Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
DE LA
VERDAD
EL MOVIMIENTO ECUMENICO
INTRODUCCION
CONCLUSION
INTRODUCCION
Del v eintidós d e ago sto al cuatr o de septiembre de 1948, la ciudad de Amsterdam sirvió
como escenario de un o de los más impo rtantes eventos en la histo ria
eclesiástica contemporánea.
En aquella ocasión se r eunió la primera asamb lea del Con cilio Mund ial de
Iglesias bajo la directa
No puede negarse q ue la r eunión en Amsterd am, en 19 48 , ha d e
inf luencia del Mov imiento Ecuménico. Describiendo el d esarro llo d e dicha
p er manecer co mo u n significativo even to en la historia de la Iglesia. Usted lo
asamblea,
hub ieraJames
sentido así si hubiera estado en Niewe Kerk , la Iglesia Real ( Refor mada)
de lo s Países Bajos, el doming o p or la tar de, o s ea en el acto de apertur a d e la
DeForest Murch, dice:
asamblea. El servicio co menzó con un vistoso desfile d e todos lo s d elegados...
Fue u n espectáculo imponente que nu nca h abr ía de olvidarse. Un o po dría h aberse
preguntado ¿cómo h abía sido posible reunir tan grande variedad de cristian os?,
pero el h echo indiscu tible era qu e allí estaban desfilando . Parecía como si el
mun do s e h ubiese h ech o más peq ueño y las d is tan cias se h ubiesen acor tado ...
(J ames DeFo rest Murch, Amster dam, 1948 , p. 1) .
No se preten de discutir aquí el movimiento ecu mén ico de una manera completa, ni much o
menos exhaustiva, sino tan sólo ofrecer siquiera el mín imo d e inf ormación a los lector es que no
han tenido la opor tun idad de consid erar este impor tante tema.
Pero este carácter no ex clu yente del movimiento ecuménico es de una manera muy esp ecial
notable cu and o se estudia a la luz del pensamiento y las accio nes de su s ex po nen tes . Por
ejemplo , Alb ert C. Outler d eclara qu e la base do ctr inal to can te á los miembros d el movimiento
se refiere "simple y directamente a la tradición cristiana, esto es, una comunión d e iglesias que
confiesan a nuestro Señor Jesucristo cor no Dio s y Salvador. Nada más, nad a men os". ( Alber t C.
Outler, Th e Ch ristian Traditio n and the Unity We Seek , La Tradición Cristiana y la Unidad que
No sotros buscamos, pp. 134-35 ). Y como u n comentario so bre esta declaración , él dice que dentr o
del Concilio Mu ndial de Iglesias hay diferen tes tradiciones, much as de las cuales tienen mu y poca
relación con la tradición cristian a, pero q ue el Co ncilio n o s e co nstituye en juez sobr e ellas ni
puede recomend ar el rechazamiento d e n in gun a doctrina perteneciente a un a d e las ig lesias que
es miembr o d el Concilio. (íd em.) .
Estos con ceptos sugieren que la base d octrin al del Con cilio Mu ndial de I glesias es lo
suficientemen te amp lia y flexible par a ad aptarse a tod as las interp retaciones q ue lo s miembro s
quieran darle. El movimiento ecumén ico es, por lo tanto , el esfuerzo de estab lecer una
organización eclesiástica mu ndial q ue incluya a tod os aquellos que se autodenominen cristian os,
sin hacer distin ciones tocante a su filiació n eclesiástica n i en cuan to a sus conviccio nes
doctrinales y esp iritu ales. El sup remo ideal del ecumen ismo es reunir todas las ramas del así
llamado cristianismo mun dial —el Protestantismo, la Iglesia Católica Romana y la Ig lesia Or to -
dox a Gr iega— en una so la expr esión de un id ad en el no mb re d e Cr isto .
