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3.

MARCO CONCEPTUAL DE LA PSICOLOGÍA DE LAS


DIFERENCIAS INDIVIDUALES.
OBJETO Y OBJETIVOS DE LA PSICOLOGÍA DE LAS DIFERENCIAS
INDIVIDUALES.
La psicología de las diferencias individuales aborda la descripción, predicción y explicación
de la variabilidad interindividual, intergrupal, e intraindividual en áreas psicológicas relevantes,
con respecto a su origen, manifestación, y funcionamiento.
Los objetivos de la disciplina abordan dos fases o estadios: la descripción y organización de
su objeto de estudio, y la explicación del mismo.
Descripción. En un primer momento es necesario describir de forma fiable las diferencias
individuales observadas, y organizar la información obtenida. Pasos:
- Observación y evaluación mediante instrumentos de recogida de datos que cumplan con las
garantías psicométricas, (fiabilidad, validez, etc.), en muestras representativas, tanto de la
población objeto de estudio, como del universo de conductas a estudiar.
- Clasificación y ordenamiento de las dimensiones encontradas, a partir de la metodología
correlacional, en taxonomías, o estructuras organizativas.
Predicción Las dimensiones halladas en las distintas áreas de investigación, presentan un
valor predictivo importante en criterios muy variados de la vida de las personas, tanto
académicos, como laborales, o relativos a sus relaciones familiares y sociales, y son utilizadas
en los distintos campos aplicados de la Psicología.
Explicación Requiere que se conozca cuáles son las dimensiones fundamentales en
las que las personas difieren, y además cuál es su naturaleza, cómo funcionan, y qué
procesos comportan para poder elaborar teorías de carácter explicativo que aporten un
conocimiento sólido.
ESTADIOS DESCRIPTIVO Y EXPLICATIVO DE LA INVESTIGACIÓN EN DIFERENCIAS
INDIVIDUALES.
1.- Primer estadio: Descripción y predicción
Unidades de estudio: Dimensiones personales de carácter amplio, consistente y estable,
(denominadas rasgos), en las que las personas difieren.
Objetivo: Describir y predecir el comportamiento individual a partir de las unidades fundamentales.
La labor taxonómica establecerá estructuras de organización comprehensiva, constituidas por un
número relativamente pequeño de dimensiones con distintos niveles de generalidad, representativas
de un amplio rango de comportamientos diversos importantes y, por tanto, con capacidad predictiva.
En este momento, lo que debe preocupar es que esas entidades o constructos hipotéticos, y no
directamente observables, se formulen y relacionen con fenómenos de carácter empírico, más o menos
observables, de forma lo suficientemente precisa como para posibilitar la deducción de enunciados
contrastables, así como elaboración posterior de teorías científicas.
2.-Segundo estadio: Explicación
Unidades de estudio: variables mediadoras, procesos cognitivos y dinámicas afectivas que, de forma
consciente o inconsciente, interactúan con la situación.
Objetivo: estudio de la dinámica de las diferencias individuales y la elaboración de modelos teóricos,
de carácter explicativo que articulen funcionalmente, en la medida de lo posible, las dimensiones
analizadas taxonómicamente.
Los objetivos propuestos, en la medida en que pretenden alcanzar el conocimiento del
origen, manifestación, y funcionamiento de las diferencias encontradas, deben tener en
consideración los siguientes aspectos fundamentales:
- Las características biológicas, psicológicas, y sociales, que dan cuenta del origen de la
diversidad o semejanza entre los sujetos.
- La dimensión temporal, a lo largo de la cual las diferencias individuales se originan,
desencadenan, y manifiestan, tanto ontogenética como filogenéticamente.
- El eje persona – situación. Tanto las características personales, como las situacionales, y la
interacción entre ambas son importantes.
VARIABILIDADES OBJETO DE ESTUDIO.
El objeto de estudio de la disciplina aborda el estudio de tres grandes tipos de
variabilidades:
Psicología Diferencial. Autor: M.Saiz 1
a.-Variabilidad entre individuos, o diferencias interindividuales. La psicología diferencial
se ha venido ocupando, tradicional y principalmente, del estudio de la diversidad
comportamental que presentan los individuos de una misma población en una situación y
momento dados, (estudios transversales). En la aparición de estas diferencias se encuentra el
efecto combinado de la herencia y el ambiente.
Para que una característica se convierta en objeto de estudio es necesario: 1) Que presente
consistencia transituacional y estabilidad temporal; 2) Que sea psicológica y socialmente
relevante, (básicas o fundamentales son: el estudio de la personalidad, y las capacidades
cognitivas). El estudio de la variabilidad individual descansa en el uso de instrumentos de
medida y evaluación, que permiten hacer clasificaciones diagnósticas útiles en diversos
campos.
b.-Variabilidad individual o diferencias intraindividuales. Estudio del individuo en cuanto a
la estructura, organización, y dinámica particulares de sus características psicológicas, de forma
transversal, así como el estudio del cambio intraindividual a lo largo del tiempo. Podemos
analizar:
- La formación y organización individual que las distintas características adquieren en una
persona, analizando la preponderancia que unos rasgos y capacidades tienen frente a otros
otorgándole, así, su individualidad. Las diferencias individuales son de carácter sincrónico, y
pueden cambiar o automodificarse, (reversibles).
- El cambio individual responde a una consideración longitudinal de la variación, o los
cambios intraindividuales o diacrónicos. Implican transformaciones evolutivas, por lo general
irreversibles, que a su vez son precursoras de diferencias entre individuos.
c.-Variabilidad entre grupos o diferencias intergrupales la Psicología Diferencial aborda, el
estudio de la existencia de diferencias psicológicas relevantes entre grupos de personas. El
término grupo no tiene connotación sociológica, es la suma de individuos con una característica
común de agrupación, (raza, edad).
En los estudios sobre diferencias intergrupales se tiende a interpretar, equivocadamente, que
el origen de las diferencias intergrupales es el mismo que da lugar a las diferencias
interindividuales dentro de un mismo grupo. La comparación entre grupos, suele ignorar en sus
interpretaciones la propia hereorgeneidad intragrupo, es mayor la variabilidad existente entre
los individuos de un mismo grupo en una variable dada, que la existente entre grupos distintos
de individuos. Los estudios pueden ser de dos tipos:
- Grupos naturales: Relativos a aquellos grupos cuyo origen viene dado por la propia
naturaleza de las variables consideradas, sin la intervención del experimentador, (edad, sexo,
clase social, raza, etc.).
- Otros grupos humanos de interés: Se utilizan, como variables de agrupación, los resultados
procedentes de cualquier ámbito psicológico mensurable desde la perspectiva interindividual,
(como el nivel de inteligencia, o las características de personalidad), y resultan útiles las
comparaciones entre grupos extremos de una misma dimensión psicológica Este tipo de análisis
es interesante en a la investigación procesual de las diferencias individuales bajo un enfoque
experimental.
FUENTES DE LA VARIABILIDAD HUMANA.
El análisis de la naturaleza de las diferencias individuales, nos remite al estudio de las
fuentes de variación existentes. Siguiendo a Revelle, respecto a los niveles de análisis, y
explicación en la diversidad comportamental, se distinguen 3 apartados:
a. Variabilidad psicológica.
Es el objeto primario de estudio de la disciplina, y hace referencia a las diferencias
existentes en todas las manifestaciones del comportamiento humano: conducta manifiesta,
conducta no manifiesta, procesos básicos como la atención, la memoria, la percepción, etc., o
constructos complejos como la inteligencia, la personalidad, etc. En lo que a la estructura de las
diferencias individuales se refiere, hablaremos del rasgo como unidad fundamental para el
estudio de las variabilidad psicológica, mientras que, desde un estudio de las diferencias
individuales más actual, basado en el estudio de la dinámica de funcionamiento de dichos
rasgos, los autores coinciden en la necesidad de prestar una mayor atención a los procesos de la
dinámica intrapsíquica, y a los factores situacionales relevantes.
b. La variabilidad biológica.

