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Virtualidad sana por el Dr. Jorge E. Garcia Badaracco [2006a] Crisis y oportunidad Hemos descubierto, a través de los afios, que mirar a un enfermo como “en- fermo” es potencialmente enfermante, y que existe siempre una ‘virtualidad sa- na’, por mds enferma que esté una persona. Esto sucede particularmente en la familia, en la que, a partir de un “brote” psicdtico, todos cambian totalmente la ‘manera de ver’ a esta persona, y entran, por as{ decir, en un ‘circulo vicioso enfermante’, porque el ‘destino’ del “brote” psicético depende, en gran parte, de cémo se interprete lo que esta pasando. Desde la psiquiatria, el “brote” psicético es el momento de eclosién de una enfermedad generalmente grave. El paciente se ha vuelto “loco”; es decir, que ha cambiado drdsticamente su conducta y se ha transformado en “desconcertante”. Esto, de por st, asusta mucho a todos los demds; pero lo que no se toma sufi- cientemente en cuenta es que el paciente estd ‘tan’ 0 ‘mds’ asustado que los otros, y que lo que esta necesitando es ‘poder contar con’ alguien y ‘confiar en’ alguien para poder perder el miedo. Si el paciente se ha transformado en “desconcertante” y, al mismo tiempo, empieza a percibir que es “capaz de asustar” a los demds, es posible que se con- vierta en alguien cada vez mds “asustante”, porque esa es la mejor forma de ne- gar que él es el que esta mds asustado, revirtiendo, justamente, aquella perspec- tiva. Generalmente, el “brote” psicético esta precedido por un proceso de cambios internos, que la mayor parte de las veces tienen lugar solapadamente. Otras ve- ces, la transformacién de una persona en “desconcertante” no se hace brusca- mente, como en un “brote”, sino que se va haciendo en forma paulatina. De una manera o de otra, todo tiende a hacerse mds “agudo”, en el sentido de algo que se presenta como una ‘crisis’. Desde una perspectiva, podemos ver la ‘crisis’ como un momento muy grave de la enfermedad, pero desde otro punto de vista, tenemos que verla “siempre” como ‘una oportunidad’ para producir un ‘cambio’, que no solo tiene que ver con el paciente, sino que generalmente implica la busqueda desesperada de un Garcia Badaracco, Jorge E. [2006]: “Virtuatidad sana”, en Una nueva manera de pensar la mente y la salud mental Pagina 1 de 8— ‘cambio de la dindmica familiar’, que debe ser vista como constituida por las formas de ‘interdependencia reciproca’ que se juegan en esa familia. Como dijimos antes, la ‘formas de interdependencia’ van desde ‘formas’ que ayudan a crecer, a ‘formas’ que bloquean el crecimiento, someten a las personas, e inducen al paciente a hacer “actuaciones”. Estas “actuaciones” pueden llegar aser violentas y, en todo caso, siempre tienen el cardcter de conductas compul- sivas, que son mds fuertes que el Yo de la persona, y se imponen a la misma, y en relacién a las cuales el si-mismo se encuentra indefenso. De una u otra manera, y por lo que venimos diciendo, aunque los compo- nentes de la familia estén jugando un papel activo, en el sentido de “estar pro- vocando” en alguna medida lo que le pasa al paciente, esto no es visto por los protagonistas de la situacién; sin embargo, puede ser visto mucho més facil- mente por otros, en un ‘contexto ampliado’ de personas. En este sentido, estas “inter-acciones’ se presentan como ‘evidencias’. El poder de la mirada En alguna forma, los protagonistas serdn los que mds van a ‘negarse a ver’ lo que estd pasando, porque el involucramiento en el que estan incluidos es de tal naturaleza, que hace que los conflictos que se juegan sean cada vez mds de cardcter ‘dilemdtico’; es decir, conflictos a los cuales es cada vez mas dificil en- contrarles solucién y, en este sentido, las ‘interdependencias’ se hacen cada vez mas enloquecedoras. Asi las cosas, se va configurando una situacién en la que predomina el mie- do, y las formas de negarlo y contrarrestarlo. Esto se pone en evidencia por las miradas, tanto del ‘paciente’ a los ‘otros’, como de los ‘otros’ al ‘paciente’. Pero como el paciente se ha transformado en el “loco”, a