Hen ry P. Van Dusen, qu ien es otro de los p rin cipales voceros del movimiento ecuménico,
escribió en 1 94 7, que la u nidad que ellos b uscaban n o er a en p rimer lu gar la unión or gánica de
tod as las sectas, sin o "u na ob ligación q ue está más al alcan ce de tod os les cr istiano s". Sin
embargo , él creía q ue de las etapas de co nsulta y coo peración d eb er ía pasarse a la "consumación
final" que es unificación. ( Henr y P. Van Dusen, World Ch ristianity, Cristianismo Mundial, pp . 186 -
87). El ideal ex presado p or el Dr. Van Dusen se realizó hasta cierto p unto en la Con ferencia de
Amsterdam de 194 8, cuan do se organizó el Con cilio Mundial d e Iglesias. Ahora, Alb er t C. Ou tler
es más específico en cuanto a u na pro nta y más p rofun da unificació n, cuan do afir ma que la unidad
que ello s procur an significa "un idad de fe y doctrin a, un idad de la esperanza cristiana, unid ad de
adoración cristiana, un idad d e la comunidad sacramental qu e implica la presen cia de alguna fo rma
de ministerio representativo, y finalmen te, u nidad en amor ". (Albert C. Outler , o p. cit., pp. 153-
60). Ciertamente lo qu e ellos desean es la o rganización de una iglesia mun dial q ue reun ir á todos
los elementos dispersos del llamado cristianismo un iversal en un solo cuerpo eclesiástico que
acabará, tarde o temprano, por imponer una misma doctrina y una misma práctica eclesiástica a
tod os sus miembros. ,
Que los dir igentes ecuménicos esperan ver la Iglesia Católica Romana in cluida en esta
organ ización se demuestra claramente en la filosofía d el movimien to y en lo s esfu erzos h ech os a
través d e la h istor ia del ecumenismo p ar a cultivar la amistad y coo peración d el Pap a. En 1919,
una comisión que r ep resen taba al mov imiento ecumén ico visitó al Pap a, con la esp er an za de
obtener su co operació n en la Conferencia de Fe y Orden q ue hab ría d e celebrar se en Lausana en
1927. Pero, como William Ad ams Br own, q uien es otr o d e los principales vocer os d el
ecumenismo , tu vo tristemente que ad mitir, el Pap a le ind icó a la comisión, con toda cortesía y
firmeza, qu e la ú nica man er a de o bten er lo qu e ello s p ro po nían er a qu e ello s y todo s lo s q ue
les hab ían enviado se sometieran a quien el S eño r había señalado como la cabeza d e la Iglesia
visible, es decir, a qu ien en ese momento les estaba habland o. ( William Ad ams Brow n, To war d a
United Chu rch, Hacia Una Ig lesia Unida, p. 60) .
Sin embargo, los partid arios d el movimiento no han p er dido la esperanza de qu e u n día los
obstáculos en el camino a Roma serán completamente r emovido s. Po r supuesto, ellos no dicen que
tend rán qu e tr an sitar lo de r odillas. William Adams Brown r econoce qu e el ob stáculo es serio, pero
que "no p ued e ser po r siempre in su per able". Ev identemente, el más car o ideal de los d irigentes d el
movimiento ecuménico es la futura Iglesia Mun dial, integr ada no solamente por pro testantes,
ortodoxo s or ientales y cató licos p rimitiv os, sino también p or la Iglesia de Roma, como uno de los
miemb ros más impo rtan tes de la familia ecuménica.
Dillinberger y Welch indican que a la raíz del movimiento ecuménico se halla el agud o
contraste entre el estado de separ ación d e la iglesia el día de h oy y la af ir mación d e tod os lo s
cr istian os de qu e la Iglesia es en cierto sentido una cosa. . (J. Dillinb er ger y C. Welch , Pro testant
Christianity, p. 2 91).
Los portavoces del movimiento ecuménico afirman que el ecumenismo es tanto antigu o como
moderno. "Es antiguo en impulso, pero nu evo en cumplimien to", d ice Henr y P. Van Dusen (op .
cit., p p. 66-67) . Y el Dr. William A. Brown declara que aunque el mov imiento ecumén ico se halla
prof undamen te arraigado en el pasad o, llev a con sig o alg o qu e en un sentido muy real es nuevo .
Es n uevo en su meta, en su método y en su principio unif icador. (William A. Bro wn, A United
Church, p. IX).
Además de ser antigu o y mo derno, el movimien to ecumén ico se car acter iza también po r su
capacid ad de p rogreso y d esarrollo . Po r sup uesto, tr azar tod a la historia d e este mov imien to es
una tarea que está much o más allá d e los límites d el p resente trabajo , p ero será necesario
presentar, a lo men os, lo s p rin cipales evento s en el proceso h istó rico que ha culminado en la
organización del Concilio Mun dial de Iglesias.
