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Introducción
Una quemadura es una de las lesiones más devastadoras que el cuerpo humano puede
experimentar, ya que implican un severo impacto sobre el tejido cutáneo, la microcirculación
y los pulmones, aunado a las repercusiones físicas y psicológicas graves que pueden
experimentar tanto la víctima como su familia.
Las quemaduras suelen presentarse en personas con una capacidad reducida de evitar el
peligro, como por ejemplo, niños, ancianos, personas mentalmente impedidas o
consumidores de alcohol y/o drogas.
Llama, 33%: las quemaduras por llama son ocasionadas por incendios, ignición de líquidos
inflamables y accidentes de tráfico.
Escaldadura, 30%: las escaldaduras tienen su origen debido al contacto con agua caliente.
Las quemaduras por llama y por escaldadura constituyen los tipos de lesión más frecuentes.
Las primeras tienen una mayor incidencia entre personas adultas, mientras que las segundas
son más frecuentes en niños (aproximadamente 60% de quemaduras de adultos son por
llama, mientras que cerca del 60% de quemaduras en niños son por escaldadura).
Contacto, 15%: las quemaduras por contacto son causadas por radiadores, estufas y
planchas doméstica. Debido al período de contacto prolongado, estas lesiones son profundas
y suelen tomar más tiempo en cicatrizar.
Explosión, 10%: las quemaduras por explosión son consecuencia de un estallido repentino de
energía calorífica durante el cual el paciente puede quedar expuesto a temperaturas
extremadamente altas durante un breve período de tiempo. Entre las causas de una
quemadura por explosión se encuentra la ignición de líquidos inflamables (como la gasolina)
y las descargas eléctricas (que se detallan a continuación), un riesgo laboral muy común.
Eléctricas, 5%: las quemaduras eléctricas son resultado de una transmisión directa de una
corriente o explosión. Los daños corporales son proporcionales a la fuerza de la corriente. En
lesiones asociadas a voltajes extremadamente altos (superiores a 1.000 voltios), el alcance
de las quemaduras visibles puede inducir al error en el diagnóstico, debido a que puede
haber necrosis en los tejidos profundos (músculos, nervios y huesos).
Fricción, 1%: las quemaduras por fricción se originan por el arrastre de la piel sobre una
superficie rugosa; su causa más común son los accidentes de tráfico, en los que la víctima es
arrastrada sobre el asfalto.
Las quemaduras dérmicas profundas de espesor parcial (Ver Imagen 3) afectan tanto
la epidermis como la dermis superficial y profunda. Sus características clínicas incluyen:
eritema, edema y flictenas. Una quemadura dérmica profunda cicatriza mediante la
formación de una escara inicial en 6 semanas aproximadamente.
La regla de los nueve o regla de Wallace es un método práctico que permite realizar la
valoración inicial del área corporal que presenta quemaduras en pacientes adultos.
A cada una de las regiones corporales se le asigna un porcentaje del 9% (o múltiplo de 9), y
el alcance de la quemadura queda determinada sobre esta base. Prácticamente las
quemaduras jamás ocupan una superficie corporal homogénea. Por ello, el cálculo del 1%
constituye un método práctico para los Profesionales de la Salud al momento de determinar
el alcance de una lesión: la palma de la mano (la mano del paciente con los dedos cerrados
en forma de guante) constituye el 1% de la superficie corporal. Por ello, la regla de los nueve
puede ser utilizada para medir el alcance de las quemaduras presentes en diversas partes
del cuerpo.
Un método alternativo que permite calcular la superficie corporal que presenta quemaduras
en niños es la tabla de Lund y Bowder. Su método clasifica las proporciones corporales según
edades, lo que garantiza una estimación más precisa del área afectada.
Patogénesis: los daños iniciales de la piel son directamente atribuibles a la naturaleza del
agente cáustico, su intensidad y la duración del contacto. Sin embargo, el nivel del daño
celular no siempre es uniforme en toda la herida. Además, las lesiones por quemadura son
dinámicas y pueden cambiar de aspecto y profundidad aún después del evento agudo.
Lesión inicial: provoca la rápida desnaturalización de las proteínas y daños en las células de
la piel (área de coagulación). El alcance de los daños depende de la fuerza del agente
cáustico y de la duración del contacto. Así, un contacto con temperaturas muy altas con una
duración de tan solo unos cuantos segundos provocará una quemadura superficial.