partir de ese cambio cambia también totalmente la ‘manera de ver’ de los demds a esa persona. Este cambio en la ‘manera de ver’, que es como que en el “loco” se ve “todo enfermedad, todo locura”, hace que haya una fuerte tendencia ver nada mas que eso, dejando totalmente de lado la ‘virtualidad sana’, que existe siempre en to- da persona, por mds enferma que esté, como se dijo al principio. La ‘manera de mirar’ al paciente tiene muchos componentes. Como acaba- mos de decir, uno es, fundamentalmente, el ‘miedo’. Los familiares tienen mie- do a que ese hijo que se enfermé no se vaya a curar mds, que “perdieron un hijo”. Y el miedo que se genera a través de la mirada es mucho mds enfermante que las palabras mismas, porque las palabras se pueden discutir, pero es mucho mds dificil hablar sobre la ‘mirada’. Garcia Badaracco, Jorge E. (20060): “Virtuatidad sana”, en Una nueva manera de pensar la mente y ta salud mental. Pagina 2 de 8— Uno puede decirle a otro que lo esta “mirando con odio”, pero hay que estar en condiciones para poder decirlo, porque si uno ve en el otro un enemigo, va a tender mds bien a buscar ‘neutralizarlo’ como “enemigo”, en lugar de transmi- tirle que él se da cuenta de que lo esta mirando con odio, para que el otro pueda cambiar de actitud. Uno le diria a alguien algo para que cambie de actitud, si puede confiar en que detrds de una mirada, que puede ser aparentemente de “odio”, puede haber un sentimiento amoroso. En la situacién que se genera cuando hay un “loco” en la situacién, se hace cada vez mds dificil la reflexién; todo tiende a ser “actuacién”. Una mirada de “odio” produce mds “odio”, un acto de violencia produce violencia, un reproche gatilla otro reproche y puede mover a la venganza. Se llega a las cosas mas pri- mitivas del “ojo por ojo, diente por diente”, o “al que a hierro mata, a hierro muere”. La mirada, entonces, penetra directamente al inconcierite y tiene un poder enfermante muy grande, mucho mds de lo que uno se imagina. La mirada de un psiquiatra, en particular, puede tener un poder enorme, mucho mayor de lo que el mismo psiquiatra a veces cree. En el caso del psicoanalista, que trabaja fundamentalmente con la palabra, tampoco se toma suficientemente en cuenta hasta qué punto uno, como psicoa- nalista, puede ser “enfermante” o “curativo” con la ‘mirada’. La ‘forma de mirar’ a un paciente tiene mucho que ver con lo que uno ‘ima- gina’ del otro, y en ese sentido, el poder ‘ver’ una ‘virtualidad sana’ en un en- fermo, por mds enfermo que esté, condiciona cémo ‘miramos’ al paciente y, por Jo tanto, cémo el paciente se va a ‘sentir mirado’. Sentirse mirado ‘con’ una ‘virtualidad sana’ genera una esperanza. Es im- portante, en ese sentido, ayudar a que la familia pueda ver la ‘virtualidad sana’ en el momento en que lo estd mirando como que “como se volvié loco no se va a curar més”. Una nueva manera de pensar la mente y la salud mental Conviene sefialar aqui que esto que estamos describiendo no aparece como algo importante en los libros de psiquiatria, que condicionan en el psiquiatra mas bien la tendencia a ‘ver’ los sintomas de la enfermedad para hacer un dia- gnéstico adecuado. Consideramos que el ‘diagnéstico’ va a ser cada vez mds util en la medida en que contemple, al mismo tiempo que los ‘sintomas’ de la enfermedad, la ‘vir- tualidad sana’ del paciente, que es ‘desde donde’ va a poder curarse, y que es la que tenemos que ‘tomar en cuenta’ para poder ayudarlo a curarse. Garcia Badaracco, Jorge E. [2006a]: “Virtualtdad sana”, en Una nueva manera de pensar la mente y ta salud mental. Pagina 3 de 8— La idea de la existencia de una ‘virtualidad sana’ remite a una forma de pensar la salud y la enfermedad mental diferente de la habitual. Dijimos antes que partimos de la ‘evidencia’ clinica de ‘déficit de recursos yoicos’ especificos para enfrentar y resolver ‘una’ situacién en particular, en la dimension de las relaciones humanas. La llamamos ‘virtualidad sana’, porque por la experiencia clinica hemos vis- to sistemdticamente que lo que aparece en un momento dado como ‘déficit de yecursos yoicos’ puede