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Conducción evasiva pag 7

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FUNCIONES ESPECIALES DEL VEHÍCULO DE ESCOLTA

Durante el recorrido de los trayectos, el coche de escolta puede ir ocupado por tres o cuatro
escoltas, dependiendo del nivel de seguridad que apliquemos al protegido.
Siendo cuatro: El Jefe de Equipo (1) se situará en el asiento delantero al lado del conductor,
mientras los otros tres escoltas ocuparán la parte trasera en el orden (2) (4) (3) de izquierda a
derecha. Este orden de colocación se mantendrá fijo en cada momento.

En caso de salida de dos protectores del vehículo de escolta, el Jefe de Grupo cuando considere
que la velocidad del coche del VIP hace necesaria la protección a pie, ordenará la salida en dos
tiempo. En primer lugar salen él mismo y el (2), situándose ambos junto a cada una de las ruedas
traseras del vehículo VIP.

En el segundo tiempo de la orden los escoltas (3) y (4), salen y se colocan junto a cada una de las
ruedas delanteras del vehículo.
A cada salida que efectúen y si el vehículo del protegido tiene estribos, se subirán a los mismos
con objeto de tener un punto de referencia de su situación que les permita dedicar su atención
exclusiva a la vigilancia, manteniendo cerradas las puertas.
La reacción oportuna para evacuar al principal y neutralizar un riesgo inminente depende, en gran
medida, de la capacitación de los elementos de seguridad.

Conducta a seguir:
a. El escolta que vea el peligro inminente dará la voz de alerta (peligro) al grupo de seguridad,
repeliendo en ese mismo momento la agresión.
b. El Jefe de Escolta girará 180° en sentido opuesto a la agresión, cubrirá y sujetará en todo
momento al Principal.

c. Los elementos restantes protegerán con sus cuerpos alrededor del Principal a través de un cerco
de seguridad.

d. Una vez conformado el cerco de seguridad se evacuará al Principal a un lugar seguro (vehículo
blindado o cuarto seguro, según lo permita la situación).
VEHÍCULO BLINDADO DE GRAN ELEGANCIA.

Conquest Evade, un nuevo SUV de gran tamaño y aspecto imponente.

Conquest Vehicles, que hasta ahora se dedicaba a realizar grandes SUV blindados, como el Knight
XV. Ahora, con el Conquest Evade, pretende ir un poco más allá.

El Conquest Evade supone para el fabricante el primer SUV de gran tamaño sin blindaje, aunque
no renuncia a esa particular estética de furgoneta blindada, con cierta inspiración militar y hasta
cierto punto tosca. Realizado en acero y aluminio, se anuncia un peso menor que el del Knight XV
(gracias a la ausencia de blindaje), aunque casi podríamos dar por seguro un peso que fácilmente
rondará o incluso superará las tres toneladas (no se han facilitado datos específicos al respecto).
Formación y Protección a Funcionarios con Cuatro Elementos.

Permite hacer dos tipos de formación: cuadro y rombo. Participan cuatro elementos con una
cobertura total de 360º alrededor del Principal. Esta formación tiene resultados positivos para la
defensa y evacuación del Principal, y registra una protección regular ante una multitud hostil.

Ubicación del Jefe de Escolta:

• En la Formación de “Cuadro” se ubica en la parte posterior derecha del Principal.

• En la formación de “Rombo”, se ubica en la parte posterior del Principal.

Ubicación de los elementos 2, 3 y 4.

• Elemento 2. -En la Formación de “Cuadro” se ubica en la parte posterior izquierda del Principal.
En la formación de “Rombo”, se ubica del lado izquierdo del Principal.

• Elemento 3. -En la Formación de “Cuadro” se ubica en la parte frontal derecha del Principal. En la
formación de “Rombo”, se ubica del lado derecho del Principal.

• Elemento 4. -En la Formación de “Cuadro” se ubica en la parte frontal izquierdo del Principal. En
la formación de “Rombo”, se ubica al frente del Principal.
El Protegido y El Guardaespaldas.

Nuestro protegido, sobre todo al principio, nos dirá que colaborará con nosotros, que hará lo que
le indiquemos e, incluso, que estará dispuesto a modificar sus pautas cotidianas para ayudar
nuestra labor. Esto nos lo dirá sobre todo si ha recibido un pequeño “susto” y nos han llamado
para evitar que no vuelva a suceder.

Todo ello está muy bien, y su posición es realmente digna de admirar, pero con el paso del tiempo
se irá “aflojando”, sobre todo si la aparente calma vuelve a reinar en su vida.

Pero un guardaespaldas debe actuar como si su protegido no cumpliera nada de lo que dice o, aún
haciéndolo, como si todas las conversaciones, emails, correos, comunicaciones, amistades, etc., de
su protegido, estuvieran siendo espiadas por sus enemigos. Aunque el protegido ponga todo de su
parte, debemos entender que éste no tiene ni los conocimientos, ni la práctica, para llevarlo a
cabo. Podrá intentar que sus conversaciones sean privadas, y que sus elementos de relación con
los demás (y sus propias relaciones) sean lo más íntimas posibles, pero no sabrá discernir ni
cuándo lo son ni, además, si los demás son de confianza. Por lo tanto nosotros actuaremos como si
no lo son siempre, y como si las comunicaciones de nuestro protegido con el exterior son
inseguras SIEMPRE. Da igual los cortafuegos o las medidas que haya adoptado para que no lo sean,
para nosotros, todo es inseguro. No hay que conceder espacio para la duda, porque si dudamos,
perdemos.

Además, hay que tener en cuenta que nuestro protegido es muy diferente con el trato a los demás
que nosotros: él -o ella- probablemente tengan que estar, por su trabajo y por su vida, en relación
directa con muchas personas, incluso con personal extranjero y con gente de toda índole, muchos
fiables, pero otros realmente peligrosos. El guardaespaldas, al contrario, mantiene a su familia y a
sus amistades “al margen”, su “vida propia” está totalmente supeditada a su protegido, y sus
amistades no entran en relación, nunca, con su trabajo, mientras que en su protegido lo hacen
siempre. Esto es obvio, y lógico, por otra parte, puesto que los trabajos son diferentes.

La mayoría de la información nos la reservaremos, por lo tanto, para nosotros mismos. Ni siquiera
la compartiremos con el protegido, ¡mucho menos información confidencial, como cuándo o
dónde vigilaremos tal sitio o la forma de hacerlo!, y, en según qué tipo de protección otorguemos,
con nuestros superiores o con nuestro enlace.

No está mal que el protegido se interese por nuestro trabajo, pero no deberemos darle un “curso
acelerado de guardaespaldas” o de espionaje, ése no es nuestro cometido. Además, lo peor que
podríamos hacer es desvelar nuestros secretos o nuestras pautas de actuación, ¿qué haríamos si
se produjera una filtración, o si nuestros enemigos supieran cómo actuamos y nuestros pasos con
antelación? ¡Estaríamos completamente a su merced!

Tampoco somos su confesor. No pocos protectores han caído en la “trampa fácil” de convertirse
en íntimos confesores de los miedos de sus clientes. Sus temores, dudas y pánico, que los lleven a
su psiquiatra o psicólogo, no es nuestra labor ser su pañuelo de lágrimas ni curar sus problemas
mentales o líos intelectuales. Está bien que le tengan al guardaespaldas admiración, incluso
respeto, pero ni es su superior, ni es su confesor. Es, simplemente, su escudo: si lo usa mal, le
puede llegar una flecha. Si lo usa bien, puede salvarle la vida. Simplemente es eso, y debemos
tenerlo claro en todo momento.

