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Explicitar y discutir la Política Ambiental.

El Gobierno ha planteado su compromiso con el desarrollo sustentable orientado a mejorar la


calidad de vida de los chilenos, buscando el equilibrio entre el crecimiento económico, la
equidad —ambos necesarios para la superación de la pobreza— y la protección del medio
ambiente. Si bien la búsqueda de este equilibrio ha sido una tarea gubernamental desde el año
1990, hasta ahora el Gobierno no ha difundido explícitamente su Política Ambiental. Es objetivo
inmediato de CONAMA dar a conocer esta Política Ambiental a nivel nacional y regional, para su
puesta en común y enriquecimiento con las ideas, proposiciones o comentarios que de ello
resulten. Además esta política deberá expresarse en políticas ambientales regionales y
sectoriales.

La gestión pública en materia ambiental desde 1990 se ha centrado en la puesta en marcha del
marco legislativo e institucional, además de enfrentar los principales problemas ambientales del
país. En esta etapa, corresponde ir más allá de la consolidación del modelo y de los principales
instrumentos de gestión ambiental establecidos por la Ley 19.300. Es necesario profundizar las
acciones emprendidas hasta ahora y tomar posición sobre algunas materias ambientales no
resueltas todavía. Durante los próximos años el Gobierno se compromete a generar las
orientaciones que permitirá al país hacer frente a los problemas identificados como los grandes
temas ambientales que preocupan a la ciudadanía. Abordar estos temas requerirá consultar y
trabajar en conjunto con todos los interesados y afectados por la temática para ampliar los
niveles de consenso sobre los juicios valóricos, soluciones técnicas y posiciones del país. El
compromiso, esfuerzos y creatividad de todos los sectores de la sociedad son esenciales para
abordar estos nuevos temas y hacer una realidad de la sustentabilidad ambiental.

1-.Política Ambiental en Minería. La política ambiental en minería no se ha explicitado en un


documento formal. Esta política debe abordar la complejidad del manejo de los recursos
naturales no renovables, en general, y en particular en el sector minero. Se trata de materias
difícilmente separables de otras preocupaciones nacionales prioritarias en los ámbitos social y
económico, que obligan a pensar necesariamente en el largo plazo, en responsabilidades
intrageneracionales e intergeneracionales. Los elementos de la política ambiental en minería se
enfocarán hacia incentivar el compromiso de la minería con el desarrollo sustentable; fomentar
la actividad minera ambientalmente responsable; no discriminar entre la minería privada y la
estatal; exigir como mínimo el cumplimiento con la normativa ambiental; promocionar la
aplicación de instrumentos de incentivo y de gestión voluntaria; y reconocer las diferencias
entre la pequeña minería y la mediana y gran minería.