revertirse en forma favorable a través de un ‘proceso te- rapéutico’, siempre que se den las condiciones necesarias para poder lograrlo: fundamentalmente, ‘neutralizar el poder patdgeno’ que esta actuando sobre el paciente y ‘hacer respetar’ la ‘virtualidad sana’, que no es vista ni tomada en cuenta por nadie. “Tratar bien” a un paciente no es suficiente, porque tratarlo “bien” como paciente puede ser igualmente muy enfermante. “Tratar bieiv” a un paciente se- rd, fundamentalmente, reconocer la existencia en él de una ‘virtualidad sana’ que nadie ‘ve’, y que esta siendo ‘avasallada’ por ‘los que no ven’, y ayudar a que ‘los que no la ven’ puedan ‘descubrirla’ y comiencen a ‘respetarla’. Nos hemos encontrado con que las ‘resistencias’ mds importantes para ‘po- der ayudar’ a un paciente a desarrollar su ‘virtualidad sana’, surgen de que en el ‘mundo intemo’ de ese paciente existen ‘presencias enfermantes’ de ‘los otros en nosotros’, que han impedido y siguen impidiendo que esa ‘virtualidad sana’ se pueda expresar. El ‘poder enfermante’ de los ‘otros en nosotros’ Entendemos que la condicién de salud y enfermedad tiene mucho que ver con lo que hemos llamado la presencia de los ‘otros en nosotros’ y, en particu- lar, con las ‘interdependencias’ que el si-mismo de cada uno mantiene con esos “otros”, ya sea en el mundo externo, ya sea en el mundo interno. Las relaciones con estas “presencias” en el mundo interno son tan variadas, como las que encontramos en el mundo externo, y por eso son muy dificiles de clasificar. Nos aproximamos més a la realidad a través de descripciones, que tienen que ver con lo que tiene la vida de “drama” o “comedia” en la realidad, o lo que podemos llamar los “teatros de la mente”. Es a través de estas “escenifi- caciones” que se pone en evidencia la forma de ‘interdependencias’ que tienen “poder” enfermante, y las formas de ‘interdependencias’ que pueden tener un “poder” curativo. En el ‘campo’ del ‘mundo interno’ (tomando el ‘mundo interno’ como cam- po), el poder enfermante puede tener una ‘vigencia’ desde las primeras relacio- Garcia Badaracco, Jorge E. (2006q]: "Virtualidad sana”, en Una nueva manera de pensar ia mente y la salud mental Pagina 4 de 8— See nes, que Uamamos “relaciones objetales”. La ‘vigencia’ se ido configurando a través de las relaciones sucesivas en el tiempo, en forma de estructuras patold- gicas. Pero lo fundamental no es que sean “patoldgicas” en si, como podria ser un tumor, sino que son “patégenas”, porque tienen un poder enfermante. La natu- raleza de lo mental es, en este sentido, totalmente diferente a la naturaleza del cuerpo. Por ejemplo, un tumor es una enfermedad del cuerpo y es un “cuerpo extra- fio” en el organismo. El poder enfermante de las presencias internalizadas en la mente humana no es como un “cuerpo extrafio” a la mente, sino que son ‘for- mas particulares’ que pueden tomar ‘las relaciones entre los seres humanos’ de- ntro de la mente. El psicoandlisis describe la “internalizacién en la mente” a través de “meca- nismos de identificacién”. Entre los psicoanalistas hay una tendencia a ver la “identificacién” como un “acto psiquico” que, una vez realizado, “queda” para toda la vida. Personalmente considero que la “identificacién” es una ‘forma de funciona- miento de una presencia en el mundo interno’, que forma parte de la dindmica intra-ps{quica que tiene que ver con la inter-subjetividad; es decir, de un aspecto fundamental de la ‘relacién con los otros’, que puede sufrir un sinntimero de avatares, en donde la “identificacién” se des-arma y se re-arma, re- alimentdndose en las ‘interdependencias’ que se juegan en la inter-subjetividad, y que son susceptibles de cambios que podemos lograr en la relacién terapéuti- ca. Si bien la inter-subjetividad remite a un aspecto de la relacién con el otro, ésta se juega también, y al mismo tiempo, en lo intra-psiquico. Es decir, en las relaciones con las presencias internalizadas, que son los ‘otros en nosotros’. Es en las ‘formas de inter-subjetividad’ que se pueden ‘poner en evidencia’ en la conversacién en general, y que es motivo