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PUNTOS DE CULTURA
CONTENIDO
El 15 de julio del 2016 fue promulgada la Ley N° 30487 “Ley de Promoción de los Puntos
de Cultura”. La promulgación de esta ley es el resultado de cuatro años de trabajo continuo
y conjunto con las organizaciones que forman parte de la Red Nacional de Puntos de
Cultura. Ella permitirá: a) Fomentar el acceso a la producción, disfrute y difusión de diversas
manifestaciones culturales como un derecho para todos los ciudadanos y ciudadanas a lo
largo de territorio nacional, priorizando a las poblaciones más vulnerables de nuestro país.
b) Generar mecanismos concretos que permitan hacer un uso más eficiente de los recursos
públicos para la promoción de las organizaciones reconocidas como Puntos de Cultura por
el Ministerio de Cultura.; c) Potenciar el trabajo de las organizaciones culturales
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Los Puntos de Cultura van desde grupos de arte comunitario (danza, teatro, circo, artes
visuales, recursos audiovisuales, fotografía y otros), así como organizaciones vinculadas a
la recuperación de lenguas indígenas, saberes ancestrales y protección e impulso del
patrimonio arqueológico. Todos tienen en común que encuentran en el arte y la cultura el
camino para impactar positivamente en los ciudadanos y comunidades con las que trabajan.
a. Alianza Estado- Puntos de Cultura. Los PdC son aliados para garantizar el
ejercicio de los derechos culturales y fomentar una cultura de paz. El Estado fomenta
el trabajo articulado con ellas.
b. Autonomía de las organizaciones. La promoción se funda en el reconocimiento
del rol que juegan los PdC en el desarrollo integral individual y colectivo,
reconociéndolos como protagonista de los cambios que generan y respetando la
autonomía de los procesos culturales que fomentan.
c. Diálogo y participación. La promoción se basa en el concepto de ciudadanía activa
y en la participación comprometida y responsable de los actores involucrados.
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Fuente: Página WEB del Ministerio de Cultura. (Puntos de Cultura- Inclusión y ciudadanía
desde el Arte y la Cultura.)
Célio Turino- creador de la propuesta “Puntos de Cultura” – los conceptúa como “la unidad,
la base de una red, sin dimensiones o forma pre-determinadas. El Punto es independiente de
la forma, pero se realiza en el espacio y es, por tanto, localizable e identificable en el
territorio. Como la Cultura también es una abstracción, la mejor palabra para dar forma a un
concepto igualmente abstracto sería Punto, o punctos, que, en latín se refiere a un lugar
determinado en el que se da la intersección de condiciones para realizaciones específicas.
Basta una pequeña señal para que la cultura ocurra, pero como ella también es infinita, sería
necesaria la utilización de una palabra que representase esa señal sin límites y que, al mismo
tiempo, estuviese constituido por infinitas partes. De ahí el Punto de Cultura, como una forma
de expresión de la micro-red, realizada en el territorio.”
“Un Punto de Cultura condensa la Cultura Viva en la medida en que sus acciones se desarrollan
con autonomía y protagonismo. O sea, no podemos interpretar un Punto de Cultura como
un simple punto de conexión, apenas como un punto de recepción e irradiación de
cultura, y sí como un espacio libre para la interpretación y realización de la cultura. Un
punto de ebullición, en el que ocurren cambios cualitativos, que dependen de las
condiciones de presión y temperatura. De esta forma, cada Punto es diferente del otro,
pues, en cada uno, las realidades son distintas. Las personas, las historias, los recursos,
el ambiente, las condiciones, todo es diferente; pero al mismo tiempo igual, o próximo, y
hay que identificar estos puntos de aproximación.
“Si en la forma cada Punto de Cultura es diferente entre sí, en la esencia todos son muy
parecidos. Para comenzar, hay que tener alguien (o varios) con mucha potencia, con mucha
voluntad, con mucho compromiso. No importa si la persona es del local o no, lo que importa es
el compromiso, la disposición y la perseverancia (hay que perseverar mucho para que la cultura
ocurra).
