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CAPITULO II

1.- PREVENCION

Como hemos podido comprobar, el alcohol es posiblemente la sustancia más emblemática y


carismática, que lleva asociada toda una serie de connotaciones culturales y se le sigue
atribuyendo efectos positivos por parte de los consumidores. Es una droga de largo recorrido en
nuestro país, que conlleva históricamente cientos de problemas personales, económicos,
sanitarios, laborales, políticos y sociales, pero que al mismo tiempo sigue gozando de buena
salud. En las últimas cuatro o cinco décadas, se han ido poniendo en marcha gran cantidad de
estrategias que persiguen racionalizar el problema, partiendo de lo más básico a lo más
complejo, construyendo la prevención desde la infancia e intentando paliar la repercusión del
consumo, sobre todo de abuso, desde las instituciones responsables. Hacer prevención se hizo
imprescindible a partir de la década de los años ochenta del siglo pasado, y con toda
probabilidad las medidas preventivas desarrolladas en nuestro país han sido las responsables de
los escasos triunfos de los que podemos dar cuenta en la actualidad.

Al decir escasos no nos referimos a pobreza de resultados, dado que estos han sido muy
fluctuantes y dependiendo de la época resultan alentadores o no, sino del éxito social de poder
llegar a muchos miles de personas con medidas preventivas. En general, las acciones en
prevención se dirigían a la problemática global del consumo de drogas, pero en los últimos años
hemos asistido a la individualización de la prevención, con elementos propios para cada
sustancia, hecho que probablemente mejore el resultado final en unos años.

La población interviniente en este proceso preventivo estará integrada por diferentes colectivos:

a) Toda la sociedad:

• Participación de toda la sociedad a través de los movimientos asociativos.


• Fomento de valores culturales desde todos los estamentos sociales.
• Potenciación de los canales de información, fundamentalmente a través de los medios
de comunicación.
• Promoción de la trasmisión del conocimiento científico.

b) La institución familiar:

• Como principal referente para la población objeto de prevención, fundamentalmente


los más jóvenes.
• Para el fomento de las competencias y cohesión, sobre todo en cuanto a la exposición y
consumo.
• Potenciar la participación de la institución familiar con otras instituciones como la
educativa, en el fomento de la actividad preventiva.
• Adaptar las diferentes acciones preventivas a los distintos tipos de familias.

c) Población diana:

• Los niños, adolescentes y jóvenes como objetivo final de la prevención.


• Contar con la participación de esta población en la elaboración y puesta en práctica de
las acciones preventivas.

d) La institución escolar:
• Implicación y coordinación de los elementos fundamentales de las instituciones
educativas: alumnos, profesores y padres.
• Potenciación de la educación en valores y la educación para la salud.

e) Población laboral:

• Desarrollar actividades preventivas desde la salud integral en todo el colectivo de


población activa.
• Fomentar la implicación en los programas de prevención de todos los integrantes:
trabajadores, directivos, sindicatos, etc.

f) Población vulnerable:

• Atención a poblaciones de vulnerabilidad más alta: inmigrantes, minorías étnicas,


colectivos con dificultades económicas, sociales, jurídicas y familiares específicas. En
general todos los colectivos en situación de marginalidad social.

La estrategia contempla que las acciones a desarrollar estén en diferentes contextos que
abarquen todo el espectro social. Además de los entornos clásicos de actuación: educativo,
comunitario, laboral y familiar, que tendrán que seguir cubriéndose, habrá que integrar otros
que deberían ser reforzados:

1. Medios de comunicación de masas.

Intentar que los medios de comunicación se ajusten a una serie de medidas que fomenten la
prevención de sustancias, incluidos el tabaco y el alcohol, huyendo denoticias sensacionalistas
y morbosas, así como de la banalización de los contenidos sobre tabaco, alcohol y otras drogas.
Es fundamental en este aspecto evitar el efecto bumerán de la información.

