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a 3 + aiagl OTERO . (er LA ACADEMIA ESPANOLA DE Ls HISTORIA. e ee: B IMPRENTA DE “MEDARDO RIVAS. oe 1888) ee ‘ 986.1. age Ejed Consagrado desde hace toria patria, ensayo hoy com: » -escue! marias de la Nacién. as Ardua ha sido la tarea, como que hab{fa_necesida _ omitir ninguno de los acontecimientos importantes qu tenido lugar, y.al*mismo tiempo era forzoso ser parco en apre= ciaciones y comentarios. De este modo he corrido el riesgo, que acaso no he sabido eyitar, de no exhibir bajo todas sus faces el escenario en que los sucesos se cumplfan, para apre ciar con pleno conocimiento de causa los sucesos mismos 2 Peponaies que en ellos figuraron. Toca 4 los maestros tena los vacios que yo he tenido que dejar, so pena de escribir u obra demasiado extensa. dels - ‘aee-P.Oco hallaran de nueyo los lectores en este compendio ; pero ellos sin duda recordaran que la bistqniaene se inventa, -y que no es en una obra de turaleza. de la presente don de pueden intercalarse documentos recientemente~ ar cuenta de sucesos ocurridos en la época. colonial de nose habia tenido conocimiento, 6 maravillosos episodios de la guerra magna que mis predecesores han omitido, acaso por ignorar algunos oo 6 porque, conociéndolos, no los cre- yeron dignos de figurar en la historia, Juzgando, como juzgo, que en esta elase de estudios no _ cabe el dogmatismo, me hallo pronto. 4 satis toda duda, a Tespoctige cualquiera aseveracién que hibiendo el comprobante 6. indicando Ja fuente de donde. he tomado los datos. es vs El |. estudio que de la materia he hecho y la practi- ca que para la ensefianza pude adquirir en los afios en que la Universidad me honré confiandome la cétedra de Historia, me hacen esperar que mi trabajo pueda ser aceptable como texto en las escuelas primarias, como decroteriea las mas elevadas, y como libro de consulta para todos. 3 Comprendo que en una obra formal de la Historia de * *e Colombia deberfa el autor empezar estudiando la civilizacién, los usos y las costumbres que los conquistadores traian de Es- » pafia 4 nuestro territorio ; que | cesos deberian ser pre~ sentados con apis sus ante tes y sus consecuencias, para poder apreciarlos y quede ellos se desprendiera filoséficamen- ensehanza ! enir ; pero también com- serfa trabajo inutil para los nifios, 4 quienes -ensefiar 16" principal y necesario, dejando para mds accesorio. 2 puesto especial eyjeado enser parco en comentarios : episagioss bien ue muchas veces me haya provocado -“fhacerlos 6n Pease lo general sdlo me he detenido en aquellos de los cuales pudiera desprenderse alguna ensefianza moral ‘para 10s ninos. Si hacerlo asi ha sido base del plan que mé propuse al émprender este trabajo, con doble motivo he debido-cefiirme 4 ella en los anowte 1854 en adelante. Desde on Soean época tuve us0 de razén polttica, y por lo mismo en s afios mi libro es mas bien compendio de cronologia que le historia; pues he crefdo que no hay derecho para influir en manera alguna sobre cl animo de lo nifios, antes de que ellos hayan formado su criterio, con faibreciadl 1 de sucesos que. pul ieran arte para 1 nién politica. : ~ Muchas veces basta 1a manera de presentar un suceso . = formar opinidn respecto de él, y tal vez opinién que um Estidifeerio y concienzudo harfa variar, aunque todos los in- cidentes hubieran sido narrados con fidelidad. Del mismo modo el pintor puede copiar con rigurosajexactitud los por- menores de un gran cuadro, pero bastarA que avive la parte clara en ciert ans 6 que recargue sombras en otros, para que el cuadro sea falso en el conjunto. : Escrito mi humilde ol pretensién de ninguna cla- se, lo sometojal juicio de todos aquellos 4 cuyas manos llega- re, y solicito se me’sugiera cualquiera rectificacién, que cum- pliré el deber de hacer, y que sabré aprovechar™ un tra- bajo mas extenso que, Dios mediante, habré de concluir. Sin ae ae cosa que ser fiel narrador de los acon- tecimientos pasados, solo ha presidido 4 mi trabajo una idea ve: preconstituida : — el amor 4 la Patria y la veneracidn que tengo por aquellos que la fundaron. No vacilo en creer que los maestros secundaran mi propésito. = inarlos 4 ésta 6 4 aquella opi- — ra ig # ek = S giles _Corresponde 4 ellos hacerme notar los errores en incurrido, los sucesos en que me detenga demasiado, y uellos que seria conveniente estudiar con mayor detencién. — Bajo su amparo pongo mi libro, y carifiosamente lo de- ico 4 los ninos, 4 cuyas manoswwa. Si; — 4 vosotros, nifios, que habrei, provechar la independencia que nos legaron nuestros Pa ‘como nece- rio complemento de ella stracion, que os da la Rept- ica redimida y préspera. a ages A vosotros que, congciendo { 1 To de la Nacién, aprendereis 4 evitar los escollos A vosotros que, libres é ilustrados, sabreis ven ‘ jue pagaron con su sangre nuestro rescate parodiegarrics 2 ja; _y como ellos aprendereis 4 amarla, sabreis servirla, y, Megado el caso, sabreis morir por ella. : A vosotros, nifios de atria, se ae = $e ea ee J. M. QUIJANO OTERO. _ -_ * 43 * _ QKDVERTENCIA = 7 SOBRE ESTA-SEGUNDA EDICION. ae a a ra : La buena acogida que todos los institutores han dispen- sado al “Compendio de la Higtoria Patria,” adoptandolo como texto para la ensefanza, asi en los ‘establecimientos: oficiales como en los privados, me mueve 4 dar 4luz esta segundaedi- cidn, en cuya correccion he puesto especial esmero. * Dije en la primera que correspondia 4 los maestros “‘ha- « cerme notar los errores en que hubiera incurrido, los suce- “ sos en que me detuviera demasiado y aquellos que seria ‘ conveniente estudiar con mayor detencién.” Aunque los mas de los maestros que han. tenido ocasién y necesidad de examinar practicamente el_presente texto, 10 han tenido por conveniente dirigirme sus observaciones, que~ seguramente habrian sido atendidas ; hoy puedo mejorar mi libro, gracias 4 las ociones hechas 6 indicadas por los se- fiores Don Francis arcia Rico, mo Facundo Mutis,-Don- ot Joaquin Esguerra O02; Youeae | 1ds' grande que no hayan ‘sido sino los tres los que hayan d icado minutos deewnidio. 6 juiciosas observaciones que la practica inspiraba, para mejo~’ rar aquello que yo no supe escribir conyenientemente, pero que, gracias 4 sus indicaciones, puedo corregir !—Serfa de - desear que su ejemplo fuera seguido; y una vez més me permito suplicar 4 los maestros me enviensus observacio- nes, que seran inapreciables paral. Me > mes _me encargo de estudiar la Historia de la Patria. — we los maestros se encarguen de corregirme: respecto del - método, 6 de cualquiera otra. circunstancia que Ja mejore darla como texto 4 sus disefpulos. a ; ; Como lo notaran los maestros, y més los discfpulos, en la presente edicion he puesto entre paréntesis las mas de las fechas que, convenientes, y acaso indispensables en un libro de consulta, cansaban la memoria y la paciencia de los alum- nos; Obligatorias para quien. ensefie, dejan de serlo para quien” _aprende. El acontecimiento que cada fecha recuerde quedar * -_ Ss 8 . VIII ADVERTENCIA SOBRE ESTA SEGUNDA EDICION. 4 mejor guardado en la memoria del discipulo por la gloriaque — recuerda, que por la Taya que con el lapiz ponga al margen 6 por la hoja que pudiera doblar en su libro. En atencién 4 eso mismo, he suprimido los cuestionarios, — que asi son cansados y mortificantes para el autor, como inti- tiles para los maestros y para los alumnos ; y los he reempla- zado al final de Sage ect con prudentes indicaciones para los institutores, rdandoles acontecimientos que servirdn para que muchos de ellos los estudien en extenso, para au- mentar el interés del estudio de la Historia de estra Patria, — y aun, en ocasiones, para dar el vivo interés la leyenda 4° hazanas realmente legendarias. Esas indicaciones leyan marcado el niimero correspon- diente al parrafo de la lecci6n en donde he creido fuera pru- dente hacerlas, pero en todo sometido al buen juicio del ins- titutor. ae ne _, Cada una de las paginas lleva al frente el afio cuyos prin- cipales acontecimientos se narran 3 lo que, sin duda, facilita- ra el trabajo de quienes quieran tener 6 conservat m} humilde libro como obra de consulta. Como es cierto que nada sale perfecto de las manos del hombre, yo mismo he podido corregir, ai sisi de ex- trano auxilio, muchos de los errores en que habia incurrido ; y ver de mejorar esta edi con el designio de que sirva co- texto en las escuelas primarias, como base de estudio en - las Secundarias, y como libro de consulta para los aficionados 4 este généro de trabajos, Que todos lo mejoren es mi anhelo. Que nadie lo des- eche es mi ambicién. ~ Hubiera querido legar siquiera fuese como compendio cronolégico hasta la época actual 3 Y, sin embargo, forzoso © me ha sido detenerme en la Convencién de Rionegro, que constituyé el pafs después de encarnizada lucha, por el temor de que no una aPigggee'so, sino una simple palabra, un ad- jetivo, calificara un acontecimiento y pudiera dar cualquiera colorido politico 4 mi libro, que no debe tener ninguno, Una vez mas pongo este largo estudio al ampard de los maestros ; apelo 4 su patriotismo para que me ayuden con> Sus consejos 4 corregirlo, y carifiosamente lo dedico 4 los ni- ue mafiana serdn los encargados del porvenir y los guar- anes de la prosperidad de Ja Patria. or 2 ‘ w = a i ss PRI — Pp — oe Teccion, 1. 1486 — 1492. *~ 1, Los escritos de Platén, de sence Estrabon y aoe S entre los cuales pudieran ser citados San Clemente, San : rénimo, Origenes, &c.; hacfan creer 4 los antiguos en la ~ existencia de un continente distinto del que ellos | habitaban. _ 2. Cristobal Colon, nacido en, Génova (?) y educado ei Pavia, habia legado 4 ser habil marino, y_ uno di nd célebres gedgrafos y constructores de mapas, . b adquirido renombre militar sirviendo en comandaba su tio (Colén el joven). : 3. Colon adquirié el CONVERCINISHIG | necesarios para emprender una ise se dirigié do de Génova; y una vez que sus proposiciones chadas, se encamino 4 Portugal, donde flore Enrique, protector de todas las empresas 1 4. Colén desarroll6 sus planes ante gos y de cosmégrafos comisionados al aunque éstos los rechazaron, resolvieron, dilla, Obispo de Ceuta, enviar una exp descrita ; das caiabelee solo. _Megar: n Parade 2 go) rnaba s su Palestrello, obtuyo Col6én nuevos datos que fortalecieron_ sus 2 creencias, pues las ondas Nevaban 4 la playa Arboles y eee 2 COMPENDIO 3 (LECCION 1. mo conocidas en el continente; y en una ocasién aparecieron ven.la ribera dos cadaveres de individuos pertenecientes 4 una waza extrafia. e 6. No pudiendo obtener en Portugal los recursos que necesitaba, Colén se dirigié 4 Espana, y en la primavera de 1486 llegé al convento de la Rabida, cerca del Puerto de P4- Jos, en donde solicité y obtuvo hospitalidad de Fr. Juan Pérez Marchena, que fué desde entonces el mds decidido protector ‘de la empresa. Llegé al convento Ievando de la mano 4 su hijo Don Diego, fruto de su matrimonio, contraido en Lis- ‘boa, con Dona Felipa de Palestrello. ‘ = 5 7. Por las recomendaciones de Marchena pudo obtener audiencia de los Reyes castellanos, y granjearse la proteccién y apoyo de la Reina y de algunos altos personajes, entre quie- nes sobresalen Alonso de Quintanilla, el Nuncio Antonio Geraldini, y el Arzobispo de Toledo, Pedro Gonzdlez de Men- doza, aunque el ultimo siempre vacilante entre su entusiasmo por el genio y la interpretacién de los escritos de los Padres de la Iglesia. . 8. A instancias de la Reina, se reunid en Salamanca un ~ Consejo de doctores que, interpretando mal varios textos sa- grados, decidieron que el proyecto era contrario 4 las creen- cias religiosas, no obstante los esfuerzos que en favor de él hizo Fr. Diego de Deza. p g. La guerra de Granada absorbfa la atencién general y era un obstdculo para la empresa, por lo cual Colén tuyo-que seguir la Corte cuando ésta salié 4 campana, hasta que se rea- lizo el vencimiento de los moros, y con él la conquista y ocupacién de Granada. : : 10. Un nuevo Consejo de doctores se reunio en Sevilla, pero sin mejor éxito que el de Salamanca; y Coldn regres6 4 Ja Rabida, de donde poco tiempo después se dirigié nueya- mente 41a Corte, donde le llamaba la Reina por instancias de Fr. Juan Pérez Marchena. 