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La mujer en la problemática actual

En su texto, La Fantasía de la Individualidad, Almudena


Hernando indica que " la arqueología en tanto que disciplina,
proporciona un instrumento particularmente interesante para
abordar el estudio de una sociedad... porque dirige la mirada a lo
que la gente hace; por ello está convencida de que si lo que se
quiere es averiguar cómo es la gente en realidad, no hay que
analizar lo que dice, sino lo que hace" (p. 16) . En este sentido,
para exponer el papel que tiene la mujer en la problemática
actual, puede resultar muy útil dirigir la mirada no a lo que se
dice de las mujeres o lo que ellas dicen de sí mismas sino a lo
que las mujeres de hoy en día de hecho hacen.

En nuestro análisis encontramos que las mujeres de hoy en día


participan en la actividad productiva, trabajan, se desenvuelven
como profesionales en varios sectores de la vida económica, son
empresarias, juegan futbol, van a la escuela, estudian, votan,
crecen económicamente, participan y destacan en la vida
política, son senadoras, diputadas, delegadas, dirigentes de un
partido político. En fin, parecen estar del todo integradas en la
vida política, cultural, económica y científica de la sociedad
contemporánea.

Sin embargo, las mujeres de hoy también son vistas y manejadas


como símbolos sexuales, se las utiliza como medio de atracción
en todo tipo de actividades comerciales. Así, se desempeñan
como "edecanes", "hostes". En la mayoría de los empleos a su
alcance, como secretarias, recepcionistas, para ser contratadas,
se les solicita "buena presentación" y, en caso de, al juicio del
contratante, carecer de ella, son relegadas, marginadas,
rechazadas. Los trabajos de empleadas domésticas sigue siendo
un empleo predominantemente de mujeres; aunque ya
desempeñan trabajos que tradicionalmente se consideraban
empleos para varones, como atención a clilentes en gasolineras,
el cuerpo policíaco, entre otros empleos más; no sin ser vistas
con cierto prejuicio y rechazo.

Las mujeres de hoy en día se ven acosadas sexualmente y, en


casos extremos, son asesinadas, como los casos terribles de las
"muertas de Juárez". Mujeres costureras que trabajan en
maquiladoras que se ven expuestas a la violencia desmedida e
irracional de una sociedad desquiciada y vehemente que acepta
la impunidad y vive con ella, en ella y a pesar de ellas.

Hoy en día, las mujeres siguen siendo amas de casa, la crianza


de los hijos sigue siendo su responsabilidad y, al encontrarse
como madres solteras, deben ser, también, sustento de su hogar.
Si logran espacios políticos es porque en los partidos, en las
organizaciones políticas a las que pertenecen, existen "cuotas de
género", es decir, existe una reglamentación para incluir
mujeres en los puestos clave de dirigencia y representación
política.

Las mujeres de hoy, muchas de ellas, viven segregadas en


comunidades apartadas de las ciudades, sin atención médica
mínima, sin garantías sociales ni políticas de ninguna especie
porque muchas de ellas son analfabetas, no hispanohablantes...
En fin, las mujeres de hoy viven en una lucha, una tensión entre
dos orillas que parecen inalcanzables, irreconciliables, pero
vivas, en coexistencia, en diacrónica sincronía, pues se miran
una a la otra, se recrean en el espejo de una y de otra y se
repiten sin cesar en una marcha que parece no llegar a ninguna
parte.
Por estas íntimas contradicciones en su cotidiano hacer,
las mujeres de hoy son signo innegable de una lucha. Ellas dejan
en claro que en el seno de nuestra cultura se gesta una
revolución, pues como lo recuerda Herman Nohl en su texto
Introducción a la Ética, "cuando en el seno de un pueblo se
manifiestan de súbito valoraciones enteramente nuevas y
opuestas a las antiguas tienen lugar conflictos verdaderamente
trágicos, que separan las generaciones y forjan destinos". (p. 8)

