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Pedro E. Morán
Agosto 2003 (modificado Agosto 2017)
Los criterios utilizados para clasificar los virus han variado en la medida que ha
cambiado nuestra percepción sobre ellos:
Según las enfermedades: Desde las antiguas civilizaciones, como las del antiguo
Egipto y Grecia, existen registros con descripciones precisas y sorprendentes de
enfermedades de humanos, animales y vegetales, aunque la naturaleza de los agentes
virales responsables de esas afecciones aún no se conocía.
El principal problema de establecer una clasificación de los virus sobre la base de esas
descripciones es que diferentes virus pueden producir cuadros clínicos similares.
La naturaleza del genoma viral es por lo tanto relevante para determinar qué pasos son
necesarios para lograr este objetivo. En realidad hay una gran cantidad de variaciones que
pueden ocurrir en estos procesos, aún en aquellos virus con estructuras genómicas
similares. La razón de esto se encuentra en la relación de la compartimentalización nuclear
y citoplasmática de la célula eucariota, con la información genética y la capacidad
bioquímica del genoma viral.
A los fines prácticos de explicar un prototipo básico de ciclo replicativo viral, podemos
considerar 7 pasos. Cabe aclarar que estas divisiones son arbitrarias y que este esquema de
ciclo replicativo se refiere a virus que infectan mamíferos.
No todos los pasos que se describirán aquí pueden ser detectables como estadíos diferentes
para todos los virus, a menudo pueden ocurrir en forma casi simultánea, como si fuesen un
único evento.
Algunos de estos estadios han sido estudiados minuciosamente y se conoce gran cantidad
de información sobre ellos; otros sin embargo continúan conservando cierto grado de
misterio y en algunos casos están virtualmente sin resolver.
Debido a que los pasos de la replicación viral que aquí se describen son arbitrarios, y dado
que la replicación involucra un ciclo, se debe comenzar el tema en un punto determinado;
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1-UNIÓN VIRUS-CÉLULA
Técnicamente, la unión de un virus a una célula consiste en una unión específica de una
proteína viral de unión (antireceptor) a una molécula celular receptora (receptor).
Las moléculas receptoras sobre las superficies celulares pueden ser proteínas
(generalmente glucoproteínas), o residuos de carbohidratos presentes en glucoproteínas o
glucolípidos.
Las proteínas generalmente presentan alta especificidad como receptores, mientras que los
carbohidratos son menos específicos.
Algunos virus complejos como los poxvirus y los herpesvirus utilizan más de un receptor,
por lo tanto poseen vías alternativas para ingresar a una célula.
Los virus de vegetales enfrentan un problema en especial para poder iniciar una infección;
la superficie externa de las plantas está compuesta por capas protectoras de pectinas y
resinas, además cada célula está rodeada por una gruesa pared de celulosa cubriendo la
membrana citoplasmática.
Hasta el momento no se conoce ningún virus de vegetales que utilice receptores específicos
como los de los virus de mamíferos y bacterias; más bien dependen de la presencia de una
lesión en la pared celular para introducir directamente la partícula viral en la célula. Este
hecho se logra por la presencia de vectores asociados a la transmisión del virus -por ej. los
artrópodos- o simplemente por el daño mecánico en las células.
Esta falta de receptores constituye un problema especial para los virus de plantas, dado que
luego de la replicación inicial en una célula se les dificulta la diseminación de la nueva
progenie viral en el resto de los tejidos del vegetal.
Algunos de los ejemplos de interacción virus-receptor mejor conocidos son los de la familia
Picornaviridae: la molécula receptora de uno de los picornavirus de humanos -género
rhinovirus-, es la molécula de adhesión intercelular 1 -ICAM-1-, la función normal de esta
molécula es unir las células a sustratos adyacentes.
