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Aquí me ocuparé de uno de los aspectos que tuvo la llamada "legítima", y
es el relativo al monto de la misma, analizando las distintas circunstancias que
existieron para el cálculo de la misma. Sin embargo, debemos dejar anotados
ciertos datos esenciales: (a) La introducción de la querella inofficiosi
testamenti fue el resultado de una genial construcción realizada por los juristas
clásicos. Se interpretaba que el testador, debía dejar en su testamento a sus
familiares cercanos una determinada porción de bienes, salvo que existieran
causas que justificaran su desheredación, o el haberles dejado un monto inferior
a dicha porción, ya habiendo sido instituidos herederos, o por vía de legado o
de donación mortis causa.
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por lo que los jueces fueron totalmente libres en la apreciación de la gravedad
de los motivos que se podían presentar.
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Para poder calcular este monto, era necesario primero determinar el
patrimonio del testador. Este debía quedar fijado como el resultado neto de lo
que dejaba el causante en el momento de su fallecimiento (Ulpiano, Dig.,
5.2.8.9; Cod. 3.28.6).
(a) Esto significaba que por un lado había que poner en el activo todos los
bienes. Incluso había que computar aquellos que habían sido legados o
donados mortis causa, puesto que al momento de su muerte todavía
están dentro del patrimonio del testador. También había que incluir
todos los créditos impagos en favor del causante, computándose
también los que estaban pendientes de una condición mientras no se
hubiera decidido el acaecimiento del hecho condicional (Cod. 8.50.5-
12; 8.57.2).
(b) Determinado ello, había que descontar lo que hacía al pasivo de dicho
patrimonio, es decir todas las obligaciones que estaban vigentes.
También se restaban los gastos funerarios y el valor de los esclavos que
se manumitían por el testamento. Ulpiano, (Dig., 5.2.8.9) nos da el
argumento de que las manumisiones no podían ser imputadas al
cómputo de la quarta pars, porque hay que seguir lo que se establece
respecto de la lex Falcidia, para la cual las manumisiones por
testamento no entraban en el cómputo hereditario (Dig., ibid.).
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Pero frente a este argumento demasiado lógico, se comenzaron a
considerar ciertos casos determinados. El antecedente primero se remonta a la
época del emperador Alejandro Severo. Según nos dice Paulo (Dig., 31.87.3)
este emperador tuvo que resolver la consulta que se le efectuara sobre el caso
de una abuela "que para impedir la querella inofficiosi testamenti...consumió su
patrimonio en las donaciones hechas a su nieto". En el rescriptum en el cual
contestaba Alejandro Severo decidió que "exige la razón que se revoque
respecto de la mitad lo que donó".
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sino disminuyéndola parcialmente en relación a la conservación de la pars
legitima del querellante.
5. Justiniano produce sobre este tema del monto de la "legítima" una muy
importante modificación. Ello se produjo con la Novela 18, cap.1. Luego de un
ampuloso prólogo, en el que dice que "con mucha frecuencia nos hemos
maravillado de que a los hijos legítimos y bien intencionados...se les dejen
solamente tres unciae (es decir una quarta pars) y que lo demás quede a la
voluntad de los padres, y que ciertamente los cognados, y los extraños, o los
esclavos con libertad, lo adquieran todo; pero que los hijos, aunque sean
muchos, y aún cuando en nada hayan ofendido a sus padres, queden
confundidos, y se dividan solamente las tres unciae, aún si fueren acaso diez o
más, y sean hijos pobres de un padre rico, mientras vivía".
Por ello, en dicho cap. 1, modificó el monto de las partes legítimas, de
acuerdo con la siguiente disposición: si el testador deja hasta cuatro hijos, la
pars legitima es de cuatro unciae, es decir 1/3 y en caso de tratarse de más de
cuatro hijos, ahora la "legítima" es elevada a seis unciae, es decir 1/2, sin
importar si los bienes los reciben a título de heredero, legado o fideicomiso. Se
entiende que estas porciones legitimarias continúan el régimen tradicional, es
decir como una portio portionis ab intestato.
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Para establecer el cómputo de la porción legítima, se cuenta el total de los
hijos habidos por el testador, incluidos aquellos que han sido desheredados con
justa causa. Así, p. ej., si el padre tenía cinco hijos, uno de los cuales ha sido
debidamente desheredado, los otros cuatro entrarían en el segundo grupo y les
correspondería 1/2, porque se computa al desheredado. De no tenerlo en
cuenta, serían sólo cuatro y les correspondería menos, es decir 1/3. Esto es lo
que dice el brocardo exheredatus numerum facit ad augendam legitimam (el
desheredado hace número para aumentar la legítima).
