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Los Vikingos

De dónde son los vikingos

Para saber de dónde son los vikingos hemos de olvidarnos de las teorías que dicen que son una raza unida por vínculos
de ascendencia común. La realidad es que la mayoría de los vikingos de los que hemos tenido noticia provienen de las
áreas ahora conocidas como Dinamarca, Noruega y Suecia, aunque también se mencionan registros históricos de
vikingos islandeses y finlandeses. Su punto en común, y lo que los diferenció de los pueblos europeos a los que se
enfrentaron, es que provenían de una tierra extranjera, no eran “civilizados” según los cánones de la época y, lo más
importante, no eran cristianos.

Otro tema de discusión, además de saber de dónde eran los vikingos, es el del origen de la palabra vikingo: algunas
teorías dicen que el origen se encuentra en la palabra “wik”, que significa “hombres del norte” u “hombres del mar”; otras
sostienen que viene de la frase “Vik in”, que quiere decir “bahía adentro”, refiriéndose así a sus desembarcos; y, por
último, en los escritos escandinavos se llamaba “viking” a los viajes que organizaban para saquear regiones vecinas.

La Era Vikinga

Ahora que ya sabemos dónde vivían los vikingos, vamos a adentrarnos un poco más en su historia. En el año 793, un
ataque al monasterio de Lindisfarne, frente a la costa de Northumberland, en el noreste de Inglaterra marcó el comienzo
de la Era Vikinga. A diferencia de otros grupos, estos extraños nuevos invasores no respetaban las instituciones
religiosas, como los monasterios, que a menudo se encontraban desprotegidos y vulnerables cerca de la costa. La
primera incursión registrada en la Europa continental se produjo en el 799, en el monasterio insular de St. Philibert. en
Noirmoutier, cerca del estuario del río Loira.

Durante varias décadas, los vikingos se limitaron a atacar objetivos costeros en las Islas Británicas (particularmente
Irlanda) y Europa del Norte (sobre todo, Dorestad se convirtió en un objetivo frecuente después del 830). Luego
aprovecharon los conflictos internos en Europa para extender su actividad hacia el interior: las actuales Francia y
Alemania. En el año 844, los vikingos llegaron al sur de la península Ibérica y sembraron el terror hasta que fueron
derrotados por Abderramán II.

A finales del siglo IX, comienzan a ser rechazados y vencidos, tanto en Inglaterra como en Francia. En el año 1014 se
instaura el dominio vikingo en Inglaterra, que duró hasta el año 1066, cuando Guillermo, duque de Normandía, derrotó al
último gran rey vikingo, Harald Hardrada de Noruega. Estos hechos marcaron el final de la Era Vikinga. En ese momento,
todos los reinos escandinavos eran cristianos, y lo que quedaba de la “cultura” vikinga estaba siendo absorbido por la
cultura de la Europa cristiana.

¿Cómo eran los vikingos?

A pesar de ser conocidos por sus costumbres vandálicas, los vikingos llegaron a establecer una sociedad igualitaria
basada en leyes justas. La sociedad estaba organizada en varias clases sociales. Siendo la más importante la formada
por reyes y los guerreros. Las mujeres, por lo general, gozaban de privilegios que en Europa tardarían años en tener.
Eras las jefas de la familia y se hacían cargo de su granja y de sus tierras en ausencia de sus parejas. Algunas también
fueron guerreras.

¿Dónde vivían los vikingos y cómo eran?

Los vikingos construían sus casas de madera y piedra. Normalmente constaban de una única estancia grande y
espaciosa con un fuego en el centro que servía para calentarse y cocinar. El hombre vikingo vestía con una camisa que
le llegaba hasta medio muslo y pantalón largo. En los pies, zapatos de cuero. Les gustaba cuidar su aspecto, sobre todo
su larga cabellera, que recogían con un moño en la nuca. La mujer llevaba un vestido largo de lana y, por encima, una
especie de delantal hecho de una pieza. El pelo, trenzado o con una cola las casadas, mientras que las solteras llevaban
la melena suelta.

Armas y barcos vikingos


Las armas más conocidas de los vikingos eran las hachas. Las utilizaban debido a que eran sencillas de fabricar,
efectivas y servían además para realizar una parte de las labores de la granja. Eran, en definitiva, un arma y una
herramienta a la vez. También utilizaban arcos y flechas para alcanzar más distancia en sus ataques. Eran muy sencillos
y se disparaban desde la cintura. Al igual que las hachas, se utilizaban debido a que eran muy útiles para cazar una
presa para alimentarse.