Desde tiempos inmemoriales, por una simple división de


funciones que tenía como objetivo mantener a flote la función
reproductiva de la especie humana, las mujeres pronto se vieron
envueltas en una serie de relaciones de poder al quedar
relegadas o, si se quiere, limitadas a las relaciones de
consanguineidad, ya que las relaciones de afinidad, pronto fue
considerado dominio exclusivo de los varones. Aún ahora no
queda claro, como señala Almudena Hernando en su texto La
fantasía de la individualidad, "por qué ambos tipos de
relación debe leerse en clave jerárquica y no
complementaria e igualitaria" (Op. Cit. p. 42). Por esta razón,
la subordinación de las mujeres es, como también propone
Hernando, resultado de un proceso histórico en el que tuvo lugar
un aumento sutil y gradual de los rasgos de
individualización/poder de los varones en el que, sin advertir la
relación de subordinación a la que acabaría dando
lugar, las propias mujeres participaron (Cf. Op. Cit. p. 43-44).

La lucha que libran hoy las mujeres, las transformaciones


sociales por las que pugnan, pretenden trastocar la relación de
subordinación en la que, desde tiempos inmemoriales se han
visto envueltas. Por ello, proponen valoraciones de lo femenino
totalmente nuevas y opuestas a las antiguas, pues quiere
comprobar que tal relación de subordinación no es universal; es
decir, derivación natural de su función reproductiva, sino
resultado de un proceso histórico.

La revolución femenina es, por tanto, una revolución cultural de


altos vuelos, de grandes profundidades nunca tocadas ni
asumidas; quiere hundirse en los orígenes más remotos de la
cultura para dar lugar a una "cultura nueva", una cultura que
parece estar enclavada en la prehistoria humana: la sociedades
igualitarias, esas sociedades donde la división de funciones sólo
implica y supone la complementariedad de los sexos; tal como lo
propone Almudena Hernando en el texto ya citado.
¿Qué destino correrá esta revolución cultural iniciada a
mediados del siglo pasado a través del movimiento feminista?
Seremos capaces de construir esa sociedad de complementación
e igualdad de los sexos? ¿Bajo qué supuestos podrá ser posible?
Estas y otras preguntas pueden ser respondidas por la reflexión
que lleva a cabo la Ética como disciplina filosófica; de allí la
urgencia y vigencia de esta importante disciplina filosófica.

https://sites.google.com/site/enpp6eticanmmf/unidad-vi-problemas-morales-especificos/la-
mujer-en-la-problematica-actual

Rol de la mujer en la sociedad actual

En la antigüedad, se consideraba que la mujer era, a lo largo de toda su vida, propiedad de


un hombre, tanto del padre, a temprana edad, como del marido, cuando el mismo padre
entregaba la mano de ésta en matrimonio, logrando que las hembras dependiesen
totalmente de los varones para poder sobrevivir.

El sexo femenino sólo tenía obligaciones en el hogar impuestas por el marido


correspondiente. Se puede decir que ser mujer en ese tiempo significaba ser un objeto de
satisfacción para los hombres, lo cual, con el tiempo se ha ido modificando.

Estamos conscientes de los espacios ganados en todo ámbito ya sea político, social, laboral,
cultural, religioso, etc., y a pesar de los muchos obstáculos y las barreras impuestas por la
sociedad claramente dominada por varones, las mujeres han demostrado la igualdad de
condición y operación, que les es entregada por su calidad de ser humano, que no tiene
nada que ver el ser varón, del ser mujer.

No se podría afirmar que la mujer asume un solo rol, ya que las mujeres actuales son
consideradas totalmente multifuncionales; además de labores de madre y esposa, como es
el caso de miles de mujeres en todo el mundo, se desempeñan como jefas del hogar y
sustentadoras de una familia con el fruto de su propio trabajo. Está científicamente
comprobado que la mujer usa más cerebro para almacenar y razonar información, mientras
que el espacio cerebral del hombre para los mismos fines es sólo de la mitad. Las mujeres
tienen además menos accidentes, al tener un mejor sentido de la orientación, más reflejos y
más velocidad para procesar información, por no hablar de que las mujeres tienen un gran
gusto artístico, son más receptivas y sienten más que los hombres.

