
afirmaciónya establecidade la protecciónreforzaday diferenciadaquerealizanuestro
legisladortratrindosede ejecucionesconcursales,y que contrastasobremanera si se
comparacon la previsiónnormativaquehaceparalas singulares.
.- Cfr.parágrafos
807,900.1deIaZPO.
353

al juez competente para la ejecución, órgano encargado de realizar el
requerimiento dirigido al deudor, si bien el órganojudicial deberá rcaliza4 con
anterioridad,las averiguacíonesnecesariaspara comprobar si el deudor en plazo

previo de tres añosha prestadoya manifestación5Oe.
Realizadaslas averiguaciones y en el casode resultarnegativas,

necesarias
entonces,el tribunal de ejecución emplaza al deudor, mediante notificación
personal,parala prestacióndeleídestattlicheversícherung($900.3ZPO).
En cualquiercaso,es a partir del requerimientojudicial, de oficio o

previa solicitud de parte, cuandose inicia el desarrollode la manifestacióndel
deudor y aparecela obligación del mismo de presentaraquél inventario al que
aludía el paragrafo807 ZPO. Ahora bier¡ si el deudorse comprometea cancelarla
deuda en un plazo de tres meses,el tribunal puede aplazarel término para Ia

prestacióndeleidestattlíchenversicherung($900.4ZPO).
- Véase,$900.2ZPO.

B) LA LEY DE PROCEDIMIENTO LABORAL
Institución similar a la que existe en el derechoalemánes ra

que se recogeen la Ley de ProcedimientoLaboral.Efectivamente,estaexcepción
en nuestro derecho demuestra como factible la existencia de verdaderas

obligacionesprocesales,
ya no sólo de manifestación,en ámbitosajenosal proceso
civil.
Ciertamentetal obligaciónserecogeen el art. 246.1LPL cuandoestablece

que "el ejecutadoestá obligado a efectuar,a requerimientodel órganojudicial,
manifestaciónsobre sus bienes o derechos,con la precisión necesariapara

garcntizar sus responsabilidades.Deberá, asimismo, indicar las personas que
ostentenderechosde cualquier nafuralezasobresusbienesy de estarsujetosa otro

proceso,concretarlos extremosde éstequepuedaninteresara la ejecución".
Así pues,la obligaciónde manifestacióndel procesolaboral gravaalsujeto

pasivo de la ejecucióna fin de que indique bienessuficientespara gararúizareI
embargo.La obligación así recogida en la LpL puede ser impuest4 según se
desprende,tanto a personasfisicas comojurídicasslo,si bien en esteúltimo caso
.- Previsiónexplícitadel propio art.246 en su apartado2oqueexpresamente

establece
que "esta obligación incumbini cuando se trate de personasjurídicas, a sus
administradoreso a las personasque legalmentelas representen;cuandose trate de
355

las dificultadesseríanmayoresqueen el supuestode personasfisicas5lr.
Sin embargo,el procesolaboral difiere de la solución adoptadapor el

derechoalemánen cuantoa la forma de exigir el requerimientoal deudor,puesto
que la LPL parece seguir el requerimientode oficio por el propio juez, sin
necesidadde instanciade parte, unavez iniciado el procesode ejecución.Así lo
estableceeI art. 246.1 LPL cuando señalaque "el ejecutadoestií obligado a
efectuar a requerimientodel órganojudicial, manifestaciónsobre sus bienesy
derechos",sin queen ningúnmomentosealudaa la instanciade parte.
Ahora bien, y en relación con lo anterior, debe tenersepresenteque la

diversidadde solucionespuede obedeceral distinto c¿rmpoprocesalen el que
despliegasusefectosy se desarrollala obligaciónde manifestaciónde bienes.En
el derechoalemán,la institucióna la que aludimosviene referidaal procesocivil,
en dondeexisteunapreeminenciade los interesesprivados,pesea quetambiénlos
sociales se encuentran en juego. Por el contrario, en nuestro Ordenamiento

procesalla manifestaciónse incardinaen el procesolaboraldonde,ya no sólo los
comunidadesde bienes o grupos sin personalidad,a quienes apaÍezcancomo sus

organizadores,
directoreso gestores".
.- Dificult¿desque, en opinión de MONTERO AROCA, se acrecentanen el proceso

laboral debido a la "técnicapoco correcta"seguidapor la LPL en el tema. Un
tratamiento más detenido sobre esta problemrític4 sobre Ia cual obviamos
pronunciamos en 1oque aquírespecta,puedeverseen sus<Coment¿rios...>,
Vol. I.,
op.cit.,pA.10a7.
356

interesesperseguidossino los propios esquemasde desarrollode esteproceso,
difierende los marcadosparael civil al cual no puedenaplicarsesin másde forma
automática.
Seacomo fuere,Ia obligaciónde manifestaciónpersiguela declaraciónpor

parte del deudorde los elementospatrimonialesque el mismo posee.Son
dichos
elementoslos que constituyen el objeto del posterior embargo que ha de
practicarse,y por tanto, el deudordeberárealizaruna descripcióny presentar
una
relación detalladade todos los bienes y derechosque posea, susceptiblesde
constituir objeto de embargo.Aunque, el criterio de la suficiencia debe tenerse

presenteen la exigibilidadde la obligación,ya que el deudorsólo debemanifestar
bienes suficientespara cubrir la ejecucióncontra él dirigida, como así parece
establecer
el art. 246.1LPL.
En cualquiercaso,se debetener presenteque el ejecutadono sólo debe

presentarunarelacióndetalladade los bienes,sino que en la mismasedeterminará
la situaciónreal de éstos,por 1o que deberáinidicar las personasque ostenten
derechosde cualquiernatwalezasobresusbienes5t'.Asimismo,deberádeclararsi
los bienes están sometidos a otro proceso de ejecución y las especiales
circunstancias
del mismo que seanrelevantesparala ejecución.
.- Aspectoque,en opinión de MONTEROAROCA, puedepresentarciertarelevancia

en determinadossupuestos,como en el casode los denominadosbienesgananciales,
<Comentarios...),
Vol. I, op.cit.,pág.1048.
357

Igualmente,en el supuestode que "los bienes estuvierangravadoscon
cargasreales,el ejecutadoestaráobligado a manifestarel importe del crédito

garantizadoy, en su caso,la parte pendientede pago en esa fecha" (art. 246.3
LPL). Fuera de los anteriorescasos,no se prevén en la Ley de procedimiento
Laboral mayores medidas de investigación sobre el patrimonio del deudor, en
especial,en relacióna aquellosactosque hubieranpodido realizarsepor éstepara
disminuiro hacerdesaparecer
su patrimonio,como sí serecogíaenlazpo.
Ahora bien, llegadosa estepunto, es preciso realizarciertasaclaraciones:

ciertamente,el alcancede la obligaciónde manifestaciónes el hastaaquí indicado
en sus presupuestosgenerales.sin embargo, el tema que reviste especial
importanciacomo es el procedimientopor el que debetranscurir la obligaciónse
encuentraescasamente
desalrolladoen la LpL.
Así, los presupuestossubjetivos y objetivos de Ia obligación de

manifestaciónno parecen presentarmayores dificultades, 1o cual no puede
predicarse del procedimiento que debería seguir aquella obligación. Las
dificultades, además, se acentúan desde el momento que se consrata que el
legislador laboral no recoge los trámites por los que debe transcgmir la
manifestación,a 1oquedebeañadirsela escasaincidenciadoctrinalen el tema.Sea
como fuere,ello no debeservir de excusaparatrafarde delineary establecersus

pautasgenerales.
358

Así, la ley debe determinarel momentopreciso,esto es, el cuándodebe

exigirsedicha obligacióncomo punto esencialen el que confluyenotros factores.
En principio, la obligaciónde manifestaciónde bienesdeberíaimplantarsecon un
alcancegeneral en aquellos supuestosen que no se conozcanbienes del deudor,
como así parece seguir la LPL513,sin que se condicione a la mejora del
embargoslo.
Además, en este momento la exigibilidad de la manifestacióndebe venir

presididapor el principio de eficaciacuyaobservanciay consecuciónexige que el
órganojurisdiccionalpuedarequeriral deudorpara que manifiestelos bienescon

catácterprevio al intento de realización del embargo, sin necesidadde que se
acreditela insuficienciao inexistenciade bienes,o el intentofallido de embargo.
En consecuencia,Ia realización con carácter previo exigiría que el
requerimientose realizara en el mismo auto en el que el juez ordenael despacho
de la ejecución,puesto que en el mismo el órganojurisdiccional ordena las

posibles medidas ejecutivas a adoptar. En é1 se debería establecerel plazo
concedidoal deudorpara compareceEasícomo la posibilidadde imposiciónde la
.- criterio queha sidoacogidofavorablemente por RIos SALMERQN,B., <<La

nueva
LeydeProcedimiento Laboral...)),
op. cít.,páq.1578.
.- Comoasíparecequesequisoconsagrar en el art. 1455.3de la LEC el cual,aúnsin

implantaruna obligaciónde manifestaciónparececircunscribirla actividaddel órgano
jurisdiccionala la fasedemejoradel embargo.
359

sanciónen el supuestode queel deudorlo incumplierasls.
2.2.3.-Sanciónante su incumplimiento
A) LA ORDENANZA PROCESAL CIVI ALEMANA
La verdaderu eftcacia de una obligación procesal, como

podría ser la de manifestación,no ha de venir de la mano de una elaboradateoría
de sus presupuestosaplicativos,sino que la lógica de las circunstanciaspodrá

determinarque la eficaciade dicha obligacióndependadel sistemade sanciones
que el ordenamientojurídico arbitre para castigar la negativa, tanto a prestar la
declaración,como las declaracionesfalsas o inexactas.Es, en primer y último
término, de la adecuaciónde la sancióna la obligaciónprocesalque se quiere

preservar,de dondeva a dependerla verdaderay plena efectividady utilidad de la
manifestaciónde bienes.
Tal vez por lo anterior el derecho alemánno teme críticas infi.rndadasy

prevé una fuerte sanciónpara el supuestodel incumplimiento o la inobservancia
de la manifestaciónde bienes por parte del deudor. Así, actualmente,la ley

procesalcivil alemanasigueconcociendouna medidade carácterpersonal,como
.- VéaseMONTERO AROCA, J. (et. alt.), <Comentarios...>,

Vol. I, op. cit., pág.
1048.
360

es el arresto(Hafi), para castigarlas conductasinobedientesde los deudoresy
fotzar a la prestaciónde la manifestación.Así se prevé y se recoge,con carácter

general,en el parágrafo901, el cual estableceque "contra el deudor que en el
término pata la prestación del eídestattlichenversicherung no compareceo se
niega sin fundamento a la prestación del mismo, puede ordenar el tribunal, a
instanciade parte,el arrestoparaforzarsu prestación".
El arresto así previsto se adopta mediante una orden que debe dict¿r el
tribunal en la que debenconstar acreedory deudor, así como el fundamentodel
arresto ($908 ZPO). La orden dictada deberá ser exhibida al deudor en el
momentodel mismo y si fueserequeridamediantela entregade la copia ($909
ZPO).
El carácter de medida coactiva o de constricción se deja entreveer

claramenteen el parágrafo 902 ZPO en el cual se prevé que el deudor arrestado,
en cualquier momento podrá proceder a la prestación de la manifestación -
eidesttatlicheversicherung-,siendopuestoen libertad unavezrealizadalamisma.
De este precepto se deriva que la finalidad perseguidano es tanto castigar la
inobservanciade la prestaciónde manifestación,sinom¿ás

bien obliear al deudoral
cumplimientode la misma.
En cualquiercaso,el aresto decretadosegúnel $901ZPO no puedetener

una duraciónsuperiora seismesese
transcurridoslos cualesel deudor,de oficio,
361

será puesto en libertad ($913 zpo), sin que se le pueda exigir nuevamente
la
prestaciónde la declaraciónde bienes hasta transcurridostres años
desde la
conclusióndel anesto($914.2 ZPO).Dicho cómputoes facilmenteconstatable
si
se tiene presenteque en la ZPO en el $915 se recogeel registro de deudores
(schuldnersverzeichnis),ordinariamenteconocido como <lista negr¿D>,
en la que
constanlos deudoresque han estadoanestadosy el tiempo que ha transcurrido
desdeel mismo.
Como puede observarse,la sanciónpersonalse sigue manteniendocon

buen criterio en la ley alemanaaunque,como ya fuera señalado5l6,
la misma no
tiene carácterde penasino únicamentede medio de coacción.
B) LA LEY DE PROCEDIMENTO LABORAL
si el legisladorespañolha creidoconvenienteint¡oduciruna
obligaciónde manifestaciónen la LPL, de forma similar alazpo,no parece,por
el contrario, que hay estimadooporhrnosancionaraquéllacon la misma intensidad

que la ley alemana.La sanciónpersonal,en estesupuesto,ha sido descartado
en el
sistemalegal españollo cual, a la postre) va a impedir la eficacia real de la
manifestación, aunque no es este el lugar para detenernos en este tipo de
- Véase,KISCH,W., <Elementos...D,
op.cit., pág.371.
362

elucubraciones
teóricas.
En la Ley de ProcedimientoLaboral,es de destacar,en especial,dosnotas
íntimamenterelacionadas:en primer lugar, la falta de sanción específicaante la
inobservanciade la obligaciónde manifestaciónde bienes;y, €fi segundolugar,
como se decí4 el rechazolegislativo de mecanismossancionatoriosde carácter

personal.
Efectivamente,en el art.246 LPL que es dondeseregulala manifestación
de bienesno se ha previsto ningún tipo de sanciónante su incumplimiento,y
tampocoen los artículossiguientesquerecogensimétricasobligacionesprocesales

para el órganojurisdiccional y terceros.La sanciónaplicableen el supuestodel
incumplimientode estaobligaciónse encuentrarecogidaen el art. 238.2LPL, el
cual regula,con caráctergeneral,la posibilidadde imponerapremiospecuniarios
frente a la parte que desatienda,dentro de los plazos establecidos,los
requerimientosdel órganojurisdiccional.Así pues,el legisladoropta por medios
de constricción de carácter económico, similares a las astreíntes del derecho
francéssl7, de ellasen cuantoque el importede la sanciónno

aunquediferenciadas
sedestinaal acreedor,sino al Tesoropúblico.
Sin embargo,la sanciónasíprevistano pareceque vaya a tenerdemasiada
.- Sobre las denominadasastreintes o apremios pecuniarios, nos remitimos a lo dicho

en el primer capíhrlo del presenteestudio.
363

efectividaden la práctica,al menospwa garantizu Ia obligación procesalfrente al
deudor, como acertadamente

es señaladopor RIOS SALMERONtI8. Aunque,
tampocodebeolvidarsela posibilidadde sancionaraquéllaconducta,contrariaa la
obligaciónprocesal,como un delito de desobediencia

del art. 237 CP,si bien con
las limitacionesqueello conlleva.
2.3.-A modo de conclusión
El problemaconsisteen averiguary dilucidar si las líneas

seguidaspor el procesolaboral, y en cierto modo también las del derechoalemán,
puedenserde aplicaciónen dichotemaal c¿rmpo
del procesocivil. Y, en cualquier
caso,establecercon precisiónlos principios que debeninformar la actividaddel
órganojurisdiccionalen la exigibilidadde dichamanifestaciónde bienesal deudor
civil.
En el procesocivil, informadopor el principio dispositivo,se demandala
instancia de parte püa que pueda exigirse aI deudor la obligación de
.- Ciert¿mentecomo manifiestael autor citado en el texto, el apremiopecuniario

como única sanciónque garanticela manifestaciónde bienespuedeser inoperante
frentea un deudorde dudosasolvenci4Véansedel autorEstudiossobrela nuevaLey
de ProcedimientoLaboral, ConsejoGeneraldel PoderJudicial, Madrid, 1991,pág.
453y tambiénEl procesode ejecuciónen la nuevaLey deProcedímientoLaboral, en
<Puntoscríticos de la Ley de ProcedimientoLaborab, ACARL, Madrid, 1991,pág.
241(obraconjunta).
364

Así, y derivadode esteprincipio, sepodríaentenderquedebeserel

manifestación.
acreedorel que sedirija al órganojurisdiccionalparaque ésterequieraal deudora

prestarla obligación.Aunque, dadala situaciónexistenteen el procesocivil y
coherentementecon los fenómenossocializadoresdel proceso,quizás 1o mas
conveniente es que solicitada la ejecución por el acreedor fuera posible,
igualmente, que el propio órganojurisdiccional pudiera requerir al deudor para
manifiestarlos bienesy derechosqueintegransu patrimonio.
El procesocivil tal vez debieraseguiralgunasde las pautasmarcadaspor
el laboral,de tal forma que iniciadala ejecuciónmedianteinstanciade parte,en la
misma se deberíaposibilitar um mayor actuaciónde oficio por el propio juez
encargadode la ejecuciónsln.Es necesariauna adecuadareinterpretaciónde la
actuacióndel juez en el senode la ejecución,y en especial,en el momentode la
averiguacióny localización de bienes, al menos sin que sea necesariaa cada
momento la demanda o instancia de parte para Ia rcalización de cada acto
ejecutivo.
La nueva perspectivadel comportamientojudicial en el desarrollo del
.- Dicha interpretacióndebeserdefendidasi sequierelograrla plenaefectividadde la

tutelajudicial del art. 24.1 CE., aunquecon ella se intoduzcan,en cierto modo,
influenciasdel principio inquisitivo en el procesocivil. En la fase de ejecuciónel
interéspúblico es claramentepredominantey, por tanto, debelegitimar incursiones
del órganojurisdiccional en el senode dichoproceso,sin que seentiendaatacadoel
interésprivadode laspartes.
36s

procesode ejecuciónes perfectamente

lógica y coherente,en especial,si tenemos
presentela situación tan dificil que encontramosen dicho proceso en el ámbito
civil. Carecede sentidoel que cualquieractuacióndel órganojurisdiccional,sobre

todo en el presentemomento,haya de estarprecedidapor la demandao instancia
de parte.El principio dispositivoya ha cumplido su función con la instanciadel

acreedorparainiciar la ejecución,y a parttrde entoncesno debesernecesarioque
el juez seencuenffelimitado siemprepor la necesariainstanciade parte.
Tal actuacióndel órganojurisdiccional,desdenuestropunto de vista, no
mermani atacael principio dispositivo,sino queúnicamenteobedecea razonesde
eficacia en la ejecución de las sentencias.Con ello, quedan a salvo tanto el

principio dispositivocomo la imparcialidaddel órganojrnisdiccional.El juez sólo
prestaayudaal acreedoren el cumplimientode la resoluciónpor é1emitida.Es
necesarioque el órganojurisdiccionalpresteuna colaboracióneficazparalograrla
observanciadel derechoa la ejecuciónde sentencias,y que la ley se decida a
regulardichaposición.
En consecuenci4 el juez debe dirigir un requerimiento al deudor, que

podría contenerseen el mismo auto despachandoejecución, para que éste
manifiestelos bienes y derechosque posea a efectos del embargo.El sujeto

requerido puede cumplir voluntariamentecon la obligación impuest4 pero en el
supuestode que incumpla, entonces,el órganojurisdiccional procederáa imponer
la sanción.
366

Ahora bien, no creemosque la sanciónprevistaen el procesolaboralseala
más adecuadapara gnantizar la posible manifestaciónde bienes en el proceso
civil. Por el contrario,nos pareceque la soluciónseguidapor el derechoalemán,
desdeque se implantara eI eidesttatlíchenversicherungo antiglo juramento de
manifestación,representael ejemplo más claro y patentede efectividadde la
sancióna la que se aludía.En estosmomentos,la sanciónmás eftcazy adecuadaa

la obligaciónde manifestaciónde bienespas4 al igual que en la ley aleman4por
la previsión de una sanciónde carácterpersonal,por lo que debe destacarseel
aciertode estasolución.
Ciertamente,en estbs momento la sanción que realmentegarantiznía Ia
manifestaciónde bieneses la de carácterpersonal,como ya se ha apuntado.El
mecanismode las astreinteso apremiospecuniariosno creemosque revista en
estosmomentosespecialutilidad frente a un deudorreacio a cumplir una sentencia

declarativade condena,y mas concretamentea prestarsu colaboraciónindicando
susbienesy derechosparapoderpracticarel embargo.
Tampoco parece tener mayor utilidad la aplicación del delito de
desobedienciadel arr..237 CPt'0, sobretodo si se tiene presenteque, como ya
veíamos,en el procesoseguidopor estedelito no esposibleexigir el cumplimiento
- Véase, supra capítulo primero.
361

de la resolucióndel orden atacado,por lo que el interésy la satisfaccióndel
acreedorquedaríanigualmentedesprotegidoss2l
Sin embargo,lavía seguidapor el codigoprocesalcivil alemánnos parece
Ia más idónea y plenamente adecuadaal principio de eficacia procesal.
Ciertamentela utilidad de la misma estrib4 a diferenciade la desobediencia

del
237 CP, en la posibilidadde que la sanciónpersonalseaimpuestadirectamente
por el propio juez de la ejecución, ante la negativadel deudor a presentarel
inventario o la información sobre sus bienes. Así configurad4 los efectos
disuasoriossonclarosy de entidadsuficientecomoparahacerdesistiral deudorde
una negativa o de una colaboración inexacta o insuficiente acerca de aquellos
bienes que integran su patrimonio. La amenazasobre el deudor de aplicarle
sancionesde tal entidadpareceser la única vía eficazpara lograr la colaboración
del mismot". quirá" las únicasfriccionespodríanvenir desdeel punto de vista de
.- A ello debeañadirse,comoya manifestaraPRIETOCASTRO,que "la persecución

penal es dificultosa y muy lenta (a vecesimposible e inútil), de tal suerteque los
acreedores burladosgeneralmente renunciana una persecuciónque sólo podríatener
consecuencias penales,pero no la utilidad prácttcade una vuelta de los bienes
dolosamentesustraidosal patrimonio del deudor...", véase <CorreccionesaL
derecho...>, en<Trabajosy Orientaciones...>>,
op. cit.,pág.506.
.- Es por ello, por lo quela doctrinano semuestrareaciaa la admisiónde medidasde

carácterpersonalparasancionarla conductadel deudornegiándose a la manifestación
de sus bienes. Así, parecenmostarse partidarios de tal solución, entre otros,
CARRERASLLANSANA, J., (El embargo...>, op. cit., págs.200y ss.;DE MIGUEL
Y ALONSO, C., <Soluciones...), op. cit., págs. 12 y ss.; FERNANDEZ LOPEZ,
M.A., (El proceso...D,op. cit., pag. 150; MONTERO AROCA, J.,
<Perfeccionamiento...)), op. cit., págs.277 y ss.;PRIETOCASTRO,
en <Estudios...>,
L., <<Correcciones...>>, op.cit.,págs.51I y ss.
en>Trabajos...>),
368

la necesaria proporcionalidad, aulque pens¿rmosque los derechos que se

pretendenpreservar con la manifestaciónde bienes justifican plenamenteIa
previsión de una sanciónde carácterpersonal.
Pero seacomo fuere,no pareceque el legisladorespañolse muestremuy
conformeni acordecon las propuestasavaladaspor la propia doctrina, hecho que
conduce a la situación que actualmente encontramosen el proceso civil de

ejecución,en la fasede localizaciónde bienes.
Así, las anterioresson, a grandesrasgos,las líneasgeneralespor las que

podría articularsela obligación de manifestaciónde bienes,las cuales debería
adoptarel legislador españolen el seno de la fase de localización a efectos del
embargoen el procesocivil de ejecución,al menoseslo que seríadeseablede lege
ferenda. El seguimientode las pautas marcadaspor el derecho alemrin, al que

desde bastantes años se ha tomado como paradigma en el c¿rmpo de la
manifestaciónde bienes,así como los criteriosmarcadospor la LPL, unido a los

propios antecedentes
históricosde la ley procesalcivil, avalansuficientemente
la
propuesta.Sin embargo,la voluntaddel legislador,comohemostenido ocasiónde
ir comprobando, no parece seguir las mismas líneas doctrinales y, en
consecuencia,no aborda una reforma de Ia materia que nos ocupa en estos
momentos.
A fortiori, la obligación de colaboracióndel deudor,no obstante,no ha
369

sido ni es desconocidaen el ordenamientoespañol en ámbitos distintos del
procesocivil, vgr. tributario o laboral, por 1oque no seríaun corte tan brusco en
jurídico su incorporaciónalaLey de EqjuiciamientoCivil.