3.1 Local y recursos
“¿Local? Puede ser el coro de una plaza, la sombra de un árbol, un garaje, un quiosco, una
casa abandonada, y también un centro cultural muy bien equipado (¿por qué no?). ¿Recursos?
Primero los de dentro, los de la propia comunidad, las voluntades, la creatividad; pero
eso solo no basta, hay que colocar el Estado a servicio de su pueblo, y la cultura es un
derecho básico, por eso los gobiernos deben prever presupuesto para asegurar la acción
cultural en las comunidades; pero no un recurso de “fuera para adentro”, que ya viene
en formatos listos, elaborados por gestores públicos que conocen poco la realidad local,
y sí recursos para que la propia comunidad desarrolle su acción conforme sus deseos y
necesidades, un recurso para que la cultura se realice “de dentro para afuera”.
3.2 Intercambio.
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“Sin intercambio, sin cambio, la cultura no se realiza, no progresa y solo retrocede; hay que
tener disposición para, además de fortalecer la identidad, también ejercitar la alteridad; trocas
de todos los modos, de todas las formas, con todas las gentes, fue así como nos realizamos
como humanidad, y así recuperaremos nuestra humanidad. “
3.3 Comunicación.
“La cultura solo se realiza a partir de una acción comunicativa, sea una simple palabra,
expresión o deseo fijado en una caverna para que las generaciones futuras sepan que alguien
pasó por allí; la comunicación ocurre solo a partir de un mensaje, una cultura por tanto, pues,
sin cultura que transmitir, no hay lo que comunicar; de esta forma cultura y comunicación
deben caminar juntas, pues cuando una se distancia de la otra, alguien impone su cultura
sobre los demás. Después, es juntar todo, personas, conocimientos, creatividad, curiosidad,
local, recursos, intercambios y comunicación. Así se coloca la cultura en movimiento: con
referencias, preservando e inventando, con formación, producción, creación y difusión.”
3.4 Autonomía y protagonismo
“Autonomía es libertad, es la capacidad de gobernarse por los propios medios y, en este sentido,
es la propia realización de la voluntad humana de autodeterminarse. Sin embargo, cuanto más
avanzan las civilizaciones en la explotación de los recursos y en la construcción de sistemas de
distribución y control de los recursos, más se aleja la humanidad de la autonomía. Cultura no
es siempre sinónimo de liberación, pues también hay cultura que oprime, la historia de
la colonización de América Latina es prueba viva de ello. Así, como forma de dominación,
ella también se vale de los mismos mecanismos de heteronimia empleados por los poderes
político, económico, religioso o social: dependencia, sumisión y subordinación.”
“Una cultura que libera necesita caminar en sentido opuesto, no pudiendo ser paternalista,
patriarcal, asistencialista. Es difícil, pues incluso personas, movimientos y partidos que se
presentan como progresistas y libertarios normalmente ceden a la tentación de perpetuarse en
el mando a partir de la reproducción de relaciones de dependencia, sumisión y subordinación
de los otros. Pero hay que perseverar y cultivar los medios para que las personas ejerciten su
autonomía, de modo que gestionen libremente sus vidas y a partir de sus propias elecciones.”
“Para ello, además de la autonomía, hay que fomentar el protagonismo de las comunidades.
Del latín proto– principal, primero – y agonistes– luchador. Hay que asumir el palco, hay que
hablar con la propia voz, hay que tomar la narrativa de la historia “para sí”. Protagonismo es
otro componente del cual una acción cultural que se pretenda emancipadora nunca podrá
prescindir. El “indio por el indio”, “el joven de las calles por el joven de las calles”, “las
comunidades por las comunidades”, “las mujeres por las mujeres”, “las comunidades
tradicionales por las comunidades tradicionales”.