Es lógico que, como humanos, cualquier guardaespaldas se sienta sensible por los miedos y
tristezas de la persona que protege, pero si se deja influenciar por ello acabará cediendo y bajando
la guardia o, como se dice vulgarmente, “moralmente implicado”. Además, no debemos olvidar
que también nosotros tenemos una buena dosis de miedo y temor, corremos el peligro de hacerle
cargar con ello a nuestro protegido, convirtiendo una relación eficaz profesional en una tormenta
de sentimientos de muy difícil resultado.

Comportamiento de un Guardaespaldas en la calle


Este es un buen momento para recordar que este informe se basa, como su aspecto primordial, en
técnicas a pie. Para automóvil y en diferentes circunstancias existen otro tipo de técnicas
específicas, las cuales no son abordadas en este informe.

También he de señalar que, por mi propia filosofía de este informe, sólo se incluyen en los mismos
unas “pautas de actuación”, unos puntos principales y primordiales, ya que el desarrollo completo
de la temática de seguimiento daría para un volumen mucho más amplio y profundo.

Dicho todo lo anterior, abordaremos ahora un aspecto puramente técnico y de actuación: la


protección en la calle.

Ya hemos dicho que lo principal para un guardaespaldas (y para la buena salud física y mental de
su protegido) es que no se note su intervención, que sea totalmente transparente pero, a la vez,
totalmente eficaz. Conjugar ambos aspectos es algo para lo que no todos están preparados, y que,
también, no todos se ven capaces de hacer. Aun así es primordial, porque de lo contrario
encerraremos a nuestro protegido en una especie de urna de cristal que, irónicamente, le otorga
una protección falsa, ya que un simple disparo de un desconocido en la nuca, que nos salga por
cualquier esquina, puede acabar con todo al traste. Es importante no olvidar que somos nosotros
los que debemos estar siempre en alerta, precavidos, y en tensión, pero no podemos trasladar
todo ello a nuestro protegido porque ni ése es su papel, ni su profesión, ni, seguramente, está
preparado para hacerlo correctamente.

Si al guardaespaldas le atacan los nervios, la tensión y el miedo, es su problema. Su único y


exclusivo problema, y si no puede con la situación o ésta le supera es cuando debe contemplar,
seriamente, el abandonar y dejar que ocupe su puesto alguien mejor. No es el primer caso de un
protector de ejecutivos “quemado” que se da, ya que ésta es una profesión en la que el descanso
no siempre se consigue, en donde dormir, a veces, cuesta muchísimo y en donde nuestra vida pasa
en un milisegundo por el filo de la navaja, ¡y a veces durante varios días a la semana!

Existen varias técnicas básicas de proteger a una persona.

Tocaremos por alto algunas de ellas, no sin antes recordar que esto ni es “norma de ley” ni
siempre lo más eficaz, sino, simplemente, un “abecedario básico” que todo buen escolta debería
saber contemplar.

1- Guardaespaldas en calles de población.

Habitualmente los escoltas protegen a su defendido poniéndose detrás de él, caminando a una
distancia prudencial (más lejos cuando hay más espacio, menos cuando la situación es más abierta
o hay más gente) del mismo. Si van por parejas uno se colocará a su parte izquierda, y el otro se
colocará a su derecha.

En el presente informe que trato de plasmar actuaremos siempre como si hubiera un único
escolta, ya que es la labor más difícil y donde podremos cometer los mayores fallos, puesto que
cuando hay dos escoltas siempre podremos contar con el compañero/s.

En las calles con tráfico, nos dispondremos siempre a la izquierda, hacia la zona de la carretera:

Si nos situásemos hacia la derecha, en la zona donde están los edificios y comercios, fácilmente
podríamos quedar sin salida, acortando no sólo nuestras opciones y vías de escape, sino nuestra
movilidad.

Desde donde nosotros estamos podremos ver tanto el tráfico como lo que se acerca por delante a
nuestro protegido, así como el interior de tiendas y portales:

Podremos avanzar, además, fácilmente hacia nuestro protegido, así como actuar sobre un campo
mayor de terreno. Si ocurre algún incidente, tendremos más facilidad para refugiar a nuestro
protegido hacia los edificios.

Algunos profesionales estiman que la mejor forma de proteger en uno de los puntos más sensibles
a un individuo, como es la salida a la calle (en un auto, o en un local, tenemos más flexibilidad y
podremos controlar más puntos y zonas), sin llamar en exceso la atención, es con cuatro
guardaespaldas. Dos se situarían por delante, y otros dos por detrás, todos ellos en los flancos. Los
de delante “limpiarán” el camino y preservarán de los peligros, mientras que los detrás actuarán
de apoyo y evitarán acercamientos por sorpresa. Así es como salen a la calle alguna que otra
estrella del pop y del cine.

Sin embargo incluso así es bastante “fácil” actuar contra el protegido, o, incluso, capturarlo. En
una ocasión un tipo esperaba en un portal, mientras que, en frente, y con la puerta corrediza de
una furgoneta abierta, su cómplice esperaba mirando por el espejo retrovisor. A una señal, el
sujeto del portal avanzó como un vendaval “cogiendo” brutalmente a su paso al protegido, y
arrojándose luego ambos, tirándose, sobre la furgoneta abierta.

La actuación fue impresionante y dejó a los cuatro guardaespaldas “con la boca abierta” mientras
la furgoneta aceleraba perdiéndose entre el tráfico.

Este es solo un ejemplo de que no siempre lo que parece la mejor protección, lo es.

Otra variante es cuando va uno, o un par, de guardaespaldas “limpiando” la zona: contenedores,


papeleras… incluso cloacas y bocas de riego y eléctricas. Esto se suele hacer ante el paso de
comitivas muy importantes, tras lo cual se quedan soldadas para que no vuelvan a abrirse. El
efectuar esta tarea se mostró una práctica muy eficiente cuando podemos contar con importantes
recursos y una cantidad considerable de policías expertos, así como agentes de todo tipo. Sin
embargo, es totalmente inservible cuando se realiza a la par que aparece el sujeto, poniendo a
uno o dos guardaespaldas a “mirar cosas”: extrañamente puedan tener el tiempo suficiente para
considerar que cualquier bolsa es un artefacto explosivo y, en caso de serlo, el terrorista,
hábilmente apostado a prudente distancia, podría hacerla explotar consiguiendo, muy
probablemente, herir a nuestro protegido.

Por ello, lo mejor para estos casos es modificar rutas (¡incluso sobre la marcha!), por muy
preferida que sea determinado trazado para nuestro protegido, o mucho cariño o preferencia que
tenga por determinada calle.

2- Guardaespaldas en el sitio de trabajo y hogar de su protegido.

Deberemos tomar imágenes de todos y cada uno de los vehículos aparcados en la zona donde
trabaja nuestro protegido, así como de su hogar - ¡u hogares! -, sus matrículas, viviendas
adyacentes, caminos, calles, arbolado, etc. etc., y repasarlo diariamente.
Mantendremos también un histórico de todo ello, investigando la aparición de nuevos vehículos o
personas ajenas al lugar, ¡no es la primera vez que un terrorista sorprende “inocentemente”
poniendo un arma bomba en el mismo lugar de residencia!

El tránsito de personas también es una de las tareas que debemos controlar, todo ello, a veces
roza la ilegalidad (también muchos otros actos de espionaje…), por lo que deberemos tener
especial cuidado con ello. Asimismo, papeleras, contenedores de basura (¡y su posible
modificación o alteración!, etc. etc.).