IMPACTO AMBIENTAL DE LA ACTIVIDAD MINERA

El año 1997 el Estudio de Impacto Ambiental de Minera Los Pelambres (MLP) es aprobado por
la autoridad. La iniciativa produciría concentrado de cobre fino, y subproductos como el
molibdeno. Los Pelambres es una mina a cielo abierto a 200 km al norte de Santiago de Chile
que produce cobre desde diciembre de 1999. La minera es una de las cinco minas de cobre más
ricas del mundo.
Desde que las operaciones entraron en funcionamiento vecinos y organizaciones ambientales
han acusado a la compañía de distintos eventos de contaminación, uno de estos, derrames en
diversos afluentes de los ríos Choapa y Cuncumén, poniendo en grave riesgo el recurso hídrico
de la zona. Esta situación fue respaldada por la Dirección General de Agua a través de un estudio
que indicó elevación transitoria de los niveles de Sulfatos y Molibdeno.
Alfonso Montenegro, vocero de la Junta de Vigilancia del río Choapa, declaró que una vez más
la calidad de las aguas es de alto riesgo; con esta agua riegan las siembras, sin considerar,
además, que la contaminación podría filtrarse a través de las napas subterráneas. Esto afectaría
también a los camaroneros, actividad que en la zona tiene más de cuarenta años de antigüedad
y es el sustento de numerosas familias de la zona.
La comunidad ha exigido diversas medidas, tales como la constitución de mesas de trabajo con
capacidad resolutiva, cambio del pozo del agua potable rural (APR) de Panguecillo, y reemplazo
total de la red afectada, lavado y reparación de canales de regadío afectados por el derrame,
instalación inmediata del concentraducto hacia la plataforma de El Mauro, monitoreo de la
aguas de consumo humano y de riego.
En abril del 2011 la comisión investigadora de la Cámara de Diputados que indaga la situación
de los depósitos de relaves mineros, solicitará a la empresa antecedentes respecto de las
medidas anticontaminación. A raíz de los diversos eventos de contaminación del agua,
comunidades del valle de Choapa han desarrollado acciones más radicales para manifestar su
descontento en como la empresa opera en el territorio. Esto ha llevado diversas tomas de rutas,
negando la libre circulación de vehículos asociados a Minera Los Pelambres.
En noviembre de 2011, comuneros de distintas localidades del valle de Alto Choapa
intervinieron la pista de aterrizaje del aeródromo Chacay, utilizado principalmente la minera, en
protesta por la indiferencia del Gobierno frente a sus demandas. En julio del 2012, la Agrupación
Ciudadana Ambiental de Salamanca (OCAS), plantea que Minera Los Pelambres, es la causante
de la gran cantidad de polvo y material articulado en suspensión que hoy la gente está
respirando, además de la falta de cumplimiento de los compromiso ambientales en la calidad
del agua, calidad del aire, se suman la destrucción del capital social de las comunidades. Uno de
las medidas que solicitan comunidades y organizaciones ambientalista para minimizar el
impacto en los cursos de agua es que la minera implemente extracción de agua de mar para
llevar a cabo su producción. Sin embargo, representantes de la empresa han declarado que no
cuentan con el permiso por parte de organismos pertinentes para realizar dicha inversión.
Luego de la aprobación de dicho proyecto, la empresa propuso a la autoridad reemplazar los 3
tranques por otro tranque de relave de dimensiones mucho mayores: el proyecto Tranque de
Relaves El Mauro.
Los relaves de la mina Los Pelambres son canalizados sin tratamiento alguno, directamente
desde la faena minera hasta el tranque El Mauro. Estos relaves están compuestos por desechos
mineros que contienen tóxicos como arsénico, estroncio, óxido de silicio, cloro, plomo, óxido de
aluminio y azufre, entre otros. Las aguas que afloran en el fundo El Mauro, cuya fuente fue
bloqueada y cementada por la empresa, pertenecían a los regantes de las tierras ubicadas aguas
abajo, los cuales poseían derechos de aprovechamiento inscritos por el total del caudal del
Estero de Pupío.
Junto al rechazo de la construcción del tranque de relaves por los eventuales impactos
ambientales de los desechos mineros tóxicos, la principal razón del enfrentamiento entre los
habitantes locales y la minera, es el aprovechamientos de las aguas del Estero de Pupío que
abastecían de agua potable al pueblo de Caimanes y eran usadas para riego de las propiedades
agrícolas de la zona; Minera Los Pelambres construyó su tranque de relaves exactamente sobre
las vertientes que dan origen al Estero de Pupío, obstruyendo y aislando las fuentes de agua
superficiales mediante la inyección de concreto y otras sustancias, que destruyeron la fuente.
El agua potable del pueblo de Caimanes tiene una historia de participación y organización. Fue
gestionada por la comunidad a través del Consejo de Administración de Agua Potable Rural de
Caimanes. Dicho Consejo se constituyó en 1970, una vez que se construyeron los estanques, las
