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“LA APARICIÓN DE LA BIOÉTICA Y EL PORQUÉ DE LA MISMA”

La memoria del hombre es frágil, lo cual, lo hace repetir errores ya cometidos,

esta afirmación sirve como punto de referencia para dar a conocer la bioética y

para explicar la razón de su origen, caben resaltar los siguientes hechos:

En 1900 los científicos redescubren a Mendel y se prepara una confrontación

cuando Alemania busca consolidación en China, en 1901 Becquerel presenta un

fragmento de radio luminoso, en 1902 se logra la síntesis del ácido barbitúrico

mientras que en 1904 los hermanos Wright realizan el primer vuelo a motor,

estalla la guerra ruso-japonesa y se inicia el conflicto entre Francia y el Vaticano,

posteriormente se pone en evidencia la delicada relación que existe entre el

hombre y su ambiente con la devastación de San Francisco en 1906. En el 1910

Koch fallece tras descubrir el agente patógeno del carbunco, tuberculosis y

cólera, a la vez que Francia, Reino Unido y Rusia inauguran la protección para

especies en peligro y naufraga el Titanic en 1912, en 1914 estalla la I guerra

mundial y finaliza en 1918 con la firma del tratado de Versalles y la búsqueda de

emancipación de la mujer, mientras que en 1915 se da la aparición del gas cloro

paralelo a la construcción de una mano artificial con dedos móviles. Comenzando

la década de los 20, Hitler presenta el Partido Obrero Nacionalsocialista mientras

que en Italia nace el Partido Nacionalista Fascista donde Mussolini se convierte

en el II Duce en 1921, Einstein junto con Bohr reciben el premio Nobel de Física

en 1922, además en 1924 se usa gas para ejecutar a un prisionero con pena de

muerte, lo cual lleva a firmar el “Protocolo sobre la prohibición de emplear en

guerra gases asfixiantes, venenosos y armas bacteriológicas” en 1925, más

adelante en 1926 Goddard lanza al espacio el primer cohete, en 1928 Fleming

descubre la penicilina y al año siguiente se da la crisis de Wall Street conocida


como “jueves negro”. Siguiendo con los años 30, estos se inician con la “Marcha

de la Sal” de Gandhi al mismo tiempo que los nazis se convierten en la primera

fuerza político alemana y Hitler en canciller del Reich, en 1935 se excluyen a los

judíos de la participación política de Alemania, en 1949 Mao Tse-tung crea la

República Popular China, por último en 1939 inicia en toda Europa la II guerra

mundial. Los años 40 se caracterizan por, el ataque japonés de Pearl Harbor, la

aplicación de la “solución final” mediante la cual los nazis dieron fin a los campos

de concentración y el desarrollo de un método no quirúrgico de esterilizar

mujeres, en 1945 se da fin a la II guerra mundial y dos años más tarde se da la

promulgación de los Derechos Humanos. Por otro lado, los años 50 se abren con

la guerra de Corea y el ensayo de la bomba H, en 1957 la Unión Soviética

consigue colocar un satélite artificial en la órbita de la Tierra, el Sputnik I y lanza

al espacio a la perra Laika en el Sputnik II mientras que en 1959 Estados Unidos

lanza un satélite artificial donde viajan dos monos que son recuperados con éxito.

Al comienzo de la década de los 60 se introducen los plásticos junto con la

contaminación y la Guerra Fría.

En resumen, el siglo XX se caracteriza por conflictos continuos y avances

científicos, debido a esto, Schweitzer comienza a pensar que la ética debe

ampliar su ámbito de acción, pasar de estar centrada sólo en la relación entre

seres humanos a una donde se considera al Bios, dando a entender que el

hombre no es responsable sólo de sí mismo sino también de las especies y el

planeta que nos ocupa.

En la década de los 70 se dio un punto de ruptura gracias a Potter, que llevó al

conocimiento público lo que conocemos hoy como bioética, la cual se desarrollo

en Occidente hasta finales de los años 80 únicamente en las ciencias de la salud,


más adelante se comprendió la importancia de aplicarla a otros aspectos debido

a los problemas relacionados al medio ambiente y los adelantos científicos.

Potter, asimismo, se especializó en Cancerología, sin embargo debido a su

connotación peyorativa, negativa y fuerte se le conoce hoy en día como

Oncología; el paciente al escuchar el término cancerólogo, entendía

inmediatamente la gravedad de su situación lo cual causaba pánico y

preocupación, pero si se le reemplaza por oncólogo, la reacción es más calmada.