Esta es una labor metódica, que, la mayoría de las veces, solo nos ofrecerá la llamada “información
basura”, pero de vital importancia si llegamos a dar en el clavo. Por todo ello es importante
apoyarse en la informática: existen programas que facilitan enormemente esta labor,
ahorrándonos horas y horas de tediosas tareas de visionado, como se hacía antiguamente.

Lógicamente, toda esta información se almacenará en el ordenador “off-line”, haciendo copias de


seguridad en discos duros externos, si lo creemos necesario.

Con ello podremos saber si determinado contenedor de basura, por ejemplo, lo mueve hasta
nuestro portal un basurero X que pasa los miércoles por la calle, o, por el contrario, lo han movido
expresamente cerca de nuestro portal o coche. Si es en éste último caso, seremos nosotros
quienes salgamos primero, llevemos de nuevo el contenedor hasta su ubicación original y
solamente después vayamos a buscar al protegido. De forma similar obraremos con todo lo demás
que se salga de la “normalidad”.

3- Guardaespaldas a la salida y entrada del sujeto.

Existen personal de protección que, al salir el protegido de un determinado local, restaurante, de


su casa o de su oficina, comienzan a mirar nerviosamente arriba y abajo, a uno u otro lado, de tal
forma que lo miran todo menos, quizá, el francotirador que está apostado algunos metros por
encima de ellos.

En las academias y centros de formación se centran, sobre todo, en la cualidad no tanto de ver,
sino de observar. Debemos comparar la situación global tal como estaba hace unos minutos y
cómo está ahora, y lo mejor no es salir a la par de nuestro protegido cogiéndolo del brazo,
atosigándolo y atosigándonos a nosotros mismos, sino tomarnos nuestro tiempo, salir antes, y,
luego, avanzar con nuestro protegido.

En locales y sitios cerrados, en cualquier caso, saldremos nosotros primero, y nuestro protegido
detrás. Sólo nos colocaremos detrás de nuestro protegido una vez éste inicie la marcha para
caminar, y nunca si ésta marcha la inicia para llegar al coche.
Uno de los puntos donde suelen aprovechar los sujetos para dañar a sus víctimas es precisamente
en las aglomeraciones de la salida de los locales. Allí, muchas escuelas de escoltas, erróneamente,
ordenan a sus profesionales colocarse delante y abrirles la puerta del auto. Eso no es tarea de un
escolta, debe ser otra persona la encargada de hacerlo. En estas situaciones las personas forman
un pasillo a derecha e izquierda, y es en uno de esos flancos donde un terrorista se suele apostar
con un arma al frente para disparar. Debemos colocarnos a un lado, de manera que, extendiendo
simplemente un brazo, eliminaremos a nuestro protegido de la línea de disparo y, a la vez,
posibilitemos todo el campo libre para poder nosotros actuar. Esto debe practicarse asiduamente
en entrenamiento, ya que es un acto reflejo y debe hacerse de manera inmediata.

Éste es el cometido que hace en esas situaciones el personal de seguridad privada o los agentes
locales de policía, pero éstos no tienen la suficiente sensibilidad ni rapidez para obrar con la
celeridad que requiere la situación, por lo tanto lo mejor es que seamos nosotros mismos quienes
cumplamos ésa labor.

Con respecto a la entrada, actuaremos igual.

Otro punto conflictivo, y en el cual pocos especialistas se ponen de acuerdo, es en evitar ataques
de francotiradores. Lógicamente, si un terrorista prepara muy bien este tipo de ataques estamos
perdidos, aunque los contra de hacerlo son de un riesgo tan elevado que, afortunadamente, pocos
lo hacen (es casi seguro que tras efectuar el disparo el francotirador sea fácilmente detenido,
además de la poca seguridad de que dicho disparo cumpla su objetivo, por lo que la mayoría de
terroristas prefieren acercarse a más distancia, consiguiendo mucho más eficazmente sus
sangrientos fines).

Lo mejor sería “limpiar” previamente la zona con policía experimentada, y, luego, mantenerla en
ése estado mediante agentes y la imprescindible ayuda de helicópteros volando a baja altitud.
Lamentablemente, eso no es siempre posible, por lo que las medidas a tomar serían:

3.A- Acercar el coche blindado lo más posible a la puerta, de modo que el espacio libre entre éste
y la salida sea de apenas unos centímetros.

Para apoyar esta medida, además, una vez saldrá primero el guardaespaldas, otra, unos agentes,
otra, diferente personal, de manera que el francotirador no tenga una certeza matemática de que
tras determinada persona (o determinado número de personas) pase su objetivo, y no pueda
efectuar un disparo “de memoria”. Como es sabido, ni siquiera en esto deberemos mantener una
rutina.

3.B- El protegido entrará y saldrá del coche de la manera más rápida posible. De modo que
siempre tendrá que estar vacío el espacio del interior del coche o del interior del local, y no tenga
que esperar en mitad del trayecto. Da igual la personalidad o el VIP que esté en el otro lado, esto
debe cumplirse siempre.

3.C- El chofer, u otra persona, protegerá de visión directa desde abajo con un paraguas todas las
entradas y salidas, y no sólo la del protegido (de hacerse en este último caso, el francotirador
sabría cuándo disparar).

En algunas galas, celebraciones y actos, se suele poner una marquesina, que no sólo decora, sino
que impide la visión de posibles francotiradores. Para ello existen unas medidas estándar, que
debemos hacer cumplir (aunque de ello ya se encarga el personal de seguridad encargado de velar
por el acto), y en donde la marquesina no debe ser muy alta (para evitar líneas de disparo abiertas
a los lados) ni estar muy retrasada con respecto a la llegada de los autos (para evitar un espacio
“delicado” entre la marquesina y el mismo auto).

Además, el material que cubre la marquesina no ha de ser transparente y, a poder ser, colores
chillones. El exterior de la marquesina, si es de noche, podrá cubrirse de negro para aumentar aún
más su eficacia.

4- Evitando sorpresas.

Cuando caminamos por una zona de arboleda, protegiendo a una persona al paso, los manuales
nos dicen que debemos evitar pasar cerca de los árboles, en donde puede haber personas
emboscadas.
Cuando nos atacan por detrás, el primer punto de atención en el que se centra el terrorista somos
nosotros: el objetivo no es tan importante, porque pueden acabar con él de una forma u otra,
pero los profesionales, quien puede poner en peligro toda la operación, es el guardaespaldas. A
veces se tienda a proteger “en exceso” a nuestro cliente obviando esta máxima.

A nosotros se nos acercarán por detrás o a los lados, o, incluso, en coche o en moto. Elegirán los
lugares más propicios para ellos, donde podrán huir mejor y donde los testigos sean mínimos:
aparcamientos, zonas aledañas de parques, jardines amplios con rincones sombríos… Etc. etc.

En otras ocasiones es el guardaespaldas quienes les sorprenden a ellos, e, incluso, se han dado
casos de querer “pedirles la documentación”. No es buena consejera el hacer de héroe en estos
casos. Si el terrorista quiere huir pongámosles un “puente de plata” y que se encarguen de él la
policía, ya que nosotros no tenemos (ni podemos, ya que nuestro principal cometido es proteger a
nuestro cliente) la capacidad ni los medios para ello.

