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La psicología desde los inicios busca estudiar la mente, y así tratar de entender el

comportamiento de las personas. “La piscología explora conceptos como la


percepción, la atención, la motivación, la emoción, el funcionamiento del cerebro, la
inteligencia, la personalidad, las relaciones personales, la consciencia y la
inconsciencia”.
Como ya sabemos, todos somos diferentes y es por esta razón que no todos tenemos
los mismos pensamientos, sentimientos, etc. En el mundo se encuentran personas que
aparentemente son normales pero dentro de ellos y en sus vidas están llenos de
problemas y trabas. Es muy probable que muchas de las personas que presentan
conductas anormales, las adquieran en su etapa más importante “La infancia”. El
abuso y el sufrimiento son unos de los gatillaste para una vida anormal y con
obsesiones. Un ejemplo de estos trastornos es el que vemos en la película
“RETRATOS DE UNA OBSESIÓN dirigida por Mark Romanek (2002) y
protagonizada por Robin Williams. En donde nos muestran la historia de Seymour,
un hombre aparentemente normal, socialmente aceptado que trabajaba revelando
fotografías. Sin embargo en su interior y su personalidad en ciertas situaciones al
comienzo de la película deja entrever que tiene algún tipo de problema ya que tiene
un gran nivel de agresividad en sus reacciones, por ejemplo cuando pide que arreglen
su máquina y no la dejan como él quería, aunque fuera una diferencia muy pequeña,
el demostraba estar muy disconforme y alterado por esta situación, que a vista de
muchos no tenía gran importancia. Pero como Seymour era obsesivo en su trabajo y
quería la mejor calidad en sus fotos, provocó un pequeño escándalo por esta situación.
Probablemente su problema se debe a que el intenta satisfacer una necesidad que lo
acompleja desde su niñez. En psicología se trataría de un trastorno obsesivo-
compulsivo, observando el comportamiento que este posee. El manual de diagnóstico
DSM- 5 lo explica como una persona que tiene:
Presencia de obsesiones / o compulsiones. Las obsesiones en este caso son las ideas,
pensamientos, ansias o imágenes recurrentes y persistentes que se vienen como
instrucciones no deseadas y que en la mayoría de los pacientes producen marcada
ansiedad o angustia.
Criterio (1) en el DSM- 5 “pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y
persistentes que se experimentan en algún momento del trastorno como intrusos e
inapropiados, y causan ansiedad o malestar.
(2) el sujeto intenta ignorar o suprimir estos pensamientos, impulsos o imágenes o
neutralizarlos con algún otro pensamiento o acto(es decir, realizando una
compulsión).
El trastorno obsesivo compulsivo es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por
tener pensamientos intrusivos como anteriormente es mencionado, estos producen
ansiedad, opresión, temor o preocupación cómo se daba a notar en el personaje.
Este trastorno es un síndrome psiquiátrico, caracterizado por obsesiones que son las
ideas, los pensamientos, las imágenes recurrentes, muchas de ellas dadas y
ejemplificadas como ensueños (soñar despierto) como lo hizo Seymour cuando va a
la casa de la familia en su auto y sueña despierto que entra a la casa, se viste, ve la
televisión en el comedor y cuando la familia entra el niño lo llama tío. La conducta
del personaje se puede dar probablemente por problemas en su infancia tratando de
llenar el vacío de tener una familia feliz, obsesionándose con pertenecer a una familia
que no era suya, tratando de vivir una vida que no era real. Es por esto que
probablemente Seymour fue víctima de abuso sexual en su infancia por parte de su
padre y esta situación lo ha derivado a esta obsesión por las fotografías. Así lo deja
ver en la última parte de la película cuando le confiesa al policía de manera inesperada
lo que no se les debe hacer a los niños. En psicología el modelo de conducta de
Seymour sería un modelo de conductismo, entendido como la interacción
históricamente construida entre el individuo y su ambiente social. Este modelo cubre
rangos cognitivos emotivos, sensorios y motores. Una persona con este tipo de
diagnóstico debe recibir un tratamiento inmediato ya sea, una terapia individual,
tratamiento farmacéutico, o la derivación a un psiquiatra. Se ha demostrado que la
terapia de Exposición y Prevención de Respuesta (EPR) es muy efectiva en estos tipos