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El estudio de las bases genéticas y biológicas de las diferencias individuales, trabaja bajo la
hipótesis fundamental de que dichas bases son el origen de la variabilidad psicológica existente,
al menos en lo que a algunas dimensiones fundamentales se refiere. El análisis de las fuentes de
variabilidad biológica hace referencia a dos tipos de investigaciones básicas:
* El porcentaje de varianza fenotípica de la conducta que viene explicado por las diferencias
existentes en la dotación genética de los individuos.
* La variación explicada por el funcionamiento diferencial de los mecanismos biológicos.
Los avances de la genética cuantitativa, y su derivación denominada genética de la
conducta, conformarían una base sólida sobre la que edificar las nuevas explicaciones
interaccionistas. La metodología estadística utilizada en la genética de la conducta, ha
proporcionado interesantes resultados acerca de la estimación de la influencia relativa de la
variabilidad genética y la variabilidad ambiental, así como de la interacción de ambas, en la
determinación de las características fenotípicas.
En la actualidad, se asume que los genes no fijan la conducta, sólo especifican un rango de
posibilidades en las reacciones que el ambiente provoca en el individuo El objetivo de la
genética de la conducta, será indagar cuáles con las causas últimas de las diferencias entre los
individuos tomando como referencia la varianza fenotípica observada en un rasgo conductual.
La segunda línea de investigación, sobre las fuentes de variación biológica, se centra en el
estudio de los fundamentos biológicos del comportamiento humano diferencial, basados en
estructuras y procesos fisiológicos regidos por sistemas fundamentales como el Sistema
Nervioso, el Neuroendocrino, etc. Así, encontraremos líneas de investigación destinadas a
fundamentar biológicamente tanto la inteligencia como la personalidad.
En lo que a inteligencia se refiere, según el modelo de la eficiencia neural las personas más
inteligentes presentan una serie de correlatos biológicos que muestran una mayor eficacia y
rapidez mentales. Técnicas como los potenciales evocados, la velocidad de conducción
nerviosa, o la medida de glucosa cerebral, se encuentran entre las más utilizadas.
En personalidad, el modelo propuesto por Eysenck y Eysenck, fundamenta la dimensión
Extraversión/Introversión en arousal cortical y el sistema reticular ascendente cerebral, y el
Neuroticismo en el sistema límbico. Otros autores también harán sus propuestas, que estarán
vinculadas a dimensiones de carácter temperamental.
c. Variabilidad situacional y cultural.
Los individuos nacen, se desarrollan, y viven, como fuente básica de las diferencias
individuales. Se reconoce la importancia conjunta de la genética y el ambiente en la
determinación de la variabilidad en patrones de conducta. Galton asumió la influencia de dichos
factores a través de la noción de consistencia relativa. La trayectoria histórica de la disciplina,
aunque ha desatendido el análisis y sistematización de las situaciones o contextos específicos,
no los ha excluido. Posteriormente, la influencia del interaccionismo moderno permitió superar
la controversia entre “personalismo” y “situacionismo”, subrayando que lo importante de la
situación no son los atributos físicos de la situación, sino, su significación para el sujeto, por lo
que nos conduce de nuevo a la variabilidad psicológica; las características situacionales no
pueden ser definidas con independencia del significado psicológico que se les atribuye.
Endler plantea tres niveles, en función del grado de generalidad y persistencia temporal, en
la distinción de las variables contextuales basada en sus niveles de complejidad, que influyen en
la conducta:
- El estímulo: objetos concretos sobre los que el sujeto orienta su atención y su respuesta.
- La situación: carácter de totalidad organizada que integra diversos componentes.
- El ambiente: agrupa una variedad de situaciones y relaciones existentes entre ellas.
El mero carácter molecular o molar no puede ser un criterio distintivo de lo que puedan
indicar cada uno de los anteriores términos.
Ten Berge y De Raad han realizado una distinción entre los conceptos situacionales, en
función de las perspectivas teóricas a las que pueden ser asignados:
- La ecológica, que enfatiza los elementos físicos del entorno.
- La conductual, que centra su atención en el valor estimular de la situación.
- La psicológica-social, que atiende a roles y elementos simbólicos de los episodios sociales en
que tiene lugar la conducta.
Se han diferenciado dos maneras de abordar el análisis de las situaciones:

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* Elaboración apriorística de taxonomías situacionales: forma de proceder útil para alcanzar
un análisis sistemático de las características objetivas que definen las situaciones y su influencia
en la conducta. La problemática de esta estrategia, es la falta de acuerdo, tanto en las
clasificaciones propuestas, como en los criterios subyacentes a ellas. Actualmente, existe
consenso sobre la conveniencia de tener en cuenta, la percepción subjetiva de la situación por
parte de cada persona. Algunos autores defienden que lo realmente relevante es la posibilidad
de establecer una relación funcional entre la percepción y la reacción ante la situación que
presenta cada individuo.
* Caracterización de los contextos concretos donde acontece la conducta: referidos, al
sistema ecológico en que está inmerso la persona y hasta el propio observador de la misma.
Desde hace 30 años vienen surgiendo planteamientos, que tratando de alcanzar una visión
integradora del ambiente, proponen cierta articulación de la faceta objetiva y subjetiva de los
mismos. El estudio del clima social pone de manifiesto que cada ambiente tiene una
personalidad única, y unos patrones subyacentes de dinámica ambiental, que se pueden
considerar semejantes a los que conforman el sistema personal de forma que, ambos sistemas
en interacción, dan lugar a las diferencias individuales.
El modelo de Berry postula la necesidad de considerar la diversidad cultural, y la que
presentan los grupos, (de sexo o de clase social), inmersos dentro de una misma cultura, ya que
el sistema de creencias y valores que pueden llevar asociados, incide en el tipo de relaciones
que se establecen.
d. Hacia una visión comprehensiva de las fuentes de variabilidad.
La Psicología Diferencial asume la perspectiva de la complejidad en la descripción y
explicación de la conducta humana, una perspectiva que implica una forma no determinista de
entender la causalidad. Para Sánchez Cánovas, la psicología de las diferencias individuales no
es determinista, sino azarosa. Fernández añade que una de las características que definen la
reflexividad del ser humano, es su propositividad o intencionalidad comportamental, además de
requerir una visión holística que supere a la totalidad de los componentes que la conforman,
favoreciendo así una articulación de los procesos psicológicos, biológicos y socioculturales, que
conduce a organizaciones sistémicas más complejas.
La psicología diferencial ha tratado de relacionar el nivel de rasgos y competencias con el
nivel orgánico, el de los procesos cognitivos y el social-contextual, ello ha hecho necesario
disponer de marcos teóricos que integren estos aspectos. La mayoría de los intentos de
integración toman como punto de partida, bien La Teoría General de Sistemas de Bertalanffy,
bien la Teoría del procesamiento de la información. Las distintas propuestas que han ido
apareciendo, consideran que la variabilidad del comportamiento es consecuencia de la
existencia de sistemas abiertos, en los que la interacción entre sus componentes, (biológicos,
psicológicos, y sociales), tiene un carácter de autoorganización adaptativo.
Otros acercamientos se han destinado a esclarecer la forma en que interactúan los factores
genéticos y ambientales a la hora de ejercer su influencia en las manifestaciones intelectuales.
Ceci plantea un modelo bioecológico de la inteligencia que enfatiza los múltiples potenciales
cognitivos, junto al papel del contexto y el conocimiento, como bases de las diferencias
individuales en el desempeño cognitivo. Scarr, apoyada en los tres tipos de relación
genotipo-ambiente, pasivo, activo, y reactivo, ha puesto de relieve la noción de
“construcción de un nicho”, dentro de una teoría evolutiva de la individualidad, lo que
implica que a medida que maduran, los individuos buscan, construyen y crean entornos
que corresponden a sus características personales heredadas, en los que desarrollar su
personalidad, sus intereses, y sus capacidades.
Padres e hijos comparten los genes y el ambiente. Los hijos reciben de forma pasiva ambientes asociados a
Pasiva
sus inclinaciones genéticas. Padres inteligentes, dan una herencia favorable y un entorno propicio.
Cuando una persona que presenta una característica heredada determinada, busca de forma activa,
Activa selecciona, y crea situaciones psicológicas y ambientales, que conducen y favorecen el desarrollo de dicha
característica.
Cada vez que una persona recibe una reacción del ambiente en respuesta a las características particulares
Reactiva que presenta. Ejemplo: Persona hostil, provoca en su entorno respuestas defensivas y hostiles en respuesta
a su conducta.
CONSTRUCTOS RELEVANTES EN LA INVESTIGACIÓN SOBRE
DIFERENCIAS INDIVIDUALES.