Pero, si por el contrario, son ellos quienes nos sorprenden a nosotros, estamos acabados. Lo que
buscan no es herirnos, lo que buscan es matarnos. Saben que somos un “testigo vital” en la
investigación, y nos harán callar la boca. Y, luego, acabarán con nuestro protegido. ¿Qué le
decimos, por tanto, a nuestro protegido? ¿Qué evite los lugares rutinarios, su bar preferido de las
tardes, su rincón melancólico del parque que le trae tantos recuerdos?

La protección más eficaz que un guardaespaldas puede hacer no es estar todo el día sobre su
protegido como una lapa, sino, siempre, elegir la manera más eficaz de protección, dependiendo
de la situación, la ubicación, la oportunidad y las posibilidades reales de ataque; ahí es donde
entra en juego la habilidad de nosotros como profesionales. De otra forma no sólo no
realizaremos bien nuestra labor, poniendo en peligro su vida, sino que, además, y “de regalo” para
los terroristas, acabarán con un buen escolta. No permitas que eso te ocurra.

5- Comportamiento ante manifestaciones, altercados y actos multitudinarios.

Obviamente, lo lógico sería evitarlos, de no ser posible, rodearlos, eligiendo un trayecto


alternativo. Cuando ni eso podemos hacer, podemos entonces optar a que pasen y, si no es
posible porque nos hemos visto envueltos en uno, nos iremos colocando al final del mismo para
salir.

Siempre suelen haber grupos conflictivos, que son quienes inician las hostilidades y a los cuales
debemos intenta esquivar. Se suelen colocar a los flancos e inician incidentes tales como quemas
de contenedores, rotura de escaparates, etc. A ellos se dirigen los antidisturbios, iniciando
entonces una batalla campal. No debemos dirigirnos a los antidisturbios porque nos confundirían
seguramente con ellos, al contrario, si nos vemos envueltos en uno de esos grupúsculos, nos
adentraremos en él como se ha mencionado anteriormente: hacia atrás hasta salir. En este
sentido también podemos elegir una calle adyacente para huir por ella.

Respecto al guardaespaldas, se mantendrá junto al protegido en todo momento, no interviniendo


en las protestas que se produzcan y tratando de preservar la integridad de su cliente. Si es
necesario, le cogeremos de la mano o del brazo para guiarle, apartando a los que se interpongan
sin brusquedad pero firmemente y de manera decidida.

6- Centros comerciales y lugares de ocio.

Una de las mayores contradicciones para el guardaespaldas es tener que realizar su trabajo viendo
como los demás se divierten, es más, mientras su propio cliente se está divirtiendo. Y no solo por
el hecho en sí, sino por tener que verse obligado a minimizar aún más su afán protector. Para que
su labor no resulte tan ingrata y, a veces, exasperante, es crucial la colaboración del protegido. No
obstante es bastante lógico que esto en muchas ocasiones no ocurra, y es entonces cuando nos
vemos obligados a hacer uso de todos los recursos a nuestra disposición.

El cliente creerá, obviamente, que esta vez, como todas las anteriores, no ocurrirá nada. Bien, eso
es bueno. Pero por si acaso ocurre algo es para lo que estamos nosotros.
Lo malo es que también depende mucho de la edad que tenga nuestro protegido, como este sea
un adolescente podemos acabar la noche como niñeras, no solo de él, sino de los demás
miembros de sus amigos.

Lo bueno sería que, por lo menos, nuestro cliente no bebiera a alcohol: si ya es complicado
proteger a alguien así, mucho mas lo es si además tenemos que vigilarlo borracho.

Hay cosas que se deberían dejar claras a nuestros protegidos, como es este tema de las drogas,
pero, aun así, no siempre nos van a hacer caso.

Si esta borracho y es difícil de controlar podremos optar por meterlo en el coche y llevarlo a casa
sin contemplaciones. Da igual que nos amenace con despedirnos o denunciarnos, siempre es
mejor perder un trabajo que perder un cliente por haber hecho mal nuestro cometido.

Lo que no debemos hacer es, por mucho que nos enfademos, dejarlo solo e irnos. Siempre le
devolveremos sano y salvo a su casa y, una vez en ella, podremos tomar las decisiones extremas
que nos plazcan.

Insistiremos siempre, eso si, para que no vaya a los mismos lugares a la misma hora, y pondremos
especial hincapié en facilitar que su protección no signifique un agobio. Recordemos que él se está
divirtiendo.

Prestaremos especial atención a las personas, sobre todo desconocidas, que conoce y se
encuentra, recordando sus rasgos faciales e, incluso, tomándoles fotos con las técnicas que
deberíamos ya dominar. Dichas fotos las incorporaremos a su dossier personal junto con el día y la
hora (nota: la creación y mantenimiento de tales dossieres esté prohibido en muchos países).

Llevaremos un recuento de los sitios que visita, sus propietarios, fecha de apertura y todo lo que
nos pueda ser útil (esto es importante en determinadas zonas donde los grupos terroristas poseen
una amplias raíces sociales).

En su caso, le convenceremos para que tenga un número de teléfono "basura", que facilitará a
todos sus amigos esporádicos o contactos de una noche, lo mismo con direcciones de correo
electrónico, que, además, deberá poseer configuración de alta seguridad.

Aunque todos sepan que eres su guardaespaldas, él te presentará, siempre que lo haga, como un
amigo, enfatizando que eres su amigo "callado y tímido". Ya habrá tiempo para que descubran la
realidad después.

No confraternices con sus nuevas amistades, ni con sus amigos de toda la vida. Es mejor pasar por
un ser huraño y distante que no por un detective de novela policíaca, cuyo papel no solo no te
corresponde sino que, además, no podrías utilizar llegado el caso.
Es muy tentador, a veces, querer participar de las discusiones y conversaciones de sus amigos, sin
embargo no debes olvidar que esos no son tus amigos y que cualquiera de ellos podría convertirse
en un soplón de lo que digas. No caigas en la antigua trampa de querer ser la estrella de la
reunión. Y, si te embaucan, recurre a las "Técnicas de Distracción".

En las tiendas y centros comerciales donde salga de compras acompáñale hasta la caja, y ponte
entre el y el cliente siguiente. Despreocúpate de lo que compre, de quien llene las bolsas o del
dinero: ocúpate solo de su seguridad. Así le ayudarás a que actúe siempre con naturalidad y como
si tú no estuvieras.

Podemos elegir, antes de salir, un lugar de reunión en caso de extrema necesidad y de que ocurra
algo que obligue a separaros. Dicho lugar deberá ser público, preferentemente, y estar abierto
hasta altas horas. El hall de un centro comercial o determinado restaurante del mismo centro es
un buen lugar. Deberás elegir un lugar discreto en el que pueda ver sin ser visto por todo el que
pase y que, además, pueda ser vigilado todo el tiempo por camareros, trabajadores, etc.

Recuerda, por último, que en la calle es vital que conozcas la multitud de técnicas de seguimiento
para que puedas contrarrestarlas. Los terroristas no te van a dar tregua, aunque estes en un
pueblo o ciudad. No les des tu tampoco tregua a ellos.

“Tiros al aire: Todo lo que sube, baja”

En varios países, es común que los hombres tirasen para arriba en la celebración de una
acontecimiento. En Turquía, disparan así en las fiestas de casamiento; en Méjico, antes de las
restricciones de las armas, para celebrar cualquier cosa; en Brasil, en las victorias de fútbol. Así
mismo, la policía brasileña, en los funerales de compañeros muertos en combate, para demostrar
indignación, con frecuencia disparan al aire con municiones reales, cuando en ceremonias como
esas el reglamento exige balas de salva, esto es, pólvora seca. El problema es que las balas que
suben, descienden, y van a impactar en personas inocentes. Esta es una de las causas de las “balas
perdidas”, que en Río de Janeiro matan en promedio a una persona cada 6 días. Por esta razón, es
imprescindible penar a quien dispare en lugar habitado o en la vía pública, medida criticada por los
que consideran excesivo penar a los que sólo “se están divirtiendo”, pero poniendo en riesgo la
vida de otros.
¿“Las armas son inocentes”?