nuestroordenamiento
Pero,una vezmásel legisladornos demuestracomotrat¿ándose
del campode estas
obligacionesen la ejecucióncivil, los criteriosadoptadosdifierenen muchode los
seguidospor él en otros iámbitos,lo que no entendemospor qué debeseguir siendo
así cuandoexistenargumentosconffariosque reclamanun cambio de rumbo.
Pero, en cualquier caso y fuera de las anterioresconsideraciones,es

necesariotener presenteque la obligaciónde manifestaciónsobre el deudorno
puederepresentarun fenómenoaisladodentro del procesode ejecución,y más en
concretoen la fasede localizaciónde bienes.La obligacióndel deudordebevenir
acompañada,obligatoriamente,de todo un conjunto de medidaseficaces- de otras
obligacionesprocesales-,que pudiesentener una incidencia real en esta fase.
dentrodel mecanismodel embarsode bienes.
El complementonecesariode la pretendidaobligación sobre el deudor

viene representado
por la entradaactiva de nuevos<personajes>
en estafase de
localización,que no son otros que el órganojurisdiccionaly los tercerosajenosal
procesode ejecución.El primero en cuantodirector del proceso,y los segundos
como necesarioscolaboradoresen el desarrollo del proceso y la eftcaz
administración de justici4 a través de La ayuda prestada a los órganos

jurisdiccionales.
370

Por una parte, pues, la investigaciónjudicial de bienes del deudor

representael conffapuntoimprescindiblede la manifestacióndel deudor,ya que no
sólo debe arbitrarse una obligación frente al mismo, sino que el principio de
colaboracióndehealcarzartambiénal órganojurisdiccionalen la investigacióny
búsquedadel patrimonio del ejecutado,si se quiere que Ia Iocalizaciónno sea
infructuosa523.
Por otro lado, la anterior obligación del órgano jurisdiccional debería
encontrartambién su complementoen la potenciaciónde la obligación de
colaboraciónde los terceros,claramentefundadaen el art. 118 de la Constitución
con el fin de que prestensu colaboraciónen lalocalización de bienesy derechos

pertenecientesal deudorde quetenganconstancia.
Ahora bien, si Ia obligación de manifestación del deudor ha sido

contempladadesdeplanteamientos
de legeferenda no sucedelo mismo,pesea lo
que pudiera pensarseecon respectoa las obligacionesprocesalesdel órgano
jurisdiccionaly los terceros.Comov¿rmosa ver seguidamente,
existenlas aludidas
obligacionespara el órgano jurisdiccional y terceros en el momento de la
localizaciónde bienes,si bien aparcceny se configwan de forma untarrto sui
judicial de los bienesprestandosu colaboración

.- Dichaposibilidadde investigación
el juez,es adoptadaen el procesolaboral,comoasí se recogeen el art. 247.I LPL,
posibilidadque puedeser entendidacomo una auténticaobligaciónprocesalpara el
órganojurisdiccionalqueseregulade formaexpresa.
317

generisen la ley procesalcivil, 1ocual no obstapara que desdenuestroespecial
punto de vista puedan perfilarse, siquiera sutilmente, como obligaciones
procesalesinstrumentalesa la genérica de ejecución o cumplimiento de las

j udiciales.
resoluciones
¿Acasoestopuedeimplicar que el esquemade entramadas

obligacionesen
la fase de ejecución,y mas en concretoen la localizaciónde bienes,se debe
completarcon las que puedanimponerseal deudor?En nuestraopinión estáclaro

que sí. Es hora ya de que dejemos de contemplar el deudor con tantas
connotacionessentimentales,como algo <cargadode tensionesy resonancias
afectivas:el débil, oprimido,desgraciado...tr524,y

que seavisto simplementecomo
un zujeto procesalal igual que el acreedor,al que alcatua el deber constitucional
del art. 118C.E. y no sólo le esexigiblecuandoestáenjuego el interéspúblico.
III.- OBLIGACIONES PROCESALES DEL ORGANO

JURISDICCIONAL
1.- INTRODUCCION
.- UUÑOZ SABATE, F., La ineficacia de las reclarnacionesjudiciales de cantidad

en España Qtrotuspara un estudio de la conducta forense), <Revista Jwídica de
Cataluña>,núm. 1, Enero-Marzo, 1972,pá9. 82.
312

La figura de la obligaciónprocesal,tal y como ha sido definidaen

páginas anteriores,puede ser aplicable al campo de actuaciónde los propios
órganosjurisdiccionalesaunque, ciertamentecomo veremos,con los matices
consustancialesa lo que dichos órganos representan.Cuando se habla de

obligacionesprocesalesdel órganojurisdiccional,difícilmentepuedenseguirselas
mismas pautas definitorias y caracterizadorasque pueden ser aplicables a las

partesy a los terceros.Las razoneso motivos que avalanestaafirmaciónparecen
obvias y tienen un claro y lógico fi.mdamento,guo no es otro que la diversa

posición que cada uno de estos sujetostiene predeterminadaen el proceso,y
quizásel juez másque los restantesintervinientes.
Sin embargo,y peseque a que puedaparecerexffaño,sí que espredicable

respecto de Jueces y Magistrados la existencia de auténticas obligaciones
procesales,al menos entendidaso contempladasdesdeuna posición generalo
amplia,en el sentidode entenderpor taleslas que seoriginana consecuencia

de la
puestaen marchadel mecanismopúblico que es el proceso,aunquequizasnos
encontremosaquí con un vaIIada4 tal cl.:orles el delicado y espinosotema de la
sanción-consecuencia
jurídica de toda obligación-que debierapredicarseparalos
órganosj urisdiccionalesde su incumplimiento.
Ademas,a lo anterior debeañadirseque la propia presenciay actuaciónde

los órganosjtnisdiccionalesen el proceso constituyetrna obligación para los
mismos,desdeel momentoen que estaren el procesoy acttnr como directoren su
313

seno constituye,ni mas ni menosque el desempeñode su oficio, esto es, de la
misión quetienende administrarjusticia.
Pero,en cualquiercaso,y sin olvidar estosmatices,lo cierto es que sí que
existen ciertas <obligacionesprocesales>para los órganosjurisdiccionalesa 1o
largo del desalrollodel procesode ejecución,bien de caráctergenérico-vgr. en el
cumplimiento de las resolucionespor ellos emitidas-, bien de caráctermás
específico-vgr. adopciónde medidasconcretaspara lograr la efectividadde la

ejecución-.
Conectando con 1o anterior, y al situamos ahora en las obligaciones

procesalesdel órganojurisdiccional,es precisamenteel oficio público de dichos
órganosel que nos obliga a adoptarun punto de partida diferentedel asumidoen
el supuestode las partes y terceros. Para entender la razón de ser de 1o que
nosotros, convencional u optativamente,denominamosoblígacionesprocesales

para el órganojurisdiccional, hemos de partir necesariamentedel artículo 117.3
de la Constitución,el cual consagr4 como por todos es sabido, la potestad

jurisdiccional y la atribuye en exclusividada Juecesy Tribunalesmediantelas
funcionesde jvgar y hacer ejecutarlo juzgado, como así 1oreitera igualmenteel
artículo2 delaLOPJ.
Así, es la potestadaquí consagradala que se erige en fuente esencialde la

cual emananlas potencialesobligacionespara los órganosjurisdiccionales.Hay
374

que señalarque el órganojurisdiccional, como representantedel Estado,tiene
encomendadala misión de administrar o impartir justicia, para 1o cual aparece
investido de todo un conjunto de <potestades>de las cuales nacen o derivan,

precisamente,las posibles obligacionesprocesalespara Juecesy Magistrados.
Situadosen estaórbita,es dondepuedehablarsede las obligacionesprocesalesdel
órganojurisdiccional,y todo ello desdedosprismasdiferentes,aunquenecesariay
forzosamente
complementarios.
En primer lugar, nos encontramoscon la <obligacióru>en su vertiente de

<poder>que ostentael órganojurisdiccional de imponer a las partestoda una serie
de medidascon el fin de lograr la efectividadde la sentencia,y que setraducenen
auténticasobligacionesprocesales
paralaspartesy los terceros.Peroa su vez,y en
segundo lugar, las posibles medidas que deben adoptar los órganos
jurisdiccionales para lograr la verdadera eficacia del mecanismo procesal
representany se convierten,al mismo tiempo, en realesobligacionesprocesales

para ellos mismos -como así se consagraen la doctrina del propio Tribunal
Constitucional-.
Ciertamente,esta dualidad no es sino la doble cara de una moneda que

alegóricamenteidentificamoscon la potestadjurisdiccional innata en Juecesy
Tribunales:una can la constituyela traducciónen el seno del procesode los
<poderes>que los órganosjurisdiccionalestienen, no sólo frente a los sujetos

procesales,sino frente a cualquierciudadano;y,la ofa carala representa,por el
375

contrario, el complementodel poder, que en el interior del procesosefaduce en el
<debeo para los órganosjurisdiccionalesde actuary comportarsepara cumplir
con su funciónu oficio público52s.
Así delineadapues,esclaro quela potestadjurisdiccionalno tieneun único

objetoya que la función de la mismano sólo sereconducea decidiry ejecutarlos
fallos emitidos por los órganosjurisdiccionalessino que, como acertadamente
señala GIMENO, existen diversas manifestacionesque engloban en la propia

potestadjurisdiccional todo un "ltaz de facultades"que poseen los órganos
jurisdiccionales para desarrollaradecuadamente
su función-ofi cios26
. Y de forma
.- No en vano, se debe tener presentey no olvidar que la <<potestad> se traducí4 para

los autores a los que seguimos en el capítr.rlosegundo de la primera parte, en un
conjunto de <<poderes-deberes>, los cuales se encuentran residenciados en el propio
órgano jurisdiccional, y que despliega sus efectos frente al conjunto de ciudadanos,
sobre los que pesa un deber general de obedecer derivado de la superioridad que es
consustanciala los órganos jurisdiccionales. Porque, en cualquier caso, y como
expresamente manifiesta DE LA CIJETARA, "la potestad implica no sólo una
posibilidad de actuar legítima (poder), sino la obligación de actuar en favor del fin
para el que fue concedida(deber),en <La actividad...>>,op. cit., pag.67.
.- Así, según GIMENO, como manifestación de esa potestad <existe vna potestad
ordenatoria que se manifesta en toda una serie de actos coercitivos que puede dictar
eI Juez, (...) que hacen surgir en los intervinientes del proceso las oporhrnas
<obligaciones procesales>>, a través de las cuales se obtiene su sujeción efectiva al
proceso.
También a lo largo del mismo subsiste 'ma potestad de instrumentación y
documentación(...)>. Junto a éstas,sigue diciendo el citado autor, encontramosla
potestad decisoria ejercitada a través de las resolucionesjudiciales y, ptra lograr la
efectividad de las mismas, detenta,en ultimo lugar la Jurisdicción,Ia potestad de
ejecución que se desarrolla mediante el procedimiento de ejecución de sentencias",
GIMENO SENDRA, V., <Fundamentos...)), op. cit., pags.32y 33.
316

especial,por lo que a nosofoosinteres4 los órganosjurisdiccionalesposeenla
facultad de ejecutar sus propias resoluciones,para lo cual, como seguidamente
veremos, deben adoptar las medidas aludidas anteriormente y desplegar
efectivamenteesapotestadque ellos únicamenteostentan.
2.- LAS PAUTAS JURISPRUDENCIALES
Ahora bien, en contra de lo que pudierapensarse,no sólo el art.

117.3 de la Constitución representala fuente originaria de las obligaciones
procesalespara el órgano jurisdiccional, como nosotros las configuramos.El
fundamentoo la razón de ser de las mismaspuede enconffarseigualmenteen el
artículo 118 CE el cual, si recordamoslo dicho en páginasanteriores,constituíael
fundamentode las obligacionesprocesalestratándosede partes y terceros.El
mandatoconstitucionalque se recoge en el preceptoaludido en último lugar, del
obligado cumplimiento de las resolucionesjudiciales también alcarza a los

propios órganosjurisdiccionales,como ha tenido ocasiónde afirmar el propio
Tribunal Constitucional.
Efectivamente,el TC en su sentencia20711989,de 14 de diciembre,
declarade forma expresaque:
<el primer destinatariodel mandatocontenidoen el artículo 118 de
317

la Constitución,han de serlos propiosórganosjurisdiccionalesque,
en un Estadode Derecho,han de respetary quedarvinculadospor

judiciales,definitivasy firmes>527.
suspropiasdeclaraciones
En consecenciacon 1odicho, si la causaoriginiaria y esencial,a nuestro

entender,de las obligacionesprocesalesde los órganosjurisdiccionalesviene
constituidapor la propia potestadjurisdiccional que se les atribuye,nadaparece

impedir que les seatambiénde aplicaciónel art. 118CE. Pero,teniendoen cuenta
que en el presentemomentono se le puedeconcederel mismo alcanceque en el
casode las obligacionesque de aquélpreceptoderivantanto parapartescomo para
terceros,debido al diverso rol que partesy órganojurisdiccional tienen en el

procesolo que, tratándosede órganosjurisdiccionalespuedematizarse,pero no
desvirtuarse
o no serconsiderado.
Pero en cualquierc¿No,y teniendopresenteen todo momentolas distancias

que separana los órganosjurisdiccionalesde los demás intervinientesen el
proceso,1ocierto es que existenobligacionesprocesalesparajuecesy magistrados
en la fase de ejecución,pero de forma especialen la localizaciónde bienesen el
seno del embargo. La aftrmación encuentrasu apoyo de nuevo en la doctrina
emanadadel propio Tribunal Constitucional, la cual corrobora -al tiempo que

crea-la existenciade dichasobligacionespara los órganosjurisdiccionalesen la
.- La doctrinaasíemitidapor el TribunalConstitucional
en su STC 20711989,de 14
dediciembresereafirmaigualmenteen la másrecienteSTC3411993, de 8 defebrero.
5/ó

fasede ejecuciónde las resoluciones

por ellosemitidas.
Por ello pens¿lmos

que el reconocimiento,y consiguienteconsagracióndel
intérprete constitucional, de una obligación de adoptar todo un conjunto de
medidas necesarias para lograr el cumplimiento de sentenciasy demás
resolucionesfirmes emitidaspor jueces y magistrados,representael argumento
fuerte de la afirmación hasta el momento vertida. Medidas todas ellas que
representanauténticasobligacionespara el juez,las cuálesdebenverse,en última
instancia, como corolario necesario de los artículos 117.3 y 118 de Ia

Constitución, razón de ser de las obligaciones procesalesde los órganos
jurisdiccionalesen estafaseconcretade la ejecución.
En estesentido,y siguiendocon la jurisprudenciaconstitucionalque es el

punto de partida, el Tribunal Constitucionalmanifiesta ya desdetempranamente
que:
<la ejecuciónde las sentencias

y resolucionesfirmes correspondea
los titulares de la potestadjtnisdiccional, "haciendoejecutar lo
juzgado" (art. 117.3 C.E.), según las normas de competenciay
procedimiento,que las leyes establezcan,lo que les impone "el
deber de adoptar las medidas oportunas para llevar a cabo esa
ejecución">528.
- Esta necesariavinculación entre potestadjurisdiccional y adopciónde medidaspor
379

Así pues,sobrelos órganosjurisdiccionalespesael deber-obligación-de

adoptarlas <medidasoportunas>>t'e
o <<necesarias>>530
para llevar a efectoy lograr
el perfectocumplimientode las resolucionesjudiciales.En casocontrario.como
expres¿rmente
manifiestael Tribunal Constitucional:
<si el órganojurisdiccional se abstienede adoptar ras medidas
necesarias
parasu ejecución(...) estaríavulnerandoel art. 24.1 dela
constitución(...) en el ámbitode la ejecuciónde lo sentenciado>53'.
De aquí que al quedarresidenciada,

como ya veíamos,la ejecuciónde las
resolucionesjudiciales en el contenidoesencialdel derechoa La tutelajudicial
efectivadel art. 24.1 de la Constitución,la falta de adopciónde las medidasque
partede los órganosjurisdiccionales paraasegurar la ejecución,sedeclaraya desdela

sentenciatranscritaen el texto de 6711984,de 7 dejunio, la cual sereiter4 igualmente
y entreotras,en las SSTC2811989, de 6 de febrero;l4gll9g9, de2l de septiembre;
4t11993,de 8 defebrero).
.- cfr. ssrc 2611983,

de 13 de abril; 6711994,
de 7 dejunio; r0gllgg4,de 26 de
noviembre;15511985,de 12 de octubre;3311996,
de2l de febrero;l2sllgg7, de 15
dejulio.
.- cfr. ssrc 12511987,de 15 dejulio; 16711987,de 28 de octubre;2l5llggg, de 14

denoviembre;2811989, de 6 defebrero;l48ll9g9, de2l de septiembre;l49ll9g9, de
22 de septiembre;
l20ll99l, de 3 dejunio;15311992, de l9 de octubre;4Ur993,de g
defebrero;248/19993, de 19dejulío;25111993, de l9 dejulio.
15dejulio.
.- STC 125/1987,de
380

seannecesarias
para guantizu dicha ejecuciónimplica que se entiendawlnerado
el derechoa la tutelajudicials32.
Pero no es suficiente con que el órganojurisdiccional adoptelas medidas

oportunasy con la intensidadnecesaria,sino que además,segúnsedesprendede la
doctrina del Tribunal Constitucional,es igualmentenecesarioque éstasse adopten
con la mayorceleridad:
((...) tales medidas han de adoptarse sin que se produzcan
dilaciones indebidas,pues de otra forma se vulneraría el artículo
24.2 C.8, que si bien no se confrmdecon el derechoa la ejecución
de las sentenciasder 24.l, se encuenffaen íntima relación con el
mismo, pueses claro que el retrasoinjustificadoen la adopciónde
las medidas indicadasafecta en el tiempo a la efectividad del
derechofundamental,de tal forma que (...) debeplantearsecomorxl

posibleataqueal derechoa la tutelajudicial efectivalas dilaciones
injustificadasquepuedenaconteceren cualquierproceso>>t".
Aunque,siguediciendoel TC, que:
.- Como clara y expresamente1odice el propio Tribunal Constitucional,entreotros,

en suspronunciamientos 6717984, de 7 dejunio; l25llg87, de 15dejulio; 167lI9g7,
de 28 de octubre;28/1989,de 6 de febrero;149/1999, de 22 de septiembte;4l/1993,
de 8 defebrero,25111993,de 19dejulio.
.- STC I49l 1989,de22 de septiembre.
JóI

<Cuando,por el contrario, se adoptan, auJfquesea con la mayor
celeridad,medidasqueno soneficacesparaasegurarla ejecución,o

que aún siendoen principio adecuadas,quedanprivadasde eficacia
por no ir seguidasde las destinadasa cumplimentarlas,no cabrá
hablar seguramentede dilaciones indebidas pero sí, sin duda
alguna,de una falta de tutelajudicial efectivar>s34.
Y, en consecuenci4 como afirma por último el TC, será a él a quien
corresponda:
<corregiry rcpamr las eventualeslesionesdel derechoaIa tutela

judicial que tengansu origen en la pasividado el desfallecimiento
de los órganosjudiciales para adoptarlas medidasnecesariasque
asegurenel cumplimientode suspropiosfallos>>s3s.
En consecuenciacon la doctrina del Tribunal Constitucional, se puede
afirmar que la adopción de cuántas medidas sean necesariaspara lograr la
verdaderaeficaciade la ejecución-y por ende de la tutelajudicial-, nada obsta
.- STC2611983,
de 13deabril.
.- Expresamente
se dice en la STC 16711987,
de 28 de octubre,aunquese refrenda
igualmenteen las SSTC 21511988,de 14 de noviembre; 1481t989,de 2l de
septiembre;15311992,
de 19deoctubre;4111,993,
de 8 defebrero;25111993,
de l9 de
julio.
382

configurarla como una verdaderaobligación procesalque pesa sobre los órganos

jurisdiccionalespara lograr la efectividaddel art.24.1 CE. Pero ahorabien, no
cualquier tipo de medidas, sino las adecuadasal fin previsto, adoptadascon la
máximaceleridady, comoafirmael TC, <enérgicas>

si fueraprecisos36.
La jurisprudencia constitucional, aunqueno demasiadoabundante,es lo
bastante clara e ilustrativa al respecto, eue permite concluir la existencia de
obligacionesprocesalespara el órganojurisdiccional en la fase de ejecuciónde
sentencias,las cuales aparecenconfiguradasademascon rigidez por el Tribunal
Constitucional.
Sin embargo,admitidala existenciade estasobligacionesde los órganos

jurisdiccionales,lo que sin duda es rüra consecuencia
que puedeextraersede la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional,la cuestiónque adquiereuna mayor y
especialrelevanci4 raüca ahora en establecercon precisiónla vinculación que

sobrelos órganosjurisdiccionalestieneprecisamente
la doctrinaconstitucional,así
jurídic¿rsque para éstos organos
como la determinaciónde las consecuencias
tendríao supondríala inobservanciadel mandatoimpuestopor el TC. Ello, una
vez más, nos sumerge,quizás, en el tema de la determinaciónde la sanción -
consecuenciajtrídica- que conllevaría para el órgano jurisdiccional el
consiguienteincumplimientode la jurisprudenciaconstitucionalasí establecida,
de 15 dejulio; 15311992,
.- SSTC12511987, de 19 de octubre;24811993,
de 19 de
julio.
383

que puedeversecomo una obligaciónprocesal.Procede,pues,bosquejarun tanto
en ello, a fin de aventurary estableceralgunasolución.
En estesentido,si acudimosa la Ley Organicadel PoderJudicialpodemos

averiguarcuál es la vinculación real que los mandatosdel Tribunal Constitucional
tienen o desplieganfrente a los órganosjurisdiccionales.Así, segúnel art. 5.1 de
la LOPJ, <la Constituciónes la norma supremadel ordenamientojurídico, y
vincula a todoslos Juecesy Tribunales,quienesinterpretarányaplicaránlas leyes

y los reglamentossegúnlos preceposy principiosconstitucionales,
conformea la
interpretaciónde los mismos que resulte de las resolucionesdictadaspor el
TribunalConstitucionalen todo tipo de procesos>>.
El preceptotranscrito demuestr4pues, la previsión legal y positiva acerca
de la vinculación que sobreJuecesy Tribunalestienen las sentenciasemitidaspor
el Tribunal Constitucional como máximo intérprete de la Constitución. En
con ello, los órganosjurisdiccionalesquedanobligadosa observary

consecuencia
acatardebidamentelos mandatosque el TC les impone de forma genéricaa través
de sujurisprudencia.Es pues,en estalínea interpretativadondedebeentendersela
obligaciónde Juecesy Magistradosde adoptarlas medidasque fuesennecesarias

para lograr la efectividad de la ejecución, así como el mandato constitucional
recogidoen el art. 118 de la obligatoriedadde cumplimientode las sentenciasy
demásresolucionesjudiciales que, según declara el TC, obliga primeramente
como destinatariosdirectosde la normaa los propiosórganosjurisdiccionalesque

han dictadola resolución.
Por tanto, y refundiendo lo dicho, los órganosjurisdiccionalesen el
desempeñode las funcionespropiasde su cargo,tienen en el presentemomento
una obligaciónprocesalque en el supuestode que seainobservadadebey puede

jurídicas.
acarrearpara los mismosdeterminadasconsecuencias
Ahora bien, todo 1o anterior hace que facilmente se pueda plantear el
interrogantede hasta qué punto los órganosjurisdiccionales se deben encontrar
limitados por la doctrina emanadadel Tribunal Constitucional.Con ello, no se
defiendenaquí planteamientosalejadosde la jurisprudencia constitucional, sino
antesal contrario,posicionesque puedanir más allá de la propia doctrinadel TC.

Es necesarioquepensemosen la posibilidadde que losjuecesadoptenuna actitud
mas libre en la interpretaciónde la jurisprudenciaconstitucional,especialmente

en
estafase delocalizacionen la ejecuciónde las sentencias. las
Unavez establecidas
líneasgeneralespor el TC, el órganojurisdiccionaldeberíatenermás<activismo>
en el senodel proceso.
Además, La anterior posición es perfectamenteviable en nuestro

ordenamientosi tenemospresenteque los jueces y magistradosno puedenactuar
arbitraria ni irrazonablemente,así como tampoco pueden apartarse de las
funcionesque les son propiasy exigibles en fi¡nción de su cargo.Los órganos

jurisdiccionales en el desempeñode sus funciones son responsables,como
385

confapunto necesario de la garantia de independenciade la que gozan en el
ejercicio de su función. La llamadaresponsabílidadjudícial aparececomo una de
las garantíastípicas de la Jurisdicciónen la que puedenincurrir los jueces y

tribunalesexclusivamentecomo consecuencia
del ejerciciode su oficios37.
Así, la
responsabilidad
aparececomo necesariocomplementode la independencia,
de la
que gozanlos órganosjurisdiccionalesen el ejercicio de sus funciones.El juez,
tro es omnímodoy está sujeto, en consecuenci4a

como se ha manifestado538,
responsabilidad.
En el acfinl. Estado de Derecho, reconocido en el artículo 1 de la

Constitución,los órganosjurisdiccionalescomo representantes
del Estado,pero
sobretodo como integrantesde uno de los poderesde aquél -el PoderJudicial-,
han de estarsometidosa controls3n.

necesariamente, Es por ello por lo que ya la
Sobre responsabilidadvéanse, entre otros, ALMAGRO NOSETE, J.,

Responsabilidad judicial, Córdob4 1984; DIEZ PICAZO, L, Poder Judicial y
Responsabilidad,Madrid, 1990; GABALDON LOPEZ, J., Responsabilidad
disciplinaria de Juecesy Magistrados,<PoderJudiciab, núm. especial,V <Sistema
judicial español:poderjudicial, mandatosconstitucionales
y políticajudiciab, 1986,
págs. 133 y ss.; GIMENO SENDRA, V., <Fundamentos...>>, op. cit., pág. 69;
MORENO CATENA, Y., Introducciónal DerechoProcesal,Valenci4 1995,págs.
87y ss.,conGIMENO SENDRAY CORTESDOMINGUEZ.
.- VéaseGONZALEZ MONTES, J.L., Institucionesdel DerechoProcesal.Parte

General.TomoI. LaJurisdicciónysusórganos,Granad41989,pag.82.
.- Ya que,da sujecióna controldel ejerciciodetodapotestadpúblicaesun elemento

caractenzadordel Estadode Derecho,en que las potestadesson dosis medidasde
poder,jurídicamerfedefinidas,susceptibles,por ello de verificaciónsobresu correcto
desarrollo>,MOVILLA ALVAREZ, C., Responsabilidad deljuez, <PoderJudiciab,
núm.especialV <(Sistemajudicial español:poderjudicial,mandatosconstitucionales
386

Constituciónreconoceexpresamenteen el artículo 9.3, si bien como principio

general, Ia responsabilídad de los poderes públicos, entre los que podemos
entender comprendido al Poder Judicial. Aunque, de forma específic4 la
responsabilidadse recogecomo una de las notas características

de los órganos
jurisdiccionalesen el art. 117.1de la CE, cuandoestablece,entreotrasgarantías,
que los órganosjurisdiccionalesen el desempeñode sus funcionesserán(son)
preceptoque sereitera igualmenteen el art. 1 del título preliminar

<responsables>,
de laLOPJ.
generalde juecesy magistrados,así consagradaen la

La responsabilidad
Constitución,se regula de forma más específicay precisaen el conjtrntode las
leyesprocesales.En especialy, con carác,ter judicial

general,la responsabilidad
aparecereconocidafundamentalmente
en la Ley Orgánicadel PoderJudicial,en
su art. 16.1 cuandoestableceque <los Juecesy Magistradosresponderánpenaly
civilmente en los c¿rsosy en la forma determinada en las leyes, y
disciplinariamente
de conformidadcon 1oestablecidoen estaley>.La LOPJ,como
puede apreciarse,contempla en sus primeros artículos las diversas formas de
quepuedencontraerlos órganosjurisdiccionalesen el desempeño

responsabilidad
de susfunciones.No obstante,la LOPJ regula el tema con mayor detenimientoen
los arts. 405 y ss., dedicadosen concretoa cada una de estasmodalidadesde
responsabilidadsao.
y políticajudicial)>,1986,pag.160.
.- Téngasepresenteque la modalidadde la denominadaresponsabilidad

disciplinaria
387

Sin embargo,si ciertamenteno puede negarseque así está la cuestión a
nivel constitucionales necesarioque veamoscuál es, en el presentetema de las
obligacionesprocesalesdel órgano jurisdiccional, la situación legal real que
en el procesocivil de ejecución.Paraello, hemosde retomarel hilo y

encontramos
nuevamenterecordar,pesea ser reiterativos, las pautasmarcadaspor el Tribunal
Constitucional.
Ciertamente,como ha quedadoexpuestoel Tribunal Constitucionalexige a
los órganosjwisdiccionalesla obligaciónde adoptarmedidaspara garantizarla
efectividad de la ejecución.Sin embargo,como es lógico, no correspondeal

propio TC determinarcuálesseanaquéllasmedidas,sino que dicha determinación
es ya una cuestiónque coffesponderádilucidar al propio órganoque ha dictado la

resolución.en cadacaso.
La jurisprudenciaasí emitida por el Tribunal Constitucional¿contiene
realmenteuna habilitación para el órganojurisdiccional de adoptarmedidas,con
la intensidadnecesariay enérgicas,si fuerepreciso,aunqueno esténprevistasde
maneraexplícitaen las leyesprocesalesciviles,en el presentesupuesto?
¿A qué hace alusión el Tribr¡nal Constitucional cuando se refiere a las
ha sidoobjetoderecientereformapor LO 1611994,
de 8 denoviembre.
388

medidascon la "intensidadnecesaria"y "enérgicas"para gararúizarel derechoa la
ejecución?Vayamospor partes.
El sentido que el TC otorga a estostérminos -<intensidadnecesariar>

y
<enérgicas)-no aparececlaramentedefurido, ni tan siquiera perfilado en las
sentenciasque se pronunciansobreel tema.Pero en cualquier caso,1oque parece
meridianamenteclaro es que con las aludid¿sexpresiones-que se convierten en
mandatospara los órganosjurisdiccionales- el Tribunal Constitucional está
autorizandoel recursoa medioscoactivoscon el fin de lograr la efectividadde la
ejecucióny, al propio tiempo,la de la tutelajudicial, residenciadas

ambasen el art.
24.1 de la Constitución,que a la postreesla quesetratade salvaguardar.
Sin embargo,estosmedioscoactivosque pudierangararfiizarla ejecución
de las sentenciasson desconocidosde lege data en el ámbito del procesocivil,
tanto declarativo como de ejecución, pues no están previstos, al menos

genéricamente,
en el procesode ejecuciónreguladoen la Ley de Enjuiciamiento
Civil. Si, como con ruzón pudiera pensarse,la habilitación que el Tribunal
Constitucionalhace en favor de los órganosjurisdiccionales,sólo es posible
siempre y cuando las medidas estén previstas en el Ordenamiento Jurídico,
entoncesla utilidad y los propios deseosdel Tribunal Constitucionalcaenpor su

propio peso, y estan condenadosa convertirse, al menos en la ejecución civil,
justamenteen aquello que el TC ha querido desdesiemprecombatir y erradicar,
esto oS, que las resolucionesjudiciales acaben convirtiéndose en meras
389

declaraciones
de intenciones.
Las razoneso motivosqueavalanestanegativaperoreal valoraciónnoslas

conceden,como seguidamente
veremos,las propiasleyesprocesalesque regulan
el proceso civil de ejecución, así como la actitud adoptada por el órgano
jurisdiccionalen estafaseprocesal.La conclusiónde todo ello pareceserobvia: es
necesariaunareformaprocesalen la materiaobjetode estudio.
3.- EL <(STATUS QUO> PROCESAL HEREDADO y SU

NECESARIA REVISIÓN
No obstantelo anterior, v¿Imosya a analizar cuáI es la situación

presenteque existe en las leyesprocesalesciviles, en tomo a esasmedidasque
deben ser adoptadaspor el órganojurisdiccional. Igualmente,a la panoramica
legal del procesocivil de ejecución,se debeañadiruna visión generalde la propia

predisposicióny consiguienteconducta de los órganosjurisdiccionalesen el
procesode ejecución.
El prolegómenonecesariopor todo estoy en el presentemomento,viene
referidoal ineludiblepapelqueel órganojurisdiccionaltiene,no tantoestablecido,
cuantoen ciertomodo asumido,en el senodel procesocivil de ejecución.Paraello
es conveniente,una vez mé.s,recordar y traer a colación el marco general que
390

rodea el papel del órgano jurisdiccional en el proceso de ejecución. Sólo
situándonosen el marcogeneralde la ejecuciónse entenderála situaciónreal que
existe en las leyesy en la realidaden estosmomentos,de ahí que seanecesario
realizata modo de un breve"ex cursus"históricosobreel mismosal.
Como se ha puestode manifiestoen páginasprecedentes,

el procesode
ejecución de sentenciasse ha construido sobre una base errónea y un tanto
desdibujadade lo que es en realidad,desdeel mismo momentoen que se le han
aplicado los mismos principios, si bien matizadarnente,que rigen en la fase
declarativa.Lógicamente,la consecuenciade estatraslaciónse ha dejado sentir

pronta y negativamente,desdesiempre,en el procesode ejecución,y de forma
especialaquellosefectossehan traducidoen la inexistencia,con caráctergeneral,
.- Paraello debetenersepresentelo dicho con anterioridaden relación al principio

dispositivo,supracapítulotercero;perotambién,en estemomentotenemosen cuenta,
entre otras, las fuentes doctrinales allí utilizadas: ALCALA-ZAMORA y
CASTILLO,N., <<Autoridad y libertaden el proceso...),en <Estudiosde Teoría...>,
TomoII, op. cit., págs.272y ss.;ALMAGRO NosETE, J., <consideraciones...>>, op.
cit.,pá9.248;BAUR, F., <Liberalización...>>,op. cit., págs.23-24;CALAMANDREI,
P., <Instituciones...>>,vol. I, op. cit., pag. 392 y ss.; FAIREN GUILLEN, v.,
<DoctrinaGeneral...>, op. cit., pags.272y ss.;GoMEZ DE Lhño, F., <<En tornoal
principiodispositivo...), op. cit., págs.555 y ss.;KISCH,w., <<Elementos...>, págs.
123 y ss.; ; LoRCA NAVARRETE, A.Mu.,El problemade la Administraciónde
Justiciaen España,Institutovasco procesal,19g9,pag.24; MARTIN osros, J.,
<Lasdiligencias...>>, op. cit., págs.26 y ss. y 166 y ss.; MoNTERO ARocA, J.,
<lntroducción...)>,op. cit., pag.233:'PRIETOcASTRo, L., La eficaciadel proceso
civil o política del pragmatísmoprocesal,en <Rev.Der.proc.>>, 1950,núm.-4, págs.
615y ss.y 627 y ss.;SERRADOMINGUEZ,M., <<Barance positivo...>,en <paraun
proceso...)),op.cit., pag.234;SENTISMELENDO,S.,<Fijación...>>, en <Estudios...>,
op.cit.,pag.205.
59r

de las denominadas
<obligaciones
procesales>.
La tradiciónhistóricaque conformónuestraLey de EnjuiciamientoCivil, y

de la que nos ocupáb¿Imos
en práginasanteriores,nuevamentese deja sentir en el
temaobjetodel presenteestudio.El mal entendimientodel principio dispositivose
nota de forma especialen el ámbitode la ejecución,sobretodo, en 1orelativo a su
distinción del principio de aportación de parte, confi.rndiendo,como ya se ha
dicho, el interésvertido en el procesocon el procesomismo.En consecuencia,

en
estafasede ejecuciónsiguensiendolas parteslas que tienenel pleno dominio del
proceso, y el órgano jurisdiccional nuevamenteve mermados, de manera
suspoderes.
considerable,
A 1oanterior se debe añadir el hecho de que, áun en nuestrosdías,parece

que el órganojurisdiccionaljustifica su escasaintervenciónesgrimiendode nuevo
conocido,de su imparcialidad.La preservaciónde

el argumento,sobradamente
estagarantíadel órganojurisdiccional ha conllevadoa limitar extraordinariamente
las facultadesdel mismo en el senodel procesode ejecución.Sin embargo,una
mayorintervencióndel órganojurisdiccionalen estafasede ejecuciónno atac4 en

ningún caso, su pretendida imparcialidad sino que, antes al contrario, se hace
necesariacon el fin de lograr los interesesque se persiguenen el presente
momento.
En la actualidadnos encontramosen un Estado social v democráticode
392

Derecho,reconocidoexpresamente
en el artículo I de la Constitución,en el cual,
como ya tuvimos ocasión de manifestar,la posición del juez no puede ser la
misma que en épocasanteriores.El juez, por el oficio que desempeña,está
obligado a irfervenir de forma activa en el proceso, y colaborar durante el

desarrollodel mismo para lograr la finalidad perseguid4 y el primero que viene a
corroborar esta afirmación es el propio Tribunal Constitucional, cuando ataca

precisamenteesapasividado desfallecimientode los órganosjurisdiccionalesen
determinadas
ocasionesen el momentode la ejecución.
Así, en este modelo de Estado, no puede ni debe olvidarse que el
mecanismodel proceso no se configura como simple defensa de intereses

privados, sino que en é1 también aparecenen juego los interesespúblicos o
sociales.Además, la función social que en la actualidadtiene el proceso se
acentu4especialmente,
en estafasede ejecución,en dondelo quesepersigueesel
judicialesdictadaspor los propiosrepresentantes
cumplimientode las resoluciones
del estado,comosonlos órganosjwisdiccionales.
La socializacióndel proceso, o si se prefiere, la fimción social que
es la que debeinformary presidirel espirítudel legisladory reflejarse

desempeña
así en las leyesque regulanla materiade la ejecución.Y, aún siendoestasleyes

poco generosas
con las implicacionesde la socialización,al menosla prácticay la
doctrinano deberíanrestrinzuirlo áun más.
393

En consecuencia,se deberíadar entradaen la fase de ejecución,al menos
al denominado<principio de dirección del juea, de forma similar

matizadarrtente,
al introducido por KLEIN542, el cual se traduce en una mayor intervención y
actuaciónde oficio, sin necesidadde esperaren cadamomentouna solicitud de

parte;y, de otro lado, como veremos,en una mayor imposiciónde obligacionesa
las partesen la fasede ejecución,íntimamenteligado al conjuntode poderesdel
órganojurisdiccional.
se debe ir desechandola idea de que el respetoa la

En cualquierc¿rsoe
imparcialidad de los órganosjurisdiccionales implica un alejamientode los
mismosen las funcionesde direccióndel proceso.Ya manifestábamos

en páginas
anterioresy volvemosa hacerloen el presentemomento,que la imparcialidadno
debeconfundirsecon la pasividaddeljuez en el proceso5o3.
Sin embargo,los factoresanterioressehan dejadosentir profundamenteen
la regulaciónpositivaque encontramosen laLey de EnjuiciamientoCivil, no sólo
en el campode los órganosjurisdiccionalessinotambién,comotendremosocasión
.- Recordemos que para KLEIN era esencial el, por é1 denominado, <principio de
dirección procesal del juea, el cual se traducía en una mayor intervención del órgano
jurisdiccional mediante el apoyo que prestabaa las partes en el desarollo del proceso,
pero sin que en ningún momento se suprimiera la actividad de las partes, véase el ya
citado en páginasanteriores<El Proyectode la Ordenanza...),op. cit., págs. 15 y ss.,
de FAIREN GUILLEN.
.- Ya lo manifestabaALCALA-ZAMORA, véasecapítulo primero.
394

de comprobar,frente a partesy terceros.
Así, pese a que el Tribunal Constitucional haga referencia en sus
sentenciasa medidascon intensidadnecesariay enérgicas,estodíficilmente puede

hacerserealidadsi tenemosen cuentaque los juecesno tienen a su disposición
este tipo de medidas, porque no son contempladasni conocidas en la Ley de
EnjuiciamientoCivil, en el momentode regularel procesode ejecución.
La previsiónconstitucionalno secolTesponde, con la positiva

seguramente,
que realiza la Ley de Enjuiciamiento Civil, especialmenteen el ámbito de la
ejecuciónde sentenciasde condenadineraria,en el momento del embargode

bienes.A 1olargo del dispersoy asistemáticoarticuladoreguladordel procesode
ejecuciónno se contemplaninguna norma en la que expres¿rmente

se imponga al
órganojurisdiccionalencargadode la ejecución,algunaobligaciónprocesal,y de
forma especialla de investigarlos bienesdel deudor o ejecutado5oo,

los cuales
constituyen la última gararfiía para el acreedor de satisfacer su derecho. La
investigaciónjudicial de los bienesbrilla, pues,por su ausenciaen el procesocivil
de ejecución.
.- A diferenciade 1oque sucedeen el ámbitodel procesolaboral,en dondeseimpone

una obligaciónpositiva y expresaal órganojurisdiccionalde investigarel patrimonio
del deudor,dirigiéndosea talesefectosa cuantosorganismoso registrospúblicossean
necesarios(art. 247.1' LPL), con el fin de que los mismosfaciliten los bienesy
derechosdel deudorde los quetenganconstancia.
395