Cabe destacar que, gracias a la amplia difusión de conocimientos de medicina

por los medios de comunicación (TIC), cuando el paciente acude a la consulta

no es para que el médico le diga que tiene sino para que él mismo diga qué tiene

y qué es lo se le puede prescribir.

De manera que, se plantea que existen especialidades médicas que hacen al

médico más sensible que otras, no es lo mismo hablar de un oncólogo,

dolorólogo, paliativista, pediatra que hablar de un ortopedista. Esta situación,

lleva a Potter a plantear 3 grandes problemas en el ejercicio profesional, los

problemas relacionados al modelo de relación médico-paciente, la finalidad de la

ciencia y el peligro de supervivencia de la vida.

Con respecto al problema acerca de la relación médico paciente, se basaba en

un modelo paternalista, que hace referencia a la tendencia a beneficiar o a evitar

daños al paciente atendiendo criterios del médico antes que los deseos del

paciente, ya que según Hipócrates, el enfermo es un niño ético incapaz de tomar

decisiones por sí mismo y este pensamiento responde al modelo ético del

mandato y la obediencia, sin embargo a partir de la década de los noventas la

opinión de los niños se comenzó a tomar en cuenta y más aún la de los

adolescentes, es más hoy en día se oye hablar del consentimiento informado


tanto en el paciente como en el sujeto de investigación así como también del

asentimiento informado; en cuanto al consentimiento informado es mucho más

que un requisito legal porque garantiza que el sujeto ha expresado

voluntariamente su intención de participar en la investigación después de haber

comprendido la información que se le ha brindado a diferencia del asentimiento

informado que si bien es cierto no reemplaza al consentimiento , solo se le

añade, es un elemento más a valorar por el juez y manifiesta la voluntad de

colaborar por parte de la persona, asimismo en esa mentalidad o en esa relación

médico-paciente es que aparecen tres conceptos: paternalismo médico ,

beneficencia del paciente y no maleficiencia del paciente; si hablamos de

beneficencia , por ejemplo: La negativa de un paciente al tratamiento de una

infección, no se debe pasar por encima de su derecho a la autonomía por lo que

se debe tratar de convencer al paciente de que la única solución es el tratamiento

e incluso hablar con la familia en favor de un acto benéfico para el paciente y la

no maleficencia por ejemplo: el hecho de no contar la cruel realidad a un paciente

que ha expresado su deseo de no saber nada sobre su enfermedad; en

resumen, hay que decir la verdad; pero dosificada, de acuerdo con lo que el

paciente evidencia que quiere saber: cuánto, cuándo y cómo, porque si los

enfermos fuéramos nosotros, ¿no nos interesaría, primero que todo, saber qué

está sucediendo con nosotros, con nuestra salud, con nuestra vida?.

Por otro lado surge la idea de la que la medicina no era el ejercicio de una

vocación de servicio sino que era un servicio por el cual se les pagaba a los

médicos y por lo tanto el paciente puede intervenir en la toma de decisiones y es

a partir de este criterio que nace la idea de que el paciente siempre tiene la razón

y el médico simplemente está a disposición del mismo, ya que si bien es cierto


actualmente se ha ido dejando de lado el modelo paternalista de la profesión,

centrado en el médico para reemplazarlo por el paradigma autonomista en el que

los pacientes reciben mayor información sobre su condición , lo que les permite

opinar y participar en la decisión de las alternativas terapéuticas propuestas, sin

embargo el respeto a la libertad de elección de los pacientes no quiere decir que

los profesionales de la salud estemos obligados a acatar sus decisiones si ellos

violan nuestros principios éticos , sociales , personales, o las normas

deontológicas de nuestra profesión.

