En el siguiente cometario, propongo un análisis centrado en la ruptura del sistema narrativo
y la invención de estrategias nuevas en la película Tres tristes tigres de Raúl Ruiz. Esta destacada producción cinematográfica es considerada el primer largometraje del cineasta y está basada en la adaptación del guion escrito por Alejandro Sieveking. Ruiz, se encarga de transformar los personajes rígidos y frustrados de la obra original, permitiendo un giro en su devenir a través del distanciamiento del estereotipo del conflicto central, como podremos ver a continuación. En primer lugar, la estructura narrativa clásica conlleva un orden y la definición de partes rígidas para la composición de un relato, donde el texto se divide en tres momentos; el planteamiento, el desarrollo y la resolución. Se espera que, mediante la aplicación de dicha fórmula argumental, el texto esté dotado de unidad y coherencia, garantizando una base sólida que permita su progresión. Sin embargo, en Tres tristes tigres es posible identificar el quiebre del paradigma narrativo clásico, ya que no existe un argumento central, cada escena es un mundo diferente que tiene la libertad de extenderse el tiempo necesario, e incluso posee autonomía con respecto a la sucesión de los acontecimientos. Por ejemplo, la escena en que Tito, Amanda y Lucho van de paseo al cerro San Cristóbal parece ser que el único acontecimiento relevante es la elección del almuerzo, bajo la mirada del modelo narrativo clásico, este cuadro carece de valor para la narración, ya que se aleja de la presentación de un conflicto central. Pero Ruiz logra insertar esta escena en el relato mediante el cruce de una visión panorámica del Santiago de los 60´ y la interacción entre los personajes, de dicha manera logra que la yuxtaposición de planos encaje y abre una problemática paralela a lo que ocurre en las otras secuencias. De pronto, la pregunta ¿qué almorzar?, parece cargar un significado poético y trascendente para el espectador, quien descolocado ante la falta de un conflicto dirige su atención hacia los diálogos sobre temáticas triviales e imágenes abiertas de la película. En segundo lugar, me parece que la ruptura del modelo narrativo se ve reemplazada por el método de Montecarlo, un procedimiento no determinista que considera factores como la aleatoriedad y el azar para explicar el mundo. A través de dicho método Raúl Ruiz logra ilustrar la realidad de una manera fantasiosa que busca abordar la cultura de los chilenos de clase baja. En Tres tristes tigres, es posible reconocer cómo la combinación de recursos como la imagen, la palabra y la música, permiten la invención de estrategias nuevas que problematizan en torno a las implicancias de la pobreza; representado en el viaje entre bares y cantinas de la ciudad donde los personajes tratan de ocultar su miseria. En cuanto a la imagen, es posible identificar su prominencia en la grabación, ya que permiten dejar cabos sueltos que se yuxtaponen, por ejemplo, cuando el asistente de Rudy está esmerado en sacar los billetes de la botella, a pesar de que esto no tenga ninguna relación con lo que acontecerá posteriormente, o bien, cuando Tito, en el segundo cuadro, da un regalo a Amanda, el cual está envuelto en papel diario sin revelaros su contenido, estas pistas falsas, enriquecen la grabación, transgrediendo los límites del lenguaje cinematográfico. Además, existen imágenes fuera de campo que nos ayudan a construir lo invisible, por ejemplo, la voz del micrero en la primera escena, que se dirige a Tito y amplía nuestra percepción más allá de los límites que nos permite la cámara. Cabe destacar, que la utilización de un solo lente y una cámara cuerpo que molesta a los actores, permite que el espectador se distancie de la película y tome conciencia de la inverosimilitud del relato, lo que puede interpretarse como un intento de ilustrar la modernidad ysus implicancias en el desarrollo urbano, la diferenciación de clases sociales y la subjetivación del individuo.
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