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Las teorías actuales son integradoras, se prima la unicidad del individuo, tratando de
describir, predecir, y explicar su comportamiento desde un marco amplio que incluye la
sistematización, tanto de variables cognitivas, como emocionales y motivacionales.
a. Inteligencia.
Para Calvin, nunca habrá acuerdo universal sobre una definición de la inteligencia, porque
es un vocablo abierto, lo mismo que la conciencia.
La inteligencia es una capacidad mental muy general que, entre otras cosas, implica la aptitud para
razonar, planificar, resolver problemas, pensar de modo abstracto, comprender ideas complejas,
aprender con rapidez, y aprender de la experiencia. No se puede considerar un mero conocimiento
enciclopédico, una habilidad académica particular, o una pericia para resolver tests. En cambio, refleja
una capacidad más amplia y profunda para comprender el ambiente, darse cuenta, dar sentido a las
cosas, o imaginar qué se debe hacer.
No todos los expertos en el estudio de la inteligencia comparten la existencia de una
capacidad mental única, de carácter general.
LAS ACCIONES DE LA INTELIGENCIA.
Tres acciones fundamentales a las que la inteligencia se asocia (Gardner o Sternberg):
1. Aprender: a partir de la combinación de la experiencia, educación, y entrenamiento.
2. Plantear problemas: implica reconocerlos, trasformarlos, y definirlos de forma clara.
3. Resolver problemas: resolución de planes, ejecución de tareas, proyectos, etc.
Con la consolidación de la psicología diferencial como ciencia, para el enfoque estructural-
factorial, la meta es la determinación de las principales propiedades o dimensiones, en este caso
competencias cognitivas, que se deben considerar para describir, de la manera más completa y
adecuada posible, la conducta inteligente que manifiestan las personas en las distintas
situaciones.
b. Personalidad.
Al igual que en el concepto inteligencia hay ausencia de consenso a la hora de definir el
constructo. Durante los años 40 y 50 proliferaron las teorías factorialistas, y dio comienzo a un
acercamiento sociológico al fenómeno de la personalidad. Durante los 60, se inicia el
movimiento de crítica al concepto de rasgo. En la última década del siglo pasado, encontramos
una revitalización del estudio de las diferencias individuales en personalidad, basadas en el
concepto de rasgo, que continúa considerándose la unidad más relevante, tanto a la hora de
conformar la estructura de la personalidad, como para la evaluación de la misma.
Desde el enfoque diferencialista, que se ha acogido al modelo de rasgos, se ha justificado la
idea de que la personalidad es un sistema de dimensiones organizadas, Guilford considera la
personalidad individual como un patrón único de rasgos, cuya evaluación cuantitativa de
carácter normativo permite establecer las diferencias existentes entre las personas. Estas
dimensiones se han venido identificando a través de la técnica de Análisis Factorial, partiendo
de dos premisas (Tous):
- Para obtener una definición de personalidad se hace necesario considerar las diferencias
individuales, (para conocer a una persona hay que compararla con las demás).
- Estas diferencias, deben cumplir con el requisito de continuidad y homogeneidad de las
diferencias intraindividuales, a lo largo del tiempo, y de las diferentes situaciones.
Pervin señala que las definiciones de personalidad se centran, bien en las diferencias
individuales, bien en la organización de los componentes en un sistema, o en ambas a la vez.
Pervin y John señalan que la personalidad representa aquellas características de la persona
que dan cuenta de sus patrones consistentes de sentir, pensar, y actuar, a los que habría que
añadir la función de adaptación del individuo al medio, y, por tanto, muestran su forma habitual
de afrontar las situaciones a lo largo de la vida. La personalidad ha de servir para explicar y
predecir la conducta individual, y en este sentido se considera a la persona como una
manifestación concreta de las posibles combinaciones de los rasgos de personalidad, y su
estudio no debería abarcar únicamente dimensiones descriptivas, sino que también debería
explicar las causas de la conducta (Tous).
Para Allport, la personalidad es la organización dinámica intraindividual de aquellos
sistemas que determinan su ajuste único a su ambiente.
Para Eysenck sería la suma total de los patrones de comportamiento del organismo,
manifiestos o potenciales, determinados por la herencia y el ambiente, que se origina y