11. Las condiciones que exigfa el navegante para acome- ter su empresa parecieron onerosas 4 la Corte; y habiendo sido rechazadas, Colén resolyi6 ponerse en marcha para Fran- cia y enviar 4su eon 4 Inglaterra, 4 buscar en aquellos paises los auxilios que sc le negaban en Espana. + iz. Sabedora la Reina del via je de Colén y del proyecto -que llevaba, le hizo regresar, y ofrecié sus joyas para cubrir DE HISTORIA PATRIA, 3 le la expedicidn ; ofrecimiento que no fué aceptado, todo americano estima como si hubiese sido cumplido. Bartolomé Coldn fué aprehendido por unos piratas le llegar 4 su destino; y entre tanto era firmada por el ite genovés y los, Reyes castellanos la capitulacién de brilde 1492, en virtud de la cual Colon pudo empren- 1 viaje de descubrimiento, que habfa sido el sueno de su fué mas tarde la realidad de su gloria. Al efecto aparejé en el Puerto de Palos tres embarca- Ciones Hamadas “La Santamaria,” “La Pinta” y “La Nina,” uuladas por 120 hombres; y en la alborada del viernes 3 de gosto de 1492 se d: la vela. ss s 15. Durante el viaje hubo de luchar con toda clase de veniet contraricdades, no siendo la menor la On dela aguja; y principalmente con el is compafieros, que ya empezaban 4 murmurar TESO. los primeros dias de Octubre creyeron yarias ve- erra, y al descubrir que lo que tomaban por tal no sa que la niebla detenida sobre las aguas, aumenta- esaliento, y éste originaba el motin, que tenia por obje- jor concluida la expedicion, y regresar 4 Espana. Al fin la revuelta cundio entre los tripulantes, y que solicitar un plazo de tres dias, concluido el c | regreso, sino se hallaban las tierras cuya cere evelaban sus cdlculos. : (8. En la noche del 11 de Octubre, hallandose Colén en puente de su carabela, divisé una luz, pero ésta desapare- tes de que la tripulacién pudiera verla. Sin embargo, embarcaciones recibieron orden de navegar con cau- el temor de encallar en las costas, que crefan Pinta,” que era la més velera de las tres em- e habia adelantado 4 las otras, dirigida por el onzo Pinzdén, armador del Puerto de Palos. amanecer del 12 de Octubre se oyé un cafionazo 1 “La Pinta,” y el grito de ; TIERRA ! dado por de Triena, como dice Plaza (p. 5) 6de Triana, como arete (p. 19) y W. Irwing; aunque otros sostienen vio primero fué José Rodrigo Bermejo, oriundo 4 COMPENDIO (LECCION I.. 21. Como era natural, el desaliento fué reemplazado por un loco entusiasmo; y el motin cedid su lugar 4 la ovacion tributada por todos los expedicionarios 4 Colén, que fué por entonces el idolo de sus compatieros. 22. Los naturales de la isla descubierta se agrupaban en la playa, sorprendidos por la vista de las carabelas que arri- baban, y que tomaban por monstruos marinos; mas comio no lo hacian en ademAn hostil, el navegante resolvié verificar el desembarco. 23. Llegado el medio dia, Colén vistié el uniforme de Almirante, y llevando en una mano el pendon de Castilla y en la otra la imagen de Cristo, tomd posesion de la tierra descubierta, que era una isla del grupo de las Lucayas, lla- mada por los naturales Guanahant, y 41a cual los descubri- dores dieron el nombre de San Salvador. . 24. Asi quedaba realizado el proyecto por el cual habia luchado el ilustre genovés durante 30 afios; triunfante el genio perseverante sobre las preocupaciones de su época; y descubierto ¢l continente que, por una de tantas injusticias humanas, debia Ilamarse Am#Rica. 25. De ella hace parte el territorio que habitamos, y que cuenta como principio de sus glorias la de haber corregido en lo posible la injusticia tolerada y consentida durante tres siglos, dandose desde que tuvo vida propia el nombre del ilustre navegante que le trajo como gérmen de civili- zacion la religion de Cristo y el habla de Castilla. INDICACIONES PARA LOS MAESTROS. No estaria por demis, y juzgo seria conveniente en las eacuelas se- cundarias, alguna breve explicacién sobre el estado general de Europa en 1492.—(2). Hoy se disputan el honor de haber sido cuna de Colén Jas ciudades de Cogurello 6 Cogoletto, Savona, Albozolo, Nervi, Peres- trello y Succan, que se apoya en la autoridad de Napione. Ultimamente, el sefior Giubega (Prefecto de Cércega) reclama el honor para Calvi (ciudad de la isla), en donde dice ha hallado la fe de bautismo de Colén. A ser esto cierto, seria muy notable que la misma isla fuera cuna del descubridor del Nuevo Mundo y de Napoleén que dominé al antiguo, (6). Inwing cree que Col6n legé 4 la Rabida en 1485. Rébertson, Pres- cott, Humboldt, &, estan de acuerdo en que en 1484 salié de Portugal pore Espafia. Navarrete coadyuva la idea de que Megé en 1485. Por fin los estudios hechos en los tiltimos afios por la Sociedad Columbina Ho- . DE HISTORIA PATRIA. 5 persuaden que su arribo tuvo lugar en 1486,—(25). A las per- ionadas 4 los estudios sobre Colén, puede indicérseles que con- on provecho los trabajos especiales de Navarrete y Mufioz oles), Bossi y Spotorno (italianos), W. Irwing (norte-americano), dt (alemfn) y Roselly de Lorgues y Eugenio Cadoret (franceses). qué lamaron Nueyo Mundo el descubierto en 1492? Acaso ia & explicarlo la profesia de Séneca en su tragedia de Medea, -“verén otro nuevo mundo;” y por fin, el epitafio del des- “A Castilla y 4 Le6n Nuevo Mundo dié Colén.” Lh C.C LONE, 1492 — 1503. viajes hizo Coldén al continente revelado 4 él nio: el primero en 1492, en que descubrié el archi- }delas Lucayas y las islas de Cuba y de Santo Do- el segundo en 1493, en que arribd 4 las de Guadalupe 3 en’el tercero descubrié la isla de Trinidad y llegd le Paria, en 1499; y el cuarto en 1502, en que reco- itoral colombiano, desde el cabo Gracias 4 Dios hasta uerto de Retrete, costa conocida hoy con el nombre de juitos, que hace parte del territorio colombiano. 27. Otros navegantes, aprovechandose de las observacio- le Colén, habfan tocado ya en niestras costas, no movi- por el grandioso sentimiento que guiaba al primero, sino Ja codicia despertada por las riquezas, cuyas muestras ‘6 el genovés. é 28. El primero fué Alonso de Ojeda, queshabia acompa- | Almirante en su segundo viaje, y d:quien Rodriguez , Obispo de Palencia, comunicé secretamente los descubridor. er : 29. Dueno de tan preciosos documentos, emprendié un 499, acompaniado por Juan de la Cosa y Américo ir io. ; 30. En 27 dias llegé al golfo de Paria; descubrio el cabo ela; did nombre 4 Venezuela, por haber divisado una edificada entre las lagunas 4 manera de Ven@@ia; y, seguidas las perlas y el oro que venia 4 buscar, tegres6 4 na en el afio siguiente. : 31. En 1500, Rodrigo Bastidas solicité y obtuvo permi- 6 COMPENDIO — . (LECCION II. so para verificar un viaje de descubrimiento, y arrib6 4 Ve- nezuela, recorriendo luego toda la costa desde el cabo de la Vela hasta el de Marmol en el istmo. 32. Este fué, pues, el primer navegante que visité el li- toral de Riohacha y de Gaira. En Marzo de 1501 estuvo 4 punto de naufragar en las bocas del rio Magdalena; visité luego las costas de Calamar, las islas de Bara, la Fuerte y Tortuguilla, el golfo de Uraba, doblé el cabo Tiburén y llegé hasta el de Marmol, de donde regres6 4 Espana. 33. El cardcter bengvolo de Rodrigo Bastidas le valié para ser recibido de paz en todos los puntos en donde tocd ; al contrario de Ojeda, que, debido sin duda a su cardcter » atrabiliario, siempre fué recibido de guerra por los naturales. 34. En Enero de 1502 emprendié Alonso de Ojeda un segundo viaje. Trafa el titulo de Gobernador de Coquivacoa, * y llegé 4 la Goagira, en donde debfa ejercer su gobierno; pero en Bahia—honda quiso tomar los guzmtos que correspon- dian al Rey, y sus companeros Ocampo y Vergara le reduje- - ron 4 prisién, y regresaron con él 4 la isla de Santo Domin= go y luego 4 Espatia. 35. Por este tiempo Vasco de Gama consegufa doblar el cabo de las Tempestades, que cambid su nombre por el de Buena Esperanza ; y esta noticia alenté 4 Colén, ya anci. y achacoso, y resolvid emprender su cuarto viaje en busca ¢ paso para los mares de Oriente. 36. Con tal objeto salié Colén del Puerto de Cadiz el 19 de Mayo de 1,502. Quiso detenerse en la rada de Isabela, ciudad fundada por él, pero el Gobernador se to impidid, y apenas pudo abrigarse en una caleta de la costa 4 evitar la tempestad que preveia, y que en efecto estallé, despedazando la flota del Gobernador Obando. 37. Obligado 4 continuar su viaje, vid las costas de Ja- maica, y despues de 60 dias de tempestad continua, llegé al golfo de Honduras, y descubrié el cabo de Gracias 4 Dios (14° de Septiembre), asf llamado, porque variando la direccién de Ja costa, tuvieron favorables los vientos que hasta entonces les habiffm sido contrarios. 38"Llegaron 4 un rio que Hamaron de “La Desgracia,”’ por la quesufrié un bote que fué volcado por las ondas, y pocos dias despues 4 la isla de Husita, en donde desembarcé Bartolo- mé Colén, que verificé algunos cambios y tom6 dos intérpretes. el -¢ 1503) DE HISTORIA PATRIA. 7 39. Navegando siempre al levante, llegé Colén el 5 de tubre al archipi¢lago de Bocas del Toro, y entré 4 la her- mosa ensenada que desde entonces se llamo “Bahia del Al- nirante.” Alli vieron las primeras muestras de oro fino, y upieron que era extraido de umas ricas minas situadas al poniente en el punto que llamaban Veragua, que mas tarde ué vinculado 4 la familia de Colén. __ 40. Reconocié la desembocadura del rio Guaiga; se de- tuvo apenas en la del Cateba, en donde hallé los primeros vestigios de mamposteria; y pasando las bocas de los rios Ootrara y Cubiga, hubo de recalar, por el mal tiempo, en la bahia que llam6 Portodelo, 41. Ocho leguas més al Oriente Iegé al puerto que lamé de Bastimentos, por los que pudo conseguir para la expedi- cién. Alli se ocupo en reparar sus buques un tanto carcomi- por Ja broma ; y hecho esto, adelanté hasta la ensenada * del “ Retrete,” 4 donde llegé el 26 de Noviembre de 1502. 42. Los abusos cometidos por los marineros que desem- arcaron, hicieron que los indios abrieran hostilidades, y que én se viera obligado 4 rechazar sus ataques haciendo usa _ delas armas. __ 43. Como los vientos eran contrarios en la direccién que Hevaban, Coldén resolvio volver 4 visitar las minas de Vera- gua y 4 elegir sitio para fundar una colonia, Con tal motivo Tevaron anclas y volvieron proas al Occidente, el 5 de Di- ciembre del mismo afio. 44. Despues de 15 dias de borrasca y algunos de ham- bre, ocasionada por la corrupcidn de los viveres, fondearon en el rio de Belén (el 7 de Enero), y 4 legua y media de su embocadura hallaron un pueblo en donde se detuvieron odo el mes. Hl Adelantado Bartolomé Coldn exploré el rio Ve- 1 30 de hallar las ricas minas anunciadas. Recibido de paz por el Quibio (nombre que los naturales daban 4 su _ jefe), fué enganado y conducido 4 las minas de Urir4, en tae de las de Veragua. 46. Acordada ya entre los dos hermanos la fundacién de a colonia y el regreso del Almirante 4 Espajia, éf Adelan- as emprendio la exploracién del rio de Belén; y bien reci- ido por aquel jefe, lo mismo que por el de Dururi, adelanté ta el rio Cateba, cuya desembocadura conocian ya. (40) ( 8 COMPENDIO , (LECCION Im. 47. Habiendo escaseado el oro, Bartolomé Colén regres 4 Belén, y concertado todo lo relativo 4 la Colonia, cuyo sitio habian designado, el Adelantado escogid los 80 hombres que debian permanecer con él, y el Almirante se preparé para regresar. : 48. Hechos los preparativos, se ordené la construccién de diez casas y un grande almacén de deposito que, Iegado el caso, debia servir como fortaleza para defenderse de cual- quier ataque de los indios. Esta fué la primera poblacion es- patiola (Trinidad de Belén) que los conquistadores intentaron fundar, y que no subsistid. INDICACIONES PARA LOS MAESTROS, (29) Fueron estos dos geégrafos los primeros que publicaron cartas referentes al rumbo seguido al mundo descubierto por Colén; y fué, al decir de nuestro historiador Acosta, el cosmégrafo forentino Hilacomilo, quien con e] nombre de cartas de Américo bapaseet el que hoy lleva el continente. (29). No estaré por demas recordar que en 1493 (3 de Ma- yo) el Papa, Alejandro VI, dicté la bula que cede el dominio de los paises descubiertos 4 Uspaiia; y, para separarlo de las conquistas portu- guesas, traz6 una l{nea que corre 4100 leguas al Occidente de lag islas de Cabo-verde, la cual fué el punto de partida de largos debates entre las coronas espatiola y lusitana, = —— LBC CLON 111: 1503 — 1510, 49. A pesar de las buenas relaciones que mediaban entre el Adelantado y el quibio, aquél creyé que seria conveniente, para asegurar su autoridad en la comarca, inspirar el temor ; y al efecto, traidora y villanamente aprehendio al quibio y 4 toda su familia, 4 quienes envié 4 los buques, surtos toda- via en la rada de Belén. Xo. En la travesia el quibio consiguié fugarse, lanzando- _ se al mar y burlando la vigilancia del piloto Juan Sanchez. Sia desgraciados compafieros fueron transportados 4 las na- ves y aprisionados entre puentes, en donde una mafiana apa- DE HISTORIA PATRIA, 9 ieron ahorcados. Habian preferido la muerte 4 la es- witud. “ _ 51. Profundamente contristado Colén por este suceso, wecipitd su marcha, y comisioné al Capitan Tristan para que, remontando el rio Belén, lo comunicase 4 los de la Colonia, al mismo tiempo se proveyese del agua indispensable para a travesia. 