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A diferencia de otras áreas de la superficie del virus, los residuos de aminoácidos que
conforman la superficie interna del CAÑÓN son poco variables. Este es un dato
importante, ya que cualquier cambio estructural en esta región produciría una alteración en
el mecanismo de unión al receptor celular. La actividad antigénica de estos aminoácidos
está protegida dado que las moléculas de anticuerpos son demasiado grandes como para
poder ubicarse dentro de los cañones, lo que facilita que el virus pueda evadir una respuesta
inmune.
En los poliovirus, en vez de un cañón hay una especie de canal que rodea el vértice de cada
pentámero de la cápside. Las regiones -altamente variables- de la cápside, a las que se unen
los anticuerpos están localizadas en las prominencias de cada lado del canal, que es
demasiado estrecho como para permitir que los anticuerpos se unan a los residuos de
aminoácidos localizados en la base. Estos residuos –poco variables- son los que interactúan
con el receptor celular.
Aún entre la familia Picornaviridae hay variaciones; aunque hay 90 serotipos de rhinovirus
que utilizan el ICAM-1 como receptor, otros 10 serotipos utilizan proteínas relacionadas a
receptores de lipoproteínas de baja densidad. Otros utilizan factores de adhesión vascular o,
como en el caso del virus de la fiebre aftosa, utilizan una molécula del tipo de las
integrinas.
para el virus de la influenza, dado que el ácido siálico está ampliamente distribuido el virus
tiende a unirse inespecíficamente a una gran variedad de células y a restos celulares.
Este paso inicial de la replicación -la interacción entre el virus y la célula hospedadora-
tiene una gran influencia en la patogénesis del virus y en determinar el curso de una
infección viral.
En algunos casos se requiere la interacción con más de una proteína para que la partícula
viral pueda ingresar a la célula. Un ejemplo de esto es el proceso mediante el cual los
adenovirus ingresan a la célula. La acción inicial es la unión de la proteína presente en las
fibras del virus a una proteína -no identificada- en la superficie celular. Sin embargo esto no
es suficiente, para la entrada del virus se requiere un paso más que consiste en la unión de
la proteína viral –pentona- a una vitronectina; esta proteína celular no es un receptor para
los adenovirus, sino que es un factor complementario que se requiere para la penetración
viral.
También puede ocurrir que algunas partículas virales, cubiertas con anticuerpos, se unan a
moléculas receptoras para el Fc dispuestas sobre la superficie de monocitos y otras células
sanguíneas, y de esta forma ingresan a la célula blanco. Este fenómeno se ha observado en
algunos casos donde la presencia de anticuerpos anti-virales ha dado como resultado una
potenciación en el mecanismo del ingreso de las partículas virales a la célula y un
incremento en la patogenicidad, en vez de producir la neutralización viral como cabría
esperar.
2-INGRESO A LA CÉLULA
3) FUSIÓN: Sólo ocurre con los virus envueltos. En este proceso ocurre una fusión
de la envoltura viral con la membrana celular, ya sea directamente en la superficie
celular o en una vesícula citoplasmática luego de la endocitosis. La fusión requiere
de la presencia de una proteína de fusión específica en la envoltura del virus -por
ejemplo la hemaglutinina en el virus de la influenza o las glucoproteínas de
transmembrana en los retrovirus-. Estas proteínas promueven la unión de las
membranas del virus y de la célula, esto resulta en la liberación de la nucleocápside
directamente en el citoplasma. Este proceso no es dependiente pH.
En este paso la cápside es parcial o totalmente removida dejando expuesto el genoma viral,
generalmente en forma de complejo nucleoproteico.
La remoción de la envoltura viral que ocurre durante la fusión de las membranas, forma
parte de este proceso de liberación del genoma.
La fusión entre las envolturas virales y las membranas endosómicas se produce por la
acción de proteínas virales de fusión. Estas generalmente son activadas por la aparición de
un dominio de fusión -oculto hasta ese momento- como consecuencia de cambios
conformacionales en la proteína, inducidos por el descenso del pH en la vesícula.