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desarrolla a través de la interacción funcional de 4 sectores fundamentales en los que los
patrones comportamentales se organizan:
 El sector cognitivo o inteligencia.
 El sector conativo, volitivo, o carácter.
 El sector afectivo, o temperamento.
 El sector somático, o constitución.
EL TEMPERAMENTO.
El concepto de temperamento tiene su origen en las tipologías hipocráticas. Rothbart y Aradi definen el
temperamento como “aquellas diferencias individuales de carácter constitucional que se manifiestan en los
procesos de reactividad (hace referencia a la activación de los sistemas fisiológico y conductual) fisiológica y
auto- regulación (Es el mecanismo responsable de modular dicha reactividad a través de procesos tales como
la atención selectiva, el procesamiento de señales de recompensa y castigo o la aproximación o inhibición
existente antes los estímulos novedosos), estando influidas, a lo largo del tiempo, por la herencia, la
maduración y la experiencia.
El temperamento hace referencia a aquellas dimensiones de la personalidad que tienen un origen genético y
una base biológica. Las diferencias individuales en el temperamento se explican bajo la perspectiva del
desarrollo temporal y suelen mostrar una aparición temprana. El temperamento representa el estilo
constitucional de comportamiento, que muestra cada individuo, con cierta constancia en el curso del tiempo y
las circunstancias, incluyendo dimensiones relativas a las formas o estilos de las manifestaciones
comportamentales más que al contenido o propósito de la conducta, y estando muy vinculado a la esfera de las
emociones.
En este sentido, la personalidad es entendida como un elemento organizador y coordinador de la expresión
del temperamento, dándole contenido y propósito.
EL CARÁCTER.
En la actualidad, el carácter representa aquel conjunto de costumbres, sentimientos e ideales, o valores,
que hacen relativamente estables y predecibles las reacciones de un individuo.
Para Pritchard, el carácter supone un complejo conjunto de cualidades personales, relativamente estables,
que comportan, una connotación positiva en términos de educación moral, responsabilidad, voluntad, y disciplina
para realizar las metas del individuo. El carácter debe distinguirse de los valores, en la medida en que éstos
últimos responden a orientaciones, o disposiciones, que incluyen componentes cognitivos y afectivos, mientras
que el carácter implica, además, llevar a cabo acciones en las que el conocimiento, y los valores que la persona
tiene, se activan incluyendo, no sólo cognición y emoción, sino además, componentes motivacionales y
comportamentales.
A diferencia del temperamento, la concepción actual del carácter esta en función de los valores de cada
sociedad, su sistema educativo, y como aquellos son transmitidos.
Campbell y Bond proponen que el desarrollo del carácter estaría en función de los siguientes aspectos:
- La herencia.
- Las experiencias tempranas de la infancia.
- El modelamiento a cargo de adultos o personas jóvenes importantes.
- La influencia de los compañeros.
- El ambiente físico y social.
- Los medios de comunicación.
- La enseñanza en la escuela y otras instituciones.
- Las situaciones específicas y los roles que eliciten el comportamiento correspondiente.
c. Constructos integradores.
La necesidad de considerar las relaciones entre factores cognitivos y no cognitivos,
requiere, para su estudio, la combinación entre varios atributos personales como son las
habilidades, los intereses, las preferencias, y la personalidad, en constelaciones particulares que
mejoren la predicción y la explicación del comportamiento en situaciones concretas.
La tendencia a integrar aspectos de la personalidad y la inteligencia tienes sus raíces en el
siglo XX.
Según Quiroga, las características que pueden servir para definir los estilos cognitivos, (que
representan formas en las que los individuos procesan y almacenan la información; una persona
puede almacenarla de forma verbal, y otra a partir de imágenes. Esto puede conjugarse con
almacenar información de forma analítica, de elementos, o de forma holística, la configuración
global que constituyen los elementos), o variables estilísticas del comportamiento son las
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siguientes: 1) no son directamente observables; 2) dan cuenta de las diferencias en la forma de
