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CATÁLOGO
área de edición y producciones audiovisuales del cba
César Rendueles
FUNDAÇA~O EDP Carolina del Olmo
Elena Iglesias Serna
CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN Eva Sala
presidente Paula Santamariña
Francisco de La Fuente Sánchez
diseño gráfico
administrador-delegado Estudio Joaquín Gallego
José Luís Santos Pires
coordinación
Anabela Sousa
GABINETE DE ARTES Y CULTURA João Pinharanda
dirección
asesoría científica
José Manuel dos Santos
António Martins Soares
coordinación y producción
Anabela Sousa traducción
Perfecto Cuadrado Fernández, Juan Carlos Reche Cala,
programación Luis Enrique Parés Velasco
João Pinharanda
fotografías de las obras en exposición
asistente de producción Alberto Mayer • pp.34, 36, 37, 42, 44, 45, 48, 49, 52, 53, 56, 57, 59,
Deolinda Ferreira 60 a 62, 64, 89 a 91, 93 a 97, 99, 100, 103 a 105, 107, 108, 111 a 113,
131, 134, 136, 147 a 149, 150 a 153, 156 a 161, 197, 199, 200 a 206, 208
a 214, 216 a 220 a 223, 225 a 230, 232 a 236 (Fundação EDP);
Carlos Monteiro • p . 38 (Cortesia Instituto Português dos
Museus); Eduardo Tomé • pp.6, 114, 164, 240, 260, 278, 286
(Espólio Mário Cesariny - Fundação Cupertino de
Miranda); Guilherme Carmelo • pp.39, 47, 50, 51, 58, 63, 65 a
68, 77, 83, 92, 98, 102, 135, 141, 142 a 146, 154, 224, 237 (Cortesia
Con la colaboración Fundação Cupertino de Miranda); João Cutileiro • p.268
de la Embajada de Portugal (Cortesia Assírio & Alvim); Jorge Coelho • p.231 (Cortesia
do Coleccionador); José Manuel Costa Alves • pp.33, 35, 106,
132, 198, 207 (Cortesia Fundação Calouste Gulbenkian);
José Pessoa • pp.46, 109, 110 (Cortesia Instituto Português
dos Museus); Luís Ferreira Alves • p.155 (Cortesia Museu
Municipal Amadeo de Souza-Cardoso); Roberto
Santandreu • p.43 (Cortesia do Coleccionador); Rui
Gonçalves Moreno • p.101 (Cortesia Antiks Design);
Arquivo histórico de Mário Cesariny • pp.269 a 274
(Cortesia Assírio & Alvim)
impresión
Brizzolis
ISBN: 84-86418-75-5
Dep. Legal: M-33715-2006
Mário Cesariny
Navío de espejos
Cuando el pintor
es un caso aparte
o las viejas
1
aún estaban allí
João Lima Pinharanda
1 Traducción de Juan Carlos Reche. Quando o pintor é um caso à parte ou as velhas ainda lá estavam es el título de una
pintura, fechada en 1970, réplica de otra desaparecida, realizada en 1943, en el contexto de las actividades juveniles
del Café Herminius, del que Mário Cesariny formaba parte.
2 Alexandra Lucas Coelho, «Grande Prémio EDP Mário Cesariny: “Se não pintasse rebentava”», Diário Público, Lisboa,
10 de diciembre de 2002.
3 Ibíd.
8 JOÃO LIMA PINHARANDA
de sus cualidades a su debido tiempo –un problema que se prolonga hasta hoy–, se
trata de promover la consideración simultánea de Cesariny como artista y escritor.
La ruptura inaugural
En efecto, Mário Cesariny desencadenó una ruptura con la ortodoxia figurativa que
Breton estableció para la representación plástica. Para entender el engranaje de la obra
de Cesariny en el movimiento surrealista internacional, es preciso recordar que está
marcada por muchas de las peculiaridades del «caso portugués» y, de hecho, ilustra una
dimensión estructural de la cultura plástica portuguesa. Así, esta ruptura no surge de un
sustrato teórico cimentado, no tiene antecedentes internos, carece de raíces. Cesariny la
propone sin tener información pormenorizada de la situación internacional, sin haber
pasado por la criba de la intensa reflexión dadaísta, surrealista o existencialista que se
produjo en Francia y en Alemania entre las décadas de 1920 y 1940.
Cesariny asume una postura hostil o indiferente ante la dominante figura-
tiva del surrealismo, cuya defensa en Portugal asumió António Pedro y a la que más
adelante Breton renunció. Estimulado por las exposiciones que vio durante su primer
4
viaje a París, en el verano de 1947 , Cesariny propone un conjunto de experiencias
plásticas absolutamente inéditas a nivel nacional y que cabe interpretar por medio del
5
concepto de lo informe tal y como fue definido por Bataille , por mucho que Cesariny
6
trabajase sin conocer esta formulación .
Las obras que mayoritariamente realiza Cesariny entre 1946 y 1950 preceden
7
al conjunto de experiencias abstractas nacionales y anteceden o coinciden con rupturas
semejantes del arte francés, cuyos protagonistas estaban relacionados con expresiones
marginales del medio ambiente surrealista. La demolición de la representación figurativa
4 Luís de Moura Sobral, María Jesús Ávila y Adelaide Tchen, sucesivamente (véase infra Bibliografía) hacen referencia a
la importancia que tuvo para Mário Cesariny este viaje, que le permitió conocer las experiencias surrealistas encuadra-
das en la exposición organizada en 1947 por Breton y Duchamp Le Surréalisme. También Cándido Costa Pinto, Moniz
Pereira, António Pedro o Dacosta pasan por la ciudad y mantienen contactos con el grupo de Breton. Pero, además, en
París había otras exposiciones con propuestas cercanas a la corriente bretoniana: la participación de Wols en el Salon
des Realités Nouvelles, la colectiva L’Imaginaire (organizada por Mathieu en la Galerie du Luxembourg, con Wols,
Bryen, Mathieu, Hartung), o la primera individual de Wols (en la galería Drouin, con prefacio de Henri-Pierre Roché).
5 Tal como (no-)definido por Bataille en su cortísimo artículo «Informe» en Documents, París, diciembre de 1929,
n. 7, p. 382 y cuyas interpretaciones más interesantes surgen de la polémica entre Georges Didi-Huberman (prin-
cipalmente Ninfa Moderna: essai sur le drapé tombé, París, Gallimard, 2002) e Yve-Alain Bois y Rosalind Krauss
(Formless: a user’s guide, Nueva York, Zone Books, 1977) y también en Krauss en «Fotografía y Surrealismo» y
«Corpus Delicti» en Lo fotográfico. Por una teoría de los desplazamientos, Barcelona, Gustavo Gili, 2002.
6 En el prefacio a la obra citada, Yve-Alain Bois y Rosalind Krauss refieren casos que podemos asimilar al de Cesariny.
Ciertos artistas como Giacometti, Fontana, Pollock, Warhol, Robert Morris o Ed Ruscha, tenían un entendimiento
nulo, incompleto o tardío de lo informe batailleano, pero ciertos periodos o ciertas obras de esos artistas sólo podían
interpretarse a través de ese concepto. Rosalind Krauss, en «Fotografía y surrealismo», loc. cit., también considera
necesario movilizar el concepto de lo informe para interpretar la fotografía surrealista.
7 Un primer ejemplo (Cândido Costa Pinto, Início) de esa experimentación abstracta no geométrica y de matriz surreal
se remonta a 1945. Sin embargo, su concepción plástica está lejos de las soluciones del automatismo y azar que nos
interesa considerar aquí. En Vespeira (Movimentação Abortada, después de 1947) podemos encontrar zonas de expe-
rimentación que interesan a nuestra interpretación pero, después, su obra se desarrolla en figuraciones fantásticas
y sólo en 1950 (Óleo 66) se aleja de nuevo y momentáneamente de la figuración filiforme. Dacosta (Cuidado com os
filhos, 1949) aparece ligado a una solución de control de las materias y las formas que lo alejan también de lo que aquí
buscamos. Sólo Fernando de Azevedo y Fernando Lemos proponen, respectivamente, trabajos de sentido abstracto e
informal en obras como Diagonal, 1948 o en la serie Berlengas, de 1949.
CUANDO EL PINTOR ES UN CASO APARTE O LAS VIEJAS AÚN ESTABAN ALLÍ 9
8 A propósito de las tertulias de alumnos de la Escuela António Arroio, en Lisboa, en el Café Herminius, a partir de
1942, se habla habitual y abusivamente de dadaísmo, mayormente en las memorias que los protagonistas (véase
Mário Cesariny o Marcelino Vespeira, respectivamente, en A Intervenção Surrealista, Lisboa, Assírio & Alvim, 1997 y
en la entrevista de Manuela Cruz, Corpo-desejo-corpo en la obra del pintor surrealista Marcelino Vespeira [tesis doctoral],
Lisboa, ISPA, 1999 citados por María Jesús Ávila, «Surrealismo nas artes plásticas em Portugal 1934-1952» en
Surrealismo em Portugal, véase infra Bibliografía) producen sobre esos tiempos. Esa creencia es ponderadamente
rebatida por María Jesús Ávila, op. cit., p. 55.
9 Poemas escritos a partir de 1945-1946, como los recogidos en Nobilissima Visão, aunque sólo publicados mucho más
tarde (1959), contienen ya los datos de su ruptura con el neorrealismo estético y político.
10 Estas prácticas son precedidas de otra, la del collage. En el contexto internacional, General De Gaulle…, de 1947
(p. 63), se acepta como un primer ejemplo de collage surrealista cuya osadía no deriva sólo de la técnica empleada, sino
del modo en que Cesariny trata un tema tan sensible políticamente.
10 JOÃO LIMA PINHARANDA
tensión entre figuración y abstracción remite a una vertiente del art brut, cuyas raíces
11
podemos asociar también, al menos en parte, a la abyección y a lo informe batailleanos .
Al margen de un conjunto de trabajos, precoces y acotados en el tiempo (pp. 40, 41, 42,
45 y 48), donde lo informe encuentra una de sus primeras y más interesantes expresio-
nes occidentales, en la obra de Cesariny la materia visual abstracta y abstractizante de la
que se sirve debe ser mayormente entendida como parte de una operación de metamor-
fosis y metáfora.
Es en esa operación donde aparece el lirismo, entendido como un concepto
que supera los límites de la poesía para extenderse a toda forma de expresión. En el
lirismo las imágenes buscan revelar un afecto subjetivo, el mundo se interpreta por
medio de una resonancia interior a la que Baudelaire atribuyó la capacidad de hacer pre-
sente un movimiento ascendente del alma, una aureola «de luz o de sombra, de alegría,
12
de entusiasmo, de melancolía o desesperación» que transfigura todas las cosas.
Desde la década de 1940 a la actualidad, por encima del magma de las mate-
rias y las texturas, de la estridencia de los colores o de su ausencia, el lirismo recorre las
sucesivas etapas de la obra de Cesariny: es un auténtico estado del alma que se objetiva en
obras diversas que se presentan como modelos de individualidad o de fragmentación, de
imposición del autor o de interrogación existencial, como matrices o como sus dobles y
glosas, como unidades o pluralidades. Aplicadas a la representación de un paisaje, de un
cuerpo, de un espacio (in)determinado, de una escena falsamente narrativa o de todo ello
a la vez, las estrategias líricas de Cesariny proponen intensos tránsitos (que se esclarecen
mutuamente) entre la palabra literaria (suya o ajena) o su evocación y la visualidad.
Ampliación y fusión
15 O Grupo Surrealista de Lisboa (António Pedro, Mário Cesariny, José-Augusto França, Marcelino Vespeira, Fernando
de Azevedo, João Moniz Pereira, António Domingues y Alexandre O’Neill) fundado en octubre de 1947 estuvo activo
hasta 1949, fecha de una exposición conjunta, a pesar de que Cesariny y otros lo abandonaron ya en 1948. El grupo Os
Surrealistas (Mário Cesariny, António Maria Lisboa, Carlos Eurico da Costa, Cruzeiro Seixas, Fernando Alves dos
Santos, Fernando José Francisco, Henrique Risques Pereira, Pedro Oom) tiene actividad más o menos cohesionada
entre 1949 y 1951 con exposiciones, de escasa repercusión, en 1949 y 1950. En ambos grupos las acciones conjuntas
se diluían en acciones individuales o de pequeños grupos. En 1952, en la Casa Jalco en Lisboa, Lemos, Azevedo y
Vespeira se reúnen otra vez para una última exposición conjunta de gran impacto y extensa bibliografía contemporá-
nea e historiográfica (véase infra Bibliografía, op. cit. de Ávila, França y Tchen).
16 Cf. los ensayos citados de Bernardo Pinto de Almeida y de María Jesús Ávila y Perfecto E. Cuadrado.
12 JOÃO LIMA PINHARANDA
17 Desapariciones que se deben a factores diversos: emigración y/o desistencia temporal y/o desvío a actividades dis-
tintas, notablemente en el caso de Fernando de Lemos, António Dacosta y Alexandre O´Neill, autores de experiencias
más próximas a la lectura que aquí seguimos.
18 El ejemplo más significativo de esta nueva generación, incluso por las prolongadas relaciones que establece con
Cesariny y Vieira da Silva en esa década y en la siguiente, es el de Manuel D´Assumpção. Pero también están los casos
de Jorge de Oliveira, Menez, de los primeros trabajos de los futuros integrantes del Grupo KWY o el de la evolución
de António Real.
CUANDO EL PINTOR ES UN CASO APARTE O LAS VIEJAS AÚN ESTABAN ALLÍ 13
toriográfica no ha recogido esta contribución. ¿Por qué? ¿Por qué razón se reconoce
habitualmente la excelencia del Cesariny-escritor pero no la del Cesariny-pintor? Las
respuestas a estas cuestiones tienen un doble cariz: sociológico e histórico. Las primeras
tienen que ver con la dominante literaria de los discursos culturales portugueses, y las
segundas con la irremediable disensión surgida en el seno de los grupos que se reivin-
dica(ro)n en el campo surrealista en Portugal y en los condicionantes de la propia pro-
ducción historiográfica portuguesa.
Los episodios específicos de la historia del surrealismo portugués, las carac-
terísticas de la cultura portuguesa y, en general, la sociología de nuestra cultura son res-
ponsables de una quiebra que ha dejado sin criterios universales de valoración la
aportación plástica de Cesariny (entre otros muchos que históricamente tuvieron revi-
siones tardías o que aún las esperan). Los juicios críticos especializados revelan una falta
de atención a su producción plástica que, a menudo, nace de prejuicios ajenos a las cua-
lidades de su obra: derivan de la adhesión o no de sus autores al surrealismo, de su adhe-
sión o no a la facción de la que Cesariny formó parte en las polémicas de los años
cuarenta, de su adhesión o no a la controvertida personalidad pública que construyó y
administra desde entonces.
En general, a pesar de compartir y celebrar las cualidades literarias del
Cesariny-poeta, el juicio histórico dominante, tanto desde el lado de la literatura como
desde el de las artes, entiende como faits-divers el hecho de que también sea pintor. A lo
sumo, se considera a Cesariny uno más de los muchos escritores que pintan como com-
plemento de sus obras literarias pero cuya obra gráfica rara vez merece atención por
méritos propios. Sin embargo, Mário Cesariny resulta incomprensible si no se toman en
consideración conjuntamente los dos universos, palabra e imagen, en los que, desde
siempre, simultánea y no sucesivamente, trabaja.
Su importancia como escritor ni siquiera ha sido negada por los que, en los
meandros de las polémicas estéticas o personales del surrealismo, combatieron contra
19
él . Y la crítica literaria, a pesar de las divergencias internas en el vasto corpus crítico del
último medio siglo, se muestra unánime por lo que toca al lugar que ocupa Cesariny en la
literatura portuguesa. Esa opinión se refleja en la del público. De hecho, su imagen
pública como practicante (y divulgador) del surrealismo acompaña esta consagración
literaria y se engrandece a través de la formación de una mitografía que le garantiza un
20
estatus de personalidad pública , con intervenciones cada vez menos frecuentes pero
21
siempre polémicas, exuberantes y desconcertantes . Esta situación contrasta con su
posición en el campo de la historiografía, la crítica y el público de las artes plásticas: el
hecho de haber criticado la ortodoxia formal del surrealismo y atacado con virulencia a
19 Véase al respecto, por ejemplo, Luiz Pacheco, «Cesariny ou o Picto-Abjeccionismo» en Pacheco vs Cesariny, Lisboa,
ed. Estampa, 1974.
20 La recepción pública y crítica (recibió el premio al Mejor Documental Portugués en la edición del festival DocLisboa
2004) dispensada al reciente film de Miguel Mendes, Autografia (Portugal, 2003), es un buen ejemplo del eco que la
obra y figura de Cesariny alcanzan.
21 En los años del PREC Cesariny, con las colaboraciones en el Jornal Novo, O Tempo o O Diabo, reavivó enemistades de
los tiempos de enfrentamiento con el neorrealismo. Recientemente, su intervención cívica más clara se ha produ-
cido con motivo de su oposición a la construcción del embalse de Foz Côa (1995), con su protesta ante la colocación
de una estatua suya en el parque de los poetas, en Oeiras (2000), o en la oposición a la itinerancia portuguesa de sus
obras en la exposición Surrealismo em Portugal 1934-1952, MEIAC, Museo do Chiado, Fundação Cupertino de
Miranda, Lisboa, 2001.
14 JOÃO LIMA PINHARANDA
sus pares, así como el modo en que ha trasladado a su vida y manifestado en ella el radi-
calismo de sus intervenciones artísticas (verbales o plásticas) propició rechazos inme-
diatos y continuados y un interminable número de intensas y personalizadas polémicas
22
que se reflejaron en su imagen como pintor .
