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2.- Fase de pesca: el asesino comienza la búsqueda en lugares donde cree que
puede hallar el tipo de víctima de sus fantasías. Puede ser un parque público, una
zona de prostitución, un colegio o una estación de tren. Probablemente, en alguno
de esos lugares termine por marcar su blanco. Es en esta fase donde selecciona a
la víctima idónea.
3.- Fase de seducción: en algunos casos el asesino ataca por sorpresa, de modo
que atrapa una víctima en la calle o bien entra en una vivienda y mata a su víctima.
Sin embargo, con frecuencia siente un placer especial en atraer a sus víctimas
generando en ellas una falsa sensación de seguridad, burlando su autoprotección
o incluso propiciando encuentros casuales. Algunos utilizan su atractivo físico y su
apariencia inofensiva para convencer a una mujer o a un niño de que suban a su
coche y otros utilizan promesas como el dinero o un buen trabajo. En esta fase el
asesino en serie utiliza su capacidad para mentir y engañar.
5.- Fase del asesinato: en esta fase el asesino mata a la víctima siempre por
medios violentos. Si el asesinato es un sustituto de sexo, como suele ser frecuente,
el momento de la muerte es el clímax, lo que el asesino buscaba desde el momento
en que comenzó a fantasear. Aquí cada asesino disfrutará con sus preferencias
homicidas utilizando distinto métodos según su perfil: unos estrangulando, otros
golpeando o acuchillando, disparando, asfixiando, torturando, etc. En esta fase es
donde el AS obtiene su mayor placer al hacer realidad la fantasía gestada en su
mente.
6.- Fase fetichista: el asesinato les ofrece un intenso placer, pero efímero. La
fantasía que se ha generado en la mente del asesino es muy intensa pero la muerte
de la víctima es más “corta” en el tiempo de ahí que uno de los aspectos más
llamativos, es el hecho de que algunos de esos asesinos seriales, se lleven un
objeto de la víctima o incluso una parte de la víctima, como joyas, ropa, un mechón
de pelo, o hagan fotografías o videos. Otros guardan recortes de periódicos o
graban las noticias de sus crímenes que se difunden por televisión. Siempre son
objetos muy personales y con un significado especial para el asesino. Esta actitud
la llevan a cabo los asesinos organizados y ha sido ampliamente estudiada por el
FBI. Fue Robert Ressler quién comenzó a hablar de estos objetos como “trofeos”
ya que ese parece ser el significado que tienen para estos asesinos. El objetivo es
poder rememorar el crimen cometido. A través de la visión, el tacto o el olor de ese
“trofeo” el asesino revive paso a paso como cometió el asesinato, el terror que sintió
la víctima, lo que sufrió, si se resistió, cuánto tiempo tardo en morir. Así la fantasía
se mantiene más tiempo y de manera más gratificante ya a través de los sentidos
perciben objetos que le recuerdan el momento del crimen. Rememorar cada instante
de sus actos le puede llegar a producir un gran placer y en algunos casos puede
incluso sentir más placer que durante la comisión del propio asesinato. Esta
búsqueda de la rememoración del crimen y alargamiento del placer explica también
porque algunos de ellos vuelven a la escena del crimen una vez ha sido acordonada
por la policía. Cuando a Ted Bundy se le preguntó que porque tomaba fotografías
de sus víctimas contesto que “Cuando trabajas duro para hacer algo bien, luego no
quieres olvidarlo”. Cuando en España se detuvo a José Antonio Rodriguez Vega
(El asesino de anciana) la policía registró su apartamento y encontraron un cuarto
tapizado en color rojo en el que había una estantería con objetos que había
sustraído a sus víctimas: relojes, figuras de porcelana, floreros, ceniceros.
7.- Fase depresiva: llega tras el asesinato y puede incluso generar ideas suicidas
en el asesino, puesto que con esa muerte no ha obtenido la gratificación con la que
fantaseaba. Sin embargo, la respuesta más frecuente es un renovado deseo de
matar y comienza a planear su siguiente asesinato. Esta es la fase de enfriamiento
durante la cual el asesino en serie deja de matar.
BIBLIOGRAFÍA:
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