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Derecho y justicia

Cuando hablamos y reflexionamos sobre cómo está constituida una sociedad,


normalmente nos remitimos a los arquetipos de gobierno, cuál es el mejor tipo de
gobierno que puede imperar en una sociedad, cuáles son los derechos de las personas
que habitan en esa sociedad, etc. Cuando nos referimos a estas interrogantes lo que
estamos haciendo es algo meta-empírico, meta-histórico, meta-lingüístico y meta-legal;
lo que quiero decir es que las reflexiones que surgen de estas preguntas no las podemos
encontrar directamente de las cosas concretas, ni históricas, ni lingüísticas ni en el
ámbito del derecho. Las respuestas que provienen de estas preguntas le corresponden
a una ciencia arquitectónica que está, de alguna forma, por encima de estas ramas del
conocimiento: esta ciencia es la filosofía.

Desde antiguo, conocemos a varios pensadores que trataron de dilucidar estas


preguntas; algunos de ellos los fundadores de lo que podríamos llamar el derecho
occidental, como son Sócrates, Platón, Aristóteles, Cicerón, Panecio, Polibio, entre otros.
Para los pensadores antiguos había una relación sumamente estrecha entre lo que es la
ética, el derecho y la política, no podían estar separados.

En los escritos de Platón (s. V a. de C.) encontramos varias ideas importantes para el
Derecho: cómo se debe formar una República, cómo debe ser la educación, cómo debe
ser el gobernante, propone como gobernante al Rey-Filósofo, algunas virtudes que debe
tener el gobernante y los ciudadanos, rescata de Simónides la definición de justicia el
cual versa «dar a cada cual aquello que se le debe». Esta concepción de justicia se irá
modificando y perfeccionando a lo largo de los siglos para no entrar en disputas y errores;
al igual que todas las ideas sobre la formación de la sociedad.

Ahora bien, en las obras de Aristóteles (s. IV a de C.) encontramos una idea interesante:
él dirá que el derecho está al servicio de la justicia. Pero ¿qué es el derecho? Uno de los
comentaristas y de superior reflexión de Aristóteles es santo Tomás de Aquino (s. XIII d.
de C.); él recoge la definición de derecho que da el jurisperito Celso y dice que es «el
arte de lo bueno y de lo equitativo» (Summa Theologiæ, II-II, q. 57, a. 1, arg. 1) y después
de citarlo, responde y define lo que es el derecho diciendo que hay veces que los
hombres desvíen la primer definición dada para designar otras cosas, así derecho
primeramente significó la misma cosa justa, después «el arte con el que se discierne qué
es justo» (Summa Theologiæ, II-II, q. 57, a. 1, ad. 1), también pasó «a designar el lugar
en el que se otorga el derecho» (Summa Theologiæ, II-II, q. 57, a. 1, ad. 1), es decir, que
comparece ante el derecho, y por último «a la sentencia que es pronunciada por aquel a
cuyo oficio pertenece a la justicia, incluso a pesar de que lo que se decida sea inicuo»
(Summa Theologiæ, II-II, q. 57, a. 1, ad. 1).

Para Aquino el derecho es lo justo, esto es, cuando un acto termina en una rectitud hacia
la justicia hecha por un agente; podríamos decir que es un arte que discierne lo que es
justo emprendida por un agente y que es emitida/pronunciada en una sentencia. Así esta
reflexión nos ha llevado a decir que el derecho es un arte y que tiene por objeto la justicia,
pero ¿qué es ésta?

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