Nuevamentehay que dejarsearrastrarpor la historia y afirmar que en la
LEC se deja sentir, una vez más, el talante liberal que conformó sus principios
informadores:la fidelidad al principio dispositivoy la absolutaprotecciónde la
imparcialidaddel juez desembocaen la escasezde deberesimpuestosal órgano

jurisdiccional, al menos de forma expresa, que obliguen al juez a un
comportamientomás activo.
En cualquiercaso,una atentalecturade los preceptosde la LEC nos hace

pensarque en ella se parte de la idea de que la obligaciónde localizaciónde los
bienesdescansasobreeljuzgado, es decir, sobreel órganojurisdiccional(cfr. art.
1442 LEC). Dicha conclusión viene avaladatambién por la inexistenciade
obligacionessobreel deudor de manifestarsusbienes,e igualmente,porque en la

LEC al acreedorse le permiteconcurrira los embargosy designarbienes(cfr. art.
1454LEC), pero sin que se le impongacon carácfierobligatorio,sino más bien
comouna facultadsas.
Así pues, ni deudor ni acreeedortienen legalmente la obligación de
designarlos bienes.Pero, ello no obstante,la LEC no establececómo ha de

procedersepamlalocalización de los bienespor parte del órganojurisdiccional.
En la prácticael juez, pesea ser el director del procesode ejecución,no asume
ningunaobligaciónpositiva y pareceque cumple,al igual que el deudorcon la
.- Cfr. FERNANDEZ,M.A.,<El proceso...), op. cit., págs.150-151;RIFA SOLER,

preventiva...>,
J.Mu,<Laanot¿ción op. cit., pág.131.
396

adopciónde unaposturapasivaen la ejecución.
A lo anterior,debeañadirsetambiénlaprácticausual en nuestroprocesode
ejecuciónde la delegaciónde los cometidosdeljuez en manosdel agentejudicial.
Es el agentejudicial o la denominadacomisión, integradapor el agentey el
secretario,quienesen realidadasumenla obligaciónde localizar los bienesdel
deudor.Así se deducedel art. 1442de la LEC, que estableceque es la comisióno

el agentejudicial el que acudeal domicilio del deudoro a su empresa,con el fin
de embargarlelos bienesque en é1se encuenten.Aunque, en el casode que no se
encuentrenbienessobrelos que practicar el embargo,no existeningunanorrnaen
la que seimpongala búsquedade oficio por partedel órganojurisdiccional.
La falta de una norma que, de forma expres4 imponga al órgano

jurisdiccionaluna auténticaobligaciónde investigarel patrimoniodel deudor,es
una cuestión denunciadareiteradamentepor nuestradoctrina5a6

que abogapor la
implantaciónde dichaobligaciónen nuestroprocesocivil.
En el procesocivil de ejecuciónúnicamentees destacableel nuevopárrafo
3odel artículo 1455de la LEC, introducidopor la Ley de reformaurgente34184,
de 6 de agosto.Dicho preceptoestablecela posibilidaddel órganojurisdiccional
.- Cfr. FERNANDEZ, M.A, <El proceso...),op. cit., págs. 32-33; MONTERO

AROCA, J., <Perfeccionamiento...), op. ctt., pág.276; RAMOS
en <Estudios...)),
MENDEZ,F., <Derecho Procesal...>,
TomoII, op.cit.,pág.1056.
391

de dirigirse, a petición del ejecutante,a registros u organismospúblicos y
entidadesfinancieras,a ftn de que faciliten información sobre los bienesy los
derechosdel deudorde quetenganconstancia.Sin embargo,la posiblerepercusión

e influenciaprácticadel nuevo art. 1455LEC ha provocadoel rechazopor parte
de algún autor sobre el alcancereal del mismo. En dicho sentido se manifiesta
PRIETO CASTRO, quien planteaseriamentela posible inconstitucionalidadde
dicho apartadosaT.
No obstante,como tendremosocasiónde comprobar,lo cierto
es que no pareceque puedatacharsea dicho preceptode inconstitucional,sino que
en último término habrá que estar al uso que del mismo rcaliza el órgano
jurisdiccionalen la práctica.
En cualquier caso,y ptra concluir, 1o que nos parececierto es que el
legisladorha sido nuevamentedemasiadocautoy temerosoen la reforma de dicho

precepto.No le ha bastadocon generarconfusionesdebidoa la incardinacióndel
apartado3o en un precepto en el que, aparentemente,se alude a la mejora del
lo cual ha motivado polémicasen torno a Ia aplicacióndel mismo,

embargo5as,
haciendo que su ámbito se restringa aún más. Junto a esto, nuestro legislador
la ocasiónpara instauraruna auténticaobligaciónpositiva frenteal
desaprovecha
Tomo II, op. crt.,pág.723.Idem<Derecho

.- PRIETOCASTRO,L., <Tratado...>,
Procesal...>,
op.cit., pa5.467.
.- Y quelleva a algunosautoresa defenderel quedichafacultadsólo esposibleen los

supuestos de mejoradel embargo,comoasílo defiendeCIMA GARCIA, C.,Algunas
cuestionesque suscitala Ley de ReformaUrgentede la Ley de EnjuiciamientoCivil
referentes 1985,núm.3, pa5.375.
al embargoy al apremlo,<Justiciar>,
398

órganoj urisdiccionalsae.
En efecto,no se impone obligaciónespecíficaal órganojurisdiccionalde
investigarlos bienesdel deudor,ya que en el precepo que comentamosseprevé

que la expediciónde mandamientosque faciliten información sobreel patrimonio
del ejecutadoha de hacersea peticióndel ejecutante.
La implantacióndel nuevo apxtado parece que obedecíaal deseodel
legislador de dotar de mayores poderes al órgano jurisdiccional, mas dicha

deja pasar
facultad no se ha reguladode forma expresa.El legisladornuev¿rmente
la oportunidady no impone obligación concretaal órganojurisdiccional, sino que
mas bien le atribuye una facultad ("...podráel juez...")tt0, guo ademásse hace
dependerde la necesariainstanciade parte.
.- Obligaciónquedebeentenderse,tal y comoseafirmaen laspresentes

páginascomo
un poder-deber,esdecir,unapotestaddel órganojurisdiccional.
.- La soluciónadoptadapor el legisladoren el ¿ímbitodel procesocivil de ejecución

contrast4 nuevamente,con la seguida en el proceso laboral, en el cual dicha
obligaciónde investigaciónjudicial de bienesseconfiguracomoun deberde carácter
positivo que pesasobreel órganojurisdiccional.Así, el art. 247.1 de la LPL se
expresaen los términosque siguen:<Si no setuviereconocimientode la existenciade
bienessuficientes,el órganojudicial deberádirigirse a los pertinentesorganismosy
registrospúblicosa fin de quefaciliten la relaciónde todoslos bieneso derechosdel
deudorde los quetenganconstancia,tras la rcalízaciónpor éstos,si fuerepreciso,de
las averiguacioneslegalmenteposibles>.Ademas,no debeolvidarsela posibilidad
quetiene el órganojurisdiccionalde imponerlos apremiosquefuerennecesarios para
lograrla colaboración requerid4segúnel,an.238 dela LPL.
399

De todas formas, para salvar la anterior carenci4 bien puedehacerseuna
interpretación conjunta e integradora de dicho párrafo con la doctrina
constitucional,anteriormentecitadattl, y así es en el contextodel anículo 1455.3

de la Ley de EnjuiciamientoCivil dondedebetratar de encajarsela jurisprudencia
emanadadel Tribunal Constitucional.
En resumen,la obligacióndel órganojurisdiccionalde adoptarlas medidas
necesariaspara gararúizarla ejecuciónen el presentemomentoha de traducirseen
una actividadde dicho órgano,segúnlos mandatosdel TC. De interpretarseello

así,el preceptoaludidopodríaconcederalgunafacultadal órganojurisdiccionala
fin de investigar el patrimonio del deudor, aunque la ley no lo regule
expresamente.
En consecuenci4la eficaciade dichanonna dependeráen la realidadde la
mayor o menor amplitudcon que seainterpreradayaplicadaenlapráctica por el
órganojurisdiccional. Expresamenteno se le concedepoder, ni se le impone
obligación, pero se le facult¿,por 1oque quedaen manosde la actitud que eI }uez

adopteen cadacasottt. Sin embargo,ello nos lleva a la polémicacuestiónde la
.- Recordemosque segúnla doctina consagrada por nuestroTribunal Constitucional,

al órganojurisdiccional se le impone la obligación de adoptarlas medidascon la
"intensidad necesaria" pffia garanlzar la efectividad de Ia ejecución, y
consiguientemente de la tutelajudicial efectiva.
ProcesoCivib>,op. cit.,
.- Cfr. MORENOCATENA,V., (et.alt.),<DerechoProcesal.
pág.715;RAMOSMENDEZ,F., <Derecho TomoII, op. ctt.,pág.1'057.
Procesal...>,
400

verdaderaactitudque los órganosjurisdiccionalesadoptanen la realidadprocesal,

y que ha conducido, como veremos seguidamente,a cierto sector doctrinal a
solicitar, no rm aumentode facultades,sino a que las que existen ya en la LEC
sean realmente actuadas, lo que perfectamentepuede asumirse sin mayores
obstaculos.
Efectivamente,en la Ley de EnjuiciamentoCivil separtede una limitación
implícita al órganojurisdiccionalde poderesespecíficosy concretosen el senodel

procesode ejecución,lo cual constituyeun hecho que dificilmente puede ser
negado.El primer dato que corroboraesto es que, como se ha dicho, en estafase
de ejecuciónsiguerigiendocon plenitudla instanciade parte.El legisladoren este
c¿rmpode la ejecucióncivil no se atrevea instaurarun <principio de impulso de
oficio procesabss',de fortna que solicitadala ejecuciónpor la parte (cfr. art.9l9
LEC), el órganojurisdiccionalpudieraactuarde oficio sin necesidadde esperaren

Sin embargo,el principio de
todo momentola instanciao solicitudde laspartessso.
impulso de oficio siguesiendodesconocidoen la Ley de EnjuiciamientoCivil en
el procesode ejecución,al negarsea implantarlono sólo en estafase,sino en el
.- Véase SOLCHAGA LOITEGUI, J., (El procedimiento de apremio...>>,

op. cit.,
págs.298 y 339-341.
.- Se trata de consagrarun principio de impulso oficial en el proceso de ejecución, de

forma similar a como se consagraen la Ley de Procedimiento Laboral, la cual en su
art.236 tras afirmar en su apartadoprimero que la ejecución de las sentenciasfirmes
se iniciará a instancia de parte (...), estableceen el apartado segundoque <iniciada la
ejecución, la misma se tramitará de oficio, dictandose el efecto las resoluciones y
diligenciasnecesarias>>.
4UI

ámbitogeneraldel procesocivil5ss
Así pues, la imposible actuación impulsora de oficio por el órgano

jurisdiccional, unida al hecho de la inexistenciade poderesespecíficosttuparu
combatir la actitud de las partes,haceque el juez en la realidadadopteuna actitud

que como una nota más hace que el órganojurisdiccional delegelos
pasiva557,
cometidosque a é1correspondenen manosde sus colaboradoresmás inmediatos,

judiciales.
comosonagentesy secretarios
No obstante1oanterior,no existeuna total unanimidaden relación al tem4

tienenen el seno
puestoqueparaotro sectordoctrinallos órganosjurisdiccionales
del procesosuficientesfacultades,sólo que en la prácticano las aprovechany se
.- Como tambiénlo afirma PUYOL MONTERO,F.J.,La ejecuciónde sentencias:

Justificación de la necesidadde una reforma procesal. Criterios prácticos de
civilesy penales.Trabajos
aplicación,(Obraconjuntasobre<Ejecuciónde sentencias
de investigaciónpromovidos por el Instituto de Estudios PenalesMarques de
Beccaria), Madrid, 1994,pág.216.
.- Aunque quizá,másquepoderesespecíficos,lo queseríadeseable,comoya señalara

CARRERAS, es que "la actividad investigadoradebí4 por 1omenos,ser regulada
procedimentalmente,para que se uniera al poderjurisdiccionalun efectivo deberde
actos",<El embargo...)),
realizardeterminados op. cit.,ptágs.204-205.
.- Comoasí espuestode manifiestopor ORTZ NAVACERRADA, paraquienla ley

limita al juez al no concederleespecíficamente para corregir la
poderes-deberes
pasividad de las partes, lo cual <abocacon frecuenciaa que de hecho el juez,
desasistido de los poderesefectivosy directosque la temáticademanda(...) prestea
esta materia (se refiere el autor obviamentea la ejecución)una atenciónmenos
constantey profundaque la que dispensaa los temasde los procesosdeclarativos>,
<<Concurrencia op.cit., pags.40-41.
de acreedores...)),
402

comportande formapasiva,ante<ciertotemora perdersu imparcialidad>5s8.
Con todo, nos inclinamosa pensarqueesnecesariauna potenciaciónde las
facultadesde los órganosjurisdiccionales o cuanto menoq como acertadamente

una regulaciónprocedimentalde los poderesespecíficos
indicaraCARRERASS5e,
deljuez, con el fin de lograr la verdaderaefectividaddel derechoala ejecuciónde
las sentencias,como contenidoesencialdel art. 24.1 de la Constitución.Todo el
trasfondoque rodea el tema presentedebeser visto y entendidoteniendopresente
el pretendido principio de eficacia procesal. Sólo desde esta óptica puede

justificarse el necesario reforzamiento de las facultades de los órganos
jurisdiccionalesen el senode la ejecución.
El órgano jurisdiccional no tiene encomendadaslegalmente de forma
expresaobligacionesprocesales-a salvo, claro esta,las emanadasde la doctrina

másgraveesquetampocotienepoderespara
constitucional-,pero la consecuencia
hacerlassurgir frente a las partes.Por ello, aquél reforzamientode los poderes
específicosdeljuez debedirigirse,en especial,a la posibilid¿dde poderimponera
las parteslas medidasnecesarias,a su vez, paralograr la tan anheladaeficacia

procesal. Reforzamiento que, como manifestara CARRERAS y es de perfecta
.- Es la opinión mantenid4 fundamentalmente,por MONTERO AROCA, J.,

en <Paraun
op. cit., pag.233y SERRA,M., <Balancepositivo...)),
<Introducción...>>,
op.cit.,pag.na
proceso...),
.- CARRERASLLANSANA, J., (El embargo...>,

op. cit., págs.204-205'
403

aplicaciónen la actualidad,"al finy al cabo,en otrosprocesosde ejecuciónseha
regulado,cuandoconveníaal Estado,la actividadlocalizadorade los Ejecutores;
así,en el procesotributario"s60.
IV.- LAS OBLIGACIONES PROCESALESDE TERCEROS
1.- INTRODUCCION
Nuestro Texto Fundamentalsancionaen su artículo 118 junto al
obligado cumplimiento de las sentenciasy demasresolucionesdictadaspor los
órganosjrnisdiccionales,la obligación general de colaboracióndebida ante el

requerimientode los Juecesy Tribunales. Es, como se anotabaen páginas
anteriores, en este precepto donde debe situarse Ia necesaria entrada y

colaboraciónde los tercerosen el desarrollodel proceso,pero de forma especialen
Por tanto,el art. 118CE constituye
el trámiteo fasede ejecuciónde las sentencias.
el primer fundamento en atención al cual puede exigirse o solicitarse la
colaboraciónde tercerosparacumplir con 1oresueltopor un órganojurisdiccional.
Sin embargo,aunqueadmitidala posibilidado la posible exigibilidad de
colaboraciónde personasajenasal proceso,es a partir de dicho instantedonde
- CARRERASLLANSANA, J.,(El embargo...>,

op. cit., pags'204-205'
404

surgenlos principalesproblemasu obstaculos,sobretodo si se tiene presenteque

en el sentidoamplio de la palabra,que no han sido parte
nos referimos a personase
en el procesoy a quienesla sentenciao resoluciónpor la que setrata de asegurar

ésta, no les afecta de forma directa, ni siquiera ostentandoun interés directo o
indirectoen el procesode ejecuciónen curso.
pero,pesea 1oanterior,el recursoy la entradade estasterceraspersonastut,
puedeser de gran relevanciaparalograr no sólo el fin particularque

en ocasiones,
se sigueen el proceso,sino el generalque persiguela Administraciónde Justicia.

Aunquedejandoa un lado mirastan altas,lo cierto esque en estosmomentosde la
en el de lalocalizaciónde bienes,
ejecuciónde la sentencia,y más concretamente,
la colaboraciónde los aludidostercerospuedecontribuir en gran medida a lograr
la consecucióndel principio de eficaciaprocesalo efectividad.
Ahora bien, pese al superior fundamentoconstitucionaly a la relavancia

que puede presentardicha colaboraciór¡ se encuentrandiversas limitaciones u
obstaculos que derivan de un problema común: la ausencia de un desarollo

específicodel art. 118 CE. Así, la materiaa la que aludimosen estemomentose
encuentrahuérfanade regulaciónexpresa,y ofl especial,en la ley procesalcivil. El

proceso civil no conoce rura normativa específicaque contemplala cuestión
s6r ^^€i nidos

IJEMIIUVD o
v caracterizados
vqlqv en eI capítulo
-*f - ---- tercero'
-nr rf =An ?
J. 1
L. \ t! !rr r! ¡' vi r ny +rv' ' i n i o de dual-idad de partes o de
crpd!LdLr\J I
p'osiciones, como terceros totalmente ajenos o . extraños aI

iI J-I.\ J.\,- .9 ., >.\,' . o = Uc. sl e e
u Ji pÉ^
u u, u' ^
r v ir rÁ
' n
-v v^r lm
Lv^ se verá con más pfecisión.

planteada,lo queno esasumible.
No obstante,en el procesocivil existeen la actualidaduna vía a travésde
la cual se puededar entradaa estosterceros,como es el art. 1455.3de la Ley de
EnjuiciamientoCivil en el supuestode que el órganojurisdiccional acudaa los
organismosy entidadesallí indicadossolicitandoinformación sobre los bienes

al deudor,sobrelos cualespracticarel embargo.En consecuencia,
pertenecientes
sí que se prevé la posible intervención,a los fures de colaboración,de estos
terceros,aunquese carecede una previsión normativa específicaen la materia.
Así, es posible hablar,como lo demuestrael art. 1455.3LEC de una obligación

que pesasobretercerosajenosal procesode ejecuciónen curso,paracolaboraren
las laboresde investigaciónde bienes para practicarel embargo.En esteprecepto
se delineamuy débilmenteuna especiede obligaciónprocesalsobrelos terceros

en el artículo118de la Constitución.
en claro desarrollode la generalconsagrada
Sin embargo, a partir de ese momento la ley guaña el más absoluto
silencio y nadaprevé acercadeaspectostales como la entraday en calidad de qué
entranestosterceros,cúal es el contenidode aquéllaobligación,sus límites,y lo

que esesencial,a nuestrosefectos,cuál es la posiblesanciónquepuedeimponerse
antela negativade prestarla colaboraciónrequerida-informaciónsobrelos bienes
del deudor-por el órganojurisdiccional.
Puesbien, a tatar de dilucidar los anterioresinterrogantesse destinanlas
406

páginassiguientesque aludena las obligacionesprocesalesde los tercerosen esta
fasede lalocalización de bienes.Aunque, claro está,partiendode la premisade la
necesariae importante intervención de estos terceros en este momento de la
ejecución.
La ausenciade una obligación sobreel deudorde manifestarsus bienes,
haceque seanecesariobuscary rcforzar otros mecanismosque seancontemplados

en la ley y que garanticen, al fin y al cabo, la localización de los bienes. La
búsqueda de mecanismos que garanticen, en último término, el derecho

es un objetivo que debepresidir en
fundamentala la ejecuciónde las sentencias,
todo momentoel desalrollodel tema.En garantíay rcfuerzode la efectividadde la

debenbuscarsey crearse
tutelajudicial,y dentrode ello la ejecuciónde sentencias,
otro tipo de medidas que refuercen, no tanto la tutela judicial cuanto su
efectividad.
Y sí, uno de aquéllos instrumentos viene representado por las
obligacionesprocesalesfrente a los terceros, como medio para alcanzarla

el de la tutelajudicial.
efectividaddel derechoa la ejecución,y consiguientemente
Ha de buscarsey admitirse cualquier vía que refuerce la ejecución de las
sentencias,y la de la entrada de los terceros apareceespecialmenteútil en el
momento de la ejecución,prestandola colaboraciónrequerida a los órganos

jurisdiccionales.Pero, sobre todo, en el proceso de ejecución se muestra
especialmenterelevanteen la fase de localización de bienesa efectosde practicar
401

el embareo.
2.- NL FUNDAMENTO CONSTITUCIONAL DE LA OBLIGACION
DE COLABORACION DE TERCEROS
La existencia de una obligación de colaboraciónpor parte de
personas totalmente ajenas al proceso es un recurso conocido, admitido y
claramentereconocido en los ordenamientosjurídicos. La ayuda que, en la
mayoría de ocasiones,prestanestaspersonasal buen fur del procesopresentatal

prevéla intervenciónde
relevanciaenlaprácticaque el Derecho,en consecuencia,
los mismos en cumplimiento de aquélla obligación general, quizasporque como

si no seregularapor la ley tal vezlacolaboración
ya fuerapuestode manifiesto562,
no se rcalizwíade forma espontánea.Por ello el Derecho,bien de forma genérica

contemplala posibilidadde imponer estaobligaciónde
o bien específicamente,
la
colaboraciónde los ciudadanosen el desarrollodel proceso.En consecuencia,
enffadade estaspersonasen el ámbito del procesoes algo normal en los diversos
tipos de procesosen la actualidad-laboral,tributario,civil, administrativoy penal-
proceso
, si bien dicha colaboración adquiere tintes diferentes en función del
concretoanteel cual nos encontremos.
562.-
La constatación de esta premisa parte ya de
expresamente manifestaba que "puesto q u e
CARNELUTTI, el cual
en la fase actual del desenvolvimiento ético de la s o c i e d a d
no se puede contar con l-a prestación espontánea de ese
servicio (se refiere el autor aI servicio del t e r c e r o ) ' es
408

