La prevalencia de ansiedad en estudiantes de tercer grado de nivel secundaria es
relevante desde el punto de vista institucional, social y personal; por el impacto potencial que puede tener sobre el desempeño académico e interpersonal y por la identificación de la ansiedad, como un malestar que con frecuencia es un precursor de trastornos de comportamiento más severos. Las principales posturas teóricas en Psicología describen a la ansiedad como un aspecto central (si no como el aspecto central) de los desórdenes del comportamiento (Friman, Hayes & Wilson, 1998). Johnson y Melamed (como se citó en Sierra, 2003) refieren que la ansiedad es una respuesta adaptativa que busca la supervivencia, además es un mecanismo biológico de protección y preservación ante posibles daños. Las respuestas de ansiedad se manifiestan mediante pensamientos de peligro, sensación de aprensión, reacciones fisiológicas y respuestas motoras (Cambell y Thier, como se citó en Sierra, 2003). Por otra parte, Lang (como se citó en Sierra, 2003) resaltan tres categorías sintomatológicas: la respuesta emocional hace referencia a características subjetivas, desagradables en el sujeto: tensión, inseguridad, aprensión, pensamientos de inferioridad, sentimientos de incapacidad, sensación general de pérdida de control. Los aspectos corporales se caracterizan por una activación del sistema autónomo y somático: palpitaciones, agitación cardiaca, presión torácica, ahogo, sudoración, temblor. Aspectos observables implican comportamientos disfuncionales paralización motora, hiperactividad, tartamudez, dificultad de verbalización, conductas de evitación y escape. El principal motivo por el cual decidimos investigar tendencias de ansiedad en estudiantes de tercer grado de nivel secundaria, se basa en el razonamiento de que el ingreso a la preparatoria y la necesidad por mantener un promedio alto, trae consigo cambios en las actividades cotidianas, que si bien pueden ser percibidos como negativos o positivos, en cualquier caso es posible que vulneren la estabilidad emocional y física, con las consecuencias correspondientes para el desarrollo personal de estos jóvenes. Estos cambios incluyen en algunos casos, la separación del núcleo familiar, el aumento de responsabilidades y la reevaluación de las actividades que realizan (Arco, López, Heilborn & Fernández, 2005). Investigaciones muestran que existe una relación entre los eventos estresantes y una salud pobre relacionada con la calidad de vida de los estudiantes, y que hay una conexión entre enfermedad y estrés. La ansiedad reduce la eficacia en las tareas escolares, contribuye al desarrollo de malos hábitos, y puede producir resultados negativos a largo plazo que incluyen ausentismo, ejecución académica pobre, deserción y fracaso escolar, ideaciones suicidas, consumo de alcohol y tabaco, así como otras adicciones y delincuencia (Damush, Hays & DiMatto, 1997; Dusselier, Dunn, Wang, Shelley & Whalen, 2005) De igual manera Algunas investigaciones asocian el comportamiento de postergación de tareas y actividades académica con la ansiedad; Vahedi, Farrokhi y Gahramani (2012) se interesaron por comprender la relación entre la dilación, estrategias de aprendizaje y la ansiedad en estudiantes universitarios de Irán, afirmaban que la ansiedad tiene efectos negativos en el funcionamiento cognitivo, en el aprendizaje y en el rendimiento académico, argumentando que los estudiantes tienden a presentar más altos niveles de ansiedad cuando se enfrentan a situaciones evaluativas e instructivas. Ansiedad y los exámenes El comportamiento ansioso en una situación de exámenes escolares, también es un constructo multidimensional que se define como un conjunto de respuestas emocionales con componentes cognitivos, fisiológicos y conductuales que acompañan y alteran el desempeño y que consta de preocupaciones acerca de posibles consecuencias negativas o de fracaso en una situación evaluativa (Zeidner, 1998). Es posible que la necesidad de obtener un adecuado rendimiento académico, se pueda convertir en un factor estresante para los estudiantes. Cuando la preocupación por tener una ejecución escolar es alta, especialmente previa a los exámenes, la ejecución puede ser deficiente, al grado de que el alumno repruebe, postergue o abandone definitivamente sus estudios. (Zeidner, 1998) reporta que la ansiedad hacia los exámenes está asociada con una baja ejecución académica. En el mismo sentido, Hembree (1988) reporta los resultados de un meta-análisis de 562 investigaciones con estudiantes norteamericanos desde la primaria al nivel universitario, donde encontró que la ansiedad hacia los exámenes reduce la ejecución académica en todos los niveles educativos. Por conclusión a todos los antecedentes previamente vistos decidimos que el propósito del presente estudio fue explorar la relación que guarda el rendimiento académico con los niveles de ansiedad y si estos llegan a repercutir en el desempeño escolar de los estudiantes.