Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
MIGUEL MAGONE
Monologo
Soy Miguel Magone, conocí a Don Bosco a los 12 años, cuando me la pasaba en la
calle, nada más que jugando y molestando con un grupo de muchachos, si Don
Bosco no se hubiera encontrado conmigo tal vez hoy sería un jefe de banda, o
estaría muerto.
Don Bosco me encontró en la estación del tren. ¿Qué quieres hacer para el futuro?
le respondí
Claro que, si ¡¡ mis amigos ya están en la cárcel, temo que me suceda igual. Mi
Padre murió y mi madre no tiene dinero.
Don Bosco me dio una medalla y me dijo que se la mostrara a mi párroco, para
saber de mi conducta y él se fue porque el tren salía.
Al poco tiempo llegué donde Don Bosco, todo lo del oratorio me gustaba, corría,
saltaba.
Don Bosco me preguntó en una ocasión ¿qué pasa Miguel que te veo triste, estás
enfermo?
Don Bosco comprendió que yo tenía otra enfermedad, del alma, me dijo tristeza y
melancolía lejos de la casa mía. ¿Por qué me huyes Miguel? Cuéntame tus penas,
tal vez yo pueda aliviarlas.
Yo le respondí. Tiene razón Don Bosco, pero… es que estoy en un embrollo muy
grande.
Don Bosco me dijo: Por grande que sea existe el modo de desenredarlo.
Al confesarme le pregunté al padre ¿Le parece que todos mis pecados han sido
perdonados?
Y Don Bosco me respondió: Vete tranquilo –El Señor, que en su gran misericordia
te esperó hasta ahora para darte tiempo, te ha perdonado todos tus pecados.
Mi muerte llegó muy temprano, a los 14 años, estuve en la casa de Don Bosco solo
un año y 8 meses, gracias a lo que Don Bosco me enseñó y orientó puedo decir que
muero en paz, buscando la santidad sencilla como él nos repetía.
Les digo que haber encontrado a Don Bosco para mi fue la salvación. A ustedes
jóvenes les recomiendo que busquen un adulto que los ayude, que los escuche, que
los ame. Para eso don Bosco fundó a los salesianos y salesianas ellos te pueden
ayudar. Búscalos.
Te invito a buscar el acompañamiento de un adulto, Don Bosco y Madre Mazzarello fundaron esta
linda familia salesiana pensando en cómo ayudar a los jóvenes, no tengas miedo busca una ayuda,
son muchos los adultos que en tu casa salesiana están dispuestos a dar una mano por ti.
Déjate acompañar
5. ¿Hago una lista de los adultos cercanos que conozco, elijo uno que pueda
acompañarme en mi camino?
6. Hago el esfuerzo de buscar a este adulto en quien he pensado que pueda
acompañarme y le pido que sea ese apoyo que busco