El proceso inicial de pérdida de envolturas puede ocurrir dentro del endosoma -producido
por el cambio del pH- o directamente en el citoplasma.
Ciertos productos químicos, como monesina, nigericina o cationes como cloroquina y
amonio pueden utilizarse para bloquear la acidificación de las vesículas, por lo tanto
interfieren en el paso de liberación del genoma, cuando dicho proceso se produce dentro del
endosoma.
La endocitosis puede resultar un proceso nocivo para los virus, pues si permanecen
demasiado tiempo dentro de la vesícula pueden ser dañados en forma irreversible por la
acidificación o por las enzimas lisosómicas.
Algunos virus pueden controlar este proceso, por ejemplo la proteína M2 del virus de la
influenza actúa como un canal de membrana, que permite la entrada de iones hidrógeno en
la nucleocápside, facilitando la pérdida de las envolturas. Esta proteína M2 es
multifuncional y cumple también un rol en la maduración del virus.
El resultado de la pérdida de las envolturas depende de la estructura y la composición
química de la nucleocápside; estos dos factores determinan el siguiente paso del ciclo de
replicación.
En las cápsides de herpesvirus y adenovirus se producen cambios estructurales luego de la
penetración a la célula, esto les permite permanecer intactas durante un largo período de
inducir la unión al citoesqueleto. Esta interacción permite el transporte de la cápside
completa hasta el núcleo de la célula. La pérdida de envolturas se produce en los poros de
la membrana nuclear, de esta manera la nucleocápside ingresa al núcleo.
En los reovirus y poxvirus no ocurre una pérdida de envolturas completa, y muchas de las
reacciones de replicación del genoma son catalizadas por enzimas codificadas por el virus,
dentro de partículas citoplasmáticas.
VIRUS DE CLASE I
Virus de DNA de doble cadena. Esta clase puede subdividirse en dos grupos:
a) Replicación exclusivamente nuclear. La replicación de estos virus es dependiente en
gran medida de factores celulares. -Flias. Herpesviridae, Adenoviridae,
Poliomaviridae, Papilomaviridae.
VIRUS DE CLASE II
Virus de DNA de cadena simple. La replicación ocurre en el núcleo, involucra la
formación de una doble cadena de DNA intermediaria, que sirve como templado (molde)
para la síntesis del nuevo DNA de cadena simple. Flias. Parvoviridae y Circoviridae-
VIRUS DE CLASE IV
Virus de RNA simple de sentido positivo. Estos virus pueden dividirse en dos grupos:
a) Orden nidovirales: Producen mRNAs monocistrónicos subgenómicos, unidos en su
extremo 3’. Flias. Coronaviridae y Arteriviridae.
VIRUS DE CLASE V
Virus de RNA simple negativo. Los genomas de estos virus pueden dividirse en dos
grupos:
a) Genomas segmentados: El primer paso en la replicación es la transcripción del
genoma (RNA-) por acción de la RNA polimerasa RNA dependiente, asociada al
virión; esta enzima produce un mRNA monocistrónico, que sirve como molde para
la replicación del genoma. Flias. Orthomixoviridae, Arenaviridae, Hantaviridae y
Peribunyaviridae (Orden Bunyavirales) (las tres últimas familias poseen un RNA
ambisentido).
VIRUS DE CLASE VI
Virus de RNA simple positivo diploide con una forma DNA intermediaria. No puede
actuar directamente como mRNA, sino que sirve como molde para la síntesis de DNA por
acción de la enzima viral transcriptasa reversa. Flia. Retroviridae.
5-ENSAMBLE
Este paso consta de la unión de todos los componentes necesarios para la formación de la
estructura básica de la nueva partícula viral en un determinado sitio de la célula. El sitio del
ensamble depende del lugar de replicación del virus y del mecanismo por el cual el virus es
liberado de la célula; estos eventos varían para los diferentes virus. Por ejemplo, los
picornavirus, poxvirus y reovirus se ensamblan en el citoplasma, mientras que los
adenovirus, herpesvirus y parvovirus lo hacen en el núcleo.