1. Etapas Preliminares
El movimiento ecu ménico , tal co mo existe en el p resen te, n o es en realidad antiguo. No fue
sino h asta el principio de nu estro siglo que las fu erzas ecuménicas s e mov
ier on de un a manera
defin id a para pr oducir este mov imiento que es u na d e las características
más notables del
cristianismo co ntemporáneo. Van Dusen dice q ue el añ o 179 5 mar ca, el
principio del movimiento
ecuménico moderno. Fu e en to nces cuando miemb ros de la Iglesia d e
Inglaterr a, de la Iglesia de
Esco cia y1) deConferencias
las Iglesias
misionerasMeto distas Ind ep end ientes de Inglaterr a, se u
Ya hemos indicado que la obra mision era se ha p resen tado como un o de los motivo s más
niero
impo n par
rtantes paraabuscar
fo rmar la que el ecumenismo p roclama, y es digno d e notarse qu e entre
la unidad
Socied
las fu er zasad Misionera
que más de alLoprogr
han contrib uido ndres.
eso del El mentociona
movimien tamb
ecuménico se enién otras
cuentran asambleas y
aquellas
que proced en de los así llamados campo s mision eros.
conf erencias de car ácter
interden
a) Laominacional
Conferencia de q ue se efectuar
Edimburgo, 1910. Esta onn odf ur anprteimera
ue la el siglo pasad
conf er encia o. ( Henr y P.
misionera
internacion al en la histor ia d el cristianismo co ntemporáneo. Otras conf er en cias de
Van Dusen, o p. cit., p .
este tip o se habían celebr ado antes en Nueva Yo rk y Lon dres. Pero hay ciertos
84). Pero au n en la literatur a ecumén ica, la Con ferencia d e Ed imbur go
de 19 10 se señ ala,
generalmen te, como el p unto d e partida d el ecumen ismo moderno .
elementos que hacen de la Conferencia de Edimb urgo el punto de partida del
ecumenismo mod er no. Las co nferencias anterio res a la d e Edimbur go se hab ían
compuesto de delegado s no oficiales q ue se reunían p ar a discu tir p rob lemas y mé-
todos relacionados con la obra misionera. En Edimb urgo, la asistencia se limitó a
deleg ado s oficiales. La r epr esentació n se b asó en países y por pr imer a vez las
iglesias jóvenes —iglesias establecidas en los campos misioneros— estuvieron
representadas oficialmen te. Los temas d e discusió n n o s e redu jer on a la o b ra
mis io n era y s e d io es pecial énf as is a la necesidad d e hacer un esfuerzo u nid o p ara
llev ar el Ev ang elio al mu ndo no cristian o. S e pr esentó u n infor me sobre
"Coop eración y la Promo ció n de U nid ad" , en el q ue se hacía h in cap ié en la
necesidad d e una fed eración , mayor co operación y la u nió n o rgánica eventu al d e las
iglesias, y se aceptó la moción de que se nombrar a un Comité Permanen te para que
funcio nar a en pro de la coo peración y un id ad de to dos los cristian os.
b) El Co ncilio Misionero Internacion al. Como resu ltado d e las actividades del
Comité Perman en te d e la Con ferencia d e Edimbu rgo , el Con cilio Misionero
In ter nacional fue establecido en 19 21. Este co ncilio estaba formado no só lo por
representantes de lo s d istintos cu erp os misioneros, como en el cas o d el Comité
Per man en te, sin o tamb ién po r represen tantes de v arios con cilios cr istianos nacio-
nales qu e en muchos casos inclu ían tanto las iglesias jóvenes como las agencias
misioneras actuando en con jun to . El presid en te del concilio er a el Dr. John R. Mott,
uno de los más p rominen tes ecu ménicos de aquellos días.
c) La Conf eren cia Misionera de Jerusalem, 192 8. En esta conf er en cia se discu tió la
demanda que las ig lesias jóvenes hicieron d e ser reco no cidas como cuer pos
nacionales ind ependientes en un p lano d e iguald ad con las demás iglesias, se hicieron
ciertas impo rtantes d eclaracio nes en cu anto a la acción social de la Iglesia, y se dio
un nuevo y vigo roso én fas is al tema de la unidad cristiana.