En la historiografía nacional, Cesariny ocupa el lugar reservado a la mayor
parte de los creadores portugueses no extranjerizados: incluso los más decisivos estética
y cronológicamente (de Amadeo a Lanhas) son objeto de ignorancia, desinterés o aten-
ción periférica. No obstante, el hecho de integrar un movimiento universal, con intensa
vida colectiva, densa iconografía y hagiografía propias, facilita su inclusión y la de sus
23
nuevas técnicas en algunas publicaciones .
Internamente, las razones de rechazo enunciadas arriba se han justificado
con argumentos objetivos: el hecho de pertenecer a un grupo inestable y breve (Os
Surrealistas) que, tras la marcha de Cruzeiro Seixas y la partida o abandono de muchos
24
otros, perdió su dominante plástica ; el hecho de que, en los años iniciales, expusiera
25
poco y casi sin eco ... Al no recaer el mismo silencio sobre sus libros y artículos, la inter-
pretación de su posición como la de un autor eminentemente literario quedó reforzada.
La prueba de la fragilidad de la crítica de arte en Portugal (reflejo, a su vez,
de la fragilidad de los públicos y los mercados) comparada con la vitalidad de la crítica
y la historia literaria, está en la falta de pluralidad de autorías y opiniones. Cuando esa
pluralidad surgió, en la década de 1980, fue incapaz de alterar la ideología establecida.
El dominio normativo que José-Augusto França ejerció durante décadas sobre la inter-
pretación crítica e histórica del arte portugués de los siglos xix y xx, su capacidad para
establecer los cánones de valoración histórica y de apreciación estética determinó el
26
destino de Cesariny .
França se mostró siempre indiferente, no con las cualidades plásticas aisla-
das de Cesariny, que celebra, sino con su valor intrínseco, tanto por lo que toca a su uni-
27
verso creativo (que entiende en términos eminentemente literarios ), como a su papel
en la escena artística internacional. De modo notorio, França no toma en consideración
obras de Cesariny que hoy sabemos que resultaron determinantes tanto en su periplo
personal como en la historia del surrealismo nacional e internacional. Al anclar a
Cesariny a la literatura, França no analizó su actividad plástica posterior a 1952, fecha en
28
la que da por terminada la actividad colectiva del surrealismo . Así, no acompaña críti-
22 Sus polémicas abarcaron varios campos de intervención –destacan las relacionadas con la literatura y el surrealismo–
que no hemos analizado aquí. Para más detalles sobre hechos y cronología véase la bibliografía, en especial, las obras
de Adelaida Tchen y María Jesús Ávila o las obras citadas de Luiz Pacheco y Mário Cesariny.
23 Véase, por ejemplo, Edouard Jaguer, «Aquamoto», Dictionnaire General du Surrealisme et de ses Environs, París, Office
su livre, 1982.
24 Cruzeiro Seixas entra en la marina mercante y, después, se instala en Angola hasta el comienzo de la Guerra Colonial,
donde desarrolla una notable actividad creativa propia y acción cívica y cultural; Mário Henrique Leiria se instaló
durante algún tiempo en Brasil; Carlos Eurico da Costa, Enrique Risques Pereira, João Artur da Silva, Fernando José
Francisco, cortan temporalmente con el surrealismo y/o regresan a la acción política y/o abandonan definitivamente
la intervención plástica y literaria.
25 Véase el apartado Exposiciones Individuales y Colectivas de la Biografía.
26 Nunca se ha cuestionado realmente la matriz dominante establecida por la acción crítica, historiográfica, pedagógica e
institucional de José Augusto-França, precisamente a partir del final de los años cuarenta, aunque sólo sistematizada en
los años setenta en su obra mayor (História da Arte em Portugal no sec. xx, Lisboa, Bertrand, 1974), tal vez por falta de una
investigación que mantenga una interpretación alternativa, seguramente por falta de interés universitario y editorial.
27 José-Augusto França, op. cit., nota 199 al capítulo «Os anos 40 e 50».
28 Coincidiendo con la exposición de la Casa Jalco mencionada en la nota 15.
CUANDO EL PINTOR ES UN CASO APARTE O LAS VIEJAS AÚN ESTABAN ALLÍ 15
camente su obra en las largas décadas de 1950 y 1960 y considera su regreso al candelero
29
(en 1969) como un efecto de mercado sin valor estético .
Es Rui Mário Gonçalves el primero que, partiendo y manteniéndose siem-
pre muy próximo a la matriz interpretativa de José-Augusto França, difiere en la consi-
deración del lugar histórico de Cesariny. Le atribuye un lugar clave en una comprensión
amplia del surrealismo, en la génesis de la abstracción no geométrica y en el estímulo
de la actividad individual de muchos artistas nuevos de los años cincuenta y sesenta
30
(principalmente Eurico Gonçalves, António Areal o Álvaro Lapa) . Después de él, ade-
31
más de las opiniones de Alexandre Melo o de su interpretación como productor de
una intervención «transversal o abarcadora a poéticas expresionistas, líricas [...] y
32 33
neofigurativas» puede decirse que correspondió a Bernardo Pinto de Almeida la
más prolongada afirmación de la esencialidad de Cesariny (a la vez que Dacosta) en
la lectura del surrealismo portugués desde una interpretación alternativa.
Todas parecen opiniones sensibles e históricamente correctas, pero poco
sustentadas documentalmente. No se puede decir lo mismo del fundamental estudio de
34
María Jesús Ávila , que recoge todas las pistas documentales necesarias para la revisión
del papel de Cesariny en el contexto nacional. Con todo, ni siquiera esta obra propone
una ilación histórico-crítica que, a partir de ese material, permita superar la interpreta-
ción canónica de la historia del surrealismo plástico portugués.
Genealogías y afinidades
Mário Cesariny siente la necesidad de trazar para sí y para su sensibilidad como autor
surrealista una genealogía y una hermandad de nombres y obras de referencia en la que
se funden la realidad histórica y una realidad imaginada, deseada y sentida.
Para Cesariny, se trata de ser interpretado en la continuidad de una línea de
35
creatividad nacional muy profunda, premoderna o anclada en los sucesores del roman-
ticismo europeo; de recusar el racionalismo en el campo literario, filosófico y pictórico. La
definición de sus afinidades electivas fue precoz: Cesariny se separa premonitoriamente
36
temprano de la dominante pessoana (o acepta, principalmente, la vertiente ocultista)
37 Cesariny conoce personalmente a Vieira da Silva y Arpad Szenes en 1952. En 1964 es becario de la Fundación
Gulbenkian con la intención de realizar un estudio sobre la obra de ambos, obra que sólo llegaría a ser publicada en
Lisboa en 1984 (Vieira da Silva, Arpad Szenes ou o Castelo Surrealista, Assírio & Alvim, 1984).
38 Reflexiones dispersas por la masa de información y recuerdos que constituyen la obra antes citada y otras, como
Intervenção Surrealista, 1966, As Mãos na Água a Cabeça no Mar, 1972 o Primavera Autónoma das Estradas, 1980.
39 «Son surrealistas en pintura (actualmente): Eduardo Luis, Malangatana Valente, Lourdes Castro, René Bertholo,
Raul Perez, Gonçalo Duarte, Cruzeiro Seixas, Mário Cesariny, Eurico Gonçalves, Leonor Praça, Lima de Freitas, José
Escada, Martim Avillez. Fueron pintores surrealistas: Vieira da Silva, Antonio Dacosta, António Pedro, Fernando
de Azevedo, João Moniz Pereira, Vespeira, António Domingues, Mário Cesariny, Cruzeiro Seixas, Fernando José
Francisco, Mário Henrique Leiria, António Paulo Tomaz, Caros Calvet, Manuel d´Assumpção, João Rodrigues, Dante
Júlio, Francisco Aranda y Jorge Oliveira. Hicieron acto de total adhesión al surrealismo: António Maria Lisboa, Mário
Cesariny, Cruzeiro Seixas, Mário Enrique Leiria, João Rodrigues, Ernesto Sampaio y António José Forte. Son surrea-
listas en la poesía (escrita): Irene Lisboa, João Pedro Grabato Dias, António Osório, Raul de Carvalho, Natália
Correia, Luisa Neto Jorge, Ana Hatherly, António Barahona da Fonseca, António José Forte y João Rodrigues. Son
precursores del surrealismo portugués: Guerra Junqueiro, Gomes Leal, Camilo Pessanha, Florbela Espanca, Teixeira
de Pascoaes, Mário de Sá-Carneiro, Fernando Pessoa, Edmundo de Bettencourt, Adolfo Casais Monteiro, poetas,
Amadeo de Souza Cardoso; Santa-Ritta, pintores.» Texto publicado por W. D., «Mário Cesariny expõe hoje na S.
Mamede», Diário de Lisboa, 15 de febrero de 1973. A continuación le hará a Rui Mario Gonçalves una observación
referente al olvido involuntario de O´Neill en su lista.
CUANDO EL PINTOR ES UN CASO APARTE O LAS VIEJAS AÚN ESTABAN ALLÍ 17
ambos apenas cierta mitificación literaria, así como sus motivos expresionistas y líricos.
Sin embargo, los modelos dominantes de interpretación del contexto cultural nacional
no explicitan la operatividad de estas sensibilidades. Curiosamente, la comprensión de
la propia obra en el encadenamiento de una originalidad cultural portuguesa tiene sus
raíces en una tradición nacional romántico-simbolista más norteña que lisboeta. Es la
única que parece capaz de establecer una complicidad genésica, mágica y telúrica con el
surrealismo que el racionalismo pessoano no permitiría.
No estaría de más recordar el origen de la familia materna. El padre es orfe-
bre y natural de Vila do Conde, lugar donde Cesariny pasó largos veranos hasta la edad
adulta. Esta circunstancia pudo facilitar su especial e inédito interés (en términos de
cultura lisboeta) por la producción literaria y poética de Pascoaes, a quién llegó a cono-
cer (1950) y mitificar.
Del mismo modo, es curioso reparar en la identidad de su «serie» temática
y formal más prolongada, las Linhas de Água con las marinas simbolistas de António
Carneiro de los primeros años del siglo xx. La relación con las marinas de Arpad Szenes
es, sin duda, la referencia más cercana, pero aunque hay coincidencia de tema y dispo-
sición (largos rectángulos panorámicos abajo, o sugerencias de ventanas, encima),
Cesariny nunca recurre a los valores atmosféricos y a los tonos delicados característicos
de las pinturas del marido de Vieira da Silva.
La línea vertical surge en la pintura de Cesariny en un raro y largo rectángulo
en alto, casi como límite contradictorio (a la rememoración de Arpad, a la línea horizontal
y, al final, a la muerte). Acabada en un arabesco (coup de fuet) que sugiere una simbología
animal, esa línea, trazada sobre un fondo claro, se presenta como un hierro forjado pro-
yectado hacia el túmulo de Vieira da Silva en el mismo día de su muerte, en 1992.
El acercamiento juvenil de Cesariny a las letras y las artes proviene de diferen-
tes vías. A través de su madre, española y profesora de idiomas, aprendió castellano y fran-
cés, lo que le abriría las puertas de dos literaturas, además de piano y música, que sus
hermanas estudiaban y que él, en contra del deseo de su padre, también aprendió de Lopes
Graça. Por voluntad de su padre ingresó en el curso de cincelado de la Escuela António
Arroio donde, tras las clases en el taller, aprendió las disciplinas tradicionales de dibujo y
pintura. De hecho, llegó a matricularse en el curso de acceso a la Escuela de Bellas Artes de
Lisboa, como pretexto para huir del destino profesional que el padre le había reservado.
40
Así, y frente a lo que se dice en muchas ocasiones, Cesariny no es del todo un autodidacta .
La figura de Cesariny es la del mago exhibicionista que con vanidad afirma
su camino y se permite delimitarlo, escogiendo o rechazando antepasados y compañe-
ros (nunca entendió el surrealismo como una forma definible o una regla estilística a
respetar); mantuvo la utopía de un principio de desobediencia permanente, de revolu-
ción interior siempre deseada. En el contexto individualista y desestructurado de los
surrealistas portugueses, el protagonismo cesariniano, sus polémicas, su longevidad, la
excelencia de su poesía lo conducen a un lugar encumbrado y profético del que no
abusa, pero tampoco reniega. Es significativo que Cesariny, pese a que nunca encomia
la figura de Almada Negreiros, tampoco polemiza con él estética o políticamente y res-
40 Ver França, op. cit., p. 338 o Tchen, «Mário Cesariny», Centro de Arte Moderna José de Azeredo Perdigão. Roteiro da
Colecção, p. 60.
18 JOÃO LIMA PINHARANDA
peta su figura. Se podría sugerir que, al igual que él, desea asumir en momentos clave
de nuestra vida colectiva la voz de una conciencia individualista contra el conformismo,
la estupidez y la crisis.
Dar a ver
41 «Las imágenes auditivas ceden ante las imágenes visuales» o «El ojo existe en estado salvaje. Las Maravillas de la
tierra […] sólo tienen como testigo el ojo alucinado [….]» citado por Rosalind Krauss, en «Fotografía y surrea-
lismo», op. cit., p. 110.
42 Rui Mário Gonçalves («Quatro Pintores Surrealistas», Jornal de Letras, Artes e Ideias, Lisboa, 29 de mayo de 1990) y
E. Gonçalves («Mário Cesariny e Álvaro Lapa: o encontro inevitável», Diário de Notícias, Lisboa, 16 de marzo de
1995) se refieren abundantemente a esta afirmación. Véase infra las notas de Lima de Freitas al texto que integra el
libro Mário Cesariny, Lisboa, SEC, 1977.
CUANDO EL PINTOR ES UN CASO APARTE O LAS VIEJAS AÚN ESTABAN ALLÍ 19
Cuestiones de identificación.
Para un catálogo de la pintura surrealista de Cesariny
Las dificultades para fijar los textos de Mário Cesariny, reiteradamente señaladas por la
46
crítica , son idénticas a las que encontramos en su obra plástica. Ante esta doble reali-
dad podemos afirmar que la densa red de aporías y complejidades que se interpone
entre la obra de Cesariny y su comprensión racionalizada no es el resultado de ninguna
desatención por su parte, sino un elemento estructurante de la poética creativa del autor.
El modo en que Cesariny se complace en confundir y transformar los nive-
les de lectura, en hacer equivaler original y reproducción (p. 66), en movilizar lo visual y
lo verbal, lo literario y lo vernáculo, lo popular y lo erudito, lo mágico y lo blasfemo acen-
túa el proceso de complejidad y enriquecimiento que refleja y garantiza su creatividad.
La red de relaciones que Cesariny establece con cada obra y dentro de cada obra, las
máscaras que interpone entre cada obra y los mecanismos normales de identificación
coincide con la vertiente de ironía y humor y también con el deseo de ficcionalidad que
define gran parte de su actitud ante la vida.
Testimonio de la no distinción y disolución de fronteras y definiciones, esta
situación revela una «producción» permanente, una atención constante a la obra, una
necesidad de trabajar y volver a trabajar las materias, las formas y los significados. Es
una actitud, a la vez laboriosa y perezosa, tensa y distendida, que permite la coexistencia,
a veces en la misma obra, de estrategias de exceso (acumulaciones de materias, cataratas
de colores y formas) y de rarefacción (raspado de materias, reducción del cuadro cromá-
tico, minimización de las composiciones y las formas).
La dificultad resultante de la tentativa de discernir en sus obras fechas, téc-
nicas y materiales, títulos y series, imágenes matriciales y glosas nos lleva de la persona-
lidad irónica a la personalidad dramática. Cesariny es consciente del Laberinto que
habita: en su interior cada momento de trabajo, en la medida en que es testimonio de
libertad creativa, es también una pared que se yergue. Cesariny arrastra a los espectado-
res de sus pinturas, al igual que a sus lectores, hacia ese Laberinto de cifras, espejos y
cuartos oscuros, paisajes estratificados y ventanas abiertas.
Las peripecias para localizar las obras, que tuvieron lugar hace muchos años
y que nunca se han comentado, complicadas por cambios en la propiedad y/o en la ubica-
ción originales, acrecientan los referentes a la materialidad de las obras y su significado.
Las cuestiones de atribución, de títulos y series, de lugares y fechas de realización, de
técnicas y dimensiones nos llevarán a establecer un conjunto de reglas uniformadoras
45 El censo de objetos y personajes y de las modalidades de constante caracterización cromática espacial (desplaza-
miento) excede la ambición de este texto pero puede ser fácilmente verificada en todas sus obras de poesía, princi-
palmente en poemas recogidos en Nobilíssima Visão o Pena Capital, obras bastante distantes en el tiempo.
46 Pedro Mexia, «Poesia Capital» en Diário de Notícias, Lisboa, 29 de octubre de 2004.
CUANDO EL PINTOR ES UN CASO APARTE O LAS VIEJAS AÚN ESTABAN ALLÍ 21
mínimas para que los índices de exposición y de catálogo se vuelvan claros y tal vez defi-
nitivos en algunas de sus constataciones.
Los lugares de realización de las obras no son muy importantes para el autor
y raramente aparecen especificados junto a la firma o en las inscripciones traseras.
Cuando se indican los lugares de creación en general aparecen asociados a dataciones o
permiten suponerlas, en la medida en que Cesariny tiende a datar y localizar algunas de
las obras que realiza en el extranjero (París, Londres, Tenerife) o fuera de Lisboa.
