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CICLO REPLICATIVO DE LOS VIRUS

Extraído de “Principles of Molecular Virology”


Alan J. Cann. – 2nd. Edition. Academic Press – 1997.

Pedro E. Morán
Agosto 2003 (modificado Agosto 2017)

Los criterios utilizados para clasificar los virus han variado en la medida que ha
cambiado nuestra percepción sobre ellos:

Según las enfermedades: Desde las antiguas civilizaciones, como las del antiguo
Egipto y Grecia, existen registros con descripciones precisas y sorprendentes de
enfermedades de humanos, animales y vegetales, aunque la naturaleza de los agentes
virales responsables de esas afecciones aún no se conocía.
El principal problema de establecer una clasificación de los virus sobre la base de esas
descripciones es que diferentes virus pueden producir cuadros clínicos similares.

Según la morfología: En la medida que se perfeccionaron las técnicas de análisis y


aumentó la lista de virus identificados, durante las décadas de 1930 a 1950, fue posible
clasificar los virus en función de las características estructurales de la partícula viral,.
Si bien esto era un notable avance respecto a las bases de clasificación mencionadas en el
punto anterior, aún quedaban dificultades para diferenciar entre virus que son
morfológicamente similares pero causan diferentes cuadros clínicos -por ej. los
picornavirus-.
Durante esta época, la serología fue una importante herramienta para la clasificación viral,
y la morfología de la partícula viral sigue siendo un elemento válido para dicha
clasificación.

Clasificación funcional: En los últimos años se ha puesto mayor énfasis en las


estrategias de replicación de los virus. En este punto es importante considerar la
composición y estructura del genoma de los virus y los condicionamientos que imponen
sobre la replicación. Este enfoque se ha acelerado con el desarrollo de la biología
molecular, debido a la importancia central que tiene el genoma viral en esta nueva
tecnología.
El análisis molecular de los genomas virales permite una identificación rápida e inequívoca
de diferentes cepas, además de tener valor predictivo sobre las propiedades de nuevos virus
que poseen estructuras genómicas conocidas.

Si asumimos el concepto de virus como un organismo inanimado con un propósito


consciente, el objetivo básico de un virus es replicar su información
genética.
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La naturaleza del genoma viral es por lo tanto relevante para determinar qué pasos son
necesarios para lograr este objetivo. En realidad hay una gran cantidad de variaciones que
pueden ocurrir en estos procesos, aún en aquellos virus con estructuras genómicas
similares. La razón de esto se encuentra en la relación de la compartimentalización nuclear
y citoplasmática de la célula eucariota, con la información genética y la capacidad
bioquímica del genoma viral.

El tipo de célula infectada por el virus tiene un efecto importante en el proceso de


replicación. Para los virus con hospedadores eucariotes, este punto es generalmente
complejo. Los ciclos replicativos de los virus varían en función de la naturaleza del agente
viral y de diferentes tipos celulares. Sin embargo, la capacidad de codificación de los
genomas obliga a los virus a elegir una estrategia de replicación. Esta debería ser una que
implique una gran seguridad -para el virus- sobre la célula hospedadora.
En algunos casos puede tratarse de un genoma viral pequeño y con la necesidad de
codificar sólo la información esencial para unas pocas proteínas, -por ej. los parvovirus-.
Por el contrario, los virus con genomas más grandes y complejos –por ej. los poxvirus-
codifican la mayor parte de la información necesaria para la replicación, y el virus sólo
utiliza de la célula la energía necesaria y el sistema de síntesis de macromoléculas, -ej.
ribosomas-.
Los virus con genoma de RNA, que poseen una RNA polimerasa asociada, no tienen
necesidad aparente de ingresar al núcleo de la célula, aunque durante el ciclo de replicación
algunos lo hacen, -ej. ortomixovirus, retrovirus etc.-.
Los DNA virus replican en su mayoría en el núcleo celular; sin embargo algunos, como los
poxvirus, han evolucionado hasta poseer la capacidad bioquímica suficiente como para
poder replicar en el citoplasma, con mínimos requerimientos de las funciones celulares.

CICLO DE REPLICACIÓN VIRAL

A los fines prácticos de explicar un prototipo básico de ciclo replicativo viral, podemos
considerar 7 pasos. Cabe aclarar que estas divisiones son arbitrarias y que este esquema de
ciclo replicativo se refiere a virus que infectan mamíferos.

Cualquiera sea la naturaleza del hospedador, -procariotes, invertebrados, aves o mamíferos-


todos los virus deben cumplir de alguna forma cada uno de estos estadíos a fin de completar
exitosamente sus ciclos de replicación.

No todos los pasos que se describirán aquí pueden ser detectables como estadíos diferentes
para todos los virus, a menudo pueden ocurrir en forma casi simultánea, como si fuesen un
único evento.
Algunos de estos estadios han sido estudiados minuciosamente y se conoce gran cantidad
de información sobre ellos; otros sin embargo continúan conservando cierto grado de
misterio y en algunos casos están virtualmente sin resolver.

Debido a que los pasos de la replicación viral que aquí se describen son arbitrarios, y dado
que la replicación involucra un ciclo, se debe comenzar el tema en un punto determinado;
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por lo tanto podríamos considerar la interacción de un virus con la célula hospedadora


como el punto inicial del ciclo.

1-UNIÓN VIRUS-CÉLULA
Técnicamente, la unión de un virus a una célula consiste en una unión específica de una
proteína viral de unión (antireceptor) a una molécula celular receptora (receptor).

Actualmente se conocen muchos ejemplos de receptores virales:

VIRUS RECEPTOR FUNCIÓN


Virus de la inmunodeficiencia Antígeno de diferenciación Receptor de señal
Felina (Retrovirus) de leucocitos (CD9)
Rotavirus porcino del grupo A Ácido siálico Carbohidrato
Coronavirus bovino Ácido siálico Carbohidrato
Virus rábico (Rabdovirus) Receptor de Acetilcolina Receptor de señal.

Las moléculas receptoras sobre las superficies celulares pueden ser proteínas
(generalmente glucoproteínas), o residuos de carbohidratos presentes en glucoproteínas o
glucolípidos.
Las proteínas generalmente presentan alta especificidad como receptores, mientras que los
carbohidratos son menos específicos.

Algunos virus complejos como los poxvirus y los herpesvirus utilizan más de un receptor,
por lo tanto poseen vías alternativas para ingresar a una célula.
Los virus de vegetales enfrentan un problema en especial para poder iniciar una infección;
la superficie externa de las plantas está compuesta por capas protectoras de pectinas y
resinas, además cada célula está rodeada por una gruesa pared de celulosa cubriendo la
membrana citoplasmática.
Hasta el momento no se conoce ningún virus de vegetales que utilice receptores específicos
como los de los virus de mamíferos y bacterias; más bien dependen de la presencia de una
lesión en la pared celular para introducir directamente la partícula viral en la célula. Este
hecho se logra por la presencia de vectores asociados a la transmisión del virus -por ej. los
artrópodos- o simplemente por el daño mecánico en las células.
Esta falta de receptores constituye un problema especial para los virus de plantas, dado que
luego de la replicación inicial en una célula se les dificulta la diseminación de la nueva
progenie viral en el resto de los tejidos del vegetal.

Algunos de los ejemplos de interacción virus-receptor mejor conocidos son los de la familia
Picornaviridae: la molécula receptora de uno de los picornavirus de humanos -género
rhinovirus-, es la molécula de adhesión intercelular 1 -ICAM-1-, la función normal de esta
molécula es unir las células a sustratos adyacentes.
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Estructuralmente la ICAM-1 es similar a una inmunoglobulina con dominios constantes y


variables homólogos a los de los anticuerpos, y es considerada miembro de la superfamilia
de las inmunoglobulinas.
Para el género poliovirus, el receptor es una proteína integral de membrana, la que también
es miembro de la familia de inmunoglobulinas, con un dominio variable y dos constantes.
A diferencia del ICAM-1, la función de esta proteína aún es desconocida.
Dado que se ha podido conocer con alto grado de detalles la estructura de la cápside de un
importante número de picornavirus, en los últimos años ha sido posible determinar los
componentes virales responsables de la unión al receptor.
En la superficie de cada capsómero hay una depresión -una especie de hoyo- denominada
CAÑÖN, formada por los bordes de los monómeros VP1, VP2 y VP3, -proteínas
características de los picornavirus-.
Existen algunas drogas inhibidoras que tienen acción sobre esas depresiones y pueden
bloquear la unión de los rhinovirus a las células.

A diferencia de otras áreas de la superficie del virus, los residuos de aminoácidos que
conforman la superficie interna del CAÑÓN son poco variables. Este es un dato
importante, ya que cualquier cambio estructural en esta región produciría una alteración en
el mecanismo de unión al receptor celular. La actividad antigénica de estos aminoácidos
está protegida dado que las moléculas de anticuerpos son demasiado grandes como para
poder ubicarse dentro de los cañones, lo que facilita que el virus pueda evadir una respuesta
inmune.

En los poliovirus, en vez de un cañón hay una especie de canal que rodea el vértice de cada
pentámero de la cápside. Las regiones -altamente variables- de la cápside, a las que se unen
los anticuerpos están localizadas en las prominencias de cada lado del canal, que es
demasiado estrecho como para permitir que los anticuerpos se unan a los residuos de
aminoácidos localizados en la base. Estos residuos –poco variables- son los que interactúan
con el receptor celular.
Aún entre la familia Picornaviridae hay variaciones; aunque hay 90 serotipos de rhinovirus
que utilizan el ICAM-1 como receptor, otros 10 serotipos utilizan proteínas relacionadas a
receptores de lipoproteínas de baja densidad. Otros utilizan factores de adhesión vascular o,
como en el caso del virus de la fiebre aftosa, utilizan una molécula del tipo de las
integrinas.

Otro ejemplo de interacción virus-receptor es el del virus de la influenza -virus de la gripe,


familia Ortomixoviridae-. La hemaglutinina y la neuraminidasa son proteínas presentes en
las espículas de la superficie viral.
La hemaglutinina es la responsable de la unión del virus al receptor, ácido siálico, -ácido N-
acetil neuramínico- que está presente en una gran cantidad de moléculas glucosiladas.
Debido a esto, hay poca especificidad de unión virus-célula, por lo tanto los virus de la
influenza pueden unirse a una amplia variedad de tipos celulares -por ejemplo causan
aglutinación de glóbulos rojos-, además de unirse a aquellas células en las que causan
infección productiva.
La neuraminidasa, presente en los ortomixovirus y de los paramixovirus, es una esterasa
que cliva –corta- el ácido siálico en cadenas de azúcares; esto es importante particularmente
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para el virus de la influenza, dado que el ácido siálico está ampliamente distribuido el virus
tiende a unirse inespecíficamente a una gran variedad de células y a restos celulares.

La unión a los receptores celulares puede ser un proceso reversible; si no se produce la


penetración del virus a la célula, el virus puede desprenderse de la superficie celular. El
desprendimiento de la superficie celular después de haberse unido al receptor, generalmente
conduce a cambios en el virus -por ej. pérdida o alteraciones de las proteínas virales de
unión-, lo que produce una disminución o pérdida de las posibilidades de subsecuentes
uniones a otras células.

En la mayoría de los casos, la presencia -o ausencia- de receptores en la superficie de la


célula determina el TROPISMO de un virus; o sea, qué tipo de célula hospedadora es
capaz de infectar.

Este paso inicial de la replicación -la interacción entre el virus y la célula hospedadora-
tiene una gran influencia en la patogénesis del virus y en determinar el curso de una
infección viral.
En algunos casos se requiere la interacción con más de una proteína para que la partícula
viral pueda ingresar a la célula. Un ejemplo de esto es el proceso mediante el cual los
adenovirus ingresan a la célula. La acción inicial es la unión de la proteína presente en las
fibras del virus a una proteína -no identificada- en la superficie celular. Sin embargo esto no
es suficiente, para la entrada del virus se requiere un paso más que consiste en la unión de
la proteína viral –pentona- a una vitronectina; esta proteína celular no es un receptor para
los adenovirus, sino que es un factor complementario que se requiere para la penetración
viral.