redes y conexiones de agua potable para las casas del pueblo. El Consejo es elegido
democráticamente por la comunidad, para garantizar el acceso equitativo y la disponibilidad de
agua potable para toda la población del pueblo. La construcción del tranque de relaves El Mauro,
por la minera del grupo Luksic, pasó a llevar los derechos de agua del pueblo de Caimanes. Por
ello la comunidad se organizó y mantuvo una batalla legal por años, debido a la usurpación
cometida por la minera, y el desconocimiento de sus derechos de agua, por parte de la Dirección
General de Aguas; institución que favoreció a la empresa por sobre el bien de la comunidad, a
pesar de que ésta tenía constituidos legalmente sus derechos de agua.
El valle de Pupío es una zona de escasa precipitación y sufre frecuentes y prolongadas sequías.
Por esta razón, dicha área ha estado en vías de ser declarada como zona «agotada» en sus
recursos hídricos, por la Dirección General de Aguas.
Durante los escasos años lluviosos, en la cabecera y parte alta del valle, se genera una recarga
natural de los acuíferos subterráneos, que sustentan a toda la población de Caimanes y de todo
el valle, incluida la ciudad de Los Vilos.
A pesar de ello, el 30 de noviembre de 2005, la DGA autorizó, mediante la Resolución No 1791/
2005, la construcción del tranque de relaves en el Mauro, sin acoger ninguna de las
observaciones efectuadas por los agricultores y la comunidad local al proyecto.
El 3 de noviembre del 2006, la Corte de Apelaciones de Santiago, aplicando el artículo 137 del
Código de Aguas, acogió la reclamación interpuesta por la Fiscalía de Medio Ambiente (FIMA)
en representación de los afectados, y dejó sin efecto la Resolución de la DGA 1791/2005, y
acogiendo las objeciones planteadas al proyecto de construcción del tranque “El Mauro“, negó
la autorización solicitada por Minera los Pelambres Ltda. Por afectar los derechos de
aprovechamiento de agua de los reclamantes.
A pesar del dictamen de la Corte, a inicios del año 2007, Minera Los Pelambres anunció que la
construcción del tranque concluiría a finales de ese mismo año.
El conflicto por el agua, entre los habitantes del valle de Pupío y Minera los Pelambres evidencia
integralmente el modus operandi de imponer hechos consumados de inversionistas que, a pesar
de estar en conocimiento de que no tienen posesión real de derechos de aprovechamiento de
aguas necesarios para llevar a cabo sus proyectos, continúan las faenas de construcción; en este
caso el tranque de relaves El Mauro. Lo anterior aun cuando la comunidad le advirtió de esta
situación antes de que la empresa presentara su iniciativa a tramitación ambiental en la
COREMA de Coquimbo.
Además, los regantes quedaron al arbitrio de las decisiones que pueda tomar Minera Los
Pelambres, sin que sea posible garantizar que el tranque y las aguas que lo contendrán serán
manejados por los usuarios y con pleno respeto a los derechos constituidos, cambiando la
calidad de derecho real (como es el aprovechamiento de aguas), para transformarlo
simplemente en un derecho eventual, cuyo ejercicio dependerá de la voluntad de quien maneje
el embalse de cola, por cuenta de Minera Los Pelambres.
Todos los impactos anteriormente descritos del tranque de relaves el Mauro de la empresa
Minera Los Pelambres; pero principalmente la usurpación de derechos de agua y la destrucción
de la fuente natural que abastecía al pueblo de Caimanes, constituyeron el centro de la
confrontación entre esta empresa del Grupo Luksic y la comunidad local, constituida por
agricultores y campesinos del valle de Pupio y pobladores del pueblo de Caimanes. Entre estos
actores cabe destacar la Junta de Vecinos de Caimanes; Junta de Vecinos del Pupío; el Comité
de Defensa del Valle de Pupío; el Comité de Agua Potable Rural de Caimanes, y otras
organizaciones sociales regionales y nacionales, entre ellas, la Fiscalía del Medio Ambiente en la
estrategia legal; el Instituto de Ecología Política en el apoyo a acciones y comunicaciones; el
Programa Chile Sustentable apoyando el proceso de participación, reclamación y formación; la
Federación de Asociaciones de Agua Potable Rural en las denuncias y difusión, y la Sociedad
Nacional de Agricultura en la difusión del problema de la usurpación de aguas y la confrontación
con el Consejo Minero, asociación gremial de las grandes empresas trasnacionales mineras, a la
que pertenece Anofagasta Mineras, brazo minero del Grupo Luksic.
Otro impacto directo de la presencia de la minera en el valle de Pupío, es el brusco aumento de
la población flotante en Caimanes, pues el tranque de relaves generó trabajo para personas que
no eran de la zona. Por esa razón, el pueblo debió aceptar la construcción de proyectos
habitacionales para las nuevas familias residentes y proveerlas de todos los servicios públicos
de agua, salud, educación, etc., tanto en Caimanes, como en otros centros urbanos menores.

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