Se acusa a los defensores del control de armas de “demonizar” a las armas, volviéndola
“responsable” por los delitos, y no al delincuente, en una actitud “fetichista”. El arma sería un
objeto inerte, como cualquier otro, y que no merecería una atención especial.

Las armas deben ser clasificadas como “mercaderías peligrosas”, como la dinamita, productos
químicos explosivos o inflamables y agrotóxicos. Merecen una fiscalización y un cuidado, similares
a los dispensados a esos productos. El control de la industria química no determinó su falencia.
Nadie defiende que tales productos, que pueden matar, sean “pasivos” y que “el problema sean
apenas las personas” que los manipulan.

Sobre la afirmación inicial, “Las armas no matan. Quienes matan son los hombres”, podemos
contraponer que “Las armas no matan. Los hombres tampoco. Los hombres con armas matan”. O
la pregunta graciosa de un internauta: “Las armas matan cada vez más hombres. O acabamos con
las armas, o acabamos con os hombres. ¿Qué es más fácil?”
¿“El arma debe ser usada por quien está bien entrenado”?

Un encuentro entre personas armadas no es como una disputa entre un luchador de yudo y una
persona sin ninguna capacitación, en el que el entrenamiento y la técnica de esa lucha siempre
garantizará superioridad al primero, aunque resulte agredido por el segundo. Cuando se trata de
una confrontación entre personas armadas, quien tiene la iniciativa elimina la posibilidad de
reacción
por parte del agredido, no importando en este caso que se trate de un eximio tirador y tenga la
oportunidad de contar con un armamento superior. Más allá de ello, una cosa es ser un buen
tirador contra objetivos fijos o blancos móviles según los estándares de tiro. Otra, bien diferente,
es, bajo tensión, tomar un arma escondida y dispararla (suponiendo que ya está en condiciones de
hacerlo) cuando otra te está apuntando. El agresor no va a esperar que completes los actos
necesarios, como ocurre en los trucos cinematográficos. Solo si la suerte hace que falle el arma
atacante le dará alguna chance de pasarla mejor. Es lo que ocurre en los duelos en las películas del
far west, siempre favoreciendo al héroe. Pero, ¿debemos programar nuestra vida en lo que ella
tiene de esencial, que es su preservación, por la expectativa de una suerte improbable o pensando
en lo que
probablemente pueda pasar?

La legislación de varios países, que permite tener armas, exige una serie de precauciones para
evitar los accidentes, principalmente con niños curiosos, familiares depresivos o encolerizados. Por
ejemplo, mantener el arma sin municiones, ambos elementos guardados por separado en cajas o
armarios cerrados; las armas preferentemente trabadas con candados en el gatillo. Tomadas esas
precauciones, esenciales para alejar el riesgo de su uso indebido, hay que preguntarse: ¿en caso
de asalto, el propietario del arma va a tener tiempo de buscarla, destrabarla, ponerle las
municiones, gatillarla y disparar contra el agresor, antes de que él sea quien ataque? Hasta
contrariando la ley de varios países (en que es un crimen), quien tiene un arma para su defensa
acostumbra mantenerla cargada, lista para disparar y en un lugar de rápido y fácil acceso, como
por ejemplo en la mesa de luz o en la gaveta del auto...lista para ser usada por el marido borracho
o celoso, o descubierta por el hijo alterado que piensa en el suicidio, por el nieto curioso o por el
asaltante en busca de cosas para robar.

Saber manejar bien un arma de fuego solo es útil para poder evitar que sea disparada de manera
accidental (por la propia persona y no por sus familiares), ahuyentar a un delincuente que se tuvo
la suerte de presentir primero (cosa rara), o para tomar la iniciativa premeditada de matar a
alguien.

Más allá de todo esto, sucede con el hombre armado lo mismo que ocurre con naciones que
invierten compactamente en defensa militar: los intereses creados o el sentimiento de
superioridad
terminan por incentivar iniciativas de agresión. Un riesgo adicional es representado por la osadía
de quien se entrena para disparar ante la eventualidad de un asalto y no resiste la tentación de
poner en práctica lo que aprendió, intentando repeler el ataque, cuando seguramente será
aniquilado. El cementerio está lleno de valientes, que confundieron coraje con insensatez.
El secuestro

Es una conducta violatoria al Derecho Internacional Humanitario (DIH) y atenta contra la libertad,
integridad y tranquilidad de personas y sus familias; es considerado como uno de los delitos más
graves que afectan a la sociedad; el estado de indefenso en que se coloca a la víctima y el efecto
de inestabilidad social que genera, sumado al concurso de delitos y conductas punibles
relacionadas con los derechos fundamentales que se violan en la comisión de este ilícito, ame-rita
que se le califique, con razón, como un crimen atroz de lesa humanidad.
Los fines que persiguen los delincuentes, puede surgir por causas políticas o económicas y para
ello escogen como víctima aquella persona que les puede dejar los mejores dividendos
económicos
o por la importancia que ejerce en la vida pública.

Existen diferentes modalidades de secuestro, por ejemplo, el secuestro selectivo se conoce


cuando los delincuentes seleccionan
personas de importancia para sus intereses, (comerciantes, ganaderos, funcionarios públicos, o
sus familiares); planean la acción delictiva con el apoyo de personas de aparente confiabilidad
para las víctimas y la ejecutan en los lugares y momentos de mayor vulnerabilidad, como en los
desplazamientos a sectores rurales, durante visitas rutinarias a fincas y residencias de descanso.
Cuando las víctimas son menores, aprovechan las rutas escolares; estas prácticas son frecuentes y
utilizadas por los grupos armados
ilegales.

Otra modalidad consiste en la retención de una o más personas


por un período corto de tiempo, durante el cual someten a las
víctimas a torturas psicológicas, al tiempo que exigen, a través de
llamadas telefónicas amenazantes, el pago de dinero que las familias pueden obtener en forma
rápida.
Normas de seguridada implementar en caso de una extorsión.

1. Olvídese de todo los que ha visto en la televisión o en el cine. Lo que le está sucediendo a usted
es real y verdaderamente corre un gran peligro.

2. Cuando se vea amenazado avise inmediatamente a las autoridades.

3. No visite directamente a las autoridades. Coordine por teléfono una entrevista en un lugar
adecuado o infórmeles a través de una persona de su confianza.

4. Cambie sus hábitos.

5. Si se encuentra realmente amenazado, instale un equipo para grabación automática de


llamadas. De esta forma todas las llamadas quedarán registradas, lo que facilitará las
investigaciones policiales.

6. Solicite a las autoridades el control de sus teléfonos. Ellas pueden ubicar el lugar desde donde
se hacen las llamadas.

7. Si recibe una llamada antes de estar su teléfono intervenido, al finalizar la conversación deje el
teléfono descolgado y avise a las autoridades para que puedan rastrear el origen de la misma.

8. Si lo llaman por teléfono, procure prolongar la conversación con el fin de obtener la mayor
cantidad posible de datos.