De donde son los vikingos

Casco, escudo y hacha… preparados para la batalla

Como protección usaban escudos, principalmente un modelo circular de 90 centímetros de diámetro, hecho de madera
de tejo y remachado con cuero endurecido; y cascos, que se fabricaban en hierro y eran de varios tipos, desde los más
simples que solo protegían la cabeza hasta los cascos cónicos con nasal, una pequeña protección para la nariz.

En cuanto a los barcos, es importante destacar que las incursiones vikingas y su considerable éxito fueron posibles
gracias a su industria naval de drakkars o dragones, barcos excelentes capaces de llevar hasta cien hombres, estrechos,
largos y de poco calado que les permitían remontar los ríos y que utilizaban remeros para las grandes travesías.

Ahora que ya sabes de dónde son los vikingos y conoces sus costumbres y tradiciones, seguro que te los mirarás de otra
manera. En caso de que quieras conocer su lado más inquietante, no te pierdas: El Águila de Sangre: una tortura vikinga.

Las armas vikingas

Es indudable la importancia que tenían las armas para los vikingos, como para cualquier otro guerrero de la Historia,
especialmente durante la Era Vikinga en la que se dedicaron casi de forma sistemática al saqueo.

Sin embargo, no debemos quedarnos con la idea de que los vikingos eran simplemente guerreros sanguinarios y crueles,
bestias que tan sólo buscaban matar y robar a cualquiera que se encontrara en su camino.

Las armas que llevaban no solamente se usaban para la guerra sino que también tenían una función dentro de su
sociedad, ya que servían para diferenciar el estatus y el patrimonio de quienes las portaban.

Cualquier hombre libre debía llevar un arma y saber manejarla, teniendo en cuenta que incluso una herramienta para
trabajar en los campos podía ser considerada y usada como arma mortal si era necesario.

Los esclavos y las mujeres tenían prohibido portar armas ; esto último no se debía al menosprecio hacia sus
compañeras sino a la necesidad de protegerlas.

Si no iban armadas, no representarían un peligro y por lo tanto, nadie las atacaría.

Esto no quiere decir que las mujeres no supieran defenderse; teniendo en cuenta que los hombres partían en los barcos
a comerciar o saquear, era normal que la mujer que se quedaba en la granja tuviera medios para defenderse si sufría un
ataque.

 Arco: se fabricaban con madera de olmo, fresno o tejo y se cubría después con tiras de cuero. Las puntas de
flecha eran distintas según la zona o la finalidad de la misma, desde puntas de hoja de trébol hasta las hojas
planas. Se cree que los arcos se utilizarían nada más comenzar el enfrentamiento antes del combate cuerpo a
cuerpo, por lo que quizá no existía un cuerpo especializado de arqueros entre los vikingos.
 Lanza: medía entre dos y tres metros y se componía de un mango de madera y una punta de lanza que solía
medir de 20 a 60 centímetros. Era un arma muy preciada dada su eficacia y su bajo coste, mucho menor que el
de una espada. Las lanzas más ligeras se usaban a modo de proyectil mientras que las más pesadas serían
empleadas en el combate cuerpo a cuerpo.
 Hacha: prácticamente todos los ajuares contienen un hacha por lo que se deduce que fue sin duda el arma que
más usaban los vikingos. Podía tener el mango corto o largo, siendo éste último de manejo más complicado y
dedicado tan sólo al combate, mientras que el hacha de mango corto se usaba también como herramienta.
También existían hachas arrojadizas de factura más ligera. No se han hallado hachas de doble hoja.
 Espada: pocos vikingos llegaron a tener una espada ya que el hierro no era fácil de obtener en Escandinavia, lo
que hacía que su fabricación fuera cara. Las espadas de mayor reputación eran las fabricadas por los herreros
francos. Las primeras espadas tenían un solo filo y después, pasaron a tener dos filos. Se decoraban
profusamente con todo tipo de símbolos que identificaban a su propietario y vinculaban el arma con él de una
forma mística. No tenían la punta demasiado afilada porque su objetivo era cortar y no clavar.
 Cuchillos: al ser tan versátiles, tuvieron un uso bastante frecuente. Los había de varios tamaños y se llevaban al
cinto o colgados en un tahalí.
 Escudo: el escudo tradicional era circular, de aproximadamente un metro de diámetro. Se fabricaba a base de
tiras estrechas de madera y se remataba en el aro con cuero. A partir del siglo X se incorpora el escudo en forma
de cometa, muy apropiado para el combate a caballo.

Los barcos vikingos: los drakkar

La palabra “drakkar” viene de “dragón”, ya que los mascarones de proa de estos barcos vikingos tenían la forma de
cabeza de dragón.

