La propaganda política como oportunidad para

desarrollar el pensamiento analítico y reflexivo sobre los

medios de comunicación.
Por Martín De la Ravanal, Magister ética social y Desarrollo humano. Departamento de
Ciencias Políticas - RR. II. UAH y profesor Colegio San Viator de Macul.

Todos sabemos que en los meses y semanas previos a una elección, el ambiente se
sobresatura de mensajes políticos, de propaganda política que invade tanto el espacio
público como privado. No es raro que en los jóvenes, sobre todo adolescentes, esta
exposición continua e intensa a la propaganda política genere muchas veces actitudes
de rechazo, confusión e inquietud.

Esta inquietud tiene su origen en varias cosas. Por una parte, en la consabida crisis
por la que atraviesa la política, tanto en Chile como en el mundo, que ha generado
reacciones de desafección y desmotivación ante la participación política
democrática. Por otra, está el hecho de que existe un gran desconocimiento de cómo
funciona la democracia y sus instituciones básicas en cada país, un asunto, si se
quiere llamarlo así, de educación cívica. Finalmente, hay que añadir un hecho
sociológico más profundo: la desorientación que produce la marea de imágenes e
informaciones que inundan los medios y redes de comunicación globales, y que
estimulan intensamente a los jóvenes a niveles cognitivos (opiniones, juicios, etc.)
afectivos (emociones) y éticos (problemas y posturas morales). Esta presencia de los
medios es tan fuerte que muchos han proclamado que las imágenes han reemplazado
a la misma realidad: la Matrix de datos infinitos se ha vuelto lo único real, y eso que
antes llamábamos “lo real” se ha convertido en algo sin significado ni sentido si no es a
partir de lo que los medios nos dicen.

Sin necesidad de ir tan lejos, podemos darnos cuenta perfectamente que el problema
es que éstas tupidas redes de información en las que se mueven los estudiantes no
promueven ni generan, por sí solas, un sujeto crítico y reflexivo ante la información
que se le presenta. Este sujeto es necesario, pues el conocimiento consiste en la
capacidad de distinguir (lo verdadero de lo falso, lo malo de lo bueno, lo justo de lo
injusto, etc.) y comunicar esa diferencia que se hace en la realidad, buscando
solidificar, ampliar y enriquecer junto a otros (lo que los filósofos llaman
intersubjetividad) nuestra perspectiva del mundo.

Es muy relevante entonces que la educación promueva pensadores críticos,

deliberantes, reflexivos….socráticos. La propaganda política puede constituir una
herramienta propicia para, a partir de ella, reflexionar sobre cómo afectan los medios
de comunicación nuestra capacidad para percibir, sentir u juzgar la sociedad. Para
enseñar significativamente a discernir, resulta muy útil partir de la realidad misma,
problematizarla, para luego intentar comprenderla mediante las herramientas de las
ciencias naturales, sociales y las humanidades, y finalmente producir un juicio y una
decisión sobre esa realidad previamente problematizada y comprendida. En este
ejercicio podemos cuestionar tanto el medio como el mensaje, tanto la forma como el
contenido, tanto los hechos como las interpretaciones de
los hechos, etc. Lo importante es que seamos capaces de
enseñar a “pensar” los medios y la propaganda política, a
reflexionar sobre el sentido y la diversidad del mundo
político, y que no caigamos en la adoctrinación política
o la indiferencia cívica (sin fundamentos o razones
explícitas).

Hay que recordar que la propaganda política es una

forma de discurso persuasivo, que busca convencer
apelando tanto a razones y argumentos como a
sentimientos y emociones en el auditorio. El objeto de
la propaganda política es generar un efecto en la
audiencia, la masa de electores, que implante una
preferencia en ellos hacia un candidato, su programa
político o la postura valórico – ideológica que sustenta.
Actualmente, el contenido de las campañas políticas se ha ido vaciando de elementos
ideológicos y se ha concentrado en el elemento emocional, simplificando el mensaje
político en eslóganes, frases, ideas e imágenes simples pero intensas desde el punto de
vista de las reacciones emocionales.

El valor educativo de la propaganda política pueden encontrarse en al menos tres ejes:

1) una reflexión sobre los medios: qué posibilidades y limitaciones ofrecen los
distintos recursos mediales (televisión, carteles, radio, internet, etc.) la forma en que
se ocupan en el espacio público, la forma en que los recibimos y participamos de ellos
2) una reflexión sobre la vida democrática: tomar conciencia y sensibilizar sobre la
diversidad de visiones y perspectivas políticas que existen fomentando el diálogo y
respeto entre esas posiciones 3) una reflexión sobre el conocimiento: sobre las
formas de considerar verdaderos o válidos ciertos juicios, el peso de lo emocional en
la formación de nuestros juicios, sobre la actividad de argumentación como forma de
respaldar creencias y el uso de falacias, sobre la actividad de interpretar y su relación
con la verdad.

A continuación proponemos algunas actividades basadas en las franjas electorales que

permitan desarrollar tanto la reflexión sobre los medios, como sobre la política y
sobre el conocer humano. En cada una hay métodos distintos que pueden ser
utilizados aislada o combinadamente.