la actividad mental, sin aludir a su contenido; 3) integran aspectos cognitivos y no cognitivos;
4) subyacen a diversas funciones psicológicas y distintas situaciones; 5) son fruto de la
integración de la investigación experimental y diferencial; y 6) contribuyen de forma sustancial
a la predicción de la adaptación y el rendimiento.
El estudio de la creatividad se encuentra a medio camino entre la personalidad y la
inteligencia. El principal problema que rodea el fenómeno psicológico de la creatividad, es la
dificultad que presenta a la hora de ser definido de forma consensuada. Para Vernon, la
creatividad es “la capacidad de la persona para producir nuevas y originales ideas,
descubrimientos, reestructuraciones, invenciones, u objetos artísticos, los cuales son aceptados
por los expertos como elementos valiosos en el terreno de las ciencias, la tecnología, o el arte.
Tanto la originalidad como la utilidad o valor, son propiedades del producto creativo a pesar
de que puedan variar con el paso del tiempo”.
La tendencia a recoger, tanto empírica como teóricamente, un número cada vez mayor de
parámetros de forma integrada, tiene la finalidad de recuperar la unificación de su objeto de
estudio, teniendo en cuenta conjuntamente las variables cognitivas, afectivas, y emocionales,
que regulan los procesos psicológicos subyacentes al comportamiento humano.
Según Lubinski, para comprender y predecir las conductas socialmente relevantes, resultan
más eficaces los enfoques multifacéticos y holísticos, que incluyan la combinación de aspectos
referidos a habilidades, intereses, preferencias, y de personalidad.
UNIDADES FUNDAMENTALES DE ANÁLISIS.
1.Unidades disposicionales: El rasgo.
En Psicología Diferencial, la unidad de medida que permite estimar en qué y cuánto
difieren las personas entre sí es el rasgo, es por tanto la unidad fundamental de análisis que
permite distinguir a los individuos entre sí desde una perspectiva descriptiva y estructural. Cada
rasgo caracteriza, de forma consistente y estable, el comportamiento de los seres humanos en
diferentes áreas psicológicamente relevantes.
El rasgo es un constructo hipotético de carácter latente, que representa la organización de
todo el conjunto de conductas observables en unidades significativas, que posibilitan una
descripción de las personas parsimoniosa y significativa.
Las características definitorias de los rasgos son:
1. Carácter subyacente: se infieren a través de la observación de indicadores
comportamentales de diversa índole representativos del rasgo definido. Tanto el estudio de
rasgos de la personalidad, como de la inteligencia, han estado tradicionalmente más focalizados
en el análisis de los productos de la conducta que en sus procesos.
2. Carácter disposicional: no se encuentran activos, sino que son disposiciones o tendencias
latentes en el individuo. Su actualización estará en función de la relevancia y congruencia de la
situación para el rasgo en cuestión. Representan tendencias y no determinantes.
Existe otra conceptualización, la perspectiva de tendencias sumarias o suma de indicadores
conductuales, bajo ésta, el rasgo es concebido en función del número de veces que una serie de
conductas representativas se producen.
3. Carácter general: el grado de generalidad estará en función del número de indicadores
conductuales que le representan.
4. Regularidad de los indicadores comportamentales: se establece en función de su:
a) Estabilidad temporal: el rasgo debe presentar una continuidad en el tiempo, lo que no
invalida que pueda experimentar modificaciones en el transcurso de la vida.
b) Consistencia Transituacional: Los indicadores comportamentales del rasgo deben
manifestarse en distintos tipos de situaciones, si bien la consistencia postulada será relativa y no
de carácter absoluto.
5. Carácter dimensional cuantitativo, lo que permite un ordenamiento de los individuos a lo
largo de las mismas. A mayor número de indicadores, mayor puntuación del rasgo. Esta
concepción permite establecer comparaciones: a mayor puntuación en un rasgo: mayor
probabilidad de ocurrencia, mayor frecuencia, y mayor intensidad de la respuesta.
6. La naturaleza y origen de los rasgos. Algunos autores otorgan a los rasgos un estatus de
entidad biofísica, que presenta un origen genético y claros correlatos fisiológicos. Otros autores
hacen referencia a que su naturaleza es meramente categorial e inferencial, y los califican de