A lo anterior se une el hecho de que en la actualidad, inmersos en un
Estado social y democráticode Derecho, el obligado cumplimiento de los
mandatosemitidos por los Juecesy Tribunales,en el ejercicio de la potestad

jurisdiccional representala máxima garantiapara un buen funcionamiento del
mismo. Garantíaque se obtiene no sólo a través del cumplimiento de las
sentenciasjudiciales, sino también mediante la necesariaobservanciade los
requerimientosrealizadospor los Juecesy Tribunales.
La evidencia que prueba 1o anterior la representael hecho de que el

decideconsagrarde forma expresaaquéllamáxima
legislador,consecuentemente,
gararfiíadelEstadosocial en la norma supremade nuestroOrdenamientoJurídico,
estoes,la Constitución.En efecto,esen la propiaConstituciónEspañoladondese
recogela obligaciónde cumptir con los mand¿tosjudiciales, en el artículo 118.
Pero además,el legislador,en claro refuerzo de estaobligación,consagraen el
inciso final del mismo preceptootra obligación que la completay refuerua:Ia de
colaboracióncon Juecesy Tribunales,tanto en el desarrollodel procesocomo en
la fase de ejecución.Así pues, Se consagracon carácterexpreso,y como es

conocido,una obligaciónde colaboracióncon alcancegeneral,es
sobradamente
necesaria la intervención del derecho (. . . ) , constituyendo a

cargo de éI obligaciones y sujeciones, y p o r l a o _ t r a s , e h
compensación de tales deberes les atribuye f a c u l t a d e s o
deréchos frente a las partes", Véase eI Tomo I de Sus
< < I n s t i t u c i o n e s . . . ) ) r o p . c i t . , p á 9 . 3 74 -
409

decir, paracualquierciudadano.
Así, es en el anterior precepto donde radica el fundamento de las
obligacionesprocesalesquepara los tercerosse derivandel procesotu'.El artículo
118 de la Constitución-refrendadotambiénen el art. 18 de la LOPJ-, como seha
afirmado reiteradamente,se erige en la base esencial de la categoríade la
obligaciónprocesalfrente a aquéllosterceros.En efecto,la posible o pretendida

imposición de obligacionesprocesalessobre personastotalmente ajenas a la
ejecución únicamente puede fundarse, y encontrar su justificación, en el
cumplimiento de la obligación constitucional de colaboración con la
Administración de Justicia.
El logro de la eficaciao efectividadde la tutela judicial, en el presente
momento, a través de la ejecución de la sentenciapuede verse beneficiado

por terceraspersonasen est¿faseprocesal.Laentrad4
medianteIa ayudaprestada
en estos momentos, de terceros puede ser especialmenteútil para conseguir el

perfecto y adecuadocumplimiento de la ejecución. Pero, sobre todo, esta
colaboracióno ayudade los tercerosaparecerevestidade especialutilidad en el
s 6 3 .-
No debe olvidarse Qu€, como ya habíamos tenido
ocasión de af j - r m a r en el- primer capitulo del- presente
trabajo, las obligacíones procesales que se instauran en el
seno det proceso no sól_o alcanzan a las p a r t e s que
intervienen en éL, sino que igualmente p u e d e n i m p o n e r s e o
instaurarse frente a terceras personas, si con ell-o s e l o g r a n
los
!vo f.ines
!rrrvo ry vl !eu rv Ys a ^ r r i d n q nar c] meCaníSmO del pfOCeSO.
410

momento o fase de localización de bienesdel deudor,como podrá constatarseen
el presenteapartado.
En resumeny una vez más,el fundamentoparala imposicióna terceros-
según son entendidos en el presente momentode auténticas obligaciones

procesalesderiva del propio desarrollodel art. 118 de la Constitucióndesdeel
momento o instante en que consagrala necesariacolaboración de todos los
ciudadanosen el desarollo del proceso.A ello lógicamente,debe añadirsela

en el
proteccióny observanciadel derechoa la tutelajudicial efectivaconsagrada
art.24.I CE, la cual puedeversefavorecidaen estemomentocon la intervención

de personasque pueden ayudar a los órganosjurisdiccionales a lograr el fin
perseguidocon la ejecuciónde la resoluciónjudicial. Ademas,no debeolvidarse
que el interés público o social que está presenteen el procesode ejecución,

justifica y se une a los fundamentospara dar entradaa estaspersonasajenasen la
ejecución.
Según1o dicho, y pese a constituir el artículo 118 de la Constituciónel
fundamentogenéricode las obligacionesprocesalesfrerfe a tercerosno es, sin
embargo, suficiente por sí mismo paru configurar aquéllas obligaciones

procesales. Dicho precepto representa la previsión genérica de nuestro
Ordenamiento sobre la posibilidad de implantar e imponer este tipo de
obligacionesparalograr la colaboracióncon la Administraciónde Justiciaa ffavés
de susórganosjurisdiccionales.Pero,al igual que sucedecon la mayorpartede los
4II

mandatosconstitucionaleses necesarioque se completee integre con toda una
normativaal respecto,de forma que se establezcanconcrecionesa la obligación

general.
reclaman,pues,un desarrollode carácter

Las previsionesconstitucionales
másespecíficodel cual se derivey perfile la obligaciónprocesalde colaboración
frente a terceros.Ciertamente,el mandatoconstitucionalrepresentael norte que
debe guiar el posterior desarrollode la normativa legal en el tem4 pero en la
Norma Fundamental1oúnico que se contienenson los postuladosgeneralesque

con posterioridaden la ley.
debendesarrollarse
necesariamente
Es, quizas,por estemotivo que aquélmandatoconstitucionalencuenff4 en

primer lugar, su plasmaciónen la propia Ley Orgánicadel PoderJudicial,la cual
prevéy regulaestaobligaciónen su art. 17.lo.En efecto,en el primer apartadode
este preceptose estableceexpresamentela obligación de todas las personasy
entidadespúblicas o privadasde colaborar,antelos requerimientosde los Juecesy
Tribunales,tanto en el desarrollodel procesocomo en la ejecuciónde 1oresuelto,

la Constitucióny las leyes,y sin perjuicio del
con las excepcionesque establezcan
resarcimiento de los gastos y del abono de las remuneracionesdebidas que

procedanconformea la ley.
Así y según1oanterior,el art.17.1 LOPJ ademasde reiterarla obligación

por el art. 118CE, determinacon mayorprecisiónque
de colaboraciónconsagrada
A1)
A L L

la misma alcarzatanto a las personaspúblicascomo privadas,físicaso jurídicas,
lo cual puederesultarespecialmenterelevanteen el momentode lalocalización de
bienesdel deudor.
Sin embargo,las previsionesanterioresque determinan,en cierto modo, el
marco general denfro del cual se enmarca la obligación de colaboración de

en estosmomentos,por el legisladorordinario.Han
terceros,debenserintegradase
de ser las leyes reguladorasde cada proceso en particular las que determineny
desarollen el mandatogeneralcontenidoen el art. 118 CE, de tal forma que será
de ellasde las que depend4en último término,la existenciade estasobligaciones

procesalesen el senode cadaprocesoen concreto.
Este desarrollo,y aín a título de ejemplo,es el que ha decididoinstaurar

En efecto,tomamoscomoejemplo
nuestrolegislador,vgr. en el procesolaboral56a.
el criterio seguido por el legislador en el ámbito laboral porque el mismo

representala plasmaciónmásrecientey palpabledel mandatogeneraldel art. 118
CE. Efectivamente,con la reforma operadaen el año 1990 se crea en el ámbito
laboral una obligación general de colaboraciónde los terceros en el seno de la
ejecución.Así, la previsión normativa en estosmomentoses doble: en primer
lugar, se recoge en al art. 75.2 LPL el principio general de colaboraciónde
564.- E igualmente, existe esta obligación en eI campo del

nróccso tril-nrtarj-o en Sus arts. 1l-1 y ss. de la reciente Ley
2S/tggS, de 20 de julio, eüe modifica parcialmente Ia Ley
General Tributaria.
4t3

aquéllosque no seanparte en el proceso(terceros)antelos requerimientosde los
órganosjrnisdiccionales,impuestospara garantizarlos eventualesderechosde las

judiciales56s.
partesy la efectividadde las resoluciones
Y, en segundol4ar, aquélla obligación de caráctergenéricase convierte
en específicaen el art. 247 LPL al incorporar o instauraruna obligación frente a
los tercerosen el momentode la investigacióny Iocalizasiónde bienesdel deudor
a afectos de embargo. Obligación ést¿ última que viene a convertirse en
contrapuntonecesariode la investigaciónjudicial -obligaciónprocesaldel órgano

jurisdiccional-,que serecogeen el mismopreceptode la ley procesallaboral,en la
búsquedade elementospatrimonialesdel ejecutado.
En cualquiercaso,y fuera del ejemplo del procesolaboral, 1o que debe
tenerseclaro es la necesariacoadyuvaciónde la legislación ordinaria y que
complete el art. 118 de la Constitución. Por 1o que a nosotros interesa,
lamentablemente,la situaciónseguidaen estecampono es la misma que adoptala

ley tratándosedel procesocivil, al menos de forma tan clar1 lo cual no debe
conducira conclusionesanticipadasque defiendanla inexistenciade obligaciones

procesalespara los tercerosen el campo civil. Como vamos a tener ocasiónde
^L--l .i -^^.i
I
"'.- Además, Se âl-ra l- anar ñraqénté .r.*-
afl.lé JSta
é-^!^ o orf gacf o n
nrñcese'l sohre los terceros se ve reforzada con 1a sanciÓn
.Y fg tV r F l^ |.Pl. pI
reve ante la inobservancia deI requerimiento
-irrr{'i ¡'i r'l de una mul-ta
J
qsf vru! r
\r
J
.. ar *l -r é eé traduce en la imposición
coercitiva sobre el tarr-cro - seorin eI art. 238.3 LPL.
e v ! v v ! v
t
4L4

sí que existenen la fase de ejecución-localizaciónde

comprobarseguidamente
bienes-obligacionesprocesalespara los terceros,si bien la regulaciónque de las
mismasseefectuaes,una vezmás,bastanteparcay carencial.
3.. LA COLABORACION DE TERCEROS EN LA FASE DE
LOCALIZACION DE BMNES
3.1.-Planteamiento
En el procesocivil, tanto declarativocomo de ejecución,
existen auténticasobligacionesprocesalesfrente a los terceroscomo traducción o

plasmaciónde la genéricaobligaciónde colaboracióncon la Administraciónde
Justicia, como se afirmaba anteriormente.Pero quizás,y a diferencia de la fase
declarativa,en la fase de ejecuciónla presenciade aquéllasobligacionesaparece
con muchamenosnitidez.
En efecto,los tercerossoportanen el curso del procesola imposiciónde

del mismotuu.La
obligacionesprocesalesque ayudana un mejor desenvolvimiento
da entradaa personasajenasal procesocon el fin
ley procesal,en estossupuestos,
566.- Recordemos, a titulo de ejemplo, Ias obligaciones

que pesan sobre testigos o p e r i t o s e n I a f a s e declarativa def
proceso. Véase supra, capitulo segundo.
A1tr.

de lograr los fines que son propiosa dicho mecanismo,y ofl consecuenci4prevé
toda una normativa acercadel régimenlegal que regula dicha intervención,vgr. en
el supuestode los testigos.
Sin embargo,en el momentode la ejecuciónde las sentencias,y pesea

prever la entrada de estos terceros colaborando en el cumplimiento de las
resolucionesjudiciales la LEC no rcalizq en consecuencia,

una regulaciónmás
completadel tema. Ahora bier¡ pese a ello, ciertamenteaquéllasobligaciones

procesales,talycomo sonconfiguradasen estetrabajo,existenen el momentodel
cumplimientode las resolucionesjudiciales, y en especialpor lo que a nosotros
respect4 las mismas pueden encontrarseen la fase de localización de bienes a
efectosdel embargo567.
De una o de otra forma la Ley de Er{uiciamiento Civil parece dar
cobertura,al menos genéricamente,al mandatoconstitucionaldel art. 118 CE,

que deben colaborar con el órgano
siquiera aludiendo a ciertos <<terceros>>
jurisdiccionalen lalocalización de bienes.Así, la LEC establecela concreciónde
la obligación generalque se consagraen la Constitución,aunquela misma es
necesariaque se integre e interprete a la luz de todo lo dicho hasta el presente
561.-No debe olvidarse, en ningún momento' que las

concl-usiones a las que se pretende lIegar en este apartado
van dirigidas o destinadas, de forma especial, a Ia
existencia de obligaciones procesales en la f a s e d e
Iocalización de bienes a afectos de la p r á c t i c a del e m b a r g o .
416

momento,sobretodo, porquela previsiónque realiza la ley procesales bastante
carenciale incomplet4 aI tiempo que deja bastantesinterroganteso dudassin
resolver.
3.2.-La determinacióngenéricade los terceros
El estudio de las posibles obligacionesprocesalesde los
terceros en esta fase concreta de la ejecución ha de venir precedido,
inexcusablemente,de un acercamiento y delineación del sentido que debe
otorgarse,en especialen estosinstantes,al término terceros,si bien siemprea los
efectos que interesa en el presente momento. Por ello, obviamos una

profirndización sobre el mismo que nos llevaría ineludiblementeal estudio más
genéricodel conceptode parte,el cual excederíadel objetivo que se persigueen
esteapartado.Unicamentese trataráde dejar claro qué sujetosse entiendenpor
tercerosen el presentemomentocomprendidosbajo aquelladenominación,para1o
cual, si bien de forma tangencial,se debealudir a 1oque se entiendeen la doctrina

bajo estesustantivo.
las partes
Como se ha tenido ocasiónde comprobarcon anterioridads6s,
s 6 8 -. véase supra, capitulo tercero, apartado 3.1. )

Principio de dualidad de partes o de p o s i c i o n e s .
4t7

principales del proceso de ejecución aparecenclaramentedeterminadasen el
denominadotítulo de ejecución.Así pues, el acreedorejecutantey el deudor
ejecutadoson aquéllosque constanen el título, el cual representael presupuesto
legitimadorde aquelproceso.Sin embargo,y pesea que las partesprincipalesen
estemomento de la ejecuciónsiguen siendo dos, tambiénjunto a ellas pueden
aparecer otras personas a las que normal u ordinariamente se alude bajo la
denominacióno sustantivode terceros. Puesbien, determinarquiénesson estos
terceros, desde nuestro especial punto de mira, representauna labor, en cierto
modo, ineludible y a la que si bien de manera esquemáticay sin grandes

profundizacioneses convenientealudir.
Sin embargo,también al conceptodel tercero alcatuanciertasdificultades
o limitacionesya que el mismo, como acertadamente

ha sido puestode manifiesto
por FERNANDEZ LOPEZtun,,"pr.r.nta un concepto que ha despertadogran
polémicaen el mundojurídico. Quizaspor ello, como sigue apuntandoel citado
autor, la noción de tercero es definida o enunciada en la doctrina de forma
negativa,estoes, "terceroes quien no es parte"s7o,

como soluciónmás sencillade
s6e.-
F E R N A N D E zL ) P E Z , M . A . , <<Laterceria...)r op. cit.,
pá9. 254 y ss.
s 7 0 . - F E R N A N D E ZL o p E Z , M . A . , < < L a t e r c e r í a . . . ) t op. cit.,
pá9. 255. También esta configuración o enunciación es puesta
de manif iesto p o r M O N T E R OA R O C A , J . , (et. alt. ) , <<Derecho
Jurisdiccional...)r Vol-. II. Io, op. cit., páq. t3; PRIETO
C A S T R O ,L . , < < T r a t a d o . . . ) ) , T o m o I , o p . c i t . , páq. 232.
418

aludir al mismosTt,pesea quecon ella no seaporteningUndatorelevante.
A lo anterior seune ademásel hechode que la alusión al terceropuedeser
usad4 en ocasiones,indistintamente para referirse tanto al tercero totalmente
extraño a la ejecución, que no tiene ni posiblementetendrá ningún derecho o
interés comprometido en el14 como a aquel otro aI que la ley da entradaen el

proceso de ejecución por hallarse comprometido alguno de sus derechos o
intereseslegítimosdignosde proteccións72.
Por tanto, quizas sea ciertamentemas adecuadono establecera priori
ningún concepto general en tomo al tercero, sino referirnos o aludir al mismo

1ocual nos llevaría a excluir en
precisando"quién es tercero<a efectosde>"s73,
este momento a los tercerosque intervienen en la ejecuciónpara defensade sus
derechose intereseslegítimos, cuya enfada seproducecon distinto fin y diferente
fundamentoal que ahorainteresa.
s71.- Aunque, flo por el-lo es menos cierto que configurar

al tercero de esta forma excluyente y negativa equivale
ciertamente a no decir gran cosa sobre el mismo. Cfr.
FERNANDEZ L O P E Z , M . A . , < < L at e r c e r i a . . . > > ' op- cit-, pág- 252,
y también en <<EI proceso...))¡ op. cit., páq. 94 y nota alfí
reseñada.
q'7? ' . .i -^ 'l
véase l_a al_usión que sobre los mismo se reaL|zd, err
- --r^--^ r ^^
"''.-
el_ capitulo tercero, apartado 3.1) sobre el principio de
rl,,rl i rlrr{ r- l- o narf oq .\
V n s I. Vi r \ Jr I-IiE D^ ñ ^ a
y VñO
^ IhI
g a f' l
g ñr.\r-éqñ
I/lVVsov
fu lec e
v Ji e
v vr u: ¡ C i ó n .
rJIL-ED
573 M.A. , <<La Lercería - - . )¡ op. cit -,

.- FERNANDEZ L)PEZ,
páq. 259.
4r9

Los tercerosque, en estemomento,adquierenrelevanciapara nosotrosson
aquéllostercerostotalmenteajenos al proceso de ejecución qrrcno tienen ningún

derechoni interés en ella, y cuya entradaobedeceúnica y exclusivamentea la
llamada que realiza el ordenamientopara colaborar en el desarrollo de la

en la fasede localizaciónde bienes.Así, serían
ejecución,y mas concretamente,
terceros"a efectosde" prestarsu ayudaen la búsquedade bienesdel deudorpara
rcalizar el embargo.
En resumen,la intervención de estastercer¿r personasen el proceso de
ejecuciónse producea efectosde colaborary prestarsu ayudaen la ejecuciónde