SUGERENCIA 1: afinando el ojo con los medios.

Se trata de exhibir distintas franjas electorales y luego dividir a los estudiantes en

grupos de análisis. Lo importante no es enseñar un solo método sino ejercitar la
capacidad de describir fenómenos, analizarlos, e interpretarlos tratando de hacer
afirmaciones fundadas en hechos o en explicaciones demostrables a otros.

Luego de presentar las franjas electorales los estudiantes pueden avocarse a describir,
interpretar y analizar técnicamente.

DESCRIBIR consiste en señalar, enumerar, enlistar, clasificar los distintos objetos

relevantes para la franja (banderas, tipos de personas, símbolos, sonidos, colores, etc.)
El profesor puede guiar este proceso haciendo preguntas orientadoras como ¿Qué les
llamó la atención de la franja? ¿Qué cosas recuerdan haber visto? ¿Podrían relatar
ustedes en que consistió la franja?. Otra ayuda para esta etapa sería sugerirles que
indiquen qué perciben a través del sentido de la vista, el oído, y qué pasa con los otros
sentidos (tacto, gusto, olfato)

INTERPRETAR consiste en relacionar los objetos e imágenes descritas con

significados, ideas, creencias o valores reconocibles socialmente. El profesor puede
auxiliar en esta etapa haciendo preguntas como: ¿qué habrá querido decir tal palabra o
tal imagen? ¿Cuál es el mensaje que nos quiere dejar la campaña? ¿Qué ideas o
afirmaciones se hacen sobre nuestra sociedad? ¿Por qué se destacan esas ideas?

ANALIZAR TECNICAMENTE: se trata de desmenuzar la franja respecto de sus aspectos

de “forma”: planos en que se muestran las imágenes, movimientos de cámara, uso de
sonidos, la estructura de la historia y la manera de dar énfasis a palabras, emociones,
sentimientos, etc.

Las conclusiones de los grupos pueden hacerse mediante plenarios donde se

expongan al curso los análisis. Podemos incluso, comparar los distintos análisis entre
sí, desarrollar en conjunto con los estudiantes instrumentos e indicadores para
observar campañas, reflexionar sobre qué hace que una campaña política sea efectiva
y su importancia en la actividad política.
Actividad 2: Las razones del candidato.

Otro enfoque que podemos desarrollar es el de la argumentación. Las campañas,

como sabemos, se basan en argumentos que apelan tanto a hechos y razones lógicas
como a emociones. Podemos enseñar a los estudiantes a interrogarse por qué hemos
de creer o considerar verdadero lo que dice un candidato. Aristóteles indicaba que
habían tres formas de convencer 1) apelar al ETHOS o la autoridad “social” de alguien,
es decir aquello que lo hace digno de confianza, respeto y validez 2) apelar al
PATHOS, o a las emociones y sentimientos que provoquen reacciones intensas en el
auditorio 3) apelar al LOGOS o argumentos basados en hecho concretos, en
demostraciones probadas, en ejemplos reales, en evidencias científicas, etc. Siguiendo
este análisis, podemos llevar a los estudiantes a analizar los discursos argumentativos
y recursos emocionales que se despliegan en las franjas, relacionándolos con las
distintas orientaciones valóricas e ideológicas que existen en nuestra sociedad.
Otra línea de desarrollo pedagógico, que puede resultar útil para profesores de
lenguaje, es analizar los discursos desde la perspectiva del modelo de Toulmin es
decir, desde la propuesta del candidato (tesis) los hechos o evidencias que se
presentan para defender y apoyar la tesis (datos) las razones que da el candidato para
relacionar los hechos con su propuesta (garantía) y los respaldos u apoyos a los que
recurre para reforzar su postura (respaldo)

Actividad 3: el arcoíris democrático.

La pluralidad y diversidad de posturas morales y políticas es también un estupendo

objeto de análisis en las franjas políticas. Generalmente estas posturas caen bajo el
nombre de ideologías. Hay mucha discusión en torno a lo que son las ideologías, pero
las definiremos como opiniones generalizadas organizadas sistemáticamente en
torno a temas socialmente relevantes. Aquí podemos pedirle a los estudiantes que
analicen: 1) qué temas socialmente relevantes aparecen en la franja 2) qué postura
asume el candidato respecto a esos temas y cuál es su justificación 3) que finalidades y
objetivos persigue con su mensaje 4) a qué grupo de la sociedad pertenece y a quienes
pretende representar 5) que palabras elige para articular su postura 5) que elementos
ignora y oculta y por qué 6) a quienes se opone manifiesta o implícitamente 7) si todo
el mensaje está claro o si permite captar “intenciones” ocultas. Es importante que en
estos análisis se puedan contraponer puntos de vista entre los estudiantes, para tomar
conciencia de la actividad de interpretación que hay detrás del ejercicio.

Las actividades sugeridas pueden ser desarrolladas por estudiantes desde primero
medio a cuarto medio en asignaturas de lenguaje, historia y filosofía preferentemente.