Los drakkar eran embarcaciones estrechas y alargadas, muy ligeras y con remos a lo largo de todo el casco.

Solamente tenían un mástil con una sola vela, lo que hacía que los remeros cargaran con todo el trabajo en caso de
entrar en combate a bordo o si había problemas con el viento.

La fabricación de los drakkar era sencilla: se trataba de planchas de madera colocadas una junto a otra y unidas
mediante brea y musgo.

Eran tan ligeros que podían flotar incluso en aguas con un metro de profundidad lo que permitía adentrarse mucho en la
costa y desembarcar con rapidez , algo esencial en sus saqueos basados en el factor sorpresa y en la velocidad de
ataque.

Existían varios tipos de drakkar dependiendo de su finalidad. Los barcos dedicados al comercio, llamados knarr, eran
más anchos de lo normal para que hubiera espacio para cargar la mercancía.

Sin embargo, los barcos de prestigio, poco frecuentes y llamados también barcos-dragón, eran más grandes que los de
guerra.

Los drakkar no eran solamente barcos para la guerra, sino que también se usaban en los funerales de reyes y jarls.

Los barcos se usaban como contenedor para incinerar el cadáver y todas sus pertenencias y después, esa embarcación
en llamas se echaba al mar.

El dios vikingo de la guerra: Tyr

Tyr era el dios de la guerra para los vikingos. Era hijo de Odin y Frigg, según cuenta el islandés Snorri Sturluson en la
Edda Menor, una obra dedicada a comprender la poesía que contiene historias relacionadas con la mitología nórdica.

En la Edda Mayor, sin embargo, se le atribuyen como padres el gigante Hymir y Frilla.

Esta vaguedad en torno a sus progenitores y el hecho de que no se le conozcan consorte o hijos seguramente viene
motivada por la antigüedad de este dios.

Su nombre proviene del protogermánico Tiwaz y puede traducirse como “el Dios” en el sentido de dios principal del
panteón.

En algunas regiones su popularidad e importancia cayó en favor del dios Odín pero para las tribus germánicas del este
continuó siendo el principal.

De hecho, estos guerreros eran especialmente temidos porque colgaban los brazos de sus enemigos en los árboles en
honor a Tyr, simbolizando un sacrificio muy relacionado con el único episodio mitológico que conocemos acerca de él.
Lo que nos cuenta la Edda Menor acerca de Tyr está relacionado con el lobo Fenrir, hijo de Loki y bestia a la que los
dioses quisieron encadenar para evitar el fin del mundo.

El lobo se negaba a permanecer atado así que pidió, como muestra de buena fe, que uno de los dioses pusiera su mano
en sus fauces.

Tyr, valiente y decidido, accedió, y mientras así lo hacía, el resto de dioses lograron atar al lobo.

Fenrir se sintió engañado así que cerró la boca y le arrancó la mano a Tyr; por este motivo, Tyr es conocido como “el
dios manco”. Cuando llegue el Ragnarok, el fin del mundo, será él quien acabará con la vida de Garm, el perro guardián
de Helheim, el reino de la muerte.

Expansión e invasión de los vikingos

Los vikingos navegaban en sus fabulosos barcoluengos. Éstos eran barcos construidos de madera sólida, con capacidad
para remeros y tripulación y una sola vela cuadrada que les otorgaba gran maniobrabilidad, velocidad y eficiencia.

Se convirtieron en navegantes de las costas del Atlántico del Norte, llegando hasta el este de Rusia, el Norte de África, la
capital del Imperio Bizantino (Constantinopla) y el Medio Oriente. Incluso algunos llegaron a Norteamérica,
estableciéndose en lo que hoy es Canadá, durante la Edad Media.

Los vikingos fueron famosos por sus asaltos y pillaje, pero también por sus alianzas de comercio y por trabajar como
mercenarios si eran solicitados.

En su cultura, era popular el regresar a su tierra natal con las riquezas que habían logrado, pero más tarde comenzaron a
establecerse en los lugares que visitaban o conquistaban.

Sin embargo, su expansión en Europa continental fue limitada. Esto se debe a los fuertes reinos que habitaban la zona,
como los sajones, localizados en lo que actualmente corresponde a Alemania del norte.

Los sajones eran un pueblo combativo que solía entrar en conflictos con los vikingos. Sin embargo, los vikingos lograron
establecer su presencia en el mar Báltico. Se dice que hubo varios motivos para que éstos decidieran comenzar una
campaña de expansión de su cultura por el mundo.

Una posible explicación es la llegada del reinado de Carlomagno en Europa, quien aterrorizó a todos los pueblos
paganos con la conversión al cristianismo o la ejecución. Los vikingos habrían decidido llevar a cabo una resistencia y
protegerse así de Carlomagno.

