LAICISISMO

¿Cuál es la diferencia? Ateo es quien no cree en Dios. Laico

es quien no mete a Dios donde no corresponde: en leyes e
instituciones que deben servir a toda la ciudadanía, en
proyectos para beneficio del conjunto de la sociedad, en
actos oficiales representativos de todo el pueblo.

Otros entienden laico como anticlerical. Muchas

revoluciones liberales fueron anticlericales. Y no les faltaba
razón. La iglesia y los curas hicieron tropelías en estas tierras
americanas. Fueron cómplices directos del genocidio
indígena. Se ensañaron especialmente contra las mujeres.
Robaron masivamente las tierras ecuatorianas.

Pero el laicismo no es sinónimo de estar contra los curas.

Una persona de mente laica respeta a sacerdotes y pastores,
imanes, rabinos, chamanes, gurús, y a todos quienes se
consideran mediadores entre dioses y humanos, aunque no crea en esa mediación.

También se relaciona el concepto laico con libertinaje, relajación de costumbres, amoralidad. ¿Quién inventó eso? Una
persona puede no ser creyente y vivir muy honestamente. También una persona puede ser creyente y a la vez ser laica
convencida. Como creyente vive una espiritualidad y tiene una identidad comunitaria. Como laica respeta otras
espiritualidades y no pretende imponer sus creencias a nadie. Una persona de mente laica, sea o no creyente, responde a
una ética que suele resumirse en la conocida “regla de oro”: traten a los demás como quieren que les traten a ustedes.

Aclaremos, entonces, de dónde viene la palabrita. “Laico” tiene raíz griega, “laikos”, que significa “alguien del pueblo”.
“Laos” quiere decir pueblo.

Esta palabra se originó en el ambiente cristiano. Y fue en el Occidente cristiano donde se desarrolló el concepto político
y sociológico del laicismo.

En el ámbito religioso, laico es quien no es clérigo. Es alguien que no pertenece a la jerarquía religiosa. Laico se
contrapone a sagrado, reservado para Dios. Los sacerdotes representan a Dios, nos relacionan (dicen ellos) con la
divinidad. Son santos, mientras los del pueblo común quedamos relegados a profanos, es decir, “carentes de autoridad”.

En el ámbito social, la cultura laica está basada en la convicción de que todas las personas de una sociedad son iguales
ante la Ley. Y, en consecuencia, las leyes y normas de una sociedad deben ser universales, sin ventajas para quienes
tienen determinadas creencias religiosas y sin discriminación para quienes no comparten esas creencias.

En el ámbito político, laico es el Estado que no tiene una religión

oficial y que no privilegia las ideas de ninguna religión. La condición
de Estado laico supone la nula injerencia de cualquier organización o
confesión religiosa en el gobierno, ya sea en el poder legislativo, el
ejecutivo o el judicial. Iglesias y estados bien separados, como dice
la consigna.