52. Los naturales de aquella comarca, justamente in- dignados por la felonfa del Adelantado, 6 movidos por su antiguo jefe, si éste se salvé como algunos lo creyeron, mo- vieron guerra contra los colonos, y en gran numero atacaron Ta poblacién naciente. 53. Refifan en combate encarnizado cuando lIlegé el Ca- pitan Tristan, quien, hecha la aguada, iba 4 comunicar la no- icia de la partida, y él con todos sus compafieros, menos uno, fueron desapiadadamente sacrificados. ‘4. Viendo los colonos que.no bastaba el heroismo con que luchaban para contrarestar la inmensa desproporcién nu- :érica, resolvieron dirigirse 4 la playa 4 embarcarse en la Alotilla de Colon, 6 en caso de que sus compamieros rehusaran Tecibirlos, hacerlo en el tinico buque que dejaban abandonado como indtil para la travesia. _. 53. El Almirante resolvid recogerlos, y abandonando la idea del establecimiento de una Colonia, navegé hasta el gol- fo de San Blas, 4 tomar altura para la travesia 4 Santo Do- mingo, y el 1.° de Mayo de 1503 dijo adios 4 la tierra del Nuevo Mundo. 56. La expedicién naufragé cerca de las costas de Jamai- ca, 4 las cuales pudieron arribar; y alli permanecieron hasta e el gobernador de la Espamiola fué obligado por la pobla- n 4 enviarles auxilios, y legaron 4 aquella isla al cabo de meses de su salida de Belén. __ 57. Poco tiempo después llegé Colén 4 Espana, el 7 de Noviembre de 1504; y el 26 del.mismo mes muric Isabel /a _ Catélica, protectora de las empresas de Colon, y de los habi- tantes de la regidn descubierta, que desde entonces fueron explotados y vilipendiados por su esposo Fernando e/ pérfido, por sus sucesores. : 58. Reducido casi 41a indigencia, cargado de afios, de glorias y de tristeza, muridé Cristébal Colén el 20 de Mayo de 1506; y, en cumplimiento de su voluntad, al lado de su ca-" 16 10 COMPENDIO (LECCION TI. daver fueron colocadas las cadenas que debia 4 la gratitud del Rey de Espana. 59. Quedaba, pues, descubierta la Costa colombiana; y el mal éxito de la Colonia que en ella se intenté fundar, que- d6 como ensefanza de que la felonia es arma que hiere al que la esgrime, y mancha con que le castiga la historia. 60. De 1502 4 1508 tocaron en nuestras playas varias expediciones, sin otro objeto que el de arrebatar 4 los natura- Jés sus riquezas 6 el de aprehenderlos para traficar con ellos en calidad de esclavos. 61. En 1508 solicitaron simultaneamente Alonso de Ojeda y Diego de Nicuesa la autorizacién necesaria para ve- nir 4 nuestras costas 4 descubrir y poblar; pero como 4 ello se opusiera Don Diego Colén, en virtud del aszenéo firmado con su padre, las expediciones hubieron de detenerse dos anos. 62. En 1510 consiguio salir Ojeda con una pequefia ex- pedicién, al propio tiempo que Nicuesa preparaba la suya con gran boato. El primero debfa venir como Gobernador de la provincia de Nueva Andalucfa, y el segundo con igual titulo para la de Castilla de Oro. 63. Aun antes de zarpar hubo desavenencias entre los dos futuros colonizadores, relativas al deslinde de ee jurisdicciones; yal fin fueron arreglados por el gedgrafo Juan de Ja Cosa, que dividié el litoral, desde el Cabo de la Vela hasta el de Gracias 4 Dios, sefialando como linea divisoria el fondo del golfo de Uraba. 64. Ojeda vino directamente 4 Calamar; y despues de vencer 4 los naturales que intentaron oponerse al desembarco, les persiguié hasta Turbaco, donde los indigenas, repuestos dela primera sorpresa, libraron y ganaron una formidable batalla, en la cual murieron Juan de la Cosa y la mayor parte de sus companeros, y 4 duras penas logré salvarse Ojeda. : ; 65.4 tiempo que tenfa lugar este desastre, arribaba Ni- cuesa 4 Calamar, y olvidando anteriores disgustos, did 4 su rival los elementos necesarios para que tomara venganza de los durbacos; y en efecto la tomé sangrienta, pues 4 pesar de que en el combate lidiaron hasta las mujeres, no pudieron re- sistir 4 los castellanos, que se cebaron en ellos y redujeron la poblacion 4 cenizas. DE HISTORIA PATRIA. IL aseguida Ojeda se embarcd, y haciendo rumbo al 2, visito algunas de las pequetias islas cercanas 4 aque- S, y lleg6 al golfo de Uraba, en cuya banda oriental fundar la ciudad de San Sebastian. Los indigenas de aquella comarca eran los mas beli- pais; y como el caracter de Ojeda era el menos apa- para ensayar los medios suaves y amistosos, pronto la guerra, en la cual los naturales no daban respiro 4 juistadores. En una de aquellas batallas Ojeda fué ido por el Cacique de Tiripi; y obligados los espafioles urdarse dentro de las estacadas que habian construido, aquedar en condicién de sitiados, y los indigenas de hacer la guerra de partidas y embos- \otaron el temerario valor del jefe, y desde ofué el blanco de todos los tiros, hasta que lue- r una flecha’envenenada,-escapando de tan peligro por la pronta resolucién que tomé de apli- candente sobre la herida. i escasos ya de recursos cuanto conyencidos de que resistirian heroicamente, acordaron que Ojeda Santo Domingo en_ busca de los recursos necesa- lonos debian aguardarle dos meses, y entre tanto como jefe un soldado cuyo nombre era hasta oscuro y desconocido: se llamaba Francisco Pi- ‘ranscurrido el tiempo durante el cual debian aguar- jefe, y ne vied sostenerse contra los indigenas, wearon en dos buques que tenian, y por segunda vez de colonizacién quedaron frustrados, porque la ‘A razén. Jos buques de Pizarro naufragé cerca de la después se encontraron con la expedicién so conducia el bachiller Enciso, que iba es de San Sebastian; y aunque de regresar, fueron obligados a veri- eee al golfo de Urabd hallaron destruida la Colonia de San Sebastian; y conocido el caracter aquellos naturales, y en la incertidumbre de lo que de hacer, resolvieron seguir la indicacién de uno de 12 COMPENDIO (LECCION IL. los soldados de Ojeda, destinado por Dios 4 ser uno de los prohombres dela conquista: se Ilamaba Vasco Numiez de Balboa. : 73. Aconsejé éste que la Colonia se trasladara 4 la banda occidental del golfo, que él habia visitado con Bastidas, cuyos moradores no usaban armas envenenadas; y aceptada que fué & esta idea, la pusieron por obra, abandonando aquellas playas, — cuyos habitantes se-manifestaban tan decididos 4 luchar hasta el “iltimo extremo por su independencia. 74. Guid Balboa la expedicién, y como al llegar 4 la ribera, viesen que el Cacique Cemaco se apercibia con nume- Toso ejército 4 rechazar la inyasién, Enciso hizo jurar 4 sus soldados que no volverian caras en ningun caso; y obtenida que fué la victorja, did 4 la ciudad de Cemaco el nombre de SANTAMARIA LA ANTIGUA DEL DaRIEN, en cumplimienté del voto hecho 4 la que se venera bajo idéntica advocacion en Sevilla. 75. Esta fué, pues, la primera ciudad fundada en nuestro territorio, pero no subsistid sino muy pocos anos, y no que- dan hoy de ella ni vestigios. Las tribus pobladoras de aquella parte del Darien dieron ejemplo, que nunca debicra ser perdi- do, de la manera como se defiende el territorio nativo contra las expediciones de extranjeros. INDICACIONES PARA LOS MAESTROS, (60). Si el maestro lo quiere, puede extenderse oralmente sobre las anteriores expediciones de Ojeda, de Alonso Nitio &c. (62). No seria intitil extenderse sobre cbmo fueron divididas las dos jurisdicciones por Juan de la Cosa, ya que esa decision es siempre citada en el litigio de la delimitacién de Colombia. (72). Balboa se habia embarcatlo furtivamen- te, oculténdose en un barril, y no fué sino en alta mar donde se hizo pre- sente. Algunos datos biogréficos y rasgos caracterfsticos de los tres conquistadores Ojeda, Pizarro y Balboa, serian muy convenientes para dar interés al estudio de la Historia Patria, pero esta parte debe quedar al cuidado de los maestros, para no hacer demasiado extenso este com- pendio para los nifios, DE HISTORIA PATRIA. 13 LECCION Iv. 1510 — 1514, ladados 4 la banda occidental del golfo de Uraba, que fueron los tesoros del Cacique, pronto estalla- venencias entre aquellos que querian que se eligie- desconocitndo 4 Enciso, y los que pretendian se e 4 Nicuesa, dentro de cuya jurisdiccién se hallaban, paradero ignoraban todos. alboa encabezé una de las parcialidades contrarias , y desconociéndole como Alcalde—Justicia Mayor, ‘on las autoridades de la Colonia, con lo cual aumenta- -funcionarios pero no los recursos para la conquista, ntos necesarios para la prosperidad de la ciudad te fundada. ee so término 4 la contienda la Megada de Rodrigo nares, que venia en busca de Nicuesa trayéndole auxilio mbres y de viveres y que, habiendo repartido los ulti- tre los que tanto los necesitaban, adquirié la influencia ‘4 siempre un beneficio hecho generosa y oportu- Colmenares obtuvo de los colonos que enviasen una icién en busca de Nicuesa. Este habia salido de Carta- Igunos dias después de Ojeda; y luego que did 4 su co (65), se dirigid al poniente 4 elegir punto para esta- er la capital de su gobernacién. Una fuerte tempestad los combatié durante la nave- yal fin hizo separar las naves que corrieron rumbos. legando la mayor parte al rio Chagres, y la ‘Capi- Nicuesa 4 la laguna de Chiriqu{, en donde, perdido lo le qued6 un bote en el cual fugaron cuatro as otras embarcaciones habfan llegado a Chagres, le el segundo de la expedicién, Lope de Olano, asumid ido; pero en vez de ir en busca de su jefe, se dirigié al m en solicitud de las minas. de Veragua, é intentd x el mismo sitio elegido por el Adelantado Bartolomé oo} este punto llegaron los marineros que habfan ‘0 los recursos necesarios para la segunda batalla'de 14 COMPENDIO (LECCION IV. fugado y Olano no pudo desentenderse mas tiempo del deber de ir en auxilio de Nicuesa. Asi lo hizo, y éste se traslad6é con una parte desu gente 4 Belén, en donde en el acto hizo juzgar 4-Olano, y le habria dado muerte sin la interposicién de sus compatieros, que se interesaron por él. 83. Dejando en Belén 4 Alonso Néiiez, en calidad de teniente, se dirigié al cabo Marmol, en donde resolvié fundar una Colonia en el Nombre de Dios, y de alli envié la embar- cacién que le quedaba 4 traer 4 los expedicionarios que habian quedado en Chiriquf y en Belén. 84. En uno de estos viajes la nave fué encontrada p ‘las’ que 4 ordenes de Colmenares venfan en su auxilio, eee se dirigicron 4 Nombre de Dios, en donde hallaron 4 Nicuesa en deplorable situacién ; pues aparte de que las enfermedades habian diezmado la gente, sus latrocinios habian hecho que los naturales declararan guerra de exterminio, que ya el con- quistador no podia sostener. 85. Resolvieron, pues, trasladarse 4 la Antigua del Darien, pero Nicuesa, escaso de prudencia, cuanto esforzado de dnimo en las desgracias, habia manifestado su resolucién de improbar todo lo que se habia hecho en la Colonia, empe- zando por los repartimientos del oro. Sabido esto por los colonos, acordaron no recibirle en la ciudad y oponerse al desembarco. : 86. Asi lo hicieron; y aunque Nicuesa, advertido del desacierto con que habia procedido, rogaba que se le admi- tiera en calidad de simple soldado y no como jefe, los colonos se mostraron inflexibles, y hubo de empremder viaje en su averiada carabela, harto feliz en que el dia de la desgracia le’ quedaran 16 amigos que con él guisieron compartir y com- particron su suerte desastrada, pues nunca se supo de ellos. 87. El genio y el acreditado valor de Balboa le dieron la supremacia entre sus companeros, que le aclamaron jefe; y hecha la paz con el Cacique Comagre, que debfa suministrar viveres para las futuras expediciones, y aliados con Careta en sus guerras contra el Cacique Ponca, resolvio Balboa enviar 4 Samudio 4 llevar 4 Espatia los quintos, 4 Valdivia 4 Santo Domingo en busca de auxilios, y 4 Enciso en calidad de preso. 88. La primera expedicién que emprendio fué al cercado de Comagre, en donde recibieron 4 los conquistadores como DE HISTORIA PATRIA. . 15 jas 4 Panquiaco, primogénito del Cacique, Aquien aconsejaba. . Entre otros obsequios recibieron el de 4,000 caste- le Oro; y como se trabase rifia entre los espafoles con ‘0 del reparto, Panquiaco les recrimino su ayaricia; ndo que si lo que deseaban era oro, podian buscarlo en lises que quedaban allende la cordillera que tenfan Ala donde hallarfan otro mar, y en sus riberas naciones de | blancos que andaban vestidos con lujosas telas. Hsta fué la primera noticia del mar del Sur, 4 donde Balboa emprender una expedicién tan luego como la 5n fuera propicia para el viaje, en que sabfan tendrian ir batallando diariamente. gi. Entre tanto emprendié Balboa varias exploraciones, or la del rio Atrato, que reconocié hasta Mu- tendo 4 los Caciques de las riberas, de los cuales Abenamechey y Dabaibe eran reputados como los rosos de la comarca. Estos mismos Caciques tramaron poco despues la cién general del pais, y designaron el punto llamado como lugar de reunidn y depdsito de armas; pero 0 Balboa del peligro, marché sobre aquel punto,” tom6 yenganza sangrienta, que él llamé ejemplar ito, La inaccién en que permanecian los conquistadores _ disensiones en la ciudad, donde por momentos an los auxilios que varios comisionados habian ido _y tan luego como Ilegaron los que enviaban de lomingo, Balboa, investido ya por el tesorero Pasa- con el cardcter de gobernador de la tierra que con- ise, resolvid emprender la expedicién en busca del mar jue le habia revelado Panquiaco (89). on 190 espafioles y 1,000 indios suministrados por aliados, se interno en tierras de Poncha el 1.° de l@ 1513, y unas veces recibido de paz, y bata- venciendo en otras, atraveso las tierras de los Caci- sca y Chiape, que le suministraron guias. . Subieron al fin la cordillera, y antes del medio dia 25 de Septiembre de 1513 dieron vista al mar del Sur. do alto, elevaron alli una gran pirdmide en sefial de , renovaron el juramento de obediencia 4 Balboa, y 16 COMPENDIO (LECCION Iv. éste hizo poner en la ctispide de la piramidela Cruz y la bandera de Castilla. [ 96. La expedicion se dividié en tres partidas para bajar por caminos diferentes. Llegé primero, en dos dias, la que comandaba Alonso Martin; en seguida la que iba 4 érdenes de Francisco Pizarro; y, finalmente, la de Balboa, que, con- forme 4 los usos de aquella época, entré al mar, y en nombre de su soberano tomé posesién de las vastas soledades del océano Pacifico. 97. Despues de sujetar 4 los Caciques Caocurre y Tumaco, regresaron 4 la Antigua por camino distinto del que habian llevado; y si bien consiguieron grandes cantidades de oro, tuvieron que sufrir muchas penalidades por lo insalubre del clima. g8. Como se comprenderd facilmente, el recibimiento hecho 4 Balboa fué una ovacién, que por primera vez tenfa lugar en la Antigua. Los colonos celebraban tanto los triun- fos alcanzados por su jefe, cuanto el importante descubrimien- to hecho; y mds que todo la considerable cantidad de oro con que regresaban los exploradores. 99. Inmediatamente despaché Balboa 4 Pedro Arbolan- cha, 4 comunicar la grata noticia del descubrimiento 4 la Corte, en donde se celebr6 como merecia serlo, valiendo 4 Balboa el titulo de Adelantado y otros muchos honores. 100. Por desgracia ya desde el mes de Mayo de 1514 ha- bia salido la expedicién de Pedrarias Davila, 4 quien se conce- dfa el gobierno de aquella regién, y que supo hacer eterno su nombre, en calidad de verdugo, por lo inolvidable de las glo- rias de suvictima. Po INDICACIONES PARA LOS’ MAESTROS. (89). Recuérdese que un ducado equivaldria en nuestra épooa & ocho pesos, atendida la cantidad de-trabajo que la moneda podria remu- nerar. Y segtin Robertson el peso del siglo XVI equivaldria 4 seis de nuestra 6poca. Un castellano de oro valdria hoy $ 11. (92). Puede el maestro recordar que fué Fulvia, hermana del jefe dela conspiracién, quien por amor 4 Balboa lo preserv6 del peligro que Je amenazaba. ‘ DE HISTORIA PATRIA, ry: PECCION Vy. 1514. edrarias Davila habia’ obtenido el gobierno de Oro, cuya riqueza habia sido fabulosamente exage- menares cuando fué 4 Espana 4 levar los quintos 500 hombres lujosamente equipados venian con él descollaba el cronista Gonzalo Fernandez de Ovie- los cuatro oficiales reales que en union de Fr. Juan lo, primer Obispo de Tierra-firme, debfan compo- Consejg del Gobernador jados de Abril de 1514 salié la expedicién, y 4 las costas de Santa Marta, en donde los in- ma resistencia desesperada, oponiéndose -al 36lo consiguieron los expedicionarios capturar Has, y dandose nuevamente 4 la vela, intentaron bar 4 Calamar, pues los vientos los arrastraron de Uraba. Wabase Balboa empajando su casa cuando llega- aria los emisarios de Pedrarias; y aunque ya- colonos aconsejaban 4 su jefela resistencia, seguros calidad supliria al numero en caso de combate, Bal- ales insinuaciones, y con toda su gente se dirigié Tecibir al nuevo jefe. Entusiasmado Pediarias por la noticia del descubri- lel mar del Sur, dispuso inmediatamente la fundacién residios en los territorios de Comagre, Tumanama y mo puntos de escala para las expediciones que se na de las primeras medidas adoptadas por Pedra- hhacer pregonar la residencia de Balboa; y no lisimular su desagrado cuando le vid absuelto ‘gos, y condenado solamente 4 restituir algunos pesos al bachiller Enciso, cuyos bienes habia hecho Desde aquel momento la envidia se apoderd del edrarias, y ya que no podia competir con su rival imientos, afectd olvidarse de él, privando asi 4 los le su valioso apoyo, en circunstancias en que sufrian 18 COMPENDIO (LECCION V. la calamidad del hambre, y en que la fiebre habia-hecho su- cumbir en el espacio de dos meses 4 mas de 700 castellanos. 107. Comisioné Pedrarias 4 varios de sus tenientes para que recorrieran el pais en busca del oro que solicitaban, y que ya escaseaba, para el pago de salarios. Comenz6 entonces Ja éra de sangre y depredaciones en el Darien, distinguiéndose entre Ibs que se daban al pillaje el capitan Juan de Ayora. Este fué recibido de paz por todos los Caciques del pais que recorrfa, en cumplimiento de la que habian ‘pactado con Bal- boa, y que sdlo vino 4 servirles para ser saqueados 4 mansal- va; hasta que Tumanamé, indignado por aquella felonia, le atacé con numeroso ejército, obligdndole 4 construir un fuer- te para defenderse. 108. Intentaron los expedicionarios fundar dos ciudades, Alas cuales dieron por nombre “Los Anades” y “Santa Cruz”; pero como ya los naturales se hallaben en plena sublevacién, la primera de estas ciudades no paso de proyecto, y la segun- da fué destruida por el Cacique Pocorosa, que en una noche la incendié y paso 4 cuchillo 4 sus habitantes. 109. Como en Ja Colonia se murmurase por el olyido'en que se mantenfa 4 Balboa, le ordend Pedrarias que explorara el Rio Grande en busca del tesoro de Dabaibe. Los indios que habitaban sus playas eran los mas_belicosos de la comarca, y como lograron sorprender al Adelantado, que no levaba la suficiente escolta, fué completamente batido y 4 duras penas logr6 volver 4 la Antigua herido y maltratado. 110. Despreciando Pedrarias los derechos que Balboa habfa adquirido y la Corte sancionado, dandole el Adelanta- miento del mar del Sur, comisioné 4 Gaspar Morales para que visitase la isla grande dé las perlas. Dividi éste su gente dejando 4 su segundo Pefialosa en Tutibra, y adelantandose él la mayor de las islas de Terarequi. 111. El Cacique se defendié con bizarria, pero fué yenci- _ do y obligado 4 hacer la paz, que cl vencedor no pudo apro- vechar como lo hubiera querido, porque precipitadamente hu- bo de marchar en auxilio de Penalosa, cuyas depredaciones — hacian temer por momentos el levantamiento general. Llegado Morales 4 Tutibr4, invité de paz 4 todos los Caciques comar- anos, que se presentaron con sus respectivas escoltas; sigilo- samente los redujo 4 prisién, y dando luego sobre los indios — que estaban desapercibidos, asesind 700, haciendo en seguida — ‘DE HISTORIA PATRIA. 19 prisioneros fueran devorados por los lonia fué un grito de guerra en la comar- lieron todas las tribus, uniéndose para tomar ese instante Morales y sus companeros tu- cruda campana, porque rodeados siempre eriores, que se renovaban sin cesar, no hubo te de respiro. Perdidos en aquel territorio se nm obligados 4 abandonar gran allegados, y al fin lograron volver unos igua 4 dar pruebas de que el sistema sanguina- era ineficaz, y de que la violacion de las pro- ecunda en malos resultados. edrarias expedicionar sobre la banda orien- te el mal éxito de Ojeda, del cual ha- varios testigos presenciales; y el mismo Hejo, cuya pequefia columna fué destrui- 6. El Gobernador, indignado, comi- ‘a que con numerosa divisién pasase 4 les de aquella banda del golfo, y adelan- Zenu, cuyas riquezas despertaban la codi- res, volviese con riquisimo botin. Be- 1ado que sus predecesores, pues de la upo, al cabo de algunos meses, que lega- je sin mayores obstaculos, todas las 0 contra ellos, y habia perecido has- nino tomaron ‘Tello de Guzman y Die- an expedicionar sobre el Sur, La felo- ‘9 hizo dar muerte al Cacique de Chepo a guerra, que venia aplacdndose con le Albites; pero al fin consiguieron bre caserio de pescadores, y asi le almejas y otros mariscos. : iciones mas notables fué la que a Nombre de Dios, de donde debia tr. Enaquel punto, teatro de las des- hallaron varias pirdmides de huesos hu- 0 habian servido los de los companeros de quistador. Badajés se interné exploran- 20 COMPENDIO (LECCION V. do la rica provincia de Veragua y sometiendo 4 todos los Ca- ciques de aquel territorio. 116. El Cacique Pariza envid al conquistador un obsequio de $ 30,000; pero el avaro espafiol, no _contento con esto, y juzgando que mucho oro debia tener quien con tanta largue- zale obsequiaba, violando la promesa de paz, atacé y destruy6 Jas habitaciones del Cacique, quien desde entonces declard gue- rra abierta 4 los invasores. Como éstos habjan dividido su gente en dos partidas, Pariza pudo atacarlos con ventaja, obli- gandolos 4 refugiarse en el cercado que habian construido 4 manera de fortaleza: Rodeados alli, el Cacique puso cerco de madera seca, 4 la que prendid fuego; y los espatioles se vieron en la necesidad de buscar Ja salvacién abriéndose paso por entre las filas enemigas, con el dolor de abandonar el gran tesoro que ya habian acopiado. 117. Los Caciques sometidos anteriormente 4 Badajos se alzaron contra él, y después de todo género de contraricdades Mego 4 la Colonia con escaso niimero de gente, sin las rique- zas que la codicia le habia hecho perder, y habiendo ganado en Pariza un enemigo irreconciliable, pues hasta su muerte sostuvo guerra encarnizada contra los espanoles, en cuyas promesas tenia perfecto derecho de no creer. 118. Todas las expediciones trafan gran numero de in- dios en calidad de cautivos; y aunque las instrucciones dadas’ ' por el soberano prescribfan que se les tratase con dulzura y se les dejase en plena libertad, Pedrarias los remitia 4 Santo Domingo, en donde eran vendidos como esclayos. Contra esta iniquidad protesté el Obispo, pero sus quejas ala Corte fueron inutiles, y el alto patrocinio con que contaba el Gobernador pudo mas que la justicia que abogaba el humanitario Prelado. 119. Las quejas de los colonos contra el gobierno de Pe- drarias y el amor que éstos profesaban 4 Balboa, aumentaban la envidia en que ya ardia el Gobernador. El Obispo, deseoso de reconciliarlos, did los pasos necesarios para que se ajustasen esponsales entre el descubridor del mar del Sur y una hija de Pedrarias que habia quedado en Espana, creyendo que los lazos de familia extinguirian las malas pasiones. 120. Fué entonces cuando Balboa obtuvo el permiso, varias veces solicitado, para emprender algunas expediciones enel mar del Sur; y acompafiado por 80 hombres que le siguieron voluntariamente, se dirigié al fuerte de Acla, en - DE HISTORIA PATRIA. 21 algtin tiempo haciendo cortar las maderas las del rio de Jas Balsas para transportarlas lel Pacifica, y alli construir las embarcacio- de emprender el viaje de descubrimiento. érdida de la mayor parte de las maderas, 0 construir dos naves, en las cuales did la vela fo de San Miguel, alcanzando 4 la punta de egresd 4 la isla de Terarequi. ando Pedrarias tuvo noticia del embarque de i6 en su corazon la enyidia que le traia ator- resuelto 4 perder 4 su rival, que tan valioso proyectaba, le envio emisarios Mamdndole 4 que habria de comunicarle las ultimas © como Balboa se presentd, Pedrarias le lando tan triste encargo a Pizarro; y acu- Pretendia independizar los territorios que lo cual alegé las mas futiles pruebas, dis- juzgara, y ordené por escrito al Alcalde Es- ‘sentenciara 4 muerte. stantemente protesté Balboa contra la villana se le hacia y que todos sus actos echaban por ué el interés que los colonos manifestaron por lta su pérdida, hubo de marchar al patibulo, al testando su inocencia y desmintiendo al TeEgO- publicar la sentencia le apellidaba traidor. fué el desastrado fin del descubridor del mar del ‘a de la mas menguada de las pasiones, que se dis- 1 vestido de la justicia. Las acusaciones contra ante la Audiencia de Santo Domingo no tuvieron i historia, mas justiciera que los soberanos de la ‘6 el patibulo de Balboa en el pedestal de su cota de escarnio para Pedrarias Davila, que nombre de “Justador” por el de “verdugo.” NDICACIONES PARA LOS MAESTROS, mayor parte de esta espedicién habia hecho sus aprestos erra de Italia con el Gran Capitén. (109). En esta vez los perros de presa, ya que en otras hasta Leoncillo, afama- errillo (el perro favorito) habia tomado parte en él repar- 22 COMPENDIO : (LECCION V1. timiento, correspondiéndole $ 500 en el botin. (112). Deesa 6poca en adelante la bandera de guerra de los indigenas fué una camisa de uno de los espaiioles muertos, que cuidaban siempre de empapar en la pri- mera sangre derramada en la batalla. (124). Participaron la inicua sen- tencia que sufrié Balboa los capitanes Botello, Valderribano, Agitero y Hernan Mufioz. (125). Mas que otra alguna se presta la biografia de Balboa para dar interés 4 esta lecciin:-me permito recordar sz em- parque ; sus amores con Fulyia; la profesia del astrélogo veneciano Codro, que le anunciaba la muerte cuando tal estrella estuviera 4 de- terminada altura ;-su prisién efectuada por su amigo Pizarro, 4 quien esperaba muerte no menos desastrada ; Pedrarias viendo el suplicio 4 Ja sombra de un cercado, y, por fin, las tiltimas palabras de la victima, LECCION VI. 1514— 1529. 126. El juicio 4 que se intenté someter 4 Pedrarias por Ja muerte de Balboa no paso de una farsa; pero ya que las quejas y acusaciones fueron intitiles, los Padres Geronimos de la Espanola, 4 quienes estaban especialmente encargados los asuntos de Indias, prohibieron 4 Pedrarias que en lo sucesivo tomase providencia alguna sin consultar al cabildo del Darien. 127. Pocas fueron las expediciones que de aquella época en adelante emprendié Pedrarias, y exiguos los resultados que de ellas obtuvo; circunstancias que, unidas al desagrado en que vivia el Gobernador por la dependencia en que se le habia © colocado, le moyieron 4 recorrer las costas del Sur, deseoso de fundar alli alguna ciudad donde de hecho quedara sustraido 4 la autoridad de los Padres Gerdnimos. 128. Con tal propdsito se embarcéd en 1518 en las naves preparadas por Balboa; pero sin hacer nada de provecho, y menos obtenerlo. Apenas legdé 4 Taboga, y de alli regreso, resuelto 4 fundar una poblacién en el caserfo de Panama. 129. Pero si Pedrarias queria sacudir la tutela del Cabil- do, los colonizadores ansiaban sacudir la autoridad del Gober- nador, y se mostraban reacios para seguirle; de manera que no fué sino hasta el afio siguiente de 1519 cuando, obtenida la orden de la Corte para trasladar 4 Panama el Gobierno civil y la silla episcopal, los pobladores de a Antigua abandonaron Sus establecimientos para trasladarse 4 la nueva ciudad, tinica — que ha subsistido de todas las fundadas hasta aquella época. — DE HISTORIA PATRIA. 23 asladados 4 Panama, no se conformaba con que transcurriesen los anos sin explorar -océano descubierto por su amigo y con- abiendo comunicado su pensamiento al magro y al candnigo Hernando de Luque, entre los tres un pacto, en virtud del cual los x el viaje de exploracién de las uministrar los $ 20,000 que crejan expedicién. arios zarparon.en Noviembre de le peligros y de contrariedades, reco- aelrio Mira, y lograron realizar el del Imperio de los Incas, en cuya s glorias inmarcesibles y muerte esta expedicion tenia lugar en lascos- izadores llegaban 4 las del Norte. Desde habia capitulado la fundacién de una de la Vela y el rio Magdalena. No pudo oyecto sino en 1525, época en que con su costa de Gaira, entrando 4 la bahia de idas los buenos resultados de su itaria con los naturales (33), quiso ustada la paz con las tribus mas cerca- ras, Tagangas y Dorsinos, prohi- el que nadie tomase cosa alguna de los cta Je atraia, como era natural, el ca- en cambio le granjeaba crueles ene- jos compafieros, que no querian esquivar allegar riquezas. produjo al fin una conjuracién en- erte. Los conjurados se dirigie- _sazén se hallaba enfermo, y ndole por muerto. A las voces auxilio Rodrigo Palomino, quien puso . que volvian 4 rematarle, y que mds thendidos, enyiados 4 Santo Domingo, y alli confirié el mando 4 su teniente y favore- a COMPENDIO (LECCION YI. cedor Palomino; y como las heridas fuesen graves, se puso en marcha para Cuba 4 ver de curarlas, pero fallecié al llegar 4 sus costas. Su fallecimiento fué deplorado aun por los natu- rales; tanto asi es cierto que Ja conducta benigna y el buen proceder logran hacer adimiradores aun entre los mismos que seria autorizado considerar como enemigos. 137. Palomino mantuyo 4 raya la ambicidn de sus com- paiieros respecto de las tribus cercanas: pero les did largas con aquellas que estaban més distantes, y entre las cuales hacian prisioneros que enviaban 4 vender como esclavos en Santo Domingo. Quiso hacer lo mismo con los Bondas, pero sufrié una completa derrota, que aproveché como ensenanza para lo futuro. 138. Tan luego como la Audiencia de Santo Domingo tuvo noticia de la muerte de Bastidas, provey6 la gobernacion en Pedro Vadillo, quien con 200 hombres se dirigié 4 Santa Marta 4 posesionarse. Rehuso Palomino verificar la entrega acl mando, esperando resolucién de la Corte, y oponiéndose al desembarco de su competidor. 139. Pedro de Heredia, teniente de Vadillo, intenté se- ducir la gente de Palomino; y acaso hubiera conseguido su objeto si éste, apercibido de lo que pasaba, no hubiese ahor- cado 4 Baez, el oficial traidor, y marchado sobre Vadillo, que con sus tropas habia desembarcado en la ensenada de Concha. 140. Los capellanes intervinieron, y al fin se celebré un arreglo en virtud del cual las dos tropas debian reunirse, y los — dos jefes ejercer el gobierno de la Colonia mientras llegaban _ las decisiones de la Corte. 141. Una vez unidas, intentaron someter 4 la. tribu de los Taironas, y al efecto se dirigieron 4 Pocigiicica, una de sus poblaciones principales; pero habiendo sido. rechazados con notable pérdida, desistieron de su intento, y se dirigieron sobre los pobladores de*la Ramada. En esta expedicién se _ ahogo Palomino en el rio que lleva su nombre. 142. Vadillo did entonces rienda suelta 4 todas sus malas pasiones, saqued los pueblos de la Ramada, asolé los de Valle de Upar, y al cabo de un aio -volvié 4 Santa~Marta cargado de riquezas y de execracién, hasta de sus mismos compaferos, 4 quienes trataba mal y defraudaba en el tepartimiento del _ botin. 5 : 143. La Corte habia provisto ya la Gobernacién en Gar- DE HISTORIA PATRIA, 25 na, y éste habia comisionado 4 Grajeda para que juicio de residencia de Vadillo, sobre quien pesaron lones, que no habria escapado del cadalso, 4 no Oportunamente Garcia de Lerma. Este se con- irle preso 4 Espana, en cuyas costas perecié cacién que le llevaba. aia el nucvo Gobernador instrucciones protecto- naturales, pues no sdlo se prohibia que fuesen re- esclayitud, sino que se ordenaba que todos los que lo trasladados 4 las islas, fueran devueltus 4 sus aserios. Desgraciadamente estas instrucciones se ritas, lo mismo que las que habia traido Pedra- bastaran 4 hacerlas efectivas las constantes recla- fray Tomas Ortiz, que venfa en calidad de pro- e los indigenas. in 1529 desembarco Garcia de Lerma con su lu- 6n, Cuyos oficiales se manifestaban desconsolados riste caserfo que hallaban en donde ellos habian so- trar una ciudad mediana, cuando menos, segun la de que gozaba aquella comarca. Pronto se mibres 4 recorrer el pais en busca de vive- sierra de Bonda cuanto en las Ianuras de recibido por los naturales. ador, lejos de aprovechar estas buenas emprender la colonizacién, sélo quiso ha- acilitar el repartimiento de las tierras, las ueron distribuidas entre los conquistadores, s sometieron al pago de crecido tributo 4 senores de aquel territorio. ¢ Lerma se adjudicé el partido de Pocigtei- el mas yalioso, y alli se traslad6 4 pesar de s que le hacian varios capitanes experimenta- taque de los indios. Este tuvo lugar, y -y hubo de volver 4 Santa Marta, que habia levado, y dejando e su escolta. 1 tiempo un portugués llamado Ge- jien se Ofrecio a reconocer el caudaloso rio | inspirado temor 4 todos los navegantes. iso, emprendio el viaje en dos barquichue- s reconocid 35 leguas del rio, hasta Malambo, 26 3 COMPENDIO (LECCION VI. cuyo Cacique cobro carino por él. Melo regresé 4 Santa Marta, y habria emprendido mayores expediciones sin la afliccién que le causé. la muerte de su hermano, 4 quien sobrevivio muy pocos dias. 149. Unido Lerma con los indios de Bonda, intentd so- meter 4 los de Coto y Pocigiieica, que estaban subleyados; pero una yez mas fueron rechazados, y el Gobernador hubo de regresar lamentando acaso el no haber adoptado otro sis- tema para la colonizacion. : 150. Para dar ocupacién 4 su gente despaché el Gober- nador varias expediciones, de las cuales las principales fueron: la de Pedro de Lerma, que recorrié el Valle de Upar y llego hasta Tamalameque, de donde siguiendo por las margenes” del Magdalena adelanto Lebrija hasta el rio al cual dié su nom- bre; y la que marché como escolta de fray Tomas Ortiz 4 la feria que los indigenas celebraban en la Ciénaga, y que no produjo otro efecto que el de aprehender 4 algunos 4 quienes yendieron como esclavos, 4 pesar de las prohibiciones de la Corte. 151. Las halagadoras noticias que Hegaban del Perd, cuya conquista habia realizado ya Pizarro, hacian que los mas de los compafieros de Lerma quisieran abandonarle; y como el Gobernador no concediese las licencias que se solicitaban, resolvié enviar una expedicidn en busca de los sepulcros del Sint, que por tradicién gozaban fama de riqueza fabulosa. 152. Con 110 de los mas resueltos capitanes y soldados se puso en marcha, por tierra, el bachiller Viana, clérigo 1e- ” cien llegado de Espatia; y luego que se unieron 4 los que re- montaban el rio, lo atrayesaron y llegaron 4 Tacaloa, en don- de el Cauca tributa sus aguas al Magdalena. Siguiendo el — curso de este rio hasta donde recibe al San Jorge, remontaron luego el ultimo nombrado, 153. Ya que en esta larga correria no tuvieron que bata- ar con los indios que adoptaron el sistema de abandonar sus caserfos, sufrieron en cambio toda clase de contrariedades. Fué la primera la muerte de Viana, con motivo de la cual los conquistadores estuvieron 4 punto de irse 4 las manos por — la eleccién del sucesor; y de ahi en adelante, la falta absoluta _ de viveres, lo insalubre del clima, la plaga de insectos, y el — desaliento que cundia, fuerofi los més terribles enemigos que hubieron de combatir. : | DE HISTORIA PATRIA. 27 le ocho meses de dificil € intitil explora- reso 4 Santa Marta, cuando ya estaban renos Ilanos y abundantes en recursos. -hallaron la novedad de la muerte del Go- le Lerma, 4 quien habia reemplazado en el or Infante, que antes habia hecho parte de la Infante apenas se recuerda en la jones que autoriz6, tomando parte in y en la infamia que el hecho apare- ué lo unico que recogio la historia;—castigo me- ca anzaran | siempre: el individuo que no sabe sobre- jones, y el mandatario que no busca nento para satisfacerlas, ICACIONES PARA LOS MAESTROS. casi [ pierde de yista 4 Pedrarias de esta época en 6 4 Guatemala, en donde no se distinguid hasta la época de su muerte, que algunos bus- Poros, y que no lamentan quede ig- War pete: alguna la fecha del suplicio no nae cordado sino por Ja grandeza de encién la conducta de Pizarro al tra- ue para los que quisieran seguirle, Ce recordar 4 los diez y seis que al juemaron las naves.- (132), Era Bastidas oriundo sus mocedades habia ganado fama de pen- 10 la de hébil guitarrista. Aficionado 4 due- dela reafitulacion para descubrir y po- Corte con los Welzares, (1527) ejercia la Coro Ambrosio Alfinger, y aunque su ju tendia hasta el cabo de la Vela, quiso expedi- 28 _ COMPENDIO (LecctéN vit. cionar en el territorio ajeno, que esperaba fuese mas fértil que el propio; y 4 fines de 1530 se dirigio al Valle de Upar con doscientos castellanos y considerable ntimero de indios. 157. Por donde quiera que pas6 dejo huella de sangre, porque a la codicia desmesurada unia un cardcter sanguinario y feroz. Recorrido que hubo aquel territorio, Hegé al del Ca- cique Tamalameque, 4 quien vencié en recio combate, obli- gandole 4 entregarle las armas de su ejército, las cuales que- m6, gran cantidad de viveres que aprovecho para la expedi- cin, y no pequefia suma en oro, que enyid 4 su Gobernador con el capitan Bascona. 158. Este debia regresar trayendo refuerzo de soldados con quienes emprender la conquista de las ricas tierras que le anunciaban; pero después deaguardarle inutilmente un ano, Alfinger resolvid regresar por camino distinto 4 Coro. Al efecto siguid las margenes del Magdalena, subid luego por Ocaiia y, venciendo 4 los indios Citareros, hizo alto antes de tramontar la serrania para entrar al valle de Girén. 159. Temeroso de internarse en la poblada provincia de Guané, siguid el paramo de Cachiri, en donde murieron mu- chos de los suyos, por lo riguroso del clima; legé luego 4 Silos, y tomando la vuelta del valle de Ravicha entro al de Chindcota, y murié alli de una lanzada que, segun se creyd, fué dada por uno de sus companeros. El-valle donde esto ocu- rrié se llamé desde entonces de miser Ambrosio. 160. Pedro‘de San Martin le reemplaz6 en el mando de ja expedicion; y no pensando ya sino en regresar 4 Coro, atra- vesaron el valle de Cucuta batallando diariamente, y al cabo de tres afios Ilegaron al término de su viaje, mas pobres del» que habian salido, muy disminuida la tropa, y habiendo de- jado en el territorio que recorrieron una huella de sangre que en la historia se convirtid en execracién, como recompensa que alcanzardn siempre los caractéres avaros y sanguinarios. 161. Por ese mismo tiempo arribaba 4 nuestras costas la expedicién de don Pedro de Heredia, antiguo teniente de Vadillo, que pudo regresar 4 Espafia con caudal, y alli obte- ner permiso para conquistar y poblar en la costa comprendi- da entre la desembocadura del Magdalena y el golfo del Da- rien, dandole por limite interior 4 su jurisdiccién la linea equinoccial. 162, La expedicién zarpé de Cadiz 4 fines de 1532; hizo DE HISTORIA PATRIA. »y donde ‘se incorporé Francisco Cesar, y ingo, donde como valiosa adquisicién Catalina, oriunda de la costa 4 donde 10s anteriores habfa sido conducida 4 aventureros que iban 4 saquearla. 533) entré Heredia 4 la bahia dia efectué el desembarco, y se de sitio mas abundante en agua \d. Quiso observar una politica vo envid presentes 4 los habitan- ero éstos le fueron devueltos. ediciones que emprendio, llego Hos 4 Turbaco, cuyos moradores mo esfuerzo en defensa de su te- do el dia, y en ella corrieron gran 9 4 punto de morir asfixiado por el la refriega y al del incendio del pue- 32 flechas en la coraza acolchada que le m. vencidos, la poblacion reducida 4 regresaron 4 la costa en busca de fundacion de la ciudad. con las formalidades acostumbra- 3; y fuéla tercera ciudad de im- spanoles, y que subsistid. cercano era Carex, que habitaba en convid6 con la paz; pero recha- recuerdo de las felonias de sus pre- oy hecho prisionero, entregando le 100,000 ducados en oro. Visto esto ; la ‘paz, y no solo obsequid 4 los cas- , sino que sirvio de intermediario para los otros Caciques comarcanos. ees Heredia 4 la costa de Barlovento, das las poblaciones, Pacté alianza thates, para protegerle en sus gue- o éste recibiéd benévolamente 4 los travesar libremente el territorio, ica de San Mateo, en el rio Magdalena, yn 4 Cartagena Hevando millén y medio de er cuidado en la nueva ciudad fué el de la 30 COMPENDIO (LEccION vit. reparticion de las riquezas, adquiridas mas por la prudencia del jefe que por la fuerza de sus armas. Cada uno de los sol- dados recibid 6,000 ducados, siendo éste el mayor de los re- ‘partimientos que se hicieron en la conquista, inclusive los de los tesoros de Atahualpa y Montezuma, 169. Cartagena, obligado punto de escala de las embar- caciones que iban al Istmo, prosperéd rapidamente; y como la abundancia del oro conseguido revelaba la riqueza de las- mi- nas de donde lo extrafan, emprendieron buscar los ricos yene- ros atravesando cl territorio hasta encontrar el mar del Sur. Con tal objeto salis Heredia con 200 infantes, so caballos y gran provision de viveres y bujerias. (8 Enero 1534). 170. Sabedor de que una de las partes de donde trafan el oro era Finzenti, se encamino 4 ese punto que, al mismo. tiempo que.ceimenterio general de la comarca, era santuario donde los naturales depositaban_ricas ofrendas 4 sus idolos y planchas de oro, que tomaron, y cuyo valor pasé de 150,000 ducados. 171. Ocupados los conquistadores en violar las sepultu-, ras que alli habfa, 4 duras penas pudo Heredia persuadirles de la conveniencia de suspender hasta el regreso la apertura de ellas, y continuar la expedicién 4 Zenufana, que asi llama- ban la region que banan el Nechi y sus afluentes, Y que jus- tamente gozaba fama de gran riqueza. 172, Queriendo Heredia seguir el camino més corto, hubo de tramontar Ja cordillera pasando sus cimas frigidisi- mas, y alli muricron algunos de sus compafieros. Al llegar 4 la parte opuesta, los rios iban tan erecidos que era imposible construir los puentes de bejucos que acostumbraban, y menos pasar los caballos; y como los naturales les hostilizaban con- tinuamente, resolvieron regresar 4 Cartagena, 4 donde Ilegé Ja mitad de la expedicién Ievando 400,000 pesos, 6 ducados dicen otros, que habia conseguido tomar, con los cuales com- pletaron dos millones, equivalentes 4 ochenta de nuestra mo- neda. : 173. En Cartagena hallarcn 4 fray Tomas Toro, primer Obispo de aquella didcesis, y 4 Alonso de Heredia, hermano de don Pedro, 4quien éste nombr6é Teniente general, come- iendo asi una grande injusticia respecto de Cesar; pero éste, Sobreponiéndose ala injuria que se le irrogaba, continud pres- tando importantes servicios. HISTORIA PATRIA. 3r organizé nueva expedicién de 200 ueblo de los Sepulcros y descubrir 10 desdend servir como Teniente de L pespuesto. En Finzent no hallaron inagotables en aquel punto; y fué voz lores que los naturales las habian da de Ferraquijel, ¢ intitilmen- la costa en busca de vi- ry abundantes en Tolu, cuyo castellanos de oro. El jefe o Cesar se denegase a hacerlo, entre los expedicionarios, tan 1¢ juzgado y sentenciado 4 muer- a sentencia, porque no hubo un ejecutarla, 535 emprendidé Alonso de Heredia ente, y de ella hacia parte el vale- cargado de prisiones. Venciendo raleza les oponia, Megaron 4 la co- joderoso Cacique Ayapel, quien no en la sorpresa que intento, los conquistadores hallaron ntinuar la marcha hasta 1 izquierda, adelantaron hasta dar ‘on tomar para proveerse de vive- diaron la poblacién y embarcandose €speranza de los espafioles. Estos, resolvieron contramarchar, y asi lo tercera parte de la gente que ha- estos desastres, quiso emprender'y campania al golfo de Uraba, en _restablecido Ja poblacién de los naturales, con quienes valioso comercio. No se confor- otro que él hallase el ambicionado igia 4 Uraba 4 restablecer la ciu- donde tan mala suerte habia cabido 4 32 COMPENDIO (LECcION vm, 179. Pocos dias después lHegé al golfo el Gobernador He- redia, contra quien se habia despertado gran animosidad en Cartagena; y esto al mismo tiempo que Gutiérrez consegufa — ganar 4 su causa 4 Cesar, que ya se dirigia al Pert, donde es- eraba hallar para sus servicios otra recompensa que la negra ingratitud con que se le habia retribuido. a 180. Previas las intimaciones del caso para que Gutiérrez abandonase el golfo, el Gobernador Heredia dio un asalto noc- turno 4a poblacion, que fué ocupada y saqueada, logrando escapar unos pocos que con Cesar y la esposa de Gutierrez, hermana del Cacique principal de aquella region, se internaron A los montes 4 subleyar alos indios y volver con ellos 4 tomar venganza. : 181. Heredia propuso, y Cesar y sus compaficros acepta- — ron, una capitulacién en virtud de la cual los que quisieran podian regresar 4 Panama. Cesar prefirid quedarse en San | Sebastian; y Heredia tomo la vuelta de Cartagena, 4 donde condujo prisionero 4 Gutiérrez, que dias después fué puesto — en libertad por la mediacion del Gobernador de Panama, Fran- cisco Barrionuevo. 182. En Abril de 1536 Alonso de Heredia emprendié la busca del tesoro de Dabaibe, y al efecto salié de San Sebastian con 210 hombres; sufrié toda suerte de penalidades, perdido la mayor parte de su gente, y no hizo sino recorrer infructuosa- mente las regiones que otros habiar. descubierto y visitado. 183. En el saqueo de la Colonia restablecida por Julian Gutiérrez, un soldado de Heredia, Yanez Tatfur, se apodero de 6,000 castellanos de oro que aquél tenia; y cuando fué puesto en libertad en Cartagena, como se ha dicho, se le pre- sento devolviéndole el oro, que solo habja tomado para sal- yarlo de manos menos honradas que las suyas. La impresidn — que lo ejecutado por Tafur produce en el dnimo, comprueba - que la honradez acrisolada vale mas que los hechos de arrojo 6 de encarnizamiento, que no recuerda 6 que desdena la — historia. INDICACIONES PARA LOS MAESTROS. \ (156). Bn 26 de Julio de 1527 el Capitén Juan Ampués habia fon- | dado la ciudad de Coro, y en esafecha se celebré la primera misa en — Venezuela. A esta cindad llegé Alfinger el 27 de Julio de 1528, en ca- ‘ORIA PATRIA. 33 por Carlos V.-~ (158). Es fama que el anos de los indigenas ; y que en visperas’ }due conducia, los cuales han sido bus- (167). Recuérdese que segtin el se- nella época equivaldria & ocho pesos > nuestra actualidad.—Asiel millén y ente & la suma de sesenta millones, comparativo de las monedas, b .000 de hoy, suma que pa- compara atendido el pasado, gin y es explicable el poder reu- durante siglos las minas producian ado en la misma comarca que le comprende esta leccién, tuvieron como la prohibicién de cautivar no fué cumplida, pero que debe | dictaron (1531); y la circunstancia Jorge Spira y sus compafieros, sucesores tbaibe Mamaba siempre la atencion y iquistadores, y 4 buscarle salié ina Nueva expedicién de 100 hom- Francisco Cesar, aclamado jefe tenido que fué el permiso de an mal traido hab{a regresado distinto del que hasta entonces ndo la costahasta rio Verde, ierra de Abibe. Consiguio salir meer grandes obst4culos, como lo hombres y muchos caballos. Reci- lo 4 donde llegaron, pudieron icién. comarca el Cacique Nutibara, y ero de espaiioles que‘hollaban sus $ CON 2,000 indios. Renido estuvo ibria tocado en él 4 los conquis esar dar muerte 4 Quimuncht, her- 34 COMPENDIO (LECCION VILL. mano del Cacique. Este did inmediatamente la orden de la re- tirada que se efectud conduciendo el cadaver del jefe entre el llanto y lamentaciones de sus parciales. 4 187. Por dos indias 4 quienes pudieron aprehender tuvie- ron los expedicionarios importantes noticias. La primera les — revelé un depdsito de 40,000 ducados, que extrajeron de una ~ sepultura. La segunda les did aviso de que toda la comarca fermentaba y se movia para venir sobre ellos; y como era ya _ conocida la tenacidad con que combatian, resolvieron regresar por camino. mas corto, aunque resueltos 4 volver en mayor nimmero 4 aquella region que prometia grandes riquezas, y | en la cual todo anunciaba un grado de civilizacion mucho — mayor que la de los pafses recorridos hasta entonces. 