Asimismo los costos en los servicios en salud comenzaron a aumentar por

razones no siempre válidas , por ejemplo: un paciente se siente vulnerado

porque el médico le envía un examen de rayos X y no una tomografía axial

computarizada o un medicamento que consideren que tienen mejor efecto por

ser de mayor costo, esto se debe a que muchas veces las expectativas

desempeñan un papel importante en la eficacia de los tratamientos, lo que se

conoce como efecto placebo y a esto se suma la escasa cultura de consumo de

medicamentos genéricos, ya que muchas personas aún creen que son de menor

calidad o menos efectivos que los productos de marca y una iniciativa para poder

ir modificando este pensamiento es comenzar por no aceptar regalos , pagos o

formación que provenga de empresas que comercialicen medicamentos porque

son estrategias que pueden influir en la independencia de nuestras decisiones y

confiamos en el conocimiento científico y no en la información ni en la formación

publicitaria cuyo principal objetivo es incrementar las ventas de productos y no

el beneficio de los pacientes.

Hoy en día una de las interrogantes que se plantea frecuentemente es ¿al

servicio de quién o de que está la ciencia?; hoy tendríamos que decir que está a
favor de la economía, sin embargo a medida de que la ciencia ayude al progreso

de la sociedad y busque el bienestar del ser humano podríamos decir que a

nuestro servicio, en cambio si nuestros afanes consumistas y anhelos de

conseguir poder hace que el hombre únicamente sirva a la ciencia.

Por otro lado se encuentran los precursores de la bioética, denominados

precursores porque se constituyeron en unos problemas nuevos que no sabían

cómo resolverlos a no ser que se involucraran varias áreas de los saberes, por

ejemplo: la preocupación por el cumplimiento de los principios éticos en las

investigaciones biomédicas con seres humanos surgió a consecuencias de las

revelaciones acerca de las violaciones cometidas por los nazis durante la

Segunda Guerra Mundial y que fueron enjuiciadas por el Tribunal de Núremberg.

En los juicios se comprobaron graves violaciones a los derechos humanos en la

realización de experimentos con prisioneros de los campos de concentración sin

su conocimiento ni consentimiento.

Como resultado de la toma de conciencia de este grave problema, se aprobó el

Código de Núremberg, en 1947, que regula la conducta moral de los

investigadores a partir del reconocimiento y respeto de los principios éticos en

las investigaciones biomédicas, cuyos aspectos más relevantes están

relacionados con el consentimiento voluntario del sujeto.

A pesar de lo que estableció el Código de Núremberg, durante las dos décadas

siguientes quedó evidenciado que la mayoría de las investigaciones biomédicas

no prestaban mucha atención a los principios éticos enunciados en el Código.

Ante esta realidad, la Asociación Médica Mundial retoma el tema con la

Declaración de Helsinski, en 1964, reafirmando los principios del Código de


Núremberg y estableciendo dos categorías de investigaciones: las que tienen

como objetivo esencial el diagnóstico o la terapéutica y aquéllas cuyo objetivo

esencial es puramente científico, sin utilidad clínica directa para el sujeto de la

investigación.

Finalmente en 1978 esta Comisión emitió su famoso informe, conocido como

Informe Belmont, que especifica los principios éticos que deben respetar todas

las investigaciones con sujetos humanos: respeto por las personas; beneficencia

y justicia.

¿PODRÍAMOS ENTONCES EXPLICARNOS, POR QUÉ LA BIOÉTICA HOY?

Para todos está claro que la salud es un problema social, más que individual, de

manera que en el acto de atención de salud no solo están presentes el médico y

el paciente, sino que tras el primero está todo un equipo de salud, y tras el

segundo está su familia, las organizaciones políticas o religiosas a las que

pertenece. De manera que la ética médica tradicional no es suficiente para

atender todos estos aspectos.

Por ende se debe entender que la medicina no es solo una ciencia biológica,

sino sociobiológica, esto hace que no basta diagnosticar y proponer una buena

terapéutica, sino que, en ambas acciones, hay que tomar en consideración a la

persona directamente involucrada y el medio social en el que se desenvuelve.

Junto a lo anterior, no es posible olvidar que las personas tienen dignidad. Nadie

puede "imponerles" nada, en todo caso el médico hace una propuesta y el

paciente la acepta o no, en correspondencia con el grado de información que

tenga acerca de los posibles beneficios y desventajas pero para que se respete
la dignidad de las personas en el proceso de atención de salud es preciso que

antes se haya garantizado el derecho de acceso a la salud.

En conclusión la Bioética es una disciplina de mayor amplitud que la ética médica

tradicional, es decir, contiene a esta última; pero no se limita a ella, está mucho

más cerca de la ética general de la sociedad, asimismo es el puente que nos

permite el diálogo desinteresado pero productivo entre la ciencia y la ética .

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