2. Instituciones educativas, sanitarias y sociales.

La prevención ha de contar con el apoyo activo de los profesionales de las instituciones


educativas, sanitarias y sociales, desde los profesores de enseñanzas medias y superiores,
pasando por los profesionales de la salud, sobre todo desde la atención primaria y las oficinas
de farmacia, así como los trabajadores sociales desde todas sus vertientes. Su trabajo será
imprescindible para el buen funcionamiento y la efectividad de las acciones preventivas
programadas.

3. Ocio, tiempo libre y entretenimiento.

Trabajar desde la industria del ocio, tiempo libre y entretenimiento, contando con la
colaboración activa de los empresarios y profesionales con el fin de intentar cubrir objetivos
preventivos del abuso de alcohol asociado al ocio y a la noche, con el fin de aumentar la
percepción de riesgo de los jóvenes.

4. Seguridad.

En el marco legal de las distintas CCAA y normativas estatales, incentivar la protección,


regulación y control de los consumos. En concreto, prácticamente todas las autonomías cuentan
en la actualidad con medidas legales de prohibición de beber en la calle y otras similares. A nivel
estatal tenemos una férrea regulación legal para regular los problemas de consumo de alcohol
y otras drogas con la conducción de vehículos a motor.
1.2.-ESTRATEGIAS PREVENTIVAS
Podemos contemplar la prevención como un espectro de medidas (universales, selectivas e
indicadas), que se engarzan entre sí sin solución de continuidad106.

En los niveles de prevención universal y selectiva se incluyen medidas para prevenir la oferta y
la demanda, no concibiéndose las unas sin las otras.

1.2.1.-Prevención universal, homologable a la prevención primaria, es aquella que se dirige a


toda la población y pivota sobre medidas dirigidas al sujeto, al agente y al ambiente (los tres
elementos sobre los que gira la salud pública). Incluye programas educativos escolares y
campañas dirigidas al individuo, medidas legales que regulan el ambiente (limitaciones a la venta
y dispensación, etc.) y medidas directamente enfocadas al «agente» (cargas fiscales y regulación
de la producción y comercio del alcohol).

1.2.2.-Prevención selectiva, a caballo entre la prevención primaria y secundaria clásicas, se


refiere a aquellas medidas que se dirigen a poblaciones con elevada probabilidad de incurrir en
riesgos (Ej., jóvenes en tiempo de ocio; conductores de vehículos…) y se centra
fundamentalmente en medidas que impactan sobre el ambiente (dispensación responsable de
bebidas alcohólicas, safeclubbing, transporte público, actividades de ocio saludable,
reglamentos y leyes sobre alcohol y conducción…). En este sentido, las estrategias selectivas se
enmarcan de modo preferente en la acción comunitaria.

1.2.3.-Prevención indicada, a caballo entre la prevención secundaria y terciaria clásicas, se


dirige a los individuos identificados como sujetos de riesgo, ya sea a través de trabajadores o
educadores sociales, ya a partir del cribado de los hábitos de consumo de alcohol desde centros
sanitarios. Sus estrategias se dirigen por tanto al individuo concreto, sobre el que puede
actuarse con una orientación, una intervención de consejo breve o una derivación a tratamiento.

Gordon establece la clasificación en los siguientes términos:

1) Prevención Universal: está orientada a toda la población sin diferenciar su grado de


vulnerabilidad o riesgo hacia el consumo de drogas. Persigue como objetivos prioritarios la
evitación completa del consumo de sustancia y/o su retraso en la iniciación.

2) Prevención Selectiva: el ámbito de aplicación óptima es la población vulnerable hacia el


consumo de sustancias y/o que tienen un mayor riesgo potencial de ser consumidores
comparados con la media. Los objetivos básicos que persigue esta estrategia preventiva se
orientan hacia la reducción y/o eliminación de los factores que pueden aumentar la probabilidad
de consumir, así como intentar fortalecer los factores de protección mediante el aumento de la
resiliencia.