En la actualidad no se puede hablar de un tipo de mujer sedentaria, sino que se habla de una
generación nueva de mujeres activas y autónomas, la mujer se enfrenta a realidades muy
diversas según la cultura, zona geográfica o situación social en la que se encuentre. Está
demás decir que estamos acostumbrados a notar una mayor presencia femenina en ámbitos
laborales, políticos, etc., como se demuestra en Latinoamérica, grandes mujeres como
Michelle Bachelet, Cristina Fernández o Dilma Rousseff, quienes ejercen/ejercieron el
cargo de Presidente de la nación correspondiente.

Pero lamentablemente, a pesar de esto son muchas las mujeres que todavía se encaran a
situaciones angustiantes, discriminatorias, violentas, marginales y otras las cuales son muy
parecidas a las practicadas en la edad media, por lo tanto, aunque queramos negarlo, en
algunas partes aún no evolucionamos por completo. Por ejemplo en África, más de 80
millones de niñas y adultas han sido circuncidadas mediante la ablación del clítoris y la
infibulación; la cual es una forma de violación y un atentado contra la dignidad de la mujer,
consistente en extirpar de cuajo el clítoris y los labios menores, para luego coser la vulva
hasta no dejarles sino un pequeño orificio que les permita menstruar y expeler la orina. Esta
costumbre, que tiene como fin frenar el deseo sexual y garantizar la pureza y fidelidad de la
mujer a su marido.

Las mujeres en la sociedad actual a mi parecer son ejemplo de una gran fortaleza, y lo
anterior se refleja en la capacidad de éstas para superar las adversidades que conlleva el ser
mujer, porque ciertamente no es fácil, debido a toda la discriminación que hay a pesar de
que esta sociedad se considere igualitaria y tolerante. Algunas personas aún siguen siendo
machistas, dándonos a entender que el sistema no avanza y se ha quedado estancado en el
machismo tan barbarié.

Muchas veces las mujeres asumen como obligación deberes como: el ser dueña de casa. La
sociedad no lo valora, ya que como dije anteriormente, el mundo asume que esto es una
obligación de la mujer adquirida por el solo hecho de ser mujer, pero lo que muchos no
entienden es que no es fácil, ya que las mujeres también tienen aspiraciones, pero el ser
asesora del hogar la consume por completo. Esto un hombre no lo podría realizar porque
claramente no podría ser multifacético como ella.

La mujer es igualmente capaz que el hombre de realizar todas las cosas que se proponga y
eso no se puede dudar porque a lo largo de los años se ha demostrado capaz de lograr
incluso mejores resultados que el sexo masculino en peores condiciones, como lo es una
temporera que saca adelante a su familia con su propio esfuerzo sin perder su delicadeza de
mujer mientras que el hombre se queda en casa sin hacer nada.
Por lo tanto se habla de una sociedad hasta que se ha intercambiado los roles.

En definitiva la mujer juega un gran rol en nuestra sociedad. No hay que despertar siempre
la idea de que el hombre o la mujer esté más capacitada para lo que sea. Es cierto que cada
uno de los sexos tiene algo particular que aportar en la vida social. A veces olvidamos que
la vida se complementa, no se compite. Tal vez olvidar ese principio es lo que nos frena a
valorar a tantas mujeres de hoy.

El rol que la mujer asumiría entonces en esta sociedad sería el de cualquier ser humano
capaz de pensar y discernir: hacer el bien, ayudar a otros y ser un gran aporte para esta
sociedad, y compartir los roles entre ambos. Pero lo que claramente un rol que no puede ser
compartido con otro ser humano varón es el ser madre, ya que las mujeres fueron
especialmente creadas para asumir esta hermosa responsabilidad las cuales son únicamente
entendidas por ellas mismas. La conexión entre ellas con el hijo es algo extraordinario y
mucho más fuerte de lo que puede llegar a ser la relación padre a hijo. Por lo tanto, el
principal rol de la mujer no es tanto funcional, sino que es ser esencial, primordial y vital
para la sociedad actual.

https://dawncoffee.com/reflexiones/rol-de-la-mujer-en-la-sociedad-actual

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