Otra explicación es que quisieron sacar partido del momento de debilidad de algunas regiones. Los vikingos
aprovecharon las brechas y divisiones para atacar y saquear las ciudades costeras.

Los países que no contaban con una armada marítima organizada, facilitaron a los vikingos tomar el control de la
mayoría de las rutas navegables, ya fuese asaltando o comercializando.

El nivel de invasiones y asaltos que los vikingos llevaron a cabo en Europa no tenía otro precedente histórico hasta el
momento. Fue el único pueblo conocido, en ese entonces, capaz de realizar este tipo de campaña y lograr introducirse
en las regiones.

Incluso, en el siglo XI, el rey de Dinamarca se convirtió en Rey de Inglaterra. Otras invasiones los llevaron también a
establecerse en el norte de Francia.

Durante el siglo IX intentaron ocupar también Irlanda, alcanzando una leve ventaja en el siglo X, pero nunca lo lograron
completamente por la feroz resistencia de los irlandeses.

Los vikingos, hombres y mujeres, navegaron y viajaron por Europa y otros territorios más lejanos. Dispersaron su
influencia y llevaron costumbres y tradiciones de lugares tan lejanos como el Imperio Bizantino a Escandinavia, su tierra
natal, logrando una interesante mezcla de culturas.
Cultura de los vikingos

El legado de los vikingos llega hasta nuestros días. A pesar de no ser un pueblo letrado, crearon un alfabeto- las runas-
con el que describieron su mundo y sus costumbres

Algunas de sus palabras fueron adquiridas por el idioma inglés y son usadas en la actualidad. “Leather”, “knife”,
“husband”, “hell” (“cuero”, “cuchillo”, “esposo”, “infierno”) son algunos de los ejemplos. La palabra inglesa para jueves
“thursday”, es un término nórdico en honor al dios Thor que significa “Thor’s Day”, es decir, el día consagrado a Thor,
Dios del Trueno.

Al final de su época de oro, comenzaron a aparecer ciertos escritos en latín o antiguo noruego, que nos entregan más
detalles de su interesante forma de vida. Sus tradiciones fueron conocidas por los skalds, una especie de bardos
escandinavos que recitaban poemas épicos – conocidos como sagas- contando las aventuras de reyes y señores
vikingos.

Los vikingos eran paganos y adoraban un amplio panteón de dioses y diosas, que como en la mayoría de las culturas
antiguas, representaban algún aspecto del mundo real.

Si bien Escandinavia recibió la influencia cristiana como el resto de Europa, su influencia fue más lenta y su religión
original se mantuvo por más tiempo. Cabe destacar que los vikingos personalizaban sus creencias de un lugar a otro,
adaptándolas a las realidades de cada localidad.

El pilar central de su religión se basó en dos grupos de dioses. Los Vanir y los Aesir, que durante un tiempo entraron en
guerra pero finalmente pudieron llegar a un acuerdo a través de un intercambio de rehenes.

Los dioses principales son los Aesir, que junto a Odín, el padre de todos los dioses, vivían en Asgard, un reino divino que
estaba conectado a la tierra, llamada Midgard. La conexión se establecía a través de un puente en forma de arcoíris
conocido como Bïfrost.

Junto a Odín, los dioses principales eran Thor, el dios del trueno y Frejya, diosa de la belleza y fertilidad y reina de las
valquirias.

En la religión vikinga también existe una gran cantidad de mitología y se mencionan gigantes, enanos y elfos oscuros.

Las valquirias por su parte, también eran importantes dentro del panteón de dioses. Son deidades femeninas que sirven
a Odín para ir a buscar a los guerreros más heroicos que morían en batalla y llevarlos al Valhalla, un enorme salón en
Asgard comparado con el paraíso.

Allí, los soldados caídos se convertían en einherjer. Es decir, espíritus guerreros que lucharían junto a Odín en el
Ragnarok, la gran batalla del fin del mundo que ocurriría en el ocaso de los dioses.

En la sociedad vikinga, sólo los hombres podían ser guerreros y también quienes tenían el mayor poder político y
económico.

Cuando un vikingo poderoso o rico moría, su cuerpo debía ser quemado de acuerdo a un ritual, que incluía un barco
donde dejar la mayor parte de sus posesiones. Incluso esclavos y mascotas eran sacrificados y enterrados o quemados
junto con el vikingo.

Es controversial el hecho de si realizaban o no sacrificios humanos. En el caso de que así fuera, estos eran voluntarios
entre sus esclavos al momento de la muerte de su señor, como se encuentra escrito en diferentes documentos.

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