3) Prevención Indicada: se encamina hacia los sujetos que se encuentran inmersos en un proceso
de consumo real de abuso de sustancias, o bien, que manifiestan comportamientos que apuntan
hacia una probabilidad alta de llegar a ser consumidores abusivos. Los objetivos básicos se
enmarcan en la consecución de la reducción del uso y/o abuso de sustancias.
2.-TRATAMIENTO Y REHABILITACION

El tratamiento para la drogadicción tiene como finalidad ayudar al adicto a dejar la búsqueda y
el consumo compulsivos de la droga. El tratamiento puede darse en una variedad de entornos,
de muchas formas distintas y por diferentes periodos de tiempo. Puesto que la drogadicción
suele ser un trastorno crónico caracterizado por recaídas ocasionales, por lo general no basta
con un solo ciclo de tratamiento a corto plazo. Para muchas personas, el tratamiento es un
proceso a largo plazo que implica varias intervenciones y supervisión constante.

Existen varios enfoques con base científica para tratar la drogadicción. El tratamiento para la
drogadicción puede incluir terapia de la conducta (como terapia individual o de grupo, terapia
cognitiva o manejo de contingencias), medicamentos o una combinación de ellos. El tipo
específico de tratamiento o la combinación de tratamientos varía según las necesidades
individuales del paciente y, con frecuencia, según el tipo o los tipos de drogas que use. La
gravedad de la adicción y los intentos anteriores para dejar de consumir drogas también pueden
influir en el enfoque del tratamiento. Finalmente, los adictos suelen sufrir de otros problemas
de salud (incluyendo otros trastornos mentales), ocupacionales, legales, familiares y sociales,
los cuales deben tratarse de forma concurrente.

Los mejores programas de tratamiento ofrecen una combinación de terapias y otros servicios
para satisfacer las necesidades individuales de cada paciente. Las necesidades específicas
pueden relacionarse con aspectos como la edad, raza, cultura, orientación sexual, sexo,
embarazo, consumo de otras drogas, problemas de salud concurrentes (p. ej., depresión, VIH),
crianza de hijos, vivienda y trabajo, además de antecedentes de abuso físico y sexual.

2.1.-TRATAMIENTO FARMACOLÓGICOS

Tres medicamentos están aprobados para tratar el trastorno por consumo de alcohol:

2.1.1.- Disulfiram: Causa síntomas desagradables como náuseas y enrojecimiento de la piel cada
vez que bebe alcohol. Saber que beber causará estos efectos desagradables puede ayudar a
mantenerlo alejado del alcohol

2.1.2.- Naltrexona: Bloquea los receptores en el cerebro que le hacen sentir bien cuando bebe
alcohol. También puede reducir sus ansias por beber. Esto puede ayudarle a reducir su consumo
de alcohol

2.1.3.-Acamprosato: Ayuda a evitar el alcohol después de haber dejado de beber. Funciona en


múltiples sistemas cerebrales para reducir sus ansias, especialmente justo después de haber
dejado de beber

Estos se usan para tratar a personas adictas a las sustancias opioides, mientras que para los
adictos al tabaco existen preparados de nicotina (parches, chicles, pastillas y vaporizador nasal)
además de los medicamentos vareniclina y bupropión. El disulfiram, el acamprosato y la
naltrexona son medicamentos usados para tratar la dependencia al alcohol, la cual se presenta
comúnmente junto con otras drogadicciones. De hecho, la mayoría de las personas con adicción
severa son consumidores de diversas drogas y requieren tratamiento para todas las sustancias
que abusan. Incluso se ha comprobado que las personas que tienen problemas con el
alcoholismo y el tabaquismo pueden recibir tratamiento simultáneamente para ambos
problemas.
Los medicamentos psicoactivos, como los antidepresivos, los ansiolíticos, los estabilizadores del
estado de ánimo o los antipsicóticos pueden ser críticos para el éxito del tratamiento cuando los
pacientes tienen trastornos mentales simultáneos, tales como depresión, trastorno de ansiedad
(incluyendo el trastorno de estrés postraumático), trastorno bipolar o esquizofrenia.

