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1. Teoría de la Comunicación Humana

Dra. María Esperanza Herrejón Campos. Dra. en Psico-


terapias Existenciales Fundadora del Instituto Desafio
A.C. Celaya, Asesora en Desarrollo Humano en Educa-
ción. Psicoterapeuta.
Teoría de la Comunicación de Paul Watzlawick.


61
PARA EL OBJETIVO de esta materia, definiremos a la comunicación
como un proceso interaccional sostenido por dos o más personas,
en el cual los participantes están emitiendo constantemente men-
sajes que los afectan mutuamente.
t
Con el concepto de comunicación no sólo nos referimos al nivel
verbal, sino que incluimos el contexto en el que se está dando, así
como los canales mediante los cuales enviamos mensajes, lo que
nos permite establecer como sinónimos el concepto de mensaje y l;
el de conducta. L
Si toda conducta envía mensajes y no existe la no conducta, po- 0
dremos concluir que la comunicación entre los seres humanos no
sólo tiene lugar cuando es intencionada, consciente y eficaz, sino ni
que nos estamos comunicando constantemente con nuestros seme-
jantes, incluso a pesar nuestro. Por ejemplo, utilizamos el silencio
con el significado de "no quiero tener relación contigo", ante lo cual
el otro puede tomar un sin número de actitudes, que son mensajes
que afectan tanto la conducta propia como la del otro. Podemos
decir entonces que el ser humano desde que empieza a existir hasta
su "muerte" está ininterrumpidamente enviando mensajes (ya que
no puede dejar de emitir conductas) y, por tanto, está entrando
constantemente en procesos comunicacionales (por vivir inmerso
en una sociedad), donde dichos mensajes son considerados como
estímulos o respuestas.
Si toda conducta envía un mensaje, esto nos permite plantear a
la comunicación como un conjunto fluido y multifacético de mu-
chos modos conductuales (verbales, tonales, posturales y corpora-
les). Los individuos no se comunican, son "comunicación" al for-
mar parte integral del proceso. Es ésta la diferencia básica con el
modelo tradicional de "acción-reacción" en cadena, que afirma que
la persona sólo reacciona frente a la conducta del otro, sin com-
prender que a su vez sus conductas influyen sobre sí misma y sobre
el otro o los otros a través de sus propias reacciones.
La comunicación es por tanto un intercambio de información y
por ello es un sistema que se retroalimenta dinámicamente.
En la comunicación humana nunca hay un mensaje único y
simple; implica siempre y necesariamente, una multiplicidad de
mensajes emitidos a diferentes niveles en forma simultánea. Tales
mensajes pueden transmitirse por diversos canales como palabras,
tono y expresiones faciales, o mediante una variedad de significa-
dos y referencias en relación con sus contextos posibles.
Las características formales de cualquier mensaje transmitido de
una persona a otra pueden ser descompuestas en cuatro elementos
básicos, los cuales le permiten definir su relación con otro(s).
R
O
Yo digo algo ^ a usted en esta situación

Cuando la totalidad de los mensajes enviados por uno de los par-


ticipantes armoniza, se puede decir que hay congruencia entre sus
elementos, pero éstos pueden ser altamente incongruentes y ejercer
entonces una pugna entre sí. Ello permite al participante no tener
que definir su relación y negar cualquiera de los elementos del men-
saje con otro mensaje emitido simultánea o posteriormente, ya sea
por el mismo canal o por otro distinto. Por ejemplo un individuo
puede:

se Negar que él se está comunicando.


& Negar que se comunicó algo.
S3 Negar que ese algo fue comunicado a la otra persona(s).
83 Negar el contexto dentro del cual fue comunicado.
(ironía, humor).