1oresueltopor un órganojurisdiccional, por 1oque encuentrasu pleno fundamento
en la obligaciónde colaboraciónconsagradaen el art. 118 de la Constitución,ya

que en casocontrariodichaintervenciónno seproduciría.Lógicamente,y como se
ha afirmado, el mandatoconstitucionalencuentrasu concreciónen la ley procesal
civil, si bien de una manerapoco concretay fuerte. Veamos,pues, cuál es la
normativaque sobreestostercerosy las obligacionesprocesalessobrelos mismos

seencuentraen nuestraLey de EnjuiciamientoCivil.
420

3.3.- La colaboración de terceros en la Ley de Enjuiciamiento
ciüt
Una vez que se ha tratado de determinar, o al menos
perfilar, quienessontercerosa nuestrosefectos,vamosafiatar de descubrircuál es
la previsión que sobrelos mismos,así como sobresusposiblesobligaciones,se
encuentraen el senodel procesode ejecuciónde LaLey de EnjuciamientoCivil.
Ahora bien, es necesarioen todo momento que se tenga presenteque el hilo
expositivoseencaminade forma especial,comoseha indicadocon anterioridad,a
las posiblesobligacionesprocesalesque puedan existir para los tercerosen el

la mism4 ver cuálpuedeserel
momentode la localizacíónde bienesy, constatada
jurídicasde dichasobligaciones.
contenido,límitesy consecuencias
En la Ley de Enjuiciamiento Civil no se regula con caráctergeneraluna

al menos
obligaciónde colaboraciónde los tercerosen estafasede ejecución5ia,
de forma similar a la previstapor el legisladoren el procesolaboralo el tributario.
Sin embargo,y pesea no regularsede forma expresacomo tal, 1ocierto es que sí
5t4.- De forma simifar a como es conocida y regulada en el-

derecho francés. En efecto, efl l-a nueva Ley no 91-650, de 9
de julio de L99I que reforma l-os procesos civiles de
e¡ecución, el- legislador francés regula en el a r t - 2 4 - \ u na
n l ^ r ' lr' Yi o :qrv -r vi r ¡ ó n
vvr rlc.ln carác.ler oeneral sobre Ios terceros a fin de
gue presten su colaboración en elproceso de e¡ecución cuando
Jo.--
DCCTII -I L a
En ar' Il rm
9C t LaE n
l l fL g c !rscYou lEl e
! l ru iv D . clos. O
v vh
! rrYl q' iv ! o
v ¡a¡ r : i ón c r lt c nllede ]-]-eVaf
Y*"
aparejada Ia imposición de una astreinte para aquéIlos 9ü€,

sin motivo legítimo, Se sustraigan de Su cumplimíento, todo
ell-o sin perjuicio de los daños y p e r l u i c i o s q u e p r o c e d a n -
42t

puedeenconffarsela existenciade una obligaciónsobrelos tercerosen la fasede

por 1oque a nosotrosinteres4en el
y másconcretamente
ejecuciónde sentencias,
momento de la IocaIízación de bienes del deudor sobre los que practicar el
embarso.
En efecto, la obligación procesal frente a los tercerosy consiguiente
enfradade los mismosen el procesode ejecución,seproducea travésdel apartado
tercerodel artículo 1455de la LEC, en el supuestode que el órganojurisdiccional

se dirija o acudaa los organismosallí indicadossolicitandola informaciónen este
preceptorecogida.En dicho preceptose autorizaal juez a "dirigirse a todo tipo de
registros públicos, organismospúblicos y entidadesfinancieras,a fin de que
faciliten la relación de bienes o derechosdel deudor de que tengan constancia".
Así delineada,la anterior obligaciónpuedeser enmarcadaen la categoríade la
obligaciónprocesal,tal y como ha sido perfilada en el presentetrabajo, si bien

ciertamentela misma aparececonfigrnadade forma bastantetenue.
Ahora bien, la anteriores la única alusióny consiguienteprevisiónque en
estemomentode la ejecuciónrealizalaLey de EnjuiciamientoCivil acercade las
obligacionesprocesalesde colaboraciónde los terceros.Así pues,urLavezmás la
LEC obvia una regulación sobre la materia e intervención de estostercerosa los

que aludeen el art. 1455.3.El legisladoren el procesocivil de ejecuciónno seha
preocupadotampoco en este momento por determinar a qué zujetos afecta esta
obligación,pero sobretodo, por regular el régimenjurídico a que se encuentran
422

sujetoslosmismos.
como se verá, las previsionesconstitucionalesy de la

En consecuencia,
propia LOPJ colren el riesgode quedaren el vacío,sin contenidoen ciertomodo,
al resultar limitadas de forma implícita por la ausenciade regulacióny desarrollo
en la legislación ordinaria. La ausenciade pautas en la ley que concreten la
obligacióngenéricaimpide una efectividadmayor de la nonn4 la cual hubiera

podido salvarsesi la ley hubieraprevistoun régimen,por ejemplo,similar al que
prevétratándosede las obligacionesprocesalesde los testigos.
En cualquiercaso,y seacomo fuere, la norma o previsión de la Ley de
EnjuiciamientoCivil tiene trn alcancebastantelimit¿do en cuanto a los zujetos
sobrelos quepuedenimponersedichasobligacionesprocesales,
a lo cual seune la
propia ausenciade regulación legal sobre el contenido, límites o posibles
sancionesante la inobservanciade la misma por parte de las personasen ella
enunciadas.
En efecto,si nos ajustamosal tenor literal del art. 1455.3LEC se aprecia
como la ley no prevé la colaboraciónde particulareso personasprivadas en este

momento de localización de bienes del deudor. En la redacción dada por el
legisladoral art. 1455.3no se aludea la posibleintervenciónde personasprivadas

quepuedantenerconocimientode los bienesy
en estaslaboresde colaboración57s
s7s.- Como asi es contemplado, por eI contrario, en el
423

derechos del deudor. Así pues, al no preveerse en la LEC ésta posible
intervención,legalmentepareceno existir ningunaposibilidadde acudira aquéllas

personaspara recabarla información necesariaacercadel patrimonio del deudor.
Además, con esta limitación la ley priva de una colaboraciónespecialmente
relevanteen estosmomentos,como podríaser la de personasprivadasque por su
relacióncon el deudorpudierantenerdatossobrelos bienesde éste.
Así, únicamentepermite o prevé la ley la intervenciónmediantelaboresde

colaboración,en primer lugar, de registrospúblicos, en segundolugar, la LEC da
entradaa los denominadosorganismospúblicos y, en tercer y último lugar, a las
entidadesfinancieras, con el fin de que faciliten información sobre los bienes o
derechosdel deudorde quetenganconstancia.
De este modo, los anteriores son los únicos terceros que se prevé
intervenganen el momentode lalocalización de bienes,segúnse desprendede la
Ley de Enjuiciamiento Civil. Ahora bien, es a partir de estemomento,y trna vez
determinadosquiénesson los tercerosen estesupuestosobrelos que se impone la
obligaciónprocesal,dondecomienzana surgir todos los interrogantesy las dudas
proceso l-aboralr err donde en el art. 241.2 LPL eI legislador

prevé la posibilidad deI órgano ¡urisdiccional de recabar
i-nformación además de las entidades financieras o
depositarias, también de "otras personas privadas que por el
n l - r - ai l - n Aa eir normal_ a c t ui v! i c l a d
qv o
v n..,r s r ' r s lru er q lv r v ¡a¡ Ero: ' i o n e s
pur i uridicas
.t/v! -)
con eI ejecutado deban tener constancia de los bienes o

derechos de éste o pudieran resultar deudoras del mismo".
424

derivadasdel silencio que sobre el tema guardala LEC. Pero ello no obstante,
trataremosde acercarnosy establecercómo se configura la obligaciónprocesal

que se impone,segúnnuestropunto de vista, para estostercerosen el art. 1455.3
de laLEC.
3.3.1.-La obligación procesaldel artículo 1455.3de la LEC' en

particular
Como fácilmentepuede colegirsede todo 1o dicho hasta
ahor4 el art. 1455.3de la LEC representael único preceptodel cual derivanlas

tanto parael órganojwisdiccional comopara
potencialesobligacionesprocesales,
los terceros,en estemomento.Sin ernbargo,como así se ha tratadode poner de
manifiesto,el alcancede dicho preceptoes ciertamentelimitado por el escaso
desarrolloy Iafahade concreciónposteriordel mismo.
Aunque en cualquier caso,1ocierto es que estepreceptose convierte en la
vía principal, quizásla única,para imponerobligacionesprocesalesa los terceros
en el momento de la búsquedade bienes del deudor, si bien es de lamentarque
estaprevisiónno hayasido objetode una regulaciónmáscompletay detalladapor

parte del legislador. En especial, si se tiene presente la idea suficientemente
avaladade la utilidad que la colaboraciónde los tercerostiene en estepreciso
momento del proceso de ejecución, y que se acentua, sobre todo, por la

inexistenciade obligaciónsimiliar impuestasobrela propiapersonadel deudor.
Sin embargo,y pesea 1oanterior,pareceoportunoresaltarel hechode la

propia existenciareal de obligaciónprocesalsobrelos tercerosen la ejecución,lo
cual no es óbiceparaque sepongade manifiestoo de relieve,al propio tiempo,la

regulaciónque sobre ellarealizalaLEC, con el agravanteademas
desafortunada
de la imposibilidadde suplir estafalta o vacíolegal.Ahora bien,no esel momento
de perderse en elucubracionesteóricas sobre la conveniencia de reformar la
situación existente, dato sobradamenteconocido. El objetivo que guía las

presentespáginas es, aún teniendo presentela situación, ver cuál podría ser el
contenidode la potencialobligaciónasí contempladaparalos tercerosen la LEC,

y en atencióna la regulaciónexistenteen la actualidad,determinarcuál es de lege
data el presumible alcance real de la obligación procesal de esta forma

contempladaen el art. t455.3 de la LEC.
Así, y segúnel tenor literal del apartadotercerodel art. 1455de la LEC, la
obligación procesal de colaboración afecta, como queda establecido
nominalmente, a tres zujetos determinados, como son registros públicos,
organísmospúblicos y entidadesfinancíeras. En consecuenci4estos son los
únicostercerosque la ley prevéque intervenganen el momentode la localización
de bienesfacilitandola informaciónrequeridapor el órganojurisdiccional acerca

de los bienes y derechosdel deudor de que tengan constancia.Hasta aquí la
regulación que efectua la Ley de Enjuiciamiento Civil, ya que a partir de este
4ZO

momento no se encuentraninguna referenci4 ni mención alguna que ayude a
configurar la obligación que se recoge en el art. 1455.3, obviando los

inconvenientesy dificultadesque puedanrodearal tema.
Y, ciertarrente,estosincovenientessurgenya derivados,en primer lugar,
de la propia naturalezao errtidadde aquéllosterceros llamadosa colaborar en la
localización de bienes. En efecto, en la Ley de Enjuiciamiento Civil no se
determinacuálespuedanser aquéllosorganismospúblicos y entidadesfinancieras
sobrelos quepesala obligaciónde colaboracióncon el órganojurisdiccionalen el
desarrollodel embarsosT6.
A) Registrospúblicos y Organismospúblicos
Los Registrospúblicos no planteanningún problema desde
el mismo momento en que los datos que obran en su poder son, como fácilmente
puede colegirse, públicos y por tanto a ellos puede accedersesin ninguna
dificultad, y en mayor medida el órganojurisdiccional para averiguarinformación
sobrelos datosdel deudor.
Mayor problematicapresentanlos tercerosaludidosen segundolugar en el
5'76.- Menor problemática plantean los registros públicos,

como ya se apuntaba con anterioridad' p o r lo que obviamos l-a
^ 1 , , ^ - iÁ ^
(1-LtlD-L\Jft EJJ
aqf o
gouU mrrmcntr.r _
IlLvlLLgIIuvt ¿ IOS miSmOS .
¡
427

art.1455.3.Efectivamente,la Ley de EnjuiciamientoCivil aludea la colaboración
de los denominadosorganismospúblicos; ahorabien, el interrogantesurgea poco

que se indageen el tema: ¿a qué organismosen concretose refiere la norma?,y
sobre todo por lo que aquí interes4 ¿ esta pensandoel .legislador en la
colaboraciónde la Administracióntríbutaría, como ejemplorepresentativode los
organismospúblicos?La cuestión,como claramentepuedecolegirse,no esbaladí,

por cuantosetrata de dilucidar si, segúnesteprecepto,se derivaparalaHacienda
Pública una obligaciónde colaboracióna ffavésde la informaciónque constaen
su poder ante el requerimientodel órganojurisdiccional. Ciertamente,si nos
atenemosa una interpretaciónliteral del precepo nadapareceobstarpara concluir
con la necesariacolaboración de la Administración tributaria mediante Ia
información que obra en su poder sobre el deudor,y su puestaen conocimiento
anteel requerimientodel órganojurisdiccional.
Sin embargo, una interpretaciónconjunta del art. 1455.3 LEC y la

normativaque regulala actividadde aquélorganismopúblico,y en especialde la
Ley General Tributaria" nos lleva a la conclusión, siguiendo la ley, de la
imposibilidadde que la Administracióntributariapongaa disposicióndel órgano

jurisdiccional los datos obrantesen su poder sobre el patrimonio del deudor,
dejandovacíadecontenidoaIa obligaciónprocesal,en principio impuesta.
En efecto, la Administración tributaria impone frente a tercerosauténticas
obligacionesprocesalespara lograr su colaboraciónen la averiguaciónde datos
428

tributarios sobrelos constribuyentes.Así se prevé, con caráctergeneral,en el art.
111.1la Ley GeneralTributariasTi,la obligaciónde colaboraciónque pesasobre
"toda persona natural o jurídica, pública o privada", de proporcionar a la

"Administración tributaria toda clase de datos, informes o antecedentescon
tributaria deducidosde susrelacioneseconómicas,profesionaleso
trascendencia
financieras con otras personas".Ahora bien, la situación legal varía cuando el
sujeto pasivo de la obligación de colaboraciónes la propia Administración
tributaria, supuestoen el que se excepciona1oque debieraser el régimenordinario
de la obligaciónde colaboración.
Efectivamente,la excepciónque confirma el alcance limítado del art.

en el propioart. 113de la ley 2511995,
1455.3de la LEC la encontramos de22 de
julio578,el cual en su apartadoprimero estableceque los datosque obranen poder
de la Administracióntributariatienen"carácterreservado",y sólopodranutilizarse
a efectosfiscales,esto es, "pata la efectivaaplicaciónde los tributos o recursos
51'7.- por Ley 25/1995, de 20

Precepto de nueva redacción
de ju1io, de modificación parcial de Ia Ley General
Tributaria.
5'78.- que sustituye al- anterior
Precepto de nueva creación
apartado 6" del art. l-11- de l-a Ley General- Tributari-a ahora
r e f o r m : d ¡ - c nr e r e . n r ' l e h :
! v ! v l a l l q v q r
Y s v
I a normativa en torno al- carácter
reservado de los datos tributarios. La regulación concedida
por el- Iegislador al nuevo articul-o patentiza el interés y l-a
importancia que presenta eI tema en la real-idad, p a r a ser
-r
o l r - iJ Ee l u-vo
vv Fn
Erf I -
Ld- IIL.I(: Vd.
^"
-LEy cu ei e r e . r l u'rtq1v a
!EY . ción en un artículo
independiente, eI nuevo art. 113, mucho más amplio y completo
er anteraor.
429

cuyagestióntengaencomendada",
con las solasexcepciones
previstasen la propia
nofina. Así, del tenor literal del precepo se desprendeclaramenteque la Hacienda
Pública puede negar la pretendida colaboración requerida por un órgano

jurisdiccionalparaprestarinformaciónacercadelpatrimonioconocidodel deudor,
puestoque los datosque constanen susarchivostienen carácterreservado.
En resumen,y ateniéndonosa la regulaciónque sobreel tema rcalizala ley

tributaria, la puerta de accesoa los archivosde esteorganismopúblico aparece
totalmente cerr:ad4 incluso para los propios órganos jurisdiccionales en el
desempeño
de susf,rnciones.Ello, ademasde injustificado,en ciertomodo,resulta
bastanteparadójicoporque, contrariamente,en el art. 112.3LGT se instaurao

prevéuna obligaciónsobrelosjuzgadosy tribunalescon el fin de que faciliten ala
Administración tributaria "cuantos datos con trascendencia tributaria se
desprendan
de las actuacionesjudiciales
de que conozcan",con respetodel secreto
de las dilieenciassumariales.
Pero, sea como fuere, según la regulación actualmentevigente parece
obvio que la sustancialidad

del propio art. 1455.3de la LEC quedapor completo
en el vacío,desdeel mismo instanteen que la ley, con el carácferreservadode los
datos,amparalanegativaa facilitar ciertosdatosde contenidotributario.
Ciertamente,la finalidad de la normapuedecomprenderse

si nos situamos
en una perspectivaque pretendepreservarla intimidad de las datosque sobre los
430

confibuyentes posee Ia Administración tributaria, y que justifica la no

propagación de aquéllos datos. Sin embargo, como acertadamenteseñala
MONTEROtte,ro parecequetengademasiadosentidohablarde datosreservados

frenteal requerimientode los órganosjurisdiccionales,en especial,en el momento
de la búsquedade bienes del deudor.Además,como sigue señalandoel autor
citado, 1o que pareceprohibirse es la incorrectautílización de los datos por la
Administración,"pero ello no puedesignificarque esosdatosquedensustraídosal
conocimientode los órganosjudiciales,ni que los mismosno puedanutilizarseen

deberque sí pareceexigirse,inclusoa los
el deberde colaboracióncon éstos"s80,
propios órganos jurisdiccionales, cuando la afec,tadaes la Administración
tributaria58l.
5'7e.- En M O N T E R Om a n t i e n e , si bien referido al

efecto,
art. 241 LPL eue, "frente a l a o r d e n d e l - ó r g a n o j u d i c i a l n o
existen materias reservadas o secretas; u n a c o s a e s q u e
determinados datos no se h a g a n p ú b l i c o s y o t r a q u e s e a n
secretos para un juez o tribunal; frente a éstos no hay
secretos p ú b l i c o s en el marco del-imitado p o r los fines a que
atiende el art. 241, q u e es Ia búsqueda de bienes y derechos
del ejecutado". La solución asi seguida por el- autor puede
ser aplicable mutatis mutandi a la misma problemática en el-
campo del- p r o c e s o civil. V é a s e d e l - a u t o r sus
<<Comentarios
pá9. t411,.
s80.- Son palabras textuales defendidas por MONTERO AROCA,
J., ( e t . att.), <<Comentarios...))r V o I . I , o p . c i t . , págs.
I4t7-t4!2, a las cuales nos adherimos. E n e l m i s m o s e n t i d o se
pronuncia SALINAS MOLINA, F., <<Ley de p r o c e d i m i e n t o l a b oral-
(AnáIisis y comentarios. . . ) >>, op. cit. , pá9. 535.
'q oR 1' . -
Además, €fl cualquier caso, "ef deber de col-aboración
no puede ser interpretado en cuanto a su contenido y personas
obligadas con un criterio más restrictivo cuando se trate de
cofaborar con l-os ¡ueces y Tribunales en Ia ejecución de Io
437

Pero seacomo fuere, la realidad que pareceimponerse,y aún en contra de
las anteriores interpretacionesque creemosacertadasees que la negativa de la
Administración tributaria es totalmente legal y, ofi consecuenci4los datos que
tiene en su poder no podran ser conocidos ni siquiera por los órganos

jurisdiccionales.
B) Entidadesfinancieras
La Ley de EnjuiciamientoCivil prevé, en tercer y último
lugar en el mismo art. 1455.3,la colaboraciónen la localizaciónde bienesdel
deudor en este caso teniendo como destinatariosa las entidadesfinancieras. Sin
embargo,y al igual que en el supuestode los organismospúblicos,la alusióna

estosterceroses genéricasin que se concretequienesson estasentidadesa las que
la LEC da entradaen dicho precepto. Ello no obstante, su determinaciónno
representauna tareadífícil en exceso,ademasde resultarde gran atractivojurídico
debidoa la especialnaturalezade estosterceros.
En efecto,el interésque suscitael temasedeja sentirf,ácilmentesi setiene
resuelto que cuando deba cofaborar con la Administración para

el- logro de finalidades tributarias", SALINA MOLINA, F. ' (et.
a l t . ) , < < L e yd e p r o c e d i m i e n t o . . . ) , o p . c it. , páq. 535.
432

presenteque entre las entidadesfinancierasse encuentranincluidas las crediticias,
esto es,Bancosy Cajasde Ahomo, entreotros582

lo cual, entreotrascuestiones,
planteael controvertidotema del denominadosecretobancario.
Sin embargoy una vez má"sen todo estetema, la colaboraciónde estos
tercerosen el senode la ejecucióncivil no encuentraconcreciónni desarollo de
ningún tipo en la Ley de EqjuiciamientoCivil. El artículo L455.3de la LEC sólo

prevé la posiblecolaboraciónde las entidadesfinancierasen el supuestode que el
juez se dirija a las mismassolicitando información sobreel patrimonio del deudor
pero, en ningún momento encontramosun desarrollomás detenidodel régimeny
consiguiente tratamiento jurídico de estos terceros llamados a prestar su
colaboraciónen la localizacióndebienes.
582 r-
)Jd- determinación de cuál-es sean estas entidades
financieras a las que alude la LEC se encuentra en eI art. 30
del RD 1343/1992, de 6 de noviembre, por el que se desarrolla
la Ley L3/L992, de 1 de junio, de recursos propios y
supervisión en base consol-idada de 1as entidades financeras.
Dicho precepto, €r su primer apartado establece que tendrán
la consideración de entidades financieras, entre otras, Ias
<<entidades de crédito>>. Y, entre estas entidades de crédito
se encuentran comprendidas, según elart. I".2, del RD
Legislativo I29B/I986, de 28 de junio, sobre adaptación del-
derecho vigente en materia de entidades de crédito al de las
Comunidades Europeas (modificado recientemente por Ley
3/1994, de L4 de abril-, eüe adapta Ia legislación creditica
española a Ia Sequnda Directiva de Coordinación bancaria): el-
rnitituto de cíéAito oficiat, los Bancos, las cajas de
Ahorro, fas Cooperativas de Crédito, e igualmente hasta el- 31
de diciembre de 1996, las sociedades de crédito hipotecario,
las entidades de financiación, Ias sociedades de
arrendamiento financiero v Ias sociedades mediadoras del-
mercado de dinero.

Pero, a la anterior dificultad se une ademasel hecho de que todo el tema

que rodea a las entidadesfinancierasapenasha sido objeto de tratamiento
específicoen la doctrinaprocesal,qvizáspor entenderseque el mismo afectade

jurídicos, vgr. el tributario o el mercantil583.
forma más acentuadaa otros c¿rmpos
Ahora bien, pese a ello, es necesarioacercarnosa la especialproblemáticaque
rodeatoda la materi4 sobretodo, para averiguarsi las líneasgeneralesseguidasen

otros campospuedenencajaren la fasede localización de bienesdel procesocivil
de ejecución,y para traiar de descubrir cuál podría ser el contenido de la
5 8 3 -.
Y buena prueba de ell-o f o const.ituye Ia especial
doctri-na que se ha ocupado del- tema, entre otros, y sin ánimo
exhaustivo pueden verse, ALONSO GONZALEZ, L.M., Información
tributaria versus intinidad personal y secreto profesionaT,
<<Col-ección Jurisprudencia práctica>>, Madrid, 1992; BATLLE
SALES, G. , Ef secreto de fos l-ibros de contabil-idad y el-
secreto bancario. Dos manifestaciones def derecho a fa
intimidad privada, <<RGLJ>>, j ulio , L97 5; FAJARDOGARCIA, I . G. ,
Fundamentación y protección constitucional- def secreto
bancario, < < R e v i s t a d e Derecho Bancario y Bursátil>>, núm. 39,
julio-septiembre 1 9 9 0 ; F E R N A N D E ZC U E V A S , A . , N o t a b r e v e s o b r e
ef l-l-amado secreto bancario y el- derecho a fa intimidad,
<<Crónica Tributaria>>, núm. 34, 1980; JIMENEZ DE PARGA, R. , El-
secreto bancario en el- Derecho español, <<Revista de Derecho
Mercantil>>, núm. 113, 1969; N O G U E R O L E SP E I R O , N . , La
intinidad económica en La doctrina deJ- Tribunal-
Constitucional-, < < R E D A > >n, ú m . 5 2 , octubre/diciembre, 1986;
OTERONOVAS, J . M . , El- secreto p a n c a r i o . Vigencia y alcance,
<<Revi-sta de Derecho Bancario y BursátiI>>, octubre/díciembre,
1 9 8 5 , n ú m . 2 0 ; P E R U L L E SM O R E N O ,J . M . , E l - s e c r e t o b a n c a r i o e n
eJ- ánbito tributario, <<Impuestos. La Ley>>, Tomo II, 1986;
PETIT MASSANA, J., Jurisprudencia sobre elsecreto bancario:
notas criticas, <<Cróníca Tributaria>>, núm. 51, L9B4; SOLANA
VILLAMOR, F. , Ef deber de col-aboración en l-a Ley GeneraJ-
Tributaria, <<Crónica Tributaria>>, núm. 50, 1-984.
434

obligaciónprocesalde colaboracióntan tenuementerecogidoen la LEC. Es por
ello, por lo que aquí se siguenuna vez más,posicionamientos

bastantesui generis
en todo el tema, destacandolos puntos mas relevantesa nuestrosefectos,y de

en la doctrinadel TribunalConstitucional.
forma especial,las líneasestablecidas
Ahora bien, pese a todo lo anterior, debe partirse de la premisa de la
posibilidadque el art. 1455.3LEC concedeal órganojurisdiccionalde dirigirse a
las entidadesfinancieras con el fin de obtener datos acerca del patrimonio del
deudor.Así pues,la previsiónlegal aparececlaramentedeterminadao establecida,
arrnquees a partir de estemomentodonde surgenlos principalesinterroganteslos

cuales, en algunos casos, llegan a fraducirse en auténticos valladares para el
deseadodesarollo de estaobligaciónque consagrael art. 1455.3de la LEC.
Ya, en primer lugar, la cuestión que surge ineludiblemente,es el alcance
en la LEC, estoes,la vinculaciónefectivade

real de la obligaciónasí consagrada
esta obligaciónpara las entidadesfinancieras,así como la existenciade alguna

posibilidadparalasmismasde <liberarse>de dichaobligaciónprocesal.Todo ello,
como facilmente puede deducirse, reconduce y alcarza de lleno al tema del

especialmenteespinosoy delicado,sobretodo
denominadosecretobancariossa,
por la nafrxalezadelos diversosinteresesqueentranenjuego en é1.
s84.- Secreto que es definido por JIMBNEZ DE PARGA como

"eI conocimiento q u e p o s e e con exclusividad un banco en
relación con las operacj-ones q u e con é1 reafiza un cliente",
< < E 1s e c r e t o b a n c a r i o . . . ) )r o p . c i t . , p á q . 3 8 2 .