Al igual que con los primeros estadíos de la replicación, no siempre es posible identificar el
ensamble, la maduración y liberación de los virus como fases distintas y absolutamente
delimitadas. El sitio del ensamble tiene una gran influencia sobre todos esos procesos.
En la mayoría de los casos, las membranas celulares son utilizadas como lugar de anclaje
de las proteínas virales, y esto es lo que inicia el proceso de ensamble. Aparentemente
cuando los niveles intracelulares de proteínas virales y moléculas de genomas llegan a un
punto crítico de concentración, se dispara -por un mecanismo no muy bien conocido- el
proceso de ensamble.
Muchos virus producen altos niveles de concentración de componentes estructurales dentro
de compartimentos subcelulares, estos se conocen como CUERPOS DE INCLUSIÓN.
Estos cuerpos de inclusión son una característica común de los últimos estadíos de la
infección celular.
El tamaño y ubicación de estas inclusiones en las células infectadas, -visibles con
microscopio óptico- son generalmente características de algunos virus en particular: por
ejemplo la infección con el virus de la rabia resulta en la formación de grandes inclusiones
citoplasmáticas -perinucleares-, denominadas Corpúsculos de Negri.
6- MADURACIÓN
Este es el estadío del ciclo replicativo en el cual el virus se hace infeccioso. La maduración
generalmente incluye cambios estructurales en la partícula viral, estos cambios pueden ser
el resultado de cortes específicos de proteínas de la cápside para formar productos maduros,
o de cambios conformacionales en las proteínas durante el ensamble. Estos eventos
conducen frecuentemente a cambios estructurales sustanciales en la cápside, por ej. las
diferencias de antigenicidad entre la partícula viral incompleta y la madura.
Para algunos virus el ensamble y la maduración ocurren dentro de la célula y son procesos
inseparables, mientras que para otros la maduración puede ocurrir sólo después de la
liberación de la partícula viral. De todos modos, y en cualquiera de los casos, el proceso de
maduración prepara al virus para la infección de nuevas células.
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7-LIBERACIÓN
Los virus en general pueden liberarse de la célula mediante dos tipos de mecanismos: lisis y
gemación.
Para los virus líticos -la mayoría de los virus desnudos-, la liberación es un proceso simple:
la célula infectada se rompe y libera las partículas virales.
En el caso de los virus que se liberan por gemación, estos adquieren su envoltura lipídica y
las proteínas asociadas en el momento en que pasan a través de la membrana plasmática o
de vesículas intracelulares.
La liberación de los virus por esta vía puede resultar altamente perjudicial para la célula -
por ej.en el caso de paramixovirus, rabdovirus, togavirus- o no -por ej. retrovirus-; de todos
modos en cualquiera de los casos el proceso es controlado por el virus: la interacción física
de las proteínas de la cápside sobre la superficie interna de la membrana celular fuerza a la
partícula viral a pasar a través de dicha membrana.
El ensamble, la maduración y liberación son generalmente procesos simultáneos en los
virus que se liberan por gemación.
El tipo de membrana a través de la cual geman los virus depende del tipo de virus, por ej.
puede ser a través de membranas de organelas celulares como en el caso de algunos
bunyavirus y flavivirus, a través de la membrana citoplasmática -ortomixovirus,
coronavirus, rabdovirus, hepadnavirus- o a través de la membrana nuclear como en los
herpesvirus.
El estudio en detalle de cada uno de estos procesos, muestra que existen muchas diferencias
entre los ciclos replicativos de los diferentes virus. Estas diferencias están determinadas por
la biología de la célula hospedadora y la naturaleza del genoma viral.
De todos modos, a los fines prácticos de estudiar el proceso de replicación viral, es posible
hacerlo desde una visión general tomando como esquema los tres procesos básicos
mencionados, que en una u otra forma son cumplidos por todos los tipos de virus.