“Autonomía y protagonismo son dos factores vitales de los Puntos de Cultura. Célio Turino
escribe al respecto: “no podemos interpretar un Punto de Cultura como un simple punto de
conexión, apenas como un punto de recepción e irradiación de cultura, y sí como un espacio
libre para la interpretación y realización de la cultura. Un punto de ebullición, en el que ocurren
cambios cualitativos, que dependen de las condiciones de presión y temperatura. De esta forma,
cada Punto es diferente del otro, pues, en cada uno, las realidades son distintas. Las personas,
las historias, los recursos, el ambiente, las condiciones, todo es diferente; pero al mismo tiempo
igual, o próximo, y hay que identificar estos puntos de aproximación.”
“Autonomía es libertad, es la capacidad de gobernarse por los propios medios y, en este
sentido, es la propia realización de la voluntad humana de autodeterminarse. Sin embargo,
cuanto más avanzan las civilizaciones en la explotación de los recursos y en la construcción de
sistemas de distribución y control de los recursos, más se aleja la humanidad de la autonomía.
Cultura no es siempre sinónimo de liberación, pues también hay cultura que oprime, la historia
de la colonización de América Latina es prueba viva de ello. Así, como forma de dominación,
ella también se vale de los mismos mecanismos de heteronimia empleados por los poderes
político, económico, religioso o social: dependencia, sumisión y subordinación”. ”Una cultura
que libera necesita caminar en sentido opuesto, no pudiendo ser paternalista, patriarcal,
asistencialista. Es difícil, pues incluso personas, movimientos y partidos que se presentan como
progresistas y libertarios normalmente ceden a la tentación de perpetuarse en el mando a partir
de la reproducción de relaciones de dependencia, sumisión y subordinación de los otros. Pero
hay que perseverar y cultivar los medios para que las personas ejerciten su autonomía, de modo
que gestionen libremente sus vidas y a partir de sus propias elecciones.”
“Cultivar autonomía y protagonismo es apoderarse de los grandes espejos de la sociedad y de
sus medios de narrativa. No basta hablar apenas en las comunidades, con las comunidades y
para las comunidades, hay que ir más allá y asumir los medios de producción y difusión
audiovisual y de construcción del discurso, sea realizando los propios filmes, documentales,
ficción, registrando las propias imágenes, contando las propias historias, haciendo su propio
arte. E ir para afuera, y hablar con los otros, por sí y para sí. “La autonomía y el protagonismo
son condiciones indispensables para romper jerarquías sociales y construir nuevas
legitimidades. No como un proceso impositivo, de negación del otro, sino para que se establezca
una nueva relación de equilibrio y diálogo entre las personas, entre clases y grupos sociales y
entre vida y sistemas. Pero aun así no basta. Cuando circunscritas a apenas un punto, la
autonomía y el protagonismo pierden potencia, pudiendo transformarse, incluso, en base
para nuevos fundamentalismos, para verdades acabadas y falta de diálogo. Necesitamos
ir más allá y conectar cada uno de esos puntos en una gran plataforma de inteligencia y
acción colectiva para la Cultura Viva entre los pueblos. Ahí es donde la articulación en
red gana un papel estratégico, pues solamente a través de la potencia de las redes,
establecida por la intersección entre puntos autónomos y protagonistas, será posible dar
un salto cualitativo (tal cual la transformación del agua entre los estados líquido, gaseoso
o sólido) en las relaciones sociales, políticas, económicas y culturales. En el fondo, este
debe ser el gran objetivo de un Punto de Cultura: la emancipación humana. Es una
emancipación realizada con afecto, de ahí la importancia del arte, de la alegría y de la
solidaridad.”
Fuente: Célio Turino, La Ecuación de la Cultura Viva : PC= (a+p) r
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Para Célio Turino la importancia de la RED es tal que afirma categóricamente : “Un Punto
de Cultura sólo puede existir si está organizado en RED. Puede haber una labor cultural
frenética en la comunidad que puede, incluso, ser desarrollada con autonomía y
protagonismo local, pero si no hay ninguna predisposición para escribir y ofrecer formas de
interpretar y hacer cultura, si no hay una disposición para escuchar a los “demás” , no será
un Punto de Cultura”. ( Cultura Viva Comunitaria: La Política del Bien Común”)
Es decir, que la pertenencia de un Punto de Cultura a una RED hace que él adquiera
nuevas propiedades que no tiene como elementos separados. Allí radica su
potencialidad. Y eso hace posible que la política pública cultural-Puntos de Cultura se
convierta en una herramienta eficiente por “la democratización de la política, el Arte,
la Comunicación y la Cultura”.
