Vimos que se emplean los nombres metano, etano, propano, butano y
pentano para alcanos con uno, dos, tres, cuatro y cinco átomos de carbono, respectivamente. La tabla 3.2 indica los nombres de muchos alcanos superiores. Excepto para los cuatro primeros miembros de la familia,
el nombre simplemente se deriva del prefijo griego (o latino) para el
número particular de carbonos en el alcano, de modo que resulta pentano para cinco, hexano para seis, heptano para siete, octano para ocho, etc. Deben memorizar los nombres de por lo menos los diez primeros alcanos. Logrado esto, se habrán aprendido simultáneamente también, en esencia, los nombres de los diez primeros alquenos, alquinos, alcoholes, etc., puesto que los nombres de muchas familias de sustancias están íntimamente relacionados; por ejemplo, compárense los nombres propano, propeno y propino, para el alcano, alqueno y alquino de tres carbonos. Sin embargo, prácticamente todo alcano puede tener cierto número de estructuras isómeras, debiendo haber un nombre inequívoco para cada una de ellas. Los butanos y pentanos se distinguen por el empleo de prefijos: n-butano e isobutano; n-pentano, isopentano y neopentano. Pero hay 5 hexanos, 9 heptanos y 75 decanos; sería difícil encontrar y, aún más, recordar un prefijo para cada uno de estos isómeros; es evidente que se necesita algún método sistemático para nombrarlos. Durante el desarrollo de la química orgánica, se han inventado diferentes métodos para nombrar los miembros de prácticamente todos los tipos de compuestos orgánicos; cada método se ideó una vez que el sistema empleado antes resultaba inadecuado para el creciente número de sustancias orgánicas cada vez más complejas. Es, quizá, lamentable para nosotros que hayan sobrevivido varios sistemas y que aún sean de uso corriente. Aun cuando nos contentemos con emplear un solo sistema, es necesario entender los nombres usados por otros químicos, por lo que debemos aprender más de un sistema de nomenclatura; pero antes de emprender la tarea, debemos conocer previamente los nombres de ciertos grupos orgánicos.
Fuente industrial
La fuente principal de alcanos es el petróleo, junto con el gas natural
que lo acompaña. La putrefacción y las tensiones geológicas han transformado, en el transcurso de millones de años, compuestos orgánicos complejos que alguna vez constituyeron plantas o animales vivos en una mezcla de alcanos de 1 hasta 30 ó 40 carbonos. Junto a ellos, y particularmente abundantes en el petróleo de California, se encuentran los cicloalcanos (Cap. 12), que en la industria petrolera se conocen como naftenos. Una segunda fuente potencial de alcanos la constituye el otro combustible fósil, el carbón; se están desarrollando procesos que lo convierten, por medio de la hidrogenación, en gasolina y petróleo combustible, como también en gas sintético, para contrarrestar la escasez previsible del gas natural.
Evidentemente, el gas natural sólo contiene los alcanos más volátiles, es
decir, los de bajo peso molecular; está constituido en esencia por metano y cantidades progresivamente menores de etano, propano y alcanos superiores. Una muestra obtenida de un oleoducto alimentado por gran número de pozos de Pensilvania contenía metano, etano y propano en proporción de 12:2:1; los alcanos superiores representaban sólo el 3% del total. La fracción propano-butano se separa de los componentes más volátiles por licuación, se comprime en cilindros y se vende como gas licuado en áreas que no tienen gas de alumbrado.
El petróleo se separa por destilación en las diversas fracciones
enumeradas en la tabla 3.4; debido a la relación entre punto de ebullición y peso molecular, esto supone una separación preliminar de acuerdo con el número de carbonos. Cada fracción aún es una mezcla compleja, sin embargo, puesto que contiene alcanos con un intervalo de átomos de carbono y cada número de carbonos representa varios isómeros. El uso de cada fracción depende principalmente de su volatilidad o viscosidad, e importa muy poco si es una mezcla compleja o un solo compuesto puro. (En Sec. 3.30 veremos que la estructura de los componentes de la gasolina es de importancia fundamental.) El principal uso de todas las fracciones volátiles es utilizarlo como combustibles. La fracción gaseosa, igual que el gas natural, se emplea sobre todo en calefacción. La gasolina se utiliza en máquinas de combustión interna que requieren un combustible bastante volátil; el queroseno se usa en motores de tractor y reactores, y el gasóleo, en motores Diesel. Estos dos últimos también se emplean para calefacción, conociéndose también el último como fuel-oil.
Tabla 3.4 CONSTITUYENTES DEL PETROLEO
Fracción Temperatura Número de carbonos de destilación, ºC Gas Bajo 20ºC C1-C4 Eter de petróleo 20-60 ºC C5-C6 Ligroína (nafta ligera) 60-100 ºC C6-C7 Gasolina Natural 40-205 ºC C5-C10, y cicloalcanos Queroseno 175-325 ºC C12-C18, y aromáticos Gasóleo Sobre 275 ºC C12 y superiores Aceite lubricante Líquidos no volátiles Probablemente cadenas largas unidas a estructuras cíclicas Asfalto o coque de petróleo Sólidos no volátiles Estructuras policíclicas La fracción de aceite lubricante, especialmente la procedente de crudos de Pennsilvania (petróleo de base parafínica), a menudo contiene grandes cantidades de alcanos de cadena larga (C 20-C34), con puntos de fusión bastante altos. Si éstos permanecieran en el aceite, en días fríos podrían cristalizar en forma de sólidos cerosos en los oleoductos; para prevenirlo, se enfría el aceite y se separa la cera por filtración, que se vende como cera parafínica (p.f. 50-55 ºC) una vez purificada, o bien se emplea como gelatina de petrolato (vaselina). El asfalto se emplea para impermeabilizar techumbres y en la pavimentación de carreteras. El coque obtenido de crudos de base parafínica se compone de hidrocarburos complejos de elevada proporción de carbono a hidrógeno; se usa como combustible o en la manufactura de electrodos. De carbono para la industria electroquímica. El éter del petróleo y la ligroína son disolventes útiles para muchos materiales orgánicos de baja polaridad.