En algunos casos, la unión a receptores específicos puede ser reemplazada por


interacciones no específicas o inapropiadas entre la partícula viral y la célula.
Es posible que la partícula viral pueda ingresar “accidentalmente” a la célula mediante
procesos como la pinocitosis o fagocitosis; de todos modos, la frecuencia con la que ocurre
este hecho accidental es muy baja.

También puede ocurrir que algunas partículas virales, cubiertas con anticuerpos, se unan a
moléculas receptoras para el Fc dispuestas sobre la superficie de monocitos y otras células
sanguíneas, y de esta forma ingresan a la célula blanco. Este fenómeno se ha observado en
algunos casos donde la presencia de anticuerpos anti-virales ha dado como resultado una
potenciación en el mecanismo del ingreso de las partículas virales a la célula y un
incremento en la patogenicidad, en vez de producir la neutralización viral como cabría
esperar.

2-INGRESO A LA CÉLULA

La penetración a la célula blanco ocurre normalmente en un tiempo muy breve luego de la


unión del virus al receptor en la superficie celular.
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A diferencia del proceso anterior, el ingreso a la célula es generalmente un proceso


dependiente de energía, esto significa que la célula debe estar metabólicamente activa.

En este paso hay tres mecanismos involucrados:

1) TRANSLOCACIÓN: La partícula viral atraviesa la membrana citoplasmática.


Este proceso es poco frecuente en los virus y no está completamente dilucidado.
Puede estar mediado por proteínas de la cápside viral y receptores específicos de
membrana.

2) ENDOCITOSIS: El virus ingresa mediante la formación de vacuolas


intracelulares. Este es probablemente el mecanismo de ingreso más común en los
virus. No se necesita de la presencia de proteínas virales específicas -excepto de
aquellas involucradas en la unión al receptor- pero sí es necesaria la formación de
vesículas endocíticas en la membrana celular y la posterior internalización de estas.
Este mecanismo involucra un cambio de pH en el endosoma para liberar
posteriormente el genoma del virus dentro del citoplasma.

3) FUSIÓN: Sólo ocurre con los virus envueltos. En este proceso ocurre una fusión
de la envoltura viral con la membrana celular, ya sea directamente en la superficie
celular o en una vesícula citoplasmática luego de la endocitosis. La fusión requiere
de la presencia de una proteína de fusión específica en la envoltura del virus -por
ejemplo la hemaglutinina en el virus de la influenza o las glucoproteínas de
transmembrana en los retrovirus-. Estas proteínas promueven la unión de las
membranas del virus y de la célula, esto resulta en la liberación de la nucleocápside
directamente en el citoplasma. Este proceso no es dependiente pH.

El proceso de endocitosis es casi universal en las células animales; se forman vesículas en


la membrana plasmática, las que posteriormente son englobadas e internalizadas al
citoplasma. La vida media de estas vesículas es muy breve, en pocos segundos la mayoría
se fusiona con endosomas liberando su contenido en esas vesículas más grandes. Durante
este lapso, la partícula viral contenida en estas estructuras está separada del citoplasma por
una bicapa lipídica. Posteriormente, los endosomas se fusionan con los lisosomas, el
ambiente interno se vuelve progresivamente más hostil, se acidifica en la medida que el pH
desciende y aumenta la concentración de enzimas degradativas. Esto significa que el virus
debe liberarse de la vesícula e ingresar al citoplasma antes de ser degradado. Hay una serie
de mecanismos por los cuales esto ocurre, incluyendo la fusión de membranas.
La liberación de la partícula viral desde el endosoma y su pasaje al citoplasma están
conectados estrechamente -y a menudo imposible de separar- al paso siguiente de
liberación de las estructuras, también mencionado como desnudamiento y liberación del
genoma.
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3-PÉRDIDA DE ENVOLTURAS (LIBERACIÓN DEL GENOMA)

