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Canon: Caña, vara recta, usada para medir (regla). La palabra aparece en el NT
griego en Gálatas 6:16 (regla) y 2 Corintios 10:13-16 (medida, límite)
Usada para asegurar que algo sea derecho (regla, plomada). De allí, significó
“norma o patrón” de algo, lista o tabla. Medida de autoridad.
“Canónica”: Se ajusta a la norma, la calidad de autoridad de los libros del NT.
Se incluyen en la lista de libros aceptados.
Canon: Libros de autoridad para nuestra fe. Cuerpo de escritos reconocidos
como Sagrada Escritura. El proceso por el cual se hizo la selección de libros se
llama “la canonización” del NT.
1. Proceso de Colección
3. El Canon de Muratori
Muestra el estado del proceso a fines del siglo II en Roma.
Es un documento o fragmento incompleto escrito en latín.
Lista de libros aceptados en Roma: Se mencionan 4 evangelios, 13 cartas de
Pablo, 2 de Juan (¿1° y 2°?), Judas y Apocalipsis. Faltan 1° y 2° Pedro, Santiago,
Hebreos, una carta de Juan.
Añade como aceptados otros dos libros: Apocalipsis de Pedro y Sabiduría de
Salomón.
Además da una lista de obras que fueron rechazadas por la iglesia por diversas
razones.
Referencia explícita a 22 de 27 libros. Al no ser completo, puede ser que
estuvieran otros.
4. Lista de Eusebio
La primer lista explícita que coincide con nuestros libros es una carta pascual
de Atanasio dirigida a iglesias en el año 367 d.C y distingue éstos de otros no
canónicos. Incluye AT y NT.
“…los dirigentes cristianos hubieron de enfrentarse a problemas que tenían que ver no sólo con
aspectos prácticos… sino también con desviaciones doctrinales.
Con el pasar del tiempo, los problemas fueron creciendo y haciéndose cada vez más agudos. El
acelerado crecimiento del cristianismo contribuyó también a ello, además de otros factores. Entre estos
podemos mencionar los siguientes: el natural proceso de transformación desde un movimiento con
«mística» y visión hasta una institución que tiene que gastar gran cantidad de energía en resolver sus
asuntos internos (el menor de los cuales no era la administración) y en cuidar su supervivencia; el
tránsito desde una comunidad perseguida a una comunidad primero tolerada, luego protegida y
finalmente asimilada al poder político y capaz de perseguir (o, en otros términos, el paso del
cristianismo a la cristiandad); la incorporación a la nueva fe, durante los primeros siglos, de muchas
personas que, antes de su conversión, habían sido muy bien formadas de acuerdo con la cultura
helenística dominante, no cristiana; la carencia del instrumental ideológico y técnico (además del
lexicográfico) para profundizar y expresar, desde adentro de la fe, la inteligencia de esa misma fe; la
«oferta» que le hacía al cristianismo el contexto sociocultural, del instrumental ideológico, técnico y
lexicográfico provisto por la prevaleciente cultura helenística (sobre todo en el oriente cristiano, donde
se elabora, en su primera etapa, la teología cristiana); la entrada al cristianismo (sobre todo en la época
constantiniana) de gran número de personas que lo hicieron por razones no «teológicas», sin que
hubiera realmente conversión.
Surgen entonces las controversias doctrinales, en algunas de las cuales se vio envuelto todo el mundo
cristiano… desde el principio se vio una necesidad imperiosa: la de contar con un corpus propio de
libros sagrados que pudieran servir como punto de referencia y como fuente y criterio a la hora de
tomar decisiones doctrinales. En otras palabras: hacía falta establecer un canon. Como es de esperar, la
conciencia de esta necesidad no fue algo que irrumpió repentinamente en los círculos cristianos.”
10. Conclusiones
No se definió por una decisión jerárquica, sino por el sentir de las iglesias bajo
la influencia del Espíritu de Dios con respecto a los libros mediante los cuales
Dios se revelaba.
Estos eran los libros a través de los cuales Dios se revelaba.
Las decisiones conciliares empiezan a darse recién a partir del siglo IV. Al
principio solo concilios regionales o locales. Muy posteriormente fue asunto de
concilios generales o ecuménicos.
Lectura Descubre la Biblia, página 185.
“…esas decisiones conciliares confirman la tendencia que se manifestaba en los siglos precedentes y,
poco a poco, va consiguiéndose un consenso que se orienta al cierre del canon de los veintisiete libros,
en las iglesias cristianas mayoritarias. Desde el siglo IV en adelante, los concilios publican listas de los
libros que componen el Nuevo Testamento. Algunos de los libros tenidos por «dudosos» pasan a
engrosar la lista del canon. Otros, quedan fuera para siempre.”
La experiencia de 20 siglos ha confirmado la decisión.
LA DIDAJÉ
Preguntas: