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RESEÑAS
Estos y otros muchos temas se desarro- Quizá sea éste el momento de parar y
llan en esta obra colectiva de profesores de llevar a cabo una reflexión serena, abierta,
la Università della Santa Croce. El libro pre- plural e inteligente sobre los resultados del
tende llevar a cabo un análisis de los dis- gran proyecto moderno de libertad, pro-
tintos aspectos de la cultura (escenarios) yecto de raíz eminentemente cristiana.
que ayude a esclarecer los grandes retos y Para ser libres, hemos huido de muchas
las líneas maestras de la Nueva Evangeliza- cosas, hasta huir del mismo Dios. ¿De ver-
ción que pretende la Iglesia de hoy. El pro- dad hemos ganado absolutamente en liber-
fesor Schlag aborda el escenario econó- tad? ¿En qué sí y en qué no? ¿Hay algo que
mico; Rodríguez Luño trata el escenario corregir al proyecto de emancipación?
político, la profesora Aparecida analiza el Porque la fe cristiana tiene, y tendrá mu-
fenómeno migratorio y el pluralismo; la cho que decir siempre, en un diálogo per-
perspectiva de la comunicación de la fe es petuo con la cultura del momento, sobre la
investigada por el prof. La Porte. El texto verdad y la libertad.
acaba con un epílogo del prof. Buch sobre
el espíritu de la Nueva Evangelización. José Manuel FIDALGO
RESEÑAS
nos tomamos en serio el qué. El segundo gran problema para hablar de Dios es que
mandamiento nos recuerda que el nombre «no sabemos hablar», por eso tampoco re-
de Dios no se ha de pronunciar en vano. Es- zamos, «porque la oración es el acto más
te mandato es una advertencia, una amenaza profundo de la palabra» (p. 64). Para hablar
que parece más dirigida al que habla de Dios de Dios hay que aprender a hablar. La pa-
en exceso (con demasiada ligereza, porque labra no es, como en el animal, un sonido
en realidad no sabe quién es) que al que ca- eficaz que produce un efecto, sino mucho
lla (p. 36). Una idea sugerente que pone en más: es la llamada al ser de las cosas, su vo-
entredicho a la vez al fundamentalismo y al cación, su identidad; nace del respeto, de la
ateísmo, al agnosticismo y a los falsos devo- contemplación, del recogimiento ante las
tos del «cristianismo social» que han susti- cosas. La palabra verdadera no manipula
tuido a Cristo por los valores cristianos. las cosas, sino que entra en comunicación
El cristianismo es el encuentro con Al- con la esencia misma. El alma es en cierta
guien. Pero Alguien que no es una cosa más medida, decía Aristóteles, todas las cosas.
entre las cosas, no es una supercosa, una su- En ese verdadero encuentro con las cosas se
percriatura. Este enfoque haría de Dios un produce el encuentro con Dios, porque
competidor (p. 52), un invasor que oscurece «Dios se esconde para hacerse presente en
las cosas cercanas y bonitas de este mundo. sus criaturas» (p. 121), su aparente ausencia
Hablar de Dios se convertiría en algo extra- es el secreto de su presencia en todo.
ño a la palabra humana. Pero el reto (que A la hora de evangelizar, no importa
Dios mismo ha planteado con su Encarna- tanto el razonamiento como el encuentro,
ción) es, precisamente hablar de Dios con lo esencial del mensaje no es el contenido
nuestras palabras (con el mismo lenguaje de lo que se dice sino la presencia del men-
con el que el hombre habla de fútbol, de co- sajero: por eso el mensaje se puede enviar
mida o de amor). Dios no es una alternativa con «un tipo cualquiera», no se necesita
al mundo porque es el Ser, no un ser entre ser «un experto». Los cristianos somos, a
otros. Dios es todopoderoso, «débil es el po- fin de cuentas, unos payasos que hacemos
der que necesita aplastar a los demás para como hombres que somos, nuestra «entra-
existir» (p. 57). Dios no es una palabra entre da triunfal» en la existencia con un buen
otras palabras, sino la Palabra que hace exis- tropiezo y que nos llenamos de sonrojo en
tir todas las palabras, luz que no compite con la nariz y en las mejillas por nuestras ver-
los colores sino que los vivifica y los hace güenzas. Incluso Dios se hace presente en
brillar. Dios no rivaliza con las criaturas, sino el silencio, sin decir nada, como en la eu-
que las hace surgir y crecer. Hablar de Dios caristía donde nos callamos ante el miste-
es algo así como «despuntar el alba», hacer rio, porque «somos amordazados por el
ver a Dios en lo más vulgar de cada día, beso universal de su carne» (p. 129).
porque Dios está ahí. «Lo inefable es esto: Por eso ¿cómo se habla de Dios? Con
que él habita bajo las palabras de cada día» un balbuceo (de niño), el balbuceo del
(p. 60), por eso hablar de Dios no es hablar apóstol es la prueba convincente de su ver-
de una cosa más, sino «intentar llegar allí dad. Siempre ha sido así, no es el éxito bri-
donde ya tenemos nuestra morada». Dios ya llante lo que da fruto, sino la cruz. Las
está presente en cada cosa que nombramos, contrariedades no son impedimentos, sino
en cada palabra que pronunciamos. el marco del anuncio (p. 168).
Lo que tenemos es que fijarnos en las Un gran libro, sugerente, inspirador,
palabras y no usarlas mezquinamente. En- con ideas para meditar.
contramos a Dios cuando no hablamos su-
perficialmente ni buscamos el resultado. El José Manuel FIDALGO