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constructos o abstracciones hipotéticas, de carácter conceptual, que los seres humanos elaboran;
así entendidos, estos constructos permiten describir y comunicar, de forma parsimoniosa, acerca
de los patrones comportamentales que caracterizan, tanto a los demás, como a uno mismo.
7. La evaluación de los rasgos, centrado en el uso de autoinformes y/o cuestionarios a
cumplimentar por el propio individuo, y/o por las personas allegadas a la persona a evaluar,
respectivamente. No obstante, los datos provenientes de las observaciones de la conducta, o las
pruebas objetivas de laboratorio, son también importantes en la determinación del rasgo y el
análisis de su validez externa.
8. Metodología básica: a la elaboración de taxonomías de rasgos contribuye la utilización
de una metodología correlacional de carácter multivariado, siendo de especial importancia la
aplicación del análisis factorial, que permite estimar las posibles dimensiones o unidades
básicas de la personalidad, al nivel de generalidad propuesto por el investigador.
9. Carácter estructural y jerárquico de la organización de los rasgos. Se caracterizan por
presentar diferentes niveles de abstracción o generalidad, en función de su grado de proximidad
a la manifestación puntual y específica de la conducta, así como de su inclusividad. Según
Eysenck, la estructura de la personalidad podría ordenarse en cuatro niveles jerárquicos:
1. Nivel de ocurrencia de actos o cogniciones individuales o singulares de carácter
específico.
2. Nivel de actos o cogniciones habituales.
3. Nivel de rasgos, o factores primarios, definidos en términos de intercorrelaciones
significativas entre conductas habituales.
4. Nivel de tipos, o factores de orden superior, o de segundo orden, derivados de las
intercorrelaciones existentes entre los rasgos o factores de primer orden.
A diferencia de en el estudio de la inteligencia, en la personalidad, no se
hace referencia a un factor único o dimensión última de carácter global,
que puede denominarse personalidad.
CONDUCTAS Y DISPOSICIONES. Modelo jerárquico propuesto por Eysenck
Niveles. Generalidad. Ejemplo.
Respuesta El menos
Una persona se enfada y se siente culpable en una circunstancia concreta.
específica. general.
Respuesta
Poco general. Una persona suele enfadarse y gritar en su relación con la familia.
habitual.
Una persona se enfada habitualmente y tiene sentimientos de culpabilidad y ansiedad
Rasgo. General.
tanto en su casa como en el trabajo.
La tendencia a enfadarse y sentirse culpable de una persona presenta, además, junto
El más a otros rasgos como sentir ansiedad, tensión, pensamientos irracionales, estado de
Tipo.
general. ánimo deprimido y cambios emocionales. La evaluación de rasgos nos conduce a
calificar a la persona en el polo del “Neuroticismo”.
10. Los rasgos únicamente permite describir a las personas y a las diferencias entre
las mismas, así como realizar predicciones de la conducta; por tanto, carecen de valor
explicativo causal por sí mismo mientras no se elabore un modelo explicativo relativo
al porqué y al cómo de su funcionamiento. Este modelo estaría fundamentado en los
procesos psicológicos y biológicos subyacentes a la manifestación puntual de la
conducta en una situación determinada.
Rasgo – Principales características de rasgo psicológico.
SUBYACENTE Constructo Mediacional
Indicadores externos
----------- INFERIDO -----
DISPOSICIONAL