9. Es recomendable que en su residencia el teléfono siempre sea contestado por la misma


persona, procurando que la misma tenga la astucia necesaria en estos casos.

10. No comente fuera de su círculo familiar la amenaza de Ud. es objeto.

11. Solicite la colaboración de las autoridades para que todos y cada uno de sus empleados y
obreros sean sometidos a investigación por antecedentes delictivos o actividades sospechosas.
12. No manifieste sus decisiones en presencia de su servidumbre, empleados y trabajadores.

13. No confíe en nadie.

14. Sea cauteloso con sus conversaciones realizadas a través de teléfonos que tengan auxiliares.

15. Procure reconocer la voz de la persona que lo amenaza por teléfono.

16. Conserve todo tipo de documento con el que lo intimiden. Evite su manipulación y remítalo
rápidamente a las autoridades.

17. Revise sus archivos y trate de confrontar el tipo de letra utilizado en la carta anónima con
solicitudes, informes y cartas que hayan sido escritas para y por sus empleados, en actividad o que
ya se encuentren despedidos, a fin de evidenciar cualquier coincidencia que sirva como indicio a
los cuerpos de investigación.

18. Determine con qué personas ha tenido problemas, por lo menos un año atrás.

19. No se confunda con las amenazas ni tome decisiones irreflexivas. Acuda a las autoridades y
escuche experiencias anteriores.

20. Esté pendiente de todos los detalles que ocurran a su alrededor, especialmente con relación a
personas y vehículos sospechosos que merodeen su residencia o sitio de trabajo.

21. Tome precauciones especiales con sus hijos, especialmente en los sitios donde acuden con
regularidad (colegio, club, actividades deportivas, etc.)

22. No se niegue a negociar con los extorsionadores, pero hágales saber que Ud. no esté en
capacidad de cancelar todo el dinero que le solicitan. Dilate lo más posible la negociación y no
demuestre miedo.

23. Recuerde que la extorsión se repite si Ud. paga la primera vez. No se deje intimidar.
Normas de seguridad a implementar para proteger a sus hijos. (Evite ser secuestrado)

1. Instruya a los niños para que sean discretos, no suministren información a extraños y no hagan
alarde de las propiedades y recursos que usted posee. Vincúlelos a sus planes de seguridad y
enséñeles los pasos a seguir en caso de situaciones anómalas.

2. Tome precauciones con los niños, especialmente con los movimientos de rutina como las idas al
colegio y sitios de recreación. Verifique siempre las invitaciones que les hagan.

3. No permita que sus hijos salgan solos a ningún sitio.

4. Procure que sus hijos no caminen solos por la calle o en compañía únicamente del personal de
servicio doméstico.

5. Procure que sus hijos no vayan solos a su finca, sin compañía de un adulto.

6. Concientice a sus hijos sobre los riesgos que corren si no obedecen los consejos preventivos
dados por usted.

7. Enseñe a sus hijos a no entablar conversaciones con personas extrañas y mucho menos a
responder a las preguntas que les hagan.
8. Sus hijos deben aprender a no creer en las cosas que les digan personas extrañas. Deben saber
que Ud. nunca los va a mandar a buscar con personas desconocidas por ellos. Cuando estén en
algún sitio (colegio, club, cine, etc.) siempre deben esperar por alguno de sus padres o por algún
familiar.

Normas de seguridad a implementar cuando conduzca su vehículo. (evite ser secuestrado).

1. Cuando se encuentre dentro de su vehículo, procure mantener los vidrios cerrados y las puertas
aseguradas. Use los espejos para detectar movimientos extraños. Evite el acceso de extraños,
muéstrese indiferente y no entable conversación. Si nota algún movimiento sospechoso, póngase
en marcha y desvíe la ruta hacia sitios concurridos.

2. No se detenga para ayudar a extraños, ni accidentados sospechosos, no recoja desconocidos en


la vía.
3. Evite transitar por vías de insuficiente iluminación. Hágalo por vías amplias y concurridas, varíe
las rutas hacia su trabajo o residencia, esté alerta, observe y trate de descubrir vehículos y
personas sospechosas.

4. Minutos antes de iniciar un movimiento en su vehículo, observe los alrededores y descubra


vehículos o personas sospechosas.

5. Si su vehículo es interceptado, trate de esquivar al intruso. Si no le es posible, toque la corneta y


coloque las alarmas y si las circunstancias lo permiten, pida auxilio a viva voz.

6. Si encuentra obstáculos en la vía, evítelos sin bajarse del vehículo y advierta a quienes viajan
con usted sobre la posición a tomar en caso de ser interceptados.

7. Si se encuentra con personal uniformado en la vía que le haga señas para que se detenga,
cerciórese que son miembros de la fuerza pública. Recuerde que el personal perteneciente a la
Fuerza Armada Nacional se distingue por su porte militar, no usa el cabello largo, no usa barba, el
uniforme es de la talla correcta y guarda relación con el armamento. Miren con detenimiento las
insignias que porta en su uniforme y observe detenidamente las botas que utiliza. El personal
militar nunca utiliza botas distintas a las de uso reglamentario. Cuando se detenga, no baje
completamente el vidrio ni abra la puerta de su vehículo hasta que el funcionario se identifique, le
explique el procedimiento y usted quede convencido de que se trata de una autoridad legítima.

8. Nunca viaje solo al área donde tiene su propiedad rural. Organice caravanas con personas
vecinas que tengan sus fincas en el mismo sector y desplácese en varios vehículos,
preferiblemente cada uno con personal experto en seguridad y que porte armas.

9. Revise el vehículo, que las puertas y ventanas estén cerradas y con seguro, la tapa del motor y la
cajuela. Revise el área inmediata para detectar signos de intrusión. Si tiene sospechas, haga que su
vehículo sea examinado por una persona entrenada y competente en la búsqueda de artefactos
explosivos.

10. Al encender su vehículo mantenga estricta vigilancia, especialmente en la parte posterior.

11. Siempre mantenga los vidrios cerrados y las puertas aseguradas por dentro.

12. Cuando llegue a su destino baje la velocidad y observe alrededor cuidadosamente. Si tiene
dudas, no se detenga, de una vuelta y mire otra vez. Cuando esté seguro de que no hay peligro,
estacione el vehículo, mantenga el motor en funcionamiento y observe otra vez. Esté preparado
para acelerar rápidamente.

13. Siempre estacione en reversa, lo que le permitirá una salida rápida.


14. No estacione siempre en el mismo lugar en su trabajo, club, tienda favorita, restaurant o
cualquier otro sitio visitado por usted. frecuentemente. Si tiene un puesto de estacionamiento fijo,
no lo marque con su nombre.

15. Hasta que la puerta del garaje no se haya cerrado completamente y esté asegurada, los
ocupantes no deberán abrir los seguros de las puertas y abandonar el vehículo.

16. La ruta directa no debe ser siempre utilizada. Para viajes regulares, por lo menos prevean tres
rutas diferentes, si están disponibles. Se deben usar en secuencia aleatoria.

17. Se deben utilizar rutas en las cuales el tráfico fluye sin interrupción y a una cierta velocidad.
Por ejemplo, autopistas dobles o principales. Debe evitar viajar en horas pico. Debe evitar los
semáforos, trabajos de mantenimiento en la vía, centros comerciales llenos, cruces de vías
principales y cualquier otro impedimento de flujo ágil. Evite también las zonas oscuras y las
conocidas por su alta incidencia de criminalidad.

18. Si por alguna circunstancia existen amenazas, llame a la oficina para que alguien lo espere en
algún punto de llegada, observando posibles movimientos extraños de personas sospechosas.