(a) El espíritu del legislador ha sido el establecer dos categorías de tal modo
que si la porción hereditaria ab intestato era de 1/4 o más, la legítima a repartir
sería de 1/3, es decir el caso de hasta cuatro herederos. En cambio, si era
inferior a 1/4 o menos, entonces la legítima se eleva a 1/2, es decir el caso de 5
o más herederos.Sin embargo, se da la particularidad de que siendo 5 los hijos
recibirían 1/10 (1/2 dividido por 5), la cual sería mayor de si por ej., los hijos
son 4, puesto que cada uno de ellos tendría una porción legitimaria individual
de 1/12 (1/3 dividido por 4).
(b) ¿Quienes son los herederos que gozarían de este nuevo monto de legítima?
¿Se refiere sólo a los hijos? ¿O comprende también a los otros legitimarios, es
decir a los ascendientes, hermanos y hermanas germanas o medio hermanos o
hermanas germanas, no los uterinos, siempre que hubieren sido dejados de lado
por una persona de carácter infamante (turpis persona)?
En cambio para otros parecen decisivas las palabras finales del cap. 1 de la
Novela 18. Se dice allí que: "Esto (es decir los nuevos montos de la legítima)
debe ser observado respecto de todas las personas respecto de las cuales está
decretado desde un principio por la ley sobre el testamento inoficioso la
porción de la antigua cuarta". Y también, cuando en la Novela 89, cap. 12, § 3,
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referida a la "legítima" de los hijos naturales, dice en la parte final: "Pero si
tuvieren algunos ascendientes, déjenles la porción legítima que la ley y nosotros
hemos constituido".
Nos inclinamos por aceptar, con la mayoría de los intérpretes, que por lo
dicho en estos textos, también los otros legitimarios gozaban del nuevo régimen
de la Novela 18. Si en el capítulo 1 de la misma se refiere principalmente el
caso de los hijos, ello es así por cuanto era necesario establecer el número de
ellos para poder establecer el aumento de la quarta pars, ya a un 1/3 o un 1/2,
puesto que era el caso más complicado. Pero lo dicho in fine de dicho cap. 1 es
decisivo.
Supongamos por ej. que hay tres hijos: (A) que vive, (B) y (C) premuertos.
(B) dejó un solo nieto y (C) dejó cuatro nietos. En la herencia ab intestato cada
uno de los hijos tendría 1/3 como cuota sucesoria. De este modo, la legítima de
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(A), es de 1/9 (es decir 1/3 de la tercera parte intestada). Como se han formado
dos estirpes, en el caso del único nieto de (B) como su porción es de 1/3
(superior a 1/4), hay que calcular la legítima en 1/9, igual que en el caso de (A).
En cuanto a los nietos de (C), el tercio intestado hay que dividirlo por cuatro, o
sea que sus cuotas ab intestato serían de 1/12 y sus legítimas, dado que es una
cuota inferior a 1/4, hay que calcularla en la mitad, o sea el segundo grupo, por
lo que sería de 1/24 respecto de todo el patrimonio.
(d) Finalmente, en esta cuestión del monto de la "legítima", hay que tener
en cuenta que por la Novela 115 (caps. 3-4; año 542), los descendientes y los
ascendientes en forma recíproca, fueron tornados directamente en herederos
legitimarios. Debían ser ya instituidos herederos en forma nominativa
(nominatim) o desheredados por una de las causas que ahora figuran
expresamente en dicha Novela (caps. 3-4). No bastaba que se les hubieren
dejado bienes por otros medios (legados, fideicomisos o donaciones). Era
necesario que figuraran como herederos en el testamento ya para instituirlos
tales o ser desheredados por alguna de las causas legales. De lo contrario, el
testamento era invalidado por inoficioso, y caía.
Bastaba con que hubiesen sido instituidos herederos aunque fuera en forma
simbólica o por una cosa cierta (ex certa res). En ese caso, cuando el testador
no completaba la pars legitima, se podía rectificar el testamento y lograr el
suplemento de su cuota hasta alcanzar la legítima. Para ello el heredero
legitimario, descendiente o ascendiente, cuenta con la actio ad supplendam
legitimam (Nov. 115, cap. 5).
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ALFREDO GUSTAVO DI PIETRO
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