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NIVEL LICENCIATURA
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TEMA 1: NATURALEZA Y OBJETO DE LA FILOSOFÍA DE LA RELIGIÓN
1. Los comienzos de la filosofía de la religión
Wolf insistió siempre en que la teología, natural para la que exigía un estatuto de autonomía
desvinculada de la revelación, debía ajustarse a los principios de la razón y la experiencia.
La línea de Wolf fue continuada por su discípulo más importante, A.C Baumgarten.
Concibe la teología natural como un conocimiento de Dios sin ayuda de la fe. Estos
hombres fueron abriendo una brecha, creando un espacio propio para la teología natural,
espacio propio que, paradójicamente fue su tumba, condenándola a una muerte segura en la
segunda mitad del siglo XVIII a manos de I. Kant.
A nosotros nos parece correcto concluir que, aunque el creador del término fue Storchenau,
el auténtico padre de la filosofía de la religión fue Kant. Fue el quien la propuso como
culminación de los estudios de los estudios de teología. El hecho de que no llegara a
emplear el término carece de importancia. Es cierto que fueron hombres de poco relieve
filosófico los que entre 1794 y 1798, consumaron el paso de la philosophische
Religionslehere (teoría filosófica de la religión) kantiana a la filosofía de la religión. Pero
se trato de un paso meramente formal. El trabajo esencial había sido realizado por el
filósofo de Köninsberg. Sus discípulos (Heydenreich, Pölitz y Jacob, entre otros) fueron
ocupando cátedras de filosofía de la religión y deslindando los contenidos y métodos de la
nueva disciplina.
2. El giro antropológico
El universo religioso consta de dos polos, Dios y el hombre. La historia de las religiones
muestra las oscilaciones de la relación. Hegel señaló que la teología natural sólo se ocupaba
del primer polo que nosotros hemos señalado, en cambio la filosofía de la religión se abre
al segundo polo, el hombre.
Europa conoció guerras de religión que la devastaron, la Iglesia creó una inquisición que
prendió fuego a pensadores y disidentes. Sólo en aguas tan agitadas pudo nacer la filosofía
de la religión. Lutero había dividido a la Iglesia y una iglesia dividida era una iglesia
desmitificada en la que cabían diferentes interpretaciones de Dios. Partiendo de este hecho,
importantes sectores de la modernidad pasarán a no tener "ninguna" concepción de dios y
profesarán abiertamente el ateísmo.
Pero admitidas todas estas valiosas ayudas sigue pendiente nuestra tarea: lograr una
definición sustantiva de la filosofía de la religión. El teólogo P. Tillich es muy contundente
al respecto. El objeto de la filosofía de la religión -escribe- es la religión, pero la religión se
resiste a ser objeto de la filosofía . En la misma línea se expresa W. Trillhaas. La
experiencia religiosa fue descrita por R. Otto como "tremenda y fascinante". Tremenda
porque roza lo terrible, fascinante porque se adentra en lo extático y arrebatador.
Fueron los místicos los que supieron de todo esto, no los filósofos. No son los hombres, los
que acceden a Dios, sino Dios, que desciende hacia nosotros. Parecía necesario recordar esa
versión fuerte de religión. Sus protagonistas, místicos y teólogos, no necesitan los servicios
de la filosofía, pero la filosofía si los necesita a ellos. Con todo, la filosofía de la religión,
no puede partir de la sublime experiencia de un místico, su punto de partida será la aldea,
es decir, la normalidad.
Podemos atenernos a la definición de J. Martín Velasco: "Un hecho humano específico que
tiene su origen en el reconocimiento por parte del hombre de una realidad suprema, la cual
confiere sentido último a la propia existencia, al conjunto de la realidad y al curso de la
Historia" . A este concepto de religión suelen atenerse los proyectos de filosofía de la
religión existentes. Por encima de notables diferencias hay algo que los une: Todos insisten
en que la filosofía de la religión es filosofía. Sus primeros cultivadores (Hume, Kant,
Hegel) fueron filósofos. Para determinar en que sentido sea filosofía es conveniente
asomarse a algunas definiciones de esta disciplina.
Sin embargo Welte, coloca a Dios como centro de su reflexión en lugar de a la religión y
dando más importancia al culto y a la oración que a la filosofía, al estilo de Unamuno.
"Un miserere, cantando en común por una muchedumbre, azotada del destino, vale tanto
como una filosofía"
Uno de los hombres que han presionado a la filosofía de la religión para que, de una forma
crítica y abierta encarne los viejos temas ha sido E. Bloch. Su gran obsesión fue el "mal
metafísico", el que no cabe a tribuir a los hombres, al orden social capitalista. Su expresión
máxima es la muerte, a la que Bloch llama hacha de la nada, devoradora de toda teología.
A Bloch le parecía absurdo que el hombre acabe igual que el ganado.
Algo desmedidas parecen las expectativas con las que W. Dupré se acerca a esta disciplina.
Por supuesto, le encomienda al estudio de los temas que afectan al sentido de la vida: pero
además, le pide que haga horas extras , y profundice en los siguientes temas: su relación
con la metafísica; el concepto de experiencia religiosa; lo religioso y su simbólica; la
relevancia cultural del mito y el símbolo; el problema de Dios, el significado de la aparición
y ocaso de las religiones; el lugar de la conciencia religiosa y de la teología en el mundo del
espíritu; la relación entre ciencias de la religión y filosofía de la religión; el influjo de la
religión sobre las ideologías y las cosmovisiones; la religión en el entramado de la ética, la
política y la economía; la importancia de la religión para la verdad de la existencia humana.
Esta generosa asignación de funciones denota que la filosofía de la religión dista mucho de
ser un campo unificado de temas, métodos y resultados, predominando una desconcertante
pluralidad (p. e. no hemos hablado de los ingentes desarrollos analíticos del lenguaje
religioso, en seguimiento del segundo Wittgenstein).
En conclusión:
La filosofía de la religión es una disciplina joven que busca aún su identidad, sin embargo,
ocurra lo que ocurra, mantendrá dos características:
1. La amplitud temática.
2. La filosofía de la religión es una reflexión crítica, abierta rigurosa y no confesional sobre
los temas relacionados con la religión. Pensamos que es asumible el catálogo de tareas
confeccionadas por Dupré.
RECURSOS BIBLIOGRÁFICOS
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