Sin embargo,y en contrade lo que pudierapensarse,el tema del secreto

bancariono tiene un reconocimientoexpresoy específicoen el ordenamiento
español.Hasta fechasrecientesel secretobancario se encontrabaregulado en el
artículo23 de los Estatutosdel Bancode Españas8s

en el que serecogía elsecreto
bancarioy los posibleslímites o excepcionesal mismo, si bien aplicadoal Banco
de Españ4 aunque en una interpretación extensiva del precepto nada parece
impedirsu aplicacióna las restantesentidadesde crédito586.
Pero, la regulaciónasí consagradaquedaderogada,recientemente,

por la
Ley 31t994, de 14 de abril que adaptala legislación crediticia españo[aa la
SegundaDirectiva de CoordinaciónBancaria,y por laLey 1311994,

de 1 dejunio,
de autonomíadel Banco de Españ4 en cuya disposiciónderogatoriasegundase
deja sin efecto a los Estatutosdel Banco de España,y consecuentemente,

al
articulo23 de los mismos.
585
rAl^D1 r , e s e n e l m a r c o d e l B a n c o d e E s p a ñ a d o n d e s e
contemplaba de forma expresa ra materi-a del secieto bancario,
y más concretamente, eh el art. 23 que establ-ecia: <<secreto
bancarj-o. - se prohíbe al- banco faciritar noticia alquna de
f! v
nrn r¡l s
a qv r
I ¿^rq
v u e lt_ea n
ñrra n ag
¡ a êñn
c u e n t a¡
¡rran1-
c o r r i e na ¡tt -ea ,
¡^--.i A^Â^:
d e p ó s i t+o o en
cualquier otro concepto, perteneciente a persona determinada,
a no ser al propio interesado, a su representante legar o en
virtud de providencia judicial>>.
586 ñ^ l -i
I.;S IA _ Ln r' Fr aLren rr apfr e L d . u J: ¡_' iQ r rÁ n Imt r. nt fd l I L e^ ñI I. iI ( l .^d- , a¿rArf trl:man1- o por
FAJARDO GARCIA, I.G., <<Fundamentación y protección. . .>>, op.
cr_r., pag. 5/r_ y
436

Así, en la actualidad la materia objeto del secreto bancario, como
consecuenciade la promulgaciónde las leyes citadas,se encuentrareguladaen el
de 28 dejunio, sobreadaptacióndelDerecho
art. 6 del RD Legislativo 129811986,
vigenteen materiade entidadesde créditoal de las Comunidades

Europeasttt.Sitt
embargo,la simple lectura del precepo pone en evidencia que el mismo va
dirigido, wra vez más, al Banco de España,sin que claramentese determinesu
extensiónal restode las entidadescrediticias.Ello no obstante,si con anterioridad
se apostabapor el seguimientode una interpretaciónextensiva en cuanto a las
entidadesa aplicar, parece que en estos momentos nada impida trasladar a la

presenteregulaciónlas conclusiones
establecidas.
En resumen,se consagraen el art. 6 RD un deber de secretocon carácter

generalpero también se admitenexcepcioneso límites al mismo, enfe las que
cabe destacar, por lo que a nosotros interesa, el requerimiento de ciertas
informacionespor parte de un órgano jurisdiccional. No obstanteen el RD
129811988,sólo se alude expresamentea tres excepcionesque coinciden con
diferentesrequerimientosen ámbitos jurisdiccionalesconcretoscomo son: el

(proceso penab, determinados <procedimientosmercantiles)),y <recursos
587 rl
r!-L artícul-o 6 es obj eto de nueva redaccíón en el_
art. 5" .2 de l-a ley 3/1,994, de L4 de abril-, citada en ef
texto. Sin embargo, eñ este precepto no se al-uder €rr contra
de l-o que pudiera pensarse, áI secreto bancario sino que el
mismo aparece bajo el título de "información y secreto
profesional", si bien de una lectura del mismo puede
entenderse aplicable al tema que nos ocupa.

administrativos o jurisdiccionales entabladossobre resolucionesadministrativas
dictadas en materia de ordenación y disciplina de las entidades de crédito>.
Unicamente son previstas en el RD estostras campos,sin que se haga ninguna

alusiónal secretoen el ámbitodel procesocivil. No obstante,seguimoslaposición
mantenidapor ESPIN GUTIERREZt88,otr el sentidode admitir la posibilidadde

procesalesciviles,vgr. el afi..1455.3LEC, puedanlimitar,
que ofrasdisposiciones
igualmente,el deberde secretoen aquélámbitojudicial.
La conclusiónque se deriva de todo 1oanteriorparececlara:pesea existir
un deberde secretobancario,1ocierto es que tambiénse reconocenexcepciones

legales al mismo, entre las que se encuentrael requerimientojudicial. Ello
trasladadoal momentode la localizaeiónde bienesen el procesocivil de ejecución

-art. 1455.3LEC-, significaqueparalas entidadesfinancierasallí contempladas
se
articula una verdaderaobligación de prestar la colaboraciónsolicitada por el
órgano judicial, y dar la información por ellos requerid4 obligación que
dificilmente podran eludir esgrimiendoel argumentode la coberturadel secreto

bancarios8e.
s88.- Véase del- Banco d,e

del autor Ef d.eber d.e secreto
España recogido en l-a Ley 3/ 7994 y en l-a Ley 73/ 1994 , en
<<Revista de Derecho Mercantil y Bursáti1>>, núm. 54, abril-
junio I994, pá9s. 514-515.
58e.- Además debe tenerse en cuenta, igualmente, que sobre
Ios terceros recae una obligación procesal de exhibición
documental que se consagra con carácter expreso en el art.
603 de la LEC, y que hace Que, difícilmente, los mismos
puedan sustraerse del- cumplimiento de aquella obligación, y
en el- caso de sue así 1o hicieran se les podría imponer una
438

Sin embargoy no obstante1oanterior, se ha esgrimido otro argumentode
mayor peso para justificar la negativa a facilitar la información requerida:la

posible vulneracióndel <derechoa la intimidaó consagradoen el art. 18 de la
Constitución.El temaesmás complicadode lo que pudierapensarse,y conducea
solucionesdiversas en la doctrina que 1o abord4 aunque aquí apuntaremoslas
conclusionesgeneralespuesto que las solucionessobreel mismo se contienenen
la doctrina constitucional,a la que en breve sealudirá.
El planteamiento docffinal se reconduce a despejar la incógnita o el
interrogantede si la intimidad a la que se refiere el art. 18 CE incluye lafacefa
económicapatrimonial del individuo o únicamenteserefiere al ámbito personalde
los zujetos.Las posiciones,como facilmente puede suponerse,no siguen las
mismaslíneas sino que se defiendeninterpretacionesdiversas,con la importancia

que de las mismas pueden derivar. En efecto, si se defiende que la intimidad
entoncespodríajustificarsela
personaly familiar incluyetambiénla económicase0,
negativa de las entidadescrediticias a facilitar los datos bancariossobre sus
sanción det.erminada.
"'. - En este sentido, una j-nterpretación amplia que

comprende Io económico en Ia initimídad personal del art. 18
conétitucional, parece mantenerse por FAJARDOGARCIA, I.G.,
< < F u n d a m e n t oy p r o t e c c i ó n . . . ) ) r o p . c i t . , páq. 608 y NOGUEROLES
P E I R O , N . , < < L ai n t i m i d a d e c o n Ó m i c a .. . > > , o p . c i t . , p á 9 . 5 5 9 y
439

clientes;en caso contrario,pareceque fimdamentaraquellanegativasena mas
dificil.
Sin embargo,tratándosede la LEC, y aunquepudiera entenderseaplicable

estelímite, lo cierto es que si nos atenemosal tenor literal de la mismano parece
que aquél haya de tenersepresente,al menosde forma rigurosa.En efecto, en el
art. t455.3 LEC que es donde se recogela obligación de colaboracióny se da
entradaa los tercerosno se alude en nigún momento al derechoa la intimidudt",
sino que únicamentese recoge la posibilidad de que los terceros -registros

públicos, organismospúblicos y entidadesfinancieras-allí enunciadospresten
información.
Ciertamente,si nos atenemosal preceptoasí redactadoaquél respetoa la
intimidad,pesea tenersepresente,no parecequepuedajugar el mismopapelen el
restode procesos,sino que sólo en cuantopuedaverseafectadoen relacióncon los
organismosallí indicadosdeberáentrarenjuego.
Por último, y fuera de los planteamientoslegales,deben destacarseen

relación al tema las líneas establecidasen la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional la cual, aunquenada prolífica en la maten4 si que ha venido a
s e l - -. se establece, expresamenter eñ elart.

Como así
241.2 LPL aI decir q u e "también p o d r á e I ó r g a n o judicial'
dentro de los limites del derecho a I a i n t i m i d a d p ersonal,
diriqirse o recabar la información p r e c i s a . . . " .
440

esclarecery sentarlas basesen tomo al sentidoque debeconcedersealamateria

que es aquí objeto de estudio. Los pronunciamientos,no obstante y como
indicamos,sólo se reconducena dos manifestacionesexpresasen cuanto a su
relevanci4tarfioprácticacomoteórica:nosreferimosa la STC I 1011984,

de 26 de
noviembrey al ATC 64211986,de 23 de julio, en los que se concretade forma
detallad¿toda la materiapresente.
La STC ll0ll984 hace ciertos pronunciamientosbastanterelevantesen
tomo a la posile investigacióny consiguienteconocimiento de las cuentas
bancarias de los particulares -en el presente supuesto por parte de la
administracióntributaria- en su confluenciacon el derechoa la intimidad personal

y, también contiene referenciasy reconocimientoal secretoprofesionaly al
secretobancario.
En lo concemientea la primera cuestión, la posición del Tribunal
Constitucionalparececlara en el sentido de no entendercomprendidodentro del
derechoa la intimidad personalel conocimientode las cuentasbancarias.En
consecuencia,y al no entendersecomprendido la investigación de los datos
económicosde los particulares,en determinadossupuestos,no conculcariala
intimidadreconocidaen el art. 118de la Constitución:
<(...) aun admitiendocomo hipótesis que el movimiento de las
cuentasbancariasesté cubierto por el derechoa la intimidad, nos
44L

encontraríamosque ante el Fisco operaríaun lÍmite justificado de
ese derecho. Conviene recordar, en efecto, que, como ya ha

declarado este Tribunal Constitucional, no existen derechos
ilimitados(...)el conocimientode las cuentascorrientespuedeser
necesariopara proteger el bien constitucionalmenteprotegido, que
es la distribución equitativa del sostenimiento de los gastos

públicos>5e2.
Así, el Tribunal Constitucionalsolucionala cuestióncon la doctrin4 ya
conocidapor nosotros,del carácterlimitado de los derechospara preservarotros
bienesigualmentedignosde protección,sólo que en el presentemomentoel bien o
interés protegido es el del art. 31 CE, que recoge la contribución de todos los
ciudadanosal sostenimientode los gastospúblicos. Pero ademáses importante
señalar,siguiendoal TC, que:
<lascertificacionespedidasal recurrenteo las que se exigiríana las
Entidades bancarias caso de que aquél no las entregase

voluntariamenteson los extractos de las cuentas,en que figuran,
como es notorio, sólo la causa genérica de cada partida (talón
bancario,transferencia,efectosdomiciliados,enffegaen efectivo,
etc.), pero no su causaconcreta.Ahora bien, estosdatosen sí no
5e2.- src to/tgT|, de 26 d,e noviembre.
442

tienen relevancia para la intimidad personal y familiar del
contribuyente,como no la tiene la declaraciónsobrela renta o sobre
el patrimonio>.
que sederivanhastaaquí del pronunciamientodel TC, y

Las consecuencias
por 1oque a nosotrosinteres4parecenclaras.Si el derechoa la intimidadpersonal
y familiar consagradoen el art. 118 de la Constitucióncede en estossupuestos
anteel art.3l CE, con mayor motivo deberácedersi 1oque se trata de preservar
con aquél conocimientode los datosbancariosdel particular es el derechoa la
ejecuciónde las sentencias,el cual puedequedarsin contenidoen estemomento

de la localizaciín de bienes.Así pues,es en la proteccióndel propio derechoa la
tutela judicial efectiva del 24.t CE -cuyo contenido esencial se integra con la
judiciales-,pero tambiénen el respetodel mandato
ejecuciónde las resoluciones
establecidoen el art. 118 del mismo cuerpo legal del cumplimiento de las
judicialesdondedebeencajarsela doctrinaemanadadel TC5e3.
resoluciones
Igualmente,la STC ll0lt984 realizq finalmente,algunasprecisionesen
tomo al secretoprofesional el cual, como reconoceel Tribunal Constitucional,
encuentrasu consagraciónen el art. 24.2 CE y cuya violación es castigada

penalmenteen el art.360 CP, aunquetampocopareceque en el presentesupuesto
593
En esta línea interpretativa se encuentran,
- in r r r l m a n l - a O T B R ON O V A S , J . M . , < < E I s e c r e t o b a n c a r i o...>>t op.
n'i I nárr
.Y*Y' 7 ' 7 I y R I O S S A L M E R O NB , ., < < E s t u d i o s . . . > > , op. cít.,
nán [\A
_v*Y.
443

puedaentenderseviolado el mismo por exigir las certificacionesdel movimiento
de las cuentasbancarias,puestoque (en ellas sólo aparecela causagenéricade
cadaoperaciónbancariay no el contenidoconcretode la relaciónsubyacente>>seo.
Por 1oque respectaal denominadosecretobancario,la cuestiónes distinta

y serelativiza,sobretodo, si setienepresentey asíes constatadopor el TC, que el
mismo no tiene, a diferenciadel secretoprofesional,un reconocimientoexpresoen
nuestroordenamiento:
<(...) el secretobancariono puedetener otro fundamentoque el
derechoa la intimidad del cliente reconocidoen el art. 18 de la

explícitay reforzadade
puesno hay una consagración
Constitución?
estetipo de secreto,como lahay del secretoprofesional.De forma
que lo que se ha dicho antes sobre los límites del derecho a la
intimidad es totalmente aplicable al casoen que seala Entidad de

que requiera
crédito la obligadaa facilitar los datosy antecedentes
la Inspeccióu.
"6 q' *4 . - Además, €I TC establ-ece igualmente Qu€, "tampoco

vulneraría el secreto profesional el simple conocimiento del
nombre del cliente y de l-as cant j-dades pagadas por é1 en
concepto de honorarios, ya que estos datos deben figurar en
eI l-ibro de i n g r e s o s p r o f e s i o n a l - e s , d e o b l i g a d a l l e v a n z a y
exhibición a I a I n s p e c c i Ó n . L a c u e s t i ó n p o d r i a s u s c i t a r s e s i
l-a Inspección, a I p e d i r l o s a n t e c e d e n t e s y d a t o s d e
determj-nadas o p e r a c i o n e s , p e n e t r a s e e n e l á m b i t o d e l a s
relaciones profesionales concretas entre el- cliente Y, en
este caso, €I Abogado>>.
444

Así, el Tribunal Constitucionalsitua el fundamentodel secretobancarioen

importantecomo
el derechoa la intimidad del art. 18 CE, con la consecuenciatan
es el que, segúnestaconfiguración,los límites del derechoa la intimidad seránal
mismotiempo los del secretobancario5e5.
El segundopronunciamientodel Tribunal al que se aludió al inicio, lo

de 23 dejulio, el cual sigueen suslíneasgeneralesla
constituyeel Auto 64211986,
doctrina constitucionalestablecidaen la STC tl0ll984 en 1o relativo a la
limitación del derecho a la intimidad y las cuentas crediticias, el secreto

profesional y el secreto bancario. Sin embargo, es necesario destacarque es
precisamenteen esteAuto dondepor vez primera el TC reconoce,con claridad
que la intimidad económicaforma parte de la intimidad personaly familiar, como
asíseestableceen su fundamento3":
<(...) no hay duda de que, en principio, los datos relativos a la
situacióneconómicade una personay, enffeellos,los quetienensu
reflejo en las distint¿soperacionesbancariasen las que figura como
titular, entran dentro de la intimidad constitucionalmenteprotegida

(...)>.
s e 5 .-
véase un ampJ-io comentario a I a S T C 1 - L 0/ 1 - 9 8 4 , e n
NOGUEROLESPEIRO, M. / <<La i n t i m i d a d económica. . . >>, op. cit. ,
nárrq q6R \/ qe
-y*Y"J--
A 4tr.

En resumencon todo 1o dicho, no pareceque las entidadesfinancieras

puedannegarsea prestarsu colaboracióna los órganosjurisdiccionalesaportando
la informaciónpor éstossolicitadao, a sensucontrario,se puedeconcluir con la
existenciade una obligaciónprocesalsobreestostercerosque se desprendedel
conjuntonormativo al respecto.
3.4.- Sanción ante la inobservancia de la obligación de
colaboración
Como se ha puesto de manifiesto es posible asumir el
reconocimientode la existenciade una obligaciónprocesalsobrelos tercerosen la
fase de localizaciónde bienes,la cual se deriva del art. 1455.3de la LEC. Sin
embargo,no es suficientecon reconocertal obligación,sino que la figura de la
obligación procesal, como reiteradamente hemos manifestado, adquiere

virtualidad prér,tica como td siempre y cuando venga acompañadade la
posibilidad de imponeruna sanciónante su incumplimiento.Es por ello, por lo
que se debeprocederseguidamenteatratar de establecersi la inobservanciade la
obligación de colaboraciónpor parte de los tercerospuede conllevar para los
mismosalgun tipo de sanciónjurídic4 puestoque de la misma va a dependerla

de la obligaciónasíprevistacomoprocesal.
conceptuación
446

Ahora bien, la determinación de las consecuenciasjurídicas que
acompañana la obligaciónprocesal,cuestiónde por sí complicad4seacentuaaún
más en este momento, sobre todo si se tiene presenteque nos encontramosante
sujetosque no han intervenidoen el proceso,esto es, no son partesprocesales,
sino que los mismos intervienenante la llamadadel ordenamientojurídico para

con claro frmdamento
colaboraren estemomentoen la ejecuciónde las sentencias,
en el art. 118de la Constitt¡ción.
Ademas, a lo anterior debe añadirse el hecho de la falta de previsión

normativa en la LEC acerca de la sanciónjurídica que puede imponersea los
tercerospor ella aludidosen el art. 1455.3.Ello, una vez más nos enc¿Imina
ala
búsquedade los posibles mecanismossancionatoriosque puedan ganntizar y
reforzar Ia aludida obligación de colaboración aunque, ciertamente, las

posibilidadesson bastantereducidas.Seacomo fuere en la elecciónde la misma
deberán ser tenidos en cuenta criterios de eficacia y, en cierta medida, de

proporcionalidad,sin olvidar lógicamentelas limitacionesderivadasdel propio
ofl especial este último, que representael valladar

principio de legalidad5e6,
insalvableen todo el temade la sanción.

596
"'.- Debe recordarse que los aludidos criterios, más bien
princlpios, de Ia eficacia, proporcional-ídad y legalidad,
constituían los principios rectores generales en la
imposición de la sanción juridica que garantizara la
obligación procesal. Véase supra, fa configuración general
que de l-os mismos se real-izaba en el capitulo primero'
ápartado I V ) .
447

En cualquier caso, y si nos atenemosa la sifuación actual de nuesffo
ordenamientojurídico, pareceque la única sanciónque puede ser impuestaa
aquéllosterceroses la del delito de desobedienciadel art. 237 CPse7.