Las células dañadas liberan mediadores inflamatorios, lo que induce a una respuesta
inflamatoria que generalmente tiene lugar durante los tres días posteriores a la lesión.
Aunque la respuesta inflamatoria es básica en el proceso de cicatrización de la herida, la
producción de mediadores tóxicos puede provocar daños en el endotelio capilar y en las
células cutáneas.
Lesión retardada: la lesión inicial, aunada a los daños producidos por mediadores
inflamatorios posteriores, puede resultar en trombosis de los capilares dañados por debajo
de la superficie de la piel, por lo que puede causar isquemia, daños en los tejidos y necrosis.
Las células en esta zona de estasis pueden presentar daños progresivos que deriven en una
necrosis tisular. La inflamación continua (por ejemplo, por contaminación bacteriana), el
trauma mecánico de la superficie de la herida, la desecación y el uso de agentes tópicos
pueden provocar daños en los tejidos.
Hiperemia:
Área hiperémica: en esta zona las células presentan daños pero continúan siendo viables
(quemadura superficial). La hiperemia tiene su origen en la liberación de mediadores
inflamatorios en los tejidos quemados, que causa la vasodilatación de los capilares. La
hiperemia dura unos cuantos días tras el momento en que se produce la herida, y
posteriormente los tejidos recuperan la normalidad.
Coagulación:
Área de coagulación: zona de la herida que presenta los daños más graves (quemaduras de
espesor total). Las células han experimentado un proceso de necrosis coagulativa y han sido
destruidas.
Estasis:
Área de estasis: zona que rodea el área de coagulación. Las células presentan daños letales
(quemadura de espesor parcial). En condiciones óptimas, dichas células pueden sobrevivir y
recuperar su estructura y funciones normales. Sin embargo, en condiciones adversas las
células pueden experimentar necrosis coagulativa. Así, pasado un tiempo el área de
coagulación puede extenderse hasta incluir áreas que previamente eran viables.
Proceso de Cicatrización de las Quemaduras
Aunque el tipo de herida, el tiempo de cicatrización y las técnicas empleadas pueden variar,
el proceso de curación y los factores que lo modifican son básicamente los mismos en
cualquier quemadura. Existen cinco grandes componentes del proceso de curación:
Inflamación
Proliferación celular
Formación de tejido conectivo
Avance de los bordes de la herida
Remodelación de la lesion
Cada uno de estos componentes debe seguir un orden secuencial para que la cicatrización
tenga lugar; por ello, el personal que presta la asistencia médica debe entender
perfectamente cada uno de los componentes anteriores con el fin de promover el proceso de
cicatrización.
La curación de la herida puede definirse como el proceso mediante el cual los tejidos
dañados son reparados, lo que resulta en la regeneración de las células epiteliales y la
reorganización de los componentes tisulares en el lecho de la herida. Este proceso tiene
lugar en todos los sistemas del cuerpo. La cicatrización de las lesiones por quemaduras
puede clasificarse en primaria, secundaria o terciaria.
Para que una herida pueda cicatrizar adecuadamente, es necesario que determinados
sistemas o funciones corporales tengan lugar:
Hipoxia tisular
Disminución del volumen sanguíneo y la perfusión tisular
Escara en el lecho de la herida
Exudado o infección
Infecciones locales
Es fundamental distinguir entre la contaminación de una herida y la infección, puesto que la
primera no debe impactar en la cicatrización a menos que el exudado sea abundante. Si se
detectan síntomas sistémicos de infección, estos deben ser tratados con antibióticos
sistémicos.
Infección invasiva
- Desbridar el tejido necrótico.
- Aplicar antisépticos tópicos penetrantes.
- Administrar antibióticos sistémicos (si existen síntomas de infección).
- Garantizar la correcta oxigenación del tejido.
Contaminación de la herida
- Desbridar el tejido necrótico.
- Aplicar agentes antimicrobianos.
Exudado de la herida
- Prevenir la formación de exudado en la herida.
- Gestionar el exudado de la herida mediante el uso de apósitos adecuados.
Desecación de la herida
Trauma mecánico
Las lesiones por quemadura impactan de forma negativa sobre la integridad de la piel y
conllevan la pérdida de varias de sus funciones primarias. Cuando la quemadura es de gran
extensión, todos los sistemas corporales se resienten de manera significativa.
