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“AÑO DEL DIÁLOGO Y LA RECONCILIACIÓN NACIONAL”

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

TEMA:
EJECUCION FORZADA

CURSO:
PROCESOS DE EJECUCIÓN

DOCENTE:
Dr. GERARD RUFASTO CHAPA

INTEGRANTES:
Castañeda Seminario Keine
Herrera Regalado Marlon
Pacherres Olaya Ingrid
Perez Morales Ivette

TUMBES - PERÚ
2018
I. INTRODUCCIÓN

En nuestro medio resulta un hecho generalizado el recurrir a un crédito. Pero a la vez,

cuando el acreedor exige el pago del mismo, se encuentra en no pocas ocasiones con

la negativa o imposibilidad de cumplimiento del deudor. Ante ello, se suele recurrir a un

proceso judicial de ejecución de obligaciones, en el cual lo aconsejable es solicitar una

medida cautelar respecto de los bienes del deudor a fin de procurar la garantía del

crédito.

De este modo, en caso de persistir el incumplimiento del deudor, el acreedor deberá

iniciar la ejecución forzada de los bienes afectados. Dicha ejecución forzada se realiza

a través del remate judicial o, en última instancia, de la adjudicación en pago.

En el presente informe desarrollaremos el trámite que debe seguirse, según nuestro

ordenamiento procesal, en cada una de estas modalidades de la ejecución forzada.


II. LA EJECUCIÓN FORZADA EN EL CÓDIGO PROCESAL CIVIL

La ejecución forzada tiene como objetivo lograr satisfacer el crédito del acreedor
ejecutante a través del remate o la adjudicación en pago de los bienes afectados
del deudor. Por ello, es conveniente conocer el trámite de este procedimiento,
sobre todo en razón de la reciente modificación de los artículos 742 y 744 del
Código Procesal Civil

La ejecución forzada constituye la última de las etapas del proceso de ejecución.


Consiste en la actividad procesal desarrollada por el órgano jurisdiccional a
efectos de lograr la satisfacción del crédito del ejecutante y de los terceros
legitimados que hayan concurrido al proceso. Para ello, se procede a enajenar
judicialmente los bienes afectados del deudor.

Nuestro Código Procesal Civil (en adelante, CPC) regula la ejecución forzada en
el Capítulo V, del Título V de los procesos de ejecución, en los artículos que van
del 725 al 748. A su vez este capítulo se encuentra dividido en cuatro
subcapítulos referidos a las disposiciones generales, el remate, la adjudicación
y el pago, respectivamente.

Así, para iniciar la ejecución forzada es preciso que existan bienes afectados del
deudor, con los cuales se pueda garantizar el cumplimiento del crédito que éste
tiene a favor del acreedor ejecutante. Una vez afectados dichos bienes se
proceden a la ejecución forzada de los mismos, para lo cual es necesario que el
acreedor ejecutante presente una solicitud ante el juez, a fin de que éste inicie la
ejecución forzada.

Por otro lado, el artículo 726 del CPC permite que en el desarrollo de esta etapa
se dé la intervención de cualquier otro acreedor que tenga afectado el mismo
bien materia de ejecución. Los derechos de este tercero dependerán de la
naturaleza y estado de su crédito. En caso de que la intervención de dicho
tercero se produzca después de realizada la ejecución forzada, él solo tendrá
derecho al remanente que exista.

La ejecución forzada en estricto se inicia una vez que el juez ordena llevar
adelante la ejecución. Concluye cuando se realiza el pago íntegro del crédito que
ostenta el acreedor ejecutante, con el producto del remate o con la adjudicación
en pago; o, en todo caso, cuando antes de ello el ejecutado paga el total de la
obligación, más los intereses, y las costas y costos del proceso.

III. LAS FORMAS DE EJECUCIÓN FORZADA

Se ha establecido expresamente en el artículo 725 del CPC que, a efectos de


que se lleve adelante la ejecución forzada de los bienes del deudor, el ejecutante
podrá hacer uso de cualquiera de las siguientes modalidades: el remate o la
adjudicación en pago. Dichas modalidades tienen un objetivo en común: lograr
que el acreedor ejecutante vea satisfecho su derecho a cobrar el total del crédito
que a su favor tiene que pagar el deudor ejecutado, ya sea a través de la venta
judicial de los bienes afectados del deudor o, en su caso, con la adjudicación en
pago de los mismos por parte del ejecutante.