Otro factor a considerar en la recepción de mensajes, es que con


frecuencia se toman en su totalidad, no se subdividen en partes:
vos QUE VA HICISTE
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-SÍ5

AXIOMA I

Toda conducta es un equivalente de mensaje y así nos damos


cuenta de la imposibilidad de dejar de comunicarnos, debido a
que:

83 La conducta siempre tiene un valor de mensaje.


8 No se puede dejar de emitir conductas ya que no existe la no-
conducta (la palabra o el silencio siempre tienen un valor de
mensaje)
88 Todo mensaje emitido en una interacción, influye en los demás,
quienes a su vez no pueden dejar de responder y así se establece
siempre una comunicación (interacción) aún a pesar de los mis-
mos comunicantes.

"Es imposible no comunicarse"

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MiTACHÍ
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M'.MaTA i
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AXIOMA II

Si la comunicación tuviera lugar en un solo nivel (canal verbal


por ejemplo), la elaboración o definición de una relación sería sim-
ple cuestión de presencia o ausencia de mensajes de este tipo y,
por ende, sería posible dejar de comunicarse; sin embargo los seres
humanos no solo se comunican, sino que expresan algo sobre dicho
proceso, por ello no solamente dicen algo, sino que también califi-
can o rotulan lo que dicen.
Al comunicarnos, emitimos simultáneamente dos tipos de in-
formación; uno referencia! y el otro connotativo, donde el primero
transmite "datos" y el segundo "el cómo" debe de entenderse dicha
comunicación.
Si en el proceso comunicacional, enviamos simultáneamente
una información (datos), e información acerca de esa información
F (instrucciones de cómo se deben de interpretar los datos), podemos
A
R
concluir entonces que la información constituye una metacomuni-
O
cación.
Para puntualizar podría afirmarse que la información referencial
puede ser evaluada en términos de verdad o falsedad y ser analiza-
da con lógica, por ejemplo al decir: "está llorando", mientras que
la información connotativa es aquella que hace que toda comuni-
cación implique un compromiso entre las personas ya que no se
pueden evitar comentarios, implícitos o explícitos sobre la relación
misma. Cada mensaje la define implícitamente debido a que expre-
sa la idea de: "este mensaje debe ser interpretado así porque es el
tipo de relación donde esta clase de mensaje puede emitirse" y por
ello, también pone a prueba la aceptación por parte del otro.
Tanto quien emite el mensaje, como quien lo recibe, califica los
mensajes. El que recibe -mensajes de otra persona- en un determi-
nado momento, tiende a juzgarlos como sinceros o falsos, bromistas
o serios y observa si el otro confirma lo que dice, por medio de clari-
ficaciones congruentes, es decir que no se contradigan entre sí.
AXIOMA II

Si la comunicación tuviera lugar en un solo nivel (canal verbal


por ejemplo), la elaboración o definición de una relación sería sim-
ple cuestión de presencia o ausencia de mensajes de este tipo y,
por ende, sería posible dejar de comunicarse; sin embargo los seres
humanos no solo se comunican, sino que expresan algo sobre dicho
proceso, por ello no solamente dicen algo, sino que también califi-
64 can o rotulan lo que dicen.
Al comunicarnos, emitimos simultáneamente dos tipos de in-

T formación; uno referencial y el otro connotativo, donde el primero


transmite "datos" y el segundo "el cómo" debe de entenderse dicha
comunicación.
Si en el proceso comunicacional, enviamos simultáneamente
una información (datos), e información acerca de esa información
(instrucciones de cómo se deben de interpretar los datos), podemos
A
R
concluir entonces que la información constituye una metacomuni-
O
cación.
Para puntualizar podría afirmarse que la información referencial
puede ser evaluada en términos de verdad o falsedad y ser analiza-
da con lógica, por ejemplo al decir: "está llorando", mientras que
la información connotativa es aquella que hace que toda comuni-
cación implique un compromiso entre las personas ya que no se
pueden evitar comentarios, implícitos o explícitos sobre la relación
misma. Cada mensaje la define implícitamente debido a que expre-
sa la idea de: "este mensaje debe ser interpretado así porque es el
tipo de relación donde esta clase de mensaje puede emitirse" y por
ello, también pone a prueba la aceptación por parte del otro.
Tanto quien emite el mensaje, como quien lo recibe, califica los
mensajes. El que recibe -mensajes de otra persona- en un determi-
nado momento, tiende a juzgarlos como sinceros o falsos, bromistas
o serios y observa si el otro confirma lo que dice, por medio de clari-
ficaciones congruentes, es decir que no se contradigan entre sí.
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Problemas entre el nivel referencial y de contenido


