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3.

Definición de creencia
Dos aspectos de la disposición
El comportamiento de las personas puede considerarse como
hechos que explicar o como mensajes que comprender.
El comportamiento de los demás nos puede mostrar
situaciones de la realidad que debemos tomar en cuenta para
adecuar nuestra acción a la realidad: ¿qué quiere decir esto?
¿por qué lo hacemos?
Imaginemos que el automóvil de enfrente prende las
direccionales.
Es importante aprender a distinguir si el comportamiento del
otro es sobre un dato objetivo del mundo o subjetivo, si es a
sus creencias o a sus intereses, deseos, etc.
Así pues: el comportamiento de alguien puede deberse a una
situación afectiva o intención, o a la indicación de una
creencia.
“Aprender el mundo que es parte del sujeto (subjetivo) y el
mundo que es común a nosotros (objetivo)”
La creencia es el aspecto de la disposición que cualquiera
puede compartir. Si S cree que p, yo u otro sujeto cualquiera
puede también creer que p, porque p puede ser un hecho del
mundo común a todos y no solo a S.
Dado que creemos únicamente lo que consideramos
verdadero. Podría serlo, por lo tanto también me interesa a mí
conocerlo.
Mientras la creencia sería la disposición determinada por
hechos tal como son aprehendidos por un sujeto, el
conocimiento sería la disposición determinada por hechos tal
como son en realidad.
¿Por qué nos interesa distinguir creencia de actitud? Porque el
primero pretende darnos una visión objetiva del mundo.
Representación y creencia
¿Cuál es la diferencia entre lo representado y lo creído?
La diferencia está en que la creencia me mueve a estar
dispuesto a cierto comportamiento por el objeto aprehendido,
cuando menos como una posibilidad. La representación no
tiene ese efecto, puede ocurrir en nuestra mente, pero no tiene
ningún efecto disposicional.
La simple representación del objeto no es pues razón
suficiente, pero sí condición necesaria de la creencia. Para
creer en algo es necesario que de algún modo hayamos
aprehendida el objeto o situación objetiva creídos, pudo llegar
como una percepción, imaginación o memoria, puede
manifestarse como imágenes perceptuales, fantaseadas,
mnémicas, el significado de la oración.
Puede ser inmediata o mediata (una inferencia)
Incluso las creencias inconscientes provienen de alguna
aprehensión anterior.
No todas las creencias proferidas son creencias creídas: Creo
que creo que p, aunque realmente creo que no p.
Debemos distinguir entre estímulo y creencia.
En suma, condición necesaria de la creencia en p es que p haya
sido aprehendida en algún momento, pero no que p esté
presente, ni que ocurra en el momento en que se manifiesta la
creencia.
Determinación de la creencia por el objeto:
¿Cómo determina entonces la creencia?
1. El objeto sería una condición causal de la creencia.
- no podemos separar la causa del efecto. Y no podemos
distinguir la creencia con la disposición de la creencia.
- ¿Cómo es posible que algunos objetos inexistentes causen
creencias?
Luego, la determinación de la creencia por su objeto no es una
relación causal, porque la una no puede concebirse sin la otra.
- Entonces el objeto de la creencia es el contenido de la
disposición que da ciertas pautas de comportamiento.
- El objeto de la creencia determina en cada circunstancia
particular, el ámbito de respuestas posibles. Así, creer
que p no es tener un estado de disposición y además un
objeto de creencia. Creer que p es tener el estado de
disposición determinado por p.
Distinción entre creencia, actitud e intención.
“Creo que es placentero” “o creo que será provechoso”.
¿Cómo distinguir el aspecto afectivo (actitud e intención) de
lo cognitivo (la creencia)?
La creencia: disposición determinada por el objeto al que se
refiere. Actitud: dinamismo específico en favor o en contra
del objeto.
La actitud agrega a la creencia una pulsión o tendencia.
Así, "S tiene una actitud afectiva favorable hacia p" implica
necesariamente "S cree que p" y "p satisface una necesidad de
S".
