Sie sind auf Seite 1von 4

EL HOMBRE DE NANCHOC, "EL PRIMER HORTICULTOR DEL

PERÚ Y AMÉRICA"

Entre los años de 1968 y 1969 el arqueólogo estadounidense Thomas Lynch encontró en la
cueva de “el Guitarrero”, ubicada a la orilla izquierda del río Santa, en el distrito de
Shupluy, provincia de Yungay (en Ancash), cuatro niveles de ocupación humana; dos
ocupaciones precerámicas (Guitarrero I y II) y dos con cerámica (Guitarrero III y IV). En el
estrato Guitarrero II, Thomas Lynch halló frijoles cultivados (Phaseolus vulgaris) y cuya
antigüedad se fechó en 8500 años a.C. aproximadamente. Inmediatamente en los círculos
académicos se empezó a reconocer al hombre de Guitarrero II o río Santa como el primer
agricultor incipiente u horticultor del Perú y América. Sin embargo en 1999, Thomas
Lynch corrigió la antigüedad del hombre de Guitarrero II, reconociendo que había
cometido un gran error en el proceso de datación inicial. El error se debía a que los frijoles
habían sido encontrados en un estrato (llamado por Lynch, Guitarrero II) y asociado con
fogones y artefactos de fibras textiles que al ser datados arrojaron una antigüedad de 8500
años a. C. Es decir las muestras de frijol no habían sido datadas directamente sino que su
antigüedad se determinó por asociación con los fogones y artefactos. Con el desarrollo de
nuevas técnicas de datación como el AMS (Acelerador de Espectrometría de Masas) que
permite fechar muestras más pequeñas, se pudieron fechar los frijoles, obteniéndose
decepcionantes fechas entre 3030 y 2890 a. C. (Lynch y Kaplan, 1999). El error en la
datación inicial se debió a la poca precaución de Lynch, debido a que como sostiene el
arqueólogo Joaquín Narváez Luna, “los contextos arqueológicos presentan muchas veces
mezclas de restos provenientes de distintas épocas”. Lo cierto es que Lynch y Kaplan
tuvieron la honestidad de corregir su error y difundir los nuevos resultados que parecen no
haber llegado al común de los peruanos, quienes siguen creyendo que el hombre de río
Santa o Guitarrero II es “el primer horticultor andino”.
Fotografía del arqueólogo Tom Dillehay que en el año 2007 diera a conocer al mundo
académico al hombre de Nanchoc, reconocido en la actualidad como "el primer horticultor
del Perú y América".

En el año 2007, y tras una serie de estudios y recolección de datos iniciados en 1977 en el
norte de nuestro país, el arqueólogo y antropólogo norteamericano Tom Dillehay, profesor
de antropología de la Universidad de Vanderbilt dio a conocer a la comunidad científica el
descubrimiento del hombre de Nanchoc, que colocaba nuevamente a los Andes peruanos
como uno de los centros originarios de la agricultura en el Mundo, al lado de América
Central (Mesoamérica), el Oriente Medio ( en el arco que forman Siria, Turquía, Israel e
Irak), algunas zonas de África, sur de la India, Nueva Guinea y China.
En Nanchoc, ubicado en el valle del Alto Zaña, a unos 500 msnm, en la provincia de San
Miguel, departamento de Cajamarca, Tom Dillehay encontró los restos de una calabaza
pequeña (denominada “moschata” o “zapallo loche”) con una antigüedad de 7290 años
a.C., también evidencias de maní de 5890 a.C., quinoa de 6050 a.C., y fibras de algodón
que datan de hace 3500 a. C. (casi al mismo tiempo que los egipcios empezaron a
utilizarlo). El renombrado arqueólogo alemán Peter Kaulicke respaldó el hallazgo,
confirmando la datación, pues como él afirma:”no se trata de una sola planta, sino de varias
y en diferentes sitios con una buena cantidad de fechados que son consistentes”. El hallazgo
en la zona de 39 dientes humanos pertenecientes a seis u ocho individuos de hace 7050 a.
C. le permitió a la doctora Dolores Piperno, científica del Smithsonian Tropical Research y
parte del equipo multidisciplinario de Dillehay, confirmar que los hombres de Nanchoc no
sólo eran sofisticados agricultores, sino que sabían alimentarse muy bien, pues la mayoría
de los dientes tenían incrustados placas con restos de almidón, lo cual reveló que estos
pobladores ya cultivaban zapallos (calabazas), frijoles, maní y la fruta del árbol de pacae.
Además los hombres de Nanchoc, al parecer eran buenos cocineros porque las muestras
revelan que muchos de los cultivos habían sido cocinados antes de consumirse.

Cáscaras de maní ,restos de algodón y semillas de calabaza, halladas por Tom Dillehay en
Nanchoc (Cajamarca).Foto cortesía de Tom Dillehay.

Los datos aportados por los botánicos, otros hallazgos arqueológicos y un repaso actual de
la flora (plantas) en la zona, sugieren que los linajes específicos de los restos de planta
descubiertos no crecieron de manera natural en el área inmediata, al respecto Dillehay dice:
”las plantas que se encuentran en el norte del Perú no suelen crecer en la naturaleza en esa
zona” Por ello el grupo de investigadores al mando de Dillehay supone que dichas plantas
fueron domesticadas primero en otros lugares y luego llevadas a Nanchoc por comerciantes
u horticultores móviles. En el sitio arqueológico el equipo de Dillehay halló también restos
de otras plantas domesticadas como granos de un tipo de yuca, y otros frutos no
identificados, junto con primitivos fogones de asentamientos precerámicos, parcelas de
jardín, canales de irrigación, estructuras de almacenamiento y herramientas arcaicas
parecidas a los azadones. Es evidente que los hallazgos en Nanchoc indican que la
agricultura desempeño en la evolución cultural un papel crucial, más extenso de lo que se
creía, pues el uso de estas plantas domesticadas por la gente de Nanchoc sirvió según
Dillehay “como catalizador para los cambios culturales y sociales que condujeron a la
intensificación de la agricultura, el poder político institucionalizado y nuevas poblaciones
en la sierra andina y a lo largo de la costa entre 4000 y 5500 años atrás”.
Las flechas rojas señalan el lugar por donde pasaban los canales de irrigación encontrados
por Dillehay en Nanchoc.

Das könnte Ihnen auch gefallen