188. En San Sebastidn supo Cesar la mala suerte que habia cabido 4 los de Heredia, é inmediatamente se puso en marcha para Cartagena. El Gobernador y su hermano habian | sido acusados ante la Audiencia de Santo Domingo como de- — fraudadores del Real erario en la reparticién del oro, y con- — traventores 4 la orden que prohibia reducir 4 los indios 4 la — esclavitud. La Audiencia comisioné al oidor Vadillo para | seguir el juicio, y éste los redujo 4 inmundos calabozos y los © carg6 de prisiones. A : 189. Cesar desembarcé 4 media noche, é inmediatamente ~ se dirigié 4 la mazmorra donde yacian los que le habfan de- puesto y sentenciado 4 muerte. De las injurias recibidas tomé Cesar noble desquite, dirigiéndoles benévolas y consoladoras | palabras, llevandoles el oro que les correspondia en el reparti- | miento del que habia producido la ultima jornada, y poniendo — 4 su disposicién su propia fortuna para que si les enviaban 4 | la Corte, como se anunciaba, no Ilegaran en condicién desfa- vorable. ' _ go. No contento con esto, did cerca de Vadillo todos los pasos necesarios para mejorar la condicién de sus enemigos, que en adelante fueron sus'admiradores. De este modo Cesar, — que habfa ganado ya la fama de ser uno de los primeros capi- tanes, obtuvo en la historia el primer puesto entre los caballe- ros de la conquista, que 4 fuer de tal juzgo que la desgracia, lejos de autorizar para tomar venganza, exigia tender mano | protectora al enemigo en tierra. 3 191. En la vecina provincia de Santa Marta habian tenido — lugar sucesos importantes. En 1534 Pedro Fernandez de Lugo, jos hasta enton+ pedicion. Ve- itado, que debia de Garcia de nombre y su ymetid 6 auto- 0 en salvo, de quien lo entreg6 mnteria entre de hacer salir eran dos expe- veces visitada. ondon, debia di- siguiendo te Alonso de algunos ubiera tenido iramas; y jun- habian refugiado larubare y Arobare, tellanos de oro. jo de la Ramada y gira, hallando aban- igo ordend el regreso 4 conseguido y que tanto . 36 COMPENDIO (LECCION VIII. | snecesitaba su padre. En el camino resolvié proceder con tanta ingratitud como villania, y aprovechando un buque que Ilegé — ala costa, fugé para Espaiia HMevandose todo el caudal, que es fama le sirvié para comprar 4 los jueces ante quienes le acus6_ su padre. 2 3 198. Tanto para dar cumplimiento 4 lo capitulado con la _ Corte, cuanto porque era ya la tinica parte por donde podian — expedicionar los de Lugo sin invadir territorios de ajena ju- | risdiccién, resolvié un consejo de capitanes reunidos al efecto emprender la campaiia del interior, remontando el Magdale- na. El Adelantado eligié como jefe de la expedicidn al licen- ciado Gonzalo Jiménez de Quesada, 4 quien delegd todos sus poderes, acallando con el nombramiento de un letrado la ri- validad entre los hombres de armas. 199. Por este mismo tiempo se ponfan por obra otras expediciones en busca de la comarca, cuyo descubrimiento y © conquista estaba reseryado al Teniente de Lugo. Mientras que estudiamos aquellas que obtuvieron mejor éxito, veamos la que antes que otro alguno emprendi6, Jorge Spira, Goberna- dor de Venezuela, en 1535. 200. La expedicién, compuesta de 300 infantes y 100 | hombres de caballerfa, salié de Coro en solicitud de un nuevo Pert que esperaban hallar en las dilatadas Ianuras del orien- te de los Andes. Nicolas Fredeman, Teniente de Spira, debia seguir con 200 hombres en su auxilio. iG 201. Grandes fucron las penalidades que tuvo que sufrir en Ios Ilanos, 4los cuales lego durante la estacién de las Ilu- vias, hallandolos, por consiguiente, inundados; y refiidos los © combates que tuvo que empefar con las tribus de los Choques, Chiscas y Laches; pero mayores que los que presentaban. los indios fueron los obstaculos de la naturaleza, que tuvieron que vencer hasta llegar 4 las barraneas del Upia, donde acampa- — ron durante.el segundo invierno. 202. Tuvo alli Spira noticia del poblado y rico territo- | rio de los Chibchas: pero sin dar fe 4 lo que le anunciaban, y — creyendo que asf lo hacfan los naturales del territorio que — ocupaba por alejarlo de él, continué la marcha en direccién al Sur, tan escaso de provisiones cuanto atormentado por la plaga de insectos y por las enfermedades, que en aquella re- gidn abrasadora se cebaban en los expedicionarios. 4 203. Hostilizado por los indios en algunas partes y to- ISTORIA PATRIA. ow a weniente de la diversidad de dia- intérpretes que traia, llegé el 15 oratorio donde los indios daban dié por nombre ‘La Asuncién,” id que ese dia celebra la Iglesia. bios, mas de provisiones que forzando el paso del Gua- es de sus riberas; y vencien- ilmente intentaron resistir, apamene, con la tristeza de que que eran tan pacificos como como la experiencia lo com- unas jornadas hasta dar en las monto les presentaron batalla. que aceptarla sin caballos ni ros habian muerto en el viaje, adas luego que Ja falta absoluta aguerrida y disciplinada esta eciendo los expedicionarios de itujan su superioridad, fueron éstos idos. ‘ade llevar 4 buen término r la derrota,en que habian es capitanes, emprendio el regre- idénticas penalidades 4 las que $u gente. En una sola ocasién habia animado, pues notando no una tropa espafiola, creyé con u Teniente Fredeman, que, como ir de Coro en su auxilio, partida 4 ver de darle alcance; pues Fredeman habja extraviado Pata no encontrarse con su jefe edicién, hubo el primero de con- 4 Coro el 15 de Mayo de lemente disminuida y pobre. expedici6n de Spira, en la cual sengatios; pero su cardcter honra- conducta siempre honorable, lograron iciera perder en la estimacién general; 38 COMPENDIO (LECCION IX. y que, apreciado y querido, muriera en su Gobernacién de Venemela siete afios después. El ejemplo de Spira prueba que si el triunfo hace mds sonoro el nombre del afortunado que lo alcanza, es sdlo el buen proceder el que en la historia obtiene lugar mas respetable y respetado. ’ INDICACIONES PARA LOS MAESTROS. ie (188). Recuérdese que desde 1531 la Corte habia prohibido cautivar 4 los indigenas - (192). Nuestro historiador Acosta (p. 149) Nama Luis F, al hijo del Adelantado ; pero Piedrahfta, Plaza (pag 33) y otro le la- maron Alonso Luis. Por fin, asi figura en la capitulaciOn firmada en 22 — de Febrero de 1535. Razones son éstas para separarnos por primera vez” el dictamen de nuestro historiador General Acosta - (199). En 1534 habian Megado 4 Coro, enviados por los Welsares, Jorge Spira y sus compaiicros, LECCION 1X. 2 1586 — 1537. 209. En 1536 tres expediciones distintas y por diferentes” caminos se dirigian al centro del pais que habitaban los Chib- | chas. Las encabezaban respectivamente Nicolds Fredemén, | Teniente de Spira, Sebastian de Belalcazar, Teniente de Pizarro, y Gonzalo Jiménez de Quesada, 4 quien, como hemos visto (198), concedié el mando el Adelantado Lugo. aio. Fredeman, que debia haber seguido de Coro en ~ -auxilio de su jefe, se detuvo en el Cabo de la Vela haciendo - intitiles ensayos para la pesqueria de las perlas, pues las ma~ quinas no resultaron apropiadas al efecto; yal saber que” Spira regresaba, emprendi6 la entrada hacia los anos, evitan-— do el encuentro con el Gobernador, para poder seguir por su propia cuenta al descubrimiento de aquellas regiones, que” gozaban fama de fabulosa riqueza. ; 211. Grandes penalidades experimentaron Fredeman y sus compafieros atravesando los terrenos anegadizos de Are- chona y Caocao; y, luego que se separaron de la cordillera, sufrieron Ia falta de provisiones, que les obligaba 4 matar los” caballos, y las plagas que tanto habjan hecho sufrir 4 sus pre- - ‘decesores. rORIA PATRIA. 39 \vierno se acercaron 4 la serrania, 4 ido explorando el Capitan Pedro de nen las cabeceras del rio Pauto. Pa- n, continuaron en direccién al Sur, y dete- dias en las riberas de la parte alta del Meta, el punto que Spira habia Mamado leman Wam6 Nuestra Sefiora de la ita Componer su armamento ide le dejamos por ahora. se aduenid de Quito, uno de za tuvo noticia de un pais lla- s naturales celebraban grandes s los Caciques se cubrian el cuer- fiaban luego en las lagunas que ratorios. De esta noticia nacio la en cuya busca perecieron tantos. uantiosos caudales. tan halagadora noticia para que ter la conquista de tan ricos terri- il pais de los Quillacingas 4 Pedro 4 los Past6s, y poco después en su de Ampudia. Unidos estos dos después de una renida batalla, ‘on prueba de su arrojo, y Ampu- e de 1535 llegaron al territorio del ocuparon la fortaleza, donde los indi- a defensa; siendo mAs sostenida la que poblacién, aunque sin mejor éxito que en! taron Anasco y Ampudia hasta las orillas \paron en una barranca cerea del rio idado de construir algunas fortifica- ‘de la tribu del mismo nombre, que osa. ypamento salid Francisco de Cieza con el valle hasta donde més tarde fue ‘artago., Hallé un territorio muy po- ‘sos moradores pudo vencer facilmente entre las tribus para la defensa comin. oner en salvo 4 algunos heridos y de buscar 4o COMPENDIO (LECCION 1X, refuerzo para acometer mayores empresas, obligé 4 Cieza regrésar al campamento, que ya Ampudia habia tenido que establecer 4 alguna distancia del rio para evitar las fiebres,. que habian hecho estragos en sus filas. 7 218. A esta Colonia lleg6 Belalcdzar, que venia en bus al y enauxilio de sus Tenientes; y luego que renovaron varias de las incursiones hechas, dieron A Miguel Munoz el encargo de escoger sitio para establecer una ciudad, lo que llevo 4 cabo fundando el 25 de Julio de 1536 la de Cali. < 219. En cl mes de Diciembre del mismo ano fundo Belal- cdzar la ciudad de Popayan; y dejando el cuidado de la con-. quista de toda la comarca 4 sus Tenientes, tomo la yuelta de Quito en busca de refuerzos para Ja larga campana de Cun-| dinamarca. En este viaje gast6 todo el aio de 1 537, pues su xvegreso no tuvo efecto hasta el ano siguiente. ] 220. Concluidos los aprestos para laexpedicion, Belalcazar_ confirié el gobierno de-Popayan 4 Francisco Garcia de To- var,,y emprendio trasmentar la cordillera, en la cual tuvo que sostener recios combates, Cuatro meses gasté en llegar al valle” de Neiva, en el cual resolyio acampar algunos dias para dar descanso 4 sus tropas. * 221. A tiempo que Belalcdzar extendia tan considerable-. mente el territorio de su conquista, Pizarro, sospechoso de los proyectos de rebelién que en realidad abrigaba su Teniente, | comisioné 4 Lorenzo de Aldama para que, viniendo de Lima a Popayan, le redujese 4 prision y le enyiase 4 aquella ciudad, en donde habria de sincerarse de los cargos que se le hacian, y de los cuales era el principal el de no haber ocurrido en) auxilio de Pizarro cuando este ultimo tuyo que sostener en el Cuzco el sitio que le puso Manco-Inca, 222. En tanto que, como hemos dicho, Belalcazar se detenia en el valle de Neiya, y Fredeman en Nuestra Sefiora’ de la Fragua, la expedicién que el Adelantado Lugo habia’ tesuelto enviar de Santa Marta, 4 drdenes de Gonzalo Jiménez de Quesada (198), alcanzaba mejor éxito que las de los ya nombrados, q 223. Con 820 infantes y 85 caballos salié la expedicion de Santa Marta el.6 de Abril de 1536. Una parte debja dirigirse por tierra 4 la que habitaba el Cacique Tamalameque, hacia la _embocadura del rio Cesar, en donde se reunirfa con los que re- montaban el Magdalena en las cinco embarcaciones preparadas - 41 ez de Quesada, uar del Junco, alo Sudrez Ron- uan de Céspedes, e. Con los que mio Diaz Car- - n Velasquez. los indios mo fué la ri, leg Tesistir 5 , pues arribaron ,y otros 4 Santa icion fluvial, 16 en su busca [6n, en donde por la tro- n abrien- compatieros navegando andonaron, bre de Barran- a algunos de sus orasen y trajeran egresaron sin ningu- companieros. Qui- 1esada 4 que régre- ‘Valenzuela les hizo 42 COMPENDIO (LEGCION IX, desistir de su intento, limitandose 4 comisionar 4 San Martin para que rogase al jefe accediera 4 la que ya podia Iamarse Ja voluntad general. 