• “…en su sentido más amplio, la cultura puede considerarse actualmente como el conjunto
de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan
a una sociedad o un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos
de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones
y las creencias,
•”… la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace
de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente
comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través
de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto
inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas
significaciones, y crea obras que lo trascienden.”
“El Patrimonio Cultural de un pueblo comprende las obras de sus artistas, arquitectos,
músicos, escritores y sabios, así como las creaciones anónimas, surgidas del alma popular,
y el conjunto de valores que dan sentido a la vida, es decir, las obras materiales y no
materiales que expresan la creatividad de ese pueblo; la lengua, los ritos, las creencias, los
lugares y monumentos históricos, la literatura, las obras de arte y los archivos y bibliotecas."
Célio Turino nos advierte que el concepto Cultura Viva nos permite romper con el concepto
antropológico clásico de Cultura, en la que ella se opone polarmente a Naturaleza. “Al asumir
el concepto Cultura + Naturaleza = Cultura Viva, la Cultura Viva se distancia del concepto
occidental (o europeo) de cultura para aproximarse al concepto y ética de los pueblos originarios
de este continente que vino a llamarse América. Es cuando la Cultura Viva se encuentra con
el Buen Vivir, otro sustantivo compuesto. Sumak kawsai, en quechua, Suma qamaña, en
aimara, Tekó porã, en guaraní, una filosofía que está en nuestro alma ancestral, que
significa “vivir en aprendizaje y convivencia con la naturaleza”. Aquí no se trata apenas de
asumir la cosmología de los primeros pueblos de las Américas, sino de resignificar un concepto
político, económico y social que hace referencia a la visión de esos pueblos, a partir de ellos y
con ellos. Somos “parte” de la naturaleza (o “polvo del universo”, como la física ya demostró) y,
para nuestra propia supervivencia como especie, es preciso romper, de una vez por todas, con
la idea de que podemos continuar viviendo “al margen” de la naturaleza.” “La Cultura Viva como
Buen Vivir se afirma en la profunda conexión e interdependencia con la naturaleza, en la vida a
pequeña escala, sostenible y equilibrada, teniendo como fundamento las relaciones de
producción autónomas y autosuficientes. También se expresa en la articulación política de la
vida, en prácticas construidas en espacios comunes de socialización, colectivos culturales y
artísticos, juegos y manifestaciones en parques, jardines, teatros, museos, bibliotecas, huertas
urbanas o palacios; no importa el local, porque la vida se extiende en abundancia y ocurre donde
puede ocurrir.”
“El concepto “cultura viva” “surge con la experiencia brasileña de los Puntos de Cultura,
pero existe en la práctica desde hace décadas en miles de comunidades de los países
iberoamericanos. Cultura viva comunitaria es, por lo tanto, una expresión creada para dar
nombre, sentido y visibilidad a dinámicas culturales que vienen surgiendo en la región. ¿Por
qué viva? Porque es pulsante, mutante, diversa. ¿Por qué comunitaria? Porque es donde
nace, donde se organiza. Y porque la idea es beneficiar prioritariamente a los pueblos,
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Con ese modelo de política pública, en vez de imponer acciones y conductas, el Estado
reconoce la importancia de la cultura producida en cada localidad. En vez de imponer una
programación cultural, reconoce y potencia las iniciativas culturales de la comunidad en el
lugar donde ocurren, conforme sus necesidades y planes de trabajo. Autonomía y
protagonismo social son palabras clave de ese proceso contínuo que inspira cada vez más
países (y ciudades) en Iberoamérica... Entiéndense por organizaciones culturales
comunitarias las que desarrollan una acción cultural, educacional y/o de comunicación
popular vinculada a un determinado territorio, permanentemente y no directamente
vinculadas al ámbito estatal o al mercado de bienes, productos y servicios culturales.
