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Luisa Medina Valderrábano

Sistema Político Mexicano

6 de abril de 2015

Formación del sistema político mexicano entre 1920 -1940

El Estado mexicano a lo largo del siglo XX enfrentó grandes retos, el periodo del
que se trata en este ensayo significa la mayor transformación del sistema político
mexicano, pues es el periodo en el que se logra consolidar al Estado en sus
diversas instituciones más allá de la construcción personalista que se había visto
durante el siglo XIX.

Después de la guerra de Independencia no se logra un Estado fuerte, el país se


encontraba dividido en distintos grupos que buscaban controlar la política de
México. A causa de las distintas luchas que se dieron entre conservadores y
liberales, fue imposible que se consolidara un sistema político fuerte. El primer
vislumbro de fortalecimiento del Estado mexicano fue con Porfirio Díaz, sin
embargo a la caída de este –en la Revolución– daría a cuenta que no estaba bien
cimentado, pues el sistema se despedazó ya que descansaba en la figura
presidencial.

Para lograr comprender el sistema político mexicano, es necesario tomar en


cuenta el pasado belicoso, pues nuestro país siempre se había visto envuelto en
una nube de violencia, especialmente cuando de cambios en el gobierno se
refiere. Díaz, Madero, Huerta, Carranza; todos ellos cayeron a causa de un golpe
militar, pero es con éste último que la etapa de cambios por medio de rebeliones
militares concluye.1

Aunque se presentaron más intentos de derrocar al gobierno en turno, por ejemplo


con Adolfo de la Huerta, el Estado mexicano ya se encontraba consolidado pues
logró no sólo eliminar al contingente militar de Adolfo de la Huerta si no que tenía
la capacidad de movilizar grupos populares, lo que reflejaba el fortalecimiento del
gobierno central2, en ese momento en manos de Álvaro Obregón.
1) Meyer, Lorenzo, “El estado mexicano contemporáneo” en Lecturas de
Política Mexicana. México, El Colegio de México, p.727
2) Ibídem, p.728
Durante el gobierno de Plutarco Elías Calles, surgió un movimiento que amenazó
con poner en entredicho la estabilidad del sistema, la Guerra Cristera fue un
levantamiento que se dio en la zona del Bajío en el año de 1926 y fue de carácter
meramente religioso, sin embargo, este suceso no fue la amenaza más grande del
gobierno de Calles sino el intento de rebelión de dos de los miembros más
destacados de su gabinete.

Arnulfo R. Gómez y Francisco R. Serrano decidieron postularse como candidatos


opositores a Obregón cuando éste se postuló para su reelección, al declararse
ganador, Gómez y Serrano se levantaron en armas pero fueron capturados y
fusilados casi inmediatamente. Se creó un gran descontento en la familia
revolucionaria debido a la reelección de Obregón, a su asesinato, el panorama era
meramente desolador, se veía venir una crisis severa.

Fue entonces que Calles –sin duda haciendo uso del genio político del cual era
poseedor- decidió crear un partido que aglutinara a todas las facciones de la
familia revolucionara, teniendo por objetivo ser un mecanismo a través del cual se
pudieran resolver distintas controversias de forma pacífica entre el grupo
gobernante, es así que en 1929 nace el Partido Nacional Revolucionario.3

Para este momento de la historia mexicana los días de rebeliones armadas habían
quedado atrás y daban paso a una nueva etapa, la figura de “los caudillos de la
Revolución” había empezado a perder fuerza para dar paso a una nueva, el jefe
máximo de la Revolución: Plutarco Elías Calles; así comienza una nueva etapa
llamada “el Maximato”

El 1 de marzo de 1929 se reunía en Querétaro la primera convención del Partido


Nacional Revolucionario, en ésta Calles daría a conocer su propuesta para la
candidatura a presidente de la República, el elegido fue Pascual Ortiz Rubio.

El PNR surge en un ambiente de inseguridad y miedo ante la posibilidad de un


desbordamiento de tipo social aún más agudo de los que se venían produciendo
desde la Revolución. A partir de 1929, los diversos grupos se veían forzados a
confrontarse dentro del partido, a la vez que se sometían a la disciplina de éste.

3) Ibídem, p.730
En 1934 Lázaro Cárdenas había llegado a la presidencia de la República, para
este entonces Calles había perdido su fuerza y control sobre el gobierno y el
distanciamiento entre Calles y Cárdenas resultaba evidente.