Cuando las dataciones no existen, lo que es bastante habitual, su determina-
ción o encadenamiento cronológico se hace por aproximación estilística o análisis for-
mal, por enunciación de los materiales pictóricos y de soporte o identificación de la
pieza en reproducciones de catálogos o mención en la prensa de las obras expuestas. Sin
embargo, estas pistas están repletas de trampas: es posible encontrar incongruencias en
fechas, lugares o títulos en cualquiera de estos niveles de búsqueda; del mismo modo, es
posible encontrar revisiones de temas, formas y técnicas en épocas muy diferentes:
cualquiera de estas situaciones forma parte del juego del artista, similar al que se pro-
duce con las firmas, que algunas veces faltan y otras se multiplican en diferentes zonas
de la imagen o en zonas inesperadas que confunden la orientación (p. 38).
Aunque firme habitualmente Cesariny, es posible encontrar en sus obras
más antiguas el nombre compuesto de ambos padres, Cesariny de Vasconcelos. Y, más
recientemente, en ciertas piezas de menor empaque, el apellido ancestral por parte
materna, Cesarini Rossi, utilizado con cierta ironía.
El problema de las técnicas afecta a los materiales y a los soportes. En el pri-
mer caso las disparidades son mayores. Numerosos catálogos de exposiciones colectivas,
subastas y exposiciones del mercado secundario, eliminan las dificultades de mención
designando las obras como «técnica mixta». Otras referencias interpretan ciertas
características del brillo de los colores como derivado de la utilización de pinturas al óleo
y suponen que la tela o la madera que sustenta la pintura es el soporte directo de las
materias cromáticas. Estos son los errores más frecuentes. Sin emprender ningún estu-
dio técnico especializado, que excede las posibilidades y ambición de este trabajo, recu-
rrimos a métodos de observación directa y al testimonio del artista.
En las piezas más antiguas los materiales usados sobre superficies que pue-
den ser papeles, telas o papeles pegados en tela, son un barniz industrial (un «barniz
flating», ya desaparecido del mercado) capaz de crear brillos y texturas espesas, tinta
china de varios colores, aguadas de esas tintas o de café, témpera o gouaches, además del
grafiti, el lápiz de color y las tintas de escribir.
La tinta china se aplica con pincel, obteniendo líneas o relleno de planos
continuos, o a través de soluciones innovadoras de las que Cesariny es autor: soplo y
acuamoto. En el soplo, la tinta, anteriormente dispuesta en la superficie según deseos
más o menos automáticos pero controlados, se esparce de modo también más o menos
consciente, por la fuerza de respiración y la orientación del soplo. En el acuamoto, las
líneas que definen los contornos o planos de un dibujo se alteran dramáticamente a tra-
vés de la aplicación de agua: no se trata de una simple aguada sobre la tinta, sino de un
baño más o menos controlado. La imagen previa (abstracta o figurativa) se deshace en
diversos grados y conduce desde la informalidad inicial al descubrimiento de una figura
o desde una sugerencia figurativa a un informalismo final. En algunos casos, soplo y
22 JOÃO LIMA PINHARANDA
acuamoto se presentan sin interferencias pero, en muchos otros, surgen articulados con
prácticas tradicionales de pintura o con otras técnicas surrealistas, como la «ocultación»
por pinturas que redefinen zonas y promueven el descubrimiento de nuevas imágenes.
A través del soplo, Cesariny crea una red densa de manchas y trazos, una
mancha que se ramifica en finos trazos deshilachados sobre la superficie del papel. Las
pinturas esparcidas, simulando cloisonnés, definen zonas gráficas superpuestas a super-
ficies de color o funcionan como verdaderos cloisonnés, definen planos después rellena-
dos con color. Estas experiencias se enriquecen en sus efectos formales (o informales...)
con barnices industriales y, a veces, espesamientos de textura.
Pese a que se mueve en un contexto global de desfiguración, la imagen final
tiende puentes con la representación figurativa y sugiere una galería de homúnculos a la
que se unen, en el mismo estadio de indecisión, las representaciones gráficas de sus sis-
mofiguras (pp. 54-56). Destaca, por su significado en términos de realización visual y
sentido políticamente corrosivo en el contexto dominante de la cultura neorrealista,
O Operário, de 1947 (p. 49). En esta pintura, una representación que podemos asociar a
47
una cabeza de insecto , sustituye lo que debería ser la pose de un ser humano: ¡abeja o
avispa, esa es la imagen metafórica del retrato de héroe del trabajo socialista!
La importancia visual de los soplos llevó a que, en 1949, Cesariny recreara
tridimensionalmente con hilo o lana sus efectos en un «altar», complejo assemblage
designado Objecto de funcionamento real con el que participó en la I Exposição de Os
Surrealistas.
A pesar de las restricciones que Cesariny asume en su exploración de lo
informe (hablamos de la resistencia de la figura y de la emergencia del lirismo en su
obra) o, mejor, a pesar de que su experimentación plástica no se fijara en lo informe,
aunque se sirva de la abstracción descomprometida, más allá de las numerosas soplofigu-
ras, hay una secuencia de otras obras que, entre años cuarenta y sesenta, lo unen a la
esencia de ese concepto.
El conjunto de obras en esas condiciones formales puede dividirse entre
dibujos y pinturas, ejemplos fuertemente matéricos y soluciones de dilución o expan-
sión matérica. Desde luego, la pintura más antigua del conjunto, datada el año anterior
a su viaje a París, obliga a retrotraer la frontera de su «informalismo» a un tiempo
anterior a las informaciones directas recibidas en París (nota 4) donde la mancha
oscura, espesada con barnices y grafiteadas con signos primitivos, definen un lugar
central en un indefinido y discontinuo espacio claro (p. 51). Después, el Hombre que se
deshace sobre la leyenda también deshecha de Maldoror, ya de 1947 (p. 52) o, grafiteada
sobre un denso fondo de soplos y aguadas, una máscara que viene acompañada por un
conjunto de signos donde surge ya la espiral (caracol) que nunca deja de reaparecer en
su obra (p. 50). Éstas, como otras piezas (pp. 44 y 53) de los años cuarenta que casi nos
colocan en el camino del art brut, mientras otras se vuelven más radicalmente informes
(pp. 42, 43 y 45), encuentran continuación en los años cincuenta (p. 48) a través de una
radicalización que, curiosamente, se acentúa en los años sesenta.
47 De nuevo hay que hacer referencia a Bataille para recordar que, en su artículo, recurre a la imagen del insecto y del
gargajo para caracterizar lo informe. Véase Bois y Krauss, op. cit. A la uniformización que Bataille persigue, haciendo
equivaler Alto y Bajo, o precipitando lo Alto en lo Bajo, se aproxima la cita alquímica recurrente que Cesariny hace de
Hermes Trimegisto afirmando que «lo que está encima es igual a lo que está debajo» y viceversa.
CUANDO EL PINTOR ES UN CASO APARTE O LAS VIEJAS AÚN ESTABAN ALLÍ 23
Sus dibujos de estos años se dividen entre la línea y las experiencias con la
materia y el color. La invención de las sismofiguras, ya definidas, da pie a obras muy ela-
boradas, como eludiendo un frottage, o muy puras, resultado de la informalidad de un
gesto que la mano no controla. Los colores y materias son escasos por delicuescencia de
ambos, aplicados mediante aguadas, rellenando contornos abiertos o no, intentando
huir de toda la determinación del imaginario vulgar del surrealismo, fijándose en un sis-
tema de signos de estrellas y espirales, de pequeñas figuras de trazos naif que anuncian
algunos de sus personajes recurrentes (p. 68, 71 y 77).
Entre los dibujos de estos años destaca el grupo de las figuras elaboradas a
base de guarismos(pp. 141-143), obras que reúnen imaginación visual y gráfica al asu-
mir irónicamente, mediante la escisión de significados y significantes, el compromiso
entre figuración y desfiguración a través de un ejercicio libre pero muy riguroso desde
el punto de vista gráfico (caligráfico).
Dentro de las estrategias de azar controlado y objetivado que propicia el surre-
alismo, Cesariny tiene una solución internacionalmente consagrada (nota 23): el acua-
moto. Una técnica de la que se presentan aquí numerosos ejemplos que nos ayudan a
entender su productividad a lo largo de toda la carrera de Cesariny. Algunos son apenas
discretos planos de fondo en pinturas que los elidieron tan perfectamente que pasan des-
apercibidos. En otros casos, el dibujo (p. 39) o la pintura (p. 222) se presenta muy puro,
como emanando de un punto determinado del espacio. La mayoría parecen ser el resultado
de una estrategia pollockiana de ocupación total del espacio, de tal modo que el observador
(y el autor) pierden el centro y la orientación de lectura(pp. 223 y 224). Algunos arriesgan
en la representación del paisaje. Y finalmente otros, en una solución que se articula con la
técnica de la ocultación, bien establecen puentes con la palabra y la ilustración temática al
citar un poema del artista cuya lectura completa obligaría a la visión de la totalidad de la
exposición original, bien simulan a través de la ocultación personajes, paisajes y escenas
que pueden surgir cargadas de significado o de pura seducción visual (pp. 226 y 227).
Ya hemos hablado de otras de las técnicas de la panoplia clásica del surrea-
lismo que ayudan a Cesariny a adentrarse en la objetivación del azar característico de la
práctica surrealista: raspado, por grattage o frottage, calcomonía, laceración de soportes,
collage de recortes de papeles, cartones y tejidos o assemblage de objetos son modalida-
des que, con el acuamoto o el soplo reducen la pincelada, en la fase inicial de sus años
cuarenta, a una intervención poco significativa. Las superficies visualmente convulsas
que muchas veces representa se obtienen por las acciones referidas encima, ajenas al
uso del pincel; y las figuras se obtienen, muchas veces, por abertura de las materias con
el mango del pincel (grattage o grafiteado).
Los años sesenta son un tiempo dividido en la obra de Cesariny: dividido
entre la continuidad de la experimentación abstracta en una lógica informal que aún
admite la revelación de nuevas soluciones técnicas; y la experimentación con el color y
los matices del color en planos muy dinamizados.
La innovación aparece en lo que Cesariny designa «laceración y desfibra-
ción» de cartones llevadas a cabo en algunas obras de esos años. Antes y/o después de pin-
tar las superficies, las levanta, las arranca y las recompone pictóricamente (p. 106) en un
registro compositivo que se prolonga y estabiliza en la década de 1970. A partir de media-
dos de los años sesenta, Cesariny explora también, a través de una pincelada más tradicio-
24 JOÃO LIMA PINHARANDA
48 Véase la reinterpretación de Derrida y la aclaración de Krauss, op. cit., pp. 116 y ss.
49 Véase de nuevo General De Gaulle (1947) y O Poeta em 1958 o Porque motivo Picasso não quer voltar a Espanha (1962).
CUANDO EL PINTOR ES UN CASO APARTE O LAS VIEJAS AÚN ESTABAN ALLÍ 25
cierto que, como ya hemos mencionado, también ha usado mezclas de harinas (p. 92),
huevo (yema y clara) (p. 131) y otras soluciones arriesgadas.
El acrílico es tardío (al igual que el bolígrafo y el rotulador, sujeto a la cro-
nología de su entrada en el mercado portugués): se generaliza, en Portugal alrededor de
1965 y Cesariny no recuerda haberlo utilizado antes de 1967 o 1968. En cualquier caso,
no deja de utilizar la témpera y el gouache, la tinta china y los materiales pegados, en
ocasiones combinados con acrílico. El barniz de superficies previamente pintadas con
gouache o témpera contribuyó muy frecuentemente a hacer más compleja la identifica-
ción de obras más antiguas.
Otra fuente de errores ha sido la denominación de los soportes. El quehacer
artístico de Cesariny siempre asumió un estatus de fragilidad y precariedad que descuida
la nobleza y la perennidad de los materiales para concentrarse en el vigor de la expre-
sión, en la rapidez de las soluciones, en la fuerza visual de los medios, en la vitalidad de
los significados. En este sentido el soporte más inmediato, el más usado por Cesariny, es
el papel y una serie de cartulinas y cartones de diferente grosor, o la madera y los aglo-
merados de madera y de cartón. Los papeles ligeros se acumulan en su estudio, donde
trabaja simultáneamente en varias mesas: como vimos anteriormente, algunos de esos
papeles, sobre todo en sus series temáticas, son serigrafías alteradas.
Sólo ocasionalmente, en exposiciones o por decisión de los compradores,
muchos de esos papeles acaban por ser montados (pegados) en tela o soporte rígidos.
Adoptamos, como opción provisional, el término «platex» (que es una marca específica
de cartón prensado o hidráulico) para los soportes que fue posible identificar como cons-
tituidos por materiales similares. Y mantenemos algunas dudas sobre la posibilidad de
que algunos soportes catalogados como «madera» sean, en realidad, aglomerados.
También en relación a las dimensiones, sólo desmontando la mayoría de los
cuadros de las obras en exposición, un objetivo que estaba lejos de las posibilidades y
ambición de este proyecto, se podría medir correctamente las superficies que, la mayo-
ría de las veces, están mordidas por marcos y paspartús. Esto plantea el asunto del estado
de conservación de unas obras cuya desatención (en los marcos, paspartús y cristales se
acumula el polvo, los hongos y la humedad) no deja de resultar inquietante.
Para establecer el título de las obras, confrontamos la designación fijada por la
tradición con otras fuentes siguiendo como norma la lectura de las frecuentes inscripcio-
nes añadidas por el artista en el anverso de la obra, en su reverso, o en el bastidor y reverso
de los marcos y, siempre que es posible, mencionamos los títulos indicados en los catálo-
gos en que se hace referencia a la obra. En las inscripciones manuscritas podemos encon-
trar simplemente título, firma y fecha (raramente lugar), o bien en el reverso textos más o
menos largos, esquemas y dibujos que ocupan los espacios disponibles, en complejas redes
donde, como siempre, escritura y dibujo se cruzan sometidos a frecuentes borrones y
superposiciones. En no pocas ocasiones, títulos y fechas atribuidos a una misma obra no
concuerdan. En este caso optamos por indicar el conjunto de posibilidades disponibles.
Otras veces, los mismos títulos se refieren a obras evidente o sutilmente
diversas entre sí en la forma, color o datación. Se trata de una situación recurrente a
partir de finales de la década de 1960 (pp. 111 y 112), cuando una parte significativa de
la obra de Cesariny fue agrupada en series que no están cerradas ni en el tiempo, ni en
el tema de cada obra, ni en las fechas de realización.
26 JOÃO LIMA PINHARANDA
50 Véase Blois y Krauss, op. cit., que siguiendo a Bataille establecen una interpretación de la horizontalidad como reba-
timiento de la vertical, o sea, rebajamiento de lo humano y de lo visible a animalidad y carnalidad. Véase también
Georges Didi-Huberman, op. cit.
CUANDO EL PINTOR ES UN CASO APARTE O LAS VIEJAS AÚN ESTABAN ALLÍ 27
forma contra lo informe. A pesar de que no tiene una vida prolongada, es un indicio
evidente de la necesidad que siente de estructurar su trabajo sobre matrices (aquí un
estereotipo gráfico), de la pulsión figurativa y el destino narrativo que puede serle aso-
ciada. Se trata de un ser masculino cuyos ojos son pequeñas espirales (figura de suyo
muy rica en sentidos) como si fueran los mecanismos de un reloj o la representación
gráfica de lentes muy gruesas. Hay una esfera de reloj pegada en una de los collages de
ese grupo (p. 62). Puede que el azar visual estimulara el nacimiento de esta solución
formal, o puede que surgiera a partir de la cadena de significados asociados al título de
uno de los primeros dibujos en los que aparece: Homenaje a Victor Brauner. Brauner, con
el que vivió en París en 1947, jugaba con la posibilidad de la ceguera, se representaba
como ciego de un ojo, y, al final, quedó ciego.
En el transcurso de su obra nacieron nuevos personajes-tipo de los que
debemos destacar, por su precocidad (inicio de los años cincuenta) y longevidad (hasta
hoy) los siguientes: una simple cabeza circular con inicio de busto trapezoide (pp. 73, 78,
90 y 100) que designa como «Menina-Poesia» o «Menina-Sol». Se trata de un simple
triángulo que hace de cuerpo y de falda; la cabeza es un círculo (con el añadido o no de
pelo, de rayos, de pétalos de clavel); los brazos y piernas, siempre iguales, se representan
según la ley arcaica de la frontalidad y remiten a un arcaísmo esencial, histórico, o a los
grafitis urbanos, populares o infantiles. Esta niña es también Naniôra, designada así en
una pintura de 1960 (p. 207), cuyo nombre no significa nada excepto el sonido repetido
de la palabra que emplea para adjetivar su propia muerte en el poema titulado «Coro dos
maus oficiais de Serviço na Corte do Imperador Epaminondas» incluido en el Manual de
51
Prestidigitação . También está el oiseau-lyre, que evolucionó de una imagen cercana al
pájaro (representado por primera en Visitez l’oiseau lyre, 1958) hasta una careta en la parte
superior, escultura giacomettiana, insecto o doble vagina humanizada que, a veces, enta-
bla diálogo con la pureza inocente de «Menina-Poesia».
La creación de personajes picto-gráficos se prolonga en las series arriba
citadas donde las situaciones, aún teniendo un referente picto-literario, no se presentan
en forma matricial, sino a través de una idea (la palabra o frase que contiene la evocación
del mundo sustentado por la narrativa ficcional o el ambiente poético culturalmente
reconocible): ya hablamos de Moby Dick (p. 212), Iluminações (pp. 160 y 161), Zaratustra
y Ulises, o de las referencias presentes en una reciente serie de acuamotos dedicada a
Amadeo y Sá-Carneiro llamados «Generación Sibilina».
De forma significativa, esta vocación de estereotipación no se manifiesta en
la galería de retratos de grumetes que, en este sentido, constituye un caso aislado en la
obra de Cesariny, de tal modo que no podemos hablar de serie, sino más bien de temática
común. Sin unidad formal entre sí, sin uniformidad estilística, atravesando varias déca-
das de trabajo, cada uno de los retratados lleva por título un apodo o «nombre de guerra».