3.1. EL REMATE

El remate judicial es la forma más común de realizar la ejecución forzada.


El mismo que comprende una serie de actos sucesivos que se inician con
la tasación de los bienes afectados y culminan con la transferencia de los
bienes a quien se los haya adjudicado. Por ello, de ninguna manera debe
pensarse que el remate judicial solo está constituido por el remate
propiamente dicho (es decir, la venta judicial de los bienes afectados del
deudor), sino que comprende a su vez diversos actos, tanto anteriores
como posteriores al acto de remate, que buscan preparar y concluir el
procedimiento de remate judicial.

Así, dentro de los actos antes mencionados debemos considerar el acto


por el cual se tasan los bienes, los actos por los que se convoca a dicho
remate, la publicidad del mismo; y en general todo aquello que tienda a la
efectiva realización de la ejecución forzada, la cual solo culminará una vez
que se haya depositado la suma obtenida por el remate de dichos bienes
y la consiguiente transferencia de los mismos al adjudicatario.

Por ello, siguiendo a Eugenia Ariano Deho, podría definirse el remate


judicial como el acto procesal de ejecución por el cual el órgano
jurisdiccional, en uso de sus facultades de imperio, transfiere al mejor
postor el bien objeto de la ejecución, previo pago del precio ofrecido, ello
con la finalidad de satisfacer al acreedor ejecutante y a los acreedores
concurrentes sus derechos al crédito dinerario.

Como el remate judicial constituye un procedimiento compuesto por


diversos actos concatenados, pasaremos a revisar cada uno de ellos:

3.1.1. Tasación
Con la tasación se da inicio al procedimiento del remate judicial.
Así, una vez que quede firme la resolución que ordena llevar
adelante la ejecución, el juez dispone la tasación de los bienes
afectados; y como dicha tasación supone un acto pericial, deberá
ser realizada por peritos especialistas en la materia quienes, sobre
la base de sus conocimientos, van a determinar el valor actual y
real del bien en el mercado. Una vez obtenida la tasación, el juez
podrá convocar a remate.

La tasación de los bienes es dispuesta por el juez a través de una


resolución, la cual debe contener: i) el nombramiento de dos
peritos, y ii) el plazo dentro del cual, previa aceptación, deben éstos
presentar su dictamen, bajo apercibimiento de subrogación y multa
(no mayor a 4 URP).

Ahora bien, existen ciertos casos en los que no se requiere


tasación, como por ejemplo cuando las partes han convenido
previamente el valor del bien o su valor especial para el caso de
ejecución forzada. Asimismo, no se requerirá tasación cuando los
bienes afectados consistan en dinero o tienen cotización en el
mercado de valores o equivalente, ya que estos bienes no se
transfieren en remate público. En este caso, es necesario que el
juez nombre a un agente de bolsa o corredor de valores para que
proceda a vender dichos bienes.

3.1.2. Observación y aprobación de la tasación


Una vez presentada la tasación por los dos peritos, ésta será
puesta en conocimiento de las partes por el plazo de tres días, a
efectos de que las mismas puedan formular sus observaciones.
Vencido dicho plazo, el juez puede aprobar o desaprobar la
tasación; y, en caso de desaprobarla, ordenará que se realice una
nueva tasación, ya sea por los mismos peritos u otros. La
resolución que desaprueba la tasación es inimpugnable.

3.1.3. Convocatoria a remate judicial


Una vez aprobada la tasación, o cuando ésta sea innecesaria en
los casos ya mencionados, el juez debe proceder a convocar al
remate judicial. Ello lo realizará a través de una resolución que,
según el artículo 731 del CPC, debe: i) fijar día y hora en que deba
realizarse el acto de remate; y ii) designar al funcionario que
efectuará el acto de remate.

3.1.4. Publicidad
La convocatoria a remate debe publicarse en el diario de los avisos
judiciales del lugar donde se efectuará dicho acto. El anuncio se
realizará por tres días tratándose de bienes muebles y seis días en
caso de inmuebles. En caso de no haber diario, la convocatoria se
publicará en otro medio de notificación edictal.

Tratándose de inmuebles, además de las publicaciones señaladas,


deberán colocarse avisos del remate en un lugar visible de los
mismos, así como en el local del juzgado, bajo responsabilidad del
secretario de juzgado. En caso de muebles, los avisos deben
colocarse en el local donde se realizará el acto de remate.