En este paso la cápside es parcial o totalmente removida dejando expuesto el genoma viral,
generalmente en forma de complejo nucleoproteico.
La remoción de la envoltura viral que ocurre durante la fusión de las membranas, forma
parte de este proceso de liberación del genoma.
La fusión entre las envolturas virales y las membranas endosómicas se produce por la
acción de proteínas virales de fusión. Estas generalmente son activadas por la aparición de
un dominio de fusión -oculto hasta ese momento- como consecuencia de cambios
conformacionales en la proteína, inducidos por el descenso del pH en la vesícula.
El proceso inicial de pérdida de envolturas puede ocurrir dentro del endosoma -producido
por el cambio del pH- o directamente en el citoplasma.
Ciertos productos químicos, como monesina, nigericina o cationes como cloroquina y
amonio pueden utilizarse para bloquear la acidificación de las vesículas, por lo tanto
interfieren en el paso de liberación del genoma, cuando dicho proceso se produce dentro del
endosoma.
La endocitosis puede resultar un proceso nocivo para los virus, pues si permanecen
demasiado tiempo dentro de la vesícula pueden ser dañados en forma irreversible por la
acidificación o por las enzimas lisosómicas.
Algunos virus pueden controlar este proceso, por ejemplo la proteína M2 del virus de la
influenza actúa como un canal de membrana, que permite la entrada de iones hidrógeno en
la nucleocápside, facilitando la pérdida de las envolturas. Esta proteína M2 es
multifuncional y cumple también un rol en la maduración del virus.
El resultado de la pérdida de las envolturas depende de la estructura y la composición
química de la nucleocápside; estos dos factores determinan el siguiente paso del ciclo de
replicación.
En las cápsides de herpesvirus y adenovirus se producen cambios estructurales luego de la
penetración a la célula, esto les permite permanecer intactas durante un largo período de
inducir la unión al citoesqueleto. Esta interacción permite el transporte de la cápside
completa hasta el núcleo de la célula. La pérdida de envolturas se produce en los poros de
la membrana nuclear, de esta manera la nucleocápside ingresa al núcleo.
En los reovirus y poxvirus no ocurre una pérdida de envolturas completa, y muchas de las
reacciones de replicación del genoma son catalizadas por enzimas codificadas por el virus,
dentro de partículas citoplasmáticas.

4-REPLICACIÓN DEL GENOMA Y EXPRESIÓN GENÉTICA

La estrategia de replicación de un virus depende de la naturaleza de su material genético.


En este aspecto los virus pueden ser divididos en siete grupos -clasificación de Baltimore –
1971-.
El control de la expresión génica determina el desarrollo del curso de una infección viral
(aguda, crónica, persistente o latente).
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VIRUS DE CLASE I
Virus de DNA de doble cadena. Esta clase puede subdividirse en dos grupos:
a) Replicación exclusivamente nuclear. La replicación de estos virus es dependiente en
gran medida de factores celulares. -Flias. Herpesviridae, Adenoviridae,
Poliomaviridae, Papilomaviridae.

b) Replicación citoplasmática. Estos virus han evolucionado y adquirido los factores


necesarios para la transcripción y replicación de sus genomas; poseen una RNA
polimerasa DNA dependiente asociada al virión, por lo tanto son bastante
independientes de la maquinaria celular. -Flias. Poxviridae y Asfarviridae.

VIRUS DE CLASE II
Virus de DNA de cadena simple. La replicación ocurre en el núcleo, involucra la
formación de una doble cadena de DNA intermediaria, que sirve como templado (molde)
para la síntesis del nuevo DNA de cadena simple. Flias. Parvoviridae y Circoviridae-

VIRUS DE CLASE III


Virus de RNA de cadena doble. Estos virus tienen genoma segmentado, cada segmento
es transcripto por separado para producir mRNAs monocistrónicos individuales. Flias.
Reoviridae y Birnaviridae.

VIRUS DE CLASE IV
Virus de RNA simple de sentido positivo. Estos virus pueden dividirse en dos grupos:
a) Orden nidovirales: Producen mRNAs monocistrónicos subgenómicos, unidos en su
extremo 3’. Flias. Coronaviridae y Arteriviridae.

b) Virus con mRNAs policistrónicos: El genoma (RNA +) forma el mRNA, el cual es


traducido luego de la infección, resultando en la síntesis de una poliproteína, la que es
posteriormente clivada para formar las proteínas maduras. Flias. Picornaviridae,
Caliciviridae, Flaviviridae, Togaviridae y Astroviridae-