------- TENDECIAS--------
GENERAL LATENTES

---------AMPLITUD--------
REGULAR

------ESTABILIDAD ----CONSISTENCIA
DIMENSIONAL
-----ORDENAMIENTO-----CUANTITATIVO:
INDICADORES CONDUCTUALES A MÁS PUNTUACIÓN

Nivel hipotético inferido


ACTUALIZACIÓN TEMPORAL (estado)
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FORMADO POR AGREGADOS CONDUCTUALES,
Nivel descriptivo, observable

Bajo las concepciones modernas, los tipos son considerados los rasgos, o dimensiones, de
mayor nivel de generalidad en la jerarquía, y las personas obtienen una puntuación en todos los
tipos posibles, si bien presentarán una mayor preponderancia de características asociadas a uno
de ellos.
Cuando nos referimos al ámbito de la inteligencia, las definiciones suelen incluir conceptos
como la aptitud general para aprender y resolver problemas. Cuando además hablamos de
factores específicos, debemos diferenciar los términos aptitud o capacidad, del concepto
habilidad, tanto en el campo de la cognición humana en general, como en lo que se refiere a las
distintas capacidades y habilidades que el ser humano puede presentar y desarrollar.
Aptitud, es una capacidad, o habilidad potencial para la realización de tareas u otros actos
que no han sido aprendidos y que se manifiesta en situaciones novedosas. Este tipo de
constructo hace referencia a disposiciones potenciales de carácter genético, que pueden llegar a
desarrollarse, o no, en función del uso que se haga de las mismas.
Habilidad, la capacidad del concepto de habilidad específica responde a la pericia
desarrollada en un área determinada en el curso del entrenamiento y de la experiencia. Implica
la adaptación a las demandas de la tarea según las capacidades del individuo, así como seguir
un método de entrenamiento o estrategia de actuación. La habilidad también consiste en saber
elegir y llevar a cabo aquellas estrategias que son más eficientes.
Las estrategias empleadas son cadenas o programas de actuación que se anticipan desde una
situación concreta y que persiguen un objetivo futuro, o resultado final, satisfactorio en el que
la tarea se controla o domina.
2.Unidades procesuales.
En la fase explicativa, del estudio de las diferencias individuales, serán objeto de estudio las
unidades estructurales, y los procesos o mecanismos funcionales que son responsables del
comportamiento diferencial del individuo. Lo que interesa analizar es de qué forma las
diferencias existentes en los procesos o estrategias habitualmente empleados por las personas,
originan las diferencias observables en el comportamiento.
Unidades de análisis bajo una perspectiva procesual:
*En la relación del individuo con su mundo externo, y bajo el paradigma interaccionista, la
unidad fundamental será la interacción persona x situación.
*En el nivel interno, haremos referencia a procesos cognitivos, emocionales, motivacionales,
así como a las distintas estrategias que las personas pueden poner en marcha, a la hora de
afrontar una situación concreta.
En el campo de la inteligencia analizaremos los procesos cognitivos, tanto simples como
complejos, que conducen a un determinado rendimiento intelectual, entendiendo por proceso
la unidad elemental del funcionamiento mental, que puede agregarse a otras para dar lugar a
una unidad de orden superior.
En el área de la personalidad, el estudio de las diferencias individuales contemplará las
dimensiones o rasgos de carácter global en interacción con las situaciones, abordando:
1) El tipo de situaciones en las que cada disposición es susceptible de manifestarse o ser
elicitada.

Psicología Diferencial. Autor: M.Saiz 9


2) El análisis de unidades menos generales, de nivel medio, como las expectativas, metas,
atribuciones, etc., que presentan los individuos, más vinculadas al contexto específico en donde
la conducta se produce.
Bajo este enfoque, la permanencia,(consistencia y estabilidad), de las características
personales se evaluará atendiendo a:
1)Patrones significativos y regularidades observables en las transacciones de la persona con
el ambiente.
2)Evaluación, más que de la consistencia, de probabilidades y frecuencia de cambio del
comportamiento en respuesta a claves situacionales particulares.
3)Formas particulares de organización intra-individual de las distintas dimensiones, o
unidades fundamentales, responsables del modo en que estas se activan ante diferentes
situaciones y a lo largo del tiempo. Estas organizaciones serán las responsables últimas de la
estructura estable de la personalidad y del carácter único de cada individuo.
DEFINICIÓN PROPUESTA PARA UNA PSICOLOGÍA DE LAS DIFERENCIAS
INDIVIDUALES ACTUAL.
La Psicología diferencial tiene como objetivo la descripción, predicción, y explicación de
la variabilidad interindividual, intraindividual, e intergrupal, del comportamiento y los
procesos psicológicos propios de la especie humana, fundamentalmente desde una vía
nomotética de aproximación. Para ello, debe:
- Establecer, describir, clasificar y estructurar cuáles son las principales dimensiones de
diferenciación individual.
- Identificar aquellos constructos organísmicos y dimensiones situacionales, así como sus
interacciones, responsables del origen y desarrollo de las diferencias individuales.
- Contribuir al entendimiento de las diferencias individuales a partir del análisis de cuáles
son las características del individuo, de la situación, o de la interacción entre ambas, que
permiten explicar la manifestación de dichas diferencias desde una vertiente procesual, más
vinculada a los contextos donde la conducta se produce.

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Psicología Diferencial. Autor: M.Saiz 11

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