El anuncio del remate debe contener: i) el nombre de las partes y


los terceros legitimados, es decir el del acreedor ejecutante, del
ejecutado y de los demás acreedores que intervienen en el
proceso; ii) el bien a rematar, y de ser posible su descripción y sus
características; iii) la relación de las afectaciones del bien; iv) el
valor de tasación y el precio base; v) el lugar, día y hora del remate;
vi) el nombre del funcionario que realizará el remate; vii) el
porcentaje que debe depositar para participar en el remate; viii) el
nombre del juez y del secretario de juzgado y la firma de éste.
El último párrafo del artículo 733 del CPC señala que la publicidad
del remate no puede omitirse aunque medie renuncia del
ejecutado, bajo sanción de nulidad. Ello en razón a que la
convocatoria se realiza con el objetivo de difundir el remate judicial.

Una vez que las personas interesadas tomen conocimiento de la


convocatoria a remate, podrán presentarse a efectos de ser
considerados como posibles postores. Para ser admitido como
postor es necesario que el interesado, antes del inicio del acto de
remate, cumpla con depositar, ya sea en efectivo o en cheque de
gerencia girado a su nombre, una cantidad no menor al 10% del
valor de tasación del bien afectado. Tanto el ejecutante como el
tercero legitimado pueden participar en el acto de remate en calidad
de postores, para lo cual están exentos de realizar el depósito
mencionado. En cambio el ejecutado está imposibilitado
expresamente de participar en el remate como postor.

Una vez realizado el acto de remate y de haberse procedido a


otorgar en adjudicación los bienes al mejor postor, se procederá a
devolver las sumas depositadas a los postores que no fueron
favorecidos en el acto de remate.

3.1.5. Acto de remate


El acto de remate se realizará en el día y hora señalados en la
convocatoria. Dicho acto se iniciará con la lectura de la relación de
los bienes y condiciones del remate, continuando con el anuncio de
cada una de las posturas a medida que se realicen. El martillero
adjudicará el bien a quien realice la postura más alta, después de
un doble anuncio del precio alcanzado sin que se realice una mejor
oferta, con lo cual el remate del bien o los bienes afectados queda
concluido.

En líneas generales es así como debe realizarse el acto de remate.


Adicionalmente a ello, nuestro CPC en su artículo 736 ha
establecido algunas reglas que deberán observarse a efectos de
realizar dicho acto: i) la base de la postura será igual a las dos
terceras partes del valor de tasación, no admitiéndose oferta
inferior; ii) cuando el remate del bien comprenda más de un bien,
se debe preferir a quien ofrezca adquirirlos conjuntamente, siempre
que el precio no sea inferior a la suma de las ofertas individuales; y
iii) cuando se remate más de un bien, el acto se dará por concluido,
bajo responsabilidad, cuando el producto de lo ya rematado es
suficiente para pagar todas las obligaciones exigibles en la
ejecución y las costas y costos del proceso.

Una vez realizado el acto de remate se procederá a sentar acta del


mismo, lo cual será realizado por el secretario de juzgado o por el
martillero, según corresponda. Dicha acta de remate debe
consignar el lugar, fecha y hora del acto; el nombre del ejecutante,
del tercero legitimado y del ejecutado; el nombre de los postores y
las posturas efectuadas; el nombre del adjudicatario; y la cantidad
obtenida con el remate.

El acta de remate debe estar firmada por el juez, o en su caso por


el martillero, por el secretario del juzgado, por el adjudicatario y por
las partes, si es que están presentes. Después de ello, se
procederá a anexar el acta de remate al expediente a fin de dejar
constancia de la realización del acto.

3.1.6. Pago del saldo del precio y transferencia de los bienes rematados
En este aspecto se establecen dos criterios a seguir en atención a
la naturaleza del bien rematado. Así, en caso de bienes muebles,
el pago se debe efectuar en el mismo acto del remate, debiéndose
entregar de inmediato el bien al adjudicatario, es decir a aquel que
adquirió el bien objeto por realizar la postura más alta. Una vez
efectuado el pago del saldo del precio, el martillero procederá a
depositar dicha suma en el Banco de la Nación, a la orden del
juzgado, a más tardar al día siguiente de realizado el acto de
remate, con lo cual concluye el procedimiento de remate judicial.
En el caso de bienes inmuebles, el juez antes de cerrar el acta de
remate ordenará al adjudicatario que deposite en el Banco de la
Nación el saldo del precio dentro de los tres días siguientes. Una
vez realizado dicho depósito el juez transferirá la propiedad del
inmueble mediante un auto, el cual contendrá: i) la descripción del
bien; ii) la orden que deja sin efecto todo gravamen que pese sobre
éste, a excepción de la medida cautelar de anotación de demanda;
iii) la orden al ejecutado o administrador judicial para que entregue
el inmueble al adjudicatario dentro de los 10 días siguientes, bajo
apercibimiento de lanzamiento. Esta orden también es aplicable al
tercero que fue notificado con el mandato ejecutivo o de ejecución;
iv) la orden de que se expidan partes judiciales para su inscripción
en el registro correspondiente, los cuales contendrán la
transcripción del acta de remate y del auto de adjudicación.