La segu nda conf er en cia sobr e Fe y Or den se llevó a cab o en Edimbu rgo, en 1937 , un mes
desp ués de haberse celebr ado la Conferencia sobre Vid a y O br a en la ciu d ad de Ox fo r d. El
pr in cip io de federació n fue reco nocido como una fo rma legítima de unidad cristiana, cuan do los
delegados aceptaron, con solamente uno s pocos v otos en co ntra, la reco men dación h ech a p or el
sub comité de la con ferencia tocan te a qu e el Mo vimiento de F e y Or den s e uniera al
Movimien to de Vida y Obr a en reco mendar a las iglesias que for maran el Concilio Mundial de
Iglesias. Ciertamente este fue un paso trascend ental en la historia del movimiento ecuménico.
1 ) La Co nf eren cia de W estf ield. Un co mité de treinta y cinco miemb ros se reun ió en el
Colegio Wes tf ield, Lond res, en ju lio de 193 7. La con clus ió n a qu e este co mité llegó fu e q ue
solamen te la completa unión del movimiento de Vida y Obra con el de Fe y Orden en un solo
cuerpo po dría p roveer a la causa ecuménica con el centro unificado r q ue tan urgentemente
necesitab a. Como recomendación final se p idió que cada un o de estos dos mov imientos n omb rara
siete de su s miembr os p ar a f or mar un co mité de cato rce d elegados que tendrían a su cargo
prepar ar u n plan que se sometería a las iglesias en cuanto a la fo rmación del Co ncilio Mun dial
de I glesias. La r ecomen dación f ue aceptad a y lu eg o se pro ced ió a n ombr ar un comité, el cual
se reunió en Londr es, un d ía d espu és de haberse termin ado la con ferencia d e Edimb urg o, y pidió
a las iglesias participantes en ambo s movimiento s qu e n ombr aran deleg ad os a u na r eu nió n de
co ns ulta que habría de efectu arse en Utr echt el año sigu iente.
2 ) La Con ferencia de U trecht . Los d eleg ados se reunier on en Utrech t en mayo de 1938
y escrib ier on u na con stitu ció n par a el Con cilio Mu n dial d e Iglesias . El pr incip io fu nd amental
a la base d e esta con stitu ción es q ue habría acción co mú n en aquello en qu e las iglesias estaban de
acuerd o, y estu dio mutuo en las ár eas de d if erencia. Lo s d os artícu lo s más imp ortantes tien en
que v er co n la f unción y autorid ad del Co ncilio. La fun ció n del Concilio se define a base de los
siguientes objetivos:
a) Co ntinu ar la o bra d e los dos mo vimien to s mund iales de Fe y Orden, y Vida y Obra.
b) Facilitar la acción co mú n de las iglesias.
c) Pro mov er coop eració n y estud io .
d) Pro mo ver el crecimiento de la con ciencia ecuménica en lo s miembr os d e tod as las
iglesias.
e) Establecer r elaciones con federacio nes denominacionales.
La base d octrin al del Concilio es la misma d eclar ació n pr op uesta en la Con feren cia de
Utrech en 19 38: "El Con cilio Mu ndial es un a unión d e iglesias que acep tan a nuestr o Señ or
Jesucristo como Dios y Salvado r".
La conferen cia fue incapaz de organ izar un servicio de comunión que fuese aceptable a to dos
los delegados y se hizo necesario permitir q ue se celebrasen cuatro d iferentes serv icios, p ara
ref ormados, luteranos, anglicano s y ortod oxos. Sin emb argo , el obispo metodista Fran cis J.
McCo nnell predijo q ue el Con cilio señ alaba el pr in cip io d el f in de todas las r iv alid ades
interdenomin acion ales.
Resp ecto a la asistencia, el Secretario Gen eral infor mó q ue u na gran mayoría d e las iglesias
afiliadas al Con cilio h abía env iado su númer o comp leto de d elegados , q ue la deleg ación
pro ced en te d e varios p aíses de Asia era más nu mero sa q ue en el pasado , que h abía habido
progr eso en la p articipación de Af rica; pero qu e la rep resen tación de este con tinente y d e la
América Latina no era to davía lo q ue d ebier a ser en vista del crecimiento de las ig lesias
in ter esad as (The Evan sto n Repo rt, p . 23). La Iglesia Católico-romana no envió delegados.