19. Tome nota de los vehículos sospechosos y comuníquese por su teléfono celular con un familiar
o un amigo para informarle que lo están siguiendo. Suminístrele los datos del vehículo y de los
ocupantes e indíquele dónde se encuentra y la ruta a seguir.

20. Adáptale a su vehículo por lo menos tres espejos retrovisores de gran tamaño, así como
parachoques delantero y trasero fuertes que aguanten cualquier embestida que le den o que le
toque dar.

21. Esté pendiente de personas desconocidas o sospechosas a pie o en vehículos estacionados


antes de entrar a una vía pública y asegúrese de que su camino esté libre. Si está acompañado por
guardaespaldas en un vehículo separado, éste deberá siempre precederlo antes de entrar a una
vía pública.

22. Los escoltas deben viajar en un vehículo separado, en caravana y detrás de su vehículo.

23. Si su vehículo sufre algún desperfecto en la vía o sufre daños producto de una colisión, tome
las siguientes acciones:

a. Saque el vehículo del camino inmediatamente para evitar atraer la atención y bloquear el tráfico
circulante.

b. Informe a sus familiares sobre el desperfecto sufrido, para evitar preocuparlos


innecesariamente, describiendo el daño y la ayuda requerida y el tiempo que piensa se demorará
en retomar su ruta o, de ser muy grave, el tiempo que piensa demorará en regresar a su hogar y la
forma en que lo hará (taxi, grúa, etc.)

c. Comuníquese con una fuente de asistencia lo antes posible, dando su localización exacta y las
formas en las que puede ser contactado (radio o celular)

d. Permanezca en su vehículo con las puertas y ventanas aseguradas hasta la llegada del auxilio
esperado.

e. Si posee otro vehículo como escolta, deje a un chofer cuidando su vehículo y aléjese del lugar en
el otro automóvil.

24. Si usted piensa que lo están persiguiendo, pero de una manera pasiva, actúe con seguridad y
procure llegara un sitio conocido para pedir ayuda. Ponga en práctica los siguientes consejos:

a. Verifique si efectivamente está siendo perseguido, saliendo de su ruta y retornando a ella.

b. Conduzca normalmente para no precipitar acciones ofensivas.

c. Si la persecución es confirmada, cambie su destino y conduzca a un sitio seguro. Solicite que las
autoridades investiguen el hecho y comuníquese con su residencia u oficina.

d. Revise cuidadosamente si es conveniente regresar a su ruta.

25. Si usted piensa que está siendo perseguido de una manera agresiva, donde participen uno o
más autos con dos o más ocupantes en ellos, quienes no hacen ningún esfuerzo por mantener en
secreto sus intenciones, proceda de la siguiente manera:

a. Informe de inmediato a una fuente confiable de que necesita ayuda.

b. No pierda la calma, evalúe la situación y diseñe una ruta de escape hacia un sitio seguro.

c. Diríjase, a la máxima velocidad posible, al lugar seleccionado, haciendo sonar la sirena del
vehículo o, en su defecto, la corneta del mismo.

d. Al llegar al sitio, informe a los organismos de seguridad locales, a su casa, a su oficina y espere la
llegada de ayuda.
GUÍA DE LOS PRIMEROS PASOS PARA NEGOCIAR REHENES.

1. Interrumpa poco su diálogo.

2. Anotar todo lo que pueda.

3. Hablar lo más posible con esta persona.

4. Estar alerta a las claves de posible suicidio u homicidio.

5. Altas y bajas emocionales.

6. Extremo cuidado en permitir que amigos o familiares hablen con él.


INDICADORES DE PROGRESO EN LA NEGOCIACIÓN DE REHENES.

1. Cambio de actitud y vocabulario (agresivo a pacífico y viceversa)

2. El captor demuestra confianza en usted, por lo que habla con usted.

3. Baja el nivel y tono de voz.

4. Habla más despacio.

5. La conversación se alarga.

6. Se reduce la violencia.

7. Liberan rehenes poco a poco.

8. No cumple amenazas.
CAPSULA DE SEGURIDAD SOBRE VEHÍCULOS

El número de vehículos de una cápsula puede variar de uno a cinco, incluido el vehículo del
protegido.
Teniendo en cuenta que además, puede haber un vehículo de reacción.

Los demás miembros del equipo de protección viajará en el vehículo de escolta, que se desplazará
justamente detrás del vehículo VIP. En caso de la existencia de dos vehículos de escolta, el
segundo se colocará circulando delante del coche VIP.
POSICIÓN DE ESCOLTAS EN LOS VEHÍCULOS.

Antes de iniciar el servicio, se realizará una inspección de los vehículos de la cápsula. Revisión que
efectuarán los conductores, mientras el equipo de protección realiza otras misiones de vigilancia y
observación.
Valores Éticos en Seguridad.

1- Espíritu de servicio: debido a que le corresponde como función principal, el mantenimiento del
orden y la seguridad del espacio o entidad donde presta sus servicios así como las personas que
ahí se encuentren, brindando su máximo esfuerzo en el desempeño de sus labores.

2- Conciencia de grupo: manteniendo una relación de cooperación, coordinación y solidaridad


entre los compañeros y compañeras del trabajo y otras entidades públicas y privadas.

3- Honor: es el orgullo de ostentar el uniforme que los identifica como agentes de seguridad
privada, que debe ser sinónimo de honradez, responsabilidad, eficiencia, lealtad, buenas
costumbres, entre otros. Los que llevan el uniforme tienen una responsabilidad para con el
servicio con el que trabajan y también con el público
(defender la ley, respetar los derechos humanos, ser justos y no discriminatorios y ser un ejemplo
para la sociedad).

4- Disciplina consciente: respetar las directrices de sus superiores para llevar a cabo sus labores,
cumpliendo con las normas y protocolos establecidos.

5- Excelencia en las labores: no cometer ni tolerar actos de corrupción, y tratar en todo momento
de atender al usuario de sus servicios con respeto y cortesía, realizando sus labores con eficiencia
y eficacia, siempre prestos a brindar el servicio solicitado.

6- Respeto absoluto al marco de legalidad: esto significa que debe observar la Constitución
Política, los tratados internacionales, las leyes, los reglamentos y otras disposiciones
administrativas, emanadas de sus superiores, actuando bajo los principios de racionalidad,
proporcionalidad, con una clara protección de los
derechos humanos y demás elementos de nuestro sistema democrático.

Operaciones Psicológicas.

Las operaciones Psicológicas han sido parte de la estrategia militar desde la primera vez que los
ejércitos tomaron los campos de batalla con la finalidad de influir en las actitudes y
comportamiento de opositor, sean civiles o militares, con el propósito de alcanzar los objetivos
nacionales, siendo realizadas en el ambiente actual a través de la expansión y rapidez de las
comunicaciones de masas.

A lo largo de la historia las operaciones psicológicas han jugado un papel fundamental, pudiendo
observarse su efectividad y el éxito obtenido a través de las mismas mediante sus antecedentes.
Desde hace 500 años antes de Cristo se muestra como de forma exitosa se hace uso de las
operaciones psicológicas, por ejemplo, en la guerra entre persas y atenienses se hizo uso de una
propaganda que les garantizo el triunfo sin luchar; los mongoles utilizaron la propaganda de una
manera tan efectiva que incluso en la actualidad tiene vigencia; en la guerra de secesión
norteamericana, ambos bandos en conflicto, dirigieron sus campañas de influencia hacia Inglaterra
con la esperanza de ganar su apoyo para sus respectivas causas, así entre muchos otros ejemplos
donde claramente se verifica lo imprescindible que son las operaciones psicológicas como
estrategia militar, política, para llevar información que influya en las emociones, actitudes,
motivos, percepciones, razonamiento y fundamentalmente en la conducta del opositor o fuerzas
contrarias.