Las terapias de la conducta pueden ayudar a motivar a los toxicómanos a participar en el


tratamiento para las drogas, ofrecen estrategias para afrontar el deseo de consumirlas, enseñan
maneras de evitar las drogas y prevenir las recaídas, y ayudan en el manejo de las recaídas en
caso de que éstas ocurran. Las terapias de la conducta también pueden ayudar a mejorar las
destrezas de comunicación, las relaciones interpersonales y la crianza de hijos, así como la
dinámica familiar.

Muchos programas de tratamiento emplean terapias tanto individuales como de grupo. La


terapia de grupo puede brindar refuerzo social y ayudar a fomentar la abstinencia y un estilo de
vida sin drogas. Algunos de los tratamientos conductuales más establecidos, como el manejo de
contingencias y la terapia cognitiva conductual también se están adaptando para uso con grupos
a fin de mejorar la eficacia y el ahorro de costos. Sin embargo, sobre todo en adolescentes,
puede haber un peligro de efectos iatrogénicos o involuntarios del tratamiento en grupo; es por
ello que los terapeutas capacitados deben estar al tanto de tales efectos y monitorearlos.

2.2.-TERAPIAS CONDUCTUALES
Otro nombre para las terapias conductuales es asesoramiento o consejería sobre el alcohol. Se
trata de trabajar con un profesional de la salud para identificar y ayudar a cambiar los
comportamientos que conducen a su consumo excesivo de alcohol.

2.2.1.-La terapia cognitivo-conductual ayuda a identificar los sentimientos y situaciones que


pueden conducir a un consumo excesivo de alcohol. Enseña habilidades para enfrentarlo,
incluyendo cómo manejar el estrés y cómo cambiar los pensamientos que le llevan a querer
beber. Usted puede recibir la terapia uno-a-uno con un terapeuta o en grupos pequeños

2.2.2.-La terapia de mejora motivacional (o terapia de estímulo de la motivación) ayuda a


construir y fortalecer la motivación para cambiar su hábito de beber. Incluye alrededor de cuatro
sesiones en un corto período de tiempo. La terapia comienza con la identificación de los pros y
los contras de buscar tratamiento. Luego, usted y su terapeuta trabajan en la creación de un
plan para cambiar su hábito. Las próximas sesiones se centran en aumentar su confianza y
desarrollar las habilidades que necesita para poder cumplir con el plan

2.2.3.-La consejería matrimonial y familiar incluye a los cónyuges y otros miembros de la familia.
Puede ayudar a reparar y mejorar sus relaciones familiares. Los estudios demuestran que un
apoyo familiar fuerte a través de esta terapia puede ayudarle a mantenerse lejos del alcohol

2.2.4.-Las intervenciones breves son sesiones de consejería corta, individual o en grupos


pequeños. Incluyen entre una a cuatro sesiones. El consejero le entrega información sobre su
patrón de consumo y riesgos potenciales. El consejero trabaja con usted para establecer metas
y proporcionar ideas que pueden ayudarle a hacer un cambio.
IV.- CONCLUSIONES
El alcohol es una droga dura legal que es responsable de un 5,4% del gasto total sanitario,
Aunque su elevado consumo puede provocar graves daños sistémicos (higado, páncreas o
riñones, entre otros órganos), el cerebro es la diana principal de sus efectos, alterando su
estructura y función tanto en el cerebro del adulto, del adolescente, como en el sistema nervioso
del embrión en desarrollo, y pudiendo originar notables alteraciones cognitivas y psiquiátricas a
corto y a largo plazo.
VII.- BIBLIOGRAFIAS
Pascual P.F (2006) EL ALCOHOLISMO, ESPAÑA, SOCIDROGALCOHOL

Gaul. A(2002) EL ALCOHOLISMO, Delegación del gobierno para el plan nacional de drogas , España,
Francisco Pascual — Meritxell Torres — Amador Calafat,

GuardiaS.J (2001) ALCOHOLISMO Guías Clínicas Basadas en la Evidencia Científica


SOCIDROGALCOHOL, Colombia.

MINISTERIO DE SANIDAD Y CONSUMO (2008) Prevención de los problemas derivados del alcohol 1ª
Conferencia de prevención y promoción de la salud en la práctica clínica en España, Madrid, NIPO.

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