Por o tra parte, la Con feren cia d e Evansto n sirvió par a reafirmar lo s p ropósitos e ideales del
movimiento ecumén ico, p ar a reevaluar estos p ropó sitos e ideales y contestar la crítica de los
opositores. Po r ejemplo, el Secr etar io General, Dr. Visser T Hooft, explicó que el Concilio
Mu ndial, no es en sí mismo la Iglesia Mundial y que el Concilio n o tiene la ambición de llegar a
ser la "Su per-Ig lesia", es decir, un centro de po der administr ativo . (The Evansto n Rep or t, p.
25) . Sin embar go, a nadie se le escapa q ue en las manos del Co mité Central del Co ncilio se está
acumulando un tremendo po der eclesiástico qu e puede llegar a manifestarse dictator ialmente en el
fu tu ro .
3) La Tercera Asamblea en Nueva Delhi, 1961. La rev ista Time con sideró la conferencia
ecuménica de Nueva Delhi, como la más g rand e reu nió n d e cristianos desd e el Concilio d e Tren te
(154 5-156 3), e informó que trescientos millones de cristianos pertenecien tes a ciento no venta y
siete iglesias y n oventa países estuvieron allí representado s. Es interesante notar qu e el in for me
in cluye cinco iglesias sudamerican as como miemb ros del Co ncilio, lo que in dica que el
ecumenismo está ejerciendo su in fluencia también entre nosotros los latinoamerican os. (Time
Magazine, lo. de Diciembre de 1961 , pp . 6 1 y 62 ).
Entr e los evento s más imp ortantes de la conferencia en Nu ev a Delh i pu ed en mencio narse la
unión del Co ncilio Inter nacion al Mision ero al Con cilio Mu ndial de Iglesias y el ingreso de la Iglesia
Ortodo xa Ru sa a este mismo co ncilio. En la historia del ecumenismo moderno, el Concilio Inter-
nacional Misionero ap arece como uno de los factores más impor tan tes en la pro moció n del esp í-
ritu ecumén ico, especialmente entre las iglesias jóven es. Ahora, en el seno del Concilio Mundial, el
Concilio Intern acion al Misio ner o se h a con vertido en la División de Misiones Mun diales y
Evangelismo.
En cuanto al ing reso de la Iglesia Or todo xa ru sa, los d irig en tes ecuménico s
ex per imen tar on po r su puesto, inusitado gozo; per o algunos observado res han exp resad o d udas y
temores to cante a los motiv os qu e impulsaro n a los r usos a dar este paso. Lo que no pu ed e
negarse es que la Iglesia Or todo xa Rusa se halla bajo el control de los comu nistas y que su ingreso
al Concilio deb e haber n ecesitado el p er miso tácito o expr eso del go biern o1 soviético1. Cuál será
la actuación futur a de los r uso s y sus satélites en el Con cilio Mundial de Igles ias, no es f ácil de
predecir . La revista Time inf ormó que en la Conf erencia de Nueva Delhi, los o rto doxo s rojos
demostraron que estab an dispuestos a hacer sentir su p resencia en el co ncilio cuan do ellos dieron
en fo rma vigoro sa sus op iniones en el área de acción so cial e internacion al y en asu nto s d e fe y
or den ( íd em) .
de aquello
Una de lass pr que
egun tas más importantes q ue tenemos que h acer en relació n con el movimiento
sin ceramen te están
ecu mén ico es la q ue se r ef b
iereuscando la verdad
a la natur aleza de la Igen medio
lesia. ¿Qué esd lae las tin Pieblas
Ig lesia? ar a lo sde este mund
ecu ménicos, la Iglesia es equivalente a la su ma to tal d e todos lo s cuer pos eclesiásticos que se
o. ominan cr istianos, inclu yendo, por supuesto, todos los grupos protestantes —mo dernistas,
autoden
conservad ores, sectarios, etc.—, la Iglesia Ortodoxa Griega, los Católico s Pr imitivos y la Iglesia
Católica Romana. A todos estos cuerpos eclesiásticos el movimiento ecuménico les extiend e la man o
de comunión y comp añ erismo sob re la sima d e to da diferencia do ctrinal y eclesiástica q ue lo s
divid e.