La intención es el resultado de un querer un objeto o acción
posible y de una creencia.
En el análisis de Donald Davidson (1965), la intención podría
caracterizarse por dos notas: "a] tener una actitud favorable
(proattitude) hacia acciones de cierta especie y b] creer (o
saber, percibir, percatarse, recordar) que su acción es de esa
especie".
Creencia: parte cognitiva ------------------------------ puede ser
colectiva
Actitud: parte afectiva ------------------------------ es individual
Intención: parte connativa (el objetivo, lo que se busca) ------
----------- es individual, pueden querer lo mismo pero de
diferentes maneras.
Propuestas de definición:
S cree que p si y sólo si:
1] S está en un estado adquirido x de disposición a responder
de determinada manera ante variadas circunstancias;
2] p ha sido aprehendida por S;
3] p determina x.
Creencia = un estado disposicional adquirido, que causa un
conjunto coherente de respuestas y que está determinado por
un objeto o situación objetiva aprehendidos.

1. Adquirido: no es instintivo ni de carácter.


2. Aprehendido: existe un objeto del que se obtuvo, por lo
tanto se puede comunicar a alguien más.
3) Limita acciones del sujeto
Capítulo 4. Razones para creer
¿Por qué S cree que P?
- Cómo llegó S a creer P (antecedentes) (biografía)
- Los motivos que llevaron a aceptar S (psicología)
- Las razones (cómo justifica S que P)
El ejemplo de Platón.
¿Creer es un asunto de voluntad (de motivos) o un asunto
de entendimiento (razones)?
Razones justificación
Así, podemos ver la función de las razones bajo otro enfoque.
Si la creencia dispone a un sujeto a actuar de determinada
manera ante el mundo, "razones" son las ligas que le aseguran
al sujeto que su acción está determinada por la realidad y se
orienta por ella; las "razones" le garantizan al sujeto el acierto
de su acción en el mundo.
Entenderemos por "razón" todo aquello que justifica para un
sujeto la verdad o la probabilidad de su creencia, el
fundamento en que basa una creencia, juzguémoslo "racional"
o no, con criterios lógicos. El concepto de razón está pues
ligado al de justificación.
Justificar una creencia significa ligarla (o intentar hacerlo) con
la verdad.
Justificar una creencia es aceptar razones para ella, adoptar,
por ejemplo, otra creencia que hace verdadera la primera.
Justificar es realizar una operación mental por la que
inferimos una proposición de otra proposición o de la
aprehensión directa de un estímulo y, al hacerlo, damos razón
de una creencia. Supone pues una actividad reflexiva; no
puede aplicarse a las creencias inconscientes del sujeto. De
hecho, de las creencias inconscientes no damos razones; basta
en cambio que se vuelvan reflexivas para que tengamos que
encontrarles fundamento.
Hay creencias sin justificación
Lo inmediato, lo cotidiano.
Razones implícitas
Razones explícitas: cuando reflexionamos por qué
tenemos una creencia.
Razones implícitas: aquellas razones posibles que
podríamos dar en caso de reflexionar una creencia.
Primero. Podemos aducir como razones implícitas de una
creencia espontánea los procesos causales que la originaron.
Segundo. Razones implícitas pueden ser también las que
tuvimos presentes cuando adquirimos una creencia y que nos
hicieron adoptarla, pero que hemos olvidado.
Tercero. Las razones implícitas pueden ser también ciertos
principios generales, supuestos en todo nuestro sistema de
creencias, que aceptamos confusamente y que sólo tratamos
de aclararnos cuando ponemos en duda esas creencias.
Razones básicas
Las razones que damos para justificar una creencia son otras
creencias, pero en algún momento debemos parar ese regreso.
Ahí tendremos razones básicas que pueden ser de dos tipos:
1] creencias que pueden tener razones implícitas pero que, de
hecho, no se ponen en cuestión; 2] razones que no son ya
creencias.
¿Por qué suceden la #1? Por cuestiones prácticas, decidimos
ya no indagar.
Las #2 son cosas que constato evidentemente por medio de los
sentidos, se me hacen presentes. Son estímulos de la realidad.
Otros de #2 son axiomas.
Justificación: ¿explicación causal o lógica?
l. La explicación por razones suministra una explicación
causal suficiente de la existencia de una creencia. La
justificación puede interpretarse como una relación causal
entre creencias. Las razones pueden ser causas de las
creencias.
2. Sin embargo, la conexión entre proposiciones no puede ser
causal sino lógica. La justificación puede interpretarse como
una relación lógica entre los objetos proposicionales de las
creencias. Las razones tienen como objeto antecedentes
lógico de los objetos proposicionales de las creencias que
explican.
La suficiencia de las razones y la deliberación.
¿Cuándo las razones son suficientes para creer?
Las creencias pueden ir en grados, desde la certeza hasta la
presunción.
Que las razones de S sean suficientes para creer que p
significa dos cosas: l] que bastan para causar en S el estado
interno de creencia en p; 2] que bastan para que S tenga a "p"
por verdadera o por probable (según el grado de creencia),
esto es, bastan para garantizarle a S la verdad (o probabilidad)
de "p".
Razones implícitas de una creencia son entonces las causas de
una creencia irreflexiva que, al reflexionar sobre ella, se
aducen como razones para creer.
Tres aspectos de la deliberación para aceptar una creencia:
1. Aducir razones a favor o en contra de una creencia. Las
razones son suficientes para el sujeto cuando considera que de
ellas puede inferir su creencia. Es decir, que el sujeto las
considere concluyentes.
2. Considerar las razones aducidas, en relación con otras
creencias previamente aceptadas por el sujeto. Es decir,
buscar coherencia con nuestro sistema de creencias.
3. Para que las razones sean suficientes para creer, se requiere
que el sujeto considere las que dispone, completas para inferir
de ellas, con mayor o menor probabilidad, su creencia.
Justificación e inferencia
En suma, S justifica la creencia en q por la creencia en p, o
bien la creencia en p es razón suficiente, para S, de la creencia
en q, si y sólo si:
l] La creencia en p causa en S la creencia en q, o 2] S infiere
"q'' de "P"·
Dos posibles contraejemplos:
Como nota bien Harman, hay que distinguir entre las razones
que llevan a adoptar una creencia y las razones que aducimos
para justificar una creencia previamente adoptada. ES decir,
que algo cause nuestra creencia, no es, muchas veces, la razón
que la justifica.
El ejemplo del abogado y las cartas
En resumen, la justificación puede ser causa de una creencia
en tres sentidos: 1] Si el proceso de justificación es anterior o
simultáneo a la adopción de la creencia, será causa de su
adopción. 2] Si el proceso de justificación es posterior a la
adopción de la creencia, podrá ser causa del mantenimiento
de la creencia y del rechazo de las dudas posibles
(confirmación de la creencia). O bien S] podrá ser causa de
otra creencia relativa al mismo hecho creído pero con un
grado de probabilidad distinta (paso de una creencia débil a
una más probable o cierta, o viceversa).
Capítulo 5.
Motivos para creer
Motivo:
Buscar alguna satisfacción, tener un impulso o una intención.
En un sentido general, por "motivo" se entiende todo aquello
que mueve o induce a una persona a actuar de cierta manera
para lograr un fin. Preguntar por el motivo de una acción es
equivalente a preguntar por el "para qué" de la misma, por lo
que se busca con ella.
Debemos distinguir entre los motivos confesados y los
motivos ocultos.
¿Cómo puede un querer o un deseo explicar una acción?
Desde Aristóteles se propone el siguiente esquema: Dadas: I]
la volición o deseo de Y que tiene S y 2] la creencia de S de
que x conduce a Y (o de que x es del tipo Y), entonces: 3] S
tiende a hacer x.
¿Cuándo me pregunto por los motivos para creer y no por las
razones? Cuando las razones para creer en X no son
suficientes, entonces me preguntaré por los motivos.
Únicamente un tercero se da cuenta cuando los demás no
tienen razones, sino que tienen motivos. Incluso con las
creencias colectivas.
Motivos y razones.
Nadie cree porque sí, sino porque da por válidas las razones
que muchos no tomaríamos como tales.
No cabe pues preguntar "¿por qué crees sin razón?", sino
"¿por qué das por suficiente esa razón?"
A veces los motivos nos mueven a encontrar razones que otros
nos ven.
(El ejemplo del abogado y su amada)
Los motivos explican por qué creemos en esas razones.
Pero "interés" es un término vago. Podemos intentar definirlo,
con Gordon Allport (1935, p. 808), como "un tipo especial de
actitudes duraderas que se refieren regularmente a una clase
de objetos más que a un objeto".
La ideología se critica mostrando los intereses que le
convienen al ideólogo, no sus razones.
La astucia de la voluntad y la suficiencia de las razones
En ambos casos, porque deseo que la creencia en q esté
justificada, encuentro las premisas p de las que pueda inferirse
q. Mi deseo explica por qué adopto las razones p como
suficientes para q.
Es frecuente también el caso contrario. Siguiendo la fuerza de
un argumento, infiero q de las premisas p, pero la creencia en
q me provoca tal angustia que prefiero suspender el juicio
antes que aceptarla.
La disonancia nos busca tener coherencia entre nuestras
creencias. Por eso rechazamos muchas de las razones que nos
dan para no creer o creer en algo.
La voluntad puede interferir en la deliberación en tres formas
distintas:
Primero. Puede aducir o recusar razones.
Segundo. La voluntad refiere también las razones a la
totalidad de las creencias.
Tercero. Influidos por nuestro querer, podemos también
decidir acelerar, retardar o interrumpir el proceso de
deliberación.
El esquema explicativo puede ser el siguiente:
I] S quiere (desea) que la creencia C esté justificada,
2] S cree que determinado proceso de deliberación D conduce
a la justificación de e,
S] S procura que se dé D,
4] D conduce a una justificación de C suficiente para S,
5] S cree C.
Los grados de asentimiento y la certeza
De certeza a presunción o conjetura.
Dependerá de los grados de asentimiento según Locke:
intensidad con la que la creemos
¿Cuál es el problema con esta definición?
Locke confunde convicción con certeza.
La convicción depende de la importancia de la creencia, la
certeza depende de su probabilidad.
No está en nuestro poder tener más o menos certeza. Lo que
está en nuestro poder es encontrar o rechazar razones,
contraponer unas a otras, inferir de una proposición una
probabilidad determinada, detener o proseguir el proceso de
razonamiento, dejar de preguntar por las razones implícitas en
que se basa una creencia.
Convicciones
Tiene que ver con el aspecto de la seguridad y el compromiso
que tenemos con ellas. Entre mayor convicción, mayor
tendencia a actuar de acuerda a ellas y encontrar razones para
justificarlas, nos cuesta trabajo desecharlas.
Pero la convicción no es propiamente la emoción. Será, más
bien, una creencia tal que, por estar motivada por un deseo
profundo, se caracteriza por.: 1] la prontitud y energía con que
la disposición a actuar da lugar a la acción; 2] la decisión con
que se sostiene el proceso de deliberación que justifica la
creencia. Si los grados de certeza dependen de los grados de
probabilidad de nuestras inferencias, los grados de convicción
corresponden a la fuerza mayor o menor de nuestros deseos.
Pensamiento por deseo. Ideología.
Los motivos pueden obnubilar las razones para creer.
Las tres formas de explicar una creencia.
Razones, motivos y antecedentes.
Las razones nos ayudan a justificar una creencia. Los motivas
explican po rqué alguien da por suficientes a esas razones. Y
los antecedentes explican cómo llegó una persona a creer algo.

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