Reanimación eficaz:
El objetivo de la reanimación es recuperar y mantener los niveles de oxígeno en todos los
tejidos del cuerpo dentro de los rangos adecuados. Es importante revisar la eficacia de las
técnicas de reposición de fluidos de manera frecuente, tomando en cuenta que el requerido
de infusión requerido disminuirá a medida que disminuya la pérdida del plasma sanguíneo. El
nivel de fluido será mayor durante las primeras 8 horas tras la quemadura. La cantidad de
fluidos necesarios puede ser tres veces mayor que el volumen sanguíneo del paciente, y es
evidente que en el caso de la terapia con fluidos intravenosos requiera un juicio clínico audaz
y con apego a las necesidades fisiológicas del paciente. La cantidad real de fluido transmitido
variará según las condiciones clínicas del paciente. Ninguna variable fisiológica es un
indicador de una reanimación efectiva.
Es necesario establecer una correlación entre la información obtenida por las mediciones de
diversas variables. Es importante que los métodos de monitorización elegidos sean
adecuados en base al régimen de fluidos utilizado y a los insumos disponibles.
Referencia: Burns, The First Five Days, 2nd International Edition. Sarah A. Pape et al, 2001.
Vía respiratoria: al igual que con cualquier otra lesión, incluyendo las quemaduras.
Respiración: administrar oxígeno y ventilación asistida en caso necesario.
Circulación: controlar las hemorragias y garantizar un flujo sanguíneo adecuado.
Desnudar al paciente: quitarle ropa y joyas.
Problemas graves: descartar lesiones graves.
Reanimación con fluidos: iniciar la reanimación con fluidos intravenosos.
Apósitos Biológicos
Los apósitos biosintéticos están compuestos por materiales biológicos y sintéticos, como los
polímeros. Algunos están elaborados con una película de silicona que contiene una
incrustación parcial de nylon. El tejido presenta una compleja estructura 3D de hilo
trifilamento al que se le ha añadido químicamente colágeno. La sangre/plasma sanguíneo se
coagula en el nylon, dando como resultado que el apósito quede firmemente adherido al
lecho de la herida hasta que tenga lugar la epitelización. Estos apósitos presentan las
siguientes ventajas:
Lavado de manos con jabón antibacteriano antes y después de tocar a cada paciente.
Aplicar técnicas asépticas durante la aplicación del tratamiento.
Realizar controles ambientales, tales como filtración del aire, ventilación equilibrada y
cribado microbiológico de heridas, nariz, cuello, perineo y axilas.
Aislar a los pacientes infectados.
Proporcionar una buena nutrición, especialmente en las primeras etapas.
Realizar la escisión de las quemaduras profundas, especialmente en las primeras etapas.
Utilizar agentes antimicrobianos tópicos para reducir la carga bacteriana en el lecho de la
herida.
Utilizar jabón antibacteriano para asear a los pacientes.
Función Pulmonar
Historia clínica:
¿La víctima estaba inconsciente?
¿Las quemaduras se han producido en un espacio cerrado?
¿Había sustancias químicas tóxicas?
Examen físico:
¿Hay presencia de esputo?
¿Se detectan quemaduras faciales y/o cabellos chamuscados en cabeza o rostro?
¿El paciente se encuentra alterado? (puede ser indicativo de hipoxia).
¿Se detecta ronquera, incapacidad para deglutir, ruidos respiratorios bajos o estertores?
El edema de las vías respiratorias puede ser mortal. Es preciso valorar al paciente con el fin
de determinar si requiere ventilación mecánica.
Escarotomía
Las áreas con quemaduras de tercer grado que afecten la totalidad de la circunferencia de
una extremidad o del tórax/tronco pueden ocasionar problemas debido a la naturaleza poco
flexible de la piel quemada. Puede ser necesario eliminar esta escara para mantener la
perfusión tisular en las extremidades o posibilitar la expansión adecuada del tórax. Este
procedimiento recibe el nombre de escarotomía.
La escarotomía debe llevarla a cabo un cirujano con experiencia, en un entorno estéril y con
recursos adecuados para garantizar la hemostasia. La única circunstancia bajo la cual puede
realizarse una escarotomía en urgencias antes de referir al paciente a otra unidad es si este
no puede ventilar debido a las quemaduras opresoras del tórax y ante la presencia de daños
vasculares evidentes en una extremidad.