De algún modo el artista se restringe a una expresión lírica autorreferencial. La libertad
de tratamiento que se manifiesta en esta galería revela el empeño subjetivo y personal de
Cesariny en el descubrimiento de la personalidad única de cada uno de los representados.
En las décadas de 1980 y 1990 Cesariny continua la exploración pictórica
de la línea horizontal como línea de agua pero, además, desarrolla una producción de
pequeños formatos, con pinturas donde se multiplican los personajes de un teatro ima-
ginario y pequeños assemblages que valen por las trouvailles visuales, verbales y literarias
y que, en los ejemplos más interesantes, se resuelven en grandes conjuntos, verdaderos
altares repartidos por su propia casa y estudio, en constante transformación, sujetos en
sus modificaciones a su vocación de espigador y bricoleur. El artista domina a su gusto la
ironía y el humor mediante la vocación narrativa y poética e inserta su iconografía parti-
cular (guerreros medievales, delincuentes y marginados de la sociedad capitalista, reyes
y príncipes mesiánicos, simples grumetes) en una escenografía de connotaciones mági-
cas capaz de cimentar construcciones con la inestabilidad de sismofiguras, con la osadía
52
de quien provoca un azar, explora una asociación inesperada y manipula un acuamoto .
En el título de este texto es citada una pintura de 1970 (Quando o pintor é um
caso à parte ou as velhas ainda lá estavam) (p. 33). Esa obra se presenta como una reela-
boración de otra, perdida, de 1943. Detrás, escrita por la mano de Cesariny, hay una
larga inscripción que refiere el episodio. Si se conservara, esta sería la imagen más anti-
gua de la retrospectiva. Así, el eco de esa imagen más antigua –no su eco (que es del
orden del sonido) sino su imagen refleja, no su imagen reflejada (que es del orden de la
inmaterialidad), no su duplicación o réplica (que suponen igualdad) sino su glosa–, es
la materialización de una memoria.
Se trata de un rectángulo negro (encima) inscrito en una superficie blanca.
La referencia a Malevich es inmediata: tanto en lo que tiene de similar con el célebre
Cuadrado negro sobre fondo blanco como, sobre todo, en lo que tiene de diferente, en la
medida en que en 1943 la referencia suprematista no formaba parte del léxico de la cul-
tura portuguesa. Así, la pintura de Cesariny es una especie de representación realista,
poco sofisticada, de una pizarra, con su marco de madera en mal estado, colocada de
modo descentrado sobre un fondo blanco. No tiene nada que ver con la démarche
modernista de Malevich, pero puede tener que ver con un vacío: no el vacío al que se
llega por depuración, sino más bien por exceso y putrefacción. En este sentido, la obra
parece anunciar una lógica de la abyección, o bien la posibilidad alquímica de negar el
vacío que crea el color negro para hacer nacer una Obra de él, una pluralidad de obras.
Antes (1943) o después (1970) esta pintura crea una dinámica que nos permite apelar a
lo informe batailleano como premonición o reafirmación de un camino en la interpre-
tación de la obra de Cesariny.
Pasados los años en que estableció su marca de autoría, su obra siguió evitando
la esclerosis de la poética surrealista de la que partió. Reivindicándose siempre en el campo
estricto del surrealismo, Cesariny rompe con los mecanismos más vulgares de la relación
entre lo literario y lo visual, la composición poética y pictórica, las reglas narrativas y su
trascripción visual. La obra plástica de Cesariny se resuelve visual y materialmente: títulos
atribuidos o leyendas escritas en las pinturas, dibujos, objetos o assemblages ensanchan los
valores de las obras, las relacionan con sus referentes y construyen un caleidoscopio de
sentidos. Más allá de todos los límites formales, una poderosa energía interior mantiene el
azar y la objetivación, el sueño y la libertad, la autoridad individual y la utopía universalista
como verdaderas dominantes creativas de Cesariny.
52 Esta producción desarrolla la lógica de colección (recolección) surrealista, asociando imágenes dispares, explorando
vertientes de naïveté, kistch, primitivismo y magia que ya había experimentado en su Objecto de Funcionamento Real en
la I Exposição dos Surrealistas, 1949.
Cuando el pintor
es un caso aparte
Quando o pintor é um caso à parte ou As velhas ainda lá estavam, 1970
Cuando el pintor es un caso aparte o Las viejas todavía estaban allí 33
Acrílico sobre papel pegado en tela. 59,5 x 50 cm
Colección Fundação Calouste Gulbenkian/CAMJAP
S.W., 1968
34 Témpera, tinta china, barniz y collage sobre papel pegado en platex
38 x 51 cm
Colección J.P.F.
Figuras de sopro, 1947
Figuras de soplo 35
Témpera, aguada y barniz sobre papel pegado en platex. 37,5 x 24,5 cm
Colección Fundação Calouste Gulbenkian/CAMJAP
Figuras de sopro, 1947
36 Figuras de soplo
Tinta china, aguada y barniz sobre papel pegado en platex. 35 x 22,5 cm
Colección Galeria Neupergama
Figuras de sopro, 3, 1947
Figuras de soplo, 3 37
Tinta china, aguada y barniz sobre papel pegado en platex. 31,5 x 21,5 cm
Colección particular
Figuras de sopro, 1947
38 Figuras de soplo
Tinta china, gouache y barniz sobre papel. 26,5 x 34,5 cm
Colección Museu do Chiado – MNAC n. 2594
Figuras de sopro, 1947
Figuras de soplo 39
Tinta china sobre papel. 36,5 x 24 cm
Ex Colección Mário Cesariny, Colección Fundação Cupertino de Miranda
Sin título, 1947
40 Tinta china y aguada sobre papel
31,5 x 22 cm
Colección particular
Sin título, 1947
Tinta china y aguada sobre papel 41
31,5 x 22 cm
Colección particular
Pintura serial: A máquina de atravessar qualquer tempo - folha iii, 1947
42 Pintura serial: la máquina de atravesar cualquier tiempo - hoja iii
Tinta china y aguada sobre papel. 32 x 23,5 cm
Colección Vítor Assunção
Sin título, 1947
Tinta china, témpera y aguada sobre papel 43
32,5 x 42,5 cm
Colección particular
Sin título, s. f.
44 Témpera y barniz sobre papel pegado en platex
23,5 x 29 cm
Colección particular
Sin título, s. f.
Acuamoto sobre papel 45
20,5 x 29 cm
Colección particular
Pintura, c. 1948
46 Gouache y barniz sobre papel
30,5 x 15 cm
Colección Museu do Chiado - MNAC n. 2379
Sin título, s. f.
Gouache y barniz sobre papel 47
22,5 x 26 cm
Colección Fundação Cupertino de Miranda
Sin título, 1951
48 Tinta china y barniz sobre papel
24,5 x 32 cm
Colección João Paulo Mota
O operário, 1947
El obrero 49
Tinta china, aguada y gouache sobre papel pegado en platex. 63 x 50 cm
Colección Eunice y Carlos Bessa Pereira
Sin título, 1948
50 Tinta china, aguada y gouache sobre papel pegado en platex
54 x 43 cm
Ex Colección Cruzeiro Seixas, donación Eng. João Meireles, Colección Fundação Cupertino de Miranda
Sin título,1946
Tinta china, témpera y barniz sobre papel. 35,2 x 32,8 cm 51
Ex Colección Cruzeiro Seixas, donación Eng. João Meireles, Colección Fundação
Cupertino de Miranda
Maldoror, 1947
52 Tinta china sobre papel pegado en platex
29 x 24 cm
Colección particular
Sin título, c.1949-50
Tinta china y barniz sobre papel 53
32,5 x 24,5 cm
Colección particular
Sismofigura, 1948
54 Tinta de escribir y lápiz de color sobre papel
22 x 15,5 cm
Colección particular
Sismofigura, 1948
Tinta de escribir y lápiz de color sobre papel 55
22 x 15,5 cm
Colección particular
Sismofigura, 1948
56 Tinta permanente sobre papel
21 x 15,5 cm
Colección Alberto Caetano
Homenagem a Victor Brauner, 1947
Homenaje a Victor Brauner 57
Tinta china y barniz sobre papel. 25 x 32 cm
Colección particular
Sin título, 1947
58 Tinta china y barniz sobre papel pegado en platex
24,4 x 17,7 cm
Colección Fundação Cupertino de Miranda
Voir deux fois, 1947
Ver dos veces 59
Tinta china, mostrador de reloj y collage sobre papel. 22 x 15,5 cm
Colección Alberto Caetano
La voie sauvage des songes, 1947
60 La vía salvaje de los sueños
Tinta china, aguada y collage sobre papel. 21 x 15 cm
Colección João Castel-Branco Pereira
Sources de l’illusion, la vertu, l’œil, 1947
Orígenes de la ilusión, la virtud, el ojo 61
Tinta china, aguada y collage sobre papel. 22 x 15 cm
Colección particular
Sin título, 1949
62 Tinta china, aguada y mostrador de reloj pegado sobre papel
27 x 21 cm
Colección particular
General De Gaulle …, 1947
Collage sobre papel 63
53 x 42 cm
Ex Colección Cruzeiro Seixas, donación Eng. João Meireles, Colección Fundação Cupertino de Miranda
Ao duque de Froissart, a Mlle. Y, à Escola de Fontainebleau e ao crítico de arte José-Augusto França, 1966
64 Al duque de Froissart, a Mlle. Y, a la Escuela de Fontainebleau y al crítico de arte José-Augusto França
Acuamoto y collage sobre papel pegado en madera. 51 x 37,5 cm
Colección J. P. F.
Homenagem a William Beckford, o Autor de «Vatek» - O salão de Beckford em Sintra, 1988
Homenaje a William Beckford, el Autor de «Vatek» - El salón de Beckford en Sintra 65
Collage sobre papel. 32 x 22 cm
Ex Colección Mário Cesariny, Colección Fundação Cupertino de Miranda
Homenagem a William Beckford, o autor de «Vatek» - O castelo de Beckford, 1995
66 Homenaje a William Beckford, el autor de «Vatek» - El castillo de Beckford
Collage sobre papel. 32 x 22 cm
Ex Colección Mário Cesariny, Colección Fundação Cupertino de Miranda
Sin título, 1946
Gouache sobre papel 67
22 x 30,5 cm
Ex Colección Cruzeiro Seixas, donación Eng. João Meireles, Colección Fundação Cupertino de Miranda
Sin título, 1948
68 Tinta china, café y aguada sobre papel
26,5 x 21 cm
Ex Colección Mário Cesariny, Colección Fundação Cupertino de Miranda
Sin título, 1948
Tinta de escribir y tinta china sobre papel 69
15,4 x 21,1 cm
Colección particular
Sin título, 1948
70 Tinta de escribir, lápiz de color y aguada sobre papel
13 x 17 cm
Colección particular
As quatro consequências, 1949
Las cuatro consecuencias 71
Tinta china y lápiz de color sobre papel. 15,8 x 22 cm
Colección particular
Sin título, 1949
72 Tinta china, café y aguada sobre papel
14,5 x 12 cm
Colección particular
Sin título, s. f.
Tinta de escribir y café sobre papel 73
16 x 14,5 cm
Colección particular
Sin título, s. f.
74 Café, Tinta china y lápiz de color sobre papel
14,5 x 11,1 cm
Colección particular
Sin título, s. f.
Tinta china sobre papel 75
11 x 14,1 cm
Colección particular
Sin título, s. f.
76 Tinta china sobre papel
14,4 x 11 cm
Colección particular
Sin título, s. f.
Tinta china sobre papel 77
21 x 21,5 cm
Ex Colección Mário Cesariny, Colección Fundação Cupertino de Miranda
Sin título, s. f.
78 Tinta de escribir, aguada y lápiz de color sobre papel
21,5 x 15,5 cm
Colección particular
Il n’est venu que pour se remarier…,s. f.
No ha venido más que para volverse a casar 79
Tinta china y aguada sobre papel. 16,3 x 20,2 cm
Colección particular
Sin título, s. f.
80 Esferográfica, café y grafito sobre papel
18 x 24,5 cm
Colección particular
Caderno de esboços para escultura, s. f.
Cuaderno de bocetos para escultura 81
Grafito y bolígrafo sobre papel. 15,5 x 20,5 cm
Ex Colección Mário Cesariny, Colección Fundação Cupertino de Miranda
Caderno de esboços para escultura, s. f.
82 Cuaderno de bocetos para escultura
Grafito y bolígrafo sobre papel. 15,5 x 20,5 cm
Ex Colección Mário Cesariny, Colección Fundação Cupertino de Miranda
Caderno de esboços para escultura, s. f.
Cuaderno de bocetos para escultura 83
Grafito y bolígrafo sobre papel. 15,5 x 20,5 cm
Ex Colección Mário Cesariny, Colección Fundação Cupertino de Miranda
Sin título, s. f.
84 Bolígrafo de fieltro sobre papel
21,1 x 15,2 cm
Colección particular
O dinheiro roubado, s. f.
El dinero robado 85
Bolígrafo de fieltro sobre papel. 15,7 x 21 cm
Colección particular
Sin título, s. f.
86 Bolígrafo de fieltro sobre papel
21,1 x 15,8 cm
Colección particular
Tin-tin et Gazelle, 1964
Tintín y Gazelle 87
Esferográfica y lápiz sobre papel. 21 x 26,9 cm
Colección particular
Sin título, 1964
88 Esferográfica y lápiz sobre papel
21 x 26,9 cm
Colección particular
Sin título, s. f.
Témpera sobre papel pegado en tela 89
68,5 x 48 cm
Colección Branca Miranda Rodrigues
Sin título, 1955
90 Tinta china, aguada y barniz sobre papel
16,5 x 16,5 cm
Colección particular
Sin título, 1956
Témpera, tinta china y barniz sobre madera 91
48 x 60,5 cm
Colección Casa de Pascoaes
Sin título, 1956
92 Témpera, harina y barniz sobre madera
49 x 64 cm
Colección Fundação Cupertino de Miranda
Sin título, 1959
Témpera y barniz sobre cartón 93
29 x 49 cm
Colección Galeria 111
Ao poeta dos astros… António Maria Lisboa, 1960
94 Al poeta de las estrellas... António Maria Lisboa
Barniz, tinta china y témpera sobre cartón prensado. 30 x 29 cm
Colección Manuel Baptista
maq. Cesarini 95-128 28/9/06 10:23 Página 95
Sin título, s. f.
Témpera y barniz sobre papel pegado en tela 101
29,5 x 23 cm
Colección Antiks Design
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Sonho intenso e rápido de grupos sentimentais com seres de todos os caracteres entre todas as aparências, 1971
Sueño intenso y rápido de grupos sentimentales con seres de todos los caracteres entre todas las apariencias 107
Acrílico sobre madera. 45,6 x 59,8 cm
Colección particular
maq. Cesarini 95-128 28/9/06 10:24 Página 108
Sin título, s. f.
108 Témpera y barniz sobre contrachapado pegado en tela
31,5 x 34,5 cm
Colección particular
maq. Cesarini 95-128 28/9/06 10:24 Página 109
Colaboração com Francisco de Goya y Lucientes, sobre oleogravura do Museu do Prado, 1974
Colaboración con Francisco de Goya y Lucientes, sobre un grabado del Museo del Prado 109
Acrílico sobre grabado. 57,5 x 45 cm
Colección Mário Soares
maq. Cesarini 95-128 28/9/06 10:24 Página 110
Colaboração com Francisco de Goya y Lucientes, sobre oleogravura do Museu do Prado, 1974
110 Colaboración con Francisco de Goya y Lucientes, sobre un grabado del Museo del Prado
Acrílico y grabado. 48 x 60 cm
Colección Mário Soares
maq. Cesarini 95-128 28/9/06 10:24 Página 111
Vê, s. f.
Ve 113
Acrílico y collage sobre cartón prensado. 29,5 x 23,5 cm
Colección José Manuel dos Santos
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maq. Cesarini 95-128 28/9/06 10:24 Página 115
Palabra/Imagen
Confluencias*
Perfecto E. Cuadrado
POEMA SEMÁFORO
En la misma dirección, pero ahora con el valor visual del texto manuscrito
4
acrecentado, podemos encontrar poemas como «Le vide» , «Grâce à de hautes compli-
5 6 7
cités» , «L’homme / abandonne l’aventure (f. i)» , «Ici, la fête / des morts» ,
8 9
«Offrez-vous / L’in-com-pa-ra-ble» o «L’amour / couleur / de» .
Entre la técnica de la simple distribución del texto (en este caso, también
manuscrito) sobre el soporte de la página en blanco, el aprovechamiento de las posibili-
dades significativas de las variantes visuales caligráficas (como llegaría a suceder con las
tipográficas en las prácticas literarias futuristas) y el collage (del que más adelante habla-
10
remos) podríamos situar un poema como «Lait d’un dieu (f. ii)» .