En el mejor de los casos, los participantes concuerdan con res-
pecto al contenido de sus comunicaciones y en la definición de la
relación.
8 En el peor de los casos, se encuentra la situación inversa.
Hay estados intermedios. De aquí se desprende el segundo axio-
ma de la comunicación:

'Toda comunicación tiene un aspecto de contenido (referen-


cial) y un aspecto relaciona! (connotativo), tales que el segundo
clasifica al primero y por ende es una metacomunicación"

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AXIOMA III

Nadie puede dejar de verse involucrado en la lucha por definir


la relación que entable con otro ser. Si una persona habla, inevita-
blemente indica qué tipo de relación ha establecido con otra perso-
na; así por ejemplo: un sujeto "A", puede hacer una maniobra para
colocarse en una posición de "inferioridad" para hacer que "B" se
ocupe de ella. De esta forma "B" parece tener el control, pero en
lo concerniente a "A", es éste el que determina la naturaleza de la
relación.
El intento formal de conceptualizar más los patrones de comuni-
cación, ha conducido a los estudiosos a encontrar dos valiosos con-
ceptos de interacción: simetría y complementariedad. Estos fueron
introducidos originalmente por Gregory Bateson en 1936.

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Por la simetría, dos personas se comportan como si tuvieran
igual estatus; cada una de ellas tiene derecho a iniciar la acción,
criticar a la otra, dar consejos, tal es el caso por ejemplo de un par
de adolescentes.
En una relación simétrica siempre existe el peligro de la compe-
tencia que puede ser desarrollada en casos de rivalidad y otro estilo
puede ser la escalada simétrica, por ejemplo si Pedro se siente esti-
mulado a hacer algo, porque Jorge ha hecho lo mismo y Jorge sigue
66 haciéndolo porque Pedro también lo hizo...

?
K
En la relación complementaria las dos personas se sitúan en di-
ferente estatus o nivel, en el sentido de que una de ellas parece estar
en una posición superior, lo cual significa que es quien "inició" la
1 acción y el otro parece simplemente seguir o continuar la acción.
Jay Haley distingue las dos posiciones en la conducta comple-
mentaria como:
R
& Uno-arriba. el cual controla.
8 Uno-abajo quien acepta y se sitúa como quien debe ser cui-
dado.

De esta forma, dos individuos se integran, o se complementan


el uno al otro, tal es el caso de la relación maestro-alumno, madre-
hijo entre otras. Estas categorías en sí no son ni buenas, ni malas,
normales o anormales, sino que son conceptos que se refieren sim-
plemente a dos categorías básicas, en las que se pueden dividir todos
los intercambios comunicacionales.
La hipótesis que subyace es que la naturaleza de la comunicación
humana, exige que los participantes en ella, se planteen las siguien-
tes preguntas mutuamente:
& ¿Qué mensaje o tipo de conducta han de tener en la relación?
83 ¿Quién ha de controlar lo que ocurrirá en el curso de la rela-
ción? para ir también controlando la definición de ésta.

Cuando una persona transmite un mensaje a otra, está implícita o


explícitamente definiendo la relación, por lo que cada mensaje puede
considerarse como una maniobra para definir, confirmar o redefinir
OP
O;

dicha relación, es decir, a la otra persona se le plantea el problema de


aceptar o rechazar el tipo de relación que se le propone y:
& Puede tomar el mensaje como tal, con lo cual acepta la defini-
ción del otro.
SS Lo contradice por medio de una maniobra que lo define de
diferente manera.
83 Puede también aceptar la maniobra de la otra persona, pero
calificar su aceptación con un mensaje que indique que está de-
jando que el otro se salga con la suya mediante dicha maniobra,
se De la manera en que estas alternativas se combinen, se irán
estableciendo los patrones de relación.