Es posible que, por diversos motivos, los injertos de piel no se fijen correctamente en el
lecho de la herida debido a la presencia de tejido muerto, cuerpos extraños, coágulos de
sangre o fluidos, perfusión tisular, por lo que es poco probable que las células endoteliales
lleguen al injerto antes de que este empiece a volverse necrótico. El lecho de la herida debe
estar sano y debe contar con una adecuada perfusión tisular que genere suficientes capilares
para revascularizar el injerto. Asimismo, las infecciones bacterianas reducen la posibilidad de
que el injerto se implante con éxito.
Las zonas donantes cicatrizan en aproximadamente 10 a 14 días, proceso que puede llegar a
ser doloroso para los pacientes. También existe riesgo de complicaciones, incluyendo
molestias severas, dolor intenso, sangrado, exudado abundante e infección.
Los apósitos que se suelen usar para curar las zonas donantes incluyen:
Apósitos de espuma – Los apósitos de espuma de poliuretano, como los apósitos
hidrocelulares, constituyen un producto moderno que contribuye a la curación de heridas en
un ambiente húmedo, ya que gestionan el exudado, son impermeables a las bacterias,
resistentes al agua, cómodos y se retiran sin dañar el lecho de la herida o la piel perilesional.
Apósitos de plata - Las heridas de las zonas donantes infectadas o críticamente colonizadas
requieren una curación con apósitos antimicrobianos absorbentes. La última generación de
apósitos para dichas heridas emplea nuevas tecnologías, como la plata nanocristalina, la cual
es capaz de destruir las bacterias presentes en el lecho de la herida. Muchos otros apósitos
de plata son capaces de gestionar el exudado y constituyen una barrera eficaz contra un
amplio espectro de microorganismos que pueden proliferar en la lesión.
Los apósitos biosintéticos están compuestos por materiales biológicos y sintéticos, como los
polímeros. Algunos están elaborados con una película de silicona que contiene una
incrustación parcial de nylon. El tejido presenta una compleja estructura 3D de hilo
trifilamento al que se le ha añadido químicamente colágeno. La sangre/plasma sanguíneo se
coagula en el nylon, dando como resultado que el apósito quede firmemente adherido al
lecho de la herida hasta que tenga lugar la epitelización. Estos apósitos presentan las
siguientes ventajas:
Formación de Escaras
Cuando se forma suficiente tejido de granulación, la herida por quemadura reduce su tamaño
y la superficie logra recuperarse gracias a la migración epitelial en los bordes de la herida. Lo
anterior deriva en la aparición de una escara, lo que puede definirse como la disrupción
permanente de la arquitectura normal de la piel. La formación de la escara tiene lugar
siempre que la dermis resulta dañada. Las primeras escaras suelen ser de un color rojo muy
intenso, debido a la densidad de los nuevos vasos sanguíneos que se forman. También
puede elevarse por encima de la superficie de la piel debido a la presencia de cantidades
excesivas de tejido conectivo. Transcurridos unos cuantos meses, el proceso de maduración
tiene lugar; disminuye la vascularidad y se elimina el exceso de colágeno durante la fase de
remodelación.
Curación de la Escara
La formación de una escara prominente es común cuando se sufre una lesión por
quemadura, especialmente en pacientes jóvenes o de piel oscura: las quemaduras de tercer
y cuarto grado cicatrizan formando una escara, incluso aplicándoles un injerto de piel. Todas
las escaras por quemadura son rosadas y poseen un espesor considerable que persiste
durante algunas semanas tras la cicatrización. Tras un período de semanas a meses, la
escara empieza a madurar y a remodelarse. Las fibras excesivas e inmaduras se eliminan y
la escara pasa a ser cada vez menos perceptible.
La escara hipertrófica es aquella con apariencia roja y elevada que produce comezón durante
un período de tiempo prolongado. La reacción hipertrófica queda limitada al área de la escara
original.
La escara queloide es aquella que se extiende por fuera de los límites de la escara original y
parece invadir la piel perilesional sana, como en el caso de un tumor.
La escisión quirúrgica anticipada y el injerto de piel en lesiones por quemadura profundas (<
5 días tras la lesión) reducen la posibilidad de formar escaras.