El 14 de junio de 1935 después de que el jefe máximo desatara una controversia


por una entrevista que dio a Ezequiel Padilla –en donde se trató el asunto de los
líderes sindicales- se dio el rompimiento definitivo con Cárdenas, éste remueve del
gabinete a todos los callistas y crea el Comité Nacional Proletariado, además
nombra como presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PNR a Portes Gil.
Calles sale de México y regresa para diciembre de 1935, sin embargo Cárdenas lo
expulsará definitivamente el 10 de abril de 1936.

Resulta imposible hablar del sistema político mexicano si no se menciona el papel


tan importante que jugaron los sindicatos en los años treinta y sobre todo durante
el gobierno de Lázaro Cárdenas.

“El sindicalismo –como fuerza política nacional- presenta múltiples


características de una variable dependiente, no sólo del partido del
gobierno, sino específicamente del Ejecutivo”4

Lo que quiere decir que el papel que jugaba el partido y el presidente eran
indispensables para la organización de los trabajadores, ya fuesen obreros,
campesinos o lo que se conoce como el sector popular; no obstante la relación de
dependencia era de ambos lados, pues como Arnaldo Córdova lo menciona, la
eficacia del estado ha estado siempre en relación directa con la eficacia de su
política de masas.5

Cárdenas tuvo una excelente visión sobre la importancia que tenía el reunir bajo
una misma dirección las fuerzas trabajadoras, pues constituían la posibilidad de
consolidar un verdadero poder político y así poder lograr los programas de reforma
social que tanto caracterizan a su gobierno.6 De este modo, comienza a darse una
institucionalización de las distintas organizaciones de trabajadores y campesinos.

4) González Casanova, Pablo, La democracia en México, 6ta edición, México,


Era, 1974, p.26
5) Córdova, Arnaldo, “La política de masas del cardenismo”, Cuadernos
políticos, México, ERA, No. 19 (enero-marzo 1979), p.14
6) Ibídem, p.15
Ésta institucionalización tiene su punto culminante en 1937, cuando por motivo de
las elecciones a diputados, Cárdenas ofrece escaños a líderes sindicales y de este
modo los representantes obreros entran al Poder Legislativo, lo que los asegura
como una clientela élite de partido y del gobierno.7

A partir de esto se va permeando un cambio muy importante en el PNR, se da una


reorganización en su seno, ya que no se trata más de un partido de individuos, si
no por el contrario de organizaciones.

El cambio del PNR al Partido de la Revolución Mexicana se da en el año de 1938,


nace como un partido de organizaciones de masas y no de individuos, es decir
que todos sus miembros tenían cabida en alguno de los sectores, también de aquí
la creación del sector popular, en el cual se aglutinaban los que no eran ni
campesinos ni obreros, sino más bien clases medias y la pequeña burguesía.8

La Confederación de Trabajadores de México (CTM), la Confederación Regional


Obrera Mexicana (CROM), el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), son
algunas de las organizaciones obreras más importantes que surgieron en la
época, siendo la CTM la que reunía a la mayoría de los trabajadores y también la
que estuvo más íntimamente ligada a Cárdenas, pues su dirigente Lombardo
Toledano lo apoyó desde antes que llegara a presidencia.

El corporativismo mexicano tiene características propias, pues es puramente


político, el partido se limitaba a actuar en las cuestiones meramente electorales,
cuando no, servía de mecanismo para la organización de clase o de sector o como
diría Arnaldo Córdova, como un comité administrador de los asuntos de las
corporaciones.9

El sistema político mexicano se vio en la necesidad de crear mecanismos que


permitieran reunir a todas las distintas corrientes bajo un mismo techo, pues no
podía darse el lujo de seguir soportando la violencia a la que estaba sometido el
Estado mexicano.

7) Ibídem, p.16
8) Ibídem, p.19
9) Ibídem, p. 22
El PNR en su momento, fue un excelente mecanismo para pacificar el proceso de
sucesión presidencial, el PRM fungió como enlace hacia el sector obrero,
campesino y popular, logrando quitar la concepción individualista de la política
mexicana, sin embargo esta adhesión y subordinación de los grupos organizados
de trabajadores al partido en el gobierno, desencadenaría la etapa de hegemonía
priísta de la segunda mitad del siglo XX.

Bibliografía

Córdova, Arnaldo, “La política de masas del cardenismo”, Cuadernos políticos,


México, ERA, No. 19 (enero-marzo 1979), pp.14.49

González Casanova, Pablo, La democracia en México, 6ta edición, México, Era,


1974, 333pp

Meyer, Lorenzo, “El estado mexicano contemporáneo” en Lecturas de Política


Mexicana. México, El Colegio de México, 722-752

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