de estudio en el didlogo psicoa- nalitico, que se pone en evidencia el ‘poder enfermante’. Pero también, como di- ria Winnicott, el Supery6 no es siempre perseguidor, puede ser un Supery6 que sostiene al Yo. La ‘capacidad potencial’ implicada en la ‘virtualidad sana’ En todo ser humano, la ‘capacidad de neutralizar’ las influencias negativas de los otros puede ser vista como una ‘capacidad’ ligada a la salud mental. Esta ‘capacidad’ puede estar muy disminuida en las personas muy vulnerables a los aspectos psicopdticos de los demas. Garcia Badaracco, Jorge E. [2006q]: “Virtuatidad sana” en Una nueva manera de pensar la mente y ta salud mental. Pagina 5 de 8— Cuando estas personas pueden ‘contar con’ un tercero, como una ‘presencia’ que puede ‘dar seguridad’, es capaz de incrementar muy significativamente su ‘capacidad’ para defenderse de los accionares psicopaticos de los otros en él. De la misma manera, la idea de ‘virtualidad sana’ se refiere a que existe siempre en la mente humana de los enfermos una ‘capacidad potencial’ de des- armar el ‘poder enfermante’ de las ‘presencias enlloquecedoras’ en su ‘mundo interno’. Toda ayuda terapéutica genuina tendra que centrarse, principalmente, en ayudar a las personas a ‘desarrollar recursos’, como dijimos antes, en el sen- tido especifico que estamos hablando. Una re-formulacién de la “interpretacién” freudiana El psicoandlisis de Freud, al apuntar, a partir de la nocién de “conflicto”, a aportar “interpretaciones” que sirvan para resolver el “conflicto”, se estaba acer- cando, de alguna manera, a lo que estamos desarrollando. Pero la “interpreta- cién” freudiana tendra que ser re-formulada, al servicio de lo que estoy diciendo. El psicoandlisis se ha centrado principalmente en la llamada “relacion de objeto” y, para explicar la patologia, Melanie Klein, en particular, hablaba de “qbjetos persecutorios”, y de “posicién paranoide-esquizoide”. Yo mismo, hace mas de 20 afios, vengo hablando de ‘objetos enloquecedores’. Para poder ser coherente con la forma que estamos presentando aqui, es ne- cesario introducir la nocién de ‘presencias intra-psiquicas’ en lugar de “obje- tos”, porque uno no puede tener inter-subjetividad con “objetos”. Es decir, la “relacion de objeto” es un ‘concepto que limita’ enormemente la riqueza que nos ofrece entender lo que son las ‘relaciones de inter-subjetividad’ con las ‘presen- cias enloquecedoras’. Podemos decir que esas presencias son verdaderos “suje- tos”, que estén “dentro” de nosotros, pulsando o pulsionando como tales. Volviendo a retomar la idea de ‘virtualidad sana’, podemos ahora plantear- nos que no es “a través de la relacién de objeto” que vamos a poder pensar en la ‘inter-subjetividad enfermante’ por la ‘presencia’ de los ‘otros en nosotros’ con “poder enfermante’, y que es sobre eso que vamos a tener que trabajar y que va- mos a tener que formular la “interpretacién psicoanalitica”, para poder, enton- ces si, hacer una “alianza” con el Yo del paciente. Pero no podemos hacer una “alianza” con un Yo que tiene ‘déficit de recur- sos yoicos’, es decir, que es inmaduro. Por lo tanto, tenemos que ayudarlo a que crezca, 0 a que ese Yo inmaduro, que ha estado trabado en su crecimiento por esas presencias enfermantes, pueda crecer. Gareia Badaracco, Jorge E. [2006q]: "Virtualidad sana”, en Una nueva manera de pensar la mente y Ia salud mental —Péigina 6 de 8— eCémo se neutralizan las presencias enfermantes? “Como neutralizamos ese poder? Muchas veces, ese poder se pone en evi- dencia a través del “acting”, que si bien puede ser patoldgico, esta siendo resca- tado tiltimamente por los psicoanalistas, como que muchas veces es lo mas ge- nuino del ser humano enfermo. En mi manera de pensar, el “acting” esta provocado en el ‘mundo interno’ por una ‘presencia enloquecedora’ que “hace actuar”. Por lo tanto, lo que necesi- ta ese Yo, es alguien que se dé cuenta de que esto debe haber sido, de alguna manera, ‘siempre asi’ desde la infancia, y que sigue ‘siendo ast’ en la actuali- dad. Por ejemplo, una madre enloquecedora, que sigue enloqueciendo al paciente en la