VIRUS DE CLASE V
Virus de RNA simple negativo. Los genomas de estos virus pueden dividirse en dos
grupos:
a) Genomas segmentados: El primer paso en la replicación es la transcripción del
genoma (RNA-) por acción de la RNA polimerasa RNA dependiente, asociada al
virión; esta enzima produce un mRNA monocistrónico, que sirve como molde para
la replicación del genoma. Flias. Orthomixoviridae, Arenaviridae, Hantaviridae y
Peribunyaviridae (Orden Bunyavirales) (las tres últimas familias poseen un RNA
ambisentido).

b) Genoma no segmentado -Orden mononegavirales- . La transcripción se realiza como


en el caso anterior, la RNA polimerasa viral produce un mRNA monocistrónico de
la misma longitud del genoma viral. Flias. Paramixoviridae, Rabdoviridae,
Filoviridae y Bornaviridae.
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VIRUS DE CLASE VI
Virus de RNA simple positivo diploide con una forma DNA intermediaria. No puede
actuar directamente como mRNA, sino que sirve como molde para la síntesis de DNA por
acción de la enzima viral transcriptasa reversa. Flia. Retroviridae.

VIRUS DE CLASE VII


Virus de DNA doble cadena, circular e incompleto con una forma RNA
intermediaria. Estos virus también utilizan la transcriptasa reversa, pero a diferencia de los
anteriores esta transcripción ocurre en la partícula viral durante la maduración. Cuando
infectan una célula la primera acción es completar la cadena de DNA incompleta, luego se
produce la transcripción. Flía. Hepadnaviridae.

5-ENSAMBLE

Este paso consta de la unión de todos los componentes necesarios para la formación de la
estructura básica de la nueva partícula viral en un determinado sitio de la célula. El sitio del
ensamble depende del lugar de replicación del virus y del mecanismo por el cual el virus es
liberado de la célula; estos eventos varían para los diferentes virus. Por ejemplo, los
picornavirus, poxvirus y reovirus se ensamblan en el citoplasma, mientras que los
adenovirus, herpesvirus y parvovirus lo hacen en el núcleo.

Al igual que con los primeros estadíos de la replicación, no siempre es posible identificar el
ensamble, la maduración y liberación de los virus como fases distintas y absolutamente
delimitadas. El sitio del ensamble tiene una gran influencia sobre todos esos procesos.
En la mayoría de los casos, las membranas celulares son utilizadas como lugar de anclaje
de las proteínas virales, y esto es lo que inicia el proceso de ensamble. Aparentemente
cuando los niveles intracelulares de proteínas virales y moléculas de genomas llegan a un
punto crítico de concentración, se dispara -por un mecanismo no muy bien conocido- el
proceso de ensamble.
Muchos virus producen altos niveles de concentración de componentes estructurales dentro
de compartimentos subcelulares, estos se conocen como CUERPOS DE INCLUSIÓN.
Estos cuerpos de inclusión son una característica común de los últimos estadíos de la
infección celular.
El tamaño y ubicación de estas inclusiones en las células infectadas, -visibles con
microscopio óptico- son generalmente características de algunos virus en particular: por
ejemplo la infección con el virus de la rabia resulta en la formación de grandes inclusiones
citoplasmáticas -perinucleares-, denominadas Corpúsculos de Negri.

La concentración de componentes de la estructura viral en un sitio determinado puede ser


potenciada por la interacción de proteínas asociadas a membranas. Este mecanismo es
particularmente importante en el caso de los virus envueltos, que son liberados de la célula
por GEMACIÓN.
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En algunos casos la formación de la partícula viral puede ser un proceso relativamente


simple, dirigido sólo por la interacción entre las subunidades estructurales de la cápside y
controlado por las reglas de la simetría. Otras veces, el ensamble resulta un proceso
complejo, de varios pasos, que involucra proteínas estructurales del virus y otras proteínas,
celulares y codificadas por el virus, que actúan como molde para guiar el ensamble del
virión.
La encapsidación del genoma viral puede ocurrir en los primeros pasos del ensamble -por
ej. los virus con simetría helicoidal ensamblan su cápside alrededor del genoma-, o en los
últimos estadíos cuando el genoma es “empaquetado” dentro de una “caparazón” proteica
casi completa.

