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Aquel invierno fue más crudo que de ordinario y el hambre se hacía sentir
en la comarca. Pero eran las avecillas quienes llevaban la peor parte,
pues en el eterno manto de nieve que cubría la tierra no podían hallar
sustento.
Caperucita Roja, apiadada de los pequeños seres atrevidos y
hambrientos, ponía granos en su ventana y miguitas de pan, para que
ellos pudieran alimentarse. Al fin, perdiendo el temor, iban a posarse en
los hombros de su protectora y compartían el cálido refugio de su casita.
Un día los habitantes de un pueblo cercano, que también padecían
escasez, cercaron la aldea de Caperucita con la intención de robar sus
ganados y su trigo.
-Son más que nosotros -dijeron los hombres-. Tendríamos que solicitar
el envío de tropas que nos defiendan.
-Pero es imposible atravesar las montañas nevadas; pereceríamos en el
camino -respondieron algunos.
Entonces Caperucita le habló a la paloma blanca, una de sus protegidas.
El avecilla, con sus ojitos fijos en la niña, parecía comprenderla.
Caperucita Roja ató un mensaje en una de sus patas, le indicó una
dirección desde la ventana y lanzó hacia lo alto a la paloma blanca.
Pasaron dos días. La niña, angustiada, se preguntaba si la palomita
habría sucumbido bajo el intenso frío. Pero, además, la situación de
todos los vecinos de la aldea no podía ser más grave: sus enemigos
habían logrado entrar y se hallaban dedicados a robar todas las
provisiones.
De pronto, un grito de esperanza resonó por todas partes: un escuadrón
de cosacos envueltos en sus pellizas de pieles llegaba a la aldea,
poniendo en fuga a los atacantes.
Tras ellos llegó la paloma blanca, que había entregado el mensaje.
Caperucita le tendió las manos y el animalito, suavemente, se dejó caer
en ellas, con sus últimas fuerzas. Luego, sintiendo en el corazón el calor
de la mejilla de la niña, abandonó este mundo para siempre.
1. ¿Qué querían robar de la aldea de Caperucita los habitantes del pueblo próximo?
El ganado y el trigo.
El trigo y el agua.
Cinco.
Dos.
Un caballo blanco.
El rey.
La paloma blanca.
Las hormigas.
Un hada.
Caperucita Roja.
Caperucita Roja.
Las avecillas.
El ganado.
Un batallón de cosacos.
Un escuadrón de cosacos.
La paloma blanca.
Un ruiseñor.
El caballo blanco.
De Caperucita Roja.
De un cosaco.
Del rey.
10. ¿Cuál de las siguientes frases está mal copiada?
Son menos que nosotros -dijeron los hombres-. Tendríamos que solicitar el envío
de tropas que nos defiendan.
Aquel invierno fue más crudo que de ordinario y el hambre se hacía sentir en la
comarca.
Sus enemigos habían logrado entrar y se hallaban dedicados a robar todas las
provisiones.