El auto de adjudicación en materia de remate de bienes inmuebles


es de vital importancia por varias razones, porque con él se da por
concluido dicho procedimiento y, por otro lado, constituye el acto
por el cual se transfiere, en favor del adjudicatario, la propiedad del
bien rematado.

En caso de que el adjudicatario no cumpla con depositar el saldo


del precio dentro del plazo señalado, el juez está facultado en virtud
del artículo 741 del CPC a declarar la nulidad del remate, y por
ende convocar a un nuevo procedimiento. Con ello el adjudicatario
incumpliente se hará acreedor a una doble sanción: i) perderá la
suma que depositó a efectos de ser admitido como postor, la cual
será destinada a cubrir los gastos del anulado remate, y en caso
de existir un saldo, será destinado como un ingreso del Poder
Judicial por concepto de multa; ii) quedará impedido de participar
en el nuevo remate a convocarse.

Además, el referido artículo señala que queda a salvo el derecho


del acreedor ejecutante para reclamar al adjudicatario incumpliente
el pago de los daños y perjuicios que se le hubiesen ocasionado
con dicho incumplimiento.

3.1.7. Falta de postores


La Ley N° 27740 del 29/05/2002 ha modificado sustancialmente los
artículos 742 y 744 del CPC en relación a la forma como deben
realizarse las nuevas convocatorias por frustración del remate a
falta de postores y a la oportunidad en la que se puede solicitar la
adjudicación en pago del bien afectado.

Así, según el texto anterior del artículo 742 del Código acotado, en
caso de no presentarse postores en la primera convocatoria a
remate, se procedía a realizar una segunda convocatoria en la cual
el precio base de la postura era reducido en un 15%. En caso de
que en la segunda convocatoria tampoco se hubieran presentado
postores, se dejaba abierta la posibilidad de convocarse
nuevamente a cuantas convocatorias hubieran sido necesarias con
la consiguiente y sucesiva reducción del 15 % del precio base
anterior.

Evidentemente dicho tratamiento representaba un grave perjuicio,


tanto para el acreedor ejecutante como para el deudor, pues
dilataba el proceso y a la vez incrementaba los gastos del mismo.
En efecto, lo único que originaba era que el bien sea vendido a un
precio exiguo, con el cual muchas veces no se llegaba a pagar el
monto de lo adeudado y mucho menos a cubrir los intereses y
demás gastos del trámite del proceso, los mismos que se
incrementan razonablemente por cada nueva convocatoria

La modificación del artículo 742 del CPC tiene por objetivo eliminar
la posibilidad de que se efectúe un ilimitado número de
convocatorias. Según el nuevo texto del referido artículo, ante la
frustración del remate por falta de postores en la primera
convocatoria, el juez procederá a convocar a una segunda
reduciendo en un 15% el precio base; y si en esta segunda
convocatoria tampoco se presentan postores se procede a
convocar a una tercera con la respectiva reducción del 15%. Si en
esta tercera convocatoria tampoco se presentan postores, el
ejecutante(4) podrá solicitar al juez la adjudicación en pago del bien
dentro de los 10 días siguientes de frustrado el remate.

En caso de no presentarse la solicitud de adjudicación en dicho


plazo, se procederá a ordenar una nueva tasación y una nueva
convocatoria, iniciándose nuevamente dicho procedimiento con el
mismo trámite antes señalado, el cual si llega a la tercera
convocatoria nuevamente sin presentarse postores ni realizarse la
adjudicación en pago volverá a ser frustrado, debiendo realizarse
una nueva tasación y convocatoria, y así sucesivamente.

