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Primaria
3 diciembre, 2014
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Pero a los dioses antiguos no les gustaba que ese enemigo ganara
terreno, ellos querían sacrificios humanos por eso hicieron un plan para
acabar con Quetzalcoátl:
-Vengo de Nonoalco.
-¿Cómo es posible que me vean los toltecas con clama? ¡Deberían huir
de mí! mi figura es espantosa.
Un día, el rey paseaba por sus jardines cuando sus monteros mataron un
extraño animal: un conejo con cuernos de venado.
Nadie sabía cómo se podrían salvar con una gota de leche, pero tenían
fe en su dios y lo obedecieron. Esperaron tres días y se llegó el día de la
batalla. El sacerdote notó que del vaso sagrado brotaba un licor
espumoso y que el dios había dejado flechas sobre el altar.
Esta noticia maravillosa levantó el ánimo de los guerreros que salieron a
la batalla con valor. El sacerdote llevó el vaso sagrado y las flechas al
campo de batalla: las flechas sagradas se levantaron solas y le
provocaron la muerte a los enemigos.
4.- Aztlán
Las leyendas cuentan que allá por el norte había un lago de gran
hermosura y en él una isla en la que se levantaba un cerro de pico
retorcido. Ese país se llamaba Aztlán, que significa lugar de garzas, y ahí
habitaban los aztecas.
Había un ojo de agua hermosísimo con una sabina blanca muy hermosa.
Todos los sauces eran blancos y todas las cañas y espadañas también,
del agua salieron ranas blancas y vistosas. Huichzilopochtli les dijo que
ese era el lugar elegido en donde encontrarían, a la mañana siguiente,
una hermosa águila sobre un tunal, ese lugar sería llamado Tenuchtitlán.
Cuando Tzutzuma supo que lo buscaban unos soldados supo que estaba
perdido, pero le dijo a su criado que le dijera a los tres jefes que podían
pasar a verlo. Cuando los tres jefes entraron se encontraron con un
águila colosal que estaba posada en el respaldo del sillón, salieron muy
enojados, pero el criado aseguró que su señor estaba en la sala.
Volvieron a entrar y se encontraron con un tigre corpulento que mostraba
sus grandes colmillos.