3 a 228. San Martin cumplio su encargo, pero Quesada se manifesto inflexible, haciendo presentes las penalidades que habian de sufrir por la falta de embarcaciones y de viveres para el regreso; el mal recibimiento que no podia menos de. hacerles el Adelantado Lugo, que habia arriesgado en la em- presa crecido caudal; y lo mal puestos que quedarfan sus nombres al volver pobres y mal traidos cuando tal vez esta-_ ban en visperas de ver coronados sus esfuerzos. a 229. Lejos, pues, de ordenar el regreso, despachd dos expediciones 4 explorar el rio Op6n. La una, que debia re- montar sus aguas, iba confiada al Capitan San Martfn; la otra, que debia seguir la orilla izquierda, 4 Albarracin y Car- doso. Mads afortunada la primera, hall6é al segundo dia de na- vegacion una canoa que conducfan tres indios; y aunq €stos se arrojaron al agua, Bartolomé Camacho pudo aprchen- | der 4 uno, Por éste supieron que*algunas jornadas mas arriba | habia un depdsito de panes de sal como los que Ievaban en la embarcacion, y que 4 aquel punto la conducian del interior, que era muy poblado y muy rico. 4 230. A pocas jornadas llegaron 4 da casa de la sal ; que asi la amaron por la que alli estaba depositada. San Martin y algunos de sus companeros se internaron hasta donde pu dieron divisar extensos y cultivados valles, y regresaron con la mayor ligereza posible 4 comunicar 4 los expedicionarios. la noticia de que estaban 4 punto de realizar su empresa y_ poner término 4 las calamidades sufridas. i 231. Inmediatamente emprendieron la subida del Opon, yendo los enfermos en las embarcaciones y los otros por la margen izquierda. Asi llegaron hasta el puerto de da sal ; mas, como los buques no podian pasar de alli, resolvid Quesad: que regresasen 4 Santa Marta con los 160 invalidos que le- | vaba la expedicion, 4 quienes reservarian una parte de las ri- quezas que consiguieran. 4 232. El Licenciado Gallegos emprendio el regreso con la flotilla; pero en vez de ir con la presteza que las circunstan-' cias requerfan, se detuyo hostilizando y saqueando 4 los in- dios de las riberas, hasta que en armas todos los Caciques, © dieron sobre él, echaron 4 pique algunas embarcaciones, ma-_ RIA. * 43 4 duras penas lograron i los suyos subian la serrania con los indigenas que defen- leza, que en sus riscos opo- ue presentaban los hombres. | los conquistadores, re- feunirse en la cima de la dnaban los fértiles y poblados de la conquista, fecunda en aturales del de Chipata, Quesada re- mes de Enero de 1537, y fué en- ‘ia del mando, que lejos de aceptar s, dandole por desprendido y libre jefe el Adelantado de Lugo. De un acto de abnegacién simulada en- iva, ganando asi una mancha para mbargo, la que se extendia sobre los tintas vias,se encaminaban al mis- , 4 quien hemos dejado en Nuestra Se- fa hecho traicién 4 Spira; Belalcazar, de Neiva, la hacia 4 Pizarro; Que- el valle de Vélez, tenia que avergon- Los tres conquistadores alcanzaron fama, pero el punto negro que la histo- mbres, comprueba que un acto de trai- a base para alcanzar glorias. anjero que aprehendié Daza, decia que su Pro- irumarca. Seria digna de estudio la etimologia va uno de los Estados de Colombia-(218). Pie- jor de Cali Miguel Lopez Mutioz. DECOLON X. 1537. torio chibcha, al cual Negaban ya las tres wendia una extensidn de 600 leguas cua- 44 COMPENDIO (LEccION x dradas, cultivadas en su mayor parte, y habitadas por nume-— rosa poblacion que algunos historiadores exageran, pero que’ prudentemente no puede calcularse en menos de 2,000 habi- tantes por legua. 237. Habfan aleanzado los chibchas un grado de civili-” zacién que les asignaba el tercer lugar entre los imperios de América. Sus tradiciones decian que de paises lejanos vino un hombre llamado NeNnguereva, que dict6 las leyes, les ensefié 4 tejer, y desaparecié luego por el Oriente, dejandoles sus doctrinas y ensefanzas como depdsito que debian guar- dar hasta su regreso. | 238. El Gobierno era despético, y lo ejercian dos sobe- ranos igualmente poderosos: el Zipa que residfa en Muequeta ¢ (hoy Funza), y el Zaque, que tenia establecida su corte en/ ‘Tunja. La corona era heredada por el sobrino de Ja linea fe- menina del soberano, 4 quien se daba educacién especial en los lugares establecidos con tal objeto. Ademas de estos dos altos funcionarios, ejercia grande influencia y no disputada — autoridad, en casos determinados, el Sumo Sacerdote de Traca, encargado de guardar y hacer respetar las tradiciones re ligiosas. 4 239. La historia de los chibchas, en los afios anteriores 4 la conquista, se liga intimamente con la cuestién, tantas” veces debatida y nunca resuelta, de cémo y cudndo fpé po blada la América. Hoy todavia no hay 4 este respecto sino” conjeturas, 4 las cuales no pueden dar base las tradiciones in- | digenas, porque los conquistadores, mas aficionados al oro” que 4 la historia de la region que descubrian, destruyeron los templos y los monumentos que las hubieran ‘conservado 6 Te velado. 4 240. El mas antiguo de los Zipas, hasta donde. alcanza la tradicion, se llamaba Saguanmachica, y reindé veinte afios, de 1470 4.1490. Durante su reinado sostuvo guerra encarni- zada con la nacion de los Panches ; y tuvo que someter sometié 4 algunos de los caciques de su _territorio, que se su- blevaron aprovechando la dificil situacidn en que le ponian © los enemigos que amagaban por todas partes. q 241. La nacién de los Swtagaos le movid guerra, pero fué vencida y reducida a la servidumbre despues de encarni zada batalla. El cacique de Guatavita, que era uno de los _ ms poderosos sefiores del Imperio, se sublev6é contra el Zipa 45 preparé. nume- ‘egresar A sus esta- ctos, que pronto os Panches, y opé, el Zipa de- contd se en- 90 comba- -antiguo aliado insurrectos del insurrectos, 4 Guatavita per- desde entonces ant6 hasta el al le esperaba -adelant6 im- jército, que esta- ir6. en ‘desorden, aprovechar esta ues, y le sucedié 46 COMPENDIO (LECCION X. Thisquezusha, Alas glorias militares que habia alcanzado — quiso unir el prestigio de ser el vengador del Zipa. Sin pér- ~ dida de tiempo reorganizé6 el ejército, y despues de pasar re- | vista 4 70,000 combatientes que acampaban en Cajicd, abrié _ la campafia contra el Zaque. Ya en visperas del combate in- q tervino el Sumo Sacerdote de Suamoz (hoy Sogamoso), 4 quien su cardcter sagrado daba doble valimiento, y consiguié — que entre los dos soberanos se pactara una tregua. - 247. Aun reinaba Lhisquezusha, cuando Megd 4 sus — dominios la noticia de la expedicién de extranjeros que los invadian. En efecto, Quesada habia levantado el campo de — Chipata, en 2 de Marzo de 1537, y bajando el valle que bana _ el rio Sarabita (hoy Suarez), siguié al vallede Ubasé, atravesé sin detenerse las tierras de Sorocotd, Moniquird, Susa y — Tinjacd, y el 12 de Marzo acampo en Guacheta. 248. Temerosos los pobladores, se retiraron 4 un pefién — que les servia de fortaleza, desde donde obseryaban los movi- . mientos del ejército invasor. Alli hizo publicar Quesada un “ bando en el cual, bajo penas severas, prescribia el mas pro- ~ fundo respeto 4 las propiedades de los naturales; y esta medida fué fecunda en resultados, pues que los indigenas perdieron el temor que la vista de los espafioles les inspir6, y no sdlo los obsequiaron, sino que prepararon favorablemente 4 la opinién en la comarca. “ 249. Debido 4 esto en gran parte, la marcha de la expe- dicién por el valle dé Lenguazaque fué un verdadero triunfo. Los naturales salfan 4 ofrecerles lo que tenian, y entre hono- | res y obsequios Ilegaron 4 Suesca, donde uno de los soldados — espatioles, Juan Gordo, arrebaté unas mantas y pago su falta © con la vida, pues juzgado sumariamente, fué sentenciado 4 muerte. Este fué el primer ajusticiado oficialmente en nues- _ tro pais. z x : 4 250. El Cacique de Suesca comunicé al Zipa la Ilegada de los extranjeros, y la temeridad con que tan reducido nime- — ro de hombres pretendia que se jurase obediencia al monarea | espatiol. El Zipa reunié 4 los senores principales, y escogio los 600 mds renombrados por su valor, creyendo que este cuer- — po serfa bastante para vencer al pufiado de aventureros que invadia su territorio. : 3 251. Quesada y los suyos habfan doblado ya la colina © que separa el valle de Suesca del de Nemocén; y como era al _ mandados por lta que custodia- que era ésta, argaron con tal ego el refuerzo ampo espatiol. la muerte del ampo y se io Chibcha. ‘pero una le resisten- tra al Occidente, spedes. EZ] primero pero, convenci- -explorase el cerro de Somondoco, de donde decian que saca-— _ ban las preciosas piedras. Asi lo hizo el comisionado, que re- 48 COMPENDIO (LECCIGN X. en busca de refuerzo, El segundo entro 4 las tierra de Su- mapaz, y luego tomé la vuelta de Fusagasuga dirigiéndose 4— Tibacuy, en donde se le reunié San Martin, enviado con tal objeto por el jefe. Bien recibidos por los sutagaos, entraron al © territorio de los panches, con quienes tuvieron que sostener — una refiida batalla en que estuvieron 4 punto de ser venci- ” dos. Escarmentados y mal traidos, hubieron de volver al ” campamento, evitando nyevos encuentros con aquellos que” tan heroicamente defendian su territorio. ee 256. El deseo de hallar las minas de esmeraldas, de las” cuales tenian ya ricas muestras, los decidié 4 emprender la” expedicién al Nordeste, en la cual fueron mds afortunados. © Establecié Quesada su cuartel general en Turmequé, y de © alli destacé al Capitan Pedro Fernandez Valenzuela para que | gres6 lleyando algunas esmeraldas de gran valor. ; 257. En el valle de Tenza tuvieron noticia los conquis- tadores de los inmensos Llanos que se hallan al trasmontar la cordillera ; y creyendo que aquella regién seria més rica © que la que iban recorriendo, comisioné Quesada 4 San Mar: 4 tin para que buscase el camino mas recto y mas cémod Con tal objeto recorrié el territorio hasta Lengupa; pero hallando muchos obstaculos, quiso buscar entrada por otra” parte, y al efecto recorrié los valles de Baganique, Siachoque © y Tocavita, hasta llegar 4 124. 3 258. En este ultimo pueblo tuvo noticia San Martin de © un poderoso y rico Szefor 4 quien lamaban Tundama, y re-~ solvid marchar sobre él; pero los guias le hicieron desviar, © temerosos de que pudieran ir al gran templo de Suamoz. Al mismo tiempo un indigena, queriendo vengar 4 su padre, 4 © quien habfa sacrificado el Zaque, lo denuncid al Capitan Va- negas, y al punto Quesada levanté el campo, dirigiéndose 4 ~ la Corte de Tunja y tomando en persona el mando dela van- ” guardia. 4 259. El 20 de Agosto de 1537, al caer el sol, ‘se presento © Gieaae con su escolta al frente de la ciudad; y aunque el aque enyid varios emisarios instandole para que demorase ” la entrada hasta el siguiente dia, el espanol resolyio verifi- carla sin pérdida de tiempo. Forzadas las puertas, Gonzalo ~ Sudrez Rondon se situé con los jinetes en la doble estacada — 49 pafiado por unos :aguardaba el So- neolerizado con- a, ordend ite verificd ciones y res-" conquistado- mplo de Suga- is de Septiem- uisieron dete- 3 pero burlados erosos de que alli debian , encendieron sorprendi- te, que no ldados origind el ué el Pontifice eriendo reducir 4 que no podia de- ierto que el Sumo el templo de Sua- le un pueblo y la go z © COMPENDIO (LECCION INDICACIONES PARA LOS MAESTROS. (245). El ntimero de los combatientes, respecto del cual estén ac des todos los historiadores antiguos, podria ser base para estimar poblacién de los respectivos Estados— (262). Los chibchas colindab' por Occidente con los musos, colimas y panches ; por el Norte con laches, agataes y guanes— El Dios 4 quien adoraban se Mamaba Chi chaciim, 6 protector de ’os chibchas. El Creador’era llamado Chimini gua Adoraban los chibchas el sol y laluna— Para ellos el mundo oblado por Bachué, la Eva de los chibchas - Para ellos Béchica era ios bienhechor ; Mensatoa el Dios de los pintores de mantas ; F6 Baco de la mitologia; Chaquen el protector de las sementeras. Liam pan Cuchavira al Arco-iris, como anuncio de paz entre la tierra y d cigjo - Hn sus fiestas pyaiaa siempre 4 dos indigenas que levaban una zed, como emblema de la muerte, queriendo recordar 4 los vives y aft tunados el final de las grandezas humanas - Asi en Piedrah{ta, como Simén, Plaza, Acosta. ke, puede y debe estudiar el maestro las institu nes, costumbres, &e. de los indigenas. : LECCION XI. 1538—1539, 263. Temeroso Quesada de que la exacerbacién de log Animos produjera una sublevacién, regreso 4 Tunja,

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