Como máximo órgano de representación estudiantil de la Universidad Rey Juan
Carlos, expresa un enérgico rechazo a la continua desacreditación que el caso del máster de Cristina Cifuentes está suponiendo a los estudios, Universidad y docentes, al menos aquellos que no han incurrido en esta u otras prácticas ominosas. No podemos ni debemos olvidar que el mayor damnificado es el estudiantado, pasado, presente y futuro, de esta Universidad y de todas las universidades públicas del país; pues la gravedad del asunto puede llegar a traspasar fronteras con sus respectivas consecuencias para nuestro sistema educativo. Desde el pasado 21 de marzo, diferentes medios de comunicación han informado del cúmulo de irregularidades en torno a la realización de este máster. Esta información ha supuesto la respuesta desde la propia institución, en forma de investigación, con participación de observadores externos nombrados por la CRUE, y que ahora se eleva a la Fiscalía; así como por parte de la Asamblea de Madrid, con un pleno extraordinario que aumentó la incertidumbre, ante la falta de respuesta a estas sospechas. Ante las declaraciones de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, se quiere destacar que el procedimiento por el que supuestamente desarrollaba las clases y exámenes de su máster, de tipo presencial, constatan un hecho auténticamente inviable dentro de nuestra Universidad, sin poder aportar ningún ejemplo similar que pudiera contradecir esta afirmación. La publicación, en los últimos días, de las declaraciones de la supuesta presidenta del tribunal evaluador del TFM de Cristina Cifuentes, Alicia López de los Mozos, corroboran una versión que apunta a la veracidad de las informaciones de los medios de comunicación. Tras últimas declaraciones ofrecidas por el equipo de Gobierno de la URJC, se constata también la inexistencia de un acta del tribunal del TFM, así como del registro de entrada del TFM en la Universidad, lo que se traduce en la dificultad de demostrar la existencia del mismo, y un posible delito que ha obligado a elevar el caso a la Fiscalía. Por todo ello, y en virtud de la potestad y, sobre todo, del deber como representantes, pedimos: 1. Que se depuren todas las responsabilidades (políticas, profesionales y legales) sobre el actual caso, instando a la Universidad Rey Juan Carlos y a su Rector a continuar hasta el final, para poder conocer absolutamente toda la verdad, con total transparencia y a la mayor brevedad posible. 2. Que los profesores y personalidades implicadas en el caso den explicaciones claras y reales al estudiantado de la Universidad, como uno de los principales afectados, en términos morales, de este caso. a. Concretamente, que se rindan cuentas ante este Consejo de Estudiantes, como máximos representantes del estudiantado. b. Que los profesores, cuya implicación en cualquier tipo de irregularidad sea demostrada, sean expedientados, separados de la docencia y penalizados como la justicia considere oportuno. c. Que cualquier otro tipo de irregularidad sea perseguida y sancionada por la Universidad, para evitar casos similares. Que, para este cometido, un órgano interno de la Universidad, y compuesto por los tres sectores, vele por el buen hacer de sus profesionales. 3. Que la Presidenta de la Comunidad de Madrid, María Cristina Cifuentes Cuencas, dimita; a menos que demuestre con pruebas fidedignas la falsedad de las acusaciones. 4. Que el estudiantado muestre enérgicamente su rechazo a esta y cualquier otra forma de corrupción dentro de NUESTRA UNIVERSIDAD, sumándose a este comunicado, que apoya cualquier forma de organización estudiantil para luchar contra estas prácticas.
Reunido el Consejo de Estudiantes de la Universidad Rey Juan Carlos, en