Son “cultura viva” iniciativas desarrolladas en/por centros culturales, radio o televisión
comunitaria, diarios barriales, grupos de teatro, danza, circo, artes visuales, grupos que trabajan
con cine, literatura, rescate de identidad, saberes tradicionales, alternativas económicas
solidarias y colaborativas… Son muchas las posibilidades de actuación en las comunidades,
teniendo en vista el estímulo a la creatividad y el respeto a la dinámica local. Y es así,
relacionando cultura y territorio, cultura e identidad, que se va construyendo una nueva historia
de políticas públicas en el contexto iberoamericano. “
Fuente: http://iberculturaviva.org/apresentacao/?lang=
En “Cultura Viva Comunitaria: la política del Bien Común”, Célio Turino manifiesta como
habiéndose partido de un concepto amplio de Cultura, desde la óptica antropológica, la
experiencia condujo a enriquecer el concepto e ir más allá de la cultura como producción
simbólica, como constructora de ciudadanía y como factor clave de la economía
“La dimensión del arte no puede limitarse al campo simbólico. Más allá de la producción de
símbolos, el arte implica habilidades, todas las capacidades humanas (del latín artem,
habilidad) y la interpretación a través de los sentidos, a través de una percepción sensorial.
El Punto de Cultura implica romper las narrativas tradicionales, monopolizadas por pocos,
en que compartir lo sensible es estratégico para este desvío narrativo, en el que los
“invisibles” pasan a ser vistos y a tener una voz. No se trata de la defensa metafísica de la
“belleza universal” o del “arte gratuito”, sino de la propia realización de la estética. El arte
refleja las aspiraciones y contradicciones de su contexto histórico y es, a la vez, producto y
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“Lo mismo ocurre con la dimensión ciudadana. La conquista plena de los derechos y la
inclusión en el diálogo cultural son esenciales, pero ver los Puntos de Cultura solo como
generadores de ciudadanía o como hacedores de cultura popular es una limitación. Mucho
más grave son los discursos de “inclusión cultural” o “inclusión social a través de la cultura”.
Punto de Cultura actúa con la cultura popular, la inclusión social y tiene un papel claro en
la ciudadanía, pero es, sobre todo, un programa de cultura: cultura como interpretación del
mundo, expresión de valores y sentimientos, cultura como mutuo entendimiento y
acercamiento desde el punto de vista ético.”
A las 3E luego - en “La cultura viva, la política pública del bien común”- agregaría una E
más, Educación.
“Alrededor del Punto de Cultura – dice Célio Turino- se desarrollan numerosas acciones,
que actúan como centrales de fuerza, inundando las organizaciones culturales con nuevas
preguntas e ideas: Cultura y Salud, Escuela Viva (integración escuela / comunidad /
cultura), Puntos Pequeños (la cultura infantil y lúdica), Maestros de la Cultura Popular y
Griôs (acercando conocimientos tradicionales y educación), Mídia Libre (fortalecimiento de
los medios de difusión de la cultura, sobre todo sitios web y blogs independientes, TV y
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“La palabra Cultura – continúa diciendo Célio Turino- es una de las más difíciles de
conceptualizar y se va modificando a lo largo del tiempo. Cultura proviene de cultivo y,
precisamente por eso, se acerca al concepto de agricultura. Es exactamente eso: preparar
la tierra, arar, sembrar, regar, controlar el crecimiento de las plantas, protegerlas de plagas
y malezas, recoger, seleccionar semillas y… empezar de nuevo (al menos este seguirá
siendo el proceso mientras el mundo de las semillas transgénicas patentadas no haya
dominado la producción de alimentos). Con la cultura es lo mismo. Tras haber sido
responsable del diseño y la implementación del programa Cultura Viva y Puntos de
Cultura, diría que la Cultura debe estar siempre acompañada de las palabras que
empiezan por «E», esas tres «E» identificadas al principio: Ética, Estética, Economía,
aunque ahora creo que deberíamos incorporar una palabra más que empieza por «E»:
Educación. Esas serían las 4 «E» de la cultura.