El cristiano evan gélico tiene un con cep to más específico y limitado de la Iglesia, y r educe su
definición de la misma al númer o de creyentes quienes po r medio d e la f e en el Ev ang elio —
qu e es el único Ev an gelio (Gal. 1:7) — han aceptad o al Señ or Jesucr isto como Salv ador y han
sido bau tizad os en un cu er po — el Cuerp o de Cr is to — po r el Esp ír itu Santo. De los tales se
dice, en tr e otras cosas, que han sid o predestinados, llamados, justificad os, regen erados, salvados,
sellado s por el Espíritu y santificado s o sep ar ados para el servicio d el Seño r y par a la g lor ia qu e
es tá po r venir .
El Dr. Van Dusen tr ata de ap arecer optimista en esta d eclar ación , p ero lo q ue él d ebier a
admitir es que las difer encias existen a lo largo d e toda la línea y q ue el
co ncep to q ue la Iglesia
tiene de sí misma se basa en gr an p arte so b re el con cepto qu e ella tiene
acerca d e Dios, el
mu ndo , el h ombre, el Señor Jesucristo, la salvación y la inmortalid ad. Lo
s ecuménicos
Es muy d igno de qunoiertarseenq ue en los primero s años del ecu men ismo mo derno , lo s d ir ig en tes
de este mo vimiento procurab an evadir toda discusión do ctr in al. Más tar de s e conv encier on q ue
cambiar la ú ltima parte de la lín ea y al mismo tiempo dejar in tacto el resto
no les sería p osible realizar su id eal de unidad ecumén ica a menos que le dieran adecu ada
de ella.
aten ción a Ello s olvidan
las d iferencias d octrinales. Sin embargo , después de h aber comenzado a estudiar estas
dif
queerencias,
no trataro
es n d
posib e evitar
le una vez más un
cambiar la discu
a sión ctr
do d e asun
in atos bíblica
teológicos an
sinunciando
af el
ectar el todo
principio ecuménico d e bus car la "u nidad" en la comu nión esp iritu al y en el tr ab ajo p ráctico de
armónico
la Ig lesia sin de darlelaimprevelación
ortancia a la "d deiver sidad " d e sistemas do ctr inales. De este mod o,
Dios.
"un idad en la div ersid ad " lleg ó a ser uno de los lemas f avor itos del movimien to ecuménico.
To da vez q ue haya "u nidad" n o imp or ta que la "diversidad " sign ifique la negación de las
doctrinas cardinales del Evangelio. No es de extrañ ar que los cristianos evangélico s que están b ien
instruidos en la Palabra de Dio s no consider en p ropio apo yar el mov imiento ecuménico.
Comentando sobre la base doctrin al del Concilio Mundial de Iglesias —"El Concilio Mundial
es una u nión d e iglesias qu e aceptan a nu estro Seño r Jesucristo como Dios y Salvador"— el
distinguido escritor ev angélico Dr . René Pach e, dice:
daderoEn cristianismo una se con todos lo s diferentes cuer pos eclesiásticos, el mo vimiento
su afán d e con graciar
religión
ecu mén ico ha dellegado
incertidumbr
a ser un clare? Si por
o ejemplo caridad religio
d e sincretismo p ar so.
a con
En lo s el p rójimo
Estado s Unido s q ue está
hay iglesias metod istas, episcopales, pr esbiter ianas y luteranas que están refor mand o su liturg ia y
en erdoroa cierto
volvien r d ebemos
s ritos para du d arel acer camiento entr e pr otestantes y cató lico-r oman os. Lo
f acilitar
de del
peor nu caso
estraes pr qu eop ia osf eecumén
algun y vicosivir en uquner erestad
p ar ecen o er de
extend incretismo
su sin segu rid a todadas las
es pir itual,
religiones; a lo menos su ten den cia de buscar y mo strar algun os pu ntos de contacto entre las
¿cu ál es entonces la
religiones paganas y el cristianismo y de adaptar el contenido d el mensaje cristiano a las
diferencia
co entreenlaciertas
ndicion es paganas relig ió ndel pmund
p artes agana
o, indenica qque
ue el mu chos ecu
mo vimiento de ménico
nosotros los miembr
se dirige
al estab lecimiento de la Religión Mundial que incluirá a todos los diferentes credos r elig io so s. Al
os de ig lesias jó v en es
vivíamos y la Buen a Nu eva qu e aho ra hemo s r ecibido? ¿Y cómo po
dremos ayudar a n uestr o
pró jimo si n osotros mismos no sab emos en q uién h emo s cr eído ? Sin lug
ar a dud as, aq uellos que
nos piden q ue ten gamos co mun ión a espaldas de la ver dad no co nocen la
naturaleza del verd ad ero
amor , d el amo r q ue está basad o en la verdad .
