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PARCIAL 2°

PAISAJE SONORO
TÉCNICAS Y MATERIALES ELECTROACÚSTICOS
LIC. EN COMPOSICIÓN MUSICAL
DEPARTAMENTO DE MÚSICA
FACULTAD DE ARTES
UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA

Agustín Issidoro

El paisaje sonoro elaborado tiene como fundamento la recreación o representación de un viaje educativo
del primer año de un colegio secundario a la localidad de Miramar en la provincia de Córdoba. Todas las
grabaciones fueron realizadas en el período de los dos días que duró el viaje con un único grabador estéreo
portatil, Zoom H4n Pro.
Intenté que la grabación se efectuara de la manera más limpia posible para no tener que aplicar
demasiados procesos posteriormente. Los únicos fragmentos que poseen algún proceso realmente
determinante son los fragmentos de las aves, a los que tuve que aplicarles filtrado de frecuencias bajas para
eliminar ruidos de voces y algún normalizador para aumentar un poco la ganancia. El resto de los audios sólo
tiene procesos dinámicos (puertas de ruido) aplicados en muy pocas cantidades.
El discurso que se intenta construir tiene que ver directamente con la enorme variedad de sonidos que
uno experimenta en una actividad de las características antes descriptas. Durante la visita educativa a la
ciudad, cuyo objetivo era el estudio de la laguna Mar Chiquita, se concurrió a distintas charlas en museos
acerca de temas varios: historia de la laguna, características de fauna de la laguna, la fauna prehistórica de la
región; pero también se concurrió a hoteles demolidos parcialmente por las inundaciones, a un tambo y a un
criadero de coipo. Además, hecho que era imposible de evitar, el viaje coincidió con el segundo partido de la
Selección Argentina en el Mundial de Fútbol. Todas estas actividades arrojan al oído y al grabador un
abanico de sonidos de las características más heterogéneas, de forma que cualquier vinculación lógica, por
semejanza o cualquier construcción que intente algo así como una suerte de desarrollo de los ruidos o
sonidos incurriría en el fracaso.
El gran continente de los sonidos, aquello que le da sentido a la producción musical que se elaboró y a
cada uno de los distintos fragmentos que se encuentran es entonces una cuestión enteramente contextual, tal
como se dijo al comienzo: un viaje educativo de un 1er año de un secundario a la ciudad de Miramar. Por lo
distinto de las índoles de los sonidos, por las distintas representaciones a las que los tenemos asociadas, más
que un paisaje sonoro la elaboración se asemeja a un collage. Aún así, teniendo en cuenta esta cuestión
programática o contextual, que se vuelve texto al momento de que es el principio que da sentido al
contenido, creo que uno puede todavía vincularlos de alguna manera narrativa.
El problema surgió cuando me planteé la forma en la que los fragmentos iban a ser articulados,
dispuestos, trabajados y relacionados debido a esta evidente diferencia entre ellos. La decisión que tomé fue
que la narración no iba a respetar el orden cronológico en la que se fueron sucediendo los hechos del viaje,
sino que iba a dividir los audios en tres grandes grupos: con sonidos más propios del paisaje natural, como
las aves de la laguna y el agua; fragmentos con ruidos de máquinas trabajando, como el generador eléctrico
del tambo y la maquinaria agrícola; y finalmente fragmentos en donde estuviera presente la voz humana.
La decisión de disponerlos de esa manera fue porque intenté que desde un primer momento se
comprendiera el escenario en donde todo se desarrollaba, de ahí las aves y el agua. El problema me surgía en
la articulación de los grupos, muy distintos entre ellos. Intenté resolver esos problemas a través de recursos
técnicos de la composición. Primero intenté vincular los ruidos del agua con los ruidos de la máquina porque
dentro de la colección de sonidos con la que trabajé se parecen un poco. Al mismo tiempo, intenté
direccionar el cambio a través de un crescendo (es decir, un aumento de la ganancia del audio) que lleva a un
cambio brusco entre ambos fragmentos. Los cortes y los silencios son intencionales.
Hasta este punto la temporalidad, si bien se dijo que narrativamente los fragmentos no se corresponden
cronológicamente con lo sucedido, es lineal. Es decir, un evento sucede a otro, quitando las pequeñas
superposiciones o transiciones (fade in y fade out) que vinculan los fragmentos. No obstante, cuando entran
las voces humanas la temporalidad ya no es más así, sino que se comienza a superponer distintas
temporalidades. Si se presta atención al contenido de lo que se está diciendo, uno se puede dar cuenta de que
los fragmentos se refieren a distintos momentos del mismo hecho; en este caso, el partido de fútbol de

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Argentina. A esto lo intenté resolver técnicamente mediante el paneo de los fragmentos, de alguna manera
vinculando espacialidad y temporalidad. Había intentado sugerir algo de la dimensión de la espacialidad ya
en la vinculación de los primeros fragmentos, que ingresan levemente paneados. El paneo se acentúa más a
medida que avanza el paisaje.
Esto último puede apreciarse en el último de los cambios, cuando se pueden percibir 3 distintos eventos,
en distintos momentos, confluyendo. Por un lado se percibe la charla de un tambero explicando cómo
funciona su negocio, por otro lado se entiende la charla de una guía de museo, y centrado pero con menos
intensidad, un partido de fútbol de los alumnos en la playa durante momentos libres. En el audio del museo,
si se presta atención, el contexto alcanza a revelarse con claridad y la vinculación y discursividad del trabajo
cobra un poco más de coherencia.

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