De Mallarmé el recorrido más directo nos llevará al poema llamado visual (o
experimental, o concreto). No será necesario recoger aquí definiciones o historias: la
bibliografía es muy rica y la historia ya fue contada (con las necesarias limitaciones y fal-
sedades que derivan de la reducción de un «movimiento» a una sucesión de fotografías
11
descoloridas) . Queremos, con todo, referir un aspecto que tiene que ver con los oríge-
nes y los objetivos presentes en la tradición de la «poesía figurada»: la relación de estas
experiencias poéticas con la magia y con los caminos de la historia del pensamiento eso-
térico. Esta es la razón por la que hablamos de Cesariny y del surrealismo y de unos años
(década de los cuarenta y los cincuenta del siglo pasado) en los que esos eran algunos de
los nuevos rumbos que apuntó Breton en su regreso a Europa. Así, Ana Hatherly, en su
fundamental libro sobre la poesía visual del Barroco portugués y en el capítulo dedicado
a las «bases teóricas generales» de esa poesía, dice: «Si el origen de la mayor parte de la
poesía figurada europea se atribuye hoy sin duda a la tradición griega alejandrina, que
está ligada al hermetismo grecorromano y al neoplatonismo, el origen de los anagramas
y de otras composiciones de carácter combinatorio, aunque deriva también en parte de
la tradición griega (por vía pitagórica), está mucho más íntimamente ligado a la cábala
hebrea, que se desarrolló a partir de una época aproximadamente contemporánea al
12
hermetismo helenístico» . Y al mismo asunto se refiere Claude Abastado en estos tér-
minos: «Por lo que respecta a los datos constitutivos del mito del poeta, no podemos
ignorar la fascinación que han provocado las filosofías herméticas en el campo literario.
Han sido un auténtico sostén de las sensibilidades indecisas. Resulta difícil determinar
con precisión la magnitud de esa aportación porque el pensamiento esotérico no es uno
(está hecho de una pluralidad de doctrinas); nunca es totalmente heterodoxo (con fre-
cuencia teósofos, alquimistas se consideran ortodoxos antes que cismáticos); y es verdad
que en una época dada, los mismos problemas inquietan a los teósofos y a los teólogos, a
13
los alquimistas y a los investigadores» .
Y es que, en la poesía visual como en las teorías prácticas poéticas surrealis-
tas, más allá del horizonte inmediato material y significante de la «escritura», tiene
capital importancia conceptos como los de juego y magia, automatismo y azar, girando
alrededor de temas y problemas centrales en la reflexión artística de la Modernidad,
como la cuestión del transcendentalismo (o no) del acto creativo (digamos de la «poe-
sía»), de la importancia (mucha, poca o ninguna) de la intervención demiúrgica del
autor y del valor simplemente referencial o también genésico del verbo.
Si bien Mário Cesariny no aparece como colaborador en las publicaciones
colectivas de la Poesía Experimental portuguesa, podemos encontrar en su obra ejem-
14
plos de poesía visual, como el conocido «El Hombre-Madre» :
15
O HOMEM-MÃE
Pai-ai.
Mãi-em.
Um ai.
Em.
Homem.
Ó Mãi.
M HOMEM
EI OMÃI
MÃI MÃI
OMÃIEI
HOMEM
13 Claude Abastado: Mythes et rituels de l’écriture, Bruselas, ed. Complexe, 1979, p. 55. En Rafael de Cózar: Poesía e
Imagen. Formas difíciles de Ingenio Literario, Sevilla, ed. El Carro de la Nieve, 1991, p. 29.
14 Mário Cesariny de Vasconcelos: Poesia (1944-1955), Lisboa, Delfos, 1961, p.351, y Manual de Prestidigitação, Lisboa:
Assírio & Alvim, 1981, p. 133.
15 Hemos decidido mantener este poema, que roza lo intraducible, en su versión original, ya que en él Cesariny
inventa palabras cuyos sonidos están muy próximos a los términos de los que deriva. El poema se llamaría EL
HOMBRE-MADRE. «Pai» significa «padre», «ai» es la interjección «ay», «Mãi» es madre y «em» es «en». La
siguiente estrofa diría: «Un ay./ En./ Hombre./ Oh Mãi.», donde «Mãi» sería una fusión inventada entre «mãe»
(madre) y ai (ay). El primer verso de la última estrofa comienza con la bilabial «M» aislada y con la palabra
«HOMEM» (hombre), a lo que sigue la interjección «ei» y «OMÃI», fusión del último verso de la estrofa ante-
rior, que recoge y recuerda el sonido del verso inmediatamente anterior («HOMEM»). Continúa el poema con una
repetición de «mãi» y la fusión de ésta con dos vocativos, para terminar con «hombre» [N. T.].
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I II III
IV V.a V.b
V.c V.d
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VIII
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verbal más frecuentados por los autores de vanguardia y, de manera mucho más parti-
19
cular, por los surrealistas: el collage . Podemos aprovechar la definición del collage de
Georges Hugnet, donde aparece el concepto de dépaysement tan presente en la poética
bretoniana: «Proceso de creación que consiste en recortar, con la ayuda de tijeras,
imágenes o elementos de imagen para juntarlos con pegamento según el capricho de la
elección, el mero placer de la imaginación y la ley del despiste, sin prejuzgar la parte de
casualidad que este proceso puede implicar, para llevar la realidad al terreno de lo
20
maravilloso, desviando las imágenes de su meta inicial y de su significación trivial» .
Claude Laurendeau resumió con precisión la historia moderna del collage (y
de su última y más compleja realización, la novela-collage, que tan productiva habría de
ser en las prácticas de los surrealistas portugueses), y su relación con un concepto de
imagen poética que sería desarrollado por Pierre Reverdy, recogido y adoptado por
Breton, y que tenía un precedente poético en la famosa comparación de Lautréamont:
«Bello como el encuentro fortuito, sobre una mesa de disección, de una máquina de
coser y un paraguas». Dice Laurendeau a propósito del inicio de esa historia: «En
Colonia en 1919, en plena aventura Dada, Max Ernst […] concibió un nuevo modo de
expresión: el collage. Es verdad que existían algunos antecedentes del collage: basta pen-
sar en los collages cubistas de Braque y Picasso o en los collages de fuertes tonalidades
satíricas de los dadaístas berlineses, de Haussman en particular. Sin embargo, con el
collage tal y como lo entiende Ernst, asistimos al nacimiento de un arte totalmente nuevo:
21
el collage surrealista» . Las técnicas del collage son variadas y diferentes, traducen dife-
rentes modos de proximidad o de integración entre vida y arte (incorporando al cuadro
fragmentos o retales cotidianos) y entre artes plásticas y literatura, y de todas ellas encon-
tramos ejemplos en el surrealismo portugués y particularmente en la obra de Mário
Cesariny, ejemplos que ya fueron estudiados pormenorizadamente y con el mayor rigor y
profundidad por María Jesús Ávila, en un texto fundamental sobre el surrealismo plástico
22
portugués . Ya en otra ocasión intentamos clasificar esas técnicas en tres categorías fun-
damentales: «1) El tipo de collage propuesto por Tzara: recortar una a una las palabras de
un texto impreso cualquiera (un trozo de periódico, por ejemplo), introducirlas en un
saquito, agitarlas y reordenarlas sobre la página, siguiendo escrupulosamente el orden de
extracción. Con ello, el autor perdería definitivamente su prestigio, se privaba a la obra
de la aureola trascendental y se intentaba, por así decirlo, la provocación inmediata del
azar –que se plasmaría en el texto, descubriéndose el lado oculto y maravilloso de ese
fragmento de realidad cotidiana, cuya poeticidad quedaba así definitivamente restaurada
[...]. Los surrealistas practicarían este tipo de collage elemental, aunque con una mayor
conciencia poética (lo que, para un dadaísta, sería un preconcepto) y la orientación cons-
tructiva de su trabajo de destrucción (la cara antidadaísta del surrealismo, la que cues-
tiona o niega sus supuestos orígenes) los condujo a una doble operación poética de
19 Ibíd., pp. 57-61. Véase también: Dada. Antologia bilingue de textos teóricos e poemas, organización, traducción y pre-
facio de Teolinda Gersão, Lisboa, Publicações Dom Quixote, 1983, pp. 40-47.
20 Georges Hugnet: op. cit., p. 57.
21 Claude Laurendeau: Les livres illustrés des surréalistes portugais, Montreal, Université de Montreal, Faculté des Arts et
des Sciences, Départment d’Histoire de l’Art, 1986 [tesis doctoral]. Ejemplar policopiado, p. 45.
22 María Jesús Ávila: «Surrealismo nas artes plásticas en Portugal 1934-1952», en María Jesús Ávila/Perfecto E.
Cuadrado: Surrealismo em Portugal 1934-1952, Lisboa/Badajoz, Museu do Chiado/Museu Extremeño e Iberoamericano
de Arte Contemporáneo, 2001 [capítulo «Nos limites da diferença» pp. 247-270].
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IX.a IX.b X
XI XII.a XII.b
XII.c XII.d
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XIII.b XIV XV
XVI XVII
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23 Perfecto E. Cuadrado: A única real tradição viva. Antologia da poesia surrealista portuguesa, Lisboa, Assírio & Alvim,
1998, pp. 45-46.
24 Hay edición portuguesa: A mulher 100 cabeças. Traducción de Célia Henriques y Alberto Pimenta, Lisboa, &etc,
2002.
25 Inédito. Juan Carlos Valera hizo una edición/reproducción artesanal (Cuenca, Menú-Cuadernos de Poesía, 1999).
26 Reproducido en María Jesús Ávila/Perfecto E. Cuadrado: op.cit, p. 268; en el catálogo Carlos Eurico da Costa-Obra
Plástica, Vila Nova de Famalição, Fundação Cupertino de Miranda-Centro de Estudos do Surrealismo, 2004, pp.
43-49 (incluyendo un dibujo más de la misma serie, no colocado inicialmente por el autor junto a los otros); y en
los Cadernos do Centro de Estudos do Surrealismo, n. 3, Vila Nova de Famalicão, Fundação Cupertino de Miranda-
Centro de Estudos do Surrealismo, 2004.
27 António António. S.L., Secretaría Regional de Educación y Cultura, Dirección Regional de Asuntos Culturales, Región
Autónoma de las Azores, 1996.
28 Tem Dor e Tem Puta. Póvoa de Varzim, Ernesto Martins, 2000.
29 Es el poema xix de «Estado Segundo», en Pena Capital, ed. cit, p. 117.
30 Reproducidos en: Maria Jesús Ávila/Perfecto E. Cuadrado: op. cit, pp. 254-257.
31 En Primavera Autónoma das Estradas, ed. cit, p. 14. (publicado en la monografía Mário Cesariny. Textos de Raul Leal,
Natália Correia y Lima de Freitas. Lisboa, Secretaria de Estado da Cultura, 1977, pp. 82-83; es el mismo al que, con
el título «Poème», se refiere en la nota anterior).
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(1947), donde el texto visual del autor incorpora un texto literario ajeno (en este caso,
32
de Aimé Cesaire) .
El segundo momento importante arranca al principio de los años noventa
(prolongándose hasta hoy, como podemos ver en el collage inédito Políticos correm para o
Algarve, fechado en 2000 y firmada Cesarini-Rossi) (f. xi). Fue en la revista española
33
Espacio/Espaço Escrito , en un número que incluía como parte central un homenaje a Mário
Cesariny, donde aparecieron por primera vez cinco poemas-collage hasta entonces inédi-
tos y fechados en 1990, dos de los cuales incorporaban al texto literario dos fotografías
como texto plástico. Esos poemas serían después incluidos en un conjunto publicado bajo
34
el titulo Uma combinação perfeita (f. xii.a-xii.f) donde, al lado del poema-collage realizado
incorporando a la página en blanco fragmentos de periódico (simultáneamente o no con
fotografías), encontramos variantes como la apertura de capítulo (o título de poema) en una
página y, seguidamente, la fotografía con la que el citado título establece una relación de
contraste crítico humorístico o ferozmente irónico, cuando no una relación de complicidad
y homenaje a través de intertextualidades cruzadas como en «Poesia» donde, al collage
picto-poético, se le añade el nombre del poeta Herberto Helder y, debajo, su fotografía.
Entre un momento y otro, los carteles (f. xiii.a, xiii.b) presentados en la
exposición O Cadáver Esquisito. Sua Exaltação seguida de Pinturas Colectivas (Lisboa,
Galería Ottolini, Febrero 1975) siguen la tradición cesariniana de multiplicar el sentido
de la obra propia a través del diálogo con otros autores (ahora Charles Fourier y Luis
35
Buñuel) cuyo homenaje y celebración se nos propone .
Podríamos encontrar otras vías de comunicación, ya fuera del eje de simul-
taneidad, entre el texto literario y el texto plástico. A esas vías se refiere María Jesús
Ávila cuando dice: «Los modos son variados y afectan a relaciones tradicionales que
implican los títulos, la ilustración o la actuación “en nombre de...”, esto es, la invoca-
ción, la introducción en la obra del otro mediante la entrada de su nombre, la apropia-
36
ción de un título o personaje o cita» .
En lo referente a la «invocación», y desde la aparente marginalidad inocente
de los títulos de los poemas o de las dedicatorias que los abren (en la dirección contraria,
del cuadro al sentido de su título, es en la que habla María Jesús Ávila), Cesariny convoca
la presencia y la incorporación de pintores del círculo de sus afinidades electivas, como
Vieira da Silva, Arpad Szenes, Cruzeiro Seixas, António Dacosta, Júlio-Saul Dias,
37
Francisco Relógio, Joan Miró o Enrique Carlón .
32 En Mário Cesariny, ed. cit., p. 84.
33 Espacio/Espaço Escrito n. 6/7, Badajoz, Diputación de Badajoz, invierno 1991.
34 Lisboa, Edições Prates, 1995.
35 En Mário Cesariny, ed. cit., pp. 172-173.
36 María Jesús Ávila: «Surrealismo nas artes plásticas em Portugal 1934-1952», en María Jesús Ávila/Perfecto E.
Cuadrado, op. cit., p. 267. A las abundantes variantes posibles en la relación palabra-imagen a lo largo de la
Modernidad literaria portuguesa dedica también Fernando Guimarães una de sus últimas obras de reflexión teórica e
histórica: Artes Plásticas e Literatura. Do Romantismo ao Surrealismo. Oporto, Campo das Letras, 2003. Véase también,
para una aproximación general a los problemas surgidos por esa relación: AA.VV.: Literatura y pintura. Introducción,
compilación de textos y bibliografía de Antonio Monegal, Madrid, Arco-Libros, 2000. Y, ya en el territorio particu-
lar de la escritura de Mário Cesariny, véase Fernando José Fraga de Azevedo: Texto literário e ensino da língua. A escrita
surrealista de Mário Cesariny, Braga, Universidade do Minho-Centro de Estudos Humanísticos, 2002.
37 Algunos merecerían por parte de Cesariny una atención preferente en forma de libro-poema-homenaje (como el
ya citado António António, dedicado a António Dacosta) o de estudio como en el caso do Artur M. do Cruzeiro Seixas
(Cruzeiro Seixas, Lisboa, Lux, 1967), o de Vieira da Silva y Arpad Szenes (Vieira da Silva, Arpad Szenes ou o Castelo
Surrealista, Lisboa, Assírio & Alvim, 1984).
maq. Cesarini 95-128 28/9/06 10:24 Página 127
A Antonin Artaud
I. Haverá gente com nomes que lhes caiam bem. | Não assim eu. | De cada vez que alguém me chama
Mário | de cada vez que alguém me chama Cesariny | de cada vez que alguém me chama de Vasconcelos |
sucede em mim uma contracção com os dentes | há contra mim uma imposição violenta | uma cutilada
atroz porque atrozmente desleal. || Como assim Mário como assim Cesariny como assim ó meu | deus de
Vasconcelos? | Porque é que querem fazer passar para o meu corpo | uma caricatura a todos os títulos
porca? | Que andavam a fazer com a minha altura os pais pelos baptistérios | para que eu recebesse em
plena cara semelhante feixe de estruturas | tão inqualificáveis quanto inadequadas | no acto em mim
sòzinho como a vida puro | eu não sei de vocês eu não tenho nas mãos eu vomito | não quero | eu nunca
aderi às comunidades práticas de pregar com pregos | as partes mais vulneráveis da matéria || Eu estou só
neste avanço | de corpos | contra corpos | Inexpiáveis || O meu nome se existe deve existir escrito nalgum
lugar | «tenebroso e cantante» suficientemente glaciado e horrível | para que seja impossível encontrá-
lo | sem de alguma maneira enveredar pela estrada | Da Coragem | porque a este respeito -e creio que
digo bem- | nenhuma garantia de leitura grátis | se oferece ao viandante || Por outro lado, se eu tivesse um
nome | um nome que me fosse realmente o meu nome | isso provocaria | calamidades | terríveis | como
um tremor de terra | dentro da pele das coisas | dos astros | das coisas | das fezes | das coisas
II. Haverá uma idade para nomes que não estes | haverá uma idade para nomes | puros | nomes que
magnetizem | constelações | puras | que façam irromper nos nervos e nos ossos | dos amantes |
inexplicáveis construções radiosas | prontas a circular entre a fuligem | de duas bocas | puras || Ah não
será o esperma torrencial diuturno | nem a loucura dos sábios nem a razão de ninguém | Não será mesmo
quem sabe ó único mestre vivo | o fim da pavorosa dança dos corpos | onde pontificaste de martelo na
mão || Mas haverá uma idade em que serão esquecidos por completo | os grandes nomes opacos que hoje
damos às coisas || Haverá | um acordar
A Antonin Artaud
I
Habrá gentes con nombres que les caigan bien.
No es mi caso.
Cada vez que alguien me llama Mário
Cada vez que alguien me llama Cesariny
cada vez que alguien me llama de Vasconcelos
me sobreviene un contraer de dientes
siento sobre mí una imposición violenta
una cuchillada atroz por lo atrozmente desleal.
¿Pero por qué Mário por qué Cesariny por qué santo
dios de Vasconcelos?
¿Por qué quieren traspasar a mi cuerpo
una caricatura a todas luces repugnante?
Qué andaban haciendo con mi dignidad los padres
168 MÁ RIO CESARINY
Habrá
un despertar
Poema
Reconheço este quarto impermeável | reconheço-te estás adormecido | o peito muito aberto as mãos
luminosas | o grande talento dos teus dentes miúdos || Há o perigo de um grito lindíssimo | quando
andas assim comigo no invisível | Quando a manhã vier sairás comigo | para o espaço que nos falta para o
amor | que nos falta || A aurora | está fatigada || a aurora | como um rio nosso | em torno dos elevadores ||
Tinha eu a idade | de um marselhês | silencioso | e tímido | Tu davas-me a lousa dos magos | o teu riso as
letras | mais obscuras do alfabeto || Foi há muito tempo | ou agora | na caverna dos leões expressivos || A
caverna que dá para a caverna | a caverna os lagos diligentes || Belo tu és belo | como um grande espaço
cirúrgico || Porque tu não tens nome existes || A minha boca | sabe à tua boca || A minha boca | perdeu a
memória | não pode falar as palavras | entram no seu túnel | e não é preciso segui-las || Disse que és alto |
alto | branco e despovoado
Poema
Reconozco este cuarto impermeable
te reconozco estás adormecido
el pecho muy abierto las manos luminosas
el enorme talento de tus dientes menudos
La aurora
está cansada
la aurora
como río nuestro
contorneando los ascensores
Tenía yo la edad
de un marsellés
silencioso
y tímido
Tú me dabas la piedra sepulcral de los magos
tu sonrisa las más oscuras
letras del alfabeto
ANTOLOGÍA POÉTICA 171
Mi boca
sabe a tu boca
Mi boca
perdió la memoria
no puede hablar las palabras
penetran en su túnel
y no es necesario perseguirlas
[A vida...]
A vida | às portas da vida || e o azul masculino de um rio || Amor Ardente | de forma distinta
[La vida...]
La vida
a las puertas de la vida
Amor Ardiente
de distinta manera
Poema
Tu estás em mim como eu estive no berço | como a árvore sob a sua crosta |
como o navio no fundo do mar
Poema
Tú estás en mí como yo estuve en la cuna
como el árbol bajo su corteza
como el navío en el fondo del mar
Poema
Faz-se luz pelo processo | de eliminação de sombras | Ora as sombras existem | as sombras têm exaustiva
vida própria | não dum e doutro lado da luz mas no próprio seio dela | intensamente amantes loucamente
amadas | e espalham pelo chão braços de luz cinzenta | que se introduzem pelo bico nos olhos do homem
|| Por outro lado a sombra dita a luz | não ilumina realmente os objectos | os objectos vivem às escuras |
numa perpétua aurora surrealista | com a qual não podemos contactar | senão como amantes | de olhos
fechados | e lâmpadas nos dedos e na boca
Poema
Se hace la luz por el procedimiento
de eliminar las sombras.
Mas las sombras existen
las sombras poseen una exhaustiva vida propia
no de uno y otro lado de la luz sino en el seno mismo de la luz
intensamente amantes locamente amadas
y extienden por el suelo brazos de cenicienta luz
que se introducen por la boca en los ojos del hombre
De profundis amamus
Ontem | às onze | fumaste | um cigarro | encontrei-te | sentado | ficámos para perder | todos os teus
eléctricos | os meus | estavam perdidos | por natureza própria || Andámos | dez quilómetros | a pé |
ninguém nos viu passar | excepto | claro | os porteiros | é da natureza das coisas | ser-se visto | pelos
porteiros || Olha | como só tu sabes olhar | a rua os costumes | O Público | o vinco das tuas calças | está
cheio de frio | e há quatro mil pessoas interessadas | nisso || Não faz mal abracem-me | os teus olhos | de
extremo a extremo azuis | vai ser assim durante muito tempo | decorrerão muitos séculos antes de nós |
mas não te importes | não te importes | muito | nós só temos a ver | com o presente | perfeito | corsários
de olhos de gato intransponível | maravilhados maravilhosos únicos | nem pretérito nem futuro tem | o
estranho verbo nosso
De profundis amamus
Ayer
a las once
fumaste
un cigarrillo
te encontré
sentado
quedamos para ir perdiendo
todos tus tranvías
los míos
estaban ya perdidos
por naturaleza propia
Recorrimos
diez quilómetros
a pie
nadie nos vio pasar
excepto
cómo no
los porteros
es lo más natural
que a uno lo vean
los porteros
Mira
como sólo tú sabes
la calle las costumbres
El Público
el pliegue de tus pantalones
ANTOLOGÍA POÉTICA 175
No importa abrácenme
tus ojos
de uno a otro extremo azules
así será durante mucho tiempo
antes que tú y que yo pasarán muchos
siglos
pero no te preocupes
mucho
a nosotros tan sólo nos concierne
el presente
perfecto
corsarios de ojos de gato intranspasable
maravillados maravillosos únicos
ni futuro ni pretérito tiene
el raro verbo nuestro
O jovem mágico
O jovem mágico das mãos de ouro |que a remar não se cansa muito | e olha muito depressa (como se
fosse de moto) | veio hoje ficar a minha casa || Vivia longe longe já se sabia | tão longe que era absurdo
querer determinar | metade campo metade luz | aí era a sua casa o sítio onde era longe || mesmo de
olhos fechados (como ele estava) | e de braços cruzados (como parecia dormir) | o jovem mágico das
mãos de ouro | que era todo de empréstimo à minha noite || que falou por acaso que nem se chamava
assim | (segundo também contou) tinha vivido há muito | ele, que estava ali, era um falsário | um fugido
de outro basta ver os meus olhos || nada sabemos de nós a não ser que chegámos | sem uma luz a esconder-nos
o rosto | belos e apavorados de estranhos casacos vestidos | altos de meter medo às aves de longo curso || nem há
noites assim não há encontros | ao longo das enseadas | não há corpos amantes não há luzeiros de astros | sob
tanto silêncio tão duradoura treva || e não me fales nunca eu sou surdo eu não te oiço | eu vou nascer feliz
numa cidade futura | eu sei atravessar as fronteiras das coisas | olha para as minhas mãos que te pareço
agora? || No entanto surgiu como simples criança | conseguia sorrir sentar-se verter águas | com as
mãos na cintura livre natural | ele que era um fantasma um fugido de outro | um que nem mesmo se
chamava assim | o jovem mágico das mãos de ouro | desaparecido nu de todos os sítios da Terra
El joven hechicero
El joven hechicero de las manos de oro
que en trabajar no pone mucho empeño
y mira muy deprisa (como si fuese en moto)
vino a parar hoy a mi casa
Barricada
Quando já não pudermos mais chorar e as palavras forem pequeninos suplícios e olhando para trás
virmos apenas homens desmaiados, então alguém saltará para o passeio, com o rosto já belo, já
espontâneo e livre, e uma canção nascida de nós ambos, do mais fundo de nós, a exaltar-nos! | Tu sabes
se te quero e se fomos os dois abandonados, abandonados para uma bandeira, para um riso que sangre,
para um salto no escuro, abandonados pelos lúgubres deuses, pelo filme que corre e desaparece, pela
nota de vinte e um pedais, pela mobília de duas cadeiras e uma cama feita para morrer de nojo. Minha
criança a quem já só falta cuspir e enviar corpo e bens para a barricada, meu igual, tu segues-me; tu
sabes que o caminho é insuportavelmente puro e nosso, é um duende gritando no telhado as ervas
misteriosas, é um rapaz crescendo ao longo dos teus braços, é um lugar para sempre solene, para
sempre temido! E o Rossio é uma praça para fazer chorar. Salvé, ó arquitectos! Mas choremos tanto que
será um dilúvio. Automóveis-dilúvio. Sobretudos-dilúvio. Soldadinhos-dilúvio. E quando essa água
morna inundar tudo, então, ó arquitectos, trabalhai de novo, mas com igual requinte e igual vontade:
vinde trazer-nos rosas e arame, homens e arame, rosas e arame.
Barricada
Cuando ya no podamos llorar más y las palabras sean
diminutos suplicios y mirando hacia atrás no veamos
sino hombres desmayados, entonces alguien saltará al
paseo, con el rostro ya hermoso, ya libre y espontáneo, y
una canción nacida de los dos, de lo más hondo de nosotros
dos, exaltándonos.
Tú sabes si te quiero y si fuimos los dos abandonados,
abandonados a una bandera, a un escarnio sangriento, a un
salto en las tinieblas, abandonados por los lúgubres dioses,
por la película que corre hasta perderse, por el billete de
veintiún pedales, por el mobiliario de dos sillas y una cama
hecha para morir de hastío. Pequeño mío a quien ya sólo falta
escupir y enviar cuerpo y bienes a la barricada, tú, igual a mí,
me sigues; tú sabes que el camino es insoportablemente puro
y nuestro, es un duende voceando en el tejado las hierbas
misteriosas, es un joven creciendo a lo largo de tus brazos, es
un lugar solemne para siempre, para siempre temido. Y el
Rossio es una plaza como para llorar. ¡Salve, arquitectos! Pero
lloremos tanto que será un diluvio. Automóviles-diluvio.
Abrigos-diluvio. Soldaditos-diluvio. Y cuando ese agua tibia
lo haya inundado todo, entonces, oh arquitectos, volved a
trabajar, mas con igual primor y voluntad igual: venid a
darnos alambre y rosas, hombres y alambre, alambre y rosas.
Ortofrenia
Aclamações | dentro do edifício inexpugnável | aclamações | por já termos chapéu para a solidão |
aclamações | por sabermos estar vivos na geleira | aclamações | por ardermos mansinho junto ao mar |
aclamações | porque cessou enfim o ruído da noite a secreta alegria por | escadas de caracol |
aclamações | porque uma coisa é certa: ninguém nos ouve | aclamações | porque outra é indubitável: não
se ouve ninguém
Ortofrenia
Aclamaciones
dentro del edificio inexpugnable
aclamaciones
porque tenemos ya sombrero para la soledad
aclamaciones
porque sabemos estar vivos en la nevera
aclamaciones
porque estamos ardiendo junto al mar mansamente
aclamaciones
porque cesó al fin el ruido de la noche la secreta alegría
por escaleras de caracol
aclamaciones
porque una cosa es cierta: nadie nos oye
aclamaciones
porque otra es indudable: no se oye a nadie
Exercício espiritual
É preciso dizer rosa em vez de dizer ideia | é preciso dizer azul em vez de dizer pantera | é preciso
dizer febre em vez de dizer inocência | é preciso dizer o mundo em vez de dizer um homem || É
preciso dizer candelabro em vez de dizer arcano | é preciso dizer Para Sempre em vez de dizer Agora |
é preciso dizer O Dia em vez de dizer Um Ano | é preciso dizer Maria em vez de dizer aurora
Ejercicio espiritual
Es preciso decir rosa en vez de decir idea
es preciso decir azul en vez de decir pantera
es preciso decir fiebre en vez de decir inocencia
es preciso decir el mundo en vez de decir un hombre
O navio de espelhos
O navio de espelhos | não navega, cavalga || Seu mar é a floresta | que lhe serve de nível || Ao crepúsculo
espelha | sol e lua nos flancos || (Por isso o tempo gosta | de deitar-se com ele) || Os armadores não
amam | a sua rota clara || (Vista do movimento | dir-se-ia que pára) || Quando chega à cidade | nenhum
cais o abriga || (O seu porão traz nada | nada leva à partida) || Vozes e ar pesado | é tudo o que transporta ||
E no mastro espelhado | uma espécie de porta || Seus dez mil capitães | têm o mesmo rosto || A mesma
cinta escura | o mesmo grau e posto || Quando um se revolta | há dez mil insurrectos || (Como os olhos da
mosca | reflectem os objectos) || E quando um deles ala | o corpo sobre os mastros | e escruta o mar do
fundo || Toda a nave cavalga | (como no espaço os astros) || Do princípio do mundo | até ao fim do mundo
El navío de espejos
El navío de espejos
no navega, cabalga
Su mar es la floresta
que de nivel le sirve
Al crepúsculo irradia
sol y luna en los flancos
Al arribar a puerto
no hay muelle que lo abrigue
(Y en el mástil radiante
una especie de puerta)
Desde el principio
al fin del mundo
y en cualquier caso
Autografia
Sou um homem | um poeta | uma máquina de passar vidro colorido | um copo uma pedra | uma pedra
configurada | um avião que sobe levando-te nos seus braços | que atravessam agora o último glaciar da
terra || O meu nome está farto de ser escrito na lista dos tiranos: | condenado à morte! | os dias e as noites
deste século têm gritado tanto no meu peito que | existe nele uma árvore miraculada | tenho um pé que já
deu a volta ao mundo | e a família na rua | um é loiro | outro moreno | e nunca se encontrarão | conheço a
tua voz como os meus dedos | (antes de conhecer-te já eu te ia beijar a tua casa) | tenho um sol sobre a
pleura | e toda a água do mar à minha espera | quando amo imito o movimento das marés | e os assassínios
mais vulgares do ano | sou, por fora de mim, a minha gabardina | e eu o pico do Everest | posso ser visto à
noite na companhia de gente altamente | suspeita | e nunca de dia a teus pés florindo a tua boca | porque tu
és o dia porque tu és | a terra onde eu há milhares de anos vivo a parábola | do rei morto, do vento e da
primavera | Quanto ao de toda a gente –tenho visto qualquer coisa | Viagens a Paris –já se arranjaram
algumas. | Enlaces e divórcios de ocasião –não foram poucos. | Conversas com meteoros internacionais
–também, já por cá | passaram. | Eu sou, no sentido mais enérgico da palavra | uma carruagem de
propulsão por hálito | os amigos que tive as mulher que assombrei as ruas por onde | passei uma só vez |
tudo isso vive em mim para uma história | de sentido ainda oculto | magnífica irreal | como uma povoação
abandonada aos lobos | lapidar e seca | como uma linha férrea ultrajada pelo tempo | é por isso que eu
trago um certo peso extinto | nas costas | a servir de combustível | e é por isso que eu acho que as paisagens
ainda hão-de vir a ser | escrupulosamente electrocutadas vivas | para não termos de atirá-los semi-mortas
à linha | E para dizer-te tudo | dir-te-ei que aos meus vinte e cinco anos de existência solar | estou em
franca ascensão para ti O Magnífico | na cama no espaço duma pedra em Lisboa-Os-Sustos | e que o
homem-expedição de que não há notícias nos jornais | nem lágrimas à porta das famílias | sou eu meu
bem sou eu partido de manhã encontrado perdido | entre lagos de incêndio e o teu rosto grande!
Autobiografía
Soy un hombre
un poeta
una plancha para vidrio de colores
un vaso una piedra
una piedra configurada
un avión que sube llevándote en sus brazos
que atraviesan ahora el último glaciar de la tierra
Mi nombre está harto de ser escrito en la lista de los tiranos:
¡condenado a muerte!
los días y las noches de este siglo han gritado tanto en mi pecho que
hay en él un arbol milagrado
tengo un pie que ya dio la vuelta al mundo
y la familia en la calle
uno es rubio
el otro moreno
y nunca llegarán a encontrarse
conozco tu voz como mis propios dedos
ANTOLOGÍA POÉTICA 187
Poema
Em todas as ruas te encontro | em todas as ruas te perco | conheço tão bem o teu corpo | sonhei tanto a
tua figura | que é de olhos fechados que eu ando | a limitar a tua altura | e bebo a água e sorvo o ar | que
te atravessou a cintura | tanto tão perto tão real | que o meu corpo se transfigura | e toca o seu próprio
elemento | num corpo que já não é seu | num rio que desapareceu | onde um braço teu me procura || Em
todas as ruas te encontro | em todas as ruas te perco
Poema
En todas las calles te encuentro
en todas las calles te pierdo
conozco tan bien tu cuerpo
soñé tanto tu figura
que ando con los ojos cerrados
delimitando tu estatura
y el agua bebo y sorbo el aire
que te atravesó la cintura
tanto tan cerca tan real
que mi cuerpo se transfigura
y alcanza su propio elemento
en un cuerpo que ya no es el suyo
en un río ya desaparecido
donde me busca un brazo tuyo
Lembra-te
Lembra-te | que todos os momentos | que nos coroaram | todas as estradas | radiosas que abrimos | irão
achando sem fim | seu ansioso lugar | seu botão de florir | o horizonte | e que dessa procura | extenuante
e precisa | não teremos sinal | senão o de saber | que irá por onde fomos | um para o outro | vividos
Recuerda
Recuerda
que todos los momentos
que nos coronaron
todos los caminos
radiantes que abrimos
irán encontrando sin fin
su ansioso lugar
su botón floreciendo
el horizonte
y que de esa búsqueda
extenuante y precisa
sólo nos quedará como señal
saber
que irá por donde fuimos
uno al otro
vividos
O regresso de Ulisses
O HOMEM É UMA MULHER QUE EM VEZ DE TER UMA CONA TEM UMA PIÇA, O QUE EM NADA PREJUDICA O NORMAL
ANDAMENTO DAS COISAS E ACRESCENTA UM TIC DELICIOSO À DIVERSIDADE DA ESPÉCIE. MAS O HOMEM É UMA MULHER
QUE NUNCA SE COMPORTOU COMO MULHER, E QUIS DIFERENCIAR-SE, FAZER CHIC, NÃO CONSEGUINDO COM ISSO SENÃO
PRODUZIR MONSTRUOSIDADES COM ESTA FAMOSA «CIVILIZAÇÃO OCIDENTAL» SOB A QUAL SUFOCAMOS MAS QUE,
FELIZMENTE, VAI DESAPARECER EM BREVE. | PELO CONTRÁRIO, A MULHER, QUE É UM HOMEM, SOUBE SEMPRE GUARDAR AS
DISTÂNCIAS E NUNCA PRETENDEU SUBSTITUIR-SE À VIDA SISTEMATIZANDO PUERILIDADES, COMO FILOSOFIA, AVIAÇÃO,
CI NCIA, MÚSICA (SINFÓNICA), GUERRAS, ETC. ALGUNS PEDANTES QUE SE TOMAM POR LIBERTADORES DIZEM-NA
«ESCRAVA DO HOMEM» E ELA RI ÀS ESCÂNCARAS, COM A SUA CONA, QUE É UM HOMEM. || DESDE O INÍCIO DOS TEMPOS,
ANTES DA ROBotSTÓNICA GREGA, OS ÚNICOS HOMENS-HOMENS QUE APARECERAM FORAM OS HOMENS-MEDICINA, OS
HOMENS-XAMAS (HOMOSSEXUAIS ARQUIMULHERES). ESSES E AS AMAZONAS (SUPER-MULHERES-HOMENS). MAS UNS E
OUTRAS ERAM DEMAIS, E DESDE O INÍCIO DOS TEMPOS QUE PENÉLOPE ESPERA O REGRESSO DE ULISSES. MAS O REGRESSO
DE ULISSES É O HOMEM QUE É UMA MULHER E A MULHER QUE É UMA MULHER QUE É UM HOMEM.