En estos
instantespareceque estepreceptosepresentacon ciertautilidad para lograr el fin
previsto,como es la efectivacolaboraciónde los tercerosen cumplimientode la
obligación procesal impuesta.Ciertamente,y tratándosede tercerosajenos al

procesode ejecución,la amenazade un posibleprocesamiento
por desobediencia
a la autoridadjudicial, puede revestir la suficienteentidady cumplir como un
mecanismoclaramentedisuasoriodel incumplimiento.
LaLEC no prevéni expresani tácitamenteningún tipo de sanción,siquiera
sea de caráctereconómico,eü€ garantice el cumplimiento de la obligación

procesalde los tercerosen la localizacióndebienesses,
1ocual cierray estrechalas
posiblessancionesa imponer.De nuevo, en todo el tema que nos ocupaparece
Véase supra, capítulo primero, apartado 4.2).

5 e 8 -.
Como así es prevísto en eI proceso laboral frente al
incumplimiento de ra obligación de colaboración de los
terceros en las tareas de búsqueda de bienes der deudor.
Aunque, el regislador rabora]- no crea una sanción especifica
para estos supuestos, sino que ha optado por la remisión al
art. 238.3 LPL en er cual se recoge la posibilidad de imponer
"multas coercitivas a quienes, oo siendo part.e en l_a
ejecución, incumplan injustificadamente sus requerimientos
(del órgano judicial) tendentes a lograr la debida o completa
ej ecución de lo resuel-to o para obtener el- cumplimiento de
l-as obrigaciones legales impuestas en una resolución
judj-ciaI".
448

que la eficaciade la norma así instauradaen la Ley de EnjuiciamientoCivil está
condenadaa quedaren el vacío.
449

CONCLUSIONES
PRIMERA.' El proceso, en nuestros días, se configura como un
instrumento de carácterpúblico, integrado por una serie de categoríasjurídicas,
como son las posibilidades,los derechosconstitucionalesde incidenciaprocesal,

puestoal serviciode los ciudadanoscomo
las cargasy las obligacionesprocesales,
medio para solucionarlos potencialesconflictos, individualeso colectivos,que

puedensurgir en el seno de la sociedady administradopor órganosestatalesque
conformanel PoderJudicial,comosonlos Juecesy Tribunales.
SEGUNDA.- La diversanafrxalezade los interesesen conflicto origina la
apariciónde diferentestipos de procesos,informadospor rm sistemade principios
determinado,que obedecea la finalidad propia de cadauno de ellos en particular.
Así, apareceel procesocivil creado,tradicionalmente,para Ia defensade los
derechossubjetivosde los particulares,en el cual es la voluntadde éstosla que le
dota de sustancialidadpropi4 hecho que ha gravitado negativamentesobre este

proceso,convirtiéndoloen una especiede <señoríoprocesab)para las partes,con
escasaintervenciónde los órganosjurisdiccionales.
TERCERA.- El proceso no es un fenómenoneuffo que se configure al
margende los movimientossocialesy políticos imperantesen la propia sociedad.
Antes al contrario,las ideologíaspolíticasy filosóficas de cada épocase dejan
450

serrtir, igualmente, en el seno del proceso, en tanto instrumento que está
en contactocon la sociedaden la cual se desalrolla.El hechoque

necesariamente
corrobora est¿afirmación se encuentraen la propia Ley de Enjuiciamiento Civil
españolade 1881,elaboradaen pleno augede la ideologíaliberal, la cualreflejade
manera fiel los principios liberales de dicha época y, de forma especial,la
exaltaciónde la autonomíaprivada con el consiguientepredominiodel principio
dispositivo, y el alejamiento del juez del proceso, como gamntía de su
imparcialidad.
CUARTA.- Sin embargo,en los últimos añosdel siglo XIX y principios
del XX se asistea la superaciónde los cánonesdel liberalismoy al advenimiento
del denominado <Estado Social de Derecho), comprometido en la defensade
valoressuperiores,como la igualdad,la libertady la defensade la justicia através
de un contacto más directo en la sociedad.La recepción de estos nuevos

postuladossociales,obviamente,alcarzaal mundojurídico y tambiénal proceso,
y así comieÍrzaa ponersede manifiestoque en el procesocivil ya no sólo están
interesadoslos particulares,sino tambiénel propio Estadoa travésde los órganos

el mismopapelque
jurisdiccionales,los cualesya no puedenseguirdesempeñando
hastaentonces.
QUINTA.- En especial,el nuevoEstadosocialffae consigo,por lo que al

del procesocivil, los
procesose refiere,los nuevosmovimientos<socializadores>
cualesevidencianque en é1no sólo estácomprometidoel interésprivado de las
451-

para
partes,sino el público del Estadoa travésde los órganospor él establecidos
adminisffarjusticia. Así, de estosnuevosairessocializadores

y renovadoressurge
el denominado<principiode direcciónprocesaldeljuen, ideadopor KLEIN, que

se traduce en una mayor intervencióndel órganojurisdiccional en el proceso
mediantelaayudaprestadaa las partes,y eue cnstaliz4 en especial,en la creación
e introducciónde la figura de las denominadas procesales>>.

<obligaciones
SEXTA.- La obligaciónprocesal,fruto de las nuev¿Nideasintroducidasen
el proceso civil, se revela ya desde sus orígenes, como una categona

útil paralograrla sujeciónde laspartesal procesoy su colaboración
especialmente
con los órganosjurisdiccionales.La virtualidadprácticadel mecanismo,asíideado
y creado,estribaen la posibilidad de imponeruna determinadasanciónjurídica
antesu incumplimiento.Perola socializacióndel proceso,que sedejasentiren los

jurídicos del entomoeuropeo,no se refleja,por el contrario,en el
ordenamientos
ordenamiento procesal español, el cual permanecerá aI margen de estos

del proceso.
movimientossocializadores
SEPTIMA.- Las llamadasobligacionesprocesalesson una categoñaqve,

no existeen el OrdenamientoProcesalespañol,1oque es válido
nominadamente,
en el ámbito del procesocivil y, en especial,en la fasede ejecuciónde sentencias

que es en dóndeestaríamasjustificadasu existencia.Peropesea ello, lo cierto es
que en el proceso,genéricamenteentendido,aparecenfiguras susceptiblesde ser
a la categoríajurídica de la <obligacióru>.
reconducidas

OCTAVA.- La obligaciónprocesalentendidacomo <la prestaciónde dar,
hacer o no hacer que puede ser impuestaa las partes,terceros,e incluso a los
propios órganosjurisdiccionalesdentro del procesoy cuya inobservancialleva
anejauna sanciónjurídico>, no aparececomo contrapartidade derechosubjetivo
algtrno,ni implica el reconocimientode unapretendidarelaciónjurídica en el seno

del proceso.No obstante,es posible encontrarsu superior fundamentoen el
mandatoconstitucionalque seconsagraen el artículo 118de la obligacióngeneral
de colaboracióncon la rectaadministracióndejusticia.
y propia utilidad de la obligaciónprocesal

NOVENA.- La sustancialidad
estriba en la posible sanción que llevaría ínsita ante su inobservancia,la cual
trasciendeel puro ámbito del proceso,estoes,no se limita a aumentaro disminuir
las expectivasde una sentenciade contenido favorable para el sujeto, como así
sucedecontrariamente,con Ia cargaprocesal.Ahora bien, la posible sanción

jurídica parael supuestode incumplimientode la obligaciónprocesalpuedeserde
diversa naturaleza aunque, en cualquier caso, sobre ella deben seguirse
flexiblessi sequiereaplicar,en toda su intensidad,alacategoria

posicionamientos
procesalde la obligacióny, en especial,aI campodel procesocivil.
DECIMA.- Si bien la obligaciónprocesal,entendidastrictu sensu,no se
encuentra nítidamente en el ordenamiento procesal civil -sobre todo si nos

situamosen la posición de las partes procesales-de una manera lata" por el

contrario,sí puedehablarsede la existenciade obligacionesprocesalestalescomo
las quepuedenser impuestasa los testigos;e igualmentelas existentesfrentea los
tercerosen el descubrimientode bienes del deudor, en claro desarollo de la
obligacióngeneralde colaboracióncon la administraciónde justicia, a travésde
los requerimientosde losjuecesy tribunales.
UNDECIMA.- Obviando experienciasde las legislacionescomparadasde
nuestro entorno, en donde se habla y existen claramenteobligacionesprocesales,
en el Derechoespañoltenemosuna buenapruebade su existenciaen el proceso
laboral. No se entiende,por ello, la pervivencia aisladaen el mar normativo

procesalde unasnominadasobligacionesprocesalesen un ordenjurisdiccionaly
no en otro, comopuedaser el procesalcivil, salvoque existieranrazonesde peso,
lo queno esel caso.
entidad de las obligaciones

DUODECIMA.- La ausenciao la esc¿rsa
pesea dejarsesentiren todo el campodel procesocivil, dondemás se
procesales,
pone de manifiestoes en la fasede ejecuciónque es,precisamente,
el ámbito en
donde aquéllasadquierenpleno significado y despliegantoda su eficacia, en
especialen dos momentosconcretos,a saber: en materia de la ejecución de
obligacionesde hacer,no hacer o dar cosadetermnadq y en la localizaciónde
bienesen el momentodel embarso.
DECIMOTERCERA.- El status quo actualno es resultadode ningún
AqA
= J =

impedimentode ordenjurídico-procesalen lo que a la existenciade obligaciones

procesales,como tales se refiere, sino sobre todo de una opción legislativa,
respetablepero criticable.Efectivamente,como algunascorrienteshan propuesto,
la gravitaciónde los llamadosprincipios socializadoresdel proceso;la nueva
forma de entenderésteen un Estadosocial alejadode los paradigmasliberaleso
neoliberales;y, la propia jurisprudenciaconstitucionalemanadao relativa a la
tutela judicial efectiv4 reclamanun giro normativo para que, sin desvirtuarlos
principios tradicionales del proceso civil, se instauren en nuestro derecho
obligacionesprocesales<strictusensu)),sobretodo en la fasede ejecución,como

pasoparacoadyuvara unamejor eficaciajudicial.
DECIMOCUARTA.- Si existeun lugar en dondela reformaprocesalestá
mas justificada éstees sin duda el de la fase de ejecuciónde sentenciasy, por
ende, en el procedimientoencaminadoa la satisfacciónforzosa de la misma a
cargo del deudorincumplidor y por el acreedorque ha obtenidouna resoluciónde
fondo que le satisfacey eue, en definitiv4 nominativamenteimplica la obtención
de una tutelajudicial efectiv4 comorecogeel artículo24 de la'CE. Si parasalvar

ese estado de cosas es necesariauna reforma procesaly la implantaciónde
obligacionesprocesales,tal reforma estájustificad4 máxime cuandopretéritos

proyectosde reformaiban encaminados
por esavía.
DECIMOQIINTA.-LaLey de EnjuiciamientoCivil, pesea todo, sigue
manteniendoun sistemade ejecuciónpatrimonial rechazando,consiguientemente,
/l tr'q'

medidasde carácterpersonale incluso de carácterreal, en el logro de los objetivos
perseguidosen la fasede ejecución,y desconociendo

Lacategoríadelaobligación
procesal. A ello debe añadirse el hecho de que el sistema así consagradose
materializa,segúnprescribeel propio artículo 1911del Código Civil, a travésde
todos los bienespresentesy futuros que poseael deudor o ejecutado,lo cual nos
sumergede lleno en el desalrollodel mecanismoprocesaldel embargo.
DECIMOSEXTA.- La Ley de Enjuiciamiento Civil desconoce,en la
actualidad,medidasque puedanobligar al deudor a un efectivo cumplimiento de
la resoluciónjudicial contra éI dictada. 1o cual se agrava tratándosede las
en dondela voluntadde aquélesnecesariaparalograr un

ejecucionesespecíficas,
perfectocumplimientode la sentenciadeclarativade condena.Ello conllevaa que
la mayor parte de estasejecucioneshayan de convertirse,subsidiariamente,

en
que
de dañosy perjuiciosantesu falta de ejecución,resarcimientos
resarcimientos
sólo pueden material\zarsea favés de una vía: el embargo de los bienes del
deudor.Así, el embargoaparececomo la medida en la que confluyentanto las
ejecuciones en origen dinerarias, como aquellas otras que se convierten en

pecuniariaspor conversiónantesu imposiblecumplimiento.
DECIMOSEPTIMA.- Derivado del propio sistemaseguidopor la ley

procesal civil, el embargo aparece como centro en tomo al cual gravitan la
mayoríade las ejecucionesen estec¿rmpoprocesal,hechodel que deriva la gran
relevanciaprácticaque presentael instituto del embargoen la fasede la ejecución.
456

Pero,paradójicamente,
es en el senodel embargodondese deja notar con mayor
intensidadla ausenciade obligacionesprocesalesdestinadasa lograr los fines de
éstey, al mismotiempo,los del propio procesode ejecuciónen queseinserta.
DECIMOCTAVA.- La previsión normativa que del embargoejecutivo
realizala Ley de EnjuiciamientoCivil es,a todasluces,insuficientee inadecuada
en el momento actual, por todo lo anterior. Pero, sobre todo, la deficiente
regulaciónse sienteen el momentode la localizaciónde bienescon los quepoder

practicarel embargo,hecho que viene agravadopor el escasodesarrolloque en
este momento han tenido las obligacionesprocesalesencaminad¿sa encontrar

elementospatrimonialesdel deudor.
DECIMONOVENA.- Los mecanismos previstos para gatantizar y
reforzarel institutodel embargo,y sobretodo la existenciade bienes,son escasos

y estan parcamenteregulados,aunqueello no significa que los mismos sean
La Ley de EnjuiciamientoCivil sólo prevémecanismos

totalmentedesconocidos.
subrogatorios o sustitutivos, tales como la acción revocatoria o subrogatoria,
escasamentedesarrolladasy perfiladas con detenimiento;o, con carácterprevio,
las medidas cautelaresencaminadasa garantizarla existencia de elementos

patrimoniales del deudor. Sin embargo,ni unas ni otras en la realidad práctica
cumplen con los fines inicialmente asignados,y que deberíansuplir las omisiones
derivadasdelafalta de previsiónde obligacionesprocesalesen estemomento.
A tr.'1

VIGESIMA.- En especial,laausenciade obligacionesen el procesocivil
de ejecución en el momento del embargo se siente, en primer lugar, en el
desconocimientode una obligación positiva frente al órganojurisdiccional de

investigarlos bienesdel deudory: er segundolugar, obviamente,en la propia
inexistencia de una obligación frente al deudor a fin de que manifieste su

patrimonio, con fuertessancionespara el supuestode incumplimiento en estecaso.
VIGESIMOPRIMERA.- La vehiculización en concreto de esas
obligacionesprocesalesen la fasede la localizaciónde bienes,de su alcance,de la
sanción ante su incumplimiento, etc., conoce algtrnos ejemplos en el derecho
comparado,vgr. el derecho alemán, pero también en el derecho español,tales
como la regulación que pervive en la Ley de Procedimientolaboral, en donde se

perfilan auténticasobligacionesprocesalespara el deudor,y junto a éstasotras
paralos terceros,e inclusoparael propio órganojurisdiccional.

complementarias
VIGESIMOSEGUNDA.- Ciertamente, no puede negarse que las
obligacionesprocesalesde las partesen la fase delocalizaciónde bienes,y masen
concretodel deudor,no son conocidasen la actualidaden la ley procesalcivil,

pero ello no significaque aquéllasseanigualmentedesconocidas
frentea terceros
colaboradoresnecesariosdel proceso e incluso, en cierto modo, frente al propio
órgsnojurisdiccional,si bien desdeposicionamientos con laxitud.

determinados
se derivandel sistemalegal
VIGESIMOTERCERA.- Las consecuencias
, 4( a

establecidopor la Ley de EnjuiciamientoCivil son bastantegravesen la realidad

práctica: la ley impone <extralegem>una carga<extraprocesabsobreel acreedor
el cual seve abocadoa una búsquedade bienesdel deudorsi quierever satisfecho
su derecho,antela escasaayudaque sele prestapor el órganojurisidiccional,y etr

última instanci4 por el propio ordenamientojurídico, lo cual conduceal absurdo
de que la personaqueresultavencedoraen el procesodebepor suspropiosmedios
hallar la satisfacciónde su derechos.
VIGESIMOCUARTA.- La modificaciónprocesaldel sistemavigenteno
presentaríamayoresdificultadesni seríaalgo tan novedosocomo parece.De una

parte, como se ha advertido, existen antecendenteshistóricos de reforma que
caminanpor derroterostales;de otra, la pervivenciade auténticasobligacionesen

otros ámbitosprocesales,demuestracomo posiblesu extensiónal procesocivil y,
por último, Ia más avatuada jurisprudencia constitucional sólo será
verdaderamenteefectiva si operan dos presupuestos,a saber: el que se dote de
concretospoderesaI juez en la fase de ejecución,por cuanto éstos sólo están
zujetosal imperio de la ley; y que se modifique favorablementela legislaciónen
favor de aquél que obtieneuna resoluciónjudicial favorable.Modificación que
entendemosse producû yq siquiera sea reduciendoel <vía crucis> que el

acreedordebe seguir en el camino de hacer efectiva forzosamentela sentencia
judicial, aunqueseaimponiendoobligacionesprecisasal deudor,al vencidoen el
procesoque,in extremisaúnentorpecela efectividadjudicial.

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Las obligaciones procesales. Especial referencia a la localización de bienes.

Virtudes Ochoa Monzó

Tesis doctoral de la Universidad de Alicante. Tesi doctoral de la Universitat d'Alacant. 1995

Memoria de investigación que presenta la Licenciada

Tesis doctoral de la Universidad de Alicante. Tesi doctoral de la Universitat d'Alacant. 1995

A mi mnlre, por esaforma tan especinffe serque

Tesis doctoral de la Universidad de Alicante. Tesi doctoral de la Universitat d'Alacant. 1995

CAPITULO PRIMERO. TEORIA GENERAL DE LAS OBLIGACIONES

II.- CONCEPTOY NATURALEZADELPROCESO ....,..6

ilI.- CONTENIDODEL PROCESO....... ...........15

TV..LA SOCIALIZACIONDEL PROCESO....... ..........,,..21

V.. CONCEPTOY FTJIIDAMENTODE LA OBLIGACION

VI.- CONSECUENCIASJURIDICAS DE LA INOBSERVANCIA DE

Tesis doctoral de la Universidad de Alicante. Tesi doctoral de la Universitat d'Alacant. 1995

CAPITULO SEGTINDO.LAS OBLIGACIOI¡'ES PROCESALESEN EL

I.- INTRODUCCION .......98

II.- OBLIGACIOII-ESPROCESALESDEL ORGANO

III.. OBLIGACIO¡IES PROCESALESDE LAS PARTES.. ............I04

IV.. OBLIGACIONES PROCESALESDE LOS TERCEROS...............

v.- A MODO DE EPILOGOy PROLOGO.............. .......142

Tesis doctoral de la Universidad de Alicante. Tesi doctoral de la Universitat d'Alacant. 1995

CAPITULO TERCERO. LAS OBLIGACIONES PROCESALESY LA

I.- INTRODUCCION .....146

II.- ALGITNASNOTASSOBRELA EJECUCION....... ....................ts2

III.- EL ARTICULO 24.1DE LA CONSTITUCION: TUTELA

IV.- BREVE EVOLUüON DE LA EJECUCION Y POSIBLE

V.. PRINCIPIOSPROCESALESDE LA EJECUCIONFORZOSA............... 181

Tesis doctoral de la Universidad de Alicante. Tesi doctoral de la Universitat d'Alacant. 1995

VI.. LA EJECUCION ESPECIFICA Y LAS OBLIGACIONES

CAPITULO CUARTO. EL EMBARGO COMO ELEMENTO ESENCIAL

II.. EJECUCION PERSONAL Y EJECUCION PATRIMONIAL EN

III.. LA MATERIALIZACION DE LA RESPONSABILIDAI)

CAPITULO QUINTO. LAS OBLIGACIONES PROCESALESEN LA

II.- PROPUESTASDE LEGE FERENDA ACERCA DE LAS

Tesis doctoral de la Universidad de Alicante. Tesi doctoral de la Universitat d'Alacant. 1995

III.- OBLIGACIONES PROCESALESDEL ORGANO

IV.. LAS OBLIGACIOI¡-ES

Tesis doctoral de la Universidad de Alicante. Tesi doctoral de la Universitat d'Alacant. 1995

Tesis doctoral de la Universidad de Alicante. Tesi doctoral de la Universitat d'Alacant. 1995

ATC: Auto del TribunalConstitucional

LEC: Ley deEnjuiciamientoCivil

LECRIM: Ley deEnjuiciamiento

LO: Ley Orgiánica

LOPJ: Ley Orgrínicadel PoderJudicial

LPL: Ley deProcedimiento

REV.DERPROC.IB.FILIP.: Revista de Derecho Procesal Iberoamericanav

REDA: RevistaEspañolade DerechoAdministrativo

RGLJ: RevistaGeneralde Legislacióny Jurisprudencia

Tesis doctoral de la Universidad de Alicante. Tesi doctoral de la Universitat d'Alacant. 1995

TEDH: TribunalEuropeode DerechosHumanos

Tesis doctoral de la Universidad de Alicante. Tesi doctoral de la Universitat d'Alacant. 1995

La categoríade la obligaciónprocesalno siempreha aparecidoconfigurada

de la misma forma, sino que su nacimiento y evolución han corrido parejos, en

Así, en momentosen los quedifícilmentepuedehablarsedeproceso,tal y comoes

entendidoen la actualidad,es imposible hablar, igualmente,de la existenciade la

obligaciónprocesal.Pero,a medidaque el Estadoseva conformandocomienzana

swgir nuevasteorías que configuran al procesoy lo dotan de contenido propio,

apareciendoasí las diversascategoríasque lo integran,y entreellas la obligación

Sin embargo,el verdaderonacimientode la obligaciónprocesalseproduce

como consecuenciade los nuevosmovimientossociales,surgidosa finales del

Derecho,como reacciónfrente a las anterioresideologíasliberalesque habían

convertido al proceso civil en un dominio privado de las partes, con escasa

intervención del órgano jurisdiccional. Así, los nuevos aires socializadores

introducenun modo diferentede entenderel procesoy dan lugar a la aparicióndel