Además de emplearse directamente como se acaba de describir, ciertas
fracciones del petróleo se convierten en otras clases de compuestos químicos. La isomerización catalítica transforma alcanos de cadena recta en ramificados; el proceso cracking (Sec. 3.31) convierte alcanos superiores en inferiores y en alquenos, con lo que se aumenta el rendimiento de la gasolina: incluso puede usarse para la producción de <<gas natural>>. Es más, los alquenos así formados constituyen quizá las materias primas más importantes para la síntesis de sustancias alifáticas en gran escala. El proceso de reformación catalítica (Sec. 15.5) convierte los alcanos y los cicloalcanos en hidrocarburos aromáticos, con lo que contribuye a proporcionar materias primas para la síntesis en gran escala de otra amplia gama de compuestos.
3.31 Pirólisis: cracking
La descomposición de una sustancia por la sola acción del calor, se
denomina pirólisis (del griego: pyr, <<fuego>>, y lysis, <<pérdida>>), lo que los químicos entienden por <<descomposición por el calor>>; compárese con hidrólisis, <<descomposición por el agua>>.
La pirólisis de alcanos, en particular en lo que concierne al petróleo, se
conoce como cracking. En el cracking térmico, los alcanos simplemente se hacen pasar por una cámara calentada a temperatura elevada: los alcanos pesados se convierten en alquenos, alcanos livianos y algo de hidrógeno. Este proceso produce predominante etileno (C 2H4), junto con otras moléculas pequeñas. En una modificación, llamada cracking al vapor, se mezclan los hidrocarburos con vapor, se calientan a 700-900 ºC por fracción de segundo y se enfrían rápidamente. Este proceso está adquiriendo importancia creciente en la producción de hidrocarburos para síntesis, incluyendo etileno, propileno, butadieno, isopreno y ciclopentadieno. Otra fuente de hidrocarburos menores es el hidrocracking, que se desarrolla en presencia de hidrógeno a presión alta y a temperaturas mucho más bajas (250-450 ºC). Los alquenos de bajo peso molecular obtenidos por estos procedimientos pirolíticos pueden separarse y purificarse, y son las materias primas más importantes para la síntesis a gran escala de compuestos alifáticos.
Sin embargo, la mayor parte de la pirólisis va dirigida a la producción de
combustibles y no a la producción de materias primas, siendo para aquellos el proceso más importante el cracking catalítico. Fracciones más pesadas del petróleo (típicamente, gasóleo) se ponen en contacto con un catalizador de sílice-alúmina finamente dividido a 450-550 ºC, y bajo una ligera presión. Este proceso no sólo aumenta la producción de gasolina, rompiendo moléculas grandes en otras más pequeñas, sino que también mejora su calidad: el método involucra carbocationes (Sec. 5.17) y genera alcanos y alquenos con las estructuras altamente ramificadas que se desean para la gasolina.
Por medio del proceso de alquilación (Sec. 8.17), algunos de los alcanos menores y los alquenos se convierten en combustibles sintéticos de alto octanaje.
Finalmente, se convierten cantidades enormes de hidrocarburos
alifáticos del petróleo en hidrocarburos aromáticos, por medio del proceso de reformación catalítica (Sec. 15.5), que no sólo se emplean como combustibles de calidad superior, sino, también, como materias primas para síntesis de la mayoría de los compuestos aromáticos.
Aplicaciones generales de los alcanos
En general, las parafinas se emplean como fuentes de energía
(calorífica, mecánica, etc.); como disolventes y en numerosas síntesis.
El gas en cilindros usado en nuestra economía es, principalmente, una
mezcla de butano y propano (algo de etano y metano).
El trimetil 2,2,4-pentano se usa como combustible de referencia para
medir las propiedades antidetonantes de las gasolinas, habiéndosele asignado un índice de octano igual a 100. El trimetil 2,2,3-butano (triptano) tiene un índice de octano de 125.
Metano.- Este gas fue descubierto por A.Volta en 1778. Su síntesis
fue realizada por Berthelot calentando acetileno e hidrógeno en una campana; más tarde lo obtuvo haciendo pasar una mezcla de sulfuro de carbono y sulfuro de hidrógeno, sobre cobre calentando al rojo.
También se le denomina gas de los pantanos y formeno. En las minas
de carbón suele formar mezclas explosivas con el aire, y se le da el nombre de gas grisú. El peligro del gas grisú no sólo se debe a los efectos mecánicos y térmicos de la explosión, sino también al enrarecimiento del aire por escasez de oxígeno (asfixia), y además, por la formación del monóxido de carbono (CO) que es altamente tóxico. Etano.- Se encuentra en cantidad apreciable en el gas natural, y constituye el primer homólogo del metano. Los métodos empleados para su obtención, así como sus propiedades, son muy semejantes a las del metano. Aunque el etano tiene poca importancia práctica, su fórmula presenta nuevos aspectos, que son muy interesantes