El regreso de Ulises
EL HOMBRE ES UNA MUJER QUE EN VEZ DE TENER UN COÑO TIENE UNA
PICHA, LO QUE EN NADA PERJUDICA LA NORMAL MARCHA DE LAS COSAS
Y AÑADE UN TIC DELICIOSO A LA DIVERSIDAD DE LA ESPECIE. PERO
EL HOMBRE ES UNA MUJER QUE NUNCA SE COMPORTÓ COMO MUJER,
Y QUISO DIFERENCIARSE, HACER CHIC, NO CONSIGUIENDO CON ELLO SINO
PRODUCIR MONSTRUOSIDADES COMO ESTA FAMOSA «CIVILIZACIÓN
OCCIDENTAL» QUE NOS SOFOCA PERO QUE, FELIZMENTE,
VA A DESAPARECER EN BREVE.
POR EL CONTRARIO, LA MUJER, QUE ES UN HOMBRE, SUPO SIEMPRE
GUARDAR LAS DISTANCIAS Y NUNCA PRETENDIÓ SUSTITUIR LA VIDA
SISTEMATIZANDO PUERILIDADES, COMO FILOSOFÍA, AVIACIÓN, CIENCIA,
MÚSICA (SINFÓNICA), GUERRAS, ETC. ALGUNOS PEDANTES QUE SE CREEN
LIBERTADORES LA LLAMAN «ESCLAVA DEL HOMBRE» Y ELLA RÍE CON
DESCARO, CON SU COÑO, QUE ES UN HOMBRE.
Ars magna
Devo ter corredores por onde ninguém passe devo | ter um mar próprio e olhos cintilantes | devo saber de
cor o cetro e a espada | devo estar sempre pronto para ser rei e lutar | devo ter descobertas privativas
implicando viagens | ao grande imprevisto | de um pássaro as ossadas de uma ilha a floresta do | teu peito o
animal que inanimado canta | devo ser Júlio César e Cleópatra a força do Dniepper | e o carmim dos olhos
de El-Rei D. Dinis | devo separar bem a alegria das lágrimas | fazer desaparecer e fazer que apareça | dia
sim dia não | dia sim dia não | devo ter no meu quarto espelhos mais perfeitos | técnicas mais sérias
prestígios maiores | devo saber que és forte amplo transparente e | colher-te murmúrio flébil aerolado |
que eu arranco da luz que encharca o mundo | dia sim dia não dia sim dia não | devo portar-me bem à
saída do teatro | devo dar e tirar as chaves do universo | num passo ágil belo natural | e indiferente ao
triunfo aos castigos aos medos | fitar unicamente, sob as luzes da cúpula, o voo | tutelar da invísivel armada
Ars magna
He de tener corredores por donde nadie pase he de tener
un mar propio y ojos fulgurantes
he de saber de corrido el cetro y la espada
he de estar siempre listo para ser rey y luchar
he de tener descubrimientos particulares que impliquen viajes
a la grandeza inesperada
de un pájaro la osamenta de una isla la floresta de
tu pecho el animal que inanimado canta
he de ser Julio César y Cleopatra la fuerza del Dniepper
y el carmín de los ojos del Rey D. Dinis
he de separar bien la alegría de las lágrimas
hacer desaparecer y hacer que aparezca
día sí día no
día sí día no
he de tener en mi cuarto espejos más perfectos
técnicas más serias prestigios mayores
he de saber que eres fuerte amplio transparente y
cogerte murmullo flébil aerolado
que yo arranco de la luz que encharca el mundo
día sí día no día sí día no
he de portarme bien a la salida del teatro
he de dar y arrancar las llaves del universo
con paso ágil bello natural
e indiferente al triunfo a los castigos a los miedos
seguir con la mirada, únicamente, bajo las luces de la cúpula, el
vuelo tutelar de la armada invisible
DECLARACIÓN
Se trata de un hombre cuya proyección en la vida de nuestro tiempo y en la de los tiempos por venir no
depende de estar o no presente en lo cotidiano que vive con los muertos y que entierra a los vivos
aunque se le aparezca a uno.
Dominada la emoción que causa una desaparición como ésta, lo que destaca por encima de todo es que
el poder de rechazo y de intervención presentes en una obra que es, sin ninguna duda por nuestra
parte, la del mayor poeta de este siglo, es válido para todas las épocas y lugares donde a la asfixia
continúe oponiéndose el hombre libre, donde al demagogo le brote el utopista, donde al desistimiento
de la vida le brote la vida con su escoba de ramas.
ATELIER 1
EMPECÉ A FORMARLO POR LAS PIERNAS PERO ESO LO AGITABA DEMASIADO LO OBLIGABA A SER
MÁS FUERTE DE LO QUE ERA.
ES UN CUERPO MUY HERMOSO, LIGADO A LAS MANOS CON SEGURIDAD ABSOLUTA. LOS OJOS
TIENEN ALGO DE MEDITERRÁNEO PERO EL CABELLO ES COMPACTO, COMO EN LAS RAZAS
FUERTES.
PREPARO OTRO CUERPO, MÁS EXTENSO Y MÁS ÁGIL. EL AGUA VERDE ILUMINA TODA LA SALA.
TODO ES VISIÓN
ya use el artista un lenguaje con base en un positivismo que también puede ser el de la
[Gran Poesía
TODO ES VISIÓN
en una felizmente sumaria, felizmente relativa y felizmente ausente eternidad.
maq. Cesarini 239-264 28/9/06 10:28 Página 246
MÁRIO CESARINY DE A A LA Z
Poeta y pintor, fundador del movimiento surrealista portugués, príncipe de los que, para
serlo, no necesitan de condición aristocrática, he aquí Mário Cesariny: figura
saludablemente provocadora y de las más densas de nuestra cultura.
Como diría Vieira da Silva, «Mário es pájaro es gato es alguien apenas, cada vez menos
parecido a un ser humano».
Mário Cesariny de Vasconcelos («Habrá gentes con nombres que les caigan bien. / No es
mi caso. // ¿Pero por qué Mário por qué Cesariny por qué santo / dios de Vasconcelos?»)
es, para aquellos que no lo conocen de cerca y por eso no lo saben pájaro ni gato, un poeta
y pintor identificado con el movimiento surrealista portugués, del que fue fundador
y ha sido incansable divulgador.
Explica cómo nació el movimiento en un texto inédito que aquí dedica a otro gran poeta
recientemente desaparecido, Alexandre O’Neill. De lo que, por pudor, Cesariny no habla
es de las persecuciones, de las dificultades, del recorrido ejemplarmente coherente:
«Ningún movimiento como el surrealismo propone, a la vez, una real ciudadanía para
todos y una real libertad de cada uno para consigo».
Poeta del espacio, «en conquista de más y más infinito», compañero de Alexandre
O’Neill, António Domínguez, Enrique Risques Pereira, Cruzeiro Seixas, Pedro Oom,
António Maria Lisboa («la crítica es la forma de nuestra permanencia») en las andanzas
y desandanzas del surrealismo en Portugal, Mário Cesariny pagó la libertad con un día
a día en el que siempre anduvieron alejados los honores que pródigamente contemplan
otros intelectuales más convenientes socialmente. Aun así, príncipe de los que para serlo
no necesitan de condición aristocrática, Mário Cesariny se impone –más allá de su
discretísima presencia– como una figura saludablemente provocadora, de las más
intensas de nuestra cultura.
A, de Amor
Es una calle muy sosegada por donde sólo se pasó una vez
B, de Bach
Es un consumidor de épocas como no lo son Beethoven o Brahms o Bela Bartok o
Benjamín Britten.
Y B también de Teófilo Braga, «genial historiador de la literatura portuguesa»
como lo descubre Carolina Michaëlis de Vasconcelos. La tiniebla con la que nos
bañó el doctor Salazar también está en esta cosa disconforme: sólo me ha sido
posible leer a los 61 años lo que debía haber leído a los 16: ¿evalúa la extensión del
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D, de Destino
Es el amor a toda longitud.
F, de Familia
Es el acto sexual practicado con un cadáver.
G, de Grecia
Es el comienzo remoto de la tragedia social, moral y política que fue el final de la
Edad Media y el inicio del Renacimiento.
H, de Horror
El Hombre-Mono: Luis XIV y Versalles, Felipe II y El Escorial, Pizarro y el
exterminio del Inca.
I, de Islam
Preguntar a Eunice.
J, de J…
Es la décima carta del Tarot, la «Rueda de la Fortuna» que nos previene
del equilibrio precario que hay entre el bien y el mal, la gracia y la desgracia,
el cielo y la tierra. Avisa a las naturalezas superiores de que para sondear el abismo
se necesita tener alas para poder volver. Algo así como Dante, Nietszche y Wild Bill
Hickok. ¿Conoce a Wild Bill Hickok? Frank Harris, el amigo y biógrafo de Oscar
Wilde dice: «Conocí reyes y conocí cowboys. Nunca tuve tanta confianza con Wild
Bill como tuve con Bernard Shaw u Oscar Wilde o con centenares de las más
importantes figuras del arte, de la literatura y de la política de Europa y de América.
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Pues hoy, medio siglo después, quien más se aventaja en mi espíritu es Wild Bill;
es mi héroe preferido. En verdad, sólo tengo tres héroes: Wild Bill, Shakespeare
y Cervantes, todos muertos». Frank Harris también ha muerto.
L, de Lisboa
Reparo en que eliminó la K. Hizo bien. «Para la letra K es necesario que corra la sangre
dije en un poema. La K está donde quedó: cosa de bárbaros sitiando Roma».
António Maria Lisboa: LA DIRECCIÓN DESCONOCIDA (dijo él). Retoma de
Pascoaes la tradición del Poeta como Mago, como Pensamiento Unificador-
Reflector de este Universo y de todos los Universos Por Llegar: Lisboa nunca
aceptaría estar escribiendo en un café de la Rua dos Douradores. Donde él escribía
era en una seta de y para todos los Universos.
M, de México
Como decía el otro, ya que allí vivir no pude, allí me gustaría morir. Mucho más
que en Lisboa –y mucho más animado– ¡allí los huesos, por la mano caritativa
del terremoto, vienen periódicamente a la superficie, cantan, bailan! ¡Descubren
cosas remotas, no identificables!
¡Un beso para Octavio Paz!
N, de Nacionalidad
Soy de padre portugués y madre española, dos países que no son exactamente
nacionalidades sino reinos distintos en el pensar y en el andar y en los que
antiguamente «eran todos primos y primas», en la versión popular del poema
de Pessoa.
También me gustaría ser irlandés.
O, de Otelo
Al público le gusta ver a Desdémona estrangulada.
P, de Papa Juan Pablo II
Si no matan a este Papa en Lyon, Nostradamus no vende un ejemplar nunca más.
Q, de Q…
Esta letra es muy mala. Sólo me recuerda a la Plata de la Cruz Quebrada.
R, de Rasputín
En cada ruso blanco hay un Rasputín rojo, como en cada portugués rubio hay
un Alcocer-Quibir negro. En cualquiera de estas vertientes el resultado es agua.
S, de Sigmund
Hay mucho orden en el cuarto de la pacotilla. Todavía socorre a algunos médicos
y a muchos individuos casados más de tres veces.
maq. Cesarini 239-264 28/9/06 10:28 Página 249
T, de Terrorismo
Todavía no está probado que mate más que el SIDA. (Pero también la T de Tao,
la del «Rumbo al mar» de los templarios, y de Diniz y de Isabel, ¡la cátara!)
U, de Urmuz
No me acuerdo de nada.
V, de Vicio
«¡Ah, sí! ¿Todos los vicios! ¿Cólera? ¿Lujuria? ¡Magnífica la lujuria!». Jean Arthur
Rimbaud. Raul Leal.
Z, de ¡Zas!
¿El «Zas» de Zaratustra? Bastante más, en todo caso, que el de Almada Negreiros.
maq. Cesarini 239-264 28/9/06 10:28 Página 250
Para Bugs Bunny: una carrera en la planta baja del Chicago Art Institute.
Para Fred Astaire: una docena de lagartos muy frescos.
Para Marilyn Monroe: un barco de guerra planchando su primer vestido de gala.
Para Bessie Smith: la Mona Lisa de Leonardo da Vinci equipada con un sistema eléctrico,
dos brazos y dos piernas, que le permitan andar por toda la casa, incluyendo la
posibilidad de subir las escaleras.
Para Harpo Marx: el papel de Iago en Othello.
Para Krazy Kat: un árbol japonés que, cuando se le da un cigarro, muestra un teléfono
por medio del cual un cura yugoslavo proporciona incesantemente información acerca
de la experiencia del Frankenstein de Utrecht.
Para T-Bone Slim: una ardilla «Lincoln».
Para Jerry Lewis: la Water Tower de Chicago, pero un poco más alta y cortada
longitudinalmente en secciones de once pulgadas.
Para Buster Keaton: un avión pilotado por una jirafa; los fines de semana, sólo la jirafa.
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En 1946, en Lisboa, Alexandre O’Neil me trae un libro titulado Historia del surrealismo, de
Maurice Nadeau. No me advirtió de su contenido en el momento de entregármelo, aunque
su intención era obvia: tanto O’Neill como yo intentábamos salir de la ética y estética del
neorrealismo, versión portuguesa del «realismo socialista» bajo la dictadura de Salazar. Ya
en 1945 yo había escrito, sin atreverme a publicarlo –hubiera sido considerado fascista por
amigos y enemigos– «Nicolau Cansado Escritor», una broma en verso y en prosa en la que
parodiaba a las más estimadas luminarias portuguesas –que no eran pocas– de esa fábrica
literaria estrechamente ligada al Partido Comunista en la clandestinidad. Por una fatal iro-
nía, los textos de ese librito tenían la fecha de mi propia afiliación a dicho partido, que
siguió imperturbable su obligatoria posición estalinista, mientras yo me alejaba más y más
de esa convención literaria y era, cada vez más, apartado de la actividad política de «mi»
partido, afortunadamente sin problemas, a diferencia de otros muchos alejamientos que
resultaban traumáticos para los que «salían».
Nadeau dedica un largo (y emocionado) homenaje al surrealismo y establece la época del
final de la Segunda Guerra llamada Mundial como fecha final de la Revolución Surrealista:
1
cambiar la vida, transformar el mundo . Pero esa no fue para mí la conclusión del pro-
blema. Me preguntaba –y continuo haciéndolo– si transformarse a sí mismo no sería la
única manera totalmente posible y completamente real de transformar el mundo. Más tarde
llegaría entre nosotros Antonio María Lisboa para proponer esa fórmula absolutamente
mágica: «Excederse de tal forma que no sea posible conceptualizarse». Hay en el lenguaje
de la marina portuguesa una operación náutica a la que llaman «dar la vuelta al mundo».
No se trata de lo que, de forma apresurada, podría suponerse, esto es, de la circunnavega-
ción del planeta a lo Fernando Magallanes, sino de todo lo contrario: de una rotación com-
pleta con el buque en alta mar; es decir, el mundo eres tú y tu propio equipaje.
También recordaré que, a diferencia de lo que sucedió en España, donde el surrealismo
tuvo una considerable difusión casi desde el primer manifiesto, en Portugal la respuesta al
planteamiento de Breton de exigir una verdadera vida en todos los campos de conocimiento
y de la acción, fue nula hasta la constitución del Grupo Surrealista de Lisboa, en 1947. Y si
acaso anteriormente tuvo repercusión en la vertiente plástica o literaria, nunca se utilizó el
término «surrealismo».
La corta vida de ese primer grupo –menos de dos años: 1947-1949– sólo proyectará la ilu-
sión de poder mantener una verdadera actividad colectiva, pública, bajo la dictadura que a
partir de 1936 –la Guerra Civil española– se hace ferozmente represiva.
1 Más tarde, en la reedición de su Historia, a la que añade una larga serie de documentación que alcanza hasta
los años sesenta, Nadeau admite alguna precipitación suya, en cuanto a las actas de la muerte del surrealismo.
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Es fácil decir que a Breton le debo, sino la vida, mi vida. Pero es verdad. En mi repulsión de
todos los idearios que me fueron presentados como un «camino» –y Sastre empezaba ya,
en Paris, el clamor de la «buena nueva» existencial, asegurándose la más pletórica publi-
cidad a través de su amorío con el estalinismo– el manifiesto «Ruptura Inaugural», de
junio del 47, determinó mi adhesión plena al surrealismo. Autoexcluyéndose de toda polí-
tica partidaria, aquel manifiesto incorporaba a su propio título la hermosa cita de Port-
Royal: «L’homme qui marche est une cause libre».