6- MADURACIÓN

Este es el estadío del ciclo replicativo en el cual el virus se hace infeccioso. La maduración
generalmente incluye cambios estructurales en la partícula viral, estos cambios pueden ser
el resultado de cortes específicos de proteínas de la cápside para formar productos maduros,
o de cambios conformacionales en las proteínas durante el ensamble. Estos eventos
conducen frecuentemente a cambios estructurales sustanciales en la cápside, por ej. las
diferencias de antigenicidad entre la partícula viral incompleta y la madura.

Las proteasas virales frecuentemente están involucradas en la maduración, aunque en


algunos casos pueden actuar enzimas celulares o una combinación de enzimas celulares y
virales. Ciertamente hay un cierto riesgo en la participación de enzimas proteolíticas
celulares en este proceso, dado que la falta de especificidad sobre el sustrato podría
ocasionar fácilmente la completa degradación de las proteínas de la cápside.
Sin embargo, las proteasas codificadas por el virus en general son altamente específicas
para determinadas secuencias de aminoácidos y estructuras; frecuentemente sólo cortan una
unión peptídica en particular en una estructura proteica grande y compleja como la cápside.
Además, en cierta forma son controladas al ser empaquetadas dentro de la partícula viral
durante el ensamble y sólo se activan cuando toman contacto con las secuencias específicas
para la conformación de la cápside, por ejemplo al localizarse en un sitio hidrofóbico o por
cambios de pH o concentración de determinados iones dentro de la cápside.
Las proteasas de los retrovirus son un buen ejemplo de enzimas involucradas en la
maduración, que están bajo este tipo de control. El core de los retrovirus está compuesto
por proteínas codificadas por el gen gag y la proteasa es empaquetada en el core antes de la
liberación de la célula por gemación. En algún momento del proceso de gemación, la
proteasa corta los precursores de la proteína gag en productos maduros -proteínas de la
càpside, nucleocàpside y matriz de la partícula viral madura-.

Para algunos virus el ensamble y la maduración ocurren dentro de la célula y son procesos
inseparables, mientras que para otros la maduración puede ocurrir sólo después de la
liberación de la partícula viral. De todos modos, y en cualquiera de los casos, el proceso de
maduración prepara al virus para la infección de nuevas células.
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7-LIBERACIÓN

Los virus en general pueden liberarse de la célula mediante dos tipos de mecanismos: lisis y
gemación.
Para los virus líticos -la mayoría de los virus desnudos-, la liberación es un proceso simple:
la célula infectada se rompe y libera las partículas virales.
En el caso de los virus que se liberan por gemación, estos adquieren su envoltura lipídica y
las proteínas asociadas en el momento en que pasan a través de la membrana plasmática o
de vesículas intracelulares.
La liberación de los virus por esta vía puede resultar altamente perjudicial para la célula -
por ej.en el caso de paramixovirus, rabdovirus, togavirus- o no -por ej. retrovirus-; de todos
modos en cualquiera de los casos el proceso es controlado por el virus: la interacción física
de las proteínas de la cápside sobre la superficie interna de la membrana celular fuerza a la
partícula viral a pasar a través de dicha membrana.
El ensamble, la maduración y liberación son generalmente procesos simultáneos en los
virus que se liberan por gemación.
El tipo de membrana a través de la cual geman los virus depende del tipo de virus, por ej.
puede ser a través de membranas de organelas celulares como en el caso de algunos
bunyavirus y flavivirus, a través de la membrana citoplasmática -ortomixovirus,
coronavirus, rabdovirus, hepadnavirus- o a través de la membrana nuclear como en los
herpesvirus.

En resumen, la replicación de los virus implica tres procesos básicos:


a) El inicio de la infección.
b) La replicación y expresión del genoma.
c) La liberación del virión maduro desde la célula infectada.

El estudio en detalle de cada uno de estos procesos, muestra que existen muchas diferencias
entre los ciclos replicativos de los diferentes virus. Estas diferencias están determinadas por
la biología de la célula hospedadora y la naturaleza del genoma viral.
De todos modos, a los fines prácticos de estudiar el proceso de replicación viral, es posible
hacerlo desde una visión general tomando como esquema los tres procesos básicos
mencionados, que en una u otra forma son cumplidos por todos los tipos de virus.

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