Operaciones psicológicas

Son actividades psicológicas planeadas en paz, crisis y guerra dirigidas a audiencias enemigas,
amigas y neutrales para influir en actitudes y conductas que afecten al logro de los objetivos
militares y políticos.

Las audiencias consideradas objetivo pueden ser poblaciones civiles y militares de naciones
enemigas o neutrales, el Mando enemigo y su Estado Mayor, así como poblaciones civiles y
militares propias. Incluyen Actividades Psicológicas Estratégicas (SPA), Actividades de
Consolidación Psicológica (PCA), Actividades Psicológicas del Campo de Batalla (BPA) y Actividades
Psicológicas de Apoyo a la Paz (PSPA).

Inteligencia Militar en Operaciones Internacionales de Paz.

Los “métodos de obtención” y “análisis de la información”, desde el punto de vista de la


Inteligencia, se relacionan directamente con lo “¿qué se quiere saber?”, interrogante que surge de
las necesidades de información planteadas por la conducción y/u organismo del que depende el
elemento de Inteligencia. Conducción y/u organismo al que, para el presente trabajo,
denominaremos “decisor”.
En esta relación jerárquica o, si se quiere, de dependencia, los “métodos de obtención” implicarán
la actividad que desarrollen los medios encargados de la búsqueda de la información, mientras
que el “análisis de la información” corresponderá a la presencia de especialistas (también
llamados analistas), en cada uno de los temas a los que la información refiera (político, económico,
militar, etc.).

MÉTODOS DE OBTENCIÓN.
La obtención de información, por obvias razones, no resulta de igual manera en tiempos de paz
que en tiempos de guerra (o conflicto), aunque siempre, en unos u otros, la información requerida
provendrá de una fuente. De esta manera, en momentos de paz, el acceso a la información será
mayoritariamente de fácil acceso y generalmente la encontraremos en la multiplicidad de fuentes
abiertas que se nos presentan (internet, diarios, revistas especializadas, libros, contactos
personales, etc.), mientras que durante períodos de conflicto, la información buscada
generalmente nos será negada/vedada y deberemos recurrir, para su obtención, a fuentes
cerradas (o secretas).

En este escenario, encontraremos diversos procedimientos, métodos y recursos para la obtención


de información, como así también una amplia variedad de fuentes, desde la simple observación
hasta el más moderno equipo electrónico, sobre los cuales podrían escribirse miles de páginas, por
lo que, para poder alcanzar una idea general de ello, mencionamos a la terminología utilizada por
la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la que agrupa a los métodos de obtención
en tres categorías:

a. La HUMINT (Human Intelligence o Inteligencia Humana).


Aquella en donde la explotación de la fuente es realizada por personas.

b. La SIGINT (Signal Intelligence o Inteligencia de Señales).


Corresponde al campo de la Guerra Electrónica, donde se llevan a cabo interceptaciones y análisis
de las comunicaciones de los actores de interés (COMINT - Inteligencia de las Comunicaciones),
como así también de las radiaciones electromagnéticas emitidas por radares, señales sin
identificación, etc. (ELINT - Inteligencia Electrónica).

c. La IMINT (Image Intelligence o Inteligencia de Imágenes).


Se refiere a las informaciones obtenidas de la interpretación de imágenes fijas o en movimiento,
valorizadas e interpretadas con fines militares.

En virtud de lo expuesto, podemos entonces afirmar que cuando nos referimos a “métodos de
obtención”, no hacemos otra cosa que aludir a procedimientos de búsqueda de la información.
Habida cuenta de ello, por tanto, de acuerdo a lo hasta aquí desarrollado, definimos a los
“procedimientos”, como los modos de acción que llevan a cabo los medios para explotar las
fuentes.

Habida cuenta de ello, entonces, “procedimientos de obtención”, serán los métodos que, al ser
aplicados en fuentes de distinta naturaleza, posibilitarán explotar la información contenida en
ellas y su posterior transmisión al órgano de Inteligencia correspondiente.
Hasta aquí, en una apretada síntesis, pudimos describir los dos primeros pasos que conforman el
denominado “Ciclo de la Producción de Inteligencia”. El primero de ellos, denominado “Dirección”,
en donde se ubica el “decisor” al que nos referimos al comienzo de nuestro trabajo, y donde se
origina la necesidad de información (“¿qué se quiere saber?).

El segundo, llamado “Obtención”, en donde los medios ejecutan los métodos de búsqueda
(obtención) para hacerse de la información requerida.

3. ANÁLISIS DE INFORMACIÓN.

El “análisis de la información”, constituye el tercer paso del Ciclo de la Producción de Inteligencia,


denominado “Proceso”, en el que la información obtenida se transforma en Inteligencia.
Dicho análisis o proceso, a su vez, comprende tres etapas:

a. Registro de la Información.
Consiste en resumir la información en forma escrita o gráfica, o en una combinación de ambas, y
su agrupamiento por asuntos o temas, para facilitar su análisis con la finalidad de:
Contar con un registro permanente de los sucesos, actividades, etc. de interés.
Obtener material para su estudio posterior.
Conformar una base de datos que sirva como elemento de juicio y/u orientativo para futuros
estudios.

b. Valorización de la Información.
En esta etapa se examina la información a efectos de determinar la pertinencia de la misma, la
confiabilidad de las fuentes y los medios empleados y la exactitud de la información obtenida y
registrada.

c. Interpretación de la Información.
La interpretación de la información consiste en un análisis lógico y objetivo de toda la información
recibida, registrada y valorizada, para alcanzar un resultado razonado a ser empleado por el
decisor para basar sus determinaciones y proceder respecto al cumplimiento de su tarea y/o
misión.
Esta fase se desarrolla sobre la base de tres aspectos:
1) Análisis.
Importa la descomposición de la información, registrada y valorizada, en sus partes constitutivas,
determinando los aspectos de la misma que importan al cumplimiento de la misión.
2) Integración.
Aquí se comparan y relacionan los aspectos de todas las informaciones ya sometidas a la fase de
análisis, con la información ya disponible, con el objetivo de determinar posibles hipótesis de los
modos de acción que podrá adoptar el actor de interés u oponente.
3) Deducción.
Es la fase en la que se establecen las conclusiones de las hipótesis desarrolladas, comprobadas y
consideradas como válidas.
Concluido el proceso de “análisis de la información”, el Ciclo de la Producción de Inteligencia
concluirá con el último paso del mismo: la Diseminación de la Inteligencia.

CONCLUSIONES.
a. Inteligencia equivale a conocimiento, es decir, a conocer, mediante un procedimiento
intelectual, la naturaleza, el contenido y las circunstancias de determinados actores, hechos o
circunstancias de interés.

b. La Inteligencia requiere una estructura orgánica y funcional, capacitada profesionalmente.

c. La producción de Inteligencia constituye un proceso intelectual deductivo, con base en las


informaciones obtenidas, por lo que impone, a quienes lo ejecutan, además de la capacitación
profesional, objetividad, prudencia y desprejuicio.

d. La necesidad de la permanente actualización de la situación para la toma de decisiones, obliga a


que el Ciclo de Inteligencia se desarrolle en forma continua y permanente, sin interrupciones.

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