relacion de inter-subjetividad, que siempre tuvo y sigue teniendo con él ese “poder”, no sdlo ‘desde fuera’ sino también ‘desde dentro’, y que tiene ese “po- der” ‘desde afuera’, porque ‘desde dentro’ esté jugando también un papel fun- damental. Porque ‘desde adentro’ viene saboteando, desde siempre, la mayor parte de la veces sin saberlo, el ‘desarrollo de recursos yoicos propios’ del pa- ciente. Entonces, ese Yo, que tiene que poder liberarse y poder capacitarse para ‘neutralizar el poder enfermante’, tendra que ‘desarrollar recursos yoicos nue- vos’. El tema es, en este punto, como imaginar y cémo pensar la posibilidad de ‘lo nuevo’, Los ‘otros’ con poder curativo ‘Lo nuevo’ podra ser introducido en la medida en que el terapeuta pueda ‘participar como un tercero’ capaz de introducir ‘salud mental en la trama en- fermante’; es decir, lo que sefialamos antes como ‘neutralizar el poder patége- no’, por una parte, y “hacer respetar’ la ‘virtualidad sana’ que esta siendo ava- sallada, por la otra. Ese ‘otro’ con ‘poder curativo’ puede surgir, ya sea de un psiquiatra, de un psico-terapeuta, un psicoanalista, de un familiar, 0 de un compafero de un grupo, que descubriendo esa ‘capacidad curativa’ pueda ejercerla a favor de los pacientes. Para describirlo, podemos decir que tiene que ‘adivinar’, en alguna medida, muchas de las cosas que le pasan o le deben estar pasando al paciente, aunque este ultimo todavia no tenga “representaciones”, 0 no esté en condiciones, toda- via, de ponerle palabras a lo que vivencia. Tiene que estar capacitado para ‘imaginar’ lo que “realmente” esta enfer- mando al paciente, o ‘poder trabajar’ con eso, diciéndoselo como una “hipétesis Garcia Badaracco, Jorge E. 2006q]): “Virtuatidad sana”, en Una nueva manera de pensar ia mente y ta salud mental. Pagina 7 de 8— de trabajo”, para que el paciente pueda, en algiin momento, ‘descubrir’ en st mismo y por si mismo, por primera vez en su vida, “alguien” de quien pueda decir: “Me comprende”. Porque las palabras “Me comprende”, dichas por un paciente, pueden tener connotaciones muy importantes. El paciente se ‘siente comprendido’ cuando ‘siente’ o ‘se da cuenta’ de que el “otro” ha captado que él tiene un ‘potencial sano’ que nadie vio antes en él, y esto, con los psicéticos, es basico y, a veces, espectacular. La ‘sorpresa’ de la mejoria Un paciente detirante puede dejar de delirar en un momento dado, y puede convertirse en una persona que puede hablar y pensar como cualquiera, y asistir aeste tipo de cambios siempre es una ‘sorpresa’ impactante. La primera reaccién ante esta ‘sorpresa’ es la de “pensar” que lo que le pasa a este paciente es un fendmeno que no podria darse en cualquier paciente. Creo que aqui juega un papel la enorme responsabilidad que sentimos como terapeu- tas, si asumiéramos ‘con conviccién’ la ‘posibilidad’ de que esto pueda pasarle a todos los pacientes. Por ejemplo, lo que se ensefia en la Universidad, tanto a los psicélogos como a los médicos, es que la esquizofrenia es una enfermedad crénica, que cursa hacia un deterioro, y por lo tanto, cuanto mds deteriorado esté el paciente, esto sera lo que nos hace saber lo que “es” la esquizofrenia. De tal manera, si le levantamos un brazo y es un cataténico, o si le acerca- mos un fésforo y “no siente nada”, es porque es un esquizofrénico. Entonces, se va a ir encontrando cada vez mds en un ‘contexto’ que lo “atrapé” en un dia- gnéstico, de tal manera que puede ser muy dificil, o casi imposible, salir de esa situacién. Lo que vemos sistemdticamente es que, si viene alguien que “capta” eso y “sabe” plantearlo, aunque esto tome mucho tiempo, por la fuerte tendencia a la repeticién que domina en la enfermedad mental, ese paciente “puede cambiar’. Comprobamos en él una ‘virtuatidad sana’ que, entonces, no es solo una idea. Es un “hecho factico”, es una ‘evidencia’ del tipo de evidencias sobre las cuales se construye la ciencia. ee Garcia Badaracco, Jorge E. (2006a]: “Virtualidad sana”, en Una nueva manera de pensar la mente y ia salud mental. Pagina 8 de 8—

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