de trastornos, ya que se trata de “exponer a las personas a sus propias obsesiones; y
una forma de hacerlo es mediante la repetición constante de una historia ficticia
(cuento) creada a partir de una obsesión específica, Es importante que este cuento
llegue a las últimas consecuencias que se pueda imaginar la mente obsesiva, sin tratar
de neutralizarla”
Si somos críticos con este caso podemos decir lo peligroso que son internamente y
externamente como en el caso de la sociedad, debido a que claramente no tienen el
control necesario para manejar sus impulsos lo que pudría llevarlo a actuar de una
forma agresiva e irracional ya sea llevando a cabo un secuestro, violación,
hostigamiento, etc. Y en caso de lo peligroso que son internamente nos referimos a
que se involucra tanto con la familia que claramente deja de tener una vida normal,
de a poco el hecho de espiar, vigilar, acosar a la familia deja de ser un pasatiempo y
lo hace “su vida”. Pero al darse cuenta en reiteradas situaciones que para ellos él es
solo el señor que revela las fotografías y que no tiene ningún tipo de importancia ni
relevancia para la familia, puede provocar en él un sentimiento de frustración, lo que
conlleva a que esté en depresión y ponga en peligro su integridad física y hasta su
vida. Es por esto que al encontrarnos con una persona que presenta este trastorno se
debe internar inmediatamente para evitar que pueda hacerse daño él, o le haga daño a
alguna persona. Además se le debe brindar protección a la persona afectada, para
evitar cualquier incidente. Si tomamos este ejemplo y lo llevamos a la vida cotidiana,
la verdad es que no hay casos muy parecidos, porque este es extremo pero podemos
asimilarlo a las personas que tiene como diagnóstico el deseo sexual hipoactivo. Éste
se define según DSM-5 como “una disminución o ausencia de fantasías y deseos de
actividad de forma persistente o recurrente… el trastorno provoca malestar acusado o
dificultados de relación interpersonal, el trastorno sexual no se explica mejor por la
presencia de otro trastorno excepto otra disfunción sexual o no se debe
exclusivamente a los efectos fisiológicos de una sustancia como por ejemplo las
drogas, fármacos, etc. O una enfermedad médica.
El problema aparece, dicen los dos especialistas, cuando esas conductas
comienzan a generar en el hombre o en la mujer estrés y sufrimiento,
acompañados de rituales o mañas (comportamientos repetitivos) que surgen
como mecanismo de defensa y de respuesta ante la obsesión. En ese instante lo
que hay es un trastorno obsesivo compulsivo, explica Rojas.
Desde el punto de vista médico, explica el psiquiatra forense, la aparición de esas
ideas, imágenes o pensamientos recurrentes y persistentes en una persona
afectada es involuntaria e incontrolable. Se dan de manera automática.
Por eso, quien es víctima de este trastorno comienza a sufrir de angustia,
ansiedad y su rutina se altera de tal modo que interfiere en sus actividades
sociales, escolares y en general en sus relaciones interpersonales.
Esto se da en gran medida, asegura Rojas, porque a diferencia de otra clase de
desórdenes mentales (como la esquizofrenia), en estos casos el afectado es
absolutamente consciente de su conducta y suele reconocer la excesividad e
irracionalidad de su comportamiento.
La persona sabe que lo que le está pasando no es normal. Allí surge el desespero.
Además, se siente muy mal porque, en general, son ideas contrarias o que no van con
su manera habitual de pensar afirma.
Sin embargo, el estar consciente de la enfermedad también evita que el obsesivo
compulsivo termine siendo agresivo físicamente con otros o consigo mismo, tal como
sucede con trastornos mentales de otra naturaleza. Es difícil que se conviertan en un
peligro para los demás , añade Rojas.
Si tiene un pensamiento reiterativo, una idea o una imagen que no se le sale de la
cabeza es muy posible que esté obsesionado. Esto en sí, no es malo. Sin embargo, si
presenta algunos de estos síntomas, no lo dude, acuda al médico. Es posible que esté
desarrollando un trastorno obsesivo compulsivo.
-Tiene pensamientos no deseados que le generan temor, angustia o ansiedad.
-En su mente aparecen imágenes en las cuales les hace daño a otras personas, e incluso
a sí mismo.
-Siente miedo permanente al contagio de infecciones.
-Vive preocupado excesivamente por la religión y la moral.
-Acumula, sin razón aparente, objetos de diferente índole.