"Todos los intercambios comunicacionales son


simétricos o complementarios, según estén
basados en la igualdad o en la diferencia.

AXIOMA IV

Las pautas de comunicación constituyen una cadena de eslabo-


nes ejemplificados en el tradicional esquema de la tríada: estímulo-
respuesta-reforzador.
La puntuación es la función que realizan los participantes de una
interacción para organizar los hechos de conductas dadas en una
secuencia ininterrumpida de intercambios. Esta función es pro-
ducto de la necesidad que el hombre tiene de imponer patrones
en el transcurso de la comunicación para ponerles un orden a los
eventos, de tal manera que le sean familiares y previsibles, por lo
que resulta vital para la interacción en marcha.
Las discrepancias en la puntuación de la secuencia de hechos en
realidad tiene lugar en todos aquellos casos en que por lo menos
uno de los comunicantes no cuenta con la misma cantidad de in-
formación que el otro, pero no lo sabe, por lo que para solucionar
el problema, es necesario que se metacomuniquen. En este caso, el
problema radica en su incapacidad para metacomunicarse acerca
de su respectiva manera de pautar la interacción. Es la forma en
que uno puntúa llegando a pensar que el otro hace las cosas por
maldad o por locura.

''La naturaleza de una relación depende de la puntuación de


las secuencias de comunicación entre los comunicantes"

'¿UES HE DICHO ~~"~N


AÍ6UNA VEZ OtS

AXIOMA V

En la comunicación humana es posible referirse a los objetos en el


sentido más amplio del término, de dos formas totalmente distintas.
Mediante un símil tal como un dibujo, es decir una semejanza auto
explicativa y la otra mediante un nombre, es decir una palabra.
Estas dos formas distintas equivalen a dos mensajes diferentes
tanto en su semántica como en su sintaxis. Dentro de la primera
forma está todo el lenguaje no verbal que utilizamos al comunicar-
nos (gestos, tono de voz, mímica y otros) al cual denominaremos
U U -SsJ
00%/

Jn

lenguaje analógico; en la segunda, está todo el mensaje verbal y


escrito que utilizamos, al cual denominaremos lenguaje digital.
El primero o analógico, es muy importante en nuestra interac-
ción con otros seres humanos, para definir la naturaleza de nuestras
relaciones, de aquí el dicho: "un gesto dice más que mil palabras"
y además porque nos resulta más fácil proclamar una mentira ver-
balmente, pero muy difícil llevarla al campo analógico.
El segundo o digital se refiere a la relación entre la palabra y la
cosa nombrada que ha sido arbitrariamente establecida. Las pala-
bras son una convención semántica del idioma y son ordenadas de
acuerdo con una sintaxis lógica del lenguaje.
Watzlawick plantea que "así mismo, cabe suponer que el aspecto
relativo al contenido, se transmite en forma digital, mientras que el
aspecto relativo a la relación es de naturaleza predominantemente
analógica".

"Los seres humanos se comunican tanto digital como ana-


lógicamente; el lenguaje digital cuenta con una sintaxis ló-
gica, sumamente compleja y poderosa, pero carece de una
semántica adecuada al campo de la relación, mientras que el
lenguaje analógico, posee la semántica pero no sintaxis"

i LA, SOPA E.5


A LA NÍREZ
LO QUL E.U
COMUNISMO £& A

Bibliografía
& WATZLAWICK, PAUL. Teoría de la comunicación humana. Bar-
celona, Ed. Herder. 1991.
Dra. María Esperanza Herrejón Campos
Coordinadora

•¡4i coímopara educar &i éoM

Colaboradores: M.D.H. Guadalupe Vülafafía,Dra. Cecilia Alvarez, Dr. Juan Lafa


Dr. Luis Velaseo, Dr. Eduardo Garza, M. Ma. Elena Mancera y M.D.H. Gaby Fern.

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