Breton iluminó para mí la ruta milenaria de una corriente alterna que en varios tiempos y
lugares existió siempre y seguirá existiendo. En la «Oda a Charles Fourier» abrió mis bra-
zos (¡que ya se cerraban!) con el presupuesto esencial del «nuevo mundo amoroso»: «No
ama aquel que tan sólo ama a la humanidad, sino aquel que la ama a través de un individuo
determinado». Mucho más que la teoría de la metáfora surrealista –la ceremonia en una
mesa de disección entre un paraguas y una máquina de coser, de Lautremont– fue la lectura
de su poema «Fata Morgana», todavía no editado como publicación independiente, la que
desencadenó mi propio lenguaje hasta un punto del que sólo más tarde me he dado cuenta:
en efecto, uno de mis primeros poemas surrealistas tiene el mismo disparo inicial, fonético
y sintáctico, de «Fata Morgana».
Ce matin la fille de la montante tient sur ses
Genoux un acordeón de chauve-soulis blancs.
A esta hora entre los predios, bajo la niebla,
la bella marcha diurna de los hombres que empiedran en la plaza.
La reiteración obcecada y continua de la evocación del ser amado, tal y como se da en el
poema de Bretón «L’Union Libre», inseminará el surrealismo desde su inicio hasta el
2
poema que Sergio Lima acaba de publicar en Portugal . Sin duda, los amantes de la perpe-
tua novedad literaria lo tomarán como algo pasado de moda. Lo que ocurre, en realidad, es
que esta técnica no pertenece al ámbito de la literatura sino al de las técnicas chamánicas
del éxtasis y las evocaciones rituales de Osiris: evocación ad infinitum del ser deseado y
3
amado para que comparezca .
Desgraciadamente, mi estancia de tres mesen en París en aquel, para mí no tan remoto
1947 (con frecuencia converso con Eloísa, con Joaquín de Flora y otras gentes de los siglos
xii y xiii como si me hubieran visitado a principios de mes), no me permitió conocer a
Artaud. Sólo un año después, ya en Lisboa, pude leer algunos de sus poemas. Fue otro
impulso tremendo. ¡Un poeta que buscaba la palabra anterior a la palabra, el verbo sin ima-
gen, el verbo sin el verbo!
Pero no participo de la competición que ahora se disputa entre estos dos gigantes del surre-
alismo. Son dos grandezas y dos revoluciones –en el sentido astrofísico– complementarias.
Lo que le falta a uno le sobra al otro.
En 1964 en París compré dos libros tuyos en una librería del Boulevard de Saint-Germain,
fue acaso sortilegio, ¿o es que «los encuentros son proporcionales a los destinos»?
me lo pregunto porque en aquel entonces nadie me habla de ti ni de tu obra
el Portugal de ese tiempo era una tumba cerrada por tierra mar y aire
por la Ipsísima dictadura del Dr. Salazar
pero también por la pró-pré-pri dictadura de los que a Salazar se oponían
en nombre de otro señor que, quitando el bigote al gato
no pasaba del mismo (señor) acelerado a millones de voltios igualmente asesinos
Stalin Gulag y Realismo Socialista
Pues en París yo y la Tour Saint-Jacques inclinada hacia mí todo un verano
y tus dos libros eran:
Libertad bajo palabra
figura hemosísima del dios en el hombre
y El arco y la lira saeta en el momento del disparo
como aún hoy te veo aún en el aire
No faltará decir que otros libros cambiaran o ayudarán a mi juego de dados mínimo
que para medirse en toda la extensión habría de llegar hasta Enki-Du el soldado de Anu
y acabar no sé dónde, ciego de luz
alguna vez hay que apagar la lámpara
para poder —¿no te parece?— d-o-r-m-i-r
Ut pictura poesis
en torno a mário cesariny
Cesariny y el infarto
Natalia Correia
¿Se trata de aprehender un espacio vacío? ¿Se trata de conjurar una ausencia a través de una
imagen que le es análoga? Búsquenle las imágenes que quieran, es una actitud metida en las
entrañas del hombre, una dirección que la sangre toma. Así es la pintura, desde el bestiario
alojado en las paredes de Altamira hasta el sentimentalismo doméstico de Vermeer, enamo-
rado o secuestrado por la burguesía, pasando, sobre todo, por el informalismo visionario que
amplifica micromundos o miniaturiza macromundos. Porque aquí la sangre es más veloz y
toma la dirección del infinito.
He aquí por qué el poeta salta con ganas de la poesía a la pintura. Henri Michaux
dio el salto; Almada, eterno bailarín, pulula de la poesía a la pintura y viceversa (mejor decir
viceversos); y ahora le toca el turno a Cesariny, cuya exposición está en el origen de media
docena de reflexiones con las que entretejo esta crónica.
Lo que impresiona en esta exposición de Cesariny es el gesto poético que las
telas no logran contener. Una pintura que no está hecha para estar en el espacio que, al pri-
mer vistazo que le compete, sale de sí misma, cuyas sugestiones se propagan en cadena en un
juego peligrosísimo para cuantos sobreentienden la pintura como un arte tranquilizador
dirigido a la contemplación. Cabe aquí sacar a colación la observación de que, gracias a esta
cualidad tranquilizadora, la pintura goza en nuestros días de la simpatía de ciertos magnates
coleccionistas de cuadros que, perseguidos por el fantasma del infarto cardiaco, hacen con-
cesiones a la inofensiva pintura que ferozmente rechazan en el caso del inquietante arte de la
palabra, fuente de perturbadoras reflexiones que pueden acelerar el fin de una carrera glo-
riosa. Pues bien, en la exposición de Cesariny vi despistadamente lisas algunas de esas nari-
ces que se fruncen ante la poesía. Observé incluso como, después de tomar la decisión de
adquirir algún cuadro como inversión, dejaban allí la pegatina que grita el nombre del com-
prador en las narices de los desafortunados amantes de la pintura que se acercan a unas gale-
rías cada vez más dominadas por el afán de lucro. Vi esto y me divertí, pensando en el envite
que el poeta Cesariny disfrazado de pintor Cesariny lanzaba a aquellas almas especializadas
en encerrar en el cuarto oscuro los sueños que los Borckmans inmolan para dioses de pecu-
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nia. Porque la verdad es que Cesariny introdujo en el baúl de la pintura una cantidad sufi-
ciente de poesía como para desencadenar su descenso al abismo personal donde hierven las
emociones que precipitan el infarto o, todavía peor, reducen a polvo los más sólidos edificios
de todas las glorias vanas.
Dudo que la pintura de Mário Cesariny entusiasme a la crítica ordenada en
cajones vanguardistas. Pero también ocurre que el presente dinamismo social devorador de
innovaciones es una máquina de moler novedades que, una vez integradas en su organismo,
se despiden de aquel tono provocador que es la aureola de la actitud vanguardista. Si para una
cultura elaborada por las directrices espirituales del siglo XX, las vanguardias desempeñaron
su papel de escándalo constructor (registremos el atropello de los ismos que alborozaron las
primeras décadas de este siglo), la ruptura tecnológica y espacial vino a imprimir al espíritu
del hombre una velocidad que digiere todas las osadías. Ahora, un arte que es convocado por
lo establecido nace encanecido y, en estos términos, conviene aceptar que la propia defini-
ción de vanguardia se va convirtiendo en un academicismo, un convencionalismo de lo
nuevo con su aire de institución de lo insólito, consentida y hasta apetecida por el fariseo
cuyo paladar se vuelve cada vez más exigente de nuevas especias artísticas.
Cesariny ofrece una panorámica de superficies que exigen más poesía que peri-
cia pictórica porque, en vez de aterrorizar al pintor, quieren, como prefería Van Gogh, que él
las aterrorice. De hecho, Cesariny asombró a sus telas con algo terrible: el hombre resulta
terrible cuando se apodera de él la fuerza de su supervivencia. Esto significa poesía, el hecho
psicológico que engendran todas las artes, fijadas en géneros en virtud de habilidades espe-
cíficas. ¡Se excusan de buscar otras definiciones para el arte, teóricos cansados, barrenderos
de estéticas! Todos los ríos que navegáis son afluentes del magno curso de esta autoprocrea-
ción humana, esta proyección de nuestra imagen futura inscrita en el interior de nuestro
presente: «Inventar el futuro como si se crease una canción».
Acuamoto
Édouard Jaguer
Proceso automático experimentado desde 1947 por el poeta y pintor surrealista portugués
Cesariny, que lo compara al «acto adivinatorio de lanzar plomo en fusión en el agua fría».
Se trazan en un principio (sin objetivo ni modelo) líneas directamente del tubo de tinta
china, sobre una hoja de papel, después se derrama sobre ella, al vuelo una gran cantidad
de agua que modifica grandemente el trazo inicial, revelando así los horizontes de paisa-
jes insospechados. La violencia del gesto efectuado distingue este gesto este proceso del
frottage utilizado por Marcel Jean, y está más cerca del lavado tradicional.
para mí es muy difícil decir con palabras lo que es nuestro diálogo que es un día –
después
mudo, las palabras de Mário tienen un gran
peso en mi memoria, pero lo que yo digo puede traducirse
en lenguaje de gato
muchas palabras escritas habladas
Cesariny y el retrato
rotativo de Genet
en Lisboa
Al Berto
al anochecer mário
cuando la blanca yegua flota allí en príncipe real
las lombrices nos visitan con sus cabezas huecas
en forma de péndulo abren las bocas para mostrar
restos de esperma viperino debajo de las lenguas y
con el dedo extendido nos acusan de traición
biografía
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1923 Nace en Lisboa el 9 de agosto. Pinta O Operário y Homenagen a Victor Brauner y una
serie de Figuras de Sopro y de Sismofiguras donde
1934-1944 Asiste al liceo Gil Vicente y a la Escola Antó- introduce técnicas que le permiten explorar pro-
nio Arroio. cesos abstractos de carácter automático, como la
Estudia música con el conpositor y musicólogo «escorrência» y la dispersión de tintas.
Fernando Lopes Graça. Participa en la fundación del Grupo Surrealista de
A partir de 1942 crea sus primeras pinturas, dibu- Lisboa del cual forman parte Alexandre O’Neill,
jos y poemas. António Domingues, António Pedro, Fernando de
Escribe A Poesia Civil y Burlescas, Teóricas e Senti- Azevedo, João Moniz Pereira, José-Augusto França
mentais. y Marcelino Vespeira.
Mário Cesariny, António Domingues, Cruzeiro
Seixas, Fernando de Azevedo, Fernando José Fran- 1948 Escribe los poemas de Discurso Sobre a Reabilitação
cisco, José Leonel Martins, Júlio Pomar, Pedro do Real Quotidiano y de Alguns Mitos Mayores Alguns
Oom, Marcelino Vespeira, alumnos de la Escola Mitos Menores Propostos a Circulação pelo Autor.
António Arroio y algunos de los jóvenes artistas Abandona el Grupo Surrealista de Lisboa. Se forma
que iniciarán el movimento surrealista, se reúnen el grupo Os Surrealistas conpuesto por Mário Cesa-
en una tertúlia con características dadá en el Café riny, António Maria Lisboa, Carlos Eurico da Costa,
Herminius, en Lisboa. Cruzeiro Seixas, Fernando Alves dos Santos, Fer-
nando José Francisco, Henrique Risques Pereira y
1945 Desde el final de la segunda guerra mundial, y Pedro Oom.
hasta 1946, se adhiere al neorrealismo y a la acti-
vidad política correspondiente. Da la conferencia
«A Arte en Crise» (El arte en crisis) para los
obreros de la Compañía União Fabril, en Barreiro.
Publica artículos en el periódico A Tarde y en las
revistas literárias Seara Nova y Aqui e Além.
Escribe los poemas del libro Nobilíssima Visão.
268 BIOGRAFÍ A
BIOGRAFÍ A 269
Michaux, Hans Arp, Kurt Schwitters, Raul Haus- 1972 Publica la recopilación antológica Burlescas Teóri-
mann, Marcel Duchamp, André Breton, Benja- cas e Sentimentais (ed. Presença), As Mãos na
min Péret y John Cage. Água a Cabeça no Mar (edición del autor) y la tra-
Publica Do Surrealismo e da Pintura en 1967: Cruzeiro ducción portuguesa de Iluminações y de Una Cer-
Seixas (ed. Lux). veja no Inferno de Jean-Arthur Rimbaud (ed.
Pintura Surrealista, Mário Cesariny e Cruzeiro Seixas, Estúdios Cor).
Oporto, Galeria Divulgação, del 12 al 21 de junio. Coordina y edita, con Cruzeiro Seixas, el cuaderno
XIII Exposición Internacional do Surrealismo, S. Aforismos de Teixeira de Pascoaes.
Paulo, mayo. Coordina el volumen antológico Poesia de Teixeira
Salão de Verão, Lisboa, SNBA. de Pascoaes (ed. Estúdios Cor).
Os Lusíadas que fomos, Os Lusíadas que somos, Lis-
1969 Exposición Internacional Surrealista, La Haya. boa, Galeria Diário de Notícias.
Cesariny, Lisboa, Galeria S. Mamede, mayo. Mário Cesariny, Oporto, Galeria Alvarez, marzo.
10 Artistas da Galeria S. Mamede, Lisboa, Galeria S.
1970 Edita el panfleto Para Ben Esclarecer As Gentes Que Mamede, mayo.
Continuaram À Espera, Os Signatários Vêm Informar
Que con Cruzeiro Seixas y Mário Henrique Leiria. 1973 11 Crucificações en Detalhe / 3 Afeições de Zaratustra /
Coordina el catálogo de la exposición de Vieira da Retrato de Jean Genet, Lisboa, Galeria S. Mamede,
Silva en la Galeria S. Mamede. febrero-marzo.
Conoce a Édouard Roditti. Pintura Portuguesa de Hoje. Abstractos e Neofigurati-
Exposición Novos Sintomas na Pintura Portuguesa, vos, Barcelona, Palácio de la Virreina, abril-mayo.
Lisboa, Galeria Judite Dacruz, junio. Salamanca, Universidade de Salamanca, mayo-
junio. Lisboa, SNBA, julio.
1971 Organiza y edita, con Cruzeiro Seixas, el volumen Phases. Homenaje a César Moro, Lima, Casa Taller
Reimpressos Cinco Textos de Surrealistas em Português Delfin, octubre-noviembre.
y publica 19 Projectos de Prémio Aldonso Ortigão segui- Phases, Lyon, Galerie Le Passe-Muraille, noviembre.
dos de Poemas de Londres (ed. Livraria Quadrante).
30 Pinturas de Mário Cesariny, Lisboa, Galeria de 1974 Organiza y edita con Cruzeiro Seixas el cuaderno
S. Mamede, enero. Contribuição ao Registo de Nascimento Existência e
Algunas Obras de Pintura Contenporânea das Colec- Extinção do Grupo Surrealista de Lisboa en el 50
ções da Secretaria de Estado da Informação e aniversario del Primer Manifiesto del Surrea-
Turismo e da Fundación Calouste Gulbenkian, Lis- lismo en Francia.
boa, Galeria de Exposições Temporárias da FCG, Publica Jornal do Gato (ed. de Raúl Vitorino Rodri-
julio-agosto. gues).
Traduce y escribe el prefacio de Os Poemas de Luís
Buñuel de José Francisco Aranda (ed. Arcádia).
Escribe el prefacio de Imagen Devolvida de Mário
Henrique Leiria (Plátano Editora).
Organiza y participa en la exposición Maias Para o
25 de Abril, Lisboa, Galeria S. Mamede, junio.
Expo AICA, Lisboa, SNBA.
Diálogo 74, Lisboa, Galeria S. Francisco, junio.
Exposição do Movimento Phases, Bruselas, Museu
D’Ixelles, octubre-noviembre.
270 BIOGRAFÍ A
BIOGRAFÍ A 271
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cimento da primeira linha de água, Lisboa, Livra- 15 + 3 Pintores Contenporâneos, Torres Novas,
ria Assírio & Alvim, diciembre. Galeria Neupergama.
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1987 III Bienal Nacional de Desenho, Oporto, Coopera- junio.
tiva Árvore-Mercado Ferreira Borges, julio. 13 Pintores Portugueses, Torres Novas, Galeria
Anos 40 a 60, Macau, Galeria do Leal Senado, Neupergama, mayo-junio.
febrero-marzo. 2º Fórum de Arte Contenporânea, Lisboa, Fórum
VIII Salão de Outono, Estoril, Galeria de Arte do Picoas, junio.
Casino do Estoril, noviembre-diciembre. Exposición de Pintura e Escultura do Património da
Pintura, Torres Novas, Galeria Neupergama, Caixa Geral de Depósito, Oporto, Casa de Serralves,
noviembre- diciembre. julio-agosto.
III Exposición: Pintura, Desenho, Cerâmica, Constân- 12 + 2 Pintores Portugueses, Torres Novas, Galeria
cia, Galeria de Constância, noviembre-diciembre. Neupergama, octubre-noviembre.
X Salão de Outono, Descobrimentos Portugueses,
1988 Reedición de A Cidade Queimada (ed. Assírio & Estoril, Galeria de Arte do Casino Estoril, noviem-
Alvim). bre-diciembre.
Exposición Internacional L’Experience Continue
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Pintura, Torres Novas, Galeria Neupergama, Novas, Galeria Neupergama, noviembre-enero.
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14 + 1 Pintores Contenporâneos, Torres Novas, Gale- 3ª Bienal de Arte dos Açores e Atlântico, Horta,
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IX Salão de Outono, Estoril, Galeria de Arte do 17 + 2 Pintores no Décimo Primeiro Aniversário
Casino Estoril, 1988. da Galeria, Torres Novas, Galeria Neupergama,
diciembre-enero.
272 BIOGRAFÍ A
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