MAS EN: EL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO Y


SURESPONSABILIDAD JURÍDICA

EN LA ACTUALIDAD EL ESTUDIO DE LOS TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD (TTPP) es una de


las esferas de la psicopatología, que más interés ha suscitado en los profesionales de la
psicología. La relevancia radica en explicar esta característica anómala en virtud de la
conducta humana, especialmente en los sujetos que la padecen. Pero, esta condición
psicopatológica de la personalidad no solo es estudiada desde el enfoque clínico de la
psicología o la psiquiatría, sino, que es de provecho entre los profesionales del ámbito
forense, debido a su capacidad para relacionarse a comportamientos delictivos, demostrada
en múltiples estudios empíricos. En los últimos años su importancia ha aumentado en el medio
judicial dado que la ocurrencia de las personas que cometen algún tipo delictivo, han sido
objeto de diagnóstico de trastornos de la personalidad.

Según (Millon, 1997) el trastorno de personalidad (TP) es un patrón persistente de formas de


pensar, sentir y comportarse que es relativamente estable, las pautas para el diagnóstico se
enmarcan en las actitudes y comportamientos, acentuadamente disarmónicos que afectan
por lo general a varios aspectos de la personalidad (Echerri, 2011). Por tanto, este estudio
tuvo como objetivo establecer la prevalencia de los TTPP en la muestra estudiada y de manera
comparativa la relación entre estos y los delitos agravados, sin que ello establezca vínculos de
causalidad. De igual forma, se quiso dar respuesta a las siguientes preguntas ¿Cuáles eran los
trastornos de personalidad más frecuente en la muestra estudiada y la relación que podrían
tener estos con los delitos agravados?

Los trastornos de personalidad tienen influencia y relevancia desde el punto de vista jurídico,
pues se relacionan con la imputabilidad delictiva, por tanto, con la responsabilidad penal de un
sujeto, además, permiten determinar la culpabilidad de un sujeto (el dolo o la culpa), y por
ende, los móviles del delito. La relación entre las ciencias jurídicas y la psiquiatría surge en el
análisis de la psicopatología de la voluntad y del discernimiento. Para poder determinar la
imputabilidad de un sujeto se requiere buscar la psicopatología de estados o condiciones
mórbidas que alteren la capacidad de discernir y libremente actuar dentro de la sociedad ante
una situación y contexto particulares. (Caneo, 2012).

Desde la mirada de la psicología forense, la capacidad de ser imputable implica tener la


facultad de delinquir, la que a su vez requiere un sano juicio (entender) y una voluntad
conservada: incluye querer y dirigir la acción hacia un objetivo discernido (Caneo,2012).
Discernir es la noción de diferenciar entre el bien y el mal; la capacidad supone requisitos,
como la inteligencia y libertad, cualidades para comprender e idear la conducta y la capacidad
de ejecutar el plan optado. Caneo (2012). Dado que la personalidad es una condición estable
en el tiempo, pero que presenta persistencia de la capacidad de enjuiciar, discernir y
comprender el acto, es imputable, pero presenta en sí mismo la vulnerabilidad a presentar
estados que enturbian u obscurecen el discernimiento, la volición y la comprensión de las
normas sociales, que configuran un atenuante de la imputabilidad. (Caneo, 2012).

Por consiguiente, el concepto de imputabilidad que tiene una base psicológica, comprende el
conjunto de facultades psíquicas mínimas que debe poseer un sujeto autor de un delito para
que pueda ser declarado culpable de este (Tiffon, 2008). Según Gisbert (2000), los aspectos
psiquiátrico-forenses de la imputabilidad que cabría considerar según la comisión de un delito
serían: un estado de madurez mínimo, fisiológico y psíquico; existencia de plena conciencia de
los actos que se realizan; capacidad de voluntariedad o volitiva. (Celedón & Brunal, 2011).

Por lo general, las personas que padecen de TTPP son más proclives a ser victimarios de actos
delictivos o a que los victimicen (Echerri, 2011); muchos casos, de trastornos de la
personalidad, están asociados al consumo de drogas, lo que constituye un índice de
peligrosidad, que al igual que la conducta antisocial, que precisamente se manifiesta en
individuos que presentan trastorno de la personalidad antisocial son objeto de la aplicación de
las medidas de seguridad predictivas, este último caso es el que más aparece ligado a las
infracciones legales. Los sujetos según el trastorno de la personalidad concreto que presentan
pueden incurrir en determinadas conductas delictivas (Echerri, 2011).

Article Information Fecha de Recibido:03/08/2014 Fecha de Aceptaciòn: 09/12/2014

Publicaciòn: Dic 2014 Edicion: 16 Pages: 34-47

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