decir esto no estamos ex agerand o. CEn O NlaCCo L nferencia
U S I O NMisionera de Madrás, 193 8, la au tor idad de
la fe cristiana se discu tió en r elació n con el mensaje que los misioneros cristianos h abían de
predicarHayentrdoes lo s pueblos
actitudes qu epaganos, y los deleg
los cristianos ado s no
evangélicos quep no
u diero n po n er el
favorecemos se ecumenismo>
co mpletamen te d e
acuerdo asumir
podemos si las religiones
frente a estepaganas debían eclesiástico.
mo vimiento o no debían Un consid
a deerar
ellasse escomo mana ifestaciones
negativ de la re-
y la otra positiva.
velación
La actitu dd ivina. (Henry
negativa no ha P. Van Dusen,
resuelto los op. cit. , p. 19
problemas que4)el. En otrasispalabr
ecumen mo pas, lanntea
o toy dos
p uedelos rdelegado
esultar en s
estabannes
divisio seguro
máss en
pr ofcuanto
un dasal en carácter
tr e elúnico y exclu
pu eblo de Diosivos. del cristian
El solo hechis mo,
o deP atacar
ero s i alel mo
cristianis mo
vimiento
no ménico
ecu es ún icon oy es ex la
clus iv ouesta
r esp , y as ilossuprob
menlemas
saje se h alla ad
relacion enosun a fo
con la rma
un idadu otrd ael alCumisma
erp o nd iv el isto.
e Cr de
au tor
Es n uidestro
ad condeb eler,menp orsajesupd uesto,
e las religiones
denu nciarpaganas,
los er rorlases mision es cristian asy nadv
d el ecumenismo o ertienen
tir a nnuingestro
una s
razón para
herman os enseguir ex istiend
Cristo acercao,de y lo smismopeligr da
os qseruemaho
la unmetano
idad oecucrménistian icao. encierra.
Quizá el Perdía noo laesté lejos
actitu d
cu an do incluye
positiva los dirigentes
no só lo ecumén icos cuid
el análisis comenzarán
adoso y asincero
dar pdel asos d ef initiv ecuménico,
movimiento os hacia la sin orgoantambización
ién eld el
Con cilio
an ális Mundialsod e yReligio
is cuidado nes. de n osotr os mismo s en n uestr a co nd ucta como miemb ro s d e la
s in cero
Ig les ia d el Seño r. Es inn egab le que el ecu menismo se halla en lo corr ecto cu and o señala las
muchas3. divisio nes asis
El Énf del Socia
pu eblo l dcristiano.
el Movimien En mu chas oénico
to Ecum casiones
. hemo s pecado co ntra la un idad d el
Cu erpElo ecumenismo
de Cris to, yhaded ello deb emos
emostrado qu e arrepentimos.
un o de sus pr Laincip
mejoales
r respu
p ropesta a la sicrítica
ósitos, no elquperincipal
el de
ecumenismo
ellos, es el establecimiento de un nu ev o o rden social en el mun do pr esente. En lo s escr que
nos hace es establecer y manten er un a comun ió n más ín tima con todo s los itos hande
sido salvo s enecu
lo s dirigentes el ménicos
nombre del Señor.dominante
el tema Esta comunión
n o es lano regen
tiene eración
q ue exprespir
esarse n ecesariamente
itual del ind ividuoensino unala
organización
transfor mación f ormal
socialdedeltodas
mundo las fuporerzas
medevangélicas,
io d el esfu pero erzo sí en una
unido de todo co operació n máseclesiásticos.
