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Entre los años 1000 y 1500 (Medioevo) existió un desarrollo de las máquinas
herramienta y se comenzaron a dividir en grupos, gracias al desarrollo de la industria de
armamentos, la minería, la agricultura y otras ramas. Esto provocó la aparición de máquinas
herramienta para la elaboración de metales con arranque de virutas y de nuevos utillajes y
accesorios. En 1569 el francés Berson crea el torno de roscar provisto de un tornillo patrón
de madera.
En ese siglo se hacen algunos intentos por primera vez de automatizar algunas máquinas
herramienta como Tornos y Taladradoras-mandrinadoras. También aparecieron las
máquinas precursoras de la automatización que fueron las máquinas textiles (telares)
controladas por tarjetas perforadas creados por el inglés Falcon (1728) y por el francés
Jacquard Loom (1801) que podían realizar distintos tipos de tejidos con solo variar los
programas de fabricación, que se introducían en la Unidad de Control del telar a través de
dichas tarjetas
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Torno copiador (1712) y el Torno de roscar con guitarra de ruedas intercambiables
(1738) del ruso Nartov.
Mandrinadora-Taladradora de Wilkilson (1775) (Por la necesidad de fabricar la
máquina de vapor)
Torno del también inglés Maudslay (1794)
En 1817 fue creada por Richard Roberts en Inglaterra la Cepilladora, y ya en 1818 las
Fresadoras son un grupo establecido definitivamente, y la primera fue inventada en ese año
por Eli Whithney. Hacia la mitad del siglo XIX se contaba ya con la Rectificadora. En
1873 aparecen las Máquinas Automáticas Roscadoras.
A finales del Siglo XIX surgen los Tornos multihusillos, luego se independizan las
máquinas herramienta que poseían ejes centrales aéreos con potentes motores eléctricos
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principales que le transmitían el movimiento a varias máquinas a la vez por poleas y
correas planas y comienzan a poseer sus motores propios, a la vez se van perfeccionando y
mejorando los materiales y el diseño de las herramientas de corte, de las piezas en bruto y
de las propias máquinas herramientas. Los tornos con portaherramientas y las máquinas de
avance automático se utilizaban ampliamente en los países industrializados a finales de ese
siglo.
Posteriormente se obtiene lo que hasta ese momento fue el mejor material de su época, el
Acero Mushet, que estaba compuesto fundamentalmente entre otros por Manganeso y
Tungsteno, este acero aleado alcanzaba a veces el doble de la capacidad de mecanizado de
los aceros para herramientas precedentes. Se alcanzaron velocidades de corte de 10 m/min
y al aumentar la vida útil, aumentó la productividad.
Surge así el Acero Rápido (HSS) como un novedoso material para las nuevas
herramientas de corte y con este se aumenta la capacidad de fabricación que motivó, junto a
otras causas, el desarrollo de la industria mecánica y en especial la industria
automovilística, naval, armamentista y de maquinaria, entre otras.
En la práctica esto significó que una operación de torneado que en el siglo XIX
empleaba 100 min. con una herramienta de Acero de alto contenido de Carbono, a
principios del siglo XX se podía realizar en 26 min. con Acero rápido.
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Ya en el siglo XX con la fabricación en cadena y sus líneas de producción especializadas
aparecen también las máquinas herramienta automáticas y semiautomáticas, este salto en la
automatización daba respuesta de forma satisfactoria a las exigencias del aumento de la
productividad para las producciones en masa y grandes series.
Aproximadamente en 1915 aparece un nuevo material de corte que fue las Aleaciones
fundidas no férreas basadas fundamentalmente en el Cobalto, Cromo, Tungsteno, entre
otros y que dependiendo del fabricante se llamó Stellite, Speedaloy o Tungaloy, la misma
operación de torneado anteriormente mencionada que con una herramienta de Acero rápido
se realizaba en 26 min., con una herramienta de esta aleación tarda 15 min.
Otro de los grandes hitos en el desarrollo de los materiales para las herramientas de corte
y que revolucionó el maquinado, se exhibió en la Muestra de Leipzig, Alemania en 1927
por parte de dicho país por primera vez y fue un producto de pulvimetalurgia, el Carburo
Cementado o Sinterizado, que contenía más del 90% de carburos de gran dureza
(fundamentalmente de Tungsteno adicionándoles Carburos de Tantalio, Titanio y Niobio)
en un material aglomerante (en su mayoría Cobalto). Dentro de los Carburos existen
diferentes tipos y se desarrollaron con nuevos diseños, requiriéndose entonces de máquinas
herramienta lo suficientemente potentes, rígidas y robustas para estar a la altura de las
nuevas herramientas de corte y para ello aparecen nuevas Taladradoras radiales,
Mandrinadoras, Limadoras, Sierras mecánicas, Cepilladoras grandes y Tornos.
Durante la depresión de los años ‘30 las plaquitas de este material fueron consideradas
exóticas y con una vida útil que parecían eternas, por lo que la introducción de este material
fue lenta hasta finales de esa década y no fue hasta la Segunda Guerra Mundial en que se
empleó en gran escala y se generalizó su empleo, al existir también máquinas más potentes
para fabricar armas y medios de transporte para esa contienda bélica.
Paralelamente el desarrollo del Acero rápido no cesó y antes de 1930 apareció el Acero
Super Rápido obtenido añadiendo Cobalto al Acero rápido.
En la década de los años ‘30 las Mandrinadoras sufrieron una rápida evolución logrando
ser más sofisticadas.
El torno copiador fue la máquina herramienta que durante la primera mitad del siglo XX
ofreció una mayor exactitud y precisión, aprovechando que su operación fundamental, el
copiado, bien por levas, plantillas, tarjetas perforadas, etc., se había desarrollado
ampliamente, también se empezó a utilizar en operaciones de fresado.
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Por otro lado el desarrollo de la industria automovilística, exigió en ese período el
desarrollo de las máquinas Brochadoras para diferentes tipos de superficies.
A finales de los años ‘40 y durante los ‘50 creció considerablemente la utilización de
herramientas de corte que empleaban en su parte cortante plaquitas de Carburo Cementado
o de Metal duro, soldadas al cuerpo de las herramientas para tornear y fresar
fundamentalmente, estas eran relativamente caras en comparación con las de Acero rápido,
y su empleo debía ser impulsado especialmente en fábricas donde las máquinas herramienta
eran anticuadas, y si las Compañías querían seguir siendo competitivas tenían que mejorar
la productividad y los tiempos de maquinado y estas herramientas ofrecían eso
precisamente.
En los años ‘50 se desarrolló el empleo de la Cerámica como material de corte (aunque
los ensayos datan de los años ‘30) y en específico del Oxido de Aluminio que no se pudo
emplear satisfactoriamente en esos momentos porque requería de altas velocidades y
condiciones muy estables, a mediados de esa década aparecieron las primeras herramientas
de corte que fijaban mecánicamente a las plaquitas de metal duro de diferentes geometrías,
diseños, tamaños y espesores, ya en 1957 estas plaquitas intercambiables se convertían en
desechables y poseían 8 filos.
Fue verdaderamente en 1949 cuando la Fuerza Aérea de los EEUU, ante la necesidad de
contar con un equipo versátil y preciso para la fabricación de componentes de sus naves
aéreas y específicamente de las hélices para helicópteros, lograron conjuntamente con el
Laboratorio de Servomecanismos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) de
dicho país, por primera vez la integración de una computadora a una máquina herramienta,
dando como resultado la primera Máquina Herramienta con Control Numérico (MHCN),
que fue probada en 1953 en dicho Instituto, los resultados fueron tan espectaculares que
provocaron una revolución en las industrias de fabricación más diversas.
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John Parsons, dueño de la Compañía que también financió dicho Proyecto con las
entidades antes mencionadas, propuso la utilización de las tarjetas perforadas para el
control de dicha máquina herramienta, él fue proclamado el padre de dicha invención y de
lo que han dado en llamar Segunda Revolución Industrial.
El año 1954 se puede considerar como el año de partida a nivel industrial, las primeras
máquinas herramientas con control numérico mostradas públicamente fueron Tornos y ello
ocurrió en la XV Exposición Internacional de la Tecnología de Manufactura, IMTS de 1955
en Chicago. Hasta 1958 el período de desarrollo de estas máquinas fue muy lento y a partir
de ese año comienza el despegue pero con precios muy altos, lográndose posteriormente
con el desarrollo de la industria electrónica, de nuevos materiales y de nuevas tecnologías,
un aumento en la fabricación de las Máquinas Herramientas con Control Numérico debido
a la simplificación de la programación y a la reducción de los costos de producción, lo que
conlleva a que los precios se abaraten y sean más asequibles, además se han ido
perfeccionando y diversificando más su empleo.
La evolución del control numérico que comenzó durante los años ‘50, estaba al principio
basada en la tecnología de las válvulas electrónicas que exigía grandes volúmenes de
espacio para el equipamiento del control. El desarrollo de la electrónica con el transistor
(años ‘60), circuitos impresos (años ‘70) y circuitos integrados (años ‘80), además del
desarrollo de los microprocesadores, han marcado el camino ascendente del Control
Numérico Computarizado (CNC), este sistema de control debe su nombre del inglés
original Computer Numerally Controled, y por mucho tiempo se ha considerado como la
parte más desarrollada de las técnicas de CAD/CAM.
Con la aparición de las Máquinas Herramienta con Control Numérico se le empezó a dar
solución a la automatización en la producción de series pequeñas y medianas e incluso
unitarias de piezas complejas y precisas.
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numérico se desarrolló lo suficiente y se difundió ampliamente entre los diferentes grupos
de máquinas.
El cambio automático de las herramientas de corte era el eslabón que faltaba para la
evolución de las Fresadoras y Mandrinadoras hacia los modernos Centros de Mecanizado
Multifunción con Control Numérico, que surgieron a principio de los ‘60, estas máquinas
herramienta de nuevo tipo cualitativamente superior, son las máquinas que dan solución al
problema de la productividad en producciones unitarias y en pequeñas series, y las
Máquinas de Agregados, también conocidas como "Transfer", que dan solución al problema
de la flexibilidad en las producciones masivas.
En estas máquinas en los últimos años aparte del impetuoso desarrollo experimentado en
el hardware y en el software, también se han desarrollado nuevos diseños de herramientas
de corte y materiales de las mismas.
Durante los años ‘60 aparece el metal duro con base de Titanio llamado comercialmente
de diversas formas según el fabricante y hubo que esperar por su diversificación hasta los
años ’80 y ’90 en que aparecieron máquinas con condiciones más adecuadas. A finales de
los ’80 se establecieron las Normas ISO para las plaquitas intercambiables que para su fácil
selección emplea un código de identificación de 7 dígitos.
Las plaquitas intercambiables de roscar y tronzar aparecen en los años ‘70 y a finales de
esos años y principios de los ‘80 se comenzaron a introducir los materiales super duros de
herramientas como el Nitruro de Boro Cúbico (CBN) y el Diamante Policristalino (PCD)
que tienen un área de aplicación más limitada.
A mediados de los años ’80 aparece un nuevo material que cubre un espacio entre el
Acero rápido y el Metal duro, al combinar la tenacidad de los primeros con la resistencia al
desgaste de los segundos, solo se emplea en herramientas para fresar, comercialmente
recibe el nombre de Coronite (por la firma Sandvik Coromant), paralelo a ello se siguen
desarrollando en esa época y posteriormente diferentes calidades y recubrimientos para los
metales duros.
También unido a las desarrolladas técnicas de la Robótica han aparecido máquinas donde
se aumenta la flexibilidad en la fabricación y el nivel de automatización como son las
Células Flexibles de Producción y en general los Sistemas Avanzados de Producciones
Mecánicas.
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A las máquinas herramienta se les considera la madre de las máquinas y de todas las
herramientas, porque las construyen. Incluso las ideas e invenciones en muchas ocasiones
estaban limitadas porque no había máquina herramienta donde llevarlas a vías de hechos,
hoy este problema está resuelto con las nuevas tendencias de estas máquinas y del control
numérico.
Precisión
Rapidez
Flexibilidad tecnológica
Como se puede ver algunos de estos factores están condicionados por razones externas
(Revoluciones, Guerras, etc.) y otros por razones internas (Desarrollo de las ciencias, entre
otros), de manera que ambas razones no se pueden ver desligadas pues son capaces de
actuar como fuerzas motrices para desarrollar esta esfera científico-técnica.
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