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“Los límites de mi lenguaje, son los limites de mi mente”.

Buenas noches compañeros toastmasters e invitados especiales.

Levantemos la mano quienes en esta sala hemos usado un celular, mantengamosla arriba quienes
conocemos su mecanismo interno. Levantemos la mano quienes hemos visto el sol salir en la
manaña y ocultarse por la noche, manténganla arriba quienes saben como fue que se formó si
bajaste la mano en alguna de estas preguntas, es normal, y es porque:

Actualmente vivimos con prisas, y es dificil prestar atención a las cosas de siempre, a las que están
ahí, a las que están tan arraigadas que ya ni las analizamos y no despiertan nuestro interés. Vemos
pero no observamos los detalles, hablamos pero no escuchamos, no analizamos, vamos por la
calle sin prestar atención al paisaje, a las cosas cotidianas.

Todos los miércoles nos vestimos para asistir a toastmasters, venimos con el fin de ser mejores
comunicadores, a ser grandes lideres, a presentar proyectos, a hacer retórica, a homenajear al
lenguaje, pero, nos hemos detenido alguna vez a preguntarnos ¿Cómo se originó el lenguaje
humano?, Será acaso dos cavernícolas estaban sentados alrededor de una fogata, admirando el
fuego, cuando de repente uno le dice al otro – Oye, ¿y si inventamos el lenguaje? – no, no lo creo.
Entonces, ¿cómo dio origen el lenguaje humano? Penosamente, nadie lo sabe.

Lo interesante aquí es que a pesar de no existir una respuesta contundente, el origen del lenguaje
es una de las tesis que mas han preocupado al ser humano, y se ha tratado de resolver desde
tiempos antiguos. Llegados este punto es lógico preguntarnos, ¿Qué finalidad tiene la búsqueda del
origen del lenguaje? ¿Para que me sirve a mí, conocerlo?. Para dilucidar esto, el filosofo y lingüista
Lucrecio, ¿No es el lenguaje la barrera entre el hombre y la bestia? Analizarlo, penetrar el
mecanismo de su nacimiento y de su estructura, ¿No es equivalente a adquirir una conciencia más
clara de uno mismo?.

Impulsados por este sentimiento, a lo largo de la historia han surgido una gran cantidad de hipótesis
y teorias con la finalidad de explicar el origen del lenguaje, como la biblia, que relata que Dios le
encomendó a Adan, el primer hombre, nombrar a todas las cosas. O la mitología nordica, que afirma
que los dos hijos de Odín, el padre de todo, forjaron al hombre a partir de madera del árbol de la
sabiduría, y le otorgaron espíritu, corazón y el lenguaje.

Desplazandonos hacia el otro extremo, las ciencias exactas, el Darwinismo ofrece también su
versión, sostiene que el lenguaje fue inicialmente con movimientos corporales, para expresar
principalmente sentimientos y emociones, evolucionó a sonidos primitivos, imitativos de los sonidos
de la naturaleza, correlacionando a los objetos con sus sonidos distintivos, de manera análoga en la
que un niño nombra chuchu al tren, guau guau al perro o miau al gato. Posteriormente se hizo mas
complejo, cuando el hombre se vio en la necesidad de transmitir y expresar sus ideas.

Se cree que la asignación de los nombres de las cosas no fue aleatoria, y que el nombre guarda una
relación con los objetos mismos. Para explicar esto el psicólogo Wolfgang Köhler en el año 1930
planteó el experimento Kiki/bouba. La dinámica es la siguiente: Consiste en mostar a un público las
siguientes imágenes, [presentar las imágenes], y pedirles que asignen, sin decirlo a sus compañeros,
uno de los siguientes nombres, “Kiki y “bouba”. Y en el 95 % de los casos, se nombró a la forma
redondeada “bouba”, y “Kiki” a la forma puntiaguda. Sugiriendo que el cerebro humano extrae de
alguna manera propiedades abstractas de las formas y los sonidos.

No cabe duda que el lenguaje es un fenómeno complejo, bello e importante, sin embargo es tan
cotidiano, esta tan arraigado que ya no le prestamos atención a lo que decimos, afortunamente,
existe toasmaster, que nos ayuda a ser consciente de nuestro lenguaje, de nuestras áreas de
oportunidad, en fin, a cuidar lo que decimos. De la misma manera los invito a preguntarse, para que
me sirve a mi, conocer el origen del lenguaje?
Kiki
Bouba

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