s los cuerpos estr echa y
desinteresada en el cu mplimiento de la Gran Comisión. Lo que más
Los ecu ménicos están más interesados en camb ios de carácter po lítico-social que en la salvació n necesitamos los cristianos
ev an gélicos
individ ual porpara exprdesar
el poder la unidadellos
el Evangelio; q ueanhelan
el Señor poderno eclesiástico
s ha d ad o, neno pCr isto,espno
oder es al.
ir itu más
or ganizació n , sino más comunión y coop eración. Es animado r contemplar qu e en ciertos países de
Este es tamb ién un tó pico q ue po dría discutirse larg amente, mas p or ah ora basta decir que
la América Latin a las iglesias evangélicas están practicand o este p rincip io de co mun ió n y
los cristianos evan gélicos cr een que por medio de la transfo rmación espiritu
co operación , sin necesid ad d e afiliarse al mo vimiento ecuménico, y con gr an des r esultad os p ara el
al
dean los
av ce deindividu
la obr a d os que lo que indica que en cuanto el cr istianismo evangélico en la Amér ica
el Señor;
Latina
reciben se refal iere,Señor
el movimiento
Jesu cristoecuménico comosale sobSalvrand o.adorPodrá, serel útilEvang
solamenelio te para h aq
a uello
prosducid a y
qu e su spiran p or u nirs e a protestantes modernistas y católico-roman os, no p ar a los q ue desean
es ercapaz
ten co mu nió den úsegnicamenuirte co n los miembr os del verd adero Cu er po d e Cristo .
pro duciend o gran des cambios para b enef icio de la sociedad» pero , por o
tr a Fin
parte,
almente, ellos
ser á tienen la q ue, como escr ib ió el Dr . Lewis S. Ch afer:
b uen o r ecordar
co nvicción
4. remed
El
d e que
La Descripció
io p ar a un
el milenio
n Profética
po r toe con
a ig les iadeld Movimiento
dossegudeseado
ividid a n o sEcuménico.
será estab lecid o no por los
ir á por la mera un ificación de
organizaciones,
esfuerzos n oaún
un ificador
El ecu menismo es delescuando
todo un motivo talde usorpr
nificación
esa para los quep ueda
estudian pdilig
resentemen
en tar te lasuna mejo r
Es cr
aparien itu ras,
cia ante el
del movimiento p ues a la lu
mu ndico,
ecumén z de las p ro fecías bíblicas
o. sino por la man if estació n glo riosa del n o es difícil verHijo
que de
la
ideo
Diosr lo
El engíasuio
emed ysegun
actividades
se hda alla en la actitu d d el in dividu o cr eyente, en su amo r
de
paraeste
venida to moadosestavimiento
lostierr a.pueden
cr eyentes Tantocondu en cir su als establecimiento
in cretismo como d e en la relig
su s ióten n mun dial
d en cias
de
de los
por último
encima
r efo rma so s días.
de toda elrelación eclesiástica o racial. Tal es el af ecto qu e de
cial,
Daniel
un
mov a imiento
maneraen su prof ecía,
no rmal
ecuménico se refleja el apóstol
u na vezPablo más la en influen
su Segundacia de la Epístola a mo
teolo gía los
Tesalonicenses,
pro ista deensulascap
dern-duce . 2, ay el
p erson que está an dando en el Espíritu ( Lewis S. Ch
apó
afer,stol
El Juan
Dr. René Pach
Systematic
dirigentes. en el Apo
e dice:
Th eology, calipsis, d es cr ib en la p er son alidad y activ idades
del
Vo l.qIV,
ue p. ser1á49). el máximo
dirigente de .. .si la organización
entendemos co rrectamente eclesiástica
la prof ecía, ellamundial,
indica que ellamundocu al será establecid a
religioso recu per ará juntamente con el mund o p olítico su unid ad visible y
para su plantar
coercitiva. Estoa sulacederá en la Babilonia político-religiosa de los últimos tiemp os,
verd ader a I glesia dfalso
bajo la direcció n del e Jesucristo y llev
pro feta y d el anticr istoar a cabo
. (Ren é Pache,los
op . pro
cit, ppósitos
p. 202- satánico s de
3) .
domin io un iv er sal. El
máximo dir igen te será, por supu esto, el an ticr isto. El carácter y destino fin
al del sistema religioso
organ izado p or el anticristo se revelan en el capítulo diecisiete d el Apocalipsis.