3.1.8. Nulidad del remate judicial


Como el remate judicial es un acto procesal realizado por el órgano
jurisdiccional, la nulidad del mismo solo puede sustentarse en el
incumplimiento de alguno de los requisitos formales del propio acto
procesal y no en las normas relativas a la nulidad de los actos
jurídicos. Al respecto, el artículo 743 del CPC establece que la
solicitud de nulidad deberá ser interpuesto dentro de los tres días
siguientes de realizado el acto de remate.

3.2. LA ADJUDICACIÓN EN PAGO


En la ejecución forzada la adjudicación del bien rematado puede darse en
dos formas: en el remate o una vez frustrado éste. La adjudicación en
remate se da cuando una vez realizado dicho acto se procede a redactar
el acta de remate en la cual, entre otros datos, consta el nombre del
adjudicatario (postor a quien se le adjudicó el bien por realizar la postura
más alta).

En cambio, la adjudicación en pago viene a ser una forma accesoria de


realización de la ejecución forzada. Se realiza cuando, una vez frustrado
el remate (debido a que en la tercera convocatoria no se han presentado
postores) el ejecutante o en su caso el tercero legitimado solicita al juez
la adjudicación del bien en pago del crédito que ostenta. Para ello, el
ejecutante deberá presentar la solicitud de adjudicación en pago dentro
de los diez días siguientes de frustrado el remate. De no presentarse dicha
solicitud, el juez procederá a disponer una nueva tasación y remate bajo
las mismas condiciones, repitiéndose el mismo trámite tantas veces sea
necesario hasta que aparezca un postor o hasta que el acreedor
ejecutante solicite la adjudicación del bien.

En caso de que el valor del bien sea superior al crédito, el ejecutante que
ha solicitado la adjudicación del bien deberá pagar dicho exceso al deudor
dentro de los tres días siguientes a la notificación de la liquidación de los
intereses, costas y costos del proceso. En caso de que no se cumpla con
realizar dicho depósito dentro del mencionado plazo, la adjudicación
quedará sin efecto, prosiguiéndose a convocar a un nuevo remate.

Por el contrario, si el adjudicatario cumple con depositar el monto que


excede su crédito, el juez inmediatamente procederá a entregarle el bien
mueble y, en caso de tratarse de un inmueble, a expedir el auto de
adjudicación.

3.3. PAGO AL EJECUTANTE


Una vez realizado el remate judicial y obtenido el dinero, el juez procederá
a disponer el pago del crédito al acreedor. Para ello es necesario que
previamente el juez ordene la liquidación de los intereses, costas y costos
del proceso, lo cual debe ser realizado por el secretario del juzgado dentro
del plazo que fije el juez.

Efectuada la mencionada liquidación, la misma se pondrá en


conocimiento de las partes para que dentro de los tres días siguientes
realicen sus observaciones en forma detallada. Absuelto el trámite de la
observación o en caso de rebeldía, el juez resolverá aprobando o
modificando la liquidación y a la vez requerirá el pago.

Una vez aprobada la liquidación de los intereses, costas y costos del


proceso se procederá a pagar al ejecutante con el producto del remate.
En caso de que el bien que asegura la ejecución esté constituido por
dinero, éste será entregado al ejecutante una vez aprobada la liquidación.

Si en el remate judicial se da la concurrencia de varios ejecutantes, se


deberá proceder a satisfacer sus respectivos derechos de la siguiente
manera:
a) Concurrencia de varios acreedores ejecutantes con derechos
distintos: el producto del remate será distribuido en atención al
derecho de cada uno de los ejecutantes. Dicha distribución será
establecida por el juez en un auto, el cual podrá ser observado
dentro de los tres días siguientes a su notificación. Si después de
la distribución existe un remanente, éste le será entregado al
ejecutado.
b) Concurrencia de varios acreedores sin derecho preferente y los
bienes del deudor no alcanzan a cubrir las obligaciones: el pago de
dichas obligaciones se efectuará a prorrata. Si entre dichos
acreedores existe uno con derecho preferente, el crédito de éste
será satisfecho en primer lugar y el de los otros se realizará a
prorrata.

Una vez realizado el pago íntegro al ejecutante del crédito, más los
intereses que se hubieran devengado y las costas y costos del proceso,
se habrá concluido la ejecución forzada, pues ésta ha logrado alcanzar su
objetivo primordial: la satisfacción del